TERCIOPELO Marzo 2015. Año 3 ISSN: 2250 - 7477
El sombrero como forma de identidad Sombrero sombreritus... “POR QUE TENIAN QUE SER SERPIENTES” Un sombrero con historia
EL SOMBRERO Y LA SALUD
Sombreros
Editorial Por
Analía Yaker Valle Directora editorial
Sombreros, tocados o cubrecabezas; bajo estos tres nombres genéricos podemos agrupar a una enorme cantidad de accesorios que, a lo largo de la historia, complementaron el traje y dieron una apariencia determinada. No solamente con la premisa de proteger del sol, los sombreros fueron por mucho tiempo un símbolo o elemento identificador. Han sido usados también como objeto central en la comunicación sin palabras, en la que un caballero se quitaba el sombrero en señal de respeto ante una dama, o tocaba el borde del ala a modo de saludo cortés en la calle. Hay modelos que a simple vista nos remontan a épocas muy puntuales, como el hennin de la Edad Media (cariñosamente conocido como bonete de hada, cortesía de la película de dibujitos animados La bella durmiente de Disney). O el inigualable sombrero de ala muy ancha con adorno de plumas que hasta hoy es ícono de los Mosqueteros franceses del Barroco. Ya en nuestras orillas, allá por la década de 1830, Don Manuel Mateo Masculino, comerciante de peines y peinetas, tuvo la gran idea de tallar una peineta de grandes dimensiones como atractivo para la vidriera de su comercio. Se cuenta que una dama porteña fascinada con el modelo, le ofreció comprarlo y fue en vano que Masculino intentara aclararle que era sólo un adorno de escaparate. Así fue como el peinetón irrumpió en las calles de la ciudad de Buenos Aires, creando una moda propiamente nacional. Vale recordar que el uso de la peineta para complementar el peinado femenino fue herencia española, pero éstas nunca sobrepasaban el ancho de la mano en tamaño. Entre los hombres, y casi proveyéndolos de su estatus de caballero, la galera o sombrero de copa, por siempre será un símbolo de distinción y elegancia entre los accesorios masculinos. Y qué puede tener mayor carga de identidad y simbolismo que los tocados de plumas utilizados por muchas civilizaciones y tribus nativas americanas. No puedo dejar de mencionar aquellos modelos que se nutrieron de la historia del traje, saltaron a la “gran pantalla” y se convirtieron en el elemento identificador de personajes inolvidables. Por supuesto, al tope de la lista está el bombín negro ( también llamado sombrero hongo) de Charlie Chaplin. No podemos pensar en Indiana Jones sin su Fedora marrón. Si a comunicación sin palabras nos referimos, una corona es poseedora del mensaje más fuerte. El poder absoluto resumido en un sólo objeto, cruza de accesorio y joyería de la más alta calidad. Con los componentes y la elaboración más exquisita que las manos pudieran crear, siempre tendrá esa particularidad de ser única e irrepetible. Los accesorios, en este caso los sombreros, son parte intrínseca de la apariencia y por ende de la identidad humana. Quizás en otros tiempos han gozado de mayor popularidad o han sido usados más habitualmente, pero ya sea por una necesaria protección en tiempos actuales o por cuestiones de estatus, nuestras cabezas siempre requerirán un sombrero que complete el atuendo.
