CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 18 de agosto 2021
Ago - 13 - 2021
Apenas 500 años después Palabras de los pueblos zapatistas. 13 de agosto del 2021. Hermanas, hermanos, hermanoas: Compañeros, compañeras, compañeroas: Por nuestras voces hablan las comunidades zapatistas. Primero queremos agradecer. Agradecer que nos hayan invitado. Agradecer que nos hayan recibido. Agradecer que nos hayan hospedado. Agradecer que nos hayan alimentado. Agradecer que nos hayan cuidado. Pero sobre todo agradecerles que, a pesar de sus diferencias y contrariedades, se hayan puesto de acuerdo para esto que hoy hacemos. Que tal vez les parecerá poco a ustedes, pero para nosotros los pueblos zapatistas es muy grande. -*Somos zapatistas de raíz maya. Somos de una geografía llamada México y atravesamos el océano para decirles estas palabras, para estar con ustedes, para escucharles, para aprender de ustedes. Somos de México y en ustedes y con ustedes encontramos cariño, cuidado, respeto. El Estado Mexicano y sus gobiernos no nos reconocen como nacionales de esa geografía. Somos extraños, extranjeros, indeseables, inoportunos en los mismos suelos que fueron cultivados por nuestros antecesores. 1
Para el Estado Mexicano somos “extemporáneos”.Eso dice el acta de nacimiento que, después de muchos gastos y viajes de nuestros poblados a las oficinas del mal gobierno, logramos obtener. Y lo hicimos para poder llegar hasta ustedes. Pero no hemos llegado hasta acá para quejarnos. Ni siquiera para denunciar al mal gobierno que padecemos. Sólo les decimos esto, porque es ese mal gobierno el que le ha exigido al Estado Español que pida perdón por lo ocurrido hace 500 años. Deben comprender que, además de ser un sinvergüenza, el mal gobierno de México es también ignorante de la historia.Y la tuerce y acomoda a su conveniencia. Así que dejemos de lado a los malos gobiernos que cada quien padecemos en nuestras geografías. Ellos son sólo capataces, empleados obedientes de un criminal mayor. -*Quienes formamos el Escuadrón Marítimo Zapatista, y que nos conocen como el Escuadrón 421, hoy estamos frente a ustedes, pero sólo somos el antecedente de un grupo más grande. Hasta 501 delegados. Y somos 501 sólo para demostrarles a los malos gobiernos que vamos delante de ellos. Mientras ellos simulan un festejo falso de 500 años, nosotros, nosotras, nosotroas, vamos ya en lo que sigue: la vida. En el año 501 habremos de recorrer los rincones de esta tierra insumisa. Pero no se preocupen. No vendrán los 501 delegados y delegadas de un jalón. Sino que por partes irán llegando. Ahora mismo, en las montañas del Sureste Mexicano, se está preparando la compañía zapatista aerotransportada a la que 2
llamamos “La Extemporánea” y que está formada por mujeres, hombres, niños y niñas zapatistas. Con esta compañía aerotransportada viajará también una delegación del Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno y del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua. Todas, todoas, todos han padecido para conseguir papeles y vacunas. Se han enfermado y se han aliviado. Han tenido hambre y han estado lejos de sus familias, sus comunidades, su tierra, su lengua, su cultura. Pero todos, todas y todoas están animados y entusiasmados por llegar a encontrarles. Pero no es en actos grandes, sino que en los lugares donde ustedes resisten, se rebelan, luchan. Tal vez a alguien le parezca que nos interesan los grandes actos y el impacto mediático, y así valoren los éxitos y fracasos. Pero nosotros hemos aprendido que las semillas se intercambian, se siembran y crecen en lo cotidiano, en el suelo propio, con los saberes de cada quien. El mañana no se gesta en la luz. Se cultiva, se cuida y se nace en las sombras inadvertidas de la madrugada, cuando la noche empieza apenas a ceder terreno. Los terremotos que sacuden la historia de la humanidad empiezan con un “ya basta” aislado, casi imperceptible. Una nota discordante a mitad del ruido. Una grieta en el muro. -*Por eso es que no venimos a traer recetas, a imponer visiones y estrategias, a prometer futuros luminosos e instantáneos, plazas llenas, soluciones inmediatas. Ni venimos a convocarles a uniones maravillosas. Venimos a escucharles. 3
No será fácil, cierto. Somos tan diferentes, tan distintos, tan lejanos, tan contrarios y, sobre todo, tan contradictorios. Nos separan muchas cosas. Tal vez, al hablar, queriéndolo o no, no sólo decimos nuestra historia, también demostramos la convicción de que lo nuestro es lo que vale, es la verdad. Cada mirada al pasado nos divide. Y no es de balde esa diferencia. En cada mirada hay rabia y dolor que con legitimidad se asoman a lo anterior. Es cierto que al mirar la historia pasada buscamos encontrar lo que queremos. Sea rabias, rencores, condenas o absoluciones. Aunque hay estudios serios y profundos, podemos buscar el que nos conviene, el que nos da la razón. El que nos justifica. Y lo hacemos “verdad”. Así podemos juzgar y condenar. Pero la justicia queda olvidada. Y así podemos encontrar muchas cosas que nos dividen y confrontan. Tenemos broncas en nuestra familia, en nuestro grupo, colectivo, organización. En nuestro barrio. En nuestra comarca. En nuestra geografía. Cada quien tiene un dolor que le marca. Una rabia que le mueve. Y esos dolores y esas rabias, que no son pocas, están ahí. Y los pueblos zapatistas decimos que sólo una amenaza más grande, un dolor más terrible, una rabia mayor, es la que puede hacer que nos pongamos de acuerdo en dirigir esa rabia y ese dolor más arriba. 4
Pero no es que desaparezcan esas diferencias que tenemos, como en los falsos llamados a la “unidad” que suelen hacer los de arriba cuando los de abajo les piden cuentas. No, de lo que hablamos las comunidades zapatistas es de una causa, de un motivo, de una meta: la vida. No se trata de abandonar convicciones y luchas. Al contrario. Pensamos que las luchas de mujeres, de otroas, de trabajadores, de originarios, no sólo no deben detenerse, sino que debieran ser más profundas y radicales. Cada quien enfrenta una o varias cabezas de la Hidra. Porque todas esas luchas, de ustedes y de nosotros los pueblos zapatistas, son por la vida. Pero mientras no destruyamos al monstruo en su corazón, esas cabezas seguirán brotando y cambiando de forma pero con mayor crueldad. -*Ahora, en estos tiempos, miramos y sufrimos una destrucción gigantesca; la de la naturaleza, con la humanidad incluida. Porque bajo los escombros, las cenizas, el lodo, las aguas sucias, las pandemias, la explotación, el desprecio, el despojo, el crimen, el racismo y la intolerancia, hay seres humanos sin vida. Y cada vida es una historia que se convierte en un número, una estadística, un olvido. El futuro, la historia por venir, es, como el presente, una pesadilla real. Y, cuando pensamos que no puede ser peor, viene la realidad a golpearnos en el rostro. Y entonces cada quien ve por sí mismo y, en el mejor de los casos, por sus cercanos: su familia, sus amistades, sus personas conocidas. 5
