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REPORTAJE / Ana Patricia Botín

Quien conoce, ha saludado o hablado con Ana Botín O’Shea sabe de su cordialidad y cercanía en las distancias cortas, pero sobre todo de su sensibilidad hacia la Cultura aunada al Desarrollo. Dos conceptos que tanto la interesa desgranar cuando se entra en animada conversación con ella. Y es que Ana Botín se apoya en las ideas y principios, casi filosóficos, que su abuelo y predecesor desgranó en aquella Junta de Accionistas del primer centenario del Santander en mayo de 1957. Conceptos e Ideas dejada escritas por su abuelo Emilio Botín Sainz de Sautuola y López, presidente y Consejero delegado del Santander entonces, al que tantos afectos, consejos y emociones, le unía a la actual presidenta, entonces adolescente. Aquel discurso del abuelo ofrecido a la ya entonces amplia Junta de accionistas, tenía un gran contenido conceptual, tal como correspondía en aquella fecha tan señalada, del 4-5-1957, primer centenario del Santander.

Entre las manos de Ana Botín discurren proyectos, pasan diariamente inversiones millonarias, pero esto no altera su sonrisa, ni merma su capacidad de concentración y su coherencia entre lo que piensa y dice. Así como su ligazón encadenada, entre lo escrito y hablado, cuando preside un Consejo de Administración o se explica ante los múltiples accionista del

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Santander en las Juntas Generales. Para quienes no lo sepan, los lazos de Ana Botín con la Cultura, están enraizados en su tatarabuela María y su progenitor Marcelino Sainz de Sautuola (1831-1888). María Sanz de Sautuola de Escalante y Prieto, era hija de Concepción de Escalante, uno de los seis apellidos más antiguos de Cantabria. Con ocho años, acompañaba a su padre Marcelino en las expediciones arqueológicas de éste. Fue ella quien gritó emocionada a la luz de su farol que iluminaba, por vez primera en miles de años, los polícromos de Altamira: “¡Papá, aquí hay toros pintados!”, le dijo. María Sainz de Sautuola casó con Emilio Botín, madre del abuelo de Ana Botín O’Shea, aunó a su carácter abierto y emocionado, la tenacidad por el reconocimiento de lo descrito y escrito por su padre a las Academias de Prehistoria europeas, especialmente a la acreditada francesa. Ésta rechazó las teorías de su padre sobre la actual ‘Capilla Sixtina del Arte Cuaternario’. Es decir, las pinturas de la caverna de Altamira. Los polícromos que María gritó emocionadamente a su padre son, actualmente, los mejores de la Prehistoria de Europa, como reconoció tardíamente su negacionista, el francés Émile Cartailhac (†1921), profesor de la Sorbona y conservador del Museo de Prehistoria de Francia. En 1909, Cartailhac rectificó públicamente con un ‘Me culpa’, lo dicho acerca de su colega Marcelino. Aunque como dijimos en otra, el reconocimiento hacia el cántabro,

Entre las manos de Ana Botín discurren proyectos, pasan diariamente inversiones millonarias, pero esto no altera su sonrisa, ni merma su capacidad de concentración y su coherencia entre lo que piensa y dice.

se hizo a 21 años de su muerte en 1888, y pasados los 30 desde que María descubriese las pinturas en el entonces pequeño hueco de la caverna, luego excavado para que los centenares de miles de visitantes anuales viesen mejor los bisontes polícromos de Altamira. El hueco original no llegaba entonces a un metro entre el suelo y el techo, obligando al pintor de los polícromos a tumbarse, pues desde esa posición tenía a la vez, una visión general y particular del conjunto del techo parietal. Artista que había estudiado antes, los hundimientos y resaltes de la roca, para dar volumen a sus representaciones pictóricas sobre el panel lítico que le sirvió de lienzo. Dicha oquedad está a la izquierda de la entrada de la cueva. Algo que jamás olvidaremos por la emoción causada a quienes la visitamos en varias ocasiones, en la última mitad del siglo XX. En las visitas comprendimos y por ello nos sumamos a la expresión íntima y emocionada de Picasso, al contemplar las milenarias pinturas paleolíticas y exclamar ante sus anfitriones “Aquí está todo”. Marcelino Sanz de Sautuola, el antepasado de Ana Botín y defensor de la antigüedad de Altamira y su tesoro de polícromos prehistóricos, murió el 30 de marzo de 1881.

