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2.1.3. Patrimonio cultural
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catálogo de objetos geográficos, que es un documento que describe todo el contenido de la base de datos y su estructura de manera comprensible, para que esta sea de fácil acceso e intercambio (Infraestructura de Datos Espaciales de Peru, 2020).
2.1.3. Patrimonio cultural
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A lo largo de la historia los seres humanos hemos estado en constante interacción con el espacio modificándolo de acuerdo con nuestras necesidades. Las sociedades originarias de los Andes, por ejemplo, desarrollaron formas de cultivar y regar la tierra en zonas de pendientes fuertes, con el fin de mejorar la producción de la tierra y no tener problemas de erosión de suelos cuando ocurrieren fuertes caídas de lluvia. Los productos como la papa, maíz, quinua, entre otros cereales eran producidos en estos lugares, después de un largo proceso de domesticación y adaptación, para cumplir con las exigencias de las culturas que las producían (Tapia, 2000) y dotar de alimentos a la población en periodos de escasez (Engel, 1982).
Estas sociedades desarrollaron caminos que conectaban micro y macro regiones creando redes comerciales y sociales para intercambiar sus productos, comunicarse con otras y también para dominar los territorios (Lumbreras, 1999). Con la llegada de la conquista española algunas de estas tradiciones desaparecieron, otras se transformaron y muy pocas se mantuvieron. Por aquel entonces se introdujeron otras especies y formas de cultivo, mientras que los caminos precolombinos fueron utilizados con los mismos fines de transporte, intercambio y dominio de las poblaciones.
Las sociedades actuales tienen una fuerte herencia del pasado, por ejemplo,sus creencias religiosas, formas de hacer artesanías, cultivar, pensar, celebrar, cantar y de vestir, que se derivan de la mezclade diversosprocesos sociales que se dieronpor aquel entonces,aspectos que los hace únicos y fáciles de identificar dentro de cada grupo social (Bolaños, 2014).
Todos estos conocimientos, tecnologías y formas del saber – hacer las cosas, que fueron heredados del pasado y que mantienen su vigencia identitaria, se las denomina patrimonio cultural. Por ejemplo, muchas de las fiestas tradicionales celebradas en la región andina son una mezcla de tradiciones originarias con la religión católica, ejemplo del sincretismo cultural que se desarrolló en estos lugares (Vasquez, 2006) y (Duviols, 1977).
Para definir patrimonio cultural se debe partir de la conceptualización de cultura. Las formas de definirla son amplias y dependen del enfoque de las personas que las estudian. Desde una perspectiva antropológica se la define como “un mecanismo de adaptación: la totalidad de herramientas, actos, pensamientos e instituciones por medio de las cuales una población se mantiene” (Vivelo, 1978, pág. 17). Un ejemplo para diferenciar culturas puede ser la religión debido a la concepción que tienen diferentes grupos de personas de la vida, la muerte, vestimenta, asociación, las creencias arraigadas a sus hábitos religiosos, etc.
Otra forma de diferenciar culturas puede ser el saludo, existen sociedades que tienen la costumbre de dar dos besos en la mejilla como son las europeas, un beso en las mejillas como las latinas, o se juntan las narices como los maorí en Nueva Zelanda (ver Imagen 1). Por otro lado, existen culturas modernas en las ciudades, que parten de una construcción social de ciertas vivencias propias de su entorno, por ejemplo, la cultura skate, que adopta vestimenta, accesorios, música, formas de hablar para manifestarse y diferenciarse de otras culturas urbanas. En este contexto, el patrimonio cultural es de carácter irremplazable y está asociado a la concepción histórica de la cultura, que parte como herencia de generaciones anteriores, que evoluciona a los resultados culturales que se conocen hoy en día, lo cual pone en evidencia que la cultura es dinámica y cambiante.
Imagen 1: Hongi, Saludo Maori
Obtenido de: Villanueva (2020)
El concepto de patrimonio cultural apareció en el siglo XIX con el despertar de la conciencia histórica de los pueblos europeos, quienes resaltaron la autenticidad de sus monumentos y la importancia de los mitos y leyendas que enriquecían su cultura (Assman, 2018). Con el patrimonio cultural surgió un interés en el estudio académico de la historia de
los pueblos y sus dinámicas culturales, especialmente desde la revolución francesa, donde se rompieron los cánones sociales impuestos por la monarquía, la iglesia y la aristocracia, que modifico completamente a las sociedades, sus formas de vivir, pensar, actuar y trabajar, lo que en definitiva fue un cambio cultural para esas sociedades (Assman, 2018).