Pero, así como en cada rincón del planeta, en cada corazón que late, hay una desgracia presente y una por llegar, hay también una resistencia, una rebeldía, una lucha por la vida. Porque vivir no es sólo no morir, no es sobrevivir. Vivir como seres humanos es vivir con libertad. Vivir es arte, es ciencia, es alegría, es baile, es lucha. Y claro, vivir también es estar en desacuerdo con una u otra cosa, discutir, debatir, confrontar. Entonces hay alguien o algo que nos impide vivir, que nos arrebata la libertad, que nos engaña, que nos estafa, que nos acorrala, que nos va quitando el mundo de cada quien a mordiscos, a tajos, a heridas. Ahí podemos elegir al responsable. Buscar un culpable. Confrontarlo y hacer justicia. Alguien o algo que pague, que responda por ese dolor que nos deja solos, solas, soloas. Que nos arrincona en una isla cada vez más pequeña, tan diminuta que sólo queda el yo de cada quien. Y aún ahí, en la pequeña isla, lejana de todo y de todos, nos obligan a ser otra cosa, a no ser lo que somos. Nuestra historia individual que tiene su parte de historia colectiva: una habitación, una casa, un barrio, una comunidad, una geografía, una causa que debe ser cambiada y traicionada para ser parte de otra cosa. Una mujer que sea del agrado del hombre. Unoa otroa que sea aceptada por lo hetero. Una juventud a la satisfacción de la madurez. Una vejez tolerada por la juventud. Una niñez en disputa por jóvenes, adultos, ancianos. Una fuerza de trabajo eficiente y dócil para el capataz. Un capataz al gusto del Mandón. Y esa presión para transformarse en lo que no somos tiene el modo de la violencia. 6
Y es estructural. Todo el sistema está construido para imponer el molde de la normalidad. Si somos mujeres, debemos serlo según el molde de los varones. Si somos otroas, debemos serlo según el molde de lo heterosexual. Por ejemplo, ya ven que hasta hay clínicas para “corregir” la diferencia sexual. Bueno, pues el sistema es una gigantesca y brutal clínica que “cura” la “anormalidad”. Una máquina que ataca, aísla y liquida lo otro, lo diferente. Entonces pues así nos traen, día y noche, queriéndonos domar, buscando domesticarnos. Y nosotros, pues resistiendo. Toda la vida y generaciones completas resistiendo, rebelándose. Diciendo “no” a la imposición. Gritando “sí” a la vida. No es nuevo, es cierto. Podríamos remontarnos 5 siglos atrás y la misma historia. Y lo ridículo de todo eso es que, quienes nos oprimen ahora, pretenden tomar el papel de nuestros “libertadores”. -*Sin embargo, algo es diferente. Y es que el dolor de la tierra, de la naturaleza, también se ha unido al nuestro. Y aquí podemos estar o no de acuerdo. Podemos decir que no es cierto, que las pandemias se terminarán, que las catástrofes cesarán, que el mundo, que nuestra vida en el mundo, volverá a ser como antes. Aún cuando ese “antes” era y es de dolor, destrucción e injusticia. 7
Nosotros, los pueblos zapatistas, pensamos que no. Q ue no sólo no volverá a ser como antes. Q ue se va a poner peor. Nosotras las comunidades zapatistas nombramos al responsable de estos males y le llamamos “capitalismo”. Y también decimos que sólo con la destrucción total de ese sistema será posible que cada quien, según su modo, su calendario y su geografía, habrá de levantar otra cosa. No perfecta, pero sí mejor. Y a eso que se construya, a esas nuevas relaciones entre los seres humanos y entre la humanidad y la naturaleza, se le pondrá el nombre que a cada quien le dé la gana. Y sabemos que no será fácil. Q ue no lo es ya. Y sabemos bien que no podremos solos, cada quien en su parcela combatiendo contra la cabeza de la hidra que le toca padecer, mientras el corazón del monstruo se rehace y crece todavía más. Y sobre todo sabemos que no habremos de mirar ese mañana en el que, al fin, la bestia arda y se consuma hasta que de ella sólo quede un mal recuerdo. Pero también sabemos que haremos nuestra parte, aunque sea pequeña, aunque la olviden las generaciones venideras. -*Como comunidades zapatistas que somos, vemos señales. Pero tal vez estamos equivocados como pueblos que somos. Ya ven que dicen que somos ignorantes, retrasados, conser vadores, opositores al progreso, pre-modernos, bárbaros, incivilizados, inoportunos e inconvenientes. 8
Tal vez es así. Tal vez estamos atrasados porque como mujeres que somos o como otroas, podemos salir a pasear sin temor de que nos ataquen, nos violen, nos descuarticen, nos desaparezcan. Tal vez estamos en contra del progreso porque nos oponemos a los megaproyectos que destruyen la naturaleza y nos destruyen como pueblos, y que heredan muerte para las generaciones que siguen. Tal vez estamos en contra de la modernidad porque nos oponemos a un tren, una carretera, una presa, una termoeléctrica, un centro comercial, un aeropuerto, una mina, un depósito de material tóxico, la destrucción de un bosque, la contaminación de ríos y lagunas, el culto a los combustibles fósiles. Tal vez somos atrasados porque honramos a la tierra en lugar de al dinero. Tal vez somos bárbaros porque cultivamos nuestros alimentos. Porque trabajamos para vivir y no para ganar paga. Tal vez somos inoportunos e inconvenientes porque nos gobernamos a nosotros mismos como pueblos que somos. Porque consideramos el trabajo de gobierno como un trabajo más de los comunitarios que habremos de cumplir. Tal vez somos rebeldes porque no nos vendemos, porque no nos rendimos, porque no claudicamos. Tal vez somos todo eso que dicen de nosotros. -*Pero algo miramos, algo escuchamos, algo sabemos que está pasando y que va a pasar. 9
