Recopilatorio 10 de Junio

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CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 10 de junio de 2020

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Testimonio de Francisco Jiménez

Detenido desaparecido en Guadalajara - 5 de junio El día de ayer fue uno de los más terroríficos de mi vida. La rabia, el coraje, la incertidumbre, la impotencia y el miedo fueron el común denominador de decenas de jóvenes, protestantes PACÍFICOS que salimos a tomar acción haciendo uso de nuestros supuestos derechos; consagrados en la Constitución de un país ;democrático; quisimos manifestarnos libremente, pidiendo #justiciaParaGiovanni, cansados de la podredumbre del sistema, donde TODOS los días en este Estado y País desaparecen personas, los torturan, disuelven en ácido, aparecen en fosas y pasan a formar parte de las cifras en los libros de historia (si es que llegan a tener registro), así, sin más, como si formáramos parte de una sociedad cavernaria y salvaje sin ningún tipo de Ley. En esta ocasión, sin imaginarlo, a Regina Cerda, Eloy Carlos Ochoa, Braulio Ochoa y a mi novia Camila Ramos nos PRIVARON DE NUESTRA LIBERTAD sin ningún motivo ni protocolo de detención, violando sistemáticamente nuestros derechos humanos y civiles aparentes elementos de la Fiscalía del Estado de Jalisco o lo que sea que eran. En punto de las 6:00 p.m. transitábamos sobre la Avenida 8 de Julio, a plena luz del día, cuando nos percatamos que había camionetas atravesadas en los accesos de calle 14 sin ningún tipo de identificación, civiles o elementos de la Fiscalia con pasamontañas, chalecos, armas blancas como bates, palos y armas largas no permitían que ningún grupo de personas pasaran. Apenas asomamos el cuerpo en la esquina de calle 14 y nos gritaron un grupo de entre 5 a 6 personas con las características anteriormente mencionadas: ¿A DONDE VAN HIJOS DE SU PUTA MADRE?, acto seguido, se nos dejaron ir a los golpes sin ningún tipo de motivo alcanzando a herir a Eloy y a Braulio. Mi primera reacción fue la de tomar de la mano a mi novia para alejarnos de la zona corriendo con dirección al carro para retirarnos de ahí, al voltear hacia atrás donde estaban mis demás amigos, nos percatamos que no estaban con nosotros, por lo que decidimos regresar por ellos.... lo demás desencadeno en la siguiente cronología de hechos: 3


1. 6:19 p.m (por registros de mi último mensaje en grupo de Whatsapp), se nos cerró una camioneta DODGE RAM, color roja, bajándose de 5 a 6 elementos sin identificarse, altamente armados, llegando directo a golpearnos, despojándonos de nuestras posesiones (celulares y mochilas), gritándonos: SÚBANSE CABRONES, CABEZAS AGACHADAS, AHÍ ANDAN DE BRAVOS VERDAD PENDEJOS, YA SE LOS CARGO LA VERGA, dándonos descargas eléctricas con un aparato, golpes en las piernas y brazos con palos. 2. La camioneta se dirigió al interior de las instalaciones de la Fiscalía del Estado de Jalisco, nos bajaron agarrándonos de la nuca como viles delincuentes, nos pusieron contra un portón, pidiéndonos a gritos que pusiéramos las manos contra el mismo y viendo hacia el frente, al mismo tiempo que nos apuntaban con armas y nos pegaban con macanas. 3. Perdí la noción del tiempo, pero pude percatarme que aparte de nosotros tenían entre 30 a 40 jóvenes en las mismas circunstancias, mientras escuchaba de fondo a elementos de la fiscalia: NADIE SABE QUE ESTÁN AQUÍ, LOS VAMOS A DESAPARECER CABRONES, CONTRA LA PARED, instaurando un terror psicológico constante. A mi en lo particular me dijeron: SI COMPARTISTE ALGÚN VÍDEO O INFORMACIÓN, YA SABEMOS DONDE VIVES, TE VAMOS A MATAR A TI Y A TU FAMILIA CABRÓN. Acto seguido se acerco una mujer elemento de la fiscalia y me exigió con groserías que les diera la contraseña de mi celular, lo mismo pasó con mis amigos. 4. Pasado el tiempo, por la posición en la que estaba recargado al portón, tenia en mi visión un hueco lateral que daba a la entrada principal de la fiscalia, cuando observe que abrieron los portones y entró una camioneta de tipo VAN polarizada, rotulada con una leyenda de Banquetes Doña Mary, al verla me empezó a correr un miedo todavía mas fuerte. 5. Elementos de la fiscalia gritaron VAN LAS MUJERES y separaron de mi lado a mi novia y a Regina junto con un grupo de aproximadamente 10 mujeres más, agarrándolas de la nuca hasta que las subieron a dicha camioneta rotulada de banquetes. Arrancaron y se fueron.... desde ese momento les perdí la vista. 6. Luego fue el turno de un grupo de hombres de entre 5 a 7, entre ellos Eloy, Braulio y yo. Subiéndonos a una RAM pickup color 4


blanca sin ningún tipo de identificación, nos empujaron y nos tiraron como vil ganado muerto todos apilados viendo hacia abajo, mientras 2 elementos con chalecos de la PGJ y pasamontañas iban sentados en la caja. Arranco la camioneta con sirenas y en el trayecto nos iban golpeando y diciendo que NO LO HABÍAMOS BUSCADO POR PENDEJOS, LOS VAMOS A ENTREGAR AL CARTEL y CABEZAS AGACHADAS CABRONES. 7. Aproximadamente fue un trayecto de 15 a 20 minutos, donde los últimos 5 minutos por el movimiento de la camioneta sentí que estábamos entrando a una parte del camino de empedrado y tierra. Se paró la camioneta y gritaron: BÁJENSE HIJOS DE SU PUTA MADRE, TIENEN 10 SEGUNDOS PARA CORRER POR SU VIDA PUTOS, QUIEN VOLTEE HACIA ATRÁS, LO MATAMOS. Al bajar alcance a ver de 2 a 3 elementos de la fiscalia con sus gorras, una casa abandonada de fondo y 2 camionetas más con civiles altamente armados con pasamontañas. Después supe que nos tiraron en la zona de Los Olivos. 8. Corrimos y después de varios minutos por lo retirado que estaba, logramos llegar hasta una avenida Eloy, Braulio y yo, donde pedimos un taxi inmediatamente y a través del celular del taxista que generosamente nos prestó logramos comunicarnos con nuestros familiares. Lo mismo sucedió con mi novia y Regina, el mismo terror psicológico lo vivieron ellas, afortunadamente salieron con vida de esta situación. Esta es la historia de terror en donde pudimos haber sido una cifra más de muertos en el Estado y País Ahora más que nunca puedo decir que a Giovanni LO MATÓ LA POLICÍA. No me interesa el contexto político en el que estamos inmersos, no me interesa que se echen la culpa como siempre entre instituciones, no me interesa si algún inadaptado después de esto se atreve a decir que no lo buscamos por revoltosos. ¡ES MOMENTO DE ABRIR LOS OJOS! ¡AHORA MÁS QUE NUNCA, NO DESCANSAREMOS HASTA QUE SE HAGA JUSTICIA 5


Halconazo en Guadalajara

Luis Hernández Navarro - La Jornada - Martes 9 de junio de 2020 El día de ayer –escribió Francisco Jiménez– fue uno de los más terroríficos de mi vida. La rabia, el coraje, la incertidumbre, la impotencia y el miedo fueron el común denominador de decenas de jóvenes. Francisco, su novia Camila, sus amigos Eloy, Braulio y Regina transitaban el pasado 5 de junio a las 6 pm por la avenida Ocho de Julio, en Guadalajara, cuando elementos de la fiscalía del estado, sin identificarse, los detuvieron y subieron a bordo de un vehículo. Los golpearon y les quitaron sus mochilas y celulares. “¡Súbanse, cabrones, cabezas agachadas!”, les gritaron y se los llevaron a la fiscalía. “Nadie sabe que están aquí. Los vamos a desaparecer”, los amenazaron. Separaron a los hombres de las mujeres y los subieron a una camioneta. “Los vamos a entregar al cártel”, les advirtieron. Después de un recorrido de unos 20 minutos, en Los Olivos los hicieron descender del vehículo. “¡Bájense, hijos de su puta madre! ¡Tienen 10 segundos para correr por su vida, putos! ¡Q uien voltee hacia atrás lo matamos!”, les gritaron (https://bit.ly/3dRzPWQ). Lo que Francisco Jiménez y sus compañeros vivieron, al ser detenidos al margen de cualquier protocolo legal por querer participar en una movilización pacífica para exigir justicia para Giovanni López, lo sufrieron también al menos 60 jóvenes más en Guadalajara. La Comisión de Derechos Humanos de la entidad calificó sus arrestos de “desapariciones forzadas”. Giovanni fue un albañil de 30 años detenido el 4 de mayo en el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, en el área metropolitana de Guadalajara, por no llevar mascarilla. Los patrulleros lo ejecutaron extrajudicialmente. Su crimen precipitó en la capital de Jalisco una ola de inconformidad entre la juventud que trató de ser sofocada mediante la fuerza bruta por el gobernador Enrique Alfaro. 6


