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4.5 CONTRIBUIR AL FORTALECIMIENTO DE LA CIUDADANÍA Y LA DEMOCRACIA
La visión a 2028 de la Universidad del Norte orienta sus esfuerzos hacia una formación integral que fomente la transformación del ser y la sociedad, el aprendizaje a lo largo de la vida y la internacionalización, en la búsqueda continua de un futuro mejor, de manera que se logre cumplir con el compromiso de ser una universidad incluyente, de excelencia docente, investigativa y de formación continua. Asimismo, en su misión se establece que la universidad busca contribuir, mediante su presencia institucional en la comunidad, al desarrollo armónico de la sociedad, especialmente, de la región Caribe.
Teniendo en cuenta estos principios, se propone una apuesta institucional para contribuir al fortalecimiento de la Ciudadanía y la Democracia. Con el propósito de entender su sentido y proyección en el contexto de la vida universitaria, en primera instancia, partiremos de la conceptualización de estos dos constructos. Es de aclarar que estas nociones son de aquellas denominadas conceptos esencialmente disputados; esto es, conceptos con los que todos estaríamos de acuerdo, pero respecto a los cuales no podemos acordar un único uso o definición.
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En este sentido, al adoptar una definición que sirva de orientación a esta iniciativa, la Universidad del Norte realiza una apuesta y una promesa: entre todas las opciones posibles se elige con buenas razones una de ellas y se hará todo lo posible para hacerla real; esto es, que no solo cumplamos con la obligación de formar excelentes profesionales competentes en sus áreas de conocimiento y experticia, sino que, ante todo, sean ciudadanos integrales. Consecuentes con lo anterior, en la formación profesional debe promoverse el aprendizaje de valores fundamentales que caracterizan a las sociedades contemporáneas, que, por supuesto, son multiculturales y cosmopolitas. No es suficiente ser un profesional que sepa responder a las exigencias laborales de la región o el país; es claro que en el presente un buen ciudadano debe insertarse en un mundo que es cada vez más complejo e interconectado (Suárez y Pájaro, 2018)5
Con esto en mente, para la Universidad del Norte la democracia es más que una forma de gobierno, tal como tradicionalmente se la concibe. La democracia es un modo de ser con uno mismo y con los otros; así, vincula el desarrollo de los individuos como sujetos ético-morales y como ciudadanos competentes en los espacios de gobierno democráticos.
Como forma de gobierno, desde sus orígenes, la palabra democracia ha sido concebida como una forma de gobierno (Kratos) por y para el pueblo (demos). En todas las definiciones de democracia se encuentra la idea de que se trata de una forma de tomar decisiones de manera colectiva (mediante discusión pública, para evitar que el disenso se transforme en violencia, para que se logre llegar a algún tipo de consenso y proveer de legitimidad a las decisiones) acerca de aquello que afecta a un grupo, resultando la toma de decisiones en las que participan todos los involucrados en su cumplimiento (Christiano y Bajaj, 2022)6
5 Suárez,J. yPájaro,C.(2018). Ética yformaciónbásicaen la Universidad del Norte:educación para la ciudadanía y el desarrollo del pensamiento crítico. En Reflexiones sobre los estudios generales en la educación superior (pp. 180-213). Barranquilla: ediciones Uninorte y CINDA.
Estos elementos comunes al concepto de democracia se manifiestan en la actualidad en una serie de condiciones mínimas, internas y externas, como son: la participación efectiva, la igualdad de votos, un electorado informado, el control ciudadano del programa de acción de las autoridades, la inclusión y los derechos fundamentales (Dahl, 2004)7. La materialización de estos principios, y su adopción como valores, hace posible una democracia vinculada a un Estado social de derecho, que se cimienta en un sistema de participación, con elecciones libres, limpias y periódicas, con garantías para libertad de expresión, con fuentes de información independientes y con libertad de asociación (Dahl, 2004).
