Recopilatorio 16 de junio

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CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 16 de junio de 2021



Jun - 11 - 2021

Islas Azores, Portugal, Europa 11 de Junio del 2021. (Nota: calendario y tiempo en la geografía de México). Con su carita empolvada, remozada y limpia la cubierta, recompuesto el velamen -después de salir de Cienfuegos, Cuba-, el 16 de mayo La Montaña enrumbó al oriente. Bordeó la playa de las Coloradas y, con la Sierra Maestra a su izquierda, fue acompañada de nuevo por los delfines convocados por Durito Stahlkäfer, quien maldijo cuando pasaron f rente a la estadunidense aberración en Guantánamo. Frente a Haití, ballenas saludaron su paso, y en la Isla de la Tortuga, Durito y el Gato-Perro desembarcaron alegando algo sobre un tesoro enterrado… o por enterrar. En apoyo al equipo de apoyo, la Lupita, la Ximena y el Bernal gomitaron f raternalmente, aunque creo que hubieran preferido apoyar de otra forma. En Punta Rucia, República Dominicana, guardó reposo y cautela La Montaña, por fuertes vientos en contra. El 24 de mayo, de madrugada y a pura vela (“para no espantar al viento”, dijo el capitán Ludwig), La Montaña tomó rumbo al norte. Ahora fueron orcas las que saludaron a La Montaña al despedirla de las aguas del Caribe. Entre los días 25 y 26 de mayo, el navío esquizof rénico –cree él que es una ella y es montaña-, sorteó Las Bahamas y el día 27 se dirigió al Noreste, ya en mar abierto, Duc in Altum. El 4 de junio, librado ya el llamado Triángulo de Las Bermudas, la embarcación y su preciada tripulación, dieron cara al sol que al oriente se asomaba. Entre los días 5 al 9 de junio, navegaron sobre donde la leyenda ubica a la soberbia Atlántida. Serían las 22:10:15 horas del 10 de junio cuando, entre las brumas de la madrugada europea, desde la cofa del vigía de La Montaña se alcanzaba a divisar la montaña hermana, Cabeço Gordo, en la Isla Faial del archipiélago de Las Azores, región autónoma de la geografía llamada Portugal, en Europa. 1


Serían las 02:30:45 del 11 de junio cuando la vista, “a tiro de humedeció la mirada de piedra”, de las costas del puerto de navío y tripulantes. En las montañas de Las Azores eran las 07:30 de la mañana de este día. Serían las 03:45:13 cuando una lancha rápida de la autoridad portuaria de Horta se acercó a La Montaña para indicar donde habría de fondear. Serían las 04:15:33 cuando el navío fondeó frente a las otras montañas. Serían las 08:23:54 cuando el bote de la Capitanía de Puerto recogió a los tripulantes de La Montaña y les llevó a tierra para las pruebas PCR de Covid, y les regresó al barco a esperar los resultados. En todo momento la “Autoridade Maritima”, en el puerto de Horta, se ha portado con amabilidad y respeto. La tripulación, pasajeros incluidos, se encuentran muy bien de salud, “animados y contentos, sin broncas, ni chismes ni peleas. (En el Escuadrón 421) se cuidan entre sí”. Aquí es el momento de informar quiénes más, aparte de la tripulación del Stahlratte y el zapatista Escuadrón 421, han navegado este tramo. Para documentar la travesía marítima van María Secco, cine-fotógrafa independiente, y Diego Enrique Osorno, reportero independiente. Como equipo de apoyo de la delegación zapatista va Javier Elorriaga. Según los usos y costumbres zapatistas, estas 3 personas tuvieron que, además de cubrir sus gastos, presentar autorización escrita de sus familias, parejas y prole. Sendas cartas fueron entregadas al Subcomandante Insurgente Moisés. Maridas, maridos, madres, hijos e hijas redactaron y firmaron con su puño y letra las autorizaciones. Me tocó leerlas. Hay de todo, desde reflexiones filosóficas hasta dibujos infantiles, pasando por la solicitud atenta de una niña para que le lleven una ballena. Nadie pidió escarabajos ni gato-perros, lo que no sé si es una afrenta o un alivio. En las letras infantiles se adivina el orgullo de que padre o madre dependieran de que les dieran permiso (el clásico zapatista: “los patos les tiran a las escopetas”). Imagino que ya tendrán ustedes la oportunidad de conocer las miradas de María y Diego, sus anécdotas, reflexio2


nes y valoración de su participación “en primera fila” (ambos le hacen a eso del cine) en este delirio. Otras miradas siempre son bienvenidas y son refrescantes. -*Al conocerse la noticia en las montañas del Sureste Mexicano, las comunidades zapatistas le han mandado un mensaje a la tripulación del Stahlratte, a través de su capitán: “Gracias, son chingones”. Todavía están tratando de traducir eso al alemán. -*Para la reflexión: el lema de Las Azores es “Antes morrer livres que em paz sujeitos” (Antes morir libres que en paz sujetos). -*A lo lejos, al oriente, las columnas de Hércules -que en su tiempo eran el límite del mundo conocido-, miraban asombradas una montaña que navegando desde occidente viene. Doy fe. SupGaleano. 11 de Junio del 2021.

Jun - 14 - 2021

El Pasaporte Zapatista. (Hasta pronto Portugal, ahí vamos Galicia). Junio del 2021. El 12 de junio del 2021, el llamado “Escuadrón 421”, y demás pasajeros y tripulación, recibieron en sus pasaportes el sello de entrada legal al llamado espacio o zona Schengen y desembarcaron en Horta, Islas Azores, Portugal, Europa. Sin perder la gracia y la elegancia (es un decir), bajaron de La Montaña. Como debe de ser, hubo azoro, baile, fotos y un atracón de comida. Marijose se 3


encontró con una vieja profecía que anunciaba su llegada. Y se realizó una carrera (es un decir), tipo “el que llegue al último paga la comida” (Diego Osorno perdió). Se brindó por la vida, claro. -*A las 09:17:45 del 14 de junio del año en curso, La Montaña se despegó del abrazo portugués y tomó dirección noreste a una velocidad de entre 6 y 7 nudos.A las 12:30:06 rebasó por la izquierda el “Pico Das Urzes”.Latitud: 38.805213; longitud: -28.343418. El capitán Ludwig calcula avistar las costas de la península Ibérica, entre el 19 y el 20 de junio (aunque podría ser antes, porque La Montaña, reconciliada con el viento, parece apresurada en abrazar a sus hermanas portuguesas y gallegas). De esa fecha en adelante, se saludarán las elevaciones en las islas de San Martino, Monte Faro y Monte Agudo. Luego se entrará a la “Ría de Vigo”. Se prevé llegar a la Marina Punta Lagoa, al norte del puerto de Vigo, Galicia, Estado Español. Entonces, en silencio, lluvia hermana será la montaña nuestra, húmeda se tornará nuestra mirada, y así diremos sin palabras: “(…) desperta do teu sono fogar de Breogán. Os bos e xenerosos a nosa voz entenden e con arroubo atenden o noso ronco son, mais sóo os iñorantes e féridos e duros, imbéciles e escuros non nos entenden, non.* Fragmento de “Os Pinos”, Himno de Galicia. Pascual Veiga y Eduardo Pondal. 4


