TERCIOPELO ISSN: 2250 - 7477
Mayo 2013 A単o 2
Mucha tela para cortar
La fabulosa historia de los textiles pintados
Los textiles, la trama de la historia
Leyendo tejidos
El vestuario teatral isabelino
多Qu辿 es el Dise単o Textil ?
Textiles
Textiles por el mundo
“Los textiles son una parte esencial de la civilización; la gente de todo el mundo está dando por sentado la
gran variedad que de ellos existe. Su historia es larga y fascinante, que refleja cada vez más los sofisticados trabajos de diseño junto a los avances técnicos cada vez más avanzados”. The Illustrated History of Textiles. Edited by Madeleine Ginsburg.
Editorial Por
Analía Yaker Valle Directora editorial
Visten, abrigan, cubren, engalanan…crean la moda. Los textiles son el medio a través del cual la vestimenta es posible y se hace realidad. No necesariamente debe ser cortado en moldes o patrones para confeccionar un atuendo. Desde tiempos ancestrales en civilizaciones como la egipcia y en la Antigüedad grecorromana, las telas construían el traje al envolver el cuerpo, y, dada su dimensión, cada rectángulo textil se plegaba y ablusaba de manera armoniosa para crear el chitón y peplos griegos, e incluso la distinguida toga romana de los senadores y el emperador. Cada sociedad ha tenido un textil que la ha identificado, como ocurriera con el lino egipcio, aún hoy muy apreciado, o el traje ceremonial Adinkra y el Kente, que conforman la vestimenta real o ceremonial de los pueblos de Ghana, en África. Estos textiles fueron originalmente túnicas reales, de uso muy restringido, del pueblo Ashanti. Podríamos describir un sin fin de cualidades de géneros como el algodón, las gasas, la incansable labor y artesanía que lleva el realizar una pieza de encaje ya sea hecho a la aguja o a bolillo por nombrar algunas técnicas. Conocemos las propiedades del la lana y las pieles que, de origen animal, rivalizan con el valor y uso de los textiles de origen vegetal. Pero, es la seda natural, por sobre todas, la tela más adorada de la historia del traje. Quizás por tener un brillo inigualable; quizás porque ha vestido a los personajes más importantes de la historia; porque es posible combinarla con muchas otras fibras para crear otros tantos textiles más: raso de seda natural, brocato de seda natural, y por supuesto, terciopelo de seda natural. De origen animal, el hilo para crearla se extrae del capullo de bombix mori, o gusano de seda, descubierto hace milenios en la China imperial. Limitado en un principio a este territorio, poco a poco fue ganando popularidad y adeptos por medio de la Ruta de la Seda que se extendía desde Oriente hacia la actual Turquía y de allí a Europa. Estableciéndose centros de confección y comercio en ciudades como Venecia, Córdoba y Granada en España. Desde el primer minuto de vida nuestra piel está en contacto con textiles. Desde la sábana o manta para arropar a un recién nacido, pasando por todo el rango de telas utilizadas en indumentaria según cada estación del año. Hay quienes viven en jeans (también conocidos como vaqueros o tejanos) todo el tiempo; siendo esta la prenda de vestir más democrática que se conoce, y vale recordar que, el Dénim, nombre propio de la tela de algodón asargada que comercializaba Levi Strauss en el oeste norteamericano, se usó, allá por 1850s para las lonas de las carretas en época de la fiebre del oro. Otras personas se inclinan más a favor de una tela con pelillo recortado, de gran abrigo y suavidad, ligada en la historia con mantos, capas y vestidos fastuosos…y el nombre que lleva esta revista: TERCIOPELO. Los textiles no solamente se usan en vestimenta. Los vemos en tapicería, en la elaboración de estandartes y, por supuesto, el paño que identifica a cada nación: la bandera. Usualmente rectangular, de diferentes colores y con símbolos; una pieza textil que contiene millones de hechos y representa millones de vidas. Sin textiles no sólo no existiría la moda, sino que no habría vestimenta; porque es muy interesante indagar en materiales no convencionales como plásticos o metales para crear moda, pero un poco incómodo de vestir completamente para el quehacer cotidiano. ¿Verdad? Ya sea de origen vegetal como el lino o el algodón, o de origen animal como la seda y la lana, cada hilo que conforma un textil carga con el peso de haber construido la historia de nuestra vestimenta, y acompañar al ser humano mientras construía y construye su realidad.
STAFF DE TERCIOPELO Directora Editorial Analía Yaker Valle Editora Agustina Fornasier Jefe de arte y diseño gráfico Dacio Luna Álvarez Columnistas Bárbara Brizzi Delia Etcheverry Rosa Iglesias Susana Speroni Alejandra Espector Guadalupe Kleiman
ISSN: 2250 - 7477
Se prohíbe la reproducción total o parcial del material publicado
Edición Mayo 2013
Sumario 1 3 6 9
En pantalla Cosas que pasan Historias entretejidas Crónicas
10 En las tablas 13 Diseño en acción 15 Por el mundo
En pantalla Por Bárbara Brizzi
Mucha tela para cortar ¡Cuanta tela se ha usado para hacer vestuarios cinematográficos! Pero, de tantas películas que hemos visto, ¿cuantas podemos recordar específicamente por su relación con los textiles? Tal vez, uno de los primeros casos sea aquella escena inolvidable interpretada por Hatie Mc Daniel, en su papel de Mammy en Lo que el viento se llevó (Victor Fleming y George Kukor – 1939).
levedad y la contundencia que sólo la seda natural puede dar. (Amada Inmortal – 1994 – Bernard Rosette). La seda y siempre la seda...y ¡Qué decir de la espléndida creación salida de los figurines de Jaqueline Durran y lucida por Keira Knightly en el film dirigido por Joe Wright en 2007 Expiación, deseo y pecado. La magnífica solera de satin verde esmeralda acompaña la esbelta figura de la actriz en un momento crucial de la película. No es larga la escena pero el impacto es grande como para que este vestido se haya constituido en uno de los más famosos y llamativos de la historia del vestuario para cine.
