Revista sin contornos 04

Page 1

Sin contornos Espacio de entramado psicoanalítico

4

Agosto 2016 – año 2 – n° 4 ISSN-2451-6465


Dirección, diseño, edición : Aníbal Damián Repetto Sin Contornos: Año 2, n°4 - Agosto 2016 Publicación de suscripción gratuita y acceso abierto. Domicilio legal: Av. La Plata 303, 6° E, Buenos Aires, Argentina Registro de la Propiedad Intelectual Nro. 5241827 Propietario: Aníbal Damián Repetto ISSN-2451-6465

sincontornos@gmail.com www.sincontornos.com

Todo el contenido está disponible para ser leído, descargado, copiado, distribuido, impreso, o utilizado para cualquier propósito que sea legal, sin necesidad de solicitar permiso previo al editor o al autor, siempre que se cite al autor y la fuente. Los diferentes autores participantes este número de “Sin contornos” son responsables por los textos por ellos firmados, tanto en lo que respecta a sus opiniones como al respeto a la autoría de aquellos autores a quienes citan o de quienes se nutren para sus escritos. 2


Sin contornos es un espacio para el intercambio, no solo de ideas, sino de diversos tipos de conocimientos y sensaciones artísticas, ¿relacionadas? con el psicoanálisis. El objetivo es encontrarnos en una zona de juego en la cual las fronteras entre uno y el otro estén totalmente desdibujadas, de manera tal que no exista lugar para cualquier tipo de oposiciones binarias estructurantes. No se trata de evitar la tensiones sino de utilizar la energía potencial que estas acumulan. Se trata de permitirse el descentramiento del eje organizador de lo determinante para abrirse paso a lo indeterminado como potencia des-organizadora, que fluya sin un centro al cual atarse, sin un límite ante el cual rendirse, sin un sistema de pensamiento dominante que nos someta a la repetición compulsiva. Un llamado a la potencialidad suplementaria de la diferencia.

3


Sin contornos – Agosto 2016

4


06 - Aníbal Repetto: Funciones no manifiestas de la pericia psicológica

13 - Diego Greco: Subjetividades en tiempos de lo real virtual. La aproximación a nuevas posibilidades

33 - Matías Bonavitta: Suicidio y narrativas populares

48 - Adriana Santagapita: Lo impulsivo y las adicciones: Un sufrimiento que se actualiza JUGANDO CON LAS LETRAS:

52 - Ariel Spadaro : Demorada 53 - Aníbal Repetto : Lágrima LEYENDO A :

54 - Jean Laplanche: El analista, un artesano de la desligazón 64 - Silvia Bleichmar: La constitución de la masculinidad y sus fantasmas

74 - TRAZOS Y MIRADAS 76 - CORTITAS Y AL PIE 77 - LOS AUTORES 78 - CONVOCATORIA Sin contornos – Agosto 2016

5


Funciones no manifiestas de la pericia psicológica ANIBAL REPETTO

El término pericia proviene del latín peritia, vocablo conformado por dos partes: la palabra periens, que puede traducirse como “probado”, y el sufijo “ia”, que es indicativo de cualidad. Por lo tanto, la pericia pude definirse como la habilidad, sabiduría, experiencia, en una determinada área, siendo el perito el poseedor de tal cualidad. En el ámbito jurídico el perito está insertado como un técnico, al servicio del poder judicial, en la relación entre la sociedad y el Estado. Se reconoce como función pericial el dar explicación a diferentes fenómenos relacionados con la conducta y el estado psíquico de determinadas personas, ante el requerimiento de un juez; encargándose de traducir sus conocimientos específicos, para que estos puedan ser comprendidos por este, y de este modo ser útiles al accionar de la justicia. Si bien considerada individualmente, la función pericial puede ser definida en los términos arriba señalados; en su función de conjunto, la pericia como tal, lleva a cabo otras tres funciones que, a diferencia de la explicitada asistencia al juez para una justa aplicación de la ley, sino reprimidas, por lo menos, son no manifiestas.

Sin contornos – Agosto 2016

6


Por tal motivo, al intentar definir “La Pericia”, y considerando todas sus funciones, manifiestas y no manifiestas, considero que la mejor forma de hacerlo es considerándola como “un vector de conocimiento del perito hacia el poder judicial”. Un vector representa una fuerza, y toda fuerza genera una acción. La diferencia entre las diferentes funciones de la pericia, va a estar dada por el punto de aplicación en el cual la fuerza lleve a cabo su accionar: una causa jurídica particular, la sociedad en su conjunto, el cuerpo teórico judicial, o el sujeto peritado.

a) Acción de la pericia sobre una causa jurídica particular: Tal lo expuesto líneas arriba, representa la función explícita del peritaje; a partir de la cual el perito actúa como auxiliar de la justicia, proveyendo al juez de medios probatorios no vinculantes, que se producen durante y para el proceso. b) Acción de la pericia sobre la sociedad en su conjunto: La transformación operada por la Revolución francesa implicó la reorganización de los poderes, con el ingreso de nuevos agentes: administradores locales, jueces, y médicos. La atribución al loco del estatuto de enfermo fue el punto de origen para que se cree la figura de la tutela, y se establezca una toma de poder por parte de la medicina. Otra metamorfosis fue la transformación de los aparatos de control, que pasan de ser coercitivos a ser persuasivos y manipulativos. Sin embargo, las prácticas represivas que amparaba el poder del rey, ahora son recubiertas de códigos y discursos médicos que permiten esquivar la sospecha de arbitrariedad. Foucault (1977) señala el paso de un poder centrado en la ley a un poder disciplinario, el cual ya no funciona por el derecho, la ley y el castigo, sino por la técnica, la normalización y el control.

Sin contornos – Agosto 2016

7


“La pericia psiquiátrica permite trasladar el punto de aplicación del castigo, de la infracción definida por la ley a la criminalidad evaluada desde el punto de vista psicológico moral….Lo esencial es que permite reubicar la acción punitiva del poder judicial en un corpus general de técnicas meditadas de transformación de los individuos” (Foucault, 2000, p. 31) Es legitimando a la pericia como instrumento que el poder no solo se asegura que el delincuente transgreda nuevamente la ley, algo que podría hacer con la imposición de un castigo, sino que ejerce sobre este, y a partir de allí sobre el resto de la sociedad, su poder normalizador; mecanismo que es justificado con la misión de proteger a la sociedad de la anormalidad, finalidad de llevar a cabo un ejercicio de control y normalización sobre la sociedad. Se trata de mecanismos

eficaces que se ubican en los intersticios de la ley en función de asegurando la persistencia de la normalidad. Se trata así de un continuo examen perpetuo de las regularidades, dentro del cual se va a evaluar a cada individuo para determinar si se ajusta a la norma; la cual no se define como una ley natural, sino por el papel de exigencia y coerción que es capaz de ejercer. Se trata de un poder que no es superestructural, sino que está integrado a la dinámica de fuerzas actuantes en todo nivel. Castel (1980) refiere que en su origen, al emitir un diagnóstico, el perito crea a un sujeto a tutelar. Señala que la pericia, como práctica instaurada en el corazón de la sociedad moderna (siglo XVIII), forma parte de un aparato centralizado de poder que permite una nueva gestión técnica de los antagonismos sociales, con la objetivos que lejos de los

Sin contornos – Agosto 2016

8


estrictamente jurídicos, se abocan al cumplimiento de una función de regulación social, o sea, de gobernabilidad y control, que suelen disfrazarse de razones honorables o científicas. El nuevo estado se limita a sancionar a quienes trasgreden el orden jurídico, y a respetar una supuesta libertad de los ciudadanos soberanos, para lo cual determinados individuos que transgreden la norma, como el loco, el criminal, el mendigo, y el niño, deben ser regulados por un estatuto diferente. Debido a la sobrepoblación imperante en los hospicios, en 1838, a partir de una ordenanza, se comienza a solicitar un certificado de locura extendido por un médico, que adquiere así su función pericial; función que más tarde se diversifica a otras poblaciones, convirtiéndose en una actividad de selección y clasificación que matiza un código a partir del cual tutelar a cualquier tipo de “anormal”. El rol de experto conquistado por el médico lo coloca así en un lugar de privilegio como salvaguarda de la población, con lo que adquiere así una función política derivada de su capacidad pericial. Rodríguez (2014) señala que la pericia consiste así en una técnica de poder destinada a traspasar los procedimientos de control y normalización hacia la conducta y el

acto, entre los cuales el poder establece una relación de saber. Así, el acto, jurídicamente calificado, es captado de un modo extrajurídico, en relación a la conducta individual, que pone en funcionamiento los procedimientos de control y normalización. De este modo la actividad pericial colabora en el mantenimiento del estado de situación establecido por el poder, y explicitado en sus leyes, las cuales determinan que es lo que se considera un delito o no, que es un derecho y que no lo es. Justificación del poder realizada desde el discurso científico que homologa ciencia a verdad, omitiendo el hecho de que la verdad es una creación humana; implementada por los humanos que detentan el poder. De este modo, la pericia tiene como función el ser partícipe necesaria de los procesos de normativización, control social, disciplinamiento, y reivindicación del poder. “Así pues, estamos en resumen, ante un sistema por partida doble, médico y judicial, que se estableció en el siglo XIX y del que la pericia, con su muy curioso discurso, constituye la pieza en cierto modo central, la pequeña clavija, infinitamente débil e infinitamente sólida, que sostiene el conjunto” (Foucault, 2000, p. 48)

Sin contornos – Agosto 2016

9


c) Acción de la pericia sobre el cuerpo teórico judicial: Si bien el juez recibe los saberes del experto como parte de un accionar técnico, tendiente a resolver determinados elementos puntuales de un proceso en curso; y si bien su lectura de estos saberes no tiene otro propósito que servir a los fines prácticos del accionar judicial particular para el que fue solicitada; el saber vectorizado hacia el juez, como representante del corpus teórico judicial, tiene el potencial de introducir una nueva forma de pensar lo psíquico. De este modo, así como el poder-saber implementa cuales son los umbrales, cuantitativa y cualitativamente, que establecen el paso de la normalidad a la anormalidad, de la acción moralmente aceptable a la transgresión; el saber-poder del experto puede intervenir en esa acción normalizadora ejerciendo su saber referido al psiquismo humano, y por lo tanto al bienestar humano, a través de su discurso pericial. De este modo, y contrarrestando la función normalizadora expuesta en el punto precedente, se ejerce una función educativa-formadora del concepto de lo humano al poder judicial, y por lo tanto al corpus teórico que regulariza el accionar humano, pudiendo así introducir conceptos tales como las series suplementarias (Rodulfo, 2012),

el registro de lo originario (Aulagnier, 1975), las escrituras de lo traumático (Benyakar, 2006), la deprivación (Winnicott, 1966), etc. d) Acción de la pericia sobre el sujeto peritado: La psicología, y principalmente el psicoanálisis, no puede ser considerado por fuera de la clínica. La pericia, si bien puede no otorgar el tiempo necesario para el establecimiento de transferencia, no se sustrae al establecimiento de un entre en el cual confluyen, y se constituyen, dos subjetividades. El sujeto no concurre a la entrevista pericial desprovisto de representaciones respecto al perito. De este modo, de acuerdo a lo planteado por Winnicott (1965) el perito es, para el sujeto peritado, un objeto subjetivo; o sea que, se amolda a una noción preconcebida, y debe tenerse en cuenta que la representación del analista/psicólogo es principalmente clínica. O sea que, el paciente trae una cierta creencia, o capacidad de creer, en una persona que lo ayude y comprenda, así como también trae desconfianza. El peritado es por lo tanto alguien sufriente que acude esperando que se confirme, escuche, avale, su versión de un hecho padecido. La escucha pericial tiene por lo tanto un efecto salutífero al actuar a modo de holding (Winnicott, 1960).

Sin contornos – Agosto 2016

10


“En lo que respecta a los males de la sociedad, el cuidado-cura puede ser en el mundo más importante incluso que el remedio-cura y que todo el diagnóstico y la prevención que implica lo que se suele llamar el enfoque científico” (Winnicott, 1970, p. 139)

Para que esta función clínica pueda desarrollarse satisfactoriamente es necesario brindar a la misma un encuadre humano, ya que, como señala Winnicott (1970) el psicoanálisis no consiste tan solo en interpretar el inconsciente reprimido, sino en proporcionar el marco profesional a la confianza en el cual

esa interpretación pueda ser llevada a cabo. Encuadre humano que entre otras situaciónes requerirá: a) que el lugar donde la misma se instrumenta no posea representación social sancionadora (como por ejemplo una institución judicial), b) que la consigna acerca de la función del perito sea clara, c) que no se obture lo que el periciado tiene por decir, por ejemplo siendo precavido con la implementación de test, así como con el tiempo, ya que el niño suele requerir más tiempo del que la justicia considera, d) que el sujeto sepa que nuestra misión no es el juzgarlo moralmente, ya que de eso se encarga el juez.

Sin contornos – Agosto 2016

11


Bibliografía: Winnicott (1970) plantea que estamos obligados a ser humanamente, y no mecánicamente, confiables; confiabilidad que debe estar incorporada a nuestra actitud en general. Señala que cuando estamos frente a otro ser humano, somos dos seres humanos de idéntico status, y las jerarquías se desvanecen, siendo la relación interpersonal lo importante. “Considero que el aspecto cuidadocura de nuestra tarea profesional nos proporciona un marco para la aplicación de principios que aprendimos en el comienzo de nuestra vida, cuando como personas inmaduras recibíamos un cuidado suficientemente bueno y una cura, por así decirlo, anticipada (el mejor tipo de medicina preventiva), de nuestra madre ´suficientemente buena´ y de nuestro padre. Es siempre tranquilizador comprobar que nuestro trabajo se vincula a fenómenos totalmente naturales , con patrones universales de la conducta humana y con lo que esperamos hallar en las mejores expresiones de la poesía, la filosofía y la religión” (Winnicott, 1970, p. 140)

−Aulagnier, P. (1975). La violencia de la interpretación. Buenos Aires: Amorrortu −Benyakar, M. (2006) Lo traumático. Clínica y paradoja. Buenos Aires: Ed. Biblos −Castel, R. (1980): El orden psiquiátrico. Edad de oro del alienismo. Buenos Aires: Nueva Visión (2009) −Foucault, M. (1961): Enfermedad mental y personalidad. Buenos Aires: Paidós −Foucault, M. (1976): Vigilar y castigar. Buenos Aires: Siglo XXI Editores −Foucault, M. (1977): Historia de la sexualidad. La voluntad de saber. Buenos Aires: Siglo XXI Editores −Foucault, M: (2000): Los anormales. Buenos Aires: Fondo de cultura económica −Rodríguez, R. (2014): Prácticas de poder saber en el discurso de la pericia. Revista Tabula Rasa. Bogotá. Nro. 21: 185-196 −Rodulfo, R. (2012). El psicoanálisis de nuevo. Cap. 1. Serie y suplemento. Buenos Aires.: Eudeba −Winnicott, D. (1960) La teoría de la relación entre progenitores-infante. En Los procesos de maduración y el ambiente facilitador. Buenos Aires: Paidós (1993) −Winnicott,D. (1965). El valor de la consulta terapéutica. En Exploraciones psicoanalíticas II. Buenos Aires: Paidós (1991) −Winnicott,D. (1966). Deprivación y delincuencia. Buenos Aires: Paidós (1991) −Winnicott, D. (1970). La cura. En El hogar, nuestro punto de partida. Buenos Aires: Paidós (1994)

 Aníbal Repetto

Sin contornos – Agosto 2016

12


Subjetividades en tiempos de lo real virtual. Una aproximación a nuevas posibilidades DIEGO GRECO “La intimidad como tantas otras esferas está siendo puesta en cuestión y no debemos temer que eso ocurra. La pantalla, la virtualidad, los dispositivos y todas las producciones que mediante esto se generan no hacen desaparecer la intimidad, sería mejor pensar que reconfigura sustancialmente sus fronteras de siempre las cuales indefectiblemente empiezan a perder vigencia”. (Rodulfo, R. 2013. p.81)

En la actualidad el hombre se encuentra atravesado por dispositivos virtuales que, sin saber a ciencia cierta cómo ni cuándo, se convirtieron en parte de nuestra vida, de nuestro cuerpo, y que, principalmente, cambiaron significativamente nuestra forma de comunicarnos y de relacionarnos. Tales dispositivos no admiten una lectura instrumental. No son meras herramientas que utilizamos sin más. Configuran una suerte de medio envolvente, que altera no solo el estatuto de la “realidad” sino de la misma subjetividad inmersa en ella. Dicho de otro modo, la “virtualización” de la realidad implica, a su vez, una virtualización de la subjetividad. Lo que parece a simple vista una afirmación es más bien el interrogante a desplegar. Ya que se trata de un tema reciente a nivel histórico, social y humano, debe ser abordado desde se una perspectiva que está inmersa en dicha transición.

