MANON: ENAMÓRESE DE UNA DE LAS MUJERES MÁS ICÓNICAS DE LA ÓPERA

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Manon JULES MASSENET

OCT. 26 DIRECTO

NOV. 16 DIFERIDO

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Estreno mundial Ópera Cómica de París, 19 de enero de 1884 Primera presentación en la Ópera Metropolitana de Nueva York 16 de enero de 1895

Disonancias

Lisette Oropesa Soprano A la cantante estadounidense, hija de inmigrantes cubanos, le fueron otorgados este año dos premios líricos muy prestigiosos de su país: el Richard Tucker y el Beverly Sills, este último concedido por el Met, que apuntalan aún más las bases de su prometedora carrera aplaudida en Estados Unidos y Europa. Oropesa es una soprano lírica de coloratura, es decir, con agudos fáciles y cristalinos, y la capacidad de cantar elaborados ornamentos. En esta temporada, el Met la invitó a participar en dos títulos: Manon y La traviata. Los dos personajes que encarna en estas obras suelen compararse, porque ambos están sometidos a profundas transformaciones de carácter que exigen a su intérprete gran versatilidad en el canto y la actuación. Además, se convierten en todo un reto para Oropesa, porque en las dos heroínas brilló la voz de su idolatrada Beverly Sills.

_ El público recibió con ovaciones el estreno de Manon, pero los críticos de la prensa parisina, aunque señalaban virtudes en la obra, pusieron mayor énfasis en los juicios negativos. En una publicación, se podía leer simplemente: “Manon no es una obra de méritos superiores”. Y otra más, afirmaba: “La Escuela Francesa sólo tiene razones para enorgullecerse de la nueva obra de uno de sus líderes, pero aún está a la espera del hombre que, asimilando los avances musicales de todos los países, incluyendo Alemania, sea capaz de escribir una obra maestra muy francesa… Bizet ya la habría escrito, pero está muerto”. Otro comentarista despreciaba en la partitura esas “frases minúsculas, hechas de polvo melódico…, cuyo perfume se evapora antes de ser olido”. Por lo menos, uno llamó a la prudencia: “Cuidémonos de formular un juicio definitivo sobre una obra que hemos oído una sola vez”.


Viaje de la ingenuidad a la perdición Textos: Luis Carlos Aljure Durante la Belle Époque, París iluminó sus calles con bellos y resplandecientes faroles de luz eléctrica, y las noches se poblaron de cabarés, animados por bailes picantes y canciones sentimentales y atrevidas. Además, los parques acogedores, los anchos bulevares, el tranvía eléctrico, el metro subterráneo que se zambulló en las calles para acortar las distancias, las fascinantes imágenes del cinematógrafo de los hermanos Lumière y el aumento de la expectativa de vida, entre otras novedades, instalaron en la ciudad un espíritu de gozo y optimismo que parecía invencible. Este paréntesis de felicidad desbordada y muchas veces engañosa, enmarcado por dos conflictos bélicos, el final de la guerra Franco-prusiana (1871) y el comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914), creó la atmósfera ideal para que floreciera el arte sensual, encantador y elegante de Jules Massenet, que se expresa plenamente en su ópera más famosa: Manon. El compositor llegó a ser tan célebre en la sociedad francesa de finales del siglo XIX que la gente no solamente estaba atenta a sus estrenos operáticos, sino que también compraba como souvenir los retratos del músico que se exhibían en las vitrinas de la calle de Rivoli. Una de las claves de su éxito, revelaba en 1922 el analista Joseph Loisel, era la “melodía seductora, acariciante y voluptuosa, cuyo encanto misterioso actuaba directamente y de manera inmediata sobre la sensibilidad del auditorio. Muy pronto, su obra representó para el público la música clara, fácil, que… todo el mundo comprende”. Lo anterior no quiere decir que

Massenet tuviera una formación insuficiente. Al contrario, el músico francés conocía a fondo los secretos de su arte, gracias al saber acumulado en su prolífica carrera creativa y a sus años de profesor en el Conservatorio de París, institución en la que él mismo se había formado en armonía, contrapunto, piano y composición. Massenet ya era reconocido como uno de los líderes de la música francesa cuando empezó a componer Manon, a comienzos de la década de 1880. La ópera se basa en la novela del abate Prévost, Historia del Caballero des Grieux y de Manon Lescaut, publicada en 1731 y prohibida rápidamente por las autoridades a causa de su contenido inmoral. El drama, que ha inspirado varias óperas, ballets, películas y series de televisión, era bien conocido por el público francés del siglo XIX, aunque Massenet y sus libretistas tuvieron que esforzarse en sustraerle los elementos más escandalosos para hacerlo presentable ante la audiencia conservadora de la Ópera Cómica de París, en la que según un comentario de Louis Besson, no convenía “asustar a las mamás. Ni hacer soñar demasiado a las señoritas”. Así, la ópera se estrenó en 1884 con éxito ruidoso y duradero. En la segunda mitad del siglo XIX la Ópera Cómica de París ya admitía obras con alto contenido dramático en su escenario, como Manon, a diferencia de lo que ocurría en épocas anteriores, cuando se especializaba en el montaje de comedias. Pero el drama de Massenet debía cumplir un requisito que seguía inamovible en la institución: la alternancia de pasajes musicales y diálogos hablados, como los que se oyen en una pieza puramente teatral. Massenet, sin embargo, dotó esos diálogos de un acompañamiento orquestal que les sirven de soporte, en una práctica que se denomina melodrama. Como era habitual en la ópera francesa desde tiempos de Jean-Baptiste Lully y Luis XIV, Manon contiene unas escenas de ballet, presentes en el


tercer acto, que Massenet aprovecha muy bien para incluir toques arcaicos mediante danzas al estilo del siglo XVIII, la época en que suceden originalmente los hechos, si bien la puesta en escena del Met traslada la acción a finales del siglo XIX. El personaje de Manon plantea un gran desafío a su intérprete. Es un papel extenso, porque la protagonista aparece constantemente en el escenario, y además debe enfrentar fuertes trasformaciones emocionales, que la conducen de ser una adolescente ingenua, a convertirse en una mujer ambiciosa, enamorada de los lujos, que termina condenada al destierro. Massenet emplea distintos leitmotivs para identificar a sus personajes principales, pero a Manon, justamente, le asigna más de uno para dar cuenta de las variaciones de su carácter, que a juicio del compositor “es una mezcla de melancolía y alegría”. El tercer acto, por ejemplo, muestra muy bien los contrastes que la afectan, puesto que en la primera parte debe cantar un aria llena de ornamentos vocales, que expresa felicidad y liviandad de espíritu (Obéissons quand leur voix appelle), mientras al final encara el momento más apasionado de toda la ópera, el centro dramático de la obra, cuando se apresura a recuperar a su antiguo amor, el Caballero des Grieux, que por despecho está a punto de ordenarse sacerdote. En esta escena reaparece varias veces el leitmotiv del amor, que hemos oído por primera vez en un solo de violín del primer acto, cuando los dos jóvenes se conocen y son víctimas inevitables del amor a primera vista, una verdadera plaga en la ópera romántica. Muchas de las obras de Massenet, pese al éxito que alcanzaron en su momento, luego cayeron en el olvido, pero Manon, por su sensualidad y encanto, siempre ha tenido un lugar de privilegio en el repertorio lírico y se ha consolidado, junto a Carmen de Bizet y Fausto de Gounod, que fueron sus amigos, como uno de los títulos más populares de la ópera francesa.