Debido a la importancia y el peso económico de su estado, Alfaro desempeña un papel clave en la promoción y el liderazgo de una coalición de ocho gobernadores opositores a Andrés Manuel López Obrador. De hecho, podría perfilarse como candidato presidencial de una hipotética alianza partidaria de PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano en los comicios de 2024. Por lo pronto, el mandatario estatal arrancó 2020 chocando con el gobierno federal en torno a temas claves: el conteo de desaparecidos, la sustitución del Seguro Popular por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y el manejo de la crisis sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19. Enrique Alfaro ha navegado en las aguas de la política a bordo de distintos barcos. En 1994 se incorporó a las juventudes del PRI, donde militó hasta 2005. De allí saltó al PRD, controlado por el ex rector de la UdeG Raúl Padilla, con quien más adelante rompería. En 2012 se incorporó a Movimiento Ciudadano, partido que ganaría 24 presidencias municipales, 14 diputados locales y 10 federales. Estridente, dotado de vocación y talante autoritarios, con un discurso de cero tolerancia en un estado que es cuna de uno de los grupos criminales más poderosos en el país (el CJNG), ante la crisis del coronavirus, Alfaro recurrió a la mano dura para obligar a la población a quedarse en casa y usar cubrebocas en la calle. Desde el pasado 20 de abril, cuando la medida entró en vigor, la policía se dedicó a arrestar a quienes no lo portaban. Decenas de ciudadanos fueron encarcelados. Giovanni López fue ejecutado extrajudicialmente en ese contexto. Esta violencia policial no es inusual en Jalisco. Los niveles de tortura por parte de policías y ministeriales en la entidad están, como ha explicado Daniela Rea, por arriba de la media nacional (lo que ya es mucho decir). Entre 1997 y 2019, mil 530 víctimas de tortura presentaron quejas ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos, pero sólo 4.7 logró recomendación (https:// bit.ly/30gklbe). 7


Los días 4, 5 y 6 de junio, Guadalajara vivió días aterradores. Especialmente el 5, sufrió un tipo de represión desconocida hasta ese entonces, emparentada con el halconazo del 10 de junio de 1971 en la Ciudad de México. Y eso que hay una larga lista de violencia policiaca en contra de movimientos en la entidad. Dos ejemplos. La ejercida durante las protestas altermundistas en el marco de la Tercera Cumbre América Latina y el Caribe- Unión Europea del 28 de mayo de 2004. Y la perpetrada el 1º de diciembre de 2012, durante las movilizaciones de rechazo a la toma de posesión de Enrique Peña Nieto convocadas por #YoSoy132, en la que los uniformados golpearon a muchas personas que pasaban por allí. En esta ocasión la violencia policial, absolutamente irregular, fuera de cualquier protocolo y causa legal –utilizando vehículos particulares con placas ocultas, con agentes vestidos de civil realizando detenciones–, deja en el aire la pregunta: ¿quién dio la orden de actuar así? ¿Quién diseñó el operativo? La ofensiva gubernamental fue acompañada de una campaña en redes, que apeló al racismo local, diciendo que los manifestantes no podían ser de allí porque eran muy morenos y no hay gente de piel tan oscura en Jalisco. Aunque quiera zafarse del asunto, el halconazo tapatío es responsabilidad directa de Enrique Alfaro. Por más que quiera desvirtuar la inconformidad juvenil presentándola como producto de los pleitos del poder de arriba, en realidad es resultado legítimo del hartazgo ante su despotismo. Twitter: @lhan55

Giovanni López

Gloria Muñoz Ramírez - La Jornada - Los de abajo - 6 de junio de 2020 El asesinato de Giovanni López, albañil de 30 años, a manos de la policía de Ix-tlahuacán de los Membrillos, del área conurbada de Guadalajara, Jalisco, no es un hecho aislado. Ocurre en pandemia, y el motivo lo hace más grave, pues Christian, hermano de Gio8


vanni, narra que sólo por no llevar cubrebocas fue detenido y golpeado hasta la muerte, desnudando así la arbitrariedad y violencia institucional que reinan en Jalisco, gobernado por Enrique Alfaro (MC), envuelto en diversos escándalos de corrupción. “Si lo matan ya sabemos”, se escucha decir a Christian mientras la policía le arrebata a su hermano, con quien minutos antes se encontraba sentado en la banqueta afuera de su domicilio a punto de irse a cenar. “¿Me lo vas a entregar vivo o muerto?”, preguntó por teléfono al presidente municipal de Ixtlahuacán, Eduardo Cervantes Aguilar, que también tiene denuncias por violencia y arbitrariedad. Y éste respondió que al día siguiente fueran por él a las 10 de la mañana, pero encontraron su cuerpo sin vida en el hospital civil. Pelearon para que se los dejaran ver y por eso su tía descubrió los golpes y el tiro en la pierna. Después, denuncia Christian, la familia entera fue amenazada por el alcalde para que no hablaran ni difundieran el video. Un mes más tarde, sin investigación oficial de por medio, decidieron darlo a conocer. Pero tuvieron que huir de su casa de la colonia Los Olivos, pues están amenazados de muerte. La noticia se disparó en México en medio de las protestas en Estados Unidos por el asesinato, también a manos de la policía, del afroamericano George Floyd, por lo que la reacción de la sociedad es de absoluto repudio al aparato policiaco y al gobierno del estado. El 5 de junio, a un mes exacto de que les entregaron el cuerpo, cientos de personas, en su mayoría jóvenes, se enfrentaron con la policía en las inmediaciones del palacio de gobierno en Guadalajara. Un video registra lo que ocurre dentro del inmueble, donde los elementos de seguridad se disponen a repeler a los manifestantes. “¡Los vamos a matar!”, se escucha decir a los policías del gobierno de Alfaro. Y empieza la cacería. Al día siguiente, los actos de repudio llegan a la Ciudad de México, donde se movilizan frente a la embajada de Estados Unidos por el asesinato de Floyd y después en la representación del gobierno de Jalisco, en la colonia Polanco, por la muerte de Giovanni. Miles de policías repelen la manifestación. Pero ellos y cualquier uniformado representan ahora al enemigo de los jóvenes que están en las calles. No los contienen. Los provocan. desinformemonos.org - losylasdeabajo@yahoo.com.mx 9


“Estamos en un Estado criminal» Jade Ramírez - piedepagina.mx - 9 junio, 2020

El 5 de junio pasado, manifestantes de Jalisco fueron detenidos por sujetos sin identificación y trasladados en vehículos particulares. Seis ya fueron trasladados a Puente Grande. Dos víctimas relatan las horas que permanecieron desaparecidas por agentes del Estado Volvieron a pie a sus casas. Ya había caído la noche. Caminaron más de 20 kilómetros asustados, esperando que nadie los siguiera, con sed, despojados de sus pertenencias y aturdidos por las dos horas que los tuvieron privados de su libertad en cuartos y patios de la Fiscalía el Estado de Jalisco. Recibieron golpes, gritos, cuestionamientos y amenazas: “Los vamos a destazar y aventar por ahí”, lo escucharon una y otra vez. “Nos metieron inmediatamente a un patio grande, estaba un cuarto de lado derecho y uno en el izquierdo; en el patio que estaba lleno de personas. Calculo que éramos entre 60 y 100 personas. Tenías que tener la cara al frente y de lado, si volteabas te pegaban. Les pude ver las placas de policías ministeriales. Revisaban la información y escuché que muchos decían que este celular se iba para inteligencia”, relata Flavio. Flavio y Monserrat no aparecen en ningún registro de las varias listas que no han dejado de circular en redes sociales. Tampoco en algún listado dentro de la fiscalía. La tarde del viernes 5 de junio ha quedado borrada de su historial de vida, luego de auxiliar a una joven que era sometida por tres policías en plena calle. Fueron detenidos y pudieron dimensionar, a la luz de los días, que se trató de una desaparición forzada orquestada por toda la institución procuradora de justicia en Jalisco. Ambos relatan que a docenas de servidores públicos, mujeres y hombres, metiendo y sacando personas de habitaciones, confiscando sus celulares y tratando de justificar el abuso policiaco. Calculan 20 por cuarto o hasta más y otras hileras en el patio bajo un domo. A ella le enviaron por whatsapp el cartel con el cambio de sede de la protesta, ya no sería en Minerva sino en la fiscalía, eso fue suficiente para detenerla. 10