STAFF DE TERCIOPELO Directora Editorial Analía Yaker Valle Editora Agustina Fornasier Jefe de arte y diseño gráfico Dacio Luna Álvarez Columnistas Bárbara Brizzi Delia Etcheverry Alejandra Espector ISSN: 2250 - 7477
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Edición Abril 2015
Sumario En pantalla Ayer y hoy Entretejidos
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Imágenes del mes En las tablas
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En pantalla Por Bárbara Brizzi
Sombrero sombreritus... Sombreros y, en algunos casos cubrecabezas o tocados inolvidables. Tener algo en la cabeza, en algunos momentos de la historia de la humanidad, fue algo ineludible. Y, en la pantalla grande, algunos sombreros resultaron tan emblemáticos que, aunque los veamos solos, nos remiten al personaje: un bombín y un bastón de caña = Carlitos Chaplin; un Fedora y un látigo = Indiana Jones. Bueno, pongamos en orden lo que tenemos en la cabeza... Si hubo una actriz de la época de oro de Hollywood que encantó por sus sombreros, esa fue Bette Davis. De extraña belleza, sus ojos enormes siempre se veían realzados por los tocados que llevaba y provocaba que sus admiradoras, después de maravillarse por su elegancia tan particular, corrieran a la sombrerera habitual o, hasta recurrieran a sus propias manos, para confeccionar los modelos de turno. Así lo contaban mis tías que de esto sabían mucho. ¿Quién, que haya visto a Audrey Hepburn coronando su esbelta figura con esa maravillosa capelina negra en Desayuno en Tiffany's, podría olvidarla? O con esos extraños modelos que semejan un panal de camoatí que servían para cubrir esos rodetes que ella misma puso de moda a través de películas como Charada (Stanley Donen, 1963, con vestuario de Givenchy). Si de capelinas se trata, qué decir de la que enmarcaba el rostro luminoso de Vivien Leigh en aquella memorable escena de Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, George Cukor, Sam Wood – 1939 ) en la que, después de estrujar su talle dentro de las apreturas del corsé, se calza un vaporoso vestido para ir a un pic nic y, según mandaban las costumbres, se cubría la cabeza para evitar que los rayos del sol desmerecieran su níveo cutis. A decir verdad, el modelo de sombrero presentado en esta escena, no se corresponde con la norteamericana pero, ni un vestuarista de la moda de la época de la Guerra de Secesión
talla de Walter Plunkett pudo resistirse a la tentación de ver el rostro de la actriz resaltado por la gran ala del sombrero. Claro, alas hay muchas, pero como la del bombín de Harold Sakata en su papel de Oddjob en Goldfinger (Guy Hamilton – 1964), ninguna. El sombrero convertido en un arma letal arrojadiza que con su ala afilada podía hasta decapitar una escultura clásica. Bombín usaron, también, los drugos de La naranja mecánica (Stanley Cubrick – 1971) y así la cara de Malcom Mc Dowell con las pestañas postizas en un solo ojo quedó como símbolo de esta historia cruel y sádica. Tal vez la foto más emblemática de Casablanca ( Michael Curtiz - 1942) sea aquella en la que aparecen Humphrey Bogart e Ingrid Bergman – Rick e Ilsa – en la escena final, en el aeropuerto, bajo la lluvia y en la que sus sombreros forman una especie de juego de ying yang de una estética muy particular. Para esa misma época, la brasileña Carmen Miranda, meneaba su figura enfundada en coloridos vestidos de “carioca” hollywoodense, tocados con increíbles turbantes cuajados de bananas, frutas, flores y todo lo que la madre naturaleza podía proveer para hacer más vistoso el atuendo y atraer potenciales viajeros a las soleadas costas de Brasil. Brasil, Brasil...Brazil (Terry Guilliam – 1985), increíble película futurista, terrible en su visión descarnada de las operaciones estéticas y otras circunstancias, en la que James Acheson, como vestuarista, colocó en la cabeza de la madre del protagonista, que a esa altura de la historia, ya se veía más joven que su propio hijo, un tocado con forma de zapato de taco alto invertido, igual que el que había creado Dalí para acompañar un modelo de Schiaparelli. Mucho menos sofisticado, pero no por eso menos atractivo, resultó el sombrero de Cocodrilo Dundee (Peter Feiman – 1986) que, orlado por los dientes del caimán de marras, acentuaba la reciedumbre del rústicamente tierno protagonista.
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Hubo también películas que lo llevaron en su título como Sombrero de copa (Mark Sandrich –1935) en la que Fred Astaire lucía, como él sólo lo puede hacer, el impecable frac “tocado” con la, no menos impecable, galera que se sacaba elegantemente para bailar cheek to cheek con su ineludible pareja, Ginger Rogers. Una galera desmesurada cubierta por encaje, una cinta rosa fucsia y una cantidad inútil de pinches para sombrero como improbable adorno fue el accesorio para la muy simpática caracterización lograda por Colleen Atwood para Johnny Depp como el Sombrerero Loco que Tim Burton imaginó para su Alicia en el país de las Maravillas (2010). Y esto, trae a la memoria, al personaje que inspiró el título de este artículo que, también con una enorme galera, andaba por la vida como un inocente niño pobre hasta que.... sombrero sombrerítus...conviérteme en Superhijitus.....fu fu y chucuchucuchucuchu... Menores de 30, abstenerse.