Lo que el viento se llevó
Elegir...seleccionar...Esto es lo que hacen las hermanas Bennet en una de las primeras escenas de la película Orgullo y Prejuicio (Joe Wright – 2005) cuando, paseando y de compras acompañadas por su madre, la deliciosa Brenda Blethyn, recorren algunos negocios para encontrar las cintas y las telas adecuadas para realizar los modelos que lucirían aquella temporada. Imaginamos en ese pequeño detalle el minucioso trabajo de la vestuarista Jaqueline Durran para seleccionar el material para esta escena y así lograr la verosimilitud que Jane Austen se merece. Algo similar ocurre en la película María Antonieta dirigida en 2006 por Sofía Coppola. La joven soberana se encuentra en el Palacio de Versailles pasando las horas entre amigas, comiendo exquisitos dulzores y bebiendo champagne. Un servicial colaborador interrumpe el momento de molicie con una cantidad de cortes de tela diversos y cintas de colores que nos hacen imaginar los María Antonieta modelos terminados que envolverán y exagerarán la figura de la reina. Perfectas las tonalidades y perfectos los cortes de telar angosto propios de
Rhett y Scarlet habían llegado hacía poco tiempo de su viaje de bodas en el que habían incluido una estadía en París. Ya en su casa se cruzan con la entrañable Mammy y Rhett le pregunta si le ha gustado la enagua que le trajeron de regalo, ella lo mira pícaramente, se recoge discretamente la falda y deja oír el fru-fru de la prenda de seda roja que lleva puesta. Si de prendas vestidas se trata, imposible no recordar el maravilloso vestido que luce Giulietta Guicciardi cuando, impulsada por la música y la vehemencia por conocer al que sería su maestro, sube raudamente las escalinatas del palacete donde Ludwig van Beethoven hará su presentación. La película: Amada Inmortal, la actriz: Valeria Golino, el vestuarista : Maurizio Millenotti, el resultado: un exquisito vestido correspondiente a la moda imperio, con una pieza color azul vibrante flotando con la
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la técnica y el gusto de aquel momento. Milena Canonero, la vestuarista de este film, mereció un Oscar por esta realización. Telas, telas y más telas, el hilo del recuerdo nos lleva a la Edad Media en Italia, más precisamente a Asís, para encontrarnos con Francisco, en el momento en que su padre le muestra los tesoros que ha reunido “gracias” a la guerra. Entre éstos, no faltan las telas: terciopelos de Génova, sedas de Venecia, hilados de oro y plata, que el padre acaricia ávidamente, provocando en Francisco el rechazo que lo llevará a visitar un lugar donde los teñidores de paños llevan en su piel la muestra de todos los colores que han usado en sus, seguramente, acortadas vidas, para realizar aquellos valiosos textiles. Poco tiempo faltará para que el futuro santo reniegue de su estirpe y se deshaga de los lujos, bordados y pedrerías para cubrirse con las telas rústicas que pasarán a conocerse como el hábito franciscano. Por supuesto, la película es Hermano Sol Hermana Luna, salida del exquisito refinamiento de Franco Zeffirelli en 1972, cuyo vestuario realizó con maestría Danilo Donati.
Nos quedamos en Italia...Viajamos a Venecia para acompañar a Tony Musante y Florinda Bolkan en los laberintos de sus sentimientos. Él, un oboísta de La Fenice. Ella, su ex-esposa. Él quiere llegar a ser director de orquesta, pero sabe que una enfermedad terminal no se lo permitirá. Los canales y los vícolos servirán de fondo para esta relación que flota entre la separación y el reencuentro, el futuro imposible y un amor que fue. El gusto de Enrico es llevar a Valeria a una casa de telas para que elija varias para su guardarropas. Son, en realidad, magníficos cortes de géneros para tapicería que ella seguramente destinará para hacerse algún trajecito como se usaba en ese momento. Hablamos de 1970 y de la película Anónimo Veneciano dirigida por Enrico María Salerno que, con el fondo musical del Concierto en Re Menor para oboe y orquesta de Alessandro Marcello encuentra su clima justo. Volvamos a María Antonieta, pero esta vez a la versión estrenada en 1938, dirigida por W.S. Van Dyke II y cuyo vestuario, realizado por Adrian todavía hoy está considerado como uno de los más caros de la historia del cine ya que incluyó 4.000 trajes para los que se usaron algunas telas y encajes del siglo XVIII. Norma Sheerer, su protagonisa, hacía 34 cambios de vestidos y 18 de pelucas, una de las cuales incluía diamantes auténticos. El tiempo vuela.Volemos con Harry Potter a la Cámara Secreta, para desaparecer bajo su capa de invisibilidad. La imaginación de J.K. Rowling creó esta prenda. ¿O será una no prenda?. Lo cierto es que lo visto, o no visto en la película dirigida en 2002 por Chris Columbus incluyó este artificio que ahora, la ciencia y la técnica están tratando de producir con fines aún no muy definidos.