En conjunción con el concepto de democracia y su promoción en la enseñanza, es relevante la incorporación de herramientas para la práctica de la ciudadanía. El aprendizaje de comportamientos éticos, en contextos multiculturales y diversos, se constituye en una necesidad para que las personas aprendan a orientar su vida de manera sostenible (aspecto que se relaciona con la apuesta 7: Consolidar el Campus Cultural, Ecológico y Deportivo). De acuerdo con Martínez y Hoyos (2006)8 , la formación en ciudadanía incorpora dos dimensiones claramente articuladas: por un lado, la formación de la persona para un estilo de vida “buena” y, por otro, la formación de personas que reconozcan en la justicia, la equidad y la dignidad, principios legítimos y constitutivos de las sociedades democráticas actuales.
Así mismo, como modo de ser con uno mismo, el ser democrático implica el desarrollo de unas competencias en el individuo que, al igual que en la definición de democracia adoptada, son una apuesta y una promesa, estrechamente vinculadas con la de formación de las competencias ciudadanas, y en particular con el desarrollo de la concienciación y actuación ética.
Según el documento maestro del programa institucional para el desarrollo de las competencias ciudadanas – “rEthos”, la concienciación ética es, al mismo tiempo, una capacidad fundamental del ser humano, insumo de un apropiado desarrollo moral y ciudadano, y objeto de la acción, por medio de las competencias ciudadanas. Por ello, las competencias ciudadanas, y la reflexión moral y la actuación ética, deben estar estrechamente relacionadas con el desarrollo de las habilidades cognitivas, comunicativas y emocionales. Los procesos de concienciación y reflexión cívica y ética suponen una sensibilidad moral para ser capaces de vivir en comunidad, identificando y manejando problemas éticos; el conocimiento sobre valores personales, grupales, democráticos y profesionales; la capacidad de deliberar y tomar decisiones éticas; y el saber cómo afrontar presiones del grupo y la sociedad (Naval et al., 2011). Solamente así, debido a que la persona piensa por sí misma y no actúa bajo la guía de un dogma que no ha sido sujeto a examen, crítica y reflexión, puede desempeñar de la mejor manera posible cualquier rol en la sociedad, atendiendo al interés y bienestar colectivo.
6 Christiano, Tom and Sameer Bajaj, "Democracy", The Stanford Encyclopedia of Philosophy (Spring 2022 Edition), Edward N. Zalta (ed.), En: https://plato.stanford.edu/archives/spr2022/entries/democracy/.
7 Dahl, R. (2004). La democracia. Barcelona, España: Editorial Ariel.
8 Martínez, M. y Hoyos, G. (2006). Educación para la ciudadanía en tiempos de globalización. En La formación en valores en sociedades democráticas (pp. 15-50). Barcelona: Octaedro.
Por otra parte, como modo de ser con otros, la democracia conlleva la formación de sujetos jurídicos y políticos. Para la Universidad del Norte, ello implica la necesidad de formar individuos que desarrollen competencias éticas y ciudadanas, en particular aquellas que posibiliten el liderazgo para la transformación social. Nuevamente, se trata de una apuesta y una promesa.
Aunque de manera amplia puede entenderse la ciudadanía como el vínculo de pertenencia de un individuo a un Estado, y los derechos y deberes que se derivan de dicha relación (Pérez, 2002)9, al igual que con la democracia, la interpretación de qué es la ciudadanía es influenciada por los fenómenos económicos, sociales políticos y culturales de cada momento y lugar.
En las circunstancias actuales, caracterizadas por las tensiones entre lo local y lo global, la influencia de las tecnologías digitales de la información, el multiculturalismo y la migración, se hace necesario reconocer la complejidad del ejercicio de la ciudadanía. En el siglo XXI ya no parece ser suficiente una visión simplista de este constructo, vinculada con lo local, lo particular y lo unilateral, en la que la única función del ciudadano sea únicamente votar. Parece ser necesaria la educación intencional de los ciudadanos para desarrollar una visión política, global y multilateral de su actuar en sociedad (Pérez, 2002).
