TERCIOPELO N°1 Mayo 2012
Los años ‘50
LA IRRUPCIÓN DE LA JUVENTUD
LOS COMIENZOS DE LA TELA BAN-LON
LA INFLUENCIA DEL ROMANTICISMO SOBRE CHRISTIAN DIOR JUVENTUD Y REBELDÍA ANÉCDOTAS
Editorial
Por ¿Qué tan superficial puede ser un elemento que acompañó a la humanidad Analía Yaker Valle en toda su evolución? Ya sean recortes de pieles, ornamentos en metal o Directora editorial prendas con costura, lo que vestimos y nuestra apariencia es nuestro único medio inmediato de comunicación sin diálogo. La ropa es indicador de personalidad, gustos, valores y pertenencia. En ella se refleja constantemente nuestra identidad y en el mundo físico sólo podemos hacerlo mediante nuestro cuerpo, herramienta mediante la que nos presentamos como individuos. Traje, indumentaria, ropa…sinónimos de aquello que desde los comienzos el ser humano se puso o usó para cubrirse, poder manifestarse en su entorno y protegerse de lo climático y de su h ábitat. En lo que nos ponemos confluyen gran cantidad de elementos que nos presentan a diario y nos ubican en lugar y tiempo. A través de lo que vestimos podemos, sin decir palabra; comunicar nuestras ideologías, nuestros gustos en música, cine, incluso nuestro poder adquisitivo, ya sea que se lo tenga o se lo desee. La idea de esta revista surge como una opción más para hacer masiva la importancia que tiene la vestimenta a través del tiempo, utilizando la gran cantidad de herramientas que nuestra era nos brinda y que debemos aprender a usar y aprovechar. Toda civilización, sociedad, tribu o grupo humano ha usado textiles, pieles, metales preciosos, gemas, y materiales varios, para crear y manifestar su identidad. Y sea que los cambios en el vestir ocurrieran a lo largo de siglos o tan sólo en unos años cada momento quedó y quedará plasmado y puede ser entendido al ver que vestían: lo exagerado de los 80s; los materiales no convencionales y su referencia al futuro en los 60s; el New Look de Christian Dior y el cambio tras la Segunda Guerra Mundial; la liberación del corset para las mujeres en los 20s; la estructuración conservadora de la imagen masculina tras la era victoriana de fines del siglo XIX; la confluencia del poder económico en los recargados trajes renacentistas y barrocos, hasta la importancia jerárquica de los trajes greco-romanos. La historia social de la moda en Occidente y sus influencias es parte de nuestra historia. Nuestra vestimenta, civil y urbana, nos acompaña cada día de nuestra vida.
Continuemos, entonces, haciendo historia.
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STAFF DE TERCIOPELO Directora Editorial Analía Yaker Valle Editora Agustina Fornasier Jefe de arte y diseño gráfico Dacio Luna Álvarez Columnistas Bárbara Brizzi Delia Etcheverry Rosa Iglesias Susana Speroni Colaboran Guadalupe Kleimann Sabrina Mazzalupo ISSN: 2250 - 7477
Se prohíbe la reproducción total o parcial del material publicado
Edición Mayo 2012
Sumario 3 4 6 8
Historia Social de la Moda Cine Anécdotas Entretejidos
10 Foto del mes 11 Comparaciones de moda 13 Museos del mundo
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Historia social de la moda Por Rosa Iglesias
La irrupción de la juventud Ciertos sectores sociales evolucionan a un ritmo muy rápido, mientras que otros se van quedando culturalmente atrás. Esto se halla relacionado con la ruptura entre las generaciones a lo que se suma la autoafirmación de la juventud, desde fines de los años 50, como la edad privilegiada, la mejor en todos los sentidos. La rebeldía y la incomprensión no sólo fue patrimonio, en los años 50, de los jóvenes marginados o inadaptados, sino que embanderó a toda la juventud de la época, de clases medias y burguesas que, a causa de la crisis económica de la posguerra, tuvo acceso a sus primeros trabajos y a una relativa independencia. Se encuentran por primera vez con dinero y con que no tienen nada