CAMINOS DE LA AUTONOMร A BAJO LA TORMENTA 1 1ยบ de julio de 2020
El atropello redentor
Gustavo Esteva - La Jornada - Lunes 29 de junio de 2020 El gobierno de México confesó, por escrito, su intención e tnocida. No se muerde la lengua. Llama etnocidio, citando a Rodolfo Stavenhagen, “al proceso mediante el cual un pueblo… pierde su identidad debido a políticas diseñadas para minar su territorio y la base de sus recursos, el uso de su lengua y sus instituciones políticas y sociales, así como sus tradiciones, formas de arte, prácticas religiosas y valores culturales. Cuando los gobiernos aplican estas políticas, se vuelven culpables de etnocidio”. Eso es lo que están haciendo ya y finalmente confiesan. Sin quererlo. Así nomás. El gobierno reconoce los daños habituales del desarrollo. En vez de sus supuestos beneficios para la gente “lo que en realidad se ha observado con los proyectos de desarrollo son efectos negativos y perjudiciales en las grandes masas de población, especialmente en los pueblos indígenas. Estos daños no han sido correctamente documentados ni asimilados, pero todos podemos pensar en daños económicos, sociales y ambientales en lugar de beneficios”. Es cierto. Lo sabemos. El gobierno ofende la memoria de Guillermo Bonfil y Rodolfo Stavenhagen al intentar utilizarlos como cobertura ideológica del atropello. Citan a Bonfil cuando definió el etnodesarrollo como “la capacidad social de un pueblo para construir su futuro, utilizando para ello las enseñanzas de su experiencia histórica, y los recursos reales y potenciales de su cultura, de acuerdo con un proyecto que se adapte a sus propios valores y aspiraciones futuras”. Al convertir el proyecto en etnodesarrollo, escriben los funcionarios, darían un “giro positivo” al etnocidio. Apenados ante las críticas, cambiaron la expresión por otra peor: el etnodesarrollo sería “lo opuesto positivo” al etnocidio, porque el proceso de consulta permitirá “que el proyecto no sólo respete y garantice sus derechos, sino que se adapte a sus propios valores y aspiraciones futuras para lograr así el desarrollo de comunidades s ustentables”. Vale la pena leer las páginas 404 y 405 del documento de Fonatur que presenta formalmente el Proyecto Tren Maya Fase 1 (https://bit.ly/31wlegx). 3
Tiene mérito decir las cosas por su nombre: llamar genocidio al plan de liquidar a los pueblos mayas. Pero es puro cinismo pretender que tal exterminio será un suicidio asistido, al que ellos se entregarán con entusiasmo. “Con pleno apego a la ley y al Convenio 169 de la OIT se emprenderá un proceso de consulta libre, previa e informada con todas las comunidades que estarán involucradas en el proyecto… con la intención de que el proyecto aporte el mayor beneficio posible a estas comunidades. Proceso que ha sido realizado durante los meses de noviembre y diciembre de 2019 y cuyo proceso de seguimiento se encuentra en marcha.” Se afirma que se hará algo, en el futuro, para sostener en seguida que ya se hizo. Una consulta superficial y excluyente, ampliamente criticada e impugnada, habría convertido el proyecto etnocida en etnodesarrollo. Si se atrevieran a mostrar a los pueblos lo que ahora describen, que el proyecto no consiste en un tren, sino en el desmantelamiento sistemático de su modo de vida, podrían descubrir lo que realmente piensan. Aprenderían también que a esos pueblos no les gusta que otros decidan por ellos, como acaba de escribir al presidente, por segunda vez, el Chuun T’aan Maya de Yucatán. A pesar de 500 años de agresión constante, que ha destruido buena parte de su hábitat, son pueblos llenos de dignidad que defienden su derecho a persistir. Estos funcionarios no son un grupo de bandidos, dispuestos a agandallarse cuanto esté a su alcance, como en tiempos de Peña. Son algo