Marcelino Sanz de Sautuola, el antepasado de Ana Botín y defensor de la antigüedad de Altamira y su tesoro de polícromos prehistóricos, murió el 30 de marzo de 1881.

TATARANIETA DEL ESTUDIOSO DE ALTAMIRA La actual presidenta del Santander, por tanto, es tataranieta de Marcelino Sanz descubridor, junto a su hija María de Altamira, la gran gruta del Arte Cuaternario. Quizá por eso, Ana Botín supo recoger las esencias de sus ancestros: tenacidad y cierto orgullo hacia las virtudes y aptitudes de sus ancestros ante lo ignoto (hoy la innovación tecnológica aunada a lo artístico y cultural). Improntas de antepasados que supieron guardarlas en la casona de Puente San Miguel. A la entrada, traspasado el gran arco, se aprecia una isleta ajardinada con dos estatuas. En el anverso de la escultura que mira al arco de entrada el bisonte pétreo de Jesús Otero, que recibe a los visitantes. En el reverso del bloque de la dorada arenisca, mirando al interior del jardín y el palacio, el busto del descubridor con su hija María. La finca y los jardines con sus grandiosos árboles como los eucaliptos, remesados éstos por su tatarabuelo Marcelino Sanz, quien los introdujo en Cantabria y describió en un libro, las fases de adaptación y acondicionamiento del eucaliptus globulus, al suelo y alturas de nuestra región. Y ahí sigue el ejemplar centenario, en los jardines de Puente San Miguel. Por su parte el abuelo Emilio Botín, dentro del sombrero de copa tras el viaje de casados, trajo otros tres ejemplares como los obtenidos por su abuelo en el siglo XIX. Así nos lo reveló hace más de treinta años en una charla informal en la Universidad Internacional /UIMP. María, la niña que siempre acompañaba a su padre Marcelino Sainz de Sautuola en las excursiones que su progenitor hacía a diversos tramos del gran esófago galdosiano que oculta nuestra Cordillera Cantábrica y aún en los más añosos Picos de Europa y bisabuela de Ana Botín, falleció en 1946, una década antes que su hijo pronunciase el histórico discurso en el primer siglo de la fundación del Banco.

Pues bien, estamos seguros que Ana Botín –como su bisabuela María que gritó, confusa por la emoción, al ver los polícromos de Altamira después de 17.000 años de pintados– tampoco tiene miedo a

la hora de enfrentarse a los números de las Finanzas, las estadísticas y las gráficas sobre la Economía que cada jornada tiene que leer para marcar, como comandante de la nave, el rumbo de la singladura diaria que le permita vislumbrar el futuro de la institución. Y si es posible, junto a sus consejeros, aproar las dificultades y marcar la estela del segundo siglo del Banco para 2057. Pero sobre todo, que la nao del Santander, en una tierra que tantos capitanes, pilotos y marinos, algunos heroicos, ha dado a España y su Armada, sostenga el rumbo de la institución. Así lo ha expuesto su presidenta en varios artículos, en la Prensa nacional, donde ha llegado a pedir con la sensibilidad que la caracteriza, un nuevo Contrato Social y un mejor trato a los clientes [diario El País 20-10-2014 y 17-5-2020]. Equivalente a lo anterior, pero en Historia, nuestro J.L. Casado Soto (†2014) investigó, a veces contracorriente como el estudioso de Altamira, sobre las teorías imperantes, anglosajonas en su mayoría, y muchas de ellas plagadas de falsías obtenidas de la Leyenda Negra, pero ancladas en la Historia. Falsías que el director del Museo del

