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DISTINGUISHED SERVICE AWARD

De la DeafBlind International en México

El pasado 5 de marzo la Deafblind International [DbI] que es una organización internacional sin fines de lucro que se enfoca en las necesidades de las personas Sordociegas, sus familias y los profesionales que brindan servicios, constituida por voluntarios de todo el mundo, otorgó el Premio al Servicio

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Distinguido reconociendo a dos profesoras mexicanas que han entregado su vida a la atención de las personas con Sordoceguera y múltiple discapacidad; Alma

Lorena Leyva Luna de CEMDYS, AC y María del Carmen Galíndez de

ASOMAS, IAP.

Este premio se otorga a las personas que han contribuido significativamente en el campo de la Sordoceguera a nivel internacional, ya sea desde prácticas innovadoras, publicaciones profesionales, actividades de investigación o formación de personal, así como ser líderes en la promoción y mejoramiento de servicios para las personas con Sordoceguera y sus familias. Dichas preseas se otorgan en las Conferencias Regionales o Mundiales que se celebran en diferentes países y debido a las condiciones pandémicas de estos tiempos, la ceremonia se realizó de manera virtual, compartiendo con gran cantidad de profesionales y familias que a lo largo de las décadas han sido testigos de la gran labor y vocación de servicio de las galardonadas. Algunos de los ganadores del Premio al Servicio Distinguido de la DbI han sido el Dr. Jan van Dijk, Mike Collins, Graciela Ferioli, Bárbara Miles, Dr. Anthony Mejor, Ricardo López y María Bove, entre otros.

En esta ocasión la figura que se utilizó para el premio simboliza la técnica mano-bajo-mano en donde las manos hacen la acción mientras las de la persona Sordociega están apoyadas encima de las de la persona que está comunicando la acción, de esta manera, puede percibir lo que hacen. Hermosa representación de la comunicación en la Sordoceguera.

Compartimos para conocer un poco más a la profesora Alma Lorena Leyva Luna un fragmento de una carta escrita por una madre de una joven sordociega que la describe claramente.

Hablar de Alma Lorena Leyva Luna te provoca una sonrisa porque te llega a la memoria una maestra que comenzó muy jovencita a caminar por el difícil arte de la enseñanza y para complementar esa vocación decidió entregar su vida a la educación de niños y jóvenes con Sordoceguera. Compleja profesión que inició al mismo tiempo que formaba una familia.

Entre días interminables de trabajo se fue formando una joven que recibía a sus pequeños alumnos con una sonrisa y buscaba sus manos para establecer un toque diferente a lo que conocían, era su maestra, aquella que con el paso de los días les daría poco a poco motivos para sonreír y descubrir que más allá de los brazos de mamá había alguien que los podía recibir con cariño.

Con paciencia logró que madres y padres descubrieran que sus pequeños alumnos tenían grandes triunfos y a su vez las familias aprendían también, aunque no se dieran cuenta en ese momento, pero con el paso del tiempo lograban entender que todos habían aprendido y que la clave era tomar de la mano a su maestra y dejar que ella les enseñara al igual que a sus hijos.

De esa manera acompañó a sus alumnos en sus desapegos, en lograr comer solos, en aprender hábitos de higiene, en manejar las crisis de ansiedad, desafío y a los más grandes en poco a poco tener seguridad para ser responsables en casa y en su escuela, pero sobre todo a poder desplazarse en las calles y lograr crecer y ser jóvenes felices y útiles. Siempre atenta cuando la familia necesitaba ayuda y compartía los tiempos de espera para lograr que todo funcionara.

Quizás lo que les relato pudiera parecer una historia de fantasía,

Alma Lorena Leyva Luna María del Carmen Galíndez

pero no es así. Durante 27 años dio sus días interminables, sus desvelos y prisas a una Institución que después de 35 años cerró sus puertas y de golpe su historia de vida, el nacimiento de sus tres hijos, la pérdida de su hija mayor, su labor constante ininterrumpida y la incertidumbre en la que se quedaban más de cincuenta familias, fue lo que detonó que comenzara un nuevo sendero y no se diera por vencida.

De la mano de familias comprometidas y compañeras de trabajo con una vocación real, comenzaron a soñar con la posibilidad de continuar el camino. Después de cinco meses de continuas reuniones, comenzó a tomar forma un sueño en donde las familias y las maestras darían una respuesta para continuar una labor compleja y enorme: crear un servicio para niños y jóvenes con Sordoceguera y múltiple discapacidad. Así comienza con padres y profesionales unidos El Centro Especializado en Múltiple Discapacidad y Sordoceguera, CEMDYS AC.

Después de casi 6 años de labor continua y dirigir atinadamente CEMDYS, Alma Lorena hoy puede seguir sonriendo porque ha llegado a 33 años de servicio en los cuales ha logrado acompañar a una cantidad increíble de alumnos de diferentes edades y a sus familias, haciendo la diferencia, entregando su conocimiento y vocación al servicio de las personas con Sordoceguera y múltiple discapacidad, compartiendo sus conocimientos para formar a nuevas maestras en México y más allá de sus fronteras, con la firme convicción de que sean una continuidad en su amada profesión.

Pero sobre todas las cosas, como madre de una joven adulta con Sordoceguera y como compañera de labor en la creación de CEMDYS, solamente puedo decir GRACIAS por lo que Alma Lorena nos ha regalado a todos en su camino y por haber formado parte de nuestras vidas, GRACIAS por su vocación que ha sido el motor que ha motivado a niños, jóvenes, maestras y familias a vivir la vida con una sonrisa.

María del Carmen Schleske Morales Ciudad de México, 11 de febrero de 2021

Reconocimientos como estos, alientan a vivir día con día la vocación de servicio, la disposición a compartir el conocimiento, formar y alentar con calidez a nuevas generaciones de profesoras, profesores y acompañar a familias para explorar el mundo juntos creando conexiones y lazos de confianza. ¡FELICIDADES!

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