Sin contornos – Agosto 2016

13


Lo nuevo ya está entre nosotros, e implica un cambio de paradigma que se manifiesta en cómo ha ido mutando la escena laboral, escena que bien puede leerse a partir del cambio ocurrido en el traspaso del capitalismo industrial al capitalismo informacional. La perspectiva psicológica, abordada alrededor de la construcción de la subjetividad en épocas de lo virtual-real, no puede desatender las condiciones históricas sociales y económicas que la acompañan y la impulsan. Tales condiciones tienen su implicancia en la clínica y los psicólogos tendremos, consecuentemente, que agudizar una actitud crítica y atenta respecto de las mismas.

fenómenos sociales. (Hardt y Negri, 2000) La forma y la dinámica de la producción fue cambiando para dar lugar a un tipo de producto enfocado en las necesidades del consumidor. Necesidades que, se fueron creando, transformando y dinamizando de forma cada vez más veloz. La producción comienza a estar subordinada a las demandas del mercado. El “consumidor” es el nuevo “producto” a producir. En tal construcción, se ve cómo se pasa de las bondades del producto a las condiciones existenciales del consumidor. ¿Quieres ser libre, joven, triunfador? Tienes que consumir. La publicidad le “habla” al consumidor “Tú que quieres ser feliz”, “Tú que quieres pertenecer”....

De la industria a la informática: Hubo un tiempo en el que la gente crecía naturalmente en las condiciones que hallaban esperándolos. Hoy en día, los procesos de volverse humanos y la propia naturaleza de lo humano fueron transformados fundamentalmente en el pasaje definido por la modernización. Sin embargo, hoy, la modernización parece haber concluido. La producción industrial ya no está expandiendo como en otras épocas su dominación por sobre otras formas económicas y otros

Las tecnologías de la información vuelven menos relevantes a las distancias. Las condiciones de lo “virtual”, como aquello que no tiene lugar más que en la circulación de la red misma, comienza a desplegar su potencia y a transformar el estatuto

Sin contornos – Agosto 2016

14


mismo de la realidad y del “estar presente”. Internet y las masas: Internet, la primera gran inflexión tecnológica de los últimos tiempos, terminó de plasmar la concepción post moderna del imperio de la imagen por sobre los demás sentidos apropiándose de la mirada, capturándola, a los fines (entre muchos otros) de acopiar la mayor cantidad posible de personas delante de alguna de las tantas pantallas, conducta que tiene precedente en la acción de mirar televisión. La cual, si la comparamos con el formato de internet, pareciera haber quedado

desactualizada, ya que todavía hay otro que programa y decide qué se ve y en qué horario. Freud (1921, p. 72) señala que: “Observaciones muy cuidadosas parecen demostrar que el individuo inmerso durante un cierto lapso en una masa activa muy pronto se encuentra (por efluvios que emanan de aquella o por alguna otra causa desconocida) en un estado singular, muy próximo a la fascinación en que cae el hipnotizado bajo la influencia del hipnotizador.. Los principales rasgos del individuo integrante de la masa son entonces: La desaparición de la personalidad consciente, de los sentimientos e ideas en el mismo sentido por

Sin contornos - Enero 2016

15


sugestión y contagio, y la tendencia a transformar inmediatamente en actos las ideas sugeridas” ¿Es este el juego que proponen los grandes operadores virtuales a través de sus dispositivos, proponiendo e imponiendo a diario una forma de hacer y de pensar? Las cuestiones inherentes a las masas y sus características, tal como las planteaba Freud, parecieran haber sufrido modificaciones que se van plasmando con el avance de la virtualidad. Ahora bien: ¿Cómo operarían los rasgos que Freud planteaba ante una población masificada en lo virtual? ¿Se puede hablar de desaparición de la personalidad consciente por sugestión y contagio? ¿O ya se debe entender, o al menos intentar pensar, que ya no hay un masificador? Quizá al haberse roto la concepción temporo-espacial, apoyada en la gran cantidad y velocidad de flujos de información, los que en un momento son masificadores, rápidamente pasan a ser masificados por el carácter de enlaces permanentes que propone la red. Pareciera que hay una masa conectada a la red, pero es una masa que se difiere constantemente hacia delante, donde no hay tiempo para que un masificador determinado pueda captar el suficiente quantum de atención como para que el Yo se

detenga a identificarse solo con un discurso. Para plantearlo de otro modo: ¿Cuál sería el sujeto de la red?. ¿Dónde habría de ubicarse el “líder”? Hoy quizá no es la misma modificación psíquica que imponía al individuo aquel masificador. Ni siquiera se sabe si se puede pensar en términos de modificación psíquica o habrá que pensar en modificaciones subjetivas entendiendo que ya virtualidad y realidad son coexistentes. Si acaso hay un “masificador” ya no es de carne y hueso y no persigue un fin determinado más que aquel que tiene que ver con la necesidad imperante de no abandonar la conexión. Acaso, ¿El “sujeto” de la red no es la red misma y su vertiginosa circulación? Internet como dispositivo es el gran masificador, es el que logró que casi todos los aspectos de la vida social se diriman en mayor o menor medida dentro de la pantalla. Cuestiones que también traen consigo el afecto son volcados a la red como lugar de respuesta a cualquier cosa que se quiera construir o expresar. He aquí nuestro gran masificador actual que lejos de querer hipnotizar subjetividades quiere alimentarse del uso que estas hacen de la red. Más, resta aún pensar, y no es tarea fácil, ¿cuál será el estatuto de esta subjetividad allí implicada?

Sin contornos – Agosto 2016

16


Subjetividades en red, ¿En-red-adas?: Las máquinas y la cibernética redefinen cuerpos, mentes y por ende modos de relación (Hardt y Negri, 2000). Se convierten en nuevas prótesis integradas a nuestros cuerpos y mentes, y en una lente a través de la cual redefinimos nuestros propios cuerpos y mentes. La comunicación entre las personas está cada vez más mediada obligando a un tipo de relación en el cual se produce habitualmente la ruptura espacio temporal. Y, como al hablar de modos o formas relacionales, se incluye a su vez el afecto, surge la pregunta: ¿Cuáles serán las nuevas formas afectivas que surgirán de tan vertiginoso cambio? ¿Qué ocurrirá con la proximidad física entre las personas? Sibilia (2008) señala que a partir de la exposición desmedida del yo en la virtualidad, y de la necesidad permanente de mostrar e intentar ser distinto, estamos frente a una incitación permanente a la creatividad personal, la excentricidad y la búsqueda de diferencias, que no cesa de producir copias descartables de lo mismo. Grandes ambiciones y extrema modestia parecen ir de la mano, en esta insólita promoción de ustedes y yo que se disemina por las redes interactivas glorificándose la menor de las pequeñeces, mientras

pareciera buscarse la mayor de las grandezas. ¿Voluntad de poder y de impotencia al mismo tiempo? ¿Megalomanía y escasez de pretensiones? La humanidad se encuentra ante la necesidad de navegar las cambiantes y turbulentas aguas de la virtualidad para encontrar espacios y fisuras que lleven a ensayar otras formas de comunicación y otras formas de estar en el mundo. Bauman y Dessal (2014) señalan, respecto del concepto de liquidez y su desembarco en la subjetividad, que a la decadencia de dios y del padre, le sigue la entronización de la técnica como instrumento de un liberalismo desnudo, desembarazado de sus clásicos disfraces morales e ideológicos. La globalidad ha diluido todo aquello que se empeñe en conservar su especificidad o su diferencia. Se podrá objetar a esta última afirmación que el estado líquido de la civilización es al mismo tiempo un caldo que permite el cultivo de formas alternativas de ser, amar y gozar. Pero no olvidemos que el discurso contemporáneo solo admite la diferencia en la medida que no comprometa ni enfrente los intereses del mercado. Solo a partir del momento en que la comunidad gay muestra su potencia en el concurso general del consumo, comienza a ser reconocida por el discurso dominante. De este modo cualquier disimetría es bienvenida

Sin contornos – Agosto 2016

17


siempre y cuando se asimile a la normativización del sistema global, convirtiéndose así en un nuevo producto. Seguridad virtual. ¿Subjetividades encerradas?: Algo que históricamente ha sido parte de la constitución humana es el carácter irreconciliable que siempre existió entre libertad y seguridad (Bauman y Dessal, 2014). Una actúa en detrimento de la otra. Los impulsos instintivos de los seres humanos chocan indefectiblemente contra las exigencias de la civilización, empeñada en combatir y vencer las causas del sufrimiento humano. La civilización es, por lo tanto, una transacción; en la cual, para obtener algo de ella, hay que renunciar a otra cosa. A fin de lograr una vida satisfactoria, soportable, vivible, son tan imprescindibles las libertades de actuar según los propios impulsos, urgencias, inclinaciones y deseos, como lo son las restricciones impuestas en aras de la seguridad. Una seguridad sin libertad equivaldría a esclavitud. Una libertad sin seguridad desataría el caos. (Bauman y Dessal, 2014). Tal vez el ser humano haya encontrado en la virtualidad cierta tranquilidad y protección a las constantes amenazas que se suceden

a diario en el mundo. Es más seguro estar puertas adentro y consumir conexión que salir a la calle y cerciorarse cuán riesgosas pueden ser las cosas. El miedo impuesto, estudiado y con un marketing impecable logra que consumamos seguridad virtual. Subjetividades instantáneas. Copy and delete: Hoy, una de las principales tareas de socialización (entendida ésta como la preparación para la vida conforme a las normas sociales) consiste en provocar y facilitar desde la virtualidad y desde el mercado publicitario el ingreso en el juego y el mundo de las compras, esta actividad se vuelve imperante para incrementar las oportunidades de permanecer en el campo del juego mercantilista evitando la amenaza de la exclusión. Lo que atormenta a los jóvenes hoy día (Bauman y Dessal 2014) ya no es el exceso de restricciones y prohibiciones insidiosas, temibles y demasiado reales, sino la abrumadora y vasta expansión de las opciones aparentemente abiertas por el don de la libertad consumista. Hoy, las ansiedades de los jóvenes y sus consecuentes sentimientos de inquietud e impaciencia, así como la urgencia por minimizar los riesgos, emanan por un lado de la aparente abundancia de opciones, y por otro

Sin contornos – Agosto 2016

18


del temor a hacer una mala elección, o al menos a no hacer la mejor disponible; en otras palabras, del horror a pasar por alto una oportunidad maravillosa cuando aún hay tiempo (fugaz) para aprovecharla. En su búsqueda de aceptación, el yo se expone a las reglas del juego: ninguna representación del yo, por muy instantáneo que resulte su éxito, es segura a largo plazo. Lo que hoy es de rigor, mañana estará en el camino de lo antiguo o tal vez de lo poco legible. Mantener actualizada la representación es una tarea de.

veinticuatro horas al día todos los días, e internet funciona con ésta lógica temporal Los lazos y compromisos sociales son percibidos como “instantáneas pasajeras” dentro de un constante proceso de renegociación, en contraste con los vínculos estables destinados a perdurar por tiempo indefinido. Las formas relacionales que se constituyen desde la inmediatez, el cambio y la fugacidad. Lo nuevo arriba a una velocidad fulminante y se esfuma en instantes. ¿Dónde se debe buscar el sustento sólido de los vínculos? ¿Habrá que

Sin contornos – Agosto 2016

19


comprender que con el tiempo dejarán de existir las antiguas formas vinculares? Fetichismo, deseo y objeto: Subjetividades deseantes El deseo se instala en esa rueda sin fin que propone el consumo, tentando, ofreciendo y dando permanentemente valor a la urgencia de comprar objetos los cuales, la gran mayoría de las veces, no son indispensables para la vida. El deseo nunca se satisface y el consumo pretende que lo mismo ocurra con él. Un objeto de consumo no es sinónimo de un objeto de la necesidad. Si los seres humanos se conformasen con los objetos de la necesidad, o dicho de otra manera, si los seres humanos sólo estuviesen regidos por los rigurosos imperativos de la necesidad, el capitalismo sencillamente no habría podido existir. Bauman y Dessal, (2014) señalan que Marx fue uno de los primeros en vislumbrar ésta cuestión cuando habló de la mercancía y su carácter fetichista. El brillo de la mercancía que nos deslumbra oculta el verdadero fin de la misma. Cuando miramos un objeto y quedamos fascinados con él, por el motivo que fuere, esa fascinación generalmente nos impide ver qué hay detrás del objeto.

Es en el punto de la no satisfacción del deseo que la mercancía y el consumo actúan de manera funcional, ofreciendo continuamente objetos para llenar un espacio que nunca puede ser llenado. En estos tiempos pareciera que el fetichismo puede adoptar una forma masificadora, apoyándose en la permanente necesidad de mostrar que se ha instalado en las relaciones humanas. Lo que oculta para cada sujeto el consumo y su fetiche es singular y es esa una de las circunstancias que le otorga el carácter de singularidad al ser humano. Si el deseo no es una relación con un objeto sino con la falta, entonces el consumo puede encastrar en la falsa ilusión de una completud que nunca es tal pero que engaña infinidad de veces y, muchas, a la perfección. Es allí donde radica el éxito masivo del sistema capitalista, reinventado con mucha más fuerza a partir de la creación de internet y su masiva y veloz expansión. Finalmente utopías y completud corren en busca de lo mismo: algo o alguien que explique todo de una vez y para siempre, lo que derivaría en una completud imposible de tolerar. Aquello que no tenemos, lo que no conocemos y, por sobre todo, aquello que no tiene explicación es el motor que nos mueve para seguir buscando

Sin contornos – Agosto 2016

20


. La gran ilusión que promueve la tecnología es llegar a esa meta inexistente siendo el consumo el vehículo elegido para dicha empresa. ¿Cuál es el lugar que ocupa la virtualidad en el entramado que conforman el principio de placer y el principio de realidad? ¿De qué manera y en qué porcentaje podría colaborar a construir una subjetividad que se recuesta más en la fantasía virtual que en la realidad? Realidad/Virtualidad, ¿Una dicotomía extinta?:

Lo que hoy muestra el avance tecnológico es una gran velocidad de acceso a la información y un vastísimo caudal de información, base más que sustentable para pensar qué sucede con el Yo en la red, un Yo que no se construye con una identificación de uno a uno sino que está inmerso y atravesado en la multiplicidad de otros Yo, y se va moldeando a través de la intersección de las experiencias que transita tanto en lo virtual como en lo real. Y es aquí, donde es interesante proponer otro punto de partida; no hay dualidad u oposición entre realidad y virtualidad, entre la vida on line y off line. Sencillamente forman parte de la misma construcción. Romper con la

dicotomización realidad/virtualidad es la base para poder pensar distintas cuestiones inherentes a la construcción subjetiva desde un lugar distinto. Un repaso sobre las miradas: El imperio de la mirada, en el ser humano, en gran parte ha sido construido en detrimento de los otros sentidos. El crecimiento de lo virtual tuvo y tiene gran incidencia en esta construcción que hace de lo visual el sentido por excelencia. El sujeto humano es tanto la prolongación de sus objetos como lo contrario. Las tecnologías comprometen la transformación del usuario en tanto que establecen nuevas relaciones entre éste y sus medios. La técnica ha inventado al hombre en la misma medida que el hombre ha inventado a la técnica. Internet hace pasar la mirada del sujeto a la pantalla. Siguiendo a Debray (1994), la pantalla es siempre un ya visto. Y es, consecuentemente, una visión sin mirada. A su vez, ese “ya visto” es algo que se construye a diario por los usuarios. Bryson (1991) señala que así como el habla no crea las palabras que habla, ni controla sus significados pues estos entran en una red de significantes que multiplican sus sentidos; cuando miro, lo que miro ya