Cantábrico contrarrestó, ayudado por los Archivos españoles, trastornando así, la ironía inglesa sobre La Invencible por el más ajustado y justo de La Invencida. Término que España demostró en 1589, un año después de la batalla naval de Gravelinas en 1588. Armada enviada por el Rey prudente contra Inglaterra. Acción naval que supuso la pérdida de casi una decena de buques en la batalla y dos decenas de navíos de los 127 de la Armada, al ser embestidos los 24 últimos por el oleaje de barlovento, al fijar el duque de Medina Sidonia, el tornaviaje al oeste de Irlanda. Los mercaderes ingleses, por su parte, financiaron la Contra-armada mandada por Francisco Drake, con la que pretendían dar el golpe definitivo al Imperio Hispánico donde, desde 1580, “no se ponía el Sol”. Tal era la expresión de envidia y rencor de los luteranos y su secta anglicana, pues desde esa fecha, Portugal fue incorporado a España. El Santander, hoy entre los diez primeros de la UE-27, supo sortear las agitadas aguas de la crisis desatada en 2006 por la Banca USA, al tiempo que escalaba posiciones dentro de los grupos bancarios interna-

cionales hoy compite y se codea en esa escala, con el resto de poderosas firmas de la acaudalada Banca financiera mundial.

La constancia junto al tesón, de aquellos veteranos marinos montañeses, son cualidades que Ana Botín retiene mientras sujeta las cabillas del timón. Desde esa posición de maestre o piloto, ha sido capaz de aunar Cultura y Desarrollo para llevar a su ‘patria chica’ a pesar de los obstáculos que toda innovación lleva consigo. Como el proyecto de esa remodelación arquitectónica de las sedes par el Espacio Pereda y la nueva sede del Banco de Santander. Obra ésta última, sita en la calle del explorador no solo de Méjico, sino de parte del Suroeste y Oeste de la actual USA donde su apellido Cortés sigue resonando en el golfo de California y su península mejicana, tras ser vilipendiado en la Leyenda Negra. Ambas actuaciones arquitectónicas inducidas por Ana Botín O’Shea, suponen una inversión durante tres años, de € 85 millones y creará unos 2.000 puestos de trabajo directos a lo largo de los treinta y seis meses de obras.

DOS CONCEPTOS Y EJES: CULTURA Y DESARROLLO Cultura y Desarrollo son dos conceptos que para Ana Botín, casan y se adaptan hoy a las palabras de su querido abuelo Emilio Botín, en el histórico discurso del primer centenario del Santander, el 4-5-1957. En él y según su actual presidenta, su abuelo desgranó conceptos cuasi filosóficos, expuestos en aquella histórica declaración de principios en los que, a su juicio, debía basarse la entidad financiera que presidía. Palabras que, con contenida emoción, repitió su actual presidenta explicando cada uno de los conceptos. Así Cultura, la define como, “nuestras creencias y valores, que modelan nuestro comportamiento y por tanto explican la forma en que tomamos decisiones”. Partiendo de este primer principio, la presidenta del Santander lo expuso con emoción hacia

Cultura y Desarrollo son dos conceptos que para Ana Botín, casan y se adaptan hoy a las palabras de su querido abuelo Emilio Botín, en el histórico discurso del primer centenario del Santander, el 4-5-1957.

su abuelo, en la inauguración del Espacio Pereda. Respecto al término y concepto Desarrollo, parafraseando a su abuelo dijo que su objetivo: “es hacer posible que nuestras sociedades sean más estables y sus ciudadanos más felices” y añadió, “la relación entre Cultura y Desarrollo, no va por una calle de sentido único. Porque ambos términos, son razones de peso a la hora de explicarnos. Estamos convencidos de que el Santander no puede ignorar el mundo de la Cultura. En el Espacio Pereda buscamos aunar Cultura y Desarrollo, Arte y Tecnología. Será un lugar importante para la innovación y el encuentro. Un espacio abierto para Santander y Cantabria. Una forma de unir –a nuestra manera– Cultura y Banca. Y lo haremos siguiendo los principios fijados en los que el Santander seguirá contribuyendo en destacada medida a la prosperidad de ‘La Montaña’ y España; aunque somos un banco global, con intereses multinacionales, sí, pero conscientes de su impacto local”.

