CAPÍTULO 7
E xplorando lo F am ili ar
2 El apego hacía los amigos nos agita como el agua; La aversión hacía los enemigos nos quema como el fuego. Oscurecido por la ignorancia, sin saber qué adoptar o rechazar— Renunciar a la patria, es la práctica de los Bodhisattvas.
C
de nosotros y las cosas materiales están cerca, lo que a menudo aparece es el apego y su opuesto, la aversión. Cuando nos familiarizamos con algo que parece bueno y agradable, adecuado a nuestra forma de pensar, nos apegamos a ello. Si algo malo le sucede a las personas o cosas relacionadas con nosotros, nuestra mente se perturba. Esto es fácil de entender; sin embargo, también es cierto que ademas se necesita familiaridad para que surja la aversión. No podemos considerar a alguien un enemigo si no sabemos nada sobre él o ella, porque para decir que alguien es malo, necesitamos saber por qué. Contamos todas las cosas negativas sobre alguien antes de ver a esta persona como nuestro enemigo, y por lo tanto, incluso para tener un enemigo, necesitamos una cierta familiaridad. Cuando concluimos que algo no es agradable o no nos conviene, lo vemos como un enemigo, apartándolo y desarrollando una aversión hacia ello. Así que tanto el apego como la aversión se derivan de estar familiarizados con sus objetos. UANDO LA GENTE ESTÁ CERCA
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