on las 6 y 30 de la mañana de un sábado de verano, y hace una hora que me desperté previendo las actividades que tengo que hacer bajo las circunstancias de una anunciada (y real) ola de calor.
Mi cuerpo está reaccionando de una manera específica a los cambios de temperatura, y desde hace un año, los días de calor húmedo me generan un malestar en los oídos. Me hicieron cuanto examen pudieron los especialistas diversos que, por una u otra razón, podían tener incidencia. Pero fue mi propia observación que le permitió a mi homeópata, Adriana, dar con la tecla. Es la presión atmosférica, que con la humedad calurosa, me genera la afectación de los odios y con la homeopatía “la atajo.” Pero me pregunto: ¿cuántos cuerpos en tantas partes del mundo reaccionarán a los cambios del clima? ¿Tendrán la suerte de poder aceptar el nexo causal los profesionales que los atienden? En mi propio caso, visitando especialistas, me tocó un neurólogo que le conté que creía que mi malestar se relacionaba con el clima, y literalmente se me rió en la cara….
Y mi situación de incomodidad de hoy, de tener que levantarme temprano para poder hacer una editorial con la mente fresca, es mínima en relación a la de personas que se han visto desplazadas por las consecuencias del cambio climático sobre sus vidas.
Y, ¿donde veo la luz? En ustedes, en cada ser humano del planeta, y menos que nunca en los gobernantes. En todo caso, en decisiones políticas movidas por la demanda social… una demanda social que implore tomar medidas drásticas y urgentes ante el cambio climático, y menguar todo lo que pueda contribuir al mismo, y por supuesto con una visión global, porque todo está interrelacionado.
Esta edición viene además con una noticia: nuestra editora, Lucía Tornero, ha cumplido su ciclo con SEA y este será su último número. Querida Lu, te agradezco cada minuto de tu tiempo, tu creatividad, tu arduo trabajo como Editora en SEA. Te agradezco tus rulos maravillosos que han dejado la impronta de una Mujer con gran personalidad. Hoy rumbeas hacia nuevos desafíos personales! Se te extrañará a lo loco (¡te extrañaré a lo loco!), pero se te desea (te deseo) también a lo loco que todo te vaya divinamente de maravilla, porque la vida es puro cambio, y escuchar (y hacer con relación) la voz interior que nos hace elegir puertas hacia esos cambios ¡es vivir!
¡Siempre serás parte de este equipo, emprendimiento y propio motor de cambio!
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DISEÑO
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COLABORAN EN ESTE NÚMERO
ESCRITORA
ESPECIAL
María Sofía Muratore
Victoria Molinari, Jorgelina Hardoy, Florencia Almansi, Sofía Bauzá, Edgardo Héctor
Ferré Olive, Kate McKenzie
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DISTRIBUCIÓN
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Integramos el Registro Nacional de Proyectos de Fomento Artístico Cultural
sumario
EXPLORAR CONCIENCIA
Artesanos del mar · 6
ACTUALIDAD
El Pacto del Futuro: ¿una utopía o una traba globalista? · 8
Laguna Garzón: Un refugio para los cielos oscuros · 10
Reurbanización y cambio climático · 12 El bosque revela lo que la ciudad oculta · 14
Cambio climático y tributación en América Latina · 16
MIRADAS DE EQUIDAD
Construyendo un liderazgo empresarial inclusivo y sostenible · 20 INVERSIÓN DE IMPACTO
Economía en transición: desafíos y urgencias hacia el 2025 · 22
SOMOS TIERRA
“Las manos iluminadas por el fuego” · 24
NOTA DE TAPA
Un colectivo consciente · 26
EMPRENDEDORES
Recompensar el reciclaje en una economía circular · 32
CONSUMO RESPONSABLE
Consumo responsable e inteligencia artificial: ¿en dónde se encuentran? · 34
TIERRAS SAGRADAS
Dar voz al océano · 36
ÁREAS PROTEGIDAS
Un encuentro con la inmensidad · 38
RELATOS DE LA AMAZONÍA
Todo previsto para sostener la vida · 40
CINE
River · 42
ORGANIZACIONES
Corriendo por la libertad: Mi camino hacia la Maratón de Afganistán · 44
INCLUSIÓN
Ni vencidos/as ni vencedores/as · 46
ARTESANOS DEL MAR
por Uriel Sokolowicz Porta
LA PESCA ARTESANAL ES APASIONANTE, UN MUNDO DE FAMILIAS
DONDE HOMBRES Y MUJERES DECIDEN OPTAR POR EL DURO SACRIFICIO DE ESTA PROFESIÓN A CAMBIO DEL GRAN BENEFICIO
QUE OTORGA: TRABAJAR CON LIBERTAD Y EN ESTRECHA RELACIÓN
CON LA NATURALEZA. ¿QUIÉNES SON? ¿CÓMO SE DEFINE Y QUÉ CARACTERÍSTICAS TIENE LA PESCA ARTESANAL? ¿QUÉ ARTES Y MEDIOS EMPLEA PARA PESCAR? ¿QUÉ IMPACTO Y VALOR TIENE LA ACTIVIDAD?
Recientemente participé en un proyecto documental que explora la vida de los pescadores artesanales en distintos puntos del mar argentino. Junto a los biólogos marinos Alejo Irigoyen y Gastón Trobbiani (Proyecto Arrecife, Centro para el Estudio de Sistemas Marinos CESIMAR-CENPAT-CONICET), investigamos, registramos y compartimos parte de la vida de los pescadores artesanales. En el proceso buscamos desentrañar su vínculo con la naturaleza y entender el producto e impacto de su trabajo. No siempre somos conscientes del origen del alimento que tenemos frente a nosotros y menos si proviene
del mar. Los mariscos y muchas especies de peces que consumimos no provienen únicamente de grandes buques pesqueros. En ocasiones, han sido recolectados por familias o grupos cooperativos que viven de esta actividad a pequeña escala.
La pesca artesanal representa el medio de vida de 1,8 millones de familias en América Latina. Ellos se embarcan, navegan, se sumergen, pescan y transmiten saberes de generación en generación. Sus siluetas evocan imágenes de resiliencia frente al mundo industrializado. Ellos dependen del mar para subsistir y aprendieron cómo capturar
peces y mariscos a través del legado familiar en la mayoría de los casos. En la costa argentina existen evidencias de que la pesca artesanal se practicaba desde hace más de 8.000 años. Actualmente, este tipo de pesca se extiende en toda la costa y la cantidad de pescadores de cada región sigue el reflejo del poblamiento costero que poseen. Primero Buenos aires, luego RÍo Negro y Chubut y un escalón más abajo Santa Cruz y Tierra del Fuego. Son miles de familias que encuentran sustento en la obtención de peces y frutos de mar por medios artesanales.
Es evidente que los medios y las herramientas para pescar evolucionaron a lo largo del tiempo, pero mantienen elementos identitarios en común: es una actividad donde los grupos de trabajo se eligen mutuamente o son familia, es de bajo impacto ambiental, es inconstante debido al condicionante del clima y de los recursos que se tengan a disposición. También es una actividad donde se involucra y es preponderante el esfuerzo físico por sobre cualquier otro elemento. El carácter selectivo de las capturas del pescador artesanal tiene un doble valor. Por un lado, un bajo impacto ya que solo se toma del medio lo que se va a vender y consumir. Por otro lado, entrega un producto fresco, requisito clave en el consumo de estos alimentos. Cabe destacar que los pescadores artesanales son una fuente de conocimiento insustituible para la ciencia, ya que observan los cambios en los ecosistemas de nuestro mar
a través de su experiencia diaria. Cada pescador tiene sus secretos de dónde, cuándo y cómo capturar las presas. No es un oficio que se aprende en una institución o universidad. El único lugar donde se forja un pescador es en su terreno de trabajo, observando, escuchando y practicando en largas jornadas y durante muchos años.
Valores
Visibilizar el trabajo de los pescadores artesanales, es también reflexionar sobre la importancia de preservar sus prácticas y conocimientos ancestrales. En un mundo cada vez más industrializado, su labor representa un vínculo esencial con la naturaleza y un recordatorio de que la sostenibilidad no es solo una palabra, sino una forma de vida. A través de sus historias, descubrimos no solo el valor de su oficio, sino también la profunda conexión que mantienen con el mar, un recurso que debemos proteger para las generaciones futuras. En las siguientes entregas conoceremos el universo de los artesanos del mar a través de distintas modalidades de pesca: buzos marisqueros, pulperos, pescadores de red costera y la modalidad de pesca con anzuelo. Acompáñanos en esta nueva aventura del conocimiento.
Si querés conocer más, seguí a Uriel en sus redes: Instagram: @uriel_sokolowicz YouTube :youtube.com/c/xplorar
EL PACTO DEL FUTURO: ¿UNA UTOPÍA O UNA TRABA GLOBALISTA?
Por Luis Castelli
No existe otra especie que aspire a cambiar su destino más que el ser humano. Y en esa tarea uno imagina –voy a desentonar– a los representantes de los 193 Estados miembros de la ONU adoptando el Pacto para el Futuro, con grandes aspavientos, propósitos y mayúsculas. Se trata de un acuerdo que pretende redefinir el desarrollo global a través del prisma de la sostenibilidad, la equidad y el multilateralismo. Al menos en teoría, constituye un hito –diría imprescindible– en un momento donde el planeta enfrenta desafíos sin precedentes: el cambio climático, la desigualdad social y la pérdida acelerada de la biodiversidad.
