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ESTATUTO DE LOS FUNCIONARIOS DOCENTES DE CENTROS ESCOLARES
from Tartessos 36
by TARTESSOS
Estamos en completo desacuerdo con lo primero y completamente de acuerdo con lo segundo.
El modelo de oposiciones ha quedado más que obsoleto. La memorización de unos temas para su exposición oral o escrita, la presentación de una programación de aula, etc… no garantizan la idoneidad de los candidatos de ninguna manera.
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Abogamos por cambiar todo el sistema. Empezando por la composición de los propios Tribunales. No es de recibo que se elijan los vocales por sorteo. El Tribunal debe ser profesionalizado. Tener formación en la selección de personal, como en cualquier empresa.
Las pruebas deben ser prácticas y enfocadas al trabajo diario a desempeñar: motivación del alumnado, resolución de conflictos, acción tutorial con alumnado y familias, desarrollo de competencias, programación de actividades, etc…
Otro aspecto a incluir en el futuro Estatuto Docente es la figura del Profesorado Emérito. Ya existe en la Universidad y se estudia extenderlo a otras áreas. Si, como dice la actual ministra, quiere prestigiar más la labor de los docentes, aquí tiene otra medida.
Es demencial que se desaproveche la formación y la experiencia acumulada por tantos docentes. Deberíamos aprovecharla por pura economía y pagarla, naturalmente. Ya es meritorio que un profesional, una vez jubilado, ofrezca su saber y su experiencia como para utilizarlo gratuitamente como quien le hace un favor.
La regulación de la jornada, vacaciones y permisos es otro aspecto muy importante que debería regularse a nivel estatal.
Las tareas a desempeñar en el puesto de trabajo
necesitan un estudio profesional minucioso como el que se hace en cualquier empresa.
Resulta extremadamente llamativo que los sindi-
catos que, en teoría, representan los intereses profesionales de los docentes hagan tan poco hincapié
en este aspecto, cuando son muy combativos en los demás casos, tanto en las empresas privadas como en las públicas.
Si de las 30 horas de permanencia en el centro, destinamos 25 a docencia directa con un grupo de alumnado, como es el caso del profesorado de Educación Infantil, y destinamos los 5 restantes a actividades de tutoría, coordinación pedagógica, Claustros, Consejo Escolar, y tropecientas tareas más, nos encontramos con un profesorado totalmente colapsado que se ve obligado a “añadir” muchas horas de su ocio al trabajo.
Resulta llamativo constatar el poco respeto que las Administraciones muestran ante actividades tan importantes con las tutorías, tanto del alumnado como de las familias. No se contempla ningún tiempo
para preparar el contenido de las sesiones tutoria-
les.
En el caso de las familias, asignarle una hora semanal supone atender unas 4 entrevistas cada semana, un máximo de 16 entrevistas al mes (si no hay ningún festivo). Sólo una sesión de 15 minutos cada dos meses. ¿Y en que horario se preparan las entrevistas?
En la mayoría de las ocasiones requieren consultas con otros docentes, con otros especialistas, tanto del centro como externos, … hay que elaborar un acta… En fin … habría que asignar, al menos una hora más de esas 5, con lo que ya hemos utilizado 2.
Las sesiones del equipo docente están en la misma situación. Es recomendable celebrar una sesión semanal. Si destinamos 1 hora a esta sesión, dispondremos de 1 o 2 minutos para hablar de cada alumno/a. Y también nos encontramos con el mismo problema: ¿En qué horario se prepara la informa-
ción?
En fin … habría que asignar, al menos una hora más de esas 5, con lo que ya hemos utilizado 4.
Las sesiones de coordinación de Ciclo o de Departamento disponen únicamente de 1 hora.
Siguiendo con el esquema anterior, la preparación de la sesión habría que descontarla del horario de libre disposición, de no obligada permanencia en el centro, con lo que reducimos a 4 las horas disponibles.
Y, otras tareas como el Seguimiento y análisis de las medidas de atención a la diversidad aplicadas al alumnado, Cumplimentación de los documentos académicos del alumnado, Organización y mantenimiento del material educativo ... ¿En qué horario se
hacen?