No vieron a sólo dos comandantes, Salvador Perea y Raúl Gómez Mireles, quienes ya fueron presentados en la primera audiencia en su contra el domingo 7 de junio a las 19 horas en el penal de Puente Grande. “Corrieron y ya me dijeron ‘a ver, tú, ¿qué estás haciendo?’. Me quitaron el celular y me pidieron que lo desbloqueara, lo desbloqueo y encontraron dos conversaciones con un cartel de la marca y dijeron ‘¡Te trepas!’, era una camioneta azul. Me dijeron ‘¿cómo viene acá con nosotros si las defendemos damos la vida por ustedes y así nos pagan?’ Al llegar me recibe otro investigador de la fiscalía vestido de civil con placa, abre la caja de la camioneta, me da la mano y me dice ‘Ay, señora, y usted por qué viene aquí, pues qué hizo? Había dos cuartitos, eran 20 por cuarto, lo sé porque ellos lo dijeron: ‘ya tenemos veinte y no nos caben’”. ¿Y la sana distancia? A no, no había sana distancia. Eso sí si alguien se bajaba el cubrebocas les gritaban ‘el cubrebocas no te lo estés bajando’. Tenía a un chico a un lado mío, pegado, yo estaba sudando todos estábamos sudando”. Tanto Flavio como Montserrat son maestros con postgrados. Son ciclistas, apicultores. Son visibles algunos golpes que recibieron pero más resalta el miedo y el estrés postraumático. Ya dimensionan más allá de la narrativa similar a otros testimonios lo que les pasó y los actos violatorios de derechos perpetrados por la fiscalía. La cautela con la que acceden a charlar conmigo asumo se relaciona con su edad y en el nivel de información que tienen. ¿El motivo de la retención? Defender a una mujer A él lo derribaron y golpearon desde primer minuto que interpeló la detención a una chica que ni conocían. Le aventaron encima una vez esposado y dentro de una camioneta sin placas, su propia bicicleta de acero inoxidable que no le devolvieron. Es su herramienta de trabajo, con un costo asciende a 39 mil pesos. La bicicleta de ella también la resguardaron. Dentro de los cuartos en la fiscalía, les explicaron el porqué del abuso y violación a sus derechos humanos: “Algo que me causó mucho temor y miedo fue que entró un policía grande muy corpulento y nos gritó muchos insultos muy vulgares: 11


‘hijos de su puta madre, ya cállense, hijos de su chingada madre, si no los vamos a descuartizar y al cabo que ahorita ya es bien facilito hacerlo, los desaparecemos y no pasa nada, cállense’. Algunos estaban llorando y los ofendían ‘¿No que muy valientes hijos de su puta madre?’, y los golpeaban. Al otro rato llegó otra persona, sin cubrebocas y sin capucha. Lo miré y sí lo puedo identificar bien, traía su placa, nos dijo: ‘ya hijos de su puta madre, ya se van a ir entiendan cabrones esto lo estamos haciendo porque ayer quemaron a un policía, nosotros también tenemos familia’. Alguien quiso decir algo y lo callaron a golpes”. Los periodistas mientras tanto estábamos en el cerco que establecieron alrededor de la calle 14. Consignamos los tubos en sus manos, las armas largas, los antimotines; atestiguamos varias detenciones y no recibimos información en ningún momento. Alrededor de las 6 de la tarde me alejé de donde había un contingente frente a los policías investigadores que impedían el paso a la calle 14 para observar otro grupo de 80 jóvenes que ya sabían de las detenciones en plaza Las Torres y calles cercanas. Planeaban bloquear el tránsito vehicular en calle Pinzón con 8 de julio. Al instante que bajaron de la banqueta, se me emparejó una camioneta tipo van. Lo que llamó mi atención fue la copiloto. Me miró y era una mujer policía completamente de negro. Tomé mi cámara para fotografiar el auto pues me resultó obvio que llevaban detenidos ahí dentro y la escena no tenía lógica: ¿por qué una camioneta que en teoría servía banquetes y era de repostería la copiloto era una policía completamente vestida de negro? En el instante que me llevó levantar el brazo avanzó el bloqueo de la calle y arrancaron a toda velocidad “quemando llanta”. Montserrat recuerda cómo la sacaron para “liberarla” en una camioneta blanca con franjas y letras azules. “Ustedes no están detenidos, ahorita los vamos a dejar ir, no digan nada y todos están libres. Dijeron ‘vayan buscando cuáles son sus mochilas’. Empezaron a llevarse de 20 en 20 y dijeron ‘¡hey falta una fémina!’, como yo estaba en la puerta dijeron ‘llévate a ella’, y 12


le dije ‘oiga, usted dijo que yo me iba con mi esposo ya nos vamos juntos’ y dijo ‘no, usted sola’. Entré en pánico porque pensé ya dije que vengo con él y a lo mejor le hacen algo en represalia. En cuanto salí me agacharon la cabeza y me dijeron ‘usted no va a levantar la cabeza porque le metemos un putazo’”. «Entraban y sacaba muchachos» ”Entraban y sacaban muchachos tenían camionetas empezaban a llenar las camionetas de personas, todo el rato desde que llegué así fue la dinámica, llegaban, hacían eso que ya describí y luego los sacaban. Ya no me animé a preguntar a dónde íbamos porque ya estaba muy golpeado; encima me pusieron a otro que tenía un poco de sobrepeso y me causó que se me entumieran los pies. Tardamos como cuarenta minutos a una hora en que de ahí de la fiscalía nos llevaron; fue por el rumbo de 8 de julio y periférico sur, en un callejón donde había tierra ahí nos separaron nos bajaron y cuando te iban bajando te golpeaban brutalmente. Yo no podía caminar porque estaba entumido de mis piernas” Para acceder a la verdad y la justicia sobre lo que narran los testimonios que ya han salido en medios y que se estima son mínimo cien personas con patrones de coincidencia como la misma estrategia y un modelo sistemático de detención, desaparición, tortura y “liberación” fuera de proceso legal, hay que tomar en cuenta la referencia inmediata de que en 2004, cuando la represión policiaca, detención arbitraria, tortura, desaparición forzada y alteraciones en la investigación para configurar delitos que derivaron en largos y viciados procesos judiciales a manifestantes calificados de globalifóbicos, entre otras víctimas que no se encontraban en el lugar de la refriega, es que el procurador de entonces Gerardo Octavio Solís Gadea, es ahora el fiscal general del estado de Jalisco. La tortura arraigada La tortura emprendida en el lapso fuera de las instalaciones de la fiscalía, donde refieren que estuvieron siempre, no fue solo física. Este delito tipificado en el Código Penal Federal y que en México se describe en la Ley para prevenir y sancionar la tortura, refiere cómo un servidor público haciendo uso de sus atribuciones realiza actos de acoso psicológico como lo describe Monserrat. 13


“Que nos pusiéramos a rezar, que buscáramos un novio, un muchacho bueno que nos casáramos con él; ‘¿muchachas, qué andan haciendo aquí? ¡Cásense!’ El que iba manejando dijo ‘sí, quédense en casa es lo mejor que saben hacer’ -típico macho-. Yo no hablé. Luego de repente daban el discurso se oía ‘pues las vamos a tirar por ahí hay que llevarlas a carretera a Zacatecas, a ver qué hacemos si las descuartizamos o las perdemos’; luego otra vez el discurso ‘cásense’ y luego las vamos a dejar super lejos para que se vengan pero les agarre la noche y se les dificulte volver a Guadalajara. Y luego preguntaron si alguien quería decir algo ¿Qué andaban haciendo? No pues yo venía a la manifestación pero pacífica y decían a ver ustedes, uno que los defiende ¿Y así nos pagan? ¿A qué vienen a nuestra casa a enfrentarnos? y una les dijo: no, nosotros solo veníamos a manifestarnos no estamos de acuerdo que hayan quemado al policía” A ella la bajaron junto a otra mujer. Sentía desconfianza en ese momento de quién era la otra chica y prefirió caminar sola. A un con el miedo de no saber dónde estaba, intuyó para dónde caminar y tomar un autobús que la acercara al centro de la ciudad. Ambas subieron al mismo camión pero no hablaron durante el trayecto y aun así, tuvo que caminar docenas de calles para llegar a su casa. Al volver, su esposo no había vuelto y comenzó a contactar personas. A las diez de la noche apareció él golpeado y en estado de perturbación. “Son unos criminales” “Condeno a las policías, especialmente a la fiscalía porque son unos criminales, no hicimos nada me golpearon, nos insultaron, me provocó mucho terror psicológico, estoy en shock, ya lloré sigo llorando, tengo miedo, terror. Condeno a quienes siguen alimentando la basura que son los gobiernos que nada más nos quitan nuestros impuestos; ya la vida no es apta en este país, ya pasó por mi cabeza el suicidarme, exiliarme, esconderme y no me merezco esto porque no cometí ningún delito y condeno a todos los gobierno especialmente al de aquí.” “La policía empeora” “Me quedo con que confirmo han pasado muchísimos años y la policía en vez de cambiar empeora, siempre dicen que hay que confiar en ellos y siento que no. No cumplen con lo que deberían de ser, siguen siendo prepotentes, violan los derechos humanos de todos.” 14


