Sportvicious Magazine #76

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SPOR T VICIOUS

DEPORTE Y FAMILIA

CUANDO LA PASIÓN SE HEREDA

El deporte no solo es una actividad física para todo el mundo; para algunas personas es una herencia que une a la familia y construye recuerdos e historias compartidas. Muchos niños, desde pequeños, han visto a sus familias levantándose temprano para ir a entrenar o competir juntos. De esta manera, la pasión por el deporte se convierte en una tradición familiar, donde se crea una disciplina, un esfuerzo y una perseverancia.

En el entorno familiar, el deporte no solo promueve hábitos saludables, sino que también enseña lecciones de vida. Aprendemos a ganar con humildad, a perder con dignidad y a trabajar en equipo.

Es importante que esta pasión por el deporte no se convierta en una imposición, ya que cada persona de la familia debe tener la libertad de vivir el deporte a su manera: practicándolo, apoyándolo o disfrutándolo. La clave está en compartir experiencias que unan.

El deporte ayuda a transmitir valores, crear recuerdos, experiencias y, sobre todo, fortalecer los vínculos familiares. Es así como cada entrenamiento compartido, triunfo, partido… se convierten en piezas esenciales para unir e inspirar a seguir adelante. Porque cuando la pasión se hereda, demostramos que, juntos, podemos convertir cada esfuerzo en una victoria compartida.

Laia Clarasó

ENTREVISTA SALUD

PERE AURELL

Campeón del Mundo Máster M-40 en la modalidad Ultra Sky

Crecemos juntos

REPORTAJES MATERIAL

Comida deshidratada Firepot

Karpos Piz Palu’ Evo

Pink Matteo: La nueva colección de esquí de montaña de CimAlp

Los accesorios de calidad de Sportful

Viaje por el mundo en bicicleta

Groenlandia en seabike

Ontario indómito: Libertad y autogestión sobre ruedas

39e PIERRA MENTA

Compétition internationale de ski-alpinisme

28e Pierra Menta Jeunes Internationale Coupe de France Jeunes par équipe

27e Salon du matériel de ski de montagne

© Jocelyn Chavy

PERE AURELL

Pere Aurell, nacido el 13 de 1983 en Matadepera corredor de montaña años. Antes de descubrir de montaña, practicaba hierba y el fútbol sala. de excursión con sus padres y veranear en el pueblo Sobirà); fue así como Pere auténtica pasión era la

En el año 2011 conoció concentración de la FEEC, catalana de carreras por su mujer Ragna Debats, formado una familia junto de 10 años y sus perros

El amor de ambos por la montaña y por correr año 2019 iniciaron su Mountains, un viaje deportivo todo el mundo para conocer siete continentes y correr, ellos, una carrera de montaña

Actualmente, la familia en Cogolls (Girona), lo entrenar y prepararse profesionales tanto físicamente mentalmente, disfrutar naturaleza y de la montaña

En cuanto a sus resultados 2024, destaca su revalidación de Campeón del Mundo la modalidad Ultra Sky, Ultra Marathon (55 kilómetros) en Vouzela (Portugal); en la Formentera All Round kilómetros, formando y también el primer puesto Drac Race (25 km), la km) y la Saldes Xtrail (42 participó en el Desafío UTMX®, disputado en

13 de septiembre

Matadepera (Barcelona), es desde los dieciséis descubrir las competiciones practicaba el hockey sobre De pequeño solía ir padres por La Mola pueblo de Isil (Pallars Pere descubrió que su la montaña.

conoció en una FEEC, en la selección por montaña, a Debats, con la que ha junto a su hija Onna perros Bru y Lily.

por la naturaleza, por correr es tal que en el proyecto Rolling deportivo y familiar por conocer y descubrir los correr, en cada uno de montaña de alto nivel. familia Aurell-Debats vive lo que les permite como atletas físicamente como disfrutar y gozar de la montaña en estado puro.

resultados deportivos del revalidación del título Mundo Master M-40 en Sky, en la carrera Zela kilómetros) disputada la primera posición Round Trail, de 70 equipo con Ragna; puesto en la Vallès Camins de Falles (27 (42 km). Asimismo, Desafío en las Nubes by Xicotepec de Juárez

(México), en la modalidad kilómetros, donde consiguió bronce.

Más de 26 años corriendo compitiendo por las dónde sigues sacando

La verdad es que, ahora parece algo surrealista. tantos años; al final el rápido. Actualmente, estoy carreras con chicos de y, solo pensar que llevo corriendo y que comencé aún no habían empezado que tiene mucho mérito “peleándome”. Todo empezó pasión y ahora el correr ha convertido en un estilo llevamos con Ragna, Onna perros. Hemos viajado nuestra forma de conocerlo nuevos lugares es corriendo ¿Motivación? ¡No necesito! hemos ido a vivir a Cogolls solo levantarme, voy en caminos y lugares. He volcanes y para mí es y explorar todo corriendo.

Recientemente, has entrado categoría máster 40. edad es un obstáculo cualquier deporte?

La forma de enterarme máster 40 fue muy curiosa. veranos estábamos en disputaba una carrera antes de la salida me el Campeonato del Mundo Eso fue un aliciente más en ella. La sorpresa es convertí en campeón del 40, además de vencer

modalidad Ultra DEN de 58 consiguió la medalla de corriendo y montañas. ¿De sacando la motivación?

ahora que lo dices, surrealista. No pienso que llevo tiempo pasa muy estoy compitiendo en de 26 años y menos llevo esos 26 años comencé cuando ellos empezado a caminar, creo mérito y aún puedo estar empezó como una correr por montaña se estilo de vida que Onna y nuestros viajado por todo el mundo y conocerlo y de encontrar corriendo y en bicicleta. necesito! Recientemente, Cogolls (Girona) y, tan en busca de nuevos encontrado castillos, mágico salir a correr corriendo.

entrado en la 40. ¿Crees que la obstáculo en la práctica de

enterarme de que ya era curiosa. Hace dos en Italia, donde se de 50 km, y dos días di cuenta de que era Mundo de Máster 40. más para participar es que gané y me del mundo de máster vencer en la clasificación

general. Por este motivo, creo que la edad no es un obstáculo. Es verdad que los años pasan pero ver que había corredores más jóvenes compitiendo y que yo llegué primero deja entrever que la edad no es más que un número. Si entrenas y estás motivado, puedes seguir dando guerra durante muchos años.

¿Es complicado seguir compitiendo a alto nivel? ¿Te recuperas tan rápido como antes?

Siempre es difícil competir a alto nivel; no por la edad, sino porque el nivel cada vez es más alto. Antes eran pocos los que practicaban este deporte, pero ahora hay miles de corredores; esto hace que el nivel suba. Aparte de esto, hay marcas que pagan, con lo cual es un deporte que cada vez es más profesional. La edad lo que hace es que busques la disciplina en la que te encuentres más cómodo. Por ejemplo, yo ahora soy más resistente y menos explosivo y tengo que buscar carreras más largas para ser competitivo. Cada uno debe buscar dónde se siente mejor. Por suerte, de momento, no me cuesta recuperarme. Sí que es verdad que tengo más dolores porque llevo muchos años corriendo y puede ser que un día te duela una rodilla, un tendón de Aquiles, etc., pero al final es porque le has pegado mucha tralla al cuerpo y por algún lado tiene que salir.

Con mi entrenador Dani Hernández, solemos trabajar más los ejercicios de fuerza, ejercicios para prevenir lesiones y para que todos estos dolores que tengo se minimicen un poco.

¿Cómo encuentras el equilibrio entre salud mental y física? ¿Es difícil lograrlo?

El equilibrio entre la mente y el físico es fundamental para disputar carreras de ultra trail. Desde mi lesión del talón de Aquiles, hace un año y medio que no he conseguido tener la mente fuerte, estar seguro en una línea de salida, seguro de mí mismo y esto

ha hecho que mis resultados no sean los que buscaba. Físicamente me encontraba fuertísimo pero mentalmente no estaba preparado al 100%. Creo que la mente en carreras de larga distancia es un 70%, incluso me atrevería a decir un 80%, de lo que será tu resultado. Al final, en cuanto al físico, todos los corredores que estamos disputando una carrera somos similares y lo que hace que puedas ganar o estar en las primeras posiciones es la cabeza. Cuando consigues este equilibrio, todo fluye y hace que disfrutes y que el resultado llegue.

Hay corredores que siguen una metodología basada en realizar entrenos de larga duración para su preparación en las ultras. En cambio, tú te basas más en la calidad que en la cantidad. En competición, ¿notas que te has quedado corto en realizar entrenos de más kilómetros y de más tiempo?

Cuando me pasé a las ultras, carreras de más de 100 km, veía que los corredores hacían entrenos muy largos y de muchos kilómetros con mucho desnivel. En cambio, mi entrenador me hacía realizar entrenos cortos de 1 hora o, como mucho, 1 hora y media. Entrenos de mucha calidad, de series, de cambios de ritmo, series de subida y series con chaleco para ganar fuerza en las piernas. Sinceramente, la primera vez que competí llegué muy confiado con los entrenos que había realizado y salí sin miedo. Me sorprendí porque el ritmo que llevas durante una ultra lo notas más bajo que en los entrenos que has estado haciendo. Así, te sientes muy cómodo, no estás tan fatigado de piernas ni se te resienten las articulaciones. Llegas más descansado porque no has entrenado haciendo tantos kilómetros. Esto hace

que, a partir del kilómetro 50, puedas pensar que te vendrá un bajón porque no has entrenado nunca una distancia de 50 km o más, pero el cuerpo sigue rindiendo e incluso te puedes distanciar de los corredores que han estado entrenando mucho más que tú. Pienso que no se deben hacer tantas horas para una ultra y el resultado es que tanto yo como Ragna conseguimos rendir lo mismo.

