Estreno mundial Ópera Estatal de Berlín, 14 de diciembre de 1925
“Revolucionaria... una aventura musical”
“Un festín visual”
TIME OUT
THE GUARDIAN
Primera presentación en la Ópera Metropolitana de Nueva York 5 de marzo de 1959
Opera 2019 en vivo 2020
EN DIRECTO DESDE NUEVA YORK
Horario de transmisión Duración 1h 57min. ACTOS I, II Y III
barítono El personaje de Wozzeck exige gran versatilidad de su intérprete, dado que la voz debe expresarse de maneras muy variadas: el canto elaborado, el habla natural, la declamación, algún grito ocasional y el sprechgesang, un punto intermedio entre el habla y el canto, que es un término muy asociado a los compositores de la Segunda Escuela de Viena (Schönberg, Webern y Berg). El destacado barítono sueco, Peter Mattei, debutó en el Met en 2002, y desde entonces es una figura habitual en la compañía neoyorquina. El público de las transmisiones Live HD ha tenido ocasión de verlo, entre otros, como Fígaro en El barbero de Sevilla de Rossini y en el papel de Eugenio Oneguin en la obra homónima de Tchaikovsky. Ahora, enfrenta por primera vez en su carrera el rol del perturbado Wozzeck, que preparó durante varios meses de arduo trabajo en los que terminó convencido de que cuanto más estudiaba la obra mayor grado de belleza encontraba en ella.
en 1933 la historia exitosa de Wozzeck se truncó en tierras germanas. La ópera de Berg fue prohibida en Austria y en Alemania porque entró en el catálogo de la “música degenerada” (Entartete Musik), un listado de obras consideradas decadentes por el régimen. Los criterios de la nueva censura eran bien perversos. Se consideraba música degenerada a toda obra compuesta por autores judíos, comunistas o de raza negra, lo mismo que las piezas atonales, con demasiadas disonancias o que tuvieran cualquier relación con el jazz. El resto de la obra de Berg, las creaciones de sus colegas Schönberg y Webern y las de muchos músicos más, corrieron la misma suerte. En un momento de crisis económica, gracias a la intervención de Schönberg, que ya se encontraba en su exilio en los Estados Unidos, Berg le vendió el manuscrito original de Wozzeck a la Biblioteca del Congreso de Washington.
CUENTA REGRESIVA
FINAL
2:57 p.m.
12:55 p.m.
ACTOS I, II Y III
DIFERIDO
Peter Mattei
_ Cuando el Partido Nazi de Adolf Hitler subió al poder
DIRECTO
Disonancias
CUENTA REGRESIVA
FINAL
1:57 p.m.
11:55 a.m.
La hora de inicio de la función está sujeta a la disponibilidad de la Metropolitan Opera. _ El ingreso a la sala debe ser antes de la hora de inicio para no interferir con la función. _
NUEVA PRODUCCIÓN
Wozzeck A LB A N B E RG
Para mejor apreciación sugerimos no ingresar alimentos a la sala y apagar sus celulares.