Y por eso estamos en este viaje. Porque pensamos y sabemos que no somos los únicos que luchamos, que no somos los únicos que vemos lo que está pasando y lo que va a pasar. Nuestro rincón del mundo es una pequeña geografía de lucha por la vida. Estamos buscando otros rincones y queremos aprender de ellos. Por eso llegamos hasta acá, no a traerles reproches, injurias, reclamos, cobros por deudas impagadas. Aunque eso esté de moda y aunque cualquiera diría que sí, que tenemos razón en esos reclamos o que no sabemos lo que debemos hacer y ellos, los malos gobiernos, lo harán por nosotros. Y que esté de moda que esos malos gobiernos se escondan detrás de nacionalismos de cartón. Y que, bajo la bandera del nacionalismo, nos cubramos nosotros y se cubra también quien nos oprime, quien nos persigue, quien nos asesina, quien nos divide y nos confronta. No. No venimos a eso. Detrás de los nacionalismos se esconden no sólo las diferencias, también y sobre todo los crímenes. Bajo un mismo nacionalismo se cobijan el macho violento y la mujer agredida, la intolerancia heterosexual y la otredad perseguida, la civilización depredadora y el pueblo originario aniquilado, el capital explotador y los trabajadores subyugados, los ricos y los pobres. Las banderas nacionales ocultan más de lo que muestran, mucho más. Porque pensamos eso, es que nuestro empeño por la vida es mundial. No reconoce fronteras, lenguas, colores, razas, ideologías, religiones, sexos, edades, tamaños, banderas. 10
Por eso la nuestra, es una Travesía por la Vida. -*Ésta es de las pocas veces que haremos uso de la palabra en un acto donde unos pocos hablan y muchos escuchan. Y lo aprovechamos para hacerles una petición respetuosa. Cuéntenos su historia. No importa si es grande o pequeña. Cuéntenos su historia de resistencia, de rebeldía. Sus dolores, sus rabias, sus “no” y sus “sí”. Porque nosotras las comunidades zapatistas hemos venido a escuchar y a aprender la historia que hay en cada habitación, en cada casa, en cada barrio, en cada comunidad, en cada lengua, en cada modo y en cada ni modos. Porque, después de tantos años, hemos aprendido que en cada disidencia, en cada rebeldía, en cada resistencia, hay un grito por la vida. Y, según nosotros los pueblos zapatistas, de eso se trata todo: de la vida. Y, cuando un día cualquiera, alguien les pregunte “¿a que vinieron los zapatistas?”, juntos podremos responder, sin pena para ustedes y sin vergüenza para nosotras, “vinieron a aprender”. 500 años después, las comunidades zapatistas vinieron a escucharnos. Desde Madrid, en la geografía que llaman España, y en estos suelos y bajo estos cielos renombrados como SLUMIL K´AJXEMK´OP, o “tierra insumisa”. A nombre de las comunidades zapatistas. El Escuadrón Marítimo Zapatista, llamado “Escuadrón 421”. Planeta Tierra. 13 de agosto, apenas 500 años después. 11
“A 500 AÑOS DEL INICIO DE LA RESISTENCIA” NO NOS CONQUISTARON SEGUIMOS EN RESISTENCIA Y REBELDÍA 13 de agosto de 1521 – 13 de agosto de 2021
Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional Al CCRI-CG-EZLN A la Comisión Sexta del EZLN Al SubComandante Insurgente Galeano Al “Escuadrón 421”, Semiller@s de Resistencia y Rebeldía A la Unidad de Escucha y Palabra, “La Extemporánea” Al Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno A María de Jesús Patricio Martínez, Vocera del CNI-CIG A los Pueblos de México que resisten contra el desprecio y el olvido A los Pueblos del Mundo que resisten contra el sistema capitalista y patriarcal A los Pueblos, Tribus, Naciones, Comunidades y Barrios Originarios que nunca fueron conquistados A la Sexta Nacional e Internacional A las Redes de Resistencia y Rebeldía A la Europa Insumisa, digna y rebelde. A los medios libres, independientes, alternativos o como se llamen Herman@s Tod@s “ Vamos a agradecer a lo otro su existencia. A agradecer las enseñanzas que su rebeldía y su resistencia nos han regalado. A entregar la flor prometida. A abrazar lo otro y decirle al oído que no está sola, soloa, solo. A susurrarle que valen la pena la resistencia, la lucha, el dolor por quienes ya no están, la rabia de que esté impune el criminal, el sueño de un mundo no perfecto, pero sí mejor: un mundo sin miedo.” “ Y también, y sobre todo, vamos a buscar complicidades… por la vida.” SupGaleano.. Junio del 2021. Planeta Tierra. 12
“No nos acabaron. Q uedamos todos los que somos en la resistencia y la rebeldía, los que veneramos a la madre tierra y que cinco siglos después, no solo tenemos el territorio, sino que lo resguardamos con la vida. Seguimos hablando nuestras lenguas y soñando en colectivo, reconociéndonos en una identidad indígena y escuchando el sentir de los ancestros, pero sobre todo, somos los que no les tenemos miedo.” Comisión de Coordinación y Seguimiento del CNI-CIG. Julio de 2021 Hoy decimos: ¡Aquí estamos! ¡Somos la dignidad rebelde, el corazón olvidado de la patria! (Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. 1º. de enero de 1996.) El día de hoy, 13 de agosto de 2021, la Comunidad Indígena Otomí residente en la CDMX, cumplimos 305 días, es decir, 10 mese y un día, de haber tomado las instalaciones del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, INPI. Símbolo de la traición y el despojo de nuestros pueblos y comunidades indígenas. Hoy, fecha en la que se cumplen también “500 AÑOS DEL INICIO DE LA RESISTENCIA”, les decimos, que con Dignidad, Resistencia y Rebeldía seguiremos sosteniendo esta TomaINPI, hasta no alcanzar, «trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz”. No nos rendimos, No Claudicamos y No Traicionamos. Así mismo, frente al olvido, desprecio y discriminación de Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la CDMX y, frente a la simulación, despojo y militarización de nuestros pueblos, que impone Andrés Manuel López Obrador desde su mal llamada Cuarta Transformación, decidimos tomar las instalaciones del INPI y exigir al gobierno federal, estatal y municipal alto a la guerra en contra el EZLN, alto a los ataques paramilitares en contra de las bases de apoyo zapatista, alto a los asesinatos 13