¿Qué otros deportes combinas con el trail running?

El correr lo combino con tres deportes. En verano con bicicleta de carretera, ya que es un deporte que al ir a alta velocidad te toca el aire y no pasas tanto calor.

¡Es idóneo! Y en invierno hago esquí de montaña y esquí de fondo. Son tres deportes que no tienen impacto, por lo que te permiten hacer muchas horas y no sufres articularmente. Es cierto que te quedas cansado de piernas porque te has exprimido y has hecho muchas horas pero al día siguiente puedes salir a correr y no tienes ninguna molestia. Los tres los practico para hacer volumen.

¿Cuántas sesiones al día sueles realizar?

Normalmente, hago dos sesiones al día, a no ser que un día tenga una tirada muy larga de correr o una carrera y entonces sería tan solo una sesión. Y si no, combino las sesiones: una de fuerza y otra de correr o bien una de correr fuerte y otra en bicicleta para regenerar. O incluso hay veces que hago dos sesiones de correr para no hacerlo en una sola y no desgastarme tanto, por ejemplo, 1520 km por la mañana y lo mismo por la tarde. De esta forma, acumulo 30-40 km pero sin hacerlo de una sola tirada, ya que el desgaste es mucho más alto.

¿Cómo ves la evolución del mundo del trail?

El trail running ha crecido y ha cambiado mucho desde que yo empecé. Recuerdo que en mis inicios prácticamente no se hacían carreras; había marchas de resistencia pero no existían las clasificaciones. Sin embargo, siempre había corredores que competían para ver quién llegaba primero a la meta. Incluso había carreras de asfalto que, por el hecho de subir un puerto de montaña, ya estaban catalogadas como carreras por montaña. Y hace unos 10 años que este deporte hizo un boom. Actualmente hay muchas carreras, hay circuitos por todas las comunidades autónomas, circuitos de marcas, copas del mundo de todas las distancias. Ha crecido y se ha profesionalizado y hay muchas más marcas que apoyan a los deportistas. Esto ha hecho que el nivel suba mucho y que este deporte sea cada vez más profesional.

Eres un hombre “suertudo” porque tu pareja es corredora como tú. ¿Crees que el hecho de ser los dos deportistas hace que vuestro matrimonio sea aún más sólido?

La verdad es que sí que tengo mucha suerte. Desde que nos conocimos cuando cogíamos la furgoneta California y nos íbamos dos meses a descubrir los Alpes, por Italia, Suiza y Austria. Luego empezamos a seguir la copa del mundo, viajábamos por todos los lugares y, cuando nació Onna, no lo dejamos de hacer, incluso con nuestro perro. ¡Éramos un equipo inseparable! De aquí nació Rolling Mountains. Fue espectacular viajar todos juntos por el mundo haciendo lo que más nos gusta: corriendo, conociendo nuevas culturas y nueva gente. ¡Fue el viaje de nuestras vidas!

¿Quién de los dos es más competitivo, Ragna o tú?

(risas) Ragna dice que yo… Yo soy más competitivo, tengo una mente de competición muy alta y no me gusta perder, ¡ni a las canicas! Pero Ragna también tiene un puntillo de competitiva; de lo contrario, no hubiera ganado lo que ha ganado.

¿Qué valores queréis inculcarle a vuestra hija Onna?

A Onna le hemos inculcado dos valores que creemos que son muy importantes: querer y respetar la naturaleza. Al estar siempre en contacto con ella, Onna la respeta a diferencia de muchos niños de su edad que aún no lo saben hacer. El hecho de haber viajado tanto y visto tantas culturas diferentes, haber visto tantos niños que no viven tan bien como nosotros, hace que sea una niña con mucha empatía. Además de otros valores que los padres queremos transmitir a nuestros hijos.

¿Cómo vivió Onna vuestro proyecto Rolling Mountains?

Onna disfrutó mucho de esta gran experiencia. Al final ha conocido y ha visto muchas cosas muy difíciles de ver para una niña de su edad. Yo hasta mi edad no he podido conocer estas culturas y estos valores. En cambio, ella con solo 6 años ha tenido la suerte de poderlo vivir. Creo que le marcará para toda la vida. Ha conocido a muchas personas, ha dejado marca en muchos países que ha visitado y además, cuando nosotros dos salíamos a entrenar, la dejábamos con personas que habíamos conocido y se ganó el corazón de todas ellas.

Cuando hablamos con ellas siempre nos preguntan por Onna, les mandamos fotos y nos siguen por las redes sociales para poder ver cómo va creciendo. ¡Onna es una niña muy alegre!

De ese viaje deportivo y familiar por el mundo, ¿hubo algún lugar que te sorprendió de manera especial?

Cuando haces un viaje como Rolling Mountains se hace muy difícil escoger un lugar porque has vivido cosas muy especiales en muchos de ellos. Ciudad del Cabo fue algo especial y hasta incluso nos planeamos ir a vivir allí porque nos marcó y nos encantó. Kenia y Tanzania por su gente, por su cultura tan diferente. Nepal también por su gente y por sus inmensas montañas. Si tuviera que quedarme con un solo lugar y una experiencia, sin ninguna duda sería Costa Rica porque lo que vivimos allí es muy difícil que se repita. Nos pilló la pandemia, cerraron el país y no podíamos movernos. Decidimos ir a vivir durante 54 días a una playa, donde aprendimos muchas cosas como, por ejemplo, pescar. Vivimos al ritmo de la naturaleza porque no tienes luz, ni fuego ni ninguna comodidad y esto hace que te adaptes a lo que tienes en cada momento. Aprendes a comer cosas que no sabías que podías comer, a qué hora hay que recoger la leña porque es cuando está más seca del sol y es antes de que empiece a llover por la tarde. Es todo un ciclo donde estás observando la naturaleza que, cuando vives en una ciudad o incluso en un pueblo de montaña, no lo ves tanto. En Costa Rica lo vivimos de esa manera y esto hace que el día a día de aquí valoremos cosas que en su día no habíamos valorado.

¿Ya tienes algún boceto de lo que será tu calendario de carreras por montaña en 2025?

Aún no he mirado mucho el calendario. Lo que es seguro es que participaré en la Domusa Teknik que es el Campeonato de España de la Real Federación de Atletismo en el País Vasco. El 2024 no fue mi mejor año y me gustaría volver a hacer todas las carreras en las que fallé para sacarme la espinilla. La primera sería la Lavaredo, que se disputa a finales de junio; la segunda sería UTMB MontBlanc, la carrera reina de 170 kilómetros, ya que no pude acabarla; y por último, la Ultra Pirineu, donde todo iba bien pero, a falta de 10 kilómetros, por problemas intestinales, pasé de las primeras posiciones a conformarme con finalizar andando. También participaré en carreras por Cataluña para poder entrenar y estar fuerte.

Cuentas con la ayuda de la marca británica RAB. ¿Te sientes identificado con ella? ¿Qué destacarías?

Ya hace un año que estamos con la marca RAB y la verdad es que estamos muy contentos. Pudimos probar toda su ropa en la Aconcagua, donde Ragna intentó hacer el récord de subir y bajar esta montaña de 7.000 metros de altura, y quedamos sorprendidos de sus prendas tan ligeras, de lo que abrigan y las condiciones que llegan a aguantar. Además, valoramos mucho que la marca tenga un gran compromiso con el mediambiente, ya que es lo que nosotros también buscamos.

¿Cuáles son las prendas de RAB que nunca pueden faltar en tus entrenamientos y competiciones?

Lo que busco en una marca es que sus prendas sean ligeras y cómodas y en RAB lo consiguen. Suelo utilizar el paravientos impermeable Phantom Waterproof Pull-On, que es súper ligero, transpirable, y me permite correr sin quedarme empapado interiormente por el sudor. Además, la puedes doblar muy fácilmente y guardarla en la mochila sin ocupar mucho espacio y con poco peso. Otra chaqueta que usó es la Vital Hooded. También tienen pantalones de correr muy cómodos que no me hacen rozaduras, los Taulus Active, y lo mismo con sus camisetas, las Sonic Ultra Tee. No tienen mucha variedad de prendas porque acaban de empezar en el mundo de trail, pero tienen una o dos prendas por cada categoría que necesites. Poco pero de excelente calidad. Estoy seguro de que con el paso de los años tendrán más prendas.

Fotografías de Marta Bacardit y Rolling Mountains

CRECEMOS

CRECEMOS JUNTOS

Hace poco, en una de mis charlas, una persona joven me interpeló sobre la competitividad que siente en la práctica deportiva, una competitividad que también era palpable en su vida cotidiana, sobre todo a través de actividades que involucrasen a un otro.

Puede resultar sencillo contestar a esta duda desde la perspectiva que dan los años. Una rápida respuesta, nos lleva a confrontar a la persona con el sentido que, para ella, tiene el deporte. Si es algo que surge de un sentimiento profundo y personal o depende de un reconocimiento externo.