* “…despierta de tu sueño / Hogar de Breogán. / Los buenos y generosos / nuestra voz entienden / y con devoción atienden / nuestro ronco sonido. / Pero solo los ignorantes / y débiles y duros, / imbéciles y oscuros / no nos entienden, no.” -*Ahora permítame contarle de la documentación zapatista que lleva el Escuadrón 421 (que a estas horas ya podría agregar “marítimo” a su flamante nombre). L@s compañer@s llevan un pasaporte zapatista. Quiero decir, además del pasaporte oficial de México, llevan el llamado “pasaporte zapatista de trabajo”. Aquí se los describo: En la portada o tapa principal: un caracol con una estrella roja dentro. Y el letrero: “pasaporte zapatista de trabajo”. En la contra portada o tapa trasera: una estrella roja con un caracol dentro. En la primera página se lee: “Este pasaporte es otorgado por las autoridades civiles autónomas de los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas y las Juntas de Buen Gobierno, Chiapas, México. Sólo es válido durante el período establecido y en el lugar descrito. Este documento consta de 32 páginas y no es válido si presenta deterioro, cortes, tachaduras y enmiendas”. En las páginas 2 y 3 hay espacios para: foto del titular, sus datos personales, datos de la Junta de Buen Gobierno y MAREZ que expiden el documento. Trabajo que va a desempeñar. La fecha de expedición y el calendario y geografía donde va a cumplir el trabajo. Lugar para sello de MAREZ y de JBG. En las páginas 4 y 5. Se establecen las siguientes 7 limitantes: 1. “El, loa o la titular de este pasaporte no puede ni debe pedir ni recibir apoyos en moneda o especie para su beneficio propio o de su familia, más allá de los estrictamente necesarios para cumplir con el trabajo que se le ha encomendado. 2. La, loa o el titular de este pasaporte sólo podrá hacer el trabajo que se específica en este mismo documento. 5


3. Loa, el o la titular de este documento tiene prohibida la portación y uso de armas de fuego de cualquier tipo, y no puede ni proponer, ni sugerir, ni alentar cualquier actividad que implique, o derive en, el uso de armas de fuego en el lugar donde haga su trabajo. 4. La, loa o el titular de este documento sólo puede contar de nuestra historia de resistencia y rebeldía como pueblos originarios y como zapatistas, previa preparación y capacitación para ello. 5. El, loa o la titular de este documento no puede establecer acuerdos o desacuerdos a nombre de las estructuras organizativas y/o de mando político-militar con personas, grupos, colectivos, movimientos y organizaciones, más allá de lo estrictamente necesario para el cumplimiento del trabajo que se le ha encomendado. 6. Las opiniones personales sobre asuntos públicos y privados que exprese loa, el o la titular de este documento, no sólo no reflejan las posiciones zapatistas, también pueden ser completamente contrarias a nuestro pensamiento y práctica. 7. La, el o loa titular de este documento deberá conducirse en todo momento respetando las diferencias de identidad, sexo, credo, lengua, cultura e historia, de las personas y lugares donde realice el trabajo para el que se expide el presente documento. En la página 6 se establece: “Se acredita que la, loa o el titular de este documento recibió curso de capacitación (si aprendió o no, ahí se va a ver en los hechos) en__ (espacio para poner el nombre del lugar)”. Y la página 7 indica las fechas de salida y llegada: “La, loa o el titular de este documento salió de territorio zapatista __ (espacio para detalles y sellos en media página)”. La mitad de abajo de la página: “La, loa o el titular de este documento regresó a territorio zapatista: ___ (espacio para detalles y sellos)” 6


Las páginas subsiguientes están en blanco, para que las diferentes personas, grupos, colectivos, organizaciones y movimientos, de los distintos rincones de los disímiles mundos que se visiten, sellen, firmen, adornen, huellen, pongan dibujos, rayen o lo que sea para que el, la o loa compa tenga una especie de guía de dónde estuvo, además de los apuntes en su cuaderno, cuando regrese y platique cómo le fue. La última página es para “Observaciones:” (por ejemplo alguna alergia, discapacidad o gustos musicales –digo, porque si le gusta la cumbia y le ponen a bailar un vals, pues ya se imaginarán-). Doy fe. SupGaleano. Planeta Tierra, Junio del 2021. Música «El lago de los Cisnes» de Cesar Acuña Lecca y Los Pasteles Verdes / Versión del sonidero: Heriberto Destructor

Más allá del Estado

Gustavo Esteva - La Jornada - 14 de junio de 2021 Se inauguró en México un tipo especial de elecciones en que pierden todos sus protagonistas. Ninguna de las fuerzas políticas en pugna consiguió lo que quería. Como anticipó Juan Villoro, las más amplias elecciones de nuestra historia, por el número de posiciones en disputa, resultaron también las más ridículas. No fue sólo por candidatas y candidatos a menudo impresentables. Fue también por el estilo de las campañas, su lenguaje, su falta de sentido. Resulta imposible, aún ahora, definir con claridad la posición política e ideológica de los contendientes, salvo en algunos casos en que la definición resulta escalofriante. La crisis de representación que anticipó Luis Hernández Navarro en estas páginas en junio de 2015 (La Jornada 09/06/2015) se materia7


lizó plenamente seis años después. No sabremos en mucho tiempo qué pasó este 6 de junio. Ni siquiera podemos saber con precisión qué eligieron quiénes. No es por el recuento de paquetes electorales que hace ya el INE ni por las innumerables disputas procesales, con mutuas acusaciones de trácalas y violencias; sólo producirán cambios menores. No lo sabremos porque los saldos de estas votaciones tendrán poco que ver con la evolución de los próximos años. Se proclaman victorias. Como de costumbre, hay sonrisas y celebraciones. Pero no es ya lo acostumbrado. Salvo unas cuantas personas que parecen haberse ganado una lotería política y aún tratan de averiguar qué tienen en las manos, sorprendidos de su suerte, nadie puede decir con claridad cuál es el resultado de esta elección. A escala municipal los resultados tienen algún sentido. La gente sabe que no todo puede arreglarse con cochupos o compadrazgos, sobre todo en ciudades grandes. Cree que puede influir de alguna manera en cosas que la afectan mediante la acción partidaria o el ejercicio del voto. Se produjeron en esta escala algunos cambios significativos pero inciertos, al reacomodarse las fuerzas locales. Las nuevas autoridades pueden enraizarse y crear espacios para acciones desde abajo que serían interesantes, pero también pueden dispararse al vacío de los techos superiores y colgarse de vaivenes imprevisibles. Desde 1928, cuando se inventó la primera encarnación del PRI, y hasta el fin del siglo, el país fue gobernado mediante un dispositivo autoritario centrado en el presidente de la República. A partir del año 2,000 el PRI se convirtió en una coalición inestable de mafias locales, las cuales retuvieron cierto control en la mayoría de los estados y en muchos municipios, y mantuvieron tensas y ambiguas relaciones con los intrusos que gobernaron del 2,000 al 2,012, cuyas inestabilidades y desaguisados contribuyeron a desmantelar el dispositivo, sin abandonar el ejercicio autoritario. Las mafias locales vinculadas al PRI parecían haberse reagrupado en 2012, cuando la coalición recuperó la presidencia. Llegó a pensarse que podría reconstruirse el dispositivo. Resultó imposible. Independientemente de las increíbles ineptitudes de quien 8