de quienes defienden la Madre tierra, el territorio, el agua, los montes, los ríos, el medio ambiente y nuestros recursos naturales, y que además, pertenecen al Congreso Nacional Indígena – Concejo Indígena de Gobierno, CNI-CIG, como es el caso de nuestro hermano Samir Flores Soberanes, para quien desde esta espacio, demandamos verdad y justicia. También demandamos la inmediata presentación con vida de nuestros 43 compañeros normalistas de Ayotzinapa; alto a la criminalización de la protesta social, no más feminicidios. Por todo lo anterior… Denunciamos que a 305 dias, es decir, 10 meses de la #TomaDelINPI, sólo hemos recibido de los malos gobiernos olvido, indiferencia, desprecio, despojo y la imposición de Megaproyectos como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico, el Proyecto Integral Morelos, el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía y la Refinería dos Bocas por encima del derecho a la vida. Esta política gubernamental, es la columna vertebral de la mal llamada Cuarta Transformación, al mismo tiempo, la militarización y la guerra contrainsurgente contra nuestros pueblos, es la garantía para salvaguardar los intereses de las transnacionales y el capital financiero. Por otro lado, el INPI, símbolo de la traición a los pueblos y comunidades indígenas, solo es un instrumento que valida y legitima el despojo de nuestros pueblos. Convocamos, a la solidaridad entre los pueblos frente a la muerte y destrucción que impone la guerra de exterminio, por tanto, no tenemos otro proyecto de vida que no sea el zapatista y no cederemos en la busqueda por verdad y justicia para las víctimas, pero tambien, hasta acabar con el sistema capitalista y patriarcal. Ratificamos, que en tanto no se vean resueltas nuestras demandas tanto en el campo como en la ciudad, no devolveremos las instalaciones del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, y desde sus entrañas exigimos a los gobiernos local y federal, cumplimiento a su palabra empeñada en las Mesas de Diálogo. 14
POR TODO LO ANTERIOR, DECLARAMOS: A partir de hoy, 13 de agosto de 2021, la toma de INPI, se convierte en la “Casa de los Pueblos y las Comunidades Indígenas, “Samir Flores Soberanes” Para explicar la presente propuesta hacemos de sus conocimiento lo siguiente: 1. Es un inmuebles ubicado en la Av. México-Coyoacán No. 343, Col. Xoco, Benito Juárez. El día 10 de enero de 1990, Carlos Salinas de Gortari, emitió un Decreto Presidencial en el que dicho inmueble, se “desincorpora del dominio público de la Federación” y se solicita a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, SEDUE, otorgarlo a “Servicios de Telerecervaciones”, empresa que ya desapareció. Este decreto fue suscrito por Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Patricio Chirino y Carlos Hank González. ¿Les suenan estos nombres?. Queda claro que estas transacción se daban exclusivamente en beneficio de la clase política en complicidad con el poder financiero. (Se anexa copia del Decreto). 2. Dicho inmueble tienen una superficie de 1368.30 m2, cuenta con seis niveles de construcción, un anexo y dos niveles de estacionamiento en semisótano. El 6º Piso es un área exclusiva para el traidor de los pueblos, Adelfo Regino Montes; cuenta con 30 oficinas para direct@res y subdirect@res; tiene un anexo de oficinas, comedor y consultorio médico del primero al cuarto piso; tiene una capacidad para cerca de 800 trabajado@s administrativos; contaba con un Sistema Digital de Comunicación que enlazaba con los Centros Coordinadores que tiene el INPI en todo el país, y desde que llegamos, esto dejó de funcionar. 3. Frente a la indiferencia gubernamental, hemos resuelto que este inmueble lo arranquemos del patrimonio del gobierno federal y pase a ser patrimonio de los Pueblos y Comunidades Indígenas que integran el CNI-CIG. 4. Decidimos hacer pública esta decisión, el día de hoy 13 de agosto de 2021, fecha significativa para nuestros pueblos y co15
munidades indígenas, pues “A 500 AÑOS DEL INICIO DE LA RESISTENCIA” ¡AQUÍ ESTAMOS!, ¡NO NOS CONQUISTARON!, ¡EXISTIMOS, PORQUE RESISTIMOS!. También, decidimos hacerlo en esta fecha, justo cuando nuestr@s herman@s zapatistas se encuentran en Madrid, en la Europa Insumisa, en la Europa, de abajo y a la izquierda, en la Europa Digna y Rebelde. Lo hacemos no solo como un acto de repudio a quienes celebran la caída de México Tenochtitlán o la colonización, lo hacemos, porque nuestr@s herman@s zapatistas, nos convocaron a desafiar al sistema capitalista, a desafiar a la clase política, a desafiar a los dueños del poder y del dinero, a desafiar un orden establecido que ellos nos imponen. Frente a todo eso, nosotros tambien decimos, ¡YA BASTA!. Hermanas y hermanos, muy a pesar de esta decisión colectiva de la comunidad, y como dijera en octubre pasado el Subcomandante Insurgente Moisés, “¿A QUIÉN LE IMPORTA QUE UN PEQUEÑO, PEQUEÑÍSIMO, GRUPO DE ORIGINARIOS, DE INDÍGENAS VIVA, ES DECIR, LUCHE?” Nosotros hemos resultó asumir con Resistencia y Rebeldía esta decisión. PD1. Desde la #TomaDelINPI, nos preparamos para navegar mares, ríos y montañas y llegar a la Europa de abajo y a la Izquierda; en caso de que no sea posible asistir, también nos preparamos para salir a las calles, colonias, barrios y pueblos, para encontrar otras semillas, otras resistencia y muy otras rebeldías y realizar, encuentros, diálogos, intercambios de ideas, experiencias, análisis tal y como los proponen nuestros hermanos del EZLN en la Declaración por la Vida. Atentamente. “A 500 AÑOS DEL INICIO DE LA RESISTENCIA” NO NOS CONQUISTARON EXISTIMOS, PORQUE RESISTIMOS Y NOS ORGANIZAMOS Nunca Más Un México Sin Nosotr@S 16
Nunca Más Una Ciudad Sin Nosotr@S Por la Reconstitución Integral de Nuestros Pueblos Zapata Vive, la Lucha Sigue! Samir Vive, la Lucha Sigue! Viva el Ejército Zapatista de Liberación Nacional Viva el Comité Clandestino Revolucionario Indígena, Comandancia General del EZLN Vivan las Juntas de Buen Gobierno Vivan los Caracoles Zapatistas Vivan las Bases de Apoyo del EZLN Vivan las Comunidades Indígenas Zapatistas Vivan las Autonomía de los Pueblos Porque Vivos los Llevaron, Vivos los Queremos!! Viva el #CNI, Viva el #CIG, Viva el #EZLN No a los Megaproyectos de Muerte!! Verdad y Justicia para las Víctimas Y Porque la Travesía por la Vida, Va Desde La Toma Del INPI, con Resistencia y Rebeldía Comunidad Indígena Otomí Residente en la CDMX, Integrante del Congreso Nacional Indígena - Concejo Indígena de Gobierno y de la Coordinación Metropolitana Anticapitalista Y Antipatriarcal con el CIG Ciudad de México, 13 de agosto de 2021
Quinientos años después “nada ha cambiado” Gloria Muñoz - La Jornada - Los de abajo - 14 de agosto de 2021
La foto tomada por Jair Cabrera de dos mujeres del pueblo triqui en la esquina de la calle 20 de Noviembre, sentadas en el piso junto a la valla metálica custodiada por policías que les impiden el paso a la plancha del zócalo capitalino, donde la Presidencia de la República conmemora los 500 años de lo que la institución nombra la “resistencia indígena”, sintetiza la retórica, el desplante, el racismo, la exclusión de siempre a los pueblos, na17
