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2.3 De 2016 a 2019. Intento de un proyecto reformista

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externa con determinados cronogramas y condiciones. De esta forma, en el año 2005 el entonces presidente Néstor Kirchner decidió el pago total de la deuda con el Fondo Monetario Internacional. En paralelo, y paulatinamente durante los posteriores años de su mandato y los subsiguientes, se logró acordar con la mayoría de los acreedores de la Argentina quitas de capital que significarían un gran alivio para la economía nacional.

Capítulo 02 | 33 A fines de 2015 culminó el ciclo de gobiernos kirchneristas que comenzó bajo la presidencia de Néstor Kirchner (2003-2007) y continuó con los dos períodos de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011 y 2011- 2015). Estos doce años significaron un importante cambio a nivel político, económico y social, poniendo fin a una etapa de inestabilidad económica nacional, marcados por fases de acelerado crecimiento, como entre los años 2003 y 2008, y entre 2010 y 2011, fases muy críticas, como entre 2008 y 2009 con la crisis internacional, fases de desaceleración, como en 2012 y 2013 y fases marcadas por el estancamiento general como entre los años 2014 y 2015. El 22 de noviembre de 2015 en las elecciones presidenciales, Mauricio Macri candidato de Cambiemos y por ese entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ganaba la contienda electoral en ballotage con el 51,4% de los votos, dejando por pocos puntos en un segundo lugar a Daniel Scioli candidato del Frente para la Victoria. Esto significó el comienzo de un nuevo período político en el país a partir de un claro cambio de signo político y una propuesta abiertamente diferente y opuesta a los tres kirchnerismos, dejando atrás el ciclo kirchnerista. Durante su campaña, el ex presidente Macri hizo hincapié en la pesada herencia recibida por el ciclo precedente al que popularmente denominaron “década robada”, en clara alusión a las causas y sospechas de corrupción durante dichos gobiernos. Los ejes, se basaron en la reducción de la inflación, pobreza cero, regreso al mundo como mensaje de apertura de la economía y reinserción en los mercados internacionales pero principalmente europa y Estados Unidos, y la creación de las condiciones necesarias para el financiamiento de su gobierno en base a las inversiones extranjeras que llegarían al país producto de los cambios que se implementarían. Prometió principalmente resolver la economía, bajar la pobreza a cero y bajar la inflación. Una vez en el gobierno, las políticas económicas apuntaron a la aplicación del denominado “gradualismo”, es decir, un paquete de medidas que tendrían como máximo objetivo la reducción del gasto público. La quita de subsidios destinados a los servicios públicos y la liberación del precio de los combustibles significaron aumentos en luz y gas mayores al 4000% y del 100% del valor de la nafta en 4 años. Además, una política monetaria de libre flotación del dólar redundaría en una devaluación sin precedentes que se traduciría en la dificultad de lograr controlar o reducir la inflación. A su vez, la liberación de las restricciones en los controles de precios máximos establecidos en productos esenciales, dispararía la inflación a niveles récords

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marca país Argentina | Capítulo 02

no registrados desde la recordada “hiperinflación alfonsinista”. Por último, todas estas acciones dificultaron la promesa de lograr la pobreza cero, terminando el mandato en el 2019 con un aumento que alcanzaría un 39% de la misma. Durante el gobierno de Mauricio Macri, se puso fin a la intervención del INDEC, mancha imborrable de los gobiernos kirchneristas, y se publicaron periódicamente indicadores que habían sido modificados o desactualizados. La apertura de la economía, desregulación del mercado interno y la competitividad ofrecida a inversores extranjeros con las fuertes devaluaciones de la moneda nacional, no lograron consolidar la llegada de inversiones que tanto se anunciaron, entrando en franca contradicción con las altas tasas de interés e inexistencia de requisitos para la especulación financiera y la fuga de capitales. De esta forma, a falta de financiamiento propio, el gobierno argentino volvería a recurrir al financiamiento externo cortando con un ciclo de fuerte preocupación por lograr la tan ansiada soberanía económica. Al cabo de cuatro años, Argentina fue el cuarto país más endeudado del mundo, con un financiamiento cercano a los 100 mil millones de dólares, de los cuales solamente quedaron en el país un 15% de los mismos, mientras que el resto pasó a formar parte de la denominada fuga de capitales. Estos números significan la superación de los montos de endeudamiento realizados por la última dictadura argentina, los cuales representaban los mayores de la historia. Desde el plano político, el gobierno de Cambiemos fue una coalición formada por varios sectores de diferentes espacios políticos, mayoritariamente por PRO-UNIÓN FEDERAL y la Unión Cívica Radical, signado por un cambio en el paradigma comunicacional y de vinculación con la ciudadanía a través de la apelación al hombre común, historias de superación personal y a un discurso fuertemente meritocrático. A su vez, con serias dificultades para la consolidación de consensos legislativos y de estrategia política para lograr sortear la presión opositora e implementar políticas y acciones redituables a la hora de enfrentar nuevamente la refrenda electoral. Desde el plano social, las políticas económicas llevadas adelante empeoraron notablemente los indicadores sociales preponderantes, afectando fuertemente a los sectores bajos y medios, y beneficiando a aquellos de mayor poder adquisitivo, culminando con el cierre de miles de PyMES en todo el país y altos aumentos en los índices de indigencia, pobreza y desempleo, generando un descontento generalizado en todo el país reflejado en protestas, marchas y paros. Desde el plano internacional, otra de las promesas de campaña fue “volver al mundo”, insertar a la Argentina como un país confiable para invertir y negociar. Esta lectura, en un mercado internacional sumido en una crisis generalizada y signado por un fuerte proteccionismo económico por parte de las principales potencias mundiales, y precios bajos y en descenso de los denominados commodities, inhabilitaron la esperanza del gobierno de reinsertar al país en el mundo y atraer inversores como fuente de financiamiento económico nacional. El desregulado aumento de las importaciones y la caída de las exportaciones, significó la desprotección de la industria local y su consecuente deterioro. Un punto rescatable de la experiencia nacional de Cambiemos, fue el desarrollo en la generación de energías renovables logrando un incremento en su porcentaje respecto la generación de energías del país de un 2 al 8%. A su

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vez, aún contra los propios anuncios de reducción del gasto y denostación de las denominadas políticas asistencialistas o subsidiarias, el gobierno de Mauricio Macri aumentó la cantidad y montos de la Asignación Universal por Hijo (AUH). Si bien la corta distancia temporal dificulta un análisis adecuado, en líneas generales es posible afirmar que el período como presidente de Mauricio Macri (2015-2019) se caracterizó por su imposibilidad de consolidar sus principales ejes de campaña, al punto de haber empeorado los registros inflacionarios y de pobreza. La pérdida de poder adquisitivo generalizado para una mayoritaria parte de la sociedad, los tremendos niveles de endeudamiento externo, la falta de políticas económicas y sociales destinadas a los estratos más populares, y la pérdida de legitimidad política y deterioro de la alianza de gobierno, fueron claves para describir porque Mauricio Macri se convertiría en el primer presidente que no lograría reelegir - terminando su mandato - en la historia nacional. En las elecciones presidenciales de octubre de 2019, la fórmula oficialista Macri-Pichetto compitió con el denominado “Frente de Todos”, comandado por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, como candidatos a presidente y vicepresidenta respectivamente. Luego de una aplastante derrota por más de 15 puntos en las PASO, y a pesar de los desesperados intentos del gobierno de revertir la situación electoral mediante medidas de corte popular, el binomio oficialista no lograría acercarse lo suficiente para lograr llevar los comicios a un ballotage, y Alberto Fernández se convirtió en el nuevo presidente de los y las argentinas con el 48,24% de los votos, dejando en segundo lugar a Mauricio Macri candidato de Juntos por el Cambio con el 40,28% de los votos.

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