Recogo aquí, algunas de las entradas publicadas en mis blogs, sobre la temática del anarquismo. Cómo bien saben los que siguen asiduamente mis blogs, no pretendo, ni mucho menos, poseer la verdad definitiva sobre un tema tan rico y complejo como el que aquí vamos a tratar, tan sólo, reunir unos materiales que puedan servir al estudioso para hacerse una idea más completa del mismo. He dividido los trabajos en dos partes, una parte introductoria, sobre definición del anarquismo y algunos precedentes, y una segunda, centrada en la posición del anarquismo y anarcosindicalismo enfrentados al tema capital del poder y la revolución. Todos ellos, fruto de muchos años de trabajo, fueron el resultado de mis estudios universitarios que merecieron en su día el grado de Excelente por unanimidad, un poco menos que el Cum Laude. Puede que el ser estudiante de nocturno y compaginar mis estudios con una jornada laboral, tuviera algo que ver en ello, así como, una ideología diferente a la que en aquellos momentos dominaba de forma hegemónica el Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad Central de Barcelona.
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Índice
Definiciones Algunas ideas básicas sobre el anarquismo
Pág. 4
Biografies Francesc Pi i Margall: Primer anarquista español Salvador Seguí: L’anarcosindicalisme en estat pur.
Pág. 19
Pág. 120
EL ANARCOSINDICALISMO EN LA ENCRUCIJADA La Revolució Social: El Comité Central de les Milícies Antifeixistes de Catalunya (juliolsetembre del 1936)
Pág. 166
Joan Peiró: L’anarcosindicalista bó.
Pág. 191
Joan García Oliver: L’anarco-boltxevic
Pág. 250
Frederica Montseny: “La indomable” al Govern
Pág. 300
Buenaventura Durruti: El mito del “Heroe del Pueblo”
Pág. 356
La fascinación del poder: Diego Abad de Santillán en el ojo del huracán
Pág. 439
ALGUNAS IDEAS BÁSICAS SOBRE EL ANARQUISMO 3
“El hombre de alma virtuosa, no manda, ni obedece: El poder, cual peste asoladora, Contamina cuanto toca, y la obediencia, maldición de todo ingenio, virtud, libertad y verdad Hace esclavos a los hombres, Y del armazón humano Un autómata mecanizado” Shelley.
El anarquismo es la expresión consciente del anhelo de libertad en los diferentes campos de actuación individual y colectiva. Anhelo que rechaza cualquier tipo de tutela y aspira a la realización de un sistema social en el que el ser humano pueda desarrollar plenamente sus aptitudes y potencialidades creadoras. Este estadio no será posible hasta que el deseo de libertad sea compartido por una amplia mayoría de los seres humanos que componen la sociedad y pueda fundamentarse en la solidaridad, sin privilegios ni desigualdades. Es decir, el ideal anárquico es el de una 4
sociedad sin dominadores ni dominados, sin explotadores ni explotados, de hombres y mujeres libres e iguales. En este sentido, buscando la máxima libertad, se combate la injusticia económica instaurando la puesta en común de los frutos del trabajo de la sociedad, pues los anarquistas sostienen que un socialismo sin libertad individual no es más que una versión actualizada de la esclavitud, una forma de tiranía. Del mismo modo que una libertad sin responsabilidad personal y solidaria sólo engendra privilegio e injusticia. Sólo la conjunción de la libertad y de la solidaridad colectiva pueden ofrecer solución a la multitud de problemas sociales que caracterizan el mundo en que vivimos. Se ha dicho que el anarquismo tan sólo puede llegar a ser una «imagen», lo más fiel posible, de una sociedad futura más libre, justa e igualitaria, hacia la que encaminar nuestros pasos y deseos, ya que no puede haber ningún sistema que permita fijar las características de aquella sociedad del porvenir siempre cambiante y por ello, absolutamente impredecible. Los partidarios de una sociedad sin estado e igualitaria constituyen una tendencia bien determinada dentro de la evolución social de la humanidad, que en todos los tiempos ha encontrado, encuentra y encontrará defensores entusiastas y conscientes.
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En contraste con otras escuelas de pensamiento socialista, el anarquismo no es un sistema cerrado, dogmático y ajeno a la evolución, sino una forma de pensamiento sensible a dar expresión consciente y elevada a cualquier manifestación del anhelo de libertad y a cualquier sueño, o tentativa, de mejorar las condiciones de la vida cotidiana, los estilos de vida, los problemas planteados por las inhibiciones sexuales, la comunidad, la liberación de la mujer, las minorías marginadas y, en general, las relaciones entre todas las personas. El ideal central del anarquismo, único objetivo realmente válido a que puede aspirar cualquier revolución social, ha sido siempre la reconstrucción del mundo de manera que los seres humanos actúen con sinceridad consigo mismos y la vida humana pueda convertirse en una experiencia reverenciada, incluso maravillosa. No queriéndose limitar a ofrecer alternativas razonables y serias a lo que funciona mal en la actual sociedad, y recogiendo de la experiencia histórica de la humanidad, el mensaje de todos aquellos movimientos que han contribuido al progreso de la misma, el anarquismo declara que su finalidad última: es la consecución de la felicidad colectiva, garantía imprescindible de la felicidad individual. Citando a la anarquista catalana Federica Montseny diremos que el anarquismo: «Es un ideal que le dice al ser humano: eres libre. Por el solo hecho de ser humano nadie tiene derecho a ponerte la mano encima. Sólo tú eres señor y 6
dios de ti mismo. No hay fuerza alguna por encima de la tuya. Asóciate, únete libremente con tus iguales para todo aquello que tú solo no puedas resolver; organiza tu vida libre, prescindiendo de dioses y de amos, de dominios y de privilegios creados y sostenidos por los fuertes en perjuicio de los débiles. Destruye el Estado, causa y efecto de toda tiranía, deja de un lado la idea de un Dios que juzga y condena, premia y castiga, que ha sido destruida por la ciencia y que es hija de la ignorancia y del terror humano ante los fenómenos naturales. Pon la tierra, patrimonio de todos los seres humanos, en manos de todos los hombres y mujeres. La propiedad es un robo efectuado por los fuertes y brutales de una época, en perjuicio de los más débiles. Es una inmoralidad condenada por todas las leyes naturales. »Todo es de todos. Todo aquello que necesitas es tuyo, y tu necesidad y tu libertad de tomarlo sólo debe tener el límite de la necesidad y la libertad de tomarlo de tus iguales. Tienes que ser tú mismo, libre y fuerte, respetuoso y generoso de acuerdo con tu libertad y tu fuerza, quien tiene que establecer entre tu y tu vecino, tu hermano, tu igual, las leyes espontáneas de convivencia, de solidaridad, de afinidad y de respeto necesarias para que la sociedad futura sin leyes ni guardias civiles que hagan respetar estas leyes, sea un conjunto armonioso.» Así, el ideal anárquico, lejos de formar un bloque monolítico, es dúctil y adaptable a la multiplicidad del pensamiento; lo encontramos conformando diferentes tendencias sin renunciar a lo esencial: así está presente en el mutualismo, en el colectivismo, en el individualismo, en el anarcosindicalismo, en determinadas posiciones del sindicalismo revolucionario, incluso últimamente en movimientos antisistema y antiglobalización. Y los anarquistas están presentes en movimientos muy heterogéneos como movimientos estudiantiles, ecologistas, pacifistas, objetores de conciencia, antimilitaristas, etc. 7
Además, el anarquista, lejos de la imagen estereotipada del «bombista y nihilista», suele sobresalir en el estudio y profundización de la filosofía, la ciencia, la sociedad, y suele ser amante de las artes y de la literatura. Muchos de los grandes genios y hombres destacados en la historia de la humanidad pueden ser considerados anarquistas, o precursores del anarquismo y la lista sería interminable.
El proyecto anárquico para la sociedad futura está abierto a cualquier tendencia que, desde el punto de vista que sea, coincida en lo que es consubstancial al anarquismo: la voluntad de eliminar las causas de la división entre los seres humanos. Su método parte de la base del reconocimiento del derecho fundamental de la diversidad, necesario para garantizar la evolución y el progreso, impidiendo el anquilosamiento. En el aspecto económico sólo existe un punto básico fundamental: la organización social de la producción y del consumo que permita el acceso de todos a una parte equitativa sin que nadie pueda enriquecerse con el producto del trabajo colectivo. Así la economía es considerada como un medio para satisfacer las necesidades del ser humano y para ofrecerle la posibilidad de independencia personal y no como un altar en el que se ofrece el sacrificio de una vida de trabajo para ganarse, de 8
un Dios imposible, la recompensa de un cielo que no existe. Insistamos en la idea de la diversidad de ideas, de formas de pensamiento, de iniciativas y de actuación que puede considerarse fuente permanente de progreso ético y social. Así como en la naturaleza existe un número infinito de especies y familias que forman un todo multiforme, también la sociedad humana ha creado una variadísima multiplicidad de estratos de actividad social, idiomas, artes, religión, ciencia, filosofía, costumbres, tradiciones; una infinita gama de estructuraciones y modalidades que se resisten a cualquier norma rígida, a todo intento de homogenización, o de totalitarismo. El peor enemigo de la libertad es el dogma. El fanatismo, la creencia en la posesión de la verdad absoluta, válida para todos e indiscutible, contradicen cualquier noción de progreso y de evolución. La sociedad y la cultura requieren la máxima tolerancia y libertad como expresión del intelecto humano y no pueden pueden soportar mucho tiempo las imposiciones uniformadoras. La experiencia histórica corrobora que es en los momentos de mayor libertad cuando una y otra se desarrollan en toda su amplitud maravillosa. Todo despotismo, religioso o político, económico o social, es debido más al convencimiento y a la fe en su irrevocabilidad que al uso de medios brutales de imposición y sostenimiento. Esta «fe en la irrevocabilidad», alimentada y fortalecida sistemáticamente por gobernantes y poderosos, y por los que aspiran a serlo, se ha convertido a través de la educación y la fuerza de la presión social, en un hábito y una tradición sumisamente aceptados por todos. Pero, una vez esta fe pierde el predominio y se cuestiona el respeto servil, la fuerza resulta insuficiente para mantener el prestigio de las instituciones y pronto, de buena gana, o por la fuerza, deberán ser sustituidas por nuevos conceptos y tentativas sociales. 9
Estas sustituciones —digamos revoluciones— no han conseguido nunca cambiar de una vez por todas los viejos conceptos y tradiciones y en consecuencia, no se han podido impedir los efectos de la supervivencia de las mentalidades dominadoras o ávidas de privilegio que no desaparecen más que de forma muy gradual. Por lo cual sucede a menudo que un dogma, un despotismo, una dominación totalitaria, son sustituidos por otros con diferentes nombres y etiquetas. Cada revolución crea las condiciones para la próxima, provocando invariablemente nuevas reacciones, nuevos fracasos, dolores y sufrimientos, desigualdad e injusticia. Triste resultado de los procedimientos utilizados, nacidos invariablemente de una mentalidad dominada por las ideas de Estado, Religión y Propiedad, es decir, por el prejuicio de la autoridad. Todo estado es exclusivista y cuanto queda fuera de su ámbito corre el peligro de ser reprimido y sometido, y si es posible incorporado. Toda religión cree poseer la verdad indiscutible y todo aquello que la contradice no es más que ignorancia, cuando no herejía. La propiedad se dice, es un derecho sagrado y la más pequeña duda un sacrilegio, cuando no un delito que puede motivar la privación de libertad o el asesinato de una persona. 10
El anarquismo sostiene que los avances más importantes se han producido precisamente en aquellos terrenos en los que el pensamiento humano ha podido verse libre de cualquier dogma o tutela externa, de autoridad, y cuando se ha reconocido la diversidad como condición necesaria de cualquier proceso natural. Todo esto ocurre precisamente en el campo de la investigación científica, en el arte, en la literatura, en todos los campos del pensamiento libre e independiente, pero también en las asociaciones voluntarias que, cuando son abiertas y solidarias complementándose y ayudándose unas a otras, han creado siempre las condiciones para la mejora de la especie. Una teoría científica, una escuela artística o filosófica, surgidas en determinadas circunstancias, llega a tener una influencia poderosa, pero difícilmente puede acabar por la fuerza con las otras y se tiene que enfrentar con las demás en un plano de igualdad. Ninguna teoría científica puede representar a la ciencia entera. Ninguna escuela artística puede pretender abarcar el arte en su totalidad sino que cada una forma parte de un conjunto más amplio constituido por las más diversas tendencias. Es por esto que los anarquistas afirman que la cooperación de las diferentes tendencias y de los individuos para llegar a la felicidad y al bienestar general, en igualdad de derechos, educa al ser humano en la tolerancia y la comprensión. El libre acuerdo y la solidaridad, la libre investigación y experimentación, son indispensables para establecer una verdadera convivencia orientada hacia el progreso.
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Tiene que superarse definitivamente el sometimiento del pensamiento humano a conceptos teológicos o dogmáticos. En nuestros días difícilmente pueden mantenerse verdades eternas. La Iglesia y el Estado ya no pueden recorrer impunemente a inquisiciones, hogueras y excomuniones para mantener sus intereses; aunque en buena parte de los países, y muy especialmente después de los atentados de Nueva York, la práctica totalitaria sigue siendo la norma, aún más incementada si cabe, pero a pesar de todos los intentos por acallarla, la conciencia general no puede menos que condenar reiteradamente aquello que consideramos como «abuso de poder» .
Todas las conquistas espirituales y sociales de los últimos siglos se han conseguido como consecuencia de la evolución de la cultura, por la necesidad de libertades políticas, económicas y sociales más amplias y después de largas y cruentas luchas contra los detentadores del poder. Desde la Revolución Francesa y con la formación de las sociedades modernas se ha evidenciado reiteradamente 12
que los estados no son un arbitro neutral de las sociedades, ni instrumento adecuado para la defensa de los derechos conquistados penosamente por los pueblos. Todo lo contrario. Con el aflorar de los nacionalismos, con la excusa de la «defensa» de la democracia, del orden establecido, de la soberanía nacional o de la unidad, se han ido configurando los estados totalitarios que, dividiendo la humanidad en grupos antagónicos, ampliando las divergencias y enfrentamientos entre las diferentes culturas, razas, pueblo y religiones, disputando la ampliación de mercados o privilegios económicos, someten a todos los pueblos de la tierra a la tragedia de la guerra, del hambre, de la enfermedad. Entre un cuarenta y un cuarenta y cinco por ciento de todo lo que se produce en el mundo va destinado a gastos de armamento, a preparar la posibilidad de una guerra. Cerca de un quince por ciento se destina a cubrir o sanear los destrozos de guerras ya pasadas. El número de seres humanos sacrificados a la locura patriótica, estatista, puede calcularse en varios centenares de millones. Actualmente, como si todo ello no fuera todavía suficiente, en virtud de una tecnología fantasmagórica e incontrolable, de una industria armamentística insaciable, se extiende por toda la tierra, bajo el mar e incluso más allá de la atmósfera, un potencial capaz de destruir más de veinte veces el planeta entero. Y como muestra de la decisión homicida de los privilegiados de todos los colores, incapaces de ceder en lo más insignificante, dos mil quinientos millones de personas, hombres, mujeres y niños, sufren la grave amenaza de morir de hambre. En los tres últimos siglos la humanidad se ha visto violenta y repetidamente conmocionada por una larga lista de revoluciones y contrarrevoluciones, evidenciándose claramente la falacia de unas instituciones que se excusan en la falsa necesidad de dirigir, controlar, homogenizar a 13
los seres humanos y sus caminos. El único resultado cierto y efectivo de cales intentos consiste en el retraso innecesario de la evolución hacia cotas más elevadas de libertad y equilibrio. Cualquier revolución no es más que una expresión del proceso social y se traduce en hechos cuando la resistencia al cambio de las viejas autoridades se hace insoportable. Realiza únicamente aquello que se ha desarrollado y enraizado en la conciencia de los seres humanos que la efectúan, y es este precisamente el objetivo y la finalidad de las revoluciones.
Como muy bien diría Bakunin: «Las revoluciones violentas son en determinados casos necesarias ante el espíritu cerril e intransigente de los privilegiados; pero son siempre lamentables, como una desgracia. No sólo por las víctimas sino también por los elevados principios en cuyo nombre se hacen. Las venganzas personales, el derramamiento de sangre, quizás no podrán ser evitados, como las consecuencias de una gran tempestad; pero esto no es útil ni moral... Para realizar una revolución eficaz hay que atacar directamente las causas y sus efectos, eliminando las instituciones de la explotación económica y la tiranía. Hay que ser implacable con símbolos, privilegios e instituciones». Las revoluciones no son un salto imposible en el tiempo; no consiguen que avancen en un solo día, centenares o miles de años de lenta evolución y progreso. Las revoluciones no 14
crean nada nuevo y como máximo apartan lo viejo, podrido e innecesario, abriendo el camino a nuevas realizaciones que dependerán en buena medida de la madurez del pensamiento, de la conciencia, de la preparación y de la voluntad creadora de los revolucionarios.
Sería infantil pensar que cualquier revolución comporta la desaparición completa e instantánea de la vieja sociedad. La historia nos habla de continuidades y transiciones, de que puede modificarse una dirección, de ciclos largos de cambios cuantitativos numerosos y de ciclos cortos con muchos cambios en breve tiempo. Son estos últimos los que nos hacen dar cuenta de los cambios cualitativos. La sociedad acumula de generación en generación, de época en época, multitud de conocimientos y de experiencias que traspasan al individuo el magnífico edificio de una cultura de la que el ser humano no podría prescindir. La historia de la humanidad no es la repetición o variación de unas formas de gobierno, de unos modos de producción, como anillos de una cadena, uno detrás de otro indefinidamente. No, la sociedad es el organismo que da sentido a la civilización humana, y así como civilización implica convivencia, humana significa de todos los seres humanos. Y aunque parezca que no todos los seres humanos pueden recibir por igual los frutos de esta 15
evolución, esto es debido principalmente a las instituciones que derivan de la autoridad y del monopolio de la riqueza. El proceso de evolución social no es un proceso mecánico que se produzca en todas partes de manera uniforme obedeciendo a misteriosas leyes fijas. El proceso es un devenir gradual que puede acelerarse, o retrasarse momentáneamente pero que viene siempre determinado por el grado de entendimiento humano, por su nivel de conciencia y por sus ideas sobre el mundo y sobre el papel del ser humano en este mundo. Así como la voluntad humana no puede crear caprichosamente nuevas formas de existencia, tampoco las condiciones materiales son un condicionante insalvable y sucede repetidamente que se desaprovechan las condiciones más favorables por no existir una decidida voluntad innovadora. Esta voluntad innovadora nace primordialmente de la cultura espiritual de la época y parte del pensamiento filosófico, de la ciencia, del arte, de los conceptos éticos y morales, etc.
El anarquismo, contrario a todo dogma, sostiene que no existe ningún sistema o doctrina social suficientemente amplios para abarcar todos los aspectos de la vida humana, puesto que la misma vida es cambio constante, renovación perpetua. Por este motivo se muestra contrario a la elaboración de cualquier programa sobre la sociedad futura o de reglas a seguir. Toda norma de obligado cumplimiento, todo programa, genera el dogma, el obstáculo, la lucha y el conflicto. El único programa consiste en saber renovarse, cambiar, 16
adaptarse a las nuevas demandas de necesidades también nuevas e imprevisibles. Volviendo a Federica Montseny «el anarquismo... como concreción moral, como síntesis y cumbre de las aspiraciones humanas, del progreso espiritual de la humanidad, como ideal ilimitado y —por tanto— definitivo, así como está y estará abierto eternamente a todos los sueños de los seres humanos, a todos los enriquecimientos, a todos los matices y a todas las innovaciones, como síntesis y cumbre está al final de todas las ideas, constituye la meta múltiple de mil caminos». Para los anarquistas es preferible cometer mil errores que permitir el anquilosamiento; los errores siempre tienen remedio, en cambio para una mentalidad cerrada no hay remedio posible. Por esto es un ideal sometido a constante crítica y autocrítica y le es consubstancial el ir ampliando el campo de visión doctrinal, incorporar las nuevas conquistas del pensamiento humano, descubrir nuevos horizontes. Las nuevas ideas y los nuevos conocimientos tienen que conformar la conciencia propia y el interés de la sociedad en su conjunto y de esto deriva la necesidad de una ética estricta. Por desgracia en los últimos años hemos asistido a una evolución intelectual centrada exclusivamente en el desarrollo de una tecnología aplicada en beneficio de unos pocos y los valores éticos han sido dejados aparentemente de lado. Por eso, los avances tecnológicos, industriales o científicos no han mejorado suficientemente las condiciones de los pueblos, incluso se ha pretendido crear leyes científicas que intentan hacernos creer que «el banquete de la vida no está puesto para todos» (Malthus), que en la naturaleza los débiles se someten necesariamente a los fuertes y que la lucha es la única ley (Darwin), que el trabajo se reduce a simple mercancía (Smith, Ricardo y Marx), o creando la hipótesis de la voluntad de poder (Hobbes, Nietzsche). Ideas todas ellas sustentadoras del 17
orden establecido, de la injustícia y la desigualdad. Frente a todo ello, el anarquismo se manifiesta como decididamente idealista, requiere de unos principios morales que se podrían resumir en: «autoestima, respeto y rectitud en la palabra dada y respeto a las demás personas» (Tolstoi). Como expresión más elevada de la ética persigue lo imposible porque así precisamente se crea lo posible: «Necesita espíritu de sacrificio, un alma generosa, entrega total a la idea y esto no es compatible con ninguna ambición ni caudillaje ya que estos no tienen cabida entre los seres humanos conscientes de sí mismos» (F. Montseny). «No conformarse con menos que con la utopía estimula continuamente la superación del ser humano y de la sociedad. Potenciando el espíritu de rebeldía inquebrantable, de inconformidad ante los hechos consumados y de lucha contra la resignación fatalista de la humanidad, el anarquismo se constituye en gran defensor de la libertad, fuente inagotable de todos los cambios y fuerza motriz de la humanidad hacia el progreso. —El anarquismo es la causa común de todos los oprimidos, de todos los seres humanos de la tierra— » (F. Montseny).
FRANCESC PI I MARGALL: PRIMER ANARQUISTA ESPAÑOL
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Tú, que eres el que más trabajas, ¿no eres acaso el que más sufres? ¿Qué haría sin ti esa turba de nobles, de propietarios, de parásitos que insultan de continuo tu miseria con sus espléndidos trenes, sus ruidosos festines y sus opíparos banquetes? Ellos son, sin embargo, los que gozan de los beneficios de tu trabajo, ellos los que te miran con desprecio, ellos los que, salvo cuando les inspiran venganzas y odios personales, se muestran siempre dispuestos a remachar los hierros que te oprimen. Para ellos son todos los derechos, para ti todos los deberes; para ellos los honores, para ti las cargas. Francesc Pi i Margall
“Leí, hace muchos años, una anécdota que José María Pemán vivió en la sesión inaugural de las Cortes Constituyentes de la II República. Decía que, al ir entrando los diputados con un considerable alboroto, de repente se hizo un gran silencio. "¿Qué pasa?", Inquirió un diputado a su vecino de escaño. Y, mientras se sentaba otro diputado -serio y bajito- al que todos miraban respetuosamente, aquel respondió: "Es que ha entrado Pi y Arsuaga, el hijo de Pi i Margall" El punt (Viernes, 3 de septiembre de 2010 20:08) JUAN JOSÉ LÓPEZ BURNIOL
Hace mucho tiempo, cuando dejaba definitivamente atrás los años de juventud, dediqué una gran cantidad de estudios a los acontecimientos de la Segunda de la República, buena parte de los cuales podéis ver en las páginas de éste blog. 19
Pero, tal vez, a causa de la influencia del que fuera mi maestro en la vocación de historiador, el Dr. Antoni Jutglar i Bernaus, y quizás también por la influencia del compañero y amigo Leandre Colomer –que desgraciadamente nos dejó demasiado pronto – ambos, desde perspectivas bastante alejadas, me llevaron a considerar la figura de Francesc Pi i Margall, como merecedora de una atención que de vez en cuando he ido cultivando.
El Dr. Antoni Jutglar, como intelectual crítico que fue siempre, se combinaron tanto poderosos rasgos de un cristianismo progresista como de un cierto marxismo antidogmático (en cuanto a análisis metodológico del capitalismo), y también dosis de un anarquismo de perspectivas liberadoras, crítico de la política. Por ello, fue siempre un hombre difícil de clasificar, un heterodoxo con ciertos toques unamunianos, e incluso nietzscheanos, que 20
muchos de sus coetáneos y colegas no supieron percibir, o percibieron con inquietud. Como profesor universitario, Jutglar fue excepcional. En las aulas, donde su delicada salud a veces afloraba con evidencia, su fuerza didáctica conseguía apasionar a los alumnos que masivamente asistían a sus lecciones de Pensamiento Social Contemporáneo e Historia Contemporánea. Una docencia que impartió más allá de los espacios universitarios, organizando seminarios y encuentros en lugares como los Escolapis de Sant Antoni. También en el ICESB, donde quienes fuimos alumnos suyos entendimos la necesidad de la Sociología como herramienta complementaria, auxiliar, del historiador, una disciplina que siempre apoyó frente al escepticismo de muchos de sus colegas, especialmente los que militaban en el marxismo. (comparto absolutamente las palabras del que fuera mi compañero y maestro Bernat Muniesa, sobre nuestro querido y admirado profesor).
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Para los “historiadores” más próximos al pensamiento marxista, la obra de Jutglar ya está –dicen- superada, por el contrario soy de los que piensan que las aportaciones de Jutglar, por ejemplo en su “Historia crítica de la burguesía en Cataluña”, en particular cuando demuestra que la burguesía catalanista, deja inmediatamente de serlo, cuando el pueblo la amenaza con una revolución social, para lanzarse en manos de los espadones del centralismo y del totalitarismo, para salvar sus mezquinos intereses de clase; o en sus documentados y eruditos estudios sobre Pi i Margall,
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el federalismo, o la Primera República, base sobre la que se han levantado la mayoría de los estudios posteriores sobre aquellos períodos. Y como no, la extraordinaria síntesis de la Historia de España contemporánea que lleva por título: “La España que no pudo ser”, que se alza muy por encima de otras síntesis más o menos afortunadas, como, si se me permite, la mismísima Historia de España, del renombrado y por todos admirado, Pierre Vilar. Si, sin duda el maestro Jutglar, tuvo mucho que ver con mi aproximación a Pi i Margall. Interés que aumento notablemente, cuando buscando materiales sobre el anarcosindicalismo de principios del S.XX, fui a dar con “La Huelga General”, periódico libertario publicado entre los años 1901 y 1905 en Barcelona y que tuvo entre sus colaboradores habituales a: Teresa Claramunt, Soledad Gustavo, Jean Grave, Kroprotkin, Anselmo Lorenzo, Malatesta, Carlos Malato, Eliseo Reclús, Fermín Salvochea, Tarrida del Mármol, Francisco Ferrer y Guardia y Federico Urales, entre otras luminarias del movimiento libertario peninsular… y que consiguió dejarme entrever la magnitud del pensamiento de Pi i Margall, respecto a lo que por aquel entonces se denominaba “la cuestión social”. Recuerdo que en particular me llamó la atención la portada del número 3 de “La huelga General”, en la que se hallaba el siguiente texto de Pi:
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“Conviene formular este dogma, y voy a formularlo. – Homo sibi Deus, ha dicho un filósofo alemán: el hombre es para sí su realidad, su derecho, su mundo, su fin, su Dios, su todo. Es la idea eterna, que se encarna y adquiere la conciencia de sí misma; es el ser de los seres, el ley y legislador, monarca y súbdito. ¿Busca un punto de partida para la ciencia? Lo halla en la reflexión y en la abstracción de su entidad pensante. ¿Busca un principio de moralidad? Lo halla en su razón, que aspira a determinar sus actos. ¿Busca el universo? Lo halla en sus ideas. ¿Busca la divinidad? La halla consigo. Un ser que lo reúne todo en sí es indudablemente soberano. El hombre pues, todos los hombres son ingobernables. Todo poder es un absurdo. Todo hombre que extiende la mano sobre otro hombre es un tirano. Es más: es un sacrílego”.
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En ocasiones, he llegado a pensar que si mi orientación hubiese sido la política, todo eso de las elecciones, parlamentos, cargos municipales, etc., Pi i Margall hubiera sido el ejemplo a imitar. Ninguno antes que él, ninguno después de él me ha parecido tan honrado y honesto, y aunque la distancia que como filo-anarquista siento respecto a la “política”, es prácticamente insalvable, no puedo dejar de pensar que si en nuestra historia contemporánea hubiese habido más de un Pi i Margall, el nuestro seria un país bien diferente a lo que hoy en día soportamos, más mal que bien. Pero bueno, dejémonos ya de batallitas personales, y ciñámonos al tema de hoy.
Pi i Margall y el Federalismo peninsular.
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“En España el federalismo por antonomasia ha sido hasta hora el de Francesc Pi i Margall. En este país cuando se dice: «Estado federal», se piensa inevitablemente en la primera República, la del 73, con todo su cortejo de desórdenes y cantonalismos. Antonio Jutglar -a quien se deben los estudios más completos sobre la figura y la obra del gran hombre catalán- ha hecho notar que el fracaso de Pi llevó aparejado el del propio federalismo. «Cuanto más se analiza -escribe Jutglar- más se organización y animación nombre y a la figura de Pi
la realidad federalista española comprueba que su consistencia, han estado unidas, de hecho, al i Margall».
Ahora bien, tal identificación ha resultado catastrófica para la aceptación de las ideas federalistas en el Estado español. A los ojos de muchas personas el federalismo aparece tarado por las ideas panteistas y cientificistas, o -desde otro punto de vista- por el utopismo revolucionario de inspiración proudhoniana de don Francisco. Descrédito a la derecha; descrédito a la izquierda. Hay que reconocer además que este ilustre hombre que era sin duda, un intelectual de talla, resultó al mismo tiempo un pésimo político”. Karlos Santamaria.
Pequeña biografía de Francesc Pi i Margall
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Francesc Pi i Margall ( 20 de abril de1824, Barcelona — 29 de noviembre de 1901, Madrid) fue un político, filósofo, jurista y escritor español, que asumió la presidencia del Poder Ejecutivo de la Primera República Española entre el 11 de junio y el 18 de julio de 1873. Como político, fue partidario de un modelo federalista para la Primera República Española, sabiendo conjugar las influencias de Proudhon para llevar a cabo la política del Estado con tendencias del socialismo democrático. Contrario a la monarquía española en cualquiera de sus variantes y formas, participó activamente en la oposición a la misma, por lo que sufrió censura, cárcel y exilio. Después de la Revolución Gloriosa fue diputado en Cortes Generales, donde dirigió el Partido Federal, y Ministro de la Gobernación con Estanislao Figueras. Tras la dimisión de éste, las Cortes le eligieron Presidente, cargo desde el cual se enfrentó a la Tercera Guerra Carlista y la Revolución Cantonal, defendiendo el Proyecto de Constitución Federal de 1873. Se vio obligado a dimitir ante la imposibilidad de desarrollar su labor de gobierno tras el Cantón de Cartagena. Como intelectual se dedicó esencialmente a la Historia, la Filosofía y el Arte. Se le considera como uno de los intelectuales representativos del pensamiento más avanzado de la segunda mitad del siglo XIX. Escribió multitud de obras y fue redactor y director de varios periódicos. Tuvo contacto con las grandes figuras de la intelectualidad europea de la época, lo que le granjeó una enorme reputación en España y fuera de ella. Con una biografía intachable debida a su honradez, acompañada por una dedicación intensa a sus principios políticos, se ha convertido en un referente de la tradición democrática española.Santamaría, Antonio; Francesc Pi i Margall: Federalismo y República, El Viejo Topo, 2006. 27
Primeros años. Infancia y formación
Hijo de un tejedor de velos asalariado, su inteligencia y ansias por saber comenzaron a desarrollarse con precocidad y con siete años ingresó en el seminario. Por aquel entonces, una de las únicas maneras que tenían las gentes humildes de que sus hijos tuvieran estudios era logrando que los admitiesen en los seminarios, donde eran instruidos en latín y teología. Tras su paso por el seminario, y a la edad de diecisiete años, Francesc Pi i Margall accedió a la Universidad de Barcelona, donde completó sus estudios de Filosofía y posteriormente comenzó la carrera de Leyes, sufragándose sus estudios dando clases particulares. Desde muy pequeño sintió atracción por la literatura; pasión que desarrolló colaborando con el grupo de escritores románticos catalanes, sobre todo con Manuel Milá y Fontanals y Pablo Piferrer. En 1842 publicó Cataluña, primer y único volumen de La España pintoresca, una ambiciosa obra ilustrada que pretendía recoger todas las regiones de España. Una época en la que se desarrollaba la regencia de Espartero y en la que la ciudad se sublevó contra la política del regente provocando la cañoneada a la ciudad desde la fortaleza de Montjuich, que destruyó buena parte de las barriadas obreras de Sants y del Poble Nou.
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En Madrid, un hombre de letras
Más tarde, en 1847 se trasladó a Madrid, donde se doctoró en Derecho a la edad de veinticuatro años. Se costeó los estudios dando clases, publicando diversos artículos y haciendo crítica teatral en el diario El Correo, e incluso trabajando en la banca catalana como publicista. Pronto dejó de trabajar en el diario, el cual cerró por la publicación de unos polémicos artículos sobre el catolicismo, la historia y la economía política de Pi i Margall durante el gobierno de Narváez. En 1849, ya adelantó algunas de sus futuras posiciones políticas criticando severamente el sistema de partidos vigente en la España isabelina. Consideraba que todas las formaciones ( Unión Liberal, Partido Moderado y Progresista) mantenían la imposibilidad de la llegada de la verdadera democracia a España. Al morir su amigo Piferrer se encargó de los Recuerdos y bellezas de España, una obra compuesta por litografías sobre paisajes españoles; terminando el 29
volumen de Cataluña y empezando el de Andalucía, para lo cual se desplazó hasta allí en varias ocasiones. En 1851 comenzó la Historia de la pintura, que fue prohibida acusada de contener ataques al cristianismo. Los obispos y arzobispos presionaron de tal manera sobre el gobierno que Bravo Murillo, que este tuvo que ordenar la recogida de la obra. Tanto Pi i Margall como el editor se libraron de los tribunales porque la denuncia interpuesta no fue admitida por estar fuera de plazo. Por supuesto, Pi i Margall tuvo que abandonar la redacción de Recuerdos y Bellezas de España y renunciar a la publicación de todo el material que había preparado. Sus artículos en los periódicos tuvieron que aparecer con seudónimo y todos los rayos de la reacción cayeron otra vez sobre su cabeza cuando ese mismo año presentó sus Estudios sobre la Edad Media, obra que también fue prohibida por la iglesia católica española y que no fue publicada hasta 1873.
Familia
En 1854, tras la Vicalvarada, intentó evitar una detención por parte de la policía refugiándose en Vergara ( Guipúzcoa), que aún conservaba parte de sus antiguos fueros. Allí se dedicó al estudio del País Vasco, reflexiones que finalmente fueron publicadas en el El Museo Universal de Barcelona bajo el título Historias y costumbres del pueblo vasco. En Vergara conoció a Petra Arsuaga Goicoechea, vecina de la localidad y con quien mantuvo un breve noviazgo. Se casaron el 22 de junio de 1854 y fruto de ese enlace nacieron varios hijos, de los cuales solo vivieron tres:
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Francisco que fue varias veces diputado en Cortes tras la muerte de su padre; Joaquín, que trabajó en la edición y conclusión de las obras de su padre; y su hija Dolores. Santamaría (2006).
El hombre político
En 1848 ingresó en el Partido Democrático y en 1854 dejó de ser un hombre de letras para dedicarse a la política. En pocos años se hizo notar en el partido comenzando a ganar popularidad entre sus compañeros y demás políticos del ala izquierda y socialista. Participó directamente en la Revolución de 1854, siendo autor de una proclama radical, que no fue aceptada por la Junta revolucionaria, y del folleto El eco de la revolución, donde se pide el armamento general del pueblo y la convocatoria de Cortes Constituyentes por sufragio universal que estableciesen la libertad de imprenta, la de conciencia, la de enseñanza, la de reunión y la de asociación, entre otras más. Veamos el llamamiento: 31
“I. AL PUEBLO. «Pueblo: Después de once años de esclavitud has roto al fin con noble y fiero orgullo tus cadenas. Este triunfo no lo debes a ningún partido, no lo debes al ejercito, no lo debes al oro ni a las armas de los que tantas veces se han arrogado el título de ser tus defensores y caudillos. Este triunfo lo debes a tus propias fuerzas, a tu patriotismo, a tu arrojo, a ese valor con que desde tus frágiles barricadas has envuelto en un torbellino de fuego las bayonetas, los caballos y los cañones de tus enemigos. Helos allí rotos, avergonzados, encerrados en sus castillos, temiendo justamente que te vengues de su perfidia, de sus traiciones, de su infame alevosía. Tuyo es el triunfo, pueblo, y tuyos han de ser los frutos de esa revolución, ante la cual quedan oscurecidas las glorias del Siete de Julio y el Dos de Mayo. Sobre ti, y exclusivamente sobre ti, pesan las cargas del Estado; tú eres el que en los alquileres de tus pobres viviendas pagas con usura al propietario la contribución de inmuebles, tú el que en el vino que bebes y en el pan que comes satisfaces la contribución sobre consumos, tú. el que con tus desgraciados hijos llenas las filas de ese ejército destinado por una impía disciplina a combatir contra ti y a derramar tu sangre. ¡Pobre e infortunado pueblo! no sueltes las armas hasta que no se te garantice una reforma completa y radical en el sistema tributario, y sobre todo en el modo de exigir la contribución de sangre, negro borrón de la civilización moderna, que no puede tardar en desaparecer de la superficie de la tierra. Tú, que eres el que más trabajas, ¿no eres acaso el que más sufres? ¿Qué haría sin ti esa turba de nobles, de propietarios, de parásitos que insultan de continuo tu 32
miseria con sus espléndidos trenes, sus ruidosos festines y sus opíparos banquetes? Ellos son, sin embargo, los que gozan de los beneficios de tu trabajo, ellos los que te miran con desprecio, ellos los que, salvo cuando les inspiran venganzas y odios personales, se muestran siempre dispuestos a remachar los hierros que te oprimen. Para ellos son todos los derechos, para ti todos los deberes; para ellos los honores, para ti las cargas. No puedes manifestar tu opinión por escrito, como ellos, porque no tienes seis mil duros para depositar en el Banco de San Fernando; no puedes elegir los concejales ni los diputados de tu patria, porque no disfrutas, como ellos, de renta, ni pagas una contribución directa que puedas cargar luego sobre otros ciudadanos; eres al fin, por no disponer de capital alguno, un verdadero paria de la sociedad, un verdadero esclavo. ¿Has de continuar así después del glorioso triunfo que acabas de obtener con el solo auxilio de tus propias armas? Tú, que eres el que trabajas; tú, que eres el que haces las revoluciones; tú, que eres el que redimes con tu sangre las libertades patrias; tú, que eres el que cubres todas las atenciones del Estado, ¿no eres por lo menos tan acreedor como el que más a intervenir en el gobierno de la nación, en el gobierno de ti mismo? O proclamas el principio del Sufragio Universal, o conspiras contra tu propia dignidad, cavando desde hoy con tus propias manos la fosa en que han de venir a sepultarse tus conquistadas libertades. Acabas de consignar de una manera tan brillante como sangrienta tu soberanía; y ¿la habías de abdicar momentos después de haberla consignado? Proclama el Sufragio Universal, pide y exige una libertad amplia y completa. Que no haya en adelante traba alguna para el pensamiento, compresión alguna para la conciencia, límite alguno para la libertad de enseñar, de reunirte, de asociarte. Toda traba a esas libertades es un principio de tiranía, una causa de retroceso, un arma terrible para tus constantes o 33
infatigables enemigos. Recuerda cómo se ha ido realizando la reacción por la que has pasado: medidas represivas, que parecían en un principio insignificantes, te han conducido al borde del absolutismo, de una teocracia absurda, de un espantoso precipicio. Afuera toda traba, afuera toda condición; una libertad condicional no es una libertad, es una esclavitud modificada y engañosa. ¿Depende acaso de ti que tengas capitales? ¿Cómo puede ser, pues, el capital base y motivo de derechos que son inherentes a la calidad de hombre, que nacen con el hombre mismo? Todo hombre que tiene uso de razón es, solo por ser tal, elector y elegible; todo hombre que tiene uso de razón es, solo por ser tal, soberano en toda la extensión de la palabra. Puede pensar libremente, escribir libremente, enseñar libremente, hablar libremente de lo humano y lo divino, reunirse libremente; y el que de cualquier modo coarte esta libertad, es un tirano. La libertad no tiene por límite sino la dignidad misma del hombre y los preceptos escritos en tu frente y en tu corazón por el dedo de la naturaleza. Todo otro límite es arbitrario, y como tal, despótico y absurdo. La fatalidad de las cosas quiere que no podamos aun destruir del todo la tiranía del capital; arranquémosle por de pronto cuando menos esos inicuos privilegios y ese monopolio político con que se presenta armado desde hace tantos años; arranquémosle ese derecho de cargar en cabeza ajena los gravámenes que sobre él imponen, solo aparentemente, los gobiernos. Que no se exija censo para el ejercicio de ninguna libertad, que baste ser hombre para ser completamente libre. No puedes ser del todo libre mientras estés a merced del capitalista y del empresario, mientras dependa de ellos que trabajes o no trabajes, mientras los productos de tus manos no tengan un valor siempre y en todo tiempo 34
cambiable y aceptable, mientras no encuentres abiertas de continuo cajas de crédito para el libre ejercicio de tu industria; mas esa esclavitud es ahora por de pronto indestructible, esa completa libertad económica es por ahora irrealizable. Ten confianza y espera en la marcha de las ideas: esa libertad ha de llegar, y llegará cuanto antes sin que tengas necesidad de verter de nuevo la sangre con que has regado el árbol de las libertades públicas. ¡Pueblo! Llevas hoy armas y tienes en tu propia mano tus destinos. Asegura de una vez para siempre el triunfo de la libertad, pide para ello garantías. No confíes en esa ni en otra persona; derriba de sus inmerecidos altares a todos tus antiguos ídolos. Tu primera y más sólida garantía son tus propias armas; exige el armamento universal del pueblo. Tus demás garantías son, no las personas, sino las instituciones; exige la convocación de Cortes Constituyentes elegidas por el voto de todos los ciudadanos sin distinción ninguna, es decir, por el Sufragio Universal. La Constitución del año 37 y la del año 12 son insuficientes para los adelantos de la época; a los hombres del año 34 no les puede convenir sino una Constitución formulada y escrita según las ideas y las opiniones del año en que vivimos. ¿Qué adelantamos con que se nos conceda la libertad de imprenta consignada en la Constitución del 37? Esta libertad está consignada en la Constitución del 37 con sujeción a leyes especiales, que cada gobierno escribe conforme a sus intereses, y a su más o menos embozada tiranía. Esta libertad no se extiende, además, a materias religiosas. ¿Es así la libertad de imprenta una verdad o una mentira? La libertad de imprenta, como la de conciencia, la de enseñanza, la de reunión, la de asociación y todas las demás libertades, ya os lo hemos dicho, para ser una 35
verdad deben ser amplias, completas, sin trabas de ninguna clase. ¡Vivan, pues, las libertades individuales, pueblo de valientes! ¡Viva la Milicia Nacional! ¡Vivan las Cortes Constituyentes! ¡Viva el Sufragio Universal! ¡Viva la reforma radical del sistema tributario.» II. AL PUEBLO DE MADRID «Pueblo de Madrid: Has sido verdaderamente un pueblo de héroes. La España entera te saluda llena de entusiasmo y entreteje coronas para tus banderas. Si hoy se levantaran de sus sepulcros los esforzados varones del Siete de Julio y el Dos de Mayo ¡con qué orgullo diría cada cual: «¡Estos son mis hijos! Habéis oscurecido las glorias de vuestros padres, defensores del Diez y siete y del Diez y ocho.» ¿Qué ejército ha de bastar ya para venceros? ¡Alerta, sin embargo, pueblo! ¡Que no sean infructuosos tus esfuerzos! ¡Que no sea infructuosa la sangre que has vertido! ¡Unión y energía, y sobre todo serenidad! ¡No te dejes cegar por tu propio entusiasmo! ¡No te dejes llevar de nuevo por tus viejos ídolos! ¡En las instituciones, en las cosas debes fijar tu amor, no en las personas, cuyas mejores intenciones tuerce no pocas veces el egoísmo, la preocupación y la ignorancia! ¡Recuerda cuantas veces has sido engañado, villanamente vendido! ¡Mira por tu propia conservación, sé cauto, sé prudente! ?De ti depende en este momento la suerte de toda la nación, destinada tal vez a cambiar la faz de Europa, contribuyendo a romper los hierros de los demás pueblos Un chispazo produce no pocas veces un incendio; ¡qué no podrá producir tu noble y generoso ejemplo! —Hoy el pueblo prosigue con mayor actividad que nunca la construcción de barricadas. La tropa permanece impasible en sus baluartes y cuarteles. Hay una tregua completa; 36
pero no tranquilidad ni confianza. La actitud del pueblo es como debe ser, imponente. Ir ganando terreno es su deber mientras la tropa no se entregue y fraternice con el pueblo, de que ha salido. ¿Hasta cuándo querrá ensañarse el soldado contra un paisanaje a que ha pertenecido, y a cuyo seno ha de volver más o menos tarde? Se nos ha hablado de jefes, sobre todo del arma de artillería, que están en favor de las ideas más adelantadas: ¿cómo no se han pasado ya al ejército del pueblo? Hace dos días era excusable su apatía; hoy es ya criminal, sobre todo cuando de su adhesión a la santa causa que se defiende, depende tal vez el término de los sangrientos conflictos que hace dos días tienen lugar entre el ejército y el pueblo. —Casi en todas las ciudades se han pronunciado a la vez pueblo y ejército: ¿de qué dependerá que no haya sucedido así en esta corte? Una sola palabra de una mujer bastaba para ahorrar centenares de víctimas; esta sola palabra ha sido pronunciada, pero muy tarde. ¿Ha de agradecerla el pueblo? El pueblo no la ha obtenido, la ha arrancado a fuerza de armas y de sangre. El pueblo no debe agradecer nada a nadie. El pueblo se lo debe todo a sí mismo. —¿Cuándo va a entrar Espartero? ¿Cuándo O'Donnell y Dulce? Espartero no puede entrar a constituir un ministerio sino bajo las condiciones escritas en las banderas de las barricadas. Dulce es progresista, y no puede oponerse, si quiere ser consecuente a sus principios, a la voluntad del pueblo armado; O'Donnell, en una especie de proclama fechada en Manzanares, se ha manifestado dispuesto a secundar los esfuerzos de las entonces futuras juntas de gobierno. ¿Llenarán todos su misión? ¿Cumplirán todos su deber y su palabra? El pueblo debe estar preparado a todas las eventualidades, y no dormir un solo momento sobre sus laureles. ¡Alerta, pueblo de Madrid, alerta! 37
—Se ha entregado la guardia del Principal; el pueblo ha recibido con entusiasmo a los soldados. —Siguen aun apoderados de los Consejos los municipales, que están, como nunca, cometiendo asesinatos, disparando alevosamente entre las tablillas de las celosías contra todo paisano armado o desarmado que asoma por la plaza inmediata o por la calle del Sacramento. ¿Será posible que después del triunfo se conserve un solo momento esa infame guardia municipal? —El general San Miguel ha sido nombrado capitán general de Madrid y ministro de la Guerra. ¿Cómo se concibe que siga aun el fuego en la plazuela de los Consejos? —Huesca se ha pronunciado y ha constituido una Junta de gobierno, en cuyo programa, abiertamente democrático, viene consignado el principio salvador del Sufragio Universal. Toledo tiene también una Junta de gobierno democrática. ¡Pueblo de Madrid, aprende y obra! »
Considerados como planteamientos demasiado avanzados para la época, tuvo que pasar un tiempo en prisión.
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Ésta es la portada de 1839 del ambicioso proyecto artísticoliterario de once volúmenes titulado Recuerdos y Bellezas de España. En el mismo año (1854) expuso su doctrina política en La reacción y la revolución, donde ataca la monarquía, la propiedad omnímoda y el cristianismo, Maíz, Ramón; Estudio Introductorio a "Las Nacionalidades", Akal, Madrid, 2009, p. 7. y esboza como solución la revolución democrática de base popular. En ella aparecen nítidamente las definiciones democráticas radicales, superadoras del propio liberalismo y uno de los puntos de partida de futuras definiciones socialistas no burguesas. Aunque la obra ya contenga las doctrinas federalistas que defenderá durante su presidencia, la idea principal que desarrolla es la libertad y la soberanía individual, que puso por encima de la soberanía popular y por lo que ha sido reivindicado por los ácratas en algunas ocasiones.
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Veamos un extracto del capítulo dedicado a la Revolución, quizás uno de los textos más interesantes que puedan leerse:
“La revolución. Dogma democrático. La libertad moral y la libertad política. La soberanía del individuo y la del pueblo
He analizado ya la reacción; voy a analizar la revolución. Como he demostrado que aquélla es la guerra, voy a demostrar que ésta es la paz de las naciones. Tarea ardua tal vez a los ojos del lector, no ya a los míos. ¿Qué es la revolución? La revolución es, hoy como siempre, la fórmula de la idea de justicia en la última de sus evoluciones conocidas, la sanción absoluta de todas nuestras libertades, el reconocimiento social de esa soberanía que la ciencia moderna ha reconocido en 40
nosotros al consignar que somos la fuente de toda certidumbre y todo derecho. No es ya una simple negación, es una afirmación completa. Tiene por principio y fin el hombre, por medio el hombre mismo, es decir, la razón, el deber, la libertad; cosas en el fondo idénticas. Su forma es también humana en cuanto cabe. Representa aún el poder, pero tiende a dividirlo; no mata aún la fuerza, pero le clava el puñal hasta donde sabe y puede. Divide el poder cuantitativa, no cualitativamente, como nuestros constitucionales. Está limitada, pero ella no ve límite, porque cree en el progreso indefinido. Es, para condensar mejor mi pensamiento, en religión atea, en política anarquista: anarquista en el sentido de que no considera el poder sino como una necesidad muy pasajera; atea, en el de que no reconoce ninguna religión, por el mero hecho de reconocerlas todas; atea aún, en el de que mira la religión como obra de nuestro yo, como hija espontánea de la razón humana en su época de infancia. Sé bien que muchos revolucionarios, si no en público, en secreto, han de levantar contra esta explicación una enérgica protesta; mas sus protestas no me espantan; no me obligarán de seguro a borrar ni una palabra. Unas serán inspiradas por la hipocresía, otras por la ignorancia; ninguna por la ciencia. Hay una grave falta en muchos de nuestros revolucionarios, la de que no tienen aún una plena conciencia de la nueva idea. La reacción se lo echa en cara a cada paso, y es preciso confesar que está en lo justo. Divagan casi siempre, suplen casi siempre la escasez de razones con vanos alardes de más o menos sublimes sentimientos. El sentimentalismo, conviene tenerlo muy presente, podrá seducir al pueblo rudo, nunca al pueblo inteligente; y es siempre éste el que decide la suerte de las grandes causas. La doctrina de Jesucristo, antes de triunfar, necesitó de un Orígenes que la racionalizara, poniendo a su servicio la filosofía del antiguo mundo; 41
Proudhon, con su lógica inflexible, ha hecho dar más pasos a la economía que los socialistas juntos con sus arranques de imaginación y de humanitarismo. Urge abandonar este camino, urge que la revolución busque en la ciencia su baluarte inexpugnable, porque está allí precisamente ese baluarte. La vaguedad disuelve los partidos, la vacilación los mata, y es ya necesario de toda necesidad que los que los representan o dirigen no hayan de retroceder ante ninguna cuestión ni ante ninguna pregunta de sus adversarios. Está la ciencia erizada de dificultades, y algunos, por temor de abordarla, la desprecian; mas esto es propio de entendimientos débiles. Si creen suficiente pensar por sí, sepan que se engañan. Se progresa porque el hombre continúa la obra del hombre, no porque un hombre independientemente de los demás se eleve a la encumbrada región del pensamiento. Siguiendo este sistema, es muy probable que, después de mil largas elucubraciones, o no nos explicásemos las opiniones adquiridas o cayésemos en los errores de hace siglos. En las ciencias esa absoluta independencia es imposible; lo es hasta en la rítmica, aunque no en la simbólica, del arte. En ciencias es tan vituperable hacerse esclavo de la autoridad como dejar de consultar las obras de los grandes maestros. El entendimiento, para proceder a investigaciones ulteriores, necesita de un punto de partida. Pero me extralimito sin sentirlo. El triste estado de la ciencia en España me obliga, tanto por la ignorancia de muchos revolucionarios, a usar este lenguaje. Veo en prensa, en el parlamento, en la universidad, en todas partes, el vacío. No hay entre nosotros escuelas, no hay crítica, no hay lucha. La voz del más audaz innovador es aquí la verdadera voz del que clama en el desierto. El empirismo lo domina todo; el racionalista apenas se atreve 42
a hablar, por temor de caer en el ridículo. A tal situación nos ha llevado, entre otras causas, la intolerancia religiosa. Vuelvo ahora a mi asunto. Creo inútil decir que la revolución está hoy representada en los demócratas. Ahora bien, los demócratas han escrito, no uno, sino cien programas; ¿podemos formular por ellos el dogma democrático? Ni veo en su conjunto la razón de que este dogma se desprende, ni orden en sus elementos constitutivos, ni lógica en la clasificación de las libertades individuales. Hablan aún de la libertad de conciencia, que no es más que la de imprenta; de la de enseñanza, que viene incluida en la de reunión o en la del trabajo; de la de asociación política, que confunden a menudo con la social o la económica. No dicen nunca una palabra ni sobre el principio en que ha de descansar la nueva organización del poder público ni sobre su forma de gobierno. Para colmo de desventura, algunos escritores hacen las más injustificables transacciones con la monarquía y la Iglesia; los más de los oradores, si no todos, están siempre en el terreno de las reticencias, que es el peor de los terrenos. Conviene formular este dogma, y voy a formularlo. – Homo sibi Deus, ha dicho un filósofo alemán: el hombre es para sí su realidad, su derecho, su mundo, su fin, su Dios, su todo. Es la idea eterna, que se encarna y adquiere la conciencia de sí misma; es el ser de los seres, el ley y legislador, monarca y súbdito. ¿Busca un punto de partida para la ciencia? Lo halla en la reflexión y en la abstracción de su entidad pensante. ¿Busca un principio de moralidad? Lo halla en su razón, que aspira a determinar sus actos. ¿Busca el universo? Lo halla en sus ideas. ¿Busca la divinidad? La halla consigo. Un ser que lo reúne todo en sí es indudablemente soberano. El hombre pues, todos los hombres son ingobernables. Todo poder es un absurdo. Todo hombre 43
que extiende la mano sobre otro hombre es un tirano. Es más: es un sacrílego. Entre dos soberanos no caben más que pactos. Autoridad y soberanía son contradictorios. A la base social autoridad debe, por lo tanto, sustituirse la base social contrato. Lo manda así la lógica. La democracia ¡cosa rara! Empieza a admitir la soberanía absoluta del hombre, su única base posible; mas rechaza aún esa anarquía, que es una consecuencia indeclinable. Sacrifica la lógica, como los demás partidos, ante los intereses del momento, o cuando no, considera ilegítima la consecuencia, por no comprender la conservación de la sociedad sin un poder que la gobierne. Este hecho es sumamente doloroso. ¿Se reconocerá pues siempre mi soberanía sólo para declararla irrealizable? ¿No seré nunca soberano sino de nombre? ¿Con qué derecho combatiré entonces a los que combatan mi sistema? Yo, que no retrocedo ante ninguna consecuencia, digo: El hombre es soberano, he aquí mi principio; el poder es la negación de su soberanía, he aquí mi justificación revolucionaria; debo destruir este poder, he aquí mi objeto. Sé de este modo de dónde parto y adónde voy, y no vacilo. ¿Soy soberano? continúo; soy pues libre. Mi soberanía no consiste sino en la autonomía de mi inteligencia: ¿cuándo la ejerzo positivamente? Sólo cuando dejo de obedecer a toda influencia subjetiva, y arreglo a las determinaciones de la razón todos mis actos. ¿Es otra cosa mi libertad que esa independencia de mis acciones de todo motivo externo? Mi soberanía, sigo observando, no puede tener límites, porque las ideas de soberanía y limitación son entre sí contradictorias; si mi libertad no es, por lo tanto, más que mi soberanía en ejercicio, mi libertad no puede ser condicionada; es absoluta. 44
Pero yo, me replico, no vivo aislado del resto de la especie; ¿cómo he de conservar entre mis asociados la plenitud de mi libertad ni la de mi soberanía? ¿Las habré verdaderamente sacrificado en parte a los intereses colectivos? Mas lo absoluto, me contesto, es, sólo por ser tal, indivisible; sacrificios parciales de mi soberanía ni de mi libertad, no cabe siquiera concebirlos. ¿Para qué puedo, además, haberme unido con mis semejantes? Cuando esta libertad y esta soberanía me constituyen hombre, ¿no habrá sido naturalmente para defenderlas contra todo ataque? Entre dos soberanías en lucha, reducidas a sí mismas, era posible un solo árbitro, la fuerza; la sociedad política no pudo ser establecida con otro objeto que con el de impedir la violación de una de las dos soberanías o la de sus contratos, es decir, con el de reemplazar la fuerza por el derecho, por las leyes de la misma razón, por la soberanía misma. Una sociedad entre hombres, es evidente que no pudo ser concebida sobre la base de la destrucción moral del hombre. Mi libertad, por consiguiente, aun dentro de la sociedad es incondicional, irreductible. ¿Ha existido, sin embargo, una sola sociedad que no la haya limitado? Ninguna sociedad ha descansado hasta ahora sobre el derecho; todas han sido a cual más anómalas y, perdóneseme la paradoja, antisociales. Han sentado sobre las ruinas de la soberanía y de la libertad de todos, las de uno, las de muchos, las de las mayorías parlamentarias, las de las mayorías populares; las sientan todavía. Su forma no ha alterado esencialmente su principio, y por esto condeno aún como tiránicos y absurdos todos los sistemas de gobierno, o lo que es igual, todas las sociedades, tales como están actualmente constituidas. La constitución de una sociedad de seres inteligentes, y por lo mismo soberanos, prosigo, ha de estar forzosamente basada sobre el consentimiento expreso, determinado y 45
permanente de cada uno de sus individuos. Este consentimiento debe ser personal, porque sólo así es consentimiento; recae de un modo exclusivo sobre las relaciones sociales, hijas de la conservación de nuestra personalidad y del cambio de productos, porque implica que recaiga sobre lo absoluto; estar constantemente abierto a modificaciones y reformas, porque nuestra ley es el progreso. Busco si es verdad esta aserción, y encuentro que sin este consentimiento la sociedad es toda fuerza, porque el derecho está en mí, y nadie sino yo puede traducir en ley mi derecho. La sociedad, concluyo por lo tanto, o no es sociedad, o si lo es, lo es en virtud de mi consentimiento. Mas examino atentamente las condiciones de esta nueva sociedad, y observo que para fundarla, no sólo es necesario acabar con la actual organización política, sino también con la económica; que es indispensable, no ya reformar la nación, sino cambiar la base; que a esto se oponen infinitos intereses creados, una preocupación de siglos que nadie aún combate, una ignorancia casi completa de la forma y fondo de ese mismo contrato individual y social que ha de sustituir la fuerza; que esta oposición, hoy por hoy, hace mi sociedad imposible. No por esto retrocedo; digo: La constitución de una sociedad sin poder es la última de mis aspiraciones revolucionarias; en vista de este objeto final, he de determinar toda clase de reformas. ¿Me conduce a este objeto la creación de un poder fuerte? Si todo poder es en sí tiránico, cuanto menor sea su fuerza, tanto menor será su tiranía. El poder, hoy por hoy, debe estar reducido a su menor expresión posible. ¿Le da fuerza la centralización? Debo descentralizarlo. ¿Se la dan las armas? Debo arrebatárselas. ¿Se la dan el principio religioso y la actual organización económica? Debo destruirlo y transformarla. Entre la monarquía y la 46
república, optaré por la república; entre la república unitaria y la federativa, optaré por la federativa; entre la federativa por provincias o por categorías sociales, optaré por la de las categorías. Ya que no pueda prescindir del sistema de votaciones, universalizaré el sufragio; ya que no pueda prescindir de magistraturas supremas, las declararé en cuanto quepa revocables. Dividiré y subdividiré el poder, lo movilizaré, y lo iré de seguro destruyendo. ¿Sobre qué legisla hoy el poder público? Hoy legisla aún sobre mis derechos naturales; los pondré fuera del alcance de sus leyes. Hoy legisla aún sobre mi propiedad; la anularé sobre los instrumentos de trabajo, y la proclamaré sobre los frutos de mi inteligencia y de mis manos completamente inlegislable. Rebajaré sin cesar su facultad legislativa; con ella, como es natural, la ejecutiva; y no le dejaré al fin con más atribuciones que la de saldar el debe y el haber de los intereses generales. No creo ya necesario añadir una palabra más sobre este asunto. Este es todo mi dogma, este es, o debe por lo menos ser, el dogma democrático. Admitido el principio de la soberanía individual, y la democracia lo acepta a no dudarlo, no cabe venir a parar sino a estas conclusiones. Las implacables leyes de la dialéctica las imponen terminantemente, y las impondrán más tarde o temprano a la democracia, si no se las han impuesto.
Son, dicen, alarmantes. Es hasta una imprudencia revelarlas. – Mas no admito este argumento. No enseñemos a los pueblos a ser lógicos, y derramarán estérilmente su sangre en otras cien revoluciones. No dirijamos el hacha contra el seno del poder mismo, y consumirán siglos en ir de la monarquía a la república, y de la república a las dictaduras militares. Después de cada 47
triunfo, “queremos –dirán como hasta ahora- un poder fuerte, capaz de arrollar a nuestros enemigos”; y como hasta ahora, se forjarán nuevas cadenas con sus propias manos. Las preocupaciones más arraigadas, lo he dicho ya, son las que más necesitan de rudos y enérgicos ataques; la alarma es, además de inevitable, útil. Llama poderosamente la atención sobre las ideas que han logrado producirla, las siembre en todas las conciencias y en todos los intereses alarmados. ¡Desgraciada de la idea que no alcanza a sublevar contra sí los ánimos! Hará difícilmente prosélitos, morirá olvidada o despreciada. Mas ¿se teme verdaderamente la alarma? Se aspira a ser inmediatamente gobierno: he aquí la causa de la inconsecuencia.
Los argumentos de los reaccionarios contra la teoría son, cuando menos en la apariencia, algo más fuertes. ¿Cómo probáis, nos preguntan, la soberanía del hombre? Si esta es una verdad, ¿en qué consiste la del pueblo? Habéis demostrado la libertad moral; pero la moral y la política ¿son acaso idénticas? – La soberanía individual la dejo ya probada; voy sólo a dar más claridad y más extensión a mis razones. Cogito, ergo sum: este es aún hoy el principio de toda ciencia. Fichte, con su A = A, no ha hecho sino concretarlo, para hacerlo más palpable. Sin reconocer antes mi realidad no hay, en efecto, base para mis conocimientos. O caigo en el empirismo o en el misticismo, ambos igualmente distantes de la ciencia verdadera. El saber deriva pues todo de un hecho de mi inteligencia, del hecho de sentirse. ¿Cómo se desarrolla? Evidentemente por la acción de esa inteligencia misma. Sin ella, toda clasificación, toda generalización, todo descubrimiento de un principio serían imposibles. La experiencia contribuye sin disputa al desenvolvimiento; mas como un simple estímulo de la razón, como la causa determinante de sus actos. 48
Sólo de mi razón procede también el derecho. Los apetitos pueden mover mi voluntad, pero mis acciones no son rigurosamente morales sino cuando están determinadas por la inteligencia. La inteligencia aspira sin cesar a decidirlas, y ya que no haya podido evitarlas, emite sobre ellas juicios que constituyen los remordimientos. Universalizad el motivo de cada acción moral, y tendréis luego las leyes que han de servir de paradigma a toda ley escrita. Una ley no es más que un juicio, y si es o no este juicio injusto, sólo mi ley moral es capaz de decidirlo. El derecho, por lo tanto, lo mismo que el saber, o no existe o existe dentro de mí mismo. Lo mismo sucede hasta cierto punto con Dios y el universo. ¿Cómo concibo la existencia de Dios? Adquiriendo la conciencia de mi entidad pensante, observando que por ella entro en los dominios de la ciencia, encontrando en ella su ley y su principio, reconociendo en ella ese mismo espíritu, cuyas evoluciones ha ido registrando la historia de cuarenta siglos. Descubro luego una identidad completa entre el espíritu y el mundo; y elevándome a la fuente de donde pudo manar tanta vida y tanta idea, o abrazándolas en su conjunto majestuoso, he aquí, digo, ese Dios que he buscado en vano en el orden de la naturaleza, en la relación del motor al movimiento, en los filósofos antiguos y en los libros santos. Podrán aún indudablemente ocurrir dudas sobre si ese Dios es el universo mismo; mas no sobre si es también hijo de nuestra inteligencia. Ya que no seamos Dios, ¿no somos por lo menos su conciencia? ¿Y el mundo? Se me dirá tal vez. Mas si Dios es el espíritu universal, y sólo bajo este concepto podemos concebirle, ¿qué es el mundo más que un vasto conjunto de manifestaciones del espíritu? Ahora bien, ese espíritu sólo en el hombre se siente y se conoce. El mundo entero debe pues yacer en estado de idea en el fondo de mi inteligencia, 49
sus impresiones no pueden hacer más que despertar aquella idea. La idea ¿no subsiste acaso en mí independientemente del objeto? ¿No hay ideas categóricas? Si todo está, por consiguiente, en mí, soy, repito, soberano. Pero quiero dar aún pruebas, si no tan filosóficas, más comprensibles para la generalidad de mis lectores. Dado que no resida la soberanía en el individuo, ¿en quién reside? ¿En la colectividad? ¿en la Iglesia? ¿en los profetas inspirados por Dios mismo? La revelación, las decisiones eclesiásticas, las opiniones de los pueblos, las creencias de la humanidad entera, han caído y caen ante la razón de un solo hombre. En un solo hombre se manifiesta cada una de las infinitas evoluciones del espíritu. Dentro de cada hombre hay un tribunal para juzgar de todo pensamiento que se lanza al mundo. Se me quiere imponer una idea, y no se puede cuando mi inteligencia la rechaza. No bastan ni la autoridad ni las armas. Sólo mi propia razón alcanza a tanto. ¿No se observa acaso lo mismo en el orden de los fenómenos morales? Mi voluntad es incoercible, la noción de mi deber irreformable, a no ser por mi peopia inteligencia. En vano se me enseña una legislación dictada por Dios, adoptada por cien naciones, sancionada por los siglos; mi ley moral la juzga, y pronuncia sobre ella su inapelable fallo. Si la cree injusta, la condena irremisiblemente. La sociedad y la autoridad, es decir, la fuerza, no puede nada sino en nuestros cuerpos, sujetos, como todo organismo, a la ley de una necesidad inevitable. Adviértase ahora que no hay razón que no recuse el imperio de esa fuerza, y se habrá de convenir, más que no se quiera, en la existencia de mi soberanía. El que la niegue, negará desde entonces la posibilidad de dos cosas importantes: la libertad y el progreso. Si no soy soberano, obedezco a 50
influencias exteriores, no soy libre. Si no soy soberano, he de sujetarme a los juicios de la colectividad; no puede haber progreso. Todo progreso, es un hecho irrecusable, empieza y ha de empezar forzosamente por la negación individual de un pensamiento colectivo. Negad mi derecho para esta negación, y no sabéis de seguro explicarme cómo ha tenido lugar el más insignificante de nuestros adelantos. El segundo argumento de los reaccionarios presenta ya muchas más dificultades. Se aturdirá tal vez el lector de lo que voy a decir, pero lo creo una consecuencia severamente lógica. La soberanía del pueblo es una pura ficción, no existe. No se la puede admitir como principio, sólo sí como medio, y medio indispensable, para acabar con la mistificación del poder, destruyéndolo hasta en la postrera de sus formas. Oigo ya los alaridos de triunfo de los absolutistas; pero me apresuro a declarar que son aún más infundados que la idea que ahora niego. La de la soberanía del individuo destruye tanto por su base el sistema constitucional como el monárquico. ¡Negar la soberanía nacional!... ¡Qué herejía! Exclamarán hasta muchos de los que se llaman hoy demócratas. Mas no quiero que se recuerde sino hechos de ayer, hechos recientes. La soberanía nacional ha sido puesta a discusión en la Asamblea. Los oradores más notables, los jefes de todos los partidos han hablado. Nadie ha sabido explicarla. Sus impugnadores han aparecido como otros tantos Ayax luchando en las tinieblas. No han dado jamás contra el cuerpo del enemigo, porque combatían en realidad contra un fantasma. ¿Dice acaso poco este hecho? Próximos ya a terminarse los debates, alzó la voz un joven orador republicano, que considerando aún intacta la cuestión, quiso de nuevo abordarla. La abordó, y dio su solución; mas ¿satisfizo? Esta solución, que por de pronto hubo de disipar la duda en muchos, era precisamente la 51
negación de lo que se defendía. Sólo de nuestra inteligencia, decía el orador, deriva la soberanía de los pueblos; o lo que es lo mismo, sólo en la soberanía individual descansa la soberanía colectiva. Error gravísimo, que no puede menos de quedar destruido con solo probar mi tesis. La idea de soberanía es absoluta; no tiene su menos ni su más, no es divisible ni cuantitativa ni cualitativamente. ¿Soy soberano? no cabe pues sobre mí otra soberanía, ni cabe concebirla. Admitida, por lo tanto, la soberanía individual, ¿cómo admitir la colectiva? Quiero que se me responda a esta pregunta. Véase además si los hechos no están en corroboración de mi teoría. Mi inteligencia ¿no se rebela a cada paso contra las determinaciones de esa pretendida soberanía de los pueblos? Si las leyes no me dejan la esperanza de poder renovar pacíficamente estas determinaciones, ¿no apelo acaso a la violencia? Admitida por un momento la posibilidad de las dos soberanías, la colectiva sería lógicamente superior a la del individuo; ¿en virtud de qué principio podría nunca protestar ésta contra la acción de aquélla? Mas hasta la hipótesis es terriblemente absurda; la soberanía nacional no necesita otra estocada; dejémonos de luchar contra un cadáver. ¿Cuál es olvidado más que debe ser
entonces vuestra base? se me dice. Pero ¿se ha ya que he escrito que entre soberanos no caben pactos? El contrato, y no la soberanía del pueblo, la base de nuestras sociedades.
He declarado, sin embargo, que hoy esta base es imposible. ¿En qué, podrá preguntárseme, descansará, mañana que triunfe la revolución, el gobierno del Estado? Filosóficamente hablando, en lo que hoy, en la nada; 52
descendiendo al terreno de los hechos, en la misma ficción de la soberanía. Ficción, como llevo indicado, necesaria. Necesaria, porque hay todavía intereses individuales y sociales; necesaria, porque se considera aún tal la existencia de una institución que atienda a los de la masa general del pueblo. Si hay intereses colectivos, parece cuando menos evidente que la colectividad ha de resolver acerca de ellos. Si no hay poder más natural ni más legítimo, natural y legítimo parece que se la reconozca soberana. De no, ¿quién osará erigirse, y con qué derecho, en árbitro supremo de aquellos intereses? ¿El individuo, cuya soberanía está probada? Mas ¿qué individuo? Está además probado que es, no soberano de la sociedad, sino soberano de sí mismo. ¿Habrá alguno que pueda presentar para el ejercicio del poder un título capaz de imponer por sí solo a todo un pueblo? Es triste deber aceptar una ficción; mas quiero que si hay otro medio, me lo revelen, ya mis correligionarios, ya mis enemigos. El poder, como la religión y la propiedad, no deriva de la voluntad de nadie; existe por sí y ante sí, obra constantemente obedeciendo a las condiciones fatales de su propia vida. Nuestra inteligencia lo niega, y ¿no se atreve aún a condenarlo? Debe pues, a pesar suyo, basarlo sobre ficciones, y no sobre principios. Como, empero, las ficciones no tienen sino la fuerza convencional que se les presta; como la lógica, por otra parte, las resiste; como fuera de ésta no caben sino contradicciones, que tarde o temprano han de sentirse; esas ficciones caducan sin remedio, mueren para dar a otras la existencia, debilitan la causa que sostienen, acaban al fin con ella. Son por esto tan necesarias en sí como necesarias por sus resultados”.