Volviendo a las 4 horas restantes del horario de libre disposición, tendremos que descontar de ellas: Las sesiones de Claustro y Consejo Escolar. Las sesiones de Evaluación. La programación de las actividades semanales, tanto las escolares como las complementarias y extraescolares. La documentación Académica: 1. Control de asistencia y traslado a Séneca. 2. Redacción de Actas de Evaluación y traslado a Séneca. 3. Actualización del portafolio personal de cada alumno/a.
4. Redacción de informes sobre convivencia, sobre peticiones de juzgados, servicios sociales, Sanidad, … 5. Informes para Orientadores, profesorado de apoyo, … para necesidades de atención a la diversidad. Y un largo etcétera.
¡Anda! Se nos ha olvidado que queremos que el profesorado se actualice continuamente. Pero … ¿de dónde sale el tiempo para hacerlo?
Este problema, que no debemos endosar únicamente a las Comunidades Autónomas, debe resolverse a nivel estatal, entre otras cosas, porque no se soluciona más que de una manera: disminuyendo el horario de docencia directa. Y eso significa una cosa muy clara: Más profesorado, es decir, más dinero. Es el Estado Español el que debe garantizar la igualdad en todo el territorio porque no sólo significa una homogeneización de la profesión docente sino, también, una garantía de igualdad de trato del alumnado español.
Y, para rematar la faena, nos encontramos con otro problema grave, esta vez del profesorado de
Educación Permanente: No puede asistir a la mayo-
ría de las actividades formativas programadas por los Centros de Profesorado porque en los horarios en que se realizan se encuentran trabajando.
Las retribuciones básicas y una homogeneidad
en los conceptos de las retribuciones complementa-
rias son otro de los elementos que conforman la esencia definitoria de la profesión docente y, en eso, no debe haber diferencias entre las distintas Comunidades Autónomas que forman el Estado Español.
Es evidente que estos factores tienen un profundo calado económico, como también lo es que todos los españoles deben ser iguales ante la Ley, tanto alumnado como profesorado y es el Estado Es-
pañol el responsable de garantizarlo.
Los privilegios obtenidos por algunas Comunidades Autónomas no pueden ir contra uno de los principales principios de nuestra Constitución.
Los cuerpos docentes son los únicos cuerpos funcionariales de carácter estatal, es decir, su ingreso, acceso y movilidad por todo el Estado está regulado a nivel nacional y es idéntico en todas las Comunidades Autónomas, pero, a su vez, están transferidos a las CCAA y sus retribuciones son abonadas por las mismas.
Así, en los últimos años, la brecha salarial ha ido aumentando progresivamente, llegando a ser, en algunos casos, de más de 6.000 euros anuales por realizar las mismas funciones y habiendo accedido con los mismos requisitos y condiciones, simplemente dependiendo de la Comunidad Autónoma en la que se esté trabajando.
A lo anterior hay que añadir que algunas CCAA tienen una carrera profesional retribuida, mientras otras no incentivan la formación ni participar en los proyectos de los centros.
Otras tienen complementos por formación permanente, tutoría, coordinación de nivel o ciclo, jefatura de departamento, residencia, peligrosidad, formación, maestros en IES, entre otros, que son retribuidos o no en función de la CCAA donde se trabaja, o bien hay importantes diferencias salariales.
Al igual que hay también complementos por ejercer cargos directivos en nuestros centros educativos que son retribuidos de manera desigual según la autonomía en la que se ejerza, aunque los centros educativos sean de idénticas características.
No es de recibo que existan importantes diferencias salariales entre el profesorado, según el lugar de destino.
Y, de nuevo, nos volvemos a acordar de los sindicatos. ¿No son ellos, los encargados de velar por los derechos del profesorado? ¿No tienen una estructura nacional, autonómica, provincial, …? ¿No negocian a todos estos niveles?
Entonces, ¿Cómo se explica que acepten esas diferencias? Y esto no es algo puntual. Esto es algo que lleva ocurriendo desde hace mucho tiempo y cada vez las diferencias son mayores.
Es comprensible que las CCAA deseen diferenciarse entre sí en aspectos culturales, idiomáticos, etc. … pero de ahí a diferenciarse en el tratamiento de las distintas profesiones, tanto en las funciones y competencias como en temas retributivos, va un abismo.
Y debemos solucionarlo cuanto antes. O cambiar el art. 14 de la Constitución.
