CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 11 de Septiembre de 2019
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Declaratoria final de la Asamblea Nacional e Internacional del Congreso Nacional Indigena / Concejo Indígena de Gobierno-Redes de Resistencia y Rebeldía, organizaciones y colectiv@s “EL ISTMO ES NUESTRO” Juchitan, Istmo de Tehuantepec, Oaxaca 6, 7 y 8 de septiembre, 2019
DECLARATORIA FINAL Nos reunimos en la ciudad binnizá de Juchitán, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, en presencia de las y los Concejales y Delegados del Concejo Indígena de Gobierno CIG–CNI y nuestra vocera Marichuy, más de 500 representantes de los pueblos indígenas ikoots, binnizá, ayuuk, chatinos, chontal, cuicateco, mixteco, chinanteco, mazateco, nahua, maya, tzotzil, tzeltal, zoque, totonaco, purépecha, ñañhú, de los estados de Baja California, Chiapas, Chihuahua, Ciudad de México, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Guerrero , Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas – además de participantes de los países de Alemania, Argentina, Austria, Bélgica, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Dinamarca, España, Escocia, Estados Unidos, Francia, Italia, Noruega, Nueva Zelanda, Reino Unido y Uruguay; integrantes de 107 organizaciones y colectivos, 10 instituciones educativas y 22 medios libres. Cumpliendo con el acuerdo de la Asamblea Nacional del CNI y Redes de Resistencia y Rebeldía del 9 de abril de 2019 en Amilcingo, Morelos, hoy nos encontramos para analizar el embate del sistema capitalista patriarcal y sus megaproyectos en todo el país y para fortalecer en especial las luchas de resistencia de los pueblos del Istmo y del sur de México contra el corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec, que pretende transformar esta región en un inmenso parque industrial en manos del capital transnacional y al mismo tiempo en el muro de contención de los migrantes centroamericanos ordenado por Trump. Nos hermanamos para articular las estrategias que como pueblos y organizaciones impulsamos desde nuestra identidad, desde la fuerza ancestral de nuestras abuelas y abuelos, desde la raíz de nuestra me1
moria colectiva, nuestras lenguas y culturas, para defender nuestras tierras, territorios, aguas, nuestras vidas y autonomías, por la existencia misma de nuestros Pueblos contra esta Cuarta Invasión de saqueo, despojo, violencia y muerte. Denunciamos la voracidad de los que se sienten dueños y mandones en nuestros territorios, aquellos que manejan los grandes capitales, usando como facilitadores a los gobiernos municipales y estatales de todos los partidos y que desde el gobierno federal simulan consultas y entran con sus tentáculos en nuestras comunidades engañando a algunas autoridades comunitarias, tratando de imponer la privatización de la tierra y del agua, ofreciéndonos la idea de un falso “desarrollo”, que en los hechos pretende destruir la fuerza de nuestras Asambleas, de nuestra organización comunitaria y desarticular nuestras resistencias. Criminalizan la lucha de nuestras organizaciones legitimando e incluso legalizando la represión con la “ley Garrote” en Tabasco y el despliegue de la Guardia Nacional en todo el sur del país. Al mismo tiempo, incrementa la violencia estructural hacia las comunidades campesinas, indígenas y afromexicanas, los trabajadores, las mujeres, los jóvenes, los migrantes y todas las personas que el sistema considera “desechables”. Con la mentira de querer erradicar la pobreza del sur de México, el gobierno de López Obrador en pleno contubernio con las mafias empresariales, la delincuencia organizada y los partidos políticos de todos los colores, retoma el viejo sueño de Porfirio Díaz, y los planes de todos los gobiernos neoliberales desde Salinas de Gortari, ofreciendo el territorio nacional al capital global. Con la implementación de los megaproyectos como el mal llamado Tren Maya, la Refinería Dos Bocas, el Corredor Inter- Oceánico del Istmo, el proyecto Integral Morelos, el Nuevo Aeropuerto y sus obras asociadas como la Autopista México-Tuxpan, así como un monstruoso conjunto de proyectos de depredación ambiental, territorial y social con minería, hidroeléctricas, agroindustriales, corredores industriales, gasoductos, oleoductos, fracking, parques eólicos, paneles solares empresariales a gran escala, etc. que forman parte de la infraestructura que se pretende imponer para el saqueo de los bienes naturales 2
(petróleo, minerales, bosques, selvas, viento, ríos, lagos y mares) y la sobreexplotación de mano de obra de nuestros pueblos de México y Latinoamérica para entregar nuestros territorios al gran capital transnacional, destruyendo la biodiversidad y agudizando la catástrofe climática global. Para lograr el viejo sueño del Proyecto Transístmico, el gobierno morenista de AMLO y sus aliados empresariales utilizan verdaderas tácticas de contrainsurgencia: Sus programas asistencialistas individualizados, sus consultas amañadas del mal llamado Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) con líderes cooptados, sus campañas de desprestigio de los movimientos sociales, violando el derecho fundamental a la libertad de asociación y manifestación y sus métodos de condicionamiento autoritario al peor estilo Priísta, transformando sus becarios de “Construyendo el Futuro” en virtuales capataces de las comunidades dentro del programa “Sembrando Vida”. Bajo el manto de morena, resurgen viejos y nuevos cacicazgos en el campo que se benefician de las políticas populistas de este gobierno que de izquierda no tiene nada. En caso de no funcionar estas estrategias, implementan la táctica del terror mediante ataques paramilitares, delincuencia organizada y militarización de nuestros territorios, asesinatos de defensores y defensoras de nuestros derechos y territorios, y una virtual guerra contra las mujeres con miles de feminicidios. Por otro lado, en las ciudades, se entregan los suelos a las mafias de la especulación inmobiliaria, despojando a la clase pobre de la posibilidad de tener una vivienda digna y destruyendo los tejidos sociales urbanos. Asimismo, se desmantela el Sistema de Salud Pública en todo el país y se incumple con la promesa de revertir de fondo la Reforma Educativa. Este es el panorama que enfrentamos después de décadas de neoliberalismo y ocho meses de esta Cuarta Destrucción. Pero nosotras y nosotros no claudicaremos en nuestras luchas, y desde nuestras diversidades seguiremos fortaleciendo nuestras resistencias y rebeldías anticapitalistas y antipatriarcales hacia otros mundos posibles, rompiendo cercos al ejemplo de nuestras hermanas y hermanos Zapatistas y respetando los siete principios del CNI y EZLN. 3
Por lo tanto, acordamos intensificar nuestras luchas de la siguiente manera: En nuestro quehacer cotidiano como luchadores sociales nos comprometemos a: – Como Pueblos Indígenas, fortalecer nuestras culturas, nuestra organización propia, nuestras asambleas comunitarias, nuestras lenguas nuestras espiritualidades, nuestros saberes y memorias colectivas como Pueblos Indígenas – Como pueblos no indígenas, aprender de la experiencia milenaria de nuestros hermanos y hermanas de los pueblos originarios. – Reencontrarnos con la naturaleza y su espiritualidad para fortalecernos en nuestras luchas – Impulsar una campaña continua de información y difusión contra los megaproyectos a nivel nacional e internacional – Revisar, capacitarnos y transformar nuestros pensamientos y prácticas capitalistas y patriarcales en cada uno de nuestros espacios de vida y de lucha – Tejer núcleos y procesos colectivos hacia la autonomía anticapitalista y antipatriarcal desde abajo y difundir nuestras experiencias para sembrar en el imaginario Mexicano otro sistema de vida posible – Propiciar espacios organizativos de mujeres y poner como un tema principal del CNI la lucha contra los feminicidios y la violencia de género. – Construir puentes entre las luchas de los trabajadores y las luchas indígenas – Vitalizar nuestras luchas con los aportes creativos de las artes y generar espacios de compartencia y aprendizajes mutuos y diversos, propiciando el escucha y el diálogo, enriqueciéndonos todos y todas con la participación de las y los jóvenes. Frente a las terribles amenazas contra la vida, nos declaramos en estado de emergencia y hacemos un urgente llamado a los pueblos, organizaciones, colectivos, barrios, y todas las personas conscientes del gran peligro que enfrentamos, acordamos las siguientes acciones colectivas: 1. Realizar una JORNADA GLOBAL de lucha el día 12 de octubre, “EN DEFENSA DE LA VIDA Y DE NUESTROS TERRITORIOS “SAMIR FLORES VIVE”. 2. Participar el 26 de septiembre en la acción global por la presentación de los desaparecidos, contra la violencia hacia el pueblo de México y la militarización 3. Participar el 2 de Octubre en la marcha “2 de octubre, no se olvida” 4