lo encabezaba, fue evidente que el dispositivo mismo no podía ya usarse como antaño. Poco a poco cobra conciencia de ello quien intenta, desde 2018, emplearlo para su propio proyecto. Este desmoronamiento de los aparatos de gobierno no ocurre sólo en México. La disolución de la forma política del capitalismo, del estado-nación “democrático”, se está produciendo en todas partes. Durante las últimas décadas, en la hora de la transnacionalización, los grandes capitales encontraron en esa forma política un obstáculo, más que un aliado o un instrumento. Sólo recurren a ella cuando necesitan la fuerza pública para el ejercicio de control, despojo, ocupación o destrucción a que se dedican y les está dando acumulación y concentración sin precedentes. Una parte muy significativa de quienes fueron a votar lo hicieron sin compromiso con partidos o candidatos. No creen ya en sus promesas ni en sus actos. Pero no se animan a abandonar el mecanismo porque hacerlo les produce sensación de irresponsabilidad o de vacío. Muy pocos se atreven a pensar la realidad social y política sin el referente del “Estado”. Se trata de un hecho muy general en el mundo. La gente no logra imaginar cómo sería la vida cotidiana si no hubiera alguien “a cargo del gobierno,” una persona o partido que formularan las normas generales y dictaran instrucciones. Resulta paradójico que esto ocurra también con el pueblo mexicano, tan propenso a la desobediencia, tan inclinado a resistir las órdenes de arriba. Aunque pueda parecer un disparate, es indispensable insertar en el análisis la cuestión patriarcal, los miles de años de pensar que nuestra coexistencia requiere formas de mando, dominación y control. No logramos imaginar un mundo en el cual podamos realmente gobernarnos, en vez de que alguien lo haga por nosotros, supuestamente en nuestro nombre. Pero sólo de eso se trata: de construir esa alternativa, más allá del Estado, como ya han empezado a hacer muchos grupos y pueblos. Es la única esperanza para poner fin al horror actual y empezar la complicada tarea de la regeneración. gustavoesteva@gmail.com 9


Hoy recibí una carta

Raúl Zibechi - Desinformémonos - En Movimiento - 14 junio 2021 Un compañero que vive en Cali, muy cerca de Puerto Resistencia, un suburbio de la ciudad colombiana que desde hace un mes se ha convertido en uno de los 25 “puntos de resistencia”, relata lo sucedido en algunas asambleas1. El relato dice: “Me gustaría compartir una anécdota que me parece hermosa. En la Primera Línea de defensa, en Puerto Resistencia, hay un niño mudo, que ni siquiera sabe el lenguaje de señas para comunicarse. Sin embargo, ese niño es tratado en pie de igualdad por todos los demás, tanto es así que -en dos de las asambleas que se realizaron- fue invitado a «hablar». Sí, le entregaron el micrófono para que dijera «lo que podía y debía decir». Ciertamente no era una forma de burlarse de él sino de decir que en Puerto Resistencia todos pueden hablar. Todos, incluso aquellos que literalmente no tienen voz. De la misma manera, entonces, en ese espacio, hay que escuchar a todos”. Mirar el mundo con las y los de abajo supone partir de los pequeños hechos de la vida cotidiana, esos que normalmente no aparecen en los grandes medios de comunicación, pero que son el alimento espiritual de la gente común y el cimiento de la vida comunitaria. Así es como podemos componer un cuadro de los sectores populares. Un cuadro de conjunto que surge de la combinación de retratos de esa cotidianeidad, un tapiz tejido con muy diversas hebras y colores. El objetivo es comprender y mostrar la heterogeneidad de la vida real, la vida que rechaza la homogeneización que sirve al sistema capitalista. Ese sistema necesita convertirnos a todos en consumidores de los mismos productos, para que todos vivamos en los espacios iguales. El capitalismo, en general, se entiende como un modo de producción, una economía que produce bienes. Esta, sin embargo, es una mirada de arriba, que no hace centro en las personas. Si miramos 10


desde abajo, lo que vemos es una enorme diversidad que es aplastada -en cada minuto y en cada parte del mundo- por un sistema que necesita homogeneidad, para destruir la diversidad de la vida y convertirnos en consumidores. El compa que me escribió desde Cali relata una historia similar a la que viven los pueblos originarios y, en particular, a las que aparecen en los relatos zapatistas. Los zapatistas nunca comienzan hablando de economía, bolsas de valores, multinacionales, sino con los pequeños acontecimientos de la vida diaria, como las historias del viejo Antonio o las de la niña Defensa Zapatista. Es el modo como la gente entiende la vida, a partir de las pequeñas cosas que nos afectan e involucran. ¿Podemos mirar la vida, el mundo, con los ojos de ese chico mudo que participa en las barricadas de Puerto Resistencia? El punto es si somos capaces de sentir como siente ese niño mudo; de aceptar que pueda ocupar el centro de la asamblea, desplazando a quienes emiten un discurso racional, ordenado, “político”. ¿Podemos, como activistas de izquierda, imaginar que un niño mudo puede ser sujeto político? Que aunque no habla con la voz, lo hace con el enorme gesto de estar allí, en la barricada, junto a sus pares, poniendo el cuerpo, arriesgando la vida. Para eso, como sabemos, sólo hace falta dignidad, no un programa máximo y otro mínimo. Si podemos compartir espacios y tiempos con el niño mudo, entonces sí, podemos cambiar el mundo. Podemos construir un mundo nuevo. Porque hemos logrado estar a la altura de un niño mudo (o una mujer que ha sufrido violencia, o cualquier otra persona que el sistema condena por diferente, porque no puede tomar el poder) es porque nosotros ya somos parte de lo nuevo, porque ya estamos caminando con otros pasos. El nuevo mundo no es la sociedad perfecta, el paraíso al que algún día llegaremos, después de tantos sacrificios. Es una forma 11


de caminar por el mundo, con pies de niña y sonrisas. El nuevo mundo comienza el día en que merecemos sentirnos migrantes, ancianos, niñas, el día que tenemos el honor de volvernos mudos en una asamblea. Se trata de un correo de Alejandro Sánchez Guevara, a quien conocí en uno de mis viajes.

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Arbitrariedad y necesidad por Giorgio Agamben

La cuestión de si los gobiernos utilizan a sabiendas la pandemia para declarar un estado de excepción que fortalezca sus poderes más allá de todos los límites o si no tienen otra opción que la emergencia está mal situada. Lo que está sucediendo hoy, como en cualquier crisis histórica decisiva, es que las dos cosas son ciertas: el uso del Estado excepcional como artimaña y la imposibilidad de gobernar de otra manera que a través de él coincidan. El soberano, aunque actúa de manera absolutamente arbitraria, se ve obligado al mismo tiempo a tomar una decisión incesante sobre la excepción que, en última instancia, define su naturaleza. La edad en la que vivimos es, es decir, aquella en la que la ilegalidad de los poderes que gobiernan la tierra aparece a plena luz: como han perdido todas las posibilidades de ser configurados en un orden simbólico reconocible, están obligados a suspender la ley y los principios constitucionales que podrían definirla. El estado de excepción se convierte así en el estado normal y los que gobiernan no pueden, bajo ninguna circunstancia, gobernar de otra manera. Tal vez sea posible que el Estado excepcional sea revocado formalmente: pero un gobierno de salvación nacional como el que se está creando, en el que toda oposición cesa, es la perfecta continuación del estado de excepción. Nuestro diagnóstico del fin definitivo de la era de las democracias burguesas está en cualquier 12


caso confirmado. Queda por ver cuánto tiempo puede durar la suspensión de la política y la emergencia como paradigma del gobierno sin adoptar una forma que no sea el terror de salud en el que se han basado hasta ahora.

