4 minute read
2. CARACTERÍSTICAS DEL ALUMNADO
La acción tutorial en la formación profesional para el empleo es un instrumento clave en la activación del desarrollo no solo personal sino también profesional de las personas. Esta acción tutorial constituye un marco de referencia para considerarlas parte activa de la sociedad en la que se encuentran y en la que de la que deben ser parte. Para lograrlo es necesario que estas personas se sientan vinculadas con su entorno, se sientan realizadas y se sientan capaces de alcanzar sus expectativas personales y profesionales.
El desarrollo de la acción tutorial supone un proceso de acompañamiento constante a los alumnos que se inician en el que se pretende que sean conscientes de la importancia de la integridad, de la adquisición de conocimientos mínimos que la sociedad impone y la recualificación profesional para obtener puestos de trabajo acordes a las necesidades personales y sociales.
Advertisement
La acción tutorial es un proceso resultado del intercambio y diálogo compartido entre profesionales de los ámbitos educativo, social y laboral. Pretende ser un proceso activo en el que la participación de los alumnos debe ser una realidad, flexible y dinámica.
A continuación, veamos cómo se desarrolla la acción tutorial propiamente.
2. CARACTERÍSTICAS DEL ALUMNADO.
Ni todas las personas son iguales ni deben serlo. Los alumnos, aún teniendo características comunes, tienen rasgos identificativos que los hacen diferentes al resto. En la acción tutorial deben contemplarse estas características. Pero, además, es necesario que se tengan en cuenta otra serie de elementos que pueden interferir en el proceso tutorial con los alumnos.
• Autoestima y motivación.
• Experiencias personales.
• Situación desfavorecida respecto a una profesión.
• Expectativas.
• Objetivos personales.
• Contexto.
Si alguno de estos elementos aparece en el alumno y se detecta con una inclinación negativa, hay que prestarle atención. Hay que conocer el motivo por el que puede darse ese factor, conocer como el alumno se comporta y buscar posibles soluciones a este comportamiento. En muchos casos ocurre que la falta de motivación unida a un nivel de autoestima bajo, pueden provocar ansiedad, insatisfacción, miedo y reticencia hacia el aprendizaje. En las tutorías, el profesor-tutor deberá comenzar interviniendo sobre estos elementos puesto que, si estos no cambian, las posibilidades de lograr que el alumno aprenda estrategias de desarrollo personal y profesional son escasas.
El perfil de los alumnos que acuden a la acción tutorial de formación profesional para el empleo debe tenerse muy en cuenta en el diseño y desarrollo de cualquier intervención que se ponga en marcha. Al respecto, hay que considerar los aspectos personales que configuran la personalidad del alumno. Entre ellos, podemos establecer los siguientes:
La suma de todos estos aspectos y otros que aquí no están recogidos conforman la personalidad individual. Cada uno de ellos, estará presente en mayor o menor medida y ejercerá más influencia sobre el resto. De ahí, las diferencias existentes entre unos alumnos y otros. Pueden formar parte de un mismo grupo, alumnos que sepan cómo hacer frente a los problemas pero que tengan escasas estrategias de aprender a aprender o alumnos que teniendo muchos valores no están motivados y tienen una autoestima muy baja. Todo influye y todo debe tenerse en cuenta al orientarlos.
Pero los aspectos personales no son los únicos que deben ser objeto de nuestra atención como formadores-tutores. Nosotros tendremos que extraer información sobre el conocimiento que los alumnos tienen sobre si mismos y sobre las materias en general. Debemos conocer su propia valoración para conocer también sus expectativas formativas. A lo mejor, un alumno de un determinado grupo no se adapta, ni avanza porque no se han consolidado conceptos básicos y previos a los aprendizajes que ahora intentan producirse.
También hay que estar atentos a las experiencias vividas por los alumnos. Estas suponen un aprendizaje vivencial, un aprendizaje basado en hechos reales y situaciones más o menos gratificantes de las que han resultado éxitos o fracasos. Es importante considerar este aspecto porque esta información ayudará también a la elaboración de nuestro perfil de alumnos.
Todo lo que aquí estamos tratando no significa que deba darse en todos los alumnos. Puede que en algunos alumnos no seamos capaces de descubrir que tolerancia a la frustración tiene pero, podemos llegar a establecer “hipótesis” si llegamos a conocer el grado de responsabilidad que le da tanto a sus éxitos como a sus fracasos.
En cuanto a lo referente a los principios metodológicos, no sólo debe tenerse enc cuenta a los alumnos y sus diferentes tipologías, se debe tener en cuenta también una línea generalizada de actuación y de coordinación, que habrá sido diseñada por los profesionales al efecto, para responder a las necesidades genéricas de todo tipo de alumnos.
Estos principios metodológicos, a aplicar sobre la generalidad de los alumnos, son los que a continuación se relacionan:
• ayuda individualizada para cada uno de los alumnos, según sus características, dependencias, carencias u cualquier otra circunstancia.
• atender las necesidades básicas de alimentación, higiene, salud y afecto. IMPORTANTE
No necesitamos conocer a los alumnos en todos estos aspectos, interesa extraer la máxima información posible para llegar a establecer un perfil del alumno y poder adecuar la orientación a sus necesidades y características.