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Ayer y hoy Por Agustina Fornasier
El sombrero y la salud En el año 2014, la firma Productos Banus y la Fundación Museo
menciones especiales. Dicho jurado
del Traje organizaron la Segunda Edición del Concurso de Diseño
estuvo conformado por el Lic.
de Sombreros “Mostrá lo que tenés en la cabeza”. Este Concurso
Marcos Shayo, inventor y creador
tuvo como principal objetivo volver a instalar el uso del sombrero,
del Concurso; Mus. Bárbara Brizzi,
no sólo como un producto de consumo masivo, sino como un
Coordinadora General del Museo
accesorio imprescindible para la protección a los rayos del sol.
Nacional de la Historia del Traje y la reconocida y queridísima
Diseño y salud fueron de la mano.
Lic. Susana Saulquin, socióloga de moda. Finalmente, el viernes 12 de Diciembre de 2014 se llevó a cabo la Entrega de Premios. Los ganadores fueron: Primer Premio: María Soledad Pardo; Segundo Premio: Cecilia Denegri Pérez; Menciones Rentadas: Andrea Pérez Páez, Mabel Coronel y Paula Ledesma; Mención Honorífica: Verónica Timossi; Menciones: Manuela Aparicio, Natalia Alicia Tissera Durante la ceremonia de entrega, se les
El sombrero, en sus diferentes formas y derivados, es un accesorio
propuso a los diseñadores que ellos mismos eligieran uno de los
que fue utilizado desde tiempos inmemoriales y que se ha usado
sombreros presentados para permitir, también, el reconocimiento
cotidianamente hasta la década del '50 del Siglo XX. Luego, y a
de los colegas. En este caso, ese premio coincidió con el Primer
medida que fue pasando el tiempo, fue perdiendo su importancia y
Premio del Jurado y María Soledad Pardo se llevó todos los
hoy, aunque cada vez menos, resulta llamativo ver a alguien
aplausos.
utilizando uno. Más allá de gustos y de estética, el sombrero
También se entregó el Premio del
cumple una función muy especial, sobre todo en estos tiempos que
Público, quien durante los días
nos tocan vivir: nos protege de los rayos del sol y ayuda a prevenir
previos a la entrega, pudo votar
el cáncer de piel. Con esta premisa como horizonte, se llevó a cabo
por Facebook su diseño favorito.
este concurso, el cual nos dejó excelentes prototipos.
Es así que Mónica Nadia Alegre
Se presentaron más de 50 diseños y un jurado de expertos tuvo la
también tuvo su merecida
difícil tarea de seleccionar a los ganadores y a los merecedores de
distinción.
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Durante más de quince días, hasta el pasado 5 de enero, todos los diseños presentados fueron expuestos en el Hall central del Museo, lo cual ayudó también a la difusión del principal objetivo de este Concurso: usar sombreros como forma de prevención.
El sombrero y la moda El 2014 fue un año donde la temática “Sombreros” se hizo presente, más que nunca, en el Museo del Traje. No sólo fue parte del Concurso de Diseño sino que también la institución fue invitada a participar en el Prix de Baron B, en el Hipódromo Argentino de Palermo, exponiendo cinco sombreros y tocados (1900-1950), todos correspondientes a la Colección Didáctica de esta institución. Seleccionamos cinco piezas que reflejaron el estilo y las costumbres de las primeras cinco décadas del Siglo XX. El dress code exigía smoking para los hombres y sombreros o fascinators para las mujeres. Durante la noche, un jurado de lujo, compuesto por Susana Saulquin, Ana Torrejón, Dolores Paillot y Javier Iturrioz, seleccionaron el mejor fascinator de la noche.
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Entretejidos Por Delia Etcheverry
El sombrero como forma de identidad El sombrero como identificación del estado civil de las Este colorido accesorio está confeccionado con paja de centeno personas: La gorra de Montehermoso Desde tiempos inmemoriales el hombre ha usado tocados,
trenzada; sombreros similares, de fibras vegetales, se hallan
sombreros, gorros, fajas tejidas y entrelazados del cabello con el fín
representados en una de las capillas de la catedral de Ávila,
de ornamentar la cabeza, destacando esta parte tan importante del
datados en el siglo XV.
cuerpo. Un ejemplo muy conocido es la Venus de Willendorf que
Se trata de una gorra y no de un sombrero porque tiene un ala tipo
actualmente se conserva en el Museo de Historia Natural de Viena
visera y deja una abertura en la parte posterior. Muchas son las
que data aproximadamente del 22000 a.c. Estos artefactos están
versiones sobre el surgimiento de este vistoso tocado. Algunos
relacionados con los comienzos de la producción textil, consistentes
historiadores le atribuyen un origen Celta. Blas González dice:
muchas veces entretejidos de fibras vegetales.