Harry Potter y el prisionero de Azkaban
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Cosas que pasan Por Lic. Susana Speroni
La fabulosa historia de los textiles pintados
Durante el siglo XV los europeos se lanzan a la conquista del océano Índico y allí descubren, entre otras cosas, los tejidos de algodón. Ya en el siglo XVI, ingleses y holandeses crearon las grandes empresas comerciales llamadas Compañía de las Indias Orientales. Recién en 1664 Francia crea la suya propia. Estos tres países se distribuyen los lugares de producción de “cotoniades”, o sea, de las telas de algodón que a todo el mundo conocido encantaban por su hermosura. Generalmente salían de la región de Gujarat y de allí a Bengala con sus cotizadas muselinas; Dacca y la costa de Coromandel fue otro centro; y otro, Calcuta y sus alrededores. Se conoce que tanto la India como China conocieron la existencia de esta fibra vegetal. Fue a orillas del Indo, a 350 kilómetros de Karachi, que se encontró dentro de un vaso de plata un tejido de algodón de 5000 años de antigüedad. Si agregamos que la literatura jurídica sánscrita de los últimos 1000 años a.C tiene una ley por la cual es obligatorio que las ataduras de la vestimenta de los sacerdotes brahamanes sea de algodón, se corrobora la importancia capital y la fabricación de estos tejidos. La India y el algodón, y sobre todo sus procesos de teñido y decoración, han marcado el gusto por la belleza tanto en la calidad de las telas como en sus técnicas de estampado, pintado y acabado. Como todo país sabio, sus tejedores y procesos de mejoras en sus telares los hacen altamente calificados, teniendo en cuenta además que Europa no fabrica algodón antes del siglo XIII. Desde tiempo antiguo, el método de tinción fue largo y pesado. El dibujo se sometía a diferentes mordientes para obtener varios colores cuando se los sometía a un
baño de una sola clase de tinte. La tela usada era de tejido apretado y se retocaban los detalles que no estuvieran claros con el tinte apropiado, luego se las lavaba. En la región de Madras, las piezas de tela para las operaciones de teñido y blanqueo se tendían a la orilla de un río dejando que el agua, durante 3 ó 4 días pasase sobre ellas. Los indios creían que actuaba como fijador por las sustancias minerales que arrastraba el agua. Con el tiempo, el dibujo sobre papel se calcaba en la tela de algodón con carbón y con un bambú se retocaba la señal dejada por el calco. Se aplicaba la cera en los lugares a proteger y luego se procedía al teñido y lavado. El primer color es el rojo y más tarde el azul obtenido del índigo. El amarillo, el último, ya que tenía además la facultad de teñir el azul de verde. No conocieron un tinte verde duradero hasta 1809. El proceso se repetía en cada color. Teñido y blanqueo final para aplicar un apresto con leche de cabra que tenía la misión de evitar el desteñido. Ya alisado y prensado, se encontraba listo para el mercado. El sistema de bloques de madera para imprimir el dibujo no comenzó a utilizarse sino después del siglo XVII. El dibujo se trazaba mediante la aplicación de pequeños bloques de madera de encina de 12 a 24 cm. El procedimiento, igual que lo relatado anteriormente, aunque los primeros resultaban bellos y encantadores debido a la libertad que para su decoración supone el diseñar a mano cada modelo. El Padre Jesuita Coeurdoux, en una carta fechada en 1742, explica detalladamente el proceso de “estas telas valiosas sobre todo por la vivacidad y la duradera calidad de los colores”. Las telas de algodón pueden ser suaves al tacto como la seda y delgadas como ellas o tan gruesas como las de lo.0na con que se fabricaban las velas que impelían los navíos por los mares del mundo. La extensión del artículo nos obliga a resumir y recordar el revuelo en Francia e Inglaterra entre los siglo XVII y XVIII cuando estas maravillas llegaron para ser usadas en vestimenta y decoración. Por ejemplo, la “zaraza”, tela estampada del grupo de los percales con sus vívidas flores entre follajes con dibujos a base de manchas en algunos casos fue denominado Chintz por los ingleses adecuando el
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vocablo indio. El “calicó” se llamaba así porque provenía del puerto de Calcuta. Los más famosos fueron, sin duda, los palampores y los calamcares, usados en abundancia en Inglaterra y Francia y de precio muy elevado. Los primeros procedían del distrito de Palampur en Bombay y de allí su nombre. En cuanto a los calamcares derivan de Kalam que significa pluma con la cual se hacían los dibujos. Grandes piezas de 3,50 m ó 4 m por 2,50 m ó 3 m. Su diferencia es el teñido. El primero, estampado por medio de pequeños bloques; el segundo, se delinea el dibujo con una pluma entintada en rojo y luego se llena a pincel los espacios, utilizando los colores elegidos. Los dibujos se ejecutaban como si fueran cuadros pictóricos. Entre los motivos representados, encontramos el árbol de la vida, motivo central rodeado de un jardín; el árbol poblado de pájaros exóticos y rodea la pieza una amplia cenefa repitiendo el motivo central o vides con flores entremezcladas. Otros motivos, el pino o conífera, el elefante, el loto representado
de perfil como un abanico abierto. Usaban colores como el gris azulado, rosa pálido, azul verdoso, rojo, amarillo, negro, azul, verde… Con el nombre de indianas se las conoce en estas tierras, nombre acuñado por los franceses que incluye los productos fabricados en Europa y América. En México, o sea Nueva España, existían fábricas de pintado que generalmente estampaban tejidos de algodón tanto del país como importados, los que llegaban de China vía Filipinas. El diseño copiaba los motivos orientales y los colores utilizados fueron azul, negro, morado, carmín. En una publicación sobre el algodón y la moda, el conservador del patrimonio del Museo Galliera, Mr. Pascale Gorguet Ballesteros, hace mención a un pedido efectuado en febrero de 1757 de Madame de Pompadour para que le reserven cuatro o cinco piezas de telas de algodón (muselina rayada) provenientes de la India. Por un tiempo, los magníficos algodones pintados de la India fueron tan codiciados como la seda natural.
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Historias entretejidas Por Delia H. Etcheverry
Los textiles, la trama de la historia
En el transcurrir de los siglos el hombre ha experimentado e
intemperie. Con las primeras cuerdas que confeccionó con
intervenido sobre las fibras, creando con ellas todo tipo de
cueros y tendones y el retorcido de las fibras vegetales para
estructuras de tejido, desde los más sencillos hasta los más
hacerlas más largas y resistentes, el hombre fue capaz de
sofisticados.
atar, sujetar, transportar, unir piezas de cuero y también crear las primeras construcciones sólidas. Es decir que estas primeras cuerdas y anudados fueron fundamentales para mejorar la subsistencia y el resultado, una de sus primera creaciones. Esta unión con lo textil es parte constitutiva de las culturas humanas, y puede observarse que en todas ellas, el tejido desempeña un rol protagónico; en la mayoría de los casos está asociado a la divinidad, y a veces se otorga poderes sobrenaturales a ciertas figuras femeninas que llevan a cabo esta actividad. Se las ha relacionado, por ejemplo, con las Parcas, quienes hilaban, tejían y cortaban la vida de los
Las fibras se encuentran en gran parte del mundo natural. Los seres
hombres, transformando la confección del tejido, la
vivos están compuestos de fibras que forman tejidos. Podría
actividad femenina más común y corriente, en un símbolo de
decirse que incluso el humano es un ser textil, debido a la
poder. Para los griegos, las tres Parcas eran Cloto (la
diversidad de tejidos que componen su cuerpo; éste es básicamente
hilandera), Laquesis (la que dispone el destino) y Átropos
una exquisito catálogo de distintos tejidos. El textil, en cambio,
(la inexorable), que corta el hilo de la vida con las tijeras de
quizás a nuestra imagen y semejanza, es una creación humana y
la muerte. Para las culturas germánicas las tres Parcas eran
estuvo presente desde los inicios de la cultura. Hace miles de años,
las Nornas, quienes tejían la trama del destino y repartían la
el hombre, cuando aún no conocía la cerámica y sin otro
fortuna sobre la cuna de cada recién nacido.
instrumento que las manos, aprendió a manipular fibras vegetales, produciendo entretejidos necesarios para cubrirse de la dura
En la mitología griega, Aracné demuestra esta conexión
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entre el tejido y las divinidades. El nombre Aracné significa “araña”; se trataba de una excelente tejedora, hija de un famoso tintorero.
reencuentro. Según el mito de Ariadna, esta princesa le entrega un ovillo de hilo a su enamorado, para que encuentre el camino de regreso y pueda escapar del laberinto del Minotauro. Algunos investigadores creen, debido a su asociación con el hilo y los giros, que era una diosa de la tejeduría. En Mesoamérica, para la mitología Maya, Ixchel era la diosa de los trabajos textiles, del amor, de la gestación, de la luna y la medicina. Se la representaba como una anciana vaciando un cántaro lleno de agua sobre la tierra, o también tejiendo en un telar de cintura amarrado a un árbol. Para los mayas fue la Luna quien enseñó a hilar y tejer a las mujeres. El textil, además de otorgar protección contra la intemperie y ser guardián de la desnudez, a modo de segunda piel, tiene también un aspecto simbólico y ritual. Para algunas sociedades adquiere
La muchacha era muy vanidosa a causa de sus habilidades, a tal punto que alardeaba de superar a la propia Minerva, nombre romano de Palas Atenea (diosa de la guerra y del tejido, de la sabiduría, la estrategia y la agricultura). Se realizó una competencia donde diosa y humana demostrarían su habilidad en el tejido. Mientras Minerva tejía la escena de su victoria sobre Poseidón, el tapiz de Aracné mostraba veintiún episodios de infidelidad de los dioses: Zeus con Leda, con Europa, con Dánae, etcétera. Atenea, enojada con este atrevimiento, y comprobando la
una función mágica; así el tejido se convierte en un escudo que protege de las fuerzas del mal. Es el caso de los bordados, que se considera que tenían un rol protector, ubicándolos sobre los bordes de las prendas, cuellos, mangas y dobladillos, para impedir el paso de las fuerzas maléficas. También suelen atribuírsele poderes benéficos, como cuando aparecen motivos para atraer la fertilidad a las recién casadas. Incluso acompaña al muerto en su viaje al más allá, siendo parte imprescindible de los ajuares funerarios.
superioridad de la humana, destruyó con su lanza el tapiz y el telar de Aracné. En el relato de Ovidio, la diosa la transformó en una araña y como castigo la condenó a tejer eternamente. También recordemos a Penélope, sin duda la mujer más admirada en las obras de Homero, ejemplo de hija, madre y esposa fiel. En
Otra función del textil es la de mostrar el estatus social, y como modo de identificación de un grupo social; para ello basta observar los huipiles de Guatemala donde sus motivos narran la historia de la portadora.
la Odisea, Penélope permanece leal a Ulises a pesar de los veinte
El textil ha sido desde sus inicios motivo de comunicación,
años de separación, resistiéndose al asedio de numerosos
trasmisor de ideas y lazo entre distintas comunidades. La Ruta de
pretendientes. Ella teje y desteje, y la tela servirá de excusa para
la Seda es un buen ejemplo: mediante esta compleja red de
que los años pasen resguardando su castidad; su tejido nunca se
caminos la gente tuvo la oportunidad de intercambiar bienes y
termina, y esta constancia es recompensada con el feliz
cultura entre Oriente y Occidente.