4. Participar el 25 de Noviembre en la acción latinoamericana contra todas formas de violencia contra las mujeres y particularmente contra los feminicidios. 5. Nos suscribimos a la CAMPAÑA GLOBAL “El Istmo es Nuestro» para difundir ampliamente la amenaza del “Corredor Interoceánico”. Exigimos: – En todas las jornadas de lucha y acciones nacionales Justicia por el asesinato de nuestro compañero Samir Flores Soberanes y todos los compañeros y compañeras luchadores sociales asesinados. – Libertad incondicional e inmediata de nuestro compañero Miguel Angel Peralta Betanzos y de todos los presos y presas políticos del país – Aparición con vida de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa y de todos los desaparecidos y desaparecidas del país – Alto a los feminicidios en nuestro país – Rescate de los cuerpos de los muertos de la mina Pasta de Conchos y castigo a German Lorrea, dueño de la empresa asesina Grupo México – Alto al hostigamiento contra el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), contra los movimientos de resistencia contra las altas tarifas de luz, y por el reconocimiento del acceso a la energia electrica como un derecho humano. – Alto a las exploraciones espeleológicas en la sierra mazateca y no al “festival de las cuevas” que pretenden organizar el gobierno municipal y exploradores extranjeros sin acuerdo de las comunidades. Saludamos: – a nuestros hermanos y hermanas zapatistas por la creación de los nuevos caracoles y municipios autónomos – al nombramiento del concejal zoque en Boston, Massachusetts, Estados Unidos Compañeras y Compañeros, lo que nos une es la lucha por la vida. ¡Defendámosla! ¡EL ISTMO ES NUESTRO! POR LA DEFENSA DE NUESTROS TERRITORIOS, CULTURAS Y DERECHOS ¡SAMIR VIVE! ¡NUNCA MAS UN MEXICO SIN NOSOTROS! 5
Crean asamblea de migrantes africanos en Chiapas La asamblea urgió a las autoridades mexicanas a atender a las comunidades migrantes en materia de alimentación, salud, higiene y vivienda. Más de 3 mil migrantes de Angola, Burkina Faso, Camerún, Eritrea, Etiopía, Ghana, Guinea, Conaky, Liberia, Malí, Mauritania, República Centroafricana, República Democrática de El Congo, Senegal y Sierra Leona Togo crearon la primera Asamblea de Migrantes Africanos y Africanas en Tapachula, Chiapas, para exigir el respeto a sus derechos y que las autoridades mexicanas cesen la violencia y la represión contra las comunidades migrantes. Los integrantes de la asamblea explicaron que fueron forzados a salir de sus países de origen por la persecución política, ideológica, religiosa o por pertenecer a un grupo social determinado, así como denunciaron que la mayoría estuvo detenida en la estación Siglo XXI y nunca contó con traductores para leer los documentos migratorios.La asamblea urgió a las autoridades mexicanas a atender a las comunidades migrantes en materia de alimentación, salud, higiene y vivienda. A continuación el comunicado de la asamblea y las organizaciones que la acompañan: LA POBLACIÓN AFRICANA EN TAPACHULA EXIGIMOS RESPETO A NUESTRA DIGNIDAD Y NUESTROS DERECHOS La población de personas de origen africano, obligadas a permanecer en Tapachula, sufrimos una situación humanitaria insoportable en materia de alimentación, vivienda, salud e higiene; así como de discriminación sistemática por parte de las autoridades migratorias. Somos personas desplazadas forzosas que venimos huyendo desde nuestros países para salvaguardar nuestras vidas y acogernos a la protección internacional en Estados Unidos, Canadá o en su minoría, en México, pero hasta el momento, no hemos recibido respuesta clara del gobierno mexicano. Exigimos a los cuerpos de seguridad del Estado que cesen en su violencia y dejen de reprimir nuestra legítima protesta, así como a 6
las autoridades migratorias que resuelvan nuestra situación lo antes posible y detengan su hostilidad. ¿Quiénes somos? La Asamblea de Migrantes Africanos y Africanas en Tapachula representamos a un colectivo de alrededor de 3,000 personas, niñas, niños, hombres, mujeres y familias de diversos países en África: Angola, Burkina Faso, Camerún, Eritrea, Etiopía, Ghana, Guinea Conakry, Liberia, Mali, Mauritania, República Centroafricana, República Democrática de Congo, República de Congo, Senegal, Sierra Leona y Togo. La mayoría de nosotros y nosotras tenemos estudios técnicos, profesionales y algunos también de postgrado. Todas y todos hemos tenido que huir y abandonar nuestros países de origen como única vía posible para sobrevivir. Somos por lo tanto personas desplazadas forzadamente y con necesidades de protección internacional. Estamos en territorio mexicano desde hace meses, y nuestra comunidad cuenta con mujeres embarazadas, bebés, niñas y niños, personas con discapacidad y diversos padecimientos. Desde que dejamos nuestros países, para nosotras la vida ha sido una huida permanente. Sentimos desesperación, desesperanza, miedo, desmoralización, soledad y abandono. ¿Por qué tuvimos que abandonar nuestros países? Nosotros y nosotras sufrimos persecución política a causa de nuestras diversas ideas políticas, identidades socioculturales y pertenencias religiosas. Esta situación amenaza nuestra vida y nuestra integridad. Por ese motivo lo hemos dejado todo. Nuestros países de origen, empobrecidos y sometidos desde las potencias occidentales, a pesar de o quizás a causa de nuestras riquezas naturales, están atravesados por la desigualdad social, la violencia y el autoritarismo. Podemos dar muchos ejemplos trágicos. En la República Democrática del Congo no existen libertades civiles y las personas opositoras al régimen son perseguidas y asesinadas. En Camerún, la descolonización fue sucedida por un escenario de división y sometimiento, en donde la comunidad activista anglófona 7
es perseguida y sometida a detención arbitraria, tortura y asesinato. El sur del país sufre de facto una guerra civil en la que han muerto miles de personas. Congo Brazzaville sufre una dictadura militar de casi 40 años, pobreza y conflictos étnicos. Le guerra civil ha supuesto el encarcelamiento y tortura de miles de opositores. La República Centroafricana atraviesa una guerra religiosa entre musulmanes y cristianos desde 1998, en la que los grupos extremistas se asesinan con machetes. Esta guerra ha sido promovida y sostenida por la dictadura, que se beneficia del conflicto. Como consecuencia directa de la inestabilidad sociopolítica, la pobreza es extrema. En definitiva, cada excolonia tuvo su dictador patrocinado por los países colonizadores, como una forma de mantener el poder y continuar el saqueo de la riqueza. Algunos presidentes que se opusieron a este proceso, como Thomas Sankara, fueron asesinados para volver nuevamente al régimen dictatorial. ¿Qué hemos sufrido para llegar hasta México? Para poder llegar hasta México hemos atravesado cuando menos ocho países con sus fronteras y dos meses de camino. Hemos corrido muchos riesgos, el primero el viaje mismo. Hemos atravesado el océano para llegar a este continente. Hemos caminado miles de kilómetros. La parte más dura fue durante semanas enteras en la selva del Darién, entre Colombia y Panamá. Hemos subido montañas y valles. Hemos cruzado ríos con fuerte corriente. Hemos dormido en medio del lodo, hemos pasado hambre y hemos bebido agua de lluvia para sobrevivir. Hemos visto cuerpos de hermanos migrantes en el camino, muertos de agotamiento, o ahogados en los ríos. La selva es poblada por animales salvajes, serpientes e insectos venenosos. En ese territorio también hay criminales que asaltan a las personas, que violan a las niñas y mujeres, asesinando a quienes intentan resistirse. Muchos y muchas de nosotras hemos perdido todas nuestras pertenencias, incluyendo nuestros documentos oficiales. Hemos atravesado ciudades y poblados sumamente peligrosos. Hemos tenido que escondernos. Hemos sufrido extorsión y amenazas 8