peor. Se trata de una mentalidad trastornada que se pretende benévola. Disimula decisiones atroces que califican correctamente como etnocidio con un discurso populista, lugares comunes y palabrería técnica. Lograron la complicidad de un órgano de Naciones Unidas en el empeño. Según el director de la oficina para México y Cuba ONU-Hábitat, “la urbanización siempre se acompaña de desarrollo y prosperidad”. El proyecto busca “extender la prosperidad hacia el sureste” y “mejorar el bienestar total de la población”. Su oficina contribuirá a vender el proyecto, formulando una “narrativa” que permita hablar de una “intervención regional que lleve la prosperidad 4
nacional a la región sureste.” https://www.proceso.com.mx/635678/ opacidad -en-los-convenios-para-transparentar -el-tren-maya. Sabemos bien de qué “prosperidad” se trata. México produce algunos de los hombres más ricos del mundo y muchos de los más pobres. Tenemos salarios inferiores a los chinos. Miseria y hambre se extienden todos los días. Esos “beneficios del desarrollo” se quieren imponer en el sureste, contra la voluntad de pueblos que siguen construyendo un modo propio de vivir y saben proteger su dignidad y autonomía. No están ni estarán solos en esta lucha para sobrevivir y para enfrentar dignamente el nuevo afán de exterminarlos. gustavoesteva@gmail.com
Arrebatados del saber
Daliri Oropeza - piedepagina.mx - Microfilme Postal -23 junio, 2020 Las personas amestizadas tienen que reflexionar que, al discriminar, racializar, invisibilizar o humillar, reproducen una imposición que les arrebató también la posibilidad de acceder a la cosmoexistencia, el territorio cognitivo y los saberes y prácticas de los pueblos indígenas, los afromexicanos y las culturas marginalizadas enredado en la lengua de los abuelos Y así comenzó a colectar semillas a colectar palabras a exprimir experiencia de los grandes tíos Y tuvo clara su tarea para hacer en el mundo tendría que ser un sembrador al rescate de la vieja lengua Fragmento de Sembrador de palabras, TíoBad por Majloc Demon En esta pandemia, escuchamos y vemos en redes sociodigitales protestas antirracistas en ciudades tan distintas como Nueva York y Guadalajara. En ellas, multitudes enardecidas derrumban esta5
tuas de conquistadores y traficantes de esclavos. Ajustan cuentas simbólicamente con quienes los han agraviado. George Floyd, Domingo Choc y Giovanni López, los personajes asesinados que motivan esta ola de indignación, son más que víctimas. Son expresión de los privilegios que solo tienen algunos en la sociedad. La premisa de este breve ensayo en forma de postal es que a las personas “mestizas”* también nos arrebataron el derecho a las lenguas indígenas, prohibiéndolo primeramente a las personas originarias de los territorios a donde llegaron a invadir (y a os blancos ni se diga). ¿Se imaginan hablar en náhuatl en un mercado en pleno Valle de México? Esta premisa es parte de una tesis. Resalto el modo de ver las lenguas indígenas como las propone la lingüista Yásnaya Elena Aguilar: son un territorio cognitivo. Desde esta punto de partida se puede entender que hay todo un sistema complejo de conocimientos que se expresan a través del modo de comunicar. Un entramado de saberes, acciones y referentes. Sin embargo, todas las lenguas indígenas en México están en riesgo de desaparición. Es bien sabido que en la actualidad la principal causa para silenciar una lengua es la discriminación. Así ha sido desde la colonización, la evangelización, el proyecto de nación, el sistema mundo con el capitalismo neoliberal. Todas son imposiciones de un modo de ser en el mundo. Todos somos, en distintos grados dependiendo del privilegio, víctimas de la racialización. Los territorios cognitivos se ocultaron para subsistir. Las personas