Sin embargo, aquí surge una pregunta fundamental: ¿es este pacto realmente una herramienta para cambiar nuestro destino? ¿O solo otro ideal utópico que enfrenta barreras insalvables?
La Crisis Global Exige Soluciones Globales
Como bien plantea Edgar Morin, en su obra Tierra-Patria, los desafíos globales, desde el cambio climático hasta las crisis económicas y sociales, no pueden resolverse dentro de los límites de los Estados-nación tradicionales. Para Morin, la humanidad debe comenzar a verse a sí misma como una comunidad planetaria, donde los problemas locales y globales están intrínsecamente conectados. Aquí es donde el Pacto para el Futuro busca ofrecer una respuesta: un llamado a la cooperación entre naciones y la integración de la sostenibilidad en las políticas económicas y sociales. Sin embargo, el éxito de este
proyecto depende de nuestra capacidad de articular acciones concretas en un mundo convulsionado.
Críticas al Multilateralismo: ¿Burocracia o Progreso?
Desde una perspectiva objetiva, varias de las críticas que el presidente de Argentina, Javier Milei, ha dirigido a las Naciones Unidas (ONU) tocan puntos válidos en relación con la efectividad y la transparencia de un organismo que se asemeja cada vez más a un dios jubilado, o a ese teléfono en el que se escucha una voz anunciando que al momento todos los agentes se encuentran ocupados, animando a llamar nuevamente más tarde. Una extensa burocracia de procesos lentos que no implementa soluciones concretas ante crisis globales, ya sea en temas de conflictos internacionales o de cambio climático. Las Veintiocho Cumbres climáticas bastan para demostrar que la idea de alcanzar una propuesta operativa para mitigar los daños que sufre la Tierra no pasa de ser una expresión de deseo. El desafío del multilateralismo, entonces, no es solo crear acuerdos, sino hacerlos efectivos y vinculantes. Aunque se han logrado acuerdos importantes, como el Acuerdo de París de 2015, en muchos casos los avances han sido insuficientes y los compromisos incumplidos. El propio Informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha señalado repetidamente que los esfuerzos actuales están muy por debajo de lo necesario para evitar los peores efectos del cambio climático. También cabe preguntarse si los compromisos y mecanismos establecidos realmente
conducirán a reducciones significativas en las emisiones. El multilateralismo debe ser una herramienta que facilite la toma de decisiones urgentes y transforme las ideas en acciones, en lugar de ser un espacio para debates abstractos que, con el correr de los años, no son más que declaraciones de principios y objetivos incumplidos.
La economista zambiana, Dambisa Moyo, autora del libro "Dead Aid", ha expresado su desacuerdo con las políticas de desarrollo que la organización promueve. Moyo argumenta que la dependencia de la ayuda internacional ha perpetuado el subdesarrollo en África, promoviendo una mentalidad de victimización en lugar de incentivar el crecimiento económico autosostenible. Considera que estos acuerdos pueden comprometer la soberanía de los países, ya que a menudo imponen condiciones que pueden no alinearse con sus necesidades específicas y no han producido resultados tangibles en términos de crecimiento económico y reducción de la pobreza.
China, Rusia y Corea del Norte han criticado el Pacto para el Futuro por considerarlo una herramienta que refuerza los intereses del "Occidente colectivo" en detrimento de los países del “Sur Global” conceptos ambos en los que resuena una construcción ideológica que victimiza a esas regiones y, lejos de reconocer la responsabilidad interna de muchos
gobiernos en el subdesarrollo de sus países, culpan a Occidente de sus males, ignorando el papel de regímenes corruptos, la falta de instituciones sólidas y la ausencia de libertad económica. Una retórica que perpetúa la narrativa de que el crecimiento solo puede venir de un asistencialismo perpetuo.
La Adaptarseoportunidad:
o quedarse atrás
La pregunta central entonces es: ¿cómo enfrentamos los problemas globales en un mundo crecientemente interconectado, pero políticamente fragmentado? Y si bajo un liderazgo que rechace el multilateralismo, se puede realmente avanzar hacia el desarrollo que tanto necesita. ¿Contribuiría esto a una mayor prosperidad, equidad y modernización? Todo indica que no. Apostar por una política de desregulación ambiental y de aislamiento internacional no solo alejaría al país de las tendencias globales, sino que podría perjudicar gravemente sus posibilidades de integrarse de manera competitiva en los mercados internacionales y de capitalizar las oportunidades de la transición hacia una economía sostenible. El desafío, como bien lo plantea Edgar Morin, es concebirnos como una comunidad planetaria, donde las soluciones locales y globales se complementen. Solo así podremos enfrentar los grandes retos de nuestra era.
Laguna Garzón: Un refugio para los cielos oscuros
Por Victoria Molinari
EL CIELO NOCTURNO ES UN PATRIMONIO Y SU CALIDAD ESTÁ DIRECTAMENTE VINCULADA CON LA GESTIÓN DE LAS LUMINARIAS DE CADA SITIO Y SUS ALREDEDORES.
Si observamos un mapa de contaminación lumínica de la costa este de Uruguay, notamos que el impacto disminuye significativamente justo en la zona del Área Protegida Laguna Garzón. En este contexto, y considerando que es una problemática creciente, resulta de vital importancia la consideración del cielo como un objeto de conservación. La iluminación excesiva e ineficiente tiene efectos adversos a diferentes niveles. Por un lado, las funciones vitales de las diversas especies están sincronizadas con los cambios cíclicos de la incidencia de la luz solar. Es decir, la iluminación artificial desequilibra las interacciones en los ecosistemas. Asimismo, afecta nuestro organismo, que también experimenta ciclos asociados con los cambios naturales de la luz. Sucede que las personas, hace mucho, nos hemos disociado de dichos ciclos, porque estamos rodeadas de luces y pantallas. También afecta la investigación científica por interferir en las observaciones telescópicas. Ocasiona derroche energético ya que gran parte de la luz es emitida hacia el espacio, y genera pérdida de paisaje astronómico. Podemos decir que los cielos oscuros se encuentran en extinción. Sucede que las personas no estamos sensibilizadas respecto
a esta contaminación ni sus efectos. Si nos encontramos con residuos mientras caminamos por la playa, percibimos el impacto, pero, posiblemente, si estamos rodeadas de luminarias que encandilan el cielo, no nos percatamos, porque lo tenemos incorporado. El Área Protegida cuenta con las condiciones como para abrir la posibilidad de contemplar un cielo limpio. En este marco de conexión con la naturaleza, las propuestas turísticas y divulgativas, además de ofrecer experiencias gratificantes, pueden incluir mensajes que despierten el interés por conservar.
A través de las actividades de Astroturismo de Ecoturismo Laguna Garzón, ofrecemos experiencias de disfrute del entorno natural, mientras compartimos algunos saberes en cuanto a las estrellas, los planetas, las constelaciones y más. Es el contexto perfecto para transmitir un mensaje sensibilizador en cuanto a la contaminación lumínica y sus efectos.
A su vez, la dirección del área viene desarrollando criterios de gestión y promoviendo iniciativas participativas para aportar a la protección del cielo estrellado.
Link de interés: @redprocielosuy (iniciativa ciudadana)
Reurbanización y cambio climático
Por Jorgelina Hardoy y Florencia Almansi
EL LABORATORIO URBANO QUE CONTRIBUYÓ A LA TRANSFORMACIÓN DEL BARRIO 20 EN LA CIUDAD DE BUENOS
AIRES, SUMANDO LA DIMENSIÓN AMBIENTAL AL PROYECTO Y DEMOSTRANDO QUE LA ADAPTACIÓN Y MITIGACIÓN PUEDEN INTEGRARSE A LA PLANIFICACIÓN URBANA.
Existen pocos estudios sobre cómo integrar la adaptación y mitigación del cambio climático en los procesos de reurbanización de barrios informales. El cambio climático amplifica los riesgos urbanos y afecta a sectores vulnerables que no han tenido responsabilidad en la generación de la crisis climática. Dado que el mejoramiento de los asentamientos informales suele producirse sin prestar especial atención a los riesgos climáticos y la resiliencia, las comunidades locales, los profesionales y tomadores de decisión disponen de pocos ejemplos accesibles sobre cómo integrar la acción climática en los procesos de reurbanización integral. Hasta hace poco, era el caso del Barrio 20, un asentamiento informal en Buenos Aires con 30.000 habitantes, inició en 2016
un proceso participativo de reurbanización con soluciones convencionales. En 2021, se creó el Laboratorio Urbano (LU) dentro del proyecto Transformative Urban Coalitions (TUC), integrando la acción climática con la justicia social y las desigualdades urbanas. ¿Qué son los laboratorios urbanos? Son un enfoque de política pública que fomenta espacios de co-creación de soluciones urbanas con participación de diversos actores. El LU se integró a las Mesas de Gestión Ambiental, evitando la duplicación de esfuerzos y sumando la dimensión climática a la reurbanización en marcha. Convencer a los actores locales de incluir el cambio climático en la agenda fue un desafío, dado que las preocupaciones inmediatas eran pobreza, empleo y vivienda. Sin embargo, el trabajo
previo en diseño participativo y la confianza con la comunidad facilitaron el proceso. En lugar de hablar de problemas abstractos, se vincularon los desafíos climáticos con la vida cotidiana. Se priorizaron soluciones que abordaran múltiples problemas a la vez, como mejorar la calidad del aire y reducir la vulnerabilidad ante olas de calor. Durante los primeros meses, reuniones con actores clave permitieron integrar el LU a la estructura participativa existente. Posteriormente, se establecieron encuentros mensuales, sumando nuevos actores, como equipos del gobierno, ONGs y profesionales.