por parte de agentes de las autoridades en Panamá, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México. ¿Cuál es la situación que sufrimos en Tapachula? La mayoría de nosotros y nosotras estuvimos detenidos en la Estación Migratoria Siglo XXI. En ningún momento tuvimos traducción a nuestros idiomas. Nos hicieron firmar documentos que no comprendíamos. Nos dieron un documento hablando de nuestra supuesta apatridia y nos engañaron diciéndonos que con ese documento podríamos viajar sin ser detenidos. Quienes lo intentamos, fuimos nuevamente detenidos y regresados a Tapachula. Nos dijeron que podríamos acceder a la Tarjeta de Visitante por Razones Humanitarias, pero se nos negó finalmente. Muchos entregamos los documentos a la oficina de Regularización Migratoria y después de semanas de espera nos han dado respuesta negativa a la figura de apatridia, por supuestos errores en la escritura de nuestros nombres en el oficio de salida. Errores que fueron cometidos por los propios funcionarios del INM y por los cuales nosotros pagamos las consecuencias. Nos han engañado. Nos niegan la posibilidad de salir de Tapachula, en donde nos sentimos bloqueados y desesperados, así como sufriendo constantes actos de racismo y hostilidad por parte de las autoridades migratorias. Las consecuencias actuales sobre nosotros y nosotras son el sufrimiento y la miseria. Nuestra situación es deplorable y violatoria de nuestros derechos humanos. Al pasar de las semanas nos hemos quedado sin ningún recurso o forma de subsistir. Cientos de familias están en situación de calle, pasando las noches y las lluvias a la intemperie. No tenemos qué comer, muchas personas estamos enfermando, sobre todo las niñas, los niños y las mujeres embarazadas. Si continuamos en esta situación, muchos y muchas de nosotras moriremos aquí. Cuando salimos a las calles a demandar soluciones y derechos, sufrimos más represión por parte de agentes de la Guardia Nacional y Policía Municipal, somos tratados con violencia mientras que las autoridades competentes ni nos escuchan ni nos reciben. Solo nos tratan con desprecio, indiferencia y hostilidad. El día martes 27 9
de agosto, la situación se tornó mucho más violenta no solo contra quienes estábamos protestando afuera de la Estación Migratoria, demandando una respuesta de las autoridades migratorias, hasta golpearon a periodistas cubriendo la manifestación. Frente a esto, el actuar de las autoridades del Estado fue de represión y de agresiones físicas directas, incluso a través de gases lacrimógenos contra las personas y golpes con piedras. Un hermano camerunés a quien un policía federal golpeó con una piedra en la cabeza, perdió la consciencia y tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital con fuerte sangrado de la cabeza. ¿Qué derechos reivindicamos? • Bajo estas circunstancias, la Asamblea de Migrantes Africanos y Africanas en Tapachula, exigimos: • Para quienes necesitamos continuar con nuestro camino hacia el norte, en busca de protección en Estados Unidos o Canadá, que el gobierno mexicano nos permita acceder sin dilaciones a la Tarjeta de Estancia por Razones Humanitarias, para que podamos desplazarnos lo antes posible de Tapachula. • Para quienes necesitamos acogernos a la protección internacional en México, que podamos acceder sin dilaciones al procedimiento de solicitud del reconocimiento de refugio. • Para el conjunto de la población afectada, requerimos de asistencia humanitaria urgente en materia de alimentación, vivienda, salud e higiene, para evitar el deterioro de nuestra salud física y mental, y la pérdida de vidas. • Exigimos finalmente a los cuerpos de seguridad garantizar que no se cometerán más represalias y no se empleará más violencia en nuestra contra por el hecho de reivindicar derechos y expresar nuestras demandas colectivas. FIRMAMOS: Asamblea de Migrantes Africanos y Africanas en Tapachula Formado por mujeres, hombres, niñas, niños y familias originarias de Angola, Burkina Faso, Camerún, Eritrea, Etiopía, Ghana, Guinea Conakry, Liberia, Mali, Mauritania, República Centroafricana, República Democrática de Congo, República de Congo, Senegal, Sierra Leona y Togo. 10
Municipios autónomos y 40 años de resistencia Juan Trujillo Limones - La Jornada 7 de septiembre de 2019
“Nosotros le dijimos claro al gobierno, en 1994, que el pueblo va a mandar en Chiapas”, comentó el indígena tojolabal Aurelio en esa mañana de verano, mientras preparaba la mezcla de cemento para resanar la pared de la escuela secundaria en el municipio autónomo Vicente Guerrero. El pasado 17 de agosto, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) comunicó la creación de siete nuevos Caracoles con lo que conforma cuatro nuevos municipios autónomos. ¿Cómo se comprende este proceso en la historia reciente de Chiapas? Se trata de una realidad que proviene de décadas de trasformaciones sociales que entrelaza la política, la religión y el mundo indígena campesino. Recordarla es entender la autonomía. Entre 1968 y 1978, con el proceso de entrada de la catequesis liberadora en los Altos de Chiapas, se consolidó un movimiento catequístico. La prueba de ello fue la movilización social a partir de las redes religiosas tejidas en las comunidades y la organización del Congreso Indígena de 1974. Los campesinos del movimiento de solicitantes de tierra, autónomamente, conquistaron y defendieron sus derechos a través de la lucha pacífica. La incorporación de extensiones de tierra al régimen ejidal permitió la defensa de la tierra comunal. Así, se establecieron autoridades comunales que, al distribuir tierras, no sólo permitieron la igualdad de derechos, sino también las asambleas para equilibrar a las comunidades ante conflictos internos y externos. Las organizaciones sociales que se formaron fueron dirigidas y muchas veces creadas por algún grupo de catequistas. En otras ocasiones, no necesariamente indígenas religiosos, pero sí altamente politizados y con objetivos y metas definidas. En la zona tsotsil de los Altos, como también en las regiones tojolabales, tseltales, zoques y choles de la Selva Lacandona, la movilización llevó a miles de indígenas a luchar por la tierra en organizaciones como ANCIEZ, OCEZ, CIOAC o Quiptic ta Lecubtesel, a pesar de la represión de rancheros, terratenientes, finqueros y gobiernos a través de sus guardias blancas, policías y ejércitos. 11
Aunque durante las décadas de los años 70 y 80 los caminos institucionales de lucha por la tierra y otras reivindicaciones se encontraban cerrados desde los gobiernos, las movilizaciones de las organizaciones buscaron, en principio, las formas pacíficas y autónomas para mejorar las indignas condiciones de vida imperantes. La respuesta de gobiernos estatales y federales fue aplicar medidas paliativas de contención a las demandas campesinas, y en la mayoría de los casos la contrainsurgencia, represión y encarcelamiento de los religiosos indígenas y líderes sociales. La “opción preferencial por el pobre” fue un esfuerzo radical de la diócesis católica de San Cristóbal para apoyar a miles de comunidades. Los indígenas lo tradujeron como una lucha por la vida que se equilibraba con las ideas de la salvación y liberación. La línea política de los indígenas religiosos, aunque algunos no pudieran o no quisieran ver o intentaran detenerla, estaba trazada hacia la trasformación de las estructuras sociales. Esto requirió que las acciones viajaran más allá de sus fronteras para ingresar a las ciudades ladinas de la región. En las cabeceras municipales y en Tuxtla era donde se encontraban los trámites de regularización, distribución, compra y venta de la tierra. La diócesis tuvo que articular una línea política y adoptó posiciones más radicales para la defensa de los derechos y la recuperación de las tierras. No era una declaración o decisión coyuntural, sino que era una lucha respaldada por el impulso de la lacerante realidad campesina. Las arbitrariedades del gobierno y finqueros eran acciones premeditadas que traían como consecuencia encarcelamientos, ataques y masacres. Desde el gobierno se buscó descalificar a organizaciones sociales y a la diócesis para que abandonaran este camino. Entre 1968 y 1988, la lengua y la cultura indígena fueron los canales con los que la cosmovisión maya interpeló a la diócesis, activistas y guerrilleros. La politización de los indígenas no sólo vino con el impulso del Congreso de 1974, sino también y fundamentalmente con la demanda de tierra y la esperanza por liberarse del poder y dominio del régimen finquero que, aunque degradado, todavía tenía fuertes resquicios. 12
A finales de la década de los años 80 los caminos institucionales se habían cerrado, pues sólo eran filtros que desgastaban las luchas sociales. Para fortalecer a las comunidades, el obispo Samuel Ruiz entendió que era imprescindible contar con diáconos (quienes realizaban casi todo el trabajo sacerdotal). Para 1993, había 7 mil 822 catequistas, 422 candidatos de 2 mil 608 parajes. Poco después, había ya 311 diáconos permanentes y cuyo proceso consolidó el nacimiento no sólo de la iglesia autóctona, sino también actualmente, la autónoma. El levantamiento armado del EZLN en 1994 y la paulatina instalación de municipios autónomos son sólo los efectos de complejas formas de ejercer la libertad y la vida a través de autoridades civiles, ejidales, espirituales y militares, y que provienen de más de 40 años de insubordinación y resistencia popular. El actual amanecer de verano, con siete nuevas Juntas de Buen Gobierno, supone una nueva etapa en la historia indígena de México.
