Recopilatorio 15 de enero

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CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 15 de enero de 2020

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Voces

Gustavo Esteva - La Jornada - Lunes 13 de enero de 2020 He estado oyendo voces. Algunas son meros murmullos. Otras llegan a gritos. Y hay también escándalo, algarabía. Las que vienen de arriba están llenas de confusión. Cuando no están cargadas de ignorancia o desinformación, expresan cinismo o mala fe. El Presidente, por ejemplo, consideró que quienes se oponen a su Tren Maya lo hacen porque no creían que se pudiera transformar por la vía pacífica el país. “Se demostró que sí se pudo, y los que pensaban que no íbamos a lograr la transformación sin violencia están un poco desquiciados, los veo muy nerviosos y a veces actúan como conservadores” ( La Jornada, 6/1/20). ¿Cómo entender esta obvia alusión a los zapatistas? Como último recurso ante la ola de muerte y opresión que los asediaba, formaron un ejército y se levantaron en armas el 1º de enero de 1994. Doce días después, atendiendo el llamado de la sociedad civil, pusieron las armas a dormir y no las han empleado desde entonces, por 26 años, ni siquiera para defenderse. Las armas están ahí; “son una herramienta, igual que los machetes”, dijo alguna vez el subcomandante Moisés. Pero los zapatistas eligieron la vía no violenta. Quienes escogieron la vía de las armas fueron los gobernantes. No han dejado de seguirla. El gobierno actual promete abrazos, no balazos, pero continúa la militarización del país con la criticada Guardia Nacional. ¿Serán ellos los “desquiciados”, “nerviosos”, “conservadores”? Carece de sentido referirse así a los zapatistas, campeones de la no violencia. ¿Y cómo está eso de que “sí se pudo… lograr la transformación sin violencia”? ¿Cuál transformación? ¿La que se sigue prometiendo, mientras continúan los crímenes, prosigue el despojo de tierras, aguas y derechos, se persigue a migrantes y se mantiene la profunda desigualdad, mientras se apoya al capital que causa todo eso? ¿Cuál transformación se pudo?


Se habla interminablemente de las consultas que legitimarían el Tren Maya. ¿Con sólo 90 mil personas que acudieron a dar el sí? ¿Con asambleas amañadas y controladas? ¿Una consulta “previa” realizada tras otorgar contratos por más de 600 millones de pesos para la obra? ¿Consulta “libre” que se concierta sólo con autoridades y bajo control? ¿Consulta “informada” que se basa en propaganda de efectos positivos sin mencionar impactos negativos y cuando las autoridades mismas desconocen los alcances de lo que planean? Arriba y abajo se clama por justicia. No la hay. Se mantiene una profunda injusticia, que se agudiza con las políticas públicas; se promete no dar más concesiones, por ejemplo, pero el problema son las que ya se dieron. El sistema de justicia sigue en la dispersión y el desorden, cuando no la corrupción. Ciertas voces reducen la justicia a recomponer la burocracia, castigar a algunos culpables y dar reparaciones a las víctimas. Una de ellas, en contraste, una madre que perdió a su hijo, puso el dedo en la llaga: justicia sería que no pudiera ya pasar lo que le pasó a su hijo, que viviéramos en una sociedad segura, en la cual una niña pudiera crecer sin miedo. Esa condición sólo existe entre los zapatistas. En el Encuentro de Mujeres del 27 de diciembre, al que asistieron más de 3 mil mujeres de 49 países, se hizo ver que en toda la zona zapatista no ha habido un solo feminicidio, mientras en el país hay en promedio siete diarios. Esas voces se levantan cada vez más. Algunas definen claramente lo que afirman: “El Istmo es nuestro”, “El Istmo que queremos”. Otras manifiestan solamente lo que no quieren: No al Tren Maya. El Congreso Nacional Indígena explica las tres vías que seguirá: la organización social de las comunidades, para defender lo propio; la denuncia en medios y en instancias de derechos humanos nacionales e internacionales, y el despliegue de una estrategia legal basada en amparos. En medio del ruido y la confusión que vienen de arriba, a menudo en tono de amenaza, resuenan las voces de abajo que van tomando su propio perfil. No compiten por mayorías o falsas unidades. Luchan por lo que son… para seguirlo siendo. Y somos muchas, muchos, los que estamos dispuestos a todo en ese empeño. gustavoesteva@gmail.com 2


López Obrador versus EZLN, una disputa sin solución

Zósimo Camacho - Revista Contralínea - Enero 10, 2020 A finales del año pasado, Andrés Manuel López Obrador le dijo claramente a la cúpula empresarial que su gobierno no está enfrentado con ella. Esa mañana de jueves terminó su alocución pidiendo un aplauso para los hombres más acaudalados del país. Él mismo inició, entusiasta, el batir de palmas. Ahí se encontraban Carlos Slim, Carlos Salazar Lomelín, Francisco Cervantes, José Manuel López Campos, Sergio Leal, Manuel Escobedo, Antonio del Valle, Luis Niño de Rivera, Enoc Castellanos, Vicente Yáñez, Fernando Chico Pardo y, entre muchos otros, Roberto Hernández; sin que falte mencionar que su “consejo asesor” está integrado por Ricardo Salinas Pliego, Bernardo Gómez, Olegario Vázquez Aldir, Carlos Hank, Daniel Chávez, Miguel Rincón, Sergio Gutiérrez y Miguel Alemán Magnani. Era 28 de noviembre, la última de tantas visitas obsequiosas del pleno de las organizaciones patronales al presidente de la República durante 2019. Poderes político y económico habían intercambiado elogios y se habían prometido favores. Sobre todo, muchos negocios e inversiones. Éstas, por 42 mil millones de dólares (una cifra que ronda los 900 mil millones de pesos) tan sólo en una primera de tres fases. Aquella mañana, poco más de 200 empresarios, los más ricos de México, también aplaudieron al presidente de la República. Todas las agrupaciones empresariales enviaron a sus presidencias o direcciones ejecutivas, entre ellas el Consejo Mexicano de Negocios (CMH); el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), con sus 12 cámaras, y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex). Quedaron satisfechas con la determimación de que los megaproyectos en todo el país van porque van. Los pleitos de la derecha mexicana con el gobierno de López Obrador son pirotecnia, a veces muy llamativa pero nunca de fondo. La oposición aparentemente a ultranza del panismo y sus satélites es porque se les acabaron negocios corruptos, porque consideran que ellos serían mejores ejecutores de las mismas políticas de hoy, o sencillamente porque su 3


problema es de estilo y personal con López Obrador. Es, pues, una disputa por el poder, dentro de los márgenes del sistema. Vemos al panismo criticando férreamente los zapatos maltratados del presidente, su supuesta ignorancia en temas económicos, el nombramiento de tal o cual funcionario, los nuevos programas asistenciales, el combate a la corrupción, la política de comunicación social, el discurso oficial ante el narcotráfico, la reducción de sueldos de los altos funcionarios, el combate al robo de combustibles, el asilo otorgado al presidente Evo Morales, depuesto en Bolivia por un golpe de Estado… Pero nunca veremos al panismo oponerse al mayor despliegue militar de la historia del país que hoy está en marcha y que, ¡oh, sorpresa!, se concentra entorno al Ejército Zapatista de Liberacion Nacional (EZLN) y a las comunidades del Congreso Nacional Indígena y no en las regiones con mayores problemas de violencia por narcotráfico (https://bit.ly/2urRi6u). Tampoco, a la contención migratoria que impuso Estados Unidos a México, con su estela de violaciones a los derechos humanos de los migrantes y las trágicas y vergonzantes deportaciones de miles de familias que huyen de la pobreza y la violencia. Menos aún veremos al panismo cuestionar el corazón del proyecto de país de la “4T”, es decir, la pretendida transformación histórica (un nuevo periodo de acumulación capitalista por despojo) mediante cinco grandes megaproyectos: el Tren Maya, el Corredor del Istmo de Tehuantepec, el Proyecto Integral Morelos, la Franja Libre en la Frontera Norte y el programa Sembrando Vida. Priísmo, panismo, perredismo y poderes económicos fácticos no se opondrán nunca a estos proyectos de Morena. No es que todos los partidos y políticos sean iguales o no mantengan reales y férreas disputas por el poder. El asunto es que sus diferencias son sistémicas. Lo que ahora se muestra con mayor claridad es que la oposición radical a López Obrador no es de derecha. Por más estridencia en los medios de comunicación y en las redes sociales, los hechos incontrovertibles nos dicen que la oposición real al actual gobierno es de izquierda y es antisistémica. 4