Entre 2022 y 2023, se implementaron cinco proyectos catalíticos con intervenciones de diversa complejidad: Adecuación de pasajes en Manzana 20 y 29; Intervenciones menores en Pasaje Teresa Rodríguez y Pasaje Estela Carrizo; Obras mayores en Plaza Las Risas y Escuela N°11. Se priorizaron soluciones basadas en la naturaleza (SbN) como jardínes de lluvia, vegetación nativa, estructuras de sombra y superficies permeables. Todas las intervenciones fueron co-diseñadas con la
comunidad, validadas y ejecutadas por cooperativas barriales. Además, se implementaron iniciativas de sensibilización, monitoreo y capacitación, como huertas urbanas, un circuito ambiental y un sistema de monitoreo de temperatura.
El sistema de monitoreo, el primero en su tipo en Barrio 20, mide temperatura y humedad para visibilizar desigualdades urbanas y mejorar la planificación climática. Gestionado por el LU, el gobierno local y promotores ambientales comunitarios, utiliza 10 sensores ubicados en puntos estratégicos, cuyos datos se analizan y comparan con registros del Servicio Meteorológico Nacional.
El impacto del proyecto es tangible. Más del 70% de los hogares beneficiados reportaron mejoras en calidad de vida, sombra y temperatura. Las intervenciones fortalecieron vínculos comunitarios, generaron empleo y promovieron la ciencia ciudadana. TUC demostró que la acción climática puede integrarse a la reurbanización, beneficiando a todos y sentando un precedente para replicar en otras ciudades de la región.
EL BOSQUE REVELA LO QUE LA CIUDAD OCULTA
SOFÍA BAUZÁ, CONOCIDA EN EL MUNDO DE LAS REDES COMO RUBIA MALA, TOMÓ UNA DECISIÓN: IRSE A VIVIR AL BOSQUE. LA IDEA SE GESTÓ EN 2019, CON ALGUNAS PRUEBAS Y DURANTE LA PANDEMIA YA FUE TOMANDO SU FORMA DEFINITIVA EN EL COLORADO, CANELONES.
Vivir en el bosque no es el retiro bucólico de Instagram. No es una serie de amaneceres perfectos ni canastas con frutas recolectadas durante la "golden hour". Es, en cambio, un despojamiento brutal. El bosque no solo me quitó las comodidades y las rutinas de la ciudad; sino que eliminó las excusas, las distracciones y esa falsa sensación de seguridad que todos abrazamos como si fuera un derecho humano.
Cuando llegué, sentí que estaba entrando en un territorio ajeno. ¿Qué podía ofrecerle yo al bosque? Nada. El bosque no necesitaba mis seguidores, ni mi agenda, ni mi colección de más de 100 pares de zapatos. Entonces, ¿qué hacía yo acá, sin todo lo que supuestamente definía mi identidad? Esa pregunta fue el punto de partida para una transformación que nunca imaginé. Los primeros meses fueron un idilio romántico. Todo me maravillaba, hasta lo más pequeño. Aprendí que la madera húmeda no enciende, que el viento es más fuerte de lo que parece, y que la soledad, cuando es elegida, es un lujo. No se trataba de domarlo ni
de escapar. Solo de habitarlo. Sin exigencias. Sin concesiones.
Vivir acá me cambió la forma de ver la vida. Antes, la realidad era un calendario de tareas. Pagar cuentas. Obligaciones. Pantallas. Ahora, la realidad es el clima. Las estaciones. La luz que entra por la ventana. Es saber que si quiero tener una huerta, debo trabajar duro; si quiero calor, tengo cortar y traer leña a casa. Cada día es una elección entre comodidad y esfuerzo, y en ese esfuerzo encuentro un sentimiento de satisfacción y orgullo. Lo que más me sorprende es cómo el bosque ordena la mente. En la ciudad, todo parece urgente, pero acá todo tiene su tiempo. Aprendí a observar, a esperar, a aceptar que no siempre tengo el control. Y en ese soltar, encontré una libertad inesperada. No hay nada que se pueda hacer, la naturaleza manda.
No digo que vivir en el bosque sea la respuesta para todos, pero sí creo que podemos aprender de él. Nos hemos alejado tanto de la naturaleza que olvidamos que dependemos de ella. Creemos que domina-
Por Sofía Bauzá (rubiamala_)
mos el mundo, cuando en realidad, somos un animalito más que habita el planeta. El bosque se convierte en un ancla, en un recordatorio constante de nuestra ubicación en el mundo. Es como si nos dijera: “Estás acá, pero el mundo es mucho más grande”. En la ciudad, esa conexión con la inmensidad se pierde, y con ella, perdemos también un poco de nuestra humanidad. Para mí, el bosque es un maestro silencioso,
que cada día me enseña algo nuevo. No importa cuánto tiempo pase mirándolo, nunca se agota, nunca pierde su capacidad de inspirar. No sucede de una forma evidente, sino más bien sutil, es la gota que cava la piedra, y rompe la cabeza.
Vivir en la naturaleza me mostró que somos los únicos lo suficientemente arrogantes como para creer que podemos vivir desconectados de lo que nos creó.
Cambio climático y tributación en América Latina
Por Edgardo Héctor Ferré Olive, Rector del Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Americanas (IEFPA).
FRENTE A LA CRISIS CLIMÁTICA,
LOS MECANISMOS TRIBUTARIOS
SE PERFILAN COMO
HERRAMIENTAS CLAVE PARA
REDUCIR LAS EMISIONES Y FOMENTAR UNA ECONOMÍA MÁS
SOSTENIBLE. DESDE IMPUESTOS
AL CARBONO HASTA PERMISOS DE EMISIÓN, DISTINTAS ESTRATEGIAS
BUSCAN INCENTIVAR LA ADOPCIÓN DE TECNOLOGÍAS
LIMPIAS Y EL CUMPLIMIENTO DE COMPROMISOS GLOBALES
En la actualidad, el entorno global se enfrenta a desafíos ambientales y económicos sin precedentes, y por ello existe una preocupación por los efectos del calentamiento global y la contaminación ambiental, que se exterioriza con distintas formas de contaminación atmosférica e hidráulica, deforestación, destrucción de ecosistemas, etc.
Se le asigna suma importancia a las reformas tributarias, y en la actualidad se han comenzado a generar herramientas que incentiven la consideración del problema ambiental desde el punto de vista tributario.
A efectos de introducirnos en el tema del tratamiento del Cambio Climático y la tributación, debemos considerar aspectos relacionados con los mecanismos administrativos y el uso de instrumentos basados en el mercado. Los mecanismos administrativos implican la identificación de causas y aplicación de sanciones, que pueden llegar a la clausura. Se los critica pues con estos mecanismos se disminuye o elimina la actividad económica pudiendo solucionarse el tema de la contaminación pero no con una solución racional. Los instrumentos económicos se basan en el mercado y constituyen herramientas políticas que afectan el comportamiento de los agentes económicos para satisfacer los objetivos de política ambiental o modificar ciertos comportamientos mediante avisos en el mercado, en vez de realizarlo a través de normas sobre el control del nivel o forma de la contaminación. Dentro de estos
instrumentos se encuentran los permisos de emisión y el impuesto al carbón.
Los permisos de emisión de gases de efecto invernadero consisten en fijar un estándar máximo de emisiones permitidas, por cuyo volumen se emiten títulos negociables, y que con la tenencia de estos títulos se autoriza la emisión de la cantidad correspondiente de gases de efecto invernadero.
Los impuestos al carbón fijan un precio a las emisiones de gases de efecto invernadero, y lograr con ello que la economía en general invierta en tecnologías limpias.
Desde el punto de vista práctico, una forma de introducir el “carbon tax” será aplicando un impuesto a los combustibles fósiles en forma proporcional al contenido del carbono en dichos combustibles.
En nuestra América Latina los países que aplican el impuesto al carbón son: Argentina, Chile, Colombia, México y Uruguay. Con relación a los permisos de emisión, en Chile se ha avanzado en este tema, mientras que en el resto de los países se están desarrollando estudios y normas para aplicar los mismos. Por ello, la importancia de definir a nivel global y local cómo se aplicarán estos mecanismos e instrumentos, para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 2030 Naciones Unidas), el Programa “Fit for 55” (Unión Europea, disminución de un 55% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero para el 2030) y la Descarbonización de las Economías (para el 2050, propuesta del Acuerdo de París).
