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REPORTAJE / Las cuevas

Cotarío II

Reafirma la excepcionalidad del Monte Castillo

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Fotografía: ©Luis Palomeque

Visitantes de las cuevas del Monte Castillo transitando por la senda peatonal, recientemente recuperada por el ayuntamiento de Puente Viesgo.

El hallazgo de pinturas rupestres en una cueva situada en el Monte Castillo, sitúa a este hito geográfico como uno de los espacios naturales con mayor concentración de cuevas con arte rupestre paleolítico en Europa. Seis de las setenta y una cuevas catalogadas hasta la fecha en Cantabria, se localizan en este monte enclavado a la localidad de Puente Viesgo. Estas son: El Castillo, Las Chimeneas, La Pasiega, Las Monedas, La Cantera I y Cotarío II. Las cuatro primeras cavidades fueron incluidas en la lista de Patrimonio Mundial por Unesco en 2008.

El descubrimiento se produjo el pasado mes de febrero, de manera casual, cuando José Ramón Lombilla, concejal de Puente Viesgo, se encontraba operando en la ladera este del monte, conocida con el nombre de Cotarío. Los trabajos procuraban la recuperación de una antigua senda peatonal que unía, a través del monte, la localidad de Hijas con Puente Viesgo.

Jose Ramón, durante un descanso en los trabajos de desbroce, se percató de la existencia de una pequeña oquedad en el suelo, a escasos metros del camino. La cueva, hoy conocida como Cotarío I, tiene una boca de reducidas dimensiones que pasa casi inadvertida por la vegetación colindante y por hallarse sobre esta un gran bloque de piedra caliza que, a modo de visera, cubre parcialmente la boca. La cueva apenas tiene 100 metros de desarrollo y, aunque dispone de techos elevados, está formada por una

Fotografía: ©Luis Palomeque

Punto de ascenso a Cotarío II desde la senda peatonal, recientemente recuperada por el ayuntamiento de Puente Viesgo.

El descubrimiento se produjo el pasado mes de febrero, de manera casual, cuando José Ramón Lombilla, concejal de Puente Viesgo, se encontraba operando en la ladera este del monte, conocida con el nombre de Cotarío

estrecha galería a modo de corredor que reduce o amplía sus dimensiones según se avanza. A escasos metros de la entrada se han identificado varias catas, las cuales han sido asignadas por la Consejería de Cultura a los camineros que, en los años 50 del pasado siglo, llevaron a cabo los trabajos de acondicionamiento de las cuevas del Monte Castillo para las visitas turísticas. En septiembre de este año, el equipo multidisciplinar que excava la cueva de El Castillo, bajo la dirección de José Manuel Maíllo, realizará un pequeño sondeo en la boca que permita conocer más a fondo si ésta fue ocupada durante el Paleolítico o utilizada como espacio funerario o de transito durante la Prehistoria reciente.

Poco después, y a escasos 30 metros de la primera, José Ramón advirtió una segunda cueva, a la que denominó Cotarío II, al igual que el topónimo por el que se conoce este ala de la montaña. La cueva, de

características geomorfológicas muy similares a la primera, apenas tiene un desarrollo de 70 metros. A ella, se accede por una boca de reducidas dimensiones, por la que se desciende con cierta dificultad hasta un estrecho y alto corredor que, transcurridos unos 25 metros se estrecha, teniendo que sortear varios espeleotemas que colmatan parcialmente la galería en su tramo medio. Una vez rebasado este punto la cueva se amplía ligeramente, alcanzando el final de la misma. En general, presenta numerosos espeleotemas en todo el recorrido, con suelos y paredes parcial o completamente concrecionados, fruto de la constante circulación de agua. En algunas paredes, además, se han localizado zarpazos de osos, realizados con el propósito de limar sus garras tras el periodo de hibernación .

El Ayuntamiento de Puente Viesgo informó del hallazgo a la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura

El Ayuntamiento de Puente Viesgo informó del hallazgo a la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura, cuyos técnicos realizaron una primera inspección ocular en ambas cuevas. En esta primera visita, no se identificaron manifestaciones rupestres sobre las paredes. No obstante, y teniendo en cuenta la sensibilidad del espacio donde fueron encontradas y la protección del entorno, la misma Consejería solicitó a la empresa GAEM arqueólogos un estudio más minucioso de las mismas, siendo Emilio Muñoz y José Manuel Morlote quienes identificaron las manifestaciones rupestres de Cotarío II. La cueva ha sido topografiada y sus pinturas rupestres documentadas por la empresa GIM Geomatics, efectuando un tratamiento multiespectral que permite, a través del uso del ultravioleta y los infrarro-

Cerramiento de Cotarío II el pasado 24 de agosto.

jos, una mejor visualización de las pinturas que están recubiertas por una capa de calcita.