Monserrat y Flavio lo que vivieron el viernes 5 de junio no fue el último acto de la autoridad de detenciones arbitrarias. A seis jóvenes que lanzaron bombas molotov al inmueble del palacio de Gobierno en el centro, el sábado 6 de junio pasadas las 10 de la noche, los detuvieron y fueron trasladados al penal de alta seguridad de Puente Grande, sin informar a sus familias ni a sus representante legal. Enfrentan delitos graves, sin embargo, tienen derecho a fianza.

Tren Maya: para leer los banderazos presidenciales

Magdalena Gómez - La Jornada - Martes 9 de junio de 2020 La presencia del Presidente de la República, en el contexto de la pandemia, en el banderazo de los cuatro primeros tramos del llamado Tren Maya nos deja evidencias que confirman que, en efecto y en tiempo real, llueve truene o relampaguee el proyecto va. Sin embargo, con expresarse una línea de continuidad podemos encontrar que se trató de otra ritualidad. No la que desde el día de toma de posesión observamos en el Zócalo de la Ciudad de México, que se reprodujo en las diversas visitas a regiones indígenas como el caso de la península. Esta nueva ritualidad fue dirigida a las empresas responsables de cada uno de los cuatro tramos. En estricto sentido el mensaje presidencial a las empresas pudo ser motivo de una reunión de trabajo en la Ciudad de México. Pedirles que cumplan, que no habrá prórrogas ni modificaciones presupuestales es propio del contrato que están firmando y la promesa de que se colocará una placa donde se señale que la empresa respectiva realizó la obra no parece ser un estímulo que los inversionistas estén buscando. La nueva ritualidad tuvo otros factores de contraste, si bien ligados a la pandemia, no parecen estar relacionados sólo con la sana distancia. Resulta que no existió ninguna intervención de un indígena maya de los que el año pasado supuestamente aprobaron el proyecto en la consulta simulada, tampoco de los invitados del gabinete hubo presencia de quienes le colocaron al gobierno el entramado, perdón, la simulación, para afirmar que el pueblo maya les 15


dio su consentimiento. Los pueblos y sus comunidades no son esenciales, como lo son las actividades de construcción que se inician, no fueron siquiera referidos en sus discursos. Que en Quintana Roo asistieran los secretarios de Comunicaciones y Transportes y el de Turismo resultaba obligado. Que el titular de Defensa acudiera a las cuatro ceremonias de banderazo parece una señal y que en Palenque se le sumaran sus pares de Marina y el de Seguridad Pública ya perfila una lógica de seguridad nacional; y un mensaje nada subliminal para las comunidades que se oponen al megaproyecto y continúan organizándose y buscando amparo de la justicia federal. No parece suficiente la afirmación, sin pruebas, de que no se afectará el ambiente y de que se crearán 80 mil empleos en estos cuatro tramos. Por cierto, no se habló de protocolos sanitarios para la ejecución de las obras, tampoco del respeto a los derechos laborales de quienes por necesidad acepten trabajar en esos tramos. Digo trabajar, pues todo indica que se trata de empleos temporales sin contrato ni derechos. El discurso presidencial puso énfasis en el tren, pero el director de Fonatur reconoció que “no es sólo un tren, sino un proyecto integral. Los ‘polos de desarrollo’ o ‘comunidades sustentables’ son un modelo de planeación territorial distinta a Cancún. La mayor generación de plusvalía está en las estaciones. Se privilegiará a las estaciones cercanas a los aeropuertos y puertos marítimos. Estos proyectos serán financiados por capitales privados”. ¿Así o más claro? Como sabemos, las comunidades mayas no se oponen sólo a unas vías y a un tren moderno. Justamente difundieron la semana pasada, de nueva cuenta con apoyo de numerosas organizaciones, y de activistas y académicos, los argumentos que han llevado a espacios judiciales y con los cuales han logrado hasta ahora tres suspensiones, una en Calakmul, otra en Palenque y una más en Campeche, así como la emisión de medidas cautelares por parte de la CNDH. La Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch Xíinbal ha solicitado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) medidas cautelares para proteger el acuífero subterráneo de la Península de Yucatán. Justamente el discurso maya difundido desde el confinamiento, es el polo opuesto al que se repite de manera oficial. 16


Romel González, del Consejo Regional e Indígena de Xpujil, declaró que “Parece más una colonización moderna, siempre se utiliza el tema del desarrollo económico y el olvido. El tren no es las vías, es un proyecto en el que los enemigos antiguos del gobierno ahora resultan ser aliados, se vienen a avalar irregularidades ambientales y jurídicas” ( La Jornada, 5/6/20). Y en otro comunicado: “Los mayas no somos solamente campesinos o yucatecos, o pobres que necesitan empleos. Somos en primer lugar un pueblo originario, que tenemos derecho a tomar las decisiones en nuestro territorio, que queremos decidir nuestro propio futuro. Ha habido ya demasiado abuso contra nuestros pueblos y una gran devastación contra la Madre Tierra”. (Chuun T’aan, Maya de Yucatán, 1/6/20). El pronunciamiento encabezado por el colectivo Indignación concluyó que “la actual administración dilapida una oportunidad histórica de hacer las cosas de manera distinta y generar condiciones adecuadas para llevar a cabo un diálogo intercultural”. Los pueblos ya anunciaron el texto de su placa para el Tren Maya.

Infodemia y verdad

Javier Sicilia - Revistaa Proceso - 4 Junio, 2020 La infodemia, una palabra nueva que nace del exceso informativo que genera el brutal desarrollo de los medios de comunicación, una especie de cáncer donde la proporción humana de la palabra se reproduce enloquecidamente dañando el cuerpo social, es algo que estaba allí desde hace mucho tiempo. Nadie, pese a las evidencias de los daños que ya hacía, había reparado con seriedad en ella hasta que el presidente se volvió objeto de la enfermedad. Mientras la infodemia no lo tocó o servía a sus intereses, el mal no existía, como no existió por algún tiempo en su pensamiento la letalidad del covid-19. Por desgracia y pese a que el presidente reparó en la necesidad de enfrentarla, no hay en el fondo de sus señalamientos una intención de generar un consenso nacional para contenerla. Para él, la enfermedad –a la que cada analista, reportero, activista se enfrenta cuando ejerce su derecho a hablar– está en sus críticos. 17


El caso más evidente son los desmesurados y espantosos ataques que recientemente Carmen Aristegui ha sufrido por haber desnudado, a partir de las quejas presidenciales, la infodemia que afecta a la agencia de información más importante del Estado, Notimex. Pese a la puesta en evidencia del foco infeccioso que representa esa agencia, pese a la seriedad con la que Carmen Aristegui maneja la información, pese a las simpatías que la propia Carmen tiene por el presidente, no ha habido por parte de éste una acción de sanitización. Con su silencio y su protección a quienes están a la cabeza de la agencia, con su constante aludir a enemigos que quieren destruirlo y destruir la transformación del país, sus correligionarios y sus granjas de bots identifican a Aristegui como una depositaria de esa enfermedad a la que, curiosamente, atacan con la misma enfermedad que pretenden combatir. Cegados por la ideología, la infodemia para el presidente y sus correligionarios existe en cualquier lado, menos en ellos. Incapaces de distinguir, de separar la buena información de la mala, las fake news de la verdadera, la opinión razonable de la que no lo es, el foco de infección del espacio saludable; al englobar todo lo que no les agrada bajo palabras amibas –que perdieron ya sus contornos significantes– como “conservadores”, “neoliberales”, “corruptos”, proceden como aquellos que lanzan cloro al personal médico por el simple hecho de estar en la primera línea de la enfermedad. No importa lo que hagan. El simple hecho de pertenecer a ese gremio los condena a ser violenta, cobarde y estúpidamente sanitizados. Como no ha dejado de hacerlo con gran parte de las instituciones creadas por la sociedad, el presidente confunde, mediante falsos silogismos, a las personas con el medio: “si en los medios de comunicación hay infodemia, todos los que desde ellos me critican están enfermos”. Esto no justifica los ataques arteros de los que han sido objeto el presidente y sus simpatizantes en las redes sociales. Describo simplemente un fenómeno que desde la propia presidencia se ha alimentado y que de la misma forma perversa utilizan quienes realmente son sus enemigos. 18


