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Revolución digital

Todo inicia en el año 1945. Tras los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, la segunda guerra mundial había llegado a su fin y la revolución industrial continuaba con su camino como siempre, la fotografía ya era algo cotidiano entre las personas gracias a las cámaras Leicas, con ellas solían tomar fotografías sobre la cotidianidad de las cosas, pero mi padre René Higonnet, pensó que la fotografía podría ser utilizada para cosas más importantes y fue así como nací yo: La fotocomposición.

Desde que era pequeño siempre quise ser un método de impresión, la simple acción de colocar tinta en un papel me hacía enloquecer, ver al señor Offset y a la señora Serigrafía imprimir todos los días era algo hermoso, recuerdo que más de una vez converse con mi padre sobre lo divertido que era imprimir. Mi padre al verme tan emocionado por el tema, le pidió a su hermana que me enseñara lo más básico de la impresión, para así algún día, poder ser un método de impresión.

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Figura 1. Linotipia inventada por Ottmar Mergenthaler 1886.

Mi tía Linotipia, conocida por ser la más fastidiosa de la familia, me enseño lo básico más básico que se le pudo haber ocurrido so

bre la impresión, con decirles que comenzó enseñándome los 7 pasos básicos que el gran maestro Gutenberg utilizaba para crear tipos y así poder imprimir, y empezó a nombrarlos uno por uno:

Primer paso: Consistía en grabar el relieve del carácter deseado en una barra de hierro, a esto se le conocía como punzón.

Segundo paso: Se clava el punzón en una matriz, con la intensión de grabar el carácter. (La matriz es un pieza metálica blanda, normalmente estaba hecha de bronce o de cobre)

Tercer paso: Una vez se tenía la matriz terminada, se colocaba en un molde manual, en el cual se fundía un tamaño determinado para el tipo, y debido a que era un molde manual, se era capaz de manipular el ancho del carácter si era necesario para que se adaptara a una familia en concreto.

Cuarto paso: Se colocaba el metal fundido, normalmente era una mezcla de plomo, estaño y antimonio, en el tipógrafo, donde se solidificaba una pieza metálica alargada, eltipo) que en un extremo contenía una réplica exacta del carácter que habíamos hecho en el punzón.

Quinto paso: En este paso se retocaban el tipo, para luego poder colocarlo en las cajas del cajista. (Las mayúsculas en la caja alta y minúscula en la caja baja).

Sexto paso: Para la impresión se utilizaba una prensa alta, y muy parecida a la quese utilizaba en los viñedos.

Séptimo paso: Entintar con una tinta que se utilizaba para escribir, con la característica de poder adherirse al metal.

Y cuando creía que no podía aburrirme más con su clase teórica, la tía Linotipia me enseño como es que ella y su compañero, hacían su propio método de impresión: ella con sus noventa teclas, y su compañero con 20 dedos, seleccionaban el carácter que deseaban escribir, y automáticamente la matriz de la tecla salía de un deposito que estaba ubicado en la parte superior de ella. Ese molde descendía a un centro común donde se encontraban las demás teclas que su compañero había pulsado, allí se formaban además de las palabras, los espaciados del texto que escribían.

Cuando el compañero de mi tía formaba una línea con estas matrices, las líneas pasaban automáticamente a una caja de fundición, donde, como su nombre lo indica, se fundía el metal y él mismo entraba a formar los lingotes que constituían la línea de caracteres de la imprenta. Como mi tía no quería desperdiciar los tipos ya creados, ella le pedía a su compañero que recogiera y los trasladara al depósito a lo alto de ella, donde se distribuirían automáticamente en los cajetines que les correspondieran, y quedaban finalmente dispuestos una vez más para ser utilizados por el compañero de mi tía, cuando él presionar sus teclas nuevamente.

