Relatos de la cuarentena escritos por los adolescentes

Page 1

Relatos de la cuarentena escritos por los adolescentes

2



Dibujo de Isabel Meda


La chica en el espejo Hola soy Venus, y estoy harta de mí. Soy una persona que constantemente busca un escape de todo lo existente, siento una necesidad de huir y volver a esos lugares tan únicos donde me sentía infinita. No lugares en la tierra, lugares en mi interior. Es una cárcel no tener ninguna distracción o consuelo a tu alrededor y aunque, no me llevo mal con mi familia, ha sido muy difícil tener que lidiar principalmente conmigo. Sobrepensar es mi segundo nombre. Me coloco frente al espejo y teniendo solo un objetivo me iba al minuto ¿Ahora? Me pregunto ¿quién es ella?, ¿es bonita?, ¿por qué le duele tanto?, ¿por qué se siente vacía?, ¿cuál es la razón de su existencia? “Oh dios muy profundo, POR FAVOR DEJA DE PENSAR, me gustaba más cuando mi radio sonaba” (Twenty One Pilots “Car Radio” 2011) Es como ver a alguien perdiendo la cordura lentamente. La chica en el espejo no se encuentra bien. Siento una constante necesidad de tener paz mental y sentirme libre, ahora entiendo el verdadero significado de estar encerrada. No pienso mentir, he estado bastante deprimida y obsesionada con las cosas que me mantienen algo cuerda. Cada que como algo lo hago pensando en cuanto ejercicio tendré que hacer para quemarlo y cosas por el estilo. Yo misma siento como me estoy perdiendo en mí. Es abstracto, pero horrible. Fuera del conflicto conmigo está mi familia.Tengo serios problemas para llevarme bien con mi hermana, ella es tan dramática, ruidosa y llena de energía. Solo quiero darle un golpe que la deje muda hasta que termine la cuarentena, verdaderamente no la


aguanto. TODAS las mañanas son berrinches con gritos como si le estuvieran arrancando una pierna. Luego mi madre que se desespera con facilidad y no se da cuenta de esas pequeñas cosas que hago para que no se estrese tanto preocupándose por la limpieza de la casa. Y por último mi hermano. Él solamente es muy encimoso conmigo porque me tiene mucho cariño y soy como su confidente en casa. No comprende que necesito mi tiempo a solas y me desespera mucho. Por cosas así, aparte de mis propias complicaciones personales, mi salud mental y paciencia disminuyen de sobre manera cada día que pasa. Un constante dolor de cabeza se hizo presente y es como si me consumiera lentamente, dándome ganas de gritar hasta que se me rompan las cuerdas bucales. “¿Qué quieres tú de mí?, ¿qué sabes tú de mí?, ¿en qué piensas tú?, ¿qué sabes tú?.” (Billie Elish “Bury a Friend” 2019) No sé si exista algo como romper la cuarta pared en la escritura, pero mi queridísimo lector, mi tarea dice que ponga la superación de mi conflicto con éxito. El conflicto de la chica en el espejo aún no tiene solución, ni positiva a negativa. La situación de la chica en el espejo puede no tener conclusión aún, pero hasta ahora va cuesta abajo. “De mal en peor” dijo ella. Me contó cómo se perdió en su pensar, se ve que no está muy bien. Ella dijo que ha estado durmiendo, pero yo veo unas ojeras profundas, creo que llora todas las noches. Ella dice que le duele su pecho, como un agujero negro que la consume poco a poco. A decir verdad, entiendo cómo se siente, ha de ser agonizante. Espero encuentre su “Felices para siempre”. Venus fuera.


¿Cuarentena o lección de vida? Eugenia Ruiz Ransom 14 años El inicio… 31 de diciembre 2019 a las 11:59 p.m. Todos alrededor del mundo estaban pensando exactamente lo mismo: “Este va a ser un buen año,” “Se viene lo bueno,” “Nada me va arruinar este año.” O bueno, por lo menos yo estaba pensando eso. Empezó el año. Yo lo estaba disfrutando al máximo saliendo con mis amigas y con mi familia, gozando los últimos seis meses en mi secundaria y disfrutando de lo buena que era la vida. Sin embargo, en otros lados del mundo, la gente no se la estaba pasando igual de bien que yo. ENERO 2020 – RUMORES DE UNA TERCERA GUERRA MUNDIAL FEBRERO 2020 – TERRIBLES INCENDIOS EN LOS HERMOSOS BOSQUES DE AUSTRALIA MARZO 2020 – VIRUS EN CHINA Nadie se esperaba lo que pronto nos iba a llegar a todos, ya no solo a China o a Australia. Alumnos de secundaria emocionados por el largo puente de marzo, pero nadie sabía que, hasta el día de hoy, ya no íbamos a regresar. La cuarentena definitivamente me ha hecho pensar y reflexionar demasiado sobre demasiadas cosas: diariamente vivimos por el simple hecho de vivir. Nos despertamos y hacemos la misma rutina de siempre sin ninguna emoción que nos motive a vivir realmente, pensamos: “otro día más, como cualquier otro”, cuando en realidad, cada día nuevo es un regalo y una bendición llena de sorpresas, es una nueva oportunidad. Pero claro, no lo vemos así porque damos por hecho que siempre va a ver “un mañana igual


que hoy,” pero nunca sabes cuando ya no vas a ver o tener algo o a alguien, nunca sabes cuándo será tu último día fuera de tu casa o en tu casa, nunca sabes cuándo será tu último día que veas a tus amigos o el último día que vayas a la escuela. Las cosas pueden cambiar de un segundo a otro y por eso creo que deberíamos de aprovechar cada momento con las personas que queremos. Sí, este encierro nos tiene a todos como locos, jalándonos los pelos desesperados por salir y sentir el aire fresco en nuestras caras, desesperados por abrazar a alguien (a quien sea, tal vez hasta a un extraño) tan fuerte que te dejan sin aliento y que tu cuerpo sienta esa conexión entre los dos cuerpos. Pero si nos quejamos y quejamos todos los días, esos pensamientos y malas vibras no van a atraer nada bueno a tu vida. Si tienes por lo menos tres de las siguientes cosas, no tienes razón de estarte quejando todos los días durante esta cuarentena: -Salud -Luz -Gas -Electricidad -Internet -Agua -Comida -Familia con quien hablar y convivir en casa -Educación en línea Por más de que sea difícil mantenerse positivos, es mejor que mantenerse negativos y débiles. Yo sé que ese día llegará, ese día en el que todos podamos salir y estemos a salvo al tocarnos y abrazarnos, ese día en el que nadie vuelva a ver el mundo y la vida de la misma manera. Solo tenemos que esperar pacientemente y pensar en todas esas otras cosas que nos mantienen con salud día a día. Levántate con la emoción, felicidad y gratitud de que tienes otro día más con las personas que quieres (tu familia), y cuando volvamos a “nuestra vida y rutina normal” sigue viviendo con este sentimiento lleno de alegría, paz y GRATITUD.


En Casa Mariel Sofia Benavides 15 años “¿Cuarentena?” Le dije a mi mamá, quien me estaba dando las noticias del encierro. “¿No voy a la escuela?, ¿Y la maqueta? ¿Y mi tarea?” “No creo que dure mucho, chiquita.” Mi papá me dijo, mientras comía una naranja. “Apenas si hay infectados, no entiendo por qué hay que quedarse en casa.” “Pero lo vamos a hacer.” Continuó mi mamá en un tono amenazante, advirtiendo a mi papá con una mirada que daba un claro mensaje: no permitiré que traigas ningún virus aquí. El silencio con un aire pesado prevaleció, mi papá no parecía ni percatarse de ello, y continuó con su naranja, mi mamá continuó con su cena, y yo al ya haber terminado, me paré de mi asiento, y puse mi plato en su lugar, subí las escaleras y tan pronto como llegué a mi cama y puse mi espalda en descanso, supe que al menos por ahora, la iba a pasar bien. Hasta que todos los demás no pensaban lo mismo. Por una semana, todo iba bien, no había presiones, papá seguía saliendo de casa por lo que mamá decidió dormir en el cuarto de invitados, mis amigos empezaron a volverse locos hablando de cómo odiaban ya la cuarentena sin poder vernos y se puso peor después de que iniciaran las clases desde casa, mientas que yo… Bueno, mi problema era bastante diferente a los de la mayoría. Yo no sabía que escribir ni dibujar. Fue como si el encierro hubiera dado el visto bueno a mi motivación para que se fueran, por días escribí sin ganas, y dibujé sin inspiración, terminé reiniciando la historia en la que trabajaba, y tiré a la basura los dibujos que iniciaba. ¿Qué me estaba sucediendo? Lo ignoré, decidí evitar hacer lo que me gustaba por un rato esperando que así, poco a poco y sin apresurar nada, mis ganas de hacer mis hobbies regresarían, hablé con mis amigos, me puse a hacer de todo (incluso cocinar, lo cual aborrezco), vi las noticias


de cómo el coronavirus estaba tomando al planeta y me sentí mal por toda la gente que tendría que lidiar con el terrible virus que le dio la vuelta al mundo. Al final de todo eso me di cuenta de que necesitaba empezar a hacer algo al respecto, escuchar todas esas tristes historias y ver a mis amigos casi sollozando por el encierro no hacían nada más que hacerme sentir azul. Decidí que si quería tener mi motivación de vuelta tendría que hacer algo al respecto. Me puse a escuchar música, a buscar paletas de colores en internet y diseños de personajes, a investigar maneras de hacer mi escritura y mis dibujos aún mejor, salí a la puerta de mi casa por la noche a ver el cielo estrellado y por la mañana para ver las nubes de un color naranja y azul, y todo para sentir ese sentimiento de placer en la parte de la nuca que de alguna manera hacen sentir a tu cabeza como a una cristalina cascada llena de vida y de ideas nuevas a la que personalmente yo le llamo inspiración. Eso, por otra parte, era tan molesto. Tener que ir a buscar mi inspiración es algo difícil, y creo que hablo por muchas personas cuando digo que al hacerlo sientes como ese sentimiento es tan fugaz y débil que se siente irritante, y molesto, pero en cuanto regresa por sí sola no te molesta del todo. Y te reconcilias. Y eso fue lo que me sucedió, después de intentar por un largo rato mi inspiración regresó de nuevo. Pero tendía que comprobar si era cierto antes de ilusionarme. Fui por una hoja de papel y dibujé lo primero que se me vino a la mente, y con lo primero que se me ocurrió. Terminé haciendo un dibujo que nunca se me hubiera ocurrido hacer anteriormente, me sentí tan feliz. Sentí como olvidaba todos los problemas que había fuera de casa, y como por un rato podía hacer algo que me gustaba con gusto, pues. Siempre hay que considerar a los héroes que hay afuera y que no utilizan capas y salvan vidas, pero si quieres salvarte a ti mismo es importante hacer lo que te gusta. Quédense en casa.