negaron saberlos, los prohibieron, los dejaron de transmitir… O se las ingeniaron para transmitirlos de modos que no fueran visibles. Desde rituales hasta formas de comunicación, curación, comercio, vestimenta y organización. Esos saberes se ausentaron ante la visión hegemónica en turno. Yásnaya lo describe: “La lucha por la vitalidad de nuestras lenguas está también en la primera línea de la lucha por nuestra existencia como pueblos, por nuestros derechos y por nuestra autonomía (…) Una parte importante del proceso racista de amestizamiento implementado por el Estado mexicano implicó arrebatarnos la lengua y luchar por ella 6
tiene una capacidad subversiva potente. Donde el Estado ha dicho “no hables más tu lengua” nosotros podemos decir lo contrario y que cada palabra en ayuujk, en zapoteco o en zoque sea un rotundo NO a las políticas lingüicidas”. Las personas desindigenizadas, amestizadas, blancas civilizadas, que han normalizado solo hablar español (o inglés), y aceptado que la publicidad solo muestre un fenotipo de persona, y se han acostumbrado a que no hay otro lugar para habitar más que la ciudad, dan por sentado que solo hay un modo de vivir. Una ceguera así abre más las brechas. Pero, más allá de culpar a las personas desindigenizadas, amestizadas, blancas civilizadas, o denunciar que se esconden en sus privilegios, quisiera invitarles a meditar en las posibilidades de acceder a conocimientos, idiomas o modos de ver los mundos que se han perdido. Conocen en parte ese mundo porque han visitado las ruinas de civilizaciones Mayas, Mexicas, Tutunacus, Yaquis. Han visto pirámides colosales. Han disfrutado las danzas, los otros calendarios. Muchos de estos vestigios los tienen en pinturas al óleo colgadas en las paredes de sus apartamentos. Se saben su signo maya o su nahual. Han visto a sus abuelas curarse con plantas. Tiene que haber un despertar de la escucha de las lenguas indígenas, para que su vitalidad se convierta en punto de quiebre para una comprensión profunda de la existencia que compartimos. Esta escucha tiene que estar ligada con la apreciación de tradiciones, rituales, sanaciones que guardan los pueblos indígenas o afromestizos en México. Estas inquietudes están relacionadas con la curiosidad de querer saber qué dicen quienes se expresan en esa lengua. Esto puede revertir la normalización de la monolengua-monoescucha en la que vivimos. Después de todo, a las personas mestizas también nos arrebataron el derecho a las lenguas indígenas. El estigma es del portador. Pero el saber está vivo en cada persona que hable una lengua indígena. Para poder revertir de algún modo su desplazamiento, todas las personas estamos obligadas a aprender la lengua indígena más cer7
cana a nuestra geografía. Hay propuestas no tan descabelladas de artistas como Antonio Gritón que proponen hacer obligatoria la materia de náhuatl en el sistema escolar de la Ciudad de México. Tal vez así comprendamos más de nosotros mismos. Hay que dejar abierto el tema para el diálogo. Hay que activar la escucha entre quienes deseamos dejar de ejercer el racismo, la discriminación y el clasismo. Busquemos nuevos referentes.
El limonero del CJNG
Lydiette Carrión - piedepagina.mx - La Trama Previa -26 junio, 2020 Poco después de la huerta de limón, el CJNG siguió avanzando avanzó por tierra caliente hasta llegar a Guerrero, Estado de México. Y paralelamente, Veracruz… Sabían los gobiernos, ¿lo permitían?, ¿lo alentaban? Hace casi seis años que el Cártel Jalisco Nueva Generación se cruzó en mi reportería. Recuerdo el momento y el lugar: mayo o junio de 2014, en Michoacán casi frontera con Jalisco. Estaba yo visitando un rancho dedicado al cultivo del limón persa. El limón persa es para mi gusto aburguesado, el más rico que hay: sabor, color y