Si el presidente, a partir de las evidencias mostradas por Aristegui, hiciera un trabajo de saneamiento de la infodemia que corroe a Notimex –parte de su promesa de limpiar las escaleras de arriba abajo–, fincaría un precedente muy importante para desarrollar una política nacional que limite la enfermedad de uno y otro lado. No lo hará, por desgracia. Contra su cristianismo –la fuerza que habita en la debilidad–, el presidente preferirá, como lo ha hecho hasta ahora, alimentar la enfermedad y combatir a través de ella todo lo que no se le parece o que pareciéndosele tiene la lucidez de disentir cuando se equivoca, traiciona su palabra o sus principios no empatan con sus métodos. Para muestra, los invito a leer los comentarios a este artículo cuando aparezca en el portal de Proceso o la manera en que los medios adictos a él nos trataron durante la Caminata por la Verdad, la Justicia y la Paz, que las víctimas realizamos en enero. Las enfermedades le van como anillo al dedo al presidente. Las alimentará para destruir, conservarse y conservar una transformación que, como las palabras en las que engloba a todos los que osan disentir, carece ya de contornos. ¿Hay un antídoto contra esa enfermedad? Sólo conozco uno: la verdad. “La verdad –dice la fe que el presidente y yo compartimos, pero que no vivimos ni experimentamos de la misma manera– los hará libres”, la verdad que, agrega Georges Bernanos, duele y sólo después consuela, la verdad que habita en las resistencias democráticas y en la defensa de los espacios ganados legítimamente; la verdad que está en los pueblos indios contra los megaproyectos; en los artistas, científicos, académicos que se resisten a la unidimensionalidad del pensamiento y de la libertad creadora; en los cineastas que defendieron Fidecine, en la víctimas que se oponen al olvido y al crimen; en las mujeres que defienden su dignidad; en los médicos que, sin dejar de denunciar la falta de insumos, no abandonan a quienes deben proteger; en Carmen Aristegui y en todos aquellos que desde la palabra en los medios no dejan de iluminar la verdad, a pesar de la infodemia que busca culparlos. Además, opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, detener la guerra, liberar a todos los presos políticos, hacer justicia 19


a las víctimas de la violencia, juzgar a gobernadores y funcionarios criminales, esclarecer el asesinato de Samir Flores, la masacre de los LeBarón, detener los megaproyectos y devolverle la gobernabilidad a Morelos.

George Floyd: que arda todo

Zósimo Camacho - www.contralinea.com.mx - Mayo 30, 2020 “No hay capitalismo sin racismo” Malcom X El lunes 25 de mayo fue ejecutado el ciudadano estadunidense George Floyd, en la ciudad de Minneapolis, Minnesota, Estados Unidos. Contaba con 46 años de edad. Le sobreviven una hija de 6 años, hermanos, primos, amigos. Su delito: su color de piel, ser descendiente de africanos que colonizadores blancos trajeron como esclavos a América, ser negro. Como han informado cientos de medios comunicación estadunidenses, George Floyd “murió cuando estaba bajo custodia” de agentes de la Policía de Minneapolis. Los cuatro policías involucrados en el asesinato son Derek Chauvin, quien lo asfixia sin piedad hasta matarlo; Tou Thao, quien permite la agresión y protege al matón de las personas que se detuvieron a observar y grabar el hecho, y Thomas Lane y J Alexander Kueng, quienes también participaron del sometimiento de Floyd y se dedicaron enseguida a observar el homicidio. Los policías declararon que George se había resistido a la autoridad y que murió al ser sometido. Los videos son contundentes. Revelan que desde el primer contacto de los agentes con su víctima no hubo conducta agresiva alguna de parte de Floyd. Y que en el momento en que estaba muriendo por asfixia, suplicó que le dejaran respirar. Se sabían impunes los perpetradores. Tanto Derek Chauvin como Tou Thau ya habían sido denunciados en anteriores ocasiones por abuso de autoridad. Chauvin acumulaba 18 denuncias. Y así seguía en las calles “protegiendo” a la población. 20


La impasibilidad y la naturalidad con la que se conducen los oficiales demuestran que no estamos ante un hecho aislado. Es la manera en que actúan esos policías (y la corporación en general) cuando tratan con personas afroamericanas (o, probablemente, indígenas y latinas). Ante la indignación social que el hecho causó, los policías recibieron el castigo ejemplar de ser despedidos. Y sólo alcanzaron esta pena por haberse dejado videograbar. De no haber soporte en video del homicidio, la versión oficial hoy diría que los valientes policías habrían abatido a un peligroso criminal que puso en riesgo sus vidas.Las protestas comenzaron a ser masivas y el jueves 28 incluyeron el incendio y saqueo de un cuartel de la Policía y tiendas y restaurantes. Entonces se dictó una tímida orden de arraigo contra Derek, el asesino. Podemos saber qué situación distinta es para los negros que son considerados sospechosos de un delito menor. De hecho, la justificación de los policías para someter a George fue que probablemente él era la persona que había pagado en una tienda con un billete falso de 20 dólares. “Nadie te dará tu libertad; nadie te dará igualdad, justicia o cualquier otra cosa: tendrás que tomarlo”, resuenan las palabras de Malcom X en medio de las protestas de Minnesota. La sublevación está justificada. Cómo permanecer impávidos ante un gobierno y un sistema que permite que unas personas pisoteen hasta la muerte a otras que les considera de condición inferior. Nada fácil, ver cómo los perpetradores se regodean en la impunidad y cómo se intentan justificar las muertes de las víctimas. El asesinato de George Floyd en Estados Unidos es un duro recordatorio de la violencia cotidiana, permanente, por motivos de color de piel o particularidades físicas, étnicas. Un duro recordatorio de que en México también las comunidades afromexicanas e indígenas padecen discriminación social, económica, sanitaria, informativa; discriminación que históricamente se ha traducido y se traduce en millones de muertes y genocidios. 21


Fragmentos En Chiapas más de 3 mil 300 indígenas tsotsiles de Chenalhó, Chalchiuitán y Aldama, que están en situación de desplazamiento forzado, empeoran su situación. En medio de la pandemia padecen hambre, viven en condiciones de hacinamiento y sin posibilidades de trabajar para obtener ingresos. Representantes de estas familias pidieron a los gobiernos federal y estatal que se apliquen las medidas cautelares urgentes de las que ya son beneficiarias, entre ellas un Plan de Emergencia Alimentaria y la presencia del Comité Internacional de la Cruz Roja. Los indígenas tuvieron que abandonar sus comunidades luego de que sus casas fueran quemadas, destruidas o baleadas… Este vienes 29, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) y el Archivo General de la Nación (AGN) informaron del inicio de un programa de capacitación a servidores públicos de los tres niveles de gobierno. El objetivo, que puedan cumplir con lo que ya les obligan las nuevas disposiciones en materia de archivos y gestión documental derivadas de la Ley General de Archivos. Esperemos que haya participación destacada de las Secretarías de la Defensa Nacional y de Marina. Necesario que las instituciones militares preserven los archivos para el escrutinio público. Y que entonces envíen ya al AGN los fondos documentales que les mandata la ley y que están relacionados, entre muchos otros temas, con la Guerra Sucia… En esta emergencia económica provocada por la pandemia de Covid-19, serán los propios gremios los que deberán buscar la manera de protegerse y generar opciones para levantarse de nueva cuenta. Con respecto de la industria musical, al menos 40 roles laborales tuvieron que cesar operaciones incluso antes que cualquier otro sector productivo. La industria lleva parada en México casi 3 meses, informa la Asociación Mexicana de Productores de Fonogramas y Videogramas. Lanzó la iniciativa MMC-19, mediante la cual Spotify se comprometió a dar un dólar por cada dólar que recaude, hasta llegar a un total de 10 millones de dólares. Resulta interesante. Nada despreciables serían 20 millones de dólares (unos 500 millones de pesos) para reactivar la industria. Sólo hace falta saber cómo se beneficiarán todos los que integran la cadena de valor: de compositores y músicos a productores y técnicos. 22


Brasil: ¡Las Vidas Negras Importan!