Dibujo de Andrea Alanis


No existe título lindo cuando se habla de cuarentena. Sofía Duarte Cavazos 14 años Nunca nadie lo veía venir, fue como si por un segundo pensara que el mundo me odiaba y quería verme sufrir, pero el mundo aún no había empezado, porque, aunque no haga falta explicar la situación actual de la humanidad, mi yo del futuro leyendo esto tal vez lo quiera recordar. Quién diría que hace unos meses avisarían que estaríamos encerrados en nuestras casas, tratando de evitar la propagación de un virus (hasta ahora sin cura), proveniente de una ciudad llamada Wuhan en China… sí, honestamente, nadie. Cada día en mi cuarentena juraría perder más la sanidad, realmente no soy una persona que disfrute salir, pero existen varios días de la semana en los que realmente deseo subir a una montaña y gritar como si el mundo se fuera a terminar, porque así es como estos días se sienten, en lo más profundo de mi persona. Tengo que admitirlo, no es la primera vez que me veo obligada escribir lo que es mi experiencia en cuarentena, ya sea por tarea o por decisión propia y eso lo encuentro realmente interesante. Si hay algo que puedo garantizar y aceptar, es lo impresionantemente difíciles, estresantes y raros que han sido estos tres meses para mí. Me sorprende el nivel de frustración que obtuve estos meses como para verme obligada a escribir, que es lo que generalmente hago cuando estoy muy frustrada o con muchos sentimientos encontrados. No sé si hay una manera correcta de empezar cuando se habla de emociones, a este punto lo único que hago es directamente escribir lo que siento y por qué lo siento, entonces lo voy a soltar de una vez por todas. Yo amo mucho a mi familia, soy muy afortunada de tener


una familia que me acepte con todas mis virtudes y defectos, no es la familia más perfecta del mundo, pero no puedo pedir por más, pero a veces, solo a veces me gustaría tener la casa solo para mí, me gustaría poder disfrutar un poco de silencio, o si no es silencio, ruido que no provenga de los agudos gritos de mis hermanos o de mi nana tratando de ponerlos en su lugar, pero realmente mi familia es lo menos que me podría estresar. Si tengo que hablar de emociones serían de esas emociones negativas, esas emociones que te hacen sentirte inútil o muy sensible ante cualquier situación. Trato de hablar de mis emociones con lo poco que tengo de amigas que sé que me van a escuchar, en pocas palabras a las que pienso que son mis amigas de verdad, que resultó ser solo una. Creo que con eso ya se puede hacer una idea de lo triste y pensativa que me he sentido en esta esta cuarentena, pero no todo es tan malo, existen varios momentos divertidos en donde simplemente me río de algún video estúpido del Internet o mi familia encuentra algo para al menos sacarme una sonrisa. Creo que mi conflicto más grande en este periodo de tiempo es la escuela y mis estudios en general, puede que suene ignorante porque si hay algo de lo que me he dado cuenta es lo privilegiada que soy por tener la oportunidad y recursos para tomar una educación desde casa, pero no es fácil cuando tienes que estudiar por tu cuenta para un examen que definirá tu entrada a la prepa. Es difícil, porque en cuestión de segundos ya tengo seis materias que estudiar, un proyecto comunitario, un trabajo en equipo, tareas y clases en línea a las cuales asistir, pero bueno, así es la vida, ¿no? Además, es mi momento para mostrar que no soy solo una adolescente con problemas de autoestima que no puede hacer su tarea porque está en su teléfono distrayéndose del mundo entero, porque, aunque sí lo sea tengo toda la determinación de cambiarlo. Parte de mi conflicto es cómo siempre encuentro una manera para hacerme más pequeña en cualquier situación, si antes odiaba mi apariencia, ahora realmente no me impor-


ta tanto, es mi cuerpo estoy atrapada en él y lo único que puedo hacer con él es cuidarlo y amarlo. Ahora sí al punto, no es que odie mi apariencia en general, odio mi toma de decisiones, odio no poder hacer las cosas como quiero que salgan, odio no poder dejar de pensar en esas cosas que realmente no me deberían importar, odio que sea tan insegura. Es algo que mis maestras ya me mencionaron, necesito un orden y paciencia en mi vida, soy completamente consciente de eso, pero cuando ocurren tantas cosas al mismo tiempo no sé cómo reaccionar tal vez es por eso mi conflicto está tan apegado a mi vida. Claramente no me iba a quedar ahí sentada esperando que las cosas pasaran y que la suerte me acompañara, no lloré en frente de una maestra durante 15 minutos seguidos como para hacer esa tontería, desde hace no mucho tiempo empecé a tener un horario para mi día a día con la intención de que no pierda tiempo de mi tarde y poder tener un orden para hacer las cosas, no es fácil, pero es lo más sano, si tuviera oportunidad agregaría más actividades a mi horario, pero por ahora mi prioridad son los estudios. Además de desarrollar un nuevo horario, trato de encontrar momentos en el día escuchando música y disfrutándola, creo que me ayuda a mejorar el humor, si no estoy escuchando música, lo más seguro es que esté en mi teléfono ya sea hablando con mis amigos o simplemente viendo cosas para entretenerme un rato. De estos días la solución para mis problemas es pensar correctamente en lo que me ocurre y cómo resolverlo, aprendo cosas nuevas cada semana, aunque unos días me cuesten más que otros y esos días me vea en la necesidad de pedir ayuda a otras personas, al final sé que es para mi propio bien. Espero que esto pronto termine y pueda tener un descanso de al menos una semana, no pido mucho.



CUARENTENA Paulina Lubbert Ya llevamos dos meses de estar encerrados en la cuarentena, todo por el coronavirus, se cancelaron las escuelas, los partidos, los viajes y los cumpleaños; todo cambió desde que el virus llegó a México. Durante la cuarentena lo único que he hecho para no perder la paciencia es dibujar, así todos los días, de vez en cuando salgo al parque de mi colonia a los columpios o me voy a andar en bicicleta dentro de mi colonia; extraño a mis amigos, solo nos hemos visto durante las clases y por videollamadas una vez a la semana; aunque pareciera que tenemos mucho tiempo libre todo el día estamos haciendo tarea y trabajos para las clases virtuales. Ya no me acuerdo cuando fue la última vez que salí a un centro comercial o cuando dejamos de ir a la escuela, jamás creí que llegaría a decir esto pero extraño la escuela y mis clases extracurriculares, extraño los cumpleaños y las vacaciones, me gustaría poder pasar el verano con mi familia en la playa pero no se va a poder, básicamente durante toda la cuarentena solo he hecho tareas y dibujos, los horarios desaparecieron cada quien desayuna a la hora que quiere y se duerme a la hora que quiere. También últimamente en esta cuarentena he convivido más con mi familia preparamos comidas juntos y jugamos juegos de mesa, preparamos recetas y botanas, también vemos películas juntos, etc. En resumen la cuarentena ha sido de lo peor.


Pintura de Andrea Alanis



El ciclo de la cuarentena Roberto V. 15 años Y pasó, lo que nadie se imaginó, hoy aquí estamos todos en nuestras casas sin poder salir, sin tener nada que hacer, inventándonos cosas para entretenernos, probando nuevas cosas, hoy ya llevo más de dos meses aquí en mi casa, con toda mi familia, quienes tampoco salen, cuidándonos de algo que no conocemos. Todos tenemos algo que hacer y poco a poco nos estamos adaptando a esto, nos dividimos tareas de la casa y además cada quien tiene su trabajo o tarea, por lo que no nos hemos quedado sin cosas que hacer aún, pero sí, es una rutina un poco cansada y a veces buscamos hacer algo diferente. Un día normal de mi vida hoy en día empieza desde que me levanto, probablemente cansado porque el día pasado me desvelé y la alarma suena a las 7:30, la intento quitar rápido para no despertar a mi hermano, pero simplemente a veces estoy muy desvelado, para cuando logro levantarme, me lavo los dientes y me preparo para mi clase. Me gusta estar adelantado en las tareas por lo que ya estoy siempre enterado de qué son los temas, siempre me aburro en las clases, pero ahí tengo que estar, y no me gusta el hecho de que siempre a mi salón le toca a primera hora. Acabando la clase me vuelvo a dormir al menos una o dos horas, me gusta mucho hacer eso porque después tengo mucha energía, por lo general cuando me levanto desperdicio media o una hora para saber en dónde estoy y luego bajo, me preparo casi siempre el mismo desayuno y regreso a mi cuarto a empezar la tarea acabando lo de ese día y un poco más, bajo cuando la comida está lista, como con mi familia y convivimos un rato, lo cual me gusta, a veces vemos tele o solo platicamos, tampoco hay mucho que platicar, pero lo intentamos, después de eso si no tengo más tarea intento distraerme, hago ejercicio y después me voy a jugar videojuegos o a hacer video llamada con amigos. Esto ha sido cada día de mi cuarentena casi, no sé si ya me estoy volviendo loco, pero no me ha ido del todo mal, en realidad


creo que me lo he pasado bien, me ha dado tiempo de pensar y creo que de tanto pensar aprendí a valorar las cosas de la vida, lo que pasamos cada día y disfrutarlos, aunque también después del primer mes se empezó a ser un poco aburrida la rutina pues era cada día exactamente lo mismo. Me gusta lo que hago y me siento feliz por como estoy hoy en día, y de verdad me he sentido tranquilo en esta cuarentena, me llevo muy bien con mi familia lo que hace más fácil sobrevivir, aun así sabía que en algún momento me iba a aburrir y llegó, pero no tengo muchas cosas que cambiar, así que más vale adaptarse. Últimamente he estado intentando nuevas cosas y me está gustando mucho cómo me la he pasado. En familia nos pusimos de acuerdo para a cierta hora estar todos libres y buscar algo que hacer para aprovechar el tiempo y convivir entre nosotros ahora que tenemos más tiempo y todos nos llevamos muy bien, por lo que empezamos una serie llamada “Game of thrones” que a todos nos gustó y por ahora he estado muy bien, la acabamos de terminar y estamos por descubrir qué vamos a hacer ahora, me gusta cómo he estado pasando mi tiempo y espero no haberme vuelto loco ya, pero no ha estado tan mal, he visto el mundo desde una nueva perspectiva y he aprendido mucho, aunque a veces los días sean iguales y a veces aburridos, me siento feliz con lo que tengo y como estoy.