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Durante el Bienio Progresista, el pueblo de Barcelona propuso a Pi i Margall como candidato a diputado en las Cortes de ese año ( 1854), mas no saldrá elegido. En la segunda vuelta, por pocos votos de diferencia, fue derrotado por el general Prim, miembro del Partido Progresista. Sus diferencias con los progresistas y con un amplio sector de su partido se fueron acentuando. Conforme iba aumentando su actividad política y su prestigio, fue recibiendo ataques de «inflexible» o «doctrinario», lo que minó su capacidad de influencia política. El exotismo de su pensamiento se hacía cada día mas evidente, ya que por aquel entonces su discurso era muy crítico con el centralismo y la situación social. Pero en 1854 entró de lleno en política activa con su libro La reacción y la revolución, que se anticipó, en cierto modo, a la obra de Proudhon Du principe fédératif. Pi procedía de la amplia corriente liberal, que -como apunta Antoni 54
Jutglar- se fue diversificando con el tiempo. Pi no se quedó en el primer estadio del liberalismo, que es el liberalismo económico, sino que -como otros intelectuales demócratasdefendió también el liberalismo cultural y el político. Una defensa que proyectó, de entrada, en la que entonces se llamaba la cuestión social, y que se encuentra, en cierta medida, en la génesis del pensamiento socialista. Y fue este mismo liberalismo cultural y político el que impulsó Pi a denunciar-en palabras de Pere Anguera-"la vertebración deficiente de España". Son también de 1854 estas ideas de Pi: "La paz es en España ¡Cuidado más inasequible, Cuando que apenas hay un sistema de administración, de economía, de hacienda, que no lastime Los intereses y las opiniones de una localidad [...] . Muchas de las antiguas provincias conservan Todavía un carácter y una lengua que las distingue de las demas del reino [...].Continua empeñándose en sujetarlas Todas a un solo tipo, y dejá en pié Otro motivo de discordia. Aumentáis el antagonismo queriendo disminuirlo ". En el mismo libro, Pi ofrecía la solución, consistente en la revolución, "que salva también estos escollos", ya que "ama la unidad y aspira a ver realizada la unidad de toda la familia humana, mas Quiere la unidad en la VARIEDAD ". Para Pi, la unidad en la variedad es la ley del mundo, una ley que sólo puede hacerse efectiva en España mediante una organización federal: "La reclaman imperiosamente el Mismo estado actual de las provincias que ayer Fueron naciones, la topografía del país [...]. Dejemos por consiguiente a las provincias que se GOBIERNen como quieran ". Dicho esto, hay que añadir que no se conoce ningún contacto ni vinculación de Pi con el catalanismo, y que, como escribe Moliné Brass -citado por Anguera-, Pi se mantuvo siempre "de espaldas a la tierra que lo vio nacer ". Lo que, valga la paradoja, da aún más fuerza a su alegato federalista. 55
En 1856 fundó la revista La Razón, pero la reacción moderada propició la caída de la publicación, tras lo cual se retiró a vivir a Vergara, de donde regresó para trabajar en La discusión ( 1857), periódico del que acabó siendo director en 1864. En él redactó artículos pioneros sobre la cuestión social española, como «Las clases jornaleras», «El socialismo» o «La democracia y el trabajo». Pi i Margall había establecido contactos con organizaciones obreras, daba conferencias y redactaba documentos, comenzado a dar lecciones de política y economía en una habitación de la calle Desengaño donde había establecido un bufete de abogado en 1859. La afluencia de jóvenes de todas clases, de obreros y de intelectuales se fue haciendo en poco tiempo tan numerosa que llenaban pasillos y escalera. En estas lecciones y en estas conferencias, hasta que el gobierno las prohibió, comenzaron a exponerse las bases republicanas. Trías, Juan; Pi i Margall: El pensamiento social, Ciencia Nueva, Madrid, 1968. De esa época data su polémica con Castelar sobre la concepción individualista o socialista de la democracia — manteniendo él la segunda— provocando que la mayoría del partido encabezado por José María Orense negara públicamente que los socialistas fueran demócratas. Pi i Margall replicó con la denominada Declaración de los Treinta, cuyos treinta firmantes del partido calificaban de demócratas a ambas tendencias, y finalmente renunció a su puesto de director a los seis meses.
El exilio. Huida a Francia
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Desde 1864 Pi i Margall conspiró en contra de la monarquía. Los sucesivos fracasos de las insurrecciones promovidas por Prim para obligar a Isabel II a llamar al gobierno a los progresistas, culminaron en la sublevación del cuartel de San Gil y el fusilamiento de decenas de sargentos de ese cuartel. Narváez, desde el gobierno, desató la consiguiente represión generalizada. La mayoría de los demócratas y de los progresistas tuvieron que escapar a Francia para sentirse a salvo. En la noche del día 2 de agosto la policía asaltaba la vivienda de Pi i Margall. Afortunadamente, alguien le había avisado poco antes y tuvo tiempo para escapar y evitar su detención. Permaneció escondido unos días hasta que pudo iniciar la huida a Francia y llegar a París, lo que le impidió participar en la Revolución de 1868.
Un tiempo de reflexión 57
La estancia en París le permitió profundizar en el conocimiento de Proudhon, de quien ya conocía su Filosofía de la miseria, lo que ejerció una notable influencia en su pensamiento llegando a traducir al español El principio federativo y La filosofía del progreso, afirmándole en sus convicciones federalistas y fomentando de este modo indirectamente el naciente anarquismo hispano. Mientras se dedicaba a la abogacía, Pi i Margall aprovechó este periodo para ponerse en contacto con los núcleos positivistas liderados por Auguste Comte, lo que le ayudó a matizar su hegelianismo inicial y madurar su ideología revolucionaria, basada en la destrucción de la autoridad para sustituirla por el libre pacto constitutivo de la federación.
“Proclamóse en aquella época (1812) como principio la soberanía del hombre ¿se podía ya impedir su desarrollo con envolverle bajo un manto de rey y entre los vapores 58
del incienso y de la mirra? Dejad que cada español vaya meditando sobre el principio y no necesitáis más para que rompa el yugo de la autoridad humana y de la divina. Los sucesos no tardarán ya en venir a socorrerle para la realización de su pensamiento y su deseo: la autoridad misma, presa en las redes de la contradicción, se presentará absurda y vacilante; los sacerdotes comprometerán a su dios, queriendo defenderle; las reacciones darán cada vez más fuerza y vigor al principio combatido. Debéis a la violencia el poder que tenéis o habéis tenido; os proponéis atajarla y la provocáis con vuestras propias leyes. En justicia, no podéis castigar ni al que halléis con las armas en la mano”.
Situación en España
En septiembre de 1868, el almirante Topete sublevó a la escuadra en Cádiz; Prim se incorporó desde Gibraltar y llegaron para adherirse los generales confinados en Canarias. Las guarniciones se fueron sumando a la sublevación y Prim, a bordo de la fragata Zaragoza, iba ganando para la revolución, una tras otra, todas las capitales costeras del litoral mediterráneo. Dimitió el dictador González Bravo y la reina Isabel II nombró presidente del gobierno al general José Gutiérrez de la Concha. El ejército realista que mandaba el general Pavía fue derrotado en la batalla del puente de Alcolea por las fuerzas a las órdenes del general Serrano. El 30 de septiembre Isabel II y su corte salieron de San Sebastián y 59
cruzaron la frontera francesa. Sin embargo, Pi i Margall no regresó a España y prolongó voluntariamente su exilio en París. Desconfiaba de los generales y pensaba que el nuevo régimen tampoco iba a acometer las reformas fundamentales que el país necesitaba.
La revolución democrática.
Con la revolución de La Gloriosa, Pi i Margall se decidió a regresar de su exilio en París. El Gobierno provisional estableció las libertades fundamentales y el 18 de diciembre de 1868, por primera vez en España, se celebraron unas elecciones municipales por sufragio universal. Luego, en enero, se celebrarían las elecciones a Cortes. El Partido Democrático se dividió en dos: los partidarios de la monarquía democrática y los partidarios 60
del régimen republicano y federal. Pi i Margall, sin haber participado en la campaña electoral, fue uno de los 85 republicanos que obtuvo el acta de diputado. Con la división del partido apareció el Partido Republicano Democrático Federal en el que Pi i Margall iría destacando entre la minoría republicana. Pi i Margall nunca quiso servir de apoyo a los monárquicos ni ayudarles, de ahí su oposición a la Constitución de 1869, pero con 214 votos a favor y 55 en contra, la constitución de carácter monárquico-democrático se aprobó en las Cortes y se estipuló la búsqueda de un nuevo rey para España. Los republicanos, detractores de la monarquía viajaron por toda España predicando en su contra y deleitando al pueblo con los nuevos planteamientos de una república federal para España. Pi i Margall se convirtió poco a poco en el referente político e intelectual del republicanismo español. Los republicanos empezaban a molestar al general Prim —encargado de encontrar nuevo rey— por ello ofreció a Castelar y a Pi i Margall los cargos de ministros de Hacienda y Fomento, pero fue un vano intento de controlar al movimiento republicano, el cual ya no tenía marcha atrás. Mientras tanto, Pi i Margall había conseguido grandiosa popularidad en su partido, lo que le llevó a dirigirlo a partir de 1870, lo cual no era una posición fácil, ya que había una gran fragmentación dentro del republicanismo, así como sectores más intransigentes y otros más benévolos, partidarios de colaborar con la nueva situación. Sin embargo, el programa de Pi i Margall estaba claro y se podía resumir en los siguientes puntos: Maíz (2009), p. 10.
* La república federal como forma de gobierno, frente a cualquier forma de monarquía o república unitaria. * Programa de reformas sociales basados en un socialismo reformista y democrático. 61
* Defensa de la vía legal y rechazo de la insurreción, lo que le enfrentó al cantonalismo. * Organización del partido republicano única para toda España, con un programa único y una disciplina en el trabajo político.
Tras el rechazo de Pi i Margall al nombramiento de Amadeo de Saboya, comenzó para su partido una época inestable ya que sus partidarios debían situarse políticamente en una posición centralista que el Partido Republicano Democrático Federal no pudo ocupar por definición. En ésta época Pi i Margall salió en defensa de la Asociación Internacional de Trabajadores (1ª Internacional) y de los exiliados de la Comuna de París que vinieron a refugiarse en nuestro país:
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“El poder y la propiedad contraen una unión indisoluble: la propiedad lleva anejo el poder: el poder lleva aneja la propiedad. Ésta y no otra cosa fue el feudalismo, la consolidación del poder y de la propiedad. Pero esa consolidación fue una inmensa tiranía para las clases subalternas, y produjo más tarde el movimiento de las municipalidades de los siglos XII y XIII, movimiento que no ha sido consumado sino por vosotros. Vosotros sois los que habéis coronado la obra empezada por las municipalidades de la Edad Media. ¿Qué era la propiedad antes de la revolución? La tierra estaba en su mayor parte en manos de la nobleza y el clero. En manos de la nobleza estaba amayorazgada, en manos del clero amortizada, en unas y otras manos, fuera de la general circulación. Como quedaban todavía restos del antiguo feudalismo, sucedía que la propiedad, ora estuviere en manos del clero y ora en las de la nobleza, llevaba en muchas provincias aneja la jurisdición y el cobro de tributos, así reales como personales, a pueblos enteros. ¿Qué hicisteis vosotros, es decir, qué ha hecho la revolución? Por un decreto devolvió al Estado la jurisdicción 63
que había sido entregada a los antiguos señores feudales, y declaró abolidos los derechos señoriales; pero otro declaró libre la mitad de los bienes amayorazgados en manos de los que entonces los poseían, y la otra mitad en manos de sus inmediatos sucesores. Después de haber ahuyentado con la tea en la mano las comunidades religiosas, declaró por otro decreto nacionales los bienes de esas comunidades, y no satisfecha con esto se fue apoderando sucesivamente de los bienes del clero secular, de los de beneficencia e instrucción pública, de los de los municipios y las provincias. ¿Y cómo habéis hecho esto? Para abolir los señoríos habéis rasgado las prerrogativas y las cartas selladas de los antiguos reyes, sin tener para nada en cuenta que muchos de los hombres que los cobraban eran los descendientes de los antiguos héroes de la reconquista del suelo patrio contra los árabes; o los descendientes de los otros que habían ido a llevar por todos los ámbitos del mundo nuestra lengua y nuestras leyes. Para desmayorazgar los bienes de los nobles habéis rasgado las cartas de fundación que habían otorgado sus fundadores, las cédulas por las que los reyes las habían confirmado, las leyes seculares a cuya sombra se habían establecido. Para apoderarse de los bienes del clero secular y regular habéis violado la santidad de contrato, por lo menos tan legítimo como los vuestros, habéis destruido una propiedad que las leyes declaraban poco menos que sagrada, puesto que la consideraban exenta del pago del tributo, inenajenable e imprescripstible. ¿Qué principio habéis proclamado para hacer esas grandes reformas? La conveniencia pública, el interés social. Y vosotros que eso habéis hecho en materia de propiedad, cosa que yo de todo corazón aplaudo, ¿os espantáis ahora que vengan clases inferiores a la vuestra a reclamaros la 64
mayor generalización de la propiedad? Porque en último resultado La Internacional no pide sino que la propiedad se generalice más de lo que la habéis generalizado vosotros, que la propiedad se universalice. ¿No es acaso esa tendencia lo que la propiedad viene teniendo? Si la examináis a través de la historia, ¿no encontráis que la propiedad está hoy más generalizada de lo que nunca estuvo? Lejos de considerar inmoral la aspiración de la clase jornalera a la propiedad, ¿cómo no advertís que vosotros mismos, por la definición que de ella dáis y por las circunstancias y el poder que le atribuís no hacéis más que encender en el alma de las clases proletarias el deseo de adquirir, no sólo la de la tierra, sino también la de los demás instrumentos de trabajo? ¿No estáis diciendo aquí a todas horas que la propiedad es el complemento de la personalidad humana, que es la base "sine qua non" de la independencia de la familia, que es el lazo de unión de las generaciones presentes y las generaciones futuras? Es natural que la clase proletaria diga: si la propiedad es el complemento de la personalidad humana, yo, que siento en mí una personalidad tan alta como la de los hombres de las clases medias, necesito de la propiedad para complementarla. Si la propiedad es la "conditio sine qua non" de la independencia, para la independencia de la familia necesito de la propiedad. Si la propiedad es el lazo que une la generación presente con las generaciones venideras, necesito de la propiedad para constituir ese lazo entre yo y mis hijos... Ya sé yo, señores diputados, que después de las grandes reformas efectuadas por la revolución, no ha faltado entre vosotros quien haya creído que la propiedad es sagrada e inviolable; pero harto comprenderéis también que esto es complemente absurdo... Pues que la tierra, que es nuestra común morada, que es nuestra cuna y más tarde nuestro sepulcro, que contiene 65
todos nuestros elementos de vida y de trabajo, que entraña todas las fuerzas de que disponemos para dominar el mundo, ¿había de ser poseída de una manera tan absoluta por el individuo que la personalidad social no tuviera derecho de someterla a las condiciones que exigen sus grandes intereses? ¿Por dónde venís, pues, a decir que es inmoral la aspiración de las clases jornaleras? Ya sé lo que vais a contestarme: lo que tenemos por inmoral, diréis, no es que las clases jornaleras deseen la propiedad individual, sino que quieran la propiedad colectiva. ¿Y esto es inmoral para vosotros? ¿No ha existido antes la propiedad corporativa, que en el fondo venía a ser la propiedad colectiva? ¿No es propiedad colectiva la del Estado? ¿No existe hoy mismo en el oriente de Rusia? Todos vosotros conoceréis probablemente la organización de la propiedad en los pueblos esclavos, donde el municipio es el propietario de todas las tierras del término. Esto no quiere decir sin embargo, que los pueblos esclavos vivan en común, ni siquiera que cultiven en común la tierra. No: el municipio lo que hace es repartir las tierras del término entre las diversas familias que constituyen la municipalidad, y cada trece años practica un nuevo reparto, si es que las dos terceras partes de los vecinos no lo decretan antes. La propiedad es allí colectiva sin que haya un verdadero comunismo: cada familia tiene allí su hogar; cada familia tiene tierras que cultiva por su cuenta. Y qué, ¿creéis que los pueblos esclavos son pueblos que cuentan corto número de habitantes? Los pueblos esclavos los cuentan por millones”.
Pi i Margall Ministro de la Gobernación 66
El 11 de febrero de 1873, tras hacerse pública la abdicación de Amadeo de Saboya del trono de España mediante el Discurso de renuncia al Trono español de Amadeo, la Asamblea Nacional proclamó la Primera República. Durante el primer gobierno de la República lo dirigió Estanislao Figueras, y este le encomendó a Pi i Margall que se ocupara del ministerio de Gobernación en el gabinete, desde donde frustró un intento de golpe de Estado contra el presidente. Durante su mandato también tuvo que organizar las elecciones que convocó el presidente Figueras por el enfrentamiento político y la parálisis parlamentaria en que vivía la nación. Pi i Margall organizó desde su ministerio unas elecciones excepcionalmente limpias. Maíz (2009), p. 10. Además, en medio de los mil y un conflictos que aquejaban a España, Pi i Margall no abandonó sus procupaciones sociales. En un discurso a las Cortes el 13 de 67
junio de 1873, el ministro presentó un programa de reformas que incluían: restricción del trabajo de niños y mujeres, jurados mixtos y venta de bienes estatales en favor de las clases trabajadoras. Estas medidas fueron muy criticadas por los bakuninistas de la I Internacional, pero alabadas por Friederich Engels. Maíz (2009), p. 10. El primer gobierno republicano, muy débil, duró muy poco tiempo ( 12 de febrero a 11 de junio). El presidente Figueras, al no poder hacer frente a los problemas de España, se exilió a Francia y renunció al cargo.
Presidente de la República.
Con la dimisión de Figueras, las Cortes Constituyentes eligieron al nuevo gobierno, en el que Francesc Pi i Margall fue nombrado Presidente del Poder Ejecutivo.Durante su presidencia impulsó el proyecto de Constitución de 1873, 68
que nunca llegó a entrar en vigor. No obstante, el nuevo Presidente recogió un programa amplio de reformas entre las que destacaron: reparto de tierras entre colonos y arrendatarios, restablecimiento del uso del ejército como medida de disciplina, separación entre la Iglesia y el Estado, abolición de la esclavitud, enseñanza obligatoria y gratuita, limitación del trabajo infantil, ampliación de los derechos de asociación, favorable a las nuevas asociaciones obreras y reducción de la jornada de trabajo. Francesc Pi i Margall, 1873, Presidente de la República: Comunicado sobre la reducción de las horas de trabajo:
“Piden, hoy los jornaleros que se les reduzca las horas de trabajo. Quieren que se les fijen en ocho al día. No nos parecen exageradas sus pretensiones. No se trabaja más en buen número de industrias. Tampoco en las oficinas del Estado. Sobre que, según laboriosos estudios, no permite más el desgaste de fuerzas que el trabajo ocasiona. Mas ¿es el Estado el que ha de satisfacer estas pretensiones? En la individualista Inglaterra empezó por limitar el trabajo de los niños y las mujeres y acabó por limitar el de los adultos. Dio primero la ley de las diez horas, más tarde la de las nueve. No a tontas ni a locas, sino después de largos y borrascosos debates en la prensa y el Parlamento. Siguió en Francia el ejemplo apenas estalló la revolución de 1848. El trabajo es la vida de las naciones. No vemos por qué no ha de poder librarlo de los vicios interiores que lo debiliten o lo perturben el que lo escudó por sus aranceles contra la concurrencia de los extranjeros. ¿No es acaso de interés general que excesivos trabajos no agoten prematuramente las fuerzas del obrero? ¿No lo es evitar esas cada día más frecuentes y numerosas huelgas que paralizan la producción, cuando no dan margen a sangrientos conflictos? Ni acertamos a explicarnos por qué se ha de 69
tener reparo en fijar las horas de trabajo para los adultos y no fijarlas para las mujeres y los niños. Se las fija para los niños y mujeres pasando por encima de la potestad del padre y la autoridad del marido; y ¿no se las ha de poder fijar para los adultos pasando por encima del bien o mal entendido interés del propietario? Dadas las condiciones industriales bajo las que vivimos, el adulto no necesita de menos protección que la mujer y el niño. Es en la lucha con el capital lo que la caña al ciclón, la arista al viento. El Estado, aun considerándose incompetente para la determinación de las horas de trabajo, podría hacer mucho en pro de los obreros con sólo establecer el máximun de las ocho horas en cuantos servicios y obras de él dependen. Tarde o temprano habrían de aceptar la reforma los dueños de minas, de campos, de talleres, de fábricas. Falta ahora decir que esta reforma exige otras no menos importantes. Si de las diez y seis horas de ocio no invirtiese algunas el jornalero en su educación y cultura, se degradaría y envilecería en vez de dignificarse y elevarse. Se entregaría fácilmente a vicios que desgastarían sus fuerzas con mayor intensidad y rapidez que el trabajo. Para impedirlo es necesario crear en todas partes escuelas de adultos, sobre todo, escuelas donde oral y experimentalmente se explique las ciencias de inmediata aplicación a las artes y los fenómenos de la Naturaleza que más contribuyen a mantener la superstición y el fanatismo; escuelas que podrían ya existir hoy si empleásemos en lo útil lo que gastamos en lo superfluo. La educación y la enseñanza de las clases trabajadoras deberían haber sido hace tiempo la preferente atención, no sólo del Estado, sino también de las Diputaciones de provincia y los Ayuntamientos. De esa educación y de esa enseñanza depende que sea regular o anómalo el curso de la revolución que ahora se inicia por la modesta solicitud de que se reduzca las horas de trabajo. Podrán venir días tristes para la Nación, como no nos 70
apresuremos a llevar luz a la inteligencia de esos hombres y no les abramos los fáciles senderos por donde puedan llegar sin dolorosas catástrofes al logro de sus más lejanas aspiraciones y sus más recónditos deseos. ¿Nos creéis, entonces, se nos dirá, próximos a una revolución social de la que no es sino un proemio la pretensión de que se límite las horas de trabajo? Ciego ha de ser el que no lo vea. En todos los monumentos de la vecina Francia, inclusas las iglesias está esculpida en grandes caracteres la trinidad moderna, algo más inteligible que la de Platón y los teólogos: libertad, igualdad, fraternidad. Conseguida la libertad, empieza la revolución por la igualdad y hace sentir ya del uno al otro confín de Europa la alterada voz de sus muchedumbres y el rumor de sus armas. ¿Hará esta revolución pasar a los pueblos por las mismas convulsiones que la política?”
Pi i Margall defendió la Constitución federal de 1873 y su programa de reformas contra viento y marea, sin embargo, el proyecto federalista que quería impulsar prefirió hacerlo de arriba-abajo en vez de abajo-arriba, como había defendido siempre: «La Federación de abajo arriba era entonces imposible: no cabía sino que la determinasen, en caso de adoptarla, las futuras Cortes (...) El procedimiento, no hay que ocultarlo, era abiertamente contrario al anterior: el resultado podía ser el mismo.» Maíz (2009), p. 11. Frente a la federación de cantones, Pi i Margall defendía una república federal proclamada por ambas cámaras de las Cortes Constituyentes.
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Dimisión
Pi i Margall se ve desbordado por el federalismo, representado en figuras infantiles ataviadas con los distintos trajes regionales. A pesar de todas las reformas promulgadas y la propuesta de Constitución, los acontecimientos sobrepasaron a Pi i Margall. En algunas comunidades, viendo que el trámite legal de las medidas propuestas a favor del federalismo era muy lento, se declararon independientes adoptando su propia política, su propia policía, su propia emisión de moneda, levantando nuevas fronteras, leyes particulares, etc. Así surge el cantonalismo que se dio principalmente en la zona del Levante y Andalucía y causó un gran problema a la República. Su política desde el Gobierno le acarreará, no solo las críticas de la derecha por ser el padre intelectual del cantonalismo, sino también de los republicanos unitarios y de parte de la izquierda, que le consideró un legalista pacato que no supo proclamar la república federal por decreto sin esperar a las Cortes Constituyentes. Ante este panorama, sumado a la guerra de independencia cubana, la guerra carlista y los intentos de sus opositores por vincular a Pi i Margall como líder del movimiento cantonal, este dimitió de su cargo el 18 de julio de 1873, tras largas e inútiles negociaciones, para no tener que utilizar la represión gubernamental contra los insurrectos cantonalistas.
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Situación española en 1873-[[1874. En rojo, la Tercera Guerra Carlista. En amarillo, la Revolución cantonal.]] Tiempo después, en su escrito La República de 1873, realizó un balance autocrítico retrospectivo de su gestión pública, reconociendo haber sido presa de un purismo legalista contrario a sus convicciones que le hizo titubear en el ejercicio del poder al servicio de la consolidación de la República. Azorín dijo de él: «En 1873 siendo ministro de Gobernación, pudo haber instaurado la república federal, con ocasión de las insurreciones de Sevilla, Barcelona y Cartagena. Y este hombre que desde 1854 venía predicando la federación y consagrando a ella todas sus energías, ¡permaneció inerte!».Maíz (2009), p. 12. Acorralado por la oposición unitaria y por los federalistas intransigentes que habían promovido la insurreción cantonal, Pi i Margall presentó su dimisión con motivo del cantón de Cartagena.
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Fin
de
la
República
Tras su dimisión, las Cortes Constituyentes nombraron presidente a Nicolás Salmerón, teniendo como ministros de confianza a los mismos que tuvo Pi i Margall durante el anterior gobierno. Se pudo comprobar durante este gobierno el gran trabajo que Pi i Margall había realizado anteriormente como ministro de Gobernación. Al haber llevado una política austera sin realizar muchos gastos, la República contaba con grandes recursos. Sin embargo, el proyecto republicano y federalista fue aparcado tanto porSalmerón como por su sucesor Castelar. Ante la negativa del presidente, alegando problemas de conciencia, a firmar ocho sentencias de muerte, este dimitió el 5 de septiembre. En las nuevas elecciones Emilio Castelar resultó ganador, por encima de Pi i Margall, candidato a presidente de nuevo. Con el fin de solucionar 74
los problemas del país, Emilio Castelar consiguió atribuciones especiales temporales —hasta el 2 de enero de 1874— que le permitieron suspender las garantías constitucionales y la disolución de las Cortes hasta enero. Sin embargo, estas medidas excepcionales acabarían facilitando el final de la Primera República. A grandes rasgos los gobiernos de la República se caracterizaron por tres problemas: el carlismo, la guerra de independencia cubana y el cantonalismo, además de la cantidad de conflictos internos entre los partidos.
Restauración de la Monarquía.Golpe de Estado
Después de su dimisión como presidente, Pi i Margall intentó rehacer la alianza centro-izquierda, pero el golpe del Estado a manos del general Pavía frustró la iniciativa.
general Pavía en el Congreso de los Diputados el 3 de enero de 1874. Grabado aparecido en La Ilustración Española y Americana.]] 75
En la madrugada del día 3 de enero de 1874 estaban las Cortes reunidas votando un nuevo presidente que sustituyera a Castelar. Dio entonces el golpe de estado del general Pavía, que en un primer momento ofreció la presidencia del gobierno al dimitido Castelar, que la rechazó sin contemplaciones. Formó gobierno el general Serranoprovisionalmente hasta que la monarquía fue restaurada nombrando como rey a Alfonso XII de la dinastía Borbón. Acontecidos los hechos, Pi i Margall tuvo que abandonar forzosamente la política activa y volvió a su trabajo de abogado. También dedicó su tiempo a la redacción de un libro en el que quedase recogida la ideología republicana y las ideas principales de su breve pero intensa gestión en la República, titulado La República de 1873, que sería prohibido por las autoridades. En mayo de 1874, fue víctima de un atentado en su propia casa, del que afortunadamente salió sano y salvo. Poco se sabe de la represión que siguió al golpe de Pavía y de la que tuvo lugar en los primeros años de la restauración. El propio Pi i Margall fue detenido y conducido a una prisión andaluza, donde permaneció un tiempo.
Restauración borbónica
Reinstaurada la monarquía, Pi i Margall continuó su labor periodística reanudando el cultivo de las letras pero permaneciendo fiel a sus convicciones democráticas, republicanas y federales. En 1876 terminó de escribir Joyas literarias y el primer tomo de una Historia general de América. En 1877 publicó Las nacionalidades, obra de síntesis de su pensamiento político donde desarrolló empíricamente la idea de pacto entre los pueblos como principio federativo. Al reorganizarse el Partido 76
Federal en 1880, ocupó su jefatura indiscutible hasta su muerte; fue el autor del proyecto constitucional federal en 1883 y del Programa del Partido Federal de1894, escritos ambos de propaganda política. A pesar de que Pi i Margall continuó gozando de un gran respeto y reconocimiento, su partido no logró recuperar muchos adeptos.
En 1881, se separó del republicano catalán Valentí Almirall y del catalanismo; y en 1890 funda el periódico semanario El nuevo régimen desde donde continuó su actividad política, periodística y literaria. Pi i Margall consideraba su propia tendencia política como federalismo heterodoxo y la defendió en Madrid desde las Cortes, siendo elegido diputado por Figueras en 1881, 1886, 1891 (año del establecimiento del sufragio universal masculino), 1893 y 1901, año de su 77
muerte.
Ese mismo año también presidió los Juegos Florales de Barcelona. En esta última etapa de su vida destaca la campaña que, tanto desde las Cortes como desde El nuevo régimen, emprendió a favor de la independencia cubana y en oposición a la guerra contra los Estados Unidos, que consideraba modelo de democracia republicana y federal. Después de una vida política muy activa e importante en el siglo XIX, Francesc Pi i Margall, de setenta y siete años de edad, murió en su casa de Madrid, a las seis de la tarde del 29 de noviembre de 1901.
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Fracasado, con la I República el movimiento federalista, nadie en España se volvió a ocupar de la federación. Tan sólo quedaron federalistas en Catalunya, pero éstos se dividieron. Unos, con Valentí Almirall, dudando de la voluntad autonomista de las otras regiones de España, se dedicaron sólo a reclamarla para Cataluña; estos son los que crearon el Centro Catalán, de tendencias democráticas y republicanas. El resto del partido federal perseveró con su antiguo programa: la creación de un Estado catalán que sirviera de núcleo a una hipotética federación futura. Ahora bien, con toda la trayectoria de los federalistas quedó claro, desde el primer momento, que la cuestión catalana estaba ligada a la lucha por la libertad y la reforma social. Resultan por eso mismo muy ajustadas estas palabras de Ramon Trias Fargas: "Cataluña ha sobrevivido porque ha unido su causa a la causa eterna de la libertad ... Y porque ha sabido defender la libertad e identificarse con ella, con sacrificios enormes, aún existe y forma parte, modesta pero 80
dignamente, del concierto de las naciones." Tomado de JUAN JOSÉ LÓPEZ BURNIOL
Repercusión histórica
Avanzada la segunda mitad del siglo XIX, el viejo tronco del liberalismo, en sus ramas moderada y progresista, había ya fracasado en su intento de construir un Estado moderno. Las burguesías hispanas eran débiles frente a las poderosas fuerzas del Antiguo Régimen; por otra parte, el movimiento obrero era una realidad amenazante para el despegue capitalista. En plena época jalonada de guerras, pronunciamientos y levantamientos populares surgió una generación de intelectuales cuya obra consistió en la demolición ideológica de los viejos conceptos que sustentaban a un Estado caduco y en crisis. Reaccionan así contra el Estado absolutista y confesionalmente católico, centralista y manejado a su antojo por oligarquías. No obstante, este tema dista de ser en sus obras objeto de frías consideraciones jurídicas para convertirse en algo vivo y polémico, llegando los ecos de su discurso y su actividad hasta los comienzos de la Segunda República. Francesc Pi i Margall es el pensador político de aquella generación que ha ejercido una influencia más profunda y duradera.
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Destacó como historiador, periodista, crítico de arte, filósofo, jurista y economista. En su obra está presente la tradición hispana de Francisco Suárez y los ilustrados de finales del siglo XVIII, los enciclopedistas franceses, el romanticismo en su vertiente política y el socialismo utópico de Proudhon. Profundo conocedor de la historia y la literatura de los pueblos peninsulares, en todos sus escritos late un profundo conocimiento de su psicología colectiva y de su realidad política y social. Pi i Margall defendió siempre su ideología republicana federalista contra todos los problemas que se derivaran de ello; y cuando sobrevino el desastre de 1898, en medio de un patrioterismo desaforado, su voz resonó clara: libre autodeterminación de los pueblos, no a las aventuras coloniales y regeneración ciudadana mediante la educación, la cultura y el trabajo. Su doctrina denota la influencia de Hegel, Rousseau y Proudhon; aunque la influencia proudhoniana no intervino en la elaboración del federalismo pactista de Pi i Margall, ya que la obra de éste es anterior en este punto a la de Proudhon.
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El pensamiento de Pi i Margall fue uno de los más revolucionarios del siglo XIX español y, desde el punto de vista del anarquismo, únicamente fue superado por los bakuninistas. Se sitúa en el cruce de demócratas y socialistas de la época, cuya doble vertiente anticapitalista y popularista atraería a los principales dirigentes del movimiento obrero anteriores a la difusión de la Primera Internacional. El propio Pi i Margall tendría una vinculación directa con el movimiento obrero durante el bienio progresista. La influencia de Pi i Margall, que alcanzó en vida a las pequeñas burguesías republicanas y sectores del movimiento obrero, se extendió a las filas republicanas de izquierda en el primer tercio de siglo XX. Como político y como intelectual fue de una honradez a toda prueba, incluso elogiada por su enemigos. De su honestidad y progresismo políticos dan fe testimonios de autores tan distantes ideológicamente como K. Marx y F. Engels. Revolución en España. Barcelona, 1960. Sabino Arana Sabino Arana.De acá y de allá. El Correo Vasco, núm. 68. Bilbao, 1899. y Federica Montseny. Federica Montseny. Anselmo Lorenzo: El hombre y la obra. Barcelona, 1938.
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La complejidad y cohesión del pensamiento de Pi i Margall ha ocasionado que diferentes corrientes políticas — federalistas, anarquistas Rudolf Rocker (1947), en Anarcosindicalismo (teoría y práctica) nos dice: “Este primer movimiento de los obreros españoles estaba grandemente influido por las ideas de Pi y Margall, jefe de los federales y discípulo de Proudhon. Pi y Margall era uno de los pensadores de su tiempo y ejerció poderosa influencia en el desarrollo de las ideas libertarias en España. Sus ideas políticas ofrecen semejanza con las de Ricardo Price, José Priestley, Thomas Paine, Jefferson y otros representantes de la primera época del liberalismo angloamericano. Deseaba limitar al mínimo el poder del Estado y sustituir esa institución gradualmente por un orden de economía socialista”y catalanistas de izquierda— lo utilizaran como bandera propia, dando a conocer aquellos puntos de la doctrina de Pi i Margall que se avenían a sus propios principios.
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Obras de Pi i Margall * La España Pintoresca, 1841. * Historia de la Pintura, 1851. * Estudios de la Edad Media, 1851. Publicado por primera vez en 1873. * El eco de la revolución, 1854. * La reacción y la revolución, 1855. * Declaración de los treinta, 1864. * La República de 1873, 1874. * Joyas literarias, 1876. * Las nacionalidades, 1877. * Historia General de América, 1878. * La Federación, 1880. * Constitución federal, 1883. * Observaciones sobre el carácter de Don Juan Tenorio, 1884. * Las luchas de nuestros días, 1884. * Primeros diálogos, sin datar. * Amadeo de Saboya, sin datar. * Programa del Partido Federal, 1894.
Opiniones del movimiento libertario sobre Pi i Margall
Llegamos así al núcleo de nuestro trabajo actual, la aproximación del movimiento libertario a la figura de Pi i Margall. Para poder hacerlo, recurriré a algunos de los testimonios que ellos mismos nos han legado.
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Francesc Pi i Margall (1824-1901), teórico del republicanismo federal. Uno de los nuestros. A la memoria de Gumersindo Trujillo, maestro y amigo, entre los mejores pioneros del estudio sobre el federalismo español, al que tanto queríamos. "Hay sobradas razones para que la izquierda española de hoy rinda homenaje a la figura de Francesc Pi i Margall (1824-1901), e incluso para que se le tenga con honor por uno de sus referentes pretéritos. La honradez y la consecuencia fueron notas muy distintivas en el curriculum del primer ideólogo y mentor del federalismo patrio, valores ambos que merecen rescatarse del arroyo en los tiempos que corren. Desde 1848 hasta su muerte, el polifacético personaje transitó por las agitadas aguas de nuestra vida pública sin renunciar a sus principios ni acomodarse a las situaciones, a pesar de los múltiples tributos (económicos o de cualquier otra índole) que hubo de rendir en aras de semejante rectitud. La minoría de sus leales admiró siempre esa acrisolada coherencia y de estos encomios participaron asimismo otras formaciones mucho más numerosas del espectro político o social, sobre todo hasta 1939. Y entre sus múltiples 86
detractores, ya de adscripción monárquica o republicana, pudo deplorarse la rigidez, la inflexibilidad del supuesto erudito de gabinete, aunque acabó imperando al menos una cortés reverencia ante el hombre austero y cabal, que nunca congenió con los oportunismos de abolengo hispánico ni claudicó en las adversidades. Era efectivamente, en feliz expresión de Hennessy, «el incorruptible en una sociedad corrompida». Una cosa es la admiración o el respeto hacia la persona y otra bien distinta la actitud ante sus ideas. Aquí procede reconocer que el propio Pi se labró una suerte bastante infortunada. Si muchos de cuantos fueron sus correligionarios (no sería aventurado referirse a la mayoría), jamás entendieron todas las claves de aquel complejo federalismo integral, a la hora de criticarlo desde ópticas monárquicas o republicanas impusieron su ley los tópicos más absurdos o las simplificaciones más grotescas. No resulta extraño, pues, que una fuerte dosis de equívocos campe a sus anchas todavía al hablar del pensamiento pimargalliano; la confusión asuela buena parte de nuestra «clase política» actualmente y penetra aún en los cenáculos de «la academia», a pesar de los notables esfuerzos de clarificación que desde hace unos nueve lustros emprendieron varios estudiosos (A. Eiras Roel, C.A.M. Hennessy, G. Trujillo, A. Jutglar, I. Molas, C. Martí, J. SoléTura, J. Trías Bejarano, etc.).
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Cada vez que se plantea el tema del federalismo en España, y en la última década han crecido sobremanera los pronunciamientos dispares relativos al asunto, la imagen de este español de Barcelona reaparece por activa o por pasiva como un fantasma que congrega en el fondo pocas invocaciones y demasiados exorcismos. A no ser que cultivemos las perlas más anacrónicas, es obvio que el teorizador de un hipotético modelo de revolución burguesa, profundamente democrático y transformador, pertenece a otro mundo y tiene muy pocas cosas que decir en órdenes prácticos a las generaciones presentes y futuras. Existen sin embargo en la praxis intelectual de Pi varios ingredientes que pudieran servir de estímulos teóricos en esta era de imperialismo globalizante. No se trata sólo de que la tradición anarquista haya entrado en el siglo XXI con más vigor que la marxista, lo cual supone ya de por sí un buen argumento para reflexionar sobre la vida y la obra de quien llegó a ser mucho más que un simple traductor de Proudhon. La actualidad de ciertas formulaciones pimargallianas, haciendo abstracción de cientifismos y doctrinarismos de la época, deriva fundamentalmente, a nuestro humilde entender, de una cierta propensión a la síntesis entre los legados ácrata y socialdemócrata, apuesta sin duda rebosante de contradicciones, pero que anima ahora un debate nunca extinguido y al que no cabe tildar de estéril por lo que estamos viendo casi a diario entre ciertas franjas de los movimientos antisistémicos. Empecemos por una precisión capital. El federalismo de Pi es normativamente republicano desde su génesis y no cabe 88
en absoluto su asociación con cualquiera de las formas de gobierno monárquicas. La acérrima defensa de la igualdad ante la ley estaba radicalmente reñida con un sistema de privilegios (máxime si derivaba de los vínculos de la sangre), y por ello la monarquía era la negación del derecho y la libertad de todos, según las proposiciones ya dispuestas en La Reacción y la Revolución (1854). El énfasis sobre la soberanía individual sirve también para repeler los fundamentos teóricos del régimen monárquico, fuera absoluto o constitucional, en cuanto poder sustraído a la legitimidad democrática. No gobierna el pueblo allí donde existe una sola autoridad que no es hija de su libre arbitrio. Al margen de si España es ya un Estado federal al que se ha accedido gradualmente tras la aprobación de los Estatutos de Autonomía, o de que sean necesarios nuevos avances a partir de la Constitución de 1978 para alcanzar esa meta, lo cierto es que ésta nunca responderá a los patrones elementales del federalismo pimargalliano mientras conserve la institución monárquica y sitúe a un rey en la cúspide de la estructura estatal. Un Pi condescendiente con la Corona resulta tan anómalo y extravagante como un Cánovas paladín de la República y el socialismo. Los que apostamos por una cosa y la otra tenemos en aquél a un pensador y a un dirigente al que apreciar en la distancia, aunque conviene precisar que no estamos tan lejos de sus pretensiones en señaladas materias. Igual que combatió a la primera Restauración, la que arrancó en 1875, es legítimo presuponer la beligerancia de Pi frente a la segunda, cuyos módulos empezaron a ejecutarse cien años después, de acuerdo con los mandatos de la Coalición de la Guerra Fría y bajo los atentos controles de la Comisión Trilateral. Jamás hubiera sido indulgente con el trágala que impuso al pueblo español la Monarquía sin previo referéndum sobre la forma de Estado, como el de 89
Italia en 1946 o el de Grecia en 1974. Su espacio natural estaba con cuantos quedaron inicialmente fuera del juego por sostener sin concesiones la ruptura democrática, ya que nada tenía en común con el posibilismo de Castelar y los suyos. No entraba dentro de sus concepciones autodeterministas reconocer la unidad sagrada de la Patria, y mucho menos admitir un texto constitucional donde son prácticamente ilimitadas las cesiones de soberanía y se abre un cauce formal a eventuales intervenciones militares. El patriotismo republicano iba por otros derroteros y exigía la auténtica recuperación del significado democrático de la Nación, perdido en 1939. La frontal oposición a la Carta española también tendría otra razón de peso en la constitucionalización del sistema capitalista, paralizando cualquier veleidad socializante o simplemente nacionalizadora del gobierno central o de los autonómicos, por no mentar el proceso de configuración del propio Estado de las Autonomías, en los antípodas de sus planteamientos. Nada, pues, de Federación sin República, pero tampoco sin más el recetario en viceversa, porque la República unitaria no era más que una de las fases de la Monarquía, «simple sustitución de un poder hereditario por un poder electivo».
El federalismo de La Reacción y la Revolución, el que más valoraron las corrientes anarquistas, fue como éstas una amalgama entre el racionalismo francés y el idealismo 90
alemán, donde se llevó la soberanía individual hasta sus últimas consecuencias. Todo poder era tiránico en sí mismo, y por ello «cuanto menor sea su fuerza, tanto menor será su tiranía». El «objetivo final» de Pi en este texto, la última de sus «aspiraciones revolucionarias» y la que determinaba «toda clase de reformas», tenía por norte «la constitución de una sociedad sin poder» que armonizara Estado y sociedad civil en «un organismo idéntico». Los gobiernos, fruto «de un principio de autoridad», negaban al hombre soberano y procedía sustituir esa raíz autoritaria «por la base social contrato». Ese proceso pasaba necesariamente en su curso inicial por reducir el poder «a su menor expresión posible», dividiéndolo y subdividiéndolo hasta hacerle perder su carácter de instrumento de dominación política. Por la imposibilidad de abolirlo de un plumazo, lo entiende como «una necesidad pasajera» y asume esa atomización que reduce paulatinamente los atributos centralizadores. La sociedad según Pi ha de fundarse «en el consentimiento expreso, determinado y permanente de cada uno de los individuos». Sin este asenso personal sólo imperan los elementos coercitivos («nadie sino yo puede traducir en ley mi derecho»). Hablando por boca de Leoncio frente al conservador Rodrigo, repetirá en esos diálogos de sabor platónico a los que tituló Las Luchas de Nuestros Días (1887), que el origen de los gobiernos y de las leyes reside exclusivamente en los asociados. La conciliación entre orden y libertad, eje de las convicciones federales de Pi, no admite concesión alguna a fórmulas autoritarias. El liberalismo radical de tonos libertarios impugna la absorción del individuos por las entidades colectivas y entiende que «entre dos soberanos no caben más que pactos». Quien primero analizó en sus justos términos las filiaciones proudhonianas de este federalismo, el profesor Trujillo, calificó a su mejor instructor como «un anarquista 91
reformista». En tratados posteriores a la obra ya madura de 1854, no se propugna con nitidez esa lejana destrucción del poder político y el énfasis pasa al repudio de cualquier restricción a los derechos individuales, mas siempre quedó un rescoldo de estas inclinaciones ácratas que pueden vislumbrarse en Las Luchas... Nunca desapareció del todo ese pensamiento ateo en religión y anarquista en política que bosquejó el militante del Partido Demócrata al criticar las vacilaciones y contemporizaciones de sus afines. A semejanza de Proudhon, encontró Pi en las autonomías municipal y provincial los mejores avales para el desarrollo de la República. La teorización sobre «las cuatro personalidades coexistentes en toda sociedad constituida» (la del individuo, la del municipio, la de la provincia-región y la de la nación), arranca del primado de la voluntad para la legitimación democrática de las colectividades y se desenvuelve de manera concéntrica a través de la dinámica pactista. Lo que Jutglar denominó «constitucionalismo revolucionario» de Pi descansa efectivamente sobre el alambicado concepto de pacto sinalagmático, conmutativo y bilateral, de estirpe proudhoniana, el único mecanismo legitimador e integrador de las sociedades políticas y la formulación más acabada que el radicalismo burgués ofreció por aquí del derecho de autodeterminación. El concepto específico de la democracia pimargalliana emerge de la confusión práctica del Estado con la sociedad e implica la participación real y constante de todos los ciudadanos en la gestión de la cosa pública. A fin de garantizar plenamente dicho concurso se aportó la noción de pacto, convertida en zócalo y argamasa de una Federación española que era al unísono un paradigma de organización de la vida social y una forma de estructuración de los poderes territoriales. La espontaneidad juntista revelaba desde 1808 que la 92
nación española estaba compuesta por provincias (regiones) que fueron otrora reinos independientes y que ofrecían un panorama diferenciador en leyes y costumbres. Una y otra vez, la respuesta de «las nacionalidades» ante las sacudidas que jalonaron el ochocientos había sido refugiarse en esos espacios autónomos y recuperar parte de las atribuciones arrancadas por el centralismo del Estado-nación. Si la concepción pimargalliana de la revolución política brota de la experiencia histórica del movimiento juntero en sus estadios iniciales, de ella se aparta al entrar en escena el pactismo que culmina en la Federación, síntesis de sus proposiciones sobre la unidad en la variedad y antídoto frente a las tentativas desmembradoras de España a que daba pie el unitarismo absorbente. Los pactos federales suscritos entre mayo y julio de 1869, encaminados a preparar el terreno para la prevista República federal, respondieron a estas directrices. El replanteamiento de la organización de España que propone el republicanismo pimargalliano pasa por la reconstrucción de las catorce antiguas «provincias», que habían sido «naciones durante siglos» casi todas ellas y a las que descuartizó el real decreto de Javier de Burgos de 30 de noviembre de 1833. La autonomía individual se resuelve en la municipal y son los municipios, las «naciones primitivas» o «de primer grado» al decir del exégeta Aniceto Llorente, quienes delimitan el poder de las regiones, hasta derivar de éstas el del Estado. «Los pueblos han de constituir la provincia y las provincias la nación; éste es el sistema», escribió Pi en Las Nacionalidades (1877), donde el pacto español pasó a definirse como «el espontáneo y solemne consentimiento de nuestras regiones o provincias en confederarse para todos los fines comunes bajo las condiciones estipuladas y escritas en una constitución federal». Y ya que tal era «el verdadero lazo jurídico de las naciones», advertirá a los disidentes 93
orgánicos de Estanislao Figueras, en el extenso prólogo a la tercera edición de esta monografía, que negar el pactismo entrañaba reconocer «en la nación la fuente de todos los poderes», es decir, acatar «el principio unitario» y convertirse en un mero descentralizador. La armonía del «constitucionalismo revolucionario», levantado de abajo a arriba por el desenvolvimiento natural de los «seres colectivos», negaba al Estado el derecho a intervenir en el régimen interior de las regiones y de los pueblos. Pi se distanció claramente de los «federales no pactistas», de aquellos que deseaban constituir la Nación por medio de las Cortes, y asimismo lo hizo de quienes se autoproclamaban «republicanos autonomistas», limitados a promover una descentralización administrativa otorgada y condicionada por el centro. La Constitución federal venía determinada por las Constituciones regionales, que a su vez derivaban de las municipales; la atribución de las competencias corresponde a los federantes escalonadamente y no es una prerrogativa del Estado nacional. Insistimos: por encima del Estado figura la autonomía de las regiones y sobre la región la autonomía de los municipios, libérrimos en la configuración de éstas. El principio de revisión permanente de la misma realidad constitucional entraña otra de las implicaciones sobresalientes del constitucionalismo pactista, porque no es estático sino dinámico y sus únicos límites proceden de la libre determinación de las cuatro soberanías.
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Se apunta por lo común que Pi evolucionó desde el federalismo idealista de La Reacción y la Revolución al de naturaleza positivista de Las Nacionalidades, inspirado ante todo en los modelos suizo y estadounidense. El protagonismo del pacto discurriría así del individuo soberano a las colectividades naturales conformadas por la historia, aunque todavía en la primera parte del último volumen prevalecen los criterios racionales y sólo en la segunda y en la tercera se anteponen los históricos, que avalaban el federalismo regionalista que demandó Valentí Almirall. Los sujetos de la autonomía en el particularismo de éste no eran otros que el Estado federal y las entidades regionales, arrumbándose por completo a los municipios en la distribución de soberanías mediante el contrato pactado. La colisión del individualismo racionalista con el irracionalismo nacionalista sembró de equívocos el ideario de Pi mientras forjaba un partido político de fuerte impronta personal, y de semejantes contradicciones jamás resueltas con nitidez emanaron escisiones permanentes. En Las Luchas de Nuestros Días se volvió a insistir sobre una de 95
las dimensiones del pactismo, la federación territorial de los pueblos, aunque el intento de conjugar el municipalismo con el regionalismo historicista distó de esclarecer cabalmente los términos de la controversia. Un Pi acoplado al socialismo romántico o premarxista, y sobre todo al que conocemos por antiautoritario en tiempos de la Primera Internacional, dio un cierto margen de maniobra a aquellos de sus incondicionales que proponían una lectura anarquizante de la Federación. Durante la Segunda República llegó a hablarse de un «federalismo comunal» en el seno de una neointransigencia que miraba hacia el cantonalismo de 1873, sacralizando las plenas soberanías individuales y municipales. A despecho del vago e incongruente federalismo cenetista, entre naturalista y orgánico, persiguieron a toda costa la identificación con los anarcosindicalistas al esgrimir una República federal según la libre voluntad de los municipios. La asamblea nacional celebrada en Barcelona en junio de 1936 por esta fracción asumió a escala programática las supuestas afinidades con el comunismo libertario. Y sin entrar aquí en las notorias diferencias que separaron a Pi de las utopías del anarquismo, ni en los argumentos de quienes hicieron abstracción interesada de las mismas, es evidente que la aspiración de construir una sociedad libertaria hoy en día puede sustentarse también en las enseñanzas de aquel hombre que recibió el título de Maestro no sólo de sus seguidores. Las réplicas a la vieja política centralista y autoritaria, la creación de plataformas donde los ciudadanos puedan decidir autónomamente y el fomento de la democracia local participativa, desde la cual instituir un nuevo poder frente al Estado centralizado, son ingredientes de una cultura que no es ajena en absoluto a la cosmovisión pimargalliana.
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El proyecto revolucionario que Pi diseñó para España no fue simplemente político. Desde 1854 consideró indispensable «cambiar la base» de la sociedad y acometer transformaciones económicas que afrontaran la emancipación de las clases jornaleras. A raíz de las célebres polémicas de 1854 argumentará que el socialismo era el complemento necesario de la democracia, y sus ideas sociales se irían perfilando en las tres décadas siguientes. Es verdad que las inquietudes de esta índole decrecieron en Las Nacionalidades y en Las Luchas... al prevalecer las reflexiones sobre el pacto y los principios federativos, si bien los correligionarios de Pi tuvieron siempre otros protocolos en los que apoyar sus alternativas. Las Bases adoptadas por el republicanismo en febrero de 1872 y el Proyecto de Constitución Federal de 1873 compendiaron algunas de las miras pimargallianas, que tras la Restauración pudieron recogerse mejor en los dictámenes aprobados por la asamblea nacional de Zaragoza en 1883 y, sobre todo, en el Programa del 22 de junio de 1894. Este 97
corpus, que para Romero Maura entrañó las Tablas de la Ley que Pi legara a sus discípulos, sólo incorporará antes de 1935-1936 las breves adiciones «en el orden social» que ratificó el cónclave de 1919 a propósito del «federalismo sindicalista». Aunque La Federal representara según Jover el último mito burgués aceptado por la clase obrera, la influencia del reformismo pimargalliano entre las capas populares del campo y la ciudad traspasó las fronteras del Sexenio y logró mantenerse hasta después de morir su fundador, participando en determinados lugares de la modernización republicana que tuvo lugar antes de la Gran Guerra. El hecho de encarnar los federales de Pi el ala izquierda del republicanismo hasta el reinado de Alfonso XIII, sin perder incluso esta adscripción al sufrir las mermas de catalanistas o lerrouxistas de un lado y de anarcosindicalistas o socialistas de otro, no debe explicarse atentiendo exclusivamente a las invocaciones próximas al anarquismo. Antes bien, fueron los mensajes emparentados con la socialdemocracia los que permitieron la continuidad de la audiencia del campesinado o de las menestralías urbanas. Al menos así ocurrió en varios de sus principales enclaves, como el de Las Palmas entre 1903-1920. No hubo en la ideología federal trasiego alguno desde postulados de inspiración ácrata a otros de corte socialdemócrata. Será el liberalismo radical el que promueva ambas orientaciones en paralelo, merced a esa «disponibilidad colectivista» de Pi que estudió Jutglar. El federalismo no ofreció a los jornaleros o arrendatarios rurales y al cuarto estado más que reformas dentro de un horizonte capitalista, y entre los sucesores de Pi en la dirección de su partido imperó tras la crisis de 1917 el propósito de afirmar las diferencias con el sindicalismo revolucionario y el marxismo. De todas maneras, el decurso de la minúscula parcialidad vino a poner de manifiesto los 98
puntos de convergencia con los objetivos minimalistas que terminaron por sobresalir en el socialismo español. Los federales pimargallianos y los socialdemócratas pablistas estaban en condiciones de compartir en la práctica muchas más cosas de la que admitían oficialmente.
Una de las temáticas en que cabe situar la vigencia de Pi tiene que ver con el resguardo del intervencionismo estatal en la economía, presente desde los artículos polémicos de 1864, para corregir las peores lacras del capitalismo y promover la justicia. La defensa de la intervención reguladora del Estado, encaminada a terminar con las monstruosas desigualdades originadas por el egoísmo de los patronos, le opuso a los «individualistas» de entonces y actualmente le enfrentaría a los neoliberales, neoconservadores, nueva derecha, libertaristas y demás tribus que santifican las virtudes del mercado libre como única institución central de la sociedad y retornan a la pureza del laissez-faire. Pi anticipa algunas de las tesis del liberalismo socialdemócrata y del compromiso macroeconómico keynesiano que el Estado social reportaba 99
para la pacificación del conflicto de clases. El Programa de 1894 recogía la nacionalización de las minas, las aguas y los ferrocarriles, más el control estatal del crédito. Un esbozo de la sobrecarga del complejo entramado del Welfare State, por pequeña que fuese, estaba aparentemente reñido con la reducción de los poderes públicos «a su menor expresión posible» y la edificación de «una sociedad sin poder», pero téngase en cuenta la noción más económica que política y preceptivamente desintegrada que el pimargallianismo tuvo de la estatalidad (son «estados» también las regiones y hasta los municipios), así como su repugnancia a la estatalización absoluta de los medios de producción. Los servicios y las obras públicas eran entregados por los federales de Pi a asociaciones obreras con financiación gubernativa, mientras se fomentaba la participación de los trabajadores en la gestión de fábricas y talleres y se estimulaba fiscalmente «la transformación del salario en participación de los beneficios». El respaldo al cooperativismo y el apremio a la conversión de los asalariados en accionistas, con fidelidad a la máxima de «elevar al proletario a propietario», recuerda algunas de las contiguas observaciones de Eduard Bernstein. Código de Trabajo y jurados mixtos debían proteger a la clase obrera y dignificar las relaciones laborales. A la manera de los fabianos, hace gala Pi de un notorio gradualismo y aspira a impedir la excesiva concentración de la propiedad y la riqueza. Una fiscalidad por el sistema progresivo, con un impuesto único sobre los capitales, tenía el complemento de la descentralización de las cargas tributarias en beneficio de las regiones. Es claro que Pi asimiló la utopía pequeño-burguesa de los productores libres y quiso extender la propiedad «a las últimas clases sociales», reformando la legislación civil. No obstante, el primado de la cuestión agraria a la hora de 100
quebrar la dominación de la oligarquía terrateniente, conforme a los certeros análisis de Jutglar y de Trías, le condujo en sus últimos escritos a distanciarse de las deudas proudhonianas y a incorporar formas colectivas de explotación de la tierra. El citado Programa de 1894 subordinaba el disfrute de la misma, «como propia de todos los hombres, a los intereses generales», adjudicando a «comunidades obreras» los terrenos de titularidad pública, los incultos por más de un quinquenio y cuantos conviniera expropiar; algo que aplaudirían en el presente los militantes andaluces del Sindicato Obrero del Campo. La transformación del contrato de arrendamiento en censo redimible y la consideración de los foros y de la rabassa morta como enfiteusis perpetuas también liberables, iban encaminadas a universalizar la legión de los parcelistas. Crítico implacable de la desamortización y el latifundismo, Pi anunció a Costa en varios diagnósticos y terapias y otras veces fue solidario con sus opiniones.
La Historia, ya se sabe, está preñada de paradojas. Hace unas décadas, al mentarse al Pi socialista, lo habitual era insistir en las amplias acepciones que el término presentaba en el segundo tercio del XIX, recrearse en las 101
contradicciones de una perspectiva ajena a Marx y en el idealismo de la armonización superadora de la lucha de clases. Ahora, en la época del socialismo liberal y de la Tercera Vía, ya no parecen necesarias esas cautelas. Después de tantas claudicaciones y de tantos viajes al centro político, el temple de Pi está hoy más a la izquierda que el de muchos neoconversos a la posmodernidad y desde luego es bastante más «socialista», si por tal entendemos el duro laborar de cuantos persiguen el fin de la explotación del hombre por el hombre y el ejercicio pleno de la democracia. Por desgracia abundan por ahí quienes, so pretexto de abrirse al siglo XXI, terminan por parecer criaturas más extrañas que ciertas gentes del Ochocientos. Al pimargallianismo se le tachó de antigualla con demasiada frecuencia dentro del propio orbe republicano. El Programa de 1894 estaba ya obsoleto en señalados puntos cuando le fueron agregadas las coletillas de 1919 sobre «la federación profesional de las clases sociales», que el promotor Llorente tomó del «federalismo sindicalista» y del «sindicalismo funcionarial» de León Duguit. El aditamento no reportó muchas novedades (la representación de sindicatos y de sus federaciones en los consejos municipales, en los regionales y en el parlamento nacional), mas por encima de las panaceas corporativistas del federalismo integral, otras agrupaciones republicanas siguieron nutriéndose del prontuario de Pi a su manera. El Programa Político y Social que abrazó en 1931 el Partido de Unión Republicana Autonomista de Valencia era en buena parte una copia literal o con ligeros retoques de la exposición federal de 1894, de la que se habían abrogado algunos elementos sustantivos; por ejemplo, la legislación civil y penal entre las incumbencias de los Estado regionales o la abolición de la pena de muerte, una de las más queridas reivindicaciones del Maestro. Y no fueron los radicales valencianos de esas fechas, evidentemente, los exclusivos y 102
supremos valedores de este último. Las reformas programáticas en amplitud no llegaron hasta las principales hijuelas pactistas sino muy tarde. Los neobenevolentes de la Izquierda Federal encararon en mayo de 1935 un Proyecto de Manifiesto que incorporaba un mayor intervencionismo estatal y un fortalecimiento del sector público (municipal, regional y nacional). Al estipular sin ambages una economía mixta, la nacionalización de los seguros y la gratuidad de la enseñanza, fueron más lejos que sus colegas hegemónicos de Izquierda Republicana y Unión Republicana, entre cuyos planes gubernativos no figuró tampoco la supresión de la pena capital y la derogación de las jurisdicciones especiales. En cuanto a los neointransigentes del Partido Democrático Federal, ya referimos cómo su congreso de Barcelona en junio de 1936 hizo cuanto pudo para sintonizar con el homónimo cenetista clausurado poco antes en Zaragoza. El patrocinio de algunas de las características del Estado Gerencial (tutela de las contrataciones laborales, retiros e indemnizaciones y salario familiar), se conectó con pertrechos relativamente cercanos a los confederales (gestión administrativa de los trabajadores en la industria, adjudicación de obras públicas a comunidades de oficio, socialización de la producción agraria e intangilibidad de los sindicatos). Aquel anhelado expurgo contenía pocas nacionalizaciones y abundaba en una fiscalidad georgista, aunque las limitaciones al derecho de herencia o las mejoras jurídico-penitenciarias daban a los retoques un aire de modernidad y radicalidad, contrastando a lo sumo con las mordientes decimonónicas: el rígido anticlericalismo y el municipalismo ordinario. El profundo moralismo que marca la independencia de criterio de Pi, sostén de «una insobornable lealtad con las propias convicciones» al decir del profesor Seco Serrano, encierra no pocos patrones de conducta para las gentes de izquierdas en estos días. En unos artículos de 1858 para La 103
Discusión, abordando la cuestión mexicana, realizó una enérgica denuncia de la política imperialista de los Estados Unidos en Hispanoamérica y arremetió contra la proyectada expedición española. El repudio al uso de la fuerza en las relaciones internacionales y las apelaciones al derecho universal a la libertad presidieron sus condenas dirigidas al colonialismo, de las cuales hay diversos exponentes en sus póstumas Cartas íntimas y en algunos editoriales del semanario El Nuevo Régimen a partir de su fundación en 1890. Era una línea que venía de atrás. Los pueblos habrían de ser «señores de ellos mismos», sin que valieran el derecho de conquista o la prescripción de los siglos frente a la libre determinación de todos los hombres. Por eso resulta enormemente contradictorio que el Programa de 1894 admitiera «la colonización pacífica» para civilizar a los «pueblos incultos».
La apuesta federal sobre las colonias hispanas, al margen 104
de las formulaciones suscritas durante el Sexenio, quedó expuesta por Pi en la carta circular de septiembre de 1876 y entrañaba la conversión de los territorios implicados en otras tantas provincias. Ante la crisis cubana se adoptó, en apariencia, la misma disyuntiva autonómica patrocinada por otros partidos y líderes democráticos, aunque la solución pimargalliana llegaba evidentemente a través de la autonomía en la Federación y por lo tanto implicaba reconocer a las posesiones de Ultramar igual status que a las demás regiones (con su gobierno, sus cámaras, sus leyes, su administración, su hacienda, sus milicias); en la asamblea nacional del Partido Republicano Federal de 1888 hubo una delegación cubana que rubricó los enunciados del Manifiesto de enero de 1881. El consecuente antimilitarismo y la enemiga hacia la guerra de las Antillas apartaron al pacifista Pi del resto de las formaciones republicanas entre 1895-1898, cuando su valeroso amparo de la independencia de Cuba lo convirtió en blanco capital de la patriotería más ramplona. Desde una soledad apenas compartida por Pablo Iglesias y los suyos u otros pocos círculos, el patriota español demandó la liquidación del imperio por coherencia con sus proposiciones anticolonialistas y atendiendo a la salud de los intereses nacionales. Sometido como siempre al tribunal de apelación de su propia conciencia, mantuvo una y otra vez que las naciones no tienen «otra base racional que el libre consentimiento de los grupos que la forman». En consonancia con esta posición, sus cofrades se manifestarán de forma resuelta en pro del abandono de Marruecos y recusarán el chauvinismo del señor Lerroux. De todas las familias del republicanismo histórico español, la decana y minoritaria de Pi es la que en el presente aporta más sugerencias para la izquierda plural, revolucionaria o transformadora. Es aquella de la que podemos extraer las enseñanzas mejores y los mayores 105
alientos, bien de sus luces o de sus sombras, gracias en primerísimo término a la personalidad de su gran ideólogo y líder aún después de la muerte. Bueno será que continúe la exaltación de Azaña y del azañismo, pero no a costa de preterir o desfigurar a muchos de sus predecesores o coetáneos en la brega republicana, y en particular al que nunca podrán digerir los corifeos de todas las derechas habidas y por haber. A veces son los adversarios (los enemigos de clase) quienes evidencian una lucidez que falta entre nosotros en no pocas ocasiones. El historiador conservador Jesús Pabón sentenció que el revolucionario hispano «encontró y encontrará siempre en Pi i Margall la justificación doctrinal de sus aspiraciones radicales». Que así sea. Tomado de “Kaos en la red”
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“Fui su discípulo. Niño aun, en el agitado periodo del 73, mi buen padre, federal enragé, dábame a leer todos los periódicos, revistas y libros que entonces prodigaba el triunfante federalismo. Después, puede decirse que se moldeo mi cerebro con las doctrinas de Pí y con sus traducciones de varias obras de Proudhon. No fui federal mucho tiempo, pero siempre guardé y guardare respeta admiración para el hombre y sus ideas. Creo que ha sido en España el cerebro de la revolución, de las ideas genuinamente progresivas. A un lado sus peculiares puntos de vista, Pí tenia tan amplias concepciones, tan claras y precisas formas de pensamiento, tan cerrada y firme lógica, que ningún hombre sinceramente revolucionario podía reconocer su justicia, su probidad, su noble y severa y tranquila grandeza. Quiérase que no, su influencia traspasa los linderos del partido. Era Pí y Margall un verdadero genio de la revolución. Así ha tenido y tiene el aplauso de todos los revolucionarios; y los que no lo son doblan humillados la cabeza y se hacen lenguas de las cualidades personales del hombre, ya que no puedan, por un resto de pudor, reverenciar sus ideas. Pero ¿a que ponderar lo que esta fuera de discusión? Fue su muerte tan modesta como su vida. Si Bonafoux, con verdadero dolor, no hallo en la prensa de Paris respecto de Pí lo que se prodigó a Canovas, ¿qué importa? Con todas estas galeradas de menuda letras que duran un día, Canovas, todos los que deben al éxito gubernamental un renombre, pasaran, pasaran pronto, olvidados del mundo. Pí y Margall quedara como una luz que nunca se apaga. Son las condiciones de un Pí, su labor tranquila pero porfiada, su lucha tenaz por los ideales, sin vanidades, sin 107
ruidos, sin aparato, las que enseñan a los pueblos y los adiestran en el dificilísimo arte de ser dignos de si mismos. Sus ideas filosóficas, más que políticas, perduraran en el pueblo español como verbo de la revolución venidera. Sin los compromisos de partido, Pí hubiera sido el hombre de todos los revolucionarios. Su muerte producirá en el seno de la política española una gran descomposición. No se apaga en vano la voz del justo. Mantenía Pí con su ejemplo, con su firmeza, con su sencillo y diáfano razonar, con su gran consecuencia y su tenaz carácter, al partido federal virgen de las concupiscencias políticas. Manteníalo a la altura digna de él, única esperanza, en lo político, de redención para el país. Pero, y perdónenme los federales sinceros, ¿continuara el partido las tradiciones de aquel grande hombre? A muchos de aquellos he oído distintas veces afirmar que la muerte de Pí seria la muerte del partido federal. Creo que, en efecto, el federalismo no será ya en España lo que fue. Hay demasiadas concomitancias políticas alrededor de la idea federal, y demasiada confusión en el campo de la democracia, del autonomismo, del regionalismo, para que el ideal filosófico por excelencia se conserve puro en las alturas a que lo llevara el que acaba de morir. Hay, además, pocos hombres de valer y de la fe y de la perseverancia de Pí y Margall, poco de ese gran espíritu de justicia que le animaba para que el federalismo continúe ofreciéndose como el paladín de lo venidero. Creo más; creo que la muerte de Pí influirá así mismo en los demás partidos avanzados, incluso el socialismo y el anarquismo. Se ha roto una fortísima anilla de la cadena revolucionaria. Pí tenía ideas socialistas y anarquistas. Pese a los buscadores de nimiedades, a los espíritus cortos de 108
entendederas o raquíticos de horizonte, Pí no hacia obra de partido, menos obra de sectario. Y si su ideal no cristalizo en una forma cerrada de las varias que sirven de comodín para ahorrarse el trabajo de estudiar y pensar por cuenta propia, tendió, en cambio, sus vigorosas raíces por todo el campo del revolucionarismo. He aquí porque era el verbo y la sustancia de las ideas nuevas aun no comulgando en ellas, con el debido encasillamiento. ¿Qué era el jefe de un partido y que como tal procedía? En mil ocasiones no fue jefe ni hombre de partido. Sus obras mejores son obras de filosofía puramente revolucionaria, sin dogmas, sin convencionalismos, de una sinceridad verdaderamente ejemplar. Sin que piense yo que ningún hombre es indispensable, no puedo ni quiero prescindir de la consideración de que son los hombres instrumentos cuando menos, actores muchas veces, en el desenvolvimeinto de la evolución humana. Producto del mundo en el que viven, son, al propio tiempo, factores del mundo que viene. El dogmatismo del medio ambiente me es tan repulsivo como cualquier otro. He aquí porque creo que la muerte de Pí y Margall alterará la situación política del país afectando a los partidos mas avanzados. La disgregación del partido federal es fatal a la corta o a la larga. De él se nutrieron antes las filas del socialismo y del anarquismo. De él se nutrirán ahora por que quedará de Pí su obra filosófica y perecerá su obra de partido. Los federales sinceros, los que aprendieron del jefe las ideas generosas de redención humana, se desprenderán del federalismo político como se desprende del árbol la fruta madura. Los federales políticos, los que llevan del federalismo no más que las formas exteriores y el pensamiento mecánico de su funcionalismo, irán a formar 109
tal vez nuevos grupos con sus afines los demócratas descentralizadores y los regionalistas. Aburguesaran el partido, y tendremos un núcleo mas de aspirantes a hacernos dichosos por medio de la panacea legislativa y gubernamental. Hace tiempo que esta descomposición viene hincada en el partido federal. Solo la gran autoridad moral de Pí ha podido contenerla. Ahora saldrá a la superficie sin que nada ni nadie pueda contenerla. La consecuencia no será dañosa para las ideas revolucionarias. Las afinidades de antiguo reveladas entre ciertos elementos federalistas y los anarquistas, reforzaran ahora la tendencia más radical del socialismo. Bien venidos sean los que, inspirándose en el maestro vengan a nosotros con sinceridad, con nobleza, perseverantes para la lucha. De Pí y Margall han aprendido muchos, aprenderán, deberán aprender no pocos a ser dignamente revolucionarios, espíritus sobre todo justos, sin soberbia, sin aparato, sin vanidad. Y esto en todos los partidos de la revolución, socialistas o anarquistas. Porque de estas condiciones, que apenas dan nombre, que no ocupan ni un tercio de una columna de periódico, que no ensordecen a la gente con la alabanza sin medida y el aplauso sin tasa, que no atormentan a las generaciones con la logorrea fastidiosa y cansina de la elocuencia de plazuela, de esas condiciones, digo, son los hombres que en verdad consagran su existencia al bienestar de sus semejantes. RICARDO MELLA. (Extraído de la Revista Blanca nº84 del 15 de diciembre de 1901 “Los políticos de oficio, blancos y negros, ministeriales y de oposición, reunido en el local (las Cortes) donde el Estado los convoca para que atendiendo a sus intereses y a los de 110
sus representados y colegas burgueses impongan la ley al trabajador, han tributado elogios al difunto Francisco Pi y Margall por virtudes que atribuían al muerto y de que más o menos tácitamente se sentían despojados; la prensa burguesa ha agotado la colección de los adjetivos laudatorios a favor del mismo y ha dado cuantos informes biográficos podían interesar al vulgo menudo, aquel a quien más que conocer un pensamiento le importa saber detalles insignificantes de la vida del que alcanza la categoría de personaje. Nosotros, dejando las tareas que recuerdan las de las lloronas de la antigüedad a los que por iniciativa y voluntad propias muestran aptitud para ellas, y considerando que el Pi y Margall que han enterrado ahora murió al dejar de ser lisa y llanamente un publicista, para ejercer de político, peor aún de jefe de partido político, contrarrestaremos el efecto de tan vana palabrería, ofreciendo a nuestros lectores el siguiente ramillete de pensamientos del finado, especie de evangelio anarquista que admiramos y suscribimos y que, no aceptarán de seguro como aspiración y norma de conducta, ninguno de sus actuales panegiristas” “La Huelga General. Periódico Libertario” nº 3, 5 de diciembre de 1901.
Algunas
de
las
florecillas
del
ramillete
Aparecidas General.
en los siguientes números de La Huelga
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*Mi voluntad es incoercible, la noción de mi deber, irreformable, a no ser por mi propia inteligencia. En vano se me enseña una legislación dictada por Dios, adoptada por cien naciones, sancionada por los siglos: mi ley moral la juzga y pronuncia sobre ella su inapelable fallo. Si la cree injusta, la condena irremisiblemente.
*No enseñemos a los pueblos a ser lógicos y derramarán estérilmente su sangre en otras cien revoluciones. No dirijamos el hacha contra el seno del poder mismo y consumirán siglos en ir de la monarquía a la república y de la república a las dictaduras militares. Después de cada triunfo dirán: “queremos, como hasta ahora, un poder fuerte que arrolle a nuestros enemigos” y como hasta ahora, se forjarán nuevas cadenas con sus propias manos. Las preocupaciones más arraigadas son las que necesitan de rudos y enérgicos ataques; la alarma es, además de inevitable útil. Llama poderosamente la atención sobre las 112
ideas que han logrado producirla, las siembra en todas las consciencias y en todos los intereses alarmados. ¡Desgraciada la idea que no alcanza a sublevar contra sí los ánimos! Hará difícilmente prosélitos, morirá olvidada o despreciada. Más ¿se teme verdaderamente la alarma? Se aspira a ser inmediatamente gobierno: he aquí la causa de la inconsecuencia.
*El hombre no está condenado a sufrir eternamente los males que le afligen. Su inteligencia disipa de dia en dia las nieblas que le oscurecen y confunden. Su voluntad está mejor determinada, su libertad se educa. Vendrá, a no dudarlo, un tiempo en que, conocida ya la ley de la humanidad, sus relaciones marcharán perfectamente de acuerdo con los destinos de su raza. La libertad y la fatalidad serán entonces idénticas, no habrá motivos de lucha y una aureola inextinguible de paz, circundará ya la frente del niño al saltar del seno de su madre.
*Para mi la república es aún poder y tiranía. Si la idea del contrato social estuviese bien determinada, no sólo no dejaría en pie a las monarquías, no dejaría en pie ni la república.
*Tomo la pluma para demostrar que la revolución es la paz, la reacción la guerra. Examinaré para esto qué piden hoy los reaccionarios, qué los revolucionarios; estudiaré la situación de unos y otros.
*Soy demócrata; pero el espíritu de partido no prevalecerá nunca en mí sobre la voz de la verdad. Diré con la mano en 113
el corazón todo lo que siento acerca de los hombres y las cosas. Las iras del poder no me amedrentan; la idea de que voy a comprometer mi porvenir no pesa un solo adarme en la balanza de mis juicios.
*Hace dos años quise publicar bajo el título de ¿Qué es la economía política? ¿qué debe ser? mis estudios sobre las causas orgánicas de los males que afligen a los pueblos. La autoridad fiscal trató de imponerme condiciones; y antes de aceptarlas me condené al silencio. Hoy va a quedar aquella obra refundida en ésta.
*Nuestra revolución no es puramente política; es social. Moderados y progresistas lo confiesan, hechos verdaderamente alarmantes lo confirman; para no verlo sería preciso cerrar los ojos a la luz. Mis estudios sociales pueden pues, y deben, tener un lugar en este libro.