Manon

Jules Massenet (1842-1912) Libretistas Henri Meilhac y Philippe Gille Idioma Francés Director musical Maurizio Benini Director escénico Laurent Pelly Lisette Oropesa (soprano) Michael Fabiano (tenor) Carlo Bosi (tenor) Brett Polegato (barítono) Artur Ruciński (barítono)

Manon Caballero des Grieux Guillot de Morfontaine De Brétigny Lescaut

Acto I Manon llega a una posada en Amiens, donde hará una escala antes de internarse en un convento, por disposición de su familia. Se encuentra con su primo Lescaut, quien la acompañará en el trayecto final. La belleza de Manon llama la atención de los presentes. El primero en cortejarla es el noble Guillot de Morfontaine, que le ofrece llevarla en su coche, pero la joven lo rechaza. Luego se encuentra con el Caballero des Grieux y, al instante, sienten mutua atracción. Mediante un engaño, los dos se escapan en el coche de Guillot.

Acto II Manon y Des Grieux viven su romance en París. A su apartamento llegan Lescaut y el noble De Brétigny. El primo de Manon reprende a Des Grieux por el secuestro, aunque en realidad está interesado en que su prima se vaya a vivir con el millonario De Brétigny. Des Grieux le enseña una carta que demuestra su intención de casarse con


Acto IV Manon. De Brétigny le advierte a Manon que el padre de Des Grieux secuestrará a su hijo esa noche, y que si ella no interviene quedará libre para tener una vida de lujos a su lado. Manon no se resiste a la propuesta y deja que los hechos sigan su curso.

Acto III Su vida opulenta con De Brétigny en París ha convertido a Manon en una mujer muy popular. Sin embargo, cuando sabe que Des Grieux, por despecho amoroso, se ordenará sacerdote, corre a impedirlo. Des Grieux no le hace caso a su padre, que le pide dejar el seminario para casarse con una mujer digna. Cuando aparece Manon, le reclama con furia su abandono, pero ella le pide perdón, le dice que lo ama y se reconcilian.

Manon y Des Grieux, reunidos de nuevo, llegan a un lujoso hotel parisino donde hay un grupo de jugadores, entre quienes se cuentan Guillot y Lescaut. Manon insta a su pareja a apostar porque ya les queda poco dinero. Des Grieux acepta entrar en las apuestas y obtiene grandes ganancias contra Guillot, que lo acusa falsamente de hacer trampa, tras lo cual Des Grieux y Manon, como cómplice, son arrestados.

Acto V En Le Havre, Des Grieux, que ha quedado en libertad, planea con Lescaut la manera de rescatar a Manon, que ha sido condenada al destierro en América. Lescaut soborna a los guardias para que Des Grieux y Manon hablen a solas. Ella está muy enferma y le ruega nuevamente perdón a su pareja. Él le confirma su amor y se ilusiona con un futuro juntos. Sin embargo, Manon no resiste y muere en brazos de Des Grieux.


“Lisette Oropesa está hecha a la medida del papel”

“Elegante, bella y apasionada”

NEW YORK TIMES

OPERAWIRE

Horario de transmisión Duración 4 h 12 min ACTOS I Y II

ACTO III

12:05 pm

CUENTA REGRESIVA

INTERMEDIO I

1:26 pm

11:55 am

ACTOS IV Y V

1:54 pm

3:24 pm

INTERMEDIO II

2:58 pm

La hora de inicio de la función está sujeta a la disponibilidad de la Metropolitan Opera. _ El ingreso a la sala debe ser antes de la hora de inicio para no interferir con la función. _ Para mejor apreciación sugerimos no ingresar alimentos a la sala y apagar sus celulares.

Próximas funciones Madama Butterfly

NOV. 9

DIC. 14

GIACOMO PUCCINI

1:00 pm / Directo

12:00 m / Diferido

Akenatón

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PHILIP GLASS

1:00 pm / Directo

12:00 m / Diferido

(1858-1924)

(1937)

@CINECOALT

BARRANQUILLA BOGOTÁ BUCARAMANGA

CALI CARTAGENA CHÍA

MANIZALES MEDELLÍN PEREIRA

FINAL

4:11 pm


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