El EZLN no “resurgió”, como algunos se llaman a sorpresa. Desde 1994 ha estado resistiendo las embestidas de seis presidentes de la República y ha construido al interior una región indígena autónoma que ha generado claramente mejores condiciones de vida para las comunidades y ha detenido la explotación de recursos naturales y de personas. Y al exterior, junto con pueblos, tribus y naciones de todo México, ha consolidado el Congreso Nacional Indígena, la organización más grande que hayan articulado las comunidades originarias del país para detener el proceso de exterminio en su contra que se agudizó hace 4 décadas. La oposición de los zapatistas a los anteriores gobiernos ha sido frontal, como la que esgrimen hoy. ¿Entonces por qué ahora hay mayores posibilidades de que se reactive la guerra en Chiapas? Sencillamente porque el obradorismo sí puede hacer lo que no pudieron o siquiera soñaron los presidentes antecesores. El gobierno de López Obrador sí puede hacer realidad la vieja añoranza de los empresarios por “desarrollar” el Istmo, la Península de Yucatán, explotar los recursos renovables y no renovables en tierras yoremes, yaquis, rarámmuris y tepehuanas, en un proceso de acumuación de capital que haga “crecer” de manera sostenida el producto interno bruto. López Obrador también se lanza frontal contra los zapatistas, pues de estos cinco megaproyectos citados dependen todos sus resultados económicos y el legado que pretende dejar. Por ello ha omitido o simulado consultas populares fast track para intentar legitimar el inicio de las obras. La determinación del presidente de la República es que pase lo que pase, y pese a quien pese, esos proyecto serán una realidad. No están sujetos a discusión. Andrés Manuel acusa a los zapatistas de no reconocer que su gobierno y él mismo son distintos a los anteriores detentadores del Poder Ejecutivo federal. Lo cierto es que el presidente es quien mete en un mismo costal a la oposción. Para él, todos quienes se le oponen son “conservadores” (de derecha o izquierda pero conservadores al fin). No acepta que la izquierda va más allá, mucho más allá, de él y del sistema electoral mexicano. Son proyectos de país distintos. Podríamos analizar si hay coincidencias. Tal vez las haya, pero las diferencias son más grandes y profundas. Por verse quién descarrilará a quién. 5


A diferencia de sus seguidores acríticos, López Obrador sí sabe que tiene enfrente a un adversario real con capacidad de echar abajo su proyecto de país. No en vano hace campaña cada fin de semana en territorios indígenas. En la próxima entrega nos referiremos a las potencialidades del EZLN y el movimiento indigena antisitémico.

Verdad y justicia ausentes

Jacobo Dayán - Aristegui Noticias - Columna Caronte - Enero 7, 2020 A Sergio Aguayo Nos indigna más la corrupción que los asesinatos, las desapariciones y la tortura. El Estado pretende cumplir su obligación entregando, en casos aislados, verdad y justicia parciales. Ante la detención de altos funcionarios o líderes de organizaciones criminales, la atención se pone lejos de las víctimas de la violencia. Maruan Soto pone el dedo en la llaga en su columna de Milenio del 15 de diciembre pasado. Afirma con razón que ante la impunidad reinante, la sociedad mexicana se conforma con “asomos que eventualmente diluyen la verdad” que se sobreponen “a su consecuencia más grave: la crisis de derechos humanos”. El texto de Soto Antaki me empujó a buscar y detallar las agudas puntualizaciones de su texto. Los ejemplos comenzaron a brotar por montones. Aquí algunos de ellos. Javier Duarte está siendo procesado por cualquier cosa menos por su responsabilidad en las desapariciones y ejecuciones realizadas por su policía estatal. Mientras tanto, el exdirector de la Fuerza Civil de Veracruz, acusado de desaparición forzada, ya fue liberado. Los hermanos Treviño, líderes de los Zeta, han sido sentenciados, como muchísimos otros líderes criminales, por portación de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, operaciones con recursos de procedencia ilícita. El horror desatado por esa organización no está, ni cerca, siendo esclarecido en tribunales. 6


Lo mismo ocurre en los casos de mexicanos procesados en Estados Unidos. Sin duda los más relevantes en fechas recientes han sido los de El Chapo y García Luna. La sentencia a Joaquín Guzmán Loera ha sido asumida como un logro de la justicia. Sin embargo, la violencia generada por el Cartel de Sinaloa que dirigía no es tocada dejando a las víctimas sin verdad ni justicia. Lo mismo ocurre con la investigación iniciada a Genaro García Luna. Los crímenes cometidos por las fuerzas del Estado dirigidas por él no son investigados. En Estados Unidos hay otros casos más de altos funcionarios mexicanos. Entre ellos el exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yárrington; Jorge Torres López, exgobernador de Coahuila; Édgar Veytia, exfiscal de Nayarit; y tantos otros. Pasa lo mismo con una lista interminable de miembros del crimen organizado como el recién liberado Sergio Villarreal, El Grande. La conclusión de los procesos penales en Estados Unidos no implica que los crímenes cometidos en México no se deban investigar. De hecho, conformarse con las posibles sentencias allá, implica que toda la violencia perpetrada en México quede impune. Que las víctimas sean revictimizadas al simular justicia y que la verdad de lo ocurrido en nuestro país pretenda ser olvidada. Cabe mencionar que esto coloca a México junto a países como Sudán en el que el depuesto dictador Omar al Bashir ha sido sentenciado por corrupción, mientras tiene órdenes de arresto ante la Corte Penal Internacional por el genocidio en Darfur. La lista podría crecer y crecer. La violencia en México tiene como responsables a redes de macrocriminalidad en la que participan grupos criminales, políticos y empresas. Nada de ello se está investigando. Gobierno, medios de comunicación y sociedad parece conformarse con casos aislados, algunos de alto nivel, pero dejando a un lado los crímenes contra la humanidad. Es imposible alcanzar la paz si primero no se conoce las verdades sobre la violencia, sus responsables, el impacto en la sociedad y se garantiza ese derecho a las víctimas. Sin esa verdad no podrá haber justicia. Una justicia parcial no es justicia. 7


La decisión política de distintos gobiernos federales y locales, hasta ahora, es que la violencia queda impune y en la oscuridad. La apuesta mexicana sigue siendo la misma que la que se tomó con la Guerra Sucia, pretender olvidarla y dejarla impune. El día de ayer, la secretaria Olga Sánchez Cordero afirmó que todo el trabajo que hace Segob está enfocado en Justicia Transicional. Eso es falso. Lo único que funciona pero lo hace lento por falta de recursos y de voluntad local es la Comisión Nacional de Búsqueda. La Comisión de víctimas no tiene en marcha un mecanismo extraordinario de reparaciones. La CONAVIM y la ley de amnistía aprobada no son Justicia Transicional. Esta debe ser integral y no hay en el horizonte mecanismos extraordinarios de verdad y justicia para la dimensión del horror. Las instituciones ordinarias del Estado mexicano están colapsadas y cooptadas por redes de macrocriminalidad. Sin voluntad política para crear mecanismos extraordinarios de verdad y justicia con acompañamiento internacional, el debilitamiento de las instituciones continuará y las víctimas se seguirán acumulando, así como la deuda del Estado en materia de verdad y justicia.