Las víctimas apelan a la condena social

Gloria Muñoz - La Jornada - Los de abajo - 12 de junio de 2021 Dos cristalazos, huevazos, pega de carteles y pintas frente a la casa del ex presidente Luis Echeverría Álvarez, fueron parte de la jornada para hacer justicia a domicilio, ante la impunidad que prevalece por la masacre estudiantil del 10 de junio de 1971. “La justicia vino hasta aquí”, dice Tania Ramírez, de HIJOS México, colectivo que aprendió de sus iguales en Argentina la estrategia del escrache para exhibir a los asesinos de sus padres y madres, y no dejarlos caminar por la vida sin el señalamiento público por los crímenes que cometieron. “Es lo que ahora nosotras hacemos en las redes sociales con los violentadores de mujeres”, expresa Camila, de 22 años, integrante de una generación que encontró también en el escrache (# MeToo) una posibilidad de justicia. En ambos casos la impunidad es la que las convoca. Ante la ineficiencia o complicidad del Estado, las víctimas no se callan y apelan a la condena social. No es la primera vez que se convoca a un escrache en la casa de Echeverría. El lugar está marcado. “Hay que recordarle al pueblo de México y del mundo que aquí vive un genocida de manera impune desde la década de los 70”, el mismo que hace unas semanas fue a vacunarse contra el Covid como si nada, aunque se encuentra (supuestamente) en prisión domiciliaria y con un proceso legal en curso. Indignó ver al responsable de tanta muerte tan campante, a punto de pisar la tumba, es cierto, pero sin haber tocado la cárcel. No dejar que se pierda la memoria es la tarea. Por eso también un nuevo antimonumento se sembró en la Ciudad de México, entre las avenidas Juárez y Humboldt. Es una V de la victoria, “un seña13


lamiento directo de que ya no es posible seguir protegiendo a los perpetradores, pues el pueblo exige que se juzguen y se castiguen los crímenes de Estado, tanto del pasado, como los recientes y los actuales”, dijo un integrante del Comité 68 durante la sorpresiva instalación con la que se reivindica y resignifica el espacio público. Nada se conjuga en pasado, es responsabilidad del actual representante del Estado hacer justicia a los de antes y a los de ahora. No es tiempo de ofrecer disculpas, sino de dejar de reprimir, por ejemplo, a los estudiantes de las escuelas normales rurales. desinformémonos.org - losylasdeabajo@yahoo.com.mx

El ‘Halconazo’ cumple 50 años y sigue en la impunidad en México

Laura Castellanos - Washington Post - Junio 9 2021 El 10 de junio de 1971 fue Jueves de Corpus. Ese día, al menos 400 paramilitares adiestrados en artes marciales, llamados “Los Halcones”, armados con palos de bambú, varillas y armas largas, atacaron una marcha de 8,000 estudiantes en Ciudad de México. El saldo fue la muerte de 32 estudiantes, de acuerdo a datos de la investigadora Ángeles Magdaleno Cárdenas en la revista Proceso, y de más de 120 según la Universidad Nacional Autónoma de México. La marcha fue en solidaridad con el estudiantado de la Universidad Autónoma de Nuevo León que buscaba más representación en los órganos internos universitarios. “Los Halcones” eran exsoldados, expolicías, boxeadores, luchadores y jóvenes precarizados. Algunos actuaron como francotiradores desde azoteas. Los financió el gobierno capitalino del Partido Revolucionario Institucional (PRI), entonces en el poder. El presidente Luis Echeverría Álvarez negó tener responsabilidad alguna, y aceptó la renuncia de Alfonso Martínez Domínguez, a cargo del gobierno local, y Julio Sánchez Vargas, procurador general de la 14


República. Los hechos impunes han trascendido seis gobiernos del PRI, dos del Partido Acción Nacional, y llegan al actual de Morena. La conmemoración de sus 50 años nos da la oportunidad de buscar vías de acceso a la justicia para zanjar tal impunidad histórica. “La Matanza del Jueves de Corpus” o el “Halconazo”, provocó indignación en grupos estudiantiles. Estaban convencidos de que el Estado que los reprimía no sería derrocado por la vía política ni la electoral, solo por la armada. Una veintena de grupos guerrilleros brotaron durante el sexenio de Echeverría y nutrieron el periodo de mayor actividad guerrillera en la historia moderna del país, como lo documenté en mi libro México armado 1943-1981. El capítulo de su aplastamiento se conoce como la Guerra sucia. Pero no fue una guerra: el Estado mexicano instauró una política de exterminio, asesorado por el gobierno estadounidense. El mundo vivía la Guerra Fría en la que ese país, en su pugna contra la Unión Soviética por el dominio del orden mundial, impulsó en América Latina el sofocamiento de cualquier expresión de rebelión estudiantil y popular. El “Halconazo” no detonó por sí mismo la oleada guerrillera, que fue incubada la década anterior. El 10 de junio, Echeverría tenía seis meses en la presidencia cuando reprimió la primera protesta popular que osó salir a las calles de la capital después de la matanza estudiantil de Tlatelolco en 1968, en la que fungió como secretario de Gobernación, bajo el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. Si bien ambas masacres marcaron a una generación que optó por la vía armada, también lo hicieron represiones estudiantiles locales como las ocurridas en Morelia, Monterrey, Chihuahua, Guadalajara y Culiacán, entre otras ciudades. De las filas de su estudiantado, junto con el de Ciudad de México, se originaron tres de las guerrillas que tuvieron más repercusión: La Liga Comunista 23 de Septiembre, las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo y Unión del Pueblo. 15


Esta generación también fue marcada por la negativa del gobierno de otorgarle al Partido Comunista Mexicano (PCM) su registro electoral mientras perseguía y encarcelaba a sus dirigentes. Una parte de la militancia de las Juventudes Comunistas ( JC), que llegó a tener 6,000 integrantes, consideró que la masacre de Tlatelolco descartaba de tajo la vía pacífica para establecer una sociedad socialista, al tiempo que veía a la dirección del PCM como burocrática y medrosa. Una escisión de las JC rompió con el PCM para optar por la vía guerrillera el mismo mes que Echeverría asumió como presidente, en diciembre de 1970. Ese mismo mes irrumpió públicamente el primer grupo guerrillero, el Movimiento de Acción Revolucionaria (MAR), que realizó un asalto a un banco para financiar sus planes revolucionarios. El MAR lo crearon jóvenes que estudiaron en Rusia y fue la única guerrilla entrenada en el extranjero, en Corea del Norte. Sus filas también fueron alimentadas por exmilitantes de la JC. Tres meses después de la toma de posesión de Echeverría, en marzo de 1971, fue detenida una fracción del MAR. Y tres meses más tarde sucedió el “Halconazo” y brotaron más grupos guerrilleros, la mayoría espontáneos, mal preparados. Los conformaban jóvenes que rondaban los 20 años, la mayoría estudiantes de clase media o popular, la tercera parte mujeres. El estudiantado de Monterrey se estremeció con la “Matanza del Jueves de Corpus”. De ahí surgieron varios grupos armados, entre ellos un núcleo cristiano radical que se sumó a exmilitantes de la JC para dar vida a la Liga Comunista 23 de septiembre, la guerrilla urbana más grande y con más presencia en el país: una veintena de estados. Echeverría las aniquiló a todas con acompañamiento contrainsurgente estadounidense. Instalaciones militares y policiacas fueron usadas como cárceles clandestinas, centros de tortura y desaparición forzada. Además, México fue el precursor 16