Mi respuesta fue exponerle la siguiente analogía para ilustrar el significado de que exista ese otro. Le propuse imaginar que nadie en este planeta sale a correr 10 kilómetros hasta que él decide hacerlo. Ese primer día de su aventura consigue el récord del mundo de 10k. Pero como se trata de una persona con tendencia a la superación personal, se propone conseguir una mejor marca. Así, día tras día, su tiempo final es menor, hasta que llega un momento en que su espíritu decae. El coste de la mejora es muy alto y la motivación, en cierta medida, por muy intrínseca que esta sea, no es suficiente para sostener el esfuerzo que supone. Ahora entra en juego un segundo corredor, que resulta ser tan bueno como él, e incluso un punto mejor. Entre ellos se entabla una búsqueda

de ese mejor tiempo. Nuestro primer corredor se ve interpelado para mantener e incluso redoblar sus esfuerzos.

Esto nos lleva a la etimología de la palabra «competitividad», que proviene del latín «competere», que significa «buscar juntos» o «luchar por». El término está compuesto por el prefijo «com-», que implica «junto» o «con», y «petere», que significa «buscar» o «esforzarse por».

En ocasiones, a lo largo de los siglos, y de las convenciones sociales de cada tiempo, se pierde el verdadero significado de las palabras, que fueron concebidas para dar forma a cómo nos relacionamos con el mundo, con la vida y con los demás.

Los seres humanos somos, por naturaleza, seres sociales. Desde el momento en que nacemos, buscamos conexión, interacción y validación en el entorno que nos rodea. A través de los siglos, hemos aprendido que el crecimiento individual no solo es posible en aislamiento, sino que se potencia en la interacción con otros. El deporte, en sus diversas formas, proporciona un campo privilegiado para observar cómo la colaboración, el trabajo en equipo y la competencia saludable pueden hacer que los individuos mejoren no solo físicamente, sino también en términos de empatía, comunicación y

resiliencia. Además, incluso en deportes considerados individuales, el desafío que representa competir contra otros subraya nuestra naturaleza social y nos obliga a crecer.

En este artículo, exploraremos cómo el deporte refleja nuestra esencia social y cómo, al compartir espacio y tiempo con otros, los seres humanos pueden llegar a ser versiones mejores de sí mismos.

La conexión social en el deporte: un microcosmos de la sociedad

El deporte, en sus diferentes disciplinas, ofrece una de las formas más claras de mostrar cómo el ser humano, cuando se une a otros, logra trascender sus límites. Los equipos, por ejemplo, no solo representan un conjunto de individuos con habilidades similares; más bien, son una amalgama de personalidades, talentos y objetivos compartidos que, al trabajar juntos, logran una meta común.

Tomemos como ejemplo el fútbol, uno de los deportes más populares del mundo. Un equipo de fútbol no se compone solo de jugadores que dominan las técnicas, sino de personas con distintas personalidades que deben colaborar en un espacio común. Para lograr la victoria, los jugadores no solo deben ser hábiles en el juego, sino también comunicarse, comprenderse y trabajar en equipo.

Un gol no es solo el resultado de la destreza de un jugador, sino también de la coordinación y la sincronización de todo el equipo, desde el portero hasta el delantero. Aquí, el vínculo social es esencial para alcanzar el éxito, lo que demuestra que el ser humano mejora no solo a través de su propio esfuerzo, sino también en la interacción con los demás.

El desafío de la individualidad: crecimiento a través de la competencia

En los deportes individuales, la interacción social toma una forma distinta pero igualmente crucial: la competencia. Aunque el objetivo principal parece ser la superación personal, el acto de competir contra otros es un motor esencial del progreso.

El corredor que busca mejorar su marca personal lo hace no solo por la satisfacción de romper sus propios límites, sino también porque la presencia de otros corredores plantea un desafío. La competencia nos obliga a ajustar nuestras estrategias, analizar nuestras debilidades y buscar maneras de superarnos. En este sentido, incluso el deporte individual es profundamente social, porque nuestra mejor versión surge al medirnos con los demás.

Por ejemplo, en el tenis, cada golpe no solo es un acto técnico, sino también una respuesta a la habilidad, la estrategia y el talento del oponente. El jugador crece en habilidad y carácter porque cada partido representa un diálogo dinámico entre dos personas que se desafían mutuamente a ser mejores. Esto refuerza la idea de que incluso en la soledad aparente de los deportes individuales, nuestra mejora personal está íntimamente ligada a nuestra interacción con los demás.

La mejora personal a través de la interacción social

Uno de los aspectos más poderosos del deporte es su capacidad para impulsar el crecimiento personal a través de la interacción social. En la práctica deportiva, las personas no solo aprenden habilidades técnicas, sino que también desarrollan competencias sociales que son esenciales en la vida cotidiana. A través de la colaboración y la competencia, los jugadores aprenden a ser responsables no solo de sí mismos, sino también de sus compañeros o rivales.

El liderazgo, la empatía, la resiliencia y la comunicación efectiva son habilidades que se cultivan

naturalmente en los entornos deportivos. Por ejemplo, el capitán de un equipo de rugby debe ser capaz de comunicar estrategias, motivar a sus compañeros y, al mismo tiempo, escuchar sus inquietudes. Del mismo modo, el maratonista aprende a valorar el esfuerzo colectivo que conlleva una carrera, desde la organización del evento hasta el aliento de los espectadores y el desafío de sus competidores.

El deporte también enseña la importancia de la resiliencia. En cualquier disciplina, el fracaso es una posibilidad constante. Sin embargo, lo que diferencia a los jugadores exitosos no es la falta de fracasos, sino su capacidad para superar las derrotas y aprender de ellas. Este proceso de mejora constante, basado en la interacción social, refuerza la idea de que el crecimiento personal no es una cuestión de individualismo, sino de adaptación y superación dentro de un colectivo.

El impacto del deporte en la comunidad

El deporte no solo afecta a quienes participan directamente en él, sino que también tiene un impacto positivo en la comunidad en general. Las ligas deportivas, las competiciones locales e incluso

los eventos internacionales, como los Juegos Olímpicos, unen a las personas de diversas culturas y orígenes. El deporte crea una comunidad en la que, a través de la competencia y la cooperación, las personas se sienten parte de algo más grande que ellas mismas. Esta sensación de pertenencia es fundamental para el bienestar emocional y social de los individuos.

En un nivel más profundo, el deporte tiene el poder de derribar barreras. Las personas de diferentes orígenes socioeconómicos, étnicos y culturales pueden unirse en un equipo o encontrarse en una pista de atletismo, trabajando o compitiendo por un objetivo común. El deporte, por tanto, se convierte en un vehículo para la inclusión social y la mejora colectiva.

El deporte como reflejo de la sociedad humana

En conclusión, el deporte es mucho más que una actividad física. Es una manifestación de nuestra naturaleza social, que refleja cómo los seres humanos mejoramos no solo por nuestras habilidades individuales, sino también por la capacidad de compartir espacio, tiempo y experiencias con los demás. A través del deporte, aprendemos que el crecimiento personal es inseparable de nuestra interacción con otros y que el verdadero éxito no se logra

en solitario, sino en la colaboración y la competencia saludable. Incluso cuando competimos contra otros, descubrimos que nuestra mejor versión surge del desafío que representan. Así, el deporte no solo nos enseña a ser mejores atletas, sino también mejores seres humanos.

Una de las grandes problemáticas de nuestra sociedad actual es justamente el hiperindividualismo que permea todas sus capas, una manera de vehicularse que va en contra de nuestra más pura esencia.

El deporte, y sobre todo el deporte amateur, no se ha librado de esta interpretación de la competitividad. Si queremos formar y formarnos como partes activas de una solución a los problemas de nuestro tiempo, tenemos una oportunidad única de hacerlo a través de esta práctica deportiva sana, reflexiva y compartida.

Cuando miremos nuestro reloj, el marcador o la puntuación del jurado, veamos un poco más allá y sintamos que el resultado no es lo que somos, el resultado es la suma de lo que todos aportamos. Competir es compartir.

Txema Morales

Fotografías de Wal, Lukasz Wyrwik, Deruzzi y Mathias Lemm

COMIDA DESHIDRATADA

DESHIDRATADA FIREPOT

Firepot elabora sus platos caseros con productos de proximidad, frescos y de alta calidad. Recetas sencillas, variadas, equilibradas, deliciosas y con opción de porciones normales o extra grandes. Su galardonado menú garantiza su integridad nutricional, e incluye una variedad de opciones veganas, sin gluten y sin lactosa.

El proceso de deshidratación garantiza que las comidas de Firepot tengan el sabor y la textura de una comida casera. Todo lo que se necesita para disfrutarla es añadir la proporción adecuada de agua hirviendo directamente en la bolsa, y obtener de ese modo una deliciosa comida casera estés donde estés. Se puede usar agua fría, sí, pero en ese caso se debe esperar aproximadamente una hora para el proceso.

Hace años que Esportiva AKSA anhelaba incorporar a su portafolio de representadas una marca de comida deshidratada especialmente pensada para los más aventureros, y aquellos que desean transportar el mínimo peso posible sin renunciar a la excelencia.

