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Defiéndanse como puedan
Y necesariamente un gobierno que tenga la valentía y ganas de cambiar el rumbo en el que vamos, en estos momentos. Los ecuatorianos, en la mayoría somos gente trabajadora y que quiere lo mejor que puede dar para bienestar de su familia y por tanto, con ello contribuye para el desarrollo del país. Nos referimos, al ecuatoriano común, desde un vendedor ambulante hasta el empleado, que con su trabajo lleva el pan del día a su hogar.
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No, obstante, aunque son menos, tenemos del otro lado a una clase opresora, ahora contagiada de bandas criminales mafias y más males en nuestro querido país, que han llevado a casos de extorsiones, secuestros, vacunas, entre otras.
Ante esta inapropiada situación, hacen falta políticas reales y contundentes por parte de quienes nos gobiernan. El hecho de que se apruebe la portación de armas de parte de la ciudadanía y de paso después de cumplir un sinnúmero de requisitos y pruebas, es como decirle al pueblo “defiéndase como puedan” y por supuesto que los crímenes aumentarán ostensiblemente. Será como una especie de aquellos pistoleros del oeste norteamericano, donde el que desenfunda primero derriba a su oponente. Cabe aquí una pregunta: ¿un ciudadano común está en capacidad de sacar su arma antes que un delincuente? Es obvio que tenemos las de perder, aparte que el delincuente ya viene preparado para efectuar su crimen. A esto se añade, que ante la galopante corrupción que impera en nuestro medio, será más fácil para el delincuente, sacar su permiso para la portación de armas.
En ese sentido, la iniciativa de parar la inseguridad debe venir desde el mismo Gobierno, con políticas reales y efectivas a poner en práctica, es decir un liderazgo contundente y voluntad política capaz de solucionar este álgido tema de inseguridad. Y no es que este tema es complicado e imposible de realizar. Un ejemplo de lo realizable es la política de seguridad que ha llevado adelante el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, con un récord de cero homicidios en más de un año, al momento. Bukele es un ejemplo de liderazgo incuestionable.
Pero antes, hacen falta políticas dirigidas a otros sectores, como es de combatir la corrupción e impunidad en las altas esferas, por ejemplo, y, así demostrar y garantizar la seguridad de los ciudadanos, demostrando que el estado es quien tiene el control y fuerza para tomar decisiones.
No solo es el hecho de que la delincuencia armada y parte de ciudadanos armados también se batan en un combate desigual bajo el lema que pareciera decir: “defiéndanse como puedan”.