Nuestra propuesta es liderar desde la Universidad del Norte la formación de ciudadanos éticos, conscientes de lo público y preocupados por el interés colectivo. Tolerantes, dialógicos, empáticos e interesados en manifestarse por la defensa de sus derechos, pero, sobre todo, por los derechos de los otros. Actores activos de la democracia, que comprenden su rol de pieza clave y unidad constitutiva fundamental de la vida en comunidad en un Estado social de derecho. Trascender hacia lo colectivo fomentando un liderazgo transformacional; influenciando y motivando a nuestra comunidad académica, a partir de una visión de futuro
9 Pérez, A. E. (2002). Cuadernos de Filosofía del Derecho. Ciudadanía y definiciones. Recuperado de https://www.cervantesvirtual.com/obra/n-25 2002/ compartida, de la cual se derivan metas comunes que sobrepasan los intereses individuales (Aparicio, et al., 2020).
En este contexto, el liderazgo es comprendido entonces como el conjunto de habilidades que orientan el comportamiento del individuo promoviendo su capacidad para dirigir, influenciar y motivar la consecución de metas colectivas que beneficien su entorno, teniendo en cuenta los siguientes componentes: perspectiva moral positiva, influencia positiva, autoconocimiento del líder e intercambios sociales positivos con el entorno (Blanch et al., 2016)10. Cuando se habla de liderazgo no se hace referencia únicamente al liderazgo empresarial o aquel que presenciamos en el ámbito laboral, sino de liderazgo en todos los escenarios posibles, tales como el social, académico, personal, entre otros. Es decir, lo que busca la promoción de las habilidades de liderazgo es que el estudiante cuente con las herramientas para ser capaz de ser un líder en diferentes ámbitos de la vida cotidiana.
Al promover las habilidades para el liderazgo en nuestra institución, se consigue que los estudiantes sean capaces de desenvolverse fácilmente en la gestión de disensos para que no deriven en violencia, así como alcanzar objetivos y trabajar de manera efectiva en equipo. Ahora bien, el desarrollo del liderazgo implica que el individuo cambie, y este proceso de cambio se podría facilitar a través del entrenamiento e intervenciones a través de programas diseñados con base en las necesidades yel contexto. Por esta razón, los espacios de formación en habilidades de liderazgo deben utilizar metodologías que promuevan cambios estables en el conocimiento y las habilidades por parte del líder, que sean consistentes y congruentes a lo largo del tiempo (Beddoes-Jones y Swiles, 2015). En este sentido la implementación de programas y estrategias para el fortalecimiento de habilidades asociadas al liderazgo fomentará en los estudiantes de la universidad la capacidad de orientar y dirigir estrategias que promuevan la transformación social de la comunidad y el contexto en el que se desenvuelven.
4.5.1 FORMACIÓN Y DESARROLLO DE COMPETENCIAS CIUDADANAS Y DEMOCRÁTICAS
La Universidad del Norte busca con el desarrollo de las competencias ciudadanas que los estudiantes participen en actividades orientadas a la transformación de la vida pública; de ahí el énfasis en la noción de liderazgo para la transformación social. Es decir, un ciudadano que participa se compromete, se expresa e interactúa de forma creativa, crítica, transparente, justa, respetuosa y responsable en los distintos procesos de construcción y transformación social, buscando siempre trabajar y tomar decisiones que favorezcan el bienestar colectivo. En línea con la idea que sostenemos, Nussbaum (2005)11 propone tres horizontes para la formación de un ciudadano competente: la autorreflexión acerca de lo que ocurre en su contexto; la conciencia cosmopolita que implica estar ubicado en el mundo y sus tradiciones, pero incluyendo diálogos con otras expresiones de vida; y la imaginación, que se fomenta a partir del aprendizaje de las humanidades, artes liberales y las ciencias sociales como componentes fundamentales en cualquier disciplina.
RETO 1: Consolidar un sistema institucional de formación y desarrollo integral de competencias éticas y ciudadanas.
Estrategias
1. Impulsar la consolidación del programa institucional de formación en competencias ciudadanas – “rEthos”, mediante el cual se definirán los lineamientos a seguir por parte de todas las divisiones e instancias académico–administrativas de la Universidad del Norte para fortalecer las competencias éticas y ciudadanas.
2. Implementar un modelo de gestión ética en la Universidad del Norte que unifique y consolide las iniciativas que en esta materia se adopten en la universidad.
