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LUZ MARÍA OCHOA
MENTE POSITIVA, ACTITUD Y ENTUSIASMO PARA EMPRENDER UN CAMINO DE SUPERACIÓN
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Grandes momentos e historias se escriben al hablar de las personas originarias de Cd. Guzmán Jalisco, Luz María Ochoa García, nació el 18 de mayo de 1975, hija del señor Emilio Ochoa Martínez y Candelaria
García Flores, la tercera de seis hijos y con características físicas muy parecidas a su señor padre; su
Mamá menciona que ese día fue especial, porque en aquellos tiempos las mujeres daban a luz en casa,
“así eran las costumbres” y además ellos no tenían recursos para que las asistiera el médico de la localidad, platicaba que ese día justamente cuando estaba en trabajo de parto, se fue la luz y de repente encendieron unas velas para tener mayor visibilidad, entre bromas cuando la familia se reúne hacen comentarios sobre el tono de piel, se dice que es a causa de tanto humo que había en ese momento, estos acontecimientos le permiten que se sienta orgullosa e identificada con sus raíces.
A los seis años inició estudios formales en la escuela primaria Basilio Vadillo ubicada frente a la casa donde vivía la familia, refiere que fue una época muy bonita de la que guarda grandes recuerdos inolvidables; en los que se puede sentir la nostalgia cuando se remonta al pasado. Uno de los recuerdos más significativos es revivir la emoción de esperar con alegría al nuevo maestro al iniciar el ciclo escolar, pues cada año llegaban maestros nuevos por ser una escuela experimental anexa a la Normal, esto le permitió encontrar en su camino escolar personas profesionales que la motivaron a ser diferente a otros, adquiriendo mayor gusto por los estudios y siempre anteponía la amistad.
La educación secundaria la realizó en la escuela
José Vasconcelos Calderón, con grandes ilusiones y propósitos. A partir de ese momento conoció una persona que dejó huella, se sentía emocionada cuando llegaba la hora de la materia de matemá-
ticas, le encantaba por la forma y la dinámica que el maestro la desarrollaba. En aquel entonces, se veía reflejada en él y siempre hacía el comentario, “Yo quiero ser como mi maestro”, una persona intachable, educada y fina al dirigirse con los alumnos, siempre tenía tiempo para atendernos.
Al concluir la secundaria, continuó sus estudios en el CBTis 226, al llegar a esta etapa, se sentía lista para realizar lo que más le gustaba: tener amigos, socializar, disfrutar de grandes amistades, adquirir conocimientos, conocer y aprender de gente profesionista que le ayudaran a mantenerse por el buen camino, en esta época tuvo nuevamente la fortuna de coincidir con profesionistas que la impulsaban a ser mejor, recordando así a una maestra quien siempre la motivaba a ser diferente, a emprender nuevos caminos, con la frase: “No hay obstáculos que te limiten para emprender y ser un gran profesionista”.
Un recuerdo de esta época es cuando su papá le decía “Yo no te puedo dar más estudio porque están tus hermanos y ellos ocupan de mí, busca la manera de salir adelante por ti misma, solo te puedo ofrecer techo y comida”; al tener presente estas palabras en la mente decidió buscar trabajo para continuar con los estudios. Su hermana mayor fue quien la impulsó a continuar estudiando en el Centro Regional de Educación Normal en el nivel de Educación Especial en el área de Audición y Lenguaje en 1994, durante este etapa surgieron grandes cambios con gran impacto en su vida, pues tomó la decisión de formar una familia con su hoy esposo Javier Mejía Chávez en el tercer año que cursaba la carrera, a partir de ahí todo cambió, porque además de ser estudiante y esposa llegaría a su vida su primer hijo un hermoso que lleva por nombre Hazael Javier Mejía Ochoa, en la que tuvo que combinar los diferentes roles, estudiante, esposa y madre.
Entre estudios y familia su esposo fue pieza fundamental para culminar los proyectos de manera exitosa programados en su vida. Recuerda con agrado que fue una atapa de complicaciones por las circunstancias, pero muy satisfactorias pues su hijo nació el 24 de junio y ella debía de prepararse para su examen profesional del día 9 de julio del mismo año, logrando titularse gracias al apoyo incondicional de su familia, después de cuatro años y medio nace su hija Denisse de Jesús Mejía Ochoa para consolidar su familia y hogar; y así juntos emprender el camino hacia nuevos retos, personales, familiares y laborales.
El primero de septiembre del año 2000 ingresa al sistema educativo federal, ya con experiencia educativa en el ámbito al cubrir interinatos en el nivel de primaria, permisos de los maestros hasta por tres días y algunas ausencias por situaciones personales. El lugar de adscripción fue el “CAM Cihuatlán”, un lugar maravilloso en la Costa Sur, ubicado en el malecón de Barra de Navidad esta adscripción fue de manera provisional porque no se tenía edificio propio, las instalaciones eran prestadas por una escuela primaria, desde ese momento para ella todo fue grandioso, recuerda que la directora era una gran amiga que la había conocido en la escuela.
La experiencia fue maravillosa porque los compañeros le brindaban toda la confianza para desarrollarse como docente, al siguiente ciclo escolar solicitó su cambio al centro de trabajo “CAM Tonila” de la zona 11, era una gran oportunidad de estar más cerca del lugar donde vivía su familia. La escuela estaba formada por un equipo de cuatro maestros de los cuales los recuerda con gran cariño y admira-
ción, sus viajes eran grandes aventuras; pero siempre con gran profesionalismo.
En año de 2012, decide ingresar a la Maestría en Educación con Intervención en la Práctica Educativa [MEIPE], recuerda que un compañero de trabajo le insistía en la superación como docente, una y otra vez lo pensó, hasta que se decidió a iniciar la aventura, en esta etapa aprendió a: investigar su propia práctica educativa, rediseñar el quehacer educativo, buscar herramientas, métodos y técnicas que facilitaran el aprendizaje en los alumnos y sobre todo cómo transformarla para ser un buen docente y así contribuir a la mejora educativa desde su trinchera; en este periodo de estudios conoció a grandes amigos que son parte de la historia de su vida personal y profesional; Aída, Jesús y Angélica que al coincidir se convirtieron en buenos amigos permitiéndole creer, profesional, personal y socialmente y que hasta la fecha conserva y espera conservar por siempre.
En la actualidad, se desempeña como maestra de apoyo en el área de comunicación de la “USAER Tamazula 2” con clave 14FUA0139U, son 18 años de trabajo en este centro que han dejado huella inconfundible, la ilusión de ver crecer a sus alumnos, el compromiso de que ellos aprendan y la nostalgia de ver pasar generaciones de compañeros maestros y amigos que se jubilan, hacen que cada año sea diferente; pero siempre anteponiendo la amistad, la empatía, la lealtad y el compromiso que como agentes fundamentales en este quehacer educativo se adquirió al elegir por vocación esta bonita profesión.
“A lo largo de esta historia que se sigue escribiendo he coincidido con un sinfín de compañeros, amigos, profesionistas y alumnos que han contribuido a lo que hoy soy. Agradezco a cada uno de ellos por ser parte de esta historia de vida y como no es posible mencionarlos porque omitiría a algunos de manera general, mi más sincero agradecimiento por permitirme ser parte de sus vidas tanto personal como profesional.”