propio: ni música, ni trajes, ni clubes, ni identidad. Tenían que compartir su mundo con el de los adultos. Pero los hombres de negocios advirtieron que los adolescentes se habían convertido en unidades comerciales independientes, con gustos y necesidades distintos y empezaron a ofrecerles cosas: jeans, motocicletas, remeras, bebidas, música…. El jean, en sus orígenes prenda utilitaria, pasó a ser un elemento contestatario, opuesto al stablishment. Tal es así, que a los jóvenes que lo adoptaron masivamente, se los conoció como la “generación jean”. El blue jean pasó a convertirse, a comienzos de la siguiente década, en el emblema de la contracultura. Por aquellos año, en nuestro país, la adopción de esta prenda por los jóvenes fue arrolladora, y se la llamó vaquero, lo que demuestra su asimilación con la cultura norteamericana, respecto al idealizado Lejano Oeste, incluso la primer marca del país de este tipo de prenda, se llamó FAR WEST. En el epicentro de esta nueva cultura estaba el rock and roll. Por primera vez en la historia, los adolescentes adoptaban sus
propios modelos, así como una música, una moda y un lenguaje propios. En los salones y en los clubes donde se bailaba rock , había desmayos entre los adolescentes y el griterío era ensordecedor. Ante esto, los políticos y las diferentes iglesias condenaron aquellas manifestaciones juveniles, tachándolas de alocadas, anarquizantes y, hasta demoníacas. Sin embargo, una mirada retrospectiva sobre los éxitos de Bill Halley o de Elvis Presley sirve para comprender que no había nada en esta música que amenazara el orden establecido. Pero la enorme novedad estribaba en que todos estos productos, ya sea música, ropa o zapatillas iban dirigidos única y exclusivamente a los jóvenes. Ni los niños ni los adultos eran sus destinatarios. Por primera vez, los jóvenes fueron conscientes de que tenían poder sobre el mercado y aquella experiencia les gustó. Jamás se había visto que la cultura juvenil irrumpiera, de tal modo, en todos los ámbitos de la vida en el mundo occidental. Al comienzo de los 60 los jóvenes se convirtieron, sin más, en el espejo absoluto de la moda y en el ideal de la sociedad. Se había formado un potente sector de consumidores juveniles que no tenían ninguna relación con la alta costura, pero que deseaban una moda que se ajustara a su estilo de vida y que, además, estuviera a su alcance. Así fue como la moda perdió su carácter estilista y se convirtió en un fenómeno de masas.
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Cine Por Bárbara Brizzi
El cine en la década del ‘50 Entre el glamour y la rebeldía Hablar de la década del ´50 es hablar de la posguerra y, en moda, del aporte hecho por Christian Dior a la vestimenta femenina. Él con su New Look había vuelto a la mujer hiperfemenina después de la masculinización sufrida en los años de la guerra. Esto coincide con la vuelta de las mujeres a un rol más hogareño, ayudadas por la aparición de la gran batería de electrodomésticos creados para ayudar a una industria metalúrgica “ociosa” después de la gran contienda. Así, las heroínas de los ´40 encarnadas por actrices como Joan Crawford en papeles como el del film “Mildred Pierce” (Michael Curtiz - 1945, conocida en nuestro país como “El suplicio de una madre”, título elocuente si los hay) o, Loretta Young en “Él se queda para el desayuno” (Alexander Hall 1940), dieron paso a caras nuevas como Grace Kelly (convertida en Princesa de Mónaco) en “Alta Sociedad” (Charles Waters - 1956); Kim Novak y su fría belleza en los films de Hitchcock como “Vértigo” (1958) y Audrey Hepburn en “La princesa que quería vivir” (Roman Holidays – en su título original, de William Wyler – 1953). Figuras y títulos que caracterizaban ciertos gustos e inclinaciones hacia lo glamoroso, sofisticado y mundano. Seguramente la figura femenina más recordada y hoy día,