El día ya está cerca Ana Sofía López Pezina

Hace más de un mes comenzamos este confinamiento, ha sido realmente algo nuevo para todas las personas. Cada vez que en la cena se da el tema tratamos de omitir las noticias tristes o desalentadoras. Hemos sabido aprender de nuestros errores, de lo que nos beneficia y lo que nos hace reflexionar. Desde mi punto de vista esta situación es como un capítulo más del libro que escribimos de nuestra historia, hay momentos en los que siento que soy parte de una misma rutina que ya no va ha haber nada nuevo en mi día, pero en el fondo sé que tengo que luchar con eso para no perderme en la oscuridad de la situación. Es algo increíble como el COVID-19 nos cambió por completo nuestro estilo de vida, si es que así se le puede decir, padres correteados, niños estresados, maestros desesperados y una sociedad que vivía con el “tengo que llegar ya”. Hace poco salí para darle su regalo a mi abuelita del día de las madres y aún no podía procesar la simple idea de que estamos encerrados, las calles se veían solitarias, las escuelas solas, los parques vacíos y la gente apagada, triste y estresada, y sobre todo se veían diferentes. La sociedad que conocíamos es otra. No hay niños corriendo en los parques de sus colonias, padres encerrados cada cinco minutos ocupados porque tienen llamadas o juntas y los adolescentes totalmente apagados. Es difícil no sentirse vacío cuando ya no puedes tener a tus amigas y amigos frente a ti para contarles lo que sientes. Normalmente en las noticias no faltaban las que dijeran que hubo un robo, una muerte, un incendio o un accidente, todas esas noticias mostradas antes de las 8 de la mañana. Actualmente las únicas noticias que alcanzo a escuchar son que más personas no están por culpa del virus, que cada vez incrementa el número de personas que se detectan positivas y yo solo me pregunto “¿esto


cuándo va a acabar?” Si nuestra sociedad sigue escuchando que sube y sube el número de personas que tienen el virus y que cada vez empeora la situación, vamos a tener esa vibra que no nos permite ver que ya salieron muchas personas del hospital y que cada vez hay más países que ya van a dar luz verde, y nosotros estamos muy cerca de que eso llegue. Voy a contar algo; el día que se encontró el primer paciente en China yo me burlé, jugué sobre el tema con mis amigas en la escuela, pero luego llegó a Italia, a Inglaterra. Y cuando llegó a España se me cerró el esófago y me entró un frío horrible por la espalda, ya que yo tengo familia allá. En ese momento que escuché las palabras “ya llegó a España”, pensé: “esto ya no está bien”. Así fue, a las pocas semana se detectó el primer caso en San Pedro, luego el quinto, el décimo, el primero en Monterrey y después de dos meses estamos aquí, encerrados. Yo pensé que todo esto iba a mejorar en pocos meses pero yo empecé el confinamiento el 12 de marzo. No ha habido lugar al que yo haya salido o si he estado en carro, que salga de él. Nunca pensé que iba a estar en un evento histórico y mucho menos uno de esta magnitud. Ahora la escuela. He de confesar que yo era de las que decía que ya de acabara el ciclo escolar, que ya me quería ir a casa a los primeros cinco minutos de la primera clase, me daba una flojera levantarme a las seis de la mañana y llegar a mi casa a las dos de la tarde. Ahora lo único que quisiera es volver a ello porque veía a mis amigos, amigas, maestros, tíos, tías, abuelitos y simplemente salía a mis clases de baile. Ahora ni al parque de mi colonia puedo salir. Es algo extraño porque esta situación me recuerda una frase “uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Habíamos perdido dos meses de clases presenciales, salidas, quinces, ir a comer con tu familia, muchos perdieron graduaciones, últimos días de clase y sobre todo, todos perdimos una parte de nuestras vidas, se fueron como la arena entre los dedos. Empezamos a pensar que toda nuestra vida se va cerrando de poco a poco, que la luz de esperanza de la nada se fue, eso es como una frase que pensé el sábado 9 de marzo: “esa misma noche el cielo se apagó, miré por la ventana y se rompió, vi una pequeña línea de luz y en eso vi la esperanza”.


Hay momentos en los que nos podemos romper de la nada, comenzar a llorar, a gritar, a desesperarnos porque ya no hacemos lo mismo que antes, pero al final nos vamos a calmar, a tomar una respiración enorme y tenemos que pensar que todo va a salir bien. Me ha pasado, y puedo asegurar que a más de a uno le está pasando exactamente lo mismo, sientes que por más que intentes ya no puedes seguir, que ya soportaste más de dos meses encerrado en las mismas cuatro paredes. Pero hay que pensar que hay personas que ni siquiera tienen una casa, que apenas tienen un cuarto donde vivir. Por ello, hay que agradecer cuando nuestros papás no se desconectan de la computadora ni dos minutos, porque están trabajando para poder darnos una casa, algo que comer y pueden hacerlo en casa sanos, con nosotros. Podemos preguntar qué lección nos está dejando toda esta situación y la verdad es que nos está dejando más de una. La primera es que estamos viviendo lo mismo que viven animales en el zoológico, podemos pensar que tienen donde dormir, los alimentan y están con su familia, y exactamente lo mismo que nos pasa a nosotros aunque tengamos todo eso queremos salir, estar con los demás, correr libres. La segunda es en verdad estamos apreciando lo que la vida nos da, siempre queremos más, ropa, más salidas, más permisos, más comida y más de todo, ahora que vivimos esta situación nos damos cuanta de lo que realmente necesitamos en nuestro día a día. La tercera es que personas realmente se preocupan por ti, tu familia está siempre para ti en todo momento, ¿tus amigos igual? Cuántos amigos te hablan y te preguntan cómo estás, ahí se revela quienes realmente estarán para ti siempre. Sinceramente yo soy de las personas que no soportan las video llamadas y eso es por muchas razones. No me gusta que las demás personas escuchen mis conversaciones, no me agrada estar tanto tiempo enfrente de una pantalla, y, la más importante y que extraño más, cada vez que veo a mi familia por la pantalla me dan más ganas de abrazarlos y hablar con ellos cara a cara. Quiero volver a cargar a mis primos, salir con ellos a comer, pelearme con ellos por qué ver en la tele y más…


Pero quiero pensar que vamos a salir de estos momentos, los oscuros, tristes y estresantes y cuando eso pase estoy segura de que voy a sentir deshacerse ese nudo que aún tengo en la garganta. Por un momento, hay que alejar esos pensamientos negativos y pensar que ya vamos a salir, países ya dieron luz verde, el día ya está cerca. Esta es la opinión de una niña, pero siento que las mentes más pequeñas son las más inspiradoras y las que más alto pueden volar.



Un día feliz en cuarentena Me llamó Alfonso Balderas García, vivo en Monterrey, Nuevo León. Tengo 17 años. Estoy en casa desde el 16 de marzo, no he podido salir porque no quiero enfermarme de coronavirus y me da miedo contagiar a los demás. Por seguridad de todos, estamos en cuarentena. Hoy quiero contarte sobre un día muy feliz que compartí con mi familia durante este tiempo en casa. Este relato empieza en la mañana del 10 de mayo. Ese día me levanté temprano, emocionado y con energía. Me bañé y me vestí lo más rápido posible. Era un día muy especial para celebrar a las mamás. Yo estaba muy contento por organizar una sorpresa con mi hermana. Juntos preparamos un delicioso desayuno. Hicimos unos ricos hotcakes, con miel, fruta fresca: moras, mango y plátano. También preparamos un café calientito como le encanta a mamá. De pronto, escuchamos los pasos y la voz de mamá. ¡Ya había despertado y estaba a punto de bajar! A nosotros aún nos faltaba un poco para que todo estuviera listo. ¿Cómo le haríamos para que ella no se diera cuenta de la sorpresa que aún no estaba terminada? Teníamos que pensar en algo rápido. Así que, antes de que se diera cuenta, corrí hacia las escaleras y le dije “¡hola mami, aún no, aún no, no bajes aún! Mi mamá sonrió y quedó en bajar cuando le avisáramos. Entonces mientras mi hermana terminaba de poner la mesa, yo puse el regalo de mamá justo en el lugar donde ella siempre se sienta.



Finalmente, cuando todo estuvo listo, le hablé a mamá. En el momento que llegó al comedor, le dijimos ¡sorpresa! y ella sonrió muy sorprendida, nos dio un fuerte abrazo y dulce beso a mi hermana y a mí. A mamá le encantó el desayuno y su regalo. Ese día fue uno muy alegre para ella y para toda la familia. Desayunamos y comimos muy rico, platicamos, nos divertimos y nos reímos.


Relatos de la cuarentena Carlos René Herrera de la Garza 14 años

Recuerdo muy bien mi último día antes de la cuarentena, nunca imaginé que ese sería mi último día de Secundaria. Lo viví como cualquier otro esperando a que acabara la escuela para ir con mis amigos a una fiesta. Cuando llegué a mi casa, mis papás me contaron lo que estaba pasando y me quedé impactado, me dijeron que no iba a ir a la escuela y que esa iba a ser mi última salida hasta que se calmaran las cosas, la verdad nunca pensé que pudiera ser algo tan serio. En la fiesta me la pasé normal y platiqué con mis amigos como si no estuviera pasando nada, pero al día siguiente fue cuando me enteré de que mi academia, donde voy a entrenar se canceló. Me preocupé porque no había casos de coronavirus aquí en Monterrey y más, porque mis profesores son coreanos. Después, poco a poco las escuelas fueron tomado clases en línea al igual que mi academia, comencé a sentirme raro e incómodo y me convencí a mí mismo de que en unos meses todo volvería a la normalidad y que no pasaría nada. Pasaron los meses y todo siguió igual, sin noticias de cura o algo así, ahora sí me preocupé, estaba muy molesto y mi familia me empezaba a hartar, mis hermanas (soy el único hombre y el mayor) no me dejaban en paz y me querían seguir a todos lados, me daban ganas de gritarles, pero no era lo correcto, decidí tranquilizarme y distraerme un poco. Cuando ya no podía más, llegó la salvación, el primer torneo en línea de poomsae, era la primera vez que saldría de mi casa en todos estos meses. Todo estuvo bien y lo disfruté mucho, me sentí muy aliviado y más porque las vacaciones de verano se acercaban. Pero eso no fue lo peor, la SEP confirmó que el ciclo escolar terminaría hasta el 17 de julio, no podía creerlo, yo entro la primera semana de agosto a la prepa.


Lo peor de todo, es que México no es Europa y no podemos digitalizarnos tan fácil, es decir, muchos niños y niñas no tienen acceso a computadoras o a Internet en el país, por lo tanto a muchos niños y niñas les quitaron el derecho a estudiar (se podría decir) y a nosotros que pasamos a prepa tan solo nos darían dos semanas de vacaciones, eso me puso de mal humor pero saber que Formus no ha tomado su decisión me da un poco de alivio.


Diario de la Cuarentena

13 de marzo Querido Diario: Este viernes 13 de marzo empezó mi cuarentena y en ese momento pienso que voy a perder muchas cosas que considero importantes. Este año entré a Águilas que es un club, en donde practicaba tochito o fútbol americano con banderas y hoy tenía un partido, lastimamente se canceló debido a la crisis. Pienso que esto va a ser algo malo en mi vida, no voy a poder ver a mis amigos y familiares, no podré salir y hacer lo que me gusta. Mis compañeros y yo no estamos seguros si las clases continuarán y consideramos que si se suspenden por un tiempo no estaría mal. 20 de marzo Querido Diario: El día de hoy mandaron las tareas para toda la siguiente semana, la verdad es que quería tener más tiempo libre, a lo mejor más tarde la empiezo a hacer para que no se acumule. Tengo que buscar estrategias para poder tener una buena cuarentena, que sea tranquila y positiva. Una estrategia que voy a usar es que voy a crear y seguir una rutina todos los días para poder tener todo en orden y poder seguir con mis responsabilidades. 1 de abril Querido Diario: Siento que se pasó muy rápido el tiempo, ya es abril. Últimamente he estado muy estresada, siento que me encargan mucha tarea y a veces siento ansiedad. Me he sentido triste porque sé que muy pronto va a ser el cumpleaños de una de mis amigas y estoy segura de que no voy a poder verla y claramente no le voy a poder dar un abrazo. Creo que esta situación es difícil para muchas personas, pero sinceramente creo que a los adolescentes les afecta un poco más porque en esta etapa buscamos salir, socializar, conocer nuevas cosas, crear muchos momentos y tener muchas experiencias. Ya casi me voy a dormir, pero el día de hoy perdí mucho tiempo, en lugar de hacer toda la tarea que tenía me puse a ver el celular y casi la entrego tarde. Pensé que iba a poder seguir las estrategias que hice, pero la verdad creo que a mí no me gusta seguirlas.