Choque de trenes en el sureste mexicano

Luis Hernández Navarro - La jornada - Martes 14 de enero de 2020 Hace meses, en mayo de 2019, los gobiernos federal y estatal inauguraron en el Istmo de Tehuantepec el parque Energía Eólica del Sur y las subestaciones eléctricas Arquitecto Ignacio Chávez y José Eduardo Ramírez Briseño. Entre protestas de los pobladores, la secretaria de Energía, Rocío Nahle, ofreció que la administración federal respetará la voz de los pueblos originarios y que ningún proyecto se realizará sin su aprobación. En el Istmo se han establecido 28 parques eólicos. Sin embargo, según los istmeños, allí se paga la tarifa más alta de energía eléctrica. Magalí Sánchez Santiago denunció: “Llevamos años en resistencia. Aquí pagamos de 5 mil hasta 20 mil pesos, pese a que con los sismos de septiembre de 2017 muchas familias perdieron su hogar. 8


Eso no es desarrollo. La inauguración de Energía Eólica del Sur (filial de la japonesa Mitsubishi) no ha generado beneficios para los pueblos de la región, sino sólo para los inversionistas”. Apenas el pasado fin de semana juchitecos que arriendan sus terrenos a la eólica ocuparon la subestación Chávez López. Su vocero, Ramón Martínez Ruiz, denunció: “Nada de lo que nos prometieron se ha cumplido. Nosotros entregamos nuestras tierras pensando que la empresa era responsable, pero ya vemos que no. A nuestros hijos los siguen teniendo como peones, sin basificación y sin prestaciones. A nosotros se nos adeudan pagos desde 2018 a la fecha, dijo (bit. ly/36P4zVd). El proyecto estuvo suspendido cuatro años por un amparo interpuesto contra la consulta organizada por la compañía. Lo sucedido dista de ser un hecho aislado. Para los grandes inversionistas la resistencia de los pueblos originarios a los megaproyectos es un verdadero dolor de cabeza. Comunidades indígenas se han amparado contra grandes obras o impiden, en los hechos, su terminación. Y, donde ya están en funcionamiento (como en el parque Energía Eólica del Sur), hay protestas continuas. La tribu yaqui en Loma de Bácum (Sonora), el Consejo Regional de Pueblos Originarios en Defensa del Territorio Puebla e Hidalgo y las comunidades náhuatl, en Puebla y Morelos que rechazan al Proyecto Integral Morelos (PIM) resisten a los gasoductos que atraviesan sus territorios. Desde hace años se ampararon legalmente contra las obras. En varios momentos han puesto el cuerpo por delante para suspenderlas. Hasta el momento lo han logrado (bit.ly/2QLDOLy).). Según la Sener, cinco gasoductos están suspendidos: Tuxpan-Tula, Tula-Villa de Reyes, Villa de ReyesGuadalajara, Samalayuca-Sásabe y La Laguna-Aguascalientes. De la mano de estos megaproyectos, justificados en nombre del progreso (y ahora de la soberanía energética), caminan el despojo, la contaminación y la pérdida de identidad, territorio y de la vida misma. De acuerdo con la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México de la Secretaría de Gobernación, hasta enero de 2018 se suscitaron 77 los casos en los que la falta de consulta 9


a los pueblos indígenas generaron conflictos sociales y 33 juicios de amparo relacionados contra grandes obras: 25 proyectos mineros, 13 eólicos, igual número de hidráulicos o hidroeléctricos, nueve gasoductos, cuatro agroindustriales, tres petroleros, tres termoeléctricas, dos ferroviarios, dos de infraestructura privada, un conjunto turístico y otro inmobiliario. También el del aeropuerto internacional en Creel, finalmente cancelado (bit.ly/2sn0mJo). Lejos de solucionarse o amainar esta problemática ha escalado con los megaproyectos anunciados por la 4T. La decisión del Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de resistir al Tren Maya, al Corredor Interoceánico y al Proyecto Integral Morelos anticipan nuevos conflictos. La 4T no tiene todas consigo. En su afán por echar a caminar esas grandes obras a cualquier costo ha cometido graves errores. Según el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas existen “serios vacíos” en las consultas que el gobierno mexicano realiza a pueblos indígenas sobre proyectos de infraestructura. En la mayoría de las casos –señaló–, los procesos en comunidades indígenas no se realizan de manera previa, no toman en cuenta los usos y costumbres, y tampoco se proporciona información clara, precisa y culturalmente adecuada. “Además, con frecuencia son llevados a cabo en contextos de amenazas, criminalización y hostigamiento, perjudicando su carácter libre”. La reciente “consulta” sobre el Tren Maya en la que participó menos de 3 por ciento del padrón y se auscultó a las autoridades ejidales (y no a las comunidades indígenas) fue severamente criticada por la oficina en México del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), pues no cumplió con los estándares internacionales en la materia. El rechazo indígena a las grandes obras de infraestructura de la 4T, que tiene tras de sí una larga historia, anticipa un inevitable choque de trenes en el sureste mexicano. Los inversionistas privados saben lo que implica esta colisión. Algunos de sus proyectos llevan años entrampados legalmente porque subestimaron la resistencia de los pueblos originarios. 10


Cabañuelas

Francisco López Bárcenas - La jornada 12 de enero de 2020 Las cabañuelas son predicciones que se realizan en los pueblos basados en la observación del clima durante los primeros 12 días de cada mes de enero. Con base en su conocimiento sobre el comportamiento del tiempo en esos días saben si los días en el resto del año serán lluviosos o secos, si hará frío o calor, si correrán vientos buenos o malos; con las conclusiones de sus observaciones preparan sus rituales para comunicarse con sus deidades, hablan con los que tienen el don de la palabra para que se comuniquen con ellos y les pidan que manden lluvias buenas y alejen las malas, que los fríos no traigan nevadas tan fuertes o que los vientos no sean de tal naturaleza que perjudiquen sus siembras. Y con todo eso como trasfondo preparan sus actividades en el campo, saben cuándo y cómo sembrar, qué tipo de semillas usar, preparan los canales de riego si los tienen y también saben qué medidas tomar para hacer frente a eventuales desastres naturales. Eso sucede a escala familiar y comunal, pero nada impide que las usemos para imaginar cómo será el comportamiento del gobierno con relación a los pueblos indígenas, sobre todo aquellos que se oponen a la continuación de los megaproyectos planeados en gobiernos anteriores y continuados por este, porque si se llegaran a realizar afectarían profundamente sus vidas, según sus propios patrones culturales. Para hacerlo vale la pena recordar que desde el año pasado y por distintas latitudes muchos pueblos indígenas vienen interpelando al gobierno para que en verdad y no sólo en el discurso cancele las políticas neoliberales, y una manera de hacerlo es revisar la viabilidad de los megaproyectos. En el norte se lo exigieron los comcac, macurawe, yoreme y los yoeme; en el centro, los wixaritari, nahuas, purépechas ñäñho y tutunakú, y en el sur los binizaá, ayuuk e ikoots, chatinos y ñuú savi, entre otros. En los primeros días del año que comienza las voces que se oponen a los megaproyectos sonaron con más fuerza. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) dijo que defenderá la tierra hasta con la vida si fuera necesario y el Congreso Nacional Indígena (CNI) lo secundó en su declaración y, según ha anunciado, ya prepara la resistencia, que comenzará en el próximo mes. Algunas 11


personas han interpretado esto como si los rebeldes fueran a volver a las armas y el CNI los fuera a acompañar en esa decisión; la verdad es que, viendo la cantidad de personas que han perdido la vida en defensa de la tierra, parece más una ratificación de que la represión no va a detener la lucha. Si uno se atiene a lo que las cabañuelas nos marcan en este sentido, lo que se puede prever es que los movimientos indígenas en defensa del territorio, los recursos naturales y las expresiones culturales cobrarán fuerza y tensarán más las relaciones entre los pueblos indígenas y el gobierno. El gobierno federal parece tener claro que los vientos no soplan a su favor, pero no encuentra la manera de conjurarlos. Frente a los reclamos de que se cancele el Tren Maya o el Corredor Transístmico, el Presidente de la República ha declarado que a nadie se le despojará de su tierra y ante el reclamo del Consejo Regional de Pueblos Originarios en Defensa de Territorio de Puebla e Hidalgo de que se cancele el gasoducto Tuxpan-Tula, lo que ha atinado a decir es que su trazo se desviará para que no afecte su cerro sagrado. No se quiere entender que cuando los pueblos indígenas defienden sus territorios, sus recursos sagrados o su patrimonio cultural, lo que están defendiendo es su propia forma de vida, como ellos la entienden, con sus tiempos, sus formas de organización, su relación holística con la naturaleza. La lucha de los pueblos indígenas no es, como se pretende hacer creer, porque quieran seguir en el atraso, sino porque el tipo de desarrollo que les proponen afecta profundamente su existencia y su futuro. Si los signos que pueden leerse en el ambiente son correctos, lo que nos espera para el futuro inmediato son grandes confrontaciones donde estará en juego el futuro de los pueblos indígenas y de pasada el del país, porque si a algún sector de mexicanos le interesa su futuro es a los pueblos indígenas. Son ellos los que defienden la soberanía – recuerden que los tohono Odham demandaron al gobierno de Estados Unidos encabezado por Donald Trump cuando éste amenazó colocar un muro en la frontera–, son ellos los que defienden el patrimonio nacional –al menos constitucionalmente, los recursos naturales del suelo y el subsuelo lo siguen siendo–. Por eso ahora que las cabañuelas anuncian ventarrones, mal haría un gobierno en no escucharlos cuando advierten el peligro. No se lo merecen. Y menos de un gobierno que prometió cambiar el país por el bien de todos. 12


