En "Tlaloque" el agua nos sirve como un ícono, un símbolo para decir inicio, vida, movimiento, generación de conocimiento literario, científico, popular; en tanto que los niños simbolizan imaginación, la nueva vida en el aspecto socio-cultural porque una buena infancia asegura una buena vida adulta y con ello una sociedad justo, libre e igual. En cierto modo los tlaloque constituyen para nosotros un alter ego, un nahual, una entidad protectora, nuestro dios, nuestro guía.