Sin contornos – Agosto 2016

21


está formado por redes y significaciones anteriores a mí. Una red de significaciones, un conocimiento que se forma y se extiende sin un punto céntrico y sin ningún anclaje fijo, algo que acerca a la noción de lo comunitario, un aporte que surge no de una línea de mando sino desde cada sujeto, un rizoma que conecta producciones sin necesidad de una estructura piramidal. Todo eso y más, tal vez sea internet. Cambio tecnocultural: Un nuevo concepto de comunicación ha emergido y excede ampliamente al viejo concepto porque incluye datos completamente impensados hasta hoy como, por ejemplo, la comunicación hombre-máquina (Berger, 1983). La comunicación ya es, hoy, pensable no sólo en términos de una comunidad dada de elementos, sino en los construidos de una relación entre elementos dispares, entre series heterogéneas. ¿Dónde se trama la subjetivación? Un sitio amplio de subjetivación, eso parece mostrar la virtualidad y sus dispositivos. Las pantallas han cambiado nuestra cotidianeidad, nuestra intimidad, en la cual muchas veces parece no existir reparo en mostrar gestos y rutinas inherentes a dicho ámbito. Pero, siendo la esfera de lo íntimo

una construcción cultural, quizá no sorprenda tanto que, a medida que las producciones y las construcciones culturales adquieren otro formato, la intimidad como tal, también sufrirá cambios sustanciales. Ricardo Rodulfo (2013) señala la importancia de reformular cuestiones históricas tomando en cuenta el momento de gran transicionalidad que atraviesa la humanidad. El concepto de lo íntimo no escapa a dicha reformulación. Rodulfo, plantea una hipótesis: en la cual toma cinco instancias de subjetivación de manera “no exhaustiva”: la familia, la escuela, los pares, la pantalla y todo el campo de lo ficcional, de la ficción (el cuento, el mito). En lo referente al Psicoanálisis, este también deberá al igual que las demás corrientes psicológicas, intentar nuevos postulados. El Psicoanálisis se dedicó y forjó gran parte de su especificidad y de su prestigio en una sola, la instancia de lo familiar; la familia como el lugar de subjetivación. A eso se dedicó en general el psicoanálisis, creo de una manera muy personal, única y con generaciones que trabajaron arduamente y que nos legaron muchas ideas, muchas redes conceptuales y teóricas. Les damos valor y las seguiremos utilizando y reutilizando, pero el psicoanálisis se dedicó unilateralmente a eso. La cuestión es si hoy tal delimitación no

Sin contornos – Agosto 2016

22


se ha tornado restrictiva y ya no alcanza para hacer nuestro trabajo. Para el psicoanálisis lo familiar y lo reducido a lo edípico queda establecido como lo primordial. Y todo aquello que no lo es (nada menos que el resto del mundo) lo social, lo cultural, lo político queda colocado en un lugar secundario; secundario cronológicamente y secundario en cuanto al peso psíquico que le otorga. Adentrarnos de manera profunda y minuciosa en la ficcionalidad que propone la coexistencia de lo real con lo virtual parece ser el gran desafío a tener en cuenta en estos tiempos. Buscar cuáles son las nuevas tramas inconscientes que se están gestando a través de la multiplicidad de posibilidades que ofrece la virtualidad de manera activa en la construcción subjetiva, bien puede ser una tarea a considerar. Hay un universo relacional que se da en la conjunción de lo real y lo virtual y que excede ampliamente los círculos más cercanos de relación y que tiene, quizá, la misma o mayor importancia que las relaciones familiares habitualmente consideradas como radicalmente primarias. La condición estructural que presenta la red: esto es, la no centralidad de la misma, su conectividad múltiple no factible de ser interiorizada, bien puede desmitificar las antiguas

concepciones de lo familiar y de lo social, concebidas a modo de círculos concéntricos, cerrados sobre sí. La red, como tal, pero también, si se quiere, como metáfora, despliega conexiones arbitrarias en una espacialidad abierta. ¿Cómo no habría de afectar tal distribución a los modos de relación y, consecuentemente, a la constitución misma de la subjetividad? El funcionamiento “rizomático” de la red, término que tomamos prestado de Gilles Deleuze y que implica una multiplicidad heterogénea de producción abierta, muestra la posibilidad concreta de un modo relacional sin jerarquías, a-centrado y abierto que, indefectiblemente, afecta y transforma la producción misma de subjetividad. . Internet logró que el control se descontrole y que, consecuentemente, el concepto de “centro” (palabra asociada a figuras y modalidades de poder) se encuentre inexorablemente modificado. Correrse del centro puede llegar a ser una manera de lograr más libertad para que aparezca la dimensión de lo propio o la dimensión de una forma del deseo descentrada a su vez; es decir, no necesariamente sometida a una estructura de la falta, Edipo y la castración. En un mundo en el cual se comienzan a borrar cada vez con mayor frecuencia las fronteras es menester

Sin contornos – Agosto 2016

23


que tanto el psicoanálisis como cualquier otra corriente psicológica no cierre sus fronteras reclamando jurisdicción sobre un único territorio. Tomando en cuenta que las conformaciones familiares ya no son como hace veinte años atrás, este solo motivo es suficientemente importante para replantear teorías y abrir nuevos caminos de encuentro con las nuevas subjetividades. La pantalla, como un cuarto miembro virtual de la familia, está por todas partes en la casa, bombardeando con mensajes, ideales y consignas independientes de los padres y su genealogía, sea que entren en conflicto con ellos o se articulen más o menos armoniosamente, independientemente de ellos; hecho que el pequeño percibe muy bien y rápidamente. Su dimensión virtual se desata de la oposición clásica, demasiado clásica, de presencia/ausencia con la que el psicoanálisis se había manejado hasta entonces, incorporando una tercera modalidad que Derrida designó como “no presencia”, sin duda el término más adecuado para lo virtual y para lo fantasmático de lo virtual, que no está ni vivo ni muerto La pantalla, al igual que el significante, tiene su vida propia. Esta apreciación lleva a creer y a ver (cada día más) que, al igual que con el significante, la subjetividad teje

una amplia y compleja red de escrituras y relaciones con la imagen. Tal evidencia no debería ser pasado por alto. Cada vez hay más vida por fuera de lo familiar. Mas esto ocurre incluso puertas adentro. Vínculos virtuales no familiares se tejen dentro del ámbito familiar. La familia también está descentrada. Lo íntimo ya no es sólo lo familiar. Lo familiar ya no es sólo familiar y ese giro debería alcanzar para empezar a repensar que tal vez la subjetividad es mucho más rizomática y carente de jerarquías a la hora de trazar un podio de importancias en su configuración. Hoy, sólo con la pantalla alcanza para armar cosas. La realidad interpela de otra manera, con otras construcciones y esto ocurre en líneas generales. Pareciera que es momento de comenzar a pensar lo extra familiar (dimensión en la cual lo real/virtual entra indefectiblemente en juego) como parte constitutiva y constituyente de la subjetividad y no relegándolo a una posición secundaria. Los dispositivos desparramados en la arquitectura del hogar, bombardeando permanentemente con mensajes de todo tipo y empujando a un consumo fluido, son ya parte integrante de lo familiar. Hay allí toda otra vida que poco tiene que ver con lo que dicen

Sin contornos – Agosto 2016

24


mamá y papá. Hay alli toda otra vertiente, fluida y poderosa de información y de conectividad en la cual están implicados no sólo los niños y los adolescentes sino todos. Los dispositivos, sin poder de elección por parte del sujeto, atraviesan las relaciones con los demás idefectiblemente. La tecnología ya no sólo es parte del afecto sino que trae consigo efectos. Hiperrealidad como concepto: En la virtualidad convergen los discursos, cientos de discursos, con un carácter simultáneo y a gran velocidad. Debido a la tecnología los tiempos de procesamiento son cada

vez más veloces y el ojo humano se entrena, sin saberlo, para adaptarse a esos cambios. Se puede distinguir, como lo hace Baudrillard (1977), una realidad de otra, llamada hiperrealidad. La mayoría de los aspectos de la hiperrealidad pueden pensarse como "experimentar la realidad a través de la ayuda de otro", en tanto que ese otro es algo ajeno a mí mismo. Por ejemplo, un consumidor de pornografía empieza a vivir en un mundo irreal que es creado para él por la pornografía y, aunque ésta no es un retrato fiel de lo que es el sexo, para éste consumidor la "verdad" de lo que es realmente el sexo deja de ser algo trascendente.

Sin contornos - Enero 2016

25


Es interesante pensar este concepto (el cual es posible en gran medida gracias a los mundos que crea la virtualidad) haciendo una diferenciación de la fantasía. Si bien la fantasía en su construcción toma elementos varios de la realidad para construir su guión (el resto diurno del cual Freud hablaba en la construcción onírica sirve de ejemplo) ésta no deja de ser una novela que transcurre dentro de nuestra psiquis. En cambio, lo hiperreal desplaza a la realidad misma para llevar a ese sujeto a transcurrir la experiencia allí, en lo hiperreal; experiencia que sale de la psiquis para ser vivida en otro lugar. Baudrillard (1977) plantea cuatro etapas: Al principio la imagen es solo un reflejo de la realidad, luego en un segundo paso la disfraza y la falsea, tras esto oculta la ausencia de una verdadera realidad y finalmente la imagen no tiene ninguna relación con la propia realidad, es puro simulacro. ¿Y si la realidad se disolviera ante nuestros ojos? ¿No en la nada sino en lo más real que lo real? Como expone Baudrillard la simulación no se corresponde ya con un territorio, una referencia o una sustancia, sino que es la generación, por los modelos, de algo real sin origen ni realidad. Es decir, de algo real más real que lo real: hiperreal. No se trata simplemente de que la

simulación se convierta en el homólogo de la realidad sino que es lo real lo que el simulacro intenta hacer coincidir con la simulación disipando la noción de una realidad por fuera de ella que le serviría de referente. Baudrillard habla del poder de la imagen y dice que lo que ha estado en juego siempre es el poder mortífero de las imágenes, asesinas de lo real, asesinas de su propio modelo. Está a la vista, exponencialmente, la construcción gigante que hoy se hace de la imagen. Las grandes “verdades” tienen su correlato en lo visual. Todo es filmado, todo es registrado y lo filmado y registrado refiere a otro filmado y a otro registrado en una suerte de circuito autorreferencial. Lo vemos a diario en programas televisivos cuyos contenidos son programas televisivos. Para Baudrillard el mundo real ha sido sustituido por un mundo más real que el real. Es aquí donde podemos señalar una doble función, ambigüa y paradójica, si se quiere, de los avances tecnológicos; por un lado, se supone, nos engañan y, sin embargo, por otro, colaboran en la construcción de nuestra vida cotidiana. La tecnología es, en este sentido, del orden del simulacro. Más allá de la radicalización del planteo de Baudrillard, nos parece

Sin contornos – Agosto 2016

26


que la noción de hiperrealidad expresa, a su manera, el colapso de los dualismos tradicionales (verdadero/ falso, real/ irreal, real/ ficcional) que sostenían el andamiaje de nuestro mundo y de nosotros mismos poniendo de manifiesto una coexistencia extremadamente perturbadora. La noción de “real virtual” y de “virtual real” que aquí exploramos es, sin duda, signo de tal dislocación. La red : Trabajo en red, intercambio de contenidos múltiples para elaborar y crear cientos de producciones conjuntas parece ser una concepción muy distinta de aquella que muchas veces manifiesta una tendencia apocalíptica en referencia a la red. En este sentido resulta fundamental diferenciar consumir de producir. Consumir contenidos en la red difiere enormemente de producir en red. Napster fue quizá el primer programa que logró una vida social on line. Y quizá no sea una casualidad ni un artilugio del destino que la primera comunidad on line se haya logrado a través de un lenguaje común a la humanidad como lo es la música. Se necesita un lenguaje en común para lograr que algo se disemine con velocidad, un lenguaje que, a su vez, traspase las barreras idiomáticas. La música se impuso como precursora.

Napster fue la plataforma, el caldo de cultivo para lo que vino luego y que ya no sería solamente de contenidos musicales. En la replicación del carácter horizontal que propone internet a la producción, esté, quizá, la oportunidad de un apropiación colectiva de herramientas de liberación o de resistencia al consumo pasivo e indiscriminado. Tal es la apuesta al porvenir como declinación del capítalismo que algunos pensadores contemporáneos, como Hardt y Negri entre otros, expresan viendo en la producción virtual, aquello que llaman “trabajo inmaterial”, una radical posibilidad de transformación. Procesos de Subjetivación : Horizontalidad, a-centralidad, vertiginosidad, multiplicidad, pasajes de lo individual a lo colectivo, abolición del espacio, condensación del tiempo, perturbación de los dualismos y de las netas diferenciaciones que hasta ayer nos organizaban, no dejan de generar una profunda incertidumbre. Incertidumbre que se manifiesta según un amplio espectro de valoraciones negativas y positivas respecto de la tecnología y la virtualidad. Pal Pelbart (2009) plantea el fin del sujeto centrado, el palidecer de los

Sin contornos – Agosto 2016

27


afectos tal como están concebidos, el desvanecimiento del gran tema del tiempo, la memoria y el pasado; la irrupción de un eterno presente de fascinación con su efecto alucinógeno y la deshistorización generalizada. Lo interesante es que lo mismo que aparece como apocalíptico se presenta, a su vez, como abriendo espacios para nuevas posibilidades y transformaciones. “Las crisis son oportunidades” La noción de crisis sirve para comprender que si, en este momento, la subjetividad está atravesando fuertes corrientes de cambio, es en este mismo cambio donde radica la posibilidad de soltar viejos moldes que se repiten culturalmente durante siglos para dar lugar a nuevas composiciones. Quizá se encuentre aquí la posibilidad de encontrar algo nuevo y genuino. Las “nuevas formas de subjetividad”, lo que Foucault llamó “procesos de subjetivación”, son concebidas como modos creativos de inventar una vida capaz de resistir a las formas del capitalismo imperante. Formas que supieron diseñar y promover un sujeto individual, centrado en sí mismo. Pelbart (2009) señala que así como el capitalismo necesita de manera imperante rasgos plásticos en la subjetividad para acomodar de manera rápida y masiva los objetos de consumo, es esa misma plasticidad la que ofrece

posibilidades para nuevas subjetividades a través de poder reinventar pliegues y resistencias, cambiar estrategias, producir nuevas líneas de fuga y por ende reformular vínculos. La virtualidad sigue cambiando y modulando la subjetividad de la humanidad y es demasiado pronto aún para saber qué consecuencias o hacia donde mutará todo este caudal de cambio. En torno a la virtualidad, a su dinámica veloz, a su construcción rizomática carente de jerarquías, se puede ensayar ideas respecto de lo que vendrá. Imaginar si en un futuro la idea de identidad y de subjetividad puede comenzar a pensarse y materializarse, no como algo único e inamovible, sino como un flujo de velocidades capaz de manifestarse con características rizomáticas, en varias posibilidades de ser, sentir y relacionarse. Puede ser también un ensayo para futuras formas de no ser atrapados por los procesos mercantilizadores que propone el capitalismo. Un flujo de velocidades que se transforma en la retroalimentación que propone un rizoma es siempre más difícil de ser colonizado. Hoy, por sobre todas las cosas, se consumen flujos: flujos de imagen, de información, de conocimiento, de servicios, que formatean nuestra subjetividad, revolviendo nuestra inteligencia y conocimientos, nuestras conductas, gustos, opiniones, sueños

Sin contornos – Agosto 2016

28


y deseos; en suma, nuestros afectos. Cada vez más, se consumen formas de ver y de sentir, de pensar y de percibir, de habitar y de vestir, o sea, formas de vida. Y esta tendencia va en aumento, incluso entre los estratos más desposeídos de la población.No sólo se trata de que los flujos consumidos afectan a nuestra subjetividad, sino de que éstos mismos tienen una dimensión propiamente afectiva. El trabajo inmaterial es trabajo afectivo en el sentido de que sus productos son intangibles: sentimientos de tranquilidad, bienestar, satisfacción, excitación, pasión, y hasta la sensación misma de estar simplemente conectado o de pertenecer a una comunidad. Debe ser de sumo cuidado el sacar conclusiones apresuradas y sobre todo apocalípticas cuando se refiere a todo lo que está siendo atravesado por la virtualidad. Se está ante modos de producción que exigen cooperación, conocimiento, imaginación colectiva. La producción de subjetividad basada en intercambios intelectuales y valores afectivos ocupa un lugar cada vez más central en el proceso productivo. Y si esto sucede hay nuevos caminos por descubrir y nuevos enlaces por crear. En un mundo donde el conocimiento está al alcance de casi todos, la

diferencia la hace aquel que pueda crear. Antes el que obtenía la información hacía diferencia, porque en el mundo pre internet los motores de búsqueda eran lejanos entre si y de una lentitud que hoy ya nos resulta impensada. Hoy la información es desbordante y se necesita saber qué buscar y cómo desmenuzarlo para hacer una diferencia creativa que capte la atención de los millones de usuarios que navegan a diario por las autopistas virtuales. No perderse en el anonimato puede ser la gran trampa mortal que propone este sistema. Mas comprender, a su vez, que el anonimato puede ser la base de una construcción subjetiva plena será, posiblemente, tarea para los profesionales de la salud en lo que respecta a poder ayudar a la gente a no ahogarse en el espejo narcisístico que propone constantemente la red. Si, por otro lado, la red ofrece cientos de posibilidades de relación, de trabajo en equipo, de producción de contenidos basados en lo que el otro realiza, entonces podemos pensar (quizá contrariamente a la impronta narcisística) que la red también ofrece posibilidades de vínculos, de contenidos que ponen en juego el afecto.

Sin contornos – Agosto 2016

29


Pareciera ser que cada vez más este sistema necesita de las capacidades subjetivas, capacidades que funcionen en la retroalimentación que propone la red. La idea de un conocimiento y de procesos creativos dados de forma rizomática hace pensar en la posibilidad de una inteligencia puesta al servicio de la creación pero sin la pérdida de tiempo que plantean los procesos subjetivos basados en la competencia permanente y en su posterior jerarquía que dan como resultado sujetos extremadamente narcisistas, aislados y de corte individualista. En otras palabras, y para retomar el eje de esta reflexión: la condición del trabajo inmaterial es la producción de subjetividad, el contenido del trabajo inmaterial es la producción de subjetividad. O sea, la producción de subjetividad atraviesa tanto el proceso de trabajo como su producto. Entonces nos parece atinado y necesario poder pensar que si la producción subjetiva (más allá de estar secuestrada en gran porcentaje por el sistema) es motor imprescindible para la creación de capital, en algún momento, no sabemos cuándo, se pueden comenzar a gestar producciones colectivas que tengan el efecto de viralizar formas de construir no ya

otros productos sino otras formas en presencia de otro sistema. Es necesario abordar esta temática con una perspectiva de transición ya que la cantidad de flujos y de intensidades todavía (y seguramente por mucho tiempo) circula de manera poco clara, y solo el tiempo y sus circunstancias acomodan los grandes cambios. Será, por lo tanto, importante estar atentos a las nuevas relaciones que produce el trabajo inmaterial y a las masas que están por fuera del sistema sin posibilidad alguna de dialogo con él, así como también prestarle suma atención a las posibles líneas de fuga que se vayan sucediendo en este capitalismo neo anárquico porque es allí donde pueden surgir nuevos caminos. CONCLUSIONES: Internet es un dispositivo complejo, y como tal, de múltiples lecturas. Aquello que elijamos ver y usar de la red va a ser seguramente lo que nos posicione ante ella, pero no debemos perder de vista que esta revolución informática y social muestra una rendija de luz que resplandece. Y es nada menos que aquella que señala que las fronteras (de todo tipo y forma) se pueden diluir. Con internet se abre la posibilidad de una horizontalidad que se encuentra en la propia constitución de la red, en la

Sin contornos – Agosto 2016

30


posibilidad de construcciones de sentido comunitarias que, entre otras cosas, dan la posibilidad de alimentarse, y si se puede, apropiarse creativamente de los lazos solidarios que propone la red. Hay en la red millones de personas en línea que tienen un entendimiento muy diferente de lo que es la autoridad, el poder y el funcionamiento del mundo. La autoridad vertical aplasta la subjetividad, los cuerpos y las ideas; en cambio, aquello que es horizontal teje otros tiempos y otras distancias. Distribuye el peso de las ideas de otra manera a la vez que abre un espacio de interconectividad descentrada en pos de una multiplicidad con otros. Hay una mirada bastante polarizada respecto de lo Que está sucediendo con La tecnología y sus dispositivos. Algunos autores tienen una idea apocalíptica y otros ven esperanzas en las nuevas configuraciones. Creemos que nada puede suceder de manera tan apocalíptica ni nada puede ser enteramente esperanzador y positivo. Es útil realizar el ejercicio de no pensar en principios ni finales,

En blancos y negros, buenos o malos, sanos o enfermos, ganadores o perdedores. Todo este mundo binario tiene su correlato visual y nos obliga de manera mucho más inconsciente de lo que creemos a vivir en todo momento optando entre una u otra cosa, ya que parece ser ésta la condición para encajar con el otro, para que una idea “cierre”, para que un discurso suene creíble o lógico. Comenzar a pensar por fuera de este frontón que siempre devuelve la misma pelota, es intentar recorrer las tramas sin un posible fin, es intentar caminos que sólo sean eso, caminos.

Sin contornos - Agosto 2016

Diego Greco

31


Bibliografía: -Bauman, Z. Dessal, G. (2014) El retorno del Péndulo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica -Baudrillard, J. (1977) Cultura y Simulacro. Ed. Kairos. Barcelona. -Berger, R. (1989) Videoculturas de fin de siglo. Liguori Editores.Madrid. -Bryson, N. (1991) La Lógica de la Mirada. Editorial Alianza. Buenos Aires. -Debray, R. (1994) Vida y muerte de la Imagen. Editorial Paidos. Buenos Aires. -Deleuze, G. (1991) Posdata Sobre las Sociedades de Control. Recuperado de: www.philosophia.cl/ escueladefilosofiauniversidadArcis. -Freud, S. (1921) Psicología de las Masas y Análisis del Yo. Tomo XVIII. Obras Completas Madrid: Amorrortu -Hardt, M. Negri, T. (2000) Imperio. Harvard University Press. Masachussets. - Mc Luhan, M. B.R, Powers. (1989) La Aldea Global. Editorial Gedisa. England. -MENESES, J. (2007) Nota sobre “La vida en la pantalla” Turckle, S (1997) www.uoc.edu/uocpapers -Pal Pelbart, P. (2009) Filosofía de la Deserción. Editorial Tinta Limón. Buenos Aires. -Rodulfo, R. (2008) Futuro Porvenir. Editorial Novedades Educativas. Buenos Aires. -Rodulfo, R. (2013) Andamios del Psicoanálisis. Editorial Paidos. Buenos Aires. -Rodulfo, R (2004) El Psicoanálisis de nuevo.Editorial Eudeba. Buenos Aires. -Sibila, P. (2008) La intimidad como espectáculo. Editorial FCE. 1er edición. Buenos Aires. -Virilio, P. (1999) La Bomba Informática. Editorial La Marca. Madrid.

Sin contornos – Agosto 2016

32


Suicidio y narrativas populares MATIAS BONAVITTA

En el presente artículo, y mediante los aportes del psicoanálisis y la antropología, se lleva a cabo la reflexión en torno al suicidio y su enlace con ciertas historias populares de La Pampa. De esta manera, se abordan algunos relatos populares y una obra musical folclórica con el propósito de comprender de qué manera las narrativas mítico-religiosas se entretejen con sucesos históricos-verídicos (suicidios), cobrando un formato sobrenatural. El suicidio implica quitarse la vida de forma voluntaria, según la OMS (2014), es una de las principales causas de defunción a nivel mundial, superando a los muertos por homicidios. Además, es un fenómeno universal ya que se ha producido en todo tipo de sociedades, no obstante, su valoración no ha sido la misma pues cada cultura lo ha apreciado de manera diferente. Por ejemplo, en la antigua Mesopotamia el suicidio era aprobado ya que se creía que el primer hombre fue modelado con barro y sangre del dios suicida Bel. Al contrario, Buddhaghosa (350 d. C.) relató que Buddha no solía consentirlo, pues opinaba que bloquea el nirvana (Muelas & Mangado, 2007). Asimismo, la filosofía occidental también ha tomado

Sin contornos – Agosto 2016

33


posición agrupándose en quienes lo aceptan (como Hume que creía que era un remedio frente al sufrimiento) y rechazan (como Kant, que lo entendía como el descompromiso con el cumplimiento de normas superiores a la propia vida). Ahora bien, es necesario destacar que las creencias populares que se hallan ligadas a una región representan una de las maneras más comunes para entender la realidad, generando una disposición a pensar de acuerdo con los presupuestos que priman, forjando también, un sentimiento de adhesión a algo que responde a la necesidad de comprender el sentido de la vida y del mundo (Durkheim, 1982). Dicha cualidad puede percibirse en varias narraciones existentes en La Pampa, que suelen vincular los avistamientos de luces extrañas con las almas en pena de los suicidas. Lo que lleva a pensar en su relación con los mitos, pues algunos de estos relatos se vuelven parte substancial de la gente, poblando la vida cotidiana con un particular modo de entender la realidad. Quizás, reforzado por los abundantes suicidios que allí suceden, pues según el Ministerio de Salud de la Nación (2011), La Pampa es la segunda provincia argentina con mayor índice de suicidios.

Historias populares Las historias populares revelan informaciones que se transmiten de boca en boca; a veces no tienen un autor oficial, mientras que en otras ocasiones sitúan al narrador como el protagonista. Son relatos simples, con períodos de amplia difusión y momentos de letargo; no poseen una única versión, pues van siendo apropiadas por las personas, agregándoseles detalles y omitiéndoseles otros, tomando un carácter personal que se vincula con el estilo de quien relate. Ahora bien, la particularidad de los relatos que aquí convocan tiene que ver con que éstos toman sucesos de la vida cotidiana (suicidios), pero matizándolos de elementos sobrenaturales. Una de estas historias se ubica entre la abandonada localidad de Trilí (en donde solo queda una estación ferroviaria) y Agustoni. Allí, se cuenta que durante la tardecita-noche suele verse una silueta humana, que sin intercambiar señas se desvanece. Otros, añaden un detalle que evoca un suicidio sobre una lagunita ubicada en dicha zona, mencionándose que el personaje que desaparece sería el alma en.

Sin contornos – Agosto 2016

34


pena de aquel suicida .Vale aclarar que el suicidio en dicha lagunita efectivamente ocurrió, incluso, es una anécdota periodística que se recuerda frecuentemente a pesar de los años transcurridos desde aquel incidente. Así, se observa como un suceso empírico se entremezcla con algo sobrenatural. También, existe otro relato que circula entre los ferroviarios pampeanos. El cual describe que

por el ramal que une a Huinca Renancó con General Pico, Catriló y Darragueira, suelen aparecerse extrañas luces que se evaporan fugazmente. Éstas son asociadas a las almas en pena de aquellos que decidieron terminar con su vida por medio del tren. Nuevamente, se halla la mixtura entre un elemento inmaterial y otro verídico, pues realizando una exploración periodística y de defunciones, se verifican numerosos suicidios sobre dicho ramal.

Sin contornos - Enero 2016

35


Mito e historia: no tan opuestos Tradicionalmente, el mito y la historia han sido considerados dicotómicos; de hecho, fueron los griegos quienes comenzaron a pensar en los mitos como relatos irracionales, y que lo verídico solo se halla en el pensamiento racional (logos), que mediante la escritura antepone la racionalidad histórica por sobre las fantásticas narraciones orales. No obstante, Freud revalorizó el rol del mito valiéndose del Edipo y la horda primordial para explicar los fenómenos humanos, devolviéndole al mito su carácter esclarecedor. Igualmente, Hill (1988), también replantea las relaciones entre historia y mito puesto que entiende que existen formas de conciencia que involucran la coexistencia de ambas narrativas. Y que no hay una distancia radical entre las crónicas históricas y los relatos sobrenaturales, pues ambos formatos pueden narrar hechos verídicos. En efecto, solo habría una diferencia estética que determina como se tratan los hechos ocurridos. Posiblemente, mediante dicha coexistencia narrativa se entrelaza el relato mítico del alma en pena con los suicidios: por un lado, los

suicidios –que aparecen en la historia escrita: diarios y actas de defunción- y por otro, las interpretaciones sobre el alma en pena, un concepto cercano a la mitología. Dándole sentido a un fenómeno social. Para comprender esta mixtura narrativa, hay que tener en cuenta que el entramado social del estadonación argentino está fuertemente atravesado por la religión cristiana que afirma que el suicidio es un pecado, puesto que viola el V mandamiento: “No Matarás”. Por ello, quien viole dicho precepto está condenado a un juicio divino; San Agustín (2012) lo resumió claramente: “el que se mata a sí mismo es un homicida”. Al respecto, Eller (2007) dice que la función de la religión es situar normas para controlar la conducta humana; incluso, más allá de los confines materiales poniendo en escena a fuerzas sobrenaturales, que ante la transgresión reacciona con un temperamento hostil hacia la gente. Para apreciar esto tan solo vale tomar el viejo testamento y ver como dios provocó el diluvio para castigar a los pecadores, o como el infierno se figura como un sitio que pena a las almas infieles. Así, se contempla que la condena por transgredir un deber no sólo abarca el territorio humano, sino que

Sin contornos – Agosto 2016

36


además, los confines que exceden la tierra. Puesto que la imaginación religiosa emana de una concepción del universo que abarca la creencia en el alma, definida como una entidad inmaterial que poseen los humanos y que perdura luego de la muerte. Por ello, la persona que infringe una ley es castigada en vida y muerte.

Asimismo, las luces suelen asociarse a la luz mala: un antiguo mito que describe luces que en la noche se movilizan de un lugar a otro. Y que a pesar de que la ciencia afirma que son el efecto de la fosforescencia producida por la descomposición de materias orgánicas o el reflejo de la luna sobre los huesos, habitualmente, la gente le atribuye el sentido de almas en pena. Y que ante un encuentro con ellas, se debe rezar una oración para que puedan descansar en paz. Dicha significación refiere a alguien que desobedeció a dios y que fue condenado a penar eternamente. Una creencia culturalmente reforzada por el hecho de que antes se impedía que los suicidas tengan sepultura cristiana (así disponía dios, el cura y la iglesia), lo que obligaba a los familiares del suicida a enterrarlo o quemarlo marginalmente en cualquier sitio. Quizás, en este plano se halla la fuerza fantástica que ostentan los relatos citados; probablemente dicho marco cultural-religioso induce a las personas a interpretar el fenómeno de la misma forma, estableciéndose como indica Durkheim (1982), un sistema unificado de creencias y prácticas relativas a lo sagrado, pues la vida cotidiana es vista mediante una narrativa sacra.

Sin contornos – Agosto 2016

37


En este sentido, Freud (1901) afirma que gran parte de la concepción mitológica del mundo que perdura aún en las religiones es psicología proyectada en el mundo exterior, y que todo está determinado psíquicamente aunque uno no sea consciente de ello. Lo cual se corrobora mediante la existencia de lapsus, fantasías diurnas u olvidos, en donde se evidencian instancias desconocidas por la conciencia, pero que si se efectúa un análisis se observa que están sobredeterminados. Así, expone que la superstición radica en factores internos a la persona, y que ésta, al ignorar sus funcionamientos fallidos, está inclinada a atribuir a lo que ve en su exterior una significación externa a él, interpretando que su encuentro con lo sobrenatural es algo real y no una motivación oculta para su conciencia, que incluso, sugestiona a sus ojos. De esta forma, la silueta que se desvanece por el camino o las luces del ramal ferroviario podrían tratarse de proyecciones articuladas por fantasías inconscientes, que a manera de ensoñaciones diurnas irrumpen en lo real, llevando a una especie de ilusión óptica -facilitada por la soledad del paisaje, la frágil visibilidad por las frecuentes neblinas o la caída de la luz solar y

el cansancio de una ardua jornada laboral- que en verdad vela funciones desconocidas para la conciencia: 1- Constituir una función normativorepresiva que toma como representación una imagen cultivada en el imaginario social para prevenir los impulsos de autoagresión. Pues concebir al suicida como un alma en pena certificaría las consecuencias de transgredir la prohibición moralreligiosa del acto suicida: penar y vagar sin sentido. 2- Como un sueño que aspira al cumplimiento del deseo, la visión del alma en pena corroboraría el castigo de dios por violar un mandamiento. Así, al desplazarse de la conciencia las tendencias de desearle un castigo al suicida (por desobedecer la moral), lo reprimido emerge como la proyección de un alma en pena que busca satisfacer el deseo del sujeto de ver cometida la sanción divina. 3- La proyección, además, podría comportarse como un autocastigo ante el deseo de que el que actúa moralmente mal sea castigado (suicida). Pero, como si se tratase de una de ley del talión inconsciente, la persona se termina sancionando a sí misma mediante el avistamiento de un alma en pena que lo aterroriza

Sin contornos – Agosto 2016

38


con el fin de censurar la sádica satisfacción de ver sufrir al prójimo. Probablemente, dichas proyecciones se asientan sobre el sentido común existente en la sociedad, haciendo que prevalezcan ciertas lógicas por sobre otras, induciendo la interpretación del alma en pena a ciertos fenómenos lumínicos, que bien, podrían no ocurrir por tratarse de sucesos psicológicos y no sobrenaturales, o cobrar otro sentido: como huesos, espejismos, ovnis, etcétera. Como indica Geertz (1994), las creencias del entorno cultural definen el sentido común; el cual constituye una lógica que se fue formando a través del tiempo mediante

informaciones construidas socialmente, que terminan inscribiéndose en la cultura como un determinado tipo de estructura que organiza el pensamiento. Y que éste no siempre responde a una lógica racionalista, por el contrario, suele ostentar un raciocinio que se empecina en interpretar las cosas de cierto modo y no de otro, legitimando algunas significaciones por sobre otras. Además, se puede pensar que estas se construyen como rumores que permiten expresar cuestiones percibidas como importantes, produciendo narrativas populares mediante el uso de antiguos motivos simbólicos del imaginario colectivo

Sin contornos – Agosto 2016

39


fundados por el evangelio. Así, el alma en pena no sería algo exento del sentido común, sino parte de una respuesta natural y práctica ante ciertos sucesos, que sin muchas vueltas, construye un discurso a través de conexiones entre las creencias inherentes a lo míticoreligioso y los juicios de valores hacia el suicidio, certificando algo que ocurre en el mundo. Conformando como dice Geertz (1994) “un catálogo de realidades inmanentes a la naturaleza tan concluyentes que se imponen en cualquier mente lo suficientemente esclarecida como para aceptarla”. En fin, se percibe que las narrativas mítico-religiosa y los sucesos históricos-cotidianos se ensamblan profundamente en el sentido común de la gente mediante la relación entre lo profano y lo sagrado, lo consciente e inconsciente, y que se objetivan en rumores que dan origen a los relatos populares acerca del alma en pena. Los cuales pueden encubrir una función coercitiva que intenta conservar la cohesión social ante una situación que desequilibra, puesto que el suicidio – no siendo una forma de morir aceptada culturalmentecrea un desorden en la seguridad ontológica que garantiza el orden simbólico establecido en la sociedad.