Sin embargo, no fue hasta el fin de la segunda guerra mundial en 1945, cuando se creó la UNESCO, que se comenzó a considerar a la conservación del patrimonio cultural como política pública (UNESCO, 2007). La idea de la creación de este organismo fue impulsar la conservación de sitios de alto interés natural y cultural para la humanidad, promoviendo en la conferencia de Estocolmo de 1972 la adopción de la Convención sobre el Patrimonio Mundial, como instrumento legal que debía ser aplicado por todos los países miembros de la Naciones Unidas (UNESCO, 2007).
Para este efecto, la UNESCO estableció un concepto básico del patrimonio cultural, que con el pasar de los años ha evolucionado, pero que ha marcado el inicio de debates académicos y políticos para considerar qué elementos deben ser protegidos:
Artículo 1. A los efectos de la presente Convención se considerará "patrimonio cultural":
- los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia,
- los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia,
- los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza, así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.
(UNESCO, 1972, pág. 2)
Los sitios de interés mundial son inscritos en una lista de patrimonio mundial, que es valorada y puesta en votación por los países miembros. Formar parte de esta lista permite el ingreso de financiamiento externo para su protección, conservación y preservación para las futuras generaciones, facilitando su investigación y la toma de medidas para evitar daños (UNESCO, 2007). Esta convención también prevé que los estados parte no solo velen por el patrimonio mundial, sino también el nacional, impulsando el registro e inventario de estas manifestaciones culturales, así como también crear política pública que permita su conservación (UNESCO World Heritage Centre, 2008).
En el Ecuador el patrimonio cultural se considera como “El conjunto dinámico, integrador y representativo de bienes y prácticas sociales, creadas, mantenidas, trasmitidas y reconocidas por las personas, comunidades, comunas, pueblos y nacionalidades, colectivos y organizaciones culturales” (Ley Orgánica de Cultura, 2016. Art. 29). Por lo que se considera que el patrimonio cultural es esencial para una sociedad, ya que brinda una sensación de pertenencia y seguridad a las sociedades modernas, además porque esta puede ayudar a enfrentar los problemas del presente y del futuro (UNESCO, 2014).
En noviembre de 1972, Ecuador formó parte de la Convención sobre la protección del patrimonio mundial, cultural y natural, donde el estado se comprometió a realizar acciones para la protección de sitios de interés mundial y/o nacional (UNESCO, 1972). Por lo que se creó el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, entidad gubernamental dedicada a la investigación y control técnico que proporciona los lineamientos para la protección, restauración y revalorización de estos bienes a quienes están encargados de la competencia de su gestión.
Se considera que estos bienes culturales y prácticas para su conservación son de interés de todos los ecuatorianos, cada una de estas encaminadas a preservar y mantener estos sitios para futuras generaciones, porque dan cuenta de una memoria social en particular y generan un sentido de identidad único (UNESCO, 2014), parte fundamental en la conformación de la sociedad actual.
El patrimonio cultural en el Ecuador se divide en los siguientes ámbitos:
• Bienes Tangibles: “Son los elementos materiales, muebles e inmuebles, que han producido las diversas culturas del país y que tienen una significación histórica, artística, científica o simbólica para la identidad de una colectividad y del país” (Ley
Orgánica de Cultura, 2016. Art. 51). El Sistema de Información del Patrimonio
Cultural Ecuatoriano (SIPCE)organiza a los bienes tangibles en lossiguientesfondos patrimoniales: arqueológico, inmuebles, muebles y documental. • Bienes Intangibles: “Son todos los valores, conocimientos, saberes, tecnologías, formas de hacer, pensar y percibir el mundo, y en general las manifestaciones que identifican culturalmente a las personas, comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades que conforman el Estado intercultural, plurinacional y multiétnico ecuatoriano.” (Ley Orgánica de Cultura, 2016. Art. 52). En el Ecuador, el patrimonio