Firepot es la única marca de comida para outdoor que ha ganado premios de sabor compitiendo con comidas preparadas no deshidratadas y comidas de restaurante. Concretamente ha obtenido el primer premio en los “Taste of the West Awards” desde el año 2019 hasta este 2024 incluido. Firepot no contiene aditivos artificiales, ni químicos, ni aceite de palma.

Comida deshidratada, NO liofilizada

Firepot elabora y cocina su comida a mano, de forma cuidadosa y bajo el método de la deshidratación. Sistema alejado de la liofilización y de las comidas insípidas y sin textura.

Por ello ideó una tecnología a medida donde el secado se realiza por calor una vez cocinado el producto para mantener los sabores. Un exclusivo proceso más suave que la liofilización, la deshidratación permite conservar la textura de los alimentos y la mezcla de sus sabores.

En su mayor parte, las comidas para aventureros de otras marcas consisten en una mezcla de ingredientes individuales liofilizados; sin cocinar, sus sabores solo se unen cuando se agrega agua a la bolsa.

Firepot confía en la cocción a fuego lento, lo que garantiza un resultado satisfactorio, nutritivo y sabroso. Han pasado años desarrollando recetas reconfortantes y de apoyo, sea cual sea su desafío: escalada, remo o senderismo.

Productos destacados

Entre los productos disponibles encontramos los pensados para un desayuno abundante, caliente y reconfortante como el Puré de manzana al horno o el Puré de plátano con avena. Los sabrosos platos especiales elaborados con carne como el Guiso de ternera o Carne de cerdo, Pasta de Orzo a la Boloñesa, Fideos de arroz, Chile con carne y arroz, Pollo al curry, etc.

Finalmente, los platos completamente veganos como el cremoso Risotto de setas, Col y judías, Gumbo cocinado con 7 tipos de verduras, Paella de tomate con arroz bomba, Arroz con espinacas, Basmati con verduras, Judías al horno…

Agregando aproximadamente unos 400 ml de agua, las aportaciones nutricionales de cada uno de los preparados varían en función de sus componentes, siendo por regla general entre las 485 y las 560 kcal por servicio, con dosis apropiadas de Sal, y aportaciones en Proteínas, Fibra, Grasas, etc.

Metodología de preparación

Comida natural cocinada a fuego lento y con un sabor delicioso, guisando platos y removiéndolos a mano para unir los sabores.

Esto permite que los aromas más profundos se expandan. Utilizando técnicas de ahumado con leña, lo que le da a los tomates y a la carne su sabor especial.

Para los amantes de la carne, las comidas

Firepot incluyen el doble de carne que otras marcas, al mismo tiempo que ofrecen una buena relación peso-calorías.

Firepot solamente usa sal como potenciador de sabor, y en pequeñas cantidades para sazonar, y especialmente elabora sus productos sin aditivos artificiales, ni químicos, ni aceite de palma, para la marca estos ingredientes están prohibidos.

Productos distribuidos por Esportiva Aksa

KEEP GOING

MONTAÑAS QUE TRABAJAMOS

VIVEN PLENAMENTE .

KARPOS PIZ

PALU’ EVO

Cuando el tiempo es incierto y no quieres renunciar a tus planes, necesitas una prenda que se adapte a todas las condiciones. Tanto la chaqueta Piz Palu’ Evo como el pantalón Piz Palu’ Evo ofrecen la protección adecuada contra los elementos, garantizando al mismo tiempo transpirabilidad y evitando el sobrecalentamiento del cuerpo.

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Chaqueta diseñada para el esquí de montaña. Es cálida, transpirable y está fabricada en Windstopper® by Gore-Tex Labs. Perfecta para todas las condiciones.

La Piz Palu’ Evo Jacket ha sido creada para satisfacer estas necesidades, la chaqueta para el esquiador de montaña más exigente que busca prestaciones y comodidad en todas las condiciones.

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Las inserciones de tejido transpirable en la parte central de la espalda, en los paneles laterales y debajo de los brazos mantienen el cuerpo seco incluso durante las actividades de alta intensidad. La estructura interior peinada garantiza calidez y suavidad. La elección perfecta cuando quieres vivir tu pasión a 360º.

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* Cremallera YKK® de fácil deslizamiento en la parte delantera.

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PALU’ EVO PANTS

Pantalón diseñado para el esquí de montaña. Fabricado en Windstopper® by Gore-Tex Labs, es perfecto para todas las condiciones. La estructura interior peinada es suave en contacto con la piel.

Pantalón diseñado para actividades de alta intensidad en cualquier condición. El pantalón Palu’ Evo garantiza calidez y protección, y se adapta a todas las condiciones, permitiéndote vivir al máximo tu pasión por el esquí de montaña.

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LA NUEVA COLECCIÓN DE ESQUÍ

MATTEO ESQUÍ DE MONTAÑA DE CIMALP

CIMALP presenta la colección Pink Matteo, creada en colaboración con la leyenda del esquí de montaña Matteo Eydallin. Esta línea única encarna la resiliencia de Matteo y su pasión por la montaña.

Desde que Matteo se unió como embajador principal en 2020, su experiencia en desafíos extremos y su compromiso con la excelencia han jugado un papel fundamental en el desarrollo de productos técnicos de vanguardia, diseñados para satisfacer las demandas más exigentes de los deportes de montaña.

Con motivo del regreso de Matteo a la competición tras un verano de recuperación, esta colección rinde homenaje a su extraordinaria carrera y a su inquebrantable compromiso. Cada pieza de la línea Pink Matteo invita a los fans a llevar prendas con los colores icónicos de su club de fans. Todo un ejemplo de determinación y perseverancia.

Con el lanzamiento de la colección PINK Matteo, esta colaboración demuestra una vez más cómo la pasión compartida por la montaña y el compromiso con la innovación pueden dar lugar a productos únicos, que no solo equipan a los atletas, sino que inspiran a todos los amantes de los deportes de montaña.

CIMALP y Matteo Eydallin comparten un objetivo común: ofrecer a los apasionados de la montaña productos que combinen tecnología, comodidad y sostenibilidad, transformando cada aventura en una experiencia inolvidable. Este homenaje en rosa no solo celebra el regreso de Matteo a la competición, sino también una filosofía

compartida: la búsqueda de la excelencia en armonía con el entorno natural.

UNA CARRERA EN PINK

El color rosa característico de esta colección destaca momentos claves en la trayectoria de Matteo Eydallin.

En el Campeonato del Mundo 2021 de Esquí de Montaña en Andorra, Matteo ganó el título con las gafas de sol rosas VISION ONE SPORT de CIMALP, combinadas con las pieles Pomoca a juego.

Esta combinación se convirtió en un emblema de su éxito y determinación, uniendo estética, rendimiento y funcionalidad.

Este color vibrante se ha convertido en el emblema de la colección Pink Matteo, diseñada para ofrecer a los amantes del esquí de montaña y el esquí de travesía un look característico, inspirado en un auténtico campeón.

EL TOQUE DEL CAMPEÓN

La gran implicación de Matteo en el diseño de cada pieza garantiza la autenticidad y el rendimiento.

La relación entre Matteo y CIMALP va más allá del diseño técnico. Matteo ha destacado en numerosas ocasiones la calidad humana de la marca, subrayando cómo su trato

cercano y su filosofía de respeto mutuo lo han hecho sentir parte de una familia.

“Con CIMALP, siempre es algo personal, una amistad que hace que esta colaboración sea especial”, comparte Matteo, que destaca cómo cada artículo refleja tanto la excelencia técnica como su profundo vínculo con la marca y las montañas.

LOS PRODUCTOS DE LA COLECCIÓN

MAX FLY

La máscara MAX FLY es un legado a los 20 años de búsqueda de Matteo Eydallin de equipos ligeros y funcionales para el esquí de montaña.

Diseñada a medida según sus especificaciones.

Esta máscara ofrece comodidad, ligereza y un amplio campo de visión excepcional en las condiciones más extremas.

* Peso: 45 gramos

* Amplio campo de visión

* Tratamiento antivaho avanzado

Ideal para quienes buscan superar sus límites con el mejor equipamiento técnico.

CHAQUETA PLUMÓN DE SU CLUB DE FANS DE MATTEO MEIJE & MORZINE

Una chaqueta de plumón ecofriendly con el logotipo del club de fans en rosa a juego con las pieles Pomoca, que celebra la conexión de Matteo con sus fans.

Fabricada con materiales responsables para un rendimiento sostenible.

* Aislante térmico de plumón reciclado

* Diseño exclusivo en color rosa Pomoca

* Ligera y compacta, ideal para condiciones de alta montaña

* 100% Vegana

* Hidrófoba

* Compresible

Un producto que celebra la conexión entre Matteo y sus seguidores, perfecto para quienes comparten su pasión por la montaña.

GAFAS DE SOL VISION ONE SPORT

Disponible con lentes fotocromáticas (Cat. 1-3) o totalmente transparentes, estas gafas técnicas combinan resistencia, ligereza y adaptabilidad.

* Peso: 26 gramos

* Lentes fotocromáticas irrompibles (Cat. 1-3)

* Lentes transparentes anti-UV

* Patillas y puente nasal ajustables para un confort óptimo

Un imprescindible para cualquier actividad al aire libre, desde el esquí hasta el trail running.