12 de abril Querido Diario: Hoy es el cumpleaños de una de mis mejores amigas, le hice varios regalos, pero no se los voy a poder dar, sino que hasta que la vea. Varias personas están diciendo que puede que el 20 de abril todo vuelva a la normalidad, a mí se me hace muy pronto pero ojalá que sí sea cierto. No me imaginé que diría esto pero extraño la escuela, antes no me pasaba todo el día trabajando, lo bueno es que todavía me queda una semana de vacaciones. Como no pude ver a mi amiga, le hice una carta y se la mandé, me dijo que le gustó mucho pero la verdad es que me hubiera gustado verla. Se me olvidó contarte que hace 7 días otra de mis mejores amigas cumplió años, ella ya está en prepa y al principio le hice una carta y estaba muy feliz, pero después me acordé que se va a ir a vivir a Australia, solo espero que la pueda volver a ver y que podamos seguir en contacto. 20 de abril Querido Diario: El día de hoy se terminaron las vacaciones y ahora tenemos la oportunidad de hablar con varios maestros por Zoom. Me estoy dando cuenta que a lo mejor la cuarentena era lo que todos necesitábamos, ocupábamos un descanso de todo lo que sucede. He estado aprendiendo muchas cosas y creo que este tiempo lo voy a usar para aprender más. Siempre he querido aprender la lengua de señas, solo me sé el alfabeto. Sin darme cuenta he estado encontrando muchos aspectos positivos de esta cuarentena. También pienso que esta crisis puede ayudar a que se incrementen las medidas de higiene en muchos países, para evitar que se presenten casos parecidos. 3 de mayo Querido Diario: Hoy es el cumpleaños de mi papá y no sé qué hacerle ya que no le puedo comprar nada, creo que le voy a hacer un video y una carta. Le avancé a la tarea y no tuve tiempo de hacerle el video, sin embargo le hice una carta y me dijo que le gustó mucho. Ayer en la noche, bueno hoy como a la una de la mañana, busqué cursos gratis online de lengua de señas y creo que cada que pueda voy a verlo. Considero que este fue un gran día, estoy aprendiendo muchas cosas y la tarea ya no se me hace mucha, por lo cual siento que me estoy adaptando a esta crisis, ojalá que mu-


chas más personas también. 10 de mayo Querido Diario: Hoy es el Día de la Madres, no tenía nada preparado pero le di a mi mamá una carta y le hice un cuadro, no me salió tan mal. Me dio un poco de tristeza pensar que podríamos haber salido y celebrarlo diferente, pero bueno a pesar de eso creo que estuvo padre el día. 15 de mayo Querido Diario: No tengo mucha energía hoy, estoy muy cansada y tengo mucho sueño, lo bueno es que es viernes y no tengo mucha tarea. Más tarde voy a preparar unos regalos porque mañana una amiga cumple años y estoy muy emocionada porque la voy a ver, pero de lejos para no arriesgarnos. De verdad espero que esta cuarentena se pase rápido para que todo vuelva a la normalidad. Hoy no voy a ser mucho, pero mañana te cuento que hago y cómo me va. Sarah Trejo 14 años



Una Cuarentena extrañándote

No puedo creer qué ya pasaron casi cinco meses sin ti; extraño todos esos momentos tan preciosos y cortos que viví contigo; ahora que no te veo siento que es por la cuarentena y eso me hace pensar que cuando todo esto acabe también te volveré a ver a ti; pero luego recuerdo que no. La gente tiene razón, “extrañas a alguien hasta que ya no lo tienes más en tu vida” y no creí poder ser de esa gente que no valoraría lo suficiente antes de que fuera demasiado tarde. A veces cuando estoy pensando en ti, siento ese nudo en el estómago de lo que me faltó decirte, expresarte y admirarte, porque jamás te aprecié tanto cómo tú lo hiciste desde el inicio de nuestras vidas. Esta cuarentena me ha hecho entender y valorar cosas que tú una vez me dijiste, cómo valorarme a mí pero también a los demás y no dudar de lo que soy y lo que tengo. Así como también he podido tener tiempo de hacer lo que me gusta y trabajar para mí. Sé que te hubiera gustado estar en esta cuarentena y que le hubieras sacado demasiado provecho, aunque quisieras salir a disfrutar la vida espontánea que tenemos; pero así de espontánea es la vida que ya no estás aquí, te adelantaste. No tienes porque preocuparte por nosotros, tu familia y yo estamos bien acá abajo, valorando los momentos que diosito nos dio para convivir, reír, recobrar y experimentar sentimientos, así como cambios epatantes. Y como de costumbre, extrañándote con cada día que pasa, he visto nuestros videos y fotos juntas, tratando de recordar tu voz; que cada día más extraño y olvido; aun así, el tiempo me hace pensar en ti. Un día cómo hoy dentro de mi casa en la que estoy ahora, me enteré de que mi tiempo contigo de coincidir en está vida había terminado.


Recuerdas la vez que nos tomamos fotos en la ventana de mi cuarto cuando daba la luz del sol directo a nuestros rostros. Como la cuarentena es un regalo de tiempo y aprendizaje, mi mamá me enseñó a hacer limpia de la casa para ayudarle y un día cuando limpiaba mi ventana la vi y me acordé de ti, de esos momentos de feliz y carcajadas hasta que nos doliera la panza; de todas las fotos y las ediciones que les hicimos para salir más bonitas todavía. Me pone feliz saber que la última semana de tu vida tuve la fortuna de convivir más conmigo que cualquier persona, fuiste a ver mi obra de teatro y desde el escenario sentía tu mirada de admiración y amor hacia mí, como siempre eras tú, sonriendo y haciéndome sentir tan bien con la magia de tus palabras y facciones. Cada acción que tomaste esa semana fue para estar más cerca de mí y de tu familia. Y finalmente en este momento de contingencia en el que lo único que puedo abrazar y besar es mi familia, me doy cuenta finalmente de lo importante que era yo para ti; de cómo la familia es un regalo que cada día te ayuda y fortalece. Creí que iba a desesperarme más rápido de lo normal, sin tener a nadie que abrazar, ni siquiera ver. Tú sabes mejor que nadie lo que se siente poner todo en pausa y solo observar y valorar lo que tienes alrededor. He implementado muchas cosas que ya no tenía tiempo de hacer antes de este cambio. Pero por más que cueste, los cambios son buenos; por lo menos de vez en cuando. Eso es lo único que no te hubiera gustado de estar temporalmente congelada. Cambiar la rutina que tenías y no poder saludar ni sonreírle a cada persona que se atravesara frente a ti. Ahora que no puedo ir ni al parque para cuidar mi salud como la de todos; recuerdo que no querer cambiar nada de nuestras vidas cuando coincidieron juntas, nos quitó la oportunidad de ir alguna vez al parque juntas,


a alguna plaza, o algún viaje. Coincidir en la vida no es suficiente si sabes que solo fueron 14 años para hacerlo. Pero sé que, aunque no te gustaba hacer tantos cambios en tu vida después de todos los que viviste; tú serías la primera de todos en atreverse en intentarlo. Y cada vez que lo intentabas querías que yo fuera contigo; y hubo veces, muchas veces en las cuales no lo hice. No sé si te conté, pero me pasó de todo este año y apenas y te veía para contártelo. Si quieres que te lo cuente, la vida en todo el mundo ha sido un caos desde que te fuiste; pero, así como lo has logrado siempre, sé que donde quiera que estés podrás seguir trayendo esa paz y felicidad que vive en ti. Así como hiciste que los pájaros volvieran a cantar en los cielos de China, así como también regresaste el azul de la Laguna de Venecia. Tu bondad está rondando por cada balcón de Italia cuando salen a cantar para alegrar los espíritus que están solos, como un acto de unión para debatir este cambio. Diosito necesitaba esa creatividad y amor en el cielo para ayudarnos a los que nos quedamos y has hecho demasiado bien a este mundo desde que lo dejaste. Jamás pude entender lo importante que yo era para ti y como te hacía sentir viva y querida; mi cariño fue el que siempre te importó de todos y lo supe demasiado tarde. Pero sabes que siento, que esta situación me ha unido contigo; salgo y no hay nadie afuera en las calles y recuerdo el silencio que tanto te estresaba y que terminaba haciéndote reír de simpleza. Hace como un mes que no me subo al carro, extraño poner la música a todo volumen que tú me enseñaste en la presa con el aire mojado chocando con nuestras voces cantando a todo volumen. Admiro mi suerte que me dio la oportunidad de conocerte y compartir hasta ma misma abuelita. Aun así, siempre quisiste ser alguien que la gente admirara y créeme que lo lograste. No soy solo yo la que se mue-


re por volverte a abrazar y volver a sentir ese amor tan grande y noble como el tuyo, diosito no pudo resistirte a quererte más y fue por ti; necesitaba más niñas lindas y empáticas en el cielo. Este periodo de tiempo ha marcado a cada ser vivo que coincide en estos momentos y quisiera que estuvieras aquí, para protegerte y disfrutarte como merecías ahora que el tiempo nos da tiempo. Necesité que llegara este mensaje del mundo para entender de lo más valioso de la vida y hacerme cambiar permanentemente para bien cuando volvamos a una nueva realidad, solo que esa nueva realidad va a ser contigo dentro de mi corazón. Por lo que te explico que cada paso, palabra y logro en mi vida son por ti, porque no necesito de nadie más que tú para ser la persona más feliz del universo y no sabes cómo ese sentimiento mutuo me hace sentir al darme cuenta de lo valiosa que era yo para ti. Yo era tu arma para debatir el miedo y cambio de la vida y ahora tú eres la mía en estos días de reflexión y esperanza de la resurrección del mundo. Y cuando la desesperanza me invade recuerdo de lo mucho que pudiste disfrutar en la corta vida que te tocó vivir, y eso me motiva a que la distancia y los cambios son los que marcan mi vida. Y esa devoción hacía ti es cada vez más fuerte, después de todo lo que hiciste por mí; por eso eres y siempre vas a ser mi niña favorita, mi hermoso angelito. Gracias por ser la hermana que nunca tuve estos 14 años de mi vida que la marcaste infinitamente que no supe ni sé cómo seguir sin ti. Pero así como la cuarentena que es mi nueva ordinariez, es un cambio que me toca afrontar con la fuerza y seguridad con que tú lo harías. Y quiero que sepas que fuiste y vas a ser siempre la única persona que conquistó mi corazoncito de piedra en el tan poco tiempo que el destino nos dejó coincidir. Extraño el pasado pero tú cómo yo, tenemos que aprender a vivir en el presente.