Debo admitir, que aunque no me gustaba del todo su método de enseñanza, el tiempo que estuve aprendiendo de mi tía me hizo feliz. Pero aun sentía que tanto los métodos de Gutenberg como los de ella, eran muy metálicos, y que necesitaba algo un poco más tecnológico y menos manual, algo más digital, y como no soy tonto ni perezoso, me propuse el objetivo de hacer un cambio total: pasar de la era de metal a la era digital.

En 1946 con ayuda de mi amigo Hermann Ridder, pude sustituir el viejo sistema de fundición por un sistema fotográfico, donde las fuentes se almacenaban como negativos fotográficos. Después en 1956 logramos utilizar luces estroboscópicas, basadas en un disco matriz de giro rápido donde se encontraban las fuentes tipográficas, de esta manera logramos aumentar la velocidad con la que podía componer los textos. En 1965 introducimos los tubos de rayos catódicos como fuente de iluminación, obteniendo así un dimensionamiento electrónico y no óptico, logrando así digitalizar las ¡fuentes!

Finalmente, en los años 70 logre incorporar los rayos láser como fuente lumínica, haciendo que el carácter no sea producido por

Figura 2. Fotocomponedora (phototypesetter)

medio de una matriz, sino que sea dibujado por un punto luminoso guiado, finalizando así el proceso de digitalización. Para esta época ya era muy reconocido no solo entre las chicas, sino también en toda Europa y todos querían trabajar conmigo, y yo como humilde método de impresión, les enseñaba a ellos cómo trabajar conmigo en ocho simples pasos:

Primero: Todos los textos que escribieran en el teclado perforado, se traduciría entre uno y seis agujeros dependiendo de la letra.

Segundo: Al terminar de perforar la cinta de papel, esta era llevada a otra máquina la cual traducía todos estos agujeros en bloques de texto sobre el papel.

Tercero: Una vez revelado el bloque de texto, se pasaba a su revisión.

Cuarto: Después de la revisión, en caso de que hubiera errores, una pila de correcciones esperaba a ser escrita de nuevo.

Quinto: Se volvian a escribir las palabras y los párrafos que contenian estos errores.

Sexto: Las correcciones eran trasladadas a una mesa de luz, para ser hechas manualmente con una cuchilla.

Séptimo: Luego de elaborar todas las correcciones correspondientes, los bloques de texto pasaban por una máquina de cera, para luego asegurarlos sobre una superficie más sólida.

Octavo: Junto a una mesa de dibujo acompañada de unas herramientas especiales, se van colocando los bloques de texto junto a los títulos y algunas imágenes, para formar el arte final, que luego se procedería a imprimir.

Con estos simples pasos todas las personas podían imprimir gracias a mí, y por primera vez en mi vida sentí que había cumplido mi. Los años fueron pasando y sentía que esta felicidad nunca iba a acabar, pero así como todo tiene un inicio, todo tiene un fin.

A pesar de que tenía las mejores intenciones de seguir trabajando con los demás como método de impresión, lentamente las personas comenzaron a alejarme de sus vidas, algunos mencionaban que al tener que partir de negativos fotográficos para construir la tipografía, la calidad de las letras se veían afectada ya que la ampliación de los tamaños se realizaba con un sistema óptico y ello conllevaba ciertas deformaciones en las letras con respecto a su diseño original, otros en cambio decían que yo estaba mal construida, debido a que no permitía ver en pantalla lo que se iba a obtener por el dispositivo de salida, lo cual obligaba a forzar la imaginación de la persona que me usaba, interpretando el complejo conjunto de parámetros u códigos de la composición.

Bibliografía

-Imprenta (s.f.) En Wikipedia. Recuperado el 15 de noviembre de 2019 de https://es.wikipedia.org/wiki/Imprenta -(José Luis Martín Montesinos. Montse Mas Hurtuna, Manual de tipografía del plomo a la era digital, 2009, p.26) -Rebeca Pastor (2011-2012) Word press: Procesos de impresión. Recuperado de https:// disenopreimpresionpastorrebeca.wordpress. com/2011/11/13/fotocomposicion/

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