Marlon Brando
James Dean repetida en afiches, posavasos, ceniceros, carteras y estampados de todo tipo, sea Marilyn Monroe. Voluptuosa en sus formas, aniñada en sus expresiones, casi como si no pudiera dominar sus curvas; como si una niña hubiera recalado en un cuerpo del cual le resultaba difícil hacerse cargo. Su piel blanca y luminosa, su melena rubia casi platinada, a la manera de las divas del ´30 y sus labios rojos y carnosos fascinaron a gran cantidad de hombres que se enamoraron de ella, y a mujeres que copiaron, con mayor o menor éxito, seguramente, su estilo, encarnado sobre todo en aquel vestido tipo solero, blanco plisado que se levantaba al paso del subterráneo durante un tórrido verano neoyorquino en “La comezón del séptimo año” ( Billy Wilder – 1955). Dicen que la tienda Macy´s de Nueva York, vendió cantidades de este modelo en diversidad de talles y colores. Por supuesto, ella también fue copiada por otras actrices como Jane Mansfield y Mamie Van Doren que resultaron en estrellas con menos brillo encarnando protagónicos en películas de segundo orden. Por otro lado, los ´50, es la década en la que los jóvenes
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En nuestro país, el cetro de las actrices glamorosas estuvo en manos de Zully Moreno y Laura Hidalgo, entre otras. La primera había protagonizado “Dios se lo Pague” (1948) y luego “La indeseable” (Mario Soffici – 1951), “La mujer de las camelias” (Ernesto Arancibia – 1953) y “Amor prohibido” (Luis Cesar Amadori – 1955) entre otras, donde, muchas veces aparecía vestida por el diseñador Horace Lannes. Laura Hidalgo, por su parte, brilló en “Armiño negro” (Carlos Hugo Christensen – 1953) y “La bestia debe morir” (Roman Vignoly Barreto – 1952), entre otras. Pero la gran novedad llegó en 1957 cuando se estrenó “Venga a bailar el rock”, película dirigida por Carlos Marcos Stevani y protagonizada por Eber Lobato, Alberto Anchart (h) y Nélida Lobato, que se convirtió en el primer film iberoamericano que abordara la temática del rock. Un capítulo aparte merecerían las divas italianas, surgidas del cine de posguerra. Sin duda, Sofía Loren y Gina Lollobrigida resultaron modelos ineludibles para las mujeres que se veían reflejadas en estas morochas, netamente mediterráneas, voluptuosas, de ojos grandes y mirada comprometedora, labios rojos y movimientos desenfadados. Y fue, justamente “La Lollo” quien movió el mundo de la peluquería con su peinado tipo “plumitas” tan copiado y aun recordado como un sello característico. Laura Hidalgo empiezan a considerarse como un grupo etario a tener en cuenta. Por supuesto el cine no fue ajeno a sus demandas y comenzó a elaborar productos para su consumo. Y no fue sino hasta que los ídolos juveniles del momento lucieron con desenfado los jeans con las botamangas dobladas hacia afuera, en las películas, que sus émulos en la calle, se decidieron a usarlos con igual “impunidad”. Los jóvenes rebeldes se verán reflejados en films de estudiantes con problemas, como “Semilla de maldad” (Richard Brooks - 1955) que tenía como fondo el “Rock alrededor del reloj” interpretado por Bill Halley y sus Cometas o “Blue Denim” (Philip Dunne – 1959). Y en protagonistas como Marlon Brando (“El Salvaje” – Lazlo Benedek – 1953) y James Dean (“Rebelde sin causa” – Nicholas Ray - 1955) que consumió su vida viajando en un convertible rojo a 200 km/h. Brando y su grupo, enfundados en sus jeans, camperas de cuero y borceguíes, materializaron el ideal de rebeldía y libertad a bordo de las motos de alto poder. Él ya había encantado a la platea femenina como Stanley Kowalski cuando apareció en “Un tranvía llamado deseo” (Elia Kazan - 1951) con su camiseta tipo T shirt, y muchos hombres quisieron imitarlo con esta prenda que volvió a las casas de ropa masculina para traslucirse por debajo de las impecables camisas blancas del momento.