Construyendo un liderazgo empresarial inclusivo y sostenible
Por Anabela Aldaz
ALCANZAR MODELOS DE LIDERAZGO MÁS INCLUSIVOS, DONDE LA IGUALDAD DE GÉNERO DESEMPEÑE UN PAPEL CENTRAL, YA NO ES SÓLO UNA OPCIÓN MÁS. ES UN DEBER SER.
La sostenibilidad ya no es solo una opción para las empresas, es una responsabilidad. En este contexto, el liderazgo empresarial está evolucionando para responder a desafíos globales como el cambio climático, las desigualdades sociales y las demandas de
transparencia. Sin embargo, alcanzar estas metas requiere modelos de liderazgo más inclusivos, donde la igualdad de género desempeñe un papel central.
Las empresas tienen el poder y la responsabilidad de liderar la transformación hacia una sociedad más equitativa y sostenible. Esto comienza con reconocer que la diversidad en los equipos de liderazgo no es solo una cuestión de justicia, sino también de rendimiento. Estudios demuestran que las empresas con mayor representación femenina en sus altos mandos son más
innovadoras, productivas y resilientes. La inclusión de mujeres en roles estratégicos aporta perspectivas diferentes que enriquecen la toma de decisiones y fomentan soluciones creativas a problemas complejos. El liderazgo inclusivo también tiene un impacto directo en los objetivos ambientales. Las líderes mujeres tienden a priorizar iniciativas sostenibles y a integrar principios de responsabilidad ambiental en las estrategias empresariales. Ya sea en la adopción de prácticas de economía circular, en la reducción de la huella de carbono o en la implementación de tecnologías limpias, las mujeres están liderando un cambio significativo hacia modelos de negocio que benefician tanto a las comunidades como al planeta. No obstante, las barreras persisten. Las mujeres todavía enfrentan desafíos estructurales para acceder a posiciones de liderazgo, especialmente en sectores tradicionalmente dominados por hombres, como la tecnología, la energía y la manufactura. La falta de políticas empresariales que promuevan la igualdad de género, como la equidad salarial, la corresponsabilidad en las tareas de cuidado y el acceso a capacitación, limita su participación y perpetúa las brechas.
Para que el sector privado cumpla su papel en la agenda de sostenibilidad, es fundamental adoptar un enfoque integral. Esto implica:implementar políticas de igualdad de género en todos los niveles de la organización; promover programas de mentoría y capacitación para mujeres, especialmente en sectores emergentes y estratégicos; crear métricas que midan el impacto social y ambiental de sus operaciones, asegurándose de que la igualdad de género sea parte de estos indicadores; generar alianzas estratégicas con gobiernos y organizaciones internacionales para escalar el impacto.
El liderazgo inclusivo no solo beneficia a las empresas, sino que tiene un efecto multiplicador en las comunidades y en el desarrollo económico. En 2025, las empresas que lideren con propósito y valoren la diversidad serán las que definan un nuevo estándar para el éxito: uno en el que los beneficios económicos vayan de la mano con el progreso social y ambiental.
La sostenibilidad y la igualdad de género no son objetivos aislados. Al integrarlos, las empresas no solo contribuyen a un futuro más equitativo, sino que también aseguran su relevancia en un mundo que demanda cambio.
Economía en transición: desafíos y urgencias hacia el 2025
Por Matías Kelly
El mundo enfrenta una transición crítica hacia modelos económicos que integren impacto social y ambiental como eje central. A medida que el reloj avanza, el 2025 emerge como un punto de inflexión clave para acelerar estos cambios y evitar daños irreversibles al planeta y a nuestras sociedades. La pregunta que surge es: ¿estamos listos para enfrentar los desafíos que esto implica? A continuación, los principales desafíos de la economía en transición.
Incluir a los excluidos
Uno de los grandes desafíos es crear un sistema económico que incorpore a quienes hoy están fuera de él. Esto significa garantizar oportunidades para sectores vulnerables a través de estrategias como la inclusión financiera, la creación de empleos dignos y la promoción de cooperativas. Modelos como el microcrédito o plataformas de economía colaborativa ya han mostrado su potencial, pero es necesario escalar estas soluciones.
Diseñar productos y servicios con impacto social y ambiental
La innovación debe alinearse con las problemáticas globales. Empresas y emprendedores tienen la oportunidad de desarrollar soluciones que no solo generen ingresos, sino que también transformen realidades. Desde bioplásticos que reducen la contaminación hasta energías renovables que empoderan comunidades rurales, la economía de impacto abre un camino hacia un futuro más sostenible.
Generar vehículos financieros innovadores
El financiamiento es clave para catalizar la transición. Los bonos verdes, sociales y sostenibles son un ejemplo de cómo el mercado financiero puede alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, también es fundamental democratizar el acceso a estas herramientas para que personas e instituciones de todos los tamaños puedan participar.
Acelerar la transición a la economía de triple impacto
El concepto de triple impacto –económico, social y ambiental– está ganando tracción,
pero pasar de la teoría a la práctica sigue siendo un desafío. Para acelerar este cambio, las empresas deben incorporar la sostenibilidad en el corazón de su estrategia, y no como un simple accesorio. Además, la colaboración entre sectores –público, privado y sociedad civil– será fundamental para crear soluciones integrales y de largo plazo.
Elevar el sentido de urgencia
El tiempo apremia. Estudios recientes advierten que los próximos dos años son críticos para evitar un colapso ambiental irreversible. Pero la urgencia no es solo ambiental: también está en la necesidad de cerrar brechas sociales y crear economías inclusivas. Cada persona, empresa y gobierno tiene un rol que jugar en este proceso. Consumir conscientemente, invertir con propósito y exigir responsabilidad empresarial son acciones concretas que todos podemos tomar.
La transición hacia una economía de impacto no es una opción, es una necesidad. Los desafíos son inmensos, pero también lo son las oportunidades. El futuro sostenible que deseamos depende de las decisiones que tomemos hoy. Desde el consumo responsable hasta el diseño de vehículos financieros innovadores, todos tenemos la capacidad de ser agentes de cambio. El momento de actuar es ahora: no podemos darnos el lujo de esperar.
“LAS MANOS ILUMINADAS POR EL FUEGO“
En una de nuestras charlas sobre la relación del paisaje y el cuerpo humano en el proceso de creación, el artista y cineasta uruguayo, Andrés Boero Madrid (Dolores, Uruguay, 1983), me contó que un día, en el campo, le apareció una imagen de dos manos añejas en frente de un fuego. “Entendí que eran las manos de mi bisabuelo”. Esa imagen venía con un mensaje: cada vez que el artista prenda un fuego en el campo, algo que suele hacer a modo de ritual antes de comenzar un proceso artístico, su bisabuelo está presente, lo está acompañando. Andrés creció en Villa Soriano, al borde del Río Negro y su desembocadura en el Río Uruguay. Su bisabuelo era leñador, y las siguientes generaciones continuaron habitando ese paisaje donde los dos ríos más grandes de Uruguay se unen y fluyen juntos hacia el Río de la Plata. En sus recorridos fluviales, las aguas van depositando huellas de vidas pasadas, recordando a los caminantes atentos, que hace más de mil años atrás, pueblos originarios creaban jarrones y vajillas de cerámica para producir y consumir sus alimentos.
Por Verónica Cordeiro
Caminar por la costa del río es parte intrínseca de un modo de vida sorianense, una costumbre ancestral y parte integral de su niñez, resignificada como un ritual consciente en su vida adulta. Hace un año el artista se mudó con su familia a Río de Janeiro, Brasil. ¿Cómo vivir el desarraigo? Cuerpo, paisaje, sentimientos, olores, imaginario - las caminatas por los ríos del extremo oeste uruguayo encontraban formas de manifestación poética a través de la conexión y sensibilidad artística de Andrés. ¿Es posible trasladar la experiencia horizontal, dilatada en el tiempo y el espacio, hacia la verticalidad asombrosa de la selva tropical? En el denso entramado selvático, ¿se harán ver las manos iluminadas por el fuego? ¿O es el territorio específico, guardián de sus almas pasadas? Andrés Boero Madrid es graduado como Director de Fotografía de la Escuela Internacional de Cine y Tv de San Antonio de los Baños, Cuba. Lleva adelante un proyecto de residencia –Vatelón– para artistas e investigadores en el pequeño pueblo de Villa Soriano, promoviendo la descentralización de la producción artística contemporánea.
Un colectivo consciente
Por María Sofía Muratore
ANTE LAS EMERGENCIAS, LA COMUNIDAD TAMBIÉN HACE POLÍTICA RESPONDIENDO.
A finales del mes de enero, se celebró el Foro Económico Mundial de Davos 2025, en el que el cambio climático fue, una vez más, tema de agenda. El 2024 se registró como el año más caluroso de la historia, lo que llevó a consecuencias climáticas extremas: incendios forestales, huracanes, lluvias devastadoras, que tuvieron impactos negativos en comunidades, destrozaron biomas y faunas, y afectaron economías emergentes. Se estima que el calor extremo se tangibiliza en 489.000 muertes anuales, lo que puede conllevar a pérdidas económicas de hasta 2,4 billones de dólares en productividad anual y 445.000 millones de dólares en activos fijos para las empresas que cotizan en bolsa de aquí a 2035. Por otro lado, el Informe de Riesgos Globales 2025, expuesto en Davos, destacó que los eventos meteorológicos se posicionan como el segundo riesgo más grave a corto plazo, y el principal a largo plazo, reflejando la creciente preocupación por su impacto en la estabilidad global. A su vez, señala que el colapso de los ecosistemas se encuentra entre los principales riesgos de larga proyección, reivindicando la necesidad de una acción colectiva. Es que estos riesgos no solo amenazan la estabilidad ecológica, sino que también tienen implicaciones económicas y sociales significativas, profundizando las desigualdades, y poniendo en peligro la seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de personas.