ciones y tribus indígenas que no son materia de museos ni de maquetas monumentales. “Los indígenas somos discriminados en México”, dice la manta colocada frente a la cerca. La maqueta con iluminación neón, como de antro, réplica del Templo Mayor, no podía ser más simbólica de lo que el poder oculta. Detrás de ella hay un campamento de estudiantes, en su mayoría provenientes de comunidades indígenas y campesinas, de la normal rural de Mactumactzá, Chiapas, quienes exigen la liberación de sus 91 compañeros detenidos el 18 de mayo pasado, cuando se manifestaban para exigir que se permitiera el ingreso a este plantel mediante un examen presencial. Simultáneamente, en otro costado del Zócalo, integrantes de la comunidad nahua de Ostula, en compañía de residentes otomíes que luchan por vivienda digna y de la vocera del Concejo Indígena de Gobierno, María de Jesús Patricio, entregan un “ amicus curiae” en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con el fin de que, por fin, la Corte atraiga el caso de la restitución de sus tierras. Quinientos años después “nada ha cambiado”, afirman desde Oaxaca los pueblos de la Asamblea Oaxaqueña en Defensa de la Tierra y el Territorio, mientras en Puebla las comunidades nahuas mantienen tomada la empresa Bonafont que les roba el agua. Y del otro lado del Atlántico, en Madrid, España, una gran manta con la consigna “No nos conquistaron” encabeza la simbólica marcha por las calles de la capital española. Al frente, montada en un carro alegórico en forma de barco, va la delegación conformada por siete integrantes del EZLN, en un acto diametralmente distinto al oficial y artificial montado en la Ciudad de México. Aquí no hay conquistadores ni vencidos, sino la unión de pueblos de abajo en resistencia. desinformemonos.org losylasdeabajo@yahoo.com.mx 18
Normalismo rural, emancipación de los indígenas
Kau Pioquinto* - La Jornada - 14 de agosto de 2021 En Guerrero, la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa es el refugio para los jóvenes de la zona marginada, una familia para los muchachos indígenas que dejan sus comunidades para continuar sus estudios, más cuando no tienen dinero para estudiar en las ciudades. Ahí aprenden a domar el miedo y a luchar por un sueño: el de ser maestros rurales. Así como lo cantan los normalistas en el himno a Ayotzinapa: “La esperanza de un hogar” para la familia que no tiene forma de pagar los estudios de sus hijos en las universidades. Es la casa de los soñadores que deciden cambiar su realidad, como los profesores Othón Salazar y Lucio Cabañas. Un día platiqué con José Luis García de la Cruz y me contó que de niño, en las conversaciones de los viejos, escuchaba la palabra “Ayotzi”. Sabía que ésta se referían a la tortuga, pero no le daba importancia, porque era parte de su vida en la comunidad. “Mi abuelo decía Ayotzi cuando veía las tortugas; no me causaba risa, porque ellas eran parte de mi infancia”, recuerda. Hasta que fui por mi ficha de ingreso a la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, supe que no es sólo el río de tortugas, sino “cuna de la conciencia social”. José Luis nació en la comunidad me’phaa Tierra Blanca, municipio de Acatepec, un pueblito de la Montaña Alta de Guerero donde cada tarde llevaba a pastar a las cabras; cuando podía, ayudaba a su padre en la siembra de maíz, frijol, calabaza, tomate y chile. Regresó a Ayotzinapa el día del examen de ingreso, luego, la semana de prueba. Y ahí empezó a cristalizarse su sueño de ser profesor. “Es el lugar que siempre busqué para estudiar, porque en la ciudad no pude. Aquí tengo la seguridad de que voy a terminar mi 19
carrera, porque no pude hacerlo en la universidad por falta de dinero y empleo, así que dejé la carrera de ingeniería y me vine aquí”, comenta. En Ayotzinapa José Luis encontró amigos con los que lo hermanaba la misma pobreza; con ellos se integró a las actividades agrícolas cuando eran pelones. Ahí le hablaron de normalismo rural y de la lucha de clases. “Aquí uno sedesenvuelve como si estuviera en el pueblo; la relación con los compañeros es más amigable. Recuerdo cuando llegué a la normal, yo no podía hablar frente a más de cinco compañeros; me daba pavor cuando tenía que hacerlo, pero ahora lo hago sin tanto problema”, dice. En los círculos de estudios aprendió a defender lo que le pertenece: familia, salud, educación y respeto a su persona como indígena. “Defender tus derechos como persona, colectivo o pueblo y comunidad indígena es básico; eso lo aprendí de mis compañeros al ingresar en esta normal; porque un pueblo callado jamás será escuchado, ante tantos abusos del poder y represión”, afirma. Los planes de José Luis eran ser ingeniero civil, así que se inscribió en la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), pero sólo cursó la carrera un año, porque no pudo integrarse a la comunidad estudiantil. Otro factor que impedía su estancia en Chilpancingo era el dinero para pagar la renta donde vivía. Aunado a estas adversidades, las necesidades que tenían los campesinos de su pueblo lo llevaron a pensar en ser maestro; fue así como se animó a estudiar en Ayotzinapa. Cuando platicamos con él, estudiaba la licenciatura en primaria con enfoque intercultural bilingüe. En la normal de Ayotzinapa encontró ayuda para proseguir sus estudios, beca para prácticas docentes; el internado y el comedor; uniformes escolares. Expresa que Ayotzinapa es su segunda casa, donde, aunque sea poca, tiene la comida segura. En Tierra Blanca comía carne una vez al mes, de ahí, come calabaza, frijol, salsa de jitomates y quelites. 20
En la normal se integró a la rondalla Romance, y muy pronto aprendió el Himno a Ayotzinapa, y boleros como Qué lastima, Mi gran amor, Te lo pido por favor, Linda juventud, Soy yo y Cenizas y fuego, entre otras. La formación de José Luis en la normal y su relación con los campesinos reforzó la cultura adquirida en el seno familiar y en su comunidad de origen. Además, lo dotó de herramientas para arraigarse en las comunidades indígenas de la Montaña de Guerrero. Hasta ahora, el internado de Ayotzinapa es la madre anónima de los maestros normalistas; los ha salvado de migrar a los campos agrícolas, de cruzar la frontera; de caer en la pobreza extrema y enrolarse en la delincuencia organizada. Con las herramientas que los profesores recibieron de esa escuela, han contribuido a democratizar el país. Por esto debemos pugnar para que las normales rurales continúen impartiendo la formación pedagógica de los jóvenes indígenas de comunidades marginadas. * Periodista ñuu savi, originario de la Costa Chica de Guerrero. Conductor del programa bilingüe Tatyi Savi (Voz de la Lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Autor del libro Jornaleros, la explotación trasnacional
¿Estamos fritos?