DECLARACIONES DE MATTEO EYDALLIN

“Desde que inicié mi colaboración con Cimalp en 2020, ha sido una experiencia extraordinaria. Lo que comenzó como una relación profesional se ha convertido, con el tiempo, en un vínculo de confianza y una amistad genuina. Cimalp no es simplemente una marca de productos técnicos para la montaña; es una empresa que comparte mis valores: pasión, respeto por el medio ambiente y una dedicación constante a la excelencia.

Cuando comenzamos a trabajar en la Pink Collection, el proyecto iba mucho más allá del diseño y las prestaciones técnicas. Queríamos que representara algo especial: mi historia, mi trayectoria y la comunidad que me apoya día tras día. El color rosa, emblema de esta línea, es un homenaje a mis primeros éxitos, como aquel 2021 en el que, con las pieles rosas de POMOCA y las gafas Vision One Sport de Cimalp, conquisté mi primer título mundial en Andorra.

Esta colección no solo celebra mi carrera deportiva, sino que también simboliza el profundo vínculo que he desarrollado con Cimalp. Cada detalle de los productos de la Pink Collection cuenta una historia: desde la ligereza y funcionalidad de las chaquetas, ideales para el esquí de montaña y las jornadas más exigentes, hasta la apuesta por materiales sostenibles y respetuosos con el planeta.

Formar parte de la familia

Cimalp es un verdadero orgullo. Saber que cada producto que hemos creado juntos refleja lo mejor de lo que podemos ofrecer a los amantes de la montaña es una enorme satisfacción. Quiero agradecer a Cimalp y a todas las personas que han creído en este proyecto y en nuestra visión compartida. Juntos no solo diseñamos productos, sino también experiencias y recuerdos que perdurarán en el tiempo”.

EL REGRESO A LA COMPETICIÓN

El regreso de Matteo a la competición tras su grave accidente sufrido en la Pierra Menta 2024 es un hito importante en el mundo del esquí de montaña. Su vuelta a la competición no solo inspira a la próxima generación de atletas, sino que también reafirma su inquebrantable amor por este deporte.

Colección disponible en la página web oficial de CimAlp

Fotografías de Alessandro Cocco

LOS ACCESORIOS DE

CALIDAD DE SPORTFUL

Un año más Sportful, la marca italiana cuenta con una gran variedad de artículos que son auténticos imprescindibles para cualquier ciclista (guantes, cubrezapatillas, chalecos, calcetines, gorros, etc.). Muchos de ellos, además, se ofrecen una relación calidad-precio prácticamente imbatible.

FIANDRE THERMAL TEE

Sportful cuenta con una nutrida serie de camisetas interiores de invierno. La Thermal TEE de la serie Fiandre es una de las más destacadas.

Confeccionada a base de poliéster y elastano que forman un tejido en doble capa en la zona del pecho que crea un aislamiento natural de aire caliente.

Esta prenda se ajusta perfectamente al cuerpo del ciclista y las mangas, aunque cortas, cuentan con un diseño alargado prácticamente hasta el codo.

La camiseta está disponible tan sólo en color gris y en ocho tallas (XXS a 3XL).

Precio recomendado: 64,90 euros.

WS ESSENTIAL 2 GLOVES

Una relación calidad-precio inmejorable para unos guantes que cuentan con la protección de la afamada membrana Gore-Tex Infinium. El forro polar del interior ofrece la termicidad ideal para temperaturas invernales y el tratamiento exterior otorga un plus de agarre y acolchado.

En la zona del pulgar se ha integrado un panel de tejido Ultrasuede, más suave y adecuado para secar el sudor. El velcro de la muñeca, permite un buen ajuste y los logos reflectantes mejoran la calidad del conjunto.

El amplio tallaje (XS a XXL) y variedad de colores (6) son otros puntos a favor de estos guantes que, por supuesto, cuentan con una versión femenina.

Precio recomendado: 59,90 euros.

CHECKMATE WINTER SOCKS

Un buen par de calcetines de invierno son fundamentales para que una salida de invierno sea una experiencia agradable o una tortura para los frioleros.

De la amplia oferta de Sportful, destacamos estos Checkmate Winter Socks. Unos calcetines que aúnan diseño y protección. El tejido combina hilos sintéticos (PrimaLoft, poliéster, poliamida y elastano) para garantizar un gran ajuste, ligereza y termicidad. Una prenda esencial para el ciclismo en invierno.

Disponible en dos combinaciones de color y varias tallas.

Precio recomendado: 24,90 euros.

MANGUITOS FIANDRE

Los manguitos Fiandre son ya todo un clásico en la oferta de accesorios de Sportful. Disponibles en una gran cantidad de tallas, estos complementos permiten pedalear en invierno y entretiempo con total garantía, gracias a su diseño ajustado y tejido hidrorrepelente.

Más que un accesorio para el invierno, los manguitos, perneras y rodilleras Fiandre son prendas esenciales para completar cualquier equipación ciclista para todo el año. Indispensables en todo recorrido de alta montaña.

Precio recomendado: 49,90 euros.

CHALECO PRO VEST

La serie Fiandre de Sportful es famosa por ofrecer prendas de protección al ciclista, grandes acabados y enfocadas al rendimiento. Y pocas de esas prendas sintetiza mejor esas características que este chaleco Fiandre Pro Vest: elástico, ligero, compactable y con un tejido hidrorrepelente y antiviento.

Un accesorio imprescindible para usar prácticamente durante todo el año y que combina a la perfección con maillots de manga corta y larga. Esta prenda es una de las principales novedades en este catálogo de invierno de Sportful 2024. La prenda se encuentra disponible tanto en versión femenina como masculina, en varias opciones de color y en tallas XS a 3XL.

Precio recomendado: 129,90 euros.

CUBREBOTAS GIARA THERMAL BOOTIE

Sportful ha diseñado este cubrezapatillas específicamente para el ciclismo gravel. Este accesorio cuenta con una gran relación calidadprecio.

Las aberturas más grandes en la zona plantar permiten un mejor acomodamiento de la prenda. Dispone además de generosos detalles reflectantes y más refuerzos de tejido resistente a las abrasiones en las zonas críticas.

La parte del empeine se ha confeccionado con una membrana SoftShell para gran protección al viento y la lluvia fina. La parte inferior dispone de una banda elástica que permite un ajuste ideal con el calzado de ciclismo.

Estos cubrezapatillas están disponibles tan sólo en color negro y en un rango de tallas: S a XXL. Precio recomendado: 49,90 euros

Todos estos productos, y toda la amplia gama de accesorios de Sportful, están disponibles en los puntos de venta autorizados y en la web oficial: www.sportful.com

SI NO LO HACES, ¿TE

VAS A ARREPENTIR?

Marta’s Way - Día 0

“El aire huele distinto hoy. Es como si el universo entero estuviera conteniendo la respiración conmigo. Mañana comienza un viaje que lleva años gestándose en mi corazón, aunque nunca lo había pronunciado en voz alta hasta hace unos meses. Siento una mezcla abrumadora de miedo, entusiasmo e incertidumbre. Una parte de mí quiere quedarse donde todo es conocido y seguro; otra parte, no deja de empujarme hacia lo desconocido.

Miro por la ventana y veo a mi Scott Aspect azul, lista para arrancar. Está equipada con todo lo necesario: alforjas Ortlieb bien organizadas, cubiertas reforzadas Schwalbe Johnny Watts, herramientas básicas, y justo lo esencial, evitando los “por si acaso”. Pero a pesar de todo lo que llevo, sé que el mayor peso está en mi mente: el miedo a fallar, a no estar a la altura, a no encontrar lo que estoy buscando. Y, sin embargo, algo en mí sabe que el miedo no es un obstáculo, sino el motor que me empuja a avanzar.

¿Por qué hago esto? Porque la vida se nos escapa entre los dedos, más rápido de lo que queremos admitir. A menudo, esperamos a que algo nos sacuda -una pérdida, enfermedad, una tragedia- para darnos cuenta de que el tiempo es nuestro bien más preciado. Pero yo no quiero esperar. Quiero vivir ahora, con intención,

con intensidad, con el tipo de valentía que hace que cada día se sienta como una pequeña eternidad.

Mañana partiré. No tengo un destino fijo, solo un rumbo inicial: hacia el sur, hacia la Patagonia Chilena. No sé dónde estaré en una semana, un mes o un año. Voy sin expectativas, es la mejor manera de no llevarse decepciones, pero tengo claro que, pase lo que pase, estaré más cerca de convertirme en la persona que siempre he querido ser.

Esta aventura no es solo un viaje; es una manera de sentirme viva. De salir de la burbuja cómoda y predecible en la que he estado atrapada demasiado tiempo, de esa “vida feliz” que nos han vendido siempre. Yo no la encontré.

No sé si encontraré lo que busco, no sé qué va a pasar, pero una cosa tengo clara: por lo menos no me arrepentiré de no haberlo intentado”.

15 de diciembre de 2024

Marta’s Way - Día 347

“Ayer llegué a Famatina, La Rioja, Argentina. Sin planearlo, por los caprichos del viaje, este rincón del mundo se acabó convirtiendo en el destino final de mi viaje. Hoy, casi un año después del día que salí de

Barcelona, me encuentro sentada en un banco, mientras el atardecer tiñe el cielo de rojo, observo la silueta de mi Scott. Ya sin alforjas ni peso adicional, parece más ligera, más fuerte, como si ella hubiera crecido interiormente tanto como lo hice yo en estos 347 días de aventura.

