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Emilio conquista el paladar citadino

Por Mario Zárate

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Recientemente, el restaurante Emilio, integrante del reconocido Grupo Ituarte, cumplió cinco años de vida, durante los cuales se ha consolidado como uno de los establecimientos más queridos y frecuentados en la concurrida calle de Emilio Castelar en la colonia Polanco.

Ubicado en el número 107 de la mencionada calle, Emilio se distingue por la calidad en los alimentos, su alta cocina y excelente servicio que se reinventa para ofrecer dos cartas, dos espacios y dos conceptos en el mismo lugar.

Travel Times visitó el establecimiento, donde fuimos recibidos amablemente por su personal para posteriormente dar paso a una exquisita degustación de diferentes platillos de su menú. Es de gran relevancia destacar que la cocina está a cargo del chef español Jon Otxandio, quien define sus platillos como una fusión entre la comida vasca y la gastronomía mexicana e internacional.

La degustación inició con una entrada consistente en un pequeño rollo de salmón acompañado con láminas de aguacate, rábano, pepino y tomate cherry. Para nuestro primer platillo disfrutamos de la especialidad del día: garbanzo español con secreto ibérico, un tipo de estofado acompañado por un poco de piquillo y adornado con puntas de espárragos.

Lo mejor de la tarde llegó con el platillo fuerte, un delicioso besugo, pescado familia del huachinango, abierto en forma de mariposa cocinado a las brasas y terminado en el horno. La preparación se lleva a cabo en aceite, pimentón con un poco de perejil y una papa panadera como acompañante.

Nuestro paladar cerró con broche de oro gracias a un mousse de maracuyá con helado de mango sobre una cama de amaranto.

Un restaurante sin pretensiones

De ascendencia española, el chef Alberto Ituarte es el responsable del concepto y evolución de Emilio, el cual es uno de los restaurantes más jóvenes del grupo, al lado de Boston y Aitana. El primero está divido en dos partes.

A nivel de calle ofrece una carta para compartir: entradas, botanas, paninis y pizza, sólo por mencionar algunos; todo en un ambiente animado, con mucho ritmo, donde se come muy rico y en forma sencilla, sin dejar de lado los tragos, como el “Tintikuaa”, a base de piña o el “Martini de Oreo”, parte de la mixología de la casa.

En el segundo piso, sin pretender un tono de seriedad, se pueden probar platillos clásicos que prevalecen en la cocina del chef Ituarte con la permanencia de la cocina vasca, pero con toques mexicanos y franceses que logran darle un aire más internacional. La elegancia está presente en los sabores; la suntuosidad y las pretensiones, se quedan afuera.

En la carta hay entradas como las clásicas croquetas de jamón serrano, los tacos rabo o la brandada de bacalao con gelatina de miel. Hay también ensaladas, ceviches, arroces y sopas; como la crema de

parmesano con maíz y camarón. Como fuertes, la cazuela mediterránea de robalo y camarón al azafrán, el arroz con bogavante o el cerdo ibéricos meloso, entre otros. La carta de vinos es equilibrada y halaga los platillos de la carta. Es una selección internacional de blancos, tintos y espumosos.

Al respecto de todas las comodidades que ofrecen, el Gerente General, Moisés García Gallego considera que todos los días son diferentes e igual de importantes en el restaurante, ya que tienen la oportunidad de conocer personas nuevas y hacer que cada uno se sienta en casa. Esto es lo que los distingue de los demás, ya que existen tres puntos primordiales para lograr destacar: la calidad de la comida, el servicio, y el trato hacia los invitados. Un factor más de ventaja es su ubicación con una vista única en la ciudad.

“Emilio está abierto para todos, aunque entre semana la mayoría de nuestros invitados vienen por temas de negocios y los fines de semana tenemos un ambiente más de amigos y familias. Tenemos platillos que distinguen al restaurante y los clientes vienen especialmente por ellos pero tenemos una sección de especiales en la carta que cambian constantemente”, resaltó el gerente.

Para García Gallego, el mejor maridaje depende del gusto de cada comensal, aunque para él un pescado a las brasas combinado con el arroz de chipirones al azafrán y una buena copa de vino, quizá un rosado, es la mejor opción.

Conoce más en: www.emiliorestaurante.com

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