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REPORTAJE / Mapa Juan de la Cosa

Es sabido que el famoso Mapamundi de Juan de la Cosa fue encontrado por el barón de Walckenaer cuando buscaba entre “libros de viejo” y objetos curiosos en la tienda de un chamarilero parisino en 1832. Anunciada unos años después como “el más interesante bosquejo geográfico que nos ha legado la Edad Media”, fue adquirida en pública subasta por el Estado Español y pasó a engrosar los fondos del Museo del Ministerio de la Marina de España. En él permaneció hasta que, a finales de la Guerra Civil española el diario granadino de Falange Española Tradicionalista, ‘Patria’, daba el 11-2-1939 éste titular : “El Mapamundi de Juan de la Cosa, robado por los rojos”. Dice la noticia, fechada en Burgos el día 10-2-1939, que: “El original del célebre Mapa de Juan de la Cosa –quizás el más preciado tesoro del Museo Naval de Madrid– fue sustraído por el auxiliar de Oficinas y Archivos, Fernando Jiménez Cisneros y Ponce de León que desempeñaba el cargo de General habilitado por el Ministerio de Marina que se lo ha llevado a Francia con la intención propia de todo marxista: la de venderlo….” En el portal digital de los Archivos Nacionales de Francia, un expediente con veintinueve interesantes documentos tratan del asunto. De ellos se desprende que la misma noticia y con iguales términos fue dada el 12-2-1939 en un periódico bimensual afín a Franco y editado en París titulado ‘Occident’. Lo entrega el comisario de la Gendarmería de San Juan de Luz al fiscal del Tribunal de Apelaciones de Pau el día 16-2-1939. Se da la cir-

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cunstancia de que ese mismo día el nuevo cónsul de España en Hendaya, señor Basterreche, acompañado por el comisario, presentó una denuncia contra “un desconocido X” por el robo. El cónsul hace constar que “el Mapa en pergamino fue llevado de Barcelona a Francia y posee gran valor material e histórico”.

Los documentos dicen que el cónsul se limitó a presentar la queja formal, sin acciones legales a título personal, se abren investigaciones por el comisario. En un nuevo documento del Tribunal de Apelación de Pau, fechado el 18-3-1939, el Fiscal General se dirige al Ministro de Justicia y le informa que el comisario de policía de San Juan de Luz se presentó el 16-3-

1939 en la Villa Diane, rue Mazarin, ocupada por los señores Fernando Giménez de Cisneros y Román Sancifrián Ortiz, refugiados españoles. Personada la Gendarmería francesa en el domicilio del refugiado éste dice que el Mapamundi no está en su poder y añade que, en septiembre de 1936 fue nombrado Director del Museo del Ministerio de la Marina Española en Madrid y cuenta el rocambolesco viaje del Planisferio de Juan de la Cosa durante la Guerra Civil Española. El Mapa fue evacuado ante el temor de que las bombas lanzadas por los sublevados sobre Madrid pudieran afectar al denominado “Tesoro Artístico Español” entre ellas estaba el Mapamundi. El interrogado dice que el 7-11-1938, recibió orden de llevar la Carta de Juan de la Cosa, junto con otros objetos a Valencia. El 8-11-1938, el ministro de Marina, Sr. Prieto, cambia de planes y ordena depositar el Mapamundi en el Banco de España recibiendo un Talón de garantía. Tras el cambio del Gobierno republicano de Valencia a Barcelona, será el propio Banco quién se ocupe del traslado del Mapa. La nueva sede se debió a que en agosto de 1938, el presidente del Gobierno Juan Negrín ordenó al Banco de España que entregara los objetos de valor para contabilizarlos y entregarlos a la “Junta Central del Tesoro Artístico”, a la cual Cisneros entregó el Talón de garantía. La declaración del ex director del Museo finaliza con la entrega del Talón de garantía. Fue así como se descubrió la mentira amañada por el Departamento de Información y Propaganda enviada a los diplomáticos de Franco.

“El Mapa en pergamino fue llevado de Barcelona a Francia y posee gran valor material e histórico”

José Carlos JunCal IbaCeta (Investigador), agosto 2021

Rafael Palacio Ramos “El Regimiento de Milicias Provinciales (1735-1846),

un siglo de la historia de Cantabria”

Libro del historiador Rafael Palacio que verá próximamente la luz. Se trata de una unidad militar de reserva formada con vecinos del Bastón de Laredo, creada (como varias decenas más) en el contexto de las reformas emprendidas en el Ejército por Felipe V. Este cuerpo militar tuvo una presencia destacada en casi todos los conflictos bélicos de su tiempo y actuó en buena parte del territorio peninsular.

El doctor en historia, Rafael Palacio Ramós, publicará próximamente un libro sobre “El Regimiento de Milicias Provinciales (173518469), un siglo de la historia de Cantabria”. Con esta publicación Palacio Ramos pretende dar a conocer la trayectoria militar de un cuerpo, ubicado primero en Laredo y después en Santander, que dio días de gloria a los ejércitos españoles, con un alto valor combativo a pesar de las escasas retribuciones dinerarias a sus miembros, la insuficiente atención prestada y las muy malas condiciones de la tropa en campaña.

El prólogo de esta publicación corre a cargo de Germán Segura García, comandante de Artillería, doctor en Historia y autor de varios libros, y en la misma se pueden conocer aspectos distintos de estas Milicias Provinciales por lo que respecta a los antecedentes previos a su constitución, partiendo de las “compañías de milicias” de los Austrias hasta los primeros proyectos borbónicos, con referencia concreta asimismo a su constitución y características. Ade-

En la antigua calle de Carnecerías Viejas, hoy San Marcial, estuvo el Cuarto de Banderas del Provincial de Laredo, sito en la conocida como “Casa de la Pólvora” construida en el siglo XIV.

más, el libro ofrece una pormenorizada información de cómo funcionaba este cuerpo en relación a los Jefes,asambleas y ejercicios; atribuciones judiciales del coronel; el coste económico que comportaba el mantenimiento del Provincial y una prolija descripción de cómo eran los cuarteles. Por lo que se refiere al factor humano, es decir, a los milicianos, Palacio hace un estudio de los miembros de tropa a través de los vecindarios y padrones de Milicias, sorteos, exenciones, y también de los mandos.

De igual manera, la publicación recoge otros aspectos muy interesantes como el relativo a las jurisdicciones montañesas contra su Regimiento de Milicias con apartados muy específicos como los relativos a la resistencia institucional, la individual y las reformas de 1761. Como no podía ser menos, el historiador incluye la etapa de Laredo con un “nuevo” regimiento en una nueva sede, la recomposición orgánica en la Guerra de la Independencia y aspectos vinculados al reinado de Fernando VII. Otros capítulos de la publicación tienen relación con la uniformidad, banderas y servicios de armas prestados por el Provincial con amplia documentación sobre cuáles eran las compañías de preferencia: granaderos y cazadores, con mención concreta también a los servicios de guarnición de las compañías de fusileros y a las campañas llevadas a cabo.

El libro ofrece una pormenorizada información de cómo funcionaba este cuerpo en relación a los Jefes, asambleas y ejercicios; atribuciones judiciales del coronel

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