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El poder del carisma
Ricardo Homs*
Hoy que la selección de los candidatos presidenciables son la prioridad de la agenda pública vemos que el tema relativo al carisma personal no es mencionado, siendo fundamental para ganar una elección.
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Es precisamente el carisma el eje de la competitividad del candidato, pues es el que decide el voto ciudadano, además de los factores institucionales que se derivan de la capacidad operativa del partido político que lo postula.
El carisma es el que seduce al ciudadano y le induce a decidirse por uno u otro candidato.
Además, el carisma personal es el sustento del liderazgo del candidato, o sea de la capacidad de convertirse en un guía social que genere influencia pública.
El ejemplo más palpable de este fenómeno lo tenemos en México con el presidente López Obrador. Independientemente de si coin- cidimos y apoyamos su proyecto de gobierno, debemos reconocer que su carisma personal es lo que le ha permitido mantener un alto índice de aprobación ciudadana, frente a un gobierno con mediocres resultados en temas importantes como seguridad, salud y educación y aún así el ciudadano prefiere culpar a otros y no a quien encabeza este gobierno.
El tema que pasa inadvertido es que la oposición todavía no tiene un candidato carismático que ofrecer en la elección del 2024, pero del lado de Morena tampoco.
De los tres candidatos Marcelo Ebrard es el que tendría la capacidad de convencer y obtener un “voto funcional” con base en oficio político, y quizá hasta entre los electores opositores a este gobierno, pues genera confianza de estabilidad, con base en su larga experiencia.
Claudia Sheinbaum y Adán López sustentan su posibilidad de ob-
*Ricardo Homs es presidente de la Academia Mexicana de la Comunicación AC. (www.amdc.org.mx), autor y conferencista. Ha publicado más de 23 libros con las editoriales más importantes. Es editorialista del periódico El Universal y participa en noticieros de ADN40.
Es experto en liderazgo social, marketing político y posicionamiento. Fundó la empresa de consultoría Ries & Ries México, la cual forma parte de la corporación global fundada por Al Ries en Atlanta.
www.ricardohoms.com
FB: @Ricardo.Homs1
LI: Ricardo Homs
TW: @homsricardo tener el voto -no en carisma personal- sino en el apoyo del presidente López Obrador, que le transferirá, durante la campaña, su competitividad electoral personal compartiéndole los beneficios de su carisma personal haciendo campaña con el nominado por el partido. Esto parece que será su estrategia, aunque contravenga la ley electoral. Sin embargo, aún ganando la elección, el candidato triunfador, sea cual fuere, la falta de carisma será una limitante para su poder de convocatoria y esto le generará debilidad política como gobernante.
Consideremos que si bien el poder político se puede ejercer como parte de un sistema institucional de gobierno (que es el que nos ofrece nuestra democracia), el liderazgo es un atributo personal que se construye individualmente y cuyo eje es el carisma.
Recordemos una frase de los años setenta que decía que se puede ser un gran gobernante pero mal candidato, o en contraposición un gran candidato, que será un pésimo gobernante.
Hoy en el contexto mediático que vivimos y con la referencia que dejará el presidente López Obrador, vemos que el carisma será un componente fundamental para la comunicación política del próximo presidente.
Como dice el gran retratista político David Ross, quien ha acumulado una gran experiencia a lo largo de muchas campañas políticas: “El carisma es la capacidad de proyectar una identidad fuerte, poderosa y persuasiva”.
Por lo anterior los partidos políticos tendrán que hacerse la pregunta: ¿Cuál es el perfil de candidato capaz de generar el interés por el voto electoral en el actual contexto social y político que vive México?
¿A usted qué le parece?