olor superan el del limón mexicano (nadie se ofenda. Insisto, es mi gusto aburguesado). Pero en México casi no se cultiva; aquel rancho era pionero en hacerlo. Este era un rancho de limón persa, con una casa muy bonita, muy equipada y moderna. La habían requisado a algún narco derrotado. Cuando llegamos, un hombre más bien bajo de estatura –1.65 aproximadamente– de tez muy clara y enrojecida por el sol vigilaba el lugar. Llevaba un arma de esas grandes, tipo metralleta, gorra y lentes oscuros. Sonreía. Se le miraba contento. Rancho recuperado, decía. Se lo quitaron a los Templarios. Era poco después del movimiento de Autodefensas en Michoacán, tal vez junio de 2014. Poco más de un año antes, un movimiento legí8
timo se levantó contra los caballeros templarios. Hartos de extorsiones, secuestros, asesinatos, violaciones. Se levantaron rancheros, gente de dinero, pero también cortadores de limón y pueblo muy pobre. Los narcos «buenos» Tierra Caliente era y es una región que convive desde décadas atrás con el narcotráfico. Este forma parte del entramado social desde medio siglo atrás, al menos. Siempre hubo narcos “buenos” y “malos”. Así, los Templarios alguna vez fueron de los “buenos” que acabaron con la familia michoacana. Se lo creyeron tanto que hasta tenían hasta sus escritos y mística, disfraces medievales, etcétera. Pero se envilecieron, y la gente se cansó y surgieron las autodefensas en 2013. Fue duro. Tepalcatepec, por ejemplo, después de sacar a los templarios, éstos sitiaron el pueblo meses enteros (y sí, el gobierno sabía y no hizo nada). Los templarios cortaron el suministro de gasolina y comida. Ahí se acercaron otros “narcos buenos”, esta vez, cruzando la borrosa frontera estatal: El Cartel Jalisco Nueva Generación. Les dieron gasolina, y les dieron armas. Pagaron francotiradores. Se sumaron a su movimiento. Así el CJNG terminó financiando una parte del movimiento de autodefensas. El crimen organizado se infiltró en un movimiento legítimo. Esto lo ha documentado y narrado, por ejemplo, Laura Castellanos en su libro Crónica de un país embozado. Pero, al igual que el gobierno sabía del sitio contra Tepalcatepec, sabía de la infiltración a las autodefensas. Había comunicación entre los grupos de autodefensas y la policía federal. Lo vi de primera mano, por ejemplo, cuando Las autodefensas «tomaron» Nueva Italia en enero: ambos se saludaron antes de que empezara la batalla. La policía federal esperaba afuera de los pueblos a que terminaran los enfrentamientos. Aunque luego atacaba a los más débiles de las autodefensas. Del mismo modo que El Cártel de Sinaloa era considerado un mal preferible en el discurso de algunos gobiernos panistas; parecía que el CJNG era un modelo más moderno frente a los narcos anteriores. Un sexenio, un grupo Nunca pude evitar pensar que, conforme avanzaba el sexenio de Peña Nieto, el CJNG acaparaba territorios. Por supuesto no se tra9
ta de un proceso monolítico. A veces atribuimos demasiada capacidad a un presidente, o una figura determinada, y dejamos de ver los procesos y sobre todo, que hay multivarios actores. Sin embargo, sí se percibe que lo que llamamos cárteles o crimen organizado hacen una danza con los gobiernos, y no una pelea. Poco después de la huerta de limón, el CJNG siguió avanzando avanzó por tierra caliente hasta llegar a Guerrero, Estado de México. Y paralelamente, Veracruz… Sabían los gobiernos, ¿lo permitían?, ¿lo alentaban? Narro todo este periplo para apuntar una cosa: el crimen organizado que opera en nuestro país no sería posible sin la colusión o franca participación de autoridades o miembros del gobierno. El crimen organizado deja dinero, controla territorios, impone gobiernos fácticos o paraestatales que suelen ser más efectivos que las instituciones.