*Se me ha dirigido no pocas veces el cargo de que escribo con virulencia, y hasta amigos y correligionarios me han aconsejado que temple algún tanto la ruda energía de mis formas; mas confieso que no está en mi mano. La fuerza de mi lenguaje y será siempre proporcionada a la fuerza de mi idea. Témplela el lector, si sabe y puede. Mas ¿influye acaso tanto la forma? Muy desgraciado ha de ser el que se asuste de palabras y no de pensamientos. Para hombres tales no escribo.
*Es inútil empeñarse en detener el progreso. La guerra misma difunde las ideas. Brotan éstas del pie del cadalso y 114
de la hoguera. En vano el sacerdote pretende hacer de la ciencia un misterio para el pueblo; la ciencia salta los muros del templo y halla siempre un Sócrates que la presente llena de pureza y majestad a los ojos de la profana muchedumbre. Después de Brahmanes que la oscurezca da con un Budha que la aclare y purifique; después de fariseos que la corrompan, da con un Jesucristo que la espiritualice y la ennoblezca. Gime un día bajo un poder teocrático que se ha propuesto apagar su voz con el tormento, y viene la prensa a emanciparla. Guttemberg abre paso a la reforma de Lutero. ¿Qué no podría deciros de la constante marcha de esa ciencia? Abandonada por la Francia, se echa en brazos de la joven Alemania y allá, en alas de genios que hoy asombran, rompe todas las cadenas de la tradición cristiana, y reduce a nada las fantásticas visiones creadas en un cielo imaginario. Se generaliza después, baja en todas las naciones sus miradas desde la idea al hecho, y penetra los más íntimos secretos del mundo de los sentidos, cuyas fuerzas pone a discreción del hombre.
*¡Ah, pobre pueblo! ¿Dónde están ya tus jefes? Tiende una mirada a tu alrededor: estás casi aislado, solo. Tus ídolos se han postrado a los pies de otra divinidad: el oro.
*¿Quién eres tu para impedir el uso de mis derechos de hombre?. Sociedad pérfida y tiránica, te he creado para que los defiendas y no para que los coartes: ve y vuelve a los abismo de tu origen, a los abismo de la nada.
*la humanidad no ha creído siempre lo mismo, y observadlo bien, no ha adjurado nunca una sola de sus 115
creencias sin que haya venido antes un individuo a atraerse su maldición universal negándolas.
*Pero lo sé. Os apoyáis también en la necesidad del orden. ¡Maldito sea este orden ¡ Decretad pues el estacionamiento perpetuo si podéis y tanto teméis que el orden se perturbe. Declaraos francamente absolutistas, y decid como los reyes: orden y libertad se excluyen, que la víctima sea la libertad. Porque no exagero, aún estáis en esto. Explicadme sino de una vez que es lo que entendéis por orden. La idea de orden es para mi, y creo que para todo hombre que razone, contraria a la de coacción, de fuerza. Orden supone disposición, harmonía, convergencia de todos los elementos individuales y sociales; orden rechaza todo anonadamiento, todo sacrificio. ¿Es orden esa paz ficticia que lográis cortando con la espada todo lo que no sabéis combinar con vuestra escasa inteligencia? El verdadero orden, permitidme que os lo diga, no ha existido nunca, ni será posible que exista mientras vosotros os empeñéis en procurarlo; porque el verdadero orden supone cohesión, pero no una cohesión motivada por causas exteriores, sino una cohesión íntima y espontánea que impedís con vuestras restricciones; que podríais, no alcanzar, pero acelerar, sino os opusieseis al desarrollo libre y completo de todas las fuerzas libres encerradas en el seno de la humanidad y el hombre. ¡El orden! Os lo repito, vosotros sois quien lo matáis .
*Dejad, dejad que la iglesia se levante en pie contra el progreso; cuanto mayor sea su resistencia, tanto mayor será el empuje de los pueblos, tanto más pronto se sentarán, armados y vencedores, sobre las ruinas de los templos. 116
*Se engañan muchos si creen que la cuestión social lo es sólo para el liberalismo. La cuestión social está sobre todas las cuestiones, sobre todos los principios políticos, sobre todas las escuelas. Es el enigma de nuestros días aún descifrable, lo mismo para la religión que para la filosofía, lo mismo para ala libertad que para el absolutismo. Sabemos ya cual es la Esfinge, estamos lejos de saber quién será el Edipo.
*La soberanía del pueblo es una pura ficción, no existe. La idea de soberanía es absoluta; no tiene ni su menos ni su más, no es divisible ni cuantitativa ni cualitativamente. ¿Soy soberano? No cabe sobre mí otra soberanía, ni cabe concebirla. Bueno, como siempre espero que os haya sido útil e interesante, y que podamos comprender porqué Pi i Margall ha sido considerado como: "El primer anarquista español".
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SALVADOR SEGUÍ: L'ANARCOSINDICALISME EN ESTAT PUR. “L’anarquisme no pot realitzar-se d’un dia a l’altre, com ho creuen tants il·luminats. L’anarquisme és, abans que tot, una filosofia i una moral, una concepció de l’home i de la societat. L’ideal anarquista preconitza la superació contínua, el progrés infinit, el millorament constant de l’individu” Salvador Seguí “El Noi del Sucre”.
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En aquest intent de recuperar la historia d'algunes de les personalitats que més han contribuït a la dignificació de les classes obreres i populars catalanes, avui voldria reflexionar sobre Salvador Seguí, un dels més manipulats i controvertits del dirigents anarcosindicalistes catalans. Quant els polítics d'esquerra (PSC, PSUC, ERC, etc) o els sindicats grocs (CC.OO. i UGT) intenten apropiar-se d'una figura com en Salvador Seguí, és sense cap mena de dubtes, perquè el seu llegat, el seu record en el subconscient de les classes treballadores catalanes és encara molt viu i present.
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Mai en Seguí hauria tolerat aquesta manipulació de la seva vida, de les seves idees, anarquista, sindicalista, anarcosindicalista com era, va supeditar sempre les idees abstractes a les necessitats concretes del moviment obrer, però sense renunciar a l'essencial. Així, com homenatge a aquell que donà la vida per l'emancipació de la classe treballadora i per a fer callar a tots aquells que des de diverses posicions polítiques intenten apropiar-se de la seva figura, vagi aquest petit estudi sobre alguns aspectes de la seva vida i obra. Salvador Mateu Seguí i Rubinat, conegut com El Noi del Sucre, un dels militants més destacats del moviment anarcosindicalista català de principis del segle XX. Havia nascut el 23 de setembre de 1887 a Lleida, segons consta en la seva partida de naixement. Quan té un any sa família es trasllada a Barcelona amb motiu de l’exposició universal, coincidint amb un dels primers moviments migratoris del camp a la ciutat amb l’esperança d’una millora en les seves 120
condicions de vida. Va assistir a escola fins als 10 anys, els seus mestres asseguren que ja des del parvulari, Salvador era un rebel, feia moltes “campanes” –absències injustificades-, decididament no l’agradava l’escola, ni els càstigs dels mestres, ni les reganyines dels seus pares no l’intimidaven, segons els seus biògrafs, la seva passió era caminar de sol a sol, pels carrers sense lligams ni consells impertinents, jugar, discutir, barallar-se, escapar-se fins el moll on la seva imaginació infantil podia imaginar viatges i mons llunyans i nous.
Quan només tenia deu anys, desprès d’una violenta discussió amb el seu pare, va estar tres dies sense aparèixer per casa, aguantà la gana, la son i la por, doncs l’amor propi que el tenia molt arrelat, l’impedia tornar a casa. El seu pare, convençut que no el faria estudiar, va decidir portar-lo amb ell al forn de pa on treballava, però no va aguantar gaire temps. S’inicià en l’ofici de pintor de parets, però tampoc aguantava gaire en una mateixa empresa, doncs les discussions amb els seus amos eren constants, aquest perquè pagava poc, aquell perquè no ensenyava l’ofici als aprenents i els feia servir de criats, l’altre perquè els cridava contínuament.
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A causa del seu tarannà intranquil canvia sovint de taller, en un d’aquests troba algun company que li va passar llibres i opuscles àcrates i comença a militar en el moviment anarquista. Era encara un infant però aquestes lectures li van desvetllar un gran afany de saber i abandonà el seu viure dispers i vagabund, per centrar-se en la lectura i l’adquisició de coneixements. Als 12 anys ja va parlar públicament en un acte de la societat de pintors de la qual formava part i als 14 o 15 ja va intervenir en mítings i formava part de la joventut més revoltada de Barcelona. Sovintejava les llibreries de vell i les Biblioteques, com l’Arús,
o la de la Universitat. Seguí fou un autodidacte, va sentir de forma instintiva i natural d’ideologia àcrata molt abans de trobar-la als llibres, i al llarg de la seva vida, aniria aprofundint les seves idees i perfeccionant les seves tàctiques, d’acord amb les necessitats immediates.Assistia sovint a mítings I 122
discussions polítiques, va llegir autors com Cornelissen, Sorel, Kropotkin, Grave, Marx, Bakunin o Reclus, entre d'altres. Sobre aquesta formació autodidacta, va desenvolupar posicions anarcosindicalistes pròpies. Era partidari de dotar als sindicats d'una formació cultural i orgànica que fomentés la preparació tècnica i intel·lectual dels treballadors. Seguí tenia una gran sentit polític, una visió clara i un esperit molt constructiu. Rebutjava la variant russa d'accés al poder de la classe treballadora per la manca de llibertat que havia establert. Tenia la convicció que «el sindicalisme, sense la pretensió de ser una idea immutable, constitueix la més gran possibilitat de llibertat i la més gran garantia del triomf de la revolució.
En 1902 es detingut per la seva participació en una vaga del metall i ben aviat actuarà amb els grups anarquismes més durs (com ara el grup «Els Fills de Puta»). En 1904 va fer servir per primer cop el pseudònim que el farà famós (El Noi del Sucre) en discursos i en articles, que publicarà en el periòdic El Pintor.
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Ela mateix Seguí ens explica que: “ tenia 13 o 14 anys quan un primer de maig es va oferir per anar a donar mítings en commemoració d’aquesta dta. No en feien cas, però a l’últim moment faltava un orador i el van enviar. En preguntar-li el presentador com l’havia d’anunciar, Seguí li va respondre: digueu que parlarà “El Noi del Sucre”. Segui a la seva joventut dona l’idea de ser un solitari, des del punt de vista familiar, però un solidari davant de tot el que el rodeja, solidari de l’amistat, solidari del grup i pers sobre de tot, solidari de la seva classe social. Amb d’altres amics van constituir un grupet que s’autoanomenava “Els fills sense nom”, on discutien de filosofia – en particular de Nietzsche, molt de moda entre el jovent progressista d’aquells anys- en un llardós Café del Carrer Arc del Teatre de Barcelona.
Als 19 anys, un cop superat el xarampió nietzschià, és "doctorà" en el Café Español en les arts d’oratòria, discussió i polèmica que el durien a ser el gran líder que tots coneixem. Manuel Escorza ens diu que per aquests anys: “Era el Noi del Sucre, un xicotàs d’estatura avantatjada, de caràcter jovial i afable en extrem. Mai l’hem vist entristit, malgrat les dificultats econòmiques per les que passava ell i 124
la seva família...Recordo amb aquelles tardes passades al café discutint eternament. Ell sempre plé d’optimisme sobre el futur de la humanitat, i amb el ventre buit... Calia conèixer aquell jove de vint anys, ple d’energia, a l’època en que les passions es desbordaven, fent una vida tan sòbria que vorejava l’austeritat. Per ell no existien vicis, fins la cigarreta del fumador no havia pres lloc als seus llavis, i de coses per a beure, sol coneixia i amb no gaire intimitat el café” El mateix Escorza explica: “un dia, posant un to transcendent a les seves paraules ens va parlar així: Mireu, amics, fa set o vuit anys que cultivem la nostre amistat, i ens hem comunicat tota la gamma dels nostres pensaments; però ha arribat el moment que aquesta penya és un cercle massa reduït per a desenvolupar les nostres activitats, i com que sempre en les converses tingudes hem mantingut un criteri de renovació constant en tots els valors d’humanitat, jo us incito perquè actueu en el sentit d’alliberació social que furga dins nostre fent que la nostre obra transcendeixi més enllà d’aquest petit cercle. Incorporem el nostre esforç a la tasca que els és encomanada a tots els homes d’ideals generosos... Bona part dels amics, gairebé tots, varen seguir el camí assenyalat...”
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En 1907, en el marc de les lluites contra el lerrouxisme, en la que el nostre protagonista serà la punta de llança, es veu involucrat en els fets del Teatre Comtal –una batussa generalitzada entre Segui i els lerrouxistes, on Seguí patí el seu primer atemptat i rebé múltiples ferides d’arma blanca i cops diversos -, on va resultar mort el lerrouxista Soteres, a conseqüència d’un tret fet per un altre “jóven bárbaro” que era com és feien anomenar a ells mateixos els lerrouxistes i passa nou mesos empresonat.
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No sabem molt de la seva participació en la Setmana Tràgica, tot i que alguns testimonis ens el presenten amb manegues de camisa i un esplèndid fusell màuser, a les barricades del carrer de l’Hospital i a les escales de la presó de les dones que era atacada per la Guàrdia Civil.
Desprès de la derrota de la revolta, va haver de refugiar-se a Gualba (Vallès Oriental). Sabem això sí, del respecte que tant Ferrer i Guàrdia, com l’Anselmo Lorenzo sentien pel jove Salvador seguí.
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Va intervenir en la fundació de Solidaritat Obrera i va ser delegat en el Congrés de 1908 en representació dels pintors de Barcelona. En abril de 1909 va ser membre de la Junta de Solidaritat Obrera i en la de la Confederació Nacional del Treball (CNT), encara que no va assistir al Congrés de 1910.
També en aquest any, participaria en la fundació de l’Ateneu Sindicalista de Barcelona que tenia per funció la formació de nodrides minories d’anarquistes sindicalistes, 128
que formessin part dels organismes sindicals. Per aquests anys Salvador Segui ja ha esdevingut un dels dirigents més destacats de l’obrerisme anarquista peninsular, especialment entre els grups de militants més joves. Un d’ells, ens explica que Seguí, dotat d’una gran intuïció, sabia distingir pràcticament a primera vista, entre els militants que serien “autèntics” amb els que solia establir lligams d’amistat i els “llaunes”.
Ricardo Sanz, un d’aquests joves “autèntics” ens diu: Salvador Seguí... era menys comunicatiu (que l’Àngel Pestaña), més personal, sense ser orgullós, ho semblava, amb el seu mocador blanc al coll... no vaig arribar a tenir una amistat franca amb en Seguí per raons molt comprensibles; ell vivia a la barriada de Sants, a l’extrem oposat del Poble Nou que era on vivia jo. El vaig conèixer personalment perquè jo anava a gairebé totes les reunions de militants que s’efectuaven al marge de les assemblees per a poder parlar amb total llibertat sense la presència de la policia. Tot i que jo, per ser un jove sense iniciar, no prenia part de les discussions, sovint acabava reconeixent les “raons de pes” que aportava el Noi del Sucre, tot sovint divergents de les que aportava Pestaña... 129
Les discussions en les reunions eren sempre molt respectuoses. Malgrat els diversos punts de vista que en ocasions eren fonamentals, mai hi havia insults ni manca de consideració envers el company discrepant. El respecte mutu no és va alterar mai en les controvèrsies: aquesta era una de les coses que més em suggestionaven. En la jove CNT d’aquells anys, mai va haver-hi rivalitat per a ocupar càrrecs representatius. I això no es devia al fet de que no hi havia càrrecs retribuïts; era pel sentit de responsabilitat, així com pels naturals escrúpols. Les regles morals establertes com a norma d’actuació no les vulnerava ningú. Si a un company se’l anomenava per un càrrec més o menys representatiu en una assemblea, només que hi hagués una impugnació, el company escollit renunciava immediata i voluntàriament, sense perllongar el debat”. Va participar en les campanyes contra l'expulsió d'anarquistes americans en 1910 i en la vaga de l'any següent. En 1911 va representar la CNT en una reunió internacional obrera a Marsella i va representar els pintors barcelonins en el congrés d'aquell any. Convertit en una gran figura de l'anarcosindicalisme, va participar en la campanya de Queraltó de 1913 i en el «Motí de la Fam» de 1914.
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Molts autors es pregunten perquè l’obrerisme català el més extens i ben organitzat de la península, s’orientà envers l’anarcosindicalisme i no envers un sindicalisme socialista tipus UGT, evidentment no hi ha una resposta definitiva, concloent, podeu veure en aquest sentit la polèmica PeiróMaurin, però per a qualsevol que s’acosti a la realitat social, política i obrera a la Catalunya d’aquells anys, li resultarà evident que l’anarcosindicalisme, la formulació orgànica de la CNT responia millor que cap altre a les necessitats societàries, morals, psicològiques i reivindicatives de la classe obrera catalana. De fet, la CNT des d’aquell moment i fins la derrota de l’any 1939, va ser una expressió del proletariat català que és va estendre per tota la península, però que sempre va tenir les seves arrels més profundes a Catalunya. En 1915 va ser president del Sindicat de la Construcció de Barcelona i va participar en el Pacte de Saragossa de 1916, entre la CNT i La UGT. Ens diu Josep Viadiu: “Salvador Seguí va comprendre molt aviat que l’èxit d’un moviment i 131
el triomf de la classe obrera...depenia de la capacitat d’aglutinar i cohesionar les forces obreres i dotar-les d’organismes potents que responguessin...a totes les necessitats que la lluita contra el capitalisme fessin necessàries”. Tot i que l’experiència acumulada sempre el va fer desconfiar de la direcció de la UGT i defensava aferrissadament el principi de l’acció directa, es a dir: “tracte directe entre els patrons i els obrers per a solucionar els conflictes laborals, sense intervenció de cap organisme, tant si era local com estatal”, cosa que els socialistes acceptaven i fins i tot propugnaven. Com a gran orador que era, va participar en mítings i conferències arreu de Catalunya. En 1916 va ser elegit secretari de la CNT de Catalunya i membre del comitè de la vaga de 1917. El fracàs de la vaga revolucionària, va enfortir encara més el convenciment de l’anarcosindicalisme del seu rebutg envers la política, els partits polítics en general i de la Lliga Catalana en particular, encaminant el moviment obrer català cap l’apoliticisme i l’abstencionisme electoral, tendència que no s’abandonaria més que en una ocasió (febrer del 36).
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El context històric de 1917 va ser de crisi social, política i econòmica, amb un notable protagonisme dels militars, l'emergència de noves tendències polítiques i el caire revolucionari d'algunes vagues urbanes a les àrees industrials, a les quals cal sumar les revoltes camperoles a Andalusia. Amb el sistema de partits en descomposició i la monarquia trontollant, els sindicalistes van veure una oportunitat per a la vaga general indefinida i unitària, i la van convocar per al 13 d'agost contra la carestia de la vida i la manca de treball. Reprimida pels despitats militars “junteros” i la guàrdia civil seguint les pautes d'«un pla cinegètic», en paraules de Besteiro, es va saldar amb un fracàs. Previsible, d'acord amb les paraules de Pablo Iglesias a Seguí i Pestaña sobre l'oportunitat de la mateixa: «vostès els obrers manuals, ho veuen així, però nosaltres, els intel·lectuals, ho veiem de diferent manera.» A l'assemblea de parlamentaris de esquerres i liberals, que demanava Corts constituents, els va faltar temps per apartar-se del moviment de vagues, per por a la revolució, o per fugir a l'estranger, i dos homes de Cambó van deixar les reformes i la seva reivindicació de l'autonomia catalana per entrar al govern l'1 de novembre. La CNT havia recolzat la vaga pensant que, en una conjuntura de crisi, podia ser l'ariet d'un impuls revolucionari, però l'actuació de la UGT durant el seu desenvolupament va evidenciar per a bona part dels llibertaris que la direcció ugetista, encara interessada en la pressió social per aconseguir els seus objectius, no sobrepassaria mai els límits parlamentaris que canalitzen als treballadors per senders acceptables per a la burgesia. Per això, la CNT va començar a redefinir la seva estratègia i va reprendre la preparació del congrés suspès el juny de 1917 per culminar la seva reestructuració. 133
Van començar per Catalunya, la regió amb més desenvolupament orgànic. Pestanya va deixar al novembre la secretaria general del comitè regional per dirigir la "Soli" i el nou comitè, format Seguí, Quemades, Pey, Roda i Camilo Piñón va convocar el congrés, que tindria lloc a la barriada de Sants entre el 28 de juny i l'1 de juliol de 1918.
Entre els acords orgànics d'aquest, destaca la supressió de les típiques federacions d'ofici, amb connotacions gremialistes medievals, i una nova organització basada en els Sindicats Únics d'indústria, és a dir, un únic sindicat agruparia a tots els treballadors del mateix ram productiu, una estratègia més adequada per enfrontar-se al mode de producció capitalista sorgit amb la industrialització. Els Sindicats Únics, que comptarien amb seccions d'ofici, s'agruparien al seu torn en federacions locals i comarcals autònomes i federades. A diferència del federalisme polític, que buscava transformar l'estructura de l'estat, el federalisme llibertari pretenia transformar l'estructura social, potenciant la solidaritat entre els oficis per sobre dels interessos gremials, alhora que possibilitava un major grau d'unitat enfront de la patronal i facilitava estratègies 134
com la vaga general i la acció directa. Els nous estatuts van recollir aquest i altres acords que, en els aspectes orgànics, impedien que els polítics professionals representessin a l'organització, potenciaven la sindicació femenina, s'establien el carnet confederal, centralitzaven el comitè pro-presos i impulsaven les escoles racionalistes.
Aula principal de l'Escola Moderna
Altres acords van reivindicar la jornada de vuit hores, els salaris mínims fixats pels sindicats, l'abolició del treball a preu fet i de l'explotació de menors, a més de la negativa a treballar hores extraordinàries. La menció de l'agrupació del proletariat en una organització unitària també va ser debatuda, i fins i tot propugnada en un acord, però sense cap resultat pràctic, perquè a escasses setmanes de conclòs el congrés la CNT va decidir seguir endavant amb les mobilitzacions i les protestes sense comptar amb la UGT. Entre els acords de tipus ideològic, destaca la preferència per la acció directa, entesa com enfrontament directe amb la burgesia en el pla econòmic, sense intermediaris ni pal·liatius. No obstant això, no excloure altres mètodes d'acció, amb la intenció de mantenir obertes les portes de la Confederació al major nombre possible de societats 135
obreres, salvant la reticència de les agrupacions que encara confiaven en alguns mètodes del sindicalisme de base múltiple, com el mutualisme o el cooperativisme. La CNT comptava llavors amb uns 70.000 afiliats, participant en el congrés altres 5.000 treballadors no federats.
Intervenció de Seguí en la cloenda del Congrés: “Companys: us agrairé una mica de silenci, el que espero de la vostra benevolència, perquè les meves condicions físiques no permetran, potser, que arribi la meva veu a tots vosaltres i faran que en aquest acte no m'estengui en massa consideracions. Així doncs, seré molt breu, d'això dono la meva promesa. El Congrés que té la seva coronació en aquest acte, ho han dit tots els que m'han precedit en l'ús de la paraula i jo ho repeteixo, és d'una importància capitalíssima. Ho és perquè quan creia la burgesia catalana que la Confederació Regional havia rebut un cop de mort; que les nostres 136
energies s'havien esgotat i els nostres mètodes s'havien declarat en fallida, ens aixequem més forts que mai, i amb una potència i una capacitat superiors conquerir les nostres posicions. És mirant a les lluites passades que es creia que el proletariat quedaria anèmic, que no podria fer més que una vida vegetativa, i que hauríem de conformar amb el que se'ns donés com una almoina. El Congrés ha demostrat que els treballadors de Catalunya no només sabran rescabalar dels procediments amb ells empleats; ha demostrat també que ens han sobrat energies per ocupar-nos de les coses presents i per discutir i preparar les coses de l'avenir. El fet anormal, la bogeria desencadenada de formes gegantines que s'ha produït en el món, ha despertat les consciències i ha fet veure la necessitat de preparar-nos per les lluites del futur. Els problemes que han de plantejar després de la universal matança, no els resoldran els governs capitalistes, perquè ja la consciència dels treballadors no permet que se'ls enganyi. No podran resoldre-ho, perquè el problema és de tan difícil solució que potser nosaltres, en aquest moment, tampoc podríem resoldre-ho si ens exigissin la responsabilitat d'això. No hi ha possibilitat humana de fer-ho segura i matemàticament. És molt profund. No és una solució el que fan els anglesos, no ho resol el vincular la riquesa a l'Estat, sinó que cal lliurar al poble que és l'element creador d'aquesta riquesa. Lloyd George, a qui considerem com el tipus representatiu del nou sistema capitalista, que tendeix a vincular la riquesa en l'estat, pateix una gran equivocació. Les 600.000 cases que es construeixen a Anglaterra per lliurar-les als obrers després de la guerra, ja és avui una solució mesquina. Lloyd George, en qui reconeixem, encara que sigui el nostre adversari, una gran capacitat, fracassarà. No s'acontentarà amb barraques qui ha ofert la seva vida; voldrà justícia i la llibertat completes; rebutjarà 137
la tutela de l'Estat. La guerra es perllonga perquè la burgesia no troba una fórmula per acabar-la. I això succeeix el mateix a Alemanya i Àustria, que a França, Itàlia i Anglaterra. Acceptem la possibilitat que sigui certa l'expressió de Wilson quan diu que els aliats encarnen la justícia, però aquesta justícia i aquesta llibertat no són la justícia i la llibertat les nostres, no són la justícia i la llibertat dels companys dels Estats Units i dels treballadors del món sencer. La transcendència del Congrés és que ens dóna la possibilitat de portar a les nostres organitzacions al màximum de la seva potència. Per això no tenim més de posar en pràctica les pautes d'organització que ell ens ha traçat. Quan acabi la guerra, quan les qüestions es resolguin més aviat pels dictats de la passió que pels consells del cervell, sinó representem una força immensa, si no som una agrupació potentíssima per la nostra cohesió i per la nostra capacitat, serem joguines de la burgesia. Però si ens superem, si conquistem la nostra capacitat i ens posem en condicions d'actuar d'una manera enèrgic, de fer front a totes les possibilitats d'atac, serem respectats, atesos i ens imposarem. Companys: passant per sobre de tot, procurem que l'organització forta sigui un fet per fer front a la burgesia catalana, la burgesia espanyola, a la burgesia del món tot. ¡Treballadors de Barcelona que heu segellat amb el vostre entusiasme la tasca del Congrés Regional, camarades delegats, que en representació de la Catalunya que pensa i treballa vareu assistir a les tasques del Congrés el epíleg fem aquesta nit aquí, jo en el vostre nom salutació a tots els explotats de la Terra, que, com nosaltres, esperen el regne de la justícia i de la llibertat! Han conclòs les tasques del Congrés. Ha acabat l'acte”. 138
Després del congrés, la CNT va reorganitzar els seus sindicats i va emprendre una campanya per crear-los allà on encara no existien, en el que va constituir un procés d'expansió sindical i d'augment de la militància basat en la visualització constant de la Confederació en boicots, vagues, manifestacions contra la carestia i contra el preu dels lloguers, mobilitzacions contra l'atur, sabotatges, piquets i actes violents contra els esquirols. Els sindicalistes van convertir al carrer el seu teatre d'operacions i es incrustar en l'entramat social dels barris, convertint-se en la veu i al canal d'expressió dels qui tenien tot tipus de problemes per subsistir i una predisposició bastant generalitzada a la solidaritat, propiciada per l'entorn social i el contacte personal en la comunicació. Si la Confederació Regional del Treball de Catalunya i la d'Andalusia ja existien abans del congrés de Sants, a finals de 1918 es va constituir la de Llevant, i a l'any següent la del Nord, el 139
1920 van néixer la d'Astúries i la d'Aragó, i el 1921 la de Galícia”. En aquells anys Seguí ja definia amb precisió el paper dels sindicats: “El Sindicat no és el fruit d’un moment circumstancial que ens serveix sols per determinats casos; com tampoc és sols el resultat d’una lluita contra la burgesia; és l’una cosa i l’altra, però també és quelcom més. Si el Sindicat fos sols això, desapareixeria tan prompte arribés l’hora del triomf de la seva raó circumstancial, o simplement demostrada; però els fets no es desenvolupen així, i això és la prova que els sindicats responen a una missió futura, encara que, en realitat, no estiguin ben orientats sobre ella. Succeeix també que molts són els qui confonen el Sindicat i el sindicalisme amb el socialisme marxista o l’anarquisme, i avui, ningú que sigui honrat, intel·lectualment parlant, no pot afirmar en quina forma seran realitzables els nous valors que el socialisme tracta d’establir com a norma de vida a la consciència col•lectiva dels pobles. El que és essencial és saber que els homes sotmesos d’ahir, avui són valors actuants que ja tenen consciència de la seva vàlua. Que sigui el Sindicat, el col·lectivisme, el comunisme o l’ individualisme, o un altre sistema o procediment el que s’adopti, depèn de la capacitat i preparació tinguda pels socialistes en el moment del triomf. El sindicalisme, d’altra banda, hauria d’ésser el mitjà d’atansar-se a aquest ideal llunyà, hauria d’emancipar els obrers, instruir-los, fer-los capaços d’organitzar l’economia socialista. Hauria d’ésser un instrument d’alliberament material i moral a la vegada per la lluita reivindicativa i per una obra positiva de creació d’escoles, d’institucions, d’organismes d’ajut. Sense una organització sindical sòlida i amb un proletariat ignorant i primitiu, una transformació socialista i llibertària 140
de la societat és impossible. El camí a recórrer és llarg, molt llarg. No cal fer-se il·lusions fàcils o sembrar demagògia".
Durant la Vaga de la Canadenca va tenir un paper predominant i va ser un dels que va defensar la tornada a la feina des de la Comissió Mixta de Treball, fet que el va portar les crítiques dels puristes que l'acusaven d'apetències polítiques.
La Vaga de La Canadenca (febrer-març de 1919)
La Vaga de la Canadenca ha estat el moviment vaguístic pacífic més important de la primera part del segle XX. El detonant de la vaga es produí els darrers dies de gener a l'empresa Riegos y Fuerzas del Ebro SA (avantpassada de la FECSA), quan l'empresa introduí canvis en les condicions de treball del personal de facturació, cosa que representava una disminució dels sous. Els treballadors van demanar 141
l'assessorament i suport del Sindicat Únic d'Aigua, Gas i Electricitat de la CNT, que s'estava reorganitzant després del Congrés de Sants. La direcció de l'Empresa respongué amb l'acomiadament de 8 dels treballadors afectats. El dia 5 de febrer la resta del personal de Facturació es va declarar en vaga de braços caiguts, en solidaritat amb els seus companys. La nova resposta de la direcció de l'empresa fou l'acomiadament de 140 treballadors de la secció de facturació, substituint-los per personal d'altres seccions, amb el rerefons de no reconèixer com interlocutor el Sindicat Únic d'Aigua, Gas i Electricitat de la CNT (amb el que havia mantingut un greu i llarg conflicte a les obres de la central hidràulica de Camarasa -novembre-desembre de 1918- i que havia portat a la CNT a declarar primer la vaga a Camarasa i després a les comarques de Lleida el 1912-18). Llavors els treballadors del departament de Producció i Distribució es va solidaritzar amb els acomiadats i el dia 8 de febrer la vaga era gairebé total a la Riegos.
El dia 10 de febrer la direcció de "la Canadenca" va llençar un ultimàtum als vaguistes. La tensió augmentà encara més en ser assassinat un cobrador de la companyia. El dia 142
21 el Sindicat Únic d'Aigua, Gas i Electricitat de la CNT declarava la vaga a tot el sector i a les empreses participades per "la Canadenca" (Catalana de Gas, Ferrocarrils de Sarrià i Societat General d'Aigües) i els treballadors abandonaren els llocs de treball. Barcelona quedà a les fosques, deixaren de publicar-se els diaris, van quedar paralitzats els tramvies així com moltes fàbriques de Barcelona i també de les rodalies. El 1er de març les companyies d'aigua, gas i electricitat publicaren un ultimàtum declarant que els treballadors que no es presentessin a la feina abans del dia 6 havien de considerar-se acomiadats. Llavors el Sindicat Únic d'Arts Gràfiques implantà la "censura roja", sobre les notícies periodístiques contràries als interessos dels vaguistes. El dia 9 el capità general de Catalunya, Milans del Bosch, publicava un Ban ordenant la militarització dels empleats de les empreses d'aigua gas i electricitat majors de 21 anys i menors de 31 (sota pena de 4 anys de presó als que no es presentessin als llocs de reclutament). La mesura no tingué efecte, ja que els vaguistes que es presentaven a la feina es negaven a treballar i eren empresonats al Castell de Montjuïc (fins a 3000 obrers foren empresonats). La CNT respongué amb la vaga general a Catalunya. El govern decretà l'estat de guerra, però al mateix temps enviava a Barcelona el subsecretari de la Presidència per pactar amb el Comitè de Vaga. Allò que començà com una vaga de protesta local, es convertí en una vaga general que reivindicava al govern: a) L'obertura de tots els sindicats clausurats. b) la llibertat dels treballadors empresonats c) l'establiment de la jornada de treball de 8 hores. Els dies 15 i 16 de març en presència de l'emissari del govern, José Morote, es van reunir els representants de "La 143
Canadenca" i del Comitè de Vaga. El dia 17 s'arribà a un acord: a) Es posaria en llibertat als treballadors empresonats. b) Les empreses readmetrien els vaguistes sense represàlies. c) Es pagaria la meitat dels dies que havia durat la vaga. d) S'establiria la jornada de 8 hores d) Després de l'acord definitiu s'aixecaria l'estat de guerra. Per subscriure l'acord la CNT convocà per al dia 19 de març una gran assemblea a la plaça de toros "Les Arenas". A l'acte hi van assistir més de 20000 treballadors. Hi van intervenir Simó Piera, Josep Díaz, Rafael Gironés, Francisco Miranda i Salvador Seguí, que tancà el míting. L'assemblea aprovà l'acord i va donar un termini de 72 hores perquè el govern alliberés tots els empresonats. Quaranta quatre dies de vaga pacífica, amb les reivindicacions aconseguides, donava als sindicats un crèdit davant el proletariat i una autoritat davant la societat, que no s'havia aconseguit en cap moment precedent.
Valoració de Seguí d’aquesta assemblea: Barcelona, 19 de març de 1919 144
"Seria una covardia moral, seria una insinceritat no dir les coses tal com són i amb tots els detalls. Les autoritats han pactat amb la representació obrera perquè els obrers havien estat agreujats amb el comiat de vuit de la Canadenca. Les autoritats han fet honor al compromís contret, han reconegut l’existència del greuge i la necessitat d’una satisfacció. Però s’ha de ponderar la possibilitat de realitzar les coses. Els presos a conseqüència de la suspensió de garanties han estat deixats anar, però hi ha hagut incidències pròpies de tots els moviments i s’han produït noves detencions. Les organitzacions obreres, posant la realitat per damunt de sentimentalismes generosos, no neguen llur confiança al Comitè i el Comitè continua treballant per l’alliberament total. Si no s’obté, si dilluns no hi ha els presos en llibertat, tornarem a la lluita i el moviment s’estendrà a tot Catalunya. Però en una de les clàusules del pacte amb les autoritats es dóna un marge de temps per a la desmobilització, i seria faltar nosaltres al pacte no concedir aquesta pròrroga a l’autoritat que ha començat complint el que havia ofert. Seria una covardia si, en cas de no fer-se la desmobilització, no ens redrecéssim. Els presos que queden ens han dit, en sortir nosaltres: Digueu als companys que tenim plena confiança en el Comitè. Per consegüent, malgrat els sentimentalismes, malgrat les generositats, malgrat les impetuositats que aquí es manifesten, convé demà tornar a la feina. Penseu en la transcendència del moment present, penseu que ara es ventila no sols la llibertat dels presos, sinó la responsabilitat de les organitzacions obreres i l’efectivitat dels compromisos que d’aquí endavant puguin contreure. Que hi hagi manifestacions de disconformitat isolades o unànimes, és el de menys, però penseu que aquesta disconformitat, és una injúria al Comitè. 145
Aquesta nit, malgrat les impetuositats de què he parlat, hem de salvar les organitzacions obreres. Si desautoritzeu el Comitè, poseu en perill la llibertat deis presos i doneu una satisfacció a la burgesia. Que es refermin aquí la confiança i la unió i, així, o s’aconsegueix aviat la llibertat deis presos o començarà una guerra formidable. En nom dels presos, jo em sotmeto al Comitè. Tingueu en compte que hem d’estendre la nostra propaganda per les muntanyes de Catalunya i per les colònies industrials i per tot Espanya, perquè tot Espanya té els ulls fits a Catalunya esperant que el proletariat de Catalunya l’ha de redimir. És per aquesta obra gegantina que volem que l’organització obrera de Catalunya s’enforteixi, és per aquesta obra gegantina que se us demana unió i confiança". NOTA: En acabar Seguí la seva intervenció, Simó Piera, com a cap del Comitè de vaga, preguntà Esteu conformes a anar demà a treballar?. Els treballadors que abarrotaven la plaça contestaren amb un atronador si !!
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L'organització de la CRT de Catalunya, amb l'estructura dels Sindicats Únics, havia establert les noves pautes per a la lluita obrera. El dia 3 d'abril un decret del govern estatal establia la jornada de treball de 8 hores, per a tots els oficis. Tot i així hem d'assenyalar, encara que sigui marginalment, que la Patronal no es va quedar plegada de braços i unint-se al capità general Milans del Bosch, aconseguiren provocar una segona vaga general i reproduir la repressió sobre els dirigents obrers i la CNT (el general, esperonat per l'oligarquia empresarial, no va voler posar en llibertat a 34 presoners, sotmesos a la seva jurisdicció). La duresa de la repressió la retrata el fet que el secretari del sindicats d'Adobadors, Miquel Burgos, va morir a conseqüència dels trets de la guàrdia civil a la porta de casa seva i que entre l'abril i el juliol hi van haver 43.000 detinguts (15.000 encara estaven empresonats els primers dies d'agost) i 70.000 acomiadaments . La batalla arrossegà al govern de Romanones que no volia cedir als dictats dels militars. Durant el Congrés de 1919 es va mostrar contrari a adherir-se sense matisos a la Internacional russa. Veiem l’argumentació de Segui:
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Intervenció de Salvador Seguí en el Segon congrés confederal de la CNT (Congrés del Teatre de la Comèdia), en el debat d'Adhesió a la Tercera Internacional. Madrid, 10-18 de desembre de 1919, "Companys: per a nosaltres el fet rus és una cosa sorprenent, és una cosa gegantina que nosaltres només hem de admirar. Innegablement, ho deia aquí de manera admirable el company Quintanilla, el fet rus, com tots els grans fets que registra la Història, té els seus defectes, tot i que també té les seves grans virtuts, però el fet rus no ha de servir per assenyalar aquí filies i allà fòbies, ni aquestes ni les altres tendències, ha de servir, en la nostra humil opinió, per treure lliçons i conseqüències. No, com ho deia admirablement el company Quintanilla, el fet rus no és la realització dels nostres mètodes, de les nostres pràctiques, de les nostres doctrines sindicalistes, no ho és i aquí, realment, aquesta la necessitat de discutir entre nosaltres, fora d'aquest Congrés , millor que dins, tot el relatiu al fet rus. Hem de treure grans ensenyaments, d'aquest fet. Hi ha hagut a Rússia una cosa que nosaltres no voldríem 148
que es produís a Espanya ni en cap altre poble, i és una manifesta incapacitat, una manca de preparació per a la pràctica del fet o de la validació del sentit socialista en la producció. Això és el que ha fet que, aparentment, es entronitzar una tirania a Rússia, això és el que ha fet que el triomf definitiu de la revolució russa no es doni ja per descomptat. No parlem només del factor Rússia pel que fa a l'exterior. Sabem sobradament que tots els governs capitalistes impossibilitaran el seu desenvolupament i la seva expansió. Parlem concretament del fet rus pel que fa a la seva administració interna. Si els espanyols, si els portuguesos, si els italians, si els treballadors del món, quan arribi el moment de la possibilitat de la transformació del règim capitalista en règim socialista, en règim comunista, tenim les nostres organitzacions amb el agilitat suficient, amb la preparació suficient, amb la capacitat necessària per poder fer-se càrrec de la producció, totes les coses que s'han esdevingut a Rússia, totes les incoherències de Rússia, no es produiran. S'ha preguntat -i encara que és una cosa amarga convinguem que tenen raó de dir-ho-: què ha guanyat el camperol rus després del traspàs de poders d'un règim tsarista a un règim socialista? Fins al moment s'ha de convenir que no ha guanyat res, i no ha guanyat res perquè abans eren les hordes tsaristes les que anaven a prendre-li el producte del seu treball, ara són els soldats del soviet els que també van a prendre-li el producte del seu esforç. Hi ha una perfecta organització industrial, hi ha una rudimentària organització industrial si més no, perquè, a canvi del producte de la terra que els camperols proporcionen, se'ls donin eines de treball i altres coses necessàries per al seu sosteniment i per a la seva vida, perquè el mateix camperol trobés justificat l'estat de 149
traspàs de poders que s'havia verificat? Fins aquest moment -és dolorós confessar-ho, però cal rendir a l'evidència- el proletariat de Rússia, com el d'alguns altres pobles, no s'ha adonat encara de la possibilitat d'aquesta transformació, que estem en el moment més culminant de la vida de la humanitat i que només mitjançant aquesta preparació i aquesta capacitat industrial és possible que els pagesos ens donin, als homes de ciutat, als obrers de la indústria i als obrers de la intel·ligència, allò que ens faci falta. D'altra manera, si no tenim aquesta capacitat, si a canvi dels productes de la terra no proporcionem al pagès sabates, no els proporcionem teles, no els proporcionem cases confortables, no els proporcionem les coses producte de la intel·ligència, haurem apoderar, com s'ha fet a Rússia, per la força, del producte del treball del pagès. Aquest és el fet que cal debatre, però no és aquest el lloc més apropiat per discutir serenament, ni tampoc tenim temps. El discutirem un altre dia. El fet en si mateix comporta una gravetat extraordinària. Què passaria a Espanya, donada la rudimentària organització industrial que tenim, si ara mateix totes les classes directores, tots els poders dirigents de la societat espanyola, vinculessin a les nostres mans la responsabilitat de garantir la vida material de la col·lectivitat espanyola? Passaria gairebé el mateix que ha passat a Rússia. Per això cal que els treballadors de la indústria, que els treballadors del camp, que els treballadors de la intel·ligència, vegin realment aquest moment únic en la història del món que vivim actualment i vegin també que cal fer tot el possible, mitjançant de la voluntat i de la intel·ligència per superar-nos a nosaltres mateixos, per preveure, per tenir, més ben dit, resoltes totes aquestes coses que, en moments determinats, podrien ser la garantia del traspàs del poder del capitalisme al 150
proletariat. Creiem, nosaltres, que no és l'Estat, que no són els partits polítics socialistes, els que han de disposar, els que han de determinar el funcionament del nou estat de coses. Aquest ha estat l'error inicial a Rússia, aquest ha estat l'error inicial a Alemanya, i aquest serà l'error inicial de tots aquells pobles que segueixin el mateix procediment. Són les organitzacions sindicals les que tenen en elles mateixes, en realitat, el fet de la seva professió respectiva, les qui han de respondre, les que han de tenir la responsabilitat davant de la col·lectivitat de garantir aquells productes indispensables per al sosteniment de la pròpia col·lectivitat, però no els partits socialistes. És més, perpetuar, alimentar el fet que els partits socialistes tinguin la mateixa estructura burgesa i hagin de respondre i vagin actuant per fer pràctiques de socialisme, no solament és ineficaç, sinó que nosaltres no dubtem a afirmar rotundament que és contraproduent, que és pertorbador per les mateixes pràctiques del socialisme. Es cert que a cada poble segons l'estat de consciència a col·lectiva, segons l'estat de preparació industrial, segons l'estat d'educació pròpia, segurament que aquest traspàs de poder de la burgesia al proletariat tindrà les seves fesomies, tindrà les seves característiques pròpies. No pot acceptar, perquè la realitat el desmentiria, que aquell mateix fet s'hagi de produir en les mateixes circumstàncies i forma idèntica a tot el món. Això la realitat ens demostrarà que no és veritat. És possible que a Anglaterra, el traspàs de poder, quan es realitzi, sigui més perfecte que en qualsevol altre poble del món, més perfecte fins i tot que a Alemanya, perquè si bé Alemanya tenia molt desenvolupat el sentiment de disciplina, en canvi no tenia desenvolupat , tenia atrofiat, millor dit, el sentiment de la personalitat de l'home. Aquest és el compliment, vet aquí l'equilibri, aquest equilibri tan indispensable en la vida de 151
l'home i en la vida dels pobles. Per això, com que el fet quan es produeixi en realitat no es verificarà a tot arreu de la mateixa manera, cal fer els possibles perquè aquells que convinguem, perquè aquells que coincidim en un punt determinat, anem treballant perquè aquest fet tingui la major extensió possible. Som partidaris, no en teoria perquè som contraris, però per necessitat de la realitat, som partidaris d'entrar en la Tercera Internacional, i som partidaris d'entrar en la Tercera Internacional perquè això avalarà el capteniment de la crida que la Confederació Nacional de Treball a Espanya farà a les organitzacions sindicals del món per a constituir la veritable, l'única, la genuïna Internacional dels treballadors. D'altra banda no podem estar allunyats dels companys, dels treballadors de la resta del món. L'abstencionisme portaria conseqüències que nosaltres no podem preveure, però que serien molt doloroses. Però és més, per a ningú és cap secret que el rei d'Espanya en el seu últim viatge a Londres ia París, principalment, ha convingut amb la política de l'Entente, amb el vesànic polític Clemenceau, que a canvi ... (En aquest punt intervingué el Delegat de l'Autoritat: L'orador no pot continuar per aquest camí protesta). El president de la Mesa, Digué: El company està fent una relació pública, que s'ha fet en tots els diaris del món, i no sé per què s'ha de prohibir l'orador que digui allò que s'ha permès dir a la premsa de tot el món. De tota manera, prego al company Seguí que continuï sense al·ludir cap personalitat. (Nota: el president de la Taula era Galo Díez del País Basc). Seguí va continuar dient: El prec és innecessari. S'ha convingut últimament que, a canvi de la solució del 152
problema de Tànger per la política espanyola, Espanya es comprometia, no només a portar a Rússia material de guerra, sinó que, fins i tot, l’alta representació de l'Estat es va comprometre a portar homes a Rússia per lluitar contra els revolucionaris d'aquell país. Per això el procediment més adequat, al nostre humil parer, que ha d'observar l'organització obrera d'Espanya no és bloquejar o boicotejar els productes de l'Entente, i no per les raons que exposava el company Quintanilla, les quals no comparteixo, perquè Espanya , excepte en dos o tres aspectes de la producció de les seves matèries primeres, no necessita avui dia res de l'estranger, no per això, que jo no comparteixo, sinó més aviat perquè seria innecessari, perquè això no podria ni tan sols practicar. En canvi, cal que temples nostres esperits i les nostres ànimes per quan arribi el moment que els fills del poble, que els nostres germans vagin a l'Àfrica i d'allà a Rússia. Comenceu ja, treballadors d'Espanya, a temperar les vostres ànimes i temperar les vostres armes per aixecar dignament, per aixecar tots absolutament en un crit de santa rebel i fer, i produir i provocar la revolució a Espanya! Res més, el temps no ens permet cap altra cosa. Sostenim que cal incorporar-nos a la Tercera Internacional circumstancialment i que després la Confederació espanyola convoqui totes les organitzacions sindicals del món per a organitzar, definitivament, la veritable Internacional dels treballadors".
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En 1920 es va retirar a Tarragona, desgastat per la seva defensa de les comissions mixtes de treball, que li van portar nombroses crítiques. Va formar part del Comitè Regional de Catalunya clandestí i va assistir al Ple Regional de Tarragona d'octubre de 1920 que el va comissionar per assistir a la llarga vaga de Riotinto, viatge que va aprofitar per fer una intensa i dilatada gira de propaganda per Andalusia, País Basc i Llevant. El 22 de novembre de 1920 va ser detingut a Barcelona i deportat a la fortalesa de La Mola (Maó). En aquesta presó escriuria un dels textos més significatius del seu pensament: Conferència pronunciada en el la presó del Castell de la Mola (Maó - Illes Balears), 31 desembre 1920 "És creença general que el sindicalisme no significa res. Els equívocs que al voltant d'aquesta negació s'han format són tants, i alguns de tal magnitud, que convé, d'una vegada per sempre, desfer, destruir-los. Que el sindicalisme no és res, no seria res, sense l'espiritualitat irradiada de l'anarquisme, com afirmen alguns, és condicionalment veritat. Però només condicionalment. Què és l'anarquisme. L'anarquisme és una gradació del 154
pensament humà. Diríem, millor, que és la gradació més alta del pensament humà. És una conseqüència lògica de les diverses fases que, a través dels temps, han patit les idees, passades pel filtre del sentiment. Totes les idees no són res sense les persones que les creen. Si les persones no les creessin, no existirien. Per tant, doncs, les idees han estat determinades per les persones. L'anarquia, repetim-ho, no és anterior a l'ésser humà, perquè si fos així, els anarquistes deixarien de ser, espiritual i moralment, el que van ser i el que són, per retre culte fanàticament al sobrenatural. En aquest cas no es distingirien els principis anarquistes dels deístas. I, precisament perquè les idees són creades per l'ésser humà, concebudes per l'ésser humà, tenen consistència i valor humà. En cas contrari, ja ho hem dit, res serien; res valdrien. Serien, sí, un valor negatiu. Serien una negació de la consciència de les persones. Concretem. Qualsevol idea que no passi o que no hagi passat pels processos de l'evolució no és més que elucubracions mentals. L'anarquisme va haver de passar per aquest procés evolutiu del qual parlem. Si no fos així, no es concebria l'anarquia com a manifestació humana. Hem de tenir en compte també una altra cosa. Que totes les idees, tant les més modestes com les més atrevides, han patit aquest procés d'evolució. Ho demostra el fet que ni una sola de les concebudes ha estat portada a la pràctica, s'ha plasmat en realitat, en la seva concepció primitiva, en la seva integritat i puresa. Així les religions, així totes les concepcions filosòfiques, econòmiques i polítiques. Així les nostres idees. Fins i tot algunes, de la concepció a la realització, han deixat en el trànsit trossos dels seus principis. Ara bé. Amb quanta més fe lluitem i com més íntegrament 155
sigui plantejada la lluita, més aviat i més feliçment s'arribarà a la realització de les idees. En cas contrari, trigaran més a fer com més indiferents siguem. Però tinguem en compte també, no ho oblideu, perquè el desengany seria funest, que les idees perden la integritat de la concepció originària, de la mateixa manera que totes les idees es bifurquen, per tal que es puguin dur a la pràctica, més o menys tard, pels nous camins oberts, el de realització més immediata. Una idea pot donar marge a noves concepcions ideològiques, a noves exposicions. Pot ser motiu per crear organitzacions que, basant-se en la concepció espiritual de la mateixa idea, creu de noves. I encara que fonamentalment no siguin les mateixes, no es poden diferenciar en res. Què és el SINDICALISME. Això passa amb el sindicalisme. Perquè l'anarquisme, assentant aquesta afirmació, dóna lloc al sindicalisme. El sindicalisme és la base, l'orientació econòmica de l'anarquisme. Diguem que és la concepció. L'anarquia no és un ideal de realització immediata. No ho limita res. Per la seva extensió espiritual, és infinit. Per a la seva implantació, no té lloc ni temps. En l'ordre social de les idees, les persones no aconseguiran dominar mai. Fem una altra afirmació referent a l'anarquisme, i és: que sent la concepció ideal de la vida de les persones, no arribarà a tenir realització, perquè és una perfecció tal de pensament que per tenir-la cal passar per fases del definitiu. Al contrari del que ha passat amb les religions positives, que van donar formes tangibles a tot allò que es van proposar que les tingués, l'anarquisme, pels motius abans exposats, no ho vaig poder fer. Admetent que l'anarquisme, a través dels temps, pogués 156
ser una realitat, no dubteu que-abans-donarà marge a la creació d'altres concepcions i altres escoles, nascudes, evidentment, de la concepció primitiva de la Idea. L'anarquisme no arribarà a fer-se realitat en la seva veritable filosofia. Seria tant com definir-lo i matar-lo. I això, no. L'anarquisme no té un origen material. No neix en un punt per morir en un altre. És propi de la intel ligència i del sentiment. És la suma, com dèiem, de perfeccions humanes. Per això, anarquisme és ja individualisme. De la mateixa manera que aquell ideal en la seva integritat és individualista, hi ha també la concepció col.lectivista que accepta les coses més fàcilment realitzables de l'anarquisme. És innegable, per tant, que la nostra organització, que el sindicalisme, és fill espiritual de l'anarquisme I quin significat té el sindicalisme? Històricament, és el resultat i una condensació del procés del pensament, ideològicament, és la condensació del pensament al qual van donar vida els companys de la Interrnacional, praticamente és l'arma, és l'instrument de l'Anarquisme per dur a la pràctica allò més immediat de la seva doctrina. Diuen que el sindicat no és res. Es nega el valor del sindicat. Aquesta afirmació és un error. El sindicat és. És cervell. Cervell i braç. No es pot comprendre l'un sense l'altre. Crec que els anarquistes poden estar orgullosos si el sindicalisme i el seu instrument, el sindicat, plasmen en realitat alguna o algunes de les concepcions de l'Anarquisme. El sindicalisme tendeix a usufructuar les prerrogatives que li són pròpies en l'ordre social. És clar que el sindicalisme no és anarquisme. Però sí que és una gradació de l'anarquisme. També es diu que el sindicalisme no té idees pròpies. No és 157
cert. És un error més en una altra afirmació. En els congressos celebrats en els anys 1910, 15, 16, 18, 19, el sindicalisme arriba a precisar que s'emparà dels instruments de treball. I quan es parla de la idea pràctica del comunisme, es diu que això és anarquisme. Sí, bé bé. Però de quin instrument es valdria l'anarquisme per aconseguir la realització del seu postulat econòmic? Del sindicat oi? L'anarquisme dóna ànima i esperit al sindicalisme. Però que ningú dubti que el sindicalisme és una promesa i una garantia per a la precipitació de les idees anarquistes. Qui nega que el sindicalisme planteja i resol el problema econòmic, problema dels problemes? Qui gosarà negar que el sindicalisme revolucionari i llibertari, en la seva concepció econòmica, qui dubtarà, qui negarà, repeteixo, que sigui l'auxiliar poderós i eficaç de l'anarquisme? Vet aquí la virtualitat del sindicalisme. Per aquesta raó no estem d'acord amb els socialistes. Ells fan homes que no creuen en la seva personalitat. Els socialistes, amb l'obra que realitzen retarden el moment de la possessió integral de les prerrogatives socials de la humanitat. Mentre hi hagi qui cregui que els problemes no els hem de resoldre per ells mateixos, davant d'ells mateixos,, sinó que la seva solució depèn dels altres, l'ésser humà no farà mai res. Qui cregui en l'organització és un esclau. La virtut del sindicalisme, com té idees pròpies, és revelar i substituir els factors del capitalisme i de la burgesia. L'organització professional del sindicalisme, orientat en un sentit revolucionari i llibertari, s'apropa a l'anarquisme. Sindicalisme és l'agrupació natural dels elements d'una mateixa professió. Aquest no només substituirà els valors burgesos i capitalistes, dels quals he parlat abans, sinó que donarà garanties de moralitat i personalitat no donades, fins ara, per cap règim burgès. 158
El sindicalisme, l'anarquisme".
diguem-ho
ja,
és
l'avançada
de
L'abril de 1922 serà alliberat i desenvoluparà una extensa tasca de propaganda --les seves intervencions a les Illes Balears durant el setembre van aixecar polèmica pel seu tractament de l'apoliticisme. En 1922 va assistir a la Conferència de Saragossa, subscrivint el famós document que diferenciava entre apoliticisme i antipoliticisme, i fa una gira per Andalusia amb Paulino Díez. Alhora col·laborà en la ponència que demanava la retirada de la CNT de la IIIª Internacional que argumentava així: “Al Ple: Atès que el fet d'haver-se adherit la CNT a la Tercera Internacional, organitzada i constituïda pels elements dirigents de la revolució russa, més que a una coincidència de principis, va obeir a la simpatia que entre el proletariat d'Espanya, i del món reflectia el gest revolucionari rus, i no que l'actuació futura de la CNT quedés hipotecada per aquesta adhesió; 159
Atès que les circumstàncies anormals en què el proletariat espanyol es desenvolupava en nomenar la Delegació al Congrés constitutiu de la ISR va impedir que la classe treballadora espanyola o els seus representants autoritzats puguin determinar, orientacions o línies de conducta a seguir, raons per les quals no poden les organitzacions espanyoles subscriure ni acceptar els acords que aquesta Delegació prengués; Considerant a més que el caràcter marcadament polític i partidista que es dóna a la Tercera Internacional ia la ISR discrepen fonamentalment dels principis que sustenta la CN del T; Atès que adoptar resolucions definitives pel que fa a si la CNT ha o no continuar adherida a la ISR no competeix a les facultats d'un Ple. Atès que els acords d'un Congrés només per un altre Congrés poden ser revocats, sense que això, però impedeixi pugui en principi un Ple de la CNT prendre acords sobre acords de Congressos anteriors, acceptant, en canvi, les resolucions del Ple sense donar caràcter definitiu , però sí d'orientació i de consell; Atès que la qüestió de romandre o de retirar-se de la ISR apassiona intensament, a la classe treballadora espanyola, i que si no es prengués una resolució qualsevol pogués produir profundes pertorbacions, aquest (sic) estat de violència moral en què fins ara ens hem desenvolupat ; Atès que concórrer a la Conferència de Berlín no és obstacle ni obstacle per al bon funcionament orgànic de la CNT, i que la nostra participació en aquesta Conferència no vulnera els principis de la Confederació ni els acords presos en el Congrés de desembre de 1919 al teatre de la Comèdia de Madrid, ja que aquests es van encaminar a que la Confederació s'adherís a una organització sindical internacional independent de tot partit polític; Atès que problema tan transcendental requereix el 160
beneplàcit i l'acord en ferm de la majoria dels Sindicats de la CNT; Atès que perquè aquest acord de separar de la Tercera Internacional i de la ISR revista la màxima autoritat que resolucions de tanta transcendència han d'estar revestides davant el proletariat nacional i internacional, creu el Ple necessari sotmetre a la deliberació dels Sindicats la resolució definitiva , ja que la reunió d'un Congrés no es pot fer amb la urgència que les circumstàncies exigeixen, es proposa: Primer: Que el Ple de la CNT, reunit a Saragossa el 11 de juny de 1922, en què es troben representats nombrosos militants i les organitzacions següents: (nota), accepta en principi la separació de la Confederació de la ISR, però considerant que les facultats d'un Ple no arriben a poder revocar un acord d'un Congrés sotmet a la consideració de tots els Sindicats la separació definitiva de la CNT de la ISR i de la Tercera Internacional i l'adhesió de la CNT a tots els intents es facin per l'organització d'una Internacional Sindical Revolucionària, autònoma de tot partit polític, sigui del matís que sigui. Segon: Que per realitzar el "referèndum" es concedeixi un termini màxim d'un mes; acabat aquest, queda facultat el Comitè Executiu de la CNT per prendre una resolució definitiva d'acord amb el criteri sustentat per la majoria dels sindicats que contestin al "referèndum "i que integrin la CNT. Tercer: Acabat el "referèndum", el Comitè procurarà fer-ho públic al més aviat possible, per a coneixement de tots els Sindicats”.
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El 10 de març de 1923 va ser assassinat a Barcelona per una conjura policiacopatronal. Veiem el testimoni de Joan García Oliver: "El 10 de març de 1923, al carrer de la Cadena, al xamfrà amb Sant Rafael, cau Salvador Seguí, el Noi del Sucre. Juntament amb ell, fou abatut a trets el seu company Paronas (Francesc Comas i Pagès). Garcia Oliver sent els trets des de dins la taverna on beu un got de vi: «Han matat el Noi del Sucre!», crida desesperat en Narcís, un dels cambrers. El cos de Seguí és recollit per la Creu Roja, El duen a l'hospital. No hi ha res a fer, està ferit de mort. Morí a les mans dels pistolers blancs dels Sindicat Lliurepagats a sou per la patronal catalana. En el míting de Manresa, Seguí va ser molt dur amb el rei Alfons XIII i la seva camarilla de generals i polítics, responsables del desastre d'Annual, al Rif. Tenia enemics, fins i tot dins la mateixa CNT, però en general era respectat i estimat (alguns anarquistes radicals el van amenaçar de mort en un ple regional celebrat el gener del mateix any). Seguí, dirigent obrer anarquista moderat, era contrari a seguir l'exemple dels pistolers del Sindicat Lliure. La seva mort s'afegia a la llarga llista de militants cenetistes abatuts pel pistolerisme patrocinat per les autoritats, i va colpir especialment la societat catalana, tres anys després que 162
l'advocat defensor dels cenetistes, Francesc Layret, morís també assassinat.
Els anarquistes estaven preocupats, temien per llur vida. S'escolten veus de venjança, de ràbia continguda: «Tanta injusticia no debe seguir. Si tu existencia es un mundo de penas, antes que esclavo, prefiere morir.» A l'hora de les bufetades, els considerats «irresponsables» per part dels anarquistes moderats esdevingueren els responsables de l'Organització Anarcosindicalista: homes d'acció, obrers anònims, militants que donaven sempre la cara, com va passar el 19 i el 20 de juliol de 1936. La revenja no es fa esperar. La seu del requetè, a Portaferrissa, és assaltada i totes els que eren a dins moren afusellats. A Manresa, Garcia Oliver, Roigé i Figueras s'encarreguen de fer justícia als del Sindicat Lliure i en deixen malferits uns quants; a València, cau l'exgovernador de Barcelona, el mestre Laborda; a Lleó, Durruti, Ascaso i Aruelio Fernández, executen l'exgovernador de Bilbao, José Regueral, i a Saragossa, el cardenal Juan Soldevila. Augmenta, així, l'espiral de violència. Aquestes execucions crearen una mala imatge en tot el país i provocaren l'enduriment de les mesures policials.
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Home bohemi, força perseguit -empresonat en 1907, 1916, 1917, 1919 i 1920; va patir altres dos atemptats en 1919 i 1920-, va ser un dels personatges més importants de la primera CNT. Gran organitzador, orador mític, col·laborador de la premsa llibertària (Cultura y Acción, Los Nuevos, L'Opinió, Páginas Libres, Solidaridad Obrera, La Tierra, Vida Nueva, etc.), es va sentir atret pel periodisme i va voler rellançar el periòdic en català La Tramuntana en 1913. La seva trajectòria va ser molt discutida per certs sectors (Urales, Maqueda, García Oliver) que li van atribuir vel·leïtats politicistes i possibilistes, però que no eren justes, ja que l'únic que va fer va ser seguir una estratègia d'acostament als altres sectors obrers socialistes i republicans (Macià, Casanova, Soriano, Layret, Companys) en uns anys molt durs pel sindicalisme atacat pel pistolerisme de la patronal. Va ser autor d'Episodios de la lucha (1922), Los mártires del sindicalismo (1922), Escuela de rebeldes (1923), Sindicalismo y anarquismo (1923), entre altres.
Bé, com sempre, espero que us hagi estat útil i interessant. EL ANARCO SINDICALISMO EN LA ENCRUCIJADA
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LA REVOLUCIÓ SOCIAL: EL COMITÉ CENTRAL DE LES MILICIES ANTIFEIXISTES DE CATALUNYA
Que els esdeveniments que seguiren al fracàs de la insurrecció feixista del 19 de juliol del 1936, donaren lloc a Barcelona i arreu de Catalunya, en més o menys mesura, a una veritable revolució social, és una afirmació que a hores d'ara, no pot sorprendre ningú. La possibilitat d'una transformació pacífica de les estructures del nostre país, encetada amb la victòria de les candidatures del Front d'Esquerres de Catalunya a les eleccions del febrer del 36, amb la consegüent aplicació del programa mínim de reformes que els era pròpia, es veié truncada per la cruenta commoció que significà l'aixecament insurreccional de bona part de la guarnició de Barcelona, que es va afegir a la que tingué lloc a tots els altres indrets de l'Estat republicà.
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Declaración del Alzamiento Nacional:
"¡Españoles! A cuantos sentís el santo nombre de España, a los que en las filas del Ejército y la Armada habéis hecho profesión de fe en el servicio de la patria, a cuantos jurasteis defenderla de sus enemigos hasta perder la vida, la nación os llama a su defensa. La situación en España es cada día más crítica; la anarquía reina en la mayoría de los campos y pueblos; autoridades de nombramiento gubernativo presiden, cuando no fomentan, las revueltas; a tiro de pistola y ametralladoras se dirimen las diferencias entre los asesinos que alevosa y traidoramente os asesinan, sin que los poderes públicos impongan la paz y la justicia. Huelgas revolucionarias de todo orden paralizan fa vida de la población, arruinando y destruyendo sus fuentes de riqueza y creando una situación de hambre que lanzará a la desesperación a los hombres trabajadores. Los monumentos y tesoros artísticos son objeto de los más enconados ataques de las hordas revolucionarias, obedeciendo a la consigna que reciben de las directivas extranjeras, con la complicidad y negligencia de los gobernadores de monterilla. Los más graves delitos se cometen en las ciudades y en los campos, mientras las fuerzas de orden público permanecen acuarteladas, corroídas por la desesperación que provoca una obediencia ciega a gobernantes que intentan deshonrarles. El Ejército, la Marina y demás institutos armados son blanco de los más soeces y calumniosos ataques, precisamente por parte de aquellos que debían velar por su prestigio, y entre tanto los estados de excepción de alarma sólo sirven para amordazar al pueblo y que España ignore lo que sucede fuera de las puertas de sus villas y ciudades, así como también para encarcelar a los pretendidos adversarios políticos. 166
La Constitución, por todos suspendida y vulnerada, sufre un eclipse total: ni igualdad ante la ley; ni libertad, aherrojada por la tiranía; ni fraternidad, cuando el odio y el crimen han sustituido el mutuo respeto; ni unidad de la Patria, amenazada por el desgarramiento territorial, más que por regionalismos que los Poderes fomentan; ni integridad ni defensa de nuestra frontera, cuando en el corazón de España se escuchan las emisoras extranjeras anunciar la destrucción y reparto de nuestro suelo. La Magistratura, cuya independencia garantiza la Constitución, sufre igualmente persecuciones y los más duros ataques a su independencia. Pactos electorales, hechos a, costa de la integridad de la propia Patria, unidos a los asaltos a Gobiernos civiles y cajas fuertes para falsear las actas formaron la máscara de legalidad que nos presidía. Nada contuvo las apariencias del Gobierno, destitución ilegal del moderador, glorificación de las revoluciones de Asturias y Cataluña, una y otra quebrantadoras de la Constitución, que en nombre del pueblo era el Código fundamental, de nuestras instituciones. Al espíritu revolucionario e inconsciente de las masas, engañadas y explotadas por los agentes soviéticos, se ocultan las sangrientas realidades de aquel régimen que sacrificó para su existencia 25 millones de personas, se unen la molicie y negligencia de autoridades de todas clases que, amparadas en un Poder claudicante, carecen de autoridad y prestigio para imponer el orden en el imperio de la libertad y de la justicia. ¿Es que se puede consentir un día más el vergonzoso espectáculo que estamos dando al mundo? ¿Es que podemos abandonar a España a los enemigos de la Patria, con proceder cobarde y traidor, entregándola sin lucha y sin resistencia? 167
¡Eso, no! Que lo hagan los traidores, pero no lo haremos quienes juramos defenderla. Justicia, igualdad ante las leyes, ofrecemos. Paz y amor entre los españoles; libertad y fraternidad, exenta de libertinajes y tiranías. Trabajo para todos, justicia social, llevada a cabo sin encono ni violencia y una equitativa y progresiva distribución de riqueza, sin destruir ni poner en peligro la economía española. Pero, frente a esto, una guerra sin cuartel a los explotadores de la política, a los engaños del obrero honrado, a los extranjeros y a los extranjerizantes, que directa y solapadamente intentan destruir a España. En estos momentos es España entera la que se levanta pidiendo paz, fraternidad y justicia; en todas las regiones el Ejército, la Marina y fuerzas del orden público se lanza a defender la Patria. La energía en el sostenimiento del orden estará en proporción a la magnitud de la resistencia que se ofrezca. Nuestro impulso no se determina por la defensa de unos intereses bastardos ni por el deseo de retroceder en el camino de la Historia, porque las instituciones, sea cuales fuesen, deben garantizar un mínimo de convivencia entre los ciudadanos, que, no obstante las ilusiones puestas por tantos españoles, se han visto defraudadas pese a toda la transigencia y comprensión de todos los organismos nacionales, con una respuesta anárquica, cuya realidad es imponderable. Como la pureza de nuestras intenciones nos impide el yugular aquellas conquistas que representan un avance en el mejoramiento político social, el espíritu de odio y 168
venganza no tiene albergue en nuestro pecho; del forzoso naufragio que sufrirán algunos ensayos legislativos, sabremos salvar cuanto sea compatible con la paz interior de España y su anhelada grandeza, haciendo reales en nuestra Patria, por primera vez y en este orden, la trilogía, fraternidad, libertad, e igualdad. Españoles: ¡Viva España! ¡Viva el honrado pueblo español! Tetuán, 17 de julio de 1936".
Més transcendència que l’aixecament per ell mateix, va tenir la parcial destrucció de l'ordenament polític de la República, produïda perquè bona part de l'administració, del funcionariat, dels transports i les comunicacions, etc., quedaren inutilitzats, davant la pressió d'unes noves circumstàncies, caracteritzades per la desmembració de l'aparell de l'Estat Republicà, i el sorgiment de dues zones que pugnaven entre si, pel redreçament d'uns ordenaments ben diferenciats.
A Catalunya, com a la resta de regions i països de l'Estat espanyol on l'aixecament militar va ésser avortat, 169
principalment, per l'enèrgica actuació del poble, es produí un veritable buit de poder, que comportà la immediata necessitat de crear uns nous organismes de poder (els Comitès Locals),
Acta consistorial de constitució del Comite Antifeixista de Barxeta (València) capacitats per endegar, en el termini més curt possible, la represa de la normalitat en la vida dels pobles i ciutats de Catalunya, però evidentment aquests Comitès haurien de tenir una característiques molt peculiars: respondre a la nova situació creada per la victòria popular.
Organització i defensa popular
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A la majoria de pobles i ciutats de Catalunya la situació podria representar-se aproximadament així: el poble, els obrers del camp o de les indústries, en alguns casos amb el suport de la Guàrdia Civil, o de la Guàrdia d'Assalt, després de reduir els nuclis sublevats, es troba com a propietari del carrer; els Ajuntaments, com totes les institucions de l'antic ordenament, quedaren desfasats, bé per incapacitat de dirigir la lluita antifeixista, bé perquè els regidors estiguessin, més o menys, implicats en l'aixecament, però principalment, per la manca d'iniciativa de què van fer gala tots els responsables de l'administració republicana, i que afecta sobremanera els representants dels partits polítics de la petita i mitjana burgesia E.R.C., A.C.R., etc., així, aparegueren en els pobles, veritables organismes de poder revolucionari que, amb diferents noms, d'acord amb la correlació de forces existent a cada un dels pobles i poblets, son coneguts amb el genèric de Comitès Locals, i que, des del primer moment, es veieren obligats a desenvolupar totes les funcions pròpies d'uns veritables «microgoverns», fet que comportà un fenomen de gran transcendència que perduraria, fins el total redreçament de l'aparell de l’Estat 171
Republicà - després dels fets del maig del 37-: l'atomització del poder a Catalunya.
Aquesta atomització, ens permet explicar l’èxit i l'agilitat de les conquestes revolucionàries: col•lectivització agrícola i industrial, control obrer de la producció, edificació d'un esquema de nou ordenament polític i social, però també, les dificultats importantíssimes que trobaria la Generalitat, en el camí de la reconstrucció del seu poder. També, aquesta atomització del poder, seria la causa d’una manca d’homogeneització de les iniciatives, fet que en darrera instància, produiria un increment de les tensions estructurals en el nou ordenament revolucionari. Sense dubtes podem afirmar que els Comitès Locals són una de les institucions més característiques del procés revolucionari català, i també, un dels organismes que més resistència oposarà a la centralització que, a partir d’Octubre del 36, iniciarà la Generalitat.
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Igualment a Barcelona, des del primer moment de lluita, la responsabilitat de la iniciativa antifeixista, restà en mans d'uns Comitès de Defensa de Barriada, vinculats estretament a les organitzacions del moviment llibertari (CNT-FAI, JJ.LL.LL.) i molt especialment al Comité de Defensa Confederal –el Grup Nosotros, amb algun afegitóque, des de molts dies abans de la insurrecció feixista, ja preparaven la resistència a la "militarada". Així, quan el 19 de juliol, les tropes, manipulades per llurs caps, inicien l'assalt a la ciutat sortint de les diferents casernes - Sant Andreu, Pedralbes, Drassanes, etc-., els obrers de Barcelona, migradament equipats, seran els primers d'enfrontar-se als sublevats. Posteriorment, la incorporació dels serveis d'ordre públic, i de destaca¬ments sencers de soldats que un cop descobert l'engany dels seus superiors, s’afegiriren a la defensa popular, fusionant-se amb els destacaments armats d'obrers, culminarà amb una aclaparadora victòria sobre els mili¬tars que, endemés d’heroica, tindrà una transcendència definitiva pel desenvolupament de la resistència popular, a d’altres llocs de l'Estat espanyol on encara es combatia.
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La victòria de Barcelona no pot ésser atribuïda a cap organització en concret, ja que pertany a la multitud de persones que, enquadrades o no en cap organització, í d'una manera espontània í, fins i tot, desorganitzada, es llencen al carrer, amb una intensitat creixent, en la mesura que es va afermant la victòria popular. Espontània aquí no vol dir ni irreflexiva, ni arrauxada, doncs, des de feia moltes dècades els treballadors catalans venien duent a terme allò que Joan Garcia Oliver, i d’altres membres de la FAI, anomenaren amb encert la “gimnàstica revolucionària”. Mentre dura la lluita, es donen ja els primers passos de reconstrucció d’un nou ordre revolucionari: la constitució d'una «Federació de Barricades», que a més d'organitzar la lluita als diferents llocs, tindrà cura d'enllestir uns primers centres assistencials pels ferits, bancs de sang, proveïments i distribució d'armaments que millorarà a partir de l'ocupació de les casernes i de la incautació dels dipòsits d'armaments militars, í també, s’ocuparà, de l’organització d'uns menjadors populars i gratuïts. Aquesta «Federació de Barricades», primera de les institucions revolucionàries de Barcelona, es creà per a una funció específica: contribuir a solucionar els problemes propis d'una situació de lluita oberta dins la ciutat de Barcelona; 174
per aquest motiu, quan els feixistes van ésser derrotats, la «federació de Barricades», perdé la seva pròpia raó d'ésser. Aquesta és una de les característiques fonamentals de tota organització revolucionària la no burocratització ni manteniment en el temps, neix per a una funció concreta i, desapareixerà quan la funció ja no sigui necessaria.
