LAS NECRÓPOLIS TARDOANTIGUAS Y ALTO-PLENOMEDIEVALES DE LA CUENCA ALTA DEL RÍO MANZANARES Elvira García Aragón Arqueóloga. EQUIPO A de ARQUEOLOGÍA
Las tumbas excavadas en roca son un elemento numeroso en el paisaje de la Península Ibérica y uno de los vestigios más abundantes de la época Altomedieval, sin embargo, hasta la fecha sigue siendo un fenómeno problemático en cuanto a su datación y estudio, ya que casi la totalidad de estas tumbas no han conservado restos humanos ni ajuares, por lo que están arqueológicamente descontextualizadas. En España su estudio comenzó en los años 70, cuando Alberto del Castillo documentó un conjunto de tumbas que se denominaron "olerdolanas" por situarse en Olérdola, en el Penedés. Se propusieron entonces dos cronologías diferentes, en función de la morfología de las tumbas. Para las tumbas de tipología más sencilla, las llamadas de tipo "bañera", A. del Castillo estableció una cronología de entre los siglos VII al IX d.C., y para las tumbas más complejas, de tipo antropomorfo, propuso entre los siglos IX al X d.C. Su teoría fue posteriormente criticada al sustentarse mayoritariamente en criterios formales. Se continuaron realizando excavaciones arqueológicas, centrándose la mayoría de los estudios en intentar establecer modelos evolutivos del fenómeno y así poder datarlas. Destacan investigadores como K. Kliemann, que planteó dataciones de entre los s. VI y VII d.C. para las sepulturas de tipo rectangular y trapezoidal. También autores como M. Pagés y J. Bolós, quienes realizaron una clasificación tipológica completa y establecieron dos momentos principales para este fenómeno, el primero, entre el s. VI al VII d.C., caracterizado por las tumbas rectangulares, trapezoidales y ovaladas, y un segundo momento correspondiente a los s. IX al X d.C., representado por las tumbas de forma antropomorfa. También se abordaron novedosos estudios sobre la orientación de los sepulcros por parte de I. Ollich, aportando nuevos datos al debate existente. En la década de los 90, investigadores como J. López Quiroga y M. Rodríguez Lovelle, iniciaron importantes estudios en la zona gallega, datando una serie de sarcófagos por medio de la epigrafía entre los s. V d.C. y VIII d.C. En los últimos años se han incrementado las investigaciones sobre las necrópolis de tumbas excavadas en toda la Península, se han realizado pruebas de Carbono 14 en diferentes necrópolis con dataciones de entre el s. VI y VII d.C. A día de hoy no existe un consenso en la cronología absoluta para esta tipología de enterramientos debido a la complejidad de su análisis, ya que la mayoría de las veces no se encuentran restos asociados a las tumbas, pero se ha llegado a la conclusión de que es un fenómeno muy laxo en el tiempo, fijando su inicio en torno al s. VIII d.C., en el final de la Antigüedad Tardía, y su fin en los s. IX-XII d.C.