de los vuelos de la muerte latinoamericanos, en los que personas fueron arrojadas vivas en altamar desde aeronaves militares. El saldo de la Guerra sucia, que se extendió durante los años 1980, fue de más de un millar de casos de desaparición forzada. La oleada guerrillera pretendió derrocar a un Estado para tomar el poder pero, aún sin quererlo, fue el principal detonante de la reforma política de 1978, durante el gobierno de José López Portillo, que finalmente posibilitó a la izquierda participar en comicios electorales. Las matanzas estudiantiles y la Guerra sucia quedaron impunes a pesar de la presión de sobrevivientes, activistas estudiantiles, el Comité del 68 e intelectuales. Lograron que durante el gobierno de Vicente Fox (2000-2006) se creara la Fiscalía Especial para Movimientos Políticos y Sociales del Pasado, pero no se hizo justicia contra los victimarios. El gobierno de su sucesor, Felipe Calderón, la desapareció en 2007. Echeverría fue exonerado judicialmente por el “Halconazo” en 2005, y por la matanza de Tlatelolco en 2009. El Estado mexicano, como excepción en América Latina, tampoco juzgó a los demás victimarios de la Guerra sucia. Echeverría, mientras tanto, sigue vivo. A sus 99 años, fue captado públicamente cuando acudió a vacunarse contra el COVID-19. La impunidad en México parece tener poderes vivificantes. Es hora de que eso termine.

Tëkëëk. Los 500 años de la caída de Tenochtitlan y los “indios conquistadores” Yásnaya Elena A. Gil - El País - 13 Jun 2021

Más que agentes pasivos en una oposición binaria españoles-nativos, los pueblos originarios fueron actores protagónicos de lo que ahora llamamos la conquista. Creer que todo estaba bajo control de los españoles es creer la versión de Hernán Cortés 17


Los hechos ocurridos en el altiplano central en 1521, están profundamente imantados con significados adquiridos durante los cinco siglos que han transcurrido desde entonces y atraen una diversidad de lecturas que pugnan por ocupar un espacio en el imaginario actual, un espacio dentro de las narraciones que le pueden dar sentido al presente o proyectar un futuro distinto para muchos pueblos, comunidades y proyectos. La nación mexicana, entendida como el proyecto identitario y homogeneizante del estado mexicano, logra proyectar su sombra hacia un pasado en el que no existía. Como lo han dicho personas especialistas como Federico Navarrete, hace 500 años, en estos meses, la ciudad mexica de Tenochtitlan se encontraba sitiada por unas huestes mayoritariamente integradas por personas de pueblos nativos de este territorio, más del 90% eran personas nativas a las que no puedo llamar indígenas porque cometería un anacronismo imperdonable considerando que la palabra indígena fue tomando su acepción actual hacia el siglo XIX y se planteó con respecto de la conformación de los Estados modernos. Para la corona española fuimos categorizados como indios, para el Estado mexicano, como indígenas. El sitio de la ciudad sobre el lago fue largo y complejo según relatan especialistas: dentro de la ciudad, las disputas entre las facciones sobre lo que había qué hacer y los efectos de la viruela recién llegada complicaban terriblemente la situación; por fuera, mantener el sitio tampoco era un día de campo, hubo momentos en que perdieron bergantines y momentos en que hubo que negociar. Más allá de la simplificada historia oficial, hay un consenso sobre la importancia de la participación de los pueblos nativos en la caída de la ciudad de los tenochcas y el replanteamiento del orden político en lo que después sería nombrado como Mesoamérica. Una vez que Tenochtitlan cayó, las personas que participaron de este hecho siguieron teniendo un rol importante en las guerras de conquista que se fueron extendiendo por el territorio. En la sierra Norte de Oaxaca, muy cerca de la comunidad mixe en la que habito, hacia 1526 se estableció una 18


villa que durante mucho tiempo fue defendida por nahuas tlaxcaltecas que se establecieron en un barrio que existe aún hoy en día y que se llama Analco. Muchas de estas personas de pueblos nativos que fueron activas durante la conquista han recibido el nombre de “indios conquistadores” y, durante la fase temprana del Virreinato y todavía después, pidieron y les fueron otorgados privilegios por haber participado en este proceso como, por ejemplo, no pagar tributos. La evidencia histórica muestra que más que agentes pasivos en una oposición binaria españoles-nativos los pueblos originarios fueron actores protagónicos en los distintos lados de lo que ahora llamamos la conquista. La primera vez que escuché la frase “indio conquistador” en una presentación del historiador Michel Oudijk me produjo el efecto de un oxímoron, una contradicción en los términos. ¿Cómo era posible usar ese sustantivo (indio) que se creó para nombrar a la categoría oprimida junto a un adjetivo que describe al opresor (conquistador)? La existencia de personas nativas que participaron en las guerras de conquista y que luego incluso litigaron dentro del sistema jurídico colonial para ser reconocidos como conquistadores genera efectos incómodos. Por un lado, como ha hecho la historia oficial, se puede caer en la tentación de llamarlos “traidores”; mediante este artefacto semántico el México actual viaja en el tiempo y se convierte en el sinónimo de Tenochtitlan, el país completo se convierte en el pasado en una sola de las unidades sociopolíticas de la época. Una vez establecida esta equivalencia, el ejército en su mayoría nativo que tomó la ciudad sobre el lago se convierte en traidor del México de hoy. Por otro lado, los negacionistas de los efectos del colonialismo, utilizan el hecho innegable de la participación de los pueblos nativos en la caída de Tenochtitlan y en las posteriores guerras de conquista, para relativizar las atrocidades que se fueron sucediendo a lo largo de 300 años por parte del poder europeo y contra las cuales hubo muchas rebeliones y levantamientos. ¿Cómo evitar que la participación de personas y pueblos originarios en la caída de Tenochtitlán sea utilizada como un arma para negar la opresión colonial? 19


Para desbrozar estas capas superpuestas de hechos y significados, creo que es necesario plantear tres claves diferenciadas para leer los 500 años: el sitio y la caída de Tenochtitlan, las subsecuentes guerras de conquista y el establecimiento del orden colonial. Las personas nativas y las alianzas que los pueblos originarios establecieron para sitiar y tomar Tenochtitlan tenían su propia agenda y agencia como ha apuntado Federico Navarrete. No era la primera vez que en Mesoamérica se establecían alianzas para cambiar las correlaciones de fuerzas sociopolíticas, aunque en la maquinaria de alianzas había unos recién llegados muy extraños y violentos, con armas y animales peculiares, pero que también se hallaban en situación vulnerable por su bajo número, su nulo conocimiento de la geografía y de las lenguas y que dependían en gran medida de los pueblos nativos; decididamente, quienes participaron en el sitio y toma de Tenochtitlan no pensaron ni experimentaron esos hechos con los significados con los que, cinco siglos después, los leemos ahora, no lo vivieron de modo que pudiera decir “esto es la conquista de México” como se lee en los libros de texto actuales. Creer que en esos sucesos todo estaba bajo control y voluntad de los españoles es creer la versión que a Hernán Cortés le convenía contar como lo han repetido diversos especialistas en el tema. Por otra parte, las subsecuentes guerras de conquista fueron distintas y particulares en cada geografía, lo que rememoramos este año es la caída de una ciudad que en la historia oficial marca la rendición inmediata de todo el territorio, pero no fue así, no hubo una conversión inmediata de todos los pueblos y todos los territorios en sujetos de la corona española, el 13 de agosto de 1521 no se convirtieron en pueblos vencidos todos los pueblos originarios de lo que ahora llamamos México. Sin embargo, como tercera clave de lectura, es necesario plantear el establecimiento del orden colonial europeo como un proceso superpuesto muy amplio, un proceso ideológico, económico, político estructural, extractivista y etnocida que debe diferenciarse de la caída de Tenochtitlan como suceso puntual. Hacer esta distinción es fundamental para que la participación de pueblos 20