El acto de inauguración de las obras se hizo bajo el gran arco que une como los hologramas estampados en los billetes de los €uros europeos, un pasado de 164 años de actividad bancaria y financiera con el actual proyecto impulsado por la sensibilidad e impronta de Ana Botín. En el mismo acto, la presidenta desgranó los nuevos objetivos una vez acaben las dos obras. Entre ellos, la llegada de unas mil obras a colgar en el Espacio Pereda y que actualmente permanecen expuestas en la sede del Santander sita en la llamada Ciudad Financiera de Boadilla del Monte, Madrid. Los artistas de la gran Colección de Arte Botín, conforman una de las más preciadas de Europa y van desde Rembrandt a Picasso, siguiendo por Van Dyck, El Greco, Chillida, Sorolla y Miró. De entre los cuadros de Rembrandt, quizá se localice alguno del marchante trasmerano Miguel de Olivares o su padre, ambos de La Cavada, dedicados entre los siglos XVI y XVII, a la compra para los Habsburgo de las pinturas del holandés, que hoy expone el Museo del Prado.

La nieta de don Emilio, primogénito de los cuatro engendrados (Emilio, Marcelino, Elena y Concepción), por la tenaz María Sainz de Sautuola, expuso ante los asistentes el concepto de Desarrollo. En cierta manera, ése término que su bisabuela María vio frustrarse ante la memoria de su padre, sobrellevando agravios de la soberbia europea durante tres décadas. Académicos europeos quiénes en algún momento tildaron de fraude los hallazgos de los polícromos de Altamira y a su estudioso Marcelino. Los calificativos de los negacionistas europeos dicen que aceleraron el fallecimiento del padre de María. Ésta mujer tenaz, pretendía la expiación de la memoria de su progenitor por los contrarios y críticos a Marcelino. Muchos amparados ya entonces, por la Infalibilidad papal, dogma construido para refutar a los seguidores de Darwin. En el caso de don Marcelino, los académicos europeos dudaban que los polícromos de Altamira hubiesen sido pintados por sapiens del Magdaleniense. Hasta que en 1909, María ya con 38 años, pudo catar

Los artistas de la gran Colección de Arte Botín, conforman una de las más preciadas de Europa y van desde Rembrandt a Picasso, siguiendo por Van Dyck, El Greco, Chillida, Sorolla y Miró.

las mieles que al fin llegaron cuando el escéptico y humillado Cartailhac, reconoció los hallazgos y estudios sobre Altamira de su padre. Así es de perseverante esta familia cántabra ante lo considerado justo y sobre todo, razonable. Por eso, el concepto Desarrollo, fue desgranado por Ana Botín ante las escasas autoridades presentes en el acto inaugural, por el Covid-19. Para Ana Botín el Desarrollo es algo que afecta a la persona negativa o positivamente, según las circunstancias, pero que si es ayudada, casi siempre sale adelante y es feliz.

Ana Botín O’Shea posee un pelo negro-azabache y elegantes formas adaptables a cualquier circunstancia y lugar, que engarza a su gran sensibilidad para apreciar el Arte, sea el ibero de Picasso o de los renacentistas como Rembrandt. Pinturas del genial malagueño, logradas de bustos y esculturas ibéricas, de personajes pétreos que, rondando hoy los dos milenios y medio de antigüedad, tanto influyeron en las obras de Picasso, nuestro genial, más internacional y cotizado en las subastas mundiales. Esculturas que, siendo copiadas en dibujo a mano alzada por Picasso, fueron llevadas a sus cuadros como los espejos rotos donde minutos antes estaban reflejadas. Bustos y su correspondiente estatuaria ibera, fueron expuestas en el Centro Botín, el año 2021.