La masacre de San Mateo del Mar
Luis Hernández Navarro - La Jornada - Martes 30 de junio de 2020 San Mateo del Mar está de luto. El pasado domingo 21 de junio, un grupo criminal segó la vida de 17 habitantes, incluidas dos mujeres, reunidos en la agencia municipal de Huazantlán del Río para efectuar una asamblea. Los matones encapuchados los emboscaron a la altura de la colonia Reforma, usando machetes, gasolina, palos, piedras y armas de fuego. No contentos con la agresión, calcinaron a varias de sus víctimas. Pese a que la gente llamó a la Guardia Nacional y ésta llegó, se retiró cuando comenzó el ataque. No es la primera arremetida violenta que los defensores de la asamblea sufren. Apenas el 3 de mayo fue asesinado Filemón Villalobos, agente municipal suplente de Huazantlán, sin que el crimen fuera esclarecido ni se haya hecho justicia. San Mateo del Mar es un municipio ikoot (huave) de alta marginación, en que viven 15 mil habitantes (6 mil de ellos en la cabecera municipal), rodeado de lagunas y mares. Está ubicado en una estrecha 10
barra que separa la Laguna Inferior del Golfo de Tehuantepec, con un solo camino de terracería como vía de comunicación. Entre octubre y marzo fuertes vientos azotan la región en todo el municipio. La mayoría de su población se dedica a la pesca (https://bit.ly/31oPLfW ). El municipio ha sufrido conflictos agrarios desde hace más de 60 años. A lo largo de la década anterior se acentuaron. Grandes compañías eólicas pretenden adueñarse de ese territorio. A diferencia de otras comunidades, en 2008 San Mateo rechazó la instalación de aerogeneradores, que individualizan la posesión de la tierra. Se opuso a la entrada del megaproyecto eólico Preneal. Y, junto a San Dionisio, impulsó la expulsión de Mareña Renovables, que pretendía instalar más de 100 molinos eólicos en la ecológicamente frágil Barra de Santa Teresa, territorio sagrado ikoot (https://bit.ly/31o1yva. Desde 2017 San Mateo padece un conflicto político electoral que amenaza su sistema normativo interno. El núcleo de pobladores que encabeza la resistencia caracteriza la agresión que sufren como “una guerra contra el pueblo y su máximo órgano de toma de decisiones, la asamblea de la cabecera y las agencias municipales, presidida por sus autoridades tradicionales cívico-religiosas”. Hasta ese año, se elegía a las autoridades municipales por rotación, de acuerdo con la división territorial del pueblo y sus agencias. Sin embargo, a partir de entonces, como resultado de la presión de un ciudadano que demandó su derecho a ser elegido autoridad a pesar de no haber servido en el sistema de cargos, el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (Ieepco) ordenó realizar comicios por planillas. Con apoyo empresarial se impuso un candidato por medio de un enorme fraude electoral contra la asamblea, comprando votos. Sin embargo, el presidente municipal espurio no pudo portar el bastón de mando, ni despachar en la alcaldía, aunque dispuso de las partidas presupuestales. En 2019, los poderes fácticos encabezados por el empresario Jorge Leoncio Arroyo Rodríguez, repitieron el fraude. Ya en la administración se despacharon en grande con los contratos de obra pública y la administración de fondos municipales. Al igual que su antecesor, Bernardino Ponce, el nuevo alcalde, tampoco puede atender las responsabilidades de su cargo en el palacio municipal. 11
Según denuncian víctimas de la agresión, entre otros, forman parte del grupo de poder embarcado en la guerra contra la asamblea, el constructor Camerino Dávalos, Sofía Castro Ríos. Anabel Sánchez Hernández, Emanuel Bustillo (comandante del Frente Único de Agencias) y Roberto Rueda Velázquez. Adicionalmente, la delincuencia organizada ha sentado sus reales en algunas agencias municipales. Comenzaron sus actividades con el robo de cable de cobre del tendido de alta tensión, en Santa Cruz. Los malosos locales son una isla de un archipiélago criminal más amplio, que se estableció y expandió en Juchitán y Salina Cruz con la llegada de Gabino Cué a la gubernatura de Oaxaca. Drogas, secuestros, piratería, tráfico de migrantes, extorsión son algunos de los negocios a los que se dedican. El 23 de junio, el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo un diagnóstico sobre el origen de la masacre. “Es –dijo– una confrontación por el gobierno municipal, por un lado son pobladores de la cabecera municipal y pobladores de comunidades. Suele pasar que en los ayuntamientos cuando hay elecciones y queda de presidente municipal alguien de la cabecera municipal, hay el malestar de las comunidades porque se sostiene que lo que llega de apoyo en obras o presupuesto sólo se aplica en la cabecera y no se distribuye en las agencias.” Sin embargo, en este caso la naturaleza del conflicto es diferente. Los agredidos, además de pertenecer a la cabecera municipal, representan también a otras agencias. La matanza es parte de la ofensiva de los poderes fácticos regionales, funcionales a la industria eólica, para desmantelar o debilitar a los núcleos organizados que se oponen a los megaproyectos y articulan la defensa de su territorio, sus recursos naturales y su cosmovisión, y que han avanzado en una alianza con su vecina Santa María. El asunto se agrava por la construcción del corredor interoceánico. La masacre de San Mateo del Mar no debe quedar impune. Urge brindar medidas cautelares a la comunidad. El duelo mareño debe encontrar verdad, justicia y reparación del daño. Twitter: @lhan55 12
Brasil: ¿un “hitlerismo tropical”?