originarios en la caída de Tenochtitlán y en las guerras de conquista no se utilice para discursos negacionistas que, en aras de quitar responsabilidades al colonialismo europeo que se extendió después a pueblos de aquí y después a otros continentes, narre aquello solo como una guerra civil entre pueblos originarios. No, también germinó el orden colonialista opresivo que se perfeccionó y que se continúa hasta la actualidad mediante un proyecto de genealogía criolla llamada Estado mexicano que no negó el orden colonial, fue más bien su continuación. El establecimiento del orden colonial es el que iguala a todos los indígenas en la actualidad, ya no hay diferencias en la actual opresión entre nahuas tlaxcaltecas conquistadores y mixes o purépechas. La caída de Tenochtitlán sucedió hace 500 años, las cruentas guerras de conquista llevaron más tiempo, mucho más tiempo y el establecimiento del orden colonial se fue implementando desde entonces violentamente y de manera superpuesta, sigue actual, activo, capitalista, extractivo y occidentalizante hasta nuestros días. El artificio narrativo ha residido en ocultar al Estado como el heredero del orden colonial bajo el significado de lo que se ha llamado la Independencia de México. Por todo esto, lo que sucedió hace 500 años tiene tanta vigencia en la actualidad.

El parto de la autonomía en Ayutla de los Libres

Kau Sirenio - Pie de Página - Voz de Lluvia - Tatyi Savi - 10 junio, 2021 Para llegar a la elección de autoridades bajo usos y costumbres en Ayutla de los Libres estás comunidades indígenas sobrevivieron al exterminio y acoso del Estado* Las comunidades indígenas del municipio de Ayutla de los Libres, Guerrero, eligieron a sus autoridades municipales a través del sistema normativo de usos y costumbres el pasado 30 de mayo. Para conseguirlo tuvieron que sobrevivir el exterminio y acoso del estado: primero la Secretaría de Salud (SSA) que esterilizó a 30 na savi; después vino la masacre de 11 campesinos 21


na savi y un estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el 7 de junio de 1998. La violencia en contra de estas comunidades se agudizó desde 1998 cuando el Ejército mexicano incursionó en el Charco, municipio de Ayutla con el pretexto de que en la escuela primaria Caritino Maldonado se encontraba un grupo armado. Lo cierto es que en esa noche estaban en la escuela varios líderes comunitarios y comisarios de las comunidades. Los militares justificaron que eran de un grupo armado. El 15 de abril de 1998 y el 11 de julio del 2001, 14 hombres Me´phaa (tlapanecos) de El Camalote fueron cooptados por la brigada sanitaria, integrada por el médico general operativo, Ernesto Guzmán León, el promotor médico, Rafael Almazán Solís y la enfermera, Mayra Ramos Benito, quienes prometieron ayudas gubernamentales (una clínica, médico, medicamentos, despensas, ropa, cobijas, vivienda y becas) a cambio de que aceptaran esterilizarse. No es el único caso. El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan documentó otros hechos en las comunidades de La Fátima, Ojo de Agua y Ocotlán. También del municipio de Ayutla de los Libres, otros 16 indígenas na savi (mixtecos) fueron convencidos para practicarse la vasectomía, bajo el mismo método de promesas y engaños. En febrero y marzo de 2002, soldados del 41 Batallón de Infantería ultrajaron a Inés Fernández Barranca Bejuco y Valentina Rosendo Cantú de Barranca Tecuani, ambas indígena me’phaa. Sus casos llegaron a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El 13 de febrero de 2009, Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas fueron levantados por tres sujetos con armas largas, quienes llegaron gritando “policía”. Sus cuerpos aparecieron ocho días después con huellas de tortura y tiro de gracia.

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Raúl Hernández Abundio fue detenido en un operativo de policías de la Agencia Federal de Investigación el 17 de abril de 2008 y recluido en la cárcel municipal de Ayutla. A Bernardino García Francisco lo detuvieron soldados del 48 Batallón de Infantería, el 20 de agosto de 2013; después de dos meses también fue aprehendido Arturo Campos Herrera en Chilpancingo. Ambos líderes fundaron la policía comunitaria después de cumplir con las formalidades de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitaria en la asamblea regional de La Concordia. Después de El Charco, más de 20 líderes comunitarios han sido asesinados, se ha encarcelado a tres más y 30 fueron esterilizados. En La Concordia, se hizo la asamblea regional para fundar la policía comunitaria el 20 de diciembre de 2012. Heladio Pedro Morales, dijo en una entrevista con este reportero que desde esa fecha recobraron la seguridad en la región. Que antes, los militares subían cada semana a las comunidades, pero había asaltos y asesinatos a plena luz del día. Desde que detuvieron a Bernardino y a Arturo, ya no suben, “pero nosotros estamos bien porque hay seguridad que nosotros mismos hemos implementado”, dice entre risas y manoteo mientras sostiene la plática. Ahora bien, la construcción de un nuevo gobierno avanza, solo que no han logrado romper con las instituciones electorales que les impone la forma de elegir a sus autoridades comunitarias. La ruta ideal sería que los vecinos de este municipio construyeran su gobierno sin la injerencia de grupos externos en la asamblea comunitaria, como lo es el Instituto Electoral y Participación Ciudadana de Guerrero (IEPC-Gro). Sino que el Concejo de Señores Principales o Concejo de Ancianos para que a partir de ello se defina su identidad cultural y lingüística. *Este artículo está basado en un reportaje del mismo autor publicado en 2015 con el título Indígenas de Ayutla: en el abandono y hostigados. 23


Y nuestro descanso, ¿para cuándo?

María Teresa Juárez - Pie de Página - 10 junio, 2021 Hablar de autocuidado, descanso y placer parece una frivolidad pero no es así. Ponerlos en el centro del debate debe ser una construcción colectiva. ¿Qué implica descansar en nuestra sociedad precarizada? ¿Cómo vamos a ser más felices y sanas si no podemos pausar nuestros cuerpos y nuestras mentes? ¿Es acaso un lujo y no un derecho? Cuidarse, cuidar y ser cuidada/o es uno de los pilares de la vida. Sin embargo, el modelo económico y la precarización laboral han limitado seriamente las condiciones para el descanso, el divertimento y el cuidado de sí, al punto, que hoy parece más un privilegio que un derecho. En la última semana, he tenido conversaciones con mujeres de distintos ámbitos, ocupaciones y profesiones. Escucho una y otra vez la tremenda carga de trabajo, la doble y triple jornada que se intensificó durante el último año con la pandemia. La respuesta ha sido la misma: estamos agotadas: cocinando, limpiando, lavando, cuidando de hijos e hijas, de personas de la tercera edad o con alguna discapacidad. Trabajando extensas jornadas con un ingreso insuficiente y también, realizando labores de cuidado en sus hogares. El sistema económico se beneficia del trabajo sin pago que millones de mujeres realizamos cada día. Quienes tienen más recursos pueden contratar a otras personas -mujeres en su mayoría- para tener un poco de tiempo libre. Las mujeres que cuidan o realizan trabajo de limpieza también están en condiciones de precarización. Ellas también dejan a otras mujeres al cuidado de sus hijos e hijas, abuelos, o personas con discapacidad para ir a trabajar cuidando de otros. 24