Timo Bartholl - Traducción: Raúl Zibechi - Desinformémonos 8 junio 2020 “Ni de disparos, ni de Covid, ni de hambre. El Pueblo negro quiere vivir”, fue el lema bajo el cual los activistas negros convocaron las marchas del pasado domingo en Rio de Janeiro. El racismo estatal que se siente diariamente en las venas y en las favelas a través de los disparos policiales y el abandono del sistema de salud pública frente a la pandemia, fueron los objetivos de un acto importante y bien organizado que demostró una gran madurez política, el domingo 6 de junio en el centro de Río de Janeiro. Fue una respuesta al racismo institucional y estructural. Las movilizaciones fueron protagonizadas por el movimiento negro y de la población de las favelas, articulados con el movimiento Black Lives Matter de los Estados Unidos, quienes evaluaron que incluso ante el riesgo de contagio, era importante salir a la calle. No todos estuvieron de acuerdo y hubo debates en las redes sociales sobre si ir o no. Después de todo, lo más importante era que cada uno evaluara los riesgos de participar en el acto y aproximadamente tres mil personas eligieron la calle. La marcha comenzó poco después de la hora programada, algo importante para la seguridad de los participantes, ya que la represión estaba presente en todas partes. Curiosamente, los partidarios de Bolsonaro que se acercaron, queriendo provocar y agredir al comienzo de la manifestación, se encontraron … con policías encubiertos. Tan pronto como quisieron golpearlos, los policías sacaron pistolas y dos docenas de policías militares avanzaron hacia los provocadores. Dos o tres de los bolsonaristas fueron arrestados. Después de eso, el acto continuó sin incidentes, pero la presencia de policías armados vestidos de civil, mostró el nivel de represión que enfrentaron los manifestantes: el despliegue de violencia estatal se mostró con toda su fuerza. Los jóvenes negros quieren tomar las calles para gritar: «¡Nuestras vidas importan!». La respuesta del Estado fue colocar tanques fue guerra frente a la sede del gobierno de Rio y la policía cercó toda 23


la manifestación, al punto que nadie pudo participar sin que su mochila fuera registrada. No se dejaron pasar frascos de alcohol en gel, a pesar de la pandemia. Es probable que hubiera muchos más policías que manifestantes, muchos de ellos con armas pesadas. La manifestación fue creciendo en su andar hacia la iglesia de la Candelaria, a pesar de la intimidación policial. Después de escuchar oratorias y performances, finalizó frente a la estatua de Zumbi, líder de la República de Palmares donde se refugiaban los esclavos que huían de las plantaciones, hace cuatro siglos. Fue posible superar la tensión generada por el despliegue policial ya cerca de la Candelaria, donde los altos edificios devolvieron un potente eco con los cánticos de resistencia, generando un sentimiento de unidad al enviar su mensaje al mundo: “Tomamos las calles y las volveremos a tomar. Nuestra lucha no ha comenzado ni termina aquí. Comenzó hace siglos, mañana continúa en nuestros vecindarios, ¡En nuestros barrios pobres, en las familias, en nuestros colectivos y movimientos, en nuestra vida cotidiana, en campañas y frentes de solidaridad!”.

“¡No puedo respirar!” La resistencia en una sociedad asfixiada

Laura Carlsen - Desinformémonos - Fronteras Abiertas - 3 junio 2020 Imposible imaginar los sucesos dramáticos que han convulsionado a Estados Unidos en los últimos días. La misma semana en que el número de muertos por la COVID-19 rebasó el marco fatídico de los 100,000 —y seguía subiendo—, el homicidio de George Floyd, un ciudadano afroamericano, a manos de policías, desató protestas multitudinarias en las calles que la víspera habían estado prácticamente desiertas. El liderazgo del presidente Donald Trump ha sido desastroso para el país, avivando las llamas de crisis tras crisis, y hoy —solo cinco meses antes de las elecciones— las contradicciones, la rabia y el miedo se combinan en una explosión social inédita. 24


Los errores de Trump en el manejo del coronavirus están a la vista. Encubrió los primeros indicios del contagio en el país, desdeñó el peligro del virus, lanzó hipótesis de que era un complot en su contra, descartó las recomendaciones de su de por si débil Centro para el Control de Enfermedades, buscó pleitos con gobiernos estatales y apoyó a las milicias armadas que desafiaban las medidas de salud. Estados Unidos ahora es el país que más vidas ha perdido por la pandemia, revelando las desigualdades mientras mueren en números desproporcionados integrantes de la población afroamericana y latina, debido a la falta de acceso a servicios de salud, a su estado previo de salud general, a la pobreza y la falta de condiciones para aislarse. Mientras la gente muere, a Trump le preocupa más la crisis económica por el impacto que tendrá en sus posibilidades de reelegirse. Hay 40 millones de nuevos desempleados en el país. Parece que ni los 2 billones de dólares ya asignados en el primer rescate y los 3 billones bajo consideración en el Senado serán suficientes para reactivar la economía, y hay una batalla entre los partidos en torno a quién y cómo aplicar el rescate, mientras organizaciones sociales están formulando demandas para un rescate del pueblo (people’s bailout) con nuevos criterios que resanen el evidente fracaso del capitalismo. En medio de esta crisis, el homicidio de Floyd y la respuesta represiva de Trump ha provocado manifestaciones en todo el país, toque de queda por lo menos en 40 ciudades, cinco muertos y cientos de heridos y presos. En el video ya conocido mundialmente, se escucha al hombre decir una vez tras otra “no puedo respirar”, mientras el policía mantiene la rodilla sobre su cuello. El grito de “¡No puedo respirar!” ahora se escucha en las calles, no solo de la población afroamericana sino de miles de personas indignadas por la muerte de Floyd y otros homicidios cometidos por policías contra afroamericanos en las últimas semanas. El movimiento de Black Lives Matter (importan las vidas de los negros y las negras) se ha catapultado al centro de la atención nacional con apoyo de muchos otros sectores de la población que comparten la rabia contra la injusticia, la impunidad de las autoridades y el modelo de policía militarizada y racista. A pesar de que los medios destacan los casos aislados de saqueos y violencia, las encuestas muestran que la mayoría de la población apoya las protestas. 25


Trump respondió a las protestas retomando una frase de la historia racista estadunidense en un tweet el 28 de mayo: “Cuando empieza el saqueo, empieza el tiroteo”. En el transcurso de la semana ha amenazado con designar “terroristas” a los grupos antifascistas, instruido a gobernadores y gobernadoras a ser dominantes y poner orden o entraría la guardia nacional, y ha lanzado a las fuerzas armadas contra las manifestaciones. En muchas ciudades el uso de la fuerza excesiva y gases para disipar marchas pacíficas se ha vuelto común. El Reverendo William Barber, líder de la Campaña de los Pobres dijo a la prensa que la protesta es resultado de crisis preexistentes de “pandemia, pobreza y brutalidad policial” y que “violencia” son los 700 estadunidense que mueren de pobreza al día en el país más rico del mundo. El número de personas sin techo y con hambre está subiendo en el contexto de un liderazgo desquiciado y la crisis de salud. La estrategia electoral de crear caos y después entrar como el hombre fuerte y autoritario que ponga orden tendrá un desenlace difícil de prever, pero seguramente terrible. En las calles, el hartazgo por la violencia del estado, reafirmada en estos días, está creando nuevas alianzas y dando fuerza a las demandas y esperanzas de cambio. Simplemente, gritar en medio de la pandemia y la violencia ‘mi vida importa’, es un ejercicio de empoderamiento colectivo que tendrá importantes ramificaciones para las luchas en el futuro, no solo en las urnas sino en la definición del tipo de sociedad que deba salir de este desastre.