Zapatistas desorientan a la Guardia Nacional en Chiapas Zósimo Camacho - Agosto 28, 2019 - Contralinea
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) rompió un cerco de más de 23 años. La zona zapatista se expandió. Más Caracoles, Juntas de Buen Gobierno y Municipios Autónomos Rebeldes. Sin pedir permiso, los zapatistas salen del perímetro al que estaban confinados. Como dicen, pasaron a la “ofensiva” organizativa. Tal proceso que hoy permite a los zapatistas contar con más comunidades y estructura implicó “años de trabajo silencioso”, como ellos han informado en la palabra del subcomandante insurgente Moisés (https://bit.ly/33CZJsN). Y esta etapa ha concluido justo a tiempo. ¿Ahora quién cerca a quién? En la entrega anterior, informamos de la militarización del sur y el sureste del país, particularmente de Chiapas. Sin que esté concluido aún el despliegue de tropas federales programado, en ese estado ya 13
se encuentran casi 12 mil efectivos (un número muy superior al desplegado en estados donde la violencia entre grupos de la delincuencia organizada cobra vidas a diario, a veces por decenas). Y de acuerdo con un documento dado a conocer por Contralínea hace 4 meses (https://bit.ly/2G48dPS y https://bit.ly/2X8eGQ9), el despliegue final de la nueva fuerza –la Guardia Nacional– se asentará en el corazón del movimiento zapatista y el propio EZLN. Según esa información oficial, ocho de los 12 cuarteles estarán en San Cristóbal de las Casas, Comitán de Domínguez, Huehuetán, Las Margaritas, Ocosingo, Palenque, Pichucalco y Bochil. El cerco militar sobre los zapatistas se estaba estrechando. Además, desde hace algunos meses las comunidades zapatistas han venido denunciando vuelos rasantes e incursiones de elementos del Ejército y la Fuerza Aérea, quienes esparcen versiones de que “ahora sí, ya viene la guerra”… Pero esta ofensiva zapatista ha trastocado el escenario del despliegue militar del gobierno federal diseñado para contener el zapatismo y su “zona de influencia”. Ahora, el EZLN cuenta con 11 nuevos Centros de Resistencia Autónoma y Rebeldía Zapatista (43 en total). Los nuevos caracoles se han instaurado incluso cerca de los cuarteles del Ejército. Estarán en La Unión, Ocosingo; Tulan Ka’u, Amatenango del Valle; Poblado Patria Nueva, Ocosingo; Dolores Hidalgo, Ocosingo; Poblado Nuevo Jerusalén, Ocosingo; Jolj’a, Tila, y comunidad del CIDECI-Unitierra, San Cristóbal de las Casas. Los nuevos municipios autónomos rebeldes zapatistas están en: ejido Santa María, Chicomuselo; El Belén, Motozintla; Tulan Ka’u, Amatenango del Valle, y ranchería K’anal Hulub, Chilón. Luego de 25 años, la militarización del estado fracasó. No sólo no redujo la zona zapatista, sino que ésta se amplió. A pesar de los cuarteles, los vuelos rasantes, los retenes… el zapatismo se ha expandido. El comunicado es elocuente al explicar cómo pudo ocurrir: “Así salimos. El Mandón quedó atrás, pensando que su cerco, cercados nos mantenía. De lejos vimos sus espaldas de Guardias Nacionales, 14
soldados, policías, proyectos, ayudas y mentiras. Fuimos y regresamos, entramos y salimos. Diez, cien, 1 mil veces lo hicimos y el Mandón vigilaba sin mirarnos, confiado en el miedo que su miedo daba. “Como una mancha sucia quedaron los cercadores, cercados ellos dentro de un territorio ahora más extendido, un territorio que contagia rebeldía.” El teatro de operaciones de las Fuerzas Armadas Mexicanas en Chiapas tendrá que ser rediseñado. Al despliegue de Guardia Nacional, Ejército Mexicano, Fuerza Aérea Mexicana y Armada de México ha correspondido ahora un despliegue del EZLN. Se trata de una ofensiva integral, cualitativa. Se reproduce el zapatismo en nuevas comunidades y zonas. Sin poder hacer otra cosa, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que son “bienvenidas” estas formas de organización y gobiernos autónomos. Nada de condena a hechos consumados e irreversibles. Esperemos que diga lo mismo cuando estos Caracoles, como en madrugadas de montes húmedos, broten como hongos en otras partes del territorio nacional, sobre todo en aquellas geografías del Congreso Nacional Indígena.
“Los pueblos indígenas no somos la raíz de México, somos su negación constante” Entrevista a Yásnaya Elena Aguilar - Pablo Ferri Querétaro 9 Sep 2019
Autora de ensayos celebrados por el público y la crítica, la lingüista mixe reflexiona sobre feminismo, indigenismo y la propia identidad frente al Estado Yásnaya Aguilar cuenta que no supo que era indígena hasta que llegó a vivir a la ciudad. Hasta entonces nunca se lo había planteado porque desconocía el mundo en que ellos, su pueblo, Ayutla Mixe, en Oaxaca, en el sur de México, era considerado como tal. “Siento que hay una relación compleja con la palabra indígena”, cuenta Aguilar, lingüista, ensayista y uno de los secretos mejor guardados de las le15
tras mexicanas. “Tiene mucha carga, aunque es verdad que la palabra indio tiene más. Indígena es la versión políticamente correcta de indio. La incomodidad tiene que ver con el hecho de ser categorizado como indígena por los Estados nacionales”. Es ese extrañamiento de ser nombrada por el otro, de existir en cuanto a un otro hasta entonces prácticamente desconocido, lo que empezó a despertar en ella una sensación molesta. De fraude. “Como lingüista me puse a ver si había equivalencias a la palabra ‘indígena’ en las lenguas de México. Y me di cuenta de que en la mayoría no existe. En mixe, por ejemplo, akäts significa no mixe, que puedes ser tú, un japonés o un canadiense”. Es decir, que no hay concepto que nombre al hombre blanco. Está el mixe, están los demás. Y otra incomodidad. Mujer, indígena y feminista, la autora sostiene que “hay una relación compleja entre las mujeres indígenas y el feminismo. La relación con las organizaciones”, dice, “repite a veces patrones colonialistas”. Aguilar no se declara feminista sin antes plantear varios cruces históricos. “El feminismo tendría que plantearse la reflexión colonial, que muchas veces no sucede. En el momento en que se establece el colonialismo, las mujeres, blancas e indígenas, son racializadas. Es decir, si bien antes del contacto las mujeres eran mujeres, con la colonización se convierten en mujeres blancas [y las indígenas]. Y si bien las blancas mantienen una relación de opresión con el hombre blanco, también hay un pacto racial. Eso debe estar claro”. Aguilar se ha erigido en portavoz de su pueblo en un conflicto que dura ya más de dos años. En junio de 2017, un grupo armado secuestró el manantial que surtía de agua a Ayutla. Desde entonces la traen en camiones cisterna. Varios medios en México han apuntado los intereses económicos de grupos como este, ligados al cultivo de amapola. Pero de momento no hay solución. Lo último, en agosto, fue que este grupo dinamitó el sistema hidráulico que transportaba el agua a Ayutla. Hay varias cosas molestas en el secuestro de un manantial. La falta de agua es la más evidente, pero la condescendencia y el racismo de los políticos, dice Aguilar, es peor. No hacen nada, cuenta, porque de puertas hacia afuera el conflicto se vende como un problema entre salvajes. Tal cual. Los pueblos indígenas funcionan de reclamo turístico, pero cuando se meten en política para solucionar sus problemas las 16
cosas cambian. “Pocas veces se nos ve como agentes políticos. Somos usados como una reserva folklórica que justifica cultural y espiritualmente al Estado mexicano”, critica la autora. “Los pueblos indígenas no somos la raíz de México, somos su negación constante. Esto de ser las raíces de México es despolitizarnos, usarnos para justificar algo en lo que nunca participamos, es decir, crear el Estado. Por eso somos una negación”. El año pasado escribió dos ensayos muy celebrados. Bastaba ver estos días a decenas de jóvenes, hombres y mujeres, vitoreándola en las conferencias en que ha participado en el Hay Festival de Querétaro. Uno de los ensayos forma parte de un libro, Tsunami, que recoge las voces de varias narradoras alrededor de la nueva ola feminista, de lo que significa ser mujer en el siglo XXI. El de Aguilar se titula La sangre, la lengua y el apellido. Ahí escribe: “Todas las mujeres indígenas pertenecemos a naciones sin Estado, es el rasgo que nos agrupa bajo la categoría indígena, pero cada Estado determina el modo en que ejerce esta categoría y actualiza la opresión”. La pregunta es evidente, ¿cómo oprimen los Estados? Aguilar, 37 años y una voz velocísima, contesta que de muchas formas. Relata que en Canadá por ejemplo, las indígenas buscan pareja de acuerdo a la sangre. Cuanto más pura sea, más puros serán los hijos y mayores beneficios obtienen del Estado. En México, la indigeneidad se mide por la lengua, la capacidad personal de hablar náhuatl, mixe, zapoteco, maya… “México oprime a partir del mestizaje. Y el mestizaje implica desindigenización de este país”, argumenta. “Se narra como una política racial, lo que es insostenible: ya ahora todas las personas en el mundo somos mestizos. Y si mestizos no es una categoría racial debe ser otra cosa: un proyecto político del Estado mexicano. La lengua es el criterio que más ha usado el Estado para clasificar quién es indígena y quién no. Si tu ves los cálculos, te das cuenta de que en 1820, alrededor del 70% de la población mexicana hablaba una lengua indígena. O sea, esta era la situación después de 300 años de colonialismo español. Con esto no quiero relativizar los estragos del colonialismo, pero el Estado mexicano redujo esa cifra hasta el 6% en poco más de 200 años”. Para la autora, los Estados nacionales actuales están construidos bajo la idea de “homogeneidad lingüística”. Sobre todo después de la Revolución Mexicana, “hubo esfuerzos coordinados para castellanizar forzosamen17
te. Ha sido la política más exitosa del país”. ¿Qué pasó, esa población desapareció? “No, fue adscrita, sobre todo por la escuela, a la ideología nacionalista del mestizaje. Decimos que tú no eres mestiza, eres desindigenizada por el Estado. La opresión opera en este mecanismo. Para el Estado, el éxito es que todos nos identifiquemos como mestizos”.
