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Cuando las vulnerabilidades vividas traen semillas
from Relatoría "2º Simposio Internacional sobre Juventudes. Aproximaciones a los mundos juveniles. Desafí
Rosane Castilho
Profesora de Psicología e investigadora en juventud, cultura y educación. Universidad Estatal de Goiás. Brasil
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Trato con jóvenes populares que trabajan 8 horas y estudian 3 y ½ después de trabajar. Reciben en su mayoría un salario mínimo. Estos jóvenes buscan una modificación en su vida, pero no encuentran estas posibilidades cuando se gradúan. Esto les genera frustración.
Nos demandan nuevos enfoques de educación y calificación profesional, conocimientos de informática avanzada y lenguas extrajeras.
La vulneración de sus derechos interviene directamente con sus perspectivas de futuro. Una joven me contó: «Yo quería estudiar Psicología, pero en la universidad pública cercana a mi casa solo hay Administración y Contaduría. Entonces elegí la segunda. No puedo pagar una universidad privada». Su proyecto de vida fue coaccionado por esas condiciones logísticas.
Necesitamos programas educativos que problematicen las creencias personales, familiares y sociales sobre el valor, la identidad y la pertenencia asociadas a las clases populares. Los jóvenes dicen: «A nosotros nos enseñan desde muy temprano que no somos nada, que apenas vamos caminando la vida como podemos». Entonces, ¿cómo trabajar la idea de identidad en los jóvenes populares para que no sean personas de segunda categoría?
Cito a María García Castro y a Miriam Abramovay para hablar acerca de posibles salidas a la situación descrita. Ella proponen problematizar el concepto de vulnerabilidad social, buscando deconstruir sentidos únicos, e identificar potencialidades para resistir y enfrentar situaciones socialmente negativas.
Una joven que me decía en el primer seminario que hicimos en Minas Gerais: «Profesora, yo no soporto hablar más con gente muerta. Porque la universidad solo conversa con gente muerta. ¿Dónde está la gente que está viva con nosotros?». La academia margina también otras maneras de pensar y generar nuevos saberes.
Eso necesitamos pensarlo, explorar cuando las vulnerabilidades vividas traen las semillas de un poder simbólico de subversión de este modelo adultocéntrico.