Bairoletto: una luz mala, alma en pena

También existen creaciones artísticas que muestran elementos que se asocian al relato de la luz mala, el alma en pena, la muerte trágica e implícitamente el suicidio. Por ejemplo, una milonga pampeana extraída de la recopilación realizada por Evangelista (2009), evoca la popular historia de la luz mala y el alma en pena.

Sin contornos – Agosto 2016

40


Dicha obra de 1950, perteneciente a L. Montes y G. Coria, se llama “Una luz mala, alma en pena”, y expresa lo siguiente: Cruzando campos dormidos Por una huella del silencio Hecho de polvo y ceniza Viene un jinete al encuentro Quién es? la pampa lo nombra Juan Bautista Bairoletto. Los hombres lo desgraciaron Y en la noche del desvelo Para siempre se ha perdido Ay, ya no tiene remedio Una luz mala, alma en pena Juan Bautista Bairoletto. El chimango deja oír su grito largo, agorero al costado de la muerte cabalga por el desierto ya la pampa es toda suya Juan Bautista Bairoletto De norte a sur la leyenda crece en el alma del pueblo su condena fue vivir como flor de cardo al viento sin fe, sin paz, sin querencia Juan Bautista Bairoletto. Esta milonga efectúa una analogía entre el símbolo del alma en pena recorriendo en forma de luz mala el campo y Bairoletto, dándole así, un sentido al hecho que llevó a la

muerte del bandido rural. Su poesía no está desprovista de un carácter religioso pues despierta reminiscencias cristianas al decir: “Hecho de polvo y ceniza”; dicha expresión abunda en la biblia, por ejemplo, en Job (30:19): “me reduce a polvo y ceniza”; en el Génesis (18:27): “Reconozco que he sido muy atrevido al dirigirme a mi Señor, yo, que apenas soy polvo y ceniza”, etcétera. Pero, ¿Qué implica la simbología “polvo” y “ceniza”? Según Turner (1967) un símbolo es la unidad más pequeña de un ritual, es una cosa que representa o recuerda algo, que entre otras propiedades, reafirma las normas sociales. En este sentido, se pueden hallar en el Génesis rastros significativos sobre el polvo, pues se describe el comienzo de los tiempos junto al pecado original que llevó a dios a maldecir el suelo: “¡Maldito el suelo por tu culpa!” (3: 17). Transformándolo en un lugar hostil repleto de cardos y espinas que sólo con “dolor y sudor concederá al hombre sus frutos” (3: 17). Así, el polvo es un símbolo de pecado: “Eres polvo y al polvo volverás” (3: 19). Mientras que la ceniza es parte de un importante ritual cristiano, pues

Sin contornos – Agosto 2016

41


durante la cuaresma, con motivo del miércoles de ceniza, los fieles son marcados con ceniza en su frente por el sacerdote, que mientras hace la señal de la cruz cita la biblia: “Acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás”; simbolizando así, que todos somos pecadores y que es necesario el arrepentimiento. No obstante, al contrario del deber que traen implícitos dichos símbolos (respetar las normas de dios), tácitamente se insinúa que Bairoletto los transgredió, condenándoselo por ello a: “vivir como flor de cardo al viento, sin fe, sin paz, sin querencia”. Una pena no solo terrenal, sino también divina, pues se lo intima a deambular como un alma en pena que recorre las pampas en forma de luz mala; sufriendo, posiblemente, un exilio similar al que vivió Adán por desobedecer a dios. Pero, ¿porque “los hombres lo desgraciaron”? (como expresa la milonga). La respuesta no está explicitada en la canción, sin embargo, los relatos afirman que Bairoletto fue odiado porque fiel a sus ideas anarquistas, les robaba a los ricos para repartir entre los pobres. Vale aclarar, que La Pampa fue un importante escenario anarquista durante la primera mitad del siglo XX. Desplegando una intensa actividad ideológica, gremial y

cultural que se potenciaba con un destacado periódico anarco “Pampa libre”. Echenique (2000) asevera que las elites nacionales (terratenientes, políticos conservadores y radicales, dueños del ferrocarril, la iglesia) buscaron destruir al anarquismo; llevando a matanzas y persecuciones, como la masacre de los bolseros de Jacinto Arauz, perpetrada por la Liga Patriótica Argentina en 1921. Así, en dicho contexto vivía Bairoletto, que como muchos otros anarquistas, no era bien visto por la moral católica, los políticos y policías al servicio de los poderosos. Ahora bien, la milonga tampoco explicita que causó la muerte del bandolero, no obstante, su clima trágico parece contener implícita la idea del suicidio. Sobre todo, porque es de público conocimiento que éste prefirió suicidarse antes de caer abatido por una redada policial el 14 de septiembre de 1941 –pese a que la historia oficial expone que murió por los disparos policiales-. Según cuenta un habitante de Gral. Pico (que siendo niño lo conoció en Eduardo Castex, ya que su padre fue su amigo) Bairoletto repartía el botín entre los pobres, y que sus asaltos y reparto de propaganda anarquista lo llevó tanto al amor como al odio de la gente. Pero que lo que ocasionó

Sin contornos – Agosto 2016

42


su muerte fue enamorarse de la misma mujer que pretendía un policía piquense, hecho que desembocó en una feroz pelea en donde el policía murió y Bairoletto se fugó. Pasaron varios años hasta que éste fue rastreado por la policía en General Alvear, Mendoza; y que el bandolero para proteger a su familia -pensando que una vez muerto la dejarían tranquila- optó por suicidarse. Hay que destacar que su muerte violenta no lo condenó al olvido, sino que paradójicamente, lo convirtió en un santo popular que motiva a que mucha gente le prenda velas (especialmente en noviembre) en su tumba pidiéndole trabajo, salud y la solución de problemas emocionales. Es decir, la represión policial no coartó la propagación de una memoria colectiva que enaltece la imagen de Bairoletto; y que aunque la historia oficial lo denominó bandolero (con toda su carga negativa) y expone que murió por un disparo policial que ajustició sus fechorías, los relatos populares expresan que se suicidó para proteger a su familia, invistiéndolo con valores socialmente nobles: libertad, autodeterminación, justica social y solidaridad. Siguiendo a Ricoeur (2004), la memoria colectiva es un fenómeno relacional y plural, pues no hay un

único punto de vista desde el presente a partir del cual establecer la filiación rememorativa con el pasado. En cambio, la memoria oficial de la historia (presente en los actos escolares, libros, etcétera) selecciona y fija hegemónicamente un conjunto de recuerdos excluyendo a otros. En el caso que aquí convoca, se observa cómo pese a la maquinaria disciplinaria dirigida por las elites nacionales para demoler las huellas mnémicas del anarquismo pampeano, el recuerdo de Bairoletto permaneció en la memoria colectiva resistiendo la fuerza del olvido selectivo implantado por la hegemonía, pues como expresa la milonga: “De norte a sur la leyenda crece en el alma del pueblo”; evidenciándose así, como el pueblo se rebeló ante la autócrata memoria oficial. Se puede hipotetizar que la resistencia del recuerdo colectivo de Bairoletto está edificada sobre rumores -fruto del intercambio de información, de las escurridizas sospechas y juicios valorativos de la gente- que transgredieron la historia oficial y que dio lugar al relato social. Al respecto, Ceriani Cernadas (2010) dice que los rumores conforman un espacio de tensión hermenéutica

Sin contornos – Agosto 2016

43


donde se ponen en juego imaginarios que los individuos escenifican sobre un marco contingente de presiones sociales. Y que en contextos de incertidumbre estos pueden ser utilizados para cohesionar o bien subvertir el orden social, canalizando ansiedades y miedos. En este sentido, no es azaroso entonces, que en un período de eliminación anarquista, de pleno proceso nacional que mediante la coacción buscaba disciplinar a la población para adecuarla al modelo agroexportador, aparezcan rumores e historias no oficiales sobre el bandolero. Posiblemente, el escenario de incertidumbre social que se vivía en aquel entonces facilitó que éste se convirtiera en un símbolo emblemático, puesto que surgió en un momento histórico que marcaba el fin de una época: del anarquismo de las pampas a la producción agroexportadora sin rebeldías y al servicio del capitalismo. En donde el estado definía que matrices de identidad poseer, descalificando lo que se apartara del ideal de nación moderna que se intentaba erigir. La dicotomía existente entre la historia oficial y el relato social revela que hubo un cruce de semánticas, de dos tipos de imaginación moral sobre Bairoletto: una que lo valoró peyorativamente

(bandido) y otra que lo enalteció(santo-héroe). Quizás, la primera procede de grupos sociales que promovieron el modelo nacional moderno, encontrando en la imagen del anarquista un perfil bárbaro opuesto al progreso de la civilización; mientras que la segunda, de grupos que se rehusaban al nuevo ordenamiento. Entonces, se puede pensar que esta ambivalencia está ligada a una disyunción entre quienes se identifican con los valores del bandolero y quiénes no: por un lado, las elites que lo figuran como un ladrón asesino que anda castigado como un alma en pena; y por otro, los grupos desposeídos que lo creen un santo que tomó las riendas de su vida hasta último momento. Este último grupo es el que parece sostener su leyenda, representándolo como un símbolo de rebeldía que protesta contra los excesos del poder, ubicándolo en un horizonte simbólico que trasciende el modo en que la historia oficial intentó definirlo. Convirtiéndolo en un santo que sigue ayudando a los desposeídos. Así, se percibe que la milonga expuesta responde a un cruce de semánticas, pues por un lado, Bairoletto es colocado como pecador al evocarse -mediante expresiones bíblicas- motivos simbólicos que

Sin contornos – Agosto 2016

44


apelan a una imaginación moralreligiosa que enseña y advierte Conclusiones: sobre los riesgos de transgredir una ley. Mostrando implícitamente, como la labor cristiana ayudó en la construcción de ciudadanos alejados de las rebeliones, y educados para cumplir con los deberes de dios y el estado. Mientras que por otra parte, no se puede decir que la milonga solo responde a dicho plano moralreligioso, pues también condensa el otro polo simbólico: “su leyenda crece en el pueblo”, “ya es toda suya la pampa”, “la pampa lo nombra Juan Bautista Bairoletto”. Entreviéndose como la devoción con la que es catetixado guarda relación con cierta subversión hacia aquella disposición represiva proyectada por las elites y el estado. En donde sin romperse con el ordenamiento moral cristiano, se rechaza algo de ello, renegando de una ley humana y divina al servicio de los poderosos y no del pueblo. En fin, se especula que quienes desconfían de las instituciones no ven en Bairoletto un bandido matrero y pecador, sino un santo liberador a quien acudir. Y que tampoco creen que el séptimo mandamiento “No robarás”, como el quinto “No matarás”, que también se traduce en la prohibición de “No te matarás”,

son barreras inexcusables, pues suelen responder a los intereses de la hegemonía. Por ello, la necesidad de subvertir ciertas normas que oprimen puede legitimar actos que no son autorizados por la moral religiosa, como lo refleja uno de los polos simbólicos descriptos anteriormente: el que enaltece la actitud de Bairoletto pese a su transgresión. Ya Freud (1915) advirtió que el “No matarás” involucra no solo saber que descendemos de asesinos, sino que además, no poder cumplirlo. Quizás, podríamos decir algo similar con el “No te matarás” que está implícito en dicho precepto, pues el suicidio no solo no se ha extinto, sino que también, puede ser (en vez de cumplirse y penarse) justificado y glorificado: como deja entrever Bairoletto, quien para salvaguardar a su familia se quita la vida. Comúnmente, la muerte despierta emociones poco gratas, sin embargo, el suicidio evoca una mayor incomodidad, puesto que crea un desorden ontológico, pues la apariencia intolerable de un sujeto quitándose la vida no es aceptado socialmente. Generando juicios de valores junto al reconocimiento del libre albedrío

Sin contornos – Agosto 2016

45


en relación a la decisión de morir. Pudiendo implicar también, como se ha detallado, un nutrido abanico de luces extrañas, almas en pena y siluetas de muertos Resulta llamativo que las visiones de luces involucre la creencia del alma en pena; pareciera que este enlace se repite como una especie de sin sentido, como si se tratase de un insistente símbolo que retorna del inconsciente como un reflejo cultural que fantásticamente expresa la idea de una muerte traumática, conformando así, un relato sobrenatural. Quizás, dichos avistamientos correspondan a proyecciones psicológicas, y que el sentido común de la región habilita la interpretación del alma en pena de un suicida –reforzado por los frecuentes suicidios-. En este sentido, dicha explicación constituiría un fenómeno de producción de significación construido colectivamente a lo largo del tiempo y que se ha mantenido como una explicación que no suele ser cuestionada. Funcionando como una respuesta práctica, que mediante una narrativa míticoreligiosa certifica algo que ocurre en el mundo (suicidios). Por último, dichas historias populares son un espacio apto

para la creación y reproducción de símbolos que hacen a la memoria colectiva. Pues mediante rumores y narrativas míticas-religiosas se rescatan del olvido personajes, valores y sucesos que han quedado por fuera de la historia oficial. Puesto que los sectores poderosos se encargan de seleccionar lo que vale ser recordado y lo que no, reprimiendo ferozmente a quienes se alejan del “deber ser” que se pretende (como el anarquismo). Así, se infiere que los relatos populares (al contrario de la memoria oficial) pueden asumir múltiples sentidos, incluso (como revela la milonga y los relatos sobre el suicidio de Bairoletto), ocupar un lugar contrario al establecido por la imaginación moral hegemónica.

Sin contornos – Agosto 2016

 Matias Bonavitta

46


Bibliografía: −Ceriani Cernadas, C. (2010). En la boca del miedo. Rumor y violencia socioreligiosa. Bs.As: Revista del Programa de Historia de América Latina. −Durkheim, E. (1982). Las formas elementales de la vida religiosa. Madrid: Akal Editor. −Echenique, J. (2000). Pampa Libre. Anarquistas en la pampa argentina. Santa Rosa: UNQ. −Eller, J. (2007). Studying Religion Anthropologically, Definitions and Theories. New York: Routledge. −Evangelista, R. (2009). Historia del cancionero folclórico de La Pampa. Santa Rosa: Pitanguá. −Freud, S. (1915). Consideraciones de actualidad sobre la guerra. Bs.As: Amorrortu. −Freud, S. (1901). Psicopatología de la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu. −Geertz, C. (1994). Ensayos sobre la interpretación de las culturas. Madrid: Paidós. −Hill, J. (1988). Rethinking History and Myth: Indigenous South American Perspectives. −Malinowski, B. (1994). El mito en la psicología primitiva. Barcelona: Ariel. −Ministerio de Salud de la Nación. (2011). Perfil Epidemiológico del Suicidio en Argentina. Buenos Aires: Ministerio de Salud de la Nación. −Muelas, N & Mangado, E. (2007). Consideraciones sobre el suicidio: Una perspectiva histórica. Barcelona: Herder.

−Organización Mundial de la Salud. (2014). Prevención del suicidio. Luxemburgo: Organización Mundial de la Salud. −Ricoeur, P. (2004). La Memoria, la Historia, el Olvido. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. −San Agustín. (2012). Obras completas de San Agustín. 41 volúmenes. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. −Stocking, G. (1968). Franz Boas y el concepto de cultura en perspectiva histórica. En Race, Culture, and Evolution: Essays in the History of Anthropology. Chicago: University of Chicago Press. −Turner, V. (1967). Simbolismo ritual, moralidad y estructura social entre los ndembu. Madrid: Siglo XXI.