L'esfondrament econòmic i recuperació.
Però el fet de derrotar la insurrecció feixista a Barcelona, no era suficient, nous problemes es presentaren. L'enemic ja no era dins la ciutat; els nuclis feixistes arreu de Catalunya eren igualment derrotats, i aquests, quedaren situats darrera Fraga, però era necessari, per garantir la victòria aconseguida, impedir que els militars, des de Saragossa i d’altres ciutats que quedaren a les seves mans, tinguessin el temps suficient per organitzar una expedició contra Catalunya. Era, doncs, peremptori, organitzar uns destacaments de milicians voluntaris, que sortissin a 175
l'encontre dels feixistes. Calia a més, assegurar els proveïments d'una ciutat molt poblada com Barcelona, que després dels dies de lluita, s'havia quedat sense reserves alimentaries, i el que també es important, calien uns circuits no comercials, ateses les circumstàncies. Lògicament, era necessari reorganitzar els transports urbans i els exteriors, sobretot, les importants vies de comunicació amb Madrid i Franca. També, redreçar i reorganitzar l'administració de la ciutat i de Catalunya en general, així com tractar d'instaurar un ordre social, que tenia com a principals alteracions, l'actuació de nuclis feixistes aïllats, i certs "incontrolats" que, aprofitant-se del maremàgnum existent, sense massa escrúpols i amagantse darrera l'etiqueta d'una o altra organització, procedien a saquejar, requisar, acaparar aliments, diners o joies, i fins i tot, a eliminar físicament a tots aquells que els semblava; i tot amb l'única intenció de treure'n un benefici personal. Aquests elements «incontrolats", tot i ésser molt minoritaris, aconseguiren de crear una mena de «terror», que si bé és cert que es tracta d'un subproducte necessari de qualsevol procés revolucionari, airejat exageradament pels partits del govern, embrutava l'actuació responsable i serena, de la majoria de la població.
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Ràpidament, però, es produirà un dels problemes de més gran transcendència, i de més difícil solució. L'aixecament feixista comportà la convocatòria, per part de les centrals sindicals anarcosindicalista i socialista, d'una vaga general indefinida, el que volia dir la paralització total de la producció. A més, molts empresaris, propietaris importants, personatges de les finances, etc., havien fugit de Catalunya, emportant-se els diners, i abandonant les seves indústries, en molts casos, després d'amagar les matèries primes, o el combustible, destruint els llibres de clients i proveïdors, o fins i tot, la maquinària, elements imprescindibles per a recuperar la “normalitat de la producció”. D'altres, caracteritzats –al llarg de molts anysper la seva intransigència en els conflictes amb el món del treball, van ésser eliminats pels seus propis obrers. Com ens diu Frederica Montseny: "prop de 20.000 empresaris desaparegueren de l'esfera social catalana. Totes aquestes circumstàncies ens permeten d'afirmar que, per damunt dels greus problemes polítics i socials, hi hagué un veritable esfondrament de l'economia catalana, que obligà els treballadors catalans, a donar proves inequívoques d'un gran enginy i capacitat constructiva”. Cal pensar tanmateix, 177
que un cop garantida la victòria en territori català, la reincorporació dels treballadors, a les empreses, a les fàbriques, etc., no es podia donar sense que és produís una profunda transformació de les relacions de producció capitalistes que, a més de permetre la cobertura de les circumstàncies d’una indústria que tenia com a principal i nou objectiu acomplir les necessitats de la guerra, alhora, havia de garantir un millorament essencial en les condicions de vida de les classes populars.
Nou paper de la Generalitat
Si ja hem parlat anteriorment de la parcial desmembració de l'aparell de l'Estat republicà, i del buit de poder que en fou conseqüència, ara ens cal dibuixar les línies generals de les possibles vies de reconstrucció que el moment oferia. A diferència del que succeïa a la resta de l'Estat, la Generalitat, tot i quedar, des del primer moment, reduïda a una posició secundària, no va quedar tan perjudicada per la insurrecció feixista, com per deixar d'existir definitivament. A més, com veurem seguidament, la visió política de Lluís Companys, permetrà a la Generalitat fer-se imprescindible, tot i que en els primers mesos, es veié obligada a sancionar totes les disposicions que li feien arribar els diferents Comitès; en d'altres paraules, com molt bé s'ha dit, la 178
Generalitat quedà reduïda a poc més que un ”segell de goma”, però que es va anar fent imprescindible. Una de les característiques generals, en aquells llocs on la victòria sobre els feixistes fou gairebé obra exclusiva de l'entusiasme popular, és la de l’espontaneïtat, la qual implicava una reconstrucció, atenta prioritàriament als problemes immediats, cosa que evidentment, dificulta una actuació ràpida i sense entrebancs, i que en darrera instància, treia eficàcia a les solucions demanades.
Un tret molt significatiu del procés revolucionari català, és que com que els obrers anarcosindicalistes tenien una preponderància indiscutible, el moviment revolucionari, si bé disposava de suficients dades informatives pel que fa referència a qüestions econòmiques, com la marxa de les empreses, funcionament dels rams de la producció, etc., com correspon a un moviment sindical d'una llarga experiència, mancava en canvi d'una preparació ideològica en els aspectes pràctics de la política i del poder, fet que ens permet d'explicar els dubtes i vacil•lacions dels dirigents anarcosindicalistes que, per aquesta raó, acabarien deixant la iniciativa, als homes de la política professional. Tots aquests elements els dugueren, des del mateix 20 de juliol, a la Revolució Social catalana a la consideració d'una 179
falsa disjuntiva que a la llarga resultaria decisiva: O s'imposaven unes vies revolucionàries que eliminessin definitivament els vestigis del poder governamental, en aquest cas la Generalitat, o s'acceptava la permanència d'aquest poder, encara que hauria necessàriament de modificar-se per tal d'adaptar-se a la nova correlació de forces. La primera possibilitat, duia implícit l’enfrontament entre els sectors no feixistes o antifeixistes de Catalunya, i a més, era possible que, el fet de lliurar-se a un procés total de transformació revolucionària, provoqués la intervenció estrangera, per defensar els importants mitjans econòmics estrangers al nostre país. D'altra banda, la segona possibilitat, comportava necessàriament l'enfrontament entre els sectors decididament revolucionaris, i les organitzacions que optaren pel manteniment de les formes republicanes i capitalistes. Mantenint-se ambdós sectors en aquestes posicions –en l’opinió de la majoria dels militants “representatius” de les organitzacions obreres -, s'hagués accelerat la recuperació de les forces feixistes, en aquells moments encara de retirada. Certament, aquest era el quadre que estava present al cap de tots els dirigents de totes les organitzacions antifeixistes de Catalunya, i fou precisament això, el que decidí Companys a demanar la collaboració de la CNT i la FAI, per tal de trobar-hi una solució.
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Companys sabia perfectament que l'impuls revolucionari no era un producte exclusiu de la CNT, però també sabia, que en aquells moments era imprescindible la col•laboració cenetista, si volia impedir que la disminuïda Generalitat, quedés definitivament engolida per la marea revolucionària, ja que el que era innegable és que bona part dels Comitès revolucionaris eren creació dels militants de base i quadres intermedis de la central anarcosindicalista. Companys, va saber fer acceptar els seus plantejaments, a una CNT desconcertada per la magnitud dels esdeveniments, i que se situava davant la problemàtica del poder, amb una veritable fascinació i complex d’inferioritat. D'aquesta entrevista, a proposta del mateix Companys, nasqué el Comitè Central de les Milícies Antifeixistes de Catalunya, que tingué com a objectius, diguem-ne “oficials”, l'organització del 5 cossos armats de milicians que havien de sortir vers l'Aragó.
El Comitè de Milícies Antifeixistes
En realitat, el CCMA, era un compromís, entre la Generalitat, els partits del Front d'Esquerres de Catalunya, 181
que actuaven com a representants de la legalitat i democràcia republicana, í els dirigents de la CNT, l'organització més propera a les posicions revolucionàries que dominaven el carrer, í l'objectiu últim d'aquest organisme era: “integrar les iniciatives revolucionàries del poble, dins l'esfera del poder constituït”; en d'altres paraules: buidar el contingut revolucionari de les conquestes populars, i preparar el camí per a la reconstrucció de l'aparell de dominació republicana, tot esperant uns moments més favorables que permetessin donar un cop de gràcia a la Revolució Social de¬sencadenada. Així, el 21 de juliol, el Butlletí Oficial de la Generalitat, publicà un Decret signat per Companys, pel qual es crea un Comitè de Milícies Ciutadanes - nom oficial que no seria utilitzat per ningú -. Aquest mateix dia, hi ha la primera reunió de l'esmentat organisme, a la qual assisteixen: Com a delegat de la Generalitat, el Comissari de Defensa Sr. Prunés, com a representant de la Conselleria de Governació Josep Tarradellas, i, com a Cap de les Milícies, Pérez Farràs, així com també el Cap de les Forces d'Ordre Públic de la Generalitat, el Sr. Luengo. Com a representants de les forces antifeixistes, per l'ERC: Artemi Aiguader, Jaume Miravitlles i J. Pons; per la CNT: Durruti, García Oliver í Marcos Alcón; per la FAI: Aureli Fernández i Dídac Abad de Santillán; per la. UGT: Josep del Barrio, González i López; pels partits marxistes: Vidiella (més tard del PSUC) i Rovira (POUM); per la ACR: Fàbregas; i per la Unió de Rabassaires: Torrens. A aquests, n'hem d'afegir d'altres que més endavant s’incorporarien per cobrir absències, per exemple Acea, J. P. Fàbregues í Asens per la CNT, Durán, Estivill, Rossell i Miret per la UGT-PSUC, Gorkin i Gironella del POUM, etc.
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Joan García Oliver, veritable ànima del Comitè Central de Milícies Des d'un primer moment, í com a conseqüència de la situació al carrer, els homes de la CNT i de la FAI, serien els que determinarien les decisions i orientacions del CCMA d'entre tots ells, Garcia Oliver esdevingué la veritable ànima del Comitè, fins el punt que, en el transcurs de les perllongades sessions nocturnes del Comitè, Garcia Oliver era l’únic que parlava en representació de la CNT i la FAI.
El CCMA, esdevindria una mena de govern de circumstancies, mentre la seva primera í prioritària missió, dur endavant les operacions de guerra, el conduiria a l'organització d'una bona quantitat de Columnes de voluntaris milicians. Entre aquestes, la primera que es va preparar va ésser la Columna «Durrutí-Farrás», un era el Cap polític i l'altre el Cap militar, formada principalment per homes de la CNT i la FAI; més endavant, sortiren, la 183
«Bueno», formada per homes de l'ERC, la «Lenín» del POUM, la «Ascaso» també de la CNT-FAI, « Aguiluchos » de la FAI í les JJ.LL.LL., la «Carlos Marx» de la UGT í del PSUC, que després esdevindria la "Marx-Bakunin" en integrar-se un destacament de metralladores confederals, la «Maurin» del POUM, la «Sur-Ebro» i la «Maciá-Companys» organitzada per la Generalitat.
És pràcticament impossible determinar el nombre de milicians mobilitzats pel Comitè Central de Milícies, al llarg de tres mesos del funcionament. La xifra de 150.000 que ens dóna D. Abad de Santillan al seu llibre «Porqué perdimos la guerra» ens sembla molt exagerada, però de tota manera, el que és important de retenir, és que els milicians, gairebé sense equipaments sense instrucció militar, etc., aconseguiren de reconquerir mig Aragó, i d'establir un front de prop de 700 km des de Jaca fins més avall de Terol, el que ens pot donar una idea aproximada, de l’esperit i decisió d'aquells homes, en el moment de màxim impuls revolucionari.
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Però les activitats guerreres del Comitè Central de Milícies, no es reduïren al front d'Aragó, sinó que el Comitè i la Generalitat, organitzaren una expedició per recuperar les illes Balears "l'Expedició a Mallorca" que, si bé va fracassar com a conseqüència de les pugnes entre la Generalitat Comitè Central de Milícies, i per l’actitud del Govern de la República que tampoc no va voler prestar-li el suficient suport logístic, per qüestions d'atribucions, etc. La fallida expedi¬ció, malgrat els nombrosos impediments materials que arrossegava, aconseguí però, de recuperar Eivissa, totes les illes menors, així com mantenir Menorca, amb la impor¬tantíssima base de Maó, al servei de la legalitat republicana, i fins tot, de desembarcar a l'Illa de Mallorca, tot i que després s’hagueren de retirar. Una altre de les operacions, aquesta amb èxit, fou l’enviament d’una columna per ajudar el poble de València a derrotar l’aixecament militar.
Un autèntic govern
Però si l’esforç de direcció de la guerra, sembla ja suficient per reconèixer la importància del Comitè Central de Milícies, les tasques superaren de llarg aquest objectiu primer. Ben aviat, el Comitè, hagué de dividir-se en diferents 185
Comissions i Comitès, com: Transports, Guerra, Investigació, Oficina Jurídica, Proveïments, Sanitat, organització de les milícies, Patrulles de Control; es formà una Secretaria General, que va anar a càrrec de J. Miravitlles. En resum, el Comitè hagué de desdoblar-se per tal de donar sortida als nombrosos problemes plantejats pel moment. El que es farà evident tot seguit, és que el Comitè, havia esdevingut un autèntic govern, les seves funcions abastaren tots els ordres de la vida interior de Catalunya, però també els exteriors; així el Comitè s’encarregà de les relacions amb el Govern de Madrid, de les gestions prop del President de la República francesa per tal d'aconseguir vendes d’armament, les relacions amb el Govern d'Euzkadi, l'organització de les delegacions comercials de la Catalunya revolucionària a l’estranger, dels contactes amb els nacionalistes i independentistes del Marroc, que es van sublevar a mitjans d'agost, etc. Aquesta multiplicitat de funcions del Comitè, era només possible dins el marc d'un règim d’autonomia absoluta; certament, darrera el CCMA, Catalunya aconseguí una situació de quasi independència, í és simptomàtic que precisament en aquests moments, l'Aragó, í dues de les tres Illes Balears, quedessin sota la cobertura de la Catalunya revolucionària. Per aquesta raó, s'ha pogut dir, que curiosament els anarcosindicalistes, estigueren molt a la vora de reconstruir una nova Confederació dels Països Catalans, més que possible en aquells moments.
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No menys important, va ser l'ingent tasca de direcció de l'economia, que si bé és cert que en el primer moment la iniciativa restà en mans dels consells d'Empresa o dels Sindicats, i de la Comissió d’Indústries de Guerra, també ho és, que quan la complexitat del nou ordenament ho requerí, el Comitè, constituí un Consell Suprem de l’Economia de Catalunya, que aviat esdevingué un organisme diferencial, de singular transcendència, que assentaria les bases d 'una reconstrucció econòmica de tipus autogestionari i col•lectivista, de transició vers el socialisme.
També dins d'aquest Consell Suprem de l’Economia de Catalunya, hi eren presents representants de totes les organitzacions antifeixistes, en la mateixa proporció en què 187
es trobaven al Comitè Central de Milícies, i també aquí, foren els homes de la CNT els qui més incidiren en els seus plantejaments, molt especialment, J. P Fàbregues, Eusebi C. Carbó, etc. Es certament molt difícil tractar d’explicar l’acció quotidiana del CCMA en la seva ingent tasca de transformació de la societat catalana, en el període de temps comprés entre el 19 de juliol í el 4 d'octubre, data de la seva derogació, a conseqüència de la manca de documents propis del Comitè Central, acaparats per alguns dels prohoms d'aquells i d'aquests moments. Amb posterioritat a la redacció d’aquest article, el llavors ex - president de la Generalitat de Catalunya Josep Tarradellas, va fer donació a l’arxiu de l’abadia de Montserrat del seu arxiu personal, on imaginem que s’hi trobaran bona part d’aquests documents. El Comitè Central de Milícies, complí l’objectiu que Companys li volgué donar. En el breu període de temps de la seva existència, el Comitè, acabà per eliminar les causes que li varen donar motiu d'ésser, les seves funcions no tingueren raó de continuar fent-se, quan es produí l’entrada dels anarcosindicalistes al Govern de la Generalitat, entrada no tan sorprenent a tenor de les funcions que els mateixos anarcosindicalistes havien desenvolupat des dels càrrecs als Comitès i Comissions del CCMA.
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Estendart de la Legión Cóndor, tropes regulars de l'exèrcit alemany que intervingueren a la Guerra Civil. Quan el COMITÉ CENTRAL desapareix, les circumstàncies s'han modificat molt favorablement per als partidaris del poder governamental de la Generalitat. La internacionalització del conflicte, amb l’entrada de Portugal, Itàlia i Alemanya al bàndol feixista, significà el pas d'una guerra de reconquesta revolucionària a una guerra estabilitzada, que necessità un comandament únic centralitzat, una disciplina militar rígida, uns oficials professionals, un aparell d’Estat estructurat, un ordre jeràrquic a la reraguarda, en resum, una sèrie de condicions totalment contràries al magnífic impuls espontani, que dugué al poble, als treballadors catalans, a la construcció d'una Catalunya més lliure, justa i solidària. (Article que vaig publicar a L'Avenç nº 14)
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JOAN PEIRÓ: L'ANARCOSINDICALISTA BÓ. "Per a Peiró, i bona part dels anarcosindicalistes, el sindicalisme havia de ser l'eix fonamental de la vertebració de la classe obrera i el centre articulador d'una estratègia de revolució social i creació d'una nova societat no capitalista, socialista en la mesura que els mitjans de producció havien de ser socials. Era en aquest context, i per tal d'impedir la tendència al corporativisme dels sindicats, que l'anarquisme devia possibilitar l’arribada i la formació d’un home nou; l’anarquisme era una nova moral, una idea, una actitud davant la societat, una doctrina realment liberal que defensava la més completa llibertat i independència dels homes, però -i això era molt bàsic i important en el pensament de Peiró i els anarcosindicalistes- no podia ser l'intrument organitzatiu per sí sol de l'alliberament dels treballadors". Pere Gabriel La personalitat i l'obra del honest militant confederal, excel·lent treballador i organitzador, admirat pare de família que va suportar amb estoïcisme les adverses circumstàncies històriques en què va haver de viure, Joan Peiró, han estat afortunadament força documentades i estudiades.
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Gràcies a elles, el lector interessat podrà fer-se una idea de la significació d'un personatge injustament desconegut, fora del cercle dels especialistes, però que per la seva trajectòria vital, hauria de ser considerat una de les més grans figures de la història recent del nostre país. Potser no sigui una casualitat que quan les televisions, la premsa i els debats polítics tornen a omplir-se de paraules com centralisme, autodeterminació, separatisme o independència, recuperem la memòria d’algú qui com Peiró, va saber enfrontar-se a aquests temes, amb una claredat d'idees que segurament, seria de gran utilitat als que avui tenen la responsabilitat política, sigui a Madrid, al País Basc, o a Catalunya, sinó estiguessin massa enrocats en uns interessos socioeconòmics i polítics que no tenen res a veure amb les necessitats dels pobles que d'ells depenen, malauradament. Com sol succeir als grans éssers humans, malgrat els anys transcorreguts des del seu assassinat al 1942, "culpable" de rectitud i integritat, bé podria novament servir amb les 191
seves idees i com modern Cid Campeador, ajudar al poble treballador -a qui tant va estimar- amb els seus savis consells i opinions.
Joaquim Maurín vist per Helios Deia Joaquim Maurín -un altre d'aquells als que hauríem de conèixer- en la seva obra "Revolució i contrarevolució a Espanya" que la problemàtica, el fet o la qüestió de les nacionalitats de l'Estat Espanyol, juntament amb els de la Reforma Agrària i la Reforma del Estat, són els tres trets característics de l'evolució de l'Espanya contemporània i, afegim nosaltres, que tot i l'anomenada "transició democràtica", els gravíssims problemes dels nostres dies, no són més que els fills naturals d'aquells, per molt " moderns " que se'ns presenten. Si com deia Trotsky, Espanya continua sent una de les baules més fràgils de la cadena capitalista, no hi ha dubte que aquells problemes no resolts, o millor agreujats pel temps i la ineficàcia de desenes d'anys i segles de mal govern, tenen la seva part en la responsabilitat de la nostra situació. A tot això s'hauria d'afegir, i això Maurín no ho podia ni imaginar, tot allò que deriva de la situació mundial: globalització, 192
problemes mediambientals, explotació massiva dels països del cínicament anomenat "Tercer Món" i un llarg etcètera. És en aquest sentit que ens esforcem a través dels missatges d'aquest bloc, a donar a conèixer el pensament d'homes i dones com Abad de Santillán, Durruti, Frederica Montseny, García Oliver, el mateix Peiró i altres que anirem desenvolupant. Si bé cap d'ells va estar lliure d'errors, alguns de molt grossos i també de greus contradiccions, el cert és que - a diferència dels pastors que avui ens dirigeixen- mai van estar disposats a vendre's ni per el conegut "plat de llenties", ni per la poltrona a perpetuïtat, ni per la "corbata" d'alguna gran empresa a canvi del que sigui. Ben al contrari, tots ells, repeteixo, tots, van fer de la lluita contra la injustícia- en qualsevol de les seves múltiples variants- el motiu de la seva existència i tots, repeteixo tots, es van anar al "altre barri", estrictament amb les mans buides, deixant com a herència als seus legítims -com en el cas de Durruti - una gastada caixa de llautó que contenia una vella pistola "star", unes sabates gastats i foradats a la sola, unes ulleres de pasta i ... res més. Quin exemple per a tots aquells que s'omplen les butxaques, o es fan vestits a mida, aprofitant-se de la situació de privilegi que els dóna el poder! Joan Peiró va ser una de les figures fonamentals de l'anarcosindicalisme català i peninsular. A la ciutat de Mataró (al Maresme) on va treballar i va viure la major part de la seva vida, gaudia del respecte de tots i d'unes ben guanyades simpaties, no només en els mitjans obrers vinculats d'alguna manera a la CNT i en molts sentits , era considerat com un model d'obrer, és clar!, però també com a ésser humà, els testimonis fins i tot dels seus enemics així ho demostraren. 193
De temperament raonable, comprensiu amb les opinions alienes, encara que fos oposades a les seves, dotat d'una intel·ligència més que notable i d'una personalitat que -com a bon català- pel qui el tractava el temps suficient, resultava atractiva i poderosa. Havia nascut el 18 de febrer de 1887, al barri obrer de Sants (Barcelona, Catalunya). Als 8 anys va començar a treballar en una fàbrica de vidre barcelonina i no va aprendre a llegir ni escriure fins als 22.
Forn del Vidre a Mataró a la dècada del 1950 Va seguir treballant en el sector del vidre, i juntament amb d'altres companys fundà la Cooperativa del Vidre de Mataró, de la que fou l'anima que mai no abandonaria.
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El 1907 és va casar amb Mercè Olives, obrera tèxtil, amb qui va tenir 3 fills (Joan, Josep i Llibert) i quatre filles (Aurora, Aurèlia, Guillermina i Mercè). Segons ell mateix explica la seva militància sindical és va iniciar el 1906, i va començar a tenir càrrecs de responsabilitat entre 1915 i 1920, com ara secretari general de la Federació Espanyola de Vidriers i Cristallers (1916-1920) i director de les publicacions La Colmena Obrera (Òrgan dels Sindicats de Badalona) i El Vidre (portaveu dels Vidriers federats).
L'any 1918, sent encara un jove militant, va compartir amb Salvador Seguí i altres, la responsabilitat de l'adopció per part de la CNT dels Sindicats Únics que faria variar substancialment les destinacions de la classe obrera catalana i peninsular, a dotar-los d'una força i capacitat de lluita insospitada, que resultarien decisiva, en els greus moments que els esperaven en el futur.
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Molt influenciat pel sindicalisme revolucionari francès, va començar a tenir tasques de responsabilitat a la CNT després del Congrés de Sants (1918) de la Regional catalana. Gràcies a la seva Capacitat de treball, dots d'organitzador i gran prestigi, va ocupar els més alts càrrecs en aquesta organització. Al Congrés de la Comèdia (1919) defensa els federacions d'indústria que foren rebutjades en aquella ocasió. Durant els anys vint va patir la repressió desencadenada per l'Estat i la patronal en contra el moviment obrer.
L'any
1920
va
sofrir
2
atemptats
i
fou
detingut
i 196
empresonat a Sòria i a Vitòria. L'any 1922 fou elegit secretari general de la CNT. Malgrat els intents de molts estudiosos, historiadors o no, de desnaturalitzar -com s'ha intentat també amb Salvador Seguí "El Noi del Sucre" - Joan Peiró va ser sempre un anarcosindicalista convençut, que va renunciar a una vida laboral i familiar relativament còmoda i tranquil, per dedicar-se en cos i ànima a la defensa d'aquells que "no tenien res a perdre excepte les cadenes" i va fer, de l'explotació de l'home per l'home i de la seva forma actual -el capitalisme -, els dos grans enemics a combatre sense treva amb força i energia.
És va establir a Mataró el 1922 i el 1925 va dirigir la constitució de la Cooperativa del Vidre que ja havia intentat organitzar amb anterioritat. El 1922 va assumir la secretària general de la CNT i durant la seva gestió es va celebrar la Conferència de Saragossa en la qual, per primera vegada des de 1919, es van tornar a trobar els pesos pesants confederals: Seguí, Pestaña, Peiró, G. Deu, Abós, Cano Ruiz, Alaiz, Buenacasa, ...
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Salvador Seguí i Àngel Pestaña a la dreta. Dos fets van destacar en aquella reunió. El primer, la proposta de referèndum entre els sindicats per decidir la permanència o sortida (aquest va ser el resultat) de la CNT de la Internacional Sindical Roja (ISR) i la seva adscripció a la reconstruïda Associació Internacional dels Treballadors (AIT) Un any abans , els delegats a Moscou (Maurín, Nin, Arlandis ,...) havien decidit integrar la CNT a la ISR. El segon i més significatiu, l'aprovació per aclamació d'un dictamen elaborat per Peiró i signat per Seguí, Pestaña i Viadiu conegut com la "moció política" de Saragossa. En aquest document es proclamava l'allunyament de la CNT dels partits polítics, al mateix temps que la seva total implicació en "els problemes morals, econòmics, socials i polítics" de la classe treballadora. La CNT es definia com "un organisme netament revolucionari ... al mateix temps integral i absolutament polític ja que la seva missió és la de conquerir els seus drets de revisió i fiscalització de tots els valors evolutius de la vida nacional i. .. exercir l'acció determinant per mitjà de la coacció derivada dels dispositius i manifestacions de força de la CNT ".
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Tot i determinar de manera diàfana una posició d'autonomia sindical i d'actuació sociopolítica revolucionària, va ser injuriada pels mitjans anarquistes ortodoxos i utilitzada per la premsa liberal i d'esquerres per plantejar un apropament de la CNT a la política en el sentit més formalista. El dictamen deixava clar que la política a la qual es referien no era "al només sentit d'art de governar els pobles, si no ... les actuacions de tot tipus ... dels individus i les col·lectivitats". El dictàmen afirmava l’extraparlamentarisme i la no col·laboració amb les institucions estatals de la CNT. El problema era que, alhora, defensava la necessitat de que la central sindical no girés l’esquena a la ‘política’, això sí actuant des d’altres instàncies i amb d’altres mitjans. Malgrat les ambigüitats calculades d’aquella moció, Peiró -i altres anarcosindicalistes- no s’oposaven pròpiament a la lluita política, sinó que, més limitadament, negaven virtualitat i efectivitat a la lluita política parlamentària. Aquesta actitud -que en el fons mantingué Peiró al llarg de tota la seva vida- es manifestaria, sobre tot, en dues direccions. Per a començar, en relació a l’anàlisi i assumpció de la tan famosa i topificada tàctica de l’acció directa. Aquesta, per a Peiró, no significava simplement una forma de negociació laboral sense intervenció de l’Estat o els seus representants (la qual versió li semblava estreta i corporativista) i, molt menys la crida a l’acció violenta i terrorista. De manera més complexa i intermèdia, l’acció directa era per a Peiró una forma d’articulació d’una opció política pròpia dels sectors obrers i populars, sense intermediaris, al marge del parlamentarisme i dels partits polítics, al carrer i certament contra l’Estat, però no indiferent respecte de la situació política general.
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Hi havia una segona direcció que també afirmava la inevitabilitat de l’interès per la lluita política: a la CNT i més en general al sindicalisme els convenia, segons Peiró, l’existència i consolidació d’un règim de llibertats. Ës per això que, en les situacions excepcionals i de dictadura, Peiró podia defensar -sense contradiccions- la utilitat d’una entesa i una relació concreta amb els polítics més liberals, reformistes i republicans. El desenvolupament del sindicalisme precisava d’un marc polític favorable, si més no mínimament democràtic. A la CNT l’interessava comptar amb un mínim de temps de respir (malgrat que les llibertats polítiques reclamades fossin sols formals). Des del seu lloc, ‘siempre respetando la independencia colectiva y los métodos no parlamentarios propios’, segons que escrigué, havia de fer el possible per a la consecució d’una situació política general al país que permetes a la Confederació una activitat i desenvolupament pausats. Amb la dictadura de Primo de Rivera els sindicats de la CNT van quedar il·legalitzats, les seves seus van ser censurades i les publicacions, suspeses. Molts dels seus militants foren 200
detinguts, i Peiró fou empresonat els anys 1925, 1927 i 1928.
Aquest darrer any fou novament elegit Secretari General de la CNT. Va criticar la UGT per la seva defensa dels jurats mixtes durant aquella dictadura i també Pestaña, amb qui per altra banda coincidia en altres aspectes. Des del seu lloc habitual de treball, la fàbrica de material elèctric, coneguda popularment com "El forn del Vidre", convertida per Peiró i els seus companys en cooperativa de producció quan l'antic propietari es va mostrar incapaç de gestionar-la, va impulsar com pocs l'obra educativa i formativa que és pròpia del anarcosindicalisme, considerat com a escola dels productors que hauran de gestionar la societat en conjunt darrere la somiada Revolució Social. Aquest i no un altre era l'objectiu final per excel·lència dels sindicalistes revolucionaris, anarcosindicalistes i anarquistes que componien l'ampli espectre del moviment llibertari català, l'Estat espanyol i internacional. En la seva llarga pràctica com a líder confederal, va xocar en ocasions amb l'actitud de certs grups propers a la Federació anarquista Ibèrica -a la qual estava afiliat des de la seva fundació l'any 1927, tot i que no va militar mai201
però mai ocultà el seu anarquisme des del punt de vista de les idees filosòfiques i les finalitats.
Durant l'etapa de la dictadura va elaborar alguns dels elements claus del seu pensament sindical, social i polític: els sindicats eren organismes de classe, l'anarquisme no podia regular el funcionament de la CNT, era necessària una transformació de la Confederació "de la qual només resten en peu la substancial dels principis i procediments del sindicalisme revolucionari ", el sindicalisme havia de basar-se en la defensa dels interessos dels treballadors i en l'establiment de la solidaritat de classe i constituïa" la força que s'enderroqui a la societat capitalista i el mitjà pel qual s'articularà el mecanisme de la producció "però no una doctrina o un sistema complet, per no caure ni en el reformisme ni el corporativisme era necessària la influència, sense imposició, l'anarquisme", continua: "volem la anarquització del sindicalisme i de les multituds proletàries, però mitjançant el previ consentiment voluntari d'aquestes i mantenint la independència de la personalitat col·lectiva del sindicalisme". Malgrat les seves crítiques a la que considerava vicis de la clandestinitat (grups d'acció, 202
decisions no consultades, minories de militants dirigents) mai va acceptar que la legalització dels sindicats confederals s'aconseguís amb el tràgala de l'acceptació dels jurats mixtos, oposant-se a "com signifiqués reformisme ... i per ... evitar l'oblit complet dels principis i normes de la CNT ... amb vistes al demà ". Aquesta postura va portar a una forta crítica de l'actuació col•laboració de la UGT i un dur atac a Pestaña, amb qui compartia altres posicions, que va provocar la dimissió del comitè nacional de la CNT i va frustrar qualsevol maniobra d'acceptació dels comitès paritaris i , per tant, una alenada d'aire fresc a la Dictadura. L'any 1930 va signar el manifest de «Intel·ligència Republicana» i va rebre nombroses crítiques internes que el van portar a retirar la seva signatura. Hi havia un altre matís important en relació a l’actitud de Peiró davant la política, en la mesura que acceptava d’alguna forma la necessitat d’una aliança de classes en el camí de la revolució social. L’antiparlamentarisme de Peiró i la seva denúncia de la política professional de l’Estat no significaven el rebuig d’una concepció popular, no ja exclusivament obrera, de la revolució. També en aquest sentit acceptava i entenia la influència de l’anarquisme. Aquest, en la mesura que era una doctrina d’alliberament humà i pretenia afirmar la independència i la llibertat dels individus, cridava a tots els homes i no sols els treballadors. Es podien així establir alguna mena d’enteses i col.laboracions amb sectors liberals i professionals de la societat, especialment a l’entorn de la defensa de les llibertats més bàsiques i l’extensió del coneixement científic més avançat, racionalista i lliurepensador, progressista. Amb ells hom podia i calia recórrer un bon tros del camí en la marxa de la humanitat cap a una nova societat.
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En aquests anys s'afiançà en el seu ideari sindicalistarevolucionari: OBJECTIUS I ACCIÓ DEL SINDICALISME Els objectius del Sindicalisme no es redueixen simplement a la conquesta de millores econòmiques i morals, com són augments de salari, reducció de jornades, reglamentació professional, higiene i seguretat en el treball, contractes col.lectius, etc., Sinó que ells arriben al límit màxim de l'oposició al capitalisme i l'Estat. El Sindicalisme Revolucionari com a instrument orgànic posat en mans del proletariat, idealitzat i definit per les aportacions intel.lectuals v espirituals dels anarquistes, pretén basta a si mateix per alliberar els treballadors de les immediates opressions de tot gènere, ja capitalista, ja estatals, i per coadjuvar en primera línia a la integral manumissió econòmico-polític-social de la Humanitat. A despit de tot, una recta i clara interpretació del contingut del Sindicalisme com a entitat i una teoria pràctica dels seus postulats bàsics, que són tot un tractat de ciència econòmic-social, de valoració política i de fonda interpretació de la psicologia dels pobles, són bastants per portar els escèptics a la comprensió del veraç de les nostres afirmacions.
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El salari, el descans, l'ordenació del treball, el respecte a la personalitat individual i col.lectiva dels treballadors, la salut i la vida d'aquests, tot això es defensa convenientment, eficaçment, pel Sindicalisme, i és el Sindicalisme l'instrument adequat per suplantar amb avantatge l'acció dels partits i per desterrar el professionalisme polític. Quan parlem de oposició universal al capitalisme, volem significar que el treball, erigit en dret social, n'hi ha prou imperativament per imposar a aquell totes les garanties de respecte, moralitat i responsabilitat, el proletariat i davant el proletariat i la comunitat social. Quan parlem de oposició universal a l'Estat signifiquem així mateix que l'acció sindical i directa del proletariat és una arma amb suficiència per anul.lar i determinar les activitats governamentals d'acord amb les conveniències del Sindicalisme, genuïna representació de la voluntat i els interessos dels treballadors, i per neutralitzar tots els atemptats a la justícia i a la llibertat. Hem assenyalat suficientment els objectius simples i immediats del Sindicalisme, i ells es defensen amb la vaga, el boicot i el sabotatge. No anem a caure en la vulgaritat d'explicar l'abast d'aquestes tres armes de lluita, encara ...i aquests cal fer algunes observacions respecte a la primera, ja que de la seva comprensió depèn el que en tou: cas es 205
pugui desenvolupar la lluita contra la patronal dins dels amplis límits de l'acció directa. Les possibilitats d'èxit de la vaga estan subordinada als determinismes econòmics. Els obrers triomfaran en una vaga si en plantejar han tingut en compte la situació pròspera o adversa de la indústria en què ella s'hagi de desenvolupar-se i les possibilitats de resistència a la resistència burgesa, amb la qual s'ha de comptar sempre, com també si han estudiat i coordinat els mitjans amb què fer fracassar la solidaritat que practica la burgesia. La proposició no es basa en un precepte dogmàtic, és més aviat un fet que respon a realitzar-| tats comprovades pràcticament.
Entre els anarquistes i sindicalistes ha estat un vici, potser ho és encara, el qualificar de regust marxista l'atenció d'aquestes realitats. I, no obstant, plantejada en moments de relativa adversitat industrial, una vaga arriba moltes vegades a resoldre problemes que només interessen a la burgesia, i en el millor dels casos, una vaga inoportuna facilita la resistència burgesa, dificulta o fa impossible la resistència obrera, i en aquest cas els obrers, veient la seva plet perdut o en perill de perdre's, van a la intervenció de terceries, dels governs o els seus representants, negant així la possibilitat de l'acció directa. Per contra, plantejada la vaga en circumstàncies industrials favorables al gest obrer, i preparats convenientment els mitjans per fer fracassar la solidaritat burgesa per molta 206
capacitat de resistència que tingui la burgesia afectada pel conflicte, les necessitats industrials la obliguen a transigir ia cedir, o recórrer a la intervenció autoritària i de determinades institucions oficials, cuva intervenció pot i ha de desatendre en raó a la posició avantatjosa dels treballadors. És clar que el fet d'estar al corrent d'aquestes circumstàncies implica un problema d'estudi v de comprensió del procés de l'evolució industrial i dels fluxos! ' refluxos econòmics, estudi i comprensió que reporten enorme treball, un treball que, per insà prejudici en aquests v en aquells per una inconcebible mandra mental, està desatès per la majoria de militants. Conèixer la geografia econòmica o de la producció i el mecanisme financer, econòmic i tècnic de la indústria; investigar la importància de l'evolució de la mecànica aplicada a les indústries; estudiar i preveure les fluctuacions de l'oferta v la demanda; tenir com a base de les activitats opositores al capitalisme el coneixement de les estadístiques d'exportació i importació de productes, de preu de les matèries primeres, cost de la mà d'obra v quantia de facturació d'un producte determinat, el que interessi més directament establir l'equació entre la necessitat i la possibilitat d'una cosa ..., tot això és molt molest, potser massa molest. Però en això mateix troba un la compensació, ja que saber adquirir és saber enriquir intel.lectualment, i riquesa intel lectual és riquesa d'esperit, és llum i és energia transmissibles després de assimilades.
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Hem volgut fer aquestes lleugeres observacions i amb elles dir que a la vaga només ha d'anar-se'n quan s'està en amb ~ condicions per a això. Mas, contràriament al pensament marxista ~ ta, que tot ho subordina a les condicions d'existència, agre ~ amos que el proletariat està sempre en condicions de defensar la seva dignitat de classe, va que aquesta a res es subordina ni admet dilacions que puguin deixar indefensa . Un dels objectius més importants i menys perseguits pel Sindicalisme Revolucionari és la implantació del L'<> és el segell o marca sindical, és el vistiplau que el proletariat imprimeix en els productes per ell fabricats, ja com a significació que el producte ha estat elaborat per obrers sindicats, ja com a significació de que l'article està fabricat sense frau i sense matèries nocives a la salut pública És inqüestionable que el proletariat té destacada, principal personalitat en el món de la producció, però sempre veureu en els productes la marca de fàbrica, el <. Label>> capitalista, mai la marca de fabricació que correspon als treballadors. Conscients aquests de la seva responsabilitat social, segurament es negarien a posar la seva <> en els productes elaborats amb matèries adulterades ja autoritzar amb el les expedicions amb el acostumat frau en el pes o mesura, motiu pel qual el capitalisme s'oposarà sempre a que la personalitat social del proletariat tinga el relleu degut en el món de la producció. No obstant això, aquesta 208
oposició capitalista no aminoraría gens ni mica la responsabilitat que la mà d'obra contreu er. Ia adulteració, frau i nocivitat dels productes per ella manipulats.
Va seguir defensant els federacions d'indústria fins que en el congrés de la CNT del 1931 a Madrid va aconseguir un suport en massa davant els tesi faista. En aquest mateixos congrés va fer costat a la ponència sobre la «Posició de la CNT envers les Corts Constituents» en la qual és defensava que la proclamació de la República podria suposar un avanç per a la classe Treball. Aquesta ponència fou aprovada amb algunes modificacions malgrat l'oposició dels Sectors faista que hi un suport hi aneu al pic a la maquinària política burgesa. També l'any 1931 va signar juntament amb 29 altres destacats cenetistes, entre els quals és trobava Àngel Pestaña, el «Manifest Trentista», on s'analitzava la situació econòmica i social d'Espanya i és criticava tant el govern republicà com els Sectors cenetistes més radicalitzats. La reacció d'aquests va provocar la dimissió de Pestaña del seu lloc en el comitè nacional de l'organització i la sortida 209
dels Sindicats de Sabadell als quals Posteriorment se'n van Afegir d'altres que van acabar constituint un bloc denominat Federació Sindicalista llibertari , a la qual amb posterioritat s'afegirien d'altres «Sindicats d'oposició».
El Manifest trentista Als camarades, als sindicats, a tots Un superficial anàlisi de la situació per que travessa el nostre país ens portarà a declarar que Espanya es troba en un moment d'intensa propensió revolucionària del que van a derivar profundes pertorbacions col•lectives. No hi ha negar la transcendència del moment ni els perills d'aquest període revolucionari, perquè, es vulgui o no, la força mateixa dels esdeveniments ha de portar-nos a tots a patir les conseqüències de la pertorbació. L'adveniment de la república ha obert un parèntesi en la història normal del nostre país. Enderrocada la monarquia; expulsat el rei del tron; proclamada la república pel concert tàcit de grups, partits, organitzacions i individus que havien patit les connexions de la Dictadura i del període repressiu de Martínez Anido i de Arlegui, fàcil serà comprendre que tota aquesta sèrie d'esdeveniments havien de portar a una situació nova, a un estat de coses diferent al que havia 210
estat fins aleshores la vida nacional durant els darrers cinquanta anys, des de la Restauració aquí. Però si els fets esmentats van ser el aglutinant que ens va conduir a destruir una situació política i a tractar d'inaugurar un període diferent del passat, els fets esdevinguts després han vingut a demostrar el nostre asserció que Espanya viu un moment veritablement revolucionari. Facilitada la fugida del rei i la expatriació de tota la xusma daurada i de sang blava, una enorme exportació de capitals s'ha operat i s'ha empobrit el país més encara del que estava. A la fugida dels plutòcrates, banquers, financers i cavallers del cupó i del paper de l'estat va seguir una especulació vergonyosa i descarada que ha donat lloc a una formidable depreciació de la pesseta i una desvalorització de la riquesa del país en un cinquanta per cent.
A aquest atac als interessos econòmics per produir fam i la 211
misèria de la majoria dels espanyols va seguir la conspiració vetllada, hipòcrita, de totes les cogulles, de tots els que duent hàbit, de tots els que per triomfar no tenen inconvenient a encendre una espelma a Déu i una altra al diable. El dominar, subjugar i viure de l'explotació de tot un poble al qual s'humilia és el que es posa per sobre de tot. Les conseqüències d'aquesta confabulació de procediments criminals són una profunda i intensa paralització dels crèdits públics i, per tant, un col lapse en totes les indústries, que provoca una crisi espantosa, com potser mai s'havia conegut al nostre país. Tallers que tanquen, fàbriques que acomiaden als seus obrers, obres que es paralitzen o que ja no comencen, disminució de comandes en el comerç, falta de sortida dels productes naturals; obrers que passen setmanes i setmanes sense col•locació; infinitat d'indústries limitades a dos o tres i molt poques a quatre dies de treball. Els obrers que aconsegueixen la setmana sencera de treball, que poden anar a la fàbrica o al taller sis dies, no excedeixen del trenta per cent. L'empobriment del país és ja un fet consumat i acceptat. Al costat de totes aquestes desventures que el poble pateix, es nota la lenitat, el procedir exclusivament legalista del govern. Sortits tots els ministres de la revolució, l'han negat aferrats a la legalitat com el mol•lusc a la roca i no donen proves d'energia sinó en els casos en què de metrallar el poble es tracta. En nom de la república, per defensar-la, segons ells, s'utilitza tot l'aparell de repressió de l'estat i es vessa la sang dels treballadors cada dia. Ja no és en aquesta o l'altra població, és en totes on el sec detonar dels maúseres ha segat vides joves i Lozano.
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Mentrestant, el govern no ha fet ni res farà en l'aspecte econòmic. No ha expropiat als grans terratinents, veritables ogres del camperol espanyol, no s'ha reduït en un cèntim els guanys dels especuladors de la cosa pública, no ha destruït cap monopoli, no ha posat límit a cap abús dels que exploten i creixen amb la fam, el dolor i la misèria del poble. S'ha posat en situació contemplativa quan s'ha tractat de minvar privilegis, de destruir injustícies, d'evitar lladronicis tan infames com indignes. Com estranyar-nos, doncs, del que va passar? D'una banda, altivesa, especulació, travetes amb la cosa pública, amb els valors col•lectius, de manera que pertany al comú, amb els valors socials. D'altra banda, lenitat, tolerància amb els opressors, amb els explotadors, amb els victimaris del poble, mentre a aquest se li empresona i persegueix, se li amenaça i extermina. I, com digne rematada a això, a sota el poble patint vegetant, passant fam i misèria, veient com li escamotegen la revolució que ell ha fet. En els càrrecs públics, en les destinacions judicials, allà on pot trair la revolució, segueixen aferrats els que van arribar si us plau oficial del rei o per la influència dels ministres. Aquesta situació, després d'haver destruït un règim, demostra que la revolució que ha deixat de fer-se esdevé inevitable i necessària. Tots ho reconeixem així. Els ministres, reconeixent la fallida del règim econòmic, la premsa, constatant la insatisfacció del poble i aquest rebel•lant-se contra els atropellaments que és víctima. Tot doncs, ve a confirmar la imminència de determinacions que 213
el país haurà de prendre, per, salvant la revolució salvarse. Una interpretació Com que la situació de profunda tragèdia col•lectiva; volent el poble sortir del dolor que li turmenta i mata i no hi ha més que una possibilitat, la revolució, com afrontar-la? Hi ha qui diu que les revolucions les han fet sempre les minories audaços que han impulsat el poble contra els poders constituïts. I que n'hi ha prou que aquestes minories vulguin, que s'ho proposen, perquè en situació semblant la destrucció del règim imperant i de les forces defensives que el sostenen sigui un fet. Que aquestes minories, proveïdes d'alguns elements agressius, en un bon dia, o aprofitant una sorpresa, planten cara a la força pública, s'enfronten amb ella i provoquen el fet violent que pot conduir-nos a la revolució. Una preparació rudimentària, uns quants elements de xoc per a començar, i ja és suficient. Fien el triomf de la revolució al valor d'uns quants individus i a la problemàtica intervenció de les multituds que els secundaran quan estiguin al carrer. No cal prevenir res, ni comptar amb res, ni pensar més que en llançar al carrer per vèncer un mastodont: l'estat. Pensar que aquest té elements de defensa formidables, que és difícil destruir mentre que els seus ressorts de poder, la seva força moral sobre el poble, la seva economia, la seva justícia, el seu crèdit moral i econòmic no estan trencats pels lladronicis i malapteses, per la immoralitat i incapacitat dels seus dirigents i pel debilitament de les seves institucions; pensar que mentre que això no passi pot destruir l'estat és perdre el temps, oblidar la història i desconèixer la pròpia psicologia humana. I això s'oblida, s'està oblidant actualment. I per oblidar-ho tot, s'oblida fins a la pròpia moral revolucionària. 214
Tot es confia a l'atzar, tot s'espera de l'imprevist, es creu en els miracles de la santa revolució, com si la revolució fos alguna panacea i no un fet dolorós i cruel que ha de forjar l'home amb el patiment del seu cos i el dolor de la seva ment. Aquest concepte de la revolució, fill de la més pura demagògia, patrocinat durant desenes d'anys per tots els partits polítics que han intentat i aconseguit moltes vegades assaltar el poder, té, encara que sembli paradoxal, defensors en els nostres mitjans i s'ha reafirmat en determinats nuclis de militants. Sense adonar-se'n cauen ells en tots els vicis de la demagògia política, en vicis que ens portarien a donar la revolució, si es fes en aquestes condicions i es triomfs, el primer partit polític que es presentés, o bé a governar nosaltres, a prendre el poder per governar com si fóssim un partit polític qualsevol. Podem, hem de sumar-nos nosaltres, pot i ha de sumar la Confederació Nacional del Treball a aquesta concepció catastròfica de la revolució, del fet, del gest revolucionari?
Progreso Alfarache 215
La nostra interpretació Davant d'aquest concepte simplista, clàssic i una mica pel•liculera, de la revolució, que actualment ens portaria a un feixisme republicà, amb disfressa de barret frigi, però feixisme a la fi, s'alça un altre, el veritable, l'únic de sentit pràctic i comprensiu , el que pot portar, el que ens portarà indefectiblement a la consecució del nostre objectiu final. Vol aquest que la preparació no sigui només d'elements agressius, de combat, sinó que s'han de tenir aquests i, a més, elements morals, que avui són els més forts, els més destructors i els més difícils de vèncer. No fia la revolució exclusivament al valor de les minories més o menys audaços, sinó que vol que sigui un moviment imparable del poble en massa, de la classe treballadora caminant cap al seu alliberament definitiva, dels sindicats i de la Confederació, determinant el fet, el gest i el moment precís a la revolució. No creu que la revolució sigui únicament ordre, mètode, això ha d'entrar per molt en la preparació i en la revolució mateixa, però deixant també lloc suficient per a la iniciativa individual, per el gest i el fet que correspon a l'individu. Enfront del concepte caòtic i incoherent de la revolució que tenen els primers, s'alça el ordenat, previsor i coherent dels segons. Allò és jugar al motí, a la aldarull, a la revolució, és, en realitat, retardar la veritable revolució. És, doncs, la diferència ben apreciable. Per poc que es mediti, es notaran els avantatges d'un o altre procediment. Paraules finals Fàcil serà pensar a qui ens llegeixi que no hem escrit i signat el que s'ha exposat per plaer, pel capritxós desig de 216
que els nostres noms apareguin al peu d'un escrit que té caràcter públic i que és doctrinal. La nostra actitud està fixada, hem adoptat una posició que apreciem necessària als interessos de la Confederació i que es reflecteix en la segona de les interpretacions exposades sobre la revolució. Som revolucionaris, sí, però no cultivadors del mite de la revolució. Volem que el capitalisme i l'estat, sigui vermell, blanc, o negre, desaparegui, però no per suplantar per un altre, sinó perquè, feta la revolució econòmica per la classe obrera, pugui aquesta impedir la reinstauració de tot poder, sigui quina sigui seu color. Volem una revolució nascuda d'un profund sentir del poble, com la que avui s'està forjant, i no una revolució que se'ns ofereix, que pretenen portar uns quants individus, que si a ella arribessin, ja siguin com vulguin, fatalment es convertirien en dictadors l'endemà del seu triomf. Però això ho volem i ho desitgem nosaltres. Ho vol també així la majoria dels militants de l'organització? Heus aquí el que interessa dilucidar, el que cal posar en clar com més aviat millor. La Confederació és una organització revolucionària, no una organització que conrea la aldarull, el motí, que tingui el culte ce la violència, de la revolució per la revolució.
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Considerant així, nosaltres dirigim les nostres paraules als militants tots i us recordem que l'hora és greu, i assenyalem la responsabilitat que cadascú va a contraure per la seva acció o per la seva omissió. Si avui, demà, passat, quan sigui, se'ls convida a un moviment revolucionari, no oblideu que ells es deuen a la Confederació Nacional del Treball, a una organització que té el dret a controlar-se a si mateixa, de vigilar els seus propis moviments, d'actuar per pròpia iniciativa i de determinar per pròpia voluntat. Que la Confederació ha de ser la que, seguint els seus propis camins, ha de dir com, quan i en quines circumstàncies ha d'obrar; que té personalitat i mitjans propis per fer el que ha de fer. Que tots sentin la responsabilitat d'aquest moment excepcional que vivim. No oblideu que així com el fet revolucionari pot conduir al triomf, i que quan no triomfa s'ha de caure amb dignitat, tot fet esporàdic de la revolució condueix a la reacció i al triomf de les demagògies. Ara que cadascú adopti la posició que millor entengui. La nostra ja la coneixeu. I ferms en aquest propòsit la mantindrem en tot moment i lloc, encara que per mantenir-la siguem atropellats pel corrent contràri. Barcelona, agost de 1931. Els signants del manifest van ser: Alfarache, Progrés. Arín, Francesc. Auleda, Frederic. Ballabriga, Antoni. Cané, Pere. Clara, Sebastià. Cortada, Roldán. Cortés, Joaquim. Cristià, Josep. Dinarés, Joan. Fornells, Ricard. Gabino, Isidor. Gibanel, Agustí. Girona, Josep. López, Joan. Lorente, Joaquim. Va marcar, Bautista. Massoni, Pere. Minguet, Genaro. Navarro, Daniel. Peiró, Joan. Peñarroya, Antoni. Pestaña, Ángel. Piñón, Camil. 218
Portolés, Miquel. Prat, Marià. Puig, Espàrtac. Rodríguez, Jesús. Roura, Joaquim. Viñas, Ramon.
Joan López Sànchez Ministre de Comerç i signant del Manifest
Tot i que Peiró va participar en esta escissió (els Sindicats d'Oposició a la CNT) no va tenir responsabilitats destacades i va intentar establer ponts per evitar-ne la ruptura definitiva. La reacció de la FAI no es farà esperar i en el ple de la CNT de Catalunya (Sabadell, abril de 1932) es va provocar la sortida dels sindicats sabadellencs de la CNT, la dimissió de Pestaña del comitè nacional i la de Mira com a secretari del comitè regional. La reunificació és va Produir el 1936, poc abans de l'alçament dels Militars rebels. A més, en aquest període tan Tèrbola, mai va deixa d'actuar com un militant, com un veritable anarquista que 219
Desitjos sincerament la Revolució Social, que -tot següents dit de passada- és molt més que una bomba llençada al Liceu, un regicidi , o un tiroteig més o Menys èxits amb els forces de l'Ordre Públic, o amb els pistolers de la patronal o del Lliure. Les seves principals activitats es van centrar en els seus escrits en Cultura Llibertària i Sindicalisme i en la seva dedicació a la cooperativa del vidre de Mataró. El 1935, va formular una sèrie de condicions mínimes (respecte als acords congressuals de 1931, la independència de la CNT i el respecte al funcionament federalista) per a la reunificació.
Peiró, la Segona República i l'Autonomia de Catalunya.
El que aquí ens interessa particularment, és deixar constància del pensament de Peiró sobre una qüestió fonamental pel desenvolupament de l'Espanya contemporània com és la "qüestió o problema de les nacionalitats". Cal tenir present que en els primers anys del segle XX el catalanisme aniria evolucionant d'un "nacionalisme cultural", molt lligat a la Renaixença, fins esdevenir un moviment polític de característiques singulars que van quedar perfectament plantejades en aquest text antològic de Salvador Seguí : "A Catalunya, els elements reaccionaris del catalanisme, alcen la senyera de les Reivindicacions catalanística, en un sentit nacionalista ... Quan més soroll fan, són els moments en què és produeix un moviment social important, com si busquessin la intervenció de les autoritats de l'Estat espanyol per a combatre als treballadors catalans ... Aquests senyors de la Lliga que pretenen monopolitzar la política catalana, no per aconseguir la llibertat de Catalunya sinó per a defensar millor els seus interessar de classe, fan ostentació de ser 220
més catalans que ningú ... però temen la recuperació nacional de Catalunya i la rebutjarien si Catalunya no els estigmes sotmesa ... Estem convençuts, que si un dia és parla de la independència de Catalunya, els primers i potser els únics que s'hi oposarien a la llibertat de Catalunya serien els capitalista del Foment Nacional del Treball (patronal catalana) i de la Lliga Regionalista ... els treballadors, com que amb una Catalunya independent no perdríem res, sinó que contràriament guanyaríem, la independència de la nostre terra no ens espanta. "
D’aquest text podem deduir allò de substancial en el pensament d’aquells que des d’una posició anarcosindicalista i llibertària, reflexionaren al voltant de la qüestió de Catalunya: 1) El nacionalisme català, és un moviment polític que utilitza la classe econòmicament dominant, els grans propietaris, la patronal, així com sectors de la jerarquia eclesiàstica, amb la finalitat de mantenir i ampliar els seu domini damunt les classes treballadores. 221
2) I més important, els treballadors catalans no tindrien res a perdre amb una possible independència de Catalunya. Més enllà de les aparents contradiccions, ambdues afirmacions és conciliaren dins del pensament federal i confederal, fermament defensat per la major part dels portaveus del pensament llibertari, els qui entengueren, sense cap mena de dubtes que la llibertat individual i l’emancipació econòmica, estan vinculades al dret d’autodeterminació dels pobles, dons ja ho deia Miquel Bakunin: “Em sento patriota de totes les nacions oprimides”. La proclamació de la Segona República oferirà una situació ideal, òptima per a contrastar aquestes idees i per a copsar la seva incidència en el conjunt del moviment anarcosindicalista –absolutament majoritari en el cas de Catalunya -. Segons podem llegar en un full volant que va aparèixer en la Barcelona d’aquells dies, signat per un autoanomenat “Grupo Ácrata Bienestar y Progreso” que és dirigí a l’opinió pública en aquests termes: "Visca la República social Catalana! Ahir va ser proclamada a tot arreu la República i en la nostra ciutat es va proclamar la República Catalana... que només pot tenir cabuda, en el marc de la República Federal Ibèrica, que agermani a tots els pobles d'Ibèria ... Els anarquistes no podem conformar-nos amb meres declaracions de llibertat, de democràcia, és per això que cridem a tot el poble a continuar la revolució iniciada...” Peiró, com tants d’altres dirigents anarcosindicalistes catalans, mai es proposà de formular, des d’una perspectiva pròpia, un projecte nacionalista. Sí que mantingué però una constant relació amb el tema i la problemàtica del catalanisme. Les seves posicions es sostingueren en dos pilars ideològics, que ja he esmentat: 222
la defensa d’una aliança de classes i el federalisme d’arrel pimargalliana. Les relacions polítiques de Peiró amb el nacionalisme republicà català foren contínues al llarg de tota la seva vida militant, des de la participació en el Comitè d’Actuació Civil de 1923, el seu compromís amb les conspiracions contra la Dictadura de Primo de Rivera, l’adhesió al Comitè Pro Llibertat de 1930, fins les relacions personals que mantenia amb molts dels dirigents de la Generalitat republicana. Però Joan Peiró no trencà mai amb el discurs del federalisme municipalista i pimargallià, i sempre es manifestà contrari al separatisme. A més, sempre es mostrà temorós davant la possibilitat que el nacionalisme amagués l’interès de classe de la burgesia, impòsés una renovada centralització, o trenqués la solidaritat entre els sectors populars i obrers dels diversos pobles de la península. Ara bé, això no s’ha de confondre amb una actitud negativa davant el fet català i la defensa d’un lliure exercici de l’autonomia. Foren en aquest punt especialment significatius els seus articles del 1932 quan a Madrid es discutia l’Estatut d’Autonomia per a Catalunya. La seva argumentació fou doble: per un costat, defensa catalana de l’Estatut davant les campanyes ‘patriòtiques’ espanyolistes, recordant que el text proposat mantenia les relacions amb l’Estat central i que ningú pensava en trencar la unitat espanyola (encara que només fós per motius econòmics, afegia); per altre costat, crida a l’Esquerra Republicana de Catalunya per a que acceptés alguna mena d’acord amb la CNT (‘el proletariat català’) en contra del pacte amb Azaña i la Llei de Defensa de la República que tant perjudicava els dirigents confederals. Aquesta qüestió, l’apropament a Esquerra Republicana, explicitant una catalanitat innegable, per a que no es posés en contra de la CNT, es repetí en multitud d’ocasions.
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Francesc Pi i Margall President de la República Federal i "primer anarquista espanyol" Com explicàvem anteriorment, J. Peiró era partidari del federalisme en la seva més amplia extensió, coneixia en profunditat els estudis, plantejaments i solucions aportades per Francesc Pi i Margall; conseqüentment acceptava sense límits la idea de l’autonomia de les regions i nacionalitats, el que no vol dir que compartís l’entusiasme que sentien els polítics nacionalistes per la proclamació d’un Estat Català. Des de les pàgines de Solidaritat Obrera, l’òrgan del Comitè Regional de la CNT, en un article intitulat “Por la libertad: horas de serenidad y prudencia”, ens diu: “El derrumbamiento de la ignominiosa monarquía ha sido obra de un movimiento general del pueblo… y si se quiere concretar la finalidad inmediata perseguida por las masas populares… reconoceremos que está representada por la República Federal, tanto más cuanto éste régimen o ésta forma de estado, es lo convenido por el Pacto de San 224
Sebastián… Consideramos fuera de lugar, consideramos incluso un intento de suicidio que… se pretenda servir intereses particulares y exclusivos de una región. Particularmente en Catalunya, la tendencia nacionalista se ha manifestado con un empuje admirable. Al proclamarse la República Española, los elementos nacionalistas procedieron a la proclamación de la República Catalana… advertimos del peligro para el triunfo revolucionario…al ver como se constituía y pretendía actuar el gobierno provisional de Catalunya. Pues sabemos que las fuerzas republicanas de todos los matices, han de oponerse a la constitución del Estat Català. Es de todo punto necesario que los ciudadanos del Estat Català se convenzan de que la admiración que se siente por la venerable y estimada personalidad de Macià, no tiene ninguna relación con los deseos del pueblo catalán, Éste no permitirá nunca que se pongan límites y fronteras entre él y sus hermanos de las demás regiones… Sabemos bien y lo hemos dicho en más de una ocasión que los republicanos catalanes son mucho más avanzados que los republicanos del resto del Estado y muy particularmente de los que constituyen el Gobierno Provisional en Madrid. Pero entendemos que el pueblo catalán puede disfrutar de las máximas libertades… al amparo de la más amplia compañía, en el contenido de una República Federal. Sobre la base de una República Federal, que reconoce la personalidad y la autonomía de las regiones, de las comarcas y de los municipios, puede haber y cabe esperar una coincidencia unánime…sobre la base de una República española y una República catalana, no sólo la coincidencia es bien difícil…sabemos que el gesto de Catalunya a causado profundo disgusto en determinados sectores que tomaron parte muy activa en la gestación del movimiento revolucionario… ya sabemos que nuestro apoliticismo da pié 225
a los que se significan por una irreflexión extraordinaria a decir que los hombres de la CNT deberíamos inhibirnos de los pleitos políticos en la hora presente… y es por la actitud adoptada antes de dicha fecha que nos consideramos con derecho para decir que si la subsistencia de la República Catalana es un peligro para la existencia de la República Española, aquella ha de ceder a ésta todo lo que ceder deba con el fin de restituirse todos a los límites de una República Federal. Si se nos requiere a nosotros para que nos comportemos con serenidad y prudencia con vistas a no meter a la República en trances peligrosos… con no menos derecho podemos nosotros pedir a los demás que se comporten con la misma serenidad y con la misma prudencia dejando a un lado los exclusivismos de Catalunya…”
Pocs dies després, en un altre magnífic editorial, Peiró deia: La línea divisòria que separa al nacionalisme del federalisme i de la llibertat basada en la solidaritat universal entre els pobles, es “el fundamento de la posición de la CNT frente al balbuceante separatismo catalán, que si 226
en apariencia puede significar la libertad nacional de Catalunya, por la experiencia histórica de los nacionalismos no representa la más pequeña garantía para la permanencia de las libertades políticas, económicas y sociales de los catalanes. Aunque sea en un ataque de inmodestia, yo quiero decir que tal vez los primeros destellos de la moción confederal que tanta polvareda ha levantado, brillaron en una reunión de Juntas de Mataró y, he de reconocer, que el brillo de esos destellos fue provocado por mí, por un hombre que más allá de los dogmas y mezquindades…tiene probado su amor por las cosas de Catalunya y ha luchado por las libertades de España. Y ha sido allí (en Madrid) donde hemos dicho que la CNT se apresta a defender, como un punto de partida hacia un mundo mejor que el presente, la máxima libertad para todos los pueblos hispanos dentro de la solidaria federación de los mismos; queremos, hemos aceptado ele principio de las nacionalides ibéricas, pero sin fronteras, de forma que un individuo de más allá del Ebro no sea jamás un extranjero en Catalunya. Para los anarquistas y sindicalistas, la libertad de las nacionalides… no es lo mismo que un trozo de territorio encerrado entre fronteras… la lengua, la cultura, las tradiciones no son para nosotros motivo de dividir a los hombres con el artificio de las fronteras… está en lo más íntimo de nuestro ser como hombres y como idealistas que no ya solamente las regiones y los municipios sino también los individuos disfruten de las más amplias autonomía y libertad… Lucharemos para que Catalunya alcance el grado máximo de sus libertades… lo que nos separa de los nacionalistas (de Nosaltres Sols) está en que éstos reclaman la libertad 227
para Catalunya, en tanto que la CNT la reclama, tal vez más amplia, para todos los pueblos de España. Mientras aquellos, egoístas, tratan de levantar fronteras… la CNT se pronuncia contra todas las fronteras que, quiérase o no, son la negación de los principios internacionalistas. Al lado de Macià y de ésa pléyade de hombres sinceros que le siguen, veo la tétrica sombra del nacionalismo que jamás ha dejado de conjugar con el sentido reaccionario de la vida política de los pueblos y veo, a grandes legiones de burgueses que giran alrededor del separatismo y semejan enormes bandadas de buitres en espera de hincar el pico en el proletariado catalán… Así acaban todos los nacionalismos.”
En una entrevista del 31 de juliol pel diari d’esquerres La Rambla, interpel•lat per la Declaració del Ple de Sindicats Únics de Madrid del 25 d’abril, a la que ens hem referit en el text anterior, va dir: “Aquella declaración no tiene nada de unitarista, ni de españolista. Tiene mucho de 228
antiseparatista…el Pleno Nacional… se pronunció como mínimo por el sistema federal. Para los trabajadores no hay regiones, hay hombres, hay hermanos, hay Humanidad. Hay, eso sí, necesidades étnicas, con sus costumbres e idiosincrácia. Esto está en la misma naturaleza de los hombres y ha de ser respetado dentro del sistema federal que se ha iniciado (¿) en España, llegará a Europa y abarazará a toda la Humanidad. Pero esto, más que separar une, más que disgregar afianza…” Efectivament, l’anarcosindicalisme no va recolzar en la seva pràctica al nacionalisme polític, ni el 31, ni en els anomenats “Fets d’Octubre del 34”, malgrat la més que evident col•laboració amb les forces polítiques d’esquerres en els darrers mesos de la Dictadura i la Dictablanda, perquè no hauríem d’oblidar que la barrera que els separava era insalvable; la millor proba per afermar el que venim dient, seran les brutals persecucions, empresonaments i deportacions que patiren els treballadors i quadres sindicals anarcosindicalistes que la Generalitat Catalana ordenà després dels fets del 31 i 32. Malgrat que no existeixen (no existien almenys en el moment d’elaborar aquest article el 1981) estudis prou exigents sobre la presa de posició del moviment llibertari sobre “la qüestió catalana”, sembla prou evident que l’anarcosindicalisme mai es posaria a defensar tàctiques parlamentàries, autonòmiques o no. A la mateixa entrevista al diari La Rambla, preguntat sobre la possible participació de la CNT en la redacció de l’Estatut d’Autonomia, Peiró respongué: “La CNT no intervendrá de ninguna forma…en la redacción del Estatut. La CNT tiene una misión que cumplir: impulsar una revolución social que todavía no se ha hecho y presionar para que el nuevo régimen sea lo más avanzado que sea posible” I afegeix: “Y la misión más concreta todavía, es la de aprovechar las 229
posibilidades que ofrezca el nuevo régimen para preparar la mentalidad obrera y las organizaciones sindicales para la revolución social, ya que todo lo demás es agua de borrajas.” Encara un punt més d’aquesta mateixa entrevista, responent a la pregunta de que faria la CNT quan es convoqués el referèndum per a aprovar l’Estatut, digué: “No pot ser una altre, oficial i oficiosament que l’abstenció més absoluta”. Com no podia ser d’una altre manera, en aquestes paraules de Peiró trobem la coherència i la fidelitat amb uns plantejaments i principis d’una organització que el que perseguia en darrera instància era la Revolució Social. No ens ha d’estranyar que al llarg d’aquests anys republicans, a diferents mitjans nacionalistes es cregués que Peiró era susceptible de convertir-se en simpatitzant dels ideals nacionalistes. Peiró escrivia alguns dels seus articles en català, particularment com veurem més endavant a Catalunya, el diari de la tarda de la CNT “Catalunya”.
La Guerra Civil i la Revolució.
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Després de l'alçament dels militars rebels, Peiró va actuar de vicepresident del Comitè Antifeixista de Mataró, enviant els seus fills al front. Va defensar l'entrada de la CNT en els governs de Catalunya i Espanya i va plantejar una República Social Federal com a forma d’ Estat per quan s'acabés la guerra. Amb García Oliver, Frederica Montseny i Juan López fou un dels quatre ministres anarquistes en el govern de Largo Caballero, encarregat de la cartera d'Indústria. Des d'aquest lloc va elaborar el decret de confiscacions i intervenció en la indústria i va projectar la creació d'un banc de crèdit industrial, tot i que molts d'aquests projectes foren retallats o diluïts per Negrín. El tradicional antiestatisme experimentà una revisió força espectacular al final, en els anys de la guerra civil. Com és ben conegut, la participació de la CNT i la FAI en les institucions de l’Estat republicà espanyol i a la Generalitat catalana, fou un fet difícil de digerir per l’anarquisme més ortodox. Peiró, l’octubre de 1938, en un dels seus més importants textos teòrics al final de la guerra, publicat a ‘Timon’ , justificà el canvi de la vella ortodòxia. Resumint. Segons ell, existien els principis, intangibles, i la tàctica, variable històricament. Durant molt de temps, i fins el juliol del 1936, l’anarquisme havia preconitzat actuar al marge de l’Estat i lluitar des de fora. Però això no era sinó una qüestió tàctica. El principi fonamental era el de la lluita per l’afebliment de l’Estat fins la seva completa destrucció i fins el traspàs efectiu al poble de l’autoritat i el poder. Havia ja arribat el moment de revisar la tàctica vistos els resultats limitats obtinguts (quasi un segle de combat antiestatista des de fora sense èxits importants) i tenint en compte les circumstàncies històriques i polítiques (per exemple: no podien comparar-se les situacions d’abans i després de la guerra en el cas que la República sortís vencedora). Per a que la CNT i l’anarcosindicalisme es fessin respectar i influïssin efectivament en els aconteixements, calia no 231
deixar el camp lliure a l’Estat, calia combatre’l, ara des de dins. Peiró concloïa ‘Si la Historia no se pone de acuerdo con el anarquismo, que sea el anarquismo el que se ponga de acuerdo con la Historia’,. Sense proposar’s’ho, amb això, per sota de la rotunditat i retòrica de la frase, Peiró desvetllava una de les característiques fonamentals de la seva actitud intel.lectual: el seu constant i sovint dolorós diàleg amb la realitat.
A la caiguda del govern de Largo Caballero – a causa dels tràgics Fets de Maig- va tornar a Mataró i a la Cooperativa del Vidre, dedicant-se també a donar conferències sobre el seu pas pel govern i a publicar durs articles contra el PCE per les seves actuacions contra el POUM. Veiem un d’aquests articles que no va poder ser publicat al seu temps a la Solidaritat Obrera a causa de la Censura:
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Andreu Nin, dirigent del POUM assassinat pels estalinistes el 1937
“El misterioso proceso del POUM”, Menos reverente que mi particular y querido amigo señor Rouret, nada puede detener mi ímpetu de hombre que no se detiene ante tópicos y monsergas cuando columbra a la justicia en trance de hundirse en el antípoda y, mucho menos, cuando este hecho puede producirse y se produce por una de las maniobras políticas más repulsivas y despreciables. El individuo que lucha en igualdad de condiciones que el adversario, de cara a cara, y vence, aunque la causa de aquél no sea justa, su nobleza y su valentía le hacen acreedor al respeto y aun a la simpatía de los ajenos a la lucha. Lo mismo ocurre cuando ésta se produce entre partidos. Pero la terrible lucha entre el POUM y el Partido que le saliera enfrente, no se ha desarrollado en estas condiciones de igualdad. Los enemigos del POUM han aprovechado, para hundir a éste, una situación política 233
preponderante, diríase de privilegio, en la que hubo de todo menos nobleza, ni aquella franqueza y valentía consubstanciales a la dignidad política de los que luchan por un ideal. Sin la ausencia de esa franqueza y de esa valentía, lo mismo que se ha hecho con el POUM, se hubiese realizado con la CNT y la FAI. No faltó el intento ; pero se dió en lo más duro del hueso. La CNT y la FAI son un valor más positivo y más fuerte que los enemigos del POUM y éstos hubieron de abandonar la empresa… Y en la que ha producido la odisea de los dirigentes del POUM no se ha llegado aún al final, no puede haberse llegado a él, porque sería menester una sensibilidad de estatua para que unos hombres, que habrán tenido sus errores pero que nunca desmintieron sus probados títulos legítimos de revolucionarios, se avengan a aceptar el deshonroso calificativo de fascistas, de agentes de Franco ; y por si ellos carecieran de medios para defender su buen nombre de revolucionarios y antifascistas, no faltarán hombres, embargados por la emoción civil, que aboguen para que brillen, con fulgores esplendentes, la VERDAD y la JUSTICIA. Yo dije un día que la monstruosidad cometida con Andrés Nin llenaría de oprobio y produciría la muerte moral y política de sus enemigos, de los que determinaron y ejecutaron la criminosa desaparición del más auténtico marxista catalán. ¿Qué importa que ahora se haya hecho aparecer a los líderes del POUM como delincuentes de un crimen nefasto ? Si, ¿qué importa ? Lo interesante, lo preciso para que los enemigos del Partido Obrero de Unificación Marxista pudieran reivindicarse de lo que no tiene nombre, era que el crimen imputado a los acusados quedase plenamente 234
demostrado, que el proceso no fuese un tejido de nebulosas, de pruebas sin paternidad conocida, de misterios… Declaro, enseguida, que en mis palabras no hay la más leve insinuación contra el tribunal que ha juzgado a los dirigentes del Partido Obrero de Unificación Marxista, ni siquiera contra la Policía, como institución. El Poder o la institución política, no tiene ninguna responsabilidad en lo ocurrido. Tampoco la tiene la justicia de la República. Esta se ha encontrado con un sumario montado a base de atestados y de pruebas documentales, fraguados por esa policía señalada por el ex ministro D. Manuel Irujo, por esa Policía que actúa a espaldas del ministro de Gobernación y detiene en Barcelona, conduce detenido a Valencia, encierra a Andrés Nin en una villa particular en lugar de llevarlo a la cárcel.., por esa Policía que hace desaparecer y aun no ha dado cuenta del paradero del líder marxista catalán, y que amenaza con detener al juez encargado de investigar la suerte del desaparecido.