Pero el cine italiano y sus estrellas sería tema para otro capítulo…
Afiche: La mujer de las camelias
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Anécdotas Por Lic. Susana Speroni
Anécdotas y otras pinceladas Con la figura de Christian Dior se recupera la femineidad en contra de la cultura de la escasez y la práctica que había reinado hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Pocos conocen que este hombre estaba destinado por su familia a destacarse en la “gran carrera del Estado”. Con sus estudios de Bellas Artes e idiomas hubiera sido un excelente diplomático. El destino finalmente quiso que fuera Embajador, pero del mundo del diseño y la alta costura. Sus antecedentes de hombre culto pueden verse en el detalle de la cintura de avispa con que dota a las mujeres y que aparece en su primera colección, que fuera mundialmente conocida como New Look presentada el 12 de febrero de 1947, y cuya conclusión se dio en 1957, ya que murió tempranamente. Su sensibilidad y capacidad le hacen comprender que todo es un arte, una ciencia y una técnica. Recuerda sus viajes y visitas a museos y se inspira para su línea “Corola” en las figuras cromáticas femeninas de las “Diosas de la fertilidad”, de la civilización cretense (C. 2300 AC), donde destaca un cinturete que define la idea de belleza. Estos, realizados en materiales elastoméricos y reforzados con ballenas, son adoptados como piezas de lencería que refuerzan el concepto. No es la primera vez que la moda toma contacto con el arte. Este diseño tuvo un gran apoyo en el calzado clásico de seda bordada ya que Christian Dior, con sus dotes diplomáticas, supo convencer a Roger Vivier para que lo acompañara desde 1953 con sus creaciones exclusivas y éste cerró su establecimiento
para integrarse
al
equipo. - Es en esta década que en Venecia nace la importancia de la exhibición de la marca cuando Roberta di Camerino con su línea de elite a escala internacional y especialista en bolsos de terciopelo, sacos de cuero, paraguas y bufandas, aplica su marca “R”. -Pocos conocen que Emilio Pucci, marqués de Barsento, estudia en Milan y
Tela de Emilio Pucci
en Atlanta (EEUU) el diplomado en Ciencias Sociales y Economía.
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A través de su firma Emilio, aparecida en 1950, impuso entre otras cosas, sus famosos pantalones femeninos –a media pierna- llamados “capri” y sus conjuntos de seda gruesa de traje-camisa-palazzo-pijamas
en
estampados
personalísimos que se usarían toda esa época inspirados en el Mar Mediterráneo, su color y su fauna. Para esta época, la mítica Jacqueline Lee Bouvier, casada con John Kennedy y luego con Aristóteles Onassis, había creado un estilo sobrio y refinado diseñando sus propios modelos que le confeccionaba Oleg Cassini. De la tradicional casa familiar Hermès, fundada en París en 1837 por Thierry Hermès –especialista en sillas de montar y botas, ampliada en el década del '20 con artículos de super lujo como bolsos, carteras, pañuelos y corbatas- nace el famoso bolso favorito de Grace Kelly y que hoy día está
Grace Kelly
bautizado con su nombre. Se trata de una versión muy adaptada en la década del '20 y '30 de un diseño de 1892 que se usaba para guardar la silla de montar llamada “Haut à Courroies”. Este bolso es fabricado de principio a fin por un mismo artesano empleando unas 17 hs. con especialísimo cuidado en realizar el doble pespunte “guarnicionero” que perfora el cuero por ambos lados. Grace Kelly lo adopta en 1956, según cuentan, para ocultar (por sus dimensiones) su embarazo. Fue portada de la revista Life con el ya emblemático modelo.
Hasta la próxima entrega.
Jacqueline Lee Bouvier
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Entretejidos Por Delia H. Etcheverry
La década de 1950 y los comienzos de las prendas Ban-Lon En la década de los 50 se comienzan a vender en Estados Unidos las primeras prendas de Ban-Lon. Se trataba de conjuntos compuestos por un suéter de mangas cortas con cuello al ras y un saco de mangas largas y angostas, cerrado con botoncitos tipo pastilla. Los había en variedad de colores, sobre todo en tonos pastel.
1950 las empresas de confección de ropa comenzaron a utilizar marcas para distinguir sus productos, y para crear las mismas, la gente de marketing cortaba y unía palabras. De allí el nombre “Ban” por Bancroft, y “Lon” que viene de la terminación de nylon.
Pero veamos a qué se le llama Ban-Lon. Se trata de una marca registrada utilizada para tejidos de punto fabricados con hilados de fibra sintética (nylon), que tienen la particularidad de presentar un rizado. El Ban-Lon está dentro de la categoría de la poliamida texturizada.