Sin contornos – Agosto 2016

47


Lo impulsivo y las adicciones Un sufrimiento que se actualiza ADRIANA SANTAGAPITA

Entro hoy por la categoría de la presencia. Lo impulsivo está presente en las adicciones y en los actings. Lo que no hace corte en lo simbólico toma entidad en lo real bajo distintas versiones que nos cuentan sobre las fallas a nivel del borde psíquico, del tope. El sadismo contra sí que estalla y cae en el otro como esquirlas. Y entonces en ciernes o en actings, los modos de la violencia, las adicciones, la compulsión a la repetición ahí donde la decisión cae y el sujeto se ausenta momentáneamente para ser tomado por lo que se le impone. Y el sufrimiento antes, durante y después. Modos fallidos de detener lo que sobreviene y carece de palabras, se niega, se desmiente, y entra en el circuito de lo indecible, que se actúa con la enorme carga de malestar por lo doloroso que le subyace. Marihuana, cocaína, paco, ansiolíticos, alcohol, comida. Objetos. Me interesa leerlos como momentos de “relaciones de dependencia” por falla en la deriva de la pulsión y exceso de consistencia al objeto. De ambos lados. Del de instituciones y tratamientos que culpabilizan y que, como estrategia, hacen consistir su existencia en la insistencia de no acercarse al mismo objeto que, del otro lado, parece ser el que sostiene

Sin contornos – Agosto 2016

48


la ilusión. “Me hace, me da, me pone, me calma, me permite…”. En este punto Lacan nos advirtió que “querer el bien, sin contar con el otro, lleva a lo peor: Cualquiera que se dedique a someterse a la ley moral ve siempre reforzarse las exigencias siempre más crueles de su superyó." (Seminario VII). No se trata del objeto, sino del exceso, lo que queda suelto, la impulsividad, la certeza de los efectos del uso, cuando en realidad queda ubicado el sujeto como objeto de eso de lo que no se puede detener, ya que parece ser el responsable del alivio. Que no llega

obviamente por esa vía salvo por momentos y de ahí la compulsión a la repetición de aquello que no cesa de no inscribirse. Ahí se sostiene la ilusión, el objeto que proveerá del alivio, la energía, la acción que en el mismo acto en que es puesta por fuera, queda restada del lado del sujeto. Momentos de desanudamiento donde la pérdida de la decisión va de la mano de momentos de alejamiento de sí mismo. Ahí donde hay acumulación se abre la escasa disponibilidad de recursos y se instala el atrapamiento. Con consecuencias en los lazos.

Sin contornos - Enero 2016

49


Me interesa pensar sobre la función paterna fallida que, en sus distintas versiones, insiste en la casuística. Y como, en la medida en que alguien se autoriza a saber, se va abriendo la posibilidad de presencia en la propia trama. Dar por perdido lo perdido, y por sabido lo sabido hace nuevas marcas con las cuales escribir la historia vital, y la opción por la decisión sin dilación de lo que se anota como experiencia de satisfacción. La falla en la función paterna, la ceguera y sordera frente a no calcular consecuencias en el otro o en uno mismo, la dificultad para transmitir la ley abren la búsqueda de sustitutos a los que se les adjudica la posibilidad de alivio. Que no llega. Ni después de una ingesta, ni de un desborde, ni de la profunda tristeza por lo que no funciona. La

apuesta es tomar la palabra, interrogar, la permutación como efecto, dirigirse a la presencia disminuyendo momentos de ausencia subjetiva. Lo que puede escuchase es momentos de proximidad peligrosa a Das Ding, un profundo dolor que en la medida en que queda “tapado”, dirigido a otro lado, afuera, parece sostener la promesa ilusoria de que todo está bien. He ahí la trampa. El exceso de satisfacción con el objeto y las escenas de desborde marcan el grado profundo de insatisfacción. No hay modo que no haya daños colaterales. En muchos casos, incrementados por el objeto que porta en si mismo riesgos. En otros, por exceso y atrapamiento. En todos, la creencia eternizada del alivio que cae cada vez que la reiteración se hace

Sin contornos – Agosto 2016

50


presente con la potencia de aquello que no cesa de intentarse. Y el engaño de que se trata de elecciones, cuando comandando lo impulsivo no hay lugar para decidir. La dilación en revisar las huellas dolorosas recae habitualmente en la dilación de movimientos vitales, con el aumento del encierro. No es sin decidir encontrarse con uno mismo vía un trabajo de análisis, anotando satisfacción donde haya resta de goce en lugar de dilación o queja por lo perdido. Del lado de los padres, es menester ocuparse también de la propia historia, las posiciones conocidas y consentidas, abrir la puerta al registro de lo que no hubo de función paterna para sí, y que entonces, es difícil donar a los hijos si no se construye simbólicamente. La antecedencia deja huellas, pero si se las nombra, se puede tramar otro destino para todos los implicados y hacer huellas propias, singulares, vitales. Adriana Santagapita

Sin contornos – Agosto 2016

51


DEMORADA

El deseo en efectivo

purgado de pecado carnada predilecta. Hipocresía del triste fracasado. ¿Qué parte del pesebre te hace tan ansiada? Cotizada de fiesta para romper tu boca que late lastimada.

¿Para qué tantos velos de colores? Tal vez para ocultar la sábana más pálida, rutinaria tarea, histórica, mundana. En una esquina, la fruta más deseada y en la misma vereda el señor, pasea con su dama. Algún día, adularé que fuiste mía. Pero todos sabrán que nuevamente tu ilusión ha sido demorada. Ariel Spadaro

Sin contornos – Agosto 2016


LÁGRIMA Gotita suicida cargada de afecto que busca en un salto liberar su duelo.

Impactando el suelo, estallando en pena, mojando la hoja, borrando la tinta, licuando la espera. Desde el borde agudo de alguna pestaña, o la tersa tensa piel de una mejilla;

saltará al vacío llevando en su entraña el dolor surgente que en la noche brilla. Nació en tu pupila mirando la nada. Heredó la angustia que lastima el alma. No hacen falta muchas, basta solo una, para que no existan el sol ni la luna. Aníbal Repetto (2011): Entre paréntise: Buenos Aires: Cuchíz

Sin contornos – Agosto 2016

53


Jean Laplanche El analista, un artesano de la desligazón

Laplanche, J. (2001) Entre seducción e inspiración: el hombre. Buenos Aires: Amorrortu editores

”…El único hermeneuta es el niño, y luego el analizante. No tenemos que convertirlo en un hermeneuta freudiano, kleiniano, o lacaniano´” (Laplanche, J. 2001. Entre seducción e inspiración: el hombre. Buenos Aires: Amorrortu editores p.211)

Respecto del proceso analítico, Laplanche señala que, si bien sus formulaciones han variado (volver consciente lo inconsciente, levantar la amnesia infantil, etc.), parecen conservar algo de la vieja ilusión, quizás surgida de la hipnosis, de que el inconsciente sería una especie de segunda personalidad, un segundo yo que debería ser liberado para que suplante a un yo represivo. La abolición, o por lo menos el relegamiento a un segundo plano, de las representaciones de meta consciente, parte integrante de la regla fundamental, se apoya en el hecho de que el yo es una instancia de desconocimiento; cuya autonomía es ilusoria. Yo que, si bien pretende representar los intereses del todo, en realidad no es más que una de las partes del conflicto.

Sin contornos – Agosto 2016

54


Respecto de la interpretación, en lugar de invocar una supuesta actividad hermenéutica del analista, y basándose en su teoría de la seducción generalizada, señala que hay que considerar que el hermeneuta originario es el ser humano, quien desde un primer momento se ve compelido a interpretar, dar sentido a lo que le pasa; y eso que le pasa son los mensajes provenientes del adulto, resultado de la asimetría bebéadulto. Asimetría que se contradice con las ideas corrientes respecto de la interacción y la reciprocidad. No se trata de negar el apego recíproco entre el bebé y el progenitor que le dispensa los cuidados básicos. Situación en la que cada miembro de esta pareja recibe del otro las respuestas más o menos apropiadas. Relación primera entre el bebé y su madre, hecha de comunicaciones y afectos de los más diversos. Relación asimétrica en tanto que el adulto está habitado por un ello inconsciente, sexual, formado por representaciones y fantasías que infiltran su comportamiento. Mientras que por el lado del bebé nada nos permite afirmar que tenga, desde el comienzo, fantasías o inconsciente; ni siquiera un yo. Relación primera entre el bebé y el adulto que pone en movimiento las fantasías sexuales más antiguas del adulto; puestas en movimiento

debido a la aparición de ese pequeño ser, ese otro yo-mismo, tal que yomismo fui en otro tiempo, librado a los cuidados corporales más deliciosos, y tal vez, más perversos. Relación que por lo tanto se establece en un doble nivel: a) el del vínculo autoconservativo, recíproco, que constituye la base de la comunicación, b) base autoconservativa que está infestada, habitada, parasitada, desde el inicio por una comunicación que se produce en una sola dirección, la del adulto hacia el bebé, lo que Laplanche denomina mensajes enigmáticos, y que constituyen el otro nivel de la relación. Mensajes enigmáticos que querrían ser puramente autoconservativos, pero que están comprometidos por la intromisión de fantasías sexuales.

Sin contornos – Agosto 2016

55


El niño es, en un principio, pasivo frente a estos mensajes, ya que no posee la respuesta instintiva adecuada. Se encuentra así en una situación de traumatismo, que debe tratar de superar mediante una reacción activa de traducción. Por lo tanto, desde el punto de vista sexual, está centrado desde un principio en el otro (o que Laplanche denomina copernicismo fundamental, en alusión al sistema copernicano que descentra la tierra y la coloca dependiente de un sol central en torno al cual gira). Así, el aparato psíquico se constituye en un movimiento de

autoapropiación traductiva, pero que resulta siempre imperfecta y fracasada; ya que el mismo no posee los elementos necesarios para integrar, comprender, relacionar, los elementos sexuales infiltrados en los mensajes del otro adulto. El yo integra aquello que puede ser traducido y puesto es forma; mientras que aquello que no puede ser traducido constituye el ello inconsciente, el cual escapa a la ligazón, y pasa a ser un polo de desligazón. El yo y el ello, por lo tanto, no son dos entidades de orígenes diferentes; una pretendidamente.

Sin contornos – Agosto 2016

56


biológica, y la otra racional-cultural. Ambas instancias se constituyen en un solo y mismo movimiento: el de la represión originaria, resultado obligatorio del fracaso parcial de la ligazón. El yo engloba lo que, a partir del mensaje sexual del otro, puede ser traducido, integrado en una historia más o menos coherente El ello es lo que permaneció rebelde a la traducción, y que merece apenas el nombre de instancia, ya que está conformado por representaciones no coordinadas entre sí, intemporales, no contradictorias entre sí, y que ejercen una atracción casi mecánica (proceso primario) sobre las representaciones a su alcance. Restos cosificados que lejos de ser representaciones de cosa, son llamadas por Laplanche, debido a la desligazón imperante en el ello, representaciones como cosas, o representaciones-cosa.

A partir del proceso de la represión, la alteridad psíquica que inicialmente se ubicaba en la relación con la otra persona (der Andere), una vez cerrado el sistema sobre sí mismo, con la constitución del yo como instancia, pasa a ser una alteridad interna (das Andere), la alteridad por excelencia. Una vez constituido el sistema yoello el conflicto psíquico se define como un conflicto pulsional entre las pulsiones sexuales de muerte (la sexualidad en su forma más desligada), y las pulsiones sexuales de vida (orientadas por el designio de la totalidad). Conflicto entre el yo como centro de ligazón dominado por Eros, y el ello, con diversos niveles de desligazón y la pulsión de muerte como abismo central. A diferencia de la situación originaria, el yo no está ahora en presencia de mensajes “a traducir”,

Sin contornos - Enero 2016

57


sino de restos cosificados; confrontado con un polo de alteridad que ahora es interno. Los fantasmas inconscientes ahora no se presentan como “a traducir” sino como “a consumar”. La alteridad del otro externo, pese a su ajenidad, se presentaba por las vías de la comunicación, gestual y verbal, pero principalmente gestual. Mientras que la alteridad del otro interno, el ello inconsciente, se manifiesta en la modalidad de la formación sustitutiva por las vías del desplazamiento y la condensación, ajena a cualquier intención comunicativa. La misma oposición reaparece en el nivel de la defensa, la cual en ambos casos apunta a la ligazón frente al peligro de desligazón. Pero mientras la ligazón originaria frente al mensaje enigmático externo era ante todo del orden de las conexiones de sentido, una ligazón traductiva; frente al ello ya constituido, el yo utiliza mecanismos de defensa más mecánicos. El conflicto psíquico, una vez instaurado, ofrece muy pocas perspectivas de una verdadera resolución, o tan siquiera de progreso. La mayoría de las veces está destinado a la coacción de repetición, incluso bajo formas disfrazadas: repetición de los modos de satisfacción sustitutiva, repetición de defensa.

“¿Qué esperanza insensata, utópica, lleva a suponer que el análisis puede hacer otra cosa que reacomodar localmente un juego de fuerzas instaurado desde las primeras represiones y desde que se formó la oposición yo-ello? ¿Qué medios permitirían al ´yo´ devenir allí donde era ´ello´, si la constitución de ambas instancias es, como hemos dicho, complementaria, y si el inconsciente es lo que de entrada escapó a la puesta en mito por parte del yo?” (p. 193) Laplanche señala que la práctica inaugurada por Freud tiene por significación latente, y por lo tanto como meta, volver a poner en juego el conflicto originario que dio nacimiento al juego de fuerzas secundario y al conflicto de allí derivado, que luego se juega entre el yo y el ello.

Sin contornos - Enero 2016

58


Reinstauración de la situación originaria que se lleva a cabo a través de: a) la situación analítica y su producto, la transferencia, b) el análisis como método detraductivo. La transferencia no puede reducirse a una repetición pura y simple de las relaciones con determinado tipo de objeto infantil. Transferencia que en cierto modo está obturada y bloqueada por lo que ella misma repite, y que Laplanche denomina transferencia de pleno. Transferencia a la cual opone una reinstauración, no de la relación con determinado objeto concreto, sino una reinstauración de la relación con el enigma, a la cual llama transferencia en hueco, ya que no es llenada por ninguna imago molesta e indesalojable. Es este sentido, señala que la neutralidad del analista debe concebirse como su capacidad para suscitar y sostener esa situación en la cual el otro (el analista) posee supuestamente la verdad del sujeto. Reiteración de la situación adultoniño, pero con la diferencia de que el analista debe cuidarse de llenar la transferencia con sus propios mensajes enigmáticos, comprometidos por su inconsciente. Lo que se denomina contratransferencia, y dominio de la

contratransferencia, es la relación muy particular del analista con su propio inconsciente, su propia alteridad. No se trata de una integración (imposible y no deseable) de esta alteridad en su yo, sino un reconocimiento que es, simultáneamente, un mantener a distancia y una suerte de respeto. Lo que Laplanche denomina transferencia en hueco es, por lo tanto, la reinstauración de una transferencia originaria. En efecto, si la transferencia se caracteriza por un desdoblamiento del otro, y por la presencia de la alteridad en el otro, la situación originaria niño-adulto puede ser, en ese sentido, transferencial. La situación analítica es, por lo tanto, una nueva puesta a trabajar de la relación con los enigmas procedentes del otro; trabajo que solo puede efectuarse a través de una deconstrucción, una detraducción, de los mitos e ideologías a través de los cuales el yo se constituyó para hacer frente a tales enigmas. El trabajo propiamente analítico, vinculado al método de la asociación libre, puede por lo tanto, ser también llamado disociación libre. El trabajo común del analista y el analizado no debe ponerse al servicio de concepciones preestablecidas, incluyendo las que forman parte del arsenal de teorías psicoanalíticas (Edipo, castración, posición

Sin contornos – Agosto 2016

59


depresiva, etc.). El trabajo se centra, ante todo, en las autoteorizaciones yoicas, pudiendo localizarse los elementos inconscientes, no integrados por el yo, solo mediante inferencia. Las construcciones en el análisis son reconstrucciones de los procesos de represión antiguos, o sea, reconstrucciones de las construcciones defensivas que forjara el sujeto. Se trata de etapas que deben ser analizadas hasta acercarse lo máximo posible a los mensajes originarios, los que nunca serán alcanzados. Trabajo de detraducción progresiva que constantemente se acompaña del movimiento inverso, ya que jamás debe descuidarse el hecho de que el yo está movido por una coacción a la síntesis, en función del peligro de desligazón reactualizado por el análisis. Fuerza de síntesis que constituye la tendencia reparadora propia del movimiento específicamente “psicoterapéutico”. El analista no tiene que proponer esquemas para la retraducción, ya sean esquemas psicoanalíticos clásicos o no. En este sentido, el psicoanálisis es esencialmente una antihermenéutica, siendo el individuo humano el único hermeneuta, aquel que da sentido más o menos adecuado, pero siempre inadecuado, a su existencia expuesta al otro.

El yo no es una instancia definitiva, sino que está construido contra una alteridad fundamental, por medio de la puesta en sentido (traducción) y las identificaciones. Por su parte, el ello no es una instancia originaria, siendo el resabio de un proceso que dejó caer lo no traducido. Hecho este por el cual, la meta del análisis no es la conquista de un ello antediluviano por parte de un yo autónomo; sino una tentativa de poner de nuevo en marcha el proceso originario, donde el otro a conquistar no era el otro interno inconsciente, sino el otro externo, fuente de mensajes enigmáticos, y que en otro tiempo fue origen de una verdadera pulsión a traducir. A las fuerzas ya presentes en el interior del aparato psíquico, la situación transferencial agrega una nueva fuerza motriz, la pulsión a traducir renovada. La meta del proceso podría definirse como una nueva tentativa de estructuración del yo, como una nueva traducción en búsqueda de reapropiarse mejor, y de una forma nueva, de elementos hasta entonces excluidos. Mientras el analizante, sometido al traumatismo de la cura no cesa de laborar en búsqueda de cicatrizar lo más rápidamente posible, el analista no debe prestar su asistencia a estas tentativas repetidas de ligazón.