Este fenómeno es conocido como carga mental -diría que también es física- y sucede porque muchas mujeres estamos trabajando dobles o triples jornadas. Esto no es nuevo, sólo que ahora está documentado y comienza a ser un tema de interés público. El autocuidado como dimensión política Es aquí cuando la dimensión del autocuidado hace su aparición. Recientemente organismos internacionales lo han conceptualizado como un tema de interés público, de medicina preventiva y de políticas públicas. Desde el feminismo, el autocuidado es una dimensión política y filosófica porque pone en el centro, el bienestar de las mujeres. También es un tema de clase, porque se convierte en un privilegio disponer de tiempo libre para descansar, para tomar una pausa… para repensar la vida. Y no todas las personas disponen de “tiempo libre” para tomar distancia, descansar vacacionar. En estas ricas conversaciones, una joven mujer trabajadora me decía que el autocuidado no es tan simple como hacer yoga o leer libros de autoayuda. De acuerdo. Es un tema profundamente político y filosófico. Cuidar de nosotras, proveernos, vivir en entornos libres de violencia, en ocasiones, parece una utopía. Pero tampoco podemos esperar a que caiga el patriarcado para generar las condiciones del autocuidado radical. Podemos comenzar paso a paso, en rebeldía como siempre lo hemos hecho: redefiniendo las tareas, cuestionando la distribución de las cargas dentro de casa, dejando de normalizar que siempre nos toca a nosotras por ser mujeres. ¿Qué implica descansar en nuestra sociedad precarizada? Urgen políticas públicas de cuidados: esto incluye licencias de paternidad, redistribución de las tareas en el hogar. También, implica repensar el cuidado colectivamente y traducirlo en términos del presupuesto público. 25


Uno de los ejes más relevantes de lucha feminista durante el siglo veinte fue el sufragio femenino, así como los derechos civiles y políticos. Más tarde, la agenda se centró en los derechos sexuales y reproductivos. Hoy toca revisar el tema de los cuidados y del autocuidado desde una mirada estructural. ¿Qué implica descansar en nuestra sociedad precarizada? ¿Cómo vamos a ser más felices y sanas si no podemos pausar nuestros cuerpos y nuestras mentes? ¿Es acaso un lujo y no un derecho? Luego de jornadas de 14 horas diarias cuidando a dos mujeres de la tercera edad en las Lomas de Chapultepec, mi madre regresaba a casa por la noche a preparar comida y medicamentos para mi hermano enfermo, mi padre y mi abuelo de 89 años. Los fines de semana luego de lavar la ropa de casi toda la familia -yo lavaba la mía desde los 9 años-, mi madre solía descansar en la azotea de nuestra casa tomando un jarro de agua fresca e interpretando temas vernáculos con mi abuelo, quien también nos contaba historias de nahuales y fantasmas. Mi madre también solía descansar escuchando mambo mientras tejía colchitas para sus nietos. Ya sé que piensan: ¡eso no era descansar! Para ella sí. Preguntémonos: ¿Qué significa descansar para nosotras? ¿Y nuestro placer, para cuándo? Una de las vertientes poco difundidas del feminismo es el derecho al placer. Y no sólo hablamos del placer sexual y el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo en el plano erótico: importante y vital sin duda alguna. Hablamos de experimentar la vida en todas sus dimensiones: descansar, comer, bailar, jugar, ejercitarse, cantar, hacer lo que produzca bienestar y placer desde una dimensión integral. Hace varios años, trabajé en una organización feminista donde se incluía la perspectiva del placer como un eje de trabajo y de convivencia. Teníamos vacaciones en verano, en diciembre por supuesto, aguinaldo, permiso por enfermedad o maternidad, etcétera. Lo que ahora parece un lujo se veía como el mínimo indispensable para estar bien. 26


En este espacio de trabajo y convivencia, también se hacían épicas fiestas hasta el amanecer, y entre semana, Doña Chabelita –una alegre e inteligente mujer- hacía comida casera, una de las más exquisitas que he probado. Por las tardes también llegaban hijos e hijas de quienes eran mamás. Hacían la tarea o jugaban mientras sus madres se alistaban para salir. En este espacio: el bienestar, el gozo y la alegría eran una práctica cotidiana. Aunque no era el lugar idílico, había un genuino intento por ejercitar el derecho al buen vivir. De esto también va el feminismo. Lamentablemente en un país como México, donde la violencia está normalizada, hablar de autocuidado, descanso y placer parece una frivolidad. No es así. Poner en el centro del debate público los cuidados, el autocuidado, el bienestar y el derecho al placer debe ser una construcción colectiva. En estos tiempos, donde se ha monopolizado el término política como algo que solo es competencia de la partidocracia, viene muy bien recordarnos que: cuidar, descansar, luchar por una vida libre de violencias y retomar la perspectiva del placer es algo profundamente político. O como diría Emma Goldman: “Si no puedo bailar, no es mi revolución”.

El enigma Castillo y el otro Perú posible Carlos Fazio - La Jornada - Lunes 14 de junio de 2021

Con 100 por ciento de las actas procesadas, Pedro Castillo, candidato de Perú Libre, logró una ventaja de apenas unas décimas porcentuales (equivalente a 70 mil votos) sobre Keiko Fujimori, del partido Fuerza Popular, en la segunda vuelta de la elección pre27


sidencial del pasado 6 de junio en el país andino. De ser confirmados los resultados por la autoridad electoral, Castillo, un humilde maestro rural de a caballo y dirigente del gremio magisterial, habría derrotado a la representante del clan Fujimori apoyada por los poderes fácticos y el latifundio mediático, pero también a un antiguo enemigo acérrimo del fujimorismo, el novelista Mario Vargas Llosa, marqués del reino de España, quien, como Keiko, defiende a ultranza las políticas neoliberales del gran ­c apital. Lejos de aceptar su derrota, el miércoles 9 de junio, la hija del ex dictador, quien antes había conseguido un pronunciamiento en su favor de 22 ex presidentes derechistas de España y América Latina −incluidos José María Aznar, Enrique Peña Nieto y Álvaro Uribe−, organizó una marcha hacia el Ministerio de Defensa en Lima, para “exigir” al Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas que “actúe” para impedir la victoria del “comunismo”. En ese sentido, días antes del balotaje, el narcisista e impúdico Vargas Llosa había lanzado una solapada exhortación a una asonada castrense, al declarar a la revista limeña Caretas que “si Castillo gana la segunda vuelta y establece el modelo cubano, no se puede descartar un golpe militar de derecha”. Y el 31 de mayo, durante un acto de campaña de Fujimori en Arequipa, ciudad natal del Nobel de Literatura, preso de sus obsesiones, su racismo y su clasismo, en pantalla gigante desde España, Vargas Llosa afirmó que “Keiko Fujimori representa la libertad y el progreso, y el señor Castillo, la dictadura”. Junto al llamado al golpismo, y con la acción concertada de las corporaciones empresarial, parlamentaria, judicial y mediática, Keiko,cuyo padre Alberto Fujimori purga una sentencia de 25 años de prisión por corrupción y crímenes de lesa humanidad cometidos bajo la dictadura, ha iniciado una guerra de desgaste que podría derivar en un nuevo lawfare regional. Es decir, en el uso indebido de herramientas jurídicas como arma para destruir a Pedro Castillo por la vía judicial, a fin de apropiarse del Estado y (re)orientarlo hacia el neoliberalismo. Sin descartar manifestaciones callejeras violentas, atentados y accio28