Desde mi corazón hacía el cielo. Te amo infinitamente Sofía Guerrero 14 años


Pintura de Andrea Alanis


Tan bueno pero malo Alfredo Gómez Álvarez 15 años Mi hermano y yo estábamos en el techito de la escuela como cualquier día creyendo que nuestros abuelos iban a pasar en coche a recogernos. De la nada, mi mamá aparece a lado mío diciendo que tome todos mis libros del locker y que le diga a mi hermano haga lo mismo. A mí me sorprendió, porque mi mamá no solía ir muy seguido a la escuela a recogernos y menos bajarse del coche para decirme algo. Cuando llegamos al coche con las mochilas pesadísimas, mi mamá nos platicó de un suceso muy importante que estaba pasando. Dijo que un virus muy peligroso llamado Coronavirus se estaba esparciendo muy rápido por todo el mundo, y que lo mejor que podíamos hacer era quedarnos en casa sin ir a la escuela. Al principio sonó muy divertido, porque eran como vacaciones, pero no sabíamos que dentro de dos semanas eso acabaría. Nuestra escuela, junto con muchas otras escuelas del país, decidió dar clases y enviar tareas por la plataforma en línea Google Classroom, entonces ya no eran vacaciones. Ahora mismo llevamos aproximadamente nueve semanas en cuarentena y es difícil encontrar qué hacer además de tarea y videojuegos. Ya es aburrido. Ahora mismo estoy muy decepcionado de cómo va a acabar mi ciclo escolar. Hace dos años, cuando estaba en primero de secundaria, veía cómo los de tercero se graduaban con una celebración y video recordando todo lo que habían pasado y además haciendo una fiesta. En cambio, yo la voy a pasar encerrado haciendo tarea, sin ninguna emoción. Me han dicho que la celebración sería hasta septiembre, pero es muy fácil predecir que eso no es cierto. Y aunque haya fiesta, no va a ser lo mismo en diferente fecha. Pero lo que me entristece más es que probablemente vaya a empezar la preparatoria a distancia, eso no me gustaría. Entristece el hecho de no poder hacer nada más que quedarse en casa. Ya tuve una experiencia de una fiesta a distancia y no es para


nada lo mismo, todos andaban en el celular y solo dos personas hablaban entre sí de un tema que nadie conocía. Todo es decepcionante. Alrededor de la semana 4 o 5, me enteré de que en el trabajo de mi papá hubo una reducción de sueldos, así que nos pidió que gastemos lo menos posible, esto en cuestión de luz, agua, gas, etcétera. Todavía no se ha resuelto este conflicto, pero estamos en proceso y lo hemos hecho bien. Otro de los conflictos que tuvimos en un punto, es el no tener nada que hacer. Las primeras semanas fueron las mejores: hacer tarea, comer y videojuegos todo lo que quede del día. Pero mis papás decidieron cambiar eso. Nos dijeron que teníamos que ayudar en mejorar la casa de algún modo, hacer ejercicio, aprender cosas nuevas, entre otros. Nuestra respuesta para hacer todo lo que nos pedían mis papás fue buena, porque hicimos una de las cosas que yo había querido hacer desde hace mucho tiempo. Mi hermano y yo siempre habíamos dormido en el mismo cuarto en una cama canguro, y el otro cuarto era el estudio, entonces lo que hicimos fue separarnos. Mi cuarto es el antiguo estudio y el cuarto de Juan Pablo es donde dormíamos los dos antes. Esto me gustó mucho porque ahora puedo hacer llamadas con mis amigos y oír música sin molestar a mi hermano, y él puede hacer lo mismo. Este tipo de acciones fueron las que mataron el aburrimiento esos días. También hemos jugado badminton en familia y nos repartimos los deberes de la casa para que así esté más ordenada.


Viviendo en la cuarentena Elisa Pérez

Soy Elisa Jael Pérez, y en este momento me encuentro en cuarentena. Esto empezó por ahí del 20 de marzo, al principio parecía que esto acabaría pronto, pero ya llevo encerrada en mi casa más de un mes entero. Todos los días me pregunto: ¿Cuándo se va a acabar esto?, ¿Cuándo voy a volver a ver a mis amigos?; pero hasta el momento no hay una respuesta exacta, todo es muy confuso. Hay días en los que me siento enojada, triste, confundida y me ha llegado a dar dolor de cabeza por estar tanto tiempo encerrada. Sé que tengo que tener mucho cuidado, más porque en mi colonia ya hay un caso de coronavirus, es como si este virus atacara de inmediato y muy rápido. No siempre me siento mal, ya que sigo teniendo cosas que me hacen el día, como por ejemplo mis clases de baile, ahí me expreso mediante mis movimientos y saco toda la energía negativa que hay dentro de mí. Me da mucho gusto poder seguir con mis clases de baile en línea, ya que es lo que me hace desconectarme de este mundo y vivir cosas nuevas experimentando con los movimientos. Hasta ahora, he llegado a salir dos veces de mi casa, la primera vez fue porque mi tía cumplía años y la segunda porque tenía antojo de una nieve de yogurt y mi papá me llevó, claro que con muchas precauciones. Y si, ya sé que no debería salir, pero es que el simple hecho de no salir un fin de semana me estresa, así que realmente necesito estos momentos en donde pueda respirar y sentir el aire de afuera sintiéndome muy feliz. Algo que también disfruto mucho es que puedo seguir en contacto con mis amigos, gracias a la tecnología, así que todos los


días me encuentro hablando con mi mejor amiga por video llamada. Esto me alegra mucho los días porque es la persona que más me hace reír en el mundo y siempre sabe cómo entretenerme. Estos pequeños momentos son la cosa más interesante y alegre de mi cuarentena. También he aprendido cosas nuevas, entre ellas, el arte de cocinar. En esta cuarentena, cuando tengo antojo de comer algo que sé que yo puedo hacer, me pongo a ver tutoriales de cocina y a hacerlos. Hasta ahorita todo me ha quedado delicioso y con un aroma que hace que todos se quieran comer mi comida. Así como he tenido momentos muy felices, he tenido momentos muy dolorosos, estresantes y tristes. El martes 12 de mayo iba subiendo la escalera muy rápidamente y a la mitad pise mal un escalón y me fui rodando hasta abajo. Fue muy doloroso, yo sentí como si todo estuviera en cámara lenta y me intenté agarrar de algo, pero no pude. Al final, terminé muy golpeada y adolorida, pero mi mamá me checó y no tenía nada malo, solo me había golpeado muy fuerte. Hoy, viernes 15, me siento mucho mejor, ya puedo mover el cuello con facilidad y ya se me desinflamó mi brazo derecho. También, hace poco, me puse de súper buen humor porque en mi clase de lírico me dieron “dancer of the month”, me sentí súper orgullosa, ya que yo siempre hago mi mayor esfuerzo y me concentro muy bien. Cosas así son las que me hacen seguir de pie en esta cuarentena. Por ahora solo me toca esperar a que este periodo acabe, quedándome en casa y cumpliendo con mis deberes.



Cubriendo las emociones en la cuarentena Emma Yarza 15 años Al despertar ahora siempre es lo mismo, es un día nuevo, pero todo sigue igual que el día anterior, me levanto, me lavo la cara, me cambio y voy a correr, regreso me baño y finalmente me pongo a hacer tarea, quisiera poder encontrar una manera de cambiar mi rutina pero no hay nada que pueda hacer en la situación en la que el mundo se encuentra. Ahora subirme al carro para dejarle algo a mis abuelos me causa muchísima emoción, salir a correr al parque también ya que veo a más personas, pero siempre hay algo que me llama mucho la atención, las máscaras. Siempre veía los videos y fotos de lugares en Asia donde todos llevaban cubrebocas todo el tiempo, pero nunca en mil años me hubiera imaginado que ese sería nuestro futuro. Las máscaras me parecen muy deprimentes, me hacen sentirme mal ya que ahora todos están serios, ¿para qué sonreír si nadie me va a ver? ¿Por qué saludar a la gente de lejos si ni los puedo abrazar? De verdad me hace sentir muy triste. Recientemente me he puesto a pensar, ¿Qué pasa si nunca regresamos a la normalidad?, ¿tendremos que usar mascaras siempre?, ¿dejaremos de sonreír? Y si llegáramos a sonreír, ¿es apropiado sonreír después de toda la tristeza por la que paso el mundo?, cosas así me mantienen despierta en la noche pensando y pensando en que nos espera, ya nos dimos cuenta de que el futuro es impredecible, nadie nunca se imaginó que esto pasaría y ahora es una realidad que vamos a recordar toda nuestra vida. Tengo que superar y pensar en que todo se podrá mejorar con tiempo, yo he intentado pensar positivamente en estos tiempos tan oscuros ya que eso me ha ayudado a mantenerme calmada y estable, espero que pronto todo regrese a la normalidad, y deseo que todos puedan encontrar una manera de sentirse mejor en la cuarentena.


La Cuarentena ha llegado. André Coria Andrieu 14 años Era un viernes 17 de abril normal, me desperté como todos los días, fui a la escuela como todos los días, practiqué tenis como todos los días, entre otras cosas, pero lo que yo no sabía, era que ese sería el último día que iría a Formus. El sábado siguiente fue como todos los sábados, salir con amigos, estar con la familia y carne asada, pero el domingo me enteré de la noticia de que empezaría una cuarentena debido a un virus muy peligroso. Al recibir la noticia lo primero que pensé fue que esta podía ser solo un rumor o una falsa noticia, pero llegó el lunes y ya estaba listo para empezar mi rutina de día de escuela cuando mi mamá de dijo que faltaríamos a clases debido a la cuarentena. La cantidad de emociones que sentí en ese momento son abismales. Al recibir la noticia me sentí contento, entusiasmado y sorprendido, ya que mi sueño siempre fue no ir a la escuela, aunque realmente tendríamos clases en línea. Así paso una semana y yo realmente estaba feliz de estudiar en casa, pero con el paso de las semanas me empezaba a hartar de no poder salir y con eso me enojaba más fácil con mi familia y me estresaba. Al principio estaba muy emocionado, pero me fui dando cuenta que cada vez deseaba más que esto ya terminara. Mientras más semanas pasaban más me enojaba y me desesperaba con mi familia al igual que ellos conmigo y con los demás integrantes. También muchas veces me sentía apresurado con las tareas ya que no me sabía organizar bien y perdía mucho tiempo. Posteriormente, algunas semanas después, mis papás nos llamaron a mi hermano y a mí para hablar. Discutimos sobre la situación por la que estábamos pasando y qué realmente nos iba a ayuda en un futuro. También realizamos planes para poder


convivir en familia sin que nadie salga enojado o desesperado y llegamos a la conclusión de que había momentos en los que había que darnos nuestro propio espacio. Entonces gracias a esto mi familia funcionó de mejor manera y convivíamos más. Con el tema de los trabajos aprendí a organizarme de mejor manera y sin desconcentrarme y enfocarme en lo que estoy haciendo. Aunque aún no termine la cuarentena, con el plan que hice con mi familia la cuarentena ya no se me está haciendo tan pesada. En mi opinión la cuarentena puede ser una forma o una excusa para pasar más tiempo en familia ya que probablemente estos meses serán los que más conviva con mi familia porque cuando la cuarentena acabe siempre hay cosas que hacer como la escuela o el deporte que nos impiden convivir por mucho tiempo.


13 de mayo de 2020

Nunca he sido de las personas que han tenido un diario y escriben todo lo que necesitan decir mediante él, pues desde pequeña lo intentaba, escribía un día y al siguiente lo olvidaba. Ahora estamos viviendo una experiencia muy diferente a lo que acostumbramos o que alguna vez llegamos a imaginar y es por eso que pienso que vale la pena compartir mi aprendizaje, aunque solo llegue a escribir un solo día y olvide el día siguiente, tengo mucho que contar. Llevamos alrededor de 45 días sin poder salir de nuestra casa, sin abrazar a una persona o estar más cerca de dos metros de distancia, en realidad creo que ya me he adaptado a todos estos cambios pero realmente se siente diferente y creo que todos somos personas diferentes a las que éramos antes de esta pandemia. No estoy hablando de un cambio físico como la estatura o la apariencia, siendo honesta si he cambiado de estatura, pero más que nada hablo de la personalidad, los pensamientos y las ideas que tenemos, pues hemos estado un gran periodo de tiempo en aislamiento social y aunque nos comuniquemos mediante las redes sociales no es lo mismo ver a alguien en persona que a través de una pantalla o escribir un mensaje de texto a conversar con alguien y poder escuchar lo que sienten. Un mensaje de texto nunca se podrá comparar platicar frente a alguien más y todos lo sabemos, porque ¿cuántas veces no se han malinterpretado los mensajes que enviamos? o hemos dicho algo que nunca diríamos en persona.