10.800 kilómetros. 6 países. Incontables amaneceres y atardeceres. Pedaleé bajo el sol abrasador de los desiertos, enfrenté el frío y la altitud de los Andes, me perdí en caminos de tierra y me encontré en la calidez de extraños que se convirtieron en amigos. Atravesé días en los que quise abandonar y otros en los que no podía dejar de sonreír, bajo lluvias torrenciales, o cielos infinitos.

Hoy soy un cóctel de emociones: feliz por haber llegado hasta aquí, triste porque se acabó esta etapa, y aterrorizada por lo que vendrá. Sin embargo, por encima de todo, resuena intensamente un pensamiento: ¡Qué afortunada soy!

Afortunada no solo por haber podido vivir esta aventura, de haber conocido lugares que te dejan sin aliento, sino de haber sido educada por el deporte que me dio lo más valioso que tengo: los valores necesarios para dar el primer paso y para enfrentar cada desafío del viaje. La resiliencia para seguir adelante, la humildad para aceptar y pedir ayuda, el coraje para enfrentar mis miedos y la gratitud por cada instante.

Atravesar Latinoamérica en bicicleta no fue fácil, pero nunca bajé los brazos. La aventura, con su incertidumbre constante, se convirtió en mi mayor maestra. Me mostró que no hay nada seguro, y que en esa falta de certezas está la verdadera magia. Fue una reflexión constante sobre mis límites y sobre quién soy realmente. En la naturaleza, lejos de las comodidades, volví a lo esencial. Aprendí a vivir con dos camisetas, un par de zapatillas, un pantalón y una chaqueta.

Hoy soy mejor persona, más generosa, más paciente, más empática, más abierta y sobre todo más segura. Pero ese cambio no es gratuito. He aprendido a valorar todo lo que tengo, lo que he tenido y, sobre todo y lo más importante, a no dar nada por sentado. Empezando por una familia que me quiere, el refugio de un techo y un plato para comer cada día, hasta llegar al mayor de los lujos: la libertad de poder elegir.

“Si no lo haces, ¿te vas a arrepentir?” Esta pregunta fue el detonante de todo esto. La respuesta fue tan clara que no existía otra opción. Hoy, miro atrás y no me arrepiento de nada. Tener la certeza y la paz mental de haber vivido una vida plena es el mejor regalo que me puedo hacer a mí misma.

Cuando elegí esta vida de aventura, sabía que buscaba algo más: vivir varias vidas en una. Controlar el ritmo del reloj y exprimir cada segundo. Y ahora, mirando atrás, no me arrepiento de nada. Tener la certeza y la paz mental de haber vivido plenamente es el mejor regalo que me he hecho a mí misma.

Hoy, este viaje termina, pero el aprendizaje sigue. No sé qué vendrá después, pero estoy lista para seguir explorando. Porque la vida es el más bonito de los regalos, y cada día, una nueva oportunidad para descubrir quién soy.

Sentada en un banco, la silueta de la bicicleta, ya sin carga, se dibuja ante el atardecer rojizo de Famatina. Reflexionó sobre el maravilloso viaje que poco a poco llega a su fin. Mirando las fotos de mi móvil, me cuesta imaginar la cantidad de experiencias nuevas que he vivido cada día. Estoy inmensamente agradecida por haber tenido el valor y la confianza en mí misma para emprender esta aventura, y ahora puedo ver cómo me ha formado este viaje. Sin duda tuve a los mejores maestros: VIAJAR y EL DEPORTE.”

Este artículo es solo el comienzo de un recorrido más profundo por esta experiencia. En los próximos números, exploraremos momentos clave y zonas específicas del viaje, siguiendo el proceso de

transformación y crecimiento que viví a lo largo del camino. A través de las anécdotas, las historias y los valores del deporte que me dieron la fuerza para completarlo, espero compartir cómo esta aventura me ha cambiado y, quizá, inspirar a otros a descubrir el poder de sus propias travesías. Si solo una persona se anima a salir y vivir intensamente, solo una, ya habrá valido la pena.

ALGUNOS NÚMEROS

* 1 mujer

* 1 bicicleta

* 6 países

* 1 continente

* 10.813 kilómetros

* 347 días

* 133.115 metros de desnivel positivo

* 5.008 metros de altitud máxima

* 50-60 kg de peso de la bici

* 24 vuelos en parapente

* 85 kilos de pollo con arroz

* 14 asados

* 3 cadenas

* 3 cubiertas

* 2 pinchazos

* 57 cicloviajeros en ruta (3 de ellas mujeres en solitario)

* 22 tortillas de patatas cocinadas

* 275 nuevos contactos en mi agenda

Marta Ballús

GROENLANDIA

EN SEABIKE

Expedición en la costa sudoeste de Groenlandia en bicicletas de agua

Realizar una aventura realmente auténtica como esta supone un esfuerzo y una complejidad enorme, mucho más allá de la parte puramente deportiva. Os comparto todo el proceso hasta la ejecución final.

LA IDEA

En junio de 2023, David Espallargas me citó en un bar de Barcelona para contarme su idea de realizar una travesía en bicicletas de mar por la costa de Groenlandia. Él ya tenía experiencia con este tipo de bici-embarcación y la idea me atrajo enseguida y la vi interesante y factible. Nos dimos un par de meses y en septiembre nos comprometimos en firme para estar pedaleando entre icebergs en verano de 2024.

LA PREPARACIÓN

Teníamos 10 meses para planificarlo todo.

A nivel de equipo, teníamos clarísimo que queríamos ser entre tres y cuatro miembros. Llamé a mi amigo Pepe Ivars, un súper compañero de aventura en todos los sentidos con quien he hecho ya diversas expediciones polares. Tardó cinco minutos en decidirse.

Del tema de las bicicletas se ocupó David, pues tenía una excelente relación con el distribuidor de las Schiller Bikes en España (Urkabia), que enseguida se vinculó con un apoyo incondicional.

Para la ruta contamos con el apoyo de mi amigo Ramón Larramendi, el mejor expedicionario polar de España y gran conocedor de Groenlandia.

El presupuesto de mínimos no era demasiado elevado, pues con unos 15.000 euros ya cubríamos lo básico y veíamos claro que conseguiríamos este nivel de patrocinio.

En el mes de mayo, comiendo con mi amigo Miguel Ángel Tobías, le propuse unirse a la expedición. Él es un director y productor de documentales de referencia, con un gran espíritu aventurero. No es especialista en este tipo de proyectos, pero es de los tipos más cabezotas que conozco y, con su ilusión y perseverancia, es capaz de muchísimas cosas. A la hora de la cena me llamó y me dijo que se venía a Groenlandia y que iba a realizar un documental de máximo nivel.

EL CONCEPTO

En los proyectos extremos es muy importante tener claro el concepto fundamental que le da sentido. Esto es el propósito y la filosofía de la aventura.

A nivel de reto, teníamos clarísimo que queríamos que fuera una expedición en total autosuficiencia. Y a nivel de propósito, también teníamos claro que queríamos enfocarlo al tema del cambio climático, que afecta de manera especial a las zonas polares en general y a Groenlandia en concreto.

LA COMUNICACIÓN

Cuando se organiza una expedición en el culo del mundo, hay que hacer un gran esfuerzo para que tenga suficiente interés comunicativo.

En este caso concreto no era un tema prioritario, porque no había demasiado compromiso de visibilidad con los patrocinadores. Pero al incorporarse Miguel Ángel Tobías, todo cambió.

Su perfil y su voluntad de realizar una película del máximo nivel, disparó el presupuesto. Pero también

cambió el retorno que ofrecíamos ahora a los posibles patrocinadores y, no sin pocos esfuerzos, al final todo encajó.

Se organizó un equipo de filmación de cuatro personas para grabar todo con la máxima calidad. Para no adulterar en nada el concepto inicial de total autosuficiencia, establecimos unas normas muy claras para el caso en que se acercasen los equipos de filmación y de expedición: nunca podrían tener contacto ni ser ayudados o suministrados en ningún aspecto. Aparte, tuvimos que autograbarnos en muchas ocasiones, con la tecnología de imagen y sonido que nos preparaban los técnicos, y siempre siguiendo las instrucciones de un guión que iba elaborando Miguel Ángel.

EL GRAN CONTRATIEMPO

Un mes y medio antes del inicio de la aventura, tuve un accidente haciendo barranquismo y me fracturé la tibia y el peroné. No tenía tiempo para recuperarme y, con gran tristeza, debía renunciar a mi participación.

Pero el equipo se negó a hacerlo sin mí. Con toda la complejidad que suponía, lo retrasamos un mes para ver si me daba tiempo para recuperarme.

Me pusieron un clavo de titanio de 37 centímetros en el interior de la tibia. Y

a partir de allí, inicié un duro y tenso proceso de recuperación a todo nivel.

A los 20 días podía caminar sin muletas. A los 40 días me dejaron empezar a rodar suavemente en bicicleta. A los 60 días ya me dejaban poner de pie y usar calas. A los 75 días volábamos para Groenlandia para iniciar la expedición.

Estaba lejos de mi 100%, pero me sentía suficientemente preparado para afrontar el reto. Y lo que me faltaba lo iba a suplir con energía, ilusión y fuerza de voluntad para poder hacer un sueño realidad.