Ante el panorama desalentador, se escucharon fuertes críticas del secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, a las instituciones financieras que han decidido abandonar sus compromisos climáticos; y en segunda instancia, aquellas organizaciones que en mayor o menor instancia, siguen demostrando dependencia de los combustibles fósiles.
En segundo lugar, el cambio de gobierno en Estados Unidos, la reelección de Donald Trump, y sus intenciones de retirar a EE.UU. del Acuerdo de París, simbolizó un nuevo debate sobre dónde las instituciones públicas y privadas, deben establecer sus esfuerzos, dejando de lado la diversidad de posturas. En correlación, se habló de que la COP30, que se celebrará en Brasil, tiene la
Isidro Blanco
Coordinador de Incidencia Política de Consciente Colectivo
necesidad de que la comunidad internacional, y los distintos sectores trabajen urgente para establecer compromisos más ambiciosos para mitigar el cambio climático, siendo capaces de consensuar, a pesar de las diferencias, para evitar consecuencias irreversibles en el planeta, y garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.
La ciudadanía como parte de la solución Ya estamos entrados en 2025 y los diversos acontecimientos del año pasado (y el actual, con lo que acontece en la Patagonia Argentina y los incendios forestales desatados, aún ocurriendo al cierre de esta edición) ha dejado en evidencia la resiliencia y solidaridad de la sociedad para responder ante catástrofes ambientales.
En noviembre de 2024, el huracán Rafael impactó el Caribe, provocando inundaciones y deslizamientos de tierra en países como Panamá, Costa Rica y Jamaica. En Panamá, más de 3.000 personas resultaron damnificadas, en Costa Rica se registraron altas crecidas de los ríos; en Jamaica hubo que aislar poblaciones rurales. Si bien la comunidad internacional contribuyó de forma veloz, y con ayuda humanitaria y equipos de rescate, la misma población fue esencial para responder a los incidentes.
En paralelo, del otro lado del océano, al mismo momento, la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) revolucionó radicalmente a la comunidad valenciana en España, generando inundaciones devastadoras que resultaron en la pérdida de más de 200 vidas y daños significativos en infraestructuras, patrimonio cultural y, en definitiva, en los modos de vivir, ante una paralización absoluta de la vida cotidiana y “normal” de la sociedad. La acción de los vecinos fue la solución para actuar de forma rápida. Personas de toda España viajaron para limpiar casas, calles, y resolver lo urgente, donde entidades públicas aún no llegaban. La comunidad se movilizó para establecer diversas campañas de donaciones, que poco a poco iban respondiendo a las necesidades. Pero, ¿por qué es necesario que la sociedad civil se involucre? ¿No alcanza con que se encargue el Estado? Isidro Blanco, Coordinador de Incidencia Política de Consciente Colectivo, organización que surge en la pandemia para luchar por la justicia social, explica que estamos en una transición hacia revalorizar lo importante: “Estamos integrados a la naturaleza en el sentido más común de la vida. Los alimentos que comemos provienen de la naturaleza, provienen de la tierra, el agua que necesitamos, que es
Tobías Merlo Director y fundador de Reforestarg
vital para la vida; necesitamos que esté en buen estado y que no esté contaminada. El aire que respiramos, el oxígeno que hay en el ambiente, depende de la fotosíntesis que hacen las plantas, y también de la dinámica de los océanos.. ¿Qué quiero decir con esto? Si destruimos todas esas condiciones, estamos destruyendo nuestras propias condiciones de vida. Por eso, es esencial entender que debemos cuidar y proteger de la naturaleza”. Al mismo tiempo, se auto refuta señalando, que si bien estamos trabajando hacia un cambio de mirada, también nos falta empatía, y nuestras acciones hacen que “de alguna manera nos estemos matando entre nosotros mismos”.
Tobías Merlo, Director y fundador de Reforestarg, tiene su mirada al respecto y le adjudica al ser humano el rol de “administrador del planeta”: la ciudadanía es un protagonista.
“Está el discurso de que si la humanidad no estuviese, ¿qué pasaría? Bueno, que la naturaleza se regenera. Pero el ser humano está y va a seguir estando. Entonces, la corriente de que no tiene que estar, o de que es lo peor que le pasó al planeta, es totalmente ciego, que no entiende de la evolución de la especie en conjunto con el planeta”.
Somos lo que hacemos
A comienzos de año, un devastador terremoto de magnitud 6,8 sacudió la región del Tíbet en China, resultando en al menos 126 fallecidos, 188 heridos y más de 30.000 evacuados. En paralelo, California, Estados Unidos, sufrió uno de los mayores incendios forestales, afectando a una sociedad entera… Pero, ¿quién fue esencial para ayudar a los damnificados del terremoto, o combatir las llamas en la costa oeste de Estados Unidos?
La comunidad de ambos lugares. De hecho, estamos siendo testigos de ello ante la situación de los incendios forestales que aún permanecen encendidos en varias zonas de la Patagonia Argentina, habiendo ya arrasado más de 48.000 hectáreas. Ante un contexto de desmantelamiento del aparato estatal para la prevención y manejo del fuego, la sociedad respondió en forma de brigadas autogestivas, organización de vecinos voluntarios
para proveer de alimentos, ropa y calzado para los brigadistas, elementos de higiene, agua, alimentos, medicamentos, entre otros. “Cuando ya se creó la emergencia, los que pueden hacer son los profesionales. Podemos acompañar las organizaciones, recaudar fondos para apoyar a quienes están frente al fuego combatiendo. Pero la realidad es que el gran trabajo es antes de la emergencia climática y es transformar”, señala Tobías. El mundo está integrado por instituciones que son lideradas, y promovidas por personas, entonces, los mismos ciudadanos somos contribuyentes a muchas de las consecuencias ambientales negativas. Lucila Rodríguez-Alarcón , Directora de Por Causa, organización sin fines de lucro que trabaja en temas de justicia social, derechos humanos y ayuda humanitaria, explica: “Existir es un acto político. Cada cosa que hacemos en la vida constituye un acto político. La política es aquello que ayuda a construir el espacio, el orden social en donde nos encontramos. Todo lo que se hace, o se deja de hacer, configura el espacio, el marco social en donde nos movemos”.
Es verdad, explica Isidro, que las comunidades suelen tener un rol de activistas, y exigir a los gobiernos, pero esa solicitud se suele realizar cuando el daño está hecho. “Muchas
veces el pedido es una acción urgente. Se solicita una acción que esté a la altura de las circunstancias, no parches, sino soluciones profundas que ataquen directamente a la raíz del problema a través de un abordaje sistémico de la situación”.
Cambiar narrativas para la acción
Para lograr que la sociedad sea un agente de cambio, que se adelante a los hechos, es necesario revisar los mecanismos y percepción de la información. Lucila explica que para Por causa, fue esencial comprender el consumo, y cambiar el foco. “El punto vital ha sido entender que las personas tienen una capacidad limitada de absorber problemas. Las personas están decidiendo dejar de consumir información por la sobrecarga. Por eso, es importante aprender a contar las historias de otra forma, para que las personas puedan acercarse a estas temáticas. De modo que nosotros, lo que hemos hecho, es cambiar los enfoques y cambiar los relatos”.
Luego, agrega que consumir información y difundirla es una forma muy potente de luchar contra la impunidad. “El saber lo que sucede y ser capaz de tener una visión crítica es el principio, y en segundo lugar responsabilizarse”. La narrativa debiese ayudar para demostrarle al individuo que debe involucrarse para cambiar las cosas, actuar antes de que el daño esté hecho. Sino, se cae
Lucila Rodríguez-Alarcón
Directora de Por Causa
siempre en exigir: al Estado, a las empresas, etc. Tobías concluye: “Pero no es holístico, no es una resolución completa. Sí lo es tener una expansión de conciencia y asumir como humanidad que somos nosotros, las personas comunes, los que podemos resolver o podemos causar males en el planeta. Los gobiernos y las empresas son humanos, entonces es a la humanidad a la que le falta todavía evolucionar un poco más para dejar de hacer mal. Pero ese es el camino difícil y en general es el que más cuesta elegir”.
Recompensar el reciclaje en una economía circular
Por Marianela González
EL PLÁSTICO ES UNO DE LOS CONTAMINANTES MÁS PERSISTENTES EN EL PLANETA, Y SU GESTIÓN INEFICIENTE AGRAVA EL PROBLEMA. JUAN RIVERO, SURFISTA CON ESTUDIOS EN DISEÑO INDUSTRIAL, DECIDIÓ ABORDARLO CON PLASTICOIN, UN SISTEMA QUE INCENTIVA EL RECICLAJE OTORGANDO MONEDAS DIGITALES A CAMBIO DE PLÁSTICO RECUPERADO.