Sin contornos - Mayo 2016

60


El analista es ante todo un artesano de la desligazón, reconduciendo sin cesar al analizante por la vía del análisis. Sin embargo, por ambiciosa que sea la meta de reactivar el proceso originario, la nueva unidad del yo se cierra obligatoriamente (cierre Tolemaico) en una nueva versión del ello como otro interno. Situación esta que, en ciertos casos, no sucede, y la apertura de la transferencia puede verse transferida al exterior de la cura, en una relación de dirección al otro, y de vulnerabilidad por el otro, propia de los creadores. “Si Ferenczi pudo reprochar a Freud el no haberlo inmunizado contra nuevas experiencias traumáticas, fue por no haber advertido toda la fecundidad de lo ´nuevo´ procedente del otro” (p. 197)

La interpretación, señala Laplanche, se define en oposición a la síntesis reconstructiva, por proceder de elemento a elemento, o sea, por reponer eslabones faltantes en la cadena asociativa-disociativa. Definición que desdeña cualquier búsqueda de sentido, cualquier comprensión previa. El psicoanálisis, por lo tanto, no es un sistema de interpretaciones estereotipadas. Se siguen vías asociativas, se registran los puntos de cruce, pero no se propone ninguna síntesis. Se trata de un método de detraducción, sin existencia de códigos preestablecidos para una retraducción, la cual es puramente espontánea e individual. Laplanche refiere que el método originario, así planteado por Freud en 1900, fue pronto ocultado detrás de los códigos psicoanalíticos, bajo los estandartes de la simbólica y la tipicidad.

Sin contornos - Enero 2016

61


Simbólica que enlaza de manera fija símbolo y simbolizado. Método simbólico que traduce el discurso manifiesto del sueño, respetando su coherencia y trasponiendo un relato en otro; a diferencia del método asociativo que no concedía la menor credibilidad al relato manifiesto. Tipicidad que remite a un libreto casi universal. Grandes esquemas típicos como los grandes complejos (Edipo, castración), la mitología de los instintos de vida y de muerte, el esquema de la posición depresiva, la Ley. La lectura por simbolismo y tipicidad lejos de ser un auxiliar del método asociativo, lo desaloja, haciendo callar las asociaciones. Motivo por el cual la síntesis, el pensamiento codificado, está del lado de la represión. Laplanche señala que el descubrimiento de la castración, puesto en acción por Hans (19061909) como una teoría sexual infantil, y que Freud adopta aspirando a su universalidad, prosiguió en la historia del psicoanálisis hasta inundarlo. Una teoría sirve al niño para dominar un enigma que le es propuesto por el mundo de los adultos. Enigma que en un comienzo no es la diferencia de sexos sino de géneros. Ya que el bebé no percibe una diferenciación anatómica, pero sí percibe muy pronto que la especie

humana está dividida en géneros, según la apariencia, la presentación, el comportamiento, etc. Diferencia enigmática propuesta desde el inicio por el adulto como un mensaje a descifrar; y del cual la teoría de la castración quiere dar cuenta, simbolizando el enigma en un sistema codificado. Código que se basa en la anatomía y funciona como un sistema binario, positivo/negativo. Universalización que luego Lacan plantea como un a priori, desexualizando el conjunto; pasando la castración a ser el significante de la finitud humana, cuya asunción sería la meta del psicoanálisis; directamente enlazada con el binarismo sobre el cuál se fundó el mundo occidental. Complejos mitos, puestos en primer lugar, en forma de síntesis utilizables para dominar los enigmas, ocultan el inconsciente en la teoría psicoanalítica, tal como lo hacen en el ser humano. “No hay interrogación sobre la condición humana que no tenga por vehículo el mensaje del otro. Las grandes preguntas fundamentales ¿de dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Por qué los géneros?, etc.solo le llegan al individuo planteadas por el otro” (p. 208)

Sin contornos – Agosto 2016

62


El mensaje enigmático es el que marca la dimensión irreductible de la alteridad, al llevar consigo la huella irreductible e ilegible del inconsciente sexual del otro, otro adulto. Vectorización del mensaje que se inscribe sobre el fondo de una vectorización interpersonal, la del apego no sexual. Mensaje enigmático que se inscribe en el niño como mensaje “significante a”, y no como huella o significación. Desde ese momento, los destinos son múltiples: a)El mensaje puede quedar intraducido, forcluído, como ocurre con el mensaje persecutorio y el mensaje superyoico. b) Puede ser traducido, con represión del resto no traducido, del cual el yo nada quiere saber.

c) Se preserva el enigma a despecho de la represión. O sea que, a pesar de la represión se mantiene el aguijón del enigma. Un presentir para siempre que “hay algo de lo que no sé”

situación e interpreto, sino, el otro se dirige a mí de manera enigmática y yo (bebé-analizante) traduzco. Laplanche afirma que no puede emprenderse un análisis sin que queden cuestionados, en su contingencia, historicidad, contradicciones, y absurdos, los sistemas mito-simbólicos de los cuales el yo se vale para efectuar su trabajo de ligazón. La práctica hermenéutica del psicoanálisis, refiere Laplanche, al aplicar una nueva codificación sobre una codificación antigua, dado que relee lo manifiesto, no puede constituir sino un redoblamiento de la represión. Lectura en clave-llave (en francés clé designa ambos términos) que así como sirve para abrir, también sirve para cerrar. El método psicoanalítico, en su origen, no tiene llave sino destornilladores. Desmonta las cerraduras, no las abre. El análisis, afirma Laplanche, es , en primer término, trabajo de desligazón; es decir, una práctica controlada del desbocamiento, y hasta de la pulsión de muerte.

La situación de traducción originaria se conecta con la experiencia de la situación analítica. La situación originaria, renovada en la cura analítica, no es: yo estoy aquí en Sin contornos – Agosto 2016

63


Silvia Bleichmar La constitución de la masculinidad y sus fantasmas Blechmar, S.. (2015) Paradojas de la sexualidad masculina. Buenos Aires: Paidós

“A partir de la reformulación del veinte, cuando toda la obra pasa a girar alrededor de la constitución de la premisa fálica y las consecuencias psíquicas del descubrimiento de la diferencia sexual anatómica, la determinación de un solo sexo de partida, el masculino, y la subsunción de la teoría pulsional de la angustia de castración como eje alrededor del cual se constituye toda la perspectiva de la constitución sexual, se vuelven a plantear avances y atolladeros. Si por una parte la diferencia anatómica deviene modelo de todo descubrimiento de la alteridad y de la circulación del niño respecto a la sexuación, la ´castración femenina´ pasa de ser teoría sexual infantil, a teoría psicoanalítica, sosteniendo un sexo de partida, el masculino” (Blechmar, S. 2015. Paradojas de la sexualidad masculina. p.69 Buenos Aires: Paidós)

Silvia Bleichmar señala que tanto la presencia real del pene, como la teoría consiguiente acerca de la angustia de castración, han asentado la idea de que el varón nace como tal. La consideración de que el varón recorrería un camino lineal, en razón de que el niño conserva el objeto primario junto con el órgano de origen, ha operado como un obstáculo epistémico en el desarrollo psicoanalítico de la sexualidad masculina. Respecto a esto, refiere que a lo largo de su historia, el psicoanálisis ha interpretado los fantasmas de masculinización como fantasmas homosexuales. Fantasmas de masculinización que en muchos casos se expresan hacia la búsqueda de incorporación de la virilidad a partir de la relación con otro hombre.

Sin contornos – Agosto 2016

64


Coagulando así la angustia y el sufrimiento, sin el ofrecimiento de otra alternativa más que la resignada aceptación de aspectos “homosexuales inconscientes”. Aspectos homosexuales inconscientes que remitirían a una concepción de intencionalidad inconsciente, la cual es puesta en cuestionamiento por Bleichmar. Respecto a lo cual señala que debido a que el inconsciente está cerrado a toda referencialidad y funciona bajo la legalidad del proceso primario, está despojado de subjetividad en sentido estricto. Motivo este por el cual no puede afirmarse que el deseo expresado dé cuenta de una “identidad inconsciente” que el sujeto de consciencia desconocería; como si los fantasmas inconscientes remitiesen a la existencia de un sujeto “verdadero” subyacente, a modo de una suerte de segunda consciencia opuesta a lo manifiesto. Por lo tanto, ninguna fantasía puede ser interpretada como dando cuenta de otro que no reconocemos ser. Que el análisis de cuenta de aspectos de sí mismo desconocidos para el sujeto, no implica la sustitución del ser por la parte, así como tampoco implica la sustancialización de la moción como modo de existencia.

“Nadie puede ser en el inconsciente lo opuesto a aquello que es en la consciencia, en razón de que nadie puede, simplemente, ser en el inconsciente” (Bleichmar, S. 2015. Paradojas de la sexualidad masculina. P. 14. Bs.As. Paidós)

Respecto a esto, refiere que al interpretar el deseo de pene solamente desde la perspectiva del deseo homosexual, se pierde la perspectiva del deseo de asculinización es éste implícito, el cual, paradójicamente, abre el camino hacia la heterosexualidad. Si bien la madre es inicialmente, para ambos sexos, el primer objeto de amor, y el varón retiene este objeto en el complejo de Edipo, la madre de la prehistoria del complejo de Edipo no es la misma que aquella que se va a constituir en objeto de deseo a partir del reconocimiento de la diferencia sexual anatómica. La madre de la prehistoria del complejo de Edipo, investida de todos los atributos de completud, cae luego bajo el signo de la derrota narcisista que atraviesa tanto al sujeto como al objeto. El objeto cambia su estatuto, no habiendo continuidad directa sino una discontinuidad marcada por la ambivalencia y la intervención de otra variable, que ahora cobra

Sin contornos – Agosto 2016

65


significación: el padre sexuado. Los primeros tiempos de la vida están marcados por la pasividad respecto al otro adulto. Activo en relación a la meta pulsional, el deseo infantil conserva una pasividad radical con relación al otro. Deseado y atravesado por la sexualidad del adulto, las mociones pulsionales entran en correlación con el cuerpo del otro de un modo autoerótico; dado que el autoerotismo no se reduce a la relación con el propio cuerpo, sino a la posibilidad de que en el cuerpo del otro se reencuentre la representación de un modo de goce no intersubjetivamente articulado. La pasividad originaria hacia la madre pulsante de los primeros tiempos de la vida, se resignifica, a posteriori, cuando es sujeto se estructura como tal, y se produce la conversión que lo torna de pasivo en activo hacia un objeto, atravesado por la diferencia anatómica. Primeros tiempos de la vida en los cuales no hay un sujeto del yo, capaz de representarse a sí mismo y de enunciarse a partir de su posicionamiento respecto al objeto. El inconsciente no está tendido hacia el objeto del mundo, no es volitivo, y en su ausencia de referencialidad es para-subjetivo. Por lo cual solo la constitución del sujeto del yo, sepultando los representantes pulsionales en el inconsciente a Sin contornos – Agosto 2016

66


partir de la represión originaria, puede dar curso a una actividad que se revele en continuidad con el deseo guardando al mismo tiempo la paradoja de estar al servicio de la defensa. El yo considera inadmisible para su sistema de representaciones, su coherencia identitaria, y su legitimación moral, la admisión de deseos dirigidos a partes del cuerpo de otro o de sí mismo, que no serían lícitas desde su perspectiva. Motivo por el cual no puede dejar de evaluar como “homosexuales” mociones deseantes que en sí mismas no son ni homo ni hetero sexuales, ya que se constituyeron al margen de la diferencia que marca la lógica de la bipartición sexual. Articulación que no es posible en el inconsciente, ya que al ser del orden de la disyunción se contradice con la legalidad del proceso primario. De este modo, la masculinidad no se constituye sino sobre fantasmas que solo el yo puede calificar de homosexuales. Fantasmas que, por ser constitutivos de la masculinidad, corresponde que se los denomine como fantasmas masculinos, y no como fantasmas femeninos de los hombres. Bleichmar se pregunta acerca del modo como ingresan las primeras inscripciones del padre en los tiempos previos a la construcción de

lo originario sepultado en el inconsciente. Y se responde que, puede suponerse que los cuidados precoces compartidos en un comienzo, la proximidad del cuerpo del padre como metonimia de la madre, inscriban representaciones residuales a los restos de percepción que no terminan de ser asimilados por los movimientos de pulsación que ejerce la madre. Por otra parte, el padre, o quien ocupe el lugar de tercero, interviene desde el inicio como separador del vínculo fusional con la madre. A partir de su posicionamiento como intervalo que separa del objeto primordial, el padre interviene contra la captura del niño en el fantasma de la escena primitiva. El padre pone así de relieve su función de corte, aún antes de que se establezca su carácter de interdictor. Las renuncias pulsionales básicas que precipitan al sepultamiento del autoerotismo, son establecidas por el adulto a cargo de brindar al niño los primeros cuidados. Prohibiciones fundantes de inserción en la cultura que se sostienen en el hecho de que el adulto ha constituido la relación con el niño de modo mediado: su amor pasional por el niño es atemperado por su propia prohibición superyoica. Prohibiciones fundantes que, si bien culminan con la prohibición del goce

Sin contornos – Agosto 2016

67


intergeneracional, no se reducen a este, al cual se arriba luego de prohibiciones que residen en rehusamiento con respecto a propio cuerpo como cesión para poder vivir en sociedad. De lado del niño, lo que está en juego en estas etapas precoces no es la castración, sino la dialéctica vidamuerte; ya que perder el amor de la madre pone en juego el aniquilamiento del sujeto, expulsado del universo de protección. El pasaje de pasivo a activo parecería producirse, señala Bleichmar, cuando el niño, al descubrir la diferencia anatómica, es precipitado hacia una caída narcisista del objeto materno, castrado. Caída

que arrastra consigo la angustia de castración del niño, e inaugura el movimiento que lo lanza de la identificación a la elección amorosa de objeto. “¿Qué tipo de identificación debería realizar el varón antes del sepultamiento del complejo del Edipo, cuya culminación inaugura la posibilidad de identificarse al padre a través de la incorporación de las instancias que constituyen el superyó, para poder ejercer su potencia genital con el objeto de elección?” (Blechmar, S. 2015. Paradojas de la sexualidad masculina. p.25. Buenos Aires: Paidós)

Sin contornos – Agosto 2016

68


La perspectiva freudiana, refiere Bleichmar, parece regirse, de manera dominante, por la contigüidad del objeto real y su carácter activo a partir de la determinación biológica. Aparente linealidad que emplaza al padre en el lugar del rival, cuando las mociones, amorosas y eróticas, hacia este definen el camino de la identificación. Mociones eróticas que para lograr la identificación deben sublimarse. La realidad psíquica no es ni un producto endógeno, ni el mero reflejo de la realidad exterior, sino la transformación de las improntas vividas en inscripciones derivadas de la presencia humanizante del otro. Derivación que en un primer tiempo es metonímica, para luego ser recompuesta en múltiples transcripciones. Por este motivo, Bleichmar sostiene que es insostenible concebir a la masculinidad desde una perspectiva endogenista que da por sentado un recorrido sin desvíos, en el cual lo masculino sostendría su zona y su objeto, y para la cual el surgimiento de fantasmas “femeninos” en el varón sería efecto de aspectos femeninos reprimidos. Confusión que tendría como principal consecuencia la errónea interpretación de las fantasías homosexuales de los pacientes heterosexuales, como efecto de una corriente femenina,

producto de una “bisexualidad constitutiva” ajena a su masculinidad; cuando mayormente corresponde al intento de búsqueda de apropiación de la masculinidad, a parir de la incorporación del atributo genital de otro hombre, que otorgue potencia y virilidad. Masculinidad que, por lo tanto, se constituye en la paradoja de recibir el pene del padre mediante una identificación que inevitablemente impone un fantasma homosexual. Identificación que se establece sobre las huellas de los restos residuales con los cuales el cuerpo del adulto, tanto de la madre como del padre, se inscribe en el niño antes que las categorías de la sexuación puedan diferenciarlos. La construcción de la masculinidad debe ser entendida, no como efecto de una génesis, sino como un punto de llegada del cual el sujeto puede ser destituido. Bleichmar propone la introducción de un tercer tiempo entre la identificación de género, que da los atributos respecto a la bipartición identitaria, y la identificación al superyó paterno, residual a la prohibición edípica. Tercer tiempo en el cual se encuentra la articulación que permite el ejercicio de la masculinidad. La forma en que estos tres tiempos determinan el modo de asunción de la genitalidad, a partir de la

Sin contornos – Agosto 2016

69


pubertad, no es tampoco lineal. En el momento del ejercicio y la asunción de la elección del objeto de amor genital, una complejidad predeterminada va a encontrarse con algo del orden del acontecimiento, lo que va a coagular las dominancias posibles en cierta dirección singular. Los tres tiempos en la constitución dela sexualidad masculina que plantea Bleichmar son: 1) Institución de la identidad de género, la cual no asume aún carácter genital, y que si bien no se sostiene en el reconocimiento de la diferencia anatómica, implica un posicionamiento en relación con la bipartición, en cuyo interior el otro significativo determina los rasgos identitarios correspondientes: “eres niño/ niña, y esto implica vestirte de determinada manera, jugar determinados juegos, manifestar tus emociones de tal manera y no de otra, etc.”. Por lo tanto, en este primer tiempo, en el cual se instala el “que se es” y los atributos que la cultura considera pertinentes para uno u otro sexo, coexiste con el polimorfismo perverso, y es anterior al reconocimiento de la diferencia anatómica. Las atribuciones de género son efecto de un “significado al sujeto”, en el cual este es posicionado en

relación a una identidad en la cual comienza a instalarse, y a partir de la cual va a realizar un trabajo de apropiación. Recorrido que no es línea, y que puede encontrarse sometido a diversos movimientos que lo recoloquen. Momento constitutivo, identitario, que va a ser el sostén, el núcleo yoico, de las identificaciones secundarias residuales en tiempos posteriores.

