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TERRITORIO PENYAGOLOSA
from Revista TRAIL n.89
PENYAGOLOSAENYAGOLOSA
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EL GIGANTE DE PIEDRA
Texto: Eliseu T. Climent Fotografía: Quim Farrero
Penyagolosa es un nombre mítico. Esta cumbre, casi omnipresente desde cualquier punto de la provincia de Castellón, domina una geografía dual: pinares y frescor conviven con la aridez máxima de un paisaje abrupto. La despoblación y el abandono acaban de dar el toque de soledad. Sus caminos, senderos y pistas se traducen en un correr de exigencia física y no menos técnica. Penyagolosa bien merece pasarse unos días.
Mucha tinta se ha derramado sobre el origen del topónimo: que si Penyagolosa procede de la imaginativa “peña golosa”; o “peña colosa”, teoría esta que parece más ajustada a la realidad por las dimensiones y presencia sobresaliente de esta cumbre sobre el entorno que la rodea. De una manera u otra, ha sido centro de miradas desde la noche de los tiempos. La razón es obvia: el Penyagolosa (1814 m) es perceptible desde los cuatro puntos cardinales de las montañas de Castellón. Y hasta del llano: no hay más que salir de la capital de la Plana para, al cabo de unos kilómetros, percibir el afilado perfil de
34 34 la montaña que nos ocupa. O encaramarse a la mínima altura, como pueda ser el montículo sobre el cual reposa el castillo de Onda, para que vuelva a hacerse presente. Desde la cumbre del pico Espadán o desde la frontera litoral del Alto del Bartolo, se confirma igualmente su omnipresencia. El Penyagolosa se ha vuelto monte signum, montaña señal, faro que seduce a los castellonenses y los impulsa a penetrar en las tierras altas de su geografía. De su esbelta figura destaca la singularidad de un perfil que dibuja media pirámide, como si la parte anterior se hubiese desmoronado. A la pendiente
La vertiginosa cara sur del Penyagolosa es uno de los lugares imprescindibles de la zona, y además poco visitado.
mantenida de la vertiente septentrional corresponde una caída vertical de 200 metros por su cara sur. La ladera harmoniosa tapizada de pinares se sincopa de golpe al llegar a la cumbre. La bondad arbolada y húmeda del norte conforma el contrapunto del áspero secarral de su cara meridional. Al llano de Vistabella, donde se encuentra la entrada principal del Parque Natural de Penyagolosa, se le oponen profundos barrancos en que aflora la roca madre. Y es este espacio de síntesis de dos escenarios antagónicos el que nos dará juego para el trail con mil y una posibilidades.
El lugar más deseado No hay duda de que el lugar emite una energía especial; lo demuestran la cantidad de peregrinaciones y romerías seculares que tienen como hito el ermitorio de Sant Joan de Penyagolosa, al pie de la montaña. Este complejo de dimensiones contenidas pero de profundo origen medieval atrae. Hoy por hoy, se encuentra cerrado, suspendido en el tiempo y expuesto al abandono y degradación. Las reivindicaciones de vecinos de Vistablella y habituales del lugar para salvar este lugar se han hecho presentes en prensa local y hasta en redes social. Y es lógico, hay que volver a dinamizar el epicentro espiritual y excursionista de esta montaña, que atrae periódicamente a miles de feligreses, creyentes y amantes de las tradiciones, tras largas horas de andanzas de naturaleza espiritual desde los pueblos circundantes. De entre las romerías y pelegrinaciones, la de Les Useres es la estrella por antonomasia. Desde este pueblo, ubicado al sureste de la cumbre, 12 peregrinos y un guía salen en silencio el último viernes del mes de abril. Durante los 36 kilómetros de penitencia, tan solo silencio, cantos y poca palabrería. El itinerario fue declarado en 2007 Monumento Natural del Camí dels Pelegrins por su sentido histórico y tradición. Existen otras peregrinaciones, laicas y más recientes: una es el GR-33, o Sender de la Lluna Plena (Luna Llena). Se trata de un itinerario trazado por el Centre Excursionista de Castelló que une la capital de la
El abandono rural genera desolación en un paisaje que estuvo lleno de vida en el pasado.
comarca de La Plana con el santuario que nos ocupa y que tradicionalmente se realizaba bajo la luna llena. Desde Les Useres, recorre el camino histórico de los peregrinos. El GR-33 dio origen a una marcha senderista que tomó la forma definitiva de la emblemática Marató i Mitja (MiM) la cual, junto con la Castelló-Penyagolosa (CSP), conforman la Penyagolosa Trails.
