Roca en Generación

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Literatura

La poesía que nos habita A unos días de la inauguración del Festival Internacional de Poesía de Medellín, una conversación con uno de sus invitados, Juan Manuel Roca, que presenta, además, novedades editoriales. 18

Domingo, 30 de junio de 2013

A

Juan Manuel Roca le parece que este momento de su vida está dictado por un azar que le “causa una grata extrañeza”. En Sílaba Editores le propusieron reunir tres de sus primeros libros (Luna de ciegos, Los ladrones nocturnos y Ciudadano de la noche) en uno llamado Tres caras de la luna. También se le lee en El beso de la Gioconda, cuatro ensayos recogidos en los cuadernos Leer y releer de la Universidad de Antioquia; en Genaro Manoblanca, fabricante de marimbas (Ediciones SM) y en Colofón del escribiente (Frailejón Editores). Este poeta, narrador, ensayista, crítico de arte y periodista estará en el Festival Internacional de Poesía de Medellín, que se realizará del 6 al 13 de julio, y que contará con la presencia de poetas de 45 países. Esto le dijo a Generación. Cuéntenos acerca de Colofón del escribiente. ¿Cómo fue la experiencia de reencontrarse con escritos suyos de diversas etapas de su vida?

“Siempre, al hacer una antología personal, y Colofón del escribiente no es la excepción, se asiste a una especie de carrera de relevos con uno mismo. Es un raro reencuentro. Es como ver de nuevo al que caminaba por la avenida La Playa en los años setenta y pensaba que el mundo era solo una puerta por derribar, una casa que salía en busca de su llave. Es como ver una sucesión de historias o de atmósferas que guardamos sin nostalgias como parte importante de nuestro equipaje. La rareza viene de ser uno y varios a lo largo de la vida, y de nuestros tratos con el lenguaje. Es como pastorear una legión de seres que fuimos y que de alguna manera cohabitan en nosotros. Como si fuéramos actores de reparto de una incierta obra de teatro, a veces ligada con exceso a una pasión. Eso sí, el cuerpo que nos ha servido de escenario, al tiempo que es actor y director y, muchas veces, su propio y amotinado público, se venga cuarteando el decorado, haciéndonos doler telón adentro. Todo eso sucede al hacer una antología personal”.


Foto Archivo El Colombiano.

Poeta, pintor o músico que mata su niño, amputa su imaginación”. ¿De dónde surgió Genaro Manoblanca? “Genaro Manoblanca, que es una nueva y muy diferente versión de un cuento escrito en los ochenta, ahora ilustrado por el mago Daniel Rabanal, nació del deseo de contar una historia para niños que recordara que si algo nos saca de un mundo aturdido, arrullado por la banalidad y el gregarismo, es la música”. ¿Qué tal eso de escribir un libro para niños y jóvenes? “Cuando he escrito poesía, o lo que intenta serlo, no he dejado de sentirme a veces como un niño que escribe para adultos, por aquello que acuñó René Char: ‘Imaginación, mi niño’. Ahora, al escribir Genaro Manoblanca, fabricante de marimbas, no he querido ser un adulto que escribe para niños y que olvida el aserto de Char. Es triste. Poeta, pintor o músico que mata su niño, amputa su imaginación”.

En la presentación de su libro de Frailejón se lee una frase: “El aburrimiento es el infierno de la poesía”. ¿Qué significa para usted? “Pues sí, hay poetas que han hecho del aburrimiento una religión. Averno, como llamaban los antiguos al infierno, viene del griego, perdón por la pedantería lingüística pero en este caso la creo necesaria, significa “sin pájaros”. Como quien dice, sin vuelo. La solemnidad es aburrida, hija del infierno. El exceso de lirismo es nieto del infierno. La poesía conceptual es hijastra del infierno. La épica en un mundo sin heroísmo ni dignidad, ni se diga. Y la belleza preconcebida de los que no se han enterado, con Luis Tejada, que hay que dar el mismo trato amoroso a la rosa que a la zanahoria. Es fácil, lo repito, llevarle un ramo de rosas a la amada en un mal poema, y que este parezca bueno.

Lo difícil es llevarle un ramo de zanahorias y lograr un rango estético”. Dijo también que el poeta es un traductor de sí mismo, ¿qué le ha ayudado a descifrar la poesía? “Me parece que el poema no existe cuando se escribe sino cuando habita en el otro, allí logra que alguien o alguno se convierta en nosotros. El poeta es un traductor de sí mismo. Cuando logra hacerlo quizá logre traducir a los demás. De ahí que las traducciones hechas de otras lenguas generen a veces dudas. Cuando a Wallace Stevens le preguntaban qué es la poesía, decía sin dudarlo: ‘Lo que no está en las traducciones’. Pero claro que exageraba. La traducción de sí mismo muchas veces se da en la escritura cuando el propio autor se descubre y dice ‘yo no sabía que sabía esto’”.

Se acerca el Festival Internacional de Poesía, ¿qué expectativas tiene? “El encuentro con viejos y renovados amigos y poetas. Con ciertas calles. Ciertos rostros. He mantenido abierta la puerta al encuentro con lo que Thoreau le

pedía a la poesía: ‘La salud del lenguaje’. Se trata de volver a casa sabiendo que nunca me he ido, como diría el polaco Goyeneche de su barrio”. El tema del Festival es mito y utopía. ¿Qué le sugieren esas palabras? “Perdóneme que repita una suerte de poética que escribí con relación al Mito, y que ahora vuelvo a recoger en Tres caras de la luna. Es esta: Frazer cuenta cómo una tribu que invadía a los Malayos entró en contacto con una desconocida flor roja. Se reunieron, dice, en círculo alrededor de ella y extendieron sus brazos para calentarse. Tal vez el misterio de la poesía consista en convertir flores en fuego, en fundar el mito, atrapar el imposible. En cuanto a la Utopía, no olvidemos que en 1518 Tomás Moro señalaba que lo grande de ese país imaginado es que lograron suprimir la desigualdad. Social, racial, económica, en pugna con la acumulación y la usura con la que los centros de poder fomentan las guerras. Todo en Utopía era común, con ‘excepción de las mujeres’. Usted sabe que un lugar como ese no ha existido. Pero no por inexistente deja de ser deseable. ¿O nos arrullamos en la miseria aceptada de una sociedad que pacta con el horror y los autoritarismos?”I

De correría por Medellín SUS PRESENTACIONES. Juan Manuel Roca estará en la inauguración del Festival Internacional de Poesía, el 6 de julio, a las 4:00 p.m., en el teatro al aire libre Carlos Vieco, del Cerro Nutibara. El 10 de julio tendrá dos eventos: en el Club Censa Salón Fundadores (calle 50 #43-65) a las 11:00 a.m. habrá recital y conversación con el público, y a las 7:00 p.m. presentará, al lado del escritor Pablo Montoya, el libro de Sílaba Editores Tres caras de la luna, en

la Casa El Poblado, a las 7:30 p.m.

Teatro

FESTIVAL DE POESÍA. El Festival Internacional de Poesía de Medellín llega este año a su edición número 23. Las actividades se adelantarán en unos 150 escenarios de Medellín y su área metropolitana, y en ciudades como Ibagué, Bucaramanga, Barranquilla y Armenia. Mayores informes: www.festivaldepoesiademedellin.org.

GENERACIÓN, una publicación de el COLOMBIANO 19


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