Joan Andrade, l'altre dirigent del POUM assessinat el maig del 37
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Yo esperaba que sería llamado a declarar en el proceso contra el POUM. No fui llamado después de prometer que iría si se me citaba, puesto que hay un hecho muy significativo que no sé si se tuvo en cuenta, por lo mucho que dice con su elocuencia silenciosa. En la duda que se tuviera en cuenta, nada se perderá con examinarlo, Cuando se trata de hechos, tan repugnantes como los imputados a los dirigentes del POUM, las leyes vigentes de la República niegan a los procesados el derecho de la libertad provisional. Los dirigentes del POUM, incursos en delito nefando que unos meses atrás era sancionado con la pena capital, han gozado, durante casi un año, de ese derecho negado por las leyes. ¿Por qué gozaron de él ? Sólo tiene una explicación esa gracia de la Justicia republicana : en el momento de concederla no existía prueba seria clara contra los acusados. Para constituir esa prueba - y la constituida no es más que una burda y pueril apariencia -, los enemigos del POUM han necesitado un espacio de varios meses y una ocasión para demostrar que no tienen talento. Porque toda la prueba consiste en documentos que sólo los enemigos de los acusados conocen quién los ha escrito, y en declaraciones de testigos sospechosos, cuya conducta en el interdicto que les prohíbe comparecer ante el Tribunal o sostener lo declarado, no ante el juez, no, sino ante aquella Policía interesada en justificar lo que jamás podrá justificar, lo que nunca será perdonado a los instigadores de esa Policía, que nada tiene que ver con la justicia de la República, ni con el régimen, que con tanto heroísmo y con tanta gloria defiende el pueblo español. Si después de la desaparición de Nin, y después del escándalo que la monstruosidad ha provocado en todas las latitudes de Europa y América ; si después de aquellas 236
campañas temerarias de la prensa enemiga del POUM - en que todo eran afirmaciones y promesas de confirmarlas con pruebas incontrovertibles - no se hubiese amañado verosímil, ¿cuál sería hoy la situación moral y política de los instigadores y ejecutores de lo que la Historia no sabrá cómo calificar ?
Una situación política de privilegios permitió saciar el odio contra un partido, de cuyas astillas la opinión pública, desapasionada, ha cincelado un mártir ; luego, el miedo ante la propia obra, cuyos artífices no son más que el odio y la irreflexión, hizo levantar un castillo sobre una marisma deleznable, todo artificio, todo infamia, y la Justicia, que por lo común consiste en una acusación y una defensa obligadas, hubo de actuar sobre un tinglado inconsistente, sin resistencia a cualquiera prueba desapasionada. Todo se ha desarrollado en un ambiente viciado por el es cándalo de los que saben abusar de las situaciones políticas de privilegio, pero la opinión pública no se ha dejado sorprender. El escándalo, que no las pruebas, ha podido coaccionar ciertos medios. Mas la opinión pública, la que ha de emitir el fallo definitivo, ha escogido la ruidosa batahola y los aspavientos encogiéndose de hombros y esperando momentos propicios en que la verdad no pueda ser velada con procedimientos de la peor factura política y moral, ni por el terror de poderes irresponsables, ni por el horror que produce el recuerdo de las infamias de la Santa inquisición… 237
Las guerras suelen dar paso a momentos pasionales en que todo es posible, aun lo más monstruoso ; pero en España nos quedará en pie la República, una República más humana y más liberal que aquella otra pie los enemigos del POUM y de la libertad individual querían plagiar ; una República en la que la opinión pública puede enjuiciar y despreciar a los que antes que españoles y ciudadanos son políticos, son… lo que no tiene nombre. No se diga que los que hablan como yo hablo son los que están en la acera opuesta a la de los enemigos del POUM. Ellos y yo somos de los infinitos ciudadanos que no se han dejado deslumbrar por el ignominioso “bluff” levantado contra los dirigentes del destruido Partido marxista, y somos de los que aún nos preguntamos : ¿Dónde está Andrés Nin ? ¿Quién lo detuvo ? ¿Quién lo hizo desaparecer ? Y somos, en fin, de los que queremos advertir lealmente, en holocausto de la guerra y el futuro de España, que el ramo de la indignación pública está a punto de hendir los espacios y de poner en peligro lo que está por encima de los Partidos y de las Iglesias y del mismo San Ignacio de Loyola. Cuando escribo estas líneas, y las escribo bajo una impresión dolorosa, presa de la indignación, no sé yo si los dirigentes del POUM fueron condenados o absueltos. Cerramos los ojos al peor de los casos, puesto que, a estas alturas, era irremediable. Pero la dignidad colectiva del Pueblo español reclama la reapertura de un nuevo proceso. El secuestro y desaparición de Andrés Nin, no puede quedar ahí como un precedente, como un crimen abandonado a la indiferencia y a la impunidad. Todos hicimos esfuerzos inauditos para poner punto a aquella orgía de sangre que enlodó la majestad de la República española, y no hicimos 238
aquel esfuerzo para luego caer en la tolerancia de crímenes que superan, en perversidad, a los de factura asiática. Ya están juzgados y, tal vez, condenados los dirigentes del POUM. Ahora les toca el turno para ser juzgados a los que detuvieron, secuestraron y, sin duda alguna, sacrificaron a Andrés Nin. La República no puede echar en olvido que es la institución política de un Pueblo europeo, noble y ejemplar por sus virtudes de civilidad, y si realizó grandes esfuerzos para que el proceso del Partido Obrero de Unificación Marxista fuese arrancado del abuso político y situado dentro del esfuerzo de la Justicia, con el mismo esfuerzo y con la misma imparcialidad ha de llevar al propio fuero legal, el esclarecimiento del ‘affaire” de la desaparición de Andrés Nin. Todo el mundo conoce a los inductores del hecho criminal y si bien no es tan fácil de establecer la personalidad de los autores materiales del mismo, no se olvide que por el hilo se saca el ovillo. La dignidad colectiva del Pueblo español lo reclama y lo exige. A la justicia no le habrán de faltar valiosas asistencias. Hasta ahora han alborotado los que, al fin y al cabo, no han perseguido otra finalidad que urdir un drama tenebroso, sin más base que el de un afán de venganza política. A partir de ahora, van a alborotar los que, para ser dignos de la República y de sí mismos, reclaman el establecimiento de la Justicia en el caso de Andrés Nin. En otro caso, a mí me parecería que Martínez Anido está aún entre los españoles dignos de llamarnos tal”.
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A la presentació del Diari de la tarda, del Comitè regional de la CNT que duia el nom de "Catalunya", elaborat per les oficines de propaganda de la CNT al febrer del 1937, podem llegir: "Els que per Catalunya sentim un amor profund i sincer, amor que neix del coneixement dels seus dots preciosos, de la sobrietat dels seus fills, del seu cor, de la seva riquesa verge, hem de rebre amb joia i alegria la notícia del propòsit de la CNT de publicar un diari en català. És la parla -dolça, amorosa, afable- una de les característiques més notables de Catalunya. A través dels segles i a desgrat de les persecucions que de part del centralisme polític l'havia fet objecte, i a desgrat també, de la vergonyosa incúria amb que fou tractada durant molt de temps per la intel•lectualitat catalana, la parla catalana ha sabut mantenir-se ferma, sencera, ufanosa, guanyant la batalla a tots: als centralistes, als intel•lectuals, i al temps ... Catalunya és el poble enginyós, senzill que treballa i lluita amb fermesa: el que fa rutllar els fàbriques i els tallers: el que extrau de la seva rica terra la potassa preciosa, el que converteix les aigües dels rius en or, el que cultiva la terra 240
mare amb la suor fructífera del seu propi esforç. Això és Catalunya. Fins ara es l'ha presentat d'una faisó diferent. S'ha volgut donar a conèixer Catalunya per mitjà del polític xerraire, ignorant, buit, omplert de tòpics que parlava al "pobbbbble", donant-li cova per a després desplomar-lo millor, se l'ha representat per mitjà del banquer, fenici de cor metàl•lic, vividor del catalanisme separatista, se l'ha personificat en aquest "Senyor Esteve" que, tot i essent una figura magistral de la caricatura de la vida, no és ni pot ser la representació genuïna d'aquesta terra generosa, solidària i fructífera. La CNT, organització genuïnament catalana, la potencialitat revolucionària de la qual s’estén a la resta de la península, en virtut de llur concepció peninsular, anàrquica, federalista de la Revolució, vol parlar a Catalunya des del seu diari en català, en la seva peculiar parla, sota els accents de la qual la veritat sembla més bella i semblen més fermes els energies de la raó. Els qui estimem Catalunya, i amb ella a la CNT I la Revolució alliberadora, esperem ansiosos que aparegui el nou diari. Treballadors de Catalunya, camarades i militants de la CNT i de la FAI: "Catalunya" neix, ¡¡Visca Catalunya!!. Peiró no va amagar mai el seu gran amor per Catalunya, el qual no compartia era el "prejudici morbós" del nacionalisme estatista. L'any 1938 va entrar de nou al govern, ara presidit per Negrín, tot i que no amb el rang de ministre sinó de comissari general d'Energia Elèctrica, mantenint una actitud antiderrotista i proposant una certa revisió de l'anarcosindicalisme a la llum del desenvolupament, la revolució i la guerra.
Exili, detenció i lliurament al règim franquista per la Gestapo 241
Joan Peiró va travessar la frontera francesa el 5 de febrer de 1939, acompanyat del seu fill Josep. Després d'uns dies de detenció i una curta estada a Perpinyà, es va retrobar amb la resta de la seva família a Narbona. Posteriorment és va traslladada a París per representar la CNT en la Junta d'Ajuda als Refugiats Espanyols (JARE). La funció de Peiró va ser la de treure dels camps de concentració francesos a refugiats de la CNT, auxiliar-los i procurar el viatge a Mèxic. Tot i que era conscient que la invasió nazi impediria noves partides, Peiró no va voler prendre el darrer avió cap a Mèxic i va romandre a França per a no abandonar ni als exiliats ni a la seva família.
Heydrich comandant en cap de la Gestapo A la fugida de París cap a Narbona va ser detingut per les tropes alemanyes i conduit de nou a la capital. La policia francesa, per evitar la seva caiguda en mans de la Gestapo, 242
li va lliurar una ordre d'expulsió del país. L'Objectiu era passar a la zona no ocupada i acollint-se al conveni franco – Mexicà, fugir al continent americà amb la Seva família. A la seva fugida va ser detingut novament, lliurat a les tropes nazis i traslladat a Trèveris (Renània). El gener de 1941, el ministeri d'Afers Exteriors franquista, dirigit per Serrano Suñer, va iniciar els tràmits de petició d'extradició. El 19 de febrer, Peiró va ser lliurat a les Autoritats franquistes a Irún sense haver passat pel preceptiu judici en terres franceses. Com en altres casos, és tractava d'una simple lliurament de indesitjables entre dos règims aliats
Ramón Serra Suñer al costat de Himmler
Consell de guerra i afusellament
Peiró va passar primer per la Direcció General de Seguretat de Madrid, on va ser sotmès a interrogatoris i maltractaments. La seva primera exculpació basada en la 243
seva oposició a les brigades de control i la seva defensa de determinades persones davant els consells de Tribunals Revolucionaris va ser confirmada per la policia de Barcelona: "Tots els individus interrogats han coincidit a assegurar que és veritat que Peiró va fer campanyes en els seus escrits contra els assassinats i excessos que és van realitzar, encara que sempre defensant els seus ideals anarquistes ... "No obstant això això, el delegat d'informació de FET i de les JONS de Mataró, encara que li reconeixia com el menys dolent dels que hi van estar", el va acusar per comissió de crims i robatoris. En qualsevol cas, la seva situació era francament difícil. Perquè l’ordre ministerial establia que haver estat ministre de la República era una de les excepcions a la commutació de la pena de mort.
Peiró i d'altres delegats al Congres de la CNT del 1931 El procés va ser ajornat de manera excepcional, no acostumaven a passar més de 2 mesos entre el lliurament de la Gestapo i la sentència condemnatòria. Peiró va ser traslladat, l'abril de 1941, a València. Fins al desembre no és va obrir el procés sumarial. Aquesta tardança tenia 244
relació directa amb els intents per part del règim de convèncer-lo perquè assumís la direcció dels sindicats franquistes (CNS). La fermesa de la seva negativa, va accelerar el procés. El fiscal va formular les seves acusacions el maig de 1942, el defensor militar d'ofici va ser nomenat el juny i el 21 de juliol és va pronunciar sentència.
Al judici militar, van declarar a favor d'Peiró una sèrie de persones pertanyents als vencedors: Militars de les guarnicions de Mataró i Barcelona, religiosos de Mataró, jutges i personal de l'administració de justícia, empresaris i propietaris de diferents localitats catalans. Especialment significatiu va ser el testimoni de l'escriptor i "camisa vella" Santa Maria que va avalar, sense cap relació directa amb l'acusat, que l'acusat havia estat contrari als excessos dels incontrolats i havia protegit a persones perseguides.
Joan Peiró i la justícia de Franco. from Colectivo Roig i Negre onVimeo.
De res van servir, la Falange de Mataró va augmentar el total de les acusacions i el fiscal fins i tot el va fer responsable de la Setmana Tràgica (1909). Tampoc va ser possible traslladar el procés a Barcelona o Mataró. La negativa de Peiró, més que la seva actuació com a 245
revolucionari o com a ministre, l'havia condemnat: pena de mort i no tramitació expressa de proposta de commutació. El 24 de juliol, Peiró al Costat d'altres 6 cenetistes va ser afusellat al camp de tir de Paterna. El tètric Jutge Loygorri dirà instants després de la farsa de judici: "Efectivament, a aquest home jo li feia aixecar una estàtua a la Plaça del Caudillo per tot el bé que ha fet a molta gent i llavors, l’afusello per haver estat ministre. " Algunes de les seves obres publicades:
Trayectoria de Trabajo (1925),
la
Confederación
Nacional
del
Ideas sobre sindicalismo y anarquismo (1930), Perill a la reraguarda (1936), De la fábrica de Industria (1937), Problemas
vidrio y
de
Mataró
al
Ministerio
de
cintarazos (1938).
Com ja és habitual, espero que us hagi estat útil i interessant.
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JOAN GARCIA OLIVER "L'ANARCO-BOLTXEVIC" El recorregut per les biografies dels oblidats herois de la classe obrera dels anys 30, em porta avui a enfrontar la figura d'un dels més discutits, però a l'hora lúcid dels dirigents anarco-sindicalistes d'aquells anys. Si Abad de Santillán fou la teoria, si Durruti va ser el cor, i perquè no dir-ho els punys, si la Frederica Montseny l'ideal i la "llum amagada" a que feia referència Camilo Berneri; Joan García Oliver va ser la visió política, si voleu, el pragmatisme dut a la seva màxima expressió. Com a historiador, com a filo-àcrata, no puc deixar d'observar amb astorament i amarg regust, les baralles, crítiques i desautoritzacions que es fan, des de les diferents posicions del moviment llibertari, de tots cadascun d'aquests homes i dones situats en un moment històric excepcional. Potser és la intenció de sumar i donar a conèixer, amb esperit crític però equanimitat, aquestes figures, contribuint així a la seva recuperació i normalització, el que fa que després de tants anys vulgui recuperar-los aquí, a les pàgines d'aquest blog, per tal que les noves generacions els puguin valorar i incorporar a un ideari que ens és avui, més necessari que mai. 247
Una aproximació a la biografia de Joan García Oliver.
. El 13 de juliol de 1980 va morir a Guadalajara (Jalisco, Mèxic), on està enterrat, el destacat i controvertit militant anarquista i anarcosindicalista Joan García Oliver.
L'entrada al cementiri de Guadalajara.
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Havia nascut el 20 de gener de 1902 a Reus (Baix Camp, Catalunya). Fill d'una família d'obrers tèxtils; son pare, Josep García Alba, de Xàtiva, paleta de professió, i sa mare, Antònia Oliver Figueres, de Reus, era pagesa, i ambdós treballaven 11 hores diàries a la Fabril Cotonera (El Vapor Nou) de Reus.
Macià Vila, propietari de La Fabril Cotonera (Vapor Nou de Reus) Quan tenia 11 anys, un cop acabat el període d'escolarització, començà a fer feina a la Casa Lluís Quer, empresa de distribució vinícola, i, després, d'aprenent de cuiner i de cambrer a Reus i Tarragona, el seu ofici més freqüent.
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En 1917 marxà a Barcelona en busca de feina, on visqué la vaga general d'aquell any i va fer de cambrer a l'Hotel Jardí de la plaça del Pi. Durant la primavera de 1918 treballà a la Colònia Puig de Montserrat. En 1919 s'afilià a la Societat de Cambrers «L'Aliança», propera a la socialista Unió General de Treballadors (UGT). Després s'introduí en els cercles anarquistes i anarcosindicalistes i participà en la fundació del Sindicat de Cambrers de la Confederació Nacional del Treball (CNT) i de la seva federació. En aquesta època s'integrà en el «Grupo Regeneración» (Rico, Bover, Romà, Pons, Alberich), al qual representà en la Federació Local de Grups Anarquistes Bandera Negra.
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Ramon Archs Serra, un dels grans i anònims lluitadors obrers d'aquells anys. Després d'un temps tancat a la presó Model de Barcelona --on conegué destacats militants anarquistes, com ara Ramon Archs Serra, Llibert Callejas, Tomás Herreros, els germans Playans, Suñer, etc.-- arran d'una vaga, en 1920 marxà a Reus comissionat per la CNT per a crear Sindicats Únics al Baix Camp i organitzar grups d'acció. En contacte amb Ramon Archs, aconseguí diners d'Evarist Fàbregues, important empresari reusenc, per comprar la moto amb la qual s'atemptarà posteriorment contra el president del Govern espanyol Eduardo Dato a Madrid --també va aixecar el mapa de l'edifici de la Presidència de Govern per preparar l'acció. Durant la primavera de 1921 va fer-se càrrec del Comitè Provincial de Tarragona i a finals d'any va ser novament empresonat.
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A partir de 1922 participà en la creació a Barcelona del grup d'acció «Los Solidarios» (Francisco Ascaso, Buenaventura Durruti, Aurelio Fernández, Ricardo Sanz, Gregorio Jover, etc.) i participarà en nombroses accions, a més d'editar la revista Crisol. Aquest mateix any assistí en representació de Reus a la Conferència de Saragossa i a la reunió de Les Planes d'Hostoles, on demanà l'assalt al poder i criticà durament el reformisme de Salvador Seguí, alhora que les passava magres econòmicament per València i el Barcelonès. En 1923 representà Reus en el Ple Regional de Catalunya de la CNT. En aquesta època s'enfrontà al Comitè Nacional cenetista, poc inclinat a convocar la vaga general demanada pels grups anarquistes. Assabentat que José Luis Laguía, del Sindicat Lliure, sospitós d'haver preparat l'atemptat contra Salvador Seguí, s'amaga a Manresa, el 6 d'abril de 1923 el tiroteja al bar Alhambra de la ciutat; Laguía sortí il•lès, però els seus tres guardaespatlles caigueren ferits. Per aquest fet fou jutjat i condemnat en rebel•lia el 23 d'octubre d'aquell any juntament amb els reusencs Joan Figueres i Francesc Roig, ambdós del Sindicat Fabril i Tèxtil de la CNT de Manresa. A partir d'aquest fet, el grup «Los Solidarios» decideix deixar d'enfrontar-se directament amb els pistolers del Sindicat 252
Lliure i preparar allò que García Oliver denominarà «Gimnàstica revolucionària», començant per recaptar fons per a preparar la revolució. El 7 d'agost de 1923 participà en l'atracament de la Fonda de França i l'endemà en el de l'Empresa Arrendatària de Contribucions del carrer d'Avinyó de Barcelona. El maig de 1924 assistí al Ple confederal de Sabadell. Poc després va ser detingut i passarà un any tancat al penal de Burgos. En sortí de la presó, marxà a França. A París treballà d'envernissador i, amb un grup format per Alfonso Miguel, Arroyo, Pérez Combina i «Los Solidarios», decideix preparar un atemptat contra Benito Mussolini, projecte que fou abandonat per inhibició dels fuorusciti (exiliats polítics) italians, i altre contra Alfons XIII el juliol de 1925, que l'obligà a amagar-se amb l'ajuda de Aurelio Fernández i Manuel Pérez. Després residí una curta estada de temps a Brussel•les (Bèlgica) amb Aurelio Fernández.
Aurelio Fernández El maig de 1926 assistí al Congrés Anarquista de Marsella, que abandonà quan la seva proposta de pacte amb el dirigent catalanista Francesc Macià fou rebutjada --amb el temps negà aquest intent de pacte. A finals d'octubre de 1926 va anar a parar a Pamplona, fou detingut per la Guàrdia Civil i empresonat a Tafalla (Navarra), després de 253
fracassar la temptativa de Prats de Molló i gairebé al mateix temps que la policia va descobrir l'anomenat «Complot de Vallecas». Jutjat per un «intent frustrat de regicidi», fou condemnat el desembre de 1928 a 10 anys de presó i tancat al penal de Burgos.
En 1931, amb la proclamació de la II República, fou alliberat. El Primer de Maig d'aquell any participà activament en la manifestació convocada sota el lema «1 de Maig. Festa internacional de la gimnàstica revolucionària» davant el Palau de Belles Arts i que marxà fins a la plaça de Sant Jaume de Barcelona, realitzant dures arengues revolucionàries on reivindicava que la República es transformés en un «règim sindical» i que acabarà amb forts enfrontaments amb la policia quan els manifestants intentaren assaltar el Palau de la Generalitat.
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En aquesta època, com a secretari general del Comitè Peninsular de la Federació Anarquista Ibèrica (FAI) -Josep Peirats, que fou efectivament Secretari del Comité Peninsular de la FAI anys després, nega que Garcia Oliver fos membre de la FAI amb anteriroritat a l'any 36s'enfrontarà amb la Cambra de la Propietat Immobiliària catalana per l'augment del preu dels lloguers i la carestia de l'habitatge. Entre l'11 i el 16 de juny de 1931 defensarà la revolució i combaté les federacions nacionals d'indústria en el Congrés del Conservatori a Madrid de la CNT, on fou delegat per Alforja, Duesaigües, Reus, Riudecols i Riudecanyes.
El 2 d'agost de 1931 participà en l'assemblea popular celebrada al Saló de Belles Arts de Barcelona on es va debatre la repressió del governador civil Anguera de Sojo contra els obrers catalans, que omplien la presó Model. L'octubre d'aquest any entrà com a redactor del periòdic Solidaridad Obrera, on escriurà fins a la seva clausura en 1934. El 30 de novembre de 1931 fou detingut, però va ser alliberat poc després. El 27 de desembre parlà en un míting amb Durruti, Arturo Parera i Josep Corbella al Gran Kursal de Manresa. A petició del Comitè Regional de Catalunya de la CNT s'encarregà de formar part del grup organitzador de 255
la insurrecció anarquista de gener de 1932, on es proclamà el comunisme llibertari a diversos pobles de la conca minera de l'Alt Llobregat i per aquest fet fou detingut i tancat a la presó Model de Barcelona. El 10 de març de 1932 signà, des de la presó i juntament amb la majoria dels reclosos cenetistes, la resposta contra el «Manifest Trentista», tot demanant l'expulsió de la CNT d'Ángel Pestaña i de la resta de signants d'aquest document. El maig de 1932 fou alliberat i participà en una gira de mítings arreu de Catalunya. El 20 de setembre d'aquell any fou de bell nou detingut en una batuda policíaca al Sindicat Fabril i Tèxtil de Barcelona. Com a membre del Comitè Revolucionari, fou un dels organitzadors de la vaga general de ferroviaris de caràcter insurreccional que es declarà el 8 de gener de 1933, fel pel qual fou detingut immediatament, a més de durament apallissat amb Gregorio Jover i altres --la mare de Joan García Oliver morir de l'esglai en saber que son fill estava mig mort a la Jefatura Superior de Policía de Barcelona. Restà empresonat fins pocs dies abans de les eleccions de novembre d'aquell any.
En
aquesta
època,
amb
antics
companys
de
«Los 256
Solidarios», crearà el grup «Nosotros», que no s'integrà en la FAI fins a ben entrat 1934. A causa de les contínues clausures del periòdic Solidaridad Obrera, marxà a Madrid durant els mesos d'abril a juny de 1934 per, des de la publicació CNT, llançar una campanya de denúncia per les arbitrarietats de les mesures governatives catalanes, alhora que demanà la llibertat dels presos i l'amnistia. El febrer de 1936, amb els companys del grup «Nosotros», formà part del Comitè de Defensa Confederal de Catalunya i realitzà nombrosos mítings arreu del país (Barcelona, Granollers, Montcada, Lleida, Vic i Igualada).
El maig de 1936 assistí com a delegat del Sindicat Fabril i Tèxtil al Congrés de Saragossa, on defensà la reincorporació a la CNT dels Sindicats d'Oposició, que durant l'anterior Congrés de Madrid s'havien separat de l'organització anarcosindicalista, en nom de la unitat sindical, alhora que exposà tesis sobre comunisme llibertari. El maig de 1936 va fer un míting, amb Torres i Frederica Montseny, a Sevilla. En aquesta època defensà la creació d'una organització paramilitar per lluitar contra una 257
possible insurrecció feixista, opinió contrària a la de Durruti, partidari de la formació de guerrilles.
El 19 de juliol de 1936, durant els enfrontaments contra els militars insurgents, dirigí l'assalt a la Universitat de Barcelona, on s'havien parapetat tropes en els primers moments de l'aixecament. L'endemà, juntament amb Mariano Rodríguez Vázquez (Marianet), secretari del Comitè Regional de Catalunya de la CNT, i Jacinto Toryho, director de Solidaridad Obrera, va confiscà en nom de la CNT de l'edifici del Foment Nacional de la Via Laietana barcelonina, nova seu de l'organització anarcosindicalista («Casa CNTFAI»).
258
El
moment
clau
en
la vida de
Joan
Garcia Oliver.
Immediatament després fou nomenat secretari del Departament de Guerra del Comitè Central de Milícies Antifeixistes de Catalunya (CCMAC) i, en un Ple Regional catalana defensà «anar a per totes», que alguns anomenaren «dictadura anarquista», opinió que no fou assumida per la CNT. Lluís Alegret en el seu panegíric sobre la biografia de García Oliver escriu: ¿L'excés d'idealisme, la càrrega utòpica, místico-revolucionària va frenar la presa del poder? ¿La por davant de la responsabilitat política? ¿Manca de preparació per agafar les regnes del poder amb totes les conseqüències? Intentaré respondre aquests interrogants al llarg del meu assaig. Sigui com sigui, aquells moments històrics constituïren, al meu entendre, la pedra de toc per a la doctrina anarquista, a saber, la possiblitat de convertir en realitat estable el seu projecte doctrinal. I aquí sí que no es poden esgrimir condicionaments ni culpes externes; en aquest punt, la responsabilitat recau plenament sobre els 259
dirigents faistes que frenaren la revolució: Federica Montseny, Diego Abad de Santillán, Mariano Rodríguerz «Marianet», i, en part, el mateix Durruti. L'únic que ho va veure clar va ésser García Oliver que defensava l'opció contrària: «anar per totes», proclamar el comunisme llibertari, segons els acords presos tan sols feia dos mesos al Congrés de Saragossa, el maig de 1936. La revolució anarquista proposava l'enderrocament de l'ordre burgès capitalista que comportava la presa dels aparells de l'Estat, tant els de la República espanyola, com els de la Generalitat de Catalunya. No n'hi havia prou amb les col•lectivitzacions, l'ordre econòmic és important, però ha d'anar acompanyat –si hom vol transformar la societat- de l'ordre polític. ¿Com s'explica que una organització lluitadora, partidària de l'acció directa, que pretén l'abolició de l'Estat i de les lleis burgeses, que prepara la revolució com una mena de «gimnàstica», que crea grups de defensa armats, que s'atreveix amb els militars i els venç no vagi «a per totes» quan és el moment adient? ¿com s'explica que una organització exigeixi armes, incauti edificis, palaus, propietats, indústries, i no prengui el poder, no es faci càrrec de les finances, de la qüestió diplomàtica, en definitiva, de la responsabilitat política? I es feren enrere en un moment, el 23 de juliol, que s'havien aconseguit unes fites favorables:
260
1) La victòria sobre els militars sublevats, amb l'ajut de les forces d'ordre públic: la Guàrdia d'Assalt, la Guàrdia Nacional Republicana (Guàrdia Civil), els Mossos d'Esquadra, alguns militars fidels a les institucions republicanes i militants d'altres partits. En conseqüència s'havia guanyat el control del carrer, per la desorientació de les mateixes forces d'ordre republicanes, a causa de la lluita colze a colze entre aquestes forces i els anarcosindicalistes. 2) L' incautament de les empreses, el control de l'activitat econòmica, transports, espectacles, propaganda, diaris, revistes, ràdio, comunicacions (Telefònica), control de carreteres i fronteres. Les masses revolucionàries estaven predisposades a anar a per totes i no oblidem que, en definitiva, una revolució la realitza la classe obrera, això sí, sota el guiatge dels líders, dels dirigents sindicals i els dels partits polítics, en el seu cas. 3) La dissolució de l'exèrcit decretada pel mateix govern republicà i l'ocupació de les casernes que passen a mans dels dirigents sindicals.
261
4) La debilitat política dels partits polítics adictes a la República, a Catalunya, l'Esquerra Republicana, però també dels partits obrers: PSUC, POUM, la UGT. 5) Una certa connivència de l'esquerra burgesa catalana amb l'ideal anarquista. En conseqüència, la manca de visió política fou fatídica per la CNT-FAI. Les mateixes col•lectivitzacions –la realització emblemàtica anarquista- demanava a crits un projecte polític, una direcció concreta, una coordinació de les energies i un control fiscal unitari. Es va caure en la dualitat o la multiplicitat de poders, en moments tan difícils, en un país petit, amb greus limitacions de tot tipus. Amb els precedents de la Revolució Francesa, de la Gloriosa, el 1868, de la Comuna de París, de la Revolució d'Octubre, el 1917 a Rússia, i, a casa nostra, de la Setmana Tràgica, de les vagues com la Canadenca, de les lluites entre el Sindicat Únic i el Lliure, de les sublevacions a la conca minera del Llobregat, s'anava forjant el procés revolucionari anarquista, que esclatà de forma clamorosa el 19 de juliol a la nostra ciutat, i, s'estengué després a Catalunya. No va ésser una explosió sobtada, sinó el resultat d'anys i anys de brega, de patiments per part de diverses generacions. Però ara tocava a fer el més difícil: s'havia de completar la revolució, realitzar-la, implantar l'universal, la doctrina, al particular. S'havia donat el primer pas –amb l'ajut, això sí de les mateixes forces d'ordre lleials a la República. Era el moment de fer realitat la utopia, la revolució social. En principi, els anarquistes eren els amos del carrer. També dominaven les fàbriques, els centres de producció, els organismes patronals, la telefònica, els quarters, la força militar, la policia, la justícia, les comunicacions, els transports, les duanes, els espectacles. S'havien incautat 262
empreses, edificis, palaus de la burgesia; s'havien cremat esglésies; les presons estaven obertes; s'havia produït una vertadera eufòria revolucionària, per tant, de moment, l'ambient i el context político-social els era favorable. Els era favorable, als anarquistes, la situació inicial del cop d'Estat: les perspectives dels militars sublevats no eren massa afalagadores, pensaven que amb unes hores s'haurien aconseguit els seus objectius; però, més de les dues terceres parts del territori espanyol, com a mínim, estava en mans de la República; la imatge dels sublevats facciosos a nivell internacional era negativa; els dos primers mesos no disposaven de l'aparell militar adient i tampoc no hi havia en el seu bàndol una unitat d'acció. Pels anarquistes només restava assolir el poder financer, la banca; l'afeblit poder polític, el de la Generalitat de Catalunya i el de l'Estat, encara més debilitat; el control de les relacions diplomàtiques amb les nacions europees, burgeses, democràtiques, capitalistes, acovardides per l'amenaça de les dictadures nazi i feixista i també per l'amenaça comunista. Feia poques hores que havia mort Francesc Ascaso per una bala perduda i que, com Pàtrocle a la guerra de Troia, occit per Hèctor, serà venjat després per les masses populars. Feia trenta hores que, un darrere de l'altre, prop de doscents cinquanta anarcosindicalistes havien mort als carrers de Barcelona. Aviat serien oblidats, presagia García Oliver. Bonavenura Durruti, Gregori Jover, García Vivancos, Ricardo Sanz, Aurelio Fernández, García Oliver, els dirigents anarcosindicalistes triomfadors, acompanyats per Abad de Santillán, bruts, empolsegats, amb el mono blau, amb el fusell ametrallador alguns, amb la pistola a la cintura, uns altres, entren solemnement al Palau de la Generalitat, a la plaça de la República, el 20 de juliol, al capvespre. Cridats pel mateix President, Lluís Companys, els homes perseguits 263
per qui ara els parlarà amb to fraternal, obert, a ells, els representants dels pàries, del Lumpenproletariat, els faieros, gairebé analfabets, homes d'acció, inexperts en qüestions d'administració, els utòpics enemics dels partits polítics i de tot govern, entren, ara, per la porta gran -sense ser interceptats com sempre- en el temple, en el sancta santorum, reservat als seus oficiants: ministres, diplomàtics, consellers, ho fan amb tots els honors concedits als caps de govern, caps d'Estat. I Companys els rep en el seu ampli despatx al primer pis del palau, després d'haver pujat per l'escalinata de marbre, a ells, els fills seculars dels oprimits, els reconeix la seva heroicitat, el seu gest sublim d'entregar la vida per un ideal, ell el President, el representant, en aquells moments tràgics, de màxima incertesa, no sols del poble de Catalunya, sinó fins i tot del mateix Estat; els proposa d'assumir responsabilitats de govern, queden impresionats, no se'n saber avenir. Tenen dos dies per pensar-s'ho si accepten o no l'oferta del President. Companys sap el que es fa, els coneix prou bé de l'època en què era el seu advocat defensor. Sap que són gent avesats a la lluita, als empresonaments, a la vida clandestina, a posar sempre en perill la seva vida, a no tenir un domicili fix, a ser depreciats, criticats, denigrats, per les mentalitats benestants, però alhora sap que menystenen el poder polític burgès. D'altra banda, són moments difícils, compromesos, d'alt risc, per a la institució governamental. S'ha vençut la sublevació militar, certament, però les forces d'ordre públic estan desbordades, desorientades, esgotades, impotents per reprimir qualsevol abús o excés, puix que s'han obert les presons, les masses populars s'han apoderat de l'armament de les casernes, arreu hi regna el caos, han començat les represàlies, els incendis d'esglésies, els assassinats de capellans, monges, «gent de missa», els 264
anomenats «passeigs» -perpretats pels «incontrolats» en nom de l'anomenada justícia popular-, la incautació de cotxes, els robatoris. Irrompen als carrers els pàries, els desposseïts, els analfabets, la carn de canó i de presidi, aquells que en totes les revolucions emergeixen del detritus social a causa de l'explotació abusiva. És la gent que malviu en barraques, en aquella època al Somorrostro, al camp de la Bota, a Montjuïc, a Can Tunis, a l'Hospitalet, persones sense cultura, en situació d'atur, alguns, d'altres defensantse com poden valent-se del robatori, o bé treballant en el peonatge, amb horaris i condicions de treball duríssims, a les mines obrint túnels o carreteres amb el pic i la pala, però també són els delinqüents, els malfactors, alliberats de la presó Model amb la creença rousseauniana de llur regeneració, amb una arma a la mà estan disposats a tot.
A tots ells se'ls ha predicat o han sentit a dir per part de companys, de familiars, d'antics anarquistes, que la seva situació pot canviar si lluiten per tal que hi hagi igualtat, justícia i llibertat. Naturalment aquests paraules per ells es tradueixen en viure millor, en gaudir dels béns que una classe social, la burgesia, posseeix i en aspirar al reconeixement de la seva dignitat com a persones, no com a éssers inferiors, a qui tothom mana i humilia. Per ells, en definitiva, l'anarquia no és sinó llibertat gairebé sense límits. Al llarg dels anys, no sols s'ha anat covant 265
l'animadversió contra el terratinent, el burgès, sinó també contra els representants d'una institució, l'església, que, –si hom vol és la que paga els plants trencats, o és el boc expiatori-, però que indubtablement, amb honroses excepcions, ha fet el paper de guardaespatlles ideològic de la gran burgesia, inculcant a les consciències dels fidels la perversitat de les ideologies emancipadores: marxistes, socialistes i anarquistes.
El missatge de Crist posat al servei de les classes dominants era com una mena de fre de les reivindicacions obreres, condemnades a esperar l'alliberament, l'emancipació, en un altre món, després de la mort. Aquesta manera d'interpretar la doctrina cristiana que predica la germanor i la igualtat entre tots els homes, crea el caliu que, a poc a poc, es converteix en flama incendiària contra tot el que representava la religió. ¿Què fer davant d'aquesta situació? Per un cantó –com he dit- la dispersió i la desorientació de les forces d'ordre públic, per un altre cantó, les masses populars armades, febroses, anheloses de justícia, disposades a tot. Entre les 266
masses, i en aquells moments d'agitació, s'hi barrejaven els arribistes, els malfactors, els aprofitats, els provocadors. Una situació inèdita. ¿Què calia fer? ¿Hom podia reprimir, disparar, contra aquells que hores abans havien col•laborat eficientment amb el seu braó a dominar els militars? La tensió dramàtica del moment l'exposa molt bé el capità Frederic Escofet, responsable de l'ordre públic de la Generalitat de Catalunya quan comunica a Companys que la sublevació ha estat sufocada: "«Tots els caps i oficials rebels són presoners. Només queden per reduir alguns tiradors aïllats (…)».
El President em respongué: «Sí Escofet, molt bé. Però la situació és caòtica. La xurma armada i incontrolada envaeix els carrers i es lliura a tota mena d'excessos. I, d'altra banda, la C.N.T., potentment armada, és mestressa de la ciutat i deté el poder. ¿Què hi podem fer per oposar-noshi?» Li vaig contestar (el capità Escofet): «¿Com obligar els nostres guàrdies, tan fatigats, però ebris i eufòrics per la victòria aconseguida, a entrematar-se amb aquelles mateixes persones amb les quals han lluitat, colze a colze, contra un enemic comú, per uns ideals de llibertat? Si fèiem la bogeria d'intentar-ho ara, tampc no ho aconseguiríem (…) L'única solució, President, és de contenir la situació políticament, sense fer abandó de les nostres respectives autoritats»". 267
García Oliver publica primer a De julio a julio, un primer i precipitat resum de l'entrevista: "Habéis vencido y todo está en vuestro poder; si no me necesitáis o no me queréis como Presidente de Catalunya, decídmelo ahora, que yo pasaré a ser un soldado más en la lucha contra el fascismo. Si, por el contrario, creéis que en este puesto (…), con los hombres de mi partido, mi nombre y mi prestigio, puedo, ser útil en esta lucha (…) podéis contar conmigo y con mi lealtad de hombre y de político (…)". I abans de prosseguir amb el tema central vull fer unes puntualitzaions sobre els esdeveniments derivats de l'aixecament militar. Que quedi ben clar que no pretenc justificar la violència contra les persones innocents, una violència gratuïta que no condueix a res i embruta la justícia de la revolució. Una violència indiscriminada exercida contra un blanc fàcil, aquell que no es pot defensar: els capellans, les monges, els joves seminaristes. En canvi, no va caure el pes de la justícia popular sobre els 268
poderosos, els malfactors de veritat: la majoria dels pistolers del Sindicat Lliure, molts policies torturadors o bé els burgesos no ja egoistes, explotadors, sinó àdhuc cruels, inhumans, aquells que finançaven el pistolers, que donaven l'ordre de matar al «Noi del Sucre», a Francec Layret, per exemple, personatges tristament famosos com el baró de König. Una gran part d'aquests aconseguiren escapar i passar al bàndol feixista.
No justifico els fets, però la causa de l'onada revolucionària que en moments concrets i per part d'alguns esdevingué l'exercici del pur robatori, de l'expoliació, de l'abús, de l'assassinat, de la venjança personal, de la destrucció sense sentit, cal cercar-la en l'odi i l'animadversió acumulada de generació en generació que al final rebenta com un gra infectat. I que consti que aquest desbocament, lamentat 269
pels mateixos dirigents anarquistes, gent responsable, no va fer gens de bé a la revolució. També cal dir que quan un riu es desborda és bastant difícil llitar les aigües. I més si aquests actes estan atiats o en ocasions provocats per a produir el descrèdit de la revolució. Sí, perquè cal remarcar igualment dues coses: No es pot inculpar de cap manera a la gent anarquista, als obrers conscients, responsables, fins i tot, al Lumpenproletariat que va arriscar la seva vida per la defensa d'uns ideals. Una persona que mor en el fragor de la lluita no és cap arribista, no és cap malfactor. Són múltiples els exemples d'humanisme, de generositat dels homes de la CNT-FAI. Mantenir una tensió revolucionària, encara que amb mancances, enmig d'una situació difícil, no pot ésser obra d'uns aprofitats, d'uns sanguinaris. Tampoc podem condemnar en bloc el Lumpenproletariat que, insistim, en un moment donat dona la cara, i treu les castanyes del foc a la petita burgesia esporuguida que es queda a casa, com ja va passar el 6 d'octubre de 1934. En tot cas, l'únic retret que es pot fer és no haver consumat la revolució. Més que mai era necessari la implantació del comunisme llibertari, la presa de poder amb totes les conseqüències, que hauria permès de frenar, almenys, amb més eficàcia i amb més rapidesa la desorganització i imposar l'ordre revolucionari, sota la responsabilitat dels dirigents anarquistes. El que cal criticar és l'error polític d'haver frenat la revolució, no les conseqüències de l'error. Per tant, analitzem els arguments a favor d'aturar la revolució i els favorables a consumar-la.
El debat sobre la consumació de la revolució i la presa del poder 270
Els representants dels diversos comitès i delegacions anarquistes es reuneixen el dia 23 de juliol, al matí, als locals del Comité Regional de la CNT-FAI que fins aleshores havia estat la seu Foment del Treball de Barcelona, la casa annexa a l'edifici on vivia Francesc Cambó, a la Via Laietana i al costat mateix de la vella seu del Comitè, al carrer de Mercaders. És el moment decisiu, amb la sala de les assemblees plena de gom a gom. Es llegeix l'ordre del dia referent a la necessitat de prendre una decisió fonamental: consumar o no la revolució. Parla, primer, el representant del Comitè del Baix Llobregat i recolza la proposta formulada per García Oliver d'instaurar el comunisme llibertari. Els altres Comitès opinen en contra, també ho fan Abad de Santillán, Federica Montseny, Mariano Rodríguez Vàzquez, «Marianet», el Comitè Comarcal del Baix Llobregat, Buenaventura Durruti va callar. Es produï un moment de silenci espectant en el gran saló de reunions de la que feia molt poc, era seu de la patronal: "Se sentía que el ambiente se rarificaba. Algo raro estaba 271
ocurriendo. Observé que alguien andaba de un sitio a otro, de una delegación a otra, como transmitiendo una consigna, algo acordado antes y a espaldas del Pleno. El correveidile era Fidel Miró, de las Juventudes Libertarias, muy vinculado a Diego Abad de Santillán. Me di cuenta de que los integrantes del Comité de Milicias estábamos dispersos (…) se produjo bastante confusión". García Oliver creu encertadament (?) que la reunió estava manipulada pels elements de la FAI que a l'hora de la veritat feren prevaler el seu criteri. És el perill que corren les assemblees obertes, de tant obertes i lliures que són corren el risc greu d'ésser fàcilment «dirigides». La seva proposta sols obté un vot, el del Comitè del Baix Llobregat. S'imposa el criteri contrarevolucionari de Diego Abad de Santillán, Federica Montseny, Mariano Rodríguez «Marianet» amb el silenci afegit de Buenaventura Durruti. Es queda sol incomprensiblement quan no feia més de setanta dues hores que s'havia proclamat a ple pulmó pels carrers de la ciutat la revolució. El decandiment polític de la CNT-FAI es materialitza en el Ple de Locals i Comarcals, el dia 23. Una data que repeteix insistentment en el seu llibre, El eco de los pasos, García Oliver, pel fet que va ésser decisiva: no es votà la implantació del comunisme llibertari. ¿Per què, quan la utopia estava a tocar amb les mans hom tirà enrere? I el decandiment de l'organisme anarcosindicalista arrossega el de la revolució, però l'inici de la debilitat cal referir-lo al capvespre del dia 20 de juliol, quan Companys ofereix als dirigents àcrates el poder de la Generalitat. Així ho veu i ho exposa l dirigent cenetista: "Si algun día se quiere analizar debidamente las causas del inusitado desmoronamiento de nuestras posiciones orgánicas e ideológicas, habrá que revolver despiadadamente el amontonamiento de culpabilidades. 272
Será preciso empezar por los principios ideológicos sobre los que descansó la Confederación Nacional del Trabajo. Sus principios eran ácratas y su finalidad el comunismo libertario. Los principios hacían referencia a una aspiración para el mañana. La finalidad estaba estrechamente vinculada a la solución de los problemas del hoy mismo: Si confundíamos lo mediato con lo inmediato, se produciría una catástrofe.
Y se produjo la catástrofe. La incapacidad mental de unos sedicentes teóricos que ignoraban, olvidaban o silenciaban deliberadamente que los problemas de hoy no pueden ser mezclados con las aspiraciones a un tipo de sociedad lejana, y con demagogia barata lograron sorprender la buena fe de unos delegados sin mandato concreto en el Pleno de Locales y Comarcales del 23 de julio de 1936". En resum els arguments que s'addueixen per a frenar o posposar la revolució són: 1) La CNT-FAI no té prou força per fer front a la diversitat d'adversaris: els feixistes, el context internacional desfavorable, l'oposició latent de comunistes i de la petita burgesia. 2) No és pot imposar el comunisme llibertari, puix que va en contra dels principis doctrinals de l'anarquisme. 273
3) Cal esperar la reconquesta de Saragossa per reiniciar la revolució. 4) La revolució esdeveniments.
ja
està
en
dança,
cal
seguir
els
Arguments essencialment pragmàtics, recoberts en part per raons ideològiques. El fet de no haver consumat la revolució comportà: 1) Una dualitat de poders. 2) Debilitament progressiu de la CNT-FAI que pateix l'animadversió de les forces polítiques, en principi, considerades com a col•laboradores. 3) Els governs de la Generalitat i el Republicà es rehabiliten progressivament gràcies a l'ajut interessat del partit comunista i també de la Unió Soviètica. 4) L'ofegament de les realitzacions revolucionàries en el camp de l'economia: les col•lectivitzacions, a causa de la manca de recursos financers i el boicot internacional. 5) La pèrdua progressiva del protagonisme militar, allò que va constituir el baluart de la revolució en els primers moments. 6) Comença el cansament i el desànim revolucionari, sobretot a partir dels fets de maig.
L'argumentació de García Oliver. Tesi: cal consumar la revolució
274
García Oliver critica el reformisme de la FAI, acusa Abad de Santillán i Federica Montseny de contrarevolucionaris i assenyala una de les debilitats de l'organització anarquista: les vacil•lacions, els dubtes, la manca d'una posició única, però dreturera, sobretot en les circumstàncies excepcionals produïdes després de la revolta militar. Continua pensant que s'ha de portar a terme la revolució social, que no és suficient lluitar al front d'Aragó i deixar la revolució pendent, que cal anar endavant, trencar amb el passat i deixar-se d'utopies i de principis abstractes. A més a més, deixa entreveure que la decisió sobre si s'havia de prendre el poder o no per part de la CNT-FAI estava pactada: "Me di cuenta de que los integrantes del Comité de Milicias estábamos dispersos. Sólo Aurelio estaba casi junto a mí, y Asens casi junto a Aurelio. Pero Durruti estaba alejado y Abad de Santillán también. De manera que cuando el que presidía el Pleno preguntó a los Delegados del Comité de Milicias si creían procedente hablar sobre lo que pedía la Comarcal del Baix Llobregat, se produjo bastante confusión, no pidiendo ninguno de nosotros la palabra para informar." Amb paraules concises, però que no deixen lloc a al dubte prossegueix: "Expliqué que el Comité de Milicias se había tenido que constituir cuando ya Companys se había arrepentido de haber sugerido su creación. Que los demás 275
partidos y organizaciones no creían –al igual que Companys- que el Comité de Milicias pudiese servir de algo más que de Comisaría de Polícia de segunda clase, como lo probaba el que los delegados designados para su integración fuesen militantes casi desconocidos de los partidos y organizaciones. Sólo nuestra organización había designado a miembros significados (…) Expliqué también que la marcha revolucionaria estaba adquiriendo tal profundidad que obligaba a la CNT a tener muy en cuenta que por ser la pieza mayoritaria del complejo revolucionario, no podía dejar la revolución sin control y sin guía, porque ello crearía un gran vacío, que, al igual que en Rusia en 1917, sería aprovechado por los marxistas de todas las tendencias para hacerse con la dirección revolucionaria aplastándonos. (…) Opinaba que había llegado el momento de que, con toda responsabilidad, terminásemos lo empezado el 18 de de julio, desechando el Comité de Milicias y forzando los acontecimientos de manera que, por primera vez en la historia, los sindicatos anarcosindicalistas fueran a por el todo, esto es, a organizar la vida comunista libertaria en toda España." Davant de la interpel•lació de Federica Montseny i Abad de Santillán de què implantar el comunisme llibertari portaria a una dictadura anarquista García Oliver contraargumenta: "«Puesto que se habla de dictadura (…), conviene precisar que ninguna de las hasta ahora conocidas ha tenido los mismos caracteres. Ni siquiera las tiranías han sido siempre de igual significación. Han existido tiranías por imposición sobre los pueblos, cierto. Pero han existido tiranías elegidas por el pueblo. (…) De todos los tipos de dictadura conocidos, ninguna ha sido todavía ejercida por la acción conjunta de los sindicatos obreros. Y si estos sindicatos obreros son de orientación anarquista y sus militantes han sido formados en una moral anarquista como nosotros, presuponer que incurriríamos en las mismas acciones que 276
los marxistas, por ejemplo, es tanto como afirmar que el anarquismo y el marxismo son fundamentalmente la misma ideología. puesto que producen idénticos frutos. No admito tal simplicidad. Y afirmo que el sindicalismo, en España y en el mundo entero, está urgido de un acto de afirmación de sus valores constructivos ante la historia de la humanidad (…)»".
Sobre la por a la intervenció estrangera, argument esgrimit per Abad de Santillán, la resposta és: "«El miedo a la intervención extranjera no debería ser esgrimido en ese momento, porque aquí, según estoy viendo, estamos todos armados, y si de verdad hemos luchado en las calles los días 18, 19 y 20, hemos de tener presente que estamos hablando con permiso del enterrador, cosa que para su desdicha ya no pueden hacer Ascaso ni Alcodori ni ninguno de los compañeros que dieron su vida estos tres días. Es decir, que no deberíamos olvidar que estamos hablando desde un enorme sepulcro, que eso ha sido la CNT desde que se constituyó, un enorme sepulcro, dentro del cual están, en terrible anonimato para la mayoría, todos los ilusos que creyeron que sus luchas eran las de la gran revolución social. Porque alguien debe hablar en nombre de ellos. Y ese deber me corresponde (…)»". Explica Peirats que: "El ya anciano Federico Urales se haría reo de otra frase peligrosa:«Dictadura por dictadura: la nuestra »
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Manuel Escorza del Val, amb croses a la dreta de la fotografia, qualificat per Garcia Oliver de "Tullido de cuerpo y alma" Encara hi haurà una tercera opció: "La tercera, planteada pragmáticamente por Manuel Escorza, consistía en usar el gobierno de la Generalidad para legalizar las “conquistas revolucionarias”, controlando las consejerías de Defensa y Orden Público, y apoyándose en el dominio indiscutible de la CNT en la calle para intentar "congelar la situación revolucionaria", en espera de que se produjeran unas condiciones más favorables para el definitivo triunfo revolucionario, al tiempo que se consolidaba el poder real de una organización libertaria paralela a la CNT-FAI, autónoma e independiente, fundamentada en el Comité de Investigación y los comités de defensa cenetistas, capaz de coordinar y centralizar a todos los cargos anarcosindicalistas en el gobierno de la Generalidad, que posibilitó en mayo de 1937 la insurrección obrera contra la provocación de Companys y los estalinistas". La mateixa nit, després d'haver acabat el Ple de locals i comarcals es reuneix el grup «Nosotros» al Club Naútic, seu del Comitè Central de Milícies Antifeixistes per tal de comentar la jugada sobre els acords adoptats. García Oliver proposà al grup reunit, Marcos Alcón, García Vivancos, Domingo Ascaso i Joaquín Ascaso, la presa de poder 278
concret: "Debemos aprovechar la concentración de las fuerzas que mañana se pondrán a las órdenes de Durruti y proceder al asalto de los principales centros de gobierno, Generalitat, Ajuntament, con una rama de la columna que podríamos dirigir Marcos Alcón y yo. Teléfonos y Plaza de Catalunya, con otra rama de columna dirigida por Jover y Ortiz. Y Gobernación y Dirección de Seguridad con otra rama dirigida por Durruti y Sanz, pudiendo sumarse a cualquiera de ellos los Ascaso y García Vivancos, siempre que estéis de acuerdo". La resposta de Durruti és: "La argumentación de García Oliver, ahora y durante el Pleno, me parece magnífica. Pero a mí no me parece que sea éste el momento oportuno. Opino que debería ser realizado después de la toma de Zaragoza, cosa que no puede tardar més de diez días. (…) En estos momentos, sólo con Catalunya como base de sustentación, estaríamos reducidos geográficamente a la mínima expresión". De todas formas, nadie es lo que dice ser, sino lo que realmente hace, y lo que los demás dicen que es. Y eso vale también para García Oliver. Juan García Oliver fue un líder anarcosindicalista que, desde su presidencia efectiva del CCMA, ahogó la revolución de los comités, cuando esos comités desbordaron con sus iniciativas revolucionarias a la organización confederal. Sin embargo, el colaboracionismo de la CNT no consistió únicamente en la entrada de algunos de sus líderes en el gobierno, sino que fue el conjunto de la organización quien se implicó en los diferentes niveles de los aparatos del Estado. Y eso era más importante que la más que dudosa posición del individuo García Oliver a favor de un ambiguo “ir a por el todo”. La CNT carecía de un programa y de una táctica que le preparase para tomar el poder; y por ello sus líderes no hicieron más que improvisar, y buscaron la colaboración con el resto de fuerzas antifascistas y el gobierno de la Generalidad, pese al “contratiempo provisional” de sus prejuicios 279
antiestatales, que desembocaron en un híbrido CCMA. De hecho, si la CNT hubiera tenido ese programa y esa táctica no hubiera sido un sindicato anarquista, sino un partido marxista. La organización y la ideología anarcosindicalista naufragaron en la situación revolucionaria abierta con la victoria insurreccional de Julio de 1936.
Y ahí enlazamos con la concepción de García Oliver sobre el liderazgo en el seno de la CNT. No todos los militantes eran iguales, ni sus opiniones, o propuestas, tenían el mismo peso; ya que sólo había de escucharse y valorarse las intervenciones de aquellos que, antes de hablar, se habían jugado la vida o la libertad por la organización, sobre las de aquellos que se limitaban a hablar por hablar. Eran líderes aquellos que se habían ganado serlo con su dedicación y valor. Este liderazgo del “hombre de acción” y, en un segundo plano, de los “intelectuales”, era consustancial a la CNT, aunque no figurase en sus reglamentos y estatutos. La teórica estructura horizontal e igualitaria de la CNT desapareció rápidamente, si es que había estado alguna vez en vigor en las altas esferas de decisión. Los comités superiores blindaron a la cúpula dirigente, que lo debatía y decidía todo secretamente, en su propio ámbito de amigos y conocidos. Los grandes Plenos sindicales, de carácter regional o nacional, sólo servían para ratificar los acuerdos, 280
ya decididos por los comités superiores, y para hacerlos públicos. El funcionamiento de la CNT fue de carácter piramidal y casi-leninista, en el que una pequeña vanguardia lo debatía y decidía todo, con la agravante de que era imposible el surgimiento de tendencias, capaces de organizarse con un programa y una dirección propia en contra de la mayoría, ya que formalmente se trataba de un organismo sindical, unitario y horizontal.
Les conseqüències contrarevolucionàries es comencen a fer notar. A la Generalitat de Catalunya continua governant – encara que precàriament- l'Esquerra Republicana de Catalunya, és a dir, la petita burgesia, la banca depèn del govern català, el front d'Aragó va de mal borràs, les relacions internacionals cada vegada esdevenen més hostils contra la revolució anarquista, als carrers el caos no té aturador. Per aquesta raó després d'haver vist derrotada la seva proposta, al Ple dels Comitès Locals i Comarcals, decideix, més endavant –el mes de novembre- d'agafar el toro per les banyes i acceptar el càrrec de ministre de Justícia. Si la presa del poder s'hagués dut a terme en el seu moment adient, és a dir, prendre l'Ajuntament, la Generalitat, fer-se càrrec dels bancs i de les relacions internacionals, el curs 281
de la revolució hauria estat un altre. És evident que tot plegat tenia els seus riscs, qualsevol decisió els comporta sempre, però els bons polítics són aquells que resolen quan les situacions són més compromeses, però era el moment, l'ocasió adient, s'havia d'afrontar el risc. Però comptat i debatut la decisió no es pren, i, s'adopta l'alternativa de crear un poder paral•lel: el Comitè de Milícies Antifeixistes, que teòricament havia de coordinar-se amb la conselleria de Defensa i amb la de Governació, sobre el paper en mans de la Generalitat. A més a més, es creen les anomenades Patrulles de Control, una mena de policía que fins i tot actua autònomament respecte dels Comitès directius de la CNT-FAI, no cal dir que respecte de la policía «governamental» i de les forces d'ordre de la Guàrdia Civil, Guàrdia d'Assalt i Mossos d'Esquadra. I això sense comptar que en els pobles els Ajuntaments havien creat els seus propis escamots que a la vegada funcionaven igualment d'una forma autònoma i en alguns casos independent.
L'endemà mateix ja hi va haver la primera topada entre els dos poders, el governamental i el revolucionari: entre el president Companys i García Oliver, com a responsable del Comitè de Milícies. (Com també succeï amb el capità Escofet que finalment es va veure obligat a deixar el càrrec de responsable de l'ordre públic). La tensió de l'escena entre els dos dirigents la descriu molt bé el mateix García 282
Oliver: "Sin darnos los buenos días ni aprovechar la ocasión para expresarnos sus buenos deseos por la marcha del Comité, sin siquiera preguntar por la situación de la columna Durruti, de pie, respaldado por Herrando*, nos espetó en su catalán de acento leridano el siguiente exabrupto: «Me veo obligado a venir en estos momentos porque el orden ciudadano en Barcelona es tan lamentable que causan horror las noticias que me llegan constantemente de asesinatos, robos, violaciones e incendios. Y era de esperar que, a estas horas, el Comité de Milicias hubiese dominado la situación y restablecido el orden. Me veo obligado a deciros que si sois incapaces de restablecer el orden, no estaría por demás que lo manifestaseis, para poner remedio a la lamentable situación por los medios que estén a mi alcance»". La irrupció imprevista de Companys i la bronca corresponent van estar a punt de generar un conflicte greu. Sort n'hi va haver de la serenitat de García Oliver que secament va respondre: "Mejor no nos damos por enterados de lo que nos has dicho, Companys. Nosotros tenemos mucho que hacer. El enemigo está a las puertas de Catalunya. ¡Salud, y que te vaya bien!" Tot i així s'assoliren alguns objectius, que ben poc temps van ser realitat: nou mesos i mig: 1) una societat privilegis.
assentada
en
principis
ètics,
sense
2) igualtat entre l'home i la dona 3) funcionament eficient de les empreses abandonades. 4) màxim nivell d'autonomia independència, per a Catalunya.
política,
gairebé
la
5) s'acabà amb la corrupció, l'atur. 283
6) es donà preeminença a la persona, es popularitzà la cultura, l'educació i l'ensenyament per a tots. 7) es creà un clima d'eufòria, d'esperança, en el sentit que alguna cosa havia canviat.
El famós petó que una "espontània" li donà a García Oliver en la seva sortida cap el Front al capdavant de la Columna "Los Aguiluchos de la FAI" Intervingué en la creació de l'Escola Popular de Guerra i en l'Escola de Militants; també organitzà la Columna «Los Aguiluchos», amb la qual lluità a Aragó durant els mesos de juliol i d'agost. El 10 d'agost de 1936 parlà en el primer míting després del triomf revolucionari al Teatre Olímpia de la Ronda de Sant Pau barcelonina, juntament amb Francisco Isgleas i Marianet. Després assumí importants càrrecs a la reraguarda, com ara la Conselleria de Defensa 284
de
la
Generalitat
de
Catalunya.
Garcia Oliver Ministre de Justícia de la II República.
El novembre de 1936 acceptà formar part del govern de Francisco Largo Caballero i es va fer càrrec del Ministeri de Justícia. El dilema fonamental de l'anarquisme: formar part del govern i responsabilitzar-se amb tasques estatals el resol dreturerament amb el seu tarannà enèrgic i agosarat. Cal mullar-se per tirar endavant la revolució. Si no hi ha dolor, no hi ha vida, si no hi ha risc, aleshores la revolució roman com un mer projecte, com un somni romàntic que pot inspirar una fantasia per a una novel•la, però res més. A més a més, García Oliver té el convenciment que el compromís polític, la participació política en el govern, s'ha d'exercir a partir d'una actitud ètica, amb sentit d'honestedat, amb la finalitat d'impulsar i d'ajudar a concretar la revolució social d'una manera constructiva. Indiscutiblement és conscient dels riscs que comporta la participació en el govern, però sense la confrontació amb la realitat, aleshores els principis resten en una pura abstracció. L'anarquisme no pot prescindir del contrast, del xoc violent amb la praxi. Si l'exerceix, el contrast, en el moment de l'esclat revolucionari, de les incautacions i de les col•lectivitzacions, ¿perquè no ho ha de fer amb les estructures polítiques que constitueixen l'armadura 285
legislativa, econòmica i financera de la societat capitalista? ¿No és lícit transformar les estructures necessàries i posarles al servei de la revolució social? ¿Por qué l'estructura política ha de corrompre el governant? Ell pensa que és la persona, no la institució, la causa de la corrupció: En tot cas, l'ésser humà porta dins seu la capacitat de corrompre's, però si hom vol no hi cau en la corrupció. D'altra banda, en aquells moments calia defensar la República espanyola per sobre de tot davant del perill feixista intern i extern, calia, per tant, una visió d'àguila, no de gallina, calia la unitat, la disciplina, l'ordre, el sentit autèntic d'autoritat que no té perquè està renyit amb l'esperit humanista anàrquic. Anarquia no vol dir de cap manera caos; l'anarquisme és ordre, organització. Calia, doncs, governar, administrar, orientar l'economia cap a la seva finalitat: el bé comú. Una revolució que s'havia de defensar no sols amb l'ardor i l'entusiasme, sinó també amb la raó i amb els mitjans, instruments adequats per a transformar la realitat. Amb aquestes idees es compromet a formar part del govern de la Segona República, com a ministre de Justícia des del novembre de 1936 fins a finals de maig de 1937. I realitza una doble tasca important: a) organitzativa pel que fa al propi Ministeri; b) legislativa: lleis sobre la legalització de les incautacions, regulació dels Tribunals Populars, regulació dels matrimonis dels milicians, creació d'un règim de presons i de camps de treball més humanitari. Va ser el responsable de la promulgació de les següents lleis i decrets-lleis totes ells amb un caràcter progressista i humanista: al frente del Ministerio de Justicia, donde tiene una gestión brillantísima. Vamos a establecer una lista de las mismas:
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a) Innovación en los Tribunales Populares. García Oliver los reforma para que no se comentan arbitrariedades. Regula la entrada en los mismos de miembros del Ejército y de las Milicias. Clausura las prisiones del Frente Popular (como Fomento, 9) o la justicia arbitraria como los grupos de Margarita Nelken. Frena las sacas de presos al nombrar, no sin dificultades, a Melchor Rodríguez como Director General de Prisiones. b) Aprueba un decreto de Igualdad Hombre-Mujer. Algo que hoy es tan normal, necesitó un decreto ministerial del anarquista de Reus. c) Establece la mayoría de edad a los 18 años. d) Establece y gestiona los Campos de Trabajo, como medida para los presos, así como un Reglamento de Vigilantes de Campos de Trabajo. Todo ello con una humanidad y un trato exquisito al preso. e) Reforma la plantilla de funcionarios del Ministerio de Justicia. f) Deroga la Ley de Vagos y Maleantes de Jiménez de Asúa, y las leyes represivas del 11 de octubre de 1934, tras la Revolución de Asturias en ese año. g) Reduce los plazos procesales en la sala de los social del Tribunal Supremo. h) Acopla al personal del Secretariado y Auxiliar de la Administración de Justicia. i) Traspasa el Consejo Nacional de Tutela de Menores al Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, que gestiona Federica Montseny.
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Eduardo Ortega y Gasset, el germà gran, del conegut filòsof José Ortega y Gasset. Hay algún decreto más, todo ello innovadores en el campo de la justicia. La mano que ayuda a García Oliver es la de Eduardo Ortega y Gasset. Y todo esto lo realiza en apenas 6 meses, que pasa desde su nombramiento en noviembre de 1936 hasta el relevo gubernamental de Largo Caballero por Negrín en mayo de 1937.
Arran dels «Fets de Maig de 1937», viatjà a Barcelona per intentar calmar els ànims i immediatament dimitirà del govern com la resta de ministres cenetistes.
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"García Oliver, dirigente histórico de la CNT, ministro de Justicia y uno de los enviados de Largo Caballero a Barcelona, llamando al alto el fuego con estas palabras: “Consérvese cada cual, si así lo cree, en sus respectivas posiciones, pero que cese el fuego (...) Y declaro que los guardias que hoy han muerto, para mi son mis hermanos. Me inclino ante ellos y los beso (...) todos cuantos han muerto hoy son mis hermanos”. El 28 de juny de 1937 fou nomenat Conseller de Serveis Públics de la Generalitat de Catalunya, càrrec que no acceptà com tampoc cap dels companys cenetistes. Aquell mateix estiu, entrarà a formar part de la Comissió Assessora Política (CAP) del Comitè Regional de Catalunya de la CNT, que s'encarregà de dirigir la «política anarquista» durant la guerra, enfront de Juan Negrín López i els seus sequaços estalinistes. En 1937 publicà els discursos i conferències Dos meses de actuación en el Ministerio de Justicia, El fascismo internacional y la guerra antifascista española i Mi gestión al frente del Ministerio de Justicia. Durant aquesta època assistí als plens de regionals d'abril de 1937, a l'extraordinari de maig i, amb caràcter informatiu, al de setembre de 1937 --on formà part de la ponència que redactà un dictamen «liquidacionista» i 289
suggerí la redacció d'un manifest als vells militants per ferlos comprendre la necessitat d'adaptar-se als nous temps-i s'integrà en el Comitè Executiu CNT-FAI-FIJL d'abril de 1938. A finals de 1938 intentà organitzar la defensa de Barcelona, però el projecte fou un fracàs.
El 27 de gener de 1939 creuà els Pirineus --el 3 de febrer va retornar a Catalunya per contactar amb el Comitè Nacional de la CNT i intentar organitzar el pas de militants anarcosindicalistes a França-- i a París fou nomenat vocal del Consell General del Moviment Llibertari Espanyol (MLE). Després, amb el suport del sindicat anarcosindicalista Sveriges Arbetares Centralorganisation (SAC, Organització Central de Treballadors Suecs) i del Servei als Refugiats Espanyols (SERE), es traslladà a Suècia. Durant la seva estada al país nòrdic es dedicà a mantenir correspondència (Jover, García Vivancos, Domènech, etc.) i a proposar la creació del Partit Obrer del Treball (POT), projecte que no reeixí. En 1940 marxà a Mèxic via Moscou, Vladivostok i Estats Units. Establert al país asteca des del gener de 1941, continuà amb les seves activitats confederals, defensant la unitat republicana antifranquista, posició que provocà una escissió en la CNT de Mèxic. També estigué interessant en la participació en el Govern republicà en l'Exili de Giral. En aquests anys es guanyà la vida, patint penúries 290
econòmiques, treballant com a representant de l'empresa química Imperial Chemical Industries (ICI). Amb la reunificació confederal durant els anys seixanta, tornà a Europa per ocupar un lloc de responsabilitat en Defensa Interior (DI), però l'abandonà aviat convençut de la seva poca eficàcia.
El 19 de gener de 1964 morí en accident automobilístic son únic fill Joan i en 1968 ell mateix fou atropellat per una moto conduïda per un oficial del Departament de Trànsit de Léon (Guanajuato, Mèxic) que el deixà gravíssim, fets que el deixaren força desolat. En morir el dictador Franco es negà a cobrar la pensió de ministre si no li pagaven els endarreriments. En 1978 publicà en Ruedo Ibérico les seves famoses i polèmiques memòries sota el títol El eco de los pasos. Durant sa vida va publicar articles en nombrosos periòdics anarquistes, com ara CNT, Fructidor, Libre-Studio, El Luchador, Tierra y Libertad, etc.
Crítica a l’obra de Joan Garcia Oliver: "El Eco de los pasos" 291
Abans de res dir que malgrat tot el que veurem a continuació, aquesta és l'obra imprescindible d'un autor testimoni i protagonista destacat dels fets. És per tant un llibre de memòries, no un llibre d'investigació històrica, en conseqüència discutible i controvertit. I en la presentació es va enumerar algunes d'aquestes controvèrsies. Per exemple que García Oliver és el forjador d'alguns falsos mites sobre l'anarquisme que encara avui es mantenen. Enumerem alguns: El mite de la Gimnàstica Revolucionària. Encara que García Oliver és protagonista en els intents del primer bienni republicà (1931-1933) davant les mesures insuficients d'aquest, la concepció de "gimnàstica revolucionària" és un adjectiu que s'incorpora molt posteriorment a l'època pel mateix García Oliver. Exceptuant l'aixecament d'Alt Llobregat el gener de 1932 i el de Casas Viejas de 1933 (si deixem de banda el de desembre de 1933 després del triomf dels dretans de la CEDA en les eleccions), la resta de moviments camperols no són patrocinats per la CNT i per la FAI. Els dos primers són aprovats en Ple Nacional de Regionals de la CNT. Però moviments com els de Arnedo o Castiblanco no són coordinats per ningú i fins i tot és la UGT l'organització majoritària en aquestes poblacions. Des d'aquest punt de vista fins i tot es pot afirmar que no existeix tal "cicle insurreccional". La majoria d'aquests moviments són revoltes de fam provocades pels problemes estructurals de la Segona República. L'únic que si és cert és que aquests moviments responen perfectament a una cultura obrera i, en la seva extensió, a una cultura llibertària de la qual estava impregnada la classe obrera a Espanya. 292
García Oliver és també un dels forjadors del mite del "faísmo". L'autor d'El Eco de los pasos, no va pertànyer a la FAI fins 1936. La FAI i les activitats dels seus grups tenia molt poc a veure amb la pròpia visió de García Oliver. Ell mateix a la pàgina 535 parla del control de la FAI sobre la CNT, com si aquest fos el rol que l'organització especifica devia tenir. Res més lluny de la realitat. La fundació de la FAI el 1927 respon a la necessitat d'unió dels grups específics de l'anarquisme, disseminats per la geografia espanyola i en l'exili a França durant la dictadura de Primo de Rivera. No hi ha tal control sobre la CNT, gràcies d'una banda que la FAI és una organització molt més petita que la sindical, i aquella mai es deixaria controlar per aquesta. Fins i tot en el Congrés de 1931 a Madrid, els sindicats d'aquesta influència "faista" voten majoritàriament per la Federacions d'Indústria, base de crítica al sector possibilista de la CNT. Fins i tot d'aquest congrés Àngel Pestaña surt elegit secretari general i Joan Peiró director de Solidaritat Obrera. El control de la FAI sobre la CNT és tot un lloc comú que han llegat aquells que han malinterpretat, de forma conscient o inconscient, la tasca dels grups específics. De 293
fet en la presentació es va esbossar les grans diferències entre els "grups d'acció", els "grups específics" i els "grups de defensa confederal".
Un altre dels mites de García Oliver és el de "a pel tot" després de la jornades de juliol de 1936. Aquest argument xoca, d'una banda, del emanat al Congrés Confederal de Saragossa de maig de 1936 i per una altra del pragmatisme de la CNT i de la seva capacitat d'anàlisi davant d'aquesta situació. En el primer dels casos perquè, per contra del que sempre s'estableix respecte al congrés de Saragossa, els dos grans acords d'aquest comici confederal A) La unificació amb els sindicats d'oposició (la Federació Sindicalista Llibertària) de la ruptura trentista, i B) El pacte revolucionari amb la UGT, després de l'anàlisi que els llibertaris han fet de la seva lluita frontal contra el règim capitalista durant el període 1931 -1933. És a dir, després de maig de 1936, la CNT ha deixat de pensar "a pel tot", rebutjant fins i tot la possibilitat d'una revolució purament llibertària per un procés revolucionari en coalició amb la UGT. Per altra quan a Barcelona és aixafat l'aixecament dels militars rebels, l'anar a la ciutat catalana "a pel tot" era viable. Però fent una anàlisi pragmàtic, tal com va fer la 294
CNT, havia zona de forta influència anarquista que havia caigut en mans sublevades com Saragossa, Cadis o Còrdova, on la repressió va ser brutal. I altres, que van quedar en mans lleials a la República, la CNT no era l'organització majoritària, com a Madrid. És després d'aquest anàlisi quan es desfeta el "a pel tot" i s'opta per una via de col.laboració amb la resta de força. Potser el major error va ser no debatre quina hauria de ser la posició davant la correlació de forces amb aquells que no estaven per a res en acord amb les posicions llibertàries.