Silvia Ribeiro* - La Jornada - 14 de agosto de 2021 Esta semana, un nuevo informe del Panel Intergubernamental de expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) volvió a mostrar que el desequilibrio climático global es muy severo y que las cosas están peor de lo que ya habían advertido en su informe anterior en 2013. El ritmo del calentamiento global, desde el periodo industrial, no tiene precedentes y la mayoría ocurrió desde fines de la década 21
de los 90. Estiman que el calentamiento no había sido tan alto en 125 mil años; en ese caso, debido a cambios en la órbita de la Tierra. Esto se traduce en aumento de huracanes, lluvias y sequías extremas; derretimiento de glaciares y otros hielos permanentes; acidificación y aumento del nivel del mar, así como disrupción de corrientes oceánicas que regulan la temperatura en países costeros. En suma, los datos muestran que el capitalismo como sistema y un centenar de sus empresas trasnacionales han logrado desequilibrar en tiempo récord el clima global que para estabilizarse se llevó millones de años de coevolución, con un calentamiento que podría llevar al planeta, en pocas décadas, a puntos de no retorno, lo cual nos afectará a todos, pero fundamentalmente a quienes menos recursos tienen para enfrentar la crisis. Ha sido un proceso a sabiendas de los causantes del caos climático. Setenta y uno por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) son responsabilidad de 100 empresas trasnacionales, principalmente de la industria de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón). Esa industria es la que más tempranamente comenzó a estudiar el cambio climático (mucho antes del IPCC), para entender lo que estaban causando y buscar formas de prevenir las demandas que podrían enfrentar, demandas que aún no se materializan, pese a algunos avances como la que ganó Amigos de la Tierra contra Shell este año, que exige a la petrolera reducir sus emisiones en 45 por ciento (https://tinyurl.com/4j76kj7c). Por ahora, como explica John Saxe-Fernández, la industria de la energía fósil, brutalmente devastadora de comunidades y del ambiente, sigue siendo la que más subvenciones públicas recibe, con más de 5.3 billones de dólares anuales (https://tinyurl. com/3ry4j6sp) Pese a todo esto, la declaratoria de “emergencia climática” o “código rojo para la humanidad” como la llamó el Secretario de Naciones Unidas António Guterres, no nos ayuda a enfrentar la situación. Para empezar, porque desde el IPCC al propio Gute22
rres, en lugar de promover acciones para lograr reducciones de GEI reales, lo cual conlleva necesariamente cuestionar a esas industrias de altas emisiones y al modelo de producción y consumo masivo e injusto, aceptan que las empresas que más contaminan (energía, agronegocios, alimentaria, aviación, construcción, minería, automotriz y financiera, tecnológica, entre otras) avancen en consolidar una nueva trampa llamada “emisiones netas cero” . Esas empresas afirman que aunque van a aumentar sus emisiones (la industria petrolera y gasera en forma exponencial), las van a “compensar” con megaplantaciones de árboles y monocultivos, con mercados de carbono y con técnicas de geoingeniería (almacenamiento de carbono, captura directa de aire, manipulación de la química oceánica, cultivos transgénicos, etc.) que no funcionan para cesar el cambio climático; son de alto riesgo y provocan mayor desplazamiento de comunidades y acaparamiento de tierras. Estados Unidos ya aprobó nuevos subsidios millonarios para el desarrollo de estas técnicas “captura de carbono”, que irán a parar fundamentalmente a las arcas de las empresas petroleras, las cuales, paradójicamente, las usan para extraer más petróleo de reservas profundas a las que no podían acceder. (https://tinyurl.com/35e6j2sz) Sin cuestionar las causas estructurales ni señalar claramente a los culpables del caos climático, llamar a imponer un estado de “emergencia climática” crea un ambiente de desesperación e incertidumbre y prepara el terreno para que no nos opongamos a esas y otras medidas inaceptables, que sólo van a favorecer a las mismas empresas y perpetuar el caos. Tom Goldtooth, navajo, director de la Red Ambiental Indígena y miembro de la Alianza por Justicia Climática declaró: “La gravedad de la crisis climática ha sido denunciada incansablemente por las comunidades indígenas y de base afectadas durante décadas. Debemos presionar al IPCC antes de que se publique el siguiente informe sobre mitigación el año que viene, para que escuchen las voces y conocimientos tradicionales de los pueblos in23
dígenas y pongan fin a las propuestas de falsas soluciones, como poner precio al carbono, la captura de carbono y la geoingeniería solar, que facilitan que se siga extrayendo combustibles fósiles”. Aunque la situación es grave, desde los pueblos indígenas, las organizaciones campesinas y por justicia climática, las comunidades rurales y urbanas tenemos una gran diversidad de propuestas, experiencias y conocimientos hacia la justicia climática y social, como la producción campesina y agroecológica de alimentos, el cuidado y restauración de bosques, manglares y ecosistemas con los pueblos y comunidades, la construcción y organización colectivas urbanas, sistemas de transporte colectivos y muchas más, que son las que realmente urge apoyar y fortalecer, porque no sólo pueden absorber parte del carbono excedente sino sobre todo prevenir futuras emisiones. * Investigadora del Grupo ETC
Impunidad de fuerzas armadas ante crisis climática
Raúl Zibechi - La Jornada - 13 de agosto de 2021 Con el clima sucede como con casi todos los temas: trascienden los datos menores, pero los realmente importantes quedan en la penumbra. Así, mediante abstracciones, pareciera que quienes habitamos el planeta somos igualmente responsables. Días atrás el Panel Intergubernamental del Cambio Climático publicó su sexto informe. Dice que el aumento de la temperatura planetaria tendrá consecuencias “sin precedentes”, como sequías, inundaciones y olas de calor (https://bit.ly/2VK9LJD). El informe registra descensos continuados en el permafrost, la nieve, los glaciares y las capas de hielo del Ártico. Un dato tremendo proviene de expertos que aseguran que la co24