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Desde los primeros trenzados y entretejidos hasta la actual
prendas que responden con cierta autonomía a las necesidades del
tecnología han transcurrido miles de años de experimentación y
cuerpo, en función de las características del entorno.
acumulación de conocimientos, y siempre ha sido el textil motivo de interés y de búsqueda. El sector textil, que fue uno de los
De esta forma el textil se nos presenta en un continuo devenir a
motores de la Revolución Industrial, está viviendo actualmente
través de los tiempos, lleno de potencialidades, donde las nuevas
una segunda época de esplendor con los llamados “tejidos
tecnologías se acoplan a los antiguos conocimientos en una
inteligentes”. Se están produciendo grandes cambios, a una
constante recreación; está unido al hombre desde los inicios
velocidad sorprendente, que tendrán un profundo impacto en
mismos de la cultura y seguirá adaptándose para cubrir las
nuestras vidas.
necesidades humanas.
En la actualidad hay tejidos de todo tipo: los geotextiles utilizados en ingeniería civil para la construcción de carreteras, vías ferreas, canales y represas; los cosmetotextiles que ayudan a la piel a prevenir infecciones de agentes externos; textiles fotocromáticos, termocromáticos, textiles que conducen la electricidad; tejidos luminiscentes, con led incluidos; tejidos térmicos, antimanchas, antimicrobianos, con protección ante la radiación ultravioleta; y los ya mencionados textiles inteligentes, que permitan construir
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Crónicas Por Rosa Iglesias
Leyendo tejidos En idiomas de larga historia escrita, como el español la Etimología es una disciplina relacionada con la filología y con la lingüística histórica, que comprende el estudio del origen de las palabras mediante la investigación de su significado original, de su estructura, así como de los posibles cambios ocurridos en el transcurso del tiempo Ahora bien, de acuerdo a esto, entendemos que analizar etimológicamente el término de nuestro estudio ( los tejidos); agrandará el panorama de sus contenidos, esto es: qué nos dice, cómo nos lo dice; y nos hablará, por fin, del autor de ese mensaje. Es así como relacionaremos el término “TEXTIL”, con aquellos que comparten su raíz, reconstruyendo información y estableciendo inferencias. Proviene entonces el vocablo Textil del latín textus (tejido), del verbo texere (tejer, trenzar, enlazar). Del mismo origen, es la palabra Texto, que el Diccionario de la Real Academia Española, define como “enunciado o conjunto coherente de enunciados orales o escritos”. Y si se analiza su construcción interna se verán las muchas relaciones que existen entre los distintos signos que lo componen para entender mejor el sentido de la palabra. De esta manera, el verbo latino texere, nos dio tejer y tejido en castellano. También nos dio texto, hipertexto y pretexto. Este verbo, viene de la raíz europea tecks (tejer, fabricar con un hacha) que nos dio técnica, tecnócrata, tecnología, a través del griego techne (técnica, arte). La definición de la DRAE, nos lleva a dos disquisiciones: por un lado, que una obra literaria (ya sea una novela, un cuento o un poema), es tejido por el
autor. Ese texto, desarrolla una trama ( que designa el conjunto de los hilos que cruzados con la urdimbre forman un tejido, y también a todo enredo, artificio engañoso o argumento de una obra literaria. Esta palabra, también designa, en latín, a una cadena o a la tela de araña.), para nuestro deleite, emoción y ensanchamiento de nuestro mundo. Y por otro lado, que una obra textil, que un tejido se lee (leer: del latín legere (escoger). Siendo así la lectura el acto intelectual de elección y combinación de grafemas para extraer un significado. Llegamos entonces, por este medio que es la etimología a este argumento tan simple: en la Historia del Traje: intentamos leer los signos que nos dan los textiles, y extraer un significado, para nuestro deleite, nuestra emoción y el ensanchamiento de nuestro mundo.
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En las tablas por Alejandra Espector
El vestuario teatral isabelino Los textiles en la era isabelina
A finales del siglo XVI Londres se había convertido en una gran ciudad cosmopolita a través de su comercio con otros países, tales como España, Holanda y Francia. Esta interacción comercial tuvo un gran efecto en la moda. Aunque anteriormente ya la clase alta también se había vestido suntuosamente, el siglo XVI desarrolló a partir del comercio, una riqueza y complejidad mucho mayor. Muchas partes de las prendas isabelinas recibían nombres extranjeros indicando su origen o adaptación: French hose, French hood, Venetians, Spanish bonnet. La nobleza usaba todos los materiales y textiles que estaban a su alcance económico, ya que la indumentaria y la imagen eran la manera más manifiesta de mostrar riqueza e incluso cuando no existía una gran fortuna, su apariencia podía ayudar a conseguir los contactos sociales adecuados para conseguirla. Era mucho más importante la exhibición que la comodidad. Los aspirantes a puestos políticos gastaban grandes cantidades de dinero en su indumentaria para obtener patrocinio en la corte isabelina. Había una limitada variedad de materiales básicos disponibles. Los principales eran lana, lino, seda, piel, cuero, metales y piedras preciosas, pero al contrario de lo que podemos pensar desde la perspectiva actual, la variedad de combinaciones, tejidos y acabados no era en absoluto limitado, sino que abarcaba muchas más posibilidades que las telas de fibras naturales disponibles actualmente. Las mezclas eran muy comunes y populares y el lino, la lana, la seda y el algodón se entremezclan con frecuencia para producir diferentes texturas y posibilidades. Una cosa a tener en cuenta es que en la era isabelina, los materiales eran muy caros, pero el trabajo era barato. Los procesos utilizados para fabricar las telas y las texturas eran muy laboriosos, pero sobraba la mano de obra.