Podeu baixar-vos el llibre de Joan Garcia Oliver: "El Eco de los pasos" aquí: http://www.memorialibertaria.org/IMG/pdf/2007-faxbook002.pdf (He utilitzat per aquesta entrada, a part de els propis materials, les opinions de Lluís Alegret, d'Abel Paz, d'Agustí Guillamón, i del Blog Fraternidad Universal) Espero que us hagi estat d'utilitat.
FREDERICA MONTSENY: "LA INDOMABLE" AL GOVERN.
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"No obstant això jo us diré: no sóc pessimista. No ho he estat mai. He tingut sempre fe i confiança, no només en les nostres idees, sinó també en el destí de la humanitat. Sé que, d'una manera inexorable, fatal, el curs dels esdeveniments porta al món cap als camins per nosaltres previstos i anunciats. Que la nostra tasca, que la nostra feina, que la nostra missió, és i continua sent la mateixa: empènyer al poble el més lluny possible, aconseguir per al poble la major llibertat possible, els grans drets possibles. Realitzar constantment, com deia Tarrida, la nostra missió d'anarquistes. Restar constantment forces a l'autoritat. Empènyer al poble cap a on pugui arribar per si mateix. Pels seus propis mitjans, pels seus propis ideals, per les seves pròpies finalitats. Nosaltres anem a la destrucció de tots els poders. Nosaltres anem a l'entronització d'un sistema social on l'Estat desaparegui i sigui substituït per l'administració de les coses. On el productor i el consumidor assumeixin per si mateixos la responsabilitat del seu destí i de l'organització de la societat futura. Societat sense amos i sense esclaus. 296
Societat sense classes. Societat d'homes lliures, units, tots, a través d'un sistema de federació que ha d'arrencar de l'individu i que ha d'abastar l'univers. Federica Montseny (Míting a Tolosa, amb motiu del 31 aniversari del 19 de juliol del 36) D'entre la plèiade de personatges fonamentals de la nostre història contemporània dels que us vull anar parlant en aquests missatges, avui ho faré de Frederica Montseny, a la qual vaig poder conèixer a casa seva Toulouse, en un viatge ultra ràpid que vàrem fer per poder recaptar materials pel Centre de Documentació Històric- Social, allà per l'any 73 o 74. Es cert que jo ja havia sentit parlar d'ella, que coneixia alguns dels seus articles i escrits, la seva tasca com a dirigent de la CNT de l'exili i, les seves relacions amb aquells que en la clandestinitat, lluitàvem per la llibertat i per la Revolució Social. Però... res m'havia preparat per a enfrontar-me personalment, per escoltar la seva veu i seguir el fil del seu pensament lúcid, àgil, despert, d'una memòria i capacitat de síntesi sorprenents, més quan ja era una dona gran -i més per a mí que era un marrec de 20 anys-. Immediatament vaig quedar seduït per la Frederica Montseny i la meva admiració no ha parat de créixer des d'aquell dia. Després la vaig tornar a trobar tres o quatre cops mes, en alguna conferència, en algun míting, fins i tot a les darreries de la seva vida, mantingué una actitud vital de gran dignitat, una fidelitat a les seves pròpies arrels ideològiques, de servei a l'ideal i moviment anàrquic, encomiables. Es per això que voldria que aquestes línies fossin un sentit homenatge cap a la gran pedagoga, propagandista i lluitadora. Que com els passà a molts d'altres que visqueren aquells temps va cometre errors, alguns de gran calibre i nefastes 297
conseqüències, resulta evident, però ella mateixa en va ser conscient des del primer moment, i li costà no pocs disgustos i maldecaps, ruptures i enfrontaments familiars, amb amics, companys, però ho va fer convençuda de que era el que tocava, malgrat el rebuig que sentia en el seu interior. És relativament fàcil, assegut davant la pantalla de l'ordinador, 30,40 o 70 anys després assenyalar amb el dit acusador, però... en aquells moments, tenia el·elecció?...
Biografia
Encara que és prou conegut que la que fou primera ministra d’un govern de l’Estat, Frederica Montseny va néixer a Madrid, el cert és algunes vegades se l’ha identificada com a reusenca –ho era el seu pare–, fins i tot més que el seu mateix company d’organització –i també ministre d’un govern republicà– Joan Garcia Oliver, nascut efectivament a Reus el 1902. La vinculació de Frederica Montseny a Reus, una ciutat on les idees de progrés i de transformació social eren ben vigents en un temps en què persones com els seus pares van fer de l’educació i la difusió de la cultura entre les classe treballadores eines per a la revolució social. Un Reus amb un moviment obrer força actiu en sectors tan importants com el tèxtil o la fusta, i unes persones que, volgudament o forçada, coneixen i entren en contacte amb les grans línies del pensament transformador que hauran de marcar la història del segle XX.
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Ens podríem remuntar encara uns anys abans, quan, després de la Gloriosa Revolució de Setembre, un reusenc, Cels Gomis i Mestre, s’ha d’exiliar a Ginebra, on coneix Bakunin, per tornar després a l’Estat –a Madrid, primer, i després a Barcelona, com els Montseny anys després– i esdevenir un actiu propagador de les idees de la Internacional. O a les lluites obreres i els congressos sindicals que sovintegen a la població en els últims anys del segle XIX. El Reus on Joan Montseny i Teresa Mañé obren una escola laica i mixta en la dècada de 1890.
Teresa Mañé i Miravet (Soledad Gustavo), nascuda el 1865 a Cubelles, estigué molt vinculada a Vilanova i la Geltrú – els seus pares hi tenien una fonda–, on exercí de mestre i creà una escola de nenes. Probablement fou la primera mestra laica de l’Estat espanyol. Col•laborà amb publicistes anarquistes i escrigué habitualment en periòdics de caire federalista i llibertari. I fou, probablement, a partir de la seva col•laboració a El Productor que va conèixer Joan Montseny. També va participar en una altra publicació impulsada per un reusenc, La Tramontana, de Josep Llunas 299
i Pujals, amb qui col•laborà en actes de propaganda. Teresa Mañé va participar en el segon Certamen Socialista, a Barcelona, el 1889. Introduiré al llarg del treball, un seguit de vídeos d'un programa que van fer a la 2 de TVE i que son una llarga entrevista amb la Frederica Montseny, on ella mateixa va explicant alguns aspectes de la seva biografia intelectual i revolucionària:
El 19 de març de 1891 es va casar pel civil amb Joan Montseny (Federico Urales) i va venir a viure a Reus, on també es trobava la seva germana Carme. El 1892 tingué lloc un congrés de lliurepensadors a Madrid, per al qual Teresa Mañé – junt amb el mateix Josep Llunas, F. Tárrida del Mármol o Teresa Claramunt, entre d’altres– fou escollida per representar les societats obreres de Catalunya. Quan ens referim a la relació familiar entre Teresa Mañé i Joan Montseny, es fa difícil de destriar els aspectes personals dels ideològics. S’ha dit que aquest quedà enlluernat per un dels seus articles i la volgué conèixer. També s’explica que els posà en contacte una poesia laica, llegida en un enterrament civil. Més enllà de l’anècdota, el cert és que la seva serà una vida dedicada a la difusió dels ideals d’emancipació i a l’educació –en el sentit més ampli– de la classe treballadora, i que intentaran aplicar, des del primer moment, al seu nucli familiar un model de vida que prefiguri la societat llibertària. La seva unió fou un acte carregat de simbolisme i reivindicació militant: hi hagué un míting sobre la Comuna de París i es celebrà acompanyat dels acords de La 300
Marsellesa. El dia del seu casament, Joan i Teresa van regalar als amics un opuscle, Dos cartas, recull de dos textos literaris que volen ser cartes d’amor, però que reflexionen sobre la naturalesa humana i la raó. Poc abans havien escrit també junts Las preocupaciones de los despreocupados. S’ha dit que Teresa fou el cor polític de la família. Efectivament, influí en el pensament del seu company, encara que el reconeixement a Montseny com a propagandista i home polèmic ha deixat massa a l’ombra la vàlua intel•lectual d'aquesta. Cal no oblidar que ella escrigué força abans i que va ser l’ànima de l’activitat editorial familiar. De fet, l’activitat com a escriptora de Teresa Mañé només s’estroncà amb el naixement de la seva filla Frederica, moment a partir del qual limità notablement les seves col•laboracions amb la premsa. I no menys important fou la seva tasca com a traductora.
Joan Montseny i Carret (Federico Urales) va néixer a Reus el 19 d’agost de 1864. De petit havia anat pels pobles del Camp i del Priorat, ja que es dedicava a la venda ambulant amb la seva família, però de jove féu de boter. Va conèixer 301
les idees socialistes en un míting de Pablo Iglesias, però el contacte amb els companys del Centre d’Amics de Reus el va fer decantar ben aviat cap a l’anarquisme. El Centre d’Amics era una associació obrerista que el 1885 havia celebrat a Reus el primer Certamen Socialista de l’Estat, una trobada –a cavall entre un congrés de debat teòric i uns jocs florals– que evidencia la vitalitat del moviment obrer reusenc de l’època. El 1888, Joan Montseny era el secretari de la Federació de Boters, però aviat el guanyà la seva vocació pedagògica –despertada pel seu mestre que l’animà a estudiar– i començà a exercir en una de les dues escoles laiques que hi havia aleshores a Reus, l’Acadèmia Lliure. L’altra era l’escola que mantenia del Centre d’Amics. Amb el Joan, Teresa –que havia impulsat i participat en el Congrés d’Amics de l’ensenyança laica, el setembre de 1888– s’ocupà d’una escola a Reus de característiques semblants a la de Vilanova, però mixta. Probablement es tractava de dues escoles: la de nens a càrrec del Joan i la de nenes, de la Teresa, que s’ubicaren juntes, al carreró de Nolla. Fou la primera d’aquest tipus a la ciutat. Ara per ara, desconeixem si l’escola va mantenir el nom d’Acadèmia Lliure o si en tingué un altre. Cal tenir en compte que, com apunta Manuel Vicente, les escoles laiques «eren generalment sostingudes per lògies maçòniques, grups lliurepensadors i republicans, o societats obreres, encara que també eren freqüents escoles que responien a la iniciativa individual d’un mestre o una mestra que simplement s’instal•laven en un pis i obrien classes».9 L’escola tingué molts alumnes perquè era una de les poques alternatives a l’ensenyança religiosa i molts fills de la burgesia republicana i lliurepensadora hi assistien. Amb una pedagogia racionalista i avançada, la proposta de l’escola anava més lluny d’un ensenyament no-religiós, sota l’impuls pedagògic de Teresa, molt més formada i 302
connectada als moviments de renovació de l’educació del moment. Pretenia, per exemple, una aproximació a la història desvinculada de tot afany bèl•lic i de conquesta, i potenciava altres valors. Apreciats ambdós com a mestres, el caràcter fort de Teresa sembla que la feia ser més respectada entre els alumnes. Des de Reus, Joan i Teresa continuaren col•laborant en publicacions obreristes o llibertàries, com per exemple La Tramontana, que publica dos números monogràfics de crítica per la commemoració del quart centenari del «descobriment» d’Amèrica. I, a Reus, van tenir la seva primera filla, que va morir de molt joveneta. El treball dels Montseny Mañé com a mestres laics, però, tingué un final sobtat. Joan Montseny fou detingut diverses vegades, acusat d’haver publicat fulls reivindicatius o manifestos de solidaritat amb els anarquistes encausats.
Arran de l’atemptat del carrer de Canvis Nous, a Barcelona, el Corpus de 1896, s’inicià una duríssima repressió contra els anarquistes que portà a la presó, al castell de Montjuïc, a la deportació o a la mort a nombrosos militants obreristes. Fou el moment en què els adversaris de Joan Montseny aprofitaren per foragitar-lo de la seva ciutat. Ell ho resumeix així: 303
«Mi gran delito era haber publicado “El proceso de un gran crimen”, haber prohijado una niña de Paulino Pallás y regentar en Reus un colegio que se veia muy concurrido.» Joan Montseny fou detingut el 15 de juny i, en presència dels seus alumnes, emmanillat i portat por conducción ordinaria –és a dir, a peu– cap a Barcelona. No van servir de res les gestions del seu cosí Hipòlit, aleshores regidor de l’Ajuntament, per intentar que hi fos traslladat en tren. Un dels seus alumnes, Marian Roca, ho recorda a les seves memòries: «Un bon dia a l’hora d’entrar al col•legi ens trobàrem amb la porta del mateix tancada. Esperàrem per veure si podríem esbrinar què havia passat. Aviat ho sabérem: s’obrí la porta i aparegué el mestre nostre emmanillat i enmig d’una parella de civils. Sense posar-nos d’acord, tots els 22 o 23 nois que esperàvem per poder entrar a l’escola, anàrem seguint el mestre com si fóssim la seva escorta, fins al portal de la carretera de Tarragona, i en arribar allí el mestre es girà vers nosaltres i amb el cap ens féu senyal que ens retiréssim.» Sembla que uns guàrdies civils el van detenir al matí en sortir al carrer – després de no haver-los deixat entrar a casa seva durant la nit– i que fou portat a l’escola, potser a la recerca d’alguna suposada prova, i mostrat vexatòriament als seus alumnes: es volia vincular la seva tasca pedagògica a l’anarquisme i al terrorisme. La detenció va coincidir amb un seguit de rumors sobre la possibilitat d’un atemptat durant les festes de Sant Pere, que Lo Somatent va tenir cura de ridiculitzar: «A las personas que això'ls preocupa, hem de fer-los present que qui té intenció de fer mal no ho anuncia a so de tabals, ans al contrari, procura evitar tota sospita»
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Un article publicat quaranta anys després, al Diari de Reus, reivindica la importància d’aquella experiència educativa dels Montseny Mañé a Reus, des del record d’un altre exalumne seu: «Ara que es va a la implantació de l'Escola Nova a la nostra ciutat, creiem oportú remarcar que Reus fou potser la primera de les poblacions de Catalunya on un ensenyament per l'estil es va portar a terme, degut al sacrifici d'un reusenc absent, benemèrit conductor de bona part de la infància de les darreries del segle passat: en Joan Montseny. Els que d'infants anàvem a les classes que dirigia aquell professor laic per excel•lència, el qual exercia el seu meritíssim magisteri al carreró de Nolla, recordem encara amb goig les hores que sota el seu guiatge assenyat i lliure d'anacronismes perniciosos, passàvem a aquella àmplia escola, la més concorreguda de Reus, on hi aprenguérem molta cosa i bona, la qual ens preparà el camí avantatjosament per encarrilar-nos sense temences ni atavismes en els senderons de la lluita per la vida. […] A les classes que donava en Joan Montseny no hi mancaven les lliçons tècniques i pràctiques apropiades a l'edat escolar, prescindint de les que durant anys han embotit el cervell dels religiosos i confessionals, que només 305
servien per a enterbolir la infància amb teories irreals i estrafolàries. Al veterà professor reusenc, víctima en aquells temps de les més innobles persecucions del poder públic, seguint el dictat d'una ordre religiosa aleshores inaugurada a Reus, som molts els que deuríem retre-li un homenatge d'admiració i agraïment, homenatge que el signant li dedica avui fervorosament pel bé que d'aquell professor en va rebre. D'ell vàrem aprendre d'ésser ben lliures de consciència i ell ens va ensenyar a ésser per la vida amb uns coneixements nets de tota preocupació tenebrosa i amb l'esperit predisposat al bé i a l'amor als nostres germans. Aquella revolució espiritual que des de la seva escola realitzava en Joan Montseny, ara esdevindrà una bella i profitosa realitat per als infants i els joves que gaudeixen vivint les glorioses hores actuals, on tots els valors són remoguts per tal de què en sorgeixi una nova generació apta per al treball i la lluita, que actuï amb el cervell aclarit i el cor inflamant per les redemptores idees modernes.»
Des de la presó, Joan Montseny va escriure –signant-les amb pseudònims sempre relacionats amb noms de muntanyes– cartes a la premsa on reivindicava la innocència dels processats. Finalment fou desterrat a Londres. El 1897, Teresa es va reunir amb ell. Poc després, tornaven clandestinament per fixar la seva residència a Madrid, on, sota pseudònim, van començar a publicar La Revista Blanca (1898-1905) i Tierra y Libertad (19021905). A partir d’aquest moment, Federico Urales i Soledad Gustavo esdevingueren dos noms clau en el pensament llibertari de l’Estat espanyol. 306
És per això que Frederica Montseny afirmà més d’un cop que havia nascut a Madrid potser per accident, com a conseqüència del forçat trasllat dels seus pares. Ho explicà així quan el 1983 vingué a Reus: «En efecte, si a Reus l’escola laica que havien fundat el meu pare i la meva mare no hagués fet tanta nosa als sectors reaccionaris i clericals, jo no hauria nascut a Madrid, hauria nascut probablement a Reus perquè els meus pares no haurien marxat mai. Perquè els meus pares no van marxar de Reus, als meus pares els van treure de Reus.» I ho havia escrit, anys abans, en el pròleg de Els anarquistes, educadors del poble: «Sense la bomba llançada al pas de la processó de Corpus i sense l’esperit intolerant i poc intel•ligent de la clerecia i la burgesia de Reus, els meus pares haurien continuat essent mestres d’escola a la ciutat catalana, no haurien anat a Madrid i hom no hauria publicat La Revista Blanca.» El cert és que, a banda de grans enemics, la feina pedagògica dels Montseny Mañé comptava també amb un 307
ampli suport a Reus. Cal recordar, en aquest sentit, que posteriorment a la seva detenció, es van recollir centenars de signatures a Reus en favor dels seu alliberament. I que un seguit de reusencs visiten el capità general de Catalunya –que anteriorment havia estat pressionat perquè l’agafessin– per aconseguir la seva excarceració. Sembla que un cop més es constata, però, la capacitat de la ciutat de Reus de foragitar els seus fills a fer fortuna intel•lectual en altres indrets. És evident que la trajectòria política dels Montseny pren volada a partir del seu exili forçat i abasta territoris prou més amplis que els d’aquesta ciutat catalana, per bé que, a l’època, fos encara la segona de Catalunya en població i comptés amb uns polítics i agents socials prou actius.
Instal•lats a Madrid, Teresa i Joan van participar igualment en nombroses activitats a favor dels encausats en els processos de Jerez i de La Mano Negra. També es van implicar activament en la defensa del seu amic Francesc Ferrer i Guàrdia, acusat de ser l’instigador de la revolta de 1909 i, finalment, condemnat a mort. El naixement de Frederica, el 1905, fou probablement la causa del final de la primera etapa de La Revista Blanca, una revista en què la seva mare tenia un paper clau com a administradora –malgrat que legalment no podia constar 308
com a tal–, traductora i redactora. Frederica Montseny va néixer i es va formar en una família que vivia en i per l’ideal anarquista. En la formació de Frederica Montseny va ser molt important la seva mare, que era mestra racionalista, la qual va prendre cura de la seva educació. No va anar mai a escola.
Frederica Montseny de molt joveneta Més endavant, va aprendre idiomes a l’acadèmia Berlitz de Barcelona i va seguir cursos com a oient a la Universitat d’aquesta ciutat. Es pot dir, doncs, que va tenir una educació molt insòlita per la època, quan l’església dominava l’aparell escolar, el que li permet, sens dubte, desenvolupar la seva extraordinària personalitat i la seva força. També deu a la mare l’incipient feminisme que impregna tota la seva literatura i la seva obra. Teresa Mañé ha estat poc valorada, eclipsada pel fort paper que va jugar el pare, Joan Montseny. Tanmateix, fou una dona molt activa i clau per entendre el llliurepensament català, relacionant-se amb les seves figures més rellevants del moment. Frederica tindrà també una altra mestra, Teresa Claramunt, amiga de la família des del procés de Montjuïc i 309
militant anarcosindicalista i feminista. Ella ho explica d’aquesta manera: “He tenido una madre de carne, que fue también una maestra: Soledad Gustavo; y una madre espiritual, que fue mi fuerza, mi vocación, y es hoy el hada buena que me ha salvado y me salvará siempre de la vanidad, del engreimiento, del cansancio o del despecho: esta es Teresa Claramunt, una tejedora de Sabadell...”
Després d’un dur enfrontament dialèctic amb Arturo Soria, creador de la Ciudad Lineal, angoixats per les pressions legals i les denúncies, la família decideix traslladar-se a Catalunya, el 1912, primer a Cerdanyola i després a Barcelona. Amb dotze anys comença a acompanyar al pare als actes polítics, mítings, conferències i manifestacions, on coneix els dirigents cenetistes A. Pestaña, S. Seguí, F. Miranda, Llibertat Ròdenas, etc. Salvador seguí "El Noi del Sucre" sindicalista de començaments del S.XX.
dirigent
anarco-
En el Café Español conoció Federica a Salvador Seguí, el Noi del Sucre, líder sindicalista del momento, y a Luis Companys, más tarde presidente de la Generalitat catalana. També participa en el moviment vaguista de 1917, quan centenars de dones es manifesten a Barcelona per demanar l’abaratiment dels preus de les subsistències. Assisteix amb el pare als esdeveniments culturals barcelonins, especialment cinema i teatre, en tenir entrades de franc per 310
ser Federico Urales, crític teatral del periòdic burgès El Liberal. Ella admira el seu pare, a qui descriu com un home enèrgic, amb esperit combatiu i d’una gran intel•ligència. La família viu d’aquests ingressos, a més de les traduccions que Teresa Mañé fa per l’editorial Maucci i de la granja familiar. En aquesta es dediquen especialment les dones, com ho havien fet ja a Madrid, amb la cria d’animals. Per aquest motiu, viuen sempre en zones semirurals a les afores de Barcelona (Horta, Sant Andreu, Santa Eulàlia, el Guinardó) i també a Cerdanyola, on poden trobar lloguers més assequibles i cases més grans adaptades als animals. En tots aquests anys de formació, Frederica llegeix tot el que troba en la immensa biblioteca familiar i comença a escriure. Aquest fet serà cabdal en la decisió familiar d’anar a viure a la ciutat de Barcelona el 1924. Així ho explica el pare: “Yo no tenía derecho a malograr su talento (el de Frederica), encerrándola en una vida de verduras, hierbas y conejos. Para la vida tal no hacía falta ni la inteligencia que ella tenía ni la instrucción que le habíamos dado” “(La pequeña) –explica en les seves memòries Joan Montseny- temía mi crítica y mi costumbre de corregir (...) y acabó por ocultarme todas las plumas para que no pusiera ni quitara palabra ni coma alguna de sus escritos. Sin embargo, no tardé mucho en comprender que mi hija escribía mejor que yo y sus cuartillas pronto pasaron directamente a los linotipos. Ahora leo todos sus artículos cuando ya está en venta La Revista Blanca. !Qué hermosos son! Lo digo sinceramente: Frederica es mi mejor obra” En aquest context, Frederica comença a escriure. El seu primer relat fou del 1921, quan fa la seva primera narració, Horas Trágicas, que recull l’impacte rebut per les lluites socials de Barcelona durant els anys de la Primera Guerra 311
Mundial. El seus primers articles els signa amb el pseudònim de Blanca Montsan. No vol que l’associïn amb la seva família. Desitja presentar-se de manera independent, sense prejudicis previs dels lectors potencials. A partir del 1922 escriu a Nueva Senda, de Madrid, a Redención de Alcoi i a Acción Social Obrera de Sant Feliu de Guíxols. En 1923 ingresa en la CNT, afiliándose en el sindicato de Oficios Varios de Cerdanyola.
"Porque, lo ha dicho el compañero Liarte, y es necesario repetirlo una vez más, para que penetre y se afinque en todas las conciencias, para que quede grabado en letras de oro en todos los corazones: un movimiento, una organización, no adquieren la fuerza, el prestigio, la influencia que tenía y que tiene la CNT en España; un movimiento organizado no logra catalizar y galvanizar todas las fuerzas que totalizamos y galvanizamos nosotros el 19 de julio de 1936 si ese movimiento, esa organización, esa fuerza, no está enraizada en la entraña popular. Y no es por generación espontánea como se forjan los movimientos, como se hacen las organizaciones, como 312
enraízan esos movimientos y esas organizaciones en las conciencias: todo eso se logra a través de la acción de generaciones que se van sucediendo, generaciones encarnadas en los más sinceros, en los más abnegados, en los más enteros de los hombres. Y esto es lo que todos debemos tener en cuenta. Si la CNT, si la FAI, si las Juventudes Libertarias tenían, el 19 de julio, por lo menos 250.000 militantes activos, es porque esos 250.000 militantes activos se habían ido gestando, formando, a través de años y años de lucha de las generaciones que les precedieron. Y esos 250.000 hombres y mujeres lograron arrastrar a las masas, lograron que esas masas, en el momento de realizar algo, volvieran sus ojos hacia lo que eran nuestros planes, nuestros programas, es porque en cada pueblo, en cada barriada, en cada sindicato, en cada grupo humano había un hombre que tenía cerca de ellos influencia moral, y que era por ellos amado y respetado. Se nos ha dicho, en diferentes ocasiones, que ni sabíamos lo que queríamos, ni dónde íbamos, ni cuál era nuestro programa. En pocas palabras el compañero Liarte os lo ha definido. ¿Quién ha dicho que no tuviéramos programa? Yo puedo deciros que no hay ningún partido político, que no hay ninguna organización obrera, que no hay ningún movimiento, que hoy pueda exponer un programa de realizaciones y de reestructuración de la sociedad más claro, más definido y más explicito que el nuestro. Y si no, la prueba. Ese programa que hoy ha sido expuesto a grandes rasgos, esas lineas generales que levantan un mundo sobre la base del individuo, de la federación, que consideran que la sociedad nueva ha de estructurarse a base de la federación de productores y consumidores, que integran toda la sociedad dentro de esta organización de un mundo mejor, ese era nuestro programa el 19 de julio de 1936. 313
Fue la base, fue la asamblea, fue la reunión de todos los habitantes de los pueblos, de los comités de barriada, de los comités de empresa, de los órganos naturales de los trabajadores y de las organizaciones sindicales, los que organizaron sobre la marcha esta sociedad nueva. Y el ejemplo no fue tan desastroso. Y los resultados no fueron tan malos, por cuanto pudimos, a la vez, organizar las industrias de guerra, pudimos, a la vez, improvisar incluso lo que no teníamos, fabricar las armas que el mundo nos negaba para defendernos contra el enemigo interior que él si era defendido y ayudado por Italia, por Alemania y por la complicidad del mundo entero. Pasarán los años, pasarán las generaciones, pero algo quedará de ejemplar y de único en la Historia de España: El esfuerzo gigantesco realizado por un pueblo que, a la vez que se batía contra el fascismo internacional, conjurado, reunido contra la causa de la libertad en España, forjaba las contingencias, las condiciones, para una reorganización del mundo a partir de las realizaciones de carácter social, colectivista, comunitario, realizadas en España. Pasarán los años, pasarán las generaciones, eso, pese a todas las criticas, pese a cuanto se dice y se hace para disminuir su valor, para resaltar sólo sus aspectos negativos, queda y quedará permanentemente. La obra pedagógica realizada por la Revolución española, la obra social realizada por la Revolución social española, la creación de sistemas de organización de la sociedad, suprimido el capitalismo, suprimida la moneda, reducido a la mínima expresión el Estado, eso permanece y permanecerá siempre". Text del discurs pronunciat per Frederica Montseny a Tolosa del Llenguadoc amb motiu del 31 aniversari del 19 de juliol, en el que queda clara el seu anàlisi sobre la funció de la CNT i de la FAI a la que ingresaria el 1936. 314
Fue en aquel tiempo cuando recibió la oferta de Ángel Pestaña, a la sazón director del periódico, de colaborar en Solidaridad Obrera, órgano decano de la prensa confederal. Federica tendría desde entonces a su cargo la sección de “Relieves sociales” i a La Revista Blanca, la publicació familiar. El 1925, ella i el seu pare iniciaren novament, ara a Barcelona, la publicació de La Revista Blanca, que en aquesta etapa arribà fins al 1936. El protagonisme de Frederica Montseny en la segona època de La Revista Blanca, apareguda el 1925, va ser decisiu, amb la responsabilitat de la seva aparició i també de diverses seccions i articles amb el seu nom o pseudònims diversos. També col•laboraven Teresa Mañé, que tenia al seu càrrec la secció “Efemérides del pueblo”, F. Urales, Germinal Esgleas, el futur company de Frederica, Max Nettlau, Juan Grave, Sebastián Faure, entre molts altres. La majoria eren llibertaris o simpatitzants i per tant, en aquest segon moment, existeix un progressiu allunyament dels intel•lectuals no llibertaris. Entre les seves causes podem citar en primer lloc, la disminució progressiva del compromís i de la rebel•lió juvenil d’aquests amb el passar dels anys i també la seva consolidació en el món literari; en segon lloc, la personalitat difícil i polèmica dels Montseny no afavoria una relació fluida, en manifestar-se crítics davant la influència de la filosofia de Nietzche i del decadentisme del moviment modernista present en molts escriptors de l’època. 315
La família encetà no poques polèmiques dins el moviment llibertari. En aquells moments defensaven un anarquisme pur o filosòfic, força crític amb el sindicalisme de la CNT. Més endavant es posicionaren propers a la FAI, però sense identificar-s’hi totalment. Frederica Montseny va fer de la paraula una eina de lluita, amb la veu i l’escriptura. L’activitat editorial dels seus pares li possibilità publicar els primers textos. L’èxit de La Revista Blanca va permetre als Montseny crear una editorial que publicà col•leccions com La Novela Ideal, que arribà als cinquanta mil exemplars de tirada setmanal, i La Novela Libre, mensual, amb vint mil exemplars. Com a periodista i escriptora –publicà assíduament en les col•leccions familiars–, la tasca desenvolupada per Frederica Montseny serà molt extensa. Algunes de les seves primeres novel•les, Peregrina de amor o La Tragedia del pueblo, s’emmarquen en la Barcelona de la lluita de classes, la repressió policial contra els treballadors i el pistolerisme patronal. A La Victòria (1926) i a El hijo de Clara (1927) parla de dones, del seu dret a la instrucció, de la seva llibertat i capacitat 316
per decidir. Tot i no declarar-se feminista, les posicions de Montseny desperten polèmica àdhuc entre els mateixos llibertaris.
En aquest anys F. Montseny aborda la temàtica de la emancipació de la dona i del feminisme, que serà un dels seus temes recurrents, com per exemple l’article “Feminismo y humanismo”, que publica l’1 d’octubre del 1924. Aquí planteja la tesi que defensarà al llarg de tota la seva vida, rebuig del feminisme i la seva lluita, assimilantlo a la classe burgesa i al moviment sufragista, i oposant l’humanisme i la lluita dels dos sexes per la seva emancipació de l’opressió capitalista. “La cuestión de los sexos está clara (...): Igualdad absoluta en todos los aspectos para los dos; independencia para los dos; capacitación para los dos; camino libre, amplio y universal para la especie toda. Lo demás es reformismo, relativista, condicional y traidor en unos; reaccionario, cerril, intransigente y dañino en otros. ¿Feminismo? ¡Jamás! ¡Humanismo siempre! Propagar un feminismo es fomentar un masculinismo, es crear una lucha inmoral y absurda entre los dos sexos, que ninguna ley natural toleraría” En aquest període, la relació dels Montseny amb la ciutat de Reus es va mantenir, menys en l’àmbit familiar –per les diferències de Joan amb la seva germana Maria– que amb els amics que hi tenien i en diverses poblacions de la comarca. En tot cas, Frederica Montseny afirma que hi venien sovint. 317
Sembla que la família estiuejava a Duesaigües, on el Joan havia treballat de jove com a boter. Josep Banqué els recorda a les seves memòries així: «Els apòstols del comunisme llibertari espanyol Frederic [sic] Montseny i la seva filla que, al cafè del poble, rodejats d’un atent auditori de camperols, exaltaven les meravelles de la societat llibertària que pensaven imposar immediatament. Els Montseny aconsellaven tenir paciència, esperant que arribés l’ocasió propícia, es preparaven per aquest magne esdeveniment amb la lectura de les novel•les ideals com Los hijos del amor i altres que publicaven ells mateixos.» Fou en l’època de la Dictadura de Primo de Rivera, quan Frederica es dedica a escriure amb més intensitat i desenvolupa la seva carrera de publicista i d’escriptora. Amb els sindicats confederals clausurats i amb l’existència de control i censura de les publicacions llibertàries i anarcosindicalistes, els militants anarquistes busquen altres mitjans per fer propaganda llibertària entre les noves generacions obreres. Una d’elles serà la publicació de “La Novela Ideal”, unes narracions curtes i amenes, gens sospitoses de propagar les idees anarquistes i per tant no controlades pel Dictador. “Los siete años de dictadura fueron un período durante el que toda propaganda oral fue suprimida. Las reuniones y los plenos eran clandestinos, y la actuación de los militantes confederales y libertarios muy limitada.
Mi padre, hombre de incesantes iniciativas, buscando la manera de hacer propaganda entre los jóvenes. Hasta que tuvo la idea de fundar La Novela Ideal, que tan gran acogida tendría entre la juventud. Empezamos con una tirada de diez mil ejemplares semanales, al precio de 318
quince céntimos. Pronto pasamos a veinte mil, y más tarde llegamos hasta cincuenta mil. En La Novela Ideal se abordaban, en forma novelesca, temas antirreligiosos, de propaganda libertaria, a favor del amor libre y contra los prejuicios sociales” La col•lecció de relats de “La Novela Ideal” va tenir un gran èxit de públic, com ho demostra el seu tiratge, que oscil•lava entre els 10.000 i els 50.000 exemplars, el llarg període de durada, tretze anys, i el nombre de títols que van ser editats, més de 500. Joan Montseny va mantenir una continuada amistat amb Evarist Fàbregas (Reus, 1868 -Barcelona, 1938), qui l’ajudà més d’un cop econòmicament i en els seus projectes editorials. Al Mas dels Frares – aleshores, propietat de Fàbregas–, Montseny hi fa llargues estades i hi redacta, l’hivern de 1929, part de les seves memòries. Sabem també de les seves excursions per Vilaplana, la Mussara, Prades o Siurana. Frederica Montseny en recorda alguna, en companyia del seu pare i de Max Netllau, historiador de l’anarquisme i amic íntim de la família. A l’Espluga de Francolí tenien també bons amics, com Joan Callau i Francesc Palau.
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D'esquerra dreta i de baix a dalt: Max Nettlau, Maria Anguera, Joan i Frederica Montseny. Als anys vint, Frederica Montseny coneix la que serà la seva secretària, amiga, o germana per a tota la vida, Maria Anguera. Nascuda a Vilanova i la Geltrú, el seu pare, nascut a Reus, treballava al ferrocarril. Maria va arribar a casa dels Montseny pel desig del seu pare, que volia que rebés una educació d’acord amb els seus ideals. Va compartir amb Frederica la formació que li donava la seva mare i, després d’un temps, va acabar vivint amb ells. “La Novela Ideal” i més tard La Novela Libre, es van vendre per tot l’Estat espanyol, però on va tenir una acollida més favorable fou a Catalunya. Aquest fet no ens pot sorprendre. Catalunya era el centre més important de la CNT, el sindicat anarcosindicalista, i on l’anarquisme havia tingut un arrelament més fort. L’objectiu de la col•lecció és clar i explícit des del primer número: la divulgació dels principis llibertaris. En aquest sentit, és vol transmetre un missatge a les classes populars d’una manera senzilla i didàctica utilitzant un relat amè, amb ingredients de “novel•la rosa”, amb històries d’amor i sentiments. S’adoptaven els esquemes de la novel•la popular, de sèries i de “fulletons” d’evasió, que s’editaven profusament en els mateixos anys, però amb una intencionalitat diversa, anant més enllà dels continguts de les sèries burgeses consumistes, de les “novel•les roses” i de les pornogràfiques. L’originalitat de “La Novela Ideal” rau precisament en la utilització d’una forma molt estesa en la literatura popular, el relat curt i el llenguatge senzill, però donant-li un fons nou, trencador i revolucionari. Els seus afiliats eren el seu públic potencial, especialment els joves d’ambdós sexes. La necessitat d’educació, de cultura i de conscienciació dels treballadors eren bàsiques pels 320
anarquistes. L’emancipació dels treballadors passava per millorar la seva preparació, element imprescindible per poder reeixir amb èxit la desitjada revolució social. Calia, doncs, potenciar els Ateneus obrers, des de on es difonien les idees; millorar l’hàbit de la lectura i crear les biblioteques sindicals i també organitzar les escoles racionalistes17. Els militants anarquistes eren molt conscients de les mancances en la formació obrera, amb un alt percentatge d’analfabetisme; de la forta influència de l’església, sobretot en les zones rurals i del endarreriment generalitzat en la societat. Les publicacions de la família Montseny jugaran un paper fonamental en aquests anys pel seu intent de suplir aquestes llacunes.
Els autors d’aquestes dues col•leccions van ser molt variats, periodistes i escriptors àcrates o filoàcrates, com Mauro Bajatierra, andalús i líder de la CNT; Solano Palacios, militant i participant actiu de la revolució d’Astúries de l’octubre de 1934; Adrian del Valle, destacat propagandista i periodista, resident a Cuba, que va utilitzar també el pseudònim de “Palmiro de Lidia”. Al costat, hi havien altres autors no professionals i menys coneguts, com M. Campuzano, mestre de l’Escola Horaciana de San Feliu de Guíxols o la filla del dibuixant Opisso, Regina Opisso. 321
El 1930 va conèixer a qui fou la seva parella durant tota la vida, Germinal Esgleas. Amb la proclamació de la II República, dins la CNT es manifesten divisions. Entre faistes i trentistes, els Montseny prenen partit pels primers tot i no ser afiliats a la FAI. Editen El Luchador, un setmanari que arriba a publicar quinze mil exemplars. Frederica no para de publicar articles i fer actes per tot l’Estat. “Desde 1932 Federica Montseny comenzó a intervenir en diversas giras que, muy usuales en aquellos años, recorrían distintas zonas del país divulgando las ideas sindicalistas y revolucionarias. Participó en múltiples mítines, y sus discursos comenzaron pronto a recogerse en panfletos. En 1933 Federica dio a luz a su primera hija (a la que llamó Vida), fruto de la que sería una larga relación con el también militante anarquista Germinal Esgleas. Ello no supuso sin embargo su alejamiento del trabajo organizativo ni literario”. Des dels primers moments de la rebel•lió militar fins al final de la guerra desplegà una intensa activitat, esdevenint un dels noms més coneguts de l’anarquisme. El mateix juliol de 1936 Frederica Montseny ingressava a la FAI. “Miembro destacado de la F.A.I. (Federación Anarquista Ibérica), el ala más radical de la C.N.T., Federica Montseny mantuvo implacablemente un enfrentamiento dialéctico con sus compañeros del sector más moderado, conocido como “Treintistas” -por haber firmado el “Manifiesto de los Treinta”-, lo que la acercó a las posiciones de hombres como García Oliver, Ascaso, Durruti y otros, y la situó frente a dirigentes como Ángel Pestaña o Joan Peiró”. En els primers mesos de la guerra, els anarquistes foren els amos del carrer. Es col•lectivitzaren fabriques i tallers. Al camp s’establiren col•lectivitats agrícoles i, en algunes poblacions, s’implantà el comunisme llibertari. 322
"Pero había otra cosa, queríamos mantener la unidad antifascista, y queríamos demostrar que la unión hace la fuerza y que éste era el único medio para batir el fascismo. Pudiendo ser los amos, hemos dejado de serlo. Pero lo que no consentiremos nunca es que nadie sea dictador a expensas nuestras. Un año ha transcurrido desde el 19 de julio. Un año de lucha. Un año de guerra. Un año de Revolución. Y es terriblemente doloroso que al cabo de este año, congregados aquí para recordar y evocar la memoria de los que cayeron y dieron su sangre por una Revolución que representa la lucha contra el fascismo; que al cabo de un año, repito, de esta gesta, aún tenga que gritar el: ¡Los presos! ¡Los presos! Es preciso que hablemos del hecho en sí y digamos cuán lamentable es que, en plena lucha contra el fascismo, haya presos antifascistas en las cárceles de España. La Revolución ha empezado solamente. Estamos en una de las muchas etapas que se presentan en todos los movimientos revolucionarios. La Revolución sigue el camino 323
ascendente y lo seguirá doblemente cuando haya sido batido el fascismo en todas las regiones que hoy viven aplastadas bajo su bota. Un año ha transcurrido. Un año durante el cual han caído a millares los hombres en los frentes, en todas las ofensivas y defensivas. Los que han caído a lo largo de este año de lucha contra el fascismo, todos han caído por algo más que sofocar una militarada. Era la lucha de un pueblo que asumía la responsabilidad de su destino, que creaba nuevos intereses, la del pueblo rebelado contra la esclavitud y la tiranía, destinado a señalar a todos los pueblos cuál era el camino para luchar eficazmente contra el fascismo. Recuerdo y el mes próximo hará un año, que en este mismo local dije que no era posible que las cosas volvieran tal como estaban el 18 de julio de 1936. No es posible que el pasado pueda jamás volver a levantarse. En España debemos dar la sensación de que se estructura una nueva sociedad, sin necesidad de dictadura. Esta ha sido la posición más firme de la CNT. Nosotros combatimos a los sectores minoritarios, aspirantes a la dictadura. Si hubiéramos querido, en Barcelona y Cataluña éramos los dueños absolutos de la situación, hubiéramos podido implantar una dictadura anarquista. Éramos la fuerza mayor y la habíamos conquistado a fuerza de jugarnos la vida y éramos dueños de la situación. Pero había otra cosa, queríamos mantener la unidad antifascista, y queríamos demostrar que la unión hace la fuerza y que éste era el único medio para batir el fascismo. Pudiendo ser los amos, hemos dejado de serlo. Pero lo que no consentiremos nunca es que nadie sea dictador a expensas nuestras. (Aplausos) Eso no lo consentiremos, por el propio espíritu, por la propia resonancia universal de la Revolución española. En España ha de implantarse un régimen libertario, auténticamente libertario y democrático, 324
que supere a la democracia burguesa. Para restablecer todo lo que la guerra ha destruido no hay más solución que el socialismo, que la explotación de fábricas, minas y talleres por las Federaciones de Industria. No hay otra solución que el federalismo. España ha de estar siempre unida. De ahí que nosotros no hablemos de socialismo anarquista ni comunista. Hablamos de socialismo federalista. Políticamente, España ha de ser una reunión de regiones federadas entre sí. La nación federada, para organizar la producción y el consumo según sus posibilidades, según el nivel cultural de los pobladores de las distintas regiones. Con esto evitaremos toda dictadura y señalaremos a todos los hombres de conciencia libre, que es posible luchar contra el fascismo y vencerlo y que tenemos ideas basadas sobre la realidad y los hechos concretos, para oponer al programa fascista el programa del socialismo federalista en España. Ese es el camino. Terminaré diciendo: Un año ha pasado; millares de hombres, mujeres y niños han caído víctimas unos en los frentes, víctimas de los bombardeos otros en la retaguardia. Un año de esfuerzos, de entusiasmo que se desgasta. Pero es preciso mantener en pie la voluntad revolucionaria y combativa. ... nunca desentendernos de la responsabilidad de la Revolución y de la guerra. Por encima de todo, la guerra ha de ganarse y la Revolución ha de hacerse. ¡Por la clase trabajadora! Por encima de todo, porque la unidad es garantía de ello". Frederica Montseny: Míting al teatre Olympia de Barcelona al Juliol del 37.
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Frederica Montseny i Joan ministres de la República.
Garcia
Oliver
anomenats
Però les circumstàncies excepcionals del moment imposaren mesures excepcionals. Després de ser ja presents en el govern de la Generalitat, el novembre de 1936 es proposa a una dona i tres homes de la CNT d'entrar en el govern de Francisco Largo Caballero. Un fet doblement singular per a Frederica Montseny: ésser la primera dona que arriba al càrrec de ministra i fer-ho des de posicions ideològiques tan allunyades del poder. Com a dona, en la mesura que encarnava la transformació en el papers de gènere que ja era palesa al carrer, sense que es pugui considerar estrictament una conquesta feminista. Com a anarquista, amb totes les contradiccions que li va representar ser-ho. No pertoca aquí entrar en el debat, prou vigent encara dins el moviment llibertari, sobre l’encert o l’error d’aquella mesura. En aquells moments, l’opinió inicial del seu company i de la seva mare foren desfavorables. Garcia Oliver, un home d’acció, format en la lluita al carrer i contra la patronal, amb un gran sentit de l’estratègia –i molt més pragmàtic que purista–, estava disposat a entrar al govern només si també ho feia 326
Frederica Montseny, amb qui mantenia no poques discrepàncies. «O tots frares o tots canonges», sembla que li va dir. I Frederica acceptà, deixant enrere les seves nombroses crítiques al feminisme polític. Encara que se n’hagués de penedir més endavant. “La crucial cuestión ética que tuvo que enfrentar la C.N.T. a los pocos meses de comenzar la Guerra Civil, durante el gobierno de Largo Caballero, que opuso sus principios anarquistas a la colaboración gubernamental a la que se vio abocada la organización, afectó profundamente a Federica Montseny. En efecto, de los cuatro ministros confederales que fueron nombrados como representantes de la C.N.T. en el gobierno y que ocuparon las carteras de Justicia, Comercio, Sanidad e Industria, uno fue Federica Montseny. Sus escrúpulos ideológicos y la presión a la que fue sometida por parte del sector más purista para que se negase a aceptar el cargo fueron difíciles de superar. A pesar de ello y de las serias divisiones que la decisión ocasionó en las filas libertarias, Federica -y los otros tres compañeros- aceptaron, considerando su intervención en el gobierno imprescindible para vertebrar la defensa frente al ejército rebelde”. Reproduïm a continuació la carta que l'anarquista italià Camilo Berneri, adresà a Frederica per aquelles dades:
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Tras las jornadas revolucionarias de julio de 1936, el anarquismo español demostró su fuerza parando en medio país el golpe militar y organizando el germen de una nueva sociedad. Comenzó, también, la colaboración con el resto de fuerzas políticas antifascistas contra el enemigo común. Esta colaboración tuvo su corolario en la participación en el gobierno de la nación con cuatro ministros: dos por la CNT y dos por la FAI. Este hecho produjo una conmoción en el movimiento anarquista internacional. La carta que transcribimos es una reflexión del anarquista italiano Camillo Berneri (1897-1937) escrita en abril de 1937, un mes antes de ser asesinado por sicarios comunistas en Barcelona durante los sucesos contrarrevolucionarios desencadenados por el poder para frenar la revolución libertaria. Querida compañera: Tenía la intención de dirigirme a todos vosotros, compañeros ministros, pero ahora con la pluma en mano, espontáneamente, he resuelto dirigirme a ti sola y no quiero contrariar un impulso súbito, pues es una buena regla seguir en tal género de asuntos a los instintos. Que no coincida siempre contigo no te maraville, ni te irrite, 328
y además tú te has mostrado cordialmente olvidádiza de críticas que no siempre fueron de tu gusto, y que hubiera sido tan natural como humano, considerar injustas y excesivas. Es una cualidad, y no pequeña a mis ojos, y testimonia la naturaleza anarquista de tu espíritu. Esa certitud y temperamento compensa con eficacia, se entiende para mi amistad, las discrepancias ideológicas con algunos aspectos de tus artículos de estilo personalísimo y tus discursos de una elocuencia admirable. No he conseguido aceptar por ejemplo tu identificación entre el anarquismo bakuninista y el republicanismo federalista de Francisco Pi y Margall, y no te perdono haber escrito que “en Rusia no fue Lenin el verdadero constructor de la Rusia, sino más bien Stalin, espíritu realizador”, etc., etc. He aplaudido 1a respuesta de Volin publicada en Terre libre sobre tu inexacta afirmación sobre el movimiento anarquista ruso. Pero no es de todo esto que quiero hoy hablarte. Sobre aquéllas, y otras muchas cosas nuestras, espero un día u otro tener ocasión de discutirlas personalmente contigo. Si me dirijo a ti en público es por asuntos infinitamente más graves, para reclamarte enormes responsabilidades de las cuales podría que tú no seas consciente dada tu modestia. En discurso del 3 de enero tú decías: Los anarquistas han entrado en el gobierno para impedir que la revolución se desviase y para continuarla más allá de la guerra, y también para oponerse a toda eventual tentativa dictatorial, sea cual sea. Y bien compañera, en abril, después de tres meses de experiencia colaboracionista, estamos en una situación en la cual suceden graves hechos y se anuncian otros peores. Allí donde -como en Vasconia, Levante y Castilla-, el movimiento nuestro es impotente en fuerzas de base, es decir que no tiene creados sindicatos vastos y una 329
preponderante adhesión de las masas, la contrarrevolución oprime y amenaza aplastarlo todo. El gobierno está en Valencia, y de allí es de donde partieron guardias de asalto destinados a desarmar los núcleos revolucionarios de defensa. Se recuerda a Casas Viejas, pensando en Vilanesa. Son de la Guardia Civil y de la Guardia de asalto los que conservan las armas, y es aquí en la retaguardia que deben controlar los “incontrolables”, que osan desarmar de algunos fusiles y revólveres a los núcleos revolucionarios. Entre tanto el frente interno no es eliminado. Esto se produce en una guerra civil en la cual todas las sorpresas son posibles, y en una región en la cual el frente está bien próximo, es muy irregular en su trazado y no esmatemáticamente seguro. Esto, en tanto que aparece clara la distribución política de las armas, que tiende a armar sino en la medida de lo “estrictamente necesario”. Estrictamente necesario, esperamos que se arme al frente de Aragón, escolta armada de las colectivizaciones agrarias y contrafuerte de Consejo de Aragón y de Cataluña, la Ucrania ibérica. Tú estás en un gobierno que ha ofrecido a Francia e Inglaterra ventajas en Marruecos, mientras desde julio de 1936 sería necesario proclamar oficialmente la autonomía política marroquí. Lo que piensas, como anarquista, de este asunto innoble y además estúpido, yo lo imagino, pero entiendo que ha llegado la hora de hacer saber que tú, y contigo los otros anarquistas, no concordáis con la naturaleza y el tenor de tales propuestas. El 24 de octubre de 1936 yo escribía en Guerra di classe: La base de operaciones del ejército fascista es Marruecos. Corresponde intensificar la propaganda a favor de la autonomía marroquí sobre todo el sector de influencia panisilámica. Es necesario imponer al gobierno de Madrid declaraciones inequívocas de su voluntad de abandonar Marruecos, así 330
como proteger la autonomía marroquí. Francia ve con preocupación la posibilidad de repercusiones insurreccionales en el África Septentrional y en Siria e Inglaterra ve reforzada la agitación autonómica egipcia y de los árabes de Palestina. Corresponde aprovechar tales preocupaciones, con una política que amenace desencadenar la revuelta del mundo islámico. Para tal política es necesario invertir dinero y urge enviar emisarios agitadores y organizadores a todos los centros de la emigración árabe y en todas las zonas de la frontera del Marruecos francés. En los frentes de Aragón, del Centro, Asturias y Andalucía, bastarán algunos marroquíes con funciones de propagandistas, disponiendo de radio, impresos, etc. Es evidente que no se puede garantizar los intereses de los ingleses y franceses en el Marruecos, y al mismo tiempo hacer obra insurreccional. Valencia continúa la política de Madrid. Es necesario que esto cambie. Es necesario, para cambiar, decir clara y fuertemente todo nuestro pensamiento, porque en Valencia actúan influencias tendentes a pactar con Franco. Jean Zyromsky escribe en Le Populaire del 3 de marzo: Estas maniobras son visibles y tienden a la conclusión de una paz que, en realidad, significaría no solamente detener la revolución española, sino incluso anular las conquistas sociales ya realizadas. Ni Largo Caballero ni Franco, tal sería la fórmula que expresaría sumariamente una concepción que existe, y yo no estoy seguro de que ella no tenga el beneplácito de ciertos medios políticos, diplomáticos e incluso gubernamentales en Inglaterra, y también en Francia. 331
Estas influencias, estas maniobras, explican varios puntos oscuros, como por ejemplo: la inactividad de la marina de guerra leal. La concentración de las fuerzas provenientes del Marruecos, la piratería del “Canarias” y del “Baleares”; la toma de Málaga, no son sino las consecuencias. ¡Y la guerra no ha terminado! Si Indalecio Prieto es incapaz e indolente, ¿por qué tolerarlo? Si Prieto está ligado a una política que paraliza la marina, ¡por qué no denunciar esa política? Vosotros ministros anarquistas, dais discursos elocuentes y escribís brillantes artículos, pero no es con discursos y artículos como se vence en la guerra y se defiende la revolución. En aquélla se vence y ésta se defiende permitiendo el paso de la defensiva a la ofensiva. La estrategia de posiciones no puede eternizarse. El problema no se resuelve lanzando consignas como: movilización general, armas al frente, mando único, ejército popular, etc. El problema se resuelve realizando inmediatamente lo que puede realizarse. Según La Dêpeche de Toulouse del 17 de enero: “La gran preocupación del Ministerio del Interior es restablecer la autoridad del Estado sobre la de los grupos y sobre los incontrolables de todas la tendencias”. Es evidente que, aunque se comprometieran durante meses a buscar el aniquilamiento de los “incontrolables”, no se puede resolver el problema de eliminar la quinta columna. La eliminación del frente interno tiene por previa condición una actividad de investigación y de represión que no puede ser cumplida sino por revolucionarios experimentados. Una política interna de colaboracionismo entre las clases y de adulación hacia las clases medias, conduce inevitablemente a la tolerancia hacia los elementos políticamente equívocos. La Quinta Columna está constituida, no sólo por elementos pertenecientes a formaciones fascistas, sino además por todos los descontentos que aspiran a una república 332
moderada. Son estos últimos elementos los que se aprovechan de la tolerancia de los cazadores de “incontrolables”. La eliminación del frente interno tiene por condición previa, una actividad amplia y radical de los comités de defensa constituidos por la CNT y la UGT. Nosotros asistimos a la penetración en los cuadros dirigentes del ejército popular de elementos equívocos, no garantizados por ninguna organización política o sindical. Los comités y los delegados políticos de las milicias ejercían un control saludable. Hoy está debilitado por el predominio de sistemas centralizados de nombramientos y promociones, que se convierten en estrictamente militares. Es necesario reforzar la autoridad de estos comités y de estos delegados. Asistimos al hecho nuevo, y que puede tener consecuencias desastrosas, que batallones enteros están mandados por oficiales que no disfrutan de la estima y del afecto de los milicianos. Este hecho es grave porque la mayoría de los combatientes españoles vale en la batalla en proporción a la confianza que tienen en su propio comandante. Es necesario por lo tanto restablecer la elegibilidad directa y el derecho de destitución desde la base. Podría continuar sobre ese tema. Gravísimo error ha sido aceptar fórmulas autoritarias, no porque fueran tales, sino porque nos llevan a errores enormes y a fines políticos que nada tienen que ver con las necesidades de la guerra. He tenido ocasión de hablar con altos oficiales italianos, franceses y belgas, y he constatado que ellos tienen, de la necesidadreal de la disciplina, una concepción mucho más moderna y racional de la que ciertos neo-generales pretenden realista. Creo que es hora de constituir el ejército confederal, como el Partido Comunista ha constituido su cuerpo propio: el 333
Quinto Regimiento de las milicias populares. Creo que es hora de resolver el problema del mando único, realizando una efectiva unidad del mando que permita pasar a la ofensiva en el frente aragonés. Creo que ha llegado la hora de terminar con el escándalo de millares de guardias civiles y de guardias de asalto, que no van al frente, porque se dedican a controlar los “incontrolables”. Creo que ha llegado la hora de crear una seria industria de guerra. Y creo que es hora de terminar con ciertas curiosidades, tan flagrantes como las del reposo dominical y la de ciertos “derechos obreros” saboteadores de la defensa de la revolución. Es necesario, ante todo. mantener elevado el espíritu de los combatientes. Luigi Bertoni, haciéndose intérprete de los sentimientos expresados por varios compañeros italianos combatientes en el frente de Huesca, escribía no hace mucho:
Camilo Berneri
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La guerra de España despojada de toda fe nueva, de toda idea de transformación social, de toda grandeza revolucionaria, de todo sentido universal, no es más que una vulgar guerra de independencia nacional, que es necesario afrontar para evitar el exterminio que la plutocracia mundial se propone. Queda la terrible cuestión de vida o muerte, pero no es más una guerra de afirmación de un nuevo régimen o de una nueva humanidad. Se diría que todo no está todavía perdido, pero en realidad está todo amenazado y comprometido y los nuestros tienen un lenguaje de renunciadores, el mismo que tenía el socialismo italiano ante el avance del fascismo: “¡Cuidado con las provocaciones!”, “¡Calma y serenidad!”, “¡Orden y disciplina!” Todas las cosas que prácticamente se resumen en: dejar hacer. Y como en Italia el fascismo terminó por triunfar, en España el antisocialismo, con vestiduras republicanas, no podrá menos que vencer, a menos que acontecimientos que escapan a nuestras previsiones se produzcan. Es inútil agregar que nosotros constatamos, sin entrar a condenar a los nuestros, cuya conducta no sabemos decir cómo podría tener una alternativa diferente y eficaz, mientras que la presión italo-alemana crece en el frente y la bolchevización en la retaguardia. Yo no tengo la modestia de Luigi Bertoni. Tengo la presunción de afirmar que los anarquistas españoles podrían tener una línea política diferente de la que prevalece, y pretendo aconsejar algunas líneas generales de conducta, atento a las experiencias de las grandes revoluciones recientes y a lo que leo en la misma prensa libertaria española. Creo que tú debes plantearte el problema de saber dónde defiendes mejor la Revolución, si aportas una mayor contribución a la lucha contra el fascismo, participando en el gobierno, o si no serías infinitamente más útil llevando la llama de tu magnífica palabra entre los combatientes y en 335
la retaguardia. Ha llegado la hora de clarificar incluso la significación unitaria que puede tener vuestra participación en el gobierno. Es necesario hablar con las masas, y llamarlas a juzgar si tenía razón Marcel Cachin, cuando declara (L’Humanité, 23 de marzo): “Los responsables anarquistas multiplican sus esfuerzos unitarios y sus llamadas son escuchadas en forma creciente”; o si tienen razónPravda e Izvestia, cuando calumnian a los anarquistas españoles tratándolos de saboteadores de la unidad. Llamar también a las masas para juzgar la complicidad moral y política del silencio de la prensa anarquista española sobre los delitos dictatoriales de Stalin, de las persecuciones contra los anarquistas rusos, y en los monstruosos procesos contra la oposición leninista y trotskista, silencio recompensado y con mérito por las difamaciones de Izvestia contra Solidaridad Obrera de Barcelona. Llamar a las masas a juzgar si ciertas maniobras de sabotaje al aprovisionamiento no entran en el plan anunciado el 17 de diciembre de 1936 en Pravda: En cuanto a Cataluña, se ha comenzado la limpieza de elementos trotskistas y anarcosindicalistas, obra que será llevada con la misma energía con la que ha sido llevada en la URSS. Es hora de darse cuenta de si los anarquistas estamos en el gobierno para hacer de vestales a un fuego, casi extinguido, o bien si están para servir de gorro frigio a politicastros que flirtean con el enemigo, o con las fuerzas de la restauración de la “República de todas las clases”. El problema se plantea con la evidencia de una crisis que sobrepasa a los actores representativos que hoy ocupan el escenario. El dilema: guerra o revolución, no tiene ya sentido. El único dilema es este: o la victoria sobre Franco gracias a la guerra revolucionaria, o la derrota. 336
El problema para ti, y para los otros compañeros, es el de escoger entre el Versalles de Thiers o el París de la Comuna, antes de que Thiers y Bismark hagan la unión sagrada. A ti te toca responder, porque tú eres “la luz escondida”. Fraternalmente
Tot i la significació del seu càrrec pel fet ser una dona –cal tenir en compte, però, el ministeri per al qual fou proposada–, cal considerar que en la tria de Frederica Montseny hi juguen factors diversos com l'equilibri de forces entre sectors de la CNT o que representa la tendència més «purista» de l’anarquisme. Dolors Marín considera que l'accés de Montseny al ministeri fou, en bona part, un reconeixement al paper de la família Urales dins l’anarquisme ibèric. La mateixa Frederica en parlà sovint. El reusenc Alfons Martorell recorda a les seves memòries el que fou el primer gran míting confederal a l’exili, al cinema Palace de Tolosa de Llenguadoc: «L’últim dels oradors va ésser la Frederica Montseny, que es va descarregar d’un gran pes, parlant ella sola més de dues hores. […] La Frederica a l’exili havia descobert massa 337
tard els errors orgànics que havien comès les élites durant el moviment espanyol fent concessions dels nostres principis per les ganes de guanyar la guerra i protegir la revolució de les posicions conquerides. Deia que aquest sacrifici no havia servit ni per guanyar la guerra ni la revolució.» Un esforç ple de contradiccions, motivat per unes circumstàncies excepcionals, que Montseny sintetitza així: «Hay que comprender la situación de aquellos días. La economía estaba en manos de los trabajadores pero para poder funcionar las fábricas se necesitaban materias primas, y para adquirirlas se necesitaba dinero. ¿Quién tenía el dinero? El Gobierno central. Por otra parte, en el frente estaban nuestros hombres, pero las armas venían de Rusia, y era el Gobierno quien las distribuía. Si nosotros nos hubiéramos replegado totalmente, las colectividades se hubieran asfixiado y nuestras Divisiones hubieran sido asesinadas en el frente, porque ya no tenían armas para defenderse, pues se las iban negando. Además, un repliegue general de los nuestros era el fin de la guerra, en esto mi convicción era absoluta. También se pensó que había de evitar que los otros, a nuestras espaldas, pactasen con Franco. Por todo esto se entró en el Gobierno. Claro, ahora se puede decir que, quizá, sólo retardamos un poco lo que ya estaba perdido. Hoy fríamente, digo que nuestra entrada en el Gobierno no fué compensada; ojalà no hubiéramos intervenido y no nos hubiéramos encontrado histórica e ideológicamente deshonrados. Nadie, en aquel momento, podía pensar de esa manera, pues hubiese sido calificado de derrotista y contrarrevolucionario. Esa fue la realidad de las cosas.» Ampliant encara més aquesta opinió, en el mateix míting de juliol del 37, afegia: 338
"En este instante recuerdo que soy exministro. (Risas). .. El haber pasado por el Gobierno tiene aún alguna ventaja. Tengo ganas de hablar hoy, camaradas... por que hace mucho que no había hablado en Barcelona. El problema que se plantea es el siguiente: somos legalistas, estamos amparados por los derechos democráticos. Haciendo caso omiso de que existe una Revolución, ni puede asesinarse sin juicio precio, ni meter en la cárcel sin pruebas. Queremos no perder la guerra. Y la guerra la están perdiendo, nos la están perdiendo. A todos los que actúan de esta manera, produciendo el malestar de la retaguardia, quebrantando la moral de los frentes y abriendo las puertas de España al enemigo, me dirijo. Durruti dijo: Podemos renunciar a todo, menos a la victoria; podemos renunciar a todo, pero no podemos renunciar a exterminar al enemigo, porque de nuestro
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triunfo depende el porvenir de la clase obrera de todo el mundo. Hay que organizar la producción y asegurar la subsistencia de la retaguardia y los frentes. Esto lo hemos dicho siempre y lo decíamos doblemente, porque habíamos comprendido las verdaderas dimensiones de esta lucha. Antifascismo. ¿Puede ser esto un programa? No. Y tampoco al Frente Popular que se opone a nuestro Frente Antifascista. El antifascismo es algo que se basas sobre realizaciones de tipo económico y político. No se puede triunfar del fascismo luchando contra él a base de vaguedades. Si la democracia es una vaguedad y el fascismo algo más solido, hemos de oponer al fascismo un programa de realidad. Hemos de organizar la resistencia de la clase trabajadora. El verdadero problema del antifascismo no puede ser otro que la gran idea enfrentada contra él, el socialismo. ¿Que importa que le llamemos socialismo libertario, socialismo federalista, socialismo de Estado? Socialismo prescindiendo de los organismos que hayan de dirigir la nueva sociedad. Sólo hay uno, la producción y distribución organizada por la clase trabajadora. Es necesario que situemos las cosas tal como son y los dos enemigos frente a frente, prescindiendo de los intermediarios. A un lado los partidarios de la autoridad y del estado totalitario, de la economía dirigida por el Estado en el gran dueño, en la gran alcahueta y en el Dios de un país. Es la explotación de las minas, campos, fábricas y talleres por la clase trabajadora, organizada en Federaciones de Industria. Colectivizar un taller, poniéndolo en manos de todos sus operarios y existiendo hoy más propietarios que el 19 de julio, tampoco es hacer una revolución social. Es hacer la fórmula infantil que hechos han debido superarla y hoy la estructuración sobre bases 340
socialistas ha de ser la constitución Federaciones de Industria".
de
las
grandes
Més enllà del debat sobre l’encert de la seva presència al govern de l’Estat, és important apropar-se a la que fou la seva pràctica personal i política al capdavant d’un ministeri. En l’àmbit personal, els ministres anarquistes ho foren i ho van deixar de ser en nom de l’organització. Només un exemple: els sous que cobraven com a ministres anaven a la CNT i ells només rebien una paga de deu pessetes al dia, la mateixa que corresponia als milicians que lluitaven al front. Com afirmà Peiró, foren ministres per encàrrec de l’organització i sense cap ambició personal, per tornar a ser treballadors l’endemà de deixar el càrrec. No menys significativa és la seva voluntat de no perdre el contacte amb la lluita, amb la permanència a Madrid i les seves constants intervencions públiques. L’acció de Frederica Montseny fou especialment significativa malgrat que el seu mandat fou curt. Ella no tenia massa experiència en el món de la sanitat, però l’anarquisme s’havia caracteritzat per ser pioner en la pràctica de la medicina al servei de les classes populars. Noms com els de Fèlix Martí Ibáñez o Amparo Poch Gascón són claus per entendre la feina desenvolupada per Montseny. Amb aquests i altres suports, prengué un seguit de mesures per a la reforma de la sanitat: lluita contra les epidèmies –per tal d’evitar que les malalties entre la població esdevinguessin un segon front–, creació dels centres de lluita antivenèria, els liberatorios de prostitució, les escoles de puericultura, les cases de solidaritat, les cases de cecs, les llars infantils, les colònies per a nens evacuats de les zones de guerra. Efectivament, el desplaçament de la població civil a causa de la guerra i la concentració dels refugiats en les ciutats més allunyades del front, en condicions de vida força 341
precàries, obligaren a prendre mesures sanitàries d’urgència. I en el seu mandat s’aprovà la llei que regulava l’avortament. Un programa socialment molt avançat que no era, però, gens lluny d’allò que des de feia dècades proposaven els anarquistes. Sabem que, almenys en una ocasió, vingué a Reus durant aquesta etapa, amb motiu de conèixer el treball mèdic que s’hi estava desenvolupant seguint el mètode del doctor Josep Trueta a l’Institut Pere Mata.
Ella mateixa en dóna testimoni en un article: «Recuerdo, como dato anecdótico, que puse a disposición del doctor Trueta los locales del Instituto Pedro Mata de Reus, para que en ellos se ensayaran los métodos de curación de brazos y piernas por medio del procedimiento de gangrena seca, que más tarde salvó a tantos hombres de mutilaciones fatales en el curso de la segunda guerra mundial. Allí se instaló un equipo de médicos, ganados a las ideas de Trueta, que recogían a heridos procedentes de los hospitales de sangre y a los que generalmente salvaban de la pérdida de uno de sus miembros. Tuve ocasión de visitar este instituto, convertido en hospital de ensayo, y de comprobar los éxitos visitar este instituto, convertido en hospital de ensayo, y de comprobar los éxitos obtenidos.” 342
Tal com remarca Dolors Marín, l’actuació de Frederica Montseny va sorprendre els seus companys, encara que les seves mesures no fossin tan avantguardistes com les de Garcia Oliver. En tot cas, foren les més progressistes de l’època quant a sanitat pública gestionada des d’un ministeri. Aquest període finalitzà el maig de 1937, moment en què es produeixen greus enfrontaments entre militants del POUM i la CNT, d’una banda, i del PSUC, per l’altra. Va defensar el POUM de les injustes acusacions comunistes.
"Acaban de decirnos que han sido hallados en Madrid los cadáveres de Nin y dos compañeros más. (Gran escándalo). Esta noticia no ha sido aún confirmada, pero hasta tanto el Gobierno lo desmienta, diciéndonos dónde está Nin, hemos de creer que es cierto. No se puede impunemente, pasando por encima de la voluntad, de la dignidad de un pueblo, coger a un puñado de hombres, acusarles de algo que no se ha demostrado, meterlos en una casa particular, habilitada al efecto, sacarlos por la noche y asesinarlos. Se nos puede decir que Nin es un agente del fascismo, pero nosotros les diremos: muy bien, probad todo esto y entonces, en medio de la plaza más publica de España, fusilarlo. Cuando puedan demostrarnos que Nin, Gorkin y Andrade son espías, pediremos que sean fusilados, pero 343
matar y asesinar en la sombra, no puede tolerarse. Que asesinen Franco, Queipo, Cabanellas, pero no puede asesinarse en nombre de un gobierno que representa la lucha contra el fascismo, donde están representados todos los partidos antifascistas, menos la CNT y la FAI. Sentimos en este instante la complacencia de no figurar en él, porque si se hubiera hecho de una manera traidora, pasando por encima del ministerio de Justicia, nosotros estaríamos envueltos en la misma tremenda responsabilidad histórica. La CNT y la FAI tienen derecho a plantear al pueblo que ha demostrado saber morir por su libertad. ¡Ni Roma, ni Berlín, ni Moscú! (Grandes aplausos). Los presos de la CNT no lo están por los sucesos de mayo, hay algunos, pero muy pocos; se cargó la responsabilidad exclusivamente al POUM porque era la fuerza minoritaria y porque hay hombres que sólo se atreven con los débiles, pero con los fuertes, no. (Grandes aplausos). Los sucesos de mayo se aclararán algún día, diciendo quienes son los verdaderos agentes de la Gestapo". Durant els Fets de Maig de 1937, va intervenir, amb altres ministres anarquistes, a parar els enfrontaments que tenen lloc a la rereguarda barcelonina. En 1937 publica diverses obres (El anarquismo militante y la realidad espanyola, La Commune de París y la revolución espanyola i Mi experiencia en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social). El 5 de maig, Montseny arribà a Barcelona i després d’entrevistar-se amb els comitès de la CNT-FAI i amb el president Companys, s’adreçà per ràdio al poble per demanar la fi dels enfrontaments. El dia 8 es va restablir la normalitat. El 18 de maig dimití el president Largo Caballero i, amb ell, els quatre ministres de la CNT. El nou govern, amb una forta influència comunista, fou presidit per Juan Negrín. Al mes següent, els anarquistes foren 344
apartats del govern de la Generalitat. El 1938, després de la caiguda del govern de Largo Caballero, presidí el primer Comitè d'Enllaç CNT-UGT i fou la responsable del Departament de Sanitat de la Comissió de Batallons de Voluntaris. Després de la seva etapa com a ministra, Montseny va restar a València, encapçalant la secretaria de Propaganda del Comitè Nacional de la CNT i no va tornar a Barcelona fins a la tardor d’aquell any, quan la ciutat esdevingué capital de la República.
Durant la guerra el nucli familiar es separà. Joan Montseny passà bona part del temps prop de Reus –principalment a l’Espluga de Francolí–, on visità més d’un cop amics i parents. Tot i que les diferències amb la seva filla venien d’abans, es van fer explícites quan l’1 d’abril de 1937 li envià una carta a València des de l’Espluga, proposant-li la liquidació de les edicions de La Revista Blanca i el repartiment dels diners restants. Un trencament profund que, en tot cas, el seu pare no volgué portar al terreny ideològic: «Creo que, en bien tuyo y en el mío, debemos separarnos para no cruzar palabra alguna y no sostener otros vínculos que los que pueden unir a dos personas que sustentan la misma idealidad», li deia. És significatiu, però, a Reus –en català i signant com a Frederic Urales–, que publiqui un article defensant la col•laboració entre les diferents organitzacions antifeixistes: «Escolteu-me, 345
lluitadors de l'avantguarda i de la rereguarda! Us proposo la unió de tots els homes que pugnen per establir un món millor i de totes les organitzacions sindicals que aspiren a l'emancipació dels treballadors; us proposo la unió a qualsevol preu; a qualsevol preu, dic, perquè tots seran més cars que tot el que vosaltres us pugueu imposar». Diari de Reus, 08/01/1937. L’estiu de 1937, Joan Montseny visita repetidament les colònies escolars que va organitzar la CNT reusenca a l’Espluga, on es dedicà a explicar contes a la canalla. També publica alguns articles a la premsa reusenca amb reflexions pedagògiques: «Los niños enseñan mucho. Enseñan más los niños al maestro que el maestro a los niños, si aquel, por psicólogo, entiende el lenguaje del la ingenuidad infantil. Enseñan los niños con sus preguntas, con sus contestaciones, con sus gustos, con sus ademanes… Hasta con sus agudezas. Tienen unas ocurrencias que el mejor de los entendimientos puede aprender de ellas. El arte de enseñar consiste no en saber mucho, sino en saber enseñar lo poco que uno sabe.» De fet, allunyat i sense massa influència en la política dels anarquistes del moment, la pedagogia és la gran preocupació de Joan Montseny en els últims anys de la seva vida. És, però, una figura admirada –potser mítica– per als llibertaris. A tall d’exemple proper, coneixem el cas d’una nena de Riudoms, nascuda el 1937, que va rebre el nom de Montseny en honor al veterà teòric de l’anarquisme.39 L’estiu de 1938, Teresa Mañé va patir una colitis, com a conseqüència d’un tumor al budell, que la portaria a la mort.
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Amb la derrota de l’exèrcit republicà, Frederica marxa cap a l’exili a França, com tants milers de refugiats. L’evolució de la guerra en les primeres setmanes de 1939 va fer perdre als anarquistes l’esperança de resistir a Barcelona i, a començaments de febrer, ella passava la frontera amb la seva mare, molt malalta –a l’estat de debilitat s’afegí una caiguda que li fracturà el fèmur–, mentre que el seu pare, també malalt i quasi cec, ho feia sol. El 5 de febrer de 1939 moria Teresa Mañé a l’Hospital St. Louis de Perpinyà, però Frederica continuà amb el seu treball sindical a la CNT. El juny de 1940, amb l'ocupació alemanya de França, és detinguda pel Govern de Vichy i ha d'afrontar una amenaça d'extradició. Malgrat el trencament prou recent, Frederica es responsabilitzà immediatament del seu pare, que havia estat portat a una presó de Sant Llorenç. Frederica aconseguí la seva llibertat i van marxar cap a París amb la resta de la família, tot i que en els anys següents van haver de canviar sovint de residència.
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Tomba de Joan Montseny Joan Montseny va morir el 12 de març de 1942, després de patir un vessament cerebral. Explica Frederica Montseny que, els últims dies, el seu cos semblava mort, però que, en la seva inconsciència, revivia la joventut, tot afirmant: «—Sóc el Joanet de Reus!». Fou enterrat civilment a Salom. Amb l’ocupació nazi del territori francès, Frederica Montseny fou detinguda i va estar a punt de ser extradita a l’Estat espanyol. Probablement la salvà el fet que, quan es presentà davant el tribunal, es trobava embarassada. Després de l’alliberament, Montseny esdevingué el cap visible de l’anarquisme espanyol, si més no per als sectors que li feien costat, ja que el moviment llibertari va patir en aquest període diversos trencaments. El desembre de 1944, passa a residir prop de Tolosa de Llenguadoc. El maig de 1945, en el Congrés de la CNT a París, és elegida per a ocupar la secretaria de premsa i propaganda del comitè. En 1958, dirigeix el periòdic CNT, que més tard es convertirà en L'Espoir..
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Míting de la CNt a la Barcelona post-franquista
Frederica Montseny va tornar a l’Estat espanyol diverses vegades després de la mort del dictador. El 1977 va retornar a l'Estat espanyol per a la reconstrucció del sindicat. Ni l'exili ni els seus problemes de visió van impossibilitar-la en la propaganda i difusió dels ideals llibertaris que defensava. A Reus va venir el març de 1983. La CNT havia organitzat una exposició itinerant a partir de la documentació gràfica dels arxius d’Amsterdam, que fou presentada al Centre de Lectura. Entre els actes complementaris a la mostra es va programar una conferència seva el 10 de març, que comptà amb una nombrosa assistència de públic. L’Ajuntament de Reus, per la seva part, havia acordat unànimement donar el nom del seu pare a un carrer. El 1987 va publicar la primera part de les seves memòries i durant els últims anys participà en entrevistes i programes de televisió, defensant amb energia les seves posicions. I és que Frederica Montseny va ser, per damunt de tot, una publicista amb una gran facilitat de paraula i una gran capacitat de comunicació. Les persones que la van conèixer 349
en destaquen la seva sòlida formació teòrica i la seva dialèctica. Frederica Montseny va morir a Tolosa el 14 de gener de 1994, on està enterrada.
El 1997, la ciutat on va néixer el seu pare la recordà posant el seu nom a un carrer. També porta el seu nom el premi beca que atorga la Regidoria de Polítiques per a la Igualtat. Una ciutat que, com ella mateixa explicava, mai no va oblidar. En l’acte d’homenatge al seu pare afirmà que la família mai havia tingut cap mena de rancúnia a Reus: «Jo em recordo que quan era joveneta no hi havia any que no vinguéssim a passar alguns dies aquí i els lligams que ens havien unit amb aquesta vila no es van rompre mai. Sempre es va sentir reusenc [el seu pare] en el fons del seu cor i fins i tot el meu català, és el català de Reus.»
El 21 d'octubre de 1981, va morir Germinal Esgleas a Tolosa (Llenguadoc, Occitània), lloc on també ella va morir, el 14 de gener de 1994. Les seves publicacions més destacades són: La mujer, problema del hombre (1932), El 350
problema de los sexos (1951), Cien días en la vida de una mujer (1949), Crónica de la CNT (1974), El anarquismo (1976), Mis primeros cuarenta años (1905-1945) (1987).
BUENAVENTURA DURRUTI: EL MITO DEL "HÉROE DEL PUEBLO".
"Siempre hemos vivido en barracas y tugurios. Tendremos que adaptarnos a ellos por algún tiempo todavía. Pero no olviden que también sabemos construir. Somos nosotros los que hemos construido los palacios y las ciudades en España, América y en todo el mundo. Nosotros, los obreros, podemos construir nuevos palacios y ciudades para reemplazar a los destruidos. Nuevos y mejores. No 351
tememos a las ruinas. Estamos destinados a heredar la tierra, de ello no cabe la más mínima duda. La burguesía podrá hacer saltar en pedazos su mundo antes de abandonar el escenario de la historia. Pero nosotros llevamos un mundo nuevo dentro de nosotros, y ese mundo crece a cada instante. Está creciendo mientras yo hablo con usted. " Buenaventura Durruti.
No sé cuando fué la primera vez que oí el nombre de Durruti. Quizás fuera de un familiar mío de "Estat Catalá" que odiaba con la misma intensidad a los españoles que a los anarquistas y, probablemente, yo en aquellos años compartiera -por lo que hace a los anarquistas- el mismo sentimiento, sin saber porqué, ni lo que significaron, ni conocer para nada la vida ni la obra del gran revolucionario anarquista que por cierto jamás militó en la organización específica del anarquismo ibérico la FAI - Federación Anarquista Ibérica - y pasó muy pocas horas en los locales de los sindicatos confederales, de los que se supone era destacado militante. Lo que si recuerdo con claridad fué la primera vez que ví su imagen, fué en la Casa del Ardiaca, la hemeroteca de Barcelona, próxima a la Catedral y a l'Escola Masana era un cartel de la Guerra Civil:
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Aunque ya empezaba a saber bastante del tema, me pareció algo impúdico, el culto a la personalidad que se construyó a su alrededor inmediatamente después de su muerte. No sé porqué, pero estaba seguro de que el mismo Durruti, arrancaría semejante cartel y lo dejaría reducido a birutas. ¿Que intereses ocultos habían transformado al hombre de acción en Héroe del Pueblo?
Hay quien opina que la historia es la carroña de las sociedades y los historiadores sus forenses. Esa quizás sea la historia con mayúsculas, la de las facultades y bibliotecas, la historia que nosotros reivindicamos no es (o no debiera ser) pretenciosamente objetiva, es (o debiera ser) una herramienta crítica para entender el presente y transformarlo. Durante diferentes etapas de la historia las minorías acomodadas han utilizado en momentos de crisis a diversos movimientos para mantener sus privilegios, llegando a ceder a estos grupos de presión el poder político. Este es el 353
caso del fascismo en el período de entreguerras. Tras la I Guerra Mundial el capitalismo ya no juega un papel progresivo, no desarrolla las fuerzas productivas más que provocando crisis y guerras. En este contexto surgirá el fascismo pero también el antifascismo y ambos con el mismo fin, aunque pueda parecer lo contrario, salvaguardar los intereses del capital imperialista y aplastar al proletariado internacional. La Guerra Civil española ilustra el papel contrarevolucionario del antifascismo a la perfección, tal como señalábamos en la entrada dedicada a abad de Santillán que podéis ver aquí:
http://terraxaman.blogspot.com/2010/05/la-fascinaciondel-poder-diego-abad-de.html
El 19 de Julio en diversas ciudades de España los obreros cortan el paso a la rebelión militar y comienzan una dinámica de expropiación de claro matiz revolucionario que desgraciadamente durarà muy poquito. La misma constitución del Comité de Milicias Antifascistas (organismo interclasista que traslada el protagonismo de las masas a la dirección de las organizaciones) que tan astutamente Lluís Companys hizo aceptar a la CNT-FAI, evidencia el inicio del ataque de la burguesía antifascista contra el proletariado.
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"Hálito de Durruti" monumento levantado por la CGT en memoria Durruti en su ciudad natal.
El cónclave de Burgos (la Junta de los Militares golpistas) y el gobierno republicano de Madrid son los ejes de una misma pinza que se cierra contra la clase obrera. España no será el escenario de una guerra revolucionaria –mes que por unos pocos meses-, ni tan siquiera de una guerra civil, sino el de una guerra imperialista, respuesta que el capitalismo suele adoptar cuando su hegemonía se ve amenazada. La burguesía (tanto nacional como internacional) alineada a ambos lados ventila sus cuentas a costa del proletariado. Desde la República y desde el bando “Nazional” se centra el mensaje en una política de guerra. La guerra como forma de reestructuración del modelo capitalista en crisis y de aplastamiento de la clase obrera. La guerra en España servirá de laboratorio de pruebas, un anticipo al mismo fenómeno de reestructuración que se vivirá a nivel mundial (II Guerra Mundial). En España se 355
impondrá un modelo capitalista dictatorial (con la complicidad de las democracias occidentales y la URSS), mientras que tras la II Guerra Mundial en el resto del mundo se impondrá un modelo capitalista democrático falsamente enfrentado a un supuesto bloque «socialista» antagónico. Tanto el modelo dictatorial como el democrático tienen una misma finalidad: reajustar y mantener el sistema de explotación.
Evidentemente España no entrará en el conflicto mundial puesto que el reajuste (vía triunfo dictatorial) se ha producido con anticipación. También es lógico, siguiendo esta argumentación, que las democracias occidentales que decían luchar contra el fascismo no cuestionen el sistema político (fascista) español tras la II Guerra Mundial. En la guerra de España la ideología que se impondrá, como supuesta necesidad ineludible, será el antifascismo: el frentismo y la colaboración de clases incluyendo en esto a las cúpulas (no se les puede llamar de otra manera) de la CNT-FAI y los oportunistas del POUM desmarcándose con 356
ello de una política realmente revolucionaria y plegándose al pragmatismo de una política de guerra. La unidad antifascista no es más que el colaboracionismo de clase. El proletariado en lugar de enfrentarse contra sus enemigos (la burguesía fascista y antifascista), en una verdadera guerra de clases se verá obligado a hacer de carne de cañón de ambas burguesías con la complicidad de algunos de sus «dirigentes más avanzados». La temprana muerte de Durruti el 20 de noviembre del 36, nos impide suponer cual hubiera sido su evolución ideológica y hasta donde habría llegado su enfrentamiento con los burócratas de la CNT y de la FAI que ponían sus posaderas en los sillones de los Consellers de la Generalitat y del Gobierno de Largo Caballero. Pocos meses después de su muerte “Los sucesos de mayo del 37” en Barcelona se evidencian como el epílogo de un deseo frustrado de crear una sociedad sin clases por parte del proletariado. Es a partir de mayo que podemos decir que la burguesía (de la mano de sus aliados estalinistas) ha vencido a una revolución inconclusa (no se tocaron los bancos, no se abolió el dinero, y principalmente no se destruyó el Estado –mes que parcialmente en los meses del verano-septiembre del 36, lejos de eso algunos anarquistas llegaron a convertirse en ministros (!)).
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El cadáver de Camilo Berneri, el conocido anarquista italiano – como el de Andreu Nin dirigente del POUM- serán el estandarte de los crímenes más evidentes del antifascismo. Los obreros españoles fueron machacados bajo la bandera del antifascismo y en definitiva lucharon (sin ser su deseo) por el triunfo del capitalismo.
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Miembros de las Juventudes Libertarias asesinados en Mayo del 37 en Barcelona.
El proletariado internacional bajo la misma bandera antifascista sólo esbozó los trazos de una solidaridad mediatizada. Este sólo podía respaldar a los obreros españoles mediante acciones de clase dirigidas contra el aparato económico y político del capital. Por eso la ayuda efectiva a la España revolucionaria únicamente residía en el cambio radical a nivel mundial de las relaciones de clase. La Guerra Civil española ejemplariza el nocivo papel del antifascismo. El fracaso de la revolución habría que buscarlo en múltiples causas y no solamente en el antifascismo pero ésta no es la misión del presente mensaje.
Vida y Obra de José Buenaventura Durruti El 14 de julio de 1896 nacía en León Buenaventura Durruti, segundo de los ocho hijos de Santiago Durruti y Anastasia Domínguez.
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De los ocho hermanos -Santiago, Buenaventura, Vicente, Plateo, Benedicto, Pedro, Manuel y Rosa- sólo tres sobrevivieron al finalizar la guerra. En 1932, durante una huelga, moría en León uno de los hermanos de Durruti (según nos comunica Manuel Durruti Cubria, sobrino de Buenaventura, Manuel Durruti -hermano de Buenaventurafué la única víctima en la ciudad de León), junto a un anarquista llamado José María Pérez. Otro murió durante los sucesos de Asturias de 1934. En 1936, comenzada la guerra, Manuel Durruti se afiliaba a Falange Española, en León, y poco después moría fusilado por los mismos falangistas al haberse negado a probar su lealtad hacia la organización. Pedro, antiguo afiliado a Falange, fue fusilado en zona republicana (vease el mensaje enviado por el sobrino de Buenaventura en los comentarios al final de ésta entrada).
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La sencilla casa donde naci贸 Durruti
Buenaventura Durruti asisti贸, durante su infancia, a la escuela leonesa de Ricardo Fanjul.
Los hermanos Durruti n潞1 Jos茅 Buenaventura y 2 Santiago en la escuela. 361
Su hermano mayor, Santiago dice que Pepe, así lo llamaban de pequeño, leía todo lo que caía en sus manos hasta el amanacer, a la luz de un candil. Sus maestros añaden que era un niño cariñoso, con ansias de saber y ya desde los ocho años sentía como propios los pesares de los que le rodeaban, dando muestras tempranas de solidaridad, como lo atestigua la anécdota que nos cuenta su sobrino Manuel Durruti: " vio la situación en que se encontraban los ancianos del Asilo de Ancianos Desamparados; cuando les veía recoger colillas para poder fumar. Esto jamás lo olvidó. El asilo de ancianos estaba muy cerca de la escuela de don Ricardo Fanjul, así que durante los recreos Buenaventura hablaba con ellos. Así supo que la mayoría de ellos, después de una vida de trabajo y privaciones, si tenían suerte, terminaban en un asilo de la caridad. Es entonces cuando hablando con su maestro don Ricardo Fanjul dijo: don Ricardo, prefiero morir luchando que llegar a viejo en estas condiciones. Y es también entonces, cuando Buenaventura va a trabajar a una huerta que había cerca de los Franciscanos. Con lo que ganó, compró papel de fumar y tabaco para los ancianos". Poco más tarde -a los 14 años - y no sin vencer cierta oposición por parte de su familia, abandonaba la escuela y aprendía el oficio de mecánico. Su maestro en esta tarea fue Melchor Martínez, que tenía en León una gran reputación como revolucionario. (Llamaba la atención por leer «El Socialista» en público). De hecho, fue el primer mentor ideológico que Durruti tuvo. «Voy a hacer de tu hijo un buen mecánico, pero también un buen socialista», decía Melchor Martínez al padre de Durruti. 362
Durruti de pie en el centro con sus compañeros del sindicato Metalúrgico de la UGT.
En 1912 Durruti, influenciado por su padre -de ideas socialistas- y por M. Martínez, se afiliaba a la «Unión de Metalúrgicos»; sin embargo, pronto comprendió que el socialismo moderado de la UGT. -Unión General de Trabajadores- no era lo que más le atraía. Una vez abandonado el trabajo en el taller de Melchor Martínez, Durruti trabajó como montador de lavaderos de carbón. Iba a ser Matallana, a 30 Kms. de León, el escenario de la primera dificultad que Durruti tendría con las autoridades. Se encontraba allí con motivo de la instalación de uno de estos lavaderos y no tardó en verse involucrado en un conflicto provocado por los mineros, que exigían la destitución de uno de los ingenieros cuya actitud era claramente contraria a sus intereses. Los mineros, con el apoyo de Durruti y los demás mecánicos, consiguieron que 363
el ingeniero fuera despedido; sin embargo, al llegar Durruti a León se encontró con la noticia, nada agradable, de que la Guardia Civil se había interesado por él. Poco después, en 1914, al partir su hermano Santiago a la guerra, su padre le consigue sustituir a aquel en la Compañía de Ferrocarriles del Norte, como mecánico ajustador, empresa en la que el padre de Durruti trabajó hasta caer enfermo. Allí se encontraba Durruti cuando, en 1917, estalló la gran huelga revolucionaria, promovida por la UGT y secundada por la CNT -Confederación Nacional del Trabajo-. Buenaventura desplegó durante la huelga una gran actividad, contribuyendo a la quema de locomotoras y al levantamiento del tendido de las vías, lo que significó su expulsión de la UGT y, obviamente, el despido de la compañía. Con su amigo «El Toto» se dirigió en primer lugar hacia Gijón, donde contactó con la CNT, y, posteriormente huyó a Francia, ya que además de por saboteador era buscado por desertor. "Para nosotros Durruti no es ni un héroe ni un mesías. No necesitamos jefes ni caudillos. Eso no existe entre los anarquistas. El papel de Durruti no puede interpretarse como un culto al héroe. Él tenía una cierta dignidad y un cierto valor sin los cuales es imposible vivir. En nuestros días, el Che Guevara desempeñó un papel muy parecido. Durruti no era un teórico, no era de los que se sientan ante un escritorio mientras los demás luchan. Era un hombre de acción, salía a la calle a luchar, y siempre se le encontraba donde el peligro era mayor. A veces la simpatía por Durruti llegó a regiones de fervor religioso y de mística sentimental. El culto a los héroes es 364
tan viejo como el mundo. Carlyle le dio significación porque en su época el culto a los héroes no era el culto plural y anónimo de ahora. Hoy, en la inmediación de Durruti y en la lejanía espacial de sus años y de los nuestros, vemos millones de héroes. Y una fuerte impulsión nos acerca a su sacrificio total, a su vida malograda y a su tránsito, pero nos aleja de cualquier personalización mística, de cualquier deificación. El culto al héroe habría de consistir en darle amplitud. Entre los muertos por una noble causa no puede separarse a uno solo. En nuestros debates surge como apelación celeste el culto al heroísmo. Todas nuestras victorias, sin embargo, se han conseguido por actividad conjunta, en la que no hizo falta el sacrificio heroico de nadie, sino la solidaridad de todos. Lo ejemplar de Durruti fue su protesta airada -mucho más lo hubiera sido de seguir viviendo- contra la traición de la retaguardia endiosada en las poltronas, que pudo determinar el combate eficientemente contra el salvajismo franquista y no lo hizo. Lo ejemplar de Durruti fue su actitud contra la militarización, Lo ejemplar de Durruti fue su llaneza tan en oposición a las fantasías de los graduados repentinos. Lo ejemplar de Durruti fue su voluntad de entera autonomía para los núcleos económicos que se iban formando en Aragón junto a la misma línea de fuego, y no con una nueva etiqueta de Confederación Nacional del Trabajo, sino con su espíritu superado y galvanizado con inmediatos y buenos ejemplos. Lo ejemplar de Durruti era su adversa opinión al militarismo galoneado que, después de perder todas las guerras, hace imposible la paz. Felipe Alaiz. 365
El 1 de enero de 1919 Durruti cruzó la frontera, clandestinamente, y se dirigió a Asturias, donde debería realizar una misión encomendada por la CNT. Una vez cumplida la misión, parece ser que estuvo en La Robla, a 25 Kms. de León, implicado en un grave conflicto laboral, dirigiéndose poco después a Valladolid, donde permaneció unos tres meses. Más tarde, y cuando se encaminaba hacia Galicia, con el fin de participar en diversas acciones, fue detenido por la Guardia Civil y enviado a La Coruña. Allí le identificaron como desertor y le trasladaron a San Sebastián, siendo sometido a Consejo de Guerra y encarcelado. Sin embargo, permaneció muy poco tiempo en la cárcel, ya que, con la ayuda de varios compañeros, logró evadirse y huyó a Francia (julio de 1919) después de haber pasado algún tiempo escondido en los montes.
Manuel Buenacasa
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En 1920 regresó a España, por San Sebastián, y se dirigió a Barcelona. Antes de emprender la marcha hacia la ciudad catalana, rechazó un trabajo en una fábrica de Rentería, que Manuel Buenacasa y otros compañeros le habían buscado, así como un puesto en el Comité de Metalúrgicos de la CNT en el país vasco: «En mi opinión los cargos importan poco -decía Durruti-. Lo importante para mí es la base, a fin de poder obligar a los de arriba, desde ella, a que respeten sus compromisos, impidiéndoles así, en la medida de lo posible, que se burocraticen». A su paso por Euskadi, Durruti conoció a otros anarquistas significados: Suberviola, Del Campo, Albaldetrechu y Ruiz, con los que creó el grupo llamado «Los Justicieros», cuyo terreno de acción era, simultáneamente, Aragón y Guipúzcoa.
Durruti y el resto de «Los Justicieros» decidieron actuar rápidamente, y su primer objetivo era Alfonso XIII. El 367
monarca español debía de asistir a la inauguración del Gran Kursaal de San Sebastián. La pretensión de los anarquistas era acabar con la vida del rey valiéndose de explosivos, pero sus intenciones se vieron frustradas ante el masivo despliegue policíaco que se llevó a cabo en el País Vasco para lograr la captura de Durruti, Suberviola y Del Campo, que habían sido denunciados. En febrero de 1921, Durruti se encontraba en Andalucía en cumplimiento de una nueva misión, cuyo fin era ampliar las bases del anarquismo en esta región. El 9 de marzo, en compañía de Juliana López que era el otro emisario en tierras andaluzas, regresó a Madrid y fue apresado por la Policía. Ese día todo individuó sospechoso era detenido en la capital. El día anterior, Eduardo Dato había sido muerto a balazos por tres desconocidos. No obstante, Durruti, haciendo uso de una falsa personalidad, logró engañar a la Policía y salió libre, continuando su viaje de vuelta a Barcelona.
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El Capitán General de Catalunya Martinez Anido
El grupo de «Los Justicieros», que más tarde cambió su nombre por el de «Crisol», siguió en su línea de utilización de la violencia como respuesta a la violencia desatada por la patronal. "La violencia en estos años fue extrema. Los miembros del Sindicato Libre, con la colaboración de la policía, asesinaban impunemente a políticos de izquierdas y a dirigentes del Sindicato Único, mientras que activistas del Sindicato Único asesinaban policías, empresarios y miembros del Sindicato Libre. En este tiempo murieron alrededor de 400 personas. Entre los muertos podemos destacar a unos 50 patronos, como por ejemplo Antoni Albareda, unos 170 sindicalistas, como por ejemplo Salvador Seguí, el noi del sucre, más de 80 obreros, más de 30 policías, unos 40 pistoleros del Sindicato Libre y también algunos políticos de izquierdas como Francesc Layret".(José Vicente Mestre Chust) A finales de 1922, se constituía el grupo «Los Solidarios», cuyo fin primordial era la lucha contra las bandas armadas que subvencionaban los empresarios, protegidos por Martinez Anido y Manuel Arlegui el Gobernador Civil de Barcelona. Los choques entre estos grupos llegaron a adquirir un carácter de verdadera guerra civil.
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Algunos miembros del grupo "Los Solidarios", pueden verse a la derecha Durruti, Ascaso, Aurelio Fernandez, creo que Niguel García Vivancos, Juan García Oliver y Ricardo Sanz.
«Los Solidarios» contaban con varios colaboradores y gente de confianza cuya ayuda era solicitada según la naturaleza del asunto que les ocupara. Los principales componentes del grupo eran: Buenaventura Durruti, Francisco Ascaso, Juan García Oliver, Eusebio Brau, Aurelio Fernández, Miguel García Vivancos, Alfonso Miguel, Ricardo Sanz, Gregorio Suberviola, Rafael Torres Escartín, Juliana López, Ramona Berni y Antonio «El Toto». Uno de los primeros condenados a muerte, por el grupo, fue el cardenal-arzobispo de Zaragoza, Juan Soldevilla y Romero (n. 1843). Sobre la ejecución de Soldevilla, es muy interesante el fragmento de la novela de Pío Baroja «El Cabo de las Tormentas» que a continuación reproduzco:
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«El cardenal-arzobispo de Zaragoza era un reaccionario de influencia. La ejercía no sólo en su sede sino en Barcelona y recomendaba a las autoridades de allí medidas fuertes y duras contra los obreros y los agitadores. Los anarquistas sabían que el arzobispo conferenciaba en Reus con los jefes de la Patronal de Barcelona y daba consejos para atacar a la organización sindicalista obrera. La banda marchó a Zaragoza; se entendieron los directores con una vieja anarquista catalana que vivía allí hacía algún tiempo, la ciudadana Teresa, y entre todos prepararon una emboscada y mataron al arzobispo una tarde que iba a una posesión suya llamada «El Terminillo». El arzobispo fue muerto en el auto cuando entraba en su finca, donde había establecido una escuela dirigida por monjas. Los anarquistas le hicieron veinte disparos. El arzobispo cayó muerto y quedaron heridos sus familiares y el chofer.» Hay que recordar que en el momento del atentado contra Soldevila, Durruti se encuentra preso en la cárcel.
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El 1 de septiembre se llevaba a cabo una nueva y espectacular acción de «Los Solidarios»: el Banco de España de Gijón era objeto de un atraco a mano armada, llevándose los asaltantes un botín de unas 675.000 pesetas. La ejecución del asalto no fue fácil. Se acusaba a"Los solidarios" de bandidos y ladrones, a éste respecto las palabras de la madre de Durruti son reveladoras: "se dice que mi hijo es un ladrón y que millones pasaban por sus manos, pero cada vez que venía a casa lo hacía con la ropa destrozada, sin un céntimo y su padre y yo teníamos que pagarle el billete de vuelta hacia su destino".
Durruti, después de mantener un violento tiroteo con la Guardia Civil, logró huir subiendo al tejado de una casa y abandonando la ciudad al amparo de la noche. «La banda de Durruti» comenzaba a ocupar los titulares de la Prensa burguesa. Días más tarde el mismo Durruti, ayudado por varios compañeros, conseguía liberar a Francisco Ascaso, que se encontraba en prisión. La CNT, desde su comienzo, actúa como salvaguardia de las familias campesinas y obreras, lucha contra el analfabetismo y el alcoholismo de grandes grupos sociales. 372
La CNT vela por el buen comportamiento de sus militantes. El maltrato a la compañera o beber el dinero del jornal suponían la expulsión del sindicato, y con ello el aislamiento social del causante. La CNT era un refugio ético de la clase obrera. El sindicato crea bibliotecas y centros de alfabetización por toda España. Se enseña a leer y a escribir a los adultos. Después del trabajo diario y los días festivos, los sindicalistas dedicaban tiempo a trabajar por una sociedad más justa, mediante el apoyo material y moral de la militancia. Manuel Durruti (sobrino de Buenaventura)
Ambos amigos, Durruti y Ascaso, deciden emprender la marcha hacia Francia. Una vez en París, toman contacto con otros anarquistas allí establecidos, y juntos dan origen a la «Editorial Anarquista Internacional». La creación de esta editorial tenía como fin propagar por todo el mundo las obras ideológicas y de lucha del movimiento libertario. En París tuvieron conocimiento de la muerte de varios de sus compañeros - Del Campo abatido a balazos por la Policía en Barcelona- y de la detención de otros - Suberviola y Aurelio Fernández-.
A finales del año 1924, Durruti y Ascaso embarcaban con rumbo a Latinoamérica. Fue Cuba el punto inicial de su periplo por estas tierras y allí encontraron trabajo como cortadores de caña. Pronto comenzaron su labor en favor de los trabajadores de aquel país, y el punto álgido de sus acciones fue la ejecución de un empresario que mantenía a sus obreros en un lastimoso estado de esclavitud medieval. La activa búsqueda de los dos anarquistas por la Policía les convenció de la necesidad de abandonar la isla, y se dirigieron a México. Allí se encontraron con Jover y 373
Vivancos, y juntos continuaron su peregrinar por Uruguay, Chile, Perú y Argentina bajo la denominación de «Los Errantes». Waldo Bayer, autor de un libro sobre el anarquista Severino Giovani -fusilado en Argentina el 1º de febrero de 1932-, narra alguna de las actividades de Durruti y sus compañeros a su paso por el continente americano:
Coche con el que Los Errantes expropiaciones en Buenos Aires.
efectuaron
sus
«Si bien ya ha habido antecedentes en nuestro país, de esta clase de anarquismo expropiador, su verdadero auge se debe a la acción emprendida por los anarquistas españoles Francisco Ascaso y Buenaventura Durruti; dos figuras verdaderamente legendarias que, necesitados de seis millones de pesetas exigidas por un juez español para liberar a ciento veintiséis de sus compañeros, inician una serie de asaltos a casas bancarias que comienza en España, con el Banco de Cataluña, sigue en México y luego por los países del Pacífico, asientan sus bases en Chile, donde obtuvieron un buen botín, llegan a la Argentina, donde asaltan el Banco de San Martín, cruzan el Río de la Plata, llegan a Montevideo donde realizan otros asaltos con éxito y luego regresan a Europa en un increíble periplo de coraje 374
a toda prueba y desenfado. Esa gente sabía resolver las situaciones más difíciles con absoluta tranquilidad y sangre fría» .
Durruti -según se dice vestido de sacerdote-, Ascaso y Jover, buscados por casi todas las policías de Sudamérica, decidieron regresar a Europa. Para ello embarcaron en un trasatlántico que se dirigía a Inglaterra. Sin embargo, al tener que etectuar el barco una parada de emergencia en Canarias, los tres amigos se creyeron descubiertos y a punto de ser entregados a las autoridades españolas. Afortunadamente para ellos, no había motivo de alarma y, unas semanas después, el barco reemprendió su marcha hasta Inglaterra. Cruzaron el Canal de la Mancha y, poco antes del primero de mayo, se encontraban en París. Allí, Durruti trabajó durante algún tiempo en el sector metalúrgico y conoció a otros anarquistas de gran prestigio: Sebastián Faure, Louis Lecoin, Voline, Pedro Archinof y Néstor Mackno, su alma gemela. 375
Nestor Majnó El 14 de julio de 1924 era el día señalado para que Alfonso XIII, acompañado del dictador Primo de Rivera, llegara a París, invitado por el Gobierno francés con motivo de la Fiesta nacional. Enterados de la visita, «Los Solidarios» dedicaron mes y medio a preparar un plan para acabar con la vida del monarca español. Para ello se pertrecharon de gran cantidad de munición, tres fusiles y un automóvil. El atentado se llevaría a cabo en la estación anterior a París, donde el tren en el que viajaba la comitiva real efectuaría una breve parada. El vagón que ocupaban el rey y sus acompañantes sería ametrallado y huirían en el automóvil. Sin embargo, la Policía francesa fue puesta en antecedentes y el plan de los anarquistas quedó frustrado. El 25 de junio, en un modesto hotel parisiense de la calle Legéndre, Durruti, Ascaso y Jover eran detenidos y posteriormente encarcelados. El 2 de julio aparecía la noticia de su detención en la Prensa. Las demandas de 376
extradición por parte de diversos Gobiernos, entre ellos, el de España, no se hicieron esperar. El porvenir de los libertarios españoles se enturbiaba.
El anarquista francés Sebastian Faure Faure y Lecoin promovieron una gran campaña en favor de los detenidos para que no fuesen entregados a ninguno de los Gobiernos peticionarios de la extradición. Los anarquistas españoles fueron juzgados -la defensa corrió a cargo de Lecoin- y definitivamente indultados en julio de 1927. No obstante, no se les permitía la residencia en territorio francés. La misma Policía francesa les introdujo clandestinamente en Bélgica. Poco después, era la Policía belga quien utilizaba el mismo método con respecto a Francia. En aquellos agitados años, Durruti conoció en la Biblioteca Anarquista de París, a la que sería su compañera hasta el
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final de sus días y madre de su hija Collette, Emilienne Morin.
"Durruti y yo no nos casamos nunca, por supuesto. ¿Qué se figura usted? Los anarquistas no van al registro civil. Nos conocimos en París. Habrá sido en 1927. Él acababa de salir de la cárcel. Había habido una campaña inmensa en toda Francia, el gobierno había cedido, los «tres mosqueteros» (ése era el sobrenombre que les había puesto la prensa) fueron libertados. Durruti salió, esa misma tarde visitó a unos amigos, yo estaba allí, nos vimos, nos enamoramos a golpe de vista, y así seguimos". "Sí, los anarquistas siempre hablaban mucho del amor libre. Pero eran españoles al fin y al cabo, y da risa cuando los españoles hablan de cosas así, porque va contra su temperamento. Repetían lo que habían leído en los libros. Los españoles nunca estuvieron a favor de la liberación de la mujer. Yo los conozco bien a fondo, por dentro y por fuera, y le aseguro que los prejuicios que les molestaban se los quitaron enseguida de encima, pero los que les convenían los conservaron cuidadosamente. ¡La mujer en casa! Esa filosofía sí les gustaba. Una vez un viejo compañero me dijo: «Sí, son muy bonitas sus teorías, pero la anarquía es una cosa y la familia es otra, así es y así será siempre. 378
Con Durruti tuve suerte. Él no era tan atrasado como los demás. ¡Claro que él sabía también con quién estaba tratando! Emilienne Morin El mismo Durruti: "Por ejemplo, ante una burla machista decía: "Cuando mi mujer va a trabajar yo limpio la casa, hago las camas y preparo la comida. Además, baño a la nena y la visto. Si crees que un anarquista tiene que estar metido en una taberna o un café, mientras su mujer trabaja, quiere decir que no has comprendido nada". Nuevamente descubiertos en este país, Bélgica les admitió, si bien para permanecer allí tuvieron que adoptar una personalidad falsa previo acuerdo con la Policía belga! A propósito de está extraña situación, Ascaso comentaba: «Es lo más curioso que me ha ocurrido nunca. La legalidad sirviéndose de la ilegalidad».
Germinal de Sousa 379
Durante este período -1927, exactamente- era creada, en Valencia, la FAI -Federación Anarquista Ibérica-, cuyo primer secretario fue el portugués Germinal da Sousa. Su finalidad era activar el movimiento libertario y acercar la CNT hacia el ideal puramente anarquista, en oposición al colaboracionismo y moderación que pregonaban algunos de sus miembros, Pestaña, Peiró, Juan López, etc., lo que posteriormente originó una división entre ambas tendencias. Para pertenecer a la FAI era condición indispensable ser afiliado a la CNT. No nos vamos a ocupar aquí de la estructura y funcionamiento de la FAI, pero sí diremos que con su creación el anarquismo de acción iba a adquirir una nueva dimensión.
El 14 de abril de 1931 era proclamada la Segunda República Española. El 15 regresaba a España Buenaventura Durruti. Este hombre, junto con Ascaso, Oliver, Federica Montseny, Jover y demás partidarios del 380
anarquismo práctico, iban a ser quienes dominarían la nueva organización anarquista. --> "Durruti me impresionó mucho. Era gigantesco, atlético, tenía una potente cabeza, era una especie de Dantón. Su voz era fuerte. Por cierto, también era bondadoso cuando quería, casi tierno. Yo sabía mucho de él y sus amigos, de sus viajes por los países latinoamericanos, de sus golpes de mano. Pero hay que reconocer que, si bien Ascaso y Durruti eran (si usted lo prefiere) gángsters políticos, o precursores del terrorismo (hoy es común, los periódicos hablan todos los días de los terroristas), nunca se guardaron ni una peseta para ellos". Federica Montseny.
Enseguida comprendí que Durruti era un anarquista innato. Se notaba que venía de la provincia, tenía algo de rústico. Cavilaba a menudo y pensaba lo suyo. No era un intelectual, ciertamente, y en Barcelona adquirió una cierta formación teórica. Era de León, de la meseta castellana, y tenía algo de la fuerza y la dureza de sus paisanos. Era un hombre del temple de un Padilla o de un Pizarro, los viejos conquistadores. En Barcelona leyó mucho, sobre todo a nuestros clásicos anarquistas, Anselmo Lorenzo, Elisée Reclus, Ricardo Mella, y sobre todo a Sébastien Faure, el filósofo francés del anarquismo. Su horizonte cultural siempre fue un poco limitado, pero a pesar de todo tenía una base sólida".Joan Ferrer
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"Además, siempre fue un hombre capaz de todo cuando era necesario. Sus ideas no eran un pasatiempo para él, quería realizarlas. Esto explica lo que más tarde llamarían su heroísmo. Actuaba instintivamente, sin duda. Tal vez era también un obcecado, pero al mismo tiempo tenía un temperamento bondadoso, y con esto quiero decir que su impulso más esencial era la solidaridad. Sus recursos eran enormes desde todo punto de vista. Ello se demostraba por ejemplo en la cárcel, donde ayudaba a los doblegado s y decaídos. Durruti no conocía la depresión física ni la depresión moral. No importa lo crítica que fuese la situación en que se hallaba -en las huelgas, en la lucha callejera, bajo los golpes de la represión-, siempre la afrontaba con decisión, y muchas veces con éxito. Y cuando fracasaba no se desesperaba. Enseguida pensaba en la próxima etapa, en la próxima tentativa". Joan Ferrer El 1º de mayo la FAI lanzó su primer aviso serio a la República. En el Palacio de Bellas Artes de Barcelona se celebró un gran mitin, en el que se elaboró una lista de reivindicaciones obreras: disolución de la Guardia Civil, expropiación de las pertenencias a órdenes religiosas, desaparición de los monopolios, reparto de los cotos de caza... . Allí, Durruti se dirigió al auditorio: «Si fuéramos republicanos, afirmaríamos que el Gobierno provisional se va a mostrar incapaz de asegurarnos el triunfo de aquello que el pueblo le ha proporcionado. Pero como somos auténticos trabajadores, decimos que, siguiendo por ese camino, es muy posible que el país se encuentre cualquier día de estos al borde de la guerra civil. La República apenas 382
sí nos interesa; la aceptamos como punto de partida de un proceso de democratización social...».
Una vez finalizado el mitin, se organizó una gran manifestación en cuya cabeza marchaban los inevitables Durruti, Ascaso y Oliver. La Guardia Civil, puesta sobre aviso, hizo frente a la pacífica manifestación. Los resultados del enfrentamiento fueron: dos muertos y varios heridos por los guardias, y un muerto y quince heridos por parte de los cenetistas y un pelotón de soldados de infantería que, mandados por el capitán Miranda, se prestó a defender a los trabajadores del ataque de que habían sido objeto. La intranquilidad de la clase obrera se hace palpable en todas partes. Los conflictos y las huelgas se suceden por todo el país: Sabadell, Lérida, Gijón, etc. En Madrid, Sevilla y Málaga, los conventos comienzan a arder. Mientras todo esto sucedía, Emilianne Morin, la compañera de Durruti, daba a luz a la hija de ambos: Colette. Casi al mismo 383
tiempo, moría en León el padre de Durruti. Con tal motivo, éste se dirigió a su ciudad natal para asistir al entierro que fue, a la vez que el adiós definitivo a un hombre honrado, un gran homenaje a la presencia de un gran revolucionario. Durruti fue invitado por los sindicatos de la CNT leonesa a un mitin que se celebraría unos días después. Aceptó la invitación el anarquista leonés y, como consecuencia, las autoridades intentaron detenerle. Sin embargo, la amenaza de Durruti les hizo desistir de su propósito: «Detenedme y quizá mañana León y toda y su provincia se vean envueltas en una gran huelga general».
"¡Romper las cadenas de la esclavitud de la clase obrera para sentirnos dignificados en la libertad!", gritó en León El día señalado para la celebración del mitin, la plaza de toros se encontraba repleta de trabajadores. La reunión estaba presidida por Tejerina, secretario local de la CNT. Allí, Durruti se dirigió a sus paisanos y les habló durante largo tiempo sobre el momento prerrevolucionario que se estaba viviendo en España. Efectivamente, Durruti no se equivocaba. 384
"Pocos días después de la proclamación de la segunda República, en abril de 1931, vinieron a mi casa Durruti, Ascaso y García Oliver. Discutimos mucho, especialmente sobre el principal problema de entonces de los anarquistas. Algunos creían que había que darle una oportunidad a la República, y los otros decían (y ésta era el ala extremista del movimiento anarquista, a la que pertenecían Durruti, Ascaso y García Oliver) que no había que darle tiempo a la República para que se estableciera. Según ellos, esto pondría en peligro el desarrollo ulterior de la sociedad española e interrumpiría el proceso de cambio revolucionario de estructuras. Nuestras opiniones eran distintas. Reconozco que entonces temía que una precipitación excesiva pudiera perjudicarnos. Después, ante la evolución política de la República, tuve que admitir que Durruti, Ascaso y García Oliver tenían razón. La República cayó en un temeroso reformismo; ni siquiera realizó la reforma agraria, que era el problema clave de España". Federica Montseny El 18 de enero de 1932 se iba a producir un gran acontecimiento en la historia del movimiento libertario. El escenario fue la cuenca minera del Alto Llobregat. Ese día se proclamaba allí el comunismo libertario. Figols fue el primer pueblo en lanzarse a la aventura revolucionaria. Tras Figols, Manresa, Berga y varios pueblos más. Inmediatamente, el Gobierno hizo uso de la Ley de Defensa de la República. La rápida intervención del Ejército y la posterior represión fueron las medidas tomadas. Los responsables serían detenidos, pero la represión no sólo se localizó en esta comarca sino que se extendió por toda España. «Durruti dijo a los mineros que la democracia burguesa había fracasado; que era necesario realizar la revolución; que la emancipación total de la clase trabajadora solamente podía conseguirse mediante la 385
expropiación de la riqueza que detentaba la burguesía y suprimiendo el Estado. Aconsejó a los mineros de Figols que se preparasen para la lucha final, y les enseñó la manera de fabricar bombas con botes de hojalata y dinamita» .
En la mañana del día 21, Durruti y los hermanos Ascaso eran detenidos. Al amanecer del 10 de febrero, un destarlado y viejo trasatlántico salía del puerto de Barcelona llevando a bordo 125 detenidos como consecuencia de los sucesos del Alto Llobregat. Su destino era Guinea. Sin embargo, el Gobernador de Villa-Cisneros se negó a admitir en su jurisdicción a Buenaventura Durruti, al que consideraba asesino de su padre, Fernando González Regueral, ex-gobernador de Bilbao, cuya ejecución había tenido lugar varios años antes en León. Durruti no había tenido nada que ver en la ejecución material del acto, ya que los autores de este atentado fueron Suberviola y «El Toto». El hecho, en definitiva, fue que Durruti y algunos compañeros detenidos fueron trasladados a Fuerteventura . Una vez que Ascaso y Durruti recobraron la libertad -fueron los últimos en abandonar el destierro junto con Cano Ruiz-, sus esfuerzos se encaminaron hacia la preparación de la 386
sublevación que tendría lugar en enero del 33. Durruti, Ascaso y García Oliver eran los encargados de coordinar el alzamiento en Barcelona. El fracaso de esta sublevación es conocido; sin embargo, los anarquistas lucharon a fondo en diversos puntos del país. En Andalucía, la represión llevada a cabo fue de dimensiones trágicas. Suficientemente conocido es el episodio protagonizado por el mismísimo Azaña: «¡Ni heridos, ni prisioneros! ¡Tirar al vientre!».
Poco después, Durruti hacía un análisis sobre el fracaso de la insurrección: «Es cierto que las condiciones no estaban maduras. Si hubiera sido así no estarían muchos de nosotros en prisión. Pero también es cierto que estamos atravesando un período prerrevolucionario y que no podemos permitir a la burguesía que domine la situación haciéndose fuerte en el poder del Estado (…). Es bajo esta perspectiva como debe interpretarse la tentativa revolucionaria del 8 de enero, puesto que jamás ha pasado por nuestra cabeza la idea de que el éxito de la Revolución consiste en la toma del poder por una minoría que después impondrá su dictadura al pueblo. Nuestra conciencia revolucionaria es opuesta a esta táctica. Nosotros queremos una revolución por y para el pueblo. Fuera de esta concepción no hay revolución posible. (...). Por todo elle, lo que nadie podrá discutirnos es que nuestra intentona no haya cumplido con el objetivo de constituirse en un ataque pensado y dirigido contra el mismo corazón del sistema capitalista y estatal, herido de muerte tras el levantamiento de los mineros del Alto Llobregat».
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En el Penal de Santa María En abril, Durruti y Ascaso eran detenidos, después de haber asistido a una reunión, cuando se dirigían a sus casas. El jefe de la Policía de Barcelona, Miguel Badía, y el consejero de Orden Público, el fascista José Dencás, hicieron declaraciones en el sentido de que, con la detención de Ascaso y Durruti, «la FAI había quedado completamente desarticulada». Los dos amigos estuvieron en la cárcel de Barcelona hasta julio, en que fueron trasladados al penal de Santa María (Cádiz). Ascaso permaneció allí hasta octubre y Durruti fue liberado unos días antes, después de haber sido juzgado como «vagabundo», una de tantas fórmulas jurídicas que los Gobiernos idean como justificación de sus arbitrarias detenciones. «¡Aplicarme a mí la ley de vagabundos! ¡A mí, que me he pasado la vida trabajando! -decía Durruti encolerizado-. Acepto que se me acuse de disparar contra la fuerza pública, o de tratar de transformar esta sociedad que desapruebo y execro, pero... ¡acusarme de vagabundo!... ¡No hay ningún juez que tenga el derecho de juzgar al obrero Durruti como a un vagabundo! ¡Decídselo así a vuestros superiores!».
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Gil Robles, que se hacía llamar "El Jefe" -al estilo de Il Ducce o Führer- en un míting en Toledo En noviembre del 33 las derechas ganan las elecciones, pasando a gobernar Lerroux y sus radicales que serían posteriormente apoyados por el reaccionario Gil-Robles y su organización de Derechas Autónomas. Una de las primeras medidas del nuevo Gobierno fue declarar el Estado de Emergencia por temor a que los trabajadores se levantaran contra el derechismo gubernamental. En efecto, el 8 de diciembre, varios puntos de la península se encontraban en huelga general: Barcelona, Valencia, Granada, Córdoba, Badajoz, Huesca... En las demás capitales reinaba una gran confusión. Aragón era el principal centro de la insurrección. En Barbastro, Calanda, Alcampiel, Valderrobles, Alcoriza y otros pueblos hubo numerosos enfrentamientos con las fuerzas gubernamentales. En casi todos ellos se llegó a proclamar el comunismo libertario. Como consecuencia de la represión llevada a cabo, hubo más de ochenta muertos y las cárceles se vieron de nuevo repletas. Allí fueron a parar Durruti, Cipriano Mera e Isaac Puente, componentes del Comité Nacional Revolucionario cuya misión era coordinar el alzamiento. 389
La mayoría de los detenidos fueron, sin embargo, liberados muy pronto merced a la imaginación de Durruti, que arguyó un audaz plan que sus compañeros no detenidos se encargaron de llevar a la práctica. «La Voz de Aragón» daba así la noticia: «Ayer tuvo lugar un suceso de una audacia increíble. Un grupo de siete individuos, armados con pistolas, penetraron en las dependencias del Tribunal de Urgencia de Zaragoza, donde se instruye la causa por los recientes acontecimientos revolucionarios: los asaltantes sorprendieron a los jueces y sus secretarios cuando se encontraban más atareados, obligándeles a permanecer inmóviles, tras lo cual se apoderaron de la totalidad del sumario concerniente al movimiento de diciembre último. Después de esto, los siete hombres desaparecieron a toda prisa» .
Cipriano Mera Los nuevos interrogatorios sólo pudieron probar la «culpabilidad» de los responsables más significados, entre ellos los tres componentes del Comité Revolucionario. Durruti, Mera y Puente fueron conducidos al penal de Burgos, donde permanecieron hasta recobrar la libertad en el mes de mayo. Por lo que a la política del gobierno se refiere, parece que la crisis estaba cerca. Los reaccionarios se estaban aproximando de un modo alarmante a las esferas del poder. «La Solidaridad» así lo hacía notar: «Nuestra consigna suprema es: «Frente a todo intento fascista; frente a no importa qué tipo de dictadura; frente a toda revolución política, la revolución social de los trabajadores ibéricos. Frente a toda transmisión de poderes, la consigna 390
revolucionaria de los trabajadores: destrucción del Estado, negándoles la obediencia que lo sostiene. Ocupación de las fábricas, de los talleres, de todos los lugares de trabajo. Socialización de las tierras, incautación de los municipios por las fuerzas populares. Proclamación de la comuna libre». ¡Obreros!; Trabajadores todos de España, militéis donde sea, os adjetivéis comunistas, socialistas, sindicalistas o anarquistas!... ¡Por la Revolución, por la Libertad, por la Justicia, por la Anarquía!...» . Mientras, en Barcelona continúa la huelga de tranvías. En Madrid, el ramo de la construcción acuerda el paro. En Tarragona, Valls, Manresa, etcétera, las huelgas se intensifican. En Zaragoza, abril comienza con el preludio de una gran huelga general que habría de durar treinta y seis días. Hubo despidos, detenciones...; sin embargo, los trabajadores no se desanimaron. Fue en Zaragoza donde se iba a manifestar de un modo grandioso esa solidaridad que los militantes libertarios pregonaban. Una gran caravana de camiones fue organizada para recojer a los hijos de los huelguistas y llevarlos a las casas de las familias obreras que, por toda España -principalmente Cataluña-, se habían ofrecido para acoger a los niños zaragozanos mientras la huelga durase. Allí, en el centro vital de la operación, se encontraba una vez más Buenaventura Durruti, a cuyo esfuerzo se debió en gran parte que un puñado de hombres, los desheredados, dieran una de las más grandes e impresionantes demostraciones de solidaridad humana.
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El «bienio negro», 1934-1936, siguió transcurriendo entre huelgas, detenciones arbitrarias, tiroteos, asesinatos de obreros... Triste balance provocado por la ascensión al poder de la CEDA -Confederación Española de Derechas Autónomas-, comandada por aquél al que la gran mayoría del país veía como el más fidedigno representante del advenimiento del fascismo: Gil-Robles. No andaban, en absoluto, desencaminados quienes así pensaban. La revolución asturiana del 34 y su posterior represión es un ejemplo fiel, a la vez que estremecedor, de lo que los Gobiernos pueden hacer con unos hombres indefensos y desesperados que se habían lanzado a la lucha, sin importarles lo más mínimo lo único que todavía les quedaba por perder: la vida.
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Artículo de la revista "La Estrella" de 1961 Eran el ministro de la Guerra, Diego Hidalgo, y el general Franco quienes dirigían, desde Madrid, las operaciones militares que aplastaron el movimiento insurreccional asturiano. Por estas fechas, 5 de octubre, Durruti es encarcelado de nuevo. Mientras el proceso de desintegración del régimen del «bienio negro» se acelera hasta alcanzar su punto culminante el 9 de diciembre de 1935. Lerroux se ve obligado a abandonar el cargo y es sustituido por Portela Valladares, nombrado por el presidente Alcalá Zamora. De esta forma quedaron frustradas las esperanzas de Gil-Robles, que soñaba con el poder absoluto. Portela disolvió el Parlamento y se fijaron elecciones para el 16 de febrero. Durante los dos primeros meses de 1936, se suceden los mítines organizados por la CNT v la FAI en contra del fascismo y abogando por la unidad revolucionaria. Ante la proximidad de las elecciones, los libertarios más prestigiosos ya no pregonaban el absentismo. Era un riesgo demasiado peligroso. 393
Triunfante en las elecciones el Frente Popular, las reformas se van haciendo necesarias. Así lo hace ver Durruti el 4 de marzo, en el transcurso de un mitin celebrado en el Price de Barcelona. Aludiendo a la restauración de la Generalidad y de Companys, Durruti decía: «No venimos aquí a celebrar festejos por la llegada de unos señores. Venimos a decir a los hombres de izquierda que fuimos nosotros los que determinarnos su triunfo, y que somos nosotros los que mantenemos los conflictos que deben ser solucionados inmediatamente. Nuestra generosidad determinará la reconquista del 14 de abril» .
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En mayo, del 1 al 12, se celebraba en Zaragoza el IV Congreso de la CNT, que se auguraba como de gran importancia. El primer hecho que sorprendió fue el elevado número de asistentes: 649 delegados en representación de 982 sindicatos y 550.595 afiliados. (Por aquellas fechas, el contingente de trabajadores encuadrados en la CNT se aproximaba al millón y medio.) En este Congreso se convocó a los sindicatos disidentes -los treintistas- que se mostraron dispuestos a su reintegración en el seno de Confederación. El triunfo de la FAI era inapelable. Durante las sesiones del Congreso, se pasó revista a los problemas más acuciantes de la clase trabajadora y se teorizó sobre su solución inmediata: paro forzoso, disminución de horas en la jornada laboral sin que el sueldo disminuyera, reforma agraria, oposición al lock-out patronal, retiro, etc. También se trató la situación político-militar del país, se clarificaron los conceptos sobre el comunismo libertario y se planteó la cuestión de la alianza revolucionaria. El día de la clausura se celebró en la plaza de toros de Zaragoza un espectacular mitin, al que acudieron varios miles de trabajadores procedentes de toda España. La ciudad estaba prácticamente «tomada» por los anarcosindicalistas. El éxito del Congreso -al que Durruti asistió como representante del Sindicato Unico Fabril y Textil de Barcelona- quizá fuera una de las causas primordiales que aceleró, si no contribuyó de manera decisiva, los sucesos venideros. DURRUTI
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"No hacemos más que hablar de Durruti, todo el tiempo, como si no hubiese habido otros como él. En realidad hubo miles de Durrutis anónimos en nuestro movimiento. Algunos eran conocidos, otros no. Pero muchos cayeron, y nadie habla de ellos. Y sin embargo no eran menos valerosos ni menos decididos, y no se arriesgaron menos que Durruti o Ascaso". Juan Ferrer El 18 de julio de 1936 se iniciaba la sublevación militar. Muchos de los más prestigiosos hombres de izquierda fueron casi sorprendidos. Las dudas y la falta de decisión de las primeras horas constituyeron una de las razones fundamentales de la derrota republicana. No era éste el caso de CNT-FAI. Los militantes barceloneses ya trataban, días antes, de conseguir armas con el fin de impedir que los militares de Barcelona se alzaran. La negativa de Companys a armar al pueblo exasperó los ánimos de los anarquistas. Ellos fueron los primeros en lanzarse a la calle con el propósito de frenar la intentona militar. A las pocas horas de producirse el intento militar, se luchaba 396
tenazmente en los centros neurálgicos de la ciudad. Al frente de las fuerzas populares se encontraban Durruti, Ascaso, Jover, García Oliver, Aurelio Fernández y otros significados anarcosindicalistas de la región. De momento, parecía que la sublevación había sido controlada. El mismo general Goded, jefe de los sublevados en aquella zona, era detenido.
Los Generales Goded y Fernandez Burriel, juzgados y condenados a muerte. Durruti parecía mostrarse satisfecho de los resultados conseguidos. Sin embargo, el lunes día 20, el anarquista leonés sufría un duro golpe: frente al cuartel de Atarazanas -lugar donde los anarquistas encontraron la más dura resistencia- moría de un balazo en plena frente Francisco Ascaso, Emilienne Morin afirma que fueron varias las balas que alcanzaron a Ascaso. El suceso encorajinó de tal modo a Durruti que él mismo se dirigió al lugar donde se libraba la batalla y - atándo el cadáver de Ascaso a su espalda- se lanzó contra las puertas del cuartel. Sus compañeros, animados por el ejemplo, no tardaron en imitarle y poco después la bandera blanca ondeaba en el reducto de los militares. Los anarquistas habían acabado con el movimiento faccioso de Barcelona en cuestión de treinta y dos horas. 397
El 21 de julio se constituía un Comité Central de Milicias Antifascistas, que quedó estructurado del siguiente modo: tres representantes de la UGT, José del Barrio, Salvador González y Antonio López; tres de la Esquerra, Juan Pons, Jaime Miravitlles y Artemio Ayguadé; uno de Acción Catalana, Tomás Fábregas; uno de la Unión de Rabassaires, José Torrents Rosell; uno del POUM, José Rovira; uno del PSOE, José Miret; dos de la FAI, Aurelio Fernández y Diego Abad de Santillán; y tres de la CNT, Juan García Oliver, José Arens y Buenaventura Durruti. Una vez formado el Comité, publicó un bando cuya finalidad abarcaba un doble objetivo: reclutar hombres y crear las suficientes medidas de seguridad en la retaguardia.
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El texto del bando pecaba en cierto modo de dirigismo, por lo que no satisfizo en absoluto a Durruti. En algún momento se llegó a temer un enfrentamiento entre él y el Comité. Pero no llegó a producirse, ya que Durruti consiguió formar su columna de milicianos muy pronto con el fin de dirigirse a Zaragoza, cuya conquista era vital para el posterior desarrollo de la contienda, y así poder llevar a cabo su propia lucha revolucionaria, fuera de los cauces de la política al uso. El 24 de julio, la legendaria «Columna Durruti» salía de Barcelona con destino a Aragón. El comandante Pérez-Farrás formaba parte de la columna como delegado y técnico militar. Durruti y Pérez-Farrás no llegaron casi nunca a estar de acuerdo en las decisiones que había que tomar, concebían un ejército donde la donde la autoridad y la disciplina férrea estuvieran ausentes. Parece ser que Farrás se volvió más tarde a Barcelona, sustituyéndole como técnico militar el sargento Manzana, quien se iba a convertir en un eficacísimo colaborador de Durruti. Manzana era un hombre allegado a la ideología cenetista, y, 399
por tanto, totalmente antimilitarista. Momentos antes de partir hacia el frente, el periodista canadiense Von Passen mantuvo una entrevista con Durruti, que fue publicada en el «Toronto Star» y que por su interés creo oportuno transcribir: Van Paasen describe al veterano líder revolucionario como un hombre alto, moreno, de rostro despejado y rasgos morunos, hijo de un campesino pobre en el que llamaba la atención su peculiar habla chispeante y gutural. Representa a una organización sindical con dos millones de afiliados sin cuya colaboración nada podría hacer la República. Las declaraciones de Durruti a The Toronto Daily Star son una exacta radiografía de los fines, métodos y ambiciones de la revolución anarquista. “A donde quiera que vayas”, escribe el periodista en su crónica, “es Durruti y otra vez Durruti de quien se oye hablar como de un hombre admirable. The Toronto Daily Star, 18 de agosto´36 *Por Pierre Van Paasen (1895 – 1968) (…) No, aún no los hemos puesto en fuga- dijo enseguida con franqueza, cuando le pregunté por las posibilidades de victoria sobre los rebeldes-. Tienen Zaragoza y Pamplona, donde están los arsenales y las fábricas de munición. Debemos tomar Zaragoza, y luego dirigirnos al sur para enfrentarnos a Franco. Seguramente, dentro de dos o tres semanas, libraremos la batalla decisiva. - ¿Dos o tres semanas?- pregunté pesaroso. - Sí, quizá un mes. Esta guerra civil durará todo agosto, por lo menos. Las masas se han alzado en armas. El ejército ya no cuenta. Sólo hay dos bandos: el de los civiles que luchan por la libertad y el de los civiles que son rebeldes y fascistas. Los trabajadores de España saben que si triunfa el fascismo, se verán abocados al hambre y la 400
esclavitud. Pero los fascistas también saben lo que les espera cuando sean vencidos. Por eso la lucha es implacable y constante. Para nosotros, se trata de aplastar el fascismo y barrerlo para que no pueda volver a asomar en España. A pesar del Gobierno. - ¿Por qué dice que a pesar del Gobierno? ¿Acaso el Gobierno no combate la rebelión fascista? - Ningún Gobierno del mundo combate el fascismo hasta su muerte. Cuando la burguesía ve que el poder se le escapa entre los dedos, recurre al fascismo para poder mantenerse. Hace mucho tiempo que el Gobierno liberal de España podría haber dejado sin poder a los elementos fascistas. En vez de eso, dio rodeos y llegó a compromisos y perdió el tiempo. En este momento, incluso ahora, en el Gobierno hay gente que quiere tratar a los rebeldes con guante de seda. El actual Gobierno puede llegar a necesitar a las fuerzas rebeldes para aplastar al movimiento obrero. (…) ¿Así que piensa seguir con la revolución? Largo Caballero e Indalecio Prieto dicen que el Frente Popular sólo es para salvar la República. - Puede que esa sea la opinión de esos señores. Nosotros, los sindicalistas, luchamos por la revolución. Sabemos lo que queremos. Para nosotros no significa nada que en alguna parte del mundo exista una Unión Soviética que obtuvo la paz y la tranquilidad sacrificando al fascismo bárbaro de Stalin a los trabajadores de Alemania y China. Queremos la revolución en España, y la queremos ahora, no después de la siguiente guerra europea. (Era corresponsal para Europa de The Toronto Daily Star. Conocía bien España y, a su llegada a Barcelona, se sumó a la columna de Durruti, mítico líder revolucionario que falleció unos meses después en Madrid. Su entrevista es un texto ya clásico para el estudio del anarquismo) 401
DURRUTI: No, todavía no hemos puesto en fuga a los fascistas. Siguen ocupando Zaragoza y Pamplona, donde están los arsenales y las fábricas de municiones. Debemos conquistar Zaragoza a toda costa. Las masas están armadas, el antiguo ejército ya no existe. Los trabajadores saben lo que significaría el triunfo del fascismo: carestía y esclavitud. Pero también los fascistas saben lo que les espera si son vencidos. Por eso ésta es una lucha sin compasión. Para nosotros se trata de aplastar para siempre al fascismo. Y a pesar del gobierno. Sí, a pesar del gobierno. Lo digo porque ningún gobierno del mundo combatirá a muerte al fascismo. Cuando la burguesía ve huir el poder de sus manos, recurre al fascismo para mantenerse. Hace tiempo que el gobierno liberal español habría podido reducir al fascismo a la impotencia. En cambio ha vacilado, ha maniobrado y tratado de ganar tiempo. Incluso actualmente hay en nuestro gobierno hombres que quisieran tratar a los rebeldes con guante de seda. ¿Quién sabe? (Se ríe.) Tal vez un día este gobierno podría necesitar a los militares rebeldes para destruir al movimiento obrero... VAN PAASEN: ¿De modo que prevé dificultades incluso después de sofocada la rebelión de los generales? DURRUTI: Sí, habrá una cierta resistencia. VAN PAASEN: ¿Resistencia por parte de quién? DURRUTI: De la burguesía, por supuesto. Aunque la revolución triunfe, la burguesía no se dará por vencida tan fácilmente. Nosotros somos anarcosindicalistas. Luchamos por la revolución. Sabemos lo que queremos. Poco nos importa que exista en el mundo una Unión Soviética por amor a cuya paz y tranquilidad Stalin ha entregado a los 402
trabajadores alemanes y chinos a la barbarie fascista. Queremos hacer la revolución aquí, en España, ahora mismo, no después de la próxima guerra europea. Nosotros actualmente les damos más preocupaciones a Hitler y a Mussolini que todo el ejército rojo. Con nuestro ejemplo les mostramos a la clase obrera alemana e italiana cómo se debe tratar al fascismo. Yo no espero la ayuda de ningún gobierno para la revolución del comunismo libertario. Es posible que las contradicciones dentro del campo imperialista influyan en nuestra lucha. Es bastante posible. Franco se esfuerza por arrastrar al conflicto a toda Europa. No vacilará en lanzar a los alemanes contra nosotros. Nosotros, en cambio, no esperamos ayuda de nadie, ni siquiera de nuestro propio gobierno. VAN PAASEN: Pero si triunfan descansarán sobre un montón de ruinas. DURRUTI: Siempre hemos vivido en barracas y tugurios. Tendremos que adaptarnos a ellos por algún tiempo todavía. Pero no olviden que también sabemos construir. Somos nosotros los que hemos construido los palacios y las ciudades en España, América y en todo el mundo. Nosotros, los obreros, podemos construir nuevos palacios y ciudades para reemplazar a los destruidos. Nuevos y mejores. No tememos a las ruinas. Estamos destinados a heredar la tierra, de ello no cabe la más mínima duda. La burguesía podrá hacer saltar en pedazos su mundo antes de abandonar el escenario de la historia. Pero nosotros llevamos un mundo nuevo dentro de nosotros, y ese mundo crece a cada instante. Está creciendo mientras yo hablo con usted. La toma de Caspe fue el primer enfrentamiento serio que la «Columna Durruti» hubo de librar. Una vez conquistada la 403
plaza, los milicianos abrieron su radio de acción y todos los pueblos inmediatos fueron conquistados: Peñalba, Osera, Monegrillo, Fortlete, Bujaraloz, Candasnos, Valfarta, Pina del Ebro,... Durruti estableció el puesto de mando cerca de Bujaraloz. Allí recibía a periodistas y amigos, Faure y Simone Weill entre estos últimos, y preparaba los planes de la guerra y de la revolución. Durruti, al igual que el ucraniano Mack no, pensaba que la guerra y la revolución social eran dos cosas poco menos que inseparables.
"-Ya lo dije, y vuelvo ahora a repetirlo: durante toda mi vida me he comportado como anarquista, y el hecho de haber sido nombrado delegado responsable de una colectividad humana no puede hacer cambiar mis convicciones. Fue bajo esa condición que acepté cumplir la tarea que me ha encomendado el Comité Central de Milicias. "Pienso -y todo cuanto está sucediendo a nuestro alrededor confirma mi pensamiento- que una milicia obrera no puede ser dirigida según las reglas clásicas del Ejército. Considero pues, que la disciplina, la coordinación y la realización de un plan, son cosas indispensables. Pero todo eso no se puede interpretar según los criterios que estaban en uso en el mundo que estamos destruyendo. Tenemos que construir sobre bases nuevas. Según yo, y según mis compañeros, la solidaridad entre los hombres es el mejor incentivo para despertar la responsabilidad individual que sabe aceptar la disciplina como un acto de autodisciplina. "Se nos impone la guerra, y la lucha que debe regirla difiere de la táctica con que hemos conducido la que acabamos de ganar, pero la finalidad de nuestro combate es el triunfo de la revolución. Esto significa no solamente la victoria sobre el enemigo, sino que ella debe obtenerse por 404
un cambio radical del hombre. Para que ese cambio se opere es preciso que el hombre aprenda a vivir y conducirse como un hombre libre, aprendizaje en el que se desarrollan sus facultades de responsabilidad y de personalidad como dueño de sus propios actos. El obrero en el trabajo no solamente cambia las formas de la materia, sino que también, a través de esa tarea, se modifica a sí mismo. El combatiente no es otra cosa que un obrero utilizando el fusil como instrumento, y sus actos deben tender al mismo fin que el obrero. En la lucha no se puede comportar como un soldado que le mandan, sino como un hombre consciente que conoce la trascendencia de su acto. Ya sé que obtener esto no es fácil, pero también sé que lo que no se obtiene por el razonamiento no se obtiene tampoco por la fuerza. Si nuestro aparato militar de la revolución tiene que sostenerse por el miedo, ocurrirá que no habremos cambiado nada, salvo el color del miedo. Es solamente liberándose del miedo que la sociedad podrá edificarse en la libertad"Las colectividades agrícolas comenzaban a funcionar apenas la columna realizaba una conquista. La colectivización aragonesa llegó a abarcar más del 70 por 100 de la población de aquella región. El número de colectividades era de 450 y la adhesión a este tipo de explotación comunal de la tierra era totalmente voluntaria.
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Fue así como, unidos los intereses de los campesinos, se formaba en una asamblea, y por decisión de la mayoría el Consejo de Aragón, que vio la luz en Bujaraloz y era el encargado de coordinar el proceso colectivizador. El Consejo, promovido por Durruti, se llegó a formar a pesar de la oposición de algunos compañeros del leonés, como Antonio Ortiz y Gregorio Jover, y de la tenaz resistencia opuesta por los comunistas. Durante el desarrollo de la lucha en Aragón, los grandes propietarios huían despavoridos ante el demoledor avance de la «Columna Durruti», que aplastaba todo foco de resistencia que encontrara a su paso. "A los integrantes de la Columna Durruti en Bujaraloz, finales de julio, principios de agosto de 1936, ante la reciente retirada desorganizada tras las primeros intentos de tomar Pina del Ebro y Osera, a partir del 27 de julio de 1936. Amigos, nadie ha venido a esta Columna forzado. Es cada uno de vosotros que habéis elegido libremente vuestra suerte, y la suerte de la primera columna de la CNT y de la 406
FAI es muy ingrata. García Oliver lo anunció por radio en Barcelona: salíamos para Aragón a conquistar Zaragoza o dejar la vida en el intento. Yo repito la misma cosa: antes que retroceder, hay que morir. Zaragoza está en manos de los fascistas, y allí se encuentran centenares, miles de obreros bajo la amenaza de los fusiles, que pueden dispararse a cada instante ocasionando la muerte de nuestros hermanos. ¡¿ Para qué hemos salido de Barcelona, sino es para liberarles?! Ellos nos esperan y nosotros, ante el primer ataque enemigo, echamos a correr. ¡Hermosa manera de mostrar al mundo y a nuestros compañeros el coraje de los anarquistas que se llenan de miedo ante tres aviones! La burguesía no nos permitirá implantar el comunismo libertario simplemente porque ése es nuestro deseo. La burguesía resistirá porque ella defiende sus intereses y sus privilegios. El único medio que tenemos nosotros para implantar el comunismo libertario es destruyendo la burguesía. El camino de nuestro ideal es seguro, pero hay que seguirlo con coraje. Esos campesinos que hemos dejado tras nosotros, y que han comenzado a poner en práctica nuestras teorías, lo han hecho tomando nuestros fusiles como garantía de su cosecha. Si dejamos el camino libre al enemigo, eso quiere decir que esas iniciativas tomadas por los campesinos son inútiles, y lo que es peor aún, los vencedores les harán pagar su audacia asesinándoles. Es éste y no otro el sentido de nuestro combate. Lucha ingrata que no se parece a ninguna de las que hemos librado hasta ahora. Lo que ha pasado hoy no es nada más que una simple advertencia. Ahora la lucha va a empezar de verdad. Nos enviarán toneladas de metralla y tendremos que defendemos con bombas de mano y hasta con cuchillos. A medida que el enemigo se sienta cercado nos morderá como una bestia acorralada. y morderá duramente. Pero aún no ha llegado a ese punto, y ahora se 407
bate para no caer bajo el peso de nuestras armas. y es más, él cuenta con el apoyo de Alemania y de Italia, y nosotros contamos nada más que con la fe en nuestro ideal, pero contra esa fe se han quebrado los dientes todas las represiones. y hoy se los tiene que quebrar también el fascismo. Nosotros contamos a nuestro favor la victoria que hemos conseguido en Barcelona, y debemos aprovechar con rapidez esa ventaja, porque si no la aprovechamos, el enemigo, abastecido por los alemanes e italianos, será más fuerte que nosotros y nos impondrá la dura ley del vencido. Nuestra victoria depende de la rapidez de nuestra acción. Cuanto más pronto ataquemos, más posibilidades tenemos de triunfo. Hasta este momento, la victoria está de nuestro lado, pero no será consolidada si no tomamos inmediatamente Zaragoza... Mañana no puede repetirse lo de hoy. En las filas de la CNT y de la FAI no hay cobardes. No queremos entre nosotros gente que se asusta ante los primeros disparos... A los que han corrido hoy, impidiendo a la Columna avanzar, yo les pido que tengan el coraje de dejar caer el fusil para que sea empuñado por otra mano más firme... Los que quedemos proseguiremos nuestra marcha. Conquistaremos Zaragoza, libertaremos a los trabajadores de Pamplona, y nos daremos la mano con nuestros compañeros mineros de Asturias y venceremos, dando a nuestro país un nuevo mundo. Y a los que vuelvan, después de estos combates, yo les pido que no digan a nadie lo que ha ocurrido hoy... porque nos llena de vergüenza". Por otra parte, la escasez de armas era la principal obsesión de Durruti. Esta escasez, según testimonio a Gerorge Orwell, era terrible. El mismo Orwell se extrañaba de que no se produjeran deserciones en masa: «No había 408
nada que les sujetara en el frente, salvo la lealtad de clase" .