LA REALIZACIÓN

El 22 de agosto de 2024 volábamos ocho personas hacia Groenlandia. Cuatro expedicionarios, David Espallargas, Pepe Ivars, Miguel Ángel Tobías y yo mismo, y cuatro cámaras y sonidistas del equipo de filmación, Lesmes Iglesias, Anna Sastre, José Egea y Álvaro García.

Volamos hasta Narsarsuaq. Nada más llegar, el equipo de Tarmesud, la empresa de Ramón Larramendi, nos trasladó en barca hasta la

pequeña población de Narsuak, a unas dos horas de navegación, donde nos instalamos dos días frente a una bahía llena de icebergs, para ultimar todos los preparativos.

Finalmente, el domingo 25 de agosto, iniciábamos la expedición. Cada bici iba equipada con dos petates enormes de unos 40 kg, fijados en cada uno de los patines.

Estas bicicletas no están pensadas para este tipo de expediciones extremas, pero con determinados refuerzos y adaptaciones, son perfectas ya que, al llevar dos patines, ofrecen gran estabilidad y capacidad de carga.

Nuestro objetivo era realizar una ruta circular, con una estimación de 10 etapas y entre 10 y 14 días de duración, intentándonos acercar al máximo a algunos de los frentes glaciares más activos de la zona.

Teníamos que estar siempre pendientes tanto del estado del mar como del viento y las corrientes. Algunos días optamos por salir de noche y aprovechar la calma de primera hora para poder cruzar un área de mar abierto muy expuesta, ante la previsión de subida del viento a partir de determinada hora. Durante tres jornadas, nos quedamos bloqueados en el campamento por tormenta de viento y lluvia.

En un punto determinado, tomamos un atajo para intentar empalmar dos fiordos por tierra. Vimos en el mapa que parecía factible y creíamos que, con media jornada de navegación y media para hacer todo el paso de tierra hasta el otro lado, podíamos ganar casi dos días de ruta. No nos equivocamos en el resultado, pero sí en la estimación de esfuerzo. Fue una jornada durísima. El paso de tierra tenía solo unos 700 metros sin demasiado desnivel, pero el terreno era muy irregular y resbaladizo. Tuvimos que hacer seis viajes para trasladar las bicicletas y todo el material. Al final del día, estábamos acampados al otro lado del paso. La entrada en el gran fiordo se realizaba por una especie de lago interior del mismo fiordo, conectado con la parte ancha por un pequeño canal entre un acantilado. Era clave acertar el momento de pasarlo ya que, si nos pillaba allí la subida o la bajada de marea, podría ser muy peligroso por la corriente que se genera al llenar o vaciar el laguito interior desde la masa de agua del gran fiordo. Sería como hacer unos rápidos de alto nivel en un río con las bicicletas de agua cargadas a tope.

Cada etapa requería entre 5 y 10 horas de pedaleo. Había muchas horas de esfuerzo continuo y monótono, y aunque era espectacular, llegaba a hacerse muy duro mentalmente. Pero cuando nos acercábamos a zonas de icebergs, las emociones se disparaban. En muchas ocasiones, apenas podíamos avanzar porque había tanto

hielo granizado que la hélice de la bicicleta no podía empujar y podía romperse. Entonces levantábamos el propulsor y avanzábamos con una pala de paddle surf.

Cada día hacíamos la misma operación para acampar. Habíamos estudiado en el mapa posibles sitios para desembarcar, pero al final teníamos que encontrarlos y asegurarnos a vista. Una vez localizado el lugar de llegada, empezaba la operación de acercarse a la playa con todas las precauciones posibles por las rocas o por el hielo. Ya en la costa, descargábamos los petates y trasladábamos las bicicletas lejos del agua para protegerlas de la marea. A partir de allí, tocaba buscar un sitio adecuado para montar el campamento y empezar a instalarnos, cocinar y relajarnos hasta la etapa siguiente.

Lo más peligroso de la travesía habría sido caer al agua por el riesgo de hipotermia. Llevábamos chaleco salvavidas, pero tenemos que reconocer que, con la confianza que nos daba la estabilidad de las Schiller Bikes, casi nunca lo usábamos. Lo más grave que podía pasarnos era que se derrumbase o se voltease un iceberg cuando pasábamos cerca. Por su belleza, los icebergs son como imanes para las personas, pero son realmente muy peligrosos y hay que maximizar la prudencia al navegar a poca distancia.

Dos etapas antes del final, se nos estropeó el eje central de transmisión de una de las bicicletas. Llevábamos recambio de todo, pero esa pieza es estructural y no se puede cambiar. No nos quedó otro remedio que remolcar esa bicicleta y a su ocupante durante dos largos días. Pero ese inconveniente se vio compensado con un magnífico trabajo de equipo en el que las tres bicis buenas remolcaban a la estropeada y nos íbamos turnando en el pedaleo.

11 días y 265 kilómetros después, llegábamos de nuevo a Narsuak. Quince meses después de haber puesto una idea loca en común, habíamos hecho realidad una gran aventura en uno de los territorios más puros y remotos del planeta. Un lugar realmente único y extremo, pero que se ve muy afectado por los efectos del cambio climático.

Gracias Groenlandia por dejarnos disfrutar de tu naturaleza y esperamos que esta aventura sirva para que, como mínimo, todos los apasionados por el deporte y las actividades en la naturaleza entiendan que debemos disfrutarla con el máximo respeto y compromiso.

Albert Bosch

Fotografías de Anna Salstre - The Last Ice

LIBERTAD Y AUTOGESTIÓN

INDÓMITO AUTOGESTIÓN SOBRE RUEDAS

Realizar un viaje de 2.475 km en bicicleta gravel por Ontario fue una aventura llena de desafíos y recompensas, una experiencia única que combinó la libertad de explorar toda la provincia a mi propio ritmo con el reto de la autogestión en la indómita naturaleza norteamericana. Y aunque recorrerla como mujer en solitario añadió un nivel extra de introspección, valentía y autoconfianza, cualquiera que lo intente se rebosará con grandes dosis de estas cualidades mientras pedalea por esta majestuosa y mística parte del planeta.

Este itinerario de cinco semanas, diseñado sobre la base de algunos recorridos publicados en la página web Bikepacking Ontario (https://www.bikepackingontario. com/ - “Where the pavement ends and your adventure begins”), comienza en Toronto y pasa por las imponentes cataratas del Niágara, bordeando el lago Ontario. Posteriormente, se aventura hacia el exuberante Parque Nacional Península de Bruce, para luego adentrarse en la vasta y salvaje extensión del Parque Provincial de Algonquin, donde cada tramo ofrece una visión única de la belleza canadiense.

Inherente al destino elegido para disfrutar de buen cicloturismo, el viaje fue una auténtica travesía al aire libre, en régimen de autosuficiencia, donde las frías (¡y también cálidas!) noches se pasaron bajo un manto de estrellas y donde cada cena se convirtió en un delicioso festín de arroz o pasta deshidratada, cocida pausadamente en un cazo con 50 cl de agua y un fogón Primus Gas.

Semana 1: De Toronto a Niágara –El desafío de la lluvia

Comenzar el viaje desde Toronto en dirección a las famosas cataratas del Niágara debería haber sido un tramo introductorio y relativamente sencillo. Sin embargo, el clima tenía otros planes.

A principios de agosto, el huracán Ernesto tocó tierra afectando la parte sur de Ontario. Toda la región se vio inmersa en abundantes lluvias, fuertes vientos y los niveles de humedad lo tamizaban todo. Lidiar con estas condiciones climáticas implicó una planificación cuidadosa y una constante adaptación. Era necesario encontrar refugios seguros para descansar y sitios de acampada protegidos donde montar la tienda Vaude y la pequeña vela waterproof. Recuperarse de la fatiga y deshumidificar las alforjas y el equipo guiaron el rumbo y el ritmo de esa primera parte del itinerario.

Las precipitaciones diarias hacían que todo se sintiera más intenso, poniendo a prueba tanto la resistencia física como la mental. Así, el recorrido por el Waterfront Trail hasta la península de Niágara, llano y asfaltado, se volvió bastante desafiante, evocando dudas y miedos en medio de las tempestuosas tormentas que, a su vez, aludieron a fugaces momentos, especialmente elocuentes para quienes buscamos descubrir el mundo de una forma más refrendada y atestiguada, de añoranza y profunda serenidad.

Al concluir el tramo y observar las majestuosas cataratas bajo un cielo gris y lluvioso, reconozco que le otorgué, inconscientemente, un aire místico y salvaje a ese lugar inusualmente poco atosigado de turistas y me gustó. La fuerza del agua, combinada con el estruendo de las cataratas y el clima rociado, creaban una poderosa sensación de conexión con la naturaleza, como si todo formase parte de algo más grande, vasto y notablemente indócil. Me impresionó (¡inenarrable!).

Semana 2: Recuperando el ritmo – La belleza de la Península de Bruce

Dejando atrás Niágara, el lago Ontario y el caos del clima, la ruta se encauzaba hacia el norte, en dirección a la Península de Bruce.

El recorrido se volvía más exigente: había colinas ondulantes y caminos poco transitados que se adentraban en paraísos de exuberante naturaleza. Y en medio de una reposada paz —indescriptible— y una cercanía tangible con el entorno, el pedaleo empezó a recuperar el ritmo explorador y aventurero habitual.