Estudiantes sin miedo en Chile

Gloria Muñoz Ramírez - La Jornada - Los de abajo Sábado 11 de enero de 2020 “No les tenemos miedo”, es el mensaje contundente que los estudiantes de Chile dirigen al gobierno de Sebastián Piñera. “Vamos a seguir en las calles a pesar de la represión, la criminalización y de que el gobierno y la derecha quieran vernos presos”, advirtieron los jóvenes de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), los mismos que hace casi tres meses iniciaron la revuelta popular más grande de las recientes décadas en el país andino. “Mientras ellos hablan de represión, nosotros hablamos del fin a la educación de mercado”, declararon luego de ser amenazados por el gobierno en el contexto del exitoso bloqueo a la Prueba de Selección Universitaria (PSU), un test estandarizado aplicado en Chile desde 2003 para el proceso de admisión a la educación universitaria. Una prueba que, indica la ACES, “es segregadora porque quien no tiene el dinero para tener acceso a una educación que lo prepare para ella, no puede pensar en un alto puntaje”. El argumento es claro, pues en Chile las personas que estudian las carreras que exigen puntajes más altos provienen, en su mayoría, de familias sin problemas económicos, mientras los que estudian carreras precarizadas son jóvenes de la clase trabajadora. En estos tres meses, de manera paralela al rol de la primera línea conformada por jóvenes que definen en las calles la confrontación con las fuerzas represivas del Estado, se construye desde abajo el país que se quiere, al tiempo que se van poniendo en evidencia las políticas neoliberales que pusieron a la gran mayoría en la cuerda floja. La educación, la salud, el trabajo y la vivienda son los ámbitos más cuestionados. A las amenazas de Piñera, los estudiantes movilizados responden que “son una muestra más de que están desesperados y de que este gobierno violento no quiere escuchar, pues lo único que quiere es seguir reprimiendo a su propio pueblo”. 13


“Ellos creen que amenazando a la ACES, los estudiantes dejarán de movilizarse; lo que no saben es que miles de secundarios se han autoconvocado para funar (efectuar una manifestación de acto y repudio público) la prueba. Si quieren venir a buscarnos, aquí estamos, porque no bajaremos los brazos”, sentenciaron quienes no tienen nada que perder. desinformémonos.org losylasdeabajo@yahoo.com.mx

El Istmo es nuestro, no de empresas ni gobiernos Gilberto López y Rivas - La Jornada - Jueves 9 de enero de 2020

Una importante convocatoria pública ha circulado profusamente por las redes, a partir del primero de enero del nuevo año, en la que se advierte de la inminente amenaza por parte del gobierno de la 4T y del presidente Andrés Manuel López Obrador, de “imponerles a los pueblos del istmo de Tehuantepec, al pueblo de México y a la nación misma, el llamado ‘Programa de Desarrollo Integral del Istmo de Tehuantepec-Tren Interoceánico’ (popularmente conocido desde 1996, como ‘Megaproyecto del Istmo’,” aunque por sus características peculiares el nombre más apropiado debiera ser: “Megaproyecto McLane–Ocampo”. Firmada por numerosas organizaciones, colectivos y asambleas comunitarias, organismos de derechos humanos, ecologistas, movimientos, sociales, gremiales, redes de la sociedad civil, centros de investigación, académicos, artistas, periodistas, personalidades y ciudadanos, la convocatoria pública analiza a profundidad lo que se considera como un reciclamiento, actualizado y potenciado de un programa de desarrollo regional de Ernesto Zedillo, que consiste: “en un monstruoso canal seco multimodal, alternativo al canal de Panamá, para el beneficio del comercio corporativo global, con el que se pretende interconectar de manera muy rápida la circulación masiva de todo tipo de mercancías, bienes y productos, entre el océano Atlántico (Golfo de México, facilitando la salida a Europa y costa este de Estados Unidos) y el océano Pacífico (salida hacia China-JapónIndonesia-Australia y la costa oeste de Estados Unidos”. 14


Como todos los megaproyectos de la Cuarta Transformación, a lo largo del canal seco se establecerían corredores industriales y agroindustriales, empresas maquiladoras, armadoras automotrices y de maquinaria, así como otros megaproyectos igualmente extractivistas y depredadores: concesiones mineras, extracción petrolera y de gas natural (convencional y fracking), gasoductos y oleoductos, refinerías, parques eólicos, represas hidroeléctricas, plantaciones comerciales forestales y agroindustriales, hoteles para turismo de élite y la construcción de una autopista paralela a la vía férrea. Todo ello, a partir de las ya conocidas “consultas” simuladas y violatorias “de los más elementales derechos indígenas” y, como buen gobierno neoliberal, se decretaría toda la zona del Istmo, como libre o franca, con exención de impuestos, otorgamiento de subsidios gubernamentales, terrenos con infraestructura lista, caminos de acceso, calles internas, agua-drenajes, energía eléctrica, redes de cableado subterráneo y demás servicios básicos. Esto es, el gobierno al servicio de las empresas multinacionales y de los gobiernos más poderosos del mundo, encabezados por el de Estados Unidos. De llevarse a cabo, acorde a los firmantes, “significaría el total saqueo, la devastación y la privatización de los invaluables bienes naturales, así como la desaparición total de los sistemas productivos tradicionales, básicos para el autoconsumo y la soberanía alimentaria, familiar y comunitaria (milpa de policultivo, huertos familiares, manejo de acahuales, semillas nativas) de los territorios indígenas, del pueblo negro y de comunidades campesinas, que se localizan en los 98 municipios considerados actualmente en el ‘Programa de Desarrollo Integral del Istmo de Tehuantepec-Tren Interoceánico’, en los estados de Oaxaca (46), Veracruz (33), Chiapas (14) y Tabasco (5)”. Del mismo modo, este “desarrollismo y modernidad”, (como en Cancún), además de empleos precarizados, lo que traerían es mayor “contaminación, alcoholismo, drogadicción, narcomenudeo, inseguridad y delincuencia organizada, secuestros, prostitución, desaparición de jóvenes y trata de blancas, feminicidios, embarazos de adolescentes, inflación y mayor pobreza socioeconómica, violencia intrafamiliar, rompimiento del tejido social y la pérdida de la cultura y los valores comunitarios y de los sistemas normativos internos”. 15


Este megaproyecto, igualmente, pondría en riesgo el futuro de las generaciones por venir, incrementando el calentamiento global y condenando a largo plazo a la muerte misma de la Madre Tierra. De la misma forma, implicaría la militarización del Istmo, la región geoestratégica más importante de nuestra nación, por lo que, implicaría un alto riesgo a la integridad y soberanía nacional-popular. Por estas razones, se convoca a construir una amplia alianza, no sólo para detener y revertir este proyecto de muerte sino, también, para construir colectivamente una propuesta alternativa de desarrollo sustentable para el istmo de Tehuantepec, comunitaria y popular; y para la constitución de un movimiento de resistencia y una intensa campaña global, nacional e internacional denominada “El Istmo es nuestro”, de los pueblos indígenas, del pueblo mexicano, no de las empresas ni de los gobiernos. (elistmoesnuestromx@gmail. com Campaña global: www.elistmoesnuestro.org). ¡No al megaproyecto del Istmo! ¡Sí a la vida!