Para tratar de solucionar este problema, Durruti se trasladó a Madrid, con el fin de entrevistarse con Largo Caballero, que ocupaba la Presidencia y el ministerio de la Guerra. Buenaventura Durruti viene a Madrid precisamente cuando todo parece confirmar que no somos capaces de dirigir la guerra, de atacar, ni siquiera de defendernos, en el preciso momento en que nuestras derrotas comienzan a hacernos perder la cabeza. Viene respaldado por el prestigio de varias columnas que nunca han retrocedido, sino que han conquistado centenares de kilómetros cuadrados de terreno en Aragón. Este contraste nos ha inducido a pedirle una entrevista. Durruti se refirió primero a un problema que entonces no se podía discutir públicamente. Había venido a Madrid para hablar personalmente con el ministro de la Guerra; se trataba de dos millones de cartuchos que necesitaba para concretar su planeada ofensiva contra Zaragoza. Informó a nuestro jefe de redacción de esas negociaciones. Se habían creado situaciones que aún hoy no podemos revelar. Luego Durruti habló de sus concepciones estratégicas, del carácter 409
revolucionario de las milicias y de su categórica posición ante el problema de la disciplina. DURRUTI: Basta un poco de buen sentido para comprender claramente los propósitos de los movimientos del enemigo: se juega el todo por el todo a una carta: la conquista de Madrid. Le embriaga la idea de conquistar la capital. Pero sus fuerzas se agotarán en nuestras líneas defensivas, y como para dirigir este ataque desesperado tendrá que retirar sus reservas de otros sectores, la defensa de Madrid, siempre y cuando la combinemos con ataques en otros frentes, nos permitirá dominado y derrotado. Eso es todo. Pero es preciso comprender que una ciudad no se defiende con palabras, sino con fortificaciones. El pico y la pala son tan indispensables como el fusil. En Madrid hay demasiados holgazanes y vividores. Hay que movilizados a todos. No hay que desperdiciar ni una gota de combustible. Nuestro poderío en Aragón se basa en que toda conquista de territorio, hasta la más pequeña, se asegura de inmediato con la construcción de trincheras. Nuestros miliciano s han aprendido que cuando el enemigo ataca no hay nada más peligroso que retroceder; lo más seguro es mantener la posición. No es cierto que el instinto de conservación conduzca a la derrota. Siempre se lucha por la vida. Este instinto es muy fuerte y hay que aprovechado en el combate. El instinto de conservación acrecienta en mis soldados su capacidad de resistencia. Pero esto exige plantear seriamente el problema de las fortificaciones. Por lo tanto, opino que también aquí, en las secciones medias del frente, es absolutamente necesario crear una red de trincheras bien protegidas con alambradas y parapetos avanzados. Madrid debe convertirse en una fortaleza, la ciudad debe dedicarse exclusivamente a la guerra y a la defensa. Sólo de este modo lograremos que el enemigo 410
disperse aquí sus fuerzas, con lo que también obtendremos victorias en otros frentes. INTERLOCUTOR: ¿Qué puedes decirnos sobre tu columna? DURRUTI: Estoy satisfecho con ella. Mis hombres tienen todo lo que necesitan, y cuando llega el momento atacan con gran arrojo. Con esto no quiero decir que la milicia se haya convertido en una mera máquina militar. No. Ellos saben por qué y para qué luchan. Se sienten revolucionarios. Lo que los impulsa al combate no son palabras huecas ni leyes más o menos prometedoras. Van a la conquista de la tierra, de las fábricas, de los medios de transporte, del pan, y de una nueva cultura. Saben que su futuro depende de nuestra victoria. »Nosotros hacemos la guerra y la revolución al mismo tiempo; según mi opinión, esto es lo que exigen las circunstancias. Las medidas revolucionarias que conciernen al pueblo no se aplican sólo en la retaguardia, en Barcelona; son válidas también en la primera línea. »En cada pueblo que conquistamos revolucionamos enseguida la vida cotidiana. Esto es lo mejor de nuestra campaña. Para esto se requiere mucha pasión. Cuando estoy solo pienso a menudo en lo enorme que es la tarea que nos hemos propuesto y que ya hemos comenzado. Entonces comprendo la magnitud de mi responsabilidad. Una derrota de mi columna sería terrible, porque no podemos retroceder así, sin más, como cualquier otro ejército. Tendríamos que llevar con nosotros a todos los habitantes del lugar donde hemos permanecido, a todos sin excepción. Porque desde nuestras avanzadas hasta Barcelona no hay más que combatientes. Todos trabajan para la guerra y por la revolución. Ahí está nuestra fuerza. Interlocutor: Pasemos ahora al problema más discutido del momento: el problema de la disciplina. 411
Durruti: Cómo no. Se habla mucho de esto, pero muy pocos de los que hablan dan en el meollo del asunto. Para mí la disciplina significa respetar la responsabilidad propia y la de los demás. Me opongo a toda disciplina de cuartel, porque conduce a la brutalización, al odio y al funcionamiento automático. Pero tampoco hablo a favor de una libertad mal entendida, que los cobardes reivindican para sacarse el fardo de encima. En nuestra organización, la CNT, hay una correcta comprensión de la disciplina; por eso los anarquistas respetan las decisiones de los compañeros en quienes han depositado su confianza. En tiempos de guerra debe obedecerse a los delegados escogidos, de lo contrario todas las operaciones están condenadas al fracaso. Si los hombres no están de acuerdo con ellos, deben revocar a sus delegados en una asamblea y reemplazados por otros. »Mi experiencia en la columna me ha permitido conocer bastantes trucos a que recurren los soldados en la guerra: la madre enferma, la madre que agoniza, la mujer que espera un hijo, el niño que tiene fiebre... Pero yo tengo mis propios remedios caseros para contrarrestarlos. ¡Unos días de trabajo extra para el embustero! ¡Las cartas desmoralizadoras, al cesto! El que insiste en regresar a casa porque, claro, se incorporó como voluntario, debe escuchar un sermón mío primero. Le hago notar que nos engaña a todos hasta cierto punto, porque habíamos contado con él. Después se le quita el arma, que al fin y al cabo pertenece a la columna. Si insiste en partir, puede irse pero a pie, porque los coches los necesitamos exclusivamente para la guerra. Pero esto ocurre muy rara vez, porque el miliciano tiene también su amor propio. En general, basta con que diga que yo no me dejo tomar el pelo y que soy el jefe de la columna, y enseguida regresan a la línea de fuego y luchan como héroes. 412
»Estoy satisfecho con los compañeros, y espero que ellos también estén satisfechos conmigo. No les falta nada. Sus esposas y sus mujeres pueden visitados dos días en el frente. Después regresan a casa. Los periódicos llegan diariamente, la alimentación es muy buena, hay libros, todos los que queremos, y cuando hay calma en el frente entablamos discusiones para reanimar el espíritu revolucionario de los compañeros. No estamos ociosos, siempre hay algo que hacer. Tenemos que ampliar y mejorar las fortificaciones sobre todo. ¿Qué hora es? ¿La una de la madrugada? A esta hora mis hombres estarán cavando trincheras, y os aseguro que lo hacen con gusto. »¡Ganaremos la guerra!
Largo tampoco proporcionó armas a Durruti. Pidió a éste que regresara al frente de Aragón y prometió enviarle dinero para la adquisición de armamento. Durruti regresó a Aragón, pero el dinero no llegó nunca. El boicot -incomprensible desde cualquier punto de vista- propugnado por los estamentos gubernamentales contra Durruti y los anarquistas, era manifiesto. Pierre Besnard, secretario general de la AIT -Asociación Internacional de Trabajadores-, realizó una visita a la España republicana en 1936. Su objetivo era internacionalizar el conflicto, de modo que Inglaterra y Francia intervinieran en favor de los republicanos. No se vio favorecido por el éxito. En su informe sobre su visita decía: «...La revolución española está retrocediendo, pero no tiene la culpa el pueblo, que lucha con entusiasmo incomparable, sino sus dirigentes, que van a remolque de los acontecimientos, demostrando que han perdido la iniciativa revolucionaria y que están dispuestos a aceptar las situaciones más humillantes, como la que tuve que soportar yo mismo 413
frente a Largo Caballero (...) Si el anarquismo comete la estupidez de colaborar con Largo Caballero, aunque sólo sea apoyándole, la Revolución estará irremediablemente perdida. El único medio que existe para salir de este círculo infernal es la prueba de la fuerza. Pero yo me pregunto si los dirigentes de la CNT son los mismos hombres que se lanzaron a la calle el 19 de julio... Diríase que solamente hay uno que escape a esta regla: Durruti, un revolucionario nato y original, que en muchos aspectos recuerda a Néstor Mackno. Al igual que el guerrillero ucraniano, Durruti tampoco se separa del pueblo, contrariamente a lo que hacen otros dirigentes. Por lo demás, Durruti es superior a Mackno en algunos puntos, sobre todo en lo que se refiere al dominio que el español ejerce sobre sí mismo» . Partiendo de hechos y declaraciones suyas bien conocidas surgen una serie de evidencias. De los militantes conocidos ante: de julio de 1936, Durruti fue el único, con Cipriano Mera y Jover en ostentar responsabilidades militares, mientras que los demás - García Oliver, Abad de Santillán, Federica Montseny, Peiró, Horacio Prieto, M. R. Vázquez ocuparon, o se preparaban para ocupar en un momento u otro, cargos políticos. Durruti fue a su vez de los pocos en hacer declaraciones públicas: reiteradamente polémicas - como Peiró, en contra de las ejecuciones indiscriminadas en la retaguardia catalana -, opuestas o divergentes de las oficiales de la CNT-FAI. Las críticas iban más allá del mal humor o de las iniciativas personales. Las criticas, por ejemplo, sobre el uso del armamento iban en el sentido de una guerra revolucionaria total: ¿Es posible que la retaguardia vaya a andar a tiros?, decía en una reunión militar de septiembre (17), y en un mismo sentido reiteraba más tarde: ¡Todas las armas arrinconadas al frente! (18). 414
De hecho, estas declaraciones implican la subordinación del ámbito político y del plano económico a lo militar: Yo por mi parte no he pedido nunca nada a la Organización -, afirmaba en la misma reunión del Estado Mayor de Aragón antes citada, y también - nunca se sabe, el Gobierno actual podría necesitar a estas fuerzas rebeldes para aplastar el movimiento de los trabajadores -, declaraba en su célebre entrevista concedida a Van Passen. Esta idea se desarrolla igualmente en un discurso realizado a fines de octubre o principios de noviembre: Es necesario que los partidos políticos vayan también a él [el frente] y con ellos, también, los representantes del Gobierno. [...] Por eso es necesario establecer también un código de la economía (19). Es evidente que, cuando hablaba Durruti, no podía ignorar que la CNT-FAI estaba regateando su entrada en el Gobierno de Madrid tras el de Barcelona. Por ello, las censuras son muy rudas: Y mientras esto ocurre, los consejeros, algunos procedentes de la CNT y hasta de la FAI, no tienen tasa ni medida para el vestido y la comida; hay quien cree que el fascismo es Mola, Franco o Queipo, nosotros señalamos fascista a todo el que derrocha o gasta aquello que es de la revolución. A lo que sigue una conclusión categórica: si alguien ha creído amedrentamos con un decreto de militarización, se equivoca, porque nosotros no la aceptamos. Se puede observar que estas afirmaciones y sugerencias de Durruti se oponían a todas las alianzas de la CNT-FAI, coincidiendo con las críticas posteriores que brotaron masivamente en mayo de 1937 en Barcelona. Pero, paralelamente, se puede aducir que en ninguna parte Durruti alude ál diálogo con la base. Y no deja de ser inquietante, como en su bando de Bujaraloz (20), Reeproducimos el Bando: 415
Bando de Bujaraloz El bando de Bujaraloz está en brutal contradicción con la libre elección de los trabajadores, como la propia firma de Durruti, como si el pueblo no tuviera ni alcalde ni sindicato para acordar tal acto. Citamos, a continuación el texto de este bando: El comité de la guerra de la columna de Durruti, ateniéndose a los anhelos y necesidades del pueblo de Bujaraloz, dispone: 1° Que considerando la cosecha como algo sagrado para los intereses del pueblo trabajador y de la causa antifascista, las tareas para la absoluta recolección de ésta deben ser realizadas sin la menor pérdida de tiempo. 2° Que todos los bienes que en calidad de frutos, ganados u objetos de transporte poseyesen los propietarios de filiación fascista pasen a ser propiedad del pueblo, mediante el control del comité del mismo. 3° A partir de la aparición del presente (bando) queda abolida la propiedad privada sobre la tierra de los grandes terratenientes, pasando a ser patrimonio popular, a tomar en la forma que disponga el comité del pueblo. 4° Todos los útiles de labranza, tráctores, máquinas, trilladoras, etc., de los propietarios fascistas son declarados propiedad del pueblo, bajo el control de la representación popular del mismo. 5° Siendo la lucha armada de las milicias antifascistas la vanguardia de los intereses y la vida del pueblo trabajador, los ciudadanos de Bujaraloz prestarán a éstas el apoyo entusiasta e incondicional así material como moral. Dado en Bujaraloz, a 11 de agosto de 1936, Durruti. 416
Y Bakunin escribió otro pasaje premonitorio: Si hay un diablo en toda la historia humana, es este principio del mando. Sólo él, junto a la estupidez y la ignorancia de las masas, sobre las que por otra parte se funda siempre, y sin las que no podría existir por sí solo, ha ido produciendo todos los crímenes y todas las vergüenzas de la historia. Y fatalmente este principio maldito se encuentra como instinto natural en cualquier hombre, sin exceptuar los mejores [...] .
Durruti siguió, sin duda alguna, empapado de su capacidad de intuir los deseos de los trabajadores. Pero tal deseo termina siempre en agua de borrajas si no se acompaña de una práctica codificada y realizada, que encauce las eventuales incomprensiones o sugerencias. Durruti se fiaba, evidentemente, en la conducta de Majnó con su plana mayor de oficiales - compañeros, en su aura de jefe proletario, como Zapata o Villa. Ni supo ni quiso construir controles contra sus propias y eventuales propensiones autoritarias, quizás por considerar obvio que él mismo ofrecía un diálogo permanente y espontáneo, olvidando una evidencia anarquista de control y rotación permanentes, acentuando aún más las inevitables y normales timideces de los militantes de a pie. Frank Mintz
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El hecho claro es que Durruti se encontraba prácticamente solo. Incluso muchos de sus camaradas más antiguos, como García Oliver, se habían dejado arrastrar hacia la politización. Otros, como Abad de Santillán, se movían en una especie de ambivalencia, que resultaba totalmente desconcertante.
En una rápida visita a Barcelona para exigir armas que se acumulaban en los locales de todos los partidos y sindicatos de Barcelona -incluidos los de la CNT - Durruti pronunció un 418
discurso con el que de alguna manera evidenciaba sus diferencias con los "dirigentes responsables" que reproducimos: "Os traigo un saludo del Frente de Aragón El saludo de unos milicianos que están a unos kilómetros de Zaragoza, viendo el Pilar, ese Pilar legendario donde hoy como siempre se cobija el crimen, el fanatismo y la hipocresía criminal de los eternos tiranos. Trabajadores de Cataluña, no os alarméis; tened confianza en nosotros. A pesar de que Madrid esté amenazado, a pesar de que Franco haya ordenado el ataque definitivo a Madrid, hay un pueblo, unas fuerzas que no consentirán que el fascismo pase sobre ellas. No sólo resistiremos, sino que les decirnos a los trabajadores de Madrid que los trabajadores de Cataluña os ayudarán, no ya por un espíritu solidario, sino por un imperioso deber que nos obliga a no consentir que el pueblo de Madrid sea sometido a la misma tiranía, al mismo terror que el de Zaragoza. En el frente no se distrae la mirada. Se mira adelante, con un solo pensamiento. Aplastar el fascismo. Pedimos al pueblo de Cataluña, a ese pueblo que ha dado todo, se deje de intrigas, de rencillas y piense definitivamente en la guerra. A ese pueblo en nombre de los milicianos de Aragón, voy también a decirle: tú que eres la fuerza, tú que eres el nervio, tienes que movilizarte; pero no puede consentirse que siempre sean los mismos, los trabajadores, los que vayan a los frentes de combate o a la retaguardia. Es necesario que los partidos políticos vayan también a él y con ellos, también, los representantes del Gobierno. Es un deber de igualdad, de responsabilidad, incluso. No puede consentirse que los trabajadores den sus vidas tan sólo en holocausto de un triunfo que a todos interesa. Darse cuenta que esta guerra tiene los agravantes de una guerra moderna. A Cataluña le corresponde la mayor parte, por no decir toda, de los gastos de la misma. 419
Por eso es necesario establecer también un código de la economía. Nadie sabe cuánto puede durar esta guerra; igual uno que cinco meses o más todavía; por eso se impone una reacción formidable en cuanto a la economía. Los milicianos se sonrojan al ver algunos pasquines de propaganda para el frente. ¿Sabéis por qué se sonrojan? Porque los aviones fascistas, cuando arrojan prensa sobre nuestros frentes, ella observa los mismos procedimientos, la misma propaganda, incluso, que los periódicos de retaguardia, y los partidos políticos de Cataluña hacen en sus pasquines. !Arrancad esos pasquines, trabajadores! Son un insulto al sacrificio de los milicianos. No permitáis que tengamos que deciros los hombres que lucharnos en las trincheras que no somos mendigos, que no somos pordioseros. Los milicianos tienen la vista fija en Cataluña, en Barcelona, y Barcelona no está a la altura de las circunstancias. No cumple con su deber. No cumple porque no puede tasarse en 10 pesetas la vida de un miliciano; porque a la esposa, al hijo de éste no puede tasársele tampoco la comida. Y mientras esto ocurre, los consejeros, algunos procedentes de la CNT y hasta de la FAI, no tienen tasa ni medida para el vestido y la comida. Si pretendéis hacer de esta guerra una guerra vulgar, con todas sus secuelas de inmoralidad y desenfreno, nosotros os decimos que no estamos dispuestos a luchar. Si creéis que podemos consentir que la gasolina se derroche, que todos tengan coche, que todas las noches Barcelona ofrezca el mismo lamentable espectáculo, os equivocáis. Os equivocáis, porque hay quien cree que el fascismo es Mola, Franco o Queipo, nosotros señalamos fascista a todo el que derrocha o gasta aquello que es de la revolución. Pensad qué podernos hacer nosotros cuando demos el asalto a Zaragoza, que es un caso de justicia, cuando en la retaguardia no se da el ejemplo. Vais a decir que mi lenguaje es salvaje, de guerra. Sí, es salvaje, es la voz de 420
la bomba, del fusil, del grito de horror de los milicianos que vuela en pedazos. Ha llegado el momento de invitaros, trabajadores de Cataluña; tenéis una organización responsable que controla la economía, que ha enviado el 80% de los milicianos al frente. Trabajador de Cataluña, vigila, vigila y exige una rectificación enérgica y la movilización de todos, en absoluto, de todos los hombres de 16 a 50 años. Si alguien ha creído amedrentarnos con un decreto de militarización, se equivoca, porque nosotros no lo aceptamos. Venid, vosotros, los que habéis elaborado ese decreto y veréis cómo en los frentes hay disciplina, cómo se trabaja, cómo se lucha y cómo se construye sin que los milicianos tengan otra disciplina que la que ellos mismos han querido imponerse. Dormid tranquilos, trabajadores de Cataluña; en el frente, no hay indisciplina; en el frente de Aragón hay un tesón, una fe magnifica; os lo aseguro. Pensad como en las trincheras, porque si pensamos en que un partido político sea más numeroso que otro, para imponer mañana su política, yo os digo que no lo consentiremos. Para triunfar es necesario sacrificarse, aquí y allí, en el frente y en la retaguardia. La consigna del frente es no pasarán y por muchos aeroplanos, por muchos tanques que vomiten metrallas sobre nuestras cabezas, lo repetimos: ¡No pasaran y no pasarán. Nuestra versión de este discurso viene de Cultura y Acción (Alcañiz), n° 20, 711¬-936 p. 1. No queda claro si el discurso es del 4-111936, fecha de la entrada de la CNT en el Gobierno, o del 28-10-1936. Parece que la propaganda de las altas esferas de la CNT transformó una parte de este discurso en la frase slogan - "clara consigna contarrevolucionaria" según Peirats en La CNT en la revolución española -: "Renunciamos a todo menos a la victoria”. En una reunión del Estado Mayor de su columna se había expresado con mayor claridad: 421
Yo creo que la tragedia es que la retaguardia no ha tomado en serio la guerra y al no tomarla en serio ha tenido que ser ahora ante las noticias alarmantes de Madrid y las noticias alarmantes del frente de Aragón, que ha hecho reconocer que la victoria está en peligro. [...] Yo no quiero recibir más golpes de teléfono a la una y a las dos de la madrugada diciendo que aquel pueblo se ha levantado, que aquel otro también. Yo creo que ha llegado el momento de tomar en serio la guerra [...] A mí, me sorprende, las pocas veces que salgo del frente, salgo para Lérida, cuando me dicen: Durruti, esto no puede seguir así. Estamos preparados y vamos a andar a tiros. ¿Qué es esto? ¿Es posible que la retaguardia vaya a andar a tiros? Que nosotros tengamos que dejar en los pueblos compañeros de confianza para que velen por los intereses? No. Hay que movilizar y tomar en serio la guerra. En octubre del 36, Madrid se encontraba en peligro. Largo Caballero se dirigió a todas las organizaciones para tratar de aunar esfuerzos. Se formó, como primera medida, un nuevo Gobierno y cuatro representantes de la CNT entraron a formar parte de él: Juan López, Juan Peiró, Federica Montseny y Juan García Oliver.
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Se empezaron a tomar las primeras medidas para la militarización de las milicias, a lo que Durruti respondió con claridad: INTERLOCUTOR: ¿Es cierto que se va a restablecer en las milicias el reglamento y la jerarquía del antiguo ejército? DURRUTI: No, no se trata de eso, precisamente. Se ha convocado a algunas clases y se ha establecido un comando único. Con respecto a la disciplina, es lógico que el combate callejero tenga menos exigencias que una larga y dura campaña contra un ejército pertrechado con las armas más modernas. Era necesario hacer algo en este sentido. INTERLOCUTOR: ¿Y en qué consiste ese refuerzo de la disciplina? DURRUTI: Hasta hace poco hemos tenido un número exorbitante de unidades distintas, cada una con su propio jefe, y efectivos que acusaban enormes fluctuaciones de un día a otro. Cada uno con su propio equipo, bagaje y avituallamiento, una política propia con respecto a la población civil, y también bastante a menudo con una 423
concepción propia sobre la guerra. Esto no podía seguir así. Lo hemos mejorado y procuraremos mejorado más aún. INTERLOCUTOR: ¿Y los grados, el saludo, los castigos y las recompensas? DURRUTI: De eso podemos prescindir. Aquí somos todos anarquistas. INTERLOCUTOR: Pero recientemente el gobierno de Madrid ha vuelto a poner en vigor el antiguo código militar. DURRUTI: En efecto. Esta resolución del gobierno ha causado un efecto deplorable en la tropa. Ese decreto demuestra una absoluta falta de sentido de la realidad. Ellos representan una tendencia completamente opuesta a la de las milicias. No queremos conflictos, pero es evidente que estas dos mentalidades son tan diametralmente opuestas que se excluyen mutuamente. Una de las dos tiene que desaparecer. INTERLOCUTOR: ¿No crees que en caso de durar mucho la guerra se estabilizaría la militarización y se pondría en peligro la revolución? DURRUTI: Claro que sí. Por eso debemos ganar cuanto antes la guerra. Durruti sonrió al decir esto y nos despidió con un apretón de manos. [A. y D. PRUDHOMMEAUX] Dando prueba de una visión muy clara de la realidad, coincidiendo con el aniversario de la revolución soviética de Octubre del 1917, a demanda de un periodista de la prensa de aquel país Durruti accedió a enviar un mensaje al proletariado ruso, que conocía a Durruti y del que reconocía su honestidad, hasta el punto que era común la opinión de que "éste cumple lo que dice"... De éste mensaje existen dos versiones: 424
Primera versión CNT-FAI. Milicias Antifascistas, Columna Durruti, Cuartel General. Al proletariado de la Unión Soviética: Compañeros, aprovecho esta oportunidad para enviaros fraternales saludos desde el frente de Aragón, donde miles de vuestros hermanos luchan, como vosotros veinte años atrás por la liberación de nuestra clase, oprimida y humillada durante siglos. Hace veinte años, los obreros de Rusia enarbolaron en Oriente la bandera roja, símbolo de la hermandad internacional de los trabajadores. Vosotros habéis puesto vuestras esperanzas en la clase obrera internacional, confiando en que ellos os ayudarían en la gran obra que habíais iniciado. Los trabajadores del mundo no os traicionaron, sino que os ayudaron todo lo que pudieron. Hoy ha nacido en Occidente una nueva revolución y se vuelve a desplegar la misma bandera que representa nuestro ideal común y victorioso. La fraternidad une a nuestros pueblos largamente oprimidos, el uno por el zarismo y el otro por una despótica monarquía. Confiamos en vosotros, los obreros de la URSS, para la defensa de nuestra revolución. No podemos fiarnos de los políticos que se llaman antifascistas y demócratas. Sólo creemos en nuestros hermanos de clase. Sólo los obreros pueden defender la revolución española, así como nosotros luchamos por la rusa hace veinte años. Creednos. Somos obreros como vosotros. En ningún caso renunciaremos a nuestros principios ni deshonraremos los símbolos del proletariado, las herramientas de nuestro trabajo, la hoz y el martillo.
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Saludos de todos los que combaten en el frente de Aragón, arma en mano, contra el fascismo. Vuestro compañero B. Durruti. Osera, 22 de octubre de 1936. Segunda versión A los obreros rusos: En Rusia viven numerosos revolucionarios internacionales que sienten y piensan como nosotros. Pero no son libres. Se hallan en celdas, en cárceles políticas y en campos de trabajos forzados. Muchos de ellos han exigido expresamente que los pusieran en libertad para luchar en España, en primera línea, contra el enemigo común. El proletariado internacional no puede comprender por qué están detenidos esos compañeros. Tampoco comprendemos por qué los refuerzos y las armas que Rusia se dispone a enviar a España son objeto de un regateo político que comporta la renuncia de los revolucionarios españoles a su libertad de acción. La revolución española debe seguir un curso diferente al de la Revolución Rusa. No debe desarrollarse bajo la consigna: «Un partido al poder y los demás a la cárcel.» Debe procurar por el contrario la victoria del único lema que favorece verdaderamente al frente único y no lo rebaja a un engaño:«Todas las tendencias al trabajo, todas las tendencias al combate contra el enemigo común. ¡Y el pueblo decidirá qué régimen le conviene!»
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Inmediatamente después de formado el Gobierno, sus componentes se trasladaron a Valencia, y en Madrid quedaba constituida una Junta de Defensa presidida por el general Miaja. Se pidió la colaboración de los anarquistas para la defensa de Madrid. Horacio M. Prieto, secretario general de la CNT, se dirigió rápidamente a Aragón. El motivo del viaje no era otro sino entrevistarse con Durruti. Su colaboración en la defensa de Madrid era considerada vital. «¡No hay nada que hablar! ¡Yo no pienso moverme de Aragón!», -fue la respuesta de Durruti-. Prieto arguyó razones de tipo disciplinario y de responsabilidad. Durruti le contestó: «¡Yo no conozco otra disciplina que la Revolución. En cuanto a los demás, aprendeos esto de una vez: ¡Yo me cago en vuestras responsabilidades de burócratas!» .
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Poco después, eran Abad de Santillán y Federica Montseny quienes trataban de convencer a Durruti. Por fin, ante la cantidad de presiones, Durruti, con un contingente de 1.800 milicianos, parte hacia Madrid.
A la izquierda de Durruti el Sargento José Manzana. El sargento Manzana le acompañaba como técnico militar, y como secretario iva Mora. Al mando de las agrupaciones que formaban la columna, ivan Bonilla, José Mira y Liberto 428
Roig. Miguel Yoldi, Ricardo Rionda y el propio Durruti formaban el Comité de Guerra. El 15 de noviembre, los hombres de Durruti ya se encontraban en la Ciudad Universitaria de Madrid haciendo frente a las tropas fascistas. El lugar de destino de los anarquistas, el más comprometido y peligroso, hizo que las bajas alcanzaran en muy poco tiempo un elevado número. El día 18, la «Columna Durruti» solamente contaba con 700 hombres de los 1.800 que se habían desplazado a la capital.
El día 19, los milicianos de Durruti se prepararon para asaltar el Hospital Clínico, defendido por tropas moras y Guardia Civil. Las indicaciones dé: Durruti no fueron seguidas con exactitud y, como consecuencia, sólo se pudieron tomar parte de las plantas del Clínico, quedando en la parte superior tropas nacionales. Poco después, le llegan noticias a Durruti de que sus hombres querían abandonar el Clínico. Durruti, acompañado por Julio Grave (chofer) y por Bonilla y Miguel Yoldi -parece ser que también iba Manzana-, se dirigió hacia el Hospital. Durante el trayecto, poco antes de llegar al punto de destino, Durruti y sus acompañantes se encontraron con un pequeño grupo de milicianos, que daban la sensación de ser descontentos que abandonaban su puesto de combate. 429
Durruti habló con ellos y les convenció para que volvieran a sus puestos. Una vez diluido el confusionismo creado por esta situación, Durruti se acercó al coche. En este momento sonó un fogonazo, y el anarquista leonés se desplomaba al suelo con una bala incrustada en su pecho. En el Ritz, convertido en hospital, los doctores Bastos, Monje, Fraile y Santamaría firmaban -en la madrugada del día 20 de noviembre de 1936- el diagnóstico final de Buenaventura Durruti: «Muerte causada por una hemorragia pleural», El proyectil se encontraba alojado en la región del corazón . Pero ni en la muerte tuvo descanso el colosal anarquista... quien disparó? fué un accidente?, la bala vino de los fascistas? o fueron los del PCE?, quizás sus propios compañeros por la negativa a la militarización y su oposición crítica a la politización de la CNT?... Veamos una opinión reciente que creo resuelve bastante las cosas: “Hoy he caído por casualidad en este foro, buscando algo sobre mi abuelo, el Doctor Manuel Bastos Ansart. Don Manuel Bastos fue llamado en su época, el padre de la traumatología moderna y aún hoy se estudian sus tratados en las facultades de medicina de medio mundo. Aparte de esto, fue él quién efectivamente atendió a Durruti, al que herido de muerte llevaron al hospital que se había habilitado en el Hotel Ritz. Mi abuelo murió hace ya tiempo pero siempre contaba la historia de como llegó Durruti, de como se le había disparado el naranjero, y de las pocas palabras que salieron de su boca antes de morir. Al parecer y según contaba mi abuelo, repetía ya moribundo: "que tontería, que tontería "el jodío fusil", así ni más ni menos. No dijo nada más, pero si es cierto, al parecer, que en el 430
momento de la muerte decidieron que nadie contaría nada de la forma tan "poco heroica" en que murió.” De hecho, en su parte médico dice: “… la bala de gran calibre (seguramente del 9 largo) rozó el colon, destruyó el bazo, perforó el diafragma, hiriendo el pulmón donde quedó alojada”. No menciona que el disparo fuese a corta distancia. En cambio, en su libro, De las guerras coloniales a la guerra civil. Memorias de un cirujano, manifiesta: “los que le rodeaban (al herido) no se recataron en darme a entender que habían sido sus propios secuaces los causantes de la herida”. José Santamaría, médico personal de Durruti, años más tarde, en respuesta a Joan Llarch estima en 35 cm. la distancia del disparo, “cálculo deducido por la intensidad de la impregnación de pólvora en la prenda que vestía en el instante de los hechos”. No obstante, la camisa y cazadora para apreciar el agujero de la bala también desapareció. De la camisa que fue entregada a su viuda se habla de que la abertura era enorme y manchada por la detonación, lo que probarían que el tiro fue a quemarropa y no fuego enemigo desde el Clínico, a unos 800 metros. Lo cual, asimismo, sería corroborado por el orificio de entrada en un costado, su trayectoria horizontal y el mortal destrozo, ya indicado un poco más arriba".
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El "famoso" Narajero del sargento Manzana que solía dispararse a la mínima con relativa frecuencia La desmoralización hizo presa entre los combatientes anarquistas. La muerte de su compañero, acaecida en circunstancias extrañas, les afectó en gran manera. La mayoría de los milicianos libertarios abandonaron Madrid y regresaron a Aragón. Martínez Bande, historiador y militar, comenta acerca de Durruti:...«Buenaventura Durruti había aparecido desde los momentos iniciales de la guerra como el «líder» anarquista más interesante, el más arrojado en un mundo de arrojados, y el que seguramente también comprendió primero qué es lo que había pasado en España tras el 18 de julio. Esto es, el que mejor supo adaptarse a las circunstancias de la guerra. El potenció a sus hombres, a quienes muchos calibraron, seguramente, casi como pequeños dioses, a la sombra de un dios máximo. Por esto cuando éste cae en combate, el Olimpo anarquista de la Ciudad Universitaria se desploma» . Exactamente treinta y nueve años antes que su gran enemigo, el general Franco, moría en la madrugada del 20 de noviembre de 1936 la última gran esperanza del anarquismo: Buenaventura Durruti* . 432
En la tarde del domingo 22 de noviembre, una gran masa de trabajadores (alrededor de un millón) daba su último adiós a Durruti en Barcelona. El cortejo fúnebre, que atravesó varias calles de la ciudad (entre ellas, la Vía Layetana: Avenida de Buenaventura Durruti hasta el final de la guerra) con destino al Cementerio Nuevo, fue un impresionante espectáculo, en el que millares de hombres acudieron a rendir el postrer homenaje a su compañero. 433
Quizá haya sido ésta -al igual que ocurrió en Rusia en el entierro de Kropotkin- la última gran manifestación libertaria de un país donde el anarquismo tuvo una acogida y difusión como en ningún otro del mundo. Tumba de Durruti (que no contiene sus restos) en el Cementerio de Montjuic en Barcelona, junto a la de su amigo Francisco Ascaso y a la de Ferrer Guardia. Este año, 2010 se cumple el setenta y cuatro aniversario de la muerte de uno de los más grandes anarquistas que jamás hayan existido: el leonés Buenaventura Durruti. El 20 de noviembre Durruti contará con más de un recuerdo emocionado. Quisiera acabar éste mensaje dedicado al "Héroe del pueblo", recordando a tantas y tantos otros que se volcaron -de acuerdo a sus propias posibilidades y limitaciones- a la titánica tarea de construir un mundo mejor, más libre, justo e igualitario, aunque para ello tuvieran que perder los mejores de sus años, incluso la vida.
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LA FASCINACIÓN DEL PODER: DIEGO ABAD DE SANTILLÁN EN EL OJO DEL HURACÁN.
Muy pocos son los personajes de nuestra historia que han tenido una influencia tan transcendente como el leonés Diego Abad de Santillán. Menos aún, han pasado tan desapercibidos, o son tan desconocidos como él. Repudiado por unos, magnificado por otros, silenciado por casi todos, su incidencia en unos acontecimientos de capital importancia para Catalunya, para el conjunto del estado español, incluso para el posterior desarrollo de la historia europea, ha quedado oculta, tras los numerosos mitos -para no llamarlos sencillamente mentiras- que se han ido tejiendo alrededor de los principales protagonistas de los hechos más destacados de aquella verdadera Revolución Social, que tuvo lugar en los meses de aquel verano de 1936. Sinesio Baudilio García Fernández (Reyero, León; 20 de mayo de 1897 – Barcelona; 18 de octubre de 1983), conocido bajo el pseudónimo de Diego Abad de Santillán, 435
militante anarquista, escritor y editor español, figura prominente del movimiento anarcosindicalista en España y la Argentina. No es éste el lugar adecuado para plantearse la larga serie de eslabones que unen indisolublemente a Abad de Santillán, con las titánicas y heroicas luchas del movimiento obrero, especialmente con el de filiación anarco-sindicalista en Catalunya, o del resto del estado. Permítasenos hacer referencia a algunos gestos y actitudes decisivos de nuestro protagonista, y que guardan relación directa con lo que nos proponemos explicar.
Abad de Santillán alrededor de 1917 Recordemos que su contacto con los medios anarquistas y anarco-sindicalistas, se inicia en 1917, a consecuencia de su encarcelamiento con motivo de haber participado activamente en la intentona revolucionaria de aquel año. En el presidio, Abad de Santillán, quedó impresionado por la “calidad moral de los obreros anarquistas”. Después de su retorno a la Argentina, país en el que había pasado sus años de infancia y juventud a causa de la emigración de sus padres, huyendo de la prestación del servicio militar, pasó a colaborar activamente en la organización del movimiento anarquista en aquel país, destacando especialmente en la 436
dirección de la revista “La Protesta”, considerada como una de las mejores revistas libertarias de todos los tiempos, y que tenía una gran aceptación en los medios anarquistas de nuestro país.
Posteriormente, se trasladaría a Alemania a estudiar medicina, allí entraría en contacto con tres de las grandes figuras del movimiento anarquista internacional, como por ejemplo Max Nettlau, Rudolf Rocker y Anton Pannekoek, con ellos, y juntamente con Agustín de Souchy, contribuiría a la refundación de la A.I.T. en 1922, auténtico intento del movimiento libertario de desbancar a la poderosa IIIª Internacional, demasiado vinculada a los intereses de la política exterior soviética.
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Rudolf Rocker Nuevamente regresará a la Argentina, dirigiendo desde “La Protesta” duros ataques contra los anarquistas del grupo “Nosotros” Durruti, Ascaso y García Oliver, que en opinión de Abad de Santillán, con sus acciones -intento de atentado frustrado contra el rey Alfonso XIII, eliminación del Arzobispo de Zaragoza, numerosos atracos a bancos tanto europeos como iberoamericanos, etc.- “estan confundiendo el anarquismo con la violencia y el terrorismo”. Esta oposición radical a la violencia será una de las constantes del pensamiento de Diego Abad de Santillán, pues se impuso como obligación personal, dar a conocer una visión del anarquismo en el que no fuera posible confundir el ideal ético, de elevación moral humana, así como su profunda significación revolucionaria, con unas barricadas o una imposición violenta.
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Integrantes del Grupo anarquista los "Solidarios", ex Nosotros. Otro aspecto significativo, fue su decisiva participación en la elaboración de la denominada “trabazón”, según la que los grupos de afinidad anarquistas, o mejor aún, los militantes anarquistas de la FAI o no, afiliados a la CNT, debían convertirse en la vanguardia y fuente de inspiración de los sindicatos obreros. Fue esta trabazón, la que permitió a la CNT eludir los intentos de Angel Pestaña primero y del “treintismo” después, de formar un sindicalismo neutro, o si se prefiere, no específicamente anarco-sindicalista, con unas posiciones más moderadas y progubernamentales, tal y como sucedió con los Sindicatos de Oposición a la CNT, con los que Joan Peiró y otros destacados sindicalistas, pretendieron alejarse de la hegemonía de los grupos de afinidad en los sindicatos.
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La “trabazón” por otra parte, se encuentra en la misma esencia de la FAI, nacida en una playa de Valencia en 1927, y de la que Diego Abad de Santillán, llegaría a ser Secretario del Comité Peninsular.
En los años finales de la Dictadura de Primo de Rivera, así como en los primeros años de la década de los treinta, la obra de reflexión intelectual del movimiento libertario fue 440
extraordinaria. Contribuyó nuestro autor en buena medida a esta reflexión, con la publicación de obras sumamente importantes, tales como “El organismo económico de la revolución”, o “La bancarrota del sistema económico y político del capitalismo”. Abandona definitivamente la Argentina en 1933, para venir a instalarse en Barcelona, en donde lleva a cabo una actividad propagandística impresionante; redactor de “Solidaridad Obrera”; fundador de “Tiempos Nuevos”; colaborador de “Tierra y Libertad” el principal órgano de la FAI, así como en “El Luchador”, la revista crítica dirigida por Federico Urales.
Desde sus artículos, obras y ensayos, contribuiría como pocos a clarificar y a profundizar el ideario de la CNT, a pesar de que sus planteamientos no siempre fueran los mayoritarios o los aceptados oficialmente por la organización. En este sentido, cabe resaltar su decidida oposición a la “Resolución sobre el Comunismo Libertario” adoptada en el Congreso de Zaragoza de mayo de 1936, según parece inspirada por Joan García Oliver, en línia con los postulados expresados por Federico Urales, Isaac 441
Puente, Pierre Besnard y Artur Cornelissen entre otros, en los que se defendía una visión koprotkiana del comunismo libertario, y que constituye un auténtico programa revolucionario, sobre la base de las colectivizaciones industriales y agrarias, y que fue adoptado por la CNT en vísperas del golpe militar. Nuestro autor, en este como en casi todos los aspectos, se sentía mucho más próximo al colectivismo bakuninista. En la opinión de Félix García, en los meses que siguieron al 18 de julio del 36, hubo una tendencia entre los militantes de las empresas colectivizadas a ir adoptando las posiciones de Abad de Santillán, quien por otra parte, influiría de manera decisiva en el “Decret de Col.lectivitzacions” adoptado por la Generalitat de Catalunya, en los meses que siguieron.
Obras de Abad de Santillán:
*La Lucha, 1914. 442
*El derecho de España a la revolución, 1916. *Ricardo Flores Magón; el apóstol de la revolución social Mexicana, 1925. *El Anarquismo en el movimiento obrero (con E. López Arango), 1925. *El movimiento anarquista en la Argentina. Hasta el año 1910. 1930. *La F.O.R.A. Ideología y trayectoria del movimiento obrero revolucionario en la Argentina. 1933 *El organismo económico de la revolución. 1936. *After the Revolution, Greenberg, 1937 *La revolución y la guerra de España 1938 *Bibliografía anarquista Argentina. 1938. *¿Por qué perdimos la guerra? 1940 *Gran Enciclopedia Argentina, 1957. *Contribución a la historia del movimiento obrero español, 1962 – 1971. *Historia Argentina, 1965-1971. *Estrategia y Táctica, 1971. *De Alfonso XII a Franco, 1974. *Diccionario de argentinismo, 1976. Estrategia y táctica: ayer, hoy y mañana 1976 *Memorias (1897-1936) ,1977. *Historia del movimiento obrero, 1977. *El pensamiento de Rudolf Rocker, 1982.
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Lo cierto es que a pesar de la magnitud y transcendencia de los acontecimientos que venimos relatando, todos ellos quedarían empequeñecidos si los comparamos con aquellos en que se verá envuelto inmediatamente después de las jornadas de julio -18, 19 y 20- del 1936, cuando un cúmulo de circunstancias, enormemente complejas, llevaron a Diego Abad de Santillán, a encontrarse en el momento y lugar precisos para escribir con su personalidad una de las páginas más significativas de nuestra historia. Pero no nos adelantemos. Conviene comenzar por el principio de tal manera, que el lector interesado pueda sacar sus propias conclusiones.
El primer acto: la batalla de Barcelona.
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En otros trabajos ha quedado sobradamente demostrado que el movimiento libertario empezó a preparar desde mucho antes de febrero del 36, la defensa de la ciudad ante el inminente y seguro “alzamiento” de los militares. A tal efecto, existía un Comité de Defensa Confederal, formado inicialmente casi exclusivamente por miembros del prestigioso grupo anarquista “Nosotros”, en los que los Jover, Ascaso, García Oliver, Aurelio Fernández, “Valencia” y algunos pocos más, prepararon un plan de defensa de la ciudad, coordinando la acción de los también clandestinos grupos de defensa de barriada y de sindicato.
Aurelio Fernandez y Durruti en una excursión a Las Planas Aunque pobre, dados los medios de que se disponía, la aplicación de éste plan defensivo permitió, a la CNT-FAI, enfrentarse con alguna posibilidad a los militares sublevados, y a la postre, con la colaboración entusiasta del POUM, de algunos destacamentos de la Guardia Civil, Carabineros y de Asalto que se integraron de forma espontánea en los grupos de la CNT, así como la no tan entusiasta de las otras fuerzas políticas no fascistas, vencer a la sublevación de un ejército que, sistemáticamente desde el 1909 - Semana Trágica- se había interpuesto 445
violentamente, entre los trabajadores y la conquista de sus reivindicaciones.
El grito de “¡Si se puede con el ejército!” que resonó por primera vez en la confluencia entre el Paralelo y Tapias, incendió Barcelona, recorrió como un vendaval toda Catalunya y llegó a Valencia y otras ciudades del estado republicano, dando alas a las multitudes, iniciando una revolución social de enormes proporciones que, cogió desprevenidas a todas las fuerzas políticas y sindicales, incluidas la CNT y la FAI. Pero como acostumbra a suceder, nadie se había preocupado de pensar en lo que se tendría que hacer una vez derrotados los militares facciosos. Este desconcierto, esta desorientación es más evidente en aquellos partidos y organizaciones electoralistas, como la ERC y otras, disimulándose un poco más, en aquellas en las que la participación popular es mayor, pero las afectó a todas profundamente. Desorientación, de la que en el caso de las organizaciones anarco-sindicalistas ya no se recuperarían más.
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Jaume Miratvitlles, de ERC i colaborador de Lluís Companys Uno de los intelectuales más capacitados de la izquierda republicana nacionalista, Jaume Miratvilles, preguntó en una ocasión a dos de los miembros más destacados en aquellos días de julio de la CNT que ¿quien había realizado la revolución en Barcelona, puesto que ninguna fuerza política o sindical podía arrogarse la iniciativa?, pregunta a la que Aurelio Fernandez respondió:”los piojosos”. Con éste calificativo, que en su contexto no tiene ningún carácter despreciativo, sino todo lo contario, se hace referencia al conjunto del pueblo, obreros, trabajadores de servicios, a sus familias, pero también a todos los marginados y oprimidos, a los sin trabajo, a los parias, es decir, a todos aquellos que a lo largo de tantos y tantos años, por medio de continuas luchas revolucionarias, se habían ido ejercitando en lo que con tan buen criterio, la FAI había denominado como “gimnasia revolucionaria”.
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Desde ésta perspectiva, 1909, 1917,1931, 1933 -incluso 1934- son el entrenamiento imprescindible, que permitiría en julio del 36, de una forma natural, un tanto espontánea, pero ni automática ni irreflexivamente, los trabajadores se lanzaran a la calle. Si, en defensa de la República, pero también para hacer la revolución, esperada por el pueblo desde el 1808, soñada el 14 de abril del 1931 y que permitiera a España, salir de su retraso multisecular. El surgimiento instantáneo de multitud de Comités, de defensa, de sindicato, de barriada, de pueblo, de fábrica, de taller, de barricada, su inmediata coordinación en una denominada “Federación de Barricadas”, así como la puesta en marcha de una serie de medidas urgentes, necesarias y eficaces, tales como hospitales de campaña, comedores populares, incautaciones de abastos, etc., nos dan una primera muestra de lo que estaba empezando a suceder: la construcción desde la calle de un nuevo orden, de un nuevo mundo. No se trata de una ñoña idealización de lo popular, ni de la creencia en el genio que se esconde en todo bruto, pero difícilmente podemos comprender aquel periodo de nuestra historia, sin entender que la clase trabajadora de los años treinta, tenía una larguísima experiencia de duros combates, y una preparación intelectual y moral, adecuada para enfrentarse a esa situación, nueva sí, pero largamente 448
esperada. Y todo ello, al margen, incluso en contra, de los deseos de sus dirigentes tradicionales, quienes tanto desde el gobierno, como desde el resto de los partidos y organizaciones del Front d’Esquerres, o desde los sindicatos, observaban con asombro y sorpresa, el nacimiento de una revolución a la que nadie había llamado, y a la que todos querrán controlar.
FRancisco Ascaso, poco antes de morir en el Asalto a les Drassanes Mientras aún humea la pólvora, cuando se empiezan a limpiar las calles de cadáveres. Cuando el sol de la nueva era, justo asoma por el horizonte, estando el panorama dominado por la amenaza de los militares, que si bien han sido vencidos en Barcelona, pueden lanzarse desde Zaragoza en cualquier momento, los dirigentes, los líderes, los hombres representativos y todos aquellos que se sienten conductores del rebaño humano están desbordados. El terror a la revolución, el temor de verse apeados de su posición, les hará concebir un plan desesperado, irracional a primera vista y en función de las circunstancias, que contradecía todo lo pasado hasta el momento de las jornadas de julio, pero al que se acogerán como a un madero flotante en un naufragio en mar abierta. 449
El nacimiento del Frente Antifascista.
A primera hora del día 20 de julio, Companys después de dos días de continuas pesadillas, en los que se encuentra sólo, los teléfonos del Palau de la Generalitat sonando a todas horas sin que haya nadie para contestarlos, pues “nadie está en su sitio”, se reúne con los principales dirigentes del Front d’Esquerres de Catalunya. Después de analizar la gravedad de la situación, con Zaragoza y Sevilla en poder de los militares insurrectos, y la suerte de otras importantes ciudades como Valencia y Madrid en el aire, Companys les propone la formación de un gobierno de emergencia, que reuniese a representantes de todos los partidos, incluido el POUM.
Será precisamente Andreu Nin, ex-secretario de León Trotsky, y ahora convertido en dirigente circunstancial de su partido, tras la desaparición de Joaquim Maurín que como se sabrá más tarde, se encuentra detenido en Galicia en manos del enemigo y que curiosamente salvará la vida a 450
pesar de ser bastante conocido, quien hará recapacitar a los reunidos que no se puede tomar ninguna resolución sin consultar previamente con la CNT-FAI. En numerosas ocasiones nos hemos preguntado ¿porqué Nin hace una propuesta como ésa?. Sería erróneo suponer que las relaciones entre la CNT-FAI y el POUM habían sido buenas, en realidad ni siquiera habían sido pasables. La práctica del entrismo seguida a pies juntillas por los militantes del BOC y de E.C., había llevado a la adhesión de la CNT a la III Internacional en 1920, y trabajo costó a los militantes anarcosindicalistas enmendar el entuerto;
Joaquim Maurin también la polémica entre J.Maurín y Joan Peiró sobre el porqué la clase obrera catalana era mayoritariamente anarquista había contribuido no poco a enrarecerlas 4. Enfrentamientos entre cenetistas y trotskistas se habían producido tanto a nivel ideológico, como práctico, y no fueron los acontecimientos de la Alianza Obrera y Octubre del 34 los únicos. 451
Nin no se equivocaba en ésta ocasión, cuando afirmaba que las jornadas de julio habían propiciado una situación excepcional. Les hará ver a todos que de nada va a servir un nuevo gobierno, que no tendría ninguna autoridad de momento sobre nadie. El poder no se hallaba entonces entre las ilustres paredes del despacho presidencial, ni siquiera entre los hombres allí reunidos.
El poder está en la calle. Y en la calle, sólo se oye una consigna, que se pinta en las paredes, en los coches, en los taxis, en los tranvías, a la entrada de los cuarteles en manos de los militantes confederales, en las fábricas y mercados, que las bocinas repiten sin cesar, que la gente vitorea en todas partes “¡CNT!¡CNT!¡CNT!”, éstas siglas, como un nuevo ¡Ábrete, Sésamo! permiten acceder a todas partes, son ahora “salvoconducto y refugio”. Pero Nin, al igual que le sucedió a Companys, a los dirigentes del Front d’Esquerres, así como a la práctica totalidad de dirigentes “históricos” de la CNT, se equivocaba del todo al atribuir la revolución a la CNT. No era la revolución de los anarcosindicalistas, ni mucho menos de los anarquistas. 452
El poder no lo tenía en sus manos ni individual ni colectivamente, ninguno de los que desde el despacho del Comité Regional de la CNT -ahora instalado en el lujoso edificio del ex-Foment Nacional del Treball, la patronal catalana, también llamada casa Cambó, contestaron a un Companys un tanto sumiso y conciliador, que les invita a una reunión para “parlamentar”. Nos explica García Oliver que “la situación en la Casa llamada desde ahora hasta el final de la guerra - CNT-FAI, no era muy diferente, por lo que se refiere a desconcierto, de la que se producía en el Palau de la Generalitat. La sede se había convertido en el lugar más concurrido de la ciudad. Cientos de comités revolucionarios de todo tipo acude allí a buscar consignas, a comunicar hechos, a recabar información, a coordinarse, a exigir decisiones de los comités teóricamente responsables, es un auténtico maremagnum”.
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Sigue explicándonos “no se había podido hacer aún ni un traslado. Todo se improvisa, una actividad frenética, caótica emanaba desde allí en todas direcciones. Ese caos en contacto con las situaciones va generando algo a lo que no deberíamos llamar orden, sino un nuevo estado, en todo caso, un orden fluido, cambiante. En esa situación de desorientación general, y de cansancio físico extremo -algunos llevan tres días sin dormir o descansar-, la llamada de Companys produce el efecto de una bomba. Nadie sabe que responder.
Marià R. Vazquez, secretari del Comité Regional de la CNT “Marianet” en aquel entonces Secretario del Comité de la Regional Catalana convoca urgentemente a una reunión. ¿De qué? ¿de los Comités orgánicamente constituidos?, 454
¿quizás de los Comités revolucionarios que dominan la calle?; ¡no!, de “hombres representativos” de las diversas tendencias y grupos que por entonces se reparten el control de la CNT y de la FAI. Asisten a esa primera reunión, además de “Marianet” -Mariano R. Vazquez-, Durruti, García Oliver y Federica Montseny -armada con una pequeña pistolita de cachas anacaradas-, nuestro Diego Abad de Santillán -también armado con una enorme pistolota mauser reglamentaria del ejército -, que según la opinión siempre mordaz de García Oliver no habían sido utilizadas en los combates callejeros por sus poseedores, por la sencilla razón de no haber participado en ellos. La reunión de “hombres representativos” decide enviar una numerosa y fuertemente armada delegación, aunque sólo sea “para recabar información”, pues no se descartaba totalmente una emboscada, que por otra parte, hubiese sido de esperar, dadas las tradicionales relaciones entre la Generalitat y las fuerzas del Front d’Esquerres con la CNTFAI, a lo largo de muchos años, y como efectivamente pudo suceder ya en aquellos instantes.
Conviene detenerse un momento para analizar ésta decisión; el procedimiento seguido no es en absoluto habitual, ni siquiera para una organización tan anti burocrática como la CNT. Una reunión de “hombres 455
representativos” carece de toda autoridad, de toda representatividad. Años y años de lucha antiautoritaria, de proclamas contra los líderes y dirigentes de todo tipo, de reproches a las organizaciones burguesas y obreras, de condenas contra los pastores de ovejas, todo ello, para actuar exactamente igual en el momento de la verdad. Este es un momento decisivo. Tal vez no hubiera en aquellas agitadas horas ninguna otra posibilidad, pero con el paso de los años, todos los protagonistas de aquellos días coinciden en señalar las funestas consecuencias de ésta decisión, que condicionará el devenir de los acontecimientos en los siguientes días, semanas, afectando al futuro de la guerra y de la revolución. Años más tarde, Abad de Santillán confesará que la revolución les vino grande a los dirigentes de la CNT, que no tenían tiempo de pensar en las decisiones que tomaban. Algunos de los “hombres representativos” se dirigen pues hacia el Palau de la Generalitat, en una larga caravana de automóviles -para recorrer los menos de trescientos metros que les separaban de el-. Curiosamente, el grueso del grupo lo forman los hombres del grupo “Nosotros”, con el añadido de Diego Abad de Santillán, y no menos significativa es la ausencia de Mariano R. Vazquez –el Secretario del Comité Regional de la CNT-, así como de Federica Montseny, al “parlamento” que se va a desarrollar. Es una verdadera lástima no disponer del espacio suficiente como para reproducir la detallada relación de ésta entrevista entre Companys y los “representantes” de la CNT con “el fusil entre las piernas”- en la versión de J.García Oliver-.
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Político hábil como pocos, Companys, no sólo consiguió convencer a los de la CNT de que “solo vosotros habéis vencido a los militares fascistas” y de que “si no me necesitáis, o no me queréis como President de la Generalitat, decídmelo ahora, que yo pasaré a ser un soldado más en la lucha contra el fascismo” y de que “podéis contar conmigo y con mi lealtad como hombre y de político que desea fervientemente que Catalunya marche a la cabeza de los países más adelantados en materia social”. Con éstas palabras Companys logró convertir a los aguerridos militantes confederales en cándidas palomitas, convencidas de la sinceridad de un Companys, presentado como ejemplo de “liberal avanzadísimo que no temía a las más audaces realizaciones de tipo social”, con ello, además de la desorientación se evidenció una falta de memoria histórica decisiva.
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Tras éste recibimiento, les invita a reunirse con los delegados de los partidos políticos del FEC, pues como President de la Generalitat les “haría una proposición con vistas a dotar a Catalunya de un organismo apto, para proseguir la lucha revolucionaria hasta afianzar la victoria”. En otras palabras, les propondría la creación de un Comité de Milicias que tuviera como cometido el encauzar la vida de Catalunya, profundamente transformada por el levantamiento fascista. Ciertamente, los hombres de la CNT se retirarán, sin darle una respuesta, pues sólo han acudido para recabar información. Pero de hecho, ya han mordido el anzuelo. Está gestándose el Frente Antifascista. Al negar los tradicionales principios de acción directa, de antiestatismo, al prestarse a la colaboración con el Estado, permitiendo que Companys continúe haciendo de President de una Generalitat de la que prácticamente no quedaba nada en pie, lo mismo que de la antigua administración, o del ejército, o de las fuerzas del orden público, ni de nada, los anarcosindicalistas han perdido totalmente la orientación y la guía, que les permitió convertirse en la principal organización obrera de Catalunya y en la esperanza de miles de hombres y mujeres que en toda 458
España, soñaban con una revolución que por primera vez acabase con la España de la sinrazón, con la España de la injusticia, el abuso y el privilegio, es decir, con la España negra.
Cuando Companys se queda solo con los dirigentes del FEC, Camorera de la USC propone a Companys, la creación de unas milicias de la Generalitat para que “disputen el dominio de la calle a la CNT-FAI”. Será nuevamente Andreu Nin, quien haga comprender a los allí reunidos, que dada la correlación de fuerzas, el resultado es por lo menos dudoso. Según refiere el propio Nin, Companys pierde definitivamente el dominio de sí y le impreca:”¿porqué los del POUM y la CNT-FAI no toman el poder de una vez, con toda responsabilidad y hasta las últimas consecuencias?”. El Frente Antifascista nace como una realidad absurda, con las tareas propias que nadie quiere, pero que de alguna manera se intuye como inevitable. Se levantará sobre múltiples errores de apreciación, así mientras que para Companys se trata exclusivamente de un organismo de tipo militar, para la opinión de los hombres representativos de la CNT-FAI se trataba de un organismo que asumiría el 459
papel de “encauzar” la vida de la sociedad barcelonesa y catalana, pero sobre todo, y en un primer momento, se convirtió en instrumento para neutralizar los “transtornos” ocasionados por el levantamiento fascista.
Abad de Santillan con su esposa Elisa Katter Veamos, los hombres de la CNT-FAI están sorprendidos, tanto que Abad de Santillán, a pesar de los años transcurridos escribiría: “Espectáculos como el del 20 de julio, después de la caída de Atarazanas, se ven muy pocas veces en la vida de una generación y las registra raramente la historia: Con que sinceridad se fraternizaba. No había partidos, no había organizaciones, ¡había solamente un pueblo en la calle!, un pueblo con un solo pensamiento, con una sola voluntad, un solo brazo” y continúa: ”Para llegar hasta allí, habían sido necesarios partidos y organizaciones, doctrinas, propaganda; ahora no hacía falta más que llevar, cada cual, lo que tuviese al pueblo”. Resulta sorprendente, prodigioso, como de repente se pueden olvidar decenas de años de luchas, de persecuciones, de enfrentamientos 460
incluso armados, en unas pocas horas, al calor de una acción excepcional, eso sí, se dejan de lado convicciones profundamente arraigadas, todo un ideario (?).
Es sin lugar a dudas un auténtico misterio, el cómo aquellos hombres confraternizaban, uno llegaría a creer leyendo a D. Abad de Santillán y a otros, que los trabajadores revolucionarios de la CNT estaban colaborando con los hombres de negocios de la ERC, que apenas una semana antes los dejaban sin trabajo, o los denunciaban a la policía, o con los socialistas que aún a finales de mayo, inicios de junio, con motivo de la huelga de la construcción de Madrid, se resolvían a tiros unos enfrentamientos entre ugetistas-comunistas-guardias de asalto y hombres de la CNT-FAI. Una cosa muy diferente son los militantes de base, los simples afiliados a la UGT, o votantes de las formaciones políticas del Front d’Esquerres, esos si podían confraternizar, porque ellos son el pueblo -los dirigidos, los piojosos-. Pero ya hemos visto como las organizaciones no dejaron de lado ni por unos días sus disputas y agresiones, y si bien, el 20 de julio, Nin consigue impedir un enfrentamiento suicida de las organizaciones del Front d’Esquerres con la CNT, su ingenuidad será pagada muy cara, cuando los estalinistas del PCE-PSUC se sientan lo suficientemente fuertes y arropados, como para plantearse 461
la aniquilación del POUM y el definitivo alejamiento de la CNT del protagonismo social y revolucionario, tal y como evidenciaron los acontecimientos de Mayo de 1937 en Barcelona, Aragón y otros lugares de la geografía peninsular republicana.
La revolución que surgirá de las llamas de aquellos días de julio del 36, fue la obra del pueblo trabajador, encuadrado mayoritariamente -por lo menos en Barcelona- en la CNT, lo cual no debe hacernos creer que la revolución es la revolución de la CNT o anarquista. Lamentablemente, los quinientos últimos años de nuestra historia parecen conducir inexorablemente, una y otra vez, hacia una revolución necesaria, pero hasta aquel momento frustrada.
Fascinados por el poder.
Cuando regresan a la sede del Comité Regional de la CNT, la desorientación, el olvido y el anzuelo de Companys, ya han dado sus frutos. A pesar de todo, se convoca a una 462
asamblea de la Federación local de sindicatos, en la que por necesidades del momento se permite la entrada a federaciones de otras comarcales y grupos. Allí, por primera vez, el movimiento libertario de nuestro país deberá enfrentarse de forma decidida con la cuestión del poder, ya no de una manera teórica, sobre el papel, sino de manera absolutamente práctica. No insistiremos nuevamente, en la precariedad de la legalidad organizativa, en el procedimiento, es de suponer, que en aquellas extraordinarias circunstancias no se hilase muy fino, en cuestiones de representatividad, tampoco creemos que el resultado hubiese sido muy diferente en el caso contrario. Lo verdaderamente importante y significativo, fue el contenido de los debates, que se iniciaron inmediatamente y que se prolongarían a lo largo de los meses posteriores, mucho más allá del entusiasmo inicial, cuando ya el esfuerzo y el ardor revolucionario se hubieron consumido.
Aunque lamentablemente, no existen actas que guarden la memoria de aquella interesante y trascendente reunión, se ha podido reconstruir con bastante precisión el desarrollo de los mismos, o por lo menos en la intervención de los protagonistas más destacados. En síntesis, la reflexión se 463
planteó en los siguientes términos: “Somos los dueños de Catalunya. Tomamos el poder prescindiendo de los republicanos, socialistas y comunistas, o colaboramos con la Generalitat”. En torno a éste dilema se manifestaron dos posiciones encontradas. Por un lado, Marianet, García Oliver, Durruti y Aurelio Fernández, se mostraron contrarios a la toma del poder, tal y como era de esperar por parte de los integrantes del grupo “Nosotros”, para García Oliver, no era viable la toma del poder, a la que se identificaba con la dictadura (?), dada la verdadera correlación de fuerzas, puesto que “si tomamos el poder, el Gobierno central y los gobiernos extranjeros se opondrán a nosotros”, el corolario natural de ésta argumentación era lógicamente, la colaboración con la Generalitat en el Comité Central de las Milicias Antifascistas de Catalunya.
En el otro extremo, se encontraban Federica Montseny, Germinal Esgleas y Diego Abad de Santillán, para ellos el problema del poder ya estaba resuelto, se encontraba en manos de la CNT-FAI, que dirigía las milicias, controlaba el orden público, y la economía “¿para que pactar con el gobierno?”. 464
Antonio Escorza, con muletas. Antonio Escorza de la FAI, decía: “Tenéis la gallina en el gallinero y discutís sobre la propiedad de los huevos. Esta cuestión ya ha sido resuelta hace tiempo... Debemos utilizar el poder del gobierno de la Generalitat para colectivizar el campo y sindicalizar la industria... Así desalojaremos a las antiguas organizaciones y partidos. El sindicalismo se convertirá en la base de una nueva sociedad”. Aquel 21 de julio se decidió finalmente postergar la cuestión del comunismo libertario, hasta que se venciera a los fascistas, y aceptar la colaboración propuesta por Companys. Tan sólo la Federación Local del Baix LLobregat se manifestó en contra. Según nos cuenta Santiago Cánovas Cervantes, que fue director de “Solidaridad Obrera”, los hombres representativos de la CNT, aceptaron aquella decisión a regañadientes, pero se sentían tan seguros de su poder, tan llenos estaban de confianza en sí mismos, que exageraron su generosidad, permitiendo que la revolución social que los militantes de la CNT habían realizado, y que sólo ellos podían continuar, fuera controlada por unos organismos e instituciones en las cuales ellos estarían en minoría, se justificaban diciéndose “ésta vez no queremos que se diga que el pez grande se 465
come al chico”, pero en la práctica de la política, esa ingenua frase se convirtió en un arma para neutralizar a los hombres de la CNT-FAI, y cumplido el tiempo, para aniquilar a la revolución.
El dilema de “o dictadura anarquista” o “colaboración y democracia”, era en realidad un falso dilema, existía sólo para esos “hombres representativos”, que interpretaron abusivamente sus propias funciones de delegados, o de hombres de acción, de líderes naturales, arrogándose la función de dirigir la revolución popular. En el fondo, tal y como señala Vernon Richards: “sufrían del mal de todos los mandamases: cautela, temor al desenfreno de las masas, distanciamiento de los anhelos de las mismas, y un sentimiento mesiánico de que todo saber e iniciativa proceden de lo alto y que a las masas no les cabe otro papel que el de acatar las órdenes sin discusión, las órdenes dictadas por ellos naturalmente, los superhombres”. No puede pues extrañarnos que con semejante mentalidad, los líderes de la CNT-FAI, hayan sucumbido a la fascinación del poder, colaborando con los restos del aparato gubernamental, en la ardua tarea de su reconstrucción, la cual comportaba -y eso es lo más grave- la destrucción de los organismos del poder revolucionario, que "los piojosos" 466
estaban construyendo siguiendo con gran aproximación, los planteamientos y criterios de la CNT.
Por arte de birlibirloque, la construcción del Comunismo Libertario, se identificaba a dictadura anarquista; de la misma manera, colaboración con las fuerzas políticas del Front d’Esquerres quería significar democracia. Suponiendo que el momento no fuera el adecuado para la profunda transformación que se estaba llevando a cabo en la calle, tampoco puede pensarse que la colaboración con los partidos políticos era la única alternativa posible. De hecho, la CNT-FAI eligen el peor de los momentos de la historia para iniciar una colaboración con unas fuerzas e instituciones, que no habían hecho hasta el momento, otra cosa que perseguir, difamar y combatir a la CNT-FAI, precisamente cuando aquellos están prácticamente sumergidos, arrollados, por la oleada revolucionaria. El argumento clave era que “ahora España luchaba contra el fascismo internacional, y teníamos que ganar primero la guerra y después proceder a la revolución social. Y para ganar la guerra era necesario colaborar con todos los partidos opuestos a Franco”.
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Goering y otro alto general alemán, observan el mapa de la Península Ibérica. El error de éste planteamiento, se produce casi en los primeros momentos de la lucha en las calles, cuando los trabajadores mostraron su arrojo y decisión de ofrecerse como voluntarios en gran número para liberar las zonas ocupadas por los militares fascistas. La iniciativa siempre permaneció entre las filas del pueblo, mientras que los políticos de todo tipo, se encontraban absolutamente desorientados y perdidos, incluso algunos, fueron más allá, al negarse a dar armas al pueblo, o por lo menos a disolver un ejército anticonstitucional, con lo que muchos de los soldados hubiesen podido desertar, o incumplir las órdenes emanadas de sus superiores directos, desautorizados por el gobierno. En consecuencia, ¿cómo podía beneficiar al pueblo la colaboración con los políticos?. La consigna de los líderes de la CNT-FAI “primero ganar la guerra y después hacer la revolución” no fue el primero, pero quizás sí fue el de mayor gravedad de los cometidos, en una larga serie de errores que se fueron sucediendo uno tras otro, y los 468
políticos no dejaron pasar la oportunidad de explotarlo en provecho propio.
Abad de Santillán se dio cuenta del error, pero sólo cuando ya era demasiado tarde: “Sabíamos que no era posible triunfar en la revolución si no se triunfaba en la guerra, y por la guerra lo sacrificamos todo. Sacrificamos la revolución misma sin advertir que ese sacrificio implicaba también el sacrificio de los objetivos de la guerra”. No comprendemos como para aquellos “avezados” militantes, curtidos en cien batallas, era posible identificar anarquismo y dictadura, evidentemente, cuando los anarquistas hubiesen intentado imponer sus criterios al pueblo, hubiesen dejado de ser automáticamente anarquistas. Puesto que la sociedad anarquista nunca podrá ser instaurada por la fuerza de las armas, la CNT-FAI no podía utilizar las armas para imponer en Catalunya el Comunismo Libertario; pero sí que podían utilizarse en defensa de la revolución y de las libertades conquistadas por su militancia, a base de luchas, esfuerzo y sacrificio. Hasta aquel preciso momento, el papel de los anarquistas en cualquiera de las revoluciones había sido el mismo, incitar al pueblo a abolir la propiedad capitalista y las instituciones por medio de las cuales ésta manifestase su poder que permite que una minoría explote a la mayoría.
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A poco que observemos la realidad de aquellos días se hace evidente que aunque la revolución social anarquista no era aceptada por la totalidad de la población, los trabajadores catalanes, habían demostrado su resolución de llevar a cabo una amplia y profunda revolución social, que tal y como se desarrollaron los acontecimientos, parecía encaminarse hacia algo bastante parecido a una sociedad por lo menos libertaria, de ahí que la función de los anarquistas tuviera que ser otro, muy diferente a la colaboración, a saber, “apoyar, incitar y estimular el desarrollo de la revolución social, haciendo fracasar todo intento de reorganizarse por parte del Estado burgués”. El poder descansa siempre sobre tres supuestos principales: que tenga una fuerza armada y unos medios de represión de masas , que disponga de un aparato de información y que controle la economía, ninguna de éstas cosas estaba en manos de los gobiernos, ni de la Generalitat, ni de la República. Los tres, se encontraban en manos del pueblo. El gobierno, sólo controlaba por lo menos de nombre, las reservas de oro, aspecto éste que no 470
debería pasarnos por alto, dada su gran transcendencia.
Buenaventura Durruti, ideó un plan para apoderarse de las reservas de oro del Banco de España, toda vez que ni el gobierno de Madrid ni la Generalitat querían dar dinero para comprar armas para el frente, pero su proyecto fue paralizado, por la insistente negativa de Abad de Santillán y otros “hombres representativos”, asustados por las consecuencias que dicha acción podía generar en el frágil Frente Antifascista. Una vez más, pasados los años, Abad de Santillán reconocería: “Había de ser nuestra la primera guerra que se perdiera por falta de armamento, cuando había en el tesoro nacional con qué comprarlo”. La colaboración de la CNT-FAI, en las instituciones del Frente Antifascista, tales como el Comité Central de las Milicias Antifascistas de Catalunya, como en todos los Comités Revolucionarios que se vieron sometidos a aquel: CENU, Patrulles de Control, industrias colectivizadas, Tribunales Revolucionários, etc., o más tarde en los 471
diferentes gobiernos, tanto de la Generalitat de la que Abad de Santillán llegó a ser “Conseller”, o de la República, del que fueron ministros García Oliver (!), Federica Montseny (!), Joan Peiró y Juan López, a juzgar por los testimonios y, desgraciadamente, también por los resultados, no redundó en absoluto en la mejora de la situación militar, ni siquiera en una mayor eficiencia a la hora de solucionar la multitud de problemas existentes, o en un mayor sentimiento de unidad real, como la de los que se ven obligados a compartir la mayor de las desgracias -la guerra-, o a disminuir los abismos y recelos existentes entre los integrantes del bando antifranquista.
No hay ninguna duda, lo único que salió beneficiado del deslumbramiento sufrido por aquellos militantes confederales, con todas sus consecuencias, fue el prestigio del gobierno, del poder, de la autoridad, de las jerarquías sociales, del mando único, y con ello, los ideales anarcosindicalistas, la CNT como organización al servicio de la revolución, del pueblo, quedaron absolutamente desprestigiados. 472
León Trotsky, una de las mentes más profundas y aceradas del pensamiento socialista, no desaprovechó la ocasión de evidenciar parte de la verdad: “Los anarquistas revelaron su fatal incomprensión de las leyes de la revolución... Si hubiesen sido verdaderos revolucionarios habrían propuesto ante todo la formación de soviets y consejos en los que estuviesen representados los obreros de la ciudad y del campo, incluso los más pobres. Por supuesto los obreros revolucionarios hubiesen ocupado una posición predominante en ellos. El proletariado se hubiera hecho consciente de su fuerza invencible. El aparato del estado burgués habría quedado suspendido en el aire. Un solo golpe lo habría pulverizado... Demostraron ser la quinta rueda en el carro de la democracia burguesa. Pronto perdieron también esa posición, porque nadie necesita una quinta rueda...ésta es prueba suficiente de que el anarquismo es una doctrina contra-revolucionaria. Quien renuncia a la toma del poder se lo da a quienes lo han tenido siempre, es decir a los explotadores.... pero sus propios dirigentes ya no creían que su programa fuera realizable”. Ciertamente el texto de Trotsky incluye también una buena dosis de falacia e ignorancia de lo que estaba sucediendo, pero en lo fundamental parece acercarse bastante a la 473
realidad de lo sucedido. Lo confirma el estudio detallado del retroceso revolucionario; cada paso en el sentido de la colaboración antifascista tiene un efecto de retroceso inmediato en la sociedad, en la vida, pero también en el frente... Buenaventura Durruti fue de entre ellos el primero que no pudo resistir la contradicción, marchándose al frente con su columna dedicándoles a los demás frases evidentes:”Yo me cago en vuestras responsabilidades de burócratas”, o la más lacónica de todas ellas “renunciamos a todo..., menos a la victoria”.
En la confusión subsiguiente todo quedó trastornado, quienes criticaban la colaboración con el gobierno, acaban investidos de la dignidad ministerial, los que parecían más dispuestos, son los que antes reconocen su error: “Se equivocan los que creen que sin la colaboración en la responsabilidad gubernamental, la CNT hubiese perdido posiciones harto legítimas. La materialidad de la fuerza no tienen sus raíces en la fuerza misma, sino en la autoridad moral, y la autoridad moral de la CNT, fuera ahora inmensamente mayor de haber colaborado, noble y abnegadamente, como siempre lo hiciera, sin apetecer ni aceptar carteras, ni conserjerías, ni cargos... Con una 474
conducta así, la CNT hubiera mantenido una autoridad tan fuerte como para que nadie hubiera dejado de tenerla en cuenta”.
La guerra fue de mal en peor, más tarde, cuando las fuerzas del gobierno, fueron lo suficientemente fuertes, y se encontraban en manos de los comunistas, sencillamente de un manotazo se desprendieron de todo lo que les recordaba la revolución, y evidentemente, la CNT, la FAI y ¡como no!, el POUM cogido en medio, o fueron eliminados físicamente, o perdieron toda opción y protagonismo -la quinta rueda-. Ya hemos mencionado la opinión de Diego Abad de Santillán, así como su análisis de los efectos ocasionados por la fascinación del poder. No debiéramos concluir por ello, que los “hombres representativos” merecieran la suerte del olvido o la ignominia, por no saber estar a la altura de las circunstancias. Máxime si tenemos en cuenta que por ejemplo, él mismo fue autor de unas frases como las que siguen, que sin lugar a dudas, se encuentran a años luz de sus actuaciones tras aquellos terribles días de julio del año 36. 475
“La revolución es algo integral que debe modificar todos los aspectos de la vida humana...El simplismo de la rutina ha hecho surgir la ilusión de las revoluciones milagrosas, totalitarias...La revolución es algo más que el control obrero sobre los medios de producción, o que la autogestión, es creadora de nuevas formas de vida... la revolución no se hace en las barricadas, aunque éstas puedan ser inevitables, sino en el terreno de la conciencia. La revolución exige un hombre nuevo y una sociedad nueva, ya que no habrá anarquía, sino hay hombres capaces de vivirla, de demostrar que no hacen falta amos ni tiranos... Una revolución permanente es desde ahora mismo, sin esperar a esa insurrección, a esas barricadas, la condición más importante...La justicia y la libertad son la esencia de la revolución, habrá que defenderlas siempre, incluso después de hecha la revolución, porque incluso el organismo económico de la revolución puede degenerar en un burocratismo que mate la libertad... El contenido de la revolución no está en los credos políticos y sociales, sino en lo que la humanidad doliente ha hecho germinar en su espíritu de acuerdo con su nivel de cultura y sus necesidades. Una revolución, no nos dará más grado de 476
libertad que aquella a que seamos acreedores, ni nos hará avanzar más allá de donde seamos capaces de ir... La verdadera revolución es la que llevamos dentro de cada uno...Mas allá del ideal que nosotros proponemos, surgirá otro ideal de progreso y libertad, que ahora no podemos ni imaginar. Esperemos que éstas palabras y frases se graben profundamente en la mente y en el corazón de aquellos, que en ésta o en la siguiente generación, se encuentren en circunstancias semejantes, de manera que, a la fin nos veamos libres de la FASCINACION DEL PODER. Artículo aparecido en la Revista Antrophos nº138.
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