Maciek Wisniewski / I - La Jornada - Viernes 26 de junio de 2020 Cuando Renato Aroeira, un caricaturista brasileño, dibujó a Jair Bolsonaro con un tarro de pintura negra haciendo intervenciones sobre la cruz roja, convirtiéndola en una esvástica ( Hakenkreuz) (bit.ly/37YTzWD), con un golpe de pincel captó y tocó varios procesos que tienen convulsionado a Brasil: el creciente despotismo y autoritarismo −que según algunos bordea ya con el fascismo− del errático gobierno de Bolsonaro (bit.ly/2ByWQ2J), su desastroso manejo de la pandemia del Covid-19 y su apología y blanqueamiento de la historia de la dictadura militar brasileña (1964-1985): el monero fue acusado de “calumnia y difamación del presidente de la república” con base en la Ley de la Seguridad Nacional que data aún de sus tiempos. Aparte del virus que va infectando a la gente –y de paso al lenguaje “destruyendo la semántica, aislando el significado y trivializando la crisis” (bit.ly/37Xz0cW )−, parece rondar por el mundo también “un fantasma de las analogías”. Un verdadero espíritu del tiempo ( Zeitgeist) de hacer apresuradas comparaciones históricas, sobre todo entre la Alemania de los 20/30, la Segunda Guerra Mundial y el presente. Un afán, en principio noble, que acompaña el auge global de la extrema derecha, de “sacar las lecciones de la historia” y “evitar repetir las tragedias y los errores del pasado”, pero que a menudo oscurece más que explica. Esta búsqueda de paralelas que tuvo su clímax respecto a Donald Trump (bit.ly/2BC2gKt), está en curso igual respecto a Bolsonaro (bit.ly/382h699), gracias también –aparte de algunos ecos preocupantes: su desdeño a la democracia, sus políticas de odio, etcétera− a sus propias declaraciones en las que ensalzó a Hitler como “un gran estratega” (sic) o las de su ex ministro de Cultura que, con Wagner de fondo, plagió todo un discurso de Goebbels (bit.ly/2Z8SxmG). Así, para algunos, dada su conexión con sectores paramilitares −los modernos Sturmtruppen (bit. ly/2BGPFFB)− estamos observando “el ascenso de un hitlerismo tropical” (bit.ly/3dxnINO, bit.ly/2CGyhl2), él mismo es “un fascista del siglo veintiuno” (bit.ly/2VlyQau), “un Führer en Brasilia” (bit.ly/37XWn6o), o “un destructor de la democracia a la par con Hitler y Mussolini” (bit.ly/2B95TaM). No obstante, como apunta13
ba Richard J. Evans –historiador de la época y el biógrafo de Hitler− al margen de este uso y abuso de las comparaciones, “Por más nefastos que sean los ecos, no estamos reviviendo los años 30; en el siglo veintiuno las democracias caen de otras maneras. No habrá repetición directa” (bit.ly/3i30Nxi). Si la democracia en Brasil está agonizando, lo está haciendo a su propio modo y a su propio ritmo. Más que al nazismo, incapaz, igual que Donald Trump (bit.ly/ 381da8L), de llevar a cabo una “sincronización de todos los sectores del Estado” ( Gleichs-chaltung), inmerso en conflictos internos e institucionales –dicho sea de paso he aquí un caso a qué nivel llegamos con las comparaciones: uno de los ministros bolsonaristas, el duodécimo en dejar el cargo, aludió a la pelea de su administración con el sector judicial, enfatizando su propia victimización (bit. ly/2NuUzIM), como... “La noche de los cristales rotos” ( Kristallnacht); mejor le habría quedado “La noche de los cuchillos largos” ( Nacht der langen Messer), pero incluso así, todo esto ya llegó ad absurdum...−, lo que trata de reconstruir Bolsonaro es el bloque de poder que estaba detrás del golpe de 1964 para qui-tar las restricciones puestas al capital durante los gobiernos de Lula y Dilma Rousseff, por más laxos que hayan sido(bit.ly/3i1Atnh). De allí la base material de su empuje revisionista para rescribir la historia de la dictadura como “un régimen democrático de fuerza” (sic) o de su defensa de sus verdugos y torturadores, un característico afán de la derecha actual que neutralizando el pasado, trata de normalizar la toxicidad de sus políticas del presente ( wapo.st/382oJMB). La desastrosa política sanitaria es un buen ejemplo de esto: su negacionismo de la gravedad del coronavirus −la alusión al negacionismo del Holocausto aquí parece apropiada−, su menosprecio como “gripecita” (sic), su alentar a sus seguidores a no respetar medidas de aislamiento social e incluso “a invadir los hospitales” para demostrar “que no hay tantos enfermos” (sic) y –copiados de Donald Trump− los llamados a “volver a la normalidad” con los cuales “desarrollaba un discurso que invertía la realidad, que lo absolvía y endilgaba sobre otros las responsabilidades”, un verdadero “discurso genocida” (sic) di-rigido a los ricos que controlan la economía y quieren volver a ganar dinero a cualquier precio (bit.ly/2Z7dKh8), no sólo expuso límites y fallas de su propio proyecto (bit.ly/2Y14
v48O4), sino simplemente puso en riesgo la salud y la vida de millones de brasileños. Brasil ya es el segundo país más afectado detrás de Estados Unidos con más de 50 mil muertos por el Covid-19, entre los que –muy en el tenor con el propio racismo de Bolsonaro− “lideran” los negros (bit.ly/3eBxVdE) y los indígenas del Amazonas al borde de un verdadero genocidio (bit.ly/2B8ZDji)−, algo que llevó a unos comentaristas –¡el espíritu del tiempo no nos deja en paz!− a comparar su actitud con la “falta de compasión” –una envenenada influencia de Nietzsche (bit.ly/3fSjlOY )− de los perpetradores del Holocausto, como Hans Frank, el nefasto jefe del Generalgouverment en la Polonia ocupada (bit.ly/3dwkoT9).
Antropología de la disuación social
Gilberto López Y Rivas - La Jornada - Viernes 26 de junio de 2020 Operadores mentales de planes insignias del actual gobierno, como el Tren Maya, recurren a la falacia de considerar que los opositores a los megaproyectos caracterizana los territorios ancestrales como un bucólico paraíso de selvas pletóricas de animalitos, donde habitan esencializadas comunidades campesinas que reproducen mecánicamente su cultura y sus modos de vida. Nada más lejos de la verdad. Ni los pueblos originarios, incluidos los que integran el Congreso Nacional Indígena, ni las diversas agrupaciones de la sociedad civil y la academia que acompañan sus procesos de resistencia, han sido omisos en denunciar la recolonización neoliberal por parte de corporaciones mineras, turísticas, eólicas, refresqueras, cerveceras, farmacéuticas, ni la invasión de la delincuencia organizada en su búsqueda insaciable de mercancías y fuerza de trabajo. Esta realidad, intrínseca al extractivismo desarrollista, no ha cambiado con el actual gobierno. De hecho, la guerra contra los pueblos se ha intensificado, a la par de la violencia delincuencial que no cesa ni con la pandemia