El Estado mexicano frente al EZLN

Magdalena Gómez - La Jornada - Martes 7 de enero de 2020 A 26 años de la presencia pública del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ejerciendo su derecho a la rebelión, se impone recordar algunas claves de la trayectoria que ha marcado la muy prolongada suspensión de un diálogo que debió concluir con la firma de la paz y el cumplimiento de los acuerdos que se tomaran en la agenda pactada. Como sabemos, el derrotero de este proceso fue producto de la decisión de sabotearlo por los distintos gobiernos, con modalidades que han llevado incluso a la aplicación de formas violentas. Destaca en ello sin duda, el ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, quien en la conocida traición del 9 de febrero de 1995 anunció la estrategia de guerra contra el EZLN que todas y todos conocemos. Para contener la crisis provocada el Congreso de la Unión aprobó la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas, 16


en la cual se enfatizó que sus causas eran y son justas, e incluyó una estructura para el diálogo que involucra no sólo al Poder Ejecutivo, sino también al Legislativo. En ese ya largo historial cabe destacar que el EZLN ha respetado el cese al fuego decretado a nivel presidencial el 12 de enero de 1994 y aceptado por esta fuerza política, porque no es otro el carácter que adoptó al concentrarse en la organización de las comunidades zapatistas y formar con ellas las juntas de buen gobierno y caracoles zapatistas, experiencia autonómica inédita dentro y fuera del país. Hoy día parece indudable que la única oposición radical al gobierno de la llamada Cuarta Transformación es justamente el EZLN. La reacción del Presidente de la República a su postura expresada el pasado 1º de enero, está marcada por un lenguaje con tinte personal, en calidad de ofendido, más que una posición de jefe de Estado. Para el zapatismo y el Congreso Nacional Indígena parece difícil ignorar que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari en 1994 estaba por festejar la entrada en funciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y justo en estos días se está en las vísperas de la firma del T-MEC, con los mismos países y con disposiciones afines a similar trayectoria neoliberal. No sólo eso, el salinismo abrió la oleada de contrarreformas con que se hizo al artículo 27 constitucional y Enrique Peña Nieto las coronó con las llamadas reformas estructurales. Ese andamiaje está vigente y hoy no se anuncian intenciones de promover su abrogación. Se está buscando asumir políticas que moderen sus efectos, en algunos casos. En este muy genérico contexto, el actual gobierno está empeñado en el impulso de megaproyectos, como el Tren Maya, el Corredor Transístmico y el Proyecto Integral Morelos, con toda la cauda de consultas simuladas. El capital trasnacional es el telón de fondo de los mismos. A ello se oponen enfáticamente el zapatismo y el Congreso Nacional Indígena. Como respuesta, el Presidente de la República los descalifica, en especial a la dirigencia del EZLN, al señalar que es una oposición ideológica y, ante la pregunta sobre la posibilidad de un diálogo, con cierta displicencia, señaló: “Sí, que lo vea el 17


Instituto Nacional de Pueblos Indígenas”. Ello, al margen de una ley vigente, como la que data de 1995 y de una comisión bicamaral que periodo tras periodo se integra. Por supuesto, el EZLN desde la otra traición, la de 2001, ni remotamente ha planteado la reanudación del llamado diálogo, pero el jefe de Estado bien podría siquiera pensar una estrategia seria que vaya más allá de enconos ante sus opositores anticapitalistas, o de emisarios extraoficiales, como el padre Alejandro Solalinde o visitas simbólicas a la emblemática comunidad de Guadalupe Tepeyac. Vicente Fox falló en su ofrecimiento de que en 15 minutos resolvería el conflicto zapatista y se subordinó a la contrarreforma indígena que violentó los acuerdos de San Andrés. Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto guardaron silencio. Hoy no basta con refugiarse en los 30 millones de votos y en las becas que recibirán en lo individual miles de indígenas. Ciertamente hace 40 años el Presidente de la República fue un funcionario ejemplar de la política indigenista. Pero la insistencia en que no se despojará de sus tierras a las comunidades requiere la prueba de los hechos. Las comunidades que serán afectadas están definiendo sus formas jurídicas y políticas de resistencia y el zapatismo acompaña a cualquier costo esta lucha que, con razón definen, es contra la continuidad del proyecto neoliberal. El mismo 9 de febrero de 1995 el EZLN desmintió al entonces presidente Ernesto Zedillo en un comunicado: “Durante años vivimos así amenazados por los grandes señores y sus ejércitos privados. Cansados de esto nos alzamos en armas para exigir lo que es razón de cualquier ser humano en cualquier parte del mundo: la libertad, la democracia y la justicia. El diálogo que pretendía el mal gobierno es teniendo al EZLN de rodillas. Se equivoca, desde el lº de enero de 1994 vivimos de pie. De pie hablaremos o de pie pelearemos, de pie viviremos o de pie moriremos.” La continua dignidad. 18


En contra de los megaproyectos neoliberales Gloria Muñoz Ramírez La Jornada - Los de abajo Sábado 4 de enero de 2020

Los pueblos mayas que hace más de tres décadas decidieron otro destino y que justo este primero de enero cumplieron 26 años de construirlo, mostraron este fin de año músculo, base organizativa, apertura y fortaleza para desafiar, con todo en contra, los megaproyectos neoliberales impulsados por el actual gobierno federal. Al emblemático desafío presidencial de “les guste o no les guste” se pondrá en marcha, el proyecto estratégico del Tren Maya, los zapatistas asumieron “la parte que nos toca de ese reto” y respondieron que defenderán a la Madre Tierra con su vida. No dijo el EZLN que emprenderá acciones armadas, como se apresuraron a vaticinar quienes no se juegan la vida todos los días, pero los zapatistas dejaron claro que (nuevamente) están dispuestos a poner el cuerpo y organización para defender la tierra que guardan. Llevan 26 años apelando a la sociedad a construir junto a ellos una alternativa anticapitalista. Y prueba de que no se han cansado son los cinco eventos que en un solo mes organizaron en sus territorios: un encuentro de cine, otro de danza, uno de mujeres, uno de pueblos indígenas y la celebración del aniversario de su levantamiento. Encuentros en los que, como ninguna otra organización, abren sus puertas y dejan ver a quien quiera sus avances y tropiezos. Sólo una organización fuerte puede darse ese lujo. Justo la experiencia de su autonomía, única en el mundo, es la que podría ponerse en riesgo en la defensa de su territorio. Es su carta más alta, el ofrecimiento más grande hacia adentro y hacia fuera el que, saben, podría lastimarse y el que, afirman, están dispuestos a que desaparezca si es el precio de su lucha por la tierra. El mensaje es profundo y no sólo simbólico. Lo están poniendo todo. Hacia abajo los zapatistas interpelaron a su iguales: “¿A qué están dispuestos para detener la guerra que hay contra la humanidad?”. Y, hacia arriba, preguntaron: “¿Están dispuestos los malos gobiernos a 19


tratar de destruirnos al costo que sea, a golpearnos, encarcelarnos, desaparecernos y asesinarnos?”. El Presidente respondió que él no es Salinas, que los zapatistas no están bien informados y que no le quitará la tierra a nadie. Falta. desinformémonos.org losylasdeabajo@yahoo.com.mx

La tormenta y el horizonte

Francisco López Bárcenas - La Jornada - Viernes 3 de enero de 2020 Me he tomado la libertad de iniciar mis colaboraciones de este año en La Jornada contando una anécdota que me sucedió con mi padre cuando era niño. El atardecer de un día, terminada la jornada de siembra, soltamos las vacas para que pastaran; en eso andábamos cuando comenzó a caer una tormenta y tuvimos que protegernos de ella en el manteado donde guardábamos las cosas. Llegó la noche y la tormenta seguía, las vacas se perdieron entre el monte y sólo hasta que la lluvia amainó salimos a buscarlas. No se veía nada. Entonces escuché las palabras de mi padre: “fíjate bien cuando el relámpago ilumine el monte”, me dijo. “No lo mires de frente porque te deslumbrará, mira el monte que quieres caminar, si lo haces bien tal vez encuentres el camino”. Así lo hice, la luz del relámpago me enseñó el camino y después pude encontrar a las vacas. La anécdota viene a cuento porque en la tormenta que nuestro país vive existen muchos relámpagos que buscan lanzar luces sobre el campo que caminamos, pero nos perdemos porque vemos su resplandor, no el terreno que ilumina. Y aquí cabe una digresión. Jan de Vos, quien dedicó la mayor parte de su vida a vivir con los mayas de Chiapas y a entender sus formas de existencia, tenía su propia manera de medir los tiempos históricos, seguramente aprendida de ellos. En sus grandes divisiones del tiempo existía el amanecer, el pleno día, el atardecer y el anochecer. Según él nos encontramos en esta última y para salir de ella existen muchos caminos, el que elijamos depende de la luz que tengamos para caminarlo. La luz del relámpago que mi padre me enseñó a mirar. 20


Hay muchos caminos y de todo tipo. Largos y tortuosos, pero seguros; cortos y fáciles, aunque engañosos; rectos y colmados de ilusiones, pero inseguros de llevarnos a la meta, con vericuetos aunque con posibilidades de llegar al destino. Elegir el camino correcto es un buen paso para sortear la tormenta, pero no es suficiente. Importan también los recursos con que se cuente para caminar y los compañeros de viaje. Los recursos tienen que ver con el tipo de camino que se elija y la calidad de éste: no es lo mismo avanzar en una carretera pavimentada que en una vereda llena de espinas, como no lo es tampoco caminar en terreno plano o por geografías montañosas. Asimismo no es lo mismo caminar con alguien que para trasladarse cuenta con un poderoso automóvil, y que por lo mismo decide el camino y nos dice que por él llegaremos a nuestro destino, que avanzar con nuestros pies, más lento, pero más seguro. El año que comienza viene lleno de retos para sortear la tormenta en que vivimos y encontrar el camino para remontarla. Después de un año de un gobierno en que un gran número de mexicanos depositó sus esperanzas de cambio, ya se mira más claramente su rumbo, que ya muchos advertíamos, el mismo que gobiernos anteriores caminaron en lo más sustancial; ya se conocen sus formas de caminar, sólo con aquellos que no cuestionen las formas de hacerlo; y los recursos con que cuenta para avanzar, escasos para alcanzar su objetivo. Ya se ve también el caminar de los que no aceptan ese camino y buscan otros mejores para sortear la tormenta. La luz que éstos arrojan se enfoca a mostrar por qué no se camina el anterior camino y a convencernos de que el suyo es el correcto. Pero todavía es una luz débil, insuficiente para todo lo que quiere alumbrar. Para salir de la tormenta se necesitan relámpagos de luz que muestren caminos novedosos. Pero estos no surgen de la pasividad, sino de las descargas eléctricas que los producen y para que estas existan se necesita del movimiento. No hay otra manera de lograrlo. De la misma manera, la posibilidad de alumbrar nuestro bosque y poder encontrar el camino que buscamos para salir de la tormenta está en generar movimientos, en el más amplio sentido de la palabra: movimiento para pensar en el cambio, la mejor manera de llevarlo a cabo; el camino a seguir, también implica 21


movimiento, lo mismo que para hacerse de los recursos necesarios para avanzar y los compañeros de viaje. Pensar en el cambio es generar los relámpagos que alumbren nuestro camino para superar la tormenta. Si lo hacemos bien, es posible que al final podamos ver un arcoíris en el horizonte.

El Marichiweu zapatista

Luis Hernández Navarro - La jornada - Martes 7 de enero de 2020 Un camino simbólico hermana la resistencia mapuche y la zapatista. Nace en un enorme auditorio de madera con una estrella roja y cupo para mil personas, en el nuevo caracol de Tulan Kaw. Un recinto que es “una ballena en el sureste mexicano”, construido en plena montaña, en la tierra recuperada a un cacique local de Amatenango del Valle. Y que fue bautizado por los rebeldes del sureste mexicano como Marichiweu, en honor al pueblo mapuche. Una palabra que significa “cien veces venceremos” en idioma mapudungun. El auditorio Marichiweu fue la sede de dos de las cinco actividades político-culturales con las que el EZLN cerró el año, a las que denominó Combo por la vida: diciembre de resistencia y rebeldía. Una iniciativa político-cultural para defender su proyecto de vida de la ofensiva devastadora de los macroproyectos de la 4T. El primero, realizado del 7 al 14 de diciembre, consistió en la segunda edición del Festival de Cine Puy Ta Cuxlejalic. El primer CompArte de Danza Báilate otro mundo, efectuado entre el 15 y el 20 de ese mismo mes, fue el segundo. Durante la fiesta fílmica se proyectaron más de 50 películas, muchas documentales que difícilmente llegan a salas de cine comercial. El acto fue un espacio de reunión y diálogo entre artistas, realizadores, bases de apoyo y responsables de la comunicación zapatistas conocidos como Tercios Compas. Según el actor Daniel Giménez Cacho, participante en el encuentro, “aquí el cine se vive como una experiencia de hacer comunidad, de hacer colectividad […] esta es una experiencia que enriquece mucho, que anima mucho, que da mucha esperanza. Aquí se ve más allá de rollos, se ve en la realidad 22


concretamente qué se puede hacer cuando la gente está organizada para compartir. Cuando se piensa en el bien común florece este lugar de encuentro, de respeto” (https://bit.ly/2sBH9nr). Al CompArte Báilate otro mundo asistieron más de mil bailarines y bailarinas de géneros distintos. Según Argelia Guerrero, “la pluralidad de estilos, lenguajes y contenidos sorprendió a neófitos y expertos: danza clásica, neoclásica, contemporánea, butoh, árabe, acrobacia, bailables zapatistas, circo, aérea, performance, participativa, belly dance, hip hop, manipulación de fuego y hula hula. Talleres de danza contemporánea, expresión corporal, salsa antirracista, malabar, danza árabe y danza africana” (https://bit.ly/2SQAyQB ). El baile tiene una enorme importancia en las comunidades rebeldes. A finales de noviembre de 1996, en un evento cultural en la antigua Ciudad Real, el comandante Zebedeo detuvo las canciones y la lectura improvisada de diarios y poemas y contó la historia de cómo, cuando estaban enmontañados y las bases de apoyo les llevaban el arroz y los totopos, aprendían a organizar bailando. Cada uno de los insurgentes debía sacar a otro más a danzar y aprender con él o con ella los pasos, porque si no, se tropezaban. Y, ya que le habían hallado el modo, se separaban para meter a alguien más al baile. Explicó cómo la lucha era justo como el baile. No había que parar de moverse, necesitaban encontrar el ritmo, no podían perder el paso, tenían que ser cada vez más. Y, nada más terminar su historia, pidió música, y con los primeros compases de la guitarra escogió a su pareja y se dispuso a poner en práctica su decir. La fiesta dio inicio. Eso de danzar se da mucho en aquellas tierras. La primera vez que Cuauhtémoc Cárdenas llegó por Guadalupe Tepeyac en 1994, rápido lo sacaron a bailar y hasta alternó una pieza con doña Rosario Ibarra. Al salir la comandante Ramona rumbo a la ciudad de México, la comunidad de San José del Río la detuvo con música y baile para despedirla. Cuando los mil 111 regresaron a dar cuentas de los avatares de su marcha sobre la Ciudad de México, La Realidad era puro baile. La marimba no falta cuando se necesita, y eso que se necesita a cada rato. Bailan de día y de noche, con secas y con lluvias, hip hop, rap, cumbias y rancheras. Durante años bailaron sin parar La del moño colorado. 23


Como parte del Combo por la vida, se efectuó el 21 y 22 el Foro en Defensa del Territorio y la Madre Tierra, con la participación de 921 personas de 24 países y 25 estados. También, del 26 al 29, el segundo Encuentro Internacional de Mujeres que luchan, al que asistieron alrededor de 5 mil participantes, entre ellas la cantante Mon Laferte. El 31 de diciembre y 1° de enero de 2020, se celebró el 26 aniversario del inicio de la guerra contra el olvido. El acto tuvo dos momentos. En la tarde, el subcomandante Moisés leyó un duro pronunciamiento político ante 2 mil milicianos zapatistas. En la medianoche, las comandantas Elizabeth y Dalia y los comandantes Zebedeo y Tacho hablaron de la necesidad de mantener la organización y la lucha y defender la tierra y la autonomía. “No les tenemos miedo”, dijeron (https://bit.ly/2QoRpZ1). El EZLN es una realidad del México profundo. No desapareció por las elecciones presidenciales de 2018. El mensaje que envió este fin de año es claro: en su lucha por la vida contra la “maquinaria de muerte que se llama sistema capitalista” y de los megaproyectos que buscan destruir todo en nombre del progreso, están “dispuestos a ser golpeados, encarcelados, desaparecidos, asesinados como individuos e individuas zapatistas”. Cuando el subcomandante Moisés preguntó a los milicianos en lengua tzeltal –en la que pronunció todo su discurso– si estaban dispuestos, ellos le respondieron: “¡sí!” El marichiweu mapuche está en su horizonte. Twitter: @lhan55

Gatillo fácil: una herencia difícil de enderezar Raúl Zibechi - L a Jornada - Viernes 3 de enero de 2020

Todos los años la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), de Argentina, emite un informe sobre lo sucedido en el último año. Mauricio Macri dejó el gobierno con mil 833 asesinatos en sólo cuatro años, un récord desde que se restituyó la democracia en 1983. Más de un muerto por día a manos del Estado. 24