Cada día traía paisajes que cambiaban de manera casi mágica. La belleza urbana, ya residual, daba paso a bosques espesos que misteriosamente desembocaban en dramáticos acantilados, aguas cristalinas y hermosos senderos como el Bruce Trail, que se asomaban tenazmente al lago Hurón. Pedaleaba y contemplaba a la vez.

La Península de Bruce es un paraíso para quienes aman la naturaleza en su estado puro. En la práctica, un veinte por ciento de su biodiversidad, encanto, riqueza y patrimonio cultural alberga dos parques provinciales (Ontario Parks): Bruce Peninsula National Park y Fathom Five National Marine Park. Los parques están bien delimitados y los accesos, custodiados por guardias, están restringidos. Se requiere permiso para entrar y para pernoctar. De hecho, pernoctando en su reserva natural, me inicié en el indómito medio canadiense, adoptando tres grandes prácticas que luego fueron constantes logísticas durante todo el viaje.

El primer hábito integrado fue la cohabitación con el oso negro. Para acampar, husmear y vagar en zonas donde habita este animal, hay que tomar algunas precauciones. Contar con un almacenaje adecuado de alimentos —bear canister— y evitar olores fuertes, como los productos de higiene personal, son algunas de las costumbres naturalizadas y asumidas por todos los canadienses que, personalmente, tuve que integrar a mis rutinas aventureras.

La segunda y tercera prácticas adquiridas fueron el concepto de wild camping y el acceso al agua potable en la naturaleza. El wild camping, muy popular en Canadá, dista del concepto europeo y añade quehaceres diarios para vivaquear con tranquilidad en la naturaleza. En cuanto al agua potable, no siempre garantizada en las zonas por donde transcurría el periplo,

fue la tercera rutina incorporada que o bien añadía carga diaria al velocípedo o bien exigía hervir la del grifo local para garantizar su salubridad.

Estos fundamentos aprendidos e incorporados tempranamente, a inicios de la segunda semana, se agregaron eficazmente durante toda la hazaña y fueron de suma utilidad.

Recorriendo la península, los días transcurrieron entre paisajes boscosos, aceptablemente ciclables, y bonitos momentos de reflexión frente a la inmensidad del lago Hurón, restableciendo la cadencia habitual, interrumpida inicialmente por la intensidad de las lluvias.

El aislamiento, que al principio parecía un reto, se iba convirtiendo en compañero: había algo profundamente reconfortante en estar sola en un entorno tan majestuoso, donde el sentido de independencia y autosuficiencia crecía con cada impulso de pedal.

Semanas 3-4: Encuentro con la osa madre y sus cachorros en Algonquin Provincial Park

La siguiente etapa me llevó hacia el norte de Ontario, hasta el Parque Provincial de Algonquin, donde comenzó el verdadero desafío: los senderos abruptos, las rutas aún menos transitadas y, en definitiva, donde se desplegó la genuina aventura en todo su esplendor.

De hecho, en el cuarto día dentro de la reserva natural ocurrió el momento más inolvidable del viaje: un encuentro inesperado con una osa y sus dos cachorros. Al tomar un sendero estrecho, en un claro del bosque, ahí estaba: la madre osa de pie, con sus dos pequeños cerca. El corazón se aceleró rápidamente (¡muchísimo!) y la sensación de vulnerabilidad fue inmediata, así que el instinto y la improvisación tomaron el control. Me detuve. Mis piernas quedaron paralizadas —los párpados también—, pero las manos no. Las manos, como brazos de pulpo ondulantes, palpaban bolsillos y escarbaban en la bolsa frontal Ortlieb Waterproof, vaciando compartimentos y abriendo cremalleras con la urgencia casi obsesiva de no dejar escapar ese instante irrepetible y captarlo con la cámara o el móvil. ¡Aquí! Lo conseguí, encontré el móvil y capturé algunos minutos del encuentro mientras los tres se alejaban sabedores de mi presencia. Fue un momento de intensa adrenalina, una experiencia única y, de alguna manera, un privilegio casi hierático que solo la naturaleza puede ofrecer.

Después de que la osa y sus crías desaparecieron entre los árboles, el impacto del encuentro permaneció —y aún permanece—, retumbando a voces la hermosura profunda de la naturaleza, pero también su impredecibilidad y potestad.

Los días siguientes fueron los más exigentes, en términos de ciclabilidad, y los más septentrionales de toda la aventura. La ruta Hasty Highlander, con tramos de ruta proporcionadamente desafiantes y

variados, es ideal para los amantes del gravel y el ciclismo de aventura. En estas latitudes, el terreno es técnico y mixto. La ruta combina caminos de grava compacta, sendas forestales, pistas más rugosas con piedras sueltas y tramos de tierra que pueden tornarse resbaladizos en condiciones húmedas. La parte más norteña cuenta con tramos de arena y, de forma intermitente, pequeños trechos de guijarros de canto rodeado que, con ruedas de 41 mm o inferiores, te obligan a desmontar. En cuanto a los desniveles y ascensos, los ascensos son exigentes, pero ofrecen vistas impresionantes de la región, mientras que los descensos requieren habilidad y control. Toda la senda cruza largos bosques boreales, bordeando lagos cristalinos, ríos y zonas de humedales.

A finales de agosto se empezaba a intuir la llegada del otoño, convirtiendo el paisaje en un escenario cromático espectacular —sin rival—. El aislamiento y la aventura eran presentes en todos los tramos y todo ello mezclado concurría en un fuerte sentido de desconexión y aventura difícil de reseñar.

Semana 5: Retorno a Toronto y reflexiones finales

Después de explorar las profundidades de Algonquin, el viaje comenzó su regreso hacia Toronto, cerrando el circuito. Con las piernas fortalecidas y el espíritu renovado, cada kilómetro se sentía como un triunfo personal.

El paisaje se transformaba a medida que me acercaba a la urbanidad. El clima acompañaba y, al tratarse de una ruta circular, el entorno se volvía menos sorprendente y más familiar. Sabía dónde acampar y dónde aprovisionarme. Había adoptado rutinas canadienses y me había empapado de la región, por lo que esta última etapa me permitió relajarme un poco en cuanto a la logística del trayecto (el “aquí y ahora”) y reflexionar sobre lo vivido. Los paisajes de esta última etapa me parecían cercanos y se convertían en una especie de despedida, evocando vibrantes momentos de las etapas recorridas en las semanas anteriores, y haciendo tangible, no solo la metamorfosis externa del paisaje, sino también una transformación aún más profunda que la acompañaba.

El paisaje se suavizaba progresivamente y la ciudad comenzaba a tomar protagonismo de manera gradual. A cinco días de la meta, pensaba en la seguridad, sociabilidad y amabilidad del país, y en cómo, en el día a día, a los pueblos nativos canadienses de ascendencia mixta o de raíces diversas se les podían identificar características culturales de sus tres pueblos fundadores: los franceses, los británicos y los pueblos nativos americanos. Empujaba la bici y me sentía profundamente agradecida y afortunada de haber sido testigo de cómo algunos locales aún siguen celebrando y reconociendo la diversidad cultural como un rasgo esencial de su identidad.

A lo largo de todo el recorrido, la conexión con el paisaje no solo había sido estética, sino también emocional y cognitiva; así que mis pensamientos divagaban sobre cómo la experiencia había reforzado mi sentido de identidad. Algunas veces, mis pensamientos se dirigían hacia la experiencia de haber afrontado los desafíos en solitario. Otras veces, cavilaban sobre el desafío físico, en cómo cada jornada se había convertido en una exploración más profunda de mi valentía y en cómo cada pequeño avance en el recorrido se había transformado en una reafirmación de mi autonomía.

Estaba cerca de la región de Kawartha Lakes y sostenía una cadencia constante; suelta y sin esfuerzo. Estaba feliz. Sin embargo, sentía mucha pereza al acercarme a la urbanidad de la capital que poco a poco lo inundaba todo. Paulatinamente se percibía la dinámica de la vida moderna, la interacción constante de los individuos y el ritmo acelerado de la ciudad. La conexión fija, la diversidad de estímulos y el ritmo frenético se imponían más a cada pisada de pedal y me fastidiaba (bastante); sentía melancolía de los sitios en los que había estado, con menos gente y más humanos.

Al llegar a Toronto, la sensación de logro y felicidad incorporaba también el reflejo de un proceso psicológico de autotransformación, donde cada kilómetro pedaleado había dejado una huella profunda en mi mente, en mis propias capacidades, en mis miedos y en mis límites. La aventura canadiense me había cambiado el corazón, abriéndome los ojos a nuevas realidades, desafiando mis creencias y transformando mi perspectiva sobre el mundo y sobre mí misma. Me había dejado una marca indeleble, por todo el crecimiento silencioso que se había gestado en los momentos de soledad y de admiración ante lo desconocido; pero sobre todo, por la aproximación a una nueva cultura y a sus formas de vida que, montada en una bicicleta, fue más directa, más gozosa, más profunda y mucho más auténtica, y cuya persistencia va más allá de la experiencia, de las fotos, del tiempo y de las palabras, convirtiéndose en una fuente constante de inspiración y reflexión (¡absolutamente recomendable!). Sumamente valioso y muy de acuerdo con la afirmación de Pierre Trudeau, quien fue primer ministro de Canadá y, en uno de sus discursos, dijo: “The most Canadian thing is to be in Ontario”.

Roser Ortes Rigola

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