Protestas: Made in the USA

Miguel Tinker Salas y April Mayes* - La Jornada - 5 de junio de 2020 Varios analistas políticos y periodistas que reportan sobre América Latina han comentado que las protestas que estallaron después del asesinato de George Floyd en Minneapolis y otras ciudades son ejemplo de una supuesta “latinoamericanización” de Estados Unidos. Otros han indicado que las movilizaciones les producen la sensación de que están en Caracas, México o en Puerto Príncipe. Aunque estas comparaciones parezcan humorosas, la realidad es que se sustentan en viejos estereotipos sociales y raciales que 26


representan a Latinoamérica como una región desestabilizada y Estados Unidos como el modelo de orden, desarrollo y democracia para el mundo. O sea, lo peor que le podría pasar a Estados Unidos es llegar a ser como América Latina. La realidad es que la actual crisis por la que atraviesa Estados Unidos no viene del sur. Más bien es producto directo de más de 400 años de racismo y discriminación que, aún después de la manumisión en 1865, se manifiesta en las estructuras de poder y en la sociedad estadunidense mediante un sistema de segregación denominado Jim Crow que persistió hasta el final de los sesenta. El racismo estructural que se refleja en el sistema de justicia en Estados Unidos es lo que permite que un policía impunemente asesine, una y otra vez, a una persona afrodescendiente o latina. Es lo que permite que Estados Unidos tenga el número más alto de personas de color encarceladas y detenidas en el llamado “mundo desarrollado”. El señor George Floyd no es la primera víctima de este legado, y lamentablemente no será la última. Su muerte se une a un sinfín de hombres y mujeres afrodescendientes que han sido asesinados por policías, como fue el caso de Breonna Taylor, Botham Jean, Freddie Gray, Tamir Rice, Michael Brown, Eric Garner, Laquan McDonald, Philando Castile y Oscar Grant, por nombrar algunos de los casos más recientes. En cada uno de estos asesinatos, la policía ha gozado de impunidad. Podemos agregar a estos casos la experiencia de Ahmaud Arbery, quien fue asesinado por hombres blancos en plena luz del día y a Christian Cooper, quien fue amenazado con violencia policial por Amy Cooper, una mujer liberal blanca, y queda claro cómo el racismo estructural y el cotidiano se entretejen. La muerte de George Floyd fue la chispa que encendió el polvorín, pero no fue el único factor. La ira que se expresa en las calles de Estados Unidos representa la acumulada frustración de tres meses de cuarentena, la experiencia de más de 40 millones de personas desempleadas (una de cada cuatro personas), un porcentaje desproporcional de los cuales son afrodescendientes y latino/as. Ante la pandemia, el gobierno establece la categoría de “trabajador esencial” para asegurar la producción agrícola, 27


pero no ofrece protección laboral ni aumento salarial, y continúa realizando deportaciones de personas indocumentadas. Un porcentaje alto de trabajadores en el campo y en las procesadoras de carne, en su mayoría latino/as y afrodescendientes, se han contagiado de Covid-19. Acentuando las diferencias económicas y sociales y el acceso a los servicios de salud, el Covid-19 ha cobrado un nivel alto de vidas entre la población afrodescendientes y latina. El otro factor que condiciona las protestas es la tremenda carestía y desigualdad que impera en este país, donde 40 por ciento de la población carece de ahorros con qué enfrentar una crisis económica pero donde sólo ocho personas controlan más de la mitad de la riqueza del mundo. Ésta no es la primera vez que ha habido un estallido social en Estados Unidos. Recordemos las protestas masivas que inspiraron el movimiento de afrodescendientes y chicano/a por sus derechos civiles de los cincuenta y sesenta y las movilizaciones en contra de la guerra en Vietnam y las continuas acciones por los derechos de la mujer y la comunidad LGBTQ. También hay otros precedentes incluyendo la explosión social que ocurrió en Los Ángeles en 1992 después de que los policías que le proporcionaron un ataque brutal a Rodney King fueron liberados. Aunque la polarización cultural y social siempre ha sido un factor en Estados Unidos, a diferencia de los momentos anteriores, el presidente Donald Trump abiertamente manipula el racismo y la xenofobia para consolidar su poder. Sin duda Nixon, Reagan, Clinton y Bush sutilmente emplearon el racismo para lograr fines políticos, pero Trump lo hace de forma descarada negándose a criticar a grupos supremacistas que abiertamente fomentan el odio como ocurrió en Charlottesville en 2017. Trump promueve la violencia; la semana pasada sentenció por Twitter “cuando comiencen los saqueos, que comiencen los balazos”, repitiendo así una frase hecha por un jefe de policía racista del sur en los sesenta. Como lo ha hecho en el pasado, Trump buscará manipular los hechos recientes para consolidar su base, y le apuesta al voto del miedo entre la población blanca para asegurar su relección en noviembre de 2020. Lo que aún no queda claro es si los demócratas serán capaces de incorporar las demandas políticas hechas por las personas que tomaron las calles desde la semana pasada. 28


El tratar de asociar el descontento social y las protestas que han ocurrido en Minneapolis y docenas de otras ciudades con América Latina confirma que todo mal que Estados Unidos enfrenta es por causa externa y no producto de sus propias contradicciones internas. Que quede claro, los eventos que estremecieron a Estados Unidos la semana semana no tienen nada que ver con América Latina. * Historiadores, Pomona College Twitter: @mtinkersalas @kiskeyalinda

El movimiento popular resiste al narco

Raúl Zibechi - La Jornada - Viernes 5 de junio de 2020

En la delegación Iztapalapa (Ciudad de México) la Comunidad Habitacional Acapatzingo, donde viven 596 familias, viene siendo acosada por personas armadas que se autodefinen como “colombianos”. Se trata de uno de los movimientos populares que desde hace décadas lucha por la vivienda, con ocho núcleos en la ciudad que pertenecen a la Organización Popular Francisco Villa de Izquierda Independiente (OPFVII). Las agresiones e intimidaciones comenzaron a mediados de abril, esgrimiendo armas de fuego ante la guardia vecinal que controla el ingreso a la comunidad. “El viernes 22 de mayo –relatan referentes de la comunidad– dos sujetos que bajan de un coche le dicen a la guardia que en los próximos días vendrán a entregar sobres, como primer y último aviso, que contendrán sus demandas e instrucciones y que la comunidad tendría que acatarlas en un plazo máximo de 72 horas”. Al día siguiente llegaron los sobres, pero la guardia en acuerdo con la comunidad, procedió a destruirlos sin conocer su contenido. “La asamblea por la tarde-noche de ese mismo día, decidió hacer frente a las amenazas reforzando las guardias en todos los turnos y tomando otras acciones en caso de que la comunidad fuera atacada”, sigue el relato de los miembros del Consejo General de Representantes de la comunidad. Entre las decisiones de la asamblea general, con más de 500 participantes, figura reforzar las guardias, resguardar incluso las azoteas, realizar rondines permanentes por las calles y andadores, reforzar 29


los dos accesos principales de la comunidad además de aumentar la cantidad de personas que participan en la guardia rotativa y la realización de fogatas en diferentes puntos. “Las demás comunidades de la organización se encuentran alertas y preparadas para acudir y actuar en caso necesario”, aseguran. Hasta aquí, un breve resumen de los hechos. Creo que necesitamos debatir, en toda América Latina, los modos de enfrentar al narcotráfico, además de profundizar en su comprensión. Desde hace varios años sostengo que el negocio de las drogas es una forma más de acumulación por despojo y que las élites económicas del mundo se comportan cada vez más como narcotraficantes (https://bit. ly/2zYR6Pc). Además el narco es uno de los modos utilizados por la clase dominante para controlar y disciplinar a los movimientos populares. Son los pueblos organizados los que pueden enfrentar y poner límites al narco, algo que los estados ni desean ni pueden hacer, en este periodo debacle y colapso de las instituciones del sistema. En primer lugar, tenemos antecedentes de cómo una sólida organización popular ha conseguido detener el ingreso de fuerzas depredadoras a los territorios de los pueblos. Las rondas campesinas peruanas impidieron que los ladrones de ganado impusieran su ley a cientos de comunidades para, más adelante, ponerle límites a las multinacionales de la minería, frenando su actividad. Algo similar puede decirse de la Guardia Indígena nasa del Cauca colombiano, capaz de recuperar comuneros secuestrados por grupos armados; del pueblo organizado de Cherán que expulsó a los talamontes y del EZLN que ha impedido que narcos y paramilitares impongan su ley en los territorios zapatistas. El caso de las ciudades es, ciertamente, más complejo. Son el eslabón fuerte de la cadena de dominación del capitalismo, donde se asientan los poderes centrales del Estado y resultan el espacio más fácil de controlar para las instituciones armadas, legales o no. Sin embargo, la experiencia de la Comunidad Acapatzingo, conocida como La Polvorilla, puede darnos pistas sobre cómo encarar el desafío de los armados. 30


Lo decisivo es una sólida organización. En este barrio autoconstruido de unas 4 mil personas, cada familia pertenece a un sector donde funciona una brigada. Existen diversas comisiones, siendo en estos momentos las más importantes la de salud y la de vigilancia, siendo ocho comisiones en total, incluyendo educación y comunicación. Las decisiones importantes las toma la asamblea general, pero funciona un Consejo General de Representantes con responsables de las 28 brigadas en que se divide el barrio, que se reúne cada semana. Para que la organización sea sólida, no alcanza con una asamblea trimestral o mensual, como suelen hacer las organizaciones populares más activas. Es necesaria una red de espacios que gestionen la vida cotidiana, desde salud y educación hasta deporte, cultura y mantenimiento. En Acapatzingo han construido dos huertas, espacios de salud y de formación. Hasta los niños y las niñas están organizados y tienen sus propias actividades, incluyendo un boletín informativo. Durante la pandemia instalaron comedores en los ocho espacios habitados y extreman las medidas de protección con amplia participación comunitaria. El autogobierno colectivo es la clave para la formación de vínculos comunitarios, los únicos capaces de defender la autonomía territorial de los de abajo y, de ese modo, enfrentar al narcotráfico.