El capitalismo patriarcal es una fuerza cargada de destrucción Isaura Leonardo - Agosto de 2019
En el libro Nombrar el mundo en femenino. Pensamiento de las mujeres y teoría feminista, de María-Milagros Rivera Garretas aparece una cita tomada de Moderata Fonte en la que esta última piensa en voz alta sobre la fuerza física diferencial entre varones y mujeres. Si ellos son más fuertes, dice Moderata, bien podrían estar a nuestro servicio, y nosotras, débiles, podríamos usar esta carta para tirarnos al ocio como las “patronas” que somos. En realidad no me interesa discutir la fantasía de Moderata Fonte (nombre maravilloso donde los haya), más bien me puso de frente a una paradoja inquietante. Si en efecto la mayoría de los varones son superiores en fuerza física y las mujeres somos en mayoría más débiles, ¿por qué el trabajo de cuidados de casas y personas enfermas o dependientes (bebés, discapacitad*s) ha recaído en quien es más débil? Es decir, aquellas labores para las que los varones fueron socializados y desarrollados corporalmente en la superioridad de fuerzas hace miles de años, como la guerra o la cacería de grandes mamíferos, no son una actividad cotidiana (excepto si eres espartano o luchador de la AAA), mientras que cuidar de la casa, administrar los recursos y atender de las personas dependientes sucede todos los días. Cazar grandes o pequeños mamíferos, por lo demás, nos está costando el planeta. Alguna vez leí que la evolución cultural va un paso delante de la biológica y la histórica crianza de varones proveedores/cazadores recién comienza a empatarse en su aspecto más evolutivo, y por eso pareciera que este estereotipo y sus dicotomías ambiguas (debilidad/ fuerza, proveer/criar) se resisten a dejarse transformar. 18
Quizá nuestra presente confusión generalizada tiene que ver con el replanteamiento de todos los paradigmas que conocíamos hasta ahora, provocados en parte por la revolución cultural que el feminismo y los movimientos de mujeres, así como el de l*s medioambientalistas, vienen empujando. Como víctimas que han sentido sus efectos, a las mujeres, l*s mediambientalistas y comunidades indígenas, por ejemplo, les resultan más transparentes las nocivas dinámicas del capitalismo patriarcal ecocida actual. Hemos llegado a un punto de retorno necesario a cuando los animales y los árboles y los ríos eran sujetos del mismo cuidado que las personas, algo que los mapuche no han olvidado: para vivir junto al cauce de un río hay que pedirle permiso, avisarle, no hay que estar demasiado cerca, el río está vivo y puede ser que las familias se crucen en su camino, eso sería peligroso; o a cuando las naciones del Norte de América vivían en cordial acuerdo de intercambio de cuidados con los bisontes, a quienes llaman la nación bisonte, Tatanka Oyate, y de quienes obtenían, en un sistema ecológicamente equilibrado de cacería, su piel, su leche, su carne. A cambio, cuidaban de su hábitat. Para volver a la dicotomía que estableció las labores en un diferencial sexogenérico, cabría hacernos una pregunta: ¿qué implica la dualidad fuerza/debilidad hoy, aquí y ahora?, política, social, afectiva, económicamente. En la naturaleza fiera, las leonas, se sabe, van por la comida mientras los machos esperan. ¿Qué es ser débil? Según lo interpreta Rivera Garretas, la fantasía ociosa de Moderata Fonte (importante decir que ella existió en el siglo XVI) es una irónica manera de presentar a la debilidad, que sólo puede ser femenina, como un objeto arrojadizo, sin embargo, en la práctica se ha traducido como una ambigüedad que está cooptando en las entrañas del capitalismo a las mujeres, sobre todo a las de clases trabajadoras. Volver al mercado laboral ha significado que miles y miles de mujeres se repartan en dos o tres jornadas de trabajo, una de las cuales, la doméstica, no es remunerada, lo que ha derivado en un agotamiento excesivo y un descuido indolente de su salud física, mental y emocional. En el trabajo doméstico o en el informal las mujeres se parten en pedazos para rendir el día y generar los recursos suficientes (a veces ni eso) y al mismo tiempo sostener sus casas (criar hij*s, atender dependientes, limpiar, etc.). Este círculo vicioso ha provocado también que las mujeres exploten a las mujeres, y que incluso mujeres de clase media baja y baja esclavicen a otras todavía más precarias para que se 19
encarguen de las labores agotadoras del hogar. Precisamos, pues, distribuir los cuidados, pero no solamente, precisamos romper con los modos de hacer del mercado capitalista patriarcal neoliberal ecocida, no permitir la explotación de mujeres por mujeres; de la tierra por las personas; de las personas por el mercado. Esta trama es un proceso largo, lo que explica su arraigo, pues como nos cuenta Marvin Harris, en Vacas, cerdos, guerras y brujas, los varones decidieron hacer la guerra, cazar a las bestias grandes y proveer del alimento y el territorio al clan. Las mujeres, pues, debieron quedarse en “casa” administrando de estos recursos, cuidando de las crías y los animales, de la tierra. Ese proceso implicó el debilitamiento de las mujeres, ya que si los varones irían a la guerra o a la caza, debían comer mejor y más que las mujeres, ese fue el cálculo. Y así se hizo, lo que provocó una práctica recurrente del infanticidio femenino: las madres dejaban morir a las hijas, subalimentadas, subcuidadas siempre. Estos seres viviendo por debajo del pronóstico, serían las cuidadoras no sólo de los varones, sino de la tradición, de las plantas, de la memoria, apartadas de los privilegios de experiencia, existencia y “decibilidad” (para seguir con Rivera Garretas) que inventaron para sí, un conjunto de prácticas y dinámicas que conocemos como patriarcado. En uno de los testimonios que recoge Svetlana Aléxievich en La guerra no tiene rostro de mujer, una excombatiente soviética (de la Segunda Guerra Mundial) cuenta cómo en medio de las devastadas tierras en la frontera con Alemania vieron un potrillo. L*s compañer*s la azuzaron, silenciosamente, para hacer lo inevitable, lo que haría un pelotón que no ha comido ni ha visto comida en semanas. Ella se encarga de matarlo y cocinarlo. Lo que más me interesa es el final de su relato, que ella sentencia diciendo que era el único animal vivo que había visto en la guerra. Pienso entonces en una frase de María-Milagros Rivera Garretas de nuevo: “…las autoras que se separan del régimen de mediación por ellos [varones] impuesto desnutren al patriarcado” [Nombrar el mundo en femenino, p. 33]. Desnutrir al patriarcado, no puedo pensar en una imagen más elocuente; no sacrificar a los potrillos, lo último vivo que ha dejado la devastación de la guerra, para alimentar su institución bélica. Lo sé, no he ido a la guerra, estoy pidiendo demasiado, pero quizá no me refiero a literalmente no alimentar a un pelotón ni en invertir la fórmula “primitva” del infanticidio femenino y dejar de alimentar 20
a los varones-guerreros, sino a la posibilidad de encontrar un modo diferente de relacionarnos, uno no devorador ni autodevorador. Si el ser humano además ha estado en guerra con la tierra, redistribuir los cuidados, reinventar las relaciones de reciprocidad y cuidado mutuo, reinterpretar la dicotomía fuerza/debilidad es un imperativo de nuestra época. No quedan animales grandes para cazar, apenas quedan potrillos en la planicie devastada por la guerra, las mujeres nos agotamos en la trampa capitalista de la doble o triple jornada. Agotan nuestras fuerzas, capitalizan nuestras debilidades. Precisamos no acoplarnos al deseo capitalista de volvernos hiperproductivas a la vez que hipercuidadoras y apartarnos del camino de la relación capitalista-patriarcal con el trabajo, la vida, los cuidados, los afectos y la forma de decir y narrar nuestras vidas. Llegada a este punto me parece que sería mucho más interesante leer a una trabajadora del hogar que a mí, conocer sus rutinas, escuchar cómo cuenta su doble jornada, cómo metaboliza la cotidianidad de dos entornos familiares. A las enfermeras, a las profesoras de preescolar, a las cuidadoras de enferm*s. ¿Cómo cuidamos de las cuidadoras? Tal vez si nos organizamos, tod*s podamos tener acceso a la fantasía de Moderata Fonte, cada tanto, si alguien más, si muchos más cuidan de la manada. Y si de pronto, toda la manada renuncia a la hiperproducción… no sé, tal vez nos veríamos forzados a imaginar otro modo de relacionarnos, de existir, pues. A lo mejor no ya para nosotr*s, sino para l*s que vienen: hablar con la palabra de esos antepasad*s amig*s de los bisontes para que lo escuchen quienes estén por llegar.
Los riesgos de los “acuerdos de paz”
Raúl Zibechi - En Movimiento - 9 septiembre 2019 Casi tres décadas después de la firma de los Acuerdos de Paz en El Salvador, entre el FMLN y el Estado, la situación del movimiento popular y de la izquierda puede definirse como una profunda derrota agravada por la crisis ética de una parte de las dirigencias. Como suele suceder, las cosas se ven más claras abajo y a la izquierda, donde la gente común organizada es capaz de comprender las 21
realidades con mayor profundidad que los intelectuales. La visita a San Francisco Echeverría (Cabañas, El Salvador), durante ocho días en los que convivimos con familias y combatientes que repoblaron este sitio de mil y pico de habitantes, fue la ocasión para repasar en largas veladas y en talleres de formación lo sucedido desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1992. En las décadas de 1960 y 1970, un potente movimiento campesino y estudiantil avanzó sobre el poder de la oligarquía terrateniente y los militares que gobernaron el país durante décadas. La respuesta a las ocupaciones de tierras y a las movilizaciones urbanas fueron balaceras y masacres. Como muestra vale el asesinato de una decena de religiosos, entre ellos el obispo de San Salvador, monseñor Romero, recientemente canonizado por el papa Francisco. La única alternativa posible para los sectores populares fue integrarse a las guerrillas que crecieron de modo exponencial hacia fines de la década de 1970, al punto que pudieron lanzar una potente ofensiva militar en 1981del recién formado Frente Farabundo Martí ara la Liberación Nacional (FMLN). Doce años de guerra tuvieron un resultado esperable: como en Vietnam, los militares asesorados por Estados Unidos y apoyados por Israel, Taiwán, Reino Unido, Argentina y Brasil, entre otros, se dedicaron al exterminio de la población civil, ensañándose especialmente con las mujeres, niñas y niños campesinos que debieron abandonar sus pueblos para deambular por los montes durante años. Como resultado, hacia el final de la guerra había sólo dos fuerzas sobre el terreno: unos 70 mil militares apoyados por una fuerza aérea que bombardeaba las zonas guerrilleras día y noche, y las guerrillas, con un número quizá ocho veces menor, pero con gran movilidad y heroísmo, que los llevaron cerca de la conquista de la capital en la ofensiva de 1989. El empate militar se resolvió con la negociación de la paz, en la cual el FMLN entregó las armas, desmovilizó a sus combatientes y se limitó a hacer política dentro de las instituciones estatales. Aunque consiguió dos veces hacerse con el gobierno (en 2009 con Mauricio Funes y en 2014 con Salvador Sánchez Cerén), hubo cambios apenas cosméticos en la dominación y en el despliegue de la acumulación capitalista. 22
Campesinos y campesinas de San Francisco Echeverría, donde el FMLN cosecha el 80% de los votos, coinciden en criticar a las direcciones. “Nos abandonaron”, dicen algunos. Otros enfatizan que hubo traiciones mayores (como la de Joaquín Villalobos) y otras no tan evidente pero no menos destructivas, ya que no pocos cuadros de la ex guerrilla se volvieron empresarios exitosos dando la espalda a quienes dieron sus vidas. Ahora que el FMLN sufrió una dura derrota (cayendo del 50 al 14% de los votos) y es poco probable que retorne al gobierno en un plazo breve, los sectores populares exigen una mirada a más largo plazo que incluye un balance desde la firma de los acuerdos de paz hace 27 años. Las preguntas se acumulan: ¿Porqué entregaron las armas mientras un ejército de asesinos las conserva? ¿Porqué confiaron en un Estado oligárquico? ¿Porqué abandonaron, de forma simultánea, a los movimientos de abajo y llegaron hasta rehusar manifestarse para evitar “provocaciones” que pusieran en cuestión la supuesta paz conseguida? En suma, porqué dejaron de luchar. Con algo más de profundidad, y desde quien acompaña sin interpretar, quisiera preguntar: ¿Porqué no intentamostransitar otros caminos que no pasen por la guerra o las elecciones, como si fueron dos opciones únicas y excluyentes? ¿Porqué se abandonó la práctica de la crítica y la autocrítica, siendo la única que permite corregir errores? Lo más indignante es que las llamadas izquierdas siguen transitando los mismos caminos que mostraron nula efectividad y, peor aún, daños irreparables a los movimientos anti-sistémicos y a los sectores populares.
Ayotzinapa hoy
Luis Hernández Navarro - La Jornada - 10 de septiembre de 2019 En el camino por la verdad y la justicia en Ayotzinapa no hay líneas rectas. En la era de la 4T, el esclarecimiento de la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos perpetrada hace casi cinco años, trascurre entre avances y retrocesos, entre luces y sombras. 23
El cronograma del caso en la era de Andrés Manuel López Obrador arranca el 25 de mayo de 2018, en Iguala. Ese día, los padres de familia de los jóvenes irrumpieron en el mitin electoral del aspirante presidencial. Habían acordado emplazar a los candidatos de todos los partidos a fijar su posición sobre el caso. Demandaban la creación de un mecanismo institucional extraordinario de investigación que incluyera el regreso del Grupo Independiente de Expertos Internacionales (GIEI) y que se incorporara la ONU al proceso. La respuesta del candidato fue positiva. Allí se comprometió a llegar al fondo del asunto y combatir la impunidad. Anunció que, de triunfar, conformaría una comisión de la verdad dirigida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y coordinada por la ONU, para garantizar el acceso a la justicia de las víctimas, esclarecer el crimen y deslindar responsabilidades del Ejército. En mayo de 2018, se produjo un sobresalto en el caso. Dada la gravedad de las irregularidades detectadas, el primer tribunal colegiado de circuito del 19 circuito resolvió reponer la investigación, resolver las alegaciones de tortura y crear una comisión de investigación para la verdad y la justicia con controles externos, a saber, la representación de las familias y la CNDH, con asistencia de organismos internacionales. El 20 de septiembre, ese tribunal ratificó que la sentencia debía cumplirse. La decisión de formar una comisión de investigación con facultades penales integradas por el Ministerio Público (MP), la CNDH y los representantes de los padres fue algo inédito. El tribunal se basó en algunas jurisprudencias de la Corte Interamericana y el Protocolo de Minnesota. El 26 de septiembre, ya presidente electo, López Obrador se reunió con los familiares de los 43, junto con Alejandro Encinas y Olga Sánchez Cordero. Allí se acordó que el 1º de diciembre, el jefe del Ejecutivo emitiría un decreto para la creación de la comisión de la verdad. Que el nuevo organismo no enfrentaría obstáculos en la investigación. Y que, en la misma participarían la CIDH y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Pero, más allá de los avances, no todo fue miel sobre hojuelas. El equipo de transición gubernamental se negó a que se integrara una comisión como ordenó el tribunal colegiado, es decir, con facultades penales. 24
No obstante que los magistrados explicaron que la comisión de investigación no invadía facultades del MP, pues éste participará y conservará la investigación de los hechos, mientras cada interviniente (representantes de víctimas, CNDH o asistencia técnica internacional) en el marco de sus facultades podrá calificarlos como delitos o como grave violación a derechos humanos, los representantes gubernamentales esgrimieron que la comisión desbordaba las facultades constitucionales del MP. Finalmente se creó una Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia que tiene, en lo esencial, una función política. Encabezada por Alejandro Encinas, subsecretario de Gobernación, realiza un trabajo político para que la instrucción tenga un asidero correcto y las víctimas puedan acceder a la verdad. Participan también, cinco padres de familia, y cuatro ONG que han acompañado el proceso. La comisión, según el abogado Vidulfo Rosales, ha tenido buenos avances. Ya se creó un grupo de acompañamiento técnico por el cual colaborará la CIDH, integrada por los miembros del ex GIEI. Ellos van a colaborar en la investigación en el marco de un convenio que les da muchas facultades. Lamentablemente, hay muy pocos avances en la investigación. La comisión ha incorporado la coadyuvancia internacional, promovido el nombramiento del fiscal y trabajado en terreno. Pero, no le corresponde a ella hacer investigación. Ésta recae en la Fiscalía General de la República. El fiscal especial para Ayotzinapa se nombró hasta junio. La reciente liberación de Gildardo López Astudillo es la última evidencia de que las cosas no marchan bien. Creo –señala Vidulfo–que aquí es donde el proceso tiene su talón de Aquiles. No ha hecho su trabajo. Adicionalmente, la Secretaría de la Defensa Nacional oculta información. No ha puesto a disposición de la investigación los reportes de los que dispone. No se conocen, por ejemplo, los informes de los militares que hicieron labor de inteligencia en Iguala, ni su acervo fotográfico y fílmico. Lo mismo sucede con la Policía Federal. Pese a que integrantes de la corporación participaron directamente en las desapariciones, no se ha brindado la información disponible. A cinco años de distancia, la verdad, justicia y reparación del daño en el caso Ayotzinapa siguen sin llegar. Twitter: @lhan55 25
La Caracola y el color de la tierra Carlos Fazio
En febrero, las mujeres zapatistas anunciaron desde las montañas del sureste mexicano la suspensión del segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, previsto para marzo siguiente en sus territorios autonómicos. Una de las razones esgrimidas fue que ante los “megaproyectos capitalistas de destrucción” de “los nuevos malos gobiernos” (Tren Maya, plan para el Istmo de Tehuantepec, siembra de árboles para mercancía de maderas y frutas, minería, grandes empresas de alimentos) y la reactivación del ataque de los paramilitares, ya no podrían brindarles “seguridad” a las mujeres que asistirían de otras partes de México y del mundo. Afirmaron: “El capitalismo viene por todo y lo quiere no importa a qué costo”. Según el comunicado, los “capitalistas” quieren “destruir” a los pueblos originarios y convertir sus tierras en mercancías, completando “lo que dejó pendiente el Carlos Salinas de Gortari que no pudo porque lo paramos con nuestro alzamiento”. Implícitamente, la expresión “nuestro alzamiento” remite a la insurrección campesino-indígena del 1º de enero de 1994 y al papel de la mujer en la organización político-militar que se dio a conocer como Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). El lapso que va del levantamiento al presente marca una línea de continuidad que enlaza a las comandantas de la época clandestina con las niñas que nacieron en los territorios autonómicos bajo un cerco de aniquilamiento militar y paramilitar, y que hoy son las protagonistas de la resistencia activa ante el renovado embate del gran capital con sus depredadores megaproyectos extractivistas y su guerra encubierta de despojo de territorios y bienes naturales y por nuevos mercados y mano de obra semiesclavizada. Desde entonces, también, la construcción discursiva de la desigualdad de la mujer zapatista transitó de la triple marginación inicial basada en la clase social (pobre), la etnia (indígena) y el género (mujer), derivada del uso del poder en la sociedad (como dominación, represión, exclusión y el prejuicio contra el Otro), a un empoderamiento que se ve reflejado en las condiciones de vida de la nueva generación de co26
mandantas. Cabe anotar que cuando las zapatistas afirman que “su piel es del color de la tierra”, se ve reflejado el respeto hacia algo inseparable de la cosmovisión indígena: la madre naturaleza. A 25 años del levantamiento armado y de las Leyes Revolucionarias de Mujeres de 1994 −que cuestionaban las bases del orden patriarcal en las comunidades indígenas y reivindicaban un “nosotros” femenino dentro de un ámbito “colectivo” que incluía a los hombres−, el discurso de la victimización se ha desarrollado hacia la resistencia y el respeto. La participación de las zapatistas como milicianas, insurgentas y en tareas de comunicación −por ejemplo en la radio, como forma de romper el silencio−, ha producido un nuevo discurso contrahegemónico con eje en dos palabras clave: libertad y dignidad. Así, cuando en su comunicado de febrero de 2019 dicen que les quieren quitar sus tierras para que los turistas vengan a pasear y tengan sus grandes hoteles y restaurantes; o para convertirlas en fincas productoras de maderas preciosas, de frutas y de agua; o en minas para sacar oro, plata, uranio y otros minerales, agregan: “Quieren que nos convirtamos en sus peonas, en sus sirvientas, que vendamos nuestra dignidad por unas monedas al mes. Porque esos capitalistas, y quienes los obedecen en los nuevos malos gobiernos, piensan que lo que queremos es paga. No pueden entender que nosotras queremos la libertad […] No entienden que lo que ellos llaman ‘progreso’ es una mentira; ni siquiera pueden cuidar la seguridad de sus mujeres, que siguen siendo golpeadas, violadas y asesinadas en sus mundos progresistas o reaccionarios […] en territorio zapatista no ha sido asesinada una sola mujer en muchos años. Pero eso sí, dicen que nosotras somos las atrasadas, las ignorantes, las poca cosa”. Añaden que “tal vez no sabemos qué es el mejor feminismo, tal vez no sabemos decir ‘cuerpa’ […] o qué es ‘equidad de género’, porque sólo hablan de equidad de mujeres y hombres (y) sabemos que hay quienes no son ni hombres ni mujeres y que nosotras llamamos otroas […] Lo que sí sabemos es que luchamos por nuestra libertad y que nos toca ahora luchar para defenderla […] no nos alzamos en armas para volver a lo mismo. No llevamos 25 años resistiendo para pasar ahora a servirles a los turistas, a los patrones, a los capataces […] Nuestra dignidad no tiene precio […] Nosotras va27
mos a luchar con todas nuestras fuerzas contra esos megaproyectos. Si conquistan estas tierras, será sobre la sangre de nosotras las zapatistas […] Vamos a recibir luchando (a sus paramilitares y sus guardias nacionales) y a ver si así aprenden lo que son las mujeres zapatistas que no se venden, no se rinden y no claudican”. Tienen claro, también, que la urgencia, hoy, no es Reforma o Revolución, sino, literalmente, la lucha por la vida; la supervivencia. Es decir: resistencia y rebeldía. Por eso, desde diciembre último nació La Caracola, una red de mujeres zapatistas para articular sus luchas contra el patriarcado, el capitalismo y el colonialismo; entendido el patriarcado como un sistema de dominación, depravación, devastación y muerte, que dio origen al sistema capitalista.
Tiempos de peligro: Estado de excepción y guerra mundial
Gilberto López y Rivas - La Jornada - 6 de septiembre de 2019 El libro de Luis Arizmendi y Jorge Beinstein. Tiempos de peligro: Estado de excepción y guerra mundial (Plaza y Valdés/UAZ, 2018), constituye un instrumento imprescindible para el análisis de la actual crisis civilizatoria, que, sin pretensiones apocalípticas, atenta contra la sobrevivencia de la especie humana y la vida en el planeta. Obra de gran calado, desde el pensamiento crítico marxista, constituye una llamada de atención fundada, coherente y provocativa, sobre los destinos inciertos que impone la actual forma de acumulación capitalista. Su reflexión teórica corresponde a lo que los zapatistas identifican con la metáfora de la posta que supera el Síndrome del Vigía, esto es, ver una parte del todo y no percibir La Tormenta. Arizmendi y Beinstein alertan sobre los tiempos de peligro que acechan a la humanidad mediante la tendencia global a estados de excepción y riesgos reales de una guerra mundial. La obra gira en torno a tres temáticas: 1) Tendencia a Estado de excepción en América Latina; 2) Tendencia a Estado de excepción y neofascismo a escala mundial; 3) Tendencia neoautoritaria, lum28
penimperialismo y guerra. Plantea que el capitalismo está radicalizando su relación con la devastación y la violencia, que apuntala una tendencia neoautoritaria para responder a la disputa por la hegemonía mundial, particularmente en América Latina, la región que ofrece resistencias contrahegemónicas al “neoliberalismo” y donde se ha impuesto y radicalizado la acumulación por desposesión, imponiendo el Estado de Excepción como tendencia epocal y golpes de Estado de nuevo tipo. “Mientras la historia de la violencia política destructiva del poder capitalista en el siglo XX dio lugar a 111 golpes de Estado, lo que representa en promedio poco más de uno por año; el siglo XXI lleva ya, al menos 33, lo que arroja una media anual prácticamente del doble”. Aunque en la región latinoamericana, la transición violenta comenzó en Colombia, con el entrecruzamiento de violencia económico-anónima y violencia político-destructiva, esta obra demuestra que México ha ido más lejos con el capitalismo necro-político, por “sus aceleradas formas de acumulación por desposesión con base en la política de muerte y la economía criminal”. La descripción de la coyuntura mexicana durante las décadas en que se impone esta acumulación militarizada necro-política es tan escalofriante como verídica en sus consecuencias para los millones de mexicanos que han sufrido una catástrofe humanitaria, con fuerzas armadas de las más letales del orbe, con miles de ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas, con desplazamientos internos y fuera del país. La obra examina el enorme aparato estadunidense dedicado a la guerra y las tareas de inteligencia, incluyendo paramilitares, mercenarios y agencias privadas en estos menesteres, que, sumando datos ocultos y de expertos, calcula: “un total aproximado global (dentro y fuera del territorio de EU) próximo a un millón de personas combatiendo en la periferia, haciendo espionaje, desarrollando manipulaciones mediáticas, activando ‘redes sociales’, etcétera”. Propone el concepto de lumpenimperialismo para explicar esta orientación clandestina, gansteril-delincuencial, de los aparatos militares y de inteligencia. Lucidamente, los autores cuestionan el ciclo de los gobiernos progresistas “en el que un gobierno popular aumenta los niveles de vida de la clase media, para que luego ella empiece a apoyar a la derecha y ésta destruya a la clase media, desembocando en que la clase media empobrecida vuelva a apoyar a un gobierno popular”. Esto coloca a 29
la región latinoamericana en una encrucijada: la confrontación entre la tendencia neoautoritaria, “que pugna por instalar la acumulación por desposesión en todos sus alcances, y una tendencia contrahegemónica que pretende resistir, pero no va a abrirse paso, remitiéndose puramente al proyecto del Estado liberal como contrapeso ante la violencia planetaria y la crisis épocal del capitalismo del siglo XXI”. La tendencia neoautoritaria plantea un reto ineludible para la izquierda latinoamericana: pugnar por una articulación entre fuerzas políticas estadocéntricas progresistas y movimientos anticapitalistas autogestivos. Estando de acuerdo con esta tesis para casos como Venezuela o Bolivia; para México, exteriorizo un interrogante: ¿qué pasa cuando las fuerzas políticas estadocéntricas no se plantean un proyecto contrahegemónico con respecto al poder planetario imperialista, ni en relación con la recolonización neoliberal de los territorios? El libro Tiempos de peligro no es una obra desencantada. Formula que el gran reto de la izquierda internacional es: “convertir tiempos de peligro en tiempos de oportunidad”. Recomiendo su lectura cuidadosa y su debate, con el objetivo de actuar contra el neofascismo, con la entrega y el amor a la vida de los y las combatientes antifascistas del pasado.
Silencio por Francisco
Gustavo Esteva - La Jornada - 9 de septiembre de 2019 Pareciera que en estos días se dijo todo lo que había que decir por Francisco Toledo. Pero él prefería el silencio. Ha estado haciendo falta en nuestras reacciones. Estará, seguramente, escandalizado y hasta molesto. Ha pasado en estos días lo contrario de lo que quería. Sentía aversión profunda a todas las formas de la exhibición y rehuía con rigor los reflectores. Los padecía ansiosamente cuando no quedaba otro remedio y tenía que exponerse a ellos como parte de una función que debía cumplir. Ahora no hay forma de que se los pueda quitar de encima. Jamás perteneció a la sociedad del espectáculo que hoy define el estado de cosas. Le cayó encima la fama, literalmente. Nunca la 30
buscó. A menudo le pesaba como una cruz y trataba ansiosamente de escapar de las consecuencias que su obra traía. Su obra y su vida. Como se ha dicho hasta el cansancio, su obra está ya inscrita en el registro mundial de la creatividad humana. Seguirá hablándose de ella, porque habrá siempre nuevos ángulos que celebrar y sobrarán pretextos para darle el lugar que merece. Sobre su vida, empero, queda aún mucho por explorar. A menudo pienso que resulta aún más importante lo que calló que lo que dijo. Sabía que el silencio es i ngobernable. Hace unos 30 años cayó sobre Oaxaca una plaga de bárbaros. Tanto los gobernadores como los presidentes municipales de Oaxaca, todos ellos, uno tras otro, se caracterizaron por la corrupción, la incompetencia y la irresponsabilidad. Todos se distinguían especialmente por un mal gusto atroz. Uno tras otro procedieron al destrozo de una de las ciudades más bellas de México y del mundo. En algunos casos la destrucción es ya irreversible, pero no han logrado acabar con ella. Aunque hubo unos peores que otros, ninguno se salva. Y siguen en la tarea, como si quisieran realmente que nada quedara de este prodigioso lugar, que ha resistido heroicamente esa agresión tan persistente. Como si no hallaran cómo afearla más… A lo largo de estas décadas, Francisco estuvo siempre en la primera fila de la lucha para salvar la ciudad. Luchó en la calle, en su casa, en el alarido, en el aire y en el fuego. Y se callaba. Sus silencios fueron muchas veces d emoledores. Con el silencio, venía también su prodigioso sentido del humor, que unas veces brotaba en una suave ironía y otras veces estallaba en sólida carcajada. Reía hasta con sus bellos ojos tristes. Y aventaba la risa sobre burócratas y funcionarios y contra todos los hombres de poder. Recorre su obra una inmensa hilaridad, la que le provocaban las barbaridades de arriba, las que destrozaba con un golpe de pincel, y la que provocaba en cuantos veían lo que decía… sin decirlo. Se resiente ya su ausencia en la campaña que pronto empezará en Oaxaca para salvar lo que queda de la ciudad. Esperaba ya que le trajeran las letras y las fotografías que le darían forma y sentido a lo 31
que se quería hacer, mostrando con rigor lo que ya habían cometido los bárbaros y lo que amenazaban ahora con destrozar. Anticipaba ya alguna forma de tomar parte… aunque sabía que no tenía ya las fuerzas ni el tiempo… Amaba mucho su tierra y las cosas que su tierra tenía. Amaba tiernamente el maíz. Salió incesantemente a defenderlo de la agresión continua que sufría. Es interminable la colección de historias que pueden contarse de lo que hizo para defenderlo. Como es interminable la colección de sus gestos llenos de coraje-rabia y de coraje-valor ante las injusticias cotidianas y ante muchos otros horrores. Nunca dejó de usar las manos. Hasta el mero final. Con ellas empezaba el día y con ellas lo terminaba. Manos que cambiaban de oficio, según el humor y la pasión del momento, pero que siempre eran una peculiar expresión de la forma en que sentipensaba. Algunas de sus obras supremas envuelven puntillosamente el dolor en una pasmosa carcajada. Vivió escondido. Era fascinante verlo caminar por las calles del centro de Oaxaca, a la vista de todos y de ninguno, como sin darse cuenta, profundamente escondido. Se sentía invisible y le inquietaba que le echaran encima la luz y lo interpelaran, cuarteada la coraza en que se protegía. Callemos, como él hacía. Silencio por Francisco Toledo. El nuestro no se escuchará tanto como el suyo, pero al menos se verá que seguimos en su escuela y que a nuestro modo lo hacemos perdurar. Desde hace años se preparó para irse. Sabía bien que el arte de vivir sólo puede serlo cuando se domina el arte de morir. Y lo dominaba. Lo podíamos ver en pinturas y cerámicas y esculturas, porque sabía jugar con la muerte, hacerla suya, incorporarla en sus obras, convertirla en protagonista. Sin faltarle al respeto, reía con ella y de ella. La trataba con familiaridad, como vieja conocida. Y de verdad la conocía. Porque la cara triste que tenía, que nunca pudo abandonar, reflejaba con claridad las muchas muertes que había vivido. gustavoesteva@gmail.com
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CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 11 de Septiembre de 2019