Cada vez que escucho las noticias en familia, la fecha en la que vamos a poder salir se va posponiendo constantemente y como ya queremos salir y regresar a nuestra rutina, nos quejamos. Eso me llevo a pensar que cuando regresemos a nuestra vida diaria todo va a ser diferente en cuanto a nuestros hábitos de higiene y cuando pase el tiempo los olvidaremos, pues si salimos lo tendremos que hacer con un tapabocas o unos guantes para cuidar nuestra salud y la de los demás, no podremos abrazarnos y tendremos que cargar con un gel antibacterial, además de lavarnos las manos constantemente. Otra cosa que me puse a reflexionar surgió de un día que me encontraba viendo la televisión, estaban entrevistando a un señor que no podía faltar a su trabajo porque la economía de su familia dependía de él y si tan solo un día faltaba a su trabajo se quedarían sin que comer, ¿te has puesto a pensar en todas las personas que tienen que seguir trabajando para mantener a su familia?, pues desde ese momento que escuché al señor comencé a hacerlo, imagínate cuantas personas están arriesgando su salud para mantener a su familia, o cuantas personas no tienen alimento porque algunos trabajos cerraron o fueron despedidas, o los doctores, enfermeras y personal de limpieza que están arriesgando su salud para el bienestar de los demás. La mayoría de las personas contamos con aparatos electrónicos que nos permiten comunicarnos con el resto de la sociedad y estar en contacto de manera virtual, podemos escuchar información sobre la pandemia, podemos comunicarnos con nuestros amigos y familiares que se encuentran a distancia y podemos tomar clases en línea y hacer tareas para seguir con nuestro aprendizaje, pero hay personas que no pueden hacer nada


de esto y que no la están pasando tan bien, desde ese momento decidí no quejarme por no poder salir y hacer lo que más me gusta o ver a mis seres queridos, elegí agradecer todo lo que puedo hacer en este momento y aprovechar el tiempo para hacer algo productivo, leer, escuchar música, hacer ejercicio, aprender a cocinar o tocar algún instrumento y mantenerme con una actitud positiva, y pienso que todos deberíamos hacerlo. He aprovechado estos momentos en familia porque en mi vida diaria casi nunca compartía tiempo con ellos, porque si no estaba en la escuela estaba practicando mi deporte, el cual exige muchas horas de trabajo. Estoy disfrutando del tiempo que estoy compartiendo con ellos, porque esta situación nos está dando una oportunidad de convivir y pasar más tiempo todos juntos en casa, así que me he propuesto aprovecharlo. Creo que la experiencia que cada quien va tener de esta situación tiene que ver con la actitud con la que la estamos pasando.

Natalia Murga


Lenguaje, dibujo de Isabel Meda


Atrapada con mis pensamientos en cuarentena Alanis O. ya casi 15 años

Un día de marzo, fui a la escuela pensando en que ya cansada quería salir de vacaciones, era un viernes normal, relajado y fresco… “Primeros casos en monterrey” fue lo primero que escuché al llegar a mi casa después de un día largo, y al inicio no pensé que sería algo tan serio, pero empeoró y yo no me lo esperaba… Llegaron las noticias de que iba a iniciar la cuarentena “dos semanas” fue lo que dijeron al inicio… sinceramente me sentía un poco feliz por no tener que asistir a la escuela, pero cada semana que pasaba, agregaban una semana más de cuarentena… Comenzaron las clases en línea, tareas por doquier, semanas en las que terminaba las tareas y ya me estaban encargando más, pero a pesar de eso tuve oportunidad de hacer varias cosas nuevas… Empecé a dibujar más seguido, a leer un libro, ir a caminatas por el parque de mi casa y sentir la brisa, pasar más tiempo con mi familia y llevarme mejor con mis hermanos… Realmente, hay tanto partes positivas como negativas, hay veces que me siento feliz y otras en que de repente me pongo triste... La verdad me siento triste al saber que ya cancelaron los cases presenciales y que van a ser en línea el resto del ciclo escolar, saber que no tuvimos un último día de clases de secundaria… tuvimos el ultimo día sin ni siquiera saberlo, pero si lo pienso, esta no va a hacer la última vez que nos pase, no se sabe cuándo va a ser la última vez de algo, y por eso debemos de vivir al máximo todos los días, como si fueran el último. Siento que debido a la pandemia me perdí de mucho, pero no odio, no me arrepiento, no pienso en el si hubiera, me concentro en el ahora… y gracias a eso, también me doy cuenta de


las cosas que sí pude hacer, y que probablemente no hubiera pensado hacer, como mensajear con algunos compañeros con los que no hablaba seguido, o pasar más tiempo con algunos familiares. He estado pensando, digamos que no he tenido la mejor seguridad en mí misma estos días, después de ciertos eventos me he puesto a pensar… ¿Quiénes son mis amigos?... Simplemente siento que yo considero muy fácilmente a las personas como amigos, pero nunca sé si ellos me consideran a mí como amiga también… Ya me ha pasado muchas veces que me doy cuenta de que amigos no me consideran como amiga, y duele… ¿Saben? Tampoco comprendo cómo hay personas que parecen tan amigables, pero pueden hablar mal de alguien detrás de sus espaldas… Y a veces siento que las personas me odian, pero no tengo una razón exacta de porqué pienso eso, tal vez sea solo mi imaginación, pero se siente angustiante pensar así…. Pero, tengo que decir que me siento con suerte de saber que sí tengo algunos amigos que sí son reales, y que a pesar de que no sean tantos, siento que sí puedo confiar en ellos… amigos que sí están ahí para mí y me hacen sentirme mejor cuando les hablo sobre esto. La verdad no sé porqué estos pensamientos han llegado a mí durante este tiempo, tal vez siempre fueron cosas que tenía en el fondo de mi cabeza, pero nunca las había pensado a profundidad porque no tenía tanto tiempo, pero ahora en cuarentena ha sido un tiempo de reflexión para mí… Solo han llegado a ser dos veces que me he sentido muy mal, pero cuando me sentí así de mal, lo hablé con mis papás y amigos y me lograron hacer sentir mejor. Aún estoy trabajando en la seguridad en mí misma y en resolver mis conflictos pero he hecho un gran avance y me siento bien al respecto… Espero algún día superar toda esta inseguridad y finalmente poder vivir libremente sin ese peso, y espero el día en el que la cuarentena acabe y pueda disfrutar los días ahora que me he dado cuenta de que nunca se cuándo es el último.


Dibujo de Andrea Alanis


La cuarentena no es lo que parece Adex Patricio González López 14 Años No puedo ignorar la cantidad de mensajes o comentarios que recibo de mis compañeros día a día con un solo propósito. Expresar su inconformidad sobre lo que pudieran estar haciendo si no estuviéramos en cuarentena, “Podría estar con mis amigos”, “Podría estar en el parque”, “Podría estar en la plaza”, entre otros. Y creo que no estoy de acuerdo con ellos. Por ejemplo, a causa de esta cuarentena me he perdido la oportunidad de realizar varias cosas, papeles en obras, proyectos con meses de planeación, participar en competencias y hasta mi propia graduación. Sin embargo, no siento la “tristeza” o un “enojo” que tanto expresan mis compañeros, y aquí viene la pregunta: ¿Por qué? Tengo razones de más para poder estar así, y creo que todo se resume a una cosa. Las oportunidades. Creo que el saber la cantidad de tiempo libre que tengo, me da una felicidad que me prohíbe sentirme mal por lo que perdí. Y pienso que todos podríamos sentirnos así, antes de la cuarentena escuchaba a gente diciendo “Es que no tengo tiempo”. En estos momentos tenemos el regalo más grande que se puede tener. Tiempo. Algo más valioso que cualquier piedra preciosa, solo que no queremos verlo. Yo me considero una persona que quiere hacer muchas cosas, pero siempre me faltaba una cosa, tiempo. Veo algo que hace una persona y lo intento hacer, al día siguiente veo otra, y así por un ciclo sin fin. Y ahora que tengo la oportunidad de hacerlo, puedo practicar esas habilidades y sacarle algo bueno a esta cuarentena. La cuarentena no es nuestra enemiga, lo que la causó sí. No confundamos eso y entendamos que la cuarentena no es lo que parece.


La Cuarentena en mi Cabeza Natalia Quijano 13 años

Han pasado varias semanas desde que comenzó la cuarentena y se podría decir que la estoy pasando bien. No he tenido la necesidad o la falta de querer salir, Considero que me estoy tomando muy bien la cuarentena. Comencé a hacer ejercicio por medio de una aplicación para compensar el hecho de que no estoy haciendo mi deporte como normalmente lo haría dos veces a la semana. Creo que algunos días me desato y comienzo a soltar emociones guardadas ya sea de frustración, enojo, alegría o tristeza, pero no sé muy bien por qué. Estos días de cuarentena me he sentido normal, siento como si estuviera en mi casa por gusto y no me he sentido aislada para nada. Me he puesto a reflexionar y siento que esta es una oportunidad para que todos observen que si en México trabajaran juntos podríamos hacer un gran cambio, aquí mismo y en el planeta. Cuando esta cuarentena pase, me gustaría pasar la voz para cuidar al mundo, dar ideas de qué hacer para cuidar el mundo, mostrar a las personas que aún se puede lograr un cambio trabajando e equipo, ayudar a alguien cada vez que pueda, dar el mensaje de que debes valorar el tiempo con tus seres queridos porque en alguna ocasión pueden separarte, como con el COVID-19. La verdad, es que esta pandemia debería de ser tomada con seriedad y tomar las suficientes precauciones para lograr superarla, ya que es bastante grave y está acabando con demasiadas vidas que se podrían salvar con el simple hecho de seguir las medidas de seguridad. Al salir de esta pandemia, es decir, cuando ya esté comprobado que se eliminó el virus totalmente, pienso salir con mis amigas, ir con mi familia lejana, ir a algún centro


comercial por un elote o una nieve, entre otros. La verdad, es que espero con mucha emoción el día en el que ya sea posible salir y poder hacer las cosas con normalidad. Espero que sea pronto y no esperar demasiado, porque son momentos con personas de los que me estaría perdiendo y la verdad, no quiero que eso pase por nada del mundo. También sería bueno acabar con esta pandemia de una vez por todas, para evitar todos los muertos e infectados que se vienen a causa de esto. Ojalá encuentren una solución viable, o la cura eficiente contra este virus que sería lo mejor para evitar que en un futuro vuelva a salir.


Cuarentena sin ti. 31 de abril de 2020 Querida bisabuela, si supieras lo que te extraño, seguiré mandando estas cartas para que veas que no te he olvidado, hoy te recordé mucho, he recordado a muchas personas, los extraño, pero a ti en especial, cuídame a todos los que se fueron contigo. Tengo ganas de platicar, de verte, de sentir tu olor a rosas secas y la cálidez de tus abrazos, pero solo queda una foto tuya descolorida en casa de la abuela, con saber que me cuidas es suficiente, te estoy escribiendo para platicarte de lo que está pasando, hay mucha gente sufriendo, en el aire se huele la tristeza, como si te llenarás los pulmones la desesperanza cada vez que respiras, si estuvieras aquí jugaríamos al lobo lobito como siempre lo hacíamos y hubiéramos ignorado los problemas. Nadie sale, las calles están todas vacías, menos por las personas que tienen la necesidad y que trabajan al día, arriesgando las vidas por su familia, nunca pensé vivir algo así, la gente se llenó de enemigos, los políticos fracasan sin cesar, escuchas el silencio en las noches de los familiares que no se hablan, “todo por la ignorancia del ser humano “dirías tú, siempre estuviste en lo correcto. No he salido de casa por más de un mes...y está bien, mi vida está bajando su rendimiento, ahora solo estoy sentada haciendo tarea y leyendo mis mensajes del celular, sí abue me ganaste otra vez, el celular y el Internet están secuestrando mi vida. En una semana utilizo mi “cajita con luces” más de 48 horas, no creo que sea sano, pero el Internet es la vía más factible a salir de la zona de riesgo de volverme loca por no salir. Mi vida se volvió monótona sin ti, las clases me gustan pero no lo suficiente para que me interesen, y sigo un círculo vicioso de despertarse tarde, desayunar tarde, sentarme a hacer tarea, pararme a comer, sentarme a terminar mi tarea, acos-


tarme en la cama con el celular, cenar, y seguir con el celular hasta la madrugada, ya sé, ya sé, eso no es vida ¿verdad?, si estuvieras aquí todo sería más divertido. Comeríamos flan todos los días, haríamos pasteles, jugaríamos a las escondidas, comeremos mucho, el tiempo que pasé contigo fue oro, aunque te fuiste hace años, te extraño como el primer día, otras personas lograron llenar el vacío que dejaste, pero las personas van y vienen al fin y al cabo. Te amo, Charbely.

El día que me cargaste. 10 de mayo de 2020 Querida bisabuela, cumpliste años hace poco, te extraño, yo también cumplí años hace dos días, pensé que tal vez lo olvidaste, pero no hay problema, yo también olvido las fechas de los cumpleaños de mis seres queridos a veces, pero estoy segura de que nunca olvidaras la primera vez que me cargaste o la segunda, la verdad es que yo no las recuerdo muy bien, era una bebé, pero estoy segura de que tú no las olvidaras, o mi cumpleaños de un año, estuviste conmigo, hay fotos de eso, creo que como ya eras un poco vieja no me podías cargar tanto, pero todavía tengo recuerdos, los atesoro, son como mi fuente de fuerza a seguir. Feliz día de las madres, a mi mamá del corazón, siempre me cuidaras, yo lo sé. Los recuerdos que tengo más frescos tuyos son de cuando me regañabas por hacer travesuras y después nos tomamos un poco de leche en tu cama, platicando de cualquier cosa, sé que era muy pequeña pero lo recuerdo como si


todavía fuera ayer, le doy las gracias porque al escribirte estoy dejando la monotonía atrás, y me distraigo un poco, gracias por todo, feliz día. Con amor, Charbely.

Mi estadía en casa Mayo 12, 2020 Querida bisabuela, ¿recuerdas esos días en los que me quedaba en tu casa?, creo que eso empezó cuando tenía unos cinco años, después de que me corté la rodilla en el terreno de mi abuelita, ya casi nunca íbamos después de eso, en esas épocas ya te movías muy poco, y te quedabas en cama o te quedabas en tu silla de ruedas, la verdad es que no me gustaba la comida que hacía mi abuelita pero me la comía para estar más tiempo contigo. Me encantaba pasar las tardes platicando contigo, ver los árboles de los vecinos desde tu ventana, o cuando cumplí los seis años, que me alentaste a entrar a clavados, un deporte que tanto amo, por cierto, creo que ya lo sabes pero las cosas se complicaron, y me tuve que salir creo que serías la única que no se sentiría mal por el hecho, sé que siempre me apoyas pase lo que pase, sin tomar en cuenta que estuve en ese deporte toda mi vida, creo que solo me frustraba y me estresaba más. Llegué a pensar las cosas mejor, y no me llevaba bien con mis maestros, eran chinos y sé que me entenderás cuando te digo que es difícil llevarse bien con ellos, son estrictos, no digo que son malos, solo que no me pude acoplar a ellos, también recuerdo cuando mi madrina me regaló una consola de video y le pediste a mi tía que la instalara en la tele de tu habitación para así poder verme jugar más tiempo, o cuando


me quedaba dormida a tu lado, dejaste tu calor y tu olor en la casa de mi abuelita, me gusta ir, me siento como si estuviera en casa, como si me estuvieras dando la bienvenida a estar contigo, ahora no puedo ir a casa de mi abuela por la pandemia que se está llevando a cabo. Sé que me hace falta sentir tu calor, abrazarte, estar contigo, te extraño pero creo que es hora de dejarte ir, algún día nos volveremos a ver. Te amo. Siempre contigo, Charbely.


Mi cuarentena Eric Cantú 14 años Cuando empezó la cuarentena no puedo negar que estaba emocionado, iba a tener tiempo para hacer lo que yo quisiera a montones. Rápidamente me di cuenta que no sería así, las primeras semanas, no puedo negar, me las pasé bien, pero se me había olvidado que todos sabían que teníamos tiempo a montones, así que los profesores no tardaron en encontrar un página web con la cual poder encargarnos tarea y ahí empezó mi pesadilla. Todos los días me levantaba, hacía mi tarea, comía y dormía, porque cuando un profesor te encarga mucha tarea, no lo hace pensando que tenemos otras nueve materias y que también nos encargan mucha tarea. Así los días se volvieron repetitivos, todos los días me levantaba y hacía la misma cosa, tarea, mis días me las pasaba haciendo tareas, de varias horas cada una. Y es que otra cosa que los profes no entienden, es que no todos tenemos una compu de la NASA. A mi computadora no le funciona bien el teclado y no me quejo, porque para navegar está bien, ¡pero para hacer una tarea es una agonía! Trabajos de media hora se convierten en trabajos de horas y con el aparente placer que le da a los profesores de darnos horas de trabajos mal redactados y con la excusa de que si tienes dudas te las responden, pero NO TE LAS RESPONDEN, esto es una tortura. Nunca pensé que lo diría, pero extraño la escuela, extraño pasármela tan bien, esos días en que aunque quería, no podía parar de reír, extraño estar con mis amigos en recreo, extraño platicar tanto con un amigo y ni saber en qué clase estás, extraño a mis amigos, hasta extraño a algunos profesores.


Aun cuando pensaba que ya no podía ser peor, la situación empeoró, a los profesores se les ocurrió la maravillosa idea de tener clases en línea, acabando con la única libertad que tenía en la cuarentena, mi sueño. Yo, por lo general, siempre he sido una persona que me encanta dormir. Normalmente me despierto a las 2:00 o 3:00 de la tarde y me gustaba, me gustaba poder despertarme y estar relajadísimo y super cómodo. Pero claro, siempre lo bonito se acaba y de la peor manera, las clases en línea son a las 8:00 am, 6 horas antes de las que yo me despertaba, y no solo eso, me tengo que levantar a las 6 y media para poder desayunar y prender la compu a tiempo (la compu se tarda mucho en prender) y adivina qué, la hora a la que me despertaba para la escuela era a las 6 y media, o sea que esto es una escuela de todo el día y sin amigos, en resumen: T O R T U R A.


Dibujo de Daniela De los Santos Gรณmez


esto me supera : Daniela De los Santos Gómez 14 a ñ o s

Todo tuvo inició hace ya varios años, el sentirme atrapada en un solo lugar ya era cosa de todos los días, no importa si podíamos salir a las calles, porque al final siempre estamos limitados a lo mismo, el sentirme atrapada era más bien mental, todo era lo mismo, pero cada día iba aumentando, cada año parecía más y más, todo estaba bien si no me quedaba mucho tiempo conmigo, porque era molesto, estaba bien, podía leer, escuchar música y cosas en Youtube, pero al final dependía de eso, las ganas ya no estaban, entonces nada cambiaba, seguía ahí atrapada, ahora en la rutina que si se rompía iba a traer consecuencias mayores. Ya no solo me sentía sola, sino inútil, pero seguía estando bien porque podía salir y distraerme, pero el encierro seguía. Ahora las ganas de hacer cosas se drenaban de mi cuerpo, las cosas simples ocupaban demasiada energía, hablar y convivir requerían planeación, las sonrisas falsificación, el sueño escaseaba y el levantarse de la cama se volvía más pesado. Hasta que todo empezó, ya no solo estaba atrapada en mi cuerpo, sino que ya estaba en mi casa, no podía salir y estaba bien, porque descansé y dormí lo que necesitaba, esos cuatro sueños que faltaban se iban recuperando, pero volvió el problema principal: yo. Pasar tanto tiempo sola, muchos tiempos muertos dan espacio para pensar, hasta que un día todo se rompe y ese día para mí llegó, toda la presión de estar encerrada con mi familia no ayudó. El final de la historia es que no tiene final, pudo haber terminado hace un par de años, pero no fue así. Después de que algo explota tiene que ser recogido y rehabilitado para volver a funcionar, así que eso es lo que me tocó hacer, conseguir alguien para poder volver a funcionar.


El baile y la cuarentena no se mezclan. Loretta Rodriguez Valdés

Jueves 12 de marzo 2020 Me acuerdo estar sentada en unas bancas comiendo junto con mi mejor amiga Isabela hablando sobre cómo la gente estaba reaccionando sobre el Coronavirus. La verdad nosotras pensábamos que el Coronavirus nunca iba a llegar a México y menos a Monterrey. Ese mismo día en la noche yo tenía un ensayo general del baile porque ese fin de semana teníamos una competencia del baile por la que estaba muy emocionada porque iba a competir por primera vez con mi nuevo estudio de baile. Aparte iba a tener un solo. Se acabó el ensayo, yo recogí mis vestuarios y me despedí de todas mis amigas pero nunca me imaginé que esa iba a ser la última vez que las iba a poder ver en persona. Después mi abuelita me recogió y nos fuimos a mi casa. Checo mi celular y me doy cuenta que tenía muchos mensajes del chat del baile, lo cual se me hizo normal ya que al día siguiente íbamos a competir. Los leo y veo que todas mis amigas están tristes y llorando, pero yo no entendí lo que estaba pasando hasta que lei todos los mensajes y me di cuenta que se había confirmado el primer caso de Coronavirus y que por eso había unas mamaá que decían que no querían llevar a sus hijas a competir. Fui corriendo con mi mamá y le pregunté que si yo si iba a ir a competir pero ella no entendió de qué estaba hablando, ya que ella nunca checa los chats. Luego los leyó y me dijo que


si ella si me iba a dejar ir pero con las medidas de precaución correctas. Cuando puso eso en el chat las mamás locas le empezaron a decir cosas pero a mi mama no le importó, ya que ella es doctora y da terapias. Pero como casi nadie querría ir no se acompletaron los grupos, así que solo las solistas que quisieran ir podrían ir. Pobres de mis amigas, en nuestro chat todas estaban llorando porque querían ir pero al final no pudieron. Ya era muy noche entonces solo me bañé y me fui a dormir rezando que no cambiaran de opinión y que yo sí pudiera competir.

