Situaciones laborales como la temporalidad, la precariedad en el empleo, la falta de detección de los riesgos psicosociales (estrés, ansiedad, depresión, miedo al despido, mala organización del trabajo, la excesiva o ausencia de carga de trabajo, acoso psicológico), unido esto al escaso uso de medios preventivos adecuados y al consumo de diversas sustancias adictivas, han contribuido al incremento de los accidentes laborales.