Vi cómo la contaminación aumentaba cada año. "El plástico es reciclable si se gestiona correctamente, pero si se deja en la playa, pierde su capacidad de reutilización. También notamos la falta de incentivos para reciclar en Uruguay, contrario a otros países", explica Juan, fundador de Plasticoin. La economía lineal, basada en producir, consumir y desechar, está obsoleta. "El cambio hacia la economía circular es esencial para evitar la degradación ambiental y garantizar la sustentabilidad a largo plazo."
Plasticoin opera en Maldonado y Montevideo con puntos de acopio donde los ciudadanos pueden entregar plástico. A cambio, reciben 100 Plasticoin por kilo, canjeables en una red de 200 empresas que ofrecen descuentos y beneficios en productos y servicios. "El sistema es sencillo y accesible. Cualquier persona puede registrarse, llevar sus plásticos y recibir su recompensa en minutos". Sin embargo, cambiar los hábitos de las personas en sus casas sigue siendo un desafío. "Nos pusieron el plástico en las manos diciéndonos que era descartable. Ahora necesitamos aumentar los puntos de canje porque tenemos mucha más gente dispuesta a reciclar con nosotros que infraestructura para atenderlos. Estamos trabajando para expandir y automatizar ese proceso con máquinas."
El valor del plástico
No todo el plástico se recicla. "Se necesita una infraestructura capaz de recibirlo y transformarlo en nuevos productos. En Uruguay, muchas empresas solo acopian y exportan materiales". El greenwashing también es un obstáculo: "Algunas marcas incentivan el reciclaje de materiales que, en la práctica, terminan en vertederos porque no hay empresas dispuestas a procesarlos". Por eso, el plástico separado y limpio tiene un valor mucho mayor en el mercado del reciclaje. "Las
cooperativas y recicladores que entregan materiales bien clasificados obtienen mejores precios, lo que a su vez fomenta la economía circular y el trabajo digno en el sector". Más allá de la gestión de residuos, el problema del plástico requiere un cambio cultural. "Queremos que la gente comprenda que el problema del plástico no termina cuando lo tiramos en un contenedor. Cada envase tiene un destino, y es nuestra responsabilidad asegurarnos de que ese destino no sea un basural."
Ser emprendedor en temas ambientales
Para Juan, un emprendedor ambiental debe considerar tres aspectos clave: impacto, sostenibilidad económica y educación. "Primero, el impacto real del proyecto: no basta con que suene ecológico, debe generar un cambio medible en el ambiente. Segundo, la sostenibilidad financiera: un negocio ambiental tiene que ser rentable para ser escalable y durar en el tiempo. Tercero, la educación y conciencia social: el éxito de una
iniciativa ambiental depende en gran parte de que la gente entienda su valor y se sienta parte del cambio".
Uno de los mayores desafíos es el cambio de mentalidad. "Muchas personas y empresas aún ven la sustentabilidad como un costo extra en lugar de una inversión a largo plazo". También está la burocracia y la falta de incentivos para proyectos verdes, lo que puede dificultar su crecimiento. "Además, la competencia con modelos tradicionales más baratos y establecidos hace que innovar en este sector requiera un esfuerzo adicional."
El camino del emprendimiento sustentable es desafiante, pero también transformador. "Cambiar la mentalidad de las personas es difícil y muchas veces los intereses individuales pesan más que el beneficio colectivo. Pero también descubrí la importancia de la resiliencia. Estamos creando un mercado desde cero, y eso es un reto y un aprendizaje constante."
Para saber más: www.plasticoin.com.uy
CONSUMO RESPONSABLE E INTELIGENCIA ARTIFICIAL: ¿EN DÓNDE SE ENCUENTRAN?
Por Eloisa Ponce de León
La inteligencia artificial (IA) es una herramienta poderosa que puede ayudarnos en muchos aspectos, incluido el consumo consciente, acompañando prácticas de consumo más responsables y sostenibles. Son casi infinitas las posibilidades si enfocamos la IA hacia el consumo responsable: desde pedirle una receta para aprovechar las cáscaras que no usamos y reducir nuestros residuos domésticos, hasta realizar el seguimiento de la cadena de suministro de un producto; colaborando a la toma de decisiones más informadas.
Pero si bien la IA ofrece buenas oportunidades para promover el consumo responsable, todavía es necesario abordar algunas cuestiones para que sea una herramienta suficientemente confiable: “un marco regulatorio global centrado en la transparencia, la responsabilidad y la inclusión es clave para desbloquear los beneficios de la inteligencia artificial para todos”, de acuerdo a UNCTAD.* El organismo de Naciones Unidas para la protección de los consumidores, está alentando a una mayor concientización y a marcos regulatorios mundiales sólidos -incluida una nueva generación de políticas de protección de los consumidores- para garantizar que la IA beneficie a todos. Ya que: “incluso con hitos como la Ley de Inteligencia
Artificial aprobada por el Parlamento Europeo, los esfuerzos de gobernanza mundial para la tecnología de IA siguen siendo insuficientes”.
De acuerdo a Michelle Muschett (Directora de la Oficina Regional del PNUD** para América Latina y el Caribe) y Robert Opp (Jefe de Operaciones Digitales del PNUD), en un artículo sobre IA en América Latina: ”Para que la región pueda aprovechar los beneficios de la revolución de la IA de manera inclusiva, ética y sostenible, se requiere un compromiso deliberado e inmediato. (...) (i) Inversión en infraestructura digital, (ii) educación y mejora de las habilidades de la fuerza laboral, e (iii) Instituciones efectivas que permitan, regulen y construyan sistemas de IA éticos e inclusivos.”
El 15 de marzo de 2024, en un evento sobre la experiencia de los consumidores e IA, con motivo del Día Mundial de los Derechos del Consumidor, Rebeca Grynspan - Secretaria General de la UNCTAD, manifestó: "Al igual que las generaciones anteriores abordaron sus revoluciones tecnológicas, trabajemos sin descanso para garantizar que la revolución de la IA beneficie a todos los seres humanos".
*PNUD: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. *UNCTAD: sigla en inglés. Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.
Dar voz al océano
Por Fiona Wilton
¿QUIÉN ESCUCHA AL OCÉANO?
EN UNA DECISIÓN PIONERA, LA SCOTTISH ASSOCIATION FOR MARINE SCIENCE (SAMS) LE OTORGÓ UN ASIENTO EN SU JUNTA DIRECTIVA, RECONOCIÉNDOLO COMO UN ACTOR CLAVE EN LA GOBERNANZA AMBIENTAL.
La inspiración para incluir al "Océano" en la junta directiva de uno de los institutos de investigación marina más antiguos surgió, literalmente, del mar. Para Nick Owens, Director de SAMS (Scottish Association for Marine Science), esta idea radical emergió durante un baño matutino en las aguas frescas y cristalinas de la costa oeste de Escocia.
El Océano cubre casi el 75% de la superficie del planeta, regula el clima, produce oxígeno, sustenta la biodiversidad y sostiene los medios de vida de millones de personas. Sin embargo, las actividades humanas continúan alterando los ecosistemas marinos a un ritmo alarmante, tratando al Océano como una fuente de ‘recursos’ en lugar de un ente vital que merece protección.
La idea de otorgarle al Océano un asiento en la mesa de decisiones podría parecer simbólica, incluso un artilugio publicitario. ¿Acaso SAMS no tenía ya en cuenta los intereses del Océano? Pero para Nick Owens y sus colegas en la junta directiva, la decisión desafió suposiciones más profundas: incluso la gobernanza más bien intencionada y ambientalmente consciente sigue siendo inherentemente antropocéntrica.
La decisión audaz refleja un movimiento global, en crecimiento, que reconoce que la naturaleza merece una voz legal y moral. Ríos, montañas y ecosistemas están siendo reconocidos con personalidad jurídica, en Ecuador, Nueva Zelandia, la India, y recientemente la Laguna Francia, en Chaco, Argentina. En 2022, la empresa escocesa de productos de belleza Faith in Nature nombró a la Naturaleza como miembro de su junta directiva, mientras que la marca de ropa para actividades al aire libre Patagonia declaró que la Tierra sería su única accionista.
Sea Change Project en Sudáfrica insta a los responsables de la toma de decisiones a colocar el mundo natural en el centro de las discusiones económicas. Su nueva campaña plantea una pregunta fundamental: ¿Puede la humanidad prosperar sin cuidar los ecosistemas que la sostienen? “La Madre Naturaleza en la Junta Directiva”, un cortometraje presentado por Craig Foster (conocido por “Mi Maestro el Pulpo”) y la renombrada conservacionista Dra. Jane Goodall, refuerza este mensaje. La película corta nos recuerda que cada organismo, desde el plancton más pequeño hasta las ballenas más grandes, juega un papel crucial en el equilibrio de la vida en la Tierra.