36 A por faena Ninguna de las carreras que conforman la Penyagolosa Trails asciende a la cumbre, con lo que una primera propuesta que lanzamos desde estas páginas será una actividad con el Penyagolosa como reclamo. Desde el ermitorio de Sant de Penyagolosa, no habrá más que seguir el sendero PR-V 64, que toma la dirección del pico pasando por el frondoso
barranco de la Pegunta (resina, en castellano). El camino se interna en un bosque sombrío y fresco, de pino negro, entre otras especies, gana altura progresivamente sin otras estridencias que unas pendientes finales para llegar a la base de la cima (la Banyadera, 1510 m). Los 300 metros de desnivel que nos separan ahora del objetivo se resumen en rítmicas lazadas del camino dibujadas en un canchal de roca caliza, que la altitud y la vegetación arbustiva han dejado a merced de las inclemencias. La cumbre es bicéfala. Dos picos separados por una vertiginosa canal. La cumbre principal posee una caseta de vigilancia forestal y un vértice, y los días vacacionales, una nutrida masa de turistas. El descenso hacia Sant Joan de Penyagolosa podrá realizarse por el barranco de la Teixera, anexo al de la Pegunta y mucho más solitario que este. El agradable sendero que lo recorre atraviesa un singular bosque de tejos, de ahí su nombre. Los curiosos que quieran descubrir la vertiginosa muralla de la vertiente meridional de esta cima, tendrán que colarse hacia la derecha a los pocos minutos de iniciar el descenso: un paso escondido llamado la Portella nos adentra al más allá. La visión desde la base de la pared surcada por vetas de tonos rojizos es una de las perspectivas más imponentes del macizo. Podremos completar la vuelta o bien remontar por la canal algo delicada que separa las dos cumbres. Esta es empinada, pedregosa y en su parte superior unas cadenas aseguran un pasaje técnico. La canal da carácter y envergadura a la actividad, aunque no resulta aconsejable para quien sufra de vértigo o inseguridad en la montaña.
Camino de Aragón El Penyagolosa es casi frontera con Aragón. Comparte con sus montañas el clima severo de invierno y abrasador en verano, a pesar de situarse por encima de los 1000 metros de altitud. Comparte también un paisaje árido, despoblado o, mejor, una geografía donde la población se dio décadas atrás en formato diseminado: masías colgadas en laderas o salteando los pocos espacios llanos son reminiscencias de una vida pretérita. Uno de los lugares de frontera que no hay que dejar de recorrer es el valle del río Carbo, que aguas abajo llega al pueblo de Villahermosa del Río. Aunque administrativamente forma parte de la provincia de Castellón, su ADN es puramente maño. Los vecinos de la zona, castellohablantes, emiten una inconfundible sonoridad aragonesa. El Carbo es un edén en miniatura: aguas cristalinas, saltos y cascadas gélidas encajonados entre dos laderas, donde se mimetiza una pequeña comunidad de masías dispersas que se comunican entre si a través de pequeños caminos que sortean antiguos bancales de piedra seca. Entre los años 70 y 80 del siglo pasado desembarcó en este valle una legión de
La cabra es la reina de los rincones más escarpados de este macizo.
hippies neorurales llegados de Valencia, Castellón, tierras aragonesas y de algún otro punto alejado del mapa. Se instalaron, repoblaron y dieron nueva vida a masías y campos. Cultivaron los campos, criaron ganado e hijos; vendieron producto local en ferias y mercados de la zona. Sus principales medios de transporte fueron dos: el coche (eternos landrovers o renaultcuatros) y el mulo. Tuve la suerte de conocerlos y pasar periódicamente algunos días con ellos cuando era un adolescente y frecuentaba estas montañas. Al valle del Carbo se accede desde el ermitorio de Sant Joan siguiendo el camino histórico, balizado como GR-7. Es la principal arteria que lo recorre en toda su longitud y resulta un itinerario ideal para un sube-baja a Villahermosa del Río (750 m). Desde este pueblo hasta el collado que da acceso al complejo religioso habrá que salvar un desnivel de 575 metros en 9,5 kilómetros. Desde el valle del Carbo podremos acceder también al pico a través del empinado barranco de Marcén con su masía homónima presidiendo la escena.