Bancroft no inventó la hebra de filamento de nylon ondulado, ni tampoco poseía derechos exclusivos para utilizarla. Bancroft otorgaba licencias a las
Siendo que se trata de nylon, me referiré brevemente a la historia de esta fibra. El nylon fue la primera fibra sintética y se inventó en los Estados Unidos. En 1928 la Compañía Du Pont estableció un programa de investigación bajo el lema: “Mejores cosas para una vida mejor a través de la química” y contrató al Dr. Wallace Carothers, quien había investigado sobre polímeros. El descubrimiento surgió a partir de la observación de que al sacar una varilla de vidrio de uno de los destiladores de poliéster, la solución se adhería a ella, estirándose y formando un filamento sólido. El filamento podía estirarse aún más y no recuperar su longitud original. Esto animó al grupo a concentrarse en las fibras textiles. En 1939 Du Pont fabrica el filamento de Nylon 6,6, que se presentó al público en medias para dama; el éxito fue instantáneo. Hay quienes opinan que la elección del término Nylon se debió sólo al hecho de tener un sonido agradable como “algodón” o “rayón”; otros hacen mención a las iniciales Nueva York – Londres. Durante muchos años al nylon se lo llamó “fibra milagrosa” debido a que por sus propiedades no se asemejaba a ninguna fibra natural o artificial de la década del 1940. Era más fuerte y resistente a la abrasión que cualquier otra, tenía excelente elasticidad, podía estabilizarse por calor y permitió convertir en realidad los tan deseados pliegues permanentes. Por primera vez la lencería delgada y ligera era durable y lavable a máquina. La alta resistencia del nylon lo hizo adecuado para cables, cuerdas, paracaídas y neumáticos. Como mencioné anteriormente “Ban-Lon” es una marca registrada, cuyo titular era la firma Joseph Bancroft & Sons Co. En la década de
Exposición Vestimenta Sport. Colección Museo Nacional de la Historia del Traje Año 2006
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tejedurías que compraban su fibra de hilo de nylon texturado, autorizándolas a usar en sus variados productos el nombre 'Ban-Lon', y colocar etiquetas con la imagen de un gatito sobre una almohada. Bancroft en sí nunca fabricó suéteres ni prendas deportivas de punto. A partir de 1957, la empresa exigió a las tejedurías una especificación mínima de 28 puntos por pulgada ya que los técnicos determinaron que eso evitaría el pilling y la pelusa, tan indeseables, es decir que las licencias a los tejedores especificaban las condiciones bajo las cuales se podía utilizar la marca Ban-Lon. El Ban-Lon es una poliamida texturizada, por lo que la fibra de nylon presenta un ondulado o rizado. Al texturizar el hilo, éste adquiere una mayor voluminosidad lo que le confiere más poder de recubrimiento, una sensación más placentera al tacto y mayor calidez. Este proceso le otorga además al hilo una gran elasticidad; como consecuencia tiene tendencia a volver a su forma primitiva; gracias a esta particularidad el tejido tiende a adaptarse a las formas del cuerpo y con ello asegurar una buena caída. En la Argentina en la década del 60 la empresa Fadeté S.A. obtuvo de la firma Suiza Heberlin A.G. la licencia para la fabricación de los hilados "Helanca" de poliamida texturizada. Fadeté comienza así a fabricar con este hilado los conjuntos de prendas de saco y pulóveres que compitieron con la marca americana Ban-Lon. Característica de las Poliamidas: - Son de fácil lavado. - Secan rápidamente, aunque el secado al sol amarillea las fibras. - Casi nunca necesitan planchado. A partir de los 150°C de temperatura del planchado la prenda se comienza a amarillear. Se recomienda que la plancha esté a 110°C interponiendo un paño húmedo. - No hay inconvenientes en cuanto a procedimientos de limpieza en seco.
Imagen de la revista Harper’s Bazaar acerca del Ban-Lon octubre de 1958
En resumen, las poliamidas son: Ligeras. Elásticas. Resistentes. Incombustibles. Inatacables por la polilla. Resistentes a todos los microorganismos.los 150°C de temperatura del planchado la prenda se comienza a amarillear.
Polo de ban-lon
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Foto del mes
1950 – 1960 Modelo con vestido strapless, falda con cola y florcitas aplicadas en toda la superficie. Fotógrafo: Max Jacoby Película flexible – Sepia – 16cm x 24cm Colección Astesiano Archivo fotográfico MNHT
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Comparaciones de moda Por Agustina Fornasier
Christian Dior y el Romanticismo A lo largo de la historia y luego de grandes crisis, una sociedad siempre vuelve a los lugares seguros. Así sucedió en el Renacimiento, cuando después del gran cambio de paradigma –como fue el paso de la teoría teocéntrica a la antropocéntrica-, hubo un interés por las culturas grecorromanas. La teoría de Copérnico, los descubrimientos de nuevos mundos y la aparición de Lutero con su Reforma, generaron uno de los cambios más radicales que vivió la sociedad occidental. En lo que respecta al arte, este cambio se vio reflejado en la vuelta a lo rectilíneo, las composiciones equilibradas y las bases anchas como forma de aferrarse a la tierra, en contraposición al gótico, cuyas elevaciones intentaban acercarse a Dios. Es un retorno al pasado. Ante el temor por lo nuevo y desconocido y la incertidumbre por los cambios venideros, es mejor retrotraerse a lo viejo conocido. Algo similar sucedería durante el llamado período Neoclásico, en la época de la Revolución Francesa, allá por 1789. En verdad, fue una era de grandes revoluciones porque también se produjeron la Independencia de Estados Unidos en 1776 y la Revolución Industrial, que traería consigo cambios económicos, sociales y culturales. Los descubrimientos de las ruinas de Pompeya y Herculano activaron un interés por conocer culturas antiguas. Pero… ¿Cómo se relaciona todo esto con Christian Dior? ¿Y Christian Dior con el siglo XIX? Este diseñador, uno de los más importantes y destacados del siglo XX, apareció en escena en 1947, en plena Posguerra. Fue en ese año cuando presentó su colección, que una periodista estadounidense dio en llamar el New Look. La Segunda Guerra Mundial había culminado, con un saldo de millones de muertos y una crisis económica mundial sin precedentes, en el año 1945. Apenas dos años habían pasado. Y entonces volvemos al principio: después de grandes crisis -y vaya si la guerra había sido una de ellas- el retorno al lugar seguro, es inevitable. Dior vuelve a la
silueta reloj de arena, la misma que
prevaleció durante la mayor parte del siglo XIX. Pero para llegar a dimensionar la trascendencia de Dior en el Maison Dior
mundo de la moda, debemos entender lo que sucedía
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durante la contienda. Porque aquí, lo importante para destacar,
Estados Unidos. Fue en este contexto que Christian Dior
es el rol de la mujer y el cambio que experimentó durante la
irrumpe en la sociedad. Y en apenas diez años, puesto que
década del '40. Aunque venía pisando fuerte desde los años '20 (ya muere en 1957, cambia para siempre el mundo de la moda. liberada del corset, maquillada y fumando), durante la Guerra
Dior le devuelve la femineidad a la mujer. Aquí radica su
vio intensificada su presencia, sobre todo en la vida laboral.
trascendencia. Y diseña modelos que evocan a las mujeres del
Mientras los hombres combatían en el campo de batalla, ellas
siglo XIX.
debieron asumir el papel de aquellos que no regresarían y de
Hay tres características en los vestidos de este gran modisto
quienes lo harían en malas condiciones físicas. Tuvieron que
que son esenciales: la cintura de avispa, los hombros
ocupar los lugares en las fábricas y en los trabajos que les
redondeados y la falda amplia, acampanada. La denominada
competían sólo a ellos.
silueta reloj de arena. No se vuelve al corset, desterrado a
Y también desde la indumentaria se tenía que ver reflejada esta
principios de siglo XX por Paul Poiret, pero sí se vuelve a
situación. Por eso, durante esta época, la silueta femenina se
reducir la cintura, con el uso de fajas. No se vuelve a la
masculinizó. El uso de las hombreras, que permitían generar una crinolina ni a ningún otro armazón, pero sí se utilizan las cierta igualdad con ellos, fue uno de los accesorios más utilizados. enaguas de tul, que producen un efecto similar. Lo mismo que los trajes; incluso muchas mujeres debieron
Las mujeres del siglo XIX eran mujeres de su casa. Su trabajo
adecuar los de sus maridos para poder usarlos. Y eran
consistía, sobre todo en las de clase media y alta, en ocuparse
confeccionados con telas de menor calidad que las utilizadas en
de las tareas domésticas y el cuidado de los niños. Los trajes
años anteriores debido al racionamiento en los textiles. Los
que usaban (comprimidos por el corset y con crinolinas o más
zapatos de plataforma también colaboraban con esta imagen de
tarde polisones) reflejaban la poca movilidad física y social.
mujer-hombre que la sociedad y una realidad cruel les exigía.
La mujer de la década de 1950 debía volver al hogar, o por lo
La Guerra duró 6 años (1939-1945) y finalizó con una Europa
menos eso se pretendía. Son por demás conocidas las
devastada y un nuevo imperio económico que asomaba: los
publicidades de la época donde ellas aparecen cocinando o promocionando algún nuevo electrodoméstico, pero vestidas de forma impecable, desde la cabeza a los pies. Porque también, durante este período, gran parte de la industria se avocó a todo lo relacionado con nuevos instrumentos para la cocina. Es decir, había estado fuera de casa durante mucho tiempo y ahora había que traerla nuevamente. Como el modelo de mujer decimonónico. La influencia de Christian Dior también llegó a la juventud, el nuevo actor social de la década del '50. Esa silueta reloj de arena también la vemos en los vestidos de las mujeres más jóvenes, resaltando la cintura y ampliando la falda. Su vida fue corta, pero su legado fue tan importante que es, hasta hoy día, una marca registrada y uno de los grandes
Diseño alta costura Christian Dior
nombres de la alta costura.
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Museos del Mundo Por Analía Yaker Valle
El Instituto de Vestuario del Museo Metropolitanode Nueva York Dentro del Museo Metropolitano de Arte en la ciudad de Nueva York, ubicado en la isla de Manhattan en la 5ta Avenida al 1000, el departamento que se encarga de custodiar y plasmar en exhibiciones magníficas la historia de la vestimenta es El Instituto de Vestuario (The Costume Institute). Cuenta con una colección de 35.000 piezas entre trajes y accesorios, que representan los cinco continentes comprendiendo vestimenta civil, trajes regionales, accesorios para hombres, mujeres y niños desde el siglo XV a la actualidad. Como ocurre en todos los museos que se especializan en vetsimenta y textiles, el Instituto de Vestuario no posee una exhibición permanente debido a la naturaleza sensible de estos materiales; el departamento organiza exhibiciones especiales que cambian anualmente. A lo largo del año el equipo de trabajo realiza una charla llamada “Fashion in Art” (La moda en el arte) que discute la evolución de la historia del traje dentro del contexto de las colecciones de los otros departamentos del Museo, como: armaduras, textiles, pinturas, escultura y artes decorativas. También realiza audioguías, como por ejemplo “Costume: The Art of Dress” (El Traje: el arte del vestir) como material complementario. El Instituto se inició como una entidad aparte en 1937, bajo el nombre de Museum of Costume Art (Museo de Arte del Vestido). En 1947, con el apoyo financiero de la industria de la moda, éste se unió con el Museo Metropolitano de Arte como el Instituto de Vestuario, y para 1959 se transformó en un Departamento Curatorial completo. Algunas de las exhibiciones más reconocidas a nivel mundial, fueron llevadas a cabo por la gran Diana Vreeland, conocida como una excelente árbitro de moda , entre ellas: The World of Balenciaga (1973), Hollywood Design (1974), The Glory of Russian Costume (1976), and Vanity Fair (1977). Dando la pauta para exposiciones tanto nacionales como internacionales. En el año 2009, toda la colección de vestimenta que albergaba el Museo de Brooklyn fue transferida al Instituto de Vestuario del Museo Metropolitano de Arte. Juntas, ambas colecciones conforman la mayor colección de vestimenta en el mundo, y proporcionan una línea de tiempo sin igual respecto a la evolución de la moda occidental. También posee una Biblioteca de consulta, Irene Lewisohn Costume Reference Library, que incluye más de 30 mil ejemplares de libros considerados rarezas que no se encuentran en circulación, periódicos, y libros; una extensa serie de archivos con recortes respecto al arte del adorno personal de todo el mundo. A lo que se suman estampas, dibujos, fotografías, bocetos
y archivos de diseños. En el año 2002 el Museo estableció el grupo Amigos del Instituto de Vestuario, en apoyo a las exhibiciones, adquisiciones, conservación, publicaciones y programas del departamento; y para promover un profundo entendiminto histórico y teórico de la vestimenta como disciplina académica. El Instituto cuenta con el gran apoyo de la industria de la moda, que le proporciona material para las exhibiciones, adquisiciones y capital para mejoras. En el mes de mayo cada año se realiza la Gran Gala a beneficio, el principal evento para recaudar fondos, que a su vez celebra la apertura de la exhibición de primavera. Bajo el liderazgo de Anna Wintour (Editora en Jefe de la revista Vogue y del Consejo de Administración del Instituto), este baile se ha convertido en un suceso al que asisten importantes personalidades del la industria de la moda como también del cine, la música, negocios y de la alta sociedad norteamericana e internacional.
Fotografía del Museo Metropolitano de Arte
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