Lo datos de Correpi (correpi.org) destacan que uno de cuatro asesinados por el Estado son menores de 25 años (43 por ciento) y la inmensa mayoría pertenecen a los sectores populares. Por el contrario, entre los mayores de 34 años el Estado produce, relativamente, pocas muertes, poco más de 10 por ciento de total de 7 mil 93 crímenes registrados en todo el periodo. 35 años de relevamientos sobre la violencia directa del Estado, son tiempo suficiente para observar tendencias de fondo. En los primeros gobiernos de la posdictadura, los crímenes estatales sumaban 28 asesinados cada año, bajo el gobierno de Raúl Alfonsín, entre 1983 y 1989. Con el de Carlos Menem, que abarca 10 años, de 1989 a 1999, el Estado incrementó más del doble sus crímenes, con un promedio de 69 al año. El salto se comprende porque se trató de un gobierno crudamente neoliberal, que privatizó la casi totalidad de las empresas estatales, desmantelando el Estado y enfrentando, en consecuencia, amplias protestas sociales y sindicales. Apenas llegado a la presidencia, indultó más de mil 200 militares y civiles comprometidos en violaciones a los derechos humanos durante la dictadura. El segundo gran salto en los crímenes del Estado se produjo en los cuatro revueltos años, de 1999 a 2003, cuando se vivió el masivo levantamiento popular de 19 y 20 de diciembre de 2001 y el ciclo de movilizaciones de desocupados (los llamados piqueteros) con el telón de fondo de la mayor crisis económica, social y política en la historia argentina. En ese periodo de masivas y radicales movilizaciones, el Estado asesinó entre 180 y 190 personas por año, la mayoría concentradas en 2001. En los cuatro años que gobernó Néstor Kirchner, el promedio de crímenes del Estado ascendió a 240 por año y ya durante los ocho años de Cristina Fernández la cifra trepó aún más, hasta 332 asesinados anuales. La explicación de este crecimiento (de 180 a 330) es complejo de dilucidar, ya que ambos gobiernos enarbolaron un discurso en favor de los derechos humanos y durante varios años intentaron suavizar la represión. 25


Con el gobierno de Macri, recién finalizado, se produjo un aumento importante, con un promedio de 470 asesinados por año. Las cifras pueden incluso aumentar cuando se afinen los datos de 2019, hoy aún incompletos. Bajo este gobierno la represión creció de forma desproporcionada. La ministra del Interior, Patricia Bullrich, consideró a todo el pueblo mapuche como terrorista, defendió los crímenes policiales y tuvo enfrentamientos muy duros con los organismos de derechos humanos. En 2017 se produjo el crimen de Santiago Maldonado, emblemático de la represión de Macri, tanto por el cinismo de las autoridades negando la participación de la fuerza armada policial, como por la justificación del crimen. Lo cierto es que observando 35 años, concluimos que el Estado cada vez mata a más personas, que las cifras crecieron sin parar independientemente de los gobiernos (de 28 a 470 por año) y que nada indica que las cosas puedan cambiar, aunque el nuevo gobierno intentará reducir algo la cifra. A la hora de preguntarnos por las causas de este fenomenal crecimiento, debemos hacer varias consideraciones que no únicamente valen para Argentina, sino que encontramos en realidades de toda América Latina. La primera es comprobar que los Estados ya no son capaces de garantizar la vida de las personas, más allá de quien esté en el gobierno, como sostenemos hace tiempo (https://bit.ly/2sBUE6k). Lo que vienen haciendo todos ellos es, apenas, justificar los crímenes con discursos que eluden su responsabilidad. Si la violencia crece y no puedes detenerla, debes retirarte del poder. La segunda es que debemos buscar las causas de fondo de esta escalada de muerte, permanente, constante y sin soluciones a la vista. No encuentro otras razones que no sean el extractivismo, la acumulación por despojo y sus megaproyectos, que buscan convertir la vida en mercancías desterrando a los pueblos que habitan los territorios que desean conquistar. La tercera es qué hacer ante esta realidad en la cual el Estado y el capital están aliados en contra nuestra. Creo que una respuesta es la que dieron las mujeres zapatistas en el Segundo Encuentro 26


Internacional de Mujeres que Luchan. Como dijo la comandanta Amada en la inauguración, “en nuestras compañeras en este año no hubo ninguna asesinada ni desaparecida”. El Estado no nos dará seguridad, como no puede darnos dignidad. Cada vez es más claro que el sistema es lo que es, y que eso no depende de que se elijan “buenos gobiernos”, como señalan algunos, porque ellos tampoco resuelven lo más fundamental: la vida.

Tren Maya: neocolonialismo de alta intensidad Silvia Ribeiro - Desinformémonos - El sueño de la razón 30 diciembre 2019

Ustedes vienen a prometernos la riqueza de los vientos y de la gran estrella con una ingenuidad obscena y tirana, y no saben que los vientos nos guían la vida en todas las estaciones y que la estrella madre-padre es centro y norte de todos nuestros sures ancestrales Ustedes los que quieren conectar los sures en nombre del progreso con sus adornos tristes de aparadores y soledades, nos enrabian y enrisan en su ingenuidad pueril cuando los vemos tan distantes, ausentes, tristes, desvinculados de sí, dándose al oasis del capital, los éxitos y el desarrollo. Y no saben que nosotros, aún en lo que creen ruinas, seguimos leyendo las señales de la tierra, de los animales, de los vientos, del agua vinculándonos a lo eterno. No saben que somos semillas con los saberes de todos los mundos, de nuestras ancestras y ancestros y que eso no se mata o desaparece en una persona, que somos montes, trojes, milpas en lo rural y urbano y que germinamos con toda la fuerza, el amor y la rabia que este tiempo urge. No se olviden que estamos, que somos muchos, que florecemos a pesar de todas las sequías. Extracto de texto de Alika Santiago Trejo, de la Colectiva de Mujeres K-luumit X ’ko olelo’ob, Bacalar, Quintana Roo, ante amenazas a Pedro Uc. 27


En las últimas semanas, el gobierno de México realizó un simulacro de gran alcance. No para prevenirse ante sismos, sino para hacer creer a la población de todo el país, y especialmente a la del Sureste, que se realizaron consultas a los pueblos indígenas sobre el Tren Maya y que decenas de miles de personas -indígenas y otrosdieron su aprobación al proyecto, lo cual es un acto avanzado de manipulación y falseamiento de la realidad. Lo brutalmente real, es que opositores indígenas al proyecto, como el poeta maya Pedro Uc y su familia, son acosados y amenazados de muerte para que se callen. Muchas redes y colectivos denunciaron estas amenazas, que también formaron parte de la nutrida lista de asesinatos, ataques y agresiones contra los defensores de los territorios, que denunciaron los pueblos en la Cuarta Asamblea conjunta del Congreso Nacional Indígena y el Concejo Indígena de Gobierno, así como en el Foro en Defensa del Territorio y la Madre Tierra, que se realizaron con el EZLN en Chiapas en diciembre 2019. El Tren Maya es uno de los proyectos a los que todas estas organizaciones y pueblos se oponen, pero que el gobierno de López Obrador considera clave y se propone llevar adelante a cualquier costo. Así lo estableció en su plan de gobierno desde antes de ser elegido presidente. El proyecto enlazaría con líneas de ferrocarril, cinco entidades: Chiapas, Yucatán, Campeche, Quintana Roo y Tabasco. El tren en sí mismo, como explican Samuel Rosado y Ramón Vera Herrera en Ojarasca, es apenas una parte del proyecto. Aunque el trazo y aumento de tráfico tendrá impactos ambientales, sociales y sobre la naturaleza, sobre todo en zonas donde no existe carretera u otras líneas ferroviarias anteriores, como Calakmul, los impactos más devastadores del proyecto serán en áreas que van mucho más allá de las zonas donde pasarán las vías. Resume Heber Uc, del Consejo Indígena de Bacalar, “el Tren Maya es el inicio de una conexión de diferentes proyectos que se llevan a cabo desde hace algunos años en la península, como las celdas fotovoltaicas, los parques eólicos, la agroindustria, las megagranjas porcícolas y el llamado turismo “verde”, entre otros.” Todo esto, explica, será unido por el tren. La especulación de la tierra ya empezó y “desde el anuncio del proyecto mucha gente está llegando 28