rriente del golfo, la principal masa marítima del Atlántico que lleva agua cálida de los trópicos hacia el norte, podría colapsar, pues se debilita de forma acelerada (https://bit.ly/3fSzVAD). Hay muchos más datos para sumar, porque casi cada año surgen análisis que aseguran que el calentamiento nos lleva hacia varios abismos: climático, social y político. Quisiera hacer tres consideraciones. 1) No tengo la menor duda que los datos que aportan son verdaderos. Sin embargo, están escorados porque no dicen quiénes contaminan más, dónde viven y sufren las víctimas del cambio climático. En particular, los medios comerciales se empeñan en ocultar lo importante. El Pentágono es el mayor consumidor institucional de petróleo y, por tanto, el máximo emisor individual de gases de efecto invernadero (GEI), según el informe Costs of War ( Costos de la guerra), emitido por el Watson Institute de la Universidad de Brown, en noviembre de 2019 (https://bit.ly/3yD3Jso). El dato es archiconocido, pero cada vez que se emite una alerta sobre el calentamiento global, no se menciona quiénes son los grandes contaminadores. En efecto, la emisión de GEI del Pentágono supera a los de muchas naciones industrializadas, como Dinamarca, Suecia y Portugal. Además, la “guerra contra el terrorismo” produjo, entre 2001 y 2018, mil 267 millones de toneladas métricas de GEI. Un B-52 Stratofortress, el bombardero de largo alcance del Pentágono, consume tanto combustible en una hora de vuelo como el conductor de automóvil promedio en siete años (https://bit.ly/3jNKIx8). 2) Tras la difusión de estos estudios por los grandes medios, los políticos se muestran preocupados, los especialistas dicen algo, pero cada quien sigue con su vida sin más, con lo que vale preguntarse qué utilidad tienen los datos y las declaraciones de buenas intenciones, si no existe la menor disposición a modificar hábitos y formas de vida. Además, la población va percibiendo la realidad y, en consecuencia, crece el escepticismo. Según la media hegemónica, si todos somos responsables y ahorramos agua cerrando el grifo mientras 25
nos cepillamos los dientes, las cosas van a mejorar. “Los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos”, escribía León Felipe hace ocho décadas. Creo que todos debemos ser cuidadosos con el ambiente. Pero promover la idea de que el cambio climático depende de actitudes individuales, es tomarnos por tontos o actuar con cinismo sabiendo que no les creemos. La Comisión Europea, por ejemplo, ha publicado una tabla donde se pueden consultar las emisiones de GEI por persona, las de electrodomésticos y por cada actividad, pero nunca aparecen los grandes contaminadores, sobre todo si son empresas multinacionales y fuerzas armadas, dos pilares del sistema (https://bit.ly/3AyYNFK). 3) Los gobiernos de cualquier signo violentan a quienes menos contaminan, a los que emiten menos GEI, a los que viven en “la sobriedad y la sencillez”, como defiende Carlos Taibo para el Norte (https://bit.ly/3CDE84V ), aun sabiendo que ya no es posible porque la cultura del consumo colonizó todos los espacio-tiempos. Lo que indigna es que las autoridades emitan discursos políticamente correctos sobre el calentamiento y el cambio climático, que prometan como Joe Biden, pero que no se inmuten cuando se les dice que el Pentágono es el mayor contaminante. Las fuerzas armadas serán cada vez más responsables de la crisis climática, sobre todo durante esta transición hegemónica que promete gigantescas movilizaciones de armas y combatientes. Más penoso es ver cómo los gobiernos progresistas lanzan a sus militares y paramilitares contra quienes se resisten a las megaobras extractivas, desde el Tren Maya hasta la represa Belo Monte en la Amazonia. Los pueblos de raíz maya, el pueblo kayapó de la Amazonia y decenas de otros pueblos son los que están conservando la poca biodiversidad sobreviviente. Esa es la razón por la que se los ataca con absoluto desprecio: son la punta de lanza de la resistencia a este modelo de muerte. 26
A propósito de la conquista Lydiette Carrión - La Trama Previa Pie de página - 14 agosto, 2021
«En el imperio mexica, pocas mujeres ocuparon cargos de gobierno, como Ilancuéitl. Cuando nosotras nacíamos nos recibía la partera en sus manos, cortaba nuestro ombligo y lo enterraba en alguna parte de la casa. Así nos destinaban al hogar». Los 500 años de la caída de Tenochtitlán me agarraron leyendo Terremoto Feminista, de Laura Castellanos. En este libro, la periodista especializada en movimientos sociales y armados hace una historia mínima de las mujeres en México y la forma en la que han resistido el patriarcado y la colonia, el México independiente, el Insurgente. Ahí, Castellanos narra la historia de Sofi, una niña de trece años que un día está comiéndose un pan de dulce mientras mira por la ventana, cuando ve caminando juntas a mujeres vestidas de formas extrañas o antiguas. Le pide ayuda a su vecina, Luisa, una “morra” un poco más grande que ella, y ésta le grita algo así como: Vente, es la marcha de las mujeres, vente con nosotras. Así, Sofi baja y comienza a conocer las mujeres de la historia de México. Empieza muy atrás, con Naia, uno de los esqueletos más antiguos hallados en el continente americano, en una cueva en la península de Yucatán. Y con el pretexto de conocer la historia de Naia, Castellanos nos platica las diferentes teorías que tratan de explicar por qué se impuso el patriarcado. Luego se va a la época prehispánica en Mesoamérica. Ahí si bien al inicio las sociedades eran bastante igualitarias, se fue imponiendo una cultura militar, debido también a sequías y al hambre. Sin embargo, conforme fueron avanzando los siglos, este impulso militar se transformó en una cultura militarizada y patriarcal, 27
como lo fue, por supuesto la mexica. Aquí la historia la cuenta una nahia de nombre Jatziri, quien le cuenta a Sofi: “En el imperio mexica, pocas mujeres ocuparon cargos de gobierno, como Ilancuéitl. Cuando nosotras nacíamos nos recibía la partera en sus manos, cortaba nuestro ombligo y lo enterraba en alguna parte de la casa. Así nos destinaban al hogar. Pero si era niño, su ombligo era enterrado afuera de la casa para que hiciera camino de guerrero. A las niñas, la partera nos decía al nacer: “Has de estar dentro de la casa como el corazón dentro del cuerpo, no has de andar fuera de la casa, no has de tener la costumbre de ir a ninguna parte…” Pero con la llegada de los invasores españoles, las cosas fueron peor. Y, una Sofi cada vez más plantada conoce a las mujeres invisibles durante la Colonia: las negras, las mulatas, las indígenas libres y las esclavas. Los privilegios de las españolas y las criollas que, sin embargo, estaban sometidas a sus maridos, a la iglesia, y al patriarcado. Se trata de un libro dirigido a adolescentes y mujeres jóvenes, de fácil lectura, si bien comprime mucha información y bibliografía. Su aportación más valiosa, desde mi punto de vista, es que habla de las luchas de las mujeres, de las olas del feminismo, desde la historia de México, y también desde las luchas contra la colonia, contra la explotación y los maltratos en el México independiente, porfirista. En suma: luchas complejas, interseccionales, que a las mujeres de estos lares nos atraviesan y compelen de múltiples maneras. Y ahí se nota la sensibilidad de Laura Castellanos, quien ha documentado los alzamientos armados y las revueltas de México, ahí sitúa el maremoto feminista actual.