Kersey era el tejido más grueso y basto usado por la gente común, mientras que la lana combinada con seda y lino producía tejidos mixtos mucho más caros y confortables durante el buen tiempo. Incluso había leyes escritas al respecto para fomentar su uso. Otro componente básico de las prendas isabelinas era el lino. El lino es un tejido muy confortable, fácil de limpiar y de rápido secado, lo que hace que fuera ideal para las camisas,
Por otro lado, el norte europeo experimentó un período de frío intenso, lo que impulsó tanto el uso de pieles como de lanas pesadas. Esto influyó positivamente en el comercio de la lana, tela resistente y versátil tanto para pasar los fríos inviernos como los veranos frescos y húmedos. Se teñía fácilmente y era la fibra más barata y práctica disponible. Era un material muy común, funcional y cómodo para la gente de todas las clases sociales, y podía variar de manera significativa su calidad y precio, siendo su variedad enorme. El
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ropa interior, cuellos, puños, etc. Era el textil de uso múltiple, que iba desde los más finos tejidos translúcidos para las camisas de primera calidad hasta el lienzo, para prendas externas. También se utilizaba para el forro, relleno y entretela de las prendas y se mezclaba con otras fibras, en particular la lana. A veces, se impregnaba con goma para que fuera más rígido, en cuyo caso se llamaba bucarán. Se importaba del norte de Francia y de los Países Bajos. No siempre teñía bien pero resultaba más cómodo en el verano que el algodón. La tela de algodón era muy común en otras partes del mundo, pero en Europa gran parte del material era importado y caro. Generalmente en el período isabelino se refería como algodón a un proceso de acabado de la lana que quedaba con una textura suave y esponjosa. El fustán o bombasí, una mezcla de lino y algodón, era muy común. Podía tener un acabado semejante a la lana fina o incluso al terciopelo. Resultaba particularmente útil para el relleno de las prendas acolchadas. Ocasionalmente se utilizaba para prendas de vestir tales como calzas y jubones por razones de economía. En tales casos eran de un tipo más pesado y denso. La seda era la fibra más popular en la clase alta, pero algunas de las telas que figuran en los inventarios, tales como "cipers", "chamlett" y "tyffeneye", se confeccionaba con mezcla de pelo de camello o de lana. Era el material base para la confección de tafetanes, rasos, gasas, terciopelos, y sirvió también como base para el paño de oro o plata, a menudo en colores brillantes como el rojo o púrpura, negro o blanco. Era importado de Italia y España. El satén era una de las telas lujosas más baratas y el damasco una de las más caras. La seda se utilizaba para las camisas finas, el satén y el tafetán para las capas exteriores y para forro de las capas de terciopelo. El brocado, el bucarán, el percal, la batista, el lienzo, el calicó, la pana, el damasco, el fieltro, la franela, la gasa, la lana, el lino, el satén, la seda, el tafetán, el terciopelo eran textiles comunes pero por sus precios generalmente se usaban más las mezclas. El cuero fue también un material importante en la ropa isabelina. Se utilizaba no sólo para los guantes, cinturones y zapatos, sino también para una gran variedad de prendas de vestir, especialmente masculinas, incluyendo sombreros, jubones, calzas, carteras, bolsos, etc. Los colores naturales tales como amarillo, marrón, beige, negro, eran los más comunes.
mantener la estructura social del sistema de clases isabelino de manera férrea, ya que hacía inmediatamente identificable la clase y posición social del usuario por el corte o color de ropa que llevaba. Las sanciones por violarlas iban desde multas, pérdida de propiedades y títulos hasta la ejecución misma del infractor. No sólo los materiales estaban restringidos sino también los colores, ya que algunos colorantes para teñir eran muy caros. Los colores más comunes se basaban principalmente en los tintes naturales, marrón, gris, rojo, azul, amarillo y verde. Las telas marrones y grises eran las más económicas, y estaban asociados con los pobres. Los isabelinos que usaban la ropa hecha de telas tales como terciopelo, brocados, pieles, encajes, sedas, satén, algodón y tafetán eran inmediatamente reconocidos como miembros de la nobleza isabelina o de las clases altas. La seda púrpura y las pieles de armiño y de marta eran reservadas exclusivamente para la reina, el rey y sus familiares. El terciopelo carmesí y escarlata estaba reservado para la más alta nobleza: duques, marqueses, y condes. Los paños de oro y de plata y los bordados de perlas, así como también las pieles de lince, la seda, el satén y el damasco estaban reservados para la toda nobleza incluyendo vizcondes y barones. Los colores de la nobleza más usados eran carmesí, blanco, negro, oro, complementados con mucha ornamentación.
El uso de los textiles y el color de acuerdo a las Leyes Suntuarias En la era isabelina las clases sociales estaban experimentando una movilidad sin precedentes, sin embargo paradójicamente fue un período dominado por una estructura de clases. Los hombres y las mujeres isabelinos no tenían permitido usar ni los materiales ni los colores que quisieran sino que el color, la tela y los textiles de su indumentaria eran dictadas por su condición o posición social. Las leyes que lo regían eran llamadas Leyes Suntuarias, decretadas por la reina Isabel en 1574. En ellas se especificaba qué estilos, materiales, adornos, colores podían ser usados por cada clase y ocupación. Su objetivo era controlar los gastos del pueblo en la ropa y la importación de telas lujosas y joyas pero en realidad servía para
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Los únicos que no eran nobles y tenían permitido el uso de este tipo de materiales eran los hombres y mujeres que estaban al servicio de la reina o de la nobleza. Los sirvientes usaban generalmente azules y el verde era permitido para todas las clases. La gente de las clases bajas en general, usaban ropa de lana, lino y piel de oveja. Dependiendo de su oficio, algunos tenían permitido usar también pasamanería de seda y tafeta. La clase media trabajadora, los mercaderes y comerciantes usaban los mismos trajes que la nobleza pero en lana, lino, pana, corderoy, etc. con mucho menos adornos y texturas más simples.