Ana Botín O´Shea tiene entre sus manos el proyecto bajo el gran arco que unió el histórico hotel Central, edificado en 1795, con la sede central del Santander. En dicho hotel se hospedaron los espías y militares de EE.UU. durante la guerra España-USA de 1898. Informantes secretos que, provenientes de la embajada USA en Alemania, figuraban como falsos diplomáticos agregados, uno de los cuales apareció muerto, flotando sobre las aguas del puerto gaditano. Hotel levantado sobre el suelo del primer Ensanche de España y posiblemente de Europa. Ello fue debido a que en el siglo XIX, Santander era el puerto exportador de las harinas de Castilla a Cuba. Harinas que al gozar de prebendas arancelarias, competían con sus homónimas allegas de USA enfureciendo a los mercaderes estadounidenses por las tasas del arancel español. Todo aquel comercio no solo hizo cosmopolita a la capital de Cantabria sino que indujo a varios inversores a fundar el Banco de Santander en 1857, dos años antes que Darwin publicara ‘El origen de las especies’. La sede física del Santander, se ejecutó respetando y emulando el diseño del edificio anterior [todo un ejemplo de racionalidad

En 1923, Emilio Botín Sanz de Sautuola y López, nieto de don Marcelino, partió en el vapor ‘Magallanes’ rumbo a La Habana, donde abrió la primera sucursal del Santander en América, siguiendo las instrucciones del entonces presidente, Saturnino Briz Larín.

de los ejecutivos del Santander, quizá influida por el investigador de Altamira que detentaba el cargo de Protector de los Monumentos sitos en la entonces provincia de Santander]. De esa forma, el centenario hotel y la sede bancaria quedaron unidos en uno solo, mediante el gran arco sobre la calle del Martillo, hoy de Marcelino Sanz de Sautuola, el investigador de Altamira.

En 1923, Emilio Botín Sanz de Sautuola y López, nieto de don Marcelino, partió en el vapor ‘Magallanes’ rumbo a La Habana, donde abrió la primera sucursal del Santander en América, siguiendo las instrucciones del entonces presidente, Saturnino Briz Larín. Precisar que El Ensanche urbanístico citado, desde 1808 estuvo paralizado y hubo de proseguir las obras por fases en la ocupación y ejecución de las vi-

viendas en las parcelas urbanas, debido a las guerras Napoleónicas y posteriormente los tres sangrientos conflictos carlistas. Guerras-civilistas bien explicadas por el canario y vecino santanderino Benito Pérez Galdós. Los proyectos y planos del Primer Ensanche de España, hallados en el castillo de Simancas, llevan

fecha de 1792 y los halló el acreditado y muy querido por su alumnado, el profesor Ortega Valcárcel. El Ensanche de Santander es el primero no solo de España sino posiblemente de Europa. Su diseño a soga y cordel y su planimetría, le corresponde al italiano Francesco Sabatini, diseñador de los Jardines del Palacio Real de Madrid.

La sensibilidad de Ana Botín O’Shea es seguro que será todo un estímulo para los arquitectos de las obras (David Chipperfield, y la dirección de obra a cargo del Estudio Cruz & Ortiz, arquitectos). El acto inaugural, se desarrolló en parte, bajo el monumental arco que en su día respetando el edificio de un hotel histórico, sus promotores decidieron unirlo mediante un gran arco con el edificio para la institución bancaria. Con esas obras, Ana Botín O’Shea, oferta a la ciudad un nuevo y original volumen arquitectónico que sin duda, será un enorme atractivo para los visitantes y turistas que acudan a la capital cántabra y deseen ver las obras de Arte de la Colección Botín, de las más prestigiosas de Europa y entre las primeras colecciones privadas del mundo.

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