a la zona para apropiarse de la tierra, y en las orillas de la carretera del tramo de Bacalar a Cancún se está dando una serie de despojos mediante violencia”. (Derecho de réplica. Hablan los pueblos) Estos son todos aspectos centrales del proyecto Tren Maya, pero que el gobierno no pone a discusión. Sobre el reciente proceso llamado de “consulta” que el gobierno realizó aceleradamente en noviembre y diciembre, el organismo de Derechos Humanos de la ONU, que fue convocado por el gobierno a asistir como observador y participó en la mitad de las “asambleas” consultivas, elaboró un informe crítico. Señaló que no se había cumplido con las condiciones que exigen los estándares internacionales a los que está sujeto México, según los cuales la consulta debiera ser para buscar el consentimiento, en forma “previa, libre, informada y culturalmente adecuada”. Indican que si bien el ejercicio que hizo el gobierno –15 reuniones informativas y 15 llamadas asambleas– fue previo a la ejecución del proyecto, la búsqueda de consentimiento no se reflejó en la convocatoria y el protocolo de consulta en los que se describe “como uno de sus objetos establecer acuerdos con las comunidades respecto a su participación en la implementación y la distribución de beneficios, lo cual podría dar a entender que el proyecto se hará independientemente del resultado de la consulta.” ONU-DH expresó que tampoco se cumplió con los otros requisitos, ya que la información solo describió los supuestos beneficios, sin informar de los impactos negativos, ni siquiera cuando se interrogó a los representantes gubernamentales al respecto, en las reuniones presenciales. Adicionalmente, no se organizaron los eventos junto a las comunidades, para respetar sus tiempos, usos y costumbres, sino que fueron programados por las autoridades, con apenas dos semanas entre las reuniones informativas y las llamadas asambleas. Pese al nombre, esas instancias no eran asambleas de las comunidades, sino que se citó a representantes municipales y agrarios, sin dar chance a que las propias comunidades discutieran, procesaran la información y eligieran, junto a sus autoridades tradicionales, quiénes serían las y los delegados a tales consultas. ONU-DH señaló también la baja participación de mujeres y que muchas personas no pudieron acudir por falta de recursos económicos. 29


Pero el mayor punto de preocupación del organismos fue que observó que para los participantes, la atención de derechos y necesidades básicas, como agua, saneamiento, salud, educación, trabajo, vivienda, aparecían condicionadas a la aceptación del proyecto. El organismo explicó que en algunos casos, representantes de gobierno manifestaron que los derechos económicos, sociales y culturales, no estaban condicionados, pero la forma en que se desarrolló la supuesta “consulta” dio a entender que con el Tren Maya, esos derechos se concretarían. A este respecto, es ilustrativo el relato de Margarita Valdovinos, investigadora de la UNAM, que también participó como observadora en consultas. Reporta que la “información” que se entregó a las comunidades fue parcial y sesgada, tal como señaló la ONU, pero además, en la convocatoria se les exhortó a venir a plantear las demandas y peticiones de las comunidades, no específicamente sobre el proyecto. Esto provocó que en las reuniones, los asistentes vertieran una larga lista de necesidades, a lo que los representantes gubernamentales en forma directa o indirecta respondieron o implicaron que se podrían atender con el proyecto, por lo que al final de la reunión, interpretaron que los asistentes daban su aprobación al Tren Maya. Ante las preocupaciones expresadas por la ONU_DH, el gobierno de México respondió, igual que tantos otros gobiernos, con descalificaciones al organismo, alegando que sus apreciaciones no eran ciertas –como si no hubieran estado allí en persona y no hubieran visto todo en primera fila– y les acusó de “asumir una línea de militancia social opositora”. Agregó además que el organismo desconocía “la voluntad expresada por las comunidades” a favor del proyecto. Con el Proyecto Integral Morelos, el gobierno de AMLO acusó a las y los campesinos que defendían desde hace años su territorio de ser “radicales conservadores”, lo que dio el marco para el asesinato del comunero Samir Flores. Ahora la ONU-DH son “militantes sociales opositores”, porque señalan las severas deficiencias de estas llamadas consultas, dando el marco para nuevas agresiones en la región del proyecto Tren Maya. Pedro Uc recibió las amenazas apenas horas después de haberse expresado críticamente al proyecto en una reunión. 30


Son los propios pueblos los que saben qué desarrollo quieren, cómo y para qué. A ellos no se lo han preguntado, muchos menos en sus propias condiciones y formas políticas y culturales. Las consultas fraguadas desde el gobierno solamente pretenden vender y justificar el avance de un proyecto en el que ganarán las empresas y proyectos devastadores, despojando a las comunidades de sus territorios. Son tiempos aciagos. Como dice Alika Santiago, los pueblos seguirán floreciendo pese a todas las sequías.

Es un gusto invitarlos a la presentación de la Iniciativa Ciudadana de Ley General de Aguas Fruto de consensos construidos durante ocho años a lo largo del país 4 febrero: Cámara de Diputados, Puerta 1 9:30 am. Senado 1:30 pm

Con procesión celebratoria--con tambores y cubetas--entre las dos Cámaras. Nuestra propuesta, que ya cuenta con 50% más firmas físicas de las requeridas, nos permitirá defender de aquí a abril (proceso de dictamen de las distintas iniciativas) los siguientes 12 Consensos: 1. 2. 3. 4.

Respetar la Naturaleza Respetar las aguas de los pueblos y de los núcleos agrarios Coadministrar el agua en el territorio Reconocer el derecho ciudadano a vetar proyectos dañinos a aguas y cuencas 5. Acabar con el acaparamiento e impunidad por parte de grandes usuarios 6. Prohibir agua para minería tóxica y fracking 7. Cerrar la puerta a la privatización 8. Democratizar los servicios de agua y saneamiento 9. Priorizar el agua para la soberanía alimentaria 10. Garantizar acceso pleno a la información 11. Asegurar recursos públicos suficientes 12. Erradicar la corrupción ¡Nos vemos el 4 febrero! 31


Ternura radical

Manifiesto vivo por Dani d’Emilia y Daniel B. Chávez. Ternura radical es ser crítico y amoroso, al mismo tiempo. Ternura radical es entender cómo utilizar la fuerza como una caricia. Ternura radical es saber acompañarnos entre amigos y amantes, a distintas distancias y velocidades. Ternura radical es escribir este texto al mismo tiempo desde continentes lejanos... desde la misma cama, escribiendo al acariciar. Ternura radical es saber decir que no; es cargar el peso de otro cuerpo como si fuera el tuyo; es compartir el sudor con un extraño. Ternura radical es bailar entre cuerpos disidentes en un taller...estar encimados y mantener la sonrisa y la fiesta. Ternura radical es dejarse mirar; dejarse llevar. Ternura radical es no desplomarse frente a nuestras contradicciones. Ternura radical es no permitir que los demonios existenciales se conviertan en cinismos permanentes; es no ser siempre las mismas, los mismos, les mismes; es encarnar in lak’ech... Porque tú eres mi otro yo y viceversa. Ternura radical es no tenerle miedo al miedo. Ternura radical es vivir el amor efímero es inventar otras temporalidades. Ternura radical es abrazar la fragilidad es enfrentar la neurosis de lxs demás con creatividad. Ternura radical es encarnar gestos performativos que normalmente rechazarías. Ternura radical es asumir el liderazgo cuando tú comunidad te lo pide, aunque no sepas qué hacer, ¡Ni cómo hacerlo! Ternura radical es prestarle tus tripas a los demás; es ponerte el 32


coño de tu amante como bigote; es arriesgarse a amar a contrapelo. Ternura radical es creer en la arquitectura de los afectos; es encontrarnos desde los músculos más cercanos al hueso; es creer en el efecto político de los movimientos internos. Ternura radical es no insistir en ser el centro de atención; es tener visión periférica; creer en lo que no es visible. Ternura radical es hacer del temblor un baile y del suspiro un mantra; es disentir con el máximo respeto...transitar en espacios que no entiendes. Ternura radical es aceptar lo ambiguo; es no pensar dándole vueltas a tu ombligo; es romper con patrones afectivos, sin expectativas claras. Ternura radical es compartir sueños, locura sintonizar, no solo empatizar; es encontrar una galaxia en los ojos de otrx y no dejar de mirar es leer el cuerpo de otrx como un palimpsesto. Ternura radical es canalizar energías irresistibles y convertirlas en encarnaciones indominables; es activar la memoria sensorial; es reconocer al otrx por su olor. Ternura radical es sentir la posibilidad en cada duda; es dejarse atravesar por lo desconocido. Ternura radical es darle la opción a un narcisista de acoplarse, o re/ pensarse. Ternura radical es acariciar espinas. Ternura radical es convivir con la falta es mirar a las cosas a la cara con el cariño de quien las quiere ver; es sostenerse desde distintos lugares, aunque no todos sean hermosos. Ternura radical es un concepto apropiable y mutante. Ternura radical es algo que no hace falta definir.

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CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 15 de enero de 2020


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