“Descuidar la inversión en mí, la proveedora de su capital natural, es peligroso”, advierte la Madre Naturaleza el breve video. “No pueden seguir extrayendo de mí sin endeudarse—una deuda que amenaza toda la vida.” Si tan solo una perspectiva centrada en el Océano pudiera influir en decisiones como las pruebas sísmicas en las aguas de Uruguay y Argentina. Más que un gesto simbólico, dar voz al Océano y priorizar la salud marina sobre el beneficio financiero a corto plazo es un compromiso con las generaciones futuras. El Océano no es un recurso; el Océano es nuestra fuente de Vida.
Podrás ver el video en https://vimeo.com/1011936700
ÁREAS
UN ENCUENTRO CON LA INMENSIDAD
Por Juan Carlos Gambarotta
CONTINUACIÓN DEL RELATO QUE COMENZÓ EN LA EDICIÓN ANTERIOR, DEL CAPÍTULO 2 DEL LIBRO DE JUCA “DE MOCHILERO A GUARDAPARQUE”.
En el monte seguí compenetrándome con el difícil arte de formar parte de la naturaleza, lo que nunca se logra plenamente, pero era como yo quería encarar aquella acampada. No me refiero a que uno se sienta parte de ella, sino a alcanzar que los animales no alteren su comportamiento ante nuestra
presencia, lo que podría tomarse como que uno ha sido aceptado. El mero contacto con la naturaleza ya me quedaba chico, pues lo venía haciendo desde hacía tiempo. Comencé a ver guazubirás, esos pequeños y gráciles ciervos de monte tan tímidos. Tuve una pareja de ellos pastando tranquilamente
a quince metros y hasta pude sentarme lentamente sin que hicieran otra cosa que levantar la cabeza unos instantes. En mis desplazamientos por el monte, muchas veces me veía obligado a gatear por lo tupido de la vegetación, lo que tenía la ventaja de no hacer ruido, ya que aparte de dividir mi peso en los cuatro miembros, me permitía eludir ramitas para evitar partirlas. Así logré buenas aproximaciones a los animales que quería ver. En cuanto a compenetrarme con la vegetación decidí no usar el machete, así que simplemente no lo llevaba conmigo en mis incursiones, por lo que tenía que agacharme mucho y hacer desvíos para no cortar ramas o lianas. A menudo encontraba bandadas de papagayos Amazona comiendo en los árboles y siguiendo sus parloteos encontré varios naranjos dentro del bosque. Nunca comí tantas naranjas y no me hicieron mal, quizás porque el fuerte de mi dieta era el arroz. Tres días después de la tormenta recibí la visita del señor y los muchachos, quienes trabajaban como peones en una estancia de la zona. A partir de allí lo harían más o menos cada dos días. Largos cuchillos al cinto, faja de tela a la cintura, sombreros de ala ancha, su vestimenta gaucha estaba enriquecida con unos paños a rayas muy coloridos, que a guisa de polainas, protegían el pie y la pantorrilla y que sujetaban con tientos de cuero. Me llevaban comida, más que nada carne de oveja y varias veces Baypuí, una comida que consiste en trocitos de carne con harina y aceite y otra cremosa hecha con leche y harina. Una vez me llevaron la mitad de un armadillo asado y como lo devoré, en lo sucesivo me siguieron llevando medios armadillos y hasta uno entero, hasta que les pedí que no cazaran más para mí. De todos modos se ve que quisieron hacer una prueba y un día me llevaron un armadillo vivo, ofreciéndome un cuchillo e indicándome donde debía clavárselo. ¨Va a ver que junta las manitos como pidiendo perdón¨-dijeron.
-Pero les pedí que no cazaran más para mí, ¿recuerdan?
-Es suyo, haga lo que quiera con él.
-¿Seguros? Dije y lo solté de inmediato. El tatú salió dando saltos con gran rapidez mientras los muchachos me miraban asombrados.
Un día llegaron acompañados por un muchacho al que no había visto aún. No bien nos saludamos, el más conversador dijo: ¨Él es el maestro de la escuela más cercana. ¿Le muestra esa máquina que tiene para encontrar cosas?¨
-¿Qué máquina? Yo no tengo ninguna. Ellos me dijeron- intervino el joven maestro-, que usted tiene una máquina que sirve para encontrar algo que se le perdió, como un zapato que no encuentra. ¿Vio?
Pensé un poco y luego dije: Lo más parecido que tengo, en todo caso, sirve para ubicarme a mí mismo.
Se miraron como si yo fuera estúpido. Más que nada para salvar mi dignidad busqué la brújula y se las mostré.
-¡Esa máquina! Esa misma! – dijeron a coro mis amigos.
El maestro se desilusionó mucho al ver la casi inutilidad de aquella ¨máquina¨ una vez que les expliqué como se usaba. Después los invité a mirar con los binoculares. Dos de ellos no quisieron probar, pero uno de los peones demostró interés y se subió a un termitero que constituía una elevación de tierra de no más de treinta centímetros de alto, pretendiendo estar más cerca de un pájaro que quería ver en lo alto de un árbol. El maestro también probó y quedó claro que ambos se desilusionaron, porque no lograron dirigirlos bien a lo que se proponían ver y menos aún enfocarlos.
Pero lo que a más de uno de ellos fascinó fue el machete. No solamente elogiaron lo macizo, sino también la vaina de cuero que tenía. -Usted tuvo suerte-me dijo el conversador. Si en vez de haber llegado a la costa del estero por Capivarí, hubiera llegado por Tacuaral le hubieran provocado para tener un duelo a cuchillo. Y a eso no se puede negar porque igual lo atraviesan en frío. -Aunque capaz que al verlo con ese cuchillo y barbudo no se animaban- dijo otro de los muchachos.
"El relato es anterior a que la zona fuera declarada área protegida. Podés encontrar más en el libro de Juca "De mochilero a guardaparque".
Todo previsto para sostener la vida
Por Rodrigo Castells Daverede
CADA BIOMA ES UN TODO COMPLETO Y ABIERTO.
En continuidad con los últimos artículos compartiré una convicción que anima el caminar de muchos de los que buscamos la sostenibilidad de la vida: en cada bioma existen todos los recursos necesarios para sostener la vida que en ellos se desarrolla. Si bien este concepto emerge de la experiencia, frecuentemente no lo tenemos presente al momento de planificar y desarrollar nuestras actividades.
En los años que he compartido en biomas como el Parque Chaqueño o la Selva Amazónica, los pobladores locales han mostrado poseer un conocimiento profundo de los seres vivos que habitan su entorno. En el mismo, ellos encuentran su alimento y sus medicinas a partir de un sistema de conocimiento y prácticas culturales y espirituales. Suelen tener conciencia de un entorno abundante en el cual está todo lo necesario para sostener la vida.
Ciertamente, esta experiencia de la abundancia se deteriora en la medida que penetra en los territorios la cultura del consumo. La cultura occidental capitalista, se estructura entre otros paradigmas, en la experiencia de la escasez, de la necesidad, de la insatisfacción estructural y vital. La cultura de consumo, tiene como dinámica, generar necesidades nuevas que demandan a los sujetos una búsqueda constante de recursos y conocimientos que no se encuentran en su territorio, en su entorno o bioma. Poco a poco se deja de percibir al bioma o el territorio propio como rico y suficiente donde hay todo lo necesario para vivir. Como consecuencia de la dinámica anterior, acontece que se desechan u olvidan los propios sistemas de conocimiento y el valor de los recursos que se encuentran en el propio contexto vital o territorio (alimentos, medicinas, espiritualidad, prácticas culturales, etc).
No estamos hablando aquí de una experiencia mística, romántica o idealizada de los territorios y la interacción con la vida que los habita y con las necesidades que emergen para sostenerla. Los pobladores, insertos en un mundo que ofrece otras oportunidades, sin dudas deberán buscar fuera del propio territorio y bioma algunos alimentos, materiales y conocimientos para
“sostener y hacer crecer la vida” (recordar este elemento central de la espiritualidad de los Magüta o Tikuna).
Así como podemos afirmar que en cada bioma hay todo lo necesario para sostener la vida, también es cierto que los biomas se mantienen abiertos a las interacciones con otros biomas. El planeta es uno solo. Siendo cada bioma un organismo vivo en sí mismo, también lo es el planeta. Por ello, los biomas y quienes los habitamos, estamos en constante interacción. Si bien en nuestro entorno disponemos de lo necesario para sostener la vida, recibimos y entregamos aportes de aquellos otros con los que interactuamos. Entonces, uno de los aspectos que pervierte el destino que los seres vivos tenemos entre nosotros como comunidad de vida, no necesariamente es el hecho de que traigamos o trasvasemos elementos de unos biomas o culturas a otras, sino la dinámica interna que lo provoca: ¿experimento la existencia desde la escasez o desde la abundancia? ¿Desde la presencia y providencia trascendente o desde la falta y ausencia? No hay absolutos, pero en la proporción en que vivamos la respuesta a estas preguntas, se jugará en buena parte la esperanza, la paz y la sostenibilidad con que vivamos nuestro compromiso por la vida.