“No hay duda (según numerosos estudiosos del tema) acerca del
Los accesorios para cubrir la cabeza, seguramente, cumplieron una
origen celta del gorro de Montehermoso. Las tribus celtas rendían
función protectora ante el sol, el frío o incluso los golpes. Pero
culto a la mujer a la que engalanaban con multitud de adornos.
además se los puede ver asociados hasta nuestros días con rituales
Su forma, con anchas alas y abertura posterior, así como su
sociales, religiosos y muchas veces como un símbolo de autoridad
elevado casquete, tenían como finalidad adaptarse al peinado
o poder. En los diversos contextos sociales los sombreros y
celta (estos recogían el pelo formando el moño)”.
tocados pueden conllevar un amplio abanico de significados. La pieza que a continuación describiré es una gorra que corresponde al traje regional de Montehermoso, provincia de Cáceres, en España. Integra el patrimonio del Museo Nacional de la Historia del Traje, y da cuenta de cómo un sombrero puede ser un símbolo regional a la vez que denotar el estado civil de la persona que lo usa. Otros lo relacionan con la época en que los moros habitaban las tierras del lugar. Finalmente, otra teoría surge de la investigadora norteamericana Ruth Matilda Anderson quien refiere que según le contó una mujer en 1928, su madre de apellido Gracia, creó la gorra para protegerse del sol en las labores del campo. Pero lo cierto es que esta vistosa gorra, con el tiempo fue aceptada, ya que
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resultaba cómoda, adaptándose al peinado de rodete en la copa y al
La gorra de casada tiene menos adornos que la de soltera y
moño detrás. Pasó a formar parte del atuendo cotidiano, para
carece de espejo. La tradición cuenta que en el momento del
engalanarse en épocas festivas como en la romería de Valdefuentes
casamiento, el marido debía romper el espejo para que otro
o simplemente como coquetería en los días de mercado. Joaquín
hombre no se mirara en él, y no los reponían por no necesitar tanta
Sorolla muy bien la representa en su pintura "El Mercado" del año
coquetería.
1917, destinado a The Hispanic Society of America.
La gorra de viuda es de color negro, y la usaban las mujeres para guardar luto. También solía ser usada por mujeres de la tercera edad independientemente de que fuesen viudas o no quienes curiosamente le colocaban de nuevo el espejo roto. Tanto la gorra de mujer casada como la de viuda son más sobrias en el adorno. Es decir que de manera fácil y rápida se podía saber si la mujer estaba disponible para iniciar una relación sentimental. Otros elementos adornan la gorra, tales como botones, tiras y cordones, apliques en tela de fieltro de colores en forma de corazón, de estrellas y flores, y los característicos y muy llamativos pompones de lana de fuertes colores. Antiguamente gran parte de las mujeres del pueblo se dedicaba a este trabajo artesanal. En la actualidad su técnica está en manos de un reducido grupo de ellas; su confección es muy laboriosa y el artículo se usa sólo para lucir en fiestas donde se mantiene la tradición.
Como puede observarse, se trata de una gorra muy llamativa; la forma y el colorido de sus adornos varían según sea para una
La gorra de
mujer soltera, una casada o a una viuda. Es decir que esta gorra es
Montehermoso se ha
indicadora del estado marital de la portadora.
convertido en un símbolo de esta región de España.
La gorra de soltera, era utilizada por las mujeres jóvenes y
Es parte de su folclore, ya
solteras. Es la más llamativa por estar destinada a la mujer sin
que está impregnada de
compromiso que quiere llamar la atención del varón. Tiene más
simbolismos locales;
adornos que las otras gorras y un espejo en el centro. El espejo
como objeto de valor
tiene varios propósitos, el más simple directo relacionado con la
artístico expresa el sentir
coquetería, ya que necesitaban mirarse al espejo para arreglarse
de las mujeres e identifica
durante las tareas del campo. Otros lo asocian con la virginidad,
a la comunidad de
aunque dentro de la comunidad local no se acepte este simbolismo.
Montehermoso.