RETO 2: Responder de manera acertada a las necesidades de formación en competencias ciudadanas de la región Caribe, el país y la sociedad, a través de la implementación de espacios formativos teórico-prácticos y la implementación de estrategias y mecanismos que promuevan el desarrollo de estas competencias, con el propósito de preparar al estudiante para la vida cotidiana y laboral.
Estrategias
1. Generar espacios académicos que promuevan la reflexión y diálogo en torno a temas políticos y democráticos, en los cuales los estudiantes puedan participar y poner en práctica su pensamiento crítico y desarrollar una opinión formada sobre los temas actuales que afectan a nuestra sociedad.
2. Desarrollar espacios de reflexión y formación pedagógica para fortalecer habilidades cognitivas, emocionales y de autoconocimiento, de manera que los estudiantes logren actuar de forma constructiva en la sociedad democrática en que vivimos.
RETO 3: Establecer garantías para la libertad de expresión de modo que nuestra comunidad académica tenga la posibilidad de difundir sus ideas y opiniones en un marco de respeto y equidad, dentro de nuestro campus universitario, así como fuera del mismo.
Estrategias
1. Promover nuevas políticas y acciones a nivel institucional para garantizar la libertad de expresión, de toda la comunidad académica y continuar implementando las políticas y acciones existentes.
2. Incentivar a la participación efectiva de estudiantes en espacios de debate y argumentación en el que puedan fortalecer sus relaciones interpersonales en un marco de respeto e igualdad, conozcan sobre diferentes puntos de vistas y perspectivas y tengan una visión más integral sobre la democracia.
4.5.2 FORMACIÓN DE HABILIDADES DE LIDERAZGO PARA LA TRANSFORMACIÓN SOCIAL
La concepción de liderazgo de la institución sigue enfocada en fomentar en los miembros de la comunidad universitaria el compromiso por el desarrollo de nuestra región Caribe, bajo un actuar ético y basado en los valores que nos caracterizan como comunidad educativa. De este modo, “entendemos un liderazgo que tenga una visión compartida sobre el futuro de Colombia y de la región Caribe y que se caracterice por tener una formación integral. Es decir, una que tenga conocimientos, valores cívicos y sentido de la responsabilidad” (Meisel Roca, 2018)12 . Así se determina el tipo de individuo y el contexto que delimitan las acciones encaminadas al desarrollo en nuestros estudiantes de las habilidades de liderazgo para la transformación social.
RETO 1: Preparar al futuro egresado en la comprensión de conocimientos y desarrollo de habilidades, actitudes y competencias que le permitan ejercer un rol de liderazgo para emprender procesos de transformación social, así como adoptar perspectivas de vida para liderar procesos de transformación en diferentes contextos.
Estrategias
1. Diseñar e implementar una escuela de liderazgo institucional, en la cual se fomente el liderazgo en todos sus niveles a través de valores, el relacionamiento afectivo, la construcción de confianza, la apropiación de perspectiva moral, y a partir de metas comunes que sobrepasen los intereses individuales.
2. Acompañar la actual reflexión y actualización curricular con miras a ofrecer escenarios formativos en liderazgo, que comprenda cursos teóricos y actividades experienciales, con un enfoque de liderazgo en formulación y ejecución de proyectos.
3. Fortalecer las alianzas con el sector público y privado para crear espacios de formación aplicada, abrir plazas de prácticas y financiar proyectos estudiantiles, que les permitan a los estudiantes poner en práctica sus habilidades de liderazgo.
12 Meisel, Roca. (2018). El Liderazgo y el futuro del Caribe Colombiano. 55 (2).
RETO 2: Fortalecer los programas de formación existentes, en procura de una mejor articulación de las diferentes estrategias institucionales que de alguna manera forman al estudiante en competencias relevantes para ejercer un rol de líder.
Estrategias
1. Articular los diversos proyectos institucionales que tengan vocación de ser espacio de formación aplicada en las habilidades de liderazgo para la transformación social.
2. Fomentar y reconocer la participación estudiantil en espacios de vida universitaria en los que se desarrollen competencias y habilidades relacionadas con el liderazgo.