38 Llaneando desde Vistabella del Maestrat No todo en el macizo de Penyagolosa es exigencia reservada a las piernas más potentes. El lugar depara interesantes posibilidades para recorridos ciertamente indulgentes, que resultan idóneos para una jornada de recuperación o bien para iniciarse en el trail sin tener que sufrir en exceso. La cara norte del macizo se diluye primero en ondulaciones boscosas de media montaña, con extensos pinares limpios de sotobosque. En estos, los caminos y pistas reducen su densidad de piedras convirtiendo el trail en una auténtica experiencia mullida. En un segundo término, el bosque desemboca en un extenso altiplano aprovechado para la producción de cereal. El llano se extiende sobre 6,5 kilómetros a 1100 metros de altitud. Es atravesado por dos vías: la que desde Vistabella del Maestrat se dirige al Maestrazgo aragonés y la que desde el mismo pueblo enlaza con Sant Joan de Penyagolosa . En sentido opuesto, esta se concreta en una eterna recta que finaliza de golpe y se sumerge con rotundidad en el valle del río Montlleó. En el llamado Pla de Vistabella, el llano que nos
La segunda cumbre del Penyagolosa proporciona una aérea sensación de vacío.
La cumbre principal del Penyagolosa amanece sobre un mar de nubes.
El ermitorio de Sant Joan de Penyagolosa, epicentro de romerías, carreras y amantes de esta montaña.
ocupa, las pistas a pérdida de vista que lo surcan permiten ejercitar la mente, además de las piernas, preparándola para el tedio de las horas y los kilómetros de las ultras o de las carreras por desierto. En el sector norte del altiplano, conocido como el Pla d’Avall, el Ejército republicano construyó un aeródromo a los nueve días de estallar la Guerra Civil. Por el espacio y la ubicación solo podía acoger aviones ligeros, pequeños cazas. El aérodromo disponía de lo indispensable: el conjunto compuesto por el puesto de mando, refugio y aljibe se conserva en perfectas condiciones. El aeródromo sigue en activo para uso de avionetas privadas. Los refugios, por su parte, sufrieron una suerte desigual: algunos desaparecieron a causa de la construcción de la carretera que atraviesa el Pla; otros, en cambio —los más cercanos a las masías—, conservan vestigios de sus líneas, así como su foso, el cual se integra perfectamente en el paisaje agrario. Con el final de la contienda, el macizo de Penyagolosa, por su inaccesibilidad y la vida humana dispersa, se convirtió en refugio de maquis: escenario de escamaruzas entre resistentes y Guardia Civil, fusilamientos sin orden ni concierto, existencias al límite de fugitivos del régimen franquista auxiliados, encubiertos o delatados por los habitantes de las masías. No habrá que marchar de este sector sin dos visitas obligadas: una es a Vistabella del Maestrat. El pueblo concentra la vida de la zona. Situado a 1249 metros de altitud es el que encabeza el ránking de las poblaciones más elevadas de la Comunidad Valenciana. Vistabella cuenta con todo tipo de servicios, a parte de poseer un patrimonio histórico que certifica su trascendencia secular. En 1338, fue residencia del rey Pedro IV de Aragón. De aquí que su antiguo palacio y prisión sean dos de los atractivos de la villa, junto con sus murallas, puertas y castillo. No pasará desapercibida la iglesia parroquial de la Asunción con unas dimensiones que desafían las proporciones locales. De ella destacan la torrecampanario de 30 metros de altura y la portada principal a modo de fachada-retablo de varios pisos. La segunda visita es a la Estrella, ya en término del pueblo aragonés de Mosqueruela. Este pueblo con solo dos almas en vida, se encuentra en lo más recóndito del río Montlleó. Un matrimonio octogenario sobrevive a la despoblación, resiste con sus gallinas, perros y una multitud de gatos. Sinforosa y Martín pasan los días sin agua corriente, sin reloj y sin cober
tura. Se erigen en reminiscencia viviente de un estilo de vida prácticamente extinguido; cuidan de la iglesia y de un pueblo que tuvo alcalde, médico y cura. Hoy, sin más vida que ellos, son los último mohicanos. Podremos acceder a la Estrella corriendo por el antiguo camino desde Vistabella del Maestrat y que está marcado con puntos rojos. La ida y vuelta suma unos 22 kilómetros con 700 metros positivos.