Las categorías masculino/femenino no recubren totalmente el sexo genital, y como atributos de género son categorías previas al descubrimiento de la diferencia anatómica, coexistiendo de modo paralelo a la sexualidad pulsional de los primeros tiempos de vida. Por lo tanto, en sus primeros años, un niño puede considerar que es

Sin contornos – Agosto 2016

70


varón por ciertos atributos culturales (usa el pelo corto, no usa aros, usa ropa celeste, etc.) sin que ello implique que conozca los atributos que determinan la diferencia de los sexos. En los comienzos de la vida, antes de que el cachorro humano sepa si es varón o mujer, y mucho menos que lo relaciones con atributos anatómicos y comportamentales, la existencia del otro humano del cual depende, introduce una sexualidad de carácter pre-masculino/femenino, más allá de la definición biológica o de género que tenga ese adulto. Sexualidad prematurada que no es ni masculina ni femenina, pero que al ser puesta bajo los rubros de activo/ pasivo deviene para el varón una amenaza constante de feminización, ya que lo coloca en un lugar pasivo de goce respecto al otro.

Las posiciones y fantasmas que esto inaugura no pueden concebirse como meramente femeninos, sino como organizaciones residuales del complejo camino en la constitución de la masculinidad. 2) Descubrimiento de la diferencia anatómica de los sexos: En el niño varón, el atributo biológico no es suficiente para constituir la masculinidad genital y la potencia fálica; siendo para ello necesario que el pene sea investido de potencia genital, la cual se recibe de otro hombre. A lo cual s e suma la significación que el pene del hijo cobra para la madre. Se trata de un proceso que se desdobla en dos partes: a) recibir, a través de un fantasma de incorporación del pene del adulto, la potencia que confirme la

Sin contornos - Mayo 2016

71


masculinidad y hace posible su ejercicio; a la vez que instaura la angustia homosexual dominante en el hombre. b) búsqueda, en la mirada de la madre, de los indicios del valor del pene del cual se es portador. Articulación compleja en la mujer, proveniente de la valoración del pene del hombre, y de su relación con el del hijo, lo que define los mensajes que circulan en la constitución narcisista de la masculinidad. 3) Definición de las identificaciones secundarias que hacen a las instancias ideales. Ya nos e trata de ser hombre, inscripto narcisísticamente en el yo, sino de qué clase de hombre se debería ser. Sería imposible la producción de identificación a un puro rival, sin enlace de amor con él. Siendo en las corrientes tiernas y eróticas hacia el padre donde se revela la cuestión que liga al varón con la homosexualidad. Es sobre la determinación previa ejercida a partir de los cuidados precoces de carácter seductor y pulsante, llevados a cabo por el padre, y en los cuales este ocupa un lugar no solo de interdictor sino también de ejercicio de su propio goce autoerótico, que se constituye la aspiración erótica primaria hacia el padre.

El elemento homosexual de la identificación con el padre no se debe a la pasividad originaria respecto a la seducción paterna, ya que, debido a que en los primeros tiempos de la vida no hay aún sujeto, lo pasivo no es vivido con la resignificación femenina que le es otorgada a posteriori. Para el sujeto en vías de constitución, pasivo y activo no adquieren significación sexuada. Es el aporte libidinal, excitante, proporcionado por el padre, en el ejercicio de los cuidados precoces, el que brinda el sustrato históricovivencial de las adherencias eróticas que sobre él se despliegan. Es, por lo tanto, como metonimia de la madre, que el padre inscribe huellas precoces que constituyen la base erógena sobre la cual se van a inscribir los deseos eróticos sobre él, resignificados a posteriori por los fantasmas de masculinización.

La adjudicación identitaria es anterior al descubrimiento de la diferencia anatómica, y coexiste con estos contactos precoces con el cuerpo del padre. Identificación de género que se produce con el desconocimiento de su función sexual, antes de que se haya precipitado el reconocimiento de la diferencia anatómica.

Sin contornos – Agosto 2016

72


Si bien las categorías masculino y femenino no se abrochan inicialmente a la diferencia sexual anatómica, estas son propuestas a partir de que el adulto sexuado, responsable de los cuidados precoces, tiene inscripta esta diferencia. Diferenciación entre género y sexo que debe ser tomada en cuenta ante el prejuicio que anuda homosexualidad a feminización amanerada, ya que la articulación entre el género y el sexo no puede plantearse linealmente. Del mismo modo, Bleichmar refiere que, los trastrocamientos de género no son producto del desenlace de la elección amorosa de objeto, sino de procesos complejos que van desde modos de recomposición de identificaciones primarias fallidas, hasta intentos de dar coherencia a mociones sexuales e identificatorias que articulan circulaciones edípicas e intentos de dar solución a enigmas generados por traumatismos azarosamente producidos. Bleichmar concluye, señalando que, pasivizado en los primeros tiempos de la vida por la mujer seductora, el niño solo puede acceder a la masculinidad través de la incorporación fantasmática del pene masculino del adulto, que brinda su potencia al mismo tiempo que somete. Incorporación introyectiva

que deja a la masculinidad librada al fantasma paradojal de la homosexualidad. Que esta presencia inquietante devenga estructurante en una u otra dirección de la elección de objeto sexual, depende de las vicisitudes y destinos de los movimientos constitutivos que la engarzan.

“…toda interpretación que no solo oculte la realidad determinante del síntoma, sino que convalide el imaginario sufriente del paciente sin desentrañarlo, constituye una captura ideológica que reduplica aquellas en las cuales el yo se encuentra prisionero o en las cuales el psicoanálisis mismo puede redoblar tal captura “(Blechmar, S. 2015. Paradojas de la sexualidad masculina. p.69. Buenos Aires: Paidós)

Sin contornos - Mayo 2016

73


Trazos y miradas

Osvaldo Repetto

Sin contornos – Agosto 2016

74


Vergüenza – Aníbal Repetto https://www.flickr.com/photos/anibalrepetto/with/27545442025/

Sin contornos – Agosto 2016

75


Cortitas y al pie

De ahí, la transferencia, no por relacionarse con el analista como sustituto del papá o de la mamá, sino muy diversamente, por vincularse con él como una figura transicional de lo inquietante” Rodulfo, R. (2013). Andamios del psicoanálisis, p.90, Buenos Aires: Paidós

“¿No sabemos acaso donde conducen las visiones unitarias? ¿No nos enseña el psicoanálisis el pluralismo, la pluralidad y hasta la yuxtaposición? Precisamente la que reina en el inconsciente, donde todo permanece lado a lado, sin obligación de síntesis” Laplanche, J. (2001) Entre seducción e inspiración: el hombre, p. 14, Buenos Aires: Amorrortu editores

“Confundir la abstinencia analítica, que se ejerce en el marco de la acogida benevolente – feliz expresión con la cual Jean Laplanche ha denominado a la actitud de rehusamiento del analista al saber sobre el otro y a todo enjuiciamiento moral del orden que sea, aún pedagógico - , con la impasibilidad y el silencio acusatorio, sólo conducen a una apropiación del otro mediante el ejercicio de un poder que bien podríamos resumir – parafraseando a Marcuse – como poder sobrante” Bleichmar, S. (2012) La fundación de lo inconsciente. Destinos de pulsión, destinos del sujeto, p. 65, Buenos Aires: Amorrortu editores

“La razón nos enseña que cualquier desgaste de energía durante la actitud defensiva, cuando se transforma en regla, en costumbre, provoca en nosotros un empobrecimiento extraordinario y perfectamente inútil. Mi gran desgaste de energía no es más que la acumulación de los pequeños. La propia defensa contra las aproximaciones ajenas representa un desgaste, una dilapidación de fuerzas y energías puramente negativos. Si semejante estado se prolonga, acabará el que lo padezca por debilitarse de tal modo, que ni siquiera podrá defenderse” Nietzsche, F. (2006) Ecce Homo, p. 55, Buenos Aires: Lancelot Sin contornos – Agosto 2016

76


Los autores

Aníbal Repetto Lic. en Piscología / Profesor Universitario / Lic. Kinesiólogo Fisiatra / Docente Cátedras Introducción a la Psicología, Psicología del Desarrollo, Integración de Psicoterapias y Psicología clínica de niños y adolescentes: Lic. en Psicología, U. Maimónides / Director y editor revista Sin Contornos / Músico repettoanibal@gmail.com

Diego Greco Lic. en Piscología / Disc Jockey / Cantante grecodj@hotmail.com

Matías Bonavitta Lic. Prof. Psicología. Orientación psicoanalítica / Maestrando en Antropología / Músico. matiasbonavitta@yahoo.com.ar

Adriana Santagapita Psicoanalista / Miembro Consejo directivo Fundación Campos del Psicoanálisis / Miembro Comisión Organizadora Jornadas de Dis-capacidad Fundación Campos del Psicoanálisis. pspas1@yahoo.com.ar

Ariel Spadaro Docente con postítulo en Educación y TIC / Bibliotecólogo / Periodista / Escritor / Secretario de prensa regional de AATRAC

Sin contornos – Agosto 2016

77


Convocatoria: Revista Sin Contornos convoca a participar en sus ediciones en las diferentes modalidades (artículos, imágenes, viñetas clínicas, reseñas bibliográficas, literatura, poesía, etc.). El requisito es sostenerse dentro de las premisas de la revista: Intercambio de conocimientos y sensaciones artísticas relacionadas con el psicoanálisis, en su sentido más amplio. Sentido que nace en las teorizaciones clásicas, y pasando por sus revisiones fundamentales, alcanza las nuevas propuestas, y se proyecta en el futuro. Los artículos y demás aportes en caso de no ser inéditos deben acompañarse de la respectiva referencia al autor y propietario de los derechos del mismo. Sin contornos, y su editor, no se hacen responsables de demandas que surjan ante el incumplimiento de dicha norma, así como tampoco de las potenciales situaciones de plagio que pudiesen surgir. Así mismo, los autores son responsables de sus expresiones, dichos, comentarios, e imágenes; y de los efectos que estas provoquen. La publicación no implica que Sin Contornos coincida con lo expresado por los autores; ya sea a nivel teórico, social, político, etc. Requisitos formales para aportes escritos: a) Los aportes escritos deben enviarse en Word, con una longitud de 5 a 10 páginas, utilizando letra Times New Roman, Arial, o Verdana, y un espaciado de 1.5.

b) El inicio del escrito debe estar acompañado de un breve abstract no mayor a 500 caracteres. c)

Todo escrito debe incluir las correspondientes referencias bibliográficas, ordenadas alfabéticamente de acuerdo a las normas internacionales de la American Psichological Association (APA)

d) Incluir un breve currículum que dé cuenta del recorrido académico / profesional del autor, no mayor a 50 caracteres, incluyendo solo información relevante. Así como una dirección de correo electrónico que posibilite el contacto con los lectores, y una foto de perfil, o en su defecto, una imagen que lo represente

Sin contornos – Agosto 2016

78


e) Si el autor desea que alguna frase sea resaltada esta debe estar destacada de manera clara en el texto (negrita, recuadro, etc.). f)

Si el autor desea que su escrito se acompañe de una determinada imagen, debe proporcionarla, adjuntando la referencia autoral de la misma, así como la referencia a la fuente de la cual la ha obtenido, y una carta del autor de la misma, en la cual expresamente permita su publicación a la Revista Sin Contornos y su editor. La carta no es requerida si el autor ha fallecido hace más de 80 años. Sin contornos o se hace responsable por las demandas que pudiesen surgir ante la utilización de imágenes que poseen derechos restringidos de utilización y/o modificación de las imágenes.

g) El trabajo debe estar acompañado de un escrito en el cual el/los autor/es se responsabilizan por la autoría y el contenido de su escrito, y señalan que el mismo, y la información que contiene, no ha sido previamente publicado, tanto total como parcialmente. Así como señalando haber leído los presentes requisitos y autorizando la publicación del mismo. h) En el caso de viñetas clínicas o similares, el autor es responsable de guardar el secreto profesional respecto a la identidad de las personas implicadas, así como de cualquier otro dato que pudiera poner en evidencia su identidad, o afectar a este de cualquier modo posible. i)

Los escritos deben ser enviados por correo electrónico a : sincontornos@gmail.com, señalando en Asunto: Propuesta de publicación.

j)

La recepción de los escritos no implica obligatoriedad de publicarlo, quedando esto a consideración del editor.

k)

La estética de las publicaciones está a cargo del editor de la revista, quien lo hará respetando el texto enviado por el autor. Si el autor no hubiese enviado imágenes ilustrativas , el editor podrá disponer de la elección de las que considere pertinentes para llevar a cabo dicha ilustración; excepto en el caso de solicitud expresa escrita por parte del autor, refiriendo su preferencia acerca de la no ilustración de su escrito.

Sin contornos – Agosto 2016

79


Requisitos formales para aportes en imágenes: a) Las imágenes deben ser enviadas en formato JPG, con un tamaño no superior a 10 Mb. b) En caso de tratarse de una serie de imágenes, dicha serie no debe superar el número de 5 imágenes. c) Acompañar, opcionalmente, la imagen con un texto descriptivo, no mayor a 300 caracteres, escrito con letra New Roman, Arial, o Verdana. En caso que el texto no sea de autoría propia, debe proporcionarse la referencia bibliográfica correspondiente. d) Incluir un breve currículum que dé cuenta del recorrido académico / profesional del autor, no mayor a 50 caracteres, incluyendo solo información relevante. Así como una dirección de correo electrónico que posibilite el contacto con los lectores, y una foto de perfil, o en su defecto, una imagen que lo represente. e) En caso que la/s imagen/es no sea/n de propia autoría, esto debe ser aclarado por escrito, y acompañarse de una carta del autor de la misma, en la cual expresamente permita su publicación a la Revista Sin Contornos y su editor. La carta no es requerida si el autor ha fallecido hace más de 80 años. Sin contornos o se hace responsable por las demandas que pudiesen surgir ante la utilización de imágenes que poseen derechos restringidos de utilización y/o modificación de las imágenes. f)

El punto (e) es válido también para fragmentos de imágenes que no fuesen de autoría propia, y estén incluidos en imágenes que si lo son.

g) La/s imagen/es debe estar acompañado de un escrito en el cual el/los autor/es se responsabilizan por la autoría de la/s misma/s, y señalan no ha sido previamente publicada, tanto total como parcialmente. Así como señalando haber leído los presentes requisitos y autorizando la publicación de la/s misma/s.

Sin contornos – Agosto 2016

80


h) En el caso de viñetas clínicas, imágenes provenientes de test psicológicos, o situaciones similares, el autor es responsable de guardar el secreto profesional respecto a la identidad de las personas implicadas, así como de cualquier otro dato que pudiera poner en evidencia su identidad, o afectar a este de cualquier modo posible. i)

La/s imagen/es deben ser enviadas por correo electrónico a : sincontornos@gmail.com, señalando en Asunto: Propuesta de publicación de imagen.

j) La recepción no implica obligatoriedad de publicarlas, quedando esto a consideración del editor. k) La estética de las publicaciones está a cargo del editor de la revista, quien lo hará respetando la integridad de las imagen/es enviadas por el autor.

l)

Revista Sin Contornos, y su editor, no se hacen responsables ante las demandas que pudiesen surgir ante los efectos causados a otras personas por el contenido de las imágenes publicadas, haciéndose el autor de las mismas responsable por esto.

Sin contornos – Agosto 2016

81


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.