Próxima función Porgy & Bess
FEB. 1
MAR. 7
DE LOS GERSHWIN
1:00 pm / Directo
12:00 m / Diferido
ENE. 11 DIRECTO
(1898-1937)
FEB. 8 DIFERIDO @CINECOALT
BARRANQUILLA BOGOTÁ BUCARAMANGA
CALI CARTAGENA CHÍA
MANIZALES MEDELLÍN PEREIRA
SUBTÍTULOS EN ESPAÑOL
Los trastornos de Wozzeck Textos: Luis Carlos Aljure Gustav Mahler decía que cuando llegara el fin del mundo le gustaría estar en Viena, porque en esa ciudad todo ocurría con veinte años de retraso. Sin embargo, a principios del siglo XX, en la Viena conservadora a la que aludía en burla el compositor, también estaban en efervescencia las ideas más novedosas y radicales que, en efecto, eran las señales que anunciaban el fin de un viejo mundo en decadencia. Sigmund Freud sondeaba las profundidades del inconsciente humano del que asomaban criaturas perturbadoras. El arquitecto Adolf Loos, en conflicto con la tradición, enseñaba sus edificaciones funcionales y desprovistas de ornamentos. El pintor Gustav Klimt y los artistas de la Secesión ponían al desnudo las verdades más incómodas, mientras escritores como Arthur Schnitzler, Stefan Zweig y Hugo von Hofmannsthal señalaban los vicios de su tiempo. Entre tanto, Arnold Schönberg y sus dos alumnos predilectos, Anton Webern y Alban Berg, conducían la música por los caminos inexplorados y peligrosos de la atonalidad. No en vano el escritor Karl Kraus aseguraba que en ese tiempo Viena era una estación experimental para el Apocalipsis. Berg tenía diecinueve años en 1904 cuando comenzó sus lecciones con Schönberg. Entre 1907 y 1909 su maestro dio el paso crucial que lo llevó a romper con el sistema tonal para empezar a componer en una atonalidad libre, es decir, sin seguir aún un método específico. Luego, en la década de 1920, creó y perfeccionó un método de composición atonal que se conoce como dodecafonismo, que ejerció una enorme influencia en la música del siglo XX. El alumno, fiel a los caminos abiertos por su profesor, también incursionó en
esas dos etapas, y su primera ópera: Wozzeck, pertenece a la primera de ellas, la atonalidad libre, aunque el músico, que nunca dejó de ser hijo del romanticismo, introdujo en la partitura numerosos pasajes de música tonal, en una “fusión aparentemente paradójica de cálculo técnico y espontaneidad emocional que le da a la música de Berg su peculiar fascinación”, según una frase de Douglas Jarman. Schönberg, sin embargo, no siempre fue comprensivo con su discípulo leal. De haber seguido los consejos de su profesor, jamás habría escrito la ópera que lo volvió famoso y le dio las regalías necesarias para componer durante varios años sin preocupaciones económicas. En opinión de Schönberg, Wozzeck “era una aventura destinada al fracaso”, pero Berg estaba convencido de su elección desde la primera vez que vio la obra teatral de Georg Büchner en 1914 (el título original de la pieza es Woyzeck, pero circuló inicialmente bajo el nombre de Wozzeck por un error del editor). Büchner fue un talento polifacético y visionario que murió de apenas veintitrés años en 1837, dejando inconcluso el drama del soldado con trastornos mentales que asesina a su amante. Berg comenzó a esbozar el libreto y la música de inmediato, pero su labor se vio interrumpida por el estallido de la Primera Guerra Mundial, en la que desempeñó labores administrativas para el ejército austríaco. La experiencia del conflicto le sirvió para fortalecer su empatía con la figura de Wozzeck, en la que veía reflejada a tantos soldados reducidos a la miseria y con la mente perturbada por sus experiencias traumáticas. Además, el propio Berg, como Wozzeck, debió lidiar con superiores detestables que lo sometieron a humillaciones. Terminada la guerra, Berg prosiguió la partitura que finalizó en abril de 1922 y se estrenó con éxito tres años después en la Ópera Estatal de Berlín. Wozzeck es una de las óperas capitales del siglo XX. La obra sigue una estructura simétrica: tiene tres actos, cada uno con cinco escenas y las escenas están
ligadas entre sí por interludios orquestales. La ópera, además de valerse de varios leitmotivs, se caracteriza por una instrumentación exquisita y el empleo de formas musicales tradicionales. Por ejemplo, las cinco escenas del segundo acto equivalen a una sinfonía en cinco movimientos, y cada escena del tercer acto está construida en forma de invención o variación. A manera de ilustración, en la segunda escena, cuando se produce el asesinato de Marie a manos de Wozzeck, Berg basa sus variaciones en la nota musical si, que aparece en numerosas ocasiones, a diferentes alturas e intensidades y con distintas instrumentaciones, siempre en perfecta unión con el desarrollo dramático. El compositor también aprovechó las características de ciertas formas para relacionarlas con los hechos y los personajes de la obra. Así, la cuarta escena del primer acto es una passacaglia, danza típica del barroco que se caracteriza por usar de principio a fin un bajo obstinado, repetitivo, que sirve para subrayar la fe obsesiva del doctor en su falsa ciencia. Otro rasgo fundamental de la obra, como ya se mencionó, es la alternancia entre pasajes atonales y tonales. Según Alex Ross, los primeros sugieren “la crueldad de la autoridad, la implacabilidad del destino, el poder de la opresión económica”. Mientras los segundos representan emociones básicas, como “el amor de una madre por su hijo” o “la lujuria carnal de un soldado”. Es importante señalar que la ópera se inscribe en la estética expresionista, caracterizada por mostrar una realidad distorsionada y exagerada; realidad que ha cobrado ese aspecto deformado por el impacto de las emociones y la subjetividad que el artista ha proyectado en ella. “La imagen que nos presenta Berg”, afirma Jarman, “es la de una sociedad en la que los desfavorecidos están a merced de una clase dominante insensible, egoísta y sádica, una clase que mantiene a los menos afortunados en su lugar mediante la dominación financiera y la invocación de unos vacuos ideales morales”.
Wozzeck Compositor y libretista Alban Berg (1885-1935) Director musical Yannick Nézet-Séguin Director escénico William Kentridge Idioma Alemán Wozzeck (barítono) Marie (soprano) Tambor mayor (tenor) Capitán (tenor) Doctor (bajo-barítono)
Peter Mattei Elza van den Heever Christopher Ventris Gerhard Siegel Christian Van Horn
Acto I
Acto II
Acto III
Wozzeck, un soldado raso, está afeitando al capitán, que le pide hacer su labor más despacio. El capitán cree que Wozzeck es una buena persona, pero le parece inmoral que tenga un hijo ilegítimo con Marie. Wozzeck asegura que a los pobres no se les puede exigir virtud. Mientras corta leña con el soldado Andrés, Wozzeck tiene alucinaciones auditivas y visuales que lo perturban, pero logra calmarse. Marie oye con atención una banda militar y demuestra su atracción por el tambor mayor. Luego, a solas con su hijo, lo arrulla con un canto. Wozzeck llega agitado por las visiones que ha tenido, a las que considera un mal presagio y contagia de sus temores a Marie. Wozzeck acude a su cita con el doctor, que le paga por participar en una investigación sin fundamentos científicos. En la casa de Marie, tras una breve resistencia de la mujer, el tambor mayor logra seducirla.
Marie admira los pendientes que le regaló el tambor mayor, pero a Wozzeck, que pregunta desconfiado, le dice que los encontró en la calle. Ella siente remordimientos cuando Wozzeck le entrega lo que ha ganado en el trabajo. El capitán y el doctor se encuentran en la calle y hablan sobre la enfermedad y la muerte. Cuando pasa Wozzeck, se burlan de él con frases que aluden a la infidelidad de Marie. Wozzeck presiona a Marie para que confiese su traición. Está a punto de golpearla, pero ella se rebela y dice que antes prefiere la muerte. En una taberna, Wozzeck sorprende a Marie bailando con el tambor mayor y tiene una visión de gente que baila ensangrentada. Más tarde, en el campo, Wozzeck se encuentra con el tambor mayor, que está borracho y presume de su conquista. En la pelea que se desata Wozzeck es derribado.
Junto a su hijo, Marie lee pasajes bíblicos relacionados con el adulterio y le pide clemencia a Dios. Marie y Wozzeck caminan cerca de un estanque. Él la obliga a sentarse, la besa, le dice frases irónicas y luego la apuñala. Wozzeck bebe, baila y grita en una taberna animada. Los demás asistentes notan que el soldado tiene un brazo ensangrentado. Como él no logra explicar lo que pasa, huye. Wozzeck vuelve al lugar del crimen. Se mete al agua para esconder el arma homicida y lavarse la sangre de las manos, pero se ahoga en el intento. El doctor y el capitán, que pasan por allí, alcanzan a ver que alguien se hunde en el estanque. Los niños del vecindario que juegan en la calle le dicen al hijo de Marie que su madre ha muerto. Él sigue jugando sin comprender lo que pasa.