El vestuario teatral isabelino Las únicas excepciones a las leyes suntuarias eran las del vestuario teatral. La reina le otorgó una licencia especial a los aristócratas que mantenían a las compañías teatrales por las que los actores podían usar en sus representaciones los trajes isabelinos sin ninguna restricción. Las representaciones en el teatro isabelino apenas usaban decorados. La escenografía era simple y fija y la utilería daba la ubicación de la acción ( un trono era la corte, una mesa era la taberna, etc.). Era el vestuario el que focalizaba la atención de los espectadores y las compañías de actores patrocinadas por distintos miembros de la nobleza, rivalizaban entre sí a través del mismo, sobre todo en las tragedias, cuyos trajes eran particularmente magníficos. Hay que tener en cuenta que aunque la obra transcurriera en la antigua Roma, los actores siempre usaban la indumentaria de su época. Importaba mucho menos la fidelidad del vestuario a los estilos del traje de la época evocada, que la transmisión de la clase social y jerarquía del personaje. Lo importante era dar la idea del lujo y de la fastuosidad de los personajes representados. En los diálogos de muchas obras de Shakespeare hay mención a prendas o accesorios isabelinos aunque transcurrieran en otras eras o
lugares, como en “Corolianus”, “Titus Andronicus”, “Romeo y Julieta”, etc. Además del diálogo, los actores isabelinos usaban el vestuario como recurso para guiar a los espectadores en la comprensión de la acción de la obra. Los actores llevaban trajes elaborados que no sólo se identificaban con una determinada clase social, profesión o grupo significativo en la obra sino también con miembros de una determinada familia por un color o textil particular. Los trajes eran profusamente decorados con lazos, bordados, pasamanería, galones, incrustaciones de perlas, joyas y lentejuelas, adornos de encaje o flores artificiales y las plumas y las joyas eran adornos normales. El vestuario de los hombres, al igual que las mujeres, era muy complejo, muy colorido y con mucha ornamentación. Los hombres llevaban siempre sombrero en las escenas de interiores. Dado que todo el público estaba familiarizado con el significado de las diferentes prendas de vestir y los tejidos y colores diferentes que indicaban su posición, los roles resultaban evidentes de inmediato. Un espectador sabía exactamente qué tipo de personaje era antes de que dijera su primera línea y los extranjeros que asistían a las representaciones se quedaban admirados y asombrados por la riqueza y complejidad del vestuario. Cuando un personaje aparecía en el escenario vestido de marrón, verde o gris, en lino o lana, piel de nutria o zorro con adornos de vidrio coloreado, el público sabía que era de clase baja o clase trabajadora media, pero cuando alguien aparecía vestido de blanco, índigo, amarillo, dorado, en seda, brocato o terciopelo, piel de armiño, diamantes o rubíes, sabían que eran nobles o realeza. El terciopelo carmesí significaba la Iglesia, el rojo era el color del coraje, el negro simbolizaba el poder y la autoridad, y el púrpura estaba reservado sólo para los reyes. Tal era la comprensión del simbolismo de las tipologías de trajes, los colores y los materiales, que Shakespeare y otros dramaturgos de la época los utilizaban como recurso visual para acentuar el prestigio moral y social de los personajes de sus obras. Por otra parte las obras debían ser producidas a toda prisa con el fin de vencer a la competencia de los teatros rivales y satisfacer el apetito del público por el drama isabelino y generalmente los sastres no tenían el tiempo suficiente para realizar y construir trajes enteramente nuevos. A menudo eran arreglados y modificados de acuerdo a los actores y los personajes interpretados, ( los papeles femeninos eran actuados por jovencitos), pero siempre mantenían la estructura, las telas, texturas y colores acordes a su origen en la vida real.
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Diseño en acción Por Guadalupe Kleiman
¿Qué es el diseño textil? Decorar es un instinto natural del hombre, quien desde tiempos remotos lo ha hecho de diversas maneras, tanto para embellecer su hogar como su propio cuerpo. Diversas culturas diseñaron motivos decorativos que fueron aplicados a través de diferentes métodos, siendo las técnicas más comunes la pintura, el teñido, el estampado y el tejido. Las primeras técnicas de teñido y estampado se aplicaron sobre el cuerpo humano mucho antes que sobre los textiles, ya que el tatuaje y la pintura corporal siempre han existido a lo largo de la historia de la humanidad y están presentes en distintas culturas. La necesidad humana de vestirse primero se resolvió utilizando pieles de animales, hojas y cortezas de árboles, y más tarde se desarrollaron las técnicas de hilatura y la producción de tejidos; como consecuencia algunos sistemas de decoración y estampado que se utilizaban sobre el cuerpo se trasladaron a las superficies textiles. El diseño textil surgió en un principio como artesanía, más adelante se transformó en oficio, y actualmente es una disciplina que se ocupa de la creación de productos en relación con la industria textil, con múltiples aplicaciones y campos de acción: en la indumentaria, la ropa deportiva, la tapicería y en productos especializados para usos médicos, arquitectónicos e ingenieriles. El diseño textil satisface necesidades tanto físicas como psicológicas. El rol del Diseñador Textil
Un diseñador textil debe intentar captar y dar respuestas funcionales y estéticas a cada problemática particular referida a lo textil, en el marco de la sociedad que integra y de una determinada cultura.