River
Dirección: Jennifer Peedom
Duración: 75 minutos
Año: 2021
Género: Documental
País de origen: Australia
Este impresionante documental recorre la profunda relación entre los ríos y la humanidad, revelando su papel esencial en la historia, la cultura y los ecosistemas del planeta. Con una narración poética de Willem Dafoe y una cinematografía deslumbrante, River explora cómo la intervención humana ha alterado estos cursos de agua vitales y qué consecuencias trae su degradación. A través de imágenes aéreas impactantes y una banda sonora envolvente, el film invita a reflexionar sobre nuestra responsabilidad en la preservación de estos tesoros naturales, subrayando la necesidad urgente de protegerlos para las generaciones futura
Recomiendan
Los pueblos indígenas no contactados son los más vulnerables del planeta.
Sabemos muy poco de ellos. Pero sí sabemos que hay más de 150 en todo el mundo.
Y sabemos que poblaciones enteras están siendo exterminadas por la violencia genocida que ejercen los foráneos que les arrebatan sus tierras y sus recursos, y por enfermedades como la gripe y el sarampión contra las cuales no tienen inmunidad.
Necesitamos tu apoyo para ayudarnos a combatir una de las crisis humanitarias más urgentes y trágicas de nuestro tiempo. www.survival.es
Corriendo por la libertad: Mi camino hacia la Maratón de Afganistán
Por Kate McKenzie
INSPIRADA POR LA LUCHA DE LAS MUJERES AFGANAS, LA AUTORA EMPRENDIÓ UN VIAJE QUE LA LLEVÓ A CORRER JUNTO A ELLAS Y A DOCUMENTAR SU HISTORIA EN THE SECRET MARATHON. DE ESA EXPERIENCIA NACIÓ THE SECRET 3K, UN MOVIMIENTO GLOBAL QUE INVITA A CORRER EN SOLIDARIDAD POR ESPACIOS SEGUROS E INCLUSIVOS.
La primera vez que me até los cordones para correr la Maratón de Afganistán, no tenía idea de cómo cambiaría mi vida profundamente. Correr siempre ha sido para mí una fuente de claridad, una manera de procesar mis pensamientos, superar mis límites y encontrar libertad en el movimiento. Pero en 2016, aprendí que, para algunas personas, correr no era solo un logro personal; era un acto de valentía, una rebelión silenciosa contra la opresión. Me conmovió la historia de las mujeres en Afganistán que, a pesar de los riesgos, estaban decididas a correr. Para ellas, correr no era simplemente hacer ejercicio, sino una declaración de su derecho a ocupar espacios públicos, reclamar su libertad y soñar más allá de los límites impuestos. Inspirada por su valentía, supe que tenía que estar allí: para ser testigo de su fortaleza, correr junto a ellas y compartir su historia con el mundo. Ese viaje me llevó a co-crear The Secret Marathon (La Maratón Secreta), un documental que captura la resiliencia de estas mujeres y el poder del deporte para impulsar el cambio social. Filmar en Afganistán fue un desafío. La seguridad era una preocupación constante y debíamos ser discretos con nuestras intenciones. Pero los riesgos que enfrentamos no se comparaban con los que las mujeres afganas enfrentaban cada día solo por perseguir algo que a menudo damos por sentado: el simple acto de correr.
A través de The Secret Marathon, quise transmitir un mensaje de esperanza y solidaridad. Correr se convirtió en una metáfora de la libertad que todos merecemos: el derecho a movernos, a soñar y a superar nuestros límites. La película no era solo sobre Afganistán, sino sobre cada mujer, en cualquier parte del mundo, que alguna vez ha sido silenciada con un “no puedes”, “no debes” o “no lo lograrás”.
En el proceso, aprendí que el coraje no solo significa enfrentar el peligro, sino presentarse, día tras día, a pesar de los obstáculos. Fui testigo del espíritu inquebrantable de las corredoras afganas y entendí que cuando nos unimos, el cambio es posible. Su historia me transformó, alimentó mi pasión por la equidad de género e inspiró la creación de The Secret 3K, un movimiento global que invita a correr en solidaridad por espacios seguros e inclusivos.
Mi viaje a Afganistán comenzó con un simple deseo de correr, pero me llevó a una comprensión más profunda de la resiliencia, la comunidad y el poder de contar historias. Si hay un mensaje que espero compartir, es este: el cambio comienza cuando damos el primer paso, cuando avanzamos un pie tras otro y nos negamos a ceder ante el miedo, sin importar lo difícil que parezca el camino.
Mira la película y descubre más en thesecretmarathon.com.
INCLUSIÓN
Ni vencidos/as ni vencedores/as
Por Andrés Cikato
EN UN MUNDO MARCADO
POR
LA
POLARIZACIÓN, LA INCLUSIÓN NO
PUEDE SER UN CAMPO DE BATALLA ENTRE GANADORES Y PERDEDORES. CONSTRUIR UNA SOCIEDAD EQUITATIVA REQUIERE DIÁLOGO, APERTURA Y UN ESFUERZO COLECTIVO QUE UNE EN LUGAR DE DIVIDIR.
PORQUE LA DIVERSIDAD NO ES UNA TRINCHERA, SINO UNA RIQUEZA QUE DEBEMOS SABER APROVECHAR.
El proceso de inclusión de una sociedad no debe ser entendido como una competencia entre grupos, ni como una lucha entre “vencidos/as” y “vencedores/as”: no es un terreno donde unos/as ganan y otros/as pierden. Se trata, al contrario, de un esfuerzo común por garantizar que todos y todas tengan la oportunidad de participar plenamente en la sociedad.
En un mundo cada vez más fragmentado, el camino hacia una inclusión sistémica, integral y efectiva debe ser, ante todo, un proceso que nos una, no que nos divida. Siendo la diversidad una riqueza invaluable, abordar los desafíos de la inclusión no debe convertirse en un enfrentamiento ideológico ni político. Cuando la diversidad se convierte en un campo de batalla de ideas polarizadas, pueriles y vetustas, se desperdicia energía, las soluciones se alejan y las oportunidades para construir una sociedad inclusiva desaparecen.
El deseo de vivir en una comunidad donde, sin importar nuestro origen, género, orientación sexual o discapacidad, tengamos las mismas oportunidades para desarrollarnos y prosperar, supone un acto de genuina y sana evolución individual, de lucidez,
claridad, de humana sabiduría y honda conexión con el otro, que, naciendo de la pureza, se transforma en el primer paso hacia una sociedad más inclusiva y equitativa, permitiéndonos salir del oscuro mar de ignorancia.
Los retos son enormes. Por ello, alejarse de lo pequeño, lo trivial y lo limitado y buscar la unidad es el único camino sano y honesto para derribar las barreras que nos dividen. Para eso, en lugar de abrazar la polarización que solo alimenta y fortalece aquello contra lo que luchamos, necesitamos fomentar un diálogo útil, constructivo y educado, que permita encontrar soluciones que beneficien a todos/as. La inclusión es un proceso continuo, no un objetivo estático, que requiere de nuestra capacidad de progresar sin caer en las “estafas” de la división y el enfrentamiento.
Por eso, el llamado es claro, con megáfono de alta fidelidad y penetrante resonancia: recorramos juntos/as una inclusión auténtica, en la que cada voz sea escuchada, cada diferencia sea respetada y, principalmente, donde el enfoque sea siempre el bien común, estando abiertos para aceptar y comprender las diferentes perspectivas sobre la vida.
Dije que sí...
Por Lucía Tornero
Porque creo en el poder de las historias para transformar realidades. Dije que sí porque estoy convencida de que cada persona, desde su lugar, puede hacer la diferencia. Dije que sí porque, aunque ya había sido editora antes, nunca de un espacio que resonara tan profundamente con mis valores.
Hace cinco años, le dije que sí a Victoria cuando me contó su idea de crear una revista que fuera mucho más que un medio de comunicación. ¿Qué sería SEA entonces? Una puerta de entrada a la sustentabilidad, un lugar de encuentro, una chispa de inspiración. En ese entonces, la sustentabilidad todavía parecía un horizonte lejano para muchos. Me gusta pensar que, en este tiempo, ayudamos a acercar a la gente a ese universo, y que SEA encontró su camino hasta las manos y los corazones de quienes ya se sentían agentes de cambio, y también de quienes, al leerla, descubrieron que podían serlo.
Por momentos parece que el tiempo voló; por momentos parece que fue hace un montón… pero lo que queda es inmenso. Hoy, en este cierre de ciclo, lo que más siento es gratitud.
Por las y los columnistas, quienes dieron vida a estas páginas con sus palabras e historias: su compromiso, talento y sensibilidad me conmovieron siempre. Al equipo: Guido, por siempre tender una mano y estar ahí; Pili, compañera (y amiga) incondicional: por la paciencia infinita ante los miles de cambios y llegar con lo justo al cierre. Tu creatividad y rapidez no dejan de asombrarme. A cada persona que colaboró con generosidad, especialmente a Vero Tchakirian y Sofía "Popi" Muratore, quien ahora toma el relevo con la hermosa tarea de seguir dándole forma a SEA.
Y sobre todo, gracias a Victoria. Por soñar con este proyecto y hacerlo realidad. Por
confiar en mí, por sostener, por caminar siempre con coherencia y convicción. Gracias, de todo corazón, por regalarme esta oportunidad.
No veo la hora de seguir descubriendo los nuevos caminos de SEA, esta vez desde el otro lado: como lectora, como seguidora, como alguien que seguirá encontrando inspiración en cada página. ¡Gracias!
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