Unidad y solidaridad contra el racismo

Jesús Chuy García* - La Jornada - Domingo 7 de junio de 2020 La semana pasada, en medio de una crisis económica sin precedentes y un virus que asola a las comunidades afroamericanas y latinas, George Floyd fue asesinado a plena luz del día por la policía en Minneapolis. El video y las imágenes de su muerte causaron horror en todo Estados Unidos. La gente salió a las calles para exigir el fin al racismo en las prácticas policiales. El asesinato de George Floyd es el resultado de la historia racista de Estados Unidos: siglos de esclavitud y el sistema de leyes segregacionistas conocidas como “Jim Crow”. Durante largo tiempo, 31


los supremacistas y racistas blancos han controlado nuestra cultura policial que trata a las personas afroamericanas y latinas como menos que humanos. No todos los policías son culpables, pero debemos terminar de raíz con el racismo y la complicidad en nuestras fuerzas de la ley. Sabemos por experiencia que hay fuerzas que buscan dividirnos para beneficio de sus propios intereses. También sabemos que las comunidades afroamericanas y latinas han logrado avances significativos cuando hemos trabajado juntas. En lugar de unificar a un país en pena y mostrar la determinación para lograr justicia, el presidente Donald Trump y sus simpatizantes están avivando intencionalmente la división y el odio. Están propiciando estratégicamente enfrentamientos entre las comunidades afroamericanas y latinas, una táctica que hemos visto antes. Cuando el Ku Klux Klan y las fuerzas policiales intentaron desacreditar al doctor Martin Luther King, desestimaron la humanidad de millones y utilizaron la “ley y el orden” como una excusa para la brutalidad. Cuando enviaron agentes de migración a nuestras calles para separar a los niños de sus madres, usaron “la ley y el orden” para justificar la deshumanización de las familias migrantes. Ahora, Trump está usando la vieja jugada de la “ley y orden” para enfrentar a los afroamericanos y latinos entre sí. Nueva década, mismas malas jugadas. En lugar de ser víctimas de una división instigada, debemos resistir y enfocar nuestra energía hacia el desmantelamiento de un sistema mantenido por la supremacía blanca que es nuestro enemigo común. Ese sistema, basado en la premisa de que las comunidades afroamericanas y latinas deben conformarse con las migajas de la sociedad, está alimentado por la desconfianza, los disturbios y la división. Ahora, más que nunca, debemos aferrarnos al amor y la justicia, de ahí proviene nuestro poder. Ahora es el momento de solidarizarse con nuestras hermanas y hermanos afroamericanos y darnos cuenta de que su lucha es nuestra lucha. Cuando la comunidad afroamericana es asesinada, nos asesinan a todos. Si ellos no son libres, 32


nosotros no somos libres. Nuestras historias están entrelazadas y depende de nosotros escribir nuestro legado futuro. Las vidas afroamericanas importan. La justicia importa. La solidaridad importa. Sólo si nos unimos podremos marchar hacia un cambio duradero y hacia la equidad racial en Estados Unidos. *Congresista por el cuarto distrito de Illinois en la Cámara de Representantes de Estados Unidos; es el primer migrante mexicano de Chicago elegido al Congreso.

En la ciudad ininterrumpida

Hermann Bellinghausen - La Jornada - Lunes 8 de junio de 2020 Cada día amanece como a la mañana siguiente de algo tupido, no queda claro si una catástrofe, una catarsis colectiva, una particular alteración del clima, un sueño inquieto. Sin necesariamente habernos emborrachado anoche, nos internamos con tremenda cruda en los días calurosos. A la sombra la primavera no se siente, será por el poco tráfico, porque no tenemos prisa o tenemos la ropa floja. Grupos reducidos de personas deambulan, rondan, desconfían, aguardan, pasean al perro (actividad esencial contemporánea). Se avistan chiquitos empujados en carriola, pero no niños de los que caminan, porque como en toda resaca, la infancia permanece guardada y descuidada. A los chavitos les gusta que los descuiden a ratos, pero no todo el tiempo. ¿Cómo saber qué pasa con niños y niñas si los patios de las primarias y los kínder están desiertos y en sus jardines domina la maleza? Y los bachilleratos públicos, todos pintarrajeados, algunos vandalizados. En resumen, la escuela está muerta. Los parques parecen cementerios visitados sólo por los pájaros. Transeúntes y despistados con bocas y narices tapadas nos sofocamos. Nos suda el bigote. Quienes añaden careta de mica ven un mundo borroso, rayado, viscoso. Como que nos falta el aire, habiendo tanto. Los que enferman por el virus batallan el resuello y no librarla significa morir asfixiado. Ese miedo nos lleva por las calles conteniendo el resuello. Inspirar cerca de otros se volvió peligroso. Como diría Miguel Hernández, por doler, nos duele hasta el aliento. 33


Las centrales camioneras lucen desoladas. En la de Norte resiste un enjambre reducido y tenaz. La del Sur en Taxqueña nunca fue más triste. A la Tapo no alcanza para calentarla la irradiación hoy apagada de la Candelaria de los Patos, Tepito, la Merced, la Lagunilla, el Centro Histórico, el pretencioso y siempre decepcionante Congreso de la Unión. De los puestos multicolores y abrumadores quedan sus jaulas y varillas en despobladas hileras entre las que pululan teporochos y una floreciente variedad de nuevas “situaciones de calle”, otra epidemia, que se desborda hacia los cruceros y mendiga hostil o patética a la luz de los semáforos. Se ha vuelto difícil vernos a la cara. Las muchachas y los muchachos ya no saben si se gustan o si se sonríen. El rostro parchado intenta hacerse el chistoso con flores o calaveras, inútilmente. Peor aún las caretas acrílicas de las cajeras y los adultos mayores, esas opacan el brillo que pudiera existir en los ojos. Un malhumor disimulado aqueja a quienes tienen miedo, y más a los que alardean de no tenerlo. Sin cara somos indistintos. Se ha podido constatar que una necesidad vital de los chilangos es comer tacos al pastor contra viento y marea. Sitiadas por clientes dispuestos a desenmascarse, las bolas de carne anaranjada se cuecen y fríen por las esquinas de los cuatro rumbos. En Chimalhuacán, el Olivar de los Padres y los ejes de Iztapalapa, los trozos de fiambre para el hambre caen en su tortilla al ataque diestro del taquero. Por la Villa no tanto. Muchos se juegan la vida por un taco con todo y una Coca, aunque en escasez de cervezas la última estación sea el Tonayán, antesala del alcohol adulterado y la ceguera metílica, otra epidemia de la hora (sepultada por los otros datos). Algo hay de insultante en las tétricas tiendas-banco de usurero que, contra la ley y el decoro, no cerraron ni en la cresta de la cuarentena (en primera y proletaria línea Elektra y Coppel, cuyo éxito es abusar del pobre). Nos internamos en una edad geológica de filas interminables, peor que antes y sin socialismo que las justifique, por más que chillen en contrario los sepulcros blanqueados de colonia rica cuando salen en convoy para insultar a los plebeyos. Al pirruris lo ahogan los sucios, los nacos y los prietos. 34


Repartidores como moscas zumban en todas direcciones y tocan timbres como antes los carteros y los aboneros. “Me lleva la que me trajo”, nos quejamos los buenos, los feos y los malos. Mientras las clases media y semialta bromean de cuánto las engordó el encierro, la gente de la calle se nota cada día más flaca. Mucha banda encerrada saquea su nostalgia buscando en You Tube y Vimeo una banda sonora que las desaburra y les recuerde que fueron jóvenes, aunque para tanto desasosiego permanente no hay música ni series que rindan. Pienso al azar en los susurros de Libro de los días, de Meredith Monk, con su hipnótica fluidez que abarca amaneceres y ocasos, cuevas, ceremonias quietas y hasta una “Plaga”. Cantos sofocantes, guturales, preverbales, en el umbral de la Nada según la mirada de una niña asombrosa. La ciudad está como ausente. Volverá cuando hayamos recuperado la cara.


RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 10 de junio 2020


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