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2.2. Planificación de la evaluación: agentes intervinientes
Por tanto, evaluar implica prever y prever implica planificar lo que se va a hacer en función de lo que se quiere lograr; evaluar supone diseñar en función de la realidad que se va a valorar.
2.2. Planificación de la evaluación: agentes intervinientes.
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Cuando se diseña el proceso de aprendizaje hay que tener en cuenta cómo va a transcurrir la evaluación, qué se va a evaluar, quién evaluará y cómo se va a evaluar. Esto supone una actividad previsora de lo que hay que hacer para anticipar los resultados que queremos obtener. Esto exige un proceso de planificación.
De forma muy común en los procesos de aprendizaje, los docentes se centran en resolver interrogantes propios de los contenidos a impartir, es decir, se centran en el “qué” y en el “cómo” vamos a enseñar. Sin embargo, y aún conociendo la importancia que tiene la evaluación en todo el proceso, no se dedica tiempo suficiente a reflexionar sobre como debe ésta desarrollarse. No todos se preguntan “qué”, “cómo” y “cuándo” evaluar. De forma inconsciente esto pone de manifiesto que:
• No se considera el proceso evaluador de forma simultánea al proceso de aprendizaje en su conjunto. • No se dedica el mismo esfuerzo a tomar decisiones en torno a la evaluación que a otros elementos. • Se utiliza la evaluación para obtener resultados únicamente.
En la docencia, es necesario plantearse que la evaluación constituye un elemento fundamental de los procesos de formación y nos permite obtener información relevante para poder interpretar y “juzgar” el proceso de aprendizaje. Es necesario intentar responder a preguntas del tipo:
• ¿Hemos definido correctamente los objetivos? • La metodología que se ha seguido, ¿es la adecuada teniendo en cuenta los objetivos planteados? • Las actividades o tareas planteadas, ¿promueven la consecución de los objetivos? • ¿Se han tenido en cuenta las necesidades de los alumnos en el proceso de aprendizaje? • ¿Se han obtenido los resultados esperados? • ¿Ha habido dificultades? ¿Cuáles? • Es necesario introducir modificaciones en el proceso previsto?
Todas estas cuestiones sitúan a la evaluación en una dimensión holística en la que deben tenerse en cuenta una serie de factores para que este proceso se lleve a cabo en las condiciones previstas y permita la obtención de la información por la que se ha puesto en marcha.
2 Dimensiones básicas de la evaluación educativa Tejada 1991:88. En Tejada 1998 p.12.
Tejada (1998), con el gráfico anterior, nos muestra como hay que tener presente esos factores en el momento de evaluar y de que forman afectan al propio proceso evaluativo (p 11-15).
• El objeto de evaluación (“qué”). Hace referencia a aquello que se va a evaluar. Parece existir coincidencia en cuanto a que la evaluación puede hacerse de los alumnos, de los profesores, de los recursos, de la duración de la acción formativa, de la metodología y de las instituciones, entre otros.
• La finalidad (“para qué”). ésta determinará las funciones que tendrá la evaluación en función de la información que quiera conseguir. Así, podemos identificar tres tipos de evaluación: diagnóstica (al inicio del proceso de aprendizaje; formativa, durante el proceso de aprendizaje y, sumativa, al final del proceso de aprendizaje.
• El momento evaluativo (“cuándo”). Este momento influirá significativamente en la información que se va a recoger, así, de este modo, una información que se recoge al comienzo del proceso de aprendizaje y sobre la que se emiten juicios de valor, corresponderá a una evaluación inicial; una información que se recoge durante el proceso de aprendizaje y permite adaptarlo a las necesidades y dificultades, será una evaluación continua y, la información que se recoge tras realizar el proceso de aprendizaje y sus respectos juicios de valor, corresponderá a una evaluación final.
Este mismo autor indica la necesidad de hablar también de evaluación diferida en cuanto que los resultados, en muchas ocasiones, no pueden detectarse al momento, sino que son recogidos pasado un tiempo desde que finalizó el proceso de aprendizaje (diferido).
• El modelo paradigmático (“cómo”) que condicionará el diseño que se hará del proceso de evaluación y el papel que desempeñará cada elemento en dicho proceso.
• Los instrumentos (“con qué”) que se utilizarán para evaluar. Estos instrumentos son las herramientas que se van a usar para recoger la información sobre la que posteriormente emitiremos un juicio de valor que condicionará el aprendizaje. Los instrumentos pueden clasificarse en función de la variable que
predomine al recoger la información, así, por ejemplo, podemos hablar de instrumentos cualitativos (se centran en la cualidad de la información), cuantitativos (se centran en la cantidad o valor numérico que implica esa información), estructurados (aquellos cuyas características dejan poco margen a la improvisación), semiestructurados (aquellos que permiten cierta flexibilidad al recoger la información) y sin estructura (permiten la recogida libre de información).
Independientemente de la utilización de unos u otros, todos ellos deben tener unas características que otorguen al proceso de evaluación eficacia, veracidad y eficiencia y, las últimas corrientes apuestan por la complementariedad entre ellos.
IMPORTANTE
Los CRITERIOS DE EVALUACIÓN son las capacidades que se consideran necesarias y básicas obtener en el proceso de evaluación.
Los INDICADORES DE EVALUACIÓN son rasgos, características de una conducta o proceso que son medibles y permiten demostrar el progreso con respecto a los objetivos establecidos. Los indicadores de evaluación son los que nos permiten conocer si el proceso evaluativo responde a los criterios establecidos. • El evaluador (“quien”). Este aspecto otorga valor a las personas implicadas y con responsabilidad en el proceso evaluativo. Dependiendo de la persona que evalúe y del compromiso e implicación aceptado podemos hablar de evaluación interna o externa. Esto deberá tenerse muy en cuenta porque dependiendo del objetivo perseguido puede ser conveniente la participación de evaluadores ajenos al proyecto, programa o proceso a evaluar.
Al igual que comentábamos en los instrumentos, la tendencia actual es la combinación de varios evaluadores para contrastar la información que se recoge.
• El referente. El autor identifica con esta denominación a los criterios e indicadores de evaluación que, sin duda, serán los que determinarán la orientación que tomará el proceso evaluativo. Como ya veremos después, estos criterios e indicadores deben estar conectados con el resto de elementos del proceso evaluativo.
criterios e indicadores de evaluación.
Aunque existen numerosas opiniones sobre cuáles deben ser los criterios de evaluación que deben establecerse, parece que se ha llegado a un consenso:
CRITERIO DE EVALUACIÓN DEFINICIÓN
Pertinencia Adecuación del objeto de evaluación al contexto en el que se encuentra.
Actualización Adecuación de los objetivos a las necesidades detectadas.
Objetividad Adecuación a las leyes y principios científicos.
Aplicabilidad Posibilidad de llevar a la práctica los objetivos propuestos.
Suficiencia Nivel de satisfacción obtenido en relación a necesidades detectadas.
Eficacia
Eficiencia Capacidad para lograr los objetivos previstos con los recursos disponibles en el tiempo establecido.
Capacidad para usar los recursos disponibles de forma racional.
Comprensividad Grado de optimizad alcanzado.
Relevancia Grado de significación en la respuesta a las necesidades iniciales.
Coherencia Nivel de adecuación de los distintos elementos que componen el proceso de evaluación