Viernes 13 de marzo 2020 Hoy era el día de mi competencia. Me levanté y desayuné unos waffles y leche con chocolate. Luego me puse a ver Netflix hasta que mi mamá me dijo que no íbamos a competir porque la competencia lo había cancelado. Me quedé muy confundida ya que en su Instagram nunca pusieron nada de eso por lo cual le preguntamos a una de las directoras y nos dijo que la competencia seguía en pie pero que la academia no iba a participar. Yo estaba muy triste pero mi mamá habló con la miss para que mi mamá me llevara aparte. Otras tres amigas hicieron lo mismo así que subí a mi cuarto, me puse mi vestuario del solo y mi mamá me maquilló. Nos fuimos a la competencia, llegamos y no había casi nadie, solo había tres estudios y nosotras que éramos como 10 contando a las de la otra sucursal de Valle. Al final sí competí y todo salió muy bien. Fue el momento de la premiación y quedé en top ten, yo estaba muy feliz me vine a mi casa y cenamos pizza.


Sábado 14 de marzo 2020 Ese día fueron los workshops de la competencia, los cuales estuvieron un poco difíciles ya que éramos tan poquitos que nos juntaron teen de 13-15 con los Senior 16- 20, por lo que las clases estaban un poquito más avanzadas de lo que estoy acostumbrada pero me fue bien.

Domingo 15 de marzo 2020 Este fue el último día que salí a la calle. Fui otra vez a los workshops, luego fueron las audiciones en las que me fue muy mal porque la Miss no explicaba y me caía un poquito mal.

Lunes 16 de marzo Fue asueto. Me la pasé viendo tele y durmiendo porque estaba muy cansada por la competencia. Después de este dia empezó la cuarentena en México.


Flores, dibujo de Isabel Meda


Mi cuarentena que nunca termina Juan Pablo Reyes Cantú 15 años, mayo 2020

Pues comenzamos escuchando que en China están enfermos del Coronavirus por andar comiendo murciélagos y ya se lo pegaron a todo el mundo, nunca pensé que pudiera llegarnos a México si estamosºº tan lejos de ellos, pero cuando nos avisan que ya no podemos salir ni ir al colegio y que fuéramos a recoger los libros, ahora sí pensé que esto era en serio. Empiezan los casos de enfermos por Coronavirus en Monterrey y hasta a mis hermanos que están en prepa y carrera en la UDEM les cancelaron las clases. ¿Y mi fiesta de cumpleaños?, era lo único que me importaba, ¿Cuándo va a ser? Cumplí 15 años el domingo 22 de marzo y nunca me imaginé que la pasaría solo con mis papás y mis dos hermanos, mis abuelitos Antero y Cris vinieron a saludarme, y mis primos, que viven al lado de mi casa, también vinieron a comer pastel que mi mamá me mandó a hacer. Mi fiesta se posponía, pensaba yo que para abril o para mayo, y pues ahorita ya mejor pienso, cuando se acabe la cuarentena la haré, aunque esté en prepa y tenga 15 y medio. Empezamos a escuchar en las noticias que usemos cubrebocas para protegernos, llega mi mamá con seis cubrebocas y todos escogimos el que más nos gustaba y ahorita hay en la cocina una torre de cubrebocas lavados de todos tamaños, llenos de nombres escritos. Hay de todos colores y formas, pero casi ni los uso pues casi ni salgo de mi casa, si mi papá dice que va al Oxxo, corro para ir a acompañarlo o que me deje manejar con tal de salir y ahí si uso mi cubrebocas. Eso es lo que he aprendido esta cuarentena, me voy a manejar en el carro de mi hermano, voy con mis papás o con mis hermanos. Manejo por las colonias cerca mi casa,


casi no hay carros en las calles y así he aprendido más, ya fui a la carretera y a Lázaro Cárdenas. Me da más miedo en esas calles grandes donde hay más carros, pero como quiera lo hago. Llevo a mi mamá a sus vueltas, al súper, a la tintorería, a comprar huevos y pollo y a la iglesia. Cuando llueve me da más miedo manejar porque tengo miedo de que se derrape el carro, así que prefiero manejar cuando está seco. Algo triste y que me tiene preocupado es mi tito Pepe, él es papá de mi papá, tiene 87 años y va a diálisis tres veces por semana, pero hace como dos meses se quebró la cadera y tuvieron que operarlo. Los doctores les dijeron a mi papá y a mis tíos que era una cirugía de mucho riesgo, yo pensé que se podía morir. La cirugía fue un sábado y estuvimos todos rezando y muy preocupados, yo estaba muy triste y más porque no podíamos ir al hospital a estar ahí con mi papá. El hospital estaba cerrado para las visitas. Ya en la noche nos avisaron que todo salió muy bien, mi papá estaba más tranquilo y eso me ayudó a no estar triste. Mi tito todavía está delicado, siempre tiene novedades, dice mi tía que es una telenovela, unos días está bien y otros está muy mal. Poco he ido a visitarlo, porque no quiero que se vaya a contagiar del Coronavirus por mi culpa. Mis hermanos no van a verlo porque ellos tienen más miedo que yo de contagiarlo. Cuando comenzó la cuarentena mis hermanos tenían sus clases en línea, se encerraban en sus cuartos y no podíamos ni hacer ruido porque estaban en sus clases y se escuchaba todo. Yo comencé a recibir mis tareas por Google Classroom, no entendía nada y me pusieron una maestra que me ayudaba por Skype, no me gustaba porque ni le entendía nada tampoco a ella. La segunda semana de tareas ya le entendí más y mi mamá comenzó a ayudarme y a saber cómo hacerle para que no anduviera terminando todo a la hora de entregar, que es a las 8:00 de la noche. Tengo una clase a las 8:00 de la mañana y de ahí tengo que empezar a hacer lo que me encargan. Ahora ya llevamos siete sema-


nas haciendo esto y con tal de no hacer la tarea en la tarde, trato de que quede lista para antes de comer. Preferiría ir al colegio y así ver a mis amigos y no tener tanta tarea. En esta cuarentena los días, al principio, eran muy largos, no podíamos salir y no sabía en que entretenerme, me aburría mucho y me la pasaba peleando con mis hermanos. No me gusta ver mucho la tele ni ver películas. Me despertaba y ni tenía nada que hacer, solo desayunar y esperar a comer, me sentía muy cansado y aburrido, preocupado y enojado por no poder salir. Comenzamos a poner horario en las cosas de mi casa, no podemos andar en pijamas todo el día, tengo que recoger mi cuarto, ayudar a poner la mesa y ayudar a recoger los platos cuando terminamos de comer, comemos y cenamos todos juntos. Asamos carne o hacemos pizzas en el asador, casi siempre cenamos en la terraza y ahí tenemos pesas, ligas y mancuernas para hacer ejercicio. Es como un gimnasio que hicimos para hacer ejercicio. Mi deporte favorito es la bicicleta de montaña, me gusta ir a parque de bicis o a Chipinque, pero como está cerrado, no puedo ir con mi equipo. Así que ando en bici afuera de mi casa y hace unas semanas descubrimos una pista de bicis que está cerca de mi casa y también tiene rampas. Fuimos a conocer y ahora podemos ir todos los días ya que no esté muy fuerte el sol porque sudo mucho y me canso más si hay sol. Ese Bike Park tiene unas rampas que me gustan mucho y ya me invitaron los coaches a darles clases de brincos a los niños del summer camp, si es que hay en este verano. Yo espero que para julio ya podamos salir sin tanto problema y aunque en las bicis traemos casco y no hablamos con nadie ni nos tocamos, todavía no sé si se podrá hacer ese summer camp. Ahora he aprendido muchos trucos en la bici que antes no me salían, practico mucho todos los días y eso hace que me canse y pueda dormir bien. No sé cuándo vaya a terminar esta cuarentena, pero espero


sea pronto, me gustaría ir al colegio a despedirme y ver a mis amigos, ya no sé si tendremos graduación o no, pero lo que sí quiero es entrar a Prepa, me acaban de aceptar en la UDEM y es a la Prepa que yo quería entrar. Espero que ya pronto se acabe esto, cada vez salen diferentes noticas, dicen que en dos semanas y luego que, en otras dos, y ya llevamos más de dos meses de encierro. Yo no conozco a nadie que esté infectado de Coronavirus, pero sé que hay muchísima gente en los hospitales y que si nos enfermamos no habrá lugar para mí, para mis papás o para mis abuelitos, ni ventiladores, por eso mejor me cuido y trato de no convivir con gente que me pueda infectar.


Imagen recuperada de: https://www.regionaldelsur.com/florecen-baches-en-carretera-a-jala-debido-a-lluvias/


La verdad, no sé qué contar acerca de esta cuarentena y es que no he hecho nada relevante durante el último mes. Todos estos días han sido tan aburridos, hay momentos donde ya no sé qué inventarme y así tuve la idea de plantar un árbol, pero no creció. Me muero por volver a jugar futbol, por salir a comer algo fuera de la casa. También siento un miedo profundo cada vez que mis papás salen a hacer o a comprar algo. Cada vez los días se vuelven más repetitivos. Pienso que no hay nada relevante dentro de mi vida como para contar un relato, pero siento que en estos momentos la vida es como uno, y éste es un momento crucial en la historia de éste. Durante todos estos días, me he puesto a reflexionar sobre todas las cosas que están ocurriendo al mismo tiempo, y son una locura, los ovnis, el virus y aparte las cosas que pasaron antes de la pandemia. Además, creo que la vida está dando demasiadas vueltas y siempre hay que estar. Si mi yo de hace dos años viera mi situación actual no se lo creería. Aunque puedo decir que estoy orgulloso de cómo las hemos sabido confrontar. Esto que estamos viviendo más que un relato, es solo una mínima parte de lo extenso que puede llegar a ser esto, es más bien solo un clímax de los muchos que nos tocará vivir. Esto es simplemente un bache en una larga carretera. En vez de contar una historia yo quise abrir mis pensamientos aquí, porque no estoy pasando por mi mejor momento… y pienso superarlo, para continuar por mi camino. Perdón si no era lo que esperaban, pero es que no encontré otra forma de expresarme. Andrés Salazar 14 años


Coordinación editorial: Nora Obregón (Colegio Formus) Diseño y edición: Virginie Kastel Agradecimientos a la maestra Brenda Lucia Cortina Sánchez del Colegio Formus por mandar textos de sus alumnos. Nota. No todos los textos publicados en esta edición son de alumnos del Colegio Formus. Relatos de la cuarentena escritos por los adolescentes 2 Primera edición, 2020 © 2020, los autores © 2020, Tresnubes SAPI de CV © 2020, Universidad Autónoma de Nuevo León UANL Rogelio G. Garza Rivera Rector Santos Guzmán López Secretario General Celso José Garza Acuña Secretario de Extensión y Cultura Antonio Ramos Revillas Director de Editorial Universitaria Padre Mier No. 909 poniente, esquina con Vallarta Centro, Monterrey, Nuevo León, México, C.P 64000 http://editorialuniversitaria.uanl.mx/ editorial.uanl@uanl.mx TRESNUBES EDICIONES Reforma 427, San Pedro Garza García, C.P 62400 https://www.kichink.com/stores/tresnubes tresnubesediciones@gmail.com



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.