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específicas, y también se puede combinar colores u obtener efectos especiales para lograr hilados fantasía. Otro sector posible es el de tejeduría, donde se producen tejidos planos, tejidos de punto o textiles especiales; las telas más usadas en la industria son producidas mediante el entrecruzamiento o entrelazamiento de hilos, y variando la manera de entrecruzarlos o mezclando hilos diferentes es posible obtener características estructurales y estéticas distintas. En el sector de tintorería se tiñen tejidos y se diseñan distintos tratamientos que pueden variar el aspecto final de las telas. El diseño de estampados es un sector que se El desarrollo de un diseño textil implica un proceso extenso por
caracteriza por el desarrollo de dibujos y variantes de color, que
parte del diseñador, que consta de varias fases; en primera
se aplicarán a las telas mediante técnicas de estampación.
instancia tenemos la observación, la investigación, el análisis,
También existen sectores tales como el de bordado y los no
testeos, ajustes y bocetos. Luego, tiene que asegurarse que el
tejidos. De este modo los diseñadores textiles pueden así
producto diseñado cumpla con los objetivos previstos, mediante el
especializarse en proyectar diseños dentro de un área más acotada
desarrollo de prototipos que demuestren que el mismo es apto para
para cada necesidad y momento de uso.
su fabricación en cierta cantidad, y que conservará a lo largo del
Cada una de estas áreas en particular requieren por parte del
proceso productivo las funciones y características buscadas. Una vez cumplidas estas etapas se puede desarrollar un plan de producción.
diseñador, la especialización y el conocimiento de sus sistemas productivos, y es necesaria una actualización constante, de manera que la propuesta que el diseño establezca en cada caso será la conjunción de la evaluación de múltiples variables y El campo de acción del diseñador textil abarca distintas áreas de producción, como por ejemplo el sector de hilandería, donde se combinan distintas fibras para producir hilados con propiedades
factores que van desde los avances tecnológicos, las macro y micro tendencias, entre otras, hasta las necesidades emocionales de los usuarios.
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Por el Mundo Por Analía Yaker Valle
Textiles por el mundo Sería imposible enumerar todos los museos que poseen piezas textiles en sus colecciones. A su manera, y, acorde a la temática propia de cada una de las instituciones a nivel mundial, como aquellas especializadas en épocas o civilizaciones puntuales, hasta los palacios europeos y los museos etnográficos latinoamericanos, y más, cada uno cuenta con piezas textiles de diferentes origines y construidos con diferentes materiales que identifican a una o más culturas. Es por ello, que haremos un recorrido al azar entre museos y colecciones orientadas al campo textil. El primero, especializado en este tema, que tuve el gusto de visitar en el 2008 fue The Textile Museum, ubicado en la ciudad de Washington DC, exactamente en 2320 S street NW, en los Estados Unidos. Fue fundado en 1925 por George Hewitt Myers con un patrimonio inicial de 275 alfombras y 60 textiles. Para 1957 sus colecciones incluían piezas artísticas de África, Asia y Latinoamérica. En sus comienzos el museo sólo podía visitarse solicitando cita previa y recibían cientos de visitantes anualmente. En la actualidad, es una de las instituciones a nivel mundial altamente especializadas en el campo textil y recibe entre 25.000 y 35.000 visitas cada año. Este museo ha establecido como su misión contribuir a la expansión y apreciación de los meritos artísticos y la importancia cultural de los textiles mundiales, tanto a nivel local, nacional como internacional.
lograda en las primeras décadas del siglo XX, aún hoy presenta una maestría inigualable, y su metodología no ha podido ser completamente develada, más allá de las patentes de proceso y maquinaria dejadas por Fortuny. Respecto a su trabajo, quien les escribe ha tenido el placer de observar varias de sus maravillosas piezas textiles y trajes, exhibidos en el Museo del Traje. Centro de Investigación del Patrimonio Etnológicode la ciudad de Madrid, ubicado en la Avenida de Juan de Herrera 2. Dentro de su exhibición permanente que abarca objetos que datan del 1500 hasta las exhibiciones temporarias con trajes de las últimas colecciones de los grandes diseñadores actuales. Allí, en una vitrina especial, podemos encontrar piezas textiles que pertenecieron a Fortuny, incluyendo chaquetas, vestidos plisados conocidos como Delfos, y piezas textiles de gran belleza y compleja elaboración.
Otra institución dedicada a este tema es el Textile Musem of Canada. Bajo el lema “conectando la tela, la cultura y el arte”, este museo se encuentra en la ciudad de Toronto y cuenta con 12.000 objetos provenientes de más de 200 países y regiones, que apuntan a celebrar la diversidad cultural al incluir textiles tradicionales, trajes típicos, alfombras y artefactos relacionados como bordados y cestería. Fue incorporado al circuito de museos canadienses en 1975 bajo el nombre de Canadian Museum of Carpets and Textiles (Museo Canadiense de Alfombras y Textiles). Ubicado en 55 Centre Avenue el TMC, como se lo conoce, es otro ejemplo de la importancia y gran dedicación al estudio y difusión del arte textil. Finalmente, párrafo aparte merece un gran genio del arte textil como fuera Mariano Fortuny. Español, artista multifacético y genio en lo que al manejo de textiles se refiere. Su técnica de plisado de la seda natural de más alta calidad,
Textiles y trajes de Mariano Fortuny. Colección Museo del Traje - CIPE, Madrid. Exhibición Fortuny. Queen Sofía Spanish Institute, New York, 2013.
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