2 minute read

EDITORIAL

Next Article
NO TE LO PIERDAS

NO TE LO PIERDAS

Y ESTE AÑO, ¿QUÉ?

Texto: Eliseu T. Climent Un año más. Todo es un déjà vu, todo vuelve, aunque cada temporada con sus diferencias y particularidades. El tiempo pasa de manera irremediable, pero también irrepetible. Minutos antes de que suenen las doce campanadas con las que despedir un ciclo e inaugurar el siguiente son momento de formular deseos y concretar algunos proyectos que se han ido barajando durante los últimos meses del año que finaliza. Es la ocasión, por otra parte, contaminado por el ambiente de euforia en que está sumida la Nochevieja, de comprometerse en aventuras superlativas o excesivas para la forma física actual. El matasuegras, el cava y las uvas han dado el pistoletazo de salida a un año con mucho por delante. Enmedio de abrazos, música y demás expresiones del jolgorio programado, uno contiene el arrebato de calzarse las zapatillas al minuto uno del día uno del primer mes por cuestiones de sociabilidad. Parece que ahora toca fiesta y no pensar. Pero el fantasma vuelve, reincide, martillea el cerebro del corredor. El “este año, sí”, resuena en la cabeza como respuesta a proyectos y sueños que esperan con impaciencia su turno en carpetas mentales.

Advertisement

“Este año, sí”, se repite en silencio el corredor, absorto en sus pensamientos que retumban contra la música y risas de fondo. La clarividencia toma en él casi una dimensión física, absoluta: este año sí será el momento de cumplir con los propósitos que esperan en el archivador de los deseos. Son aventuras para las cuales habrá que prepararse, entrenar duro y de manera sistemática. Aventuras para las que espera un largo camino, a veces un calvario, donde acechan las lesiones y la complicada cuadratura del círculo de las obligaciones laborales y la harmonía familiar. Proyectos, además, que reclaman fuerza mental y no solo física, y esto significa también entrenar el cerebro y no fracasar en el intento. Habrá que buscar tiempo debajo de las piedras, negociar con la empresa y con la familia para conseguir cubrir las necesidades mínimas que permitan realizar la gesta propuesta con ciertas garantías de éxito. Algunas veces, cuando quiera reservar parcelas de tiempo el corredor se encontrará al otro lado de la mesa con un interlocutor implacable a quien tendrá que neutralizar recurriendo a sus dotes de persuasión. Esta habilidad también se entrena. Como la fuerza o la mente.

Si no consigue sus demandas, le tocará buscar refugio en la oscuridad de la noche, y en ocasiones bajo la lluvia. Y entonces será cuando aquel momento sea solo suyo, particular. El mundo se reducirá a silencio nocturno acotado por el haz de su frontal. En este espacio de libertad, practicará la carrera como le plazca: lo hará a ritmo constante o con cambios de intensidad, o repetirá una subida tantas veces como le venga en gana o le dicte su entrenamiento. Respetará o no pulsaciones, y permitirá a su mente que le acribille, mientras corre, con imágenes de momentos únicos de su pasado reciente y lejano. En silencio, cocinará a fuego lento sus proyectos y deseos para un año que empieza. Correrá, correrá para conseguirlos. Este año, sí.

This article is from: