CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 14 de julio de 2021
Ante la guerra
Gustavo Esteva - La Jornada - 12 de julio de 2021 La guerra se hace cada vez más intensa y agresiva, especialmente contra los pueblos indígenas y las mujeres. ¿Hay algo que podamos hacer? Hablar hoy de guerra no es figura retórica ni se refiere a la condición normal, propia del capitalismo, en que siempre existe una guerra de clases. Tampoco es una guerra “típica”, con protagonistas identificados y propósitos explícitos. Los perfiles, las estrategias bélicas y hasta los objetivos de quienes libran esta guerra son difusos. Una buena descripción de sus rasgos peculiares se encuentra en el libro de Rita Segato, que analiza uno de sus capítulos: La guerra contra las mujeres. (https://www.traficantes.net/sites/default/ files/ pdfs/map45_segato_web.pdf ). Esta guerra tiene en todas sus instancias carácter patriarcal, pero adopta diversas formas y estilos, según se trate de mujeres, defensores de derechos o territorios, periodistas o pueblos indígenas. Aunque esos parecen ser los principales blancos, se dirige también contra muchas otras personas y grupos. Quienes la han desatado actúan como una banda criminal… pero no lo son. Uno de sus peores rasgos es que nadie está a cargo, nadie aparece como responsable. Hay articulaciones extrañas entre corporaciones, gobiernos, cárteles y muchos otros agentes de esta guerra. Algunas personas se sienten dueñas de un territorio o de algún dispositivo, al ejercer en ellos poderes concretos; por ejemplo al gobernar un país o región o encabezar un cártel. Más temprano que tarde topan con su límite. Forman parte de una maquinaria que escapa al control de sus operadores. La degradación moral de esos grupos dominantes es cada vez más clara. Rasgos propios del patriarcado o al capitalismo se acentúan. La irresponsabilidad característica del agronegocio y de casi todos los productores industriales de alimentos, por ejemplo, ha llegado a extremos sorprendentes. Enferman y matan diariamente a millones de personas. Lo saben bien, como lo saben 1
quienes producen fármacos y tratamientos que también enferman y matan. Su acción, como la de muchos otros que realizan actividades semejantes, ha llevado las condiciones de vida de la mayoría a un deterioro insoportable. Al concentrar la atención general en las muertes atribuidas al virus, como si fuera lo que más debería preocuparnos, gobiernos y medios siguen cultivando el temor que usan para controlarnos y disimulan u ocultan lo que pasa en la realidad, esa realidad en que mueren más personas de hambre que de Covid. En México, la intensificación de la guerra es cada vez más evidente. No sólo se mantiene la cifra atroz de más de 10 asesinatos diarios, que nos hace el país más violento del mundo. Es el aumento cotidiano de agresiones contra pueblos enteros en que los tres niveles de gobierno son cómplices o participantes, por acción u omisión. La situación en Chiapas, especialmente en el área colindante con las comunidades zapatistas, ha llegado a nuevos extremos. Hay violencia generalizada en Simojovel, Chenalhó, Chalchihuitán, Aldama, Venustiano Carranza, Chilón y, especialmente, Pantelhó. El asesinato de Simón Pedro, ex presidente de la mesa directiva de Las Abejas, ha suscitado ya reacción internacional. Se multiplican condiciones semejantes en otras partes del país, a menudo asociadas con concesiones mineras o intereses corporativos, con el respaldo de autoridades de los tres niveles. Las amenazas al Café Zapata Vive, de clara importancia real y simbólica en la Ciudad de México, ilustran bien el carácter de estas olas de violencia. ¿Qué hacer ante la guerra? Quizá lo primero sea rechazarla, que no es lo mismo que negarla. Lo más importante sería sanar de la forma en que nos ha infectado por dentro, trayendo a nuestras interacciones ánimo violento y competitivo. Necesitamos reconocer que contamina lo que somos y hacemos y genera un ánimo rijoso que se extiende. Hace falta definir con claridad nuestro espacio, nuestro territorio, el ámbito comunal que en verdad nos pertenece, aunque sea sólo nuestra casa o lo que construimos con un par de amigos, si no tenemos 2
nada más. Es el ámbito en que podemos organizar la defensa y mantener a raya a los guerreros. En paralelo a la violencia, se multiplican por el país ejemplos en que personas decididas y valientes se organizan para impedir que la guerra los destruya u ocupe sus espacios. Tejer esos espacios puede ser la clave de la respuesta. Nadie puede detener esa guerra salvaje e insensata, que destruye por igual a la Madre Tierra y al tejido social. Pero es posible, en cierta medida, sustraernos de su impacto y prevenir su enraizamiento entre nosotros. Aunque parezca insignificante, es antídoto eficaz. No se trata de juntar fuerzas militares, económicas y políticas equiparables a las de quienes libran esta guerra interminable para enfrentarlos con sus mismas armas, a su estilo. Se trata de cuidar la vida, no de cultivar la muerte, reconstruyendo desde abajo una sociedad que al disolverse genera una fiebre atroz de violencia. Hemos de hacerlo en el espacio a nuestro alcance, donde nos encontramos, para tejernos desde ahí con quienes anden en lo mismo, no en el territorio del enemigo. gustavoesteva@gmail.com
Chiapas, de paramilitares a crimen organizado Luis Hernández Navarro - La Jornada - 13 de julio de 2021
El exitoso empresario guerrerense Antonio Laredo Donjuán y su esposa Mercedes Barrios Hernández se fueron a vivir en 2013 al modesto municipio de Pueblo Nuevo Solistahuacán. Venían de Cuernavaca. Adquirieron una enorme residencia, pusieron prósperos negocios y amistaron con políticos y policías estatales. Solistahuacán significa en lengua náhuatl: lugar de los que tienen armas de pedernal. Está enclavado en las montañas del norte de Chiapas. Sus terrenos son accidentados. Se venera al Señor de Esquipulas y abundan feligreses de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Habitan allí unas 30 mil personas, casi la mitad indígenas. Más de 50 por ciento de los pobladores viven en pobreza e xtrema. 3
A pesar de ello, don Toño y doña Meche pusieron un negocio de coches de lujo y adquirieron múltiples ranchos, sin reparar en su precio. Él se hizo buen amigo de los alcaldes de la región. Financió campañas electorales en los municipios de Rayón, Tapilula, Jitotol, Solusuchiapa, Juárez, Pueblo Nuevo, Rincón Chamula, a cambio de que le dejaran nombrar a los mandos policiacos. Políticos y responsables de la seguridad pública, municipales y estatales, se daban una vuelta por su hogar para “saludarlo” (https://bit.ly/3equCYL). Pero, cinco años después de establecidos en ese rincón de Chiapas, fueron apresados. Desde 2008 los buscaba la Interpol. La solicitud vino de Estados Unidos. La Oficina de Control de Activos (OFAC) del Departamento del Tesoro del país vecino designó a los Laredo como integrantes del crimen organizado, dedicados a la producción y distribución de heroína desde México hacia el país vecino. La introducían en baterías y parachoques de vehículos, así como en latas de frutas y verduras, y la trasladaban a Filadelfia, Chicago, Nueva York, Candem y Nueva Jersey. Antonio, según los estadunidenses, era el principal coordinador del grupo. Su esposa Mercedes fue acusada de hacer llegar a México el dinero de las ganancias de las ventas. Entre 2013 y 2018 el matrimonio Laredo Barrios operó impunemente, desde un humilde municipio chiapaneco, una poderosa red de narcotráfico. Su riqueza y poder eran inexplicables a los ojos de todo mundo. Pero eso no importaba. Florecieron al amparo de una vasta red de impunidad y protección, y de operadores que expoliaban y sometían a las comunidades indígenas de la región. Fueron detenidos por petición estadunidense, que solicitó su extradición (https://bit.ly/3hA398W ). Uno de los grandes amigos de don Toño era el alcalde de Pueblo Nuevo Solistahuacán cuando la pareja llegó a vivir al municipio: el entonces perredista (y hoy miembro del Partido Encuentro Solidario) Enoc Díaz Pérez. La trayectoria de Enoc parece sacada de un manual de vidas ejemplares. En dos ocasiones estuvo recluido en el penal del Amate. 4
En 2008 fue señalado como jefe de la banda delictiva Los Cacheros, acusada de asesinar a tres policías estatales y a uno federal. Los uniformados se atrevieron a capturar a los hermanos Díaz Pérez, acusándolos de violar a una joven del poblado. Horas después, fueron rescatados de la prisión por un grupo armado. Los agentes pagaron con su vida el desafío. Cuatro años después, en 2008, Los Cacheros se convirtieron en Los Diablos. Se dedicaban a someter poblaciones rebeldes con armas de fuego y a irrumpir en fiestas patronales o católicas (https://bit.ly/3hYd0Eq). Pese a sus relaciones, en enero de 2015, Enoc fue inhabilitado por el Congreso del estado cuando él y sus hombres golpearon y sacaron de un restaurante a varios empresarios. Para su infortunio, cayó en desgracia del poderoso secretario de Gobierno de aquellos años. El alcalde fue acusado de tortura, privación ilegal de la libertad, abuso de autoridad y asociación delictuosa. Para ese entonces, se había construido ya una enorme casa. La historia del arresto de los hombres de empresa podía ser parte de una novela de terror. Llegó a los oídos de Enoc que los empresarios lo habían acusado de traer vehículos chocolate. Encolerizado, los mandó detener. Sus captores les anunciaron que serían ejecutados y sus cuerpos quemados. Después, fueron llevados a un auditorio donde, ante 300 personas, el edil los acusó de ser “enemigos del pueblo” y de “obstaculizar el desarrollo del municipio” (https://bit.ly/3wyoZ0A). Díaz Pérez creó en el camino un movimiento de corte paramilitar, al que bautizó “Proyecto Amigo Revolucionario No. 7” y trató de expandirlo en los municipios vecinos. Impuso el control de las comunidades con ejecuciones y desplazamientos forzados silenciosos. Así sucedió, por ejemplo, en 2019, en el desplazamiento de pobladores de San Pedro Hidalgo, municipio de San Pedro Duraznal. Al día siguiente, el grupo paramilitar quemó casas, saqueó pertenencias y ocupó las tierras de las comunidades San Pedro Hidalgo y San Pedro la Grandeza. (https://bit.ly/3kbw30C). Estos casos son sólo parte de muchos más. 5
Aunque siguió en control violento de las comunidades, Enoc reapareció en los pasados comicios como candidato a alcalde del PES. Faltando unos días, un comando asesinó a cinco militantes del PRD que transportaban paquetería electoral. Según un testigo, los integrantes del grupo armado dijeron que eso les había pasado por no acatar órdenes de Díaz Pérez (https://bit.ly/3eaiLhf ). Curiosamente, Enoc fue nombrado asesor en el ayuntamiento de Pantelhó por el grupo delictivo que controla violentamente el gobierno local. Historias como las de los Laredo y Enoc Díaz Pérez muestran la mutación y asociación de paramilitares y crimen organizado con protección gubernamental en Chiapas, que avanza contra los pueblos organizados que defienden su autonomía. Sus armas están hechas con mucho más que pedernal. Twitter: @lhan55
Pantelhó, narcoparamilitares y autodefensa indígena
Luis Hernández Navarro - La Jornada - 11 de julio de 2021 A Simón Pedro Pérez López lo ejecutaron en el mercado de Simojovel, Chiapas. El crimen fue obra de un profesional. Desde una motocicleta en movimiento, un sicario le disparó un certero balazo en la cabeza. Impotente, ese 5 de julio, su hijo vio cómo su padre se desangraba en el piso hasta que perdió el último soplo de vida. Indígena tsotsil de 35 años, padre de siete hijos, Simón era catequista de la parroquia de Santa Catalina, en Pantelhó. En 2020 presidió la mesa directiva de la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal, a la que pertenecen las víctimas de la masacre paramilitar del 22 de diciembre de 1997, en la que fueron salvajemente ultimadas 45 personas que oraban en una capilla. También formaba parte del Congreso Nacional Indígena (CNI). 6
Era un hombre de bien, entregado a la defensa de los derechos humanos y a demandar justicia. Recién había denunciado los atropellos sufridos por los pobladores de Pantelhó a manos de un grupo narcoparamilitar dedicado a traficar drogas, migrantes y armas, así como a robar automóviles. Apenas unos días antes de su homicidio, el 26 de junio, autoridades comunales y agentes del municipio presentaron a la secretaria de Gobierno de Chiapas, Victoria Cecilia Flores Pérez, un documento que da cuenta detallada de las relaciones de las autoridades locales con grupos criminales. El que controla la presidencia municipal de Pantelhó posee el membrete del PRD. No es un fenómeno nuevo. Sin ser el único caso, tiene años que el partido en la entidad ha servido a los paramilitares (https://bit.ly/3yEDilR). Ganó hace tres años, de la mano de Santos López Hernández, quien posteriormente fue apresado por el delito de abuso sexual en contra de dos mujeres, funcionarias de ese ayuntamiento. En su lugar se nombró a Delia Janet Velasco Flores, esposa del alcalde electo en los pasados comicios con las siglas del sol azteca, Raquel Trujillo Morales (él asegura que se divorciaron hace seis meses https://bit.ly/3yJwMdo). En 2019, Raquel fue acusado por los habitantes de usurpar funciones como síndico municipal, asaltar ciudadanos y desviar más de 3 millones de pesos de las arcas en su beneficio, en asociación con el tesorero. Desde entonces, está asociado a los hermanos Rubén y Daily Herrera para amedrentar violentamente a quienes se le opongan (https://bit.ly/3r05hto). El patriarca del clan, Austreberto, está en la cárcel por asesinar a dos personas en el municipio en abril de 2015 (https://bit.ly/3hXCcuy). En 2002 se quiso autonombrar para ser juez local. Fue él quien abrió la puerta al crimen organizado. El caso de Simón Pedro no es el único de un integrante de la Sociedad Civil Las Abejas ultimado en Pantelhó. En 2015, los criminales asesinaron al catequista Manuel López. No obstante que la fiscalía de Chiapas supo del hecho, no hubo avance alguno en la investigación ni se castigó a los culpables. 7
Con el apoyo de pistoleros de Campeche, Veracruz y Sinaloa, este grupo ha conquistado el control territorial por medio del terror, asesinatos, desapariciones, robos, despojos y desplazamientos forzados, portando armas y explosivos de uso exclusivo del Ejército mexicano. No es ajeno a la organización criminal que opera en Chenalhó (https://bit.ly/2TMWejF) y al cártel de Chamula. La violencia desatada por ellos dentro del municipio se exacerbó en el marco de la pasada contienda electoral. El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas documentó el asesinato de 12 personas, un niño incluido y una más desaparecida, desde marzo de este año. Un sinnúmero de pobladores han sido desplazados ante el miedo y el riesgo de perder la vida. Retenes, bloqueos e incursiones de los grupos armados, en compañía de elementos policiales, son un hecho cotidiano. Diversos testimonios han dan dado cuenta de que vehículos de la Guardia Nacional han sido conducidos por integrantes del grupo delincuencial (https://bit.ly/3e0nQZu). En medio de ese clima de coacción, 11 parroquias tsotsiles de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, encabezadas por el padre Marcelo Pérez Pérez, demandaron posponer las elecciones este 6 de junio en este municipio. “Hay un silencio en la cabecera municipal de Pantelhó. Nadie quiere decir nada. De las comunidades no salen porque temen ser asesinados”, advirtió tras una reunión de agentes de pastoral. Pero nadie escuchó su advertencia. El padre Marcelo no fue el único en prevenir el peligro que acechaba. Nos preocupa –observaron los obispos de Chiapas– que algunos grupos de poder, ligados a actividades delincuenciales se infiltran en los partidos políticos. La gota que derramó el vaso en la región fue el asesinato de Simón Pedro Pérez López y el hartazgo con el pacto de impunidad institucional que protege al grupo criminal. Dos bombas de manufactura casera fueron encontradas en el domicilio de los asesinos del catequista en la comunidad Nuevo Israelita. Colocados en una situación límite, el 7 y 8 de julio la Autodefensas para la 8
Vida de Pantellhó El Machete confrontó a los narcoparamilitares y ocupó la cabecera municipal para defender su vida. En este contexto, un convoy de soldados y policías fue atacado a balazos cuando retiraba un bloqueo carretero. El conflicto se exacerbó. Centenares de indígenas tsotsiles buscaron refugio en lugares seguros. La cabecera municipal de Pantelhó se volvió un “pueblo fantasma”. Habitantes del vecino municipio de Cancuc bloquearon salidas y entradas. Más de dos mil personas están desplazadas en la región. La pretensión de tender un “cordón sanitario” para aislar al zapatismo y las luchas indígenas por la autonomía utilizando al narcoparamilitarismo hizo crisis. Twitter: @lhan55
La violencia vuelve a Acteal
Gloria Muñoz - La Jornada - Los de abajo - 10 de julio de 2021 Las imágenes las conocemos: hombres, mujeres, niñas, niños y ancianas tsotsiles de Los Altos de Chiapas huyen de la violencia con costales en la espalda. Llevan lo indispensable: tostadas, algo de ropa, un poco de trastes, una cobija. Dejan techo y tierras, llevan el terror por los disparos. Un hombre carga a una anciana en la espalda, otros toman de la mano a sus hijos, mientras los perros siguen sus pasos. Son las imágenes que vimos hasta el cansancio antes de la matanza de Acteal de aquel 22 de diciembre de 1997. Pero éstas son del 8 de julio de 2021. Y, como antes, la omisión –por decir lo menos– del Estado mexicano es lo que permea. Nadie impide las balaceras, las amenazas, el hostigamiento permanente ni la muerte. Por eso huyen. Acteal vuelve a estar en la mira. Las actuales amenazas del crimen organizado son contra pobladores de Pantelhó e integrantes de la sociedad civil Las Abejas de Acteal. El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas lo explica: “Se han pre9
sentado enfrentamientos armados entre los límites de Pantelhó y Chenalhó, Chiapas, suscitados entre un grupo que se organizó para defender al pueblo del crimen organizado”. Añade que en los medios de comunicación se ha tergiversado la información al criminalizar al grupo defensor de los pueblos, denominado “Los Ciriles” que, por el contrario, “ha reaccionado para defender y proteger la integridad de las familias”. El crimen organizado, denuncia el Frayba, está ubicado aproximadamente a 2 kilómetros de la sede de Las Abejas de Acteal, donde se encuentran 120 personas refugiadas en La Casa de la Memoria y La Esperanza, ante el inminente riesgo de un ataque armado. Pero seis familias, aproximadamente 27 personas de Las Abejas, decidieron quedarse en Pantelhó. “El Estado mexicano ha hecho caso omiso, tolerando y permitiendo la acción de la delincuencia organizada, lo que ha producido una escalada de violencia poniendo en riesgo la vida y la integridad de las personas, quedando impune el grupo criminal”, declara el centro de derechos humanos, al tiempo que exige una acción inmediata para impedir más muertes. ¿Qué más tiene que pasar para terminar con esta barbarie? losylasdeabajo@yahoo.com.mx
El narco poder contra un defensor comunitario Abel Barrera Hernández - La Jornada - Montaña adentro 10 julio 2021
Don Juan Pérez Gómez junto con el padre Marcelo han trabajado con ahínco en las comunidades de Pantelhó y con la Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal, para sanar las heridas de la masacre de Acteal y reconstituir la vida comunitaria. Don Juan, un hombre de fe que se forjó en el campo y que como catequista le ha apostado a la reconciliación comunitaria, promovió 10
en su hijo Simón Pedro ese espíritu de lucha y de persistencia para no sucumbir ante las agresiones sistemáticas del ejército, los paramilitares y ahora por el crimen organizado. En este ambiente bélico, los grupos de la delincuencia organizada se han transformado en los ejecutores de las acciones delincuenciales promovidas por grupos políticos de la cabecera municipal de Pantelhó. En todo momento se han empeñado en destruir a quienes denuncian y ahora a la organización de Las Abejas de Acteal, intentado despojar de sus tierras. La gente identifica muy bien quiénes son sus jefes políticos. Sabe que el grupo del PRD, que ha ostentado la presidencia en los últimos trienios, se coludió con el crimen organizado para controlar el municipio causando terror entre las comunidades indígenas. Crearon grupos de choque para impedir la organización de las comunidades de manera autónoma. En el pasado proceso electoral se alentó la confrontación al grado que propiciaron un enfrentamiento con comuneros indígenas de San José Tercero. Aprovecharon la división que hay en esta comunidad, para que elementos de la delincuencia contaminaran los manantiales de la comunidad con el fin de causar daños severos a la población. Esta acción criminal provocó la reacción de la comunidad que salió al paso para defenderse. Se dio una confrontación armada, que duró varias horas, sin que las autoridades intervinieran. Lo insólito fue la inacción del ejército que se encuentra a menos de medio kilómetro de San José Tercero. Hasta la fecha se desconoce el número de muertos que hubo de cada grupo, y solo se sabe que fue en abril pasado. Las elecciones estuvieron controladas por gente de la delincuencia vinculadas con el Partido de la Revolución Democrática y la presidencia municipal. A pesar de que las varias comunidades no simpatizan con los partidos políticos, la compra del voto y el amedrentamiento, doblegaron a varios ciudadanos y ciudadanas, que le dieron el triunfo a quienes usurpan el poder. Este clima 11
de violencia ha fragmentado y debilitado a las comunidades que resisten y que son el blanco de ataques, por atreverse a construir procesos autonómicos para defender los derechos del pueblo. Desde la masacre de Acteal, donde fueron asesinadas 45 personas más cuatro aún no nacidos, el 22 de diciembre de 1997, es una herida que sigue desangrando a las comunidades, por falta de justicia y por la guerra que el gobierno les ha declarado a quienes simpatizan con el proyecto autonómico de los zapatistas. Con la sangre de los mártires de Acteal se fortaleció la organización de Las Abejas que, a más de dos décadas, han podido construir una red de 27 comunidades de los municipios de Chenalhó, Pantelhó y Simojovel. A través de su organización pacifica, sus integrantes nombran en asamblea a compañeros y compañeras que tienen un compromiso claro con la construcción de la Otra Justicia-Lekil Chapanel. Es ejemplar el trabajo que realizan las mujeres artesanas, los promotores y promotoras de salud, las y los jóvenes que trabajan en el campo de la educación. Es muy valiosa la capacidad que han demostrado estudiantes para elaborar materiales de comunicación y dar a conocer la situación que enfrentan como comunidades asediadas por agentes del Estado, en contubernio con grupos del crimen organizado. También las mujeres han sabido administrar la caja de ahorros y varias jóvenes, además de desarrollar actividades artísticas, realizan talleres para promover los derechos humanos y la no violencia entre las comunidades. Han encontrado en el trabajo comunitario, la clave para alcanzar resultados que dignifican la vida de las familias. La Mesa Directiva es el eje que articula todos estos esfuerzos, por eso las compañeras y compañeros escogen a las personas más idóneas. Simón Pedro, hijo de Juan Pérez Gómez, desde pequeño siguió los pasos de su papá como catequista y como un defensor de la comunidad. Siempre reconocieron en Simón a un joven decidido para impulsar la organización comunitaria. No solo tenía el don de la palabra, sino el carisma para convocar y unir a las diferentes comunidades que forman parte de Las Abejas de Acteal. Le apostó al trabajo comunitario para fortalecer a los diferentes equipos que 12
le dan vida al proyecto autonómico. Siempre tuvo respuestas firmes ante las amenazas de los narcos y los políticos. En lugar de confrontarlos optó por trabajar al interior de las comunidades y generar formas de resistencia pacífica para no caer en la provocación. La ausencia de las instituciones del Estado ha sido parte de esta guerra silenciosa, que busca desmantelar a los procesos construidos desde la base comunitaria y articulados a esta red de comunidades zapatistas. No ha cambiado la estrategia del gobierno federal de mantener al ejército dentro de los territorios en resistencia, para vigilar y ejercer presión, a través de grupos de choque con el fin de diezmar los esfuerzos de las comunidades zapatistas. El artero asesinato de Simón Pedro forma parte de esta cadena de crímenes del narco poder, que se han suscitado desde la masacre de Acteal. No solo han sumido en el olvido a estas comunidades que luchan contra el coloniaje, sino que el gobierno les hace la guerra y se colude con los partidos políticos y los grupos del narcotráfico, para asesinar a quienes organizan y defienden a las comunidades indígenas. En la región de los Altos de Chiapas se ha normalizado la violencia y se ha adoptado la estrategia de guerra de contrainsurgencia como una forma de gobierno. La consigna es continuar con las políticas etnocidas, sembrando terror y derramando más sangre entre quienes claman justicia por los mártires de Acteal. Los caxlanes siguen asumiéndose como los encomenderos de la colonia que quieren mantener sometidos a los indígenas. Se sienten los elegidos para gobernar, estableciendo alianzas con el ejército para impedir que las comunidades se liberen de las cadenas del oprobio. Los ladinos encontraron en los partidos políticos y en el negocio del narcotráfico, la fórmula más efectiva para implantar un gobierno delincuencial, que además de lucrar con el presupuesto público utiliza las armas para destruir todo intento de emancipación y rebelión de los pueblos indígenas. Simón Pedro deja en la orfandad a 7 hijos pequeños. El narco poder truncó sus sueños por querer vivir dignamente en el te13
rritorio de sus abuelos y abuelas. A pesar de que solo terminó la primaria, logró cultivar la cultura milenaria basada en el respeto a la vida de sus hermanos y hermanas, y a la madre tierra. Nunca se arredró ante los caxlanes y los asesinos enquistados en la presidencia municipal de Pantehló. Siempre luchó para que las comunidades de Las Abejas de Acteal vivieran de manera digna y autónoma, liberada de los yugos impuestos por el gobierno, los partidos políticos, el ejército, los narcos policías y el crimen organizado. Nos unimos al clamor de justicia de la organización civil Las Abejas y del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, para exigir un alto al fuego y que pare la guerra contra las comunidades indígenas zapatistas de los altos de Chiapas. Justicia para Simón Pedro.
Chile: la lucha por el poder constituyente
Marcos Roitman Rosenmann - La Jornada - 10 de julio de 2021 La Convención se ha reunido, a pesar de las trabas del gobierno y su presidente, Sebastián Piñera. Un palacio, el ex Congreso sin aforo para albergar a los delegados en tiempos de pandemia se habilitó para las sesiones. Asimismo, la presencia de carabineros y la represión de manifestantes en sus alrededores generaron una tensión añadida con la finalidad de enturbiar y hacer fracasar el acto inaugural. Sin embargo, el hecho relevante ha sido la designación, como presidenta de la Convención, de Elisa Loncón, representante del pueblo mapuche. Una bofetada en todo lo alto para la sociedad racista, profundamente arraigada en Chile. La sola idea de pensar en un Estado plurinacional se puede considerar un triunfo. Elisa Loncón es constituyente por el cupo reservado a los pueblos originarios. Activista política sin adscripción partidaria. Maestra, académica, profesora de inglés y doctora en literatura. Pero no son los méritos académicos lo que valoramos, sino el hecho político y sus consecuencias. 14
Su elección es resultado de un bloque antineoliberal entre los constituyentes, que han impuesto sus candidatos frente al denominado partido del orden, integrado por la derecha y los representantes de la ex Nueva Mayoría, a excepción del Partido Comunista. El vicepresidente que acompañará a Elisa Loncón, es Jaime Bassa, adscrito al Frente Amplio, profesor de derecho constitucional y electo para la candidatura. Apruebo dignidad. Sorpresa o no, la elección expresa un avance al cual sumar la condición paritaria de los constituyentes, un hecho excepcional en la historia mundial, y para Chile, con la particularidad de ser la primera vez que sus asambleístas lo son por voto directo. Pero no podemos olvidar que lo sucedido está marcado por la rebelión popular de octubre de 2019. Fueron el cuestionamiento del orden neoliberal, el rechazo a la corrupción, el descrédito de las instituciones del Estado y la irrupción de los movimientos sociales que tomaron las calles de las principales ciudades y pueblos del país el principio sobre el cual se levanta la Convención Constituyente. Expresa la realidad de un Chile diverso, conflictivo, fragmentado, con necesidades de cambio y profundamente hastiado que dijo basta. Es significativo que los constituyentes del bloque antineoliberal pidiesen, como parte de su mandato, la liberación de los presos políticos detenidos durante la rebelión popular y juzgar a los responsables, de carabineros y de las fuerzas armadas, cuyos actos son una flagrante violación a los derechos humanos. Sin embargo, los límites impuestos por los “acuerdos de paz y por una nueva constitución”, firmados a finales de 2019, son un escollo. Zafarse de estos, mostrará la capacidad para convertir la Convención en una Asamblea constituyente soberana y sin ataduras. Como sucediera en la revolución francesa, la convocatoria de los Estados generales, por el rey Luis XVI para sesionar por separado: nobleza, clero y el “tercer Estado”, fue desoído. El “tercer Estado” compuesto por la burguesía, artesanos, sectores profesionales, comerciantes, llamó a constituirse en una sola cámara. Luis XVI cerró y clausuró las sesiones. Pero, convocados en otra 15
sede, juramentaron no separarse hasta tener redactada una Constitución. Nacía la Asamblea Constituyente soberana cuyo poder no era delegado. Un poder originario no sometido a tutelas cuyos principios eran fundacionales del nuevo orden. La historia no se repite, pero el ejemplo es válido. En Chile, no todo se resolverá en la Convención Constituyente, incluso si se logra una redacción que reconozca el Estado plurinacional, los derechos de una ciudadanía plena como son salud, educación, vivienda, igualdad de la mujer, derechos de las minorías sexuales, la protección del medio ambiente y una vejez con pensiones dignas, será necesario que se acompañe de la posterior elaboración de leyes que la hagan realidad. En otros términos, sin códigos que la implementen se quedará en un articulado de buenas intenciones. En este sentido, el partido del orden tiene una parte importante del poder político y todo el económico. Controla la judicatura y los medios de comunicación social. Las elecciones presidenciales a finales de este año serán la siguiente batalla. Un presidente y un Parlamento desafecto a la Constituyente pueden hacer fracasar a ésta. Si además, tienen la hipoteca de aprobar los acuerdos por una mayoría de dos terceras partes de cuórum, y respetar los tratados de libre comercio, el camino no es fácil. Aceptar estos postulados, supone reconocer el derecho a veto de las empresas trasnacionales para impugnar su articulado si se vulneran sus derechos. Pensemos en una redacción que reconozca la propiedad del Estado sobre los recursos naturales, agua, níquel, cobre, coltán, recursos marinos, fuentes de energía etcétera. En definitiva, el poder constituyente del bloque antineoliberal debe lograr que la Convención se declare independiente, soberana e inviolable en sus decisiones, tanto a la hora de fijar su reglamento como en la redacción de la Carta Magna. Nada debe atarlos a los acuerdos espurios que maniatan sus decisiones. De lo contrario, se habrá conseguido una victoria pírrica. Una nueva constitución sin posibilidades de ser aplicada. El partido del orden habrá triunfado. 16
Lecciones del genocidio de niños indígenas en Canadá
Bernardo Barranco V. - La Jornada - 7 de julio de 2021 El hallazgo de tumbas de niños indígenas en las escuelas residenciales canadienses ha causado consternación internacional. Mediante detectores se han descubierto cientos de tumbas sin nombre y fosas comunes de cerca de mil 400 menores. Se calcula que hay más de 6 mil niños desaparecidos. La reacción de los pueblos originarios no se ha hecho esperar y han quemado siete iglesias católicas en la zona occidental de aquel inmenso país. Se estima que más de 150 mil niños fueron arrancados de sus familias de etnias originarias canadienses confinadas en reservas. El objetivo fue desarraigarlos para ser integrados a los patrones de la cultura occidental y la religión cristiana. Entre 1890 y 1996, el Estado financió más de 150 internados encargados a las iglesias católica, anglicana y presbiteriana. La mayor tutela de estos albergues de la muerte, corresponden a la católica. Los macabros descubrimientos han causado horror e indignación en la sociedad canadiense y vergüenza en estructuras eclesiásticas. Muchas escuelas operaban como campos de concentración. Había abusos culturales y desprecio étnico. Ahora se sabe que en algunos internados se realizaron experimentos, dignos de los campos de concentración nazis. Sobrevivientes, relatan el trato indignante que recibían. Puntualizan abusos corporales, sicológicos y sexuales. Se violaban sistemáticamente los derechos humanos. Y los religiosos despreciaban la cultura originaria y menoscabo de su identidad, obligaban a los infantes con violencia, “integrarse” a la cultura occidental dominante. Las tumbas descubiertas, de hecho, reabrió el debate sobre estos odiados internados adonde los niños indígenas eran enviados a la fuerza para ser asimilados a la cultura imperante. Ha emergido el rostro oscuro de una sociedad que aplicó una política de exterminio cultural, así como el intento de destruir las diversas etnias indígenas. El gobierno de Justin Trudeau ha mostrado su 17
dolor y ha pedido perdón por la violación a la dignidad humana de los pueblos originarios de Canadá. La conferencia episcopal ha hecho lo propio y se espera que el papa Francisco también exprese contrición y pida perdón en nombre de la Iglesia, como signo de reconciliación y reparación de los quebrantos causados. En diciembre, se ha programado una reunión en Roma entre federaciones y organizaciones indígenas con el pontífice. Subyace, la lógica de imposición de una cultura que se autodefine como superior. Es el mismo raciocinio que predominó en la colonización. Del siglo XV al XXI, el razonamiento es el mismo: la cultura superior debe imponerse. La lógica de la espada y la cruz en la colonización. El clérigo Juan Ginés de Sepúlveda, en el siglo XVI filósofo influyente en España, justificó la conquista, pues consideró como bárbaros y paganos a los indios, además de justo que tales gentes fueran sometidas al imperio de príncipes y naciones más cultas y humanas. Y así, implantar la religión verdadera, la católica, justificando la violencia y el uso de las armas. La conquista y la colonización supone la lógica de la guerra justa, porque impera la imposición de una cultura superior. La guerra es legítima porque justifica la implantación de un orden civilizado. Bajo dichos conceptos, comunidades étnicas enteras fueron exterminadas en zonas de Estados Unidos por los colonizadores puritanos. También en el norte de Argentina. La teología de la guerra justa o legítima fue cuestionada desde la Nueva España por fray Bartolomé de las Casas al escribir: “Conquistar no es otra cosa sino ir a matar, robar y saquear bienes y tierras a quienes están en sus casas quietos. Y han no hecho mal ni daño a nadie”. La conquista fue denunciada también, desde Salamanca en el siglo XVI por Francisco de Vitoria. Desde el derecho natural reivindica los derechos y la dignidad humana de los originarios de las tierras americanas. Sin embargo, dicha actitud racista y soberbia predomina en la actualidad bajo manifestaciones políticas y representaciones culturales. No es casual la tenacidad y reciedumbre en las luchas por los derechos y equidad de los pueblos originarios en todo el continente. Las culturas originarias también han desarrollado resisten18
cias y resiliencias. Luchas por afirmar la dignidad indígena en el continente hay cúmulos. En Bolivia se revierte el golpe de Estado racista. La presidenta impuesta en 2009, Jeanine Áñez, con la Biblia en alto celebra la consumación del golpe y envía mensaje a las bases aymaras de Evo Morales. Las históricas resistencias de las comunidades agrarias guaraníes en los años 60 en Paraguay. La lucha del pueblo mapuche en Chile. Que no sólo es una resistencia cultural, sino luchas contra despojos de tierras y agravios que históricamente ha padecido la comunidad indígena. El levantamiento armado zapatista en 1994 en Chiapas que busca la dignidad y los derechos colectivos de los indígenas, históricamente violados, así como un nuevo modelo económico de país que reconozca la pluriculturalidad étnica con base en la justicia y sistema de l ibertades. La resistencia indígena es respuesta a la soberbia civilizatoria que se cree superior. En la Iglesia ocurre lo mismo. Hay que examinar la actitud de desprecio de clérigos e intelectuales europeos ante el Sínodo sobre la Amazonia que se realizó en Roma en octubre de 2019. El papa Francisco fue acusado de permitir paganismos en el Vaticano. Los católicos conservadores no guardaron decoro al criticar las expresiones culturales indígenas del universo amazónico como excentricidades inadmisibles con los dogmas católicos. En suma, el drama canadiense, tiene que servirnos para revisar qué tanto anhelamos una sociedad laica, diversa, incluyente, plural y tolerante.
Las semillas de la emancipación están intactas Raúl Zibechi - Desinformémonos - En Movimiento - 12 julio 2021
Las juventudes protagonistas de la revuelta colombiana, en particular las que generaron 25 “puntos de resistencia” en la ciudad de Cali, espacios auto-controlados de libertad y resistencia a la represión, provienen de los sectores populares más afectados por el neoliberalismo. Estamos ante generaciones que han sufrido décadas de bloqueo de sus vidas: desde un no futuro instalado al calor de la desin19
dustrialización que vive la ciudad desde hace tres décadas, hasta la humillación racista empuñada por las clases medias, la discriminación por color de piel, la criminalización de la pobreza y la represión de sus manifestaciones culturales y espacios sociales. Por eso llama la atención que estas jóvenas y jóvenes hayan sido capaces de poner en pie una enorme variedad de iniciativas, desde bibliotecas populares en locales policiales tomados hasta el ya célebre anti-monumento “Resiste”, pasando por espacios de alimentación, de salud y deporte, además de mantener debates abiertos con la comunidad sobre el tipo de sociedad que sueñan. En diálogo permanente con el periodista Felipe Martínez, del medio Desdeabajo, aparecen algunas características de estas juventudes que resultan notables: “Jóvenes universitarios, de barras de fútbol antes enfrentadas, pandilleros y delincuentes que estuvieron en la cárcel, gente que ha vivido la exclusión y la pobreza y que ahora conviven en las barricadas y en los puntos de resistencia”. Lo que el sistema se empeña en separar para dividir, durante la revuelta se convierte en comunidad de vínculos solidarios. Felipe asegura que en los espacios de resistencia se dice una y otra vez: “aquí nadie manda, nadie está por encima de nadie”. En su opinión, se trata de “una experiencia zapatista en la ciudad”, en la que pueden observarse cocinas comunitarias, el centro médico, la biblioteca popular y “vecinos muy tranquilos con la presencia de los jóvenes”, porque controlan robos y ofrecen una seguridad inexistente cuando ellos no están. La convivencia entre la comunidad de vecinos y los jóvenes se ha vuelto tan profunda, que “la comunidad les avisa cuando viene la policía y los vecinos abren las puertas de sus casas para que los jóvenes se bañen y puedan comer”. Un tipo de vínculos que antes de la revuelta eran, literalmente, imposibles. Más aún, en Puerto Resistencia, un sector muy pobre de la comunidad “salió con banderas blancas a proteger a los jóvenes 20
que los policías estaban matando”, en lo que define como “una comunidad defendiéndose unos a otros”. Lo más notable es la construcción material y simbólica de lo nuevo. En las asambleas multitudinarias “empezaban a plantear discusiones muy profundas”, sin necesidad de caudillos y de dirigentes. En los puntos de resistencia no hubo vanguardias ni fueron necesarias, entre otras razones porque las y los jóvenes se muestran cansadas y desconfiadas con la política tradicional, sea de derecha o de izquierda. En la revuelta colombiana estuvieron ausentes, comenta Felipe, los movimientos sociales, que podrían haber aportado acompañamiento sin pretender dirigir, algo que sólo la Guardia Indígena nasa supo hacer, llegando por miles a Cali para proteger y cuidar colectivamente. Sin embargo, durante semanas funcionó una democracia asamblearia multitudinaria, diversa, capaz de afrontar los conflictos internos sin apelar a los viejos modos de “mandar mandando”. Algunas reflexiones se imponen. Los sectores populares necesitan espacios en los que puedan dialogar unos con otras en relación de igualdad y horizontalidad, donde desplegar sus iniciativas, crear comunidad para enfrentar la dramática situación que viven. Lo realizado nos indica que la posibilidad de construir mundos nuevos está intacta, que las semillas de la emancipación siguen vivas, sólo necesitan el espacio-tiempo para desplegarse, ese que el sistema les niega por las bravas en todo momento y en cualquier rincón de esta sociedad. Para que estos mundos nuevos florezcan no hacen faltan vanguardias, sino decenas, cientos de colectivos empeñados en abrir espacios para que sean habitados por la gente común, limitándose a acompañar sin imponer, debatir según los tiempos y modos de la cultura de abajo. Lo que hace falta es un nuevo tipo de activistas y de grupalidades, que no aspiren a dominar ni a subir, sino a servir. 21
Zapatismo aéreo
Hermann Bellinghausen - La Jornada - 12 de julio de 2021 El primer ataque conocido de la fuerza aérea zapatista ocurrió al amanecer el siglo, el 3 de enero de 2000, en las afueras del ejido Amador Hernández, al fondo de la selva Lacandona. El segundo está por iniciar con el desembarco en algún puerto de Europa de un contingente aerotransportado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). A pesar de las dos décadas y muchas otras cosas que las separan, ambas operaciones comparten la misma paradoja: son pacíficas, su arma es la palabra. Los contextos y objetivos no podrían ser más diferentes, y, sin embargo, apuntan al corazón del enemigo, que en aquel remoto ejido tzeltal cerca del río Perla estaba representado por el Ejército federal tras la súbita ocupación injustificada de un predio a media selva establecido por helicópteros de carga y asalto, estilo guerra de Vietnam. Mismos manuales. Aquella ocupación duró varios meses y terminó con la retirada de los invasores, un triunfo para las comunidades rebeldes. No hubo bajas físicas en ninguno de los bandos, pero el ejemplo quedó sembrado. Por pobres que sean los pueblos, pueden contratacar exitosamente por aire y por el aire que respiran. El ataque de 2000 fue reportado así en estas páginas: “La fuerza aérea zapatista atacó hoy el campamento del Ejército federal con aviones de papel. Unos volaban bien y se internaron derechito en la parte de los dormitorios, oculta por la vegetación y los grandes plásticos negros. Otros fallaron su vuelo y cayeron apenas tras las mallas cortantes. “Las aeronaves, de color blanco y tamaño carta, llevaban escrito un mensaje para las tropas federales que ocupan predios de la comunidad desde hace ya casi cinco meses. No sólo los alambres de la valla son cortantes: ‘Soldados, nosotros sabemos que por pobreza vendieron su vida y sus almas. Soy pobre también, como millones 22
somos los pobres, pero están peor ustedes, porque están defendiendo al que nos explota, o sea Zedillo y su grupito de ricachones’. “La protesta de los indígenas de la región contra la ocupación militar de sus tierras en las orillas de los Montes Azules, diaria, persistente, casi increíble, ha buscado de muchas maneras hacerse oír por las tropas, que parecen existir al otro lado de la barrera del sonido. Esta tarde intentaron la vía aérea, en cuartillas escritas a máquina, originales y copias carbón, en la prehistoria de las técnicas de reproducción. Hicieron una y otra versión, con sus copias, para parapetar lo más posible su contingente de kamikazes por escrito. El avión es la bomba: “‘Nosotros no vendemos nuestras vidas. Queremos liberar nuestras vidas y las de tus hijos, su vida de sus esposas, su vida de sus hermanos, la vida de sus tíos, la vida de sus papás y sus mamás y la vida de millones de explotados pobres mexicanos, queremos liberar sus vidas también para que no haya soldados que repriman a sus pueblos por órdenes de unos cuantos ladrones’. “En otras ocasiones, la tropa del Ejército federal se cubre los ojos o se tapa los oídos, por órdenes superiores, para no atender los reclamos, mensajes o imprecaciones de los indígenas. Hoy, un oficial procura recoger los aviones que cayeron en la primera línea de combate, antes de las barricadas de costales y ramas donde los soldados apuntan, con los cascos puestos. Al menos ahora no pusieron ópera, como les ha dado por hacer a los militares, que llevan días sonando, tasajeados y distorsionados, algunos fragmentos selectos de Carmen, La Traviata y Guillermo Tell para que nada se oiga”. (https://www.jornada.com. mx/2000/01/ 04/protesta.html) En 2021, una nueva generación de zapatistas de Chiapas ataca el corazón del Viejo Mundo a su manera, con pequeños pero elocuentes actos simbólicos. Una avanzada marítima pisó en Galicia tierras ibéricas y ya va por Francia. 23
La nueva “puntada” rebelde da la vuelta a la entrampada discusión política en México y sus presuntos extremos, y abre un escenario para las elaboradas demandas autonómicas, y que las tragedias actuales en Chiapas adquieran relevancia internacional y despierten conciencias anestesiadas u ocultas en los distintos países europeos. Como dice mi pariente el doctor Ricardo Loewe, actualmente retirado en Austria, partícipe del zapatismo durante sus buenos 40 años, el anuncio y el arranque de la gira por Europa “hicieron que asomaran como hongos muchísimos pequeños y medianos colectivos inspirados o interesados en el zapatismo”. Ello en un tiempo de anomia política. En redes sociales, plazas públicas y medios de comunicación, cuestionan al capitalismo rampante, al racismo, al sexismo, a la guerra misma, en clave zapatista. La nueva operación mar-aire-tierra dará pie a mítines, conciertos, foros, marchas, asambleas, pintas y debates en escala menor pero insidiosa, invasiva para las buenas conciencias adormecidas y las malas conciencias encumbradas. Se trata de salvar al mundo, no como en las historietas, sino a partir de muchas microhistorias transatlánticas del mundo de abajo que apuesta con más urgencia que nunca por un mundo otro donde quepan muchos mundos.
Que he aprendido del zapatismo
Marcos Roitman Rosenmann - caminoalandar.org - 10 de julio de 2021 El EZLN no ha dejado de sorprenderme. Un nuevo modo de pensar y actuar nacía en selva Lacandona. Hasta su irrupción, el 1 de enero de 1994, Chiapas figuraba en el mapa de los turistas aventureros y en las rutas para europeos ricos y plutócratas latinoamericanos. Las oligarquías terratenientes vivían a sus anchas. Expropiaban tierras comunales, violaban, destruían 24
las milpas, y asesinaban con el beneplácito de las autoridades locales, regionales, estatales y federales. Un orden construido sobre la explotación de los pueblos originarios, conceptuados como borrachos, pendencieros, vagos, maleantes e indignos de ser considerados seres humanos, se levantaba con la anuencia de la sociedad blanco-mestiza. Solo eran indios. Sus territorios podían ser esquilmados en beneficio de expandir el latifundismo de caciques locales, trasformados en terratenientes. Violencia y represión es el lenguaje del colonialismo interno. En más de quinientos años, los pueblos originarios nunca han dejado de luchar, en ellos se esconde la rebeldía, la digna rabia. Son estas virtudes, entre otras, las que hicieron cambiar la historia de México y sin ser maximalista, las resistencias anti-neoliberales en todo el mundo. El 1 de enero de 1994, la brújula que señala al norte oteo al sur. Eran los zapatistas, gentes con pasamontañas, luchando por la justicia, la democracia, levantando la bandera de la dignidad. Desde la Primera Declaración de la Selva Lacandona: Hoy decimos ¡Basta!, hecha pública el 2 de enero de 1994 hasta La declaración por La vida, del 1 de enero de 2021, hay continuidad, la misma que se manifiesta en La Travesía por la vida de junio de 2021. Un viaje a la vieja Europa donde “confrontaran las conclusiones a las que han llegado, con científicos, artistas, filósofos y analistas críticos de todo el mundo, pero no solo, también y especialmente con quienes, en la cotidianidad de sus luchas, han padecido y advertido las desgracias por venir. Porque, en lo que a lo social se refiere, tenemos en alta estima el análisis y la valoración de quien se juega el pellejo en el combate contra la máquina, y somos escépticos de la de quien, desde la óptica externa, opina, valora, aconseja, juzga y condena o absuelve”. Si en 1994 se llama a luchar por trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz; en La declaración Por La vida, se alertan de los dolores de la tierra: “la violencia contra las mujeres; la persecución y desprecio a los diferentes en su identidad sexual, su iden25
tidad afectiva, emocional, sexual, el aniquilamiento de la niñez, el genocidio contra los originarios, el racismo, el militarismo; la explotación; el despojo; la destrucción de la naturaleza”. Los andares zapatistas dejan huella, no cesan de batallar por hacer realidad sus demandas y compartir sueños: construir un país libre y un gobierno democrático. Un Estado plurinacional y multiétnico, con autonomía y reconocimiento de los pueblos originarios, aquello que definían los Pactos de San Andrés, traicionados una y mil veces, por todos lo mal gobiernos que han sido. El EZLN ha mostrado coherencia, no ha doblado el brazo ante los cantos de sirena para ser cooptados. En 1996, Pablo Gonzalez Casanova hablará de la teoría de la selva a tenor del Primer Encuentro Internacional por la Humanidad y contra el Neoliberalismo. “La teoría de la selva Lacandona contra el neoliberalismo y por la humanidad lleva el sello de las nuevas formas de pensar, sentir y actuar (…) no es utópica a la antigua; construye la utopía desde lo real. No recuerda la edad utópica, ni la espera, ni va a ella, aunque use la imagen del barco y lo construya en la selva. No es milenarista ni es fundamentalista. Sus partidarios declaran que no saben a dónde va la historia del hombre-mujer y confiesan que no tienen una estrategia exacta o inexacta para que los seres humanos vivan con libertas, sin opresiones, ni exclusiones. No corresponde tampoco a una visión quijotesca o robinhoodiana; combina la aventura y el episodio heroico y justiciero con la organización de sanchos y campesinos que la dirigen, construyen, prueban, amplían a lo largo de varios años, y que ellos mismos corrigen en descubrimientos sucesivos de lo necesario y lo posible; letrados muchos o auxiliados de letrados que se les juntaron. La teoría de la selva no es pre-moderna; su magia es el espectáculo movilizador. Su ‘idolatría de la naturaleza’ sólo es un complemento de esa cultura universal, crítica y técnica, con que también aprenden a dominar.” 26
El EZLN puso el mundo patas pa’rriba. Si el mundo giraba más a la derecha y el capitalismo izaba la bandera de victoria, la emergencia del EZLN, es un punto de inflexión. Fue la creación de redes de insurgencias. Una red de redes. Para los que no habían nacido, la Unión Soviética se diluía en 15 Estados, algunos con nombres raros: Uzbekistán, Kirguistán, Tayikistán o Turkmenistán. Y los países de Centroeuropa, terminaron en guerras, divisiones, matanzas, genocidios. Yugoslavia se partía en seis: Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Montenegro y Serbia. Y aun esta Kosovo y Voivodina. Checoslovaquia se dividió en dos: Chequia y Eslovaquia. Y en América latina se vivía el abandono de los principios, de la lucha anticapitalista. La sensación de derrota fue total y la necesidad de abrazar el neoliberalismo se convirtió en una pesadilla para las tres cuartas partes del planeta. La desigualdad aumentó, igual lo hizo el hambre, la explotación, las pandemias. La revolución era ya cosa del pasado. Pero el EZLN no desistió, llamo a luchar, a construir pensamiento liberador, a repensar la izquierda, los proyectos, las alternativas. Provoco debates, convoco a pensar sin dogmatismos, una y otra vez. La selva Lacandona. Los Caracoles y las Juntas de buen gobierno se trasformaron en experiencias de hacer democracia mandando y obedeciendo. En medio redactaron La Sexta Declaración de la Selva Lacandona, dejando claro el carácter anticapitalista de la lucha, de la rebeldía, y luego la Digna Rabia, hasta llegar a los debates sobre la Hidra Capitalista. Hoy, nos vuelven a sorprender: La travesía por la Vida. Una manera de “DESPERTAR”. Rescatar el pensamiento crítico, el debate transformador. Han dejado claro contra quien se lucha: un sistema criminal que mata, violenta y destruye todo lo que toca: el capitalismo. Como señala el SupGaleano, en este viaje, se trata de complicidades, de abrazar al otro, de señalar que la resistencia vale la pena, que sin rebeldía no es posible “el sueño de un mundo no perfecto, pero si mejor: un mundo sin miedo”. Por eso el EZLN no ha dejado de buscar salidas, de pensar y hacernos despertar, en su generosidad y coherencia, no dejan de sorprenderme. 27
Amajtsk. Los 500 años y el concepto de lo prehispánico Yásnaya Elena A. Gil - El País - 11 Jul 2021
Detrás de la demanda de originalidad se encuentra la imposibilidad de leer a los pueblos indígenas como colectividades históricas y contemporáneas Alguien me recordaba insistentemente que los instrumentos musicales tan característicos de las bandas filarmónicas mixes, zapotecas y chinantecas en la sierra norte de Oaxaca eran objetos europeos y que, en tono desmitificador, poco quedaba de la grandeza de los pueblos indígenas y su originalidad prehispánica. Ante su insistencia me preguntaba qué tan prehispánicos tendríamos que ser los pueblos indígenas en la actualidad para poder cumplir con los criterios mínimos de originalidad que se espera de nosotros: ¿Basta con mantener en la actualidad elementos que el pueblo mixe tenía cinco minutos antes del desembarco de Hernán Cortés? ¿O es preferible exhibir elementos y características que el pueblo mixe tenía mil años antes de este desembarco? ¿Qué tan prehispánicos tenemos que ser para satisfacer sus demandas de originalidad, de 2.000 años antes de la colonización o basta con cien? La demanda de originalidad es una de las más comunes que enfrentamos quienes nos dedicamos a diferentes manifestaciones estéticas desde los pueblos indígenas. Un ejemplo perverso de esto, es el famoso “comité de autenticidad” que se dedica a certificar la “autenticidad” de los bailes de los pueblos indígenas que se presentan en lo que se ha calificado oficialmente como la “máxima fiesta folclórica” de Latinoamérica en Oaxaca: La Guelaguetza. Este evento organizado por el Gobierno estatal, con fines claramente turísticos, tiene un comité de autenticidad que hace visitas previas a las delegaciones que participarán en este evento para determinar si cuentan con elementos suficientemente auténticos, lo que sea que eso signifique. Detrás de la demanda de originalidad, generalmente relacionada con elementos llamados prehispánicos, se encuentra la imposibi28
lidad de leer a los pueblos indígenas como colectividades históricas y, por lo tanto, también contemporáneas. Este confinamiento a un pasado congelado que solo existe en la imaginación de quienes nos demandan originalidad se halla relacionado con las ideas en torno de lo prehispánico y justo en eso radica una de las trampas de esta categoría. La invasión europea hace 500 años parte la historia de los pueblos que habitaban y habitan este territorio en dos: antes y después de la invasión de lo hispánico; ese hecho se vuelve entonces el definitorio, el principal y el más importante para explicar y congelar nuestros diversos devenires históricos. La misma palabra “prehispánico” define a los pueblos indígenas en función de lo hispánico, lo pone en el centro, lo fija como pivote temporal y crea entonces lecturas y atribuciones generalmente imaginadas para lo ocurrido previamente, solo así pueden relacionar la originalidad de nuestros pueblos a ese monolito temporal que llaman “prehispánico”. Por un lado, no podemos negar el impacto que los hechos ocurridos hace 500 años han tenido en nuestras sociedades, pero, por el otro, tampoco podemos afirmar categóricamente que en nuestra larga historia otros hechos no hayan impactado drásticamente a nuestras sociedades. Una vez que se fija lo sucedido hace 500 años como el hecho fundamental de nuestra historia, todo lo que haya pasado con anterioridad queda congelado. En las demandas de originalidad, poco importa diferenciar entre pueblos mixezoqueanos de hace 4.000 años y pueblos mixezoqueanos de hace mil años en la actual sierra norte oaxaqueña, poco importa para estas situaciones que entre ambos puntos de lo que consideran prehispánico haya 3.000 años de diferencia. La palabra “prehispánico” ha fijado un hecho, la invasión europea, como el parteaguas en la historia de nuestros pueblos y luego ha congelado ese pasado prehispánico como una entidad sin transcurrir histórico interno. Cuántas realidades, procesos, migraciones, catástrofes, y otros hechos históricos fundamentales debieron ocurrir en los 9.000 años, aproximadamente, que han transcurrido desde la domesticación del maíz en esta región del mundo que después ha sido llamado Mesoamérica. 29