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Imagenes del mes
Circa 1860
Circa 1900
Circa 1890
Circa 1900
Circa 1900 - 1910
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En las tablas por Alejandra Espector “POR “POR QUE QUE TENIAN TENIAN QUE QUE SER SER SERPIENTES” SERPIENTES” Un Un sombrero sombrero con con historia. historia.
Indiana Jones y los cazadores del arca perdida es una película estadounidense del género de aventuras estrenada en el año 1981. Fue dirigida por Steven Spielberg y producida por George Lucas. Fue el primer film de la saga Indiana Jones concebida como una versión moderna de los seriales de 1930 y 1940 de la empresa Republic Pictures. A Indiana Jones y los cazadores del arca perdida (1981) la siguieron Indiana Jones y el Templo de la Perdición (1984), Indiana Jones y la última Cruzada (1989) e Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal (2008). Indiana Jones fue interpretado en todas las películas por el actor Harrison Ford, quien lo convirtió en personaje icónico de culto.
que quedara fijada en el espectador. El diseño conceptual del personaje fue realizado por el dibujante de historietas Jim Steranko, quien se basó para su creación en los siguientes personajes cinematográficos: David Jones (Alan Ladd en China (1943)), Fred C. Dobbs (Humphrey Bogart en El tesoro de Sierra Madre (1948), y Harry Steele (Charlton Heston en El secreto de los Incas (1954). El vestuario de Indiana Jones es prácticamente igual al de Harry Steele, variando algunos detalles en el diseño de las chaquetas, en las dimensiones del ala y copa del sombrero, en los parches que
LA CREACIÓN VISUAL DEL PERSONAJE INDIANA JONES El personaje, conocido también como Indy o Doctor Jones (apodo de Henry Walton Jones Jr.) es un arqueólogo y profesor que trabaja en la ficticia Universidad Barnett, en New York en 1936. Sus viajes tienen el objetivo de encontrar objetos de valor histórico y muchas veces esotérico para la humanidad, enfrentándose con oponentes que quieren conseguir lo mismo, pero para posteriormente utilizarlos con fines perversos. Algunos de estos objetos son el Arca de la Alianza, el Santo Grial y la Calavera de Cristal. La imagen visual de Indiana Jones es inconfundible, chaqueta cazadora de cuero, látigo y el famoso sombrero de fieltro marrón, ya que sus co-creadores, Steven Spielberg y George Lucas, querían que el personaje tuviese una silueta distintiva, muy pregnante visualmente,
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sólo aparecen en la cazadora de Steele o su chalina blanca. El sombrero se convirtió en parte integral y accesorio constitutivo y característico del personaje icónico que resultó Indiana Jones. Aunque nunca se usó el mismo vestuario realizado para cada una de las películas integrantes de la saga, cada diseñador de vestuario tuvo que seguir respetando el diseño original. Los diseñadores para cada película en su orden cronológico fueron Deborah Nadoolman, Anthony Powell, Joanna Johnstone y Sandy Powell, Mary Zophres y Bernie Pollack. Deborah Nadoolman Landis (esposa del director John Landis) fue la primera diseñadora en trabajar sobre la indumentaria de Indiana y "reinterpretó" la imagen propuesta por el diseño conceptual del personaje, adecuándolo a las necesidades y decisiones de Spielberg. Luego de comparar diferentes modelos de sombreros, eligió un estilo de fedora, al que le bajó un poco la copa, para ensanchar visualmente el rostro de Harrison Ford y angostando el ala, para mantener sus ojos más visibles a la cámara. El sombrero también tuvo el propósito práctico de esconder la cara en las tomas largas, permitiendo más fácilmente el uso de dobles. "Diseñé el clásico sombrero "Fedora" de fieltro marrón de Indiana para Harrison Ford, adaptando un modelo "Australia" del sombrerero londinense Herbert Johnson. Bajé la copa y reduje la anchura del ala para que le llegara más luz a los ojos y rostro de Ford “. Para “envejecer” el emblemático sombrero de Indiana, Nadoolman lo ensució, lo enrolló, se sentó sobre él, para darle un acabado usado y sobado y que su ala se viera caída por el uso.
SOMBRERO FEDORA: SU HISTORIA Paradójicamente, el personaje original que usó un sombrero fedora fue una mujer. El término fedora se originó en la obra teatral Fedora, escrita en 1882 por Victorien Sardou, un autor francés. Fue escrita para la actriz Sarah Bernhardt, quien interpretaba a la princesa Fédora Romanof, que aparecía en escena llevando un sombrero de fieltro blando que pronto se hizo conocido como el “fedora”, asociando personaje y sombrero. La obra, originalmente representada en París, llegó a Estados Unidos en 1899.