El aeródromo de Vistabella todavía se encuentra en funcionamiento para avionetas privadas de ocio.
Xodos, el guardián de la puerta oriental Xodos es un pueblo pequeño y algo funambulista. Desafía la gravedad encaramándose a una roca. Sus últimas casas y corrales están ahí, al borde del abismo. Xodos custodia el macizo de Penyagolosa por su vertiente oriental. De hecho, es la puerta de entrada desde levante para circulación pedestre, ciclista y motorizada por pista de tierra, y el último gran calvario para el corredor que participa en la Marató i Mitja, o el caminante y peregrino en su viaje al ermitorio de Sant de Penyagolosa. El molino de Xodos, a los pies del pueblo, es el kilómetro cero de la muralla natural que conforma la hilera de tossals (cerros con relieve tabular) que separan el pueblo de las tierras altas del Penyagolosa. Entre ellos, destaca el tossal de Marinet (1466 m), que conforma un mira-
Vistabella es puerta de entrada al Parque Natural de Penyagolosa y compendio de historia y patrimonio.
dor excepcional sobre la cumbre estrella de este artículo. En su cima plana, los restos de un poblado íbero delatan el paso de civilizaciones anteriores. Xodos supera por poco la cota de los 1000 metros de altitud, con lo que plantearse una subida al Penyagolosa representa salvar 800 metros de un camino de pendiente exigente en su primera parte hasta el llamado Pla de la Creu, una encrucijada desde donde parte una pista que remata al corredor por su longitud y perfil con constantes ondulaciones hasta el citado llano de la Banyadera. Pero esta no es la más severa: la que mayor desnivel acumula es la escalada al Penyagolosa desde Villa
EL PENYAGOLOSA EN CARRERAS
Castellón Penyagolosa Trails. 18-04-2020 Marató i Mitja. 65 km y 2.500 m D+ Castelló-Penyagolosa. 109 km y 5.600 m D+ Vistabella del Maestrat Cursa de muntanya. 2-08-2020. 27 km y 1.500 m D+ Xodos Marató del Penyagolosa. 02-05-2020. 42 km y 11 km hermosa del Río por el valle del río Carbo del cual ya hemos hablado. Con sus casi 1.100 metros positivos, esta ascensión bien vale una escapada. Para los más técnicos se podrá realizar una variante pasando por el Mas de Borràs y el llamado Cantal de Miquelet hasta la base de la cara sur de la cumbre. Aquí por la angosta y técnica canal se accede al mismo pico. Podríamos seguir enumerando recorridos, pero el espacio en la revista manda. Ahora toca coger el mapa e investigar. ¡Suerte en la exploración!
DE INTERES
Llegar, dormir y comer Vistabella. A 70 kilómetros de Castellón, en dirección a la Pobla Tornesa, Vall d’Alba y Atzeneta del Maestrat. Es el pueblo principal, con múltiple oferta de alojamiento y restauración. Xodos. A 60 kilómetros de Castellón, en dirección a la Pobla Tornesa, Vall d’Alba y Atzeneta del Maestrat. Dispone de bar-restaurante y hotel. Villahermosa del Río. A 57 km de Castellón, por l’Alcora y Llucena del Cid. Dispone de bar-restaurante, hostal y hotel.
Masías abandonadas, memoria de una vida rural pretérita.