MANUEL MORILLA JARÉN, PRESIDENTE DE LA S. P. TARTESSOS
https://tartessos.wixsite.com/sociedad
ALTAS CAPACIDADES INTELECTUALES, EDUCACIÓN Y NIÑAS
PILAR TIRADO BECERRA
María del Pilar es Profesora de Administración y Finanzas y Máster en Protocolo, Eventos y Turismo de Negocios, e Imagen Personal y Formadora de Formadores
Ha publicado libros para niños (Presentes y El burrito chuflón y colaboradora en numerosas obras de teatro y grupo de niños. Ganadora de varios premios en relatos cortos y poesía. Directora de Ciencias con Clase en Fundación Avanza y gran apasionada en la ayuda a los niños sobre todo a los de altas capacidades. Actualmente cursa estudios de Community Manager en Mamis Digitales.
Los padres, sufrimos de cansancio emocional, al tener que luchar contra un sistema que no responde a las necesidades de nuestros hijos, además estamos cansados de que estos niños sufran rechazo social por falta de aceptación. Como madre de tres niñas de altas capacidades, mirando dentro del sistema educativo, compruebo como este no cubre las necesidades educativas de nuestros hijos, estas circunstancias provocan desmotivación y hace que no desarrollen sus talentos, induciendo fracaso escolar. Observo que en las aulas hacen falta más recursos y formación del profesorado, para que aprendan como adaptar la formación a los distintos ritmos de aprendizaje.
En general existen demasiados estereotipos sociales sobre los niños y niñas con altas capacidades intelectuales o superdotados. Los padres no nos atrevemos a comunicar a otras personas que nuestros hijos tienen estas características, por el miedo al qué dirán y a que los niños sufran en las escuelas de aislamiento social, lo más preocupante para nosotros los padres.
Estos niños tienen preocupaciones muy precoces en temas filosóficos, lo que los hacen pensar diferente. Son personas cuya intensidad emocional, motora, intelectual, preceptiva e imaginativa, es muy elevada, por lo que continuamente están llevando a cabo una gran actividad tanto física como mental.
Entre los estereotipos, hay uno de género que incide en el perjuicio que causamos a las niñas. Cuando un chico destaca en la escuela, se le dice que es muy listo, por el contrario, cuando una chica destaca, se le dice que es muy trabajadora.
Los adultos proyectamos en las niñas, desde muy pequeñas con un mensaje sutil, una forma de presentarse al mundo que supone la puerta de entrada a su propia realidad intelectual y capacidad.
Estas chicas tan “trabajadores y constantes”, cuando llegan a la adolescencia tienden a ocultar sus diferencias intelectuales, para sentirse aceptadas, con la consiguiente bajada de notas para no sobresalir. Algunas niñas, una vez identificadas, ni siquiera quieren salir a dar clases de adaptación curricular, por miedo al qué dirán, a ser rechazadas.
Tanto en las escuelas como por parte de los adultos, debemos de tener mucho cuidado con los mensajes que transmitimos, bien verbalmente, bien con nuestra actitud, pues estos mensajes quedan grabados en el subconsciente de los pequeños. El caso de las niñas tiene su particularidad, pues en ellas el papel socializador les juega malas pasadas, y estos mensajes son muy influyentes en su futuro, tanto en su papel de escolarización, como en sus salidas al mercado laboral.
Pilar Tirado Becerra
Todas estas circunstancias hacen que nos encontremos con niñas y niños que se hacen adultos llenos de miedos, de desesperanza, por el simple hecho de que no se les ha permitido desarrollar sus dones, sus talentos.
Como sociedad estamos dejando que una mente brillante se nos escape, estamos siendo cómplices de crear problemas psicológicos a estos ciudadanos a base de vulnerar sus derechos. ¿Preferimos una persona destruida, a otra que colabore en mejorar nuestra comunidad o es simple ignorancia?
Una sociedad que no sabe aprovechar el talento de sus ciudadanos, es una sociedad enferma; y, o buscamos una cura, o sólo nos quedará un destino nada halagüeño para las futuras generaciones: ser sirvientes y dependientes de aquellas otras comunidades que sí saben aprovechar y potenciar las capacidades de todos sus habitantes. ¿El cuento de Harrison Bergeron ambientado en 2081 es la sociedad que queremos dejar a nuestros hijos?
Alberto Flaño Romero. Presidente Fundación Avanza.
“Aprendiz de mucho y maestro de nada” .