El conjunto rupestre de Cotarío II está formado por varias líneas rojas, a modo de “bastoncillos”. Su distribución no responde aparentemente a un orden premeditado. Si bien, la agrupación de las mismas en un espacio determinado del soporte rocoso,

Fotografía: ©Luis Palomeque

la homogeneidad en la forma y las dimensiones del trazo, son un claro indicativo de la intencionalidad de los mismos. Estas líneas o “bastoncillos”, se sitúan a pocos metros de la entrada y al inicio del corredor. Seguido, y a escasa distancia del suelo, sobre los pliegues de una colada estalagmítica que recubre la pared se han documentado, al menos, tres series de puntos, paralelos entre sí, y verticales al suelo. Por último, y en la última sala de la cavidad, en un pliegue de la roca caliza que sobresale del techo y divide la sala en dos espacios, se han documentado restos de pigmento sobre la pared que han sido interpretados como restos de materia colorante o una posible mano en negativo.

Vista completa del conjunto de puntos rojos, dispuestos en tres líneas verticales del suelo, y paralelas entre sí. Signo en hilera de puntos. Cueva Aurea

La asignación crono-cultural establecida para este conjunto rupestre, puede situarse con anterioridad a los 20.000 años de antigüedad, antes del inicio del Magdaleniense, donde suelen asignarse las series lineales de puntos o manos en positivo. En Cantabria, las cuevas con series lineales son muy habituales en el valle del Nansa, claro ejemplo de ellos son la cueva de Los Marranos, Aurea (descubierta en 2015), Chufín o El Porquerizo. Esta última contiene únicamente dos hileras de puntos rojos, paralelos entre sí, y situados a escasa distancia de la entrada. En la cuenca del SajaBesaya tenemos otros ejemplos como son Cudón o Las Aguas. Esta última con una serie de puntos muy similar, por su ubicación en la pared y distribución de los puntos, a la de Cotarío II. En la cuenca del Pas-Pisuerga destaca la cueva de El Calero. En el tramo medio de la cavidad y en una cornisa emplazada a cierta altura, se han documentado varias series lineales de puntos. Junto a estos un conjunto de líneas rojas, a modo de “bastoncillos”. Esta asociación entre líneas y series de puntos la encontramos hoy en Cotarío II. En las cuevas del propio Monte Castillo, hallamos la presencia de líneas y series de puntos tanto en El Castillo como en La Pasiega. En Cotarío II estas puntuaciones, al igual que las líneas o “bastoncillos”, fueron realizados muy probablemente con el dedo. En el caso de los puntos, mediante contacto directo con la superficie o recubierto con una tira de cuero u otro material que permita mantener una mayor carga de pintura durante la ejecución intencionada en la distribución de los puntos.

Las manos en positivo se realizan impregnando los dedos y la palma de la mano con pigmento rojo, para después apoyarla sobre la superficie rocosa, dejando nuestra impronta. Las manos están a caballo entre los simbólico y lo figurativo en el arte rupestre paleolítico

Manos en negativo. Cueva de El Castillo

Las manos están a caballo entre los simbólico y lo figurativo en el arte rupestre paleolítico y hace referencia a lo humano

y hace referencia a lo humano, aunque no sea una representación figurativa de una persona como tal. En Cantabria, predominan claramente las manos en negativo como queda patente en la cueva de El Castillo, con 72 manos en representadas, siendo la segunda cueva en Europa con mayor numero. Estas fueron representadas, a diferencia de Cotarío II, apoyando la mano sobre la pared y soplando sobre esta el pigmento mediante el efecto Venturi. Al retirar la mano de la pared quedará su silueta contorneada por una mancha de colorante. Manos en positivo son poco frecuentes en Cantabria, habiéndose documentado en cuevas como Fuente Salín, Altamira, La Lastrilla o La Brazada. Recientemente, Marie-Christine y Marc Groenen han publicado la existencia de varios dedos en positivo sobre un saliente rocoso en la cueva de El Castillo. La antigüedad de las manos es diversa, barajándose varias fechas en Cantabria que parten desde, al menos, los 37.000 años de antigüedad como es el caso de El Castillo (U-th), hasta los 18.000 años de antigüedad en Fuente Salín (C14 AMS), asignándose a una antigüedad previa al Magdaleniense.

Daniel Garrido Pimentel

Coordinador de las cuevas prehistóricas de Cantabria

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