Si desde la caída de Tenochtitlan han transcurrido 500 años, cuántos sucesos no habrán experimentado nuestros pueblos y las sociedades de estos territorios durante los 4.000 años transcurridos antes de 1521, por mencionar una comparación. En términos lingüísticos, me queda claro que el mixe que hablo en la actualidad es decididamente distinto del que hablaron las personas mixes que escucharon por primera vez el idioma español. Con esta consideración, me pregunto, leo y estudio mediante algunos métodos de la lingüística diacrónica, las características lingüísticas de la lengua mixe de hace 2.000 años y trato de entender los rasgos y características que me unen a las personas que lo hablaban. Si los cambios entre el mixe de hace 500 años y el actual es tan considerable, debe ser mayor el que hay entre el mixe de hace 500 años y aquel que se hablaba hace un milenio y medio. Antes de la conquista, los pueblos de aquí tuvimos devenir histórico, hechos y procesos diversos, fundamentales, que cambiaron nuestra historia también radicalmente. Eso que llaman prehispánico no es una mina temporal de donde los pueblos indígenas extraemos originalidad, no es un tiempo congelado en lo que lo más relevante era que no había hispanos en estas tierras; se trata en realidad de miles de años en los que sucedieron tantas cosas que determinaron también lo que somos hoy. Lo sucedido hace 500 años no comenzó nuestro devenir histórico, si bien no podemos negar sus tremendos efectos actuales, antes de la conquista pasaron miles de años llenos de sucesos definitorios que también tienen sus efectos para los pueblos que somos hoy y que, por lo tanto, impactarán también nuestro futuro. De algún modo, me niego a que el desembarco de lo “hispánico” en las playas de nuestra historia hace 500 años sea el único hecho que seccione el tiempo de los pueblos indígenas, no todo quedó partido solo en dos, lo hispánico no es lo único relevante que nos ha sucedido. Pensarlo así, negarnos un pasado complejo con sucesos históricos múltiples e impactantes resulta perverso porque nos niega también la posibilidad de amueblarnos un futuro en donde quepan muchos futuros. 30
Año negro para defensores indígenas: 14 asesinados en 7 meses Zósimo Camacho - Revista Contralínea - 10 Jul 2021
Recién ingresamos al segundo semestre del año, pero ya podemos señalar que este 2021 ha resultado desastroso para los indígenas defensores de territorios y derechos humanos. Con el asesinato del tsotsil Simón Pedro Pérez López, de la organización Las Abejas de Acteal, de enero a la fecha suman 14 los homicidios contra activistas de los pueblos originarios. Un recuento, elaborado por Indigenous Peoples Rights-International (Derechos de los Pueblos Indígenas-Internacional) y los centros de derechos humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba) y de la Montaña Tlachinollan, señala que las 14 víctimas mortales mexicanas se registraron en los estados de Chiapas, Oaxaca, Michoacán y Sonora. Fueron atacadas en represalia por la defensa que hacían de sus territorios y cultura. Las muertes de estos luchadores sociales son la trágica manifestación de la presión que están viviendo las comunidades indígenas mexicanas. Poderosos intereses, privados y estatales, ambicionan “recursos naturales” que para los indígenas son parte de sus territorios y de la Madre Tierra. Los intensos procesos de despojo que padecen los pueblos, tribus y naciones de lo que hoy es México no han concluido. Generalmente los pueblos resisten, pues cuentan con vigorosas vidas comunales y comunitarias y con una experiencia de lucha acumulada por siglos. Pero también hoy el capitalismo empuja, como en los peores tiempos, una acumulación por despojo que incluye la eliminación física de lo que se le interponga. De forma por demás dolorosa, cada uno de estos asesinatos prácticamente fueron anunciados. No se trata de ataques inesperados o fortuitos. Por el contrario, cada uno de ellos tiene detrás, y desde hace meses y años, otros asesinatos y múltiples casos de intimidación y violencia… que no se castiga. De hecho, en el 31
pronunciamiento conjunto de las organizaciones se advierte que los perpetradores parecen gozar impunidad, pues nada avanzan las investigaciones ni, menos, se detiene a los culpables. El asesinato de Simón Pedro –el pasado lunes 5, alrededor de las 10:00 horas, en la cabecera municipal de Simojovel, Chiapas– ocurrió en un contexto de violencia paramilitar que sufren las comunidades de la zona y que se ha denunciado prácticamente desde el inicio del actual sexenio. La emboscada contra el defensor de derechos humanos, pacifista y catequista ha sido el lamentable corolario del asedio armado permanente que deben soportar decenas de familias. Sólo en un periodo de 17 días de observación, realizado por el Frayba en 2020, se pudieron documentar 56 agresiones armadas en contra de 12 comunidades del municipio de Aldama. Hoy las personas desplazadas por esta violencia suman 3 mil 499, con 23 heridas de bala y seis personas asesinadas antes que Simón Pedro. En Oaxaca, en un periodo de 3 meses han sido asesinadas cinco personas de una sola comunidad. Se trata de la chatina Paso de la Reyna, de apenas 500 habitantes. Desde hace más de una década, los pobladores se oponen a la construcción de la Presa Hidroeléctrica y el Proyecto Hidroeléctrico Río Verde. Entre enero y marzo de este año fueron asesinados a balazos Jaime Jiménez Ruiz (28 de marzo), exagente municipal e integrante del Consejo de Pueblos Unidos del Río Verde; Raymundo Robles Riaño, suplente del agente municipal, Noé Robles Cruz, y Gerardo Mendoza Reyes (entre el 14 y el 15 de marzo), y Fidel Heras Cruz, presidente del Comisariado Ejidal y defensor del territorio (23 de enero). En la región purépecha de Michoacán, en el municipio de Zitácuaro, se han registrado cinco asesinatos de diciembre al día de hoy. Son los casos de María Eufemia Reyes Esquivel (4 de diciembre); Vicente Guzmán Reyes, Ambrosio Guzmán Reyes y José Luis Chávez Mondragón (17 de enero), y Manuel Carmona Esquivel (17 de febrero). Todos los asesinatos están vinculados a la defensa del territorio. En los casos de Vicente, Ambrosio y José 32
Luis ni siquiera las autoridades han investigado los hechos ni han expedido las actas de defunción. Fueron asesinados en medio de sus tareas como parte de la Ronda Comunitaria, con la que cinco comunidades ejercen su derecho a la autonomía para enfrentar al crimen organizado. Los otros dos casos son de la Tribu Yaqui, en el sur de Sonora. El pasado 27 de mayo fue desaparecido uno de sus voceros más visibles, Tomás Rojo Valencia. Semanas más tarde, el 21 de junio, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora hizo público que había encontrado su cuerpo sin vida. El 12 de junio, además, fue asesinado Luis Urbano Domínguez, otro de los yaquis más activos en la defensa del agua. Indigenous Peoples Rights International en México lamenta la “inacción del Estado mexicano en sus diferentes niveles de gobierno”. Señala que las autoridades tienen la obligación de investigar los asesinatos, impartir justicia, revelar la verdad y garantizar medidas de no repetición hacia los sobrevivientes, sus familiares y la comunidad. Por supuesto que 3 años –los que lleva la 4T– serían insuficientes para revertir décadas, acaso siglos, de explotación y despojo contra los pueblos originarios. Pero lo preocupante es que no queda claro si siquiera se están dando pasos en el sentido de garantizar los derechos y la cultura indígenas. “Consultas” a modo que atentan contra los territorios y montes sagrados, y “neutralidad” donde hay víctimas y victimarios, parecen indicar una política de desgaste contra los indígenas que no se hincan, contra los rebeldes. Por verse si los liberales de hoy repetirán el racismo y el menosprecio que frente a apaches, yaquis, mayas y demás pueblos mostraron los del siglo XIX y que, se asegura cada mañana, son el referente del actual gobierno mexicano.
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Acuarela de Simona Contreras
RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 14 de julio 2021