Originalmente, el sombrero era usado por mujeres, pero posteriormente se convirtió en un accesorio masculino y hoy en día es más conocido como un sombrero de hombre. Éstos están hechos de fieltro moldeado al vapor, pinzados al frente o longitudinalmente, suelen tener una cinta en su base y un discreto moño a un lado, también su solapa puede estar levantada por delante, por detrás, por ambos lados o ser curva. El fedora normalmente está hecho de fieltro, pero también han sido realizados en otros materiales. Una razón por la que este tipo de sombrero se volvió tan popular fue que podía ser enrollado cuando no se usaba sin perder su forma. Se puede colocar inclinado hacia un lado o hacia abajo y adelante para crear un aspecto diferente y una sensación de misterio A principios de los años '20, los hombres adoptaron su uso, pero pronto pasó a ser utilizado por los gánsters y enseguida se transformó en un símbolo asociado con lo ilegal durante la Ley Seca (EEUU). Personajes de la vida real como Al Capone, John Dillinger y Bugsy Malone fueron representados en el cine usando el fedora, un traje de rayas y una ametralladora. Pero también el fedora está estrechamente relacionado con los personajes interpretados por Humphrey Bogart, tales como el propietario de bar Rick Blaine en Casablanca y los investigadores privados Sam Spade en The Big Sleep y Philip Marlowe en El Halcón Maltés. En la época dorada llegaron hasta Argentina y se hicieron populares en el ambiente del tango, así es como vemos la imagen clásica de Gardel. Actualmente lo usan mujeres y hombres, se encuentra en todo tipo de material y color, y se usa tanto en un estilo formal, como en un estilo casual.
EL FEDORA DE INDIANA JONES Y SUS CAMBIOS EN CADA PELÍCULA Para la primera película de la serie, el fedora fue confeccionado por la compañía The Herbert Johnson Hatters, ubicada en
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Inglaterra. En la segunda película, fue confeccionado por Eddy Baron, de la compañía Baron Hats. Para la cuarta película, los fedoras fueron confeccionados por Steve Delk y Marc Kitter, de Adventure Bilt. En Indiana Jones y los cazadores del arca perdida el sombrero original tiene una copa más alta respecto a los otros modelos posteriores, y la cinta que lleva alrededor de la base tiene su unión en la parte delantera del mismo. Su color original es un poco más oscuro que el tono de la gamuza, pero en la película se aclaró un poco para dar aspecto de usado. La cinta es una Petersham de 3.9 cm. La parte superior de la copa tiene un doblez horizontal y no un hueco como en los sombreros fedora de los años '40. Está realizado en 100% fieltro de pelo de conejo, de alta calidad, de tacto suave, y a la vez muy resistente. Esta película muestra también en algunas escenas el sombrero de viaje de Indiana, un fedora de similares características a su sombrero de aventuras, pero hecho en fieltro gris y con cinta negra, que luce siempre impecable con su traje formal. En Indiana Jones y el Templo de la Perdición el cambio más notable es la altura de la copa que es más baja, con lo que el sombrero quedaba más compacto en la cabeza, ensanchándose en su base. Fue realizado con un solo tipo de pelo, lo que le daba una elasticidad, a la par que firmeza, muy superior al anterior. Aun así, hay escenas en las que se usaron fedoras del Arca Perdida recuperados de los archivos de LucasFilms. En Indiana Jones y la Última Cruzada se volvió a la estética del fedora original. El sombrero vuelve a ser un poco más alto, aunque esta vez mantiene el lazo en el lateral del sombrero. Se optó por un sombrero más al estilo borsalino.También aparece con un sombrero algo más oscuro, que utiliza para ocasiones más formales. Este fedora es exactamente el mismo modelo, pero su acabado y formato es impecable. En Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal la principal característica de este fedora es la materialidad ya que el fieltro es de castor en vez de conejo, dada su mayor resistencia. La razón es que recibiría mucho maltrato durante la película, en particular en las múltiples escenas de agua. Las proporciones del sombrero y altura de copa remiten al sombrero original, aunque el modelado sigue la línea de las últimas películas. Se reintroduce también el sombrero gris de viaje.
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Historia del Traje Cultura a Naci贸n
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