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La persistencia de la memoria y la dignidad: pueblos originarios, colectivos y CNI conmemoran cinco siglos resistencia y rebeldía Colectivo Grieta 14 agosto, 2021
Este 13 de agosto, en que se conmemoraron 500 años de la caída de México Tenochtitlan en distintas partes de México, el Congreso Nacional Indígena (CNI), pueblos, comunidades indígenas, compañeros de zonas populares y otros colectivos realizaron distintas “acciones dislocadas” para recordar “el inicio de la resistencia” y, sobre todo, para reafirmar su determinación por defender su cultura, identidad, derechos históricos, territorios y a la naturaleza, los cuales se ven gravemente amenazados por los megaproyectos de muerte neoliberales de ayer y hoy. En la Ciudad de México se encontraron algunos sus pueblos originarios e indígenas que han migrado a esta urbe con otros colectivos que viajaron desde Oaxaca, Estado de México, Q uerétaro, Jalisco, Puebla y Baja California para esta ocasión. Un abanico de colectivos y organizaciones venidos de distintas partes del país acudieron a esta convocatoria, entre los cuales estuvieron presentes la Coordinación de Pueblos, Barrios Originarios y Colonias de Xochimilco, Pueblos Unidos de la Región Cholulteca y los Volcanes (Puebla), La Comunidad Otomí residente en la Ciudad de México y otros llegados de Santiago Mextititlán (Q uerétaro), triquis desplazados de la comunidad de Tierra Blanca (Oaxaca), comuneros milpaltenses de raigambre nahua, indígenas mazatecos, compañeros y compañeras de la Asamblea General de los Pueblos, Barrios, Colonias y Pedregales de Coyoacán y el colectivo Mexicali Resiste (Baja California). Los acordes a veces alegres, a veces nostálgicos, una banda de viento compuesta por músicos solidarios acompañó su recorrido.
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La palabra del CNI y su vocera En lo que fue definido por María de Jesús Patricio Martínez -vocera del Concejo Indígena de Gobierno y figura pública del CNI- como una muestra de la resistencia histórica de diferentes pueblos y comunidades indígenas a lo largo y ancho de lo que hoy es México, agrupaciones indígenas se dieron cita para hacer patente la vigencia de esa resistencia y dejarle claro al Poder que “no se rinden, no se venden y no claudican” ante los embates de los megaproyectos impuestos en sus territorios por un Estado racista y un gobierno que no sólo le ha dado continuidad a los proyectos neoliberales de muerte impuestos sobre los territorios indígenas, sino que tras una narrativa engañosa y consultas simuladas hechas al vapor y con escasa participación, ha acentuado el despojo y la destrucción de los territorios indígenas para favorecer al gran capital. En su mensaje, María de Jesús Patricio Martínez saludó “esta lucha, esta presencia, esta palabra … por este caminar ante todo este despojo que están sufriendo nuestras comunidades”, e informó que minutos antes acababa de presentar ante la Suprema Corte de Justicia un amicus curiae para apoyar la demanda de la comunidad nahua de Santa María Ostula, Michoacán, para que la máxima instancia judicial del país atraiga el caso de delimitación y demarcación de sus tierras comunales. Este amicus curiae fue respaldado por al menos 52 académicos, expertos en cuestiones indígenas y en derecho agrario, pertenecientes a distintas universidades y centros de investigación de México y el extranjero, como la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, el Colegio de Michoacán, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, la Universidad Pedagógica y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Después de denunciar las trabas para poder ingresar este documento, manifestó: “Espero que la Corte haga su trabajo”. En su inter vención, Marichuy también recordó la violencia, el desprecio, el abandono y el olvido que han padecido y pade30
cen cotidianamente las comunidades indígenas en nuestro país, realidad ante la cual -dijo- la gente está organizándose, resistiendo: “No es cierto que nos conquistaron. Estamos resistiendo y estamos en pie de lucha como dicen nuestros hermanos zapatistas” y recordó que “en estos momentos el Escuadrón 421 está dando su palabra junto con otros hermanos de lucha” que resisten allá en las geografías europeas. Si la intención original de estos colectivos era realizar esta actividad pacífica y reivindicativa en el Zócalo de la Ciudad de México, en su recorrido desde el Hemiciclo a Juárez tuvieron que sortear distintos obstáculos. Como documentaron diversos medios, vallas de metal y policías con equipo antimotines fueron dispuestos por un gobierno capitalino más preocupado por garantizar el éxito de la celebración oficial de “ los 500 años de Resistencia Indígena” -así dijeron- que por respetar, escuchar y atender las demandas de los pueblos indígenas que habitan en la capital. Es decir, en las espectaculares celebraciones de maquetas de cartón organizadas por el capataz en turno para “conmemorar la resistencia indígena”, no caben los indígenas rebeldes contemporáneos que resisten iniciativas impuestas como el mal llamado “ Tren maya” y al Proyecto Transístmico, hombre niños y mujeres a los cuales se les impidió llegar a la Plaza de la Constitución. Después de sortear retenes policiales, patrullas y demás barreras, los colectivos y pueblos se abrieron paso hasta llegar a un costado de la Corte Suprema de Justicia, en la esquina de Pino Suarez y Venustiano Carranza, donde compartieron su palabra palabra y un largo memoriales de agravios, agravios que han ido en aumento con la llamada 4T. Para cerrar este acto de rebeldía y compartición de luchas, los y las indígenas otomíes de la Toma del INPI -armadas con sus coloridas muñecas de trapo-, anunciaron que a partir de este 13 de agosto sus instalaciones pasarán a ser la “Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas Samir Flores Soberanes”, 31
en recuerdo del compañero asesinado por organizarse en contra del Plan Integral Morelos y oponerse a la construcción de la termoeléctrica de Huexca, ese megaproyecto que el actual presidente condenó y prometió que no se realizaría en 2014 y que, una vez estando en el poder, avaló. Construyendo la memoria colectiva, organizándose para defender su territorio ancestral de las corporaciones y un gobierno que sigue imponiendo megaproyectos sin importar el daño ecológico y las graves consecuencias que éstos acarrean para las comunidades, los pueblos indígenas resisten y mantienen vigente esa rebeldía que inició hace 500 años con la caída de la capital mexica.
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RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 18 de agosto 2021