nes de bandera falsa de tipo terrorista que podrían atribuirse a un “renacer” de Sendero Luminoso, la antigua guerrilla maoísta. Sometido a una feroz campaña de miedo de corte macartista por sus adversarios políticos y los medios chayoteros, que lo demonizaron como “terruco” (terrorista),“castro-chavista” y lo erigieron en el nuevo “peligro rojo” de Sudamérica al vincularlo con un ideario marxista-leninista que nunca ha profesado, Castillo, maestro rural de 51 años nativo de Puña, en el departamento de Cajamarca, lanzó la consigna “No más pobres en un país rico”, en el marco de un programa de tipo nacionalista radical, industrialista, soberanista y popular, que entronca con las transformaciones realizadas por el gobierno militar nacionalista de Juan Velasco Alvarado a fines de la década de 1960, que incluyó la nacionalización de la banca y la minería, la estatización de la industria pesquera y las telecomunicaciones, una reforma agraria en detrimento de la oligarquía terrateniente, y un no alineamiento (ni con el capitalismo ni con el comunismo) en el ámbito internacional. Pedro Castillo, cuyo salto a la política nacional se dio en 2017 cuando fue uno de los principales dirigentes de una histórica huelga magisterial que duró 75 días en demanda de mejores salarios, ha prometido impulsar cambios estructurales, incluida la convocatoria a una Asamblea Constituyente para reformar la Carta Magna fujimorista de 1993, en la perspectiva de establecer un Estado plurinacional (hasta ahora gobernado por una élite racista y clasista) que tiene como referencia explícita los avances constitucionales en Ecuador y Bolivia; una profunda redistribución de la riqueza con base en una “economía popular” con fuerte intervencionismo estatal (en un país con 75 por ciento de informalidad y precarización laboral); nacionalizar los recursos estratégicos minero-energéticos ( versus el modelo extractivista primario-exportador privado actual) e impulsar una industrialización soberana, así como una segunda reforma agraria que complete la de Velasco Alvarado y aumentar los presupuestos de educación y salud. Castillo cuestionó las esterilizaciones forzosas bajo la dictadura de Alberto Fujimori, y en un contexto donde los últimos cinco presi29


dentes electos terminaron destituidos y/o presos por ladrones, enarboló una de las principales demandas populares del Perú: la lucha anticorrupción, a través de una cruzada “que comience por arriba”. De allí, también, la rápida acusación de “fraude” de Keiko Fujimori, quien pasó 16 meses en prisión preventiva y es investigada por la fiscalía acusada de ser la presunta jefa de una organización criminal y obstruir a la justicia, además del lavado de activos millonarios supuestamente recibidos en sobornos secretos de la constructora brasileña Odebrecht y otros millonarios peruanos en sus campañas presidenciales de 2011 y 2016. De ser encontrada culpable podría pasar 30 años en prisión; la presidencia le daría inmunidad. Castillo emerge como alternativa de poder plebeyo desde el Perú profundo andino-amazónico, mestizo y periférico y siempre marginado y despreciado por la élite costeña metropolitana limeña. Su principal desafío será gobernar sin mayoría parlamentaria y bajo la amenaza de un golpe de Estado que ya asoma. Existe el riesgo de que lo devore el sistema y sea cooptado. Pero también podría impulsar una democracia popular, directa, protagónica, organizada y movilizada en las calles, y refundar un país que, como imaginaba Mariátegui, no sea “ni calco ni copia sino creación heroica”.

Los halcones: quemar los muertos

Julián Andrade - La Jornada - 12 de junio de 2021 Hace 50 años, un grupo paramilitar conocido como los halcones asesinó y golpeó a estudiantes de la UNAM y del IPN. Los perpetradores de este hecho nunca pagaron por lo que hicieron, con la excepción del ex presidente Luis Echeverría, que por algunos meses estuvo arrestado en su propia residencia de San Jerónimo, en la Ciudad de México. Sin embargo, Echeverría se libró de las acusaciones porque los delitos estaban prescritos y porque resultó muy complejo acreditar tipos penales como el genocidio. 30


A pesar de ello, se hizo un trabajo interesante en la Procuraduría General de la República (PGR) en el plano ministerial, con el fiscal Ignacio Carrillo Prieto, y también en el histórico, que tuvo bajo su cargo la doctora Ángeles Magdaleno, quien hizo descubrimientos muy relevantes acerca del contexto en que estos hechos fueron posible y, más importante, sobre los implicados en ellos con diversos grados de responsabilidad. Con frecuencia menospreciamos el proceso contra Echeverría, pero significó uno de los intentos más serios para revertir la impunidad de un régimen que funcionó con pocos controles a lo largo de décadas. Después de todo, 1968 y 1971 son apenas la punta de un iceberg que muestra la extensión de la podredumbre del régimen de Echeverría y de los mecanismos de control que utilizó, entre ellos, la Dirección Federal de Seguridad (DFS), una cueva de rufianes que debió ser desmantelada al inicio del gobierno de Miguel de la Madrid. Pero los halcones son un hecho especial, porque fueron entrenados para infiltrar, agredir y disolver movimientos y movilizaciones de carácter social. El jefe de esa banda militarizada fue el coronel Manuel Díaz Escobar, quien con el tiempo sería premiado como agregado militar de la embajada de México en Chile, donde hizo amistad y estableció una relación de complicidad con el general Augusto Pinochet. Los halcones estaban entrenados en artes marciales y por ello llevaron palos y chacos para agredir a los estudiantes que marchaban en solidaridad con otros estudiantes, los de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Se trataba, desde el principio, de desalentar la protesta en las calles, de impedir que se recobrara el empuje y la fuerza que dos años antes habían marcado al movimiento estudiantil en todo el país. El saldo aún ahora es incierto, aunque los fallecidos podrían ser alrededor de 30. 31


Detrás de la fachada aperturista de Echeverría se escondía la verdad de un tipo cruel y con escasos límites en el ejercicio del poder, un poder que además alimentaba su megalomanía. Trató de esconder su responsabilidad, pero quien fungía como jefe del Departamento del Distrito Federal, Alfonso Martínez Domínguez, le contaría a Heberto Castillo, ya desde entonces uno de los líderes más relevantes de la izquierda, lo que había ocurrido aquella tarde del 10 de junio de 1971. Mientras se desarrollaba la manifestación, el presidente Echeverría comía con el gobernador del estado de México, Carlos Hank, el secretario de Recursos Hidráulicos, Leandro Rovirosa, y el propio Martínez Domínguez. Nerviosos, escuchaban al primer mandatario ordenar por teléfono: “Quemen a los muertos. Que nada quede. No permitan fotografías”. Castillo, con enorme valentía, publicó la historia y por eso sabemos que el presidente de México era el responsable de dar órdenes, establecer coartadas y montar una cortina de humo tratando de acusar de los sucesos a la ultraizquierda y a la ultraderecha. Es un sabor agridulce el que deja el paso de los años. Al igual que con el movimiento estudiantil de 1968, hay un severo juicio histórico contra los grupos represores y es difícil que alguien los defienda, pero al mismo tiempo nunca se logró justicia en estos casos. No obstante, el tesón de participantes y sobrevivientes de aquellos días, organizaciones sociales, periodistas e intelectuales hicieron posible que los hechos no sólo no se olvidaran, sino que la exigencia de castigo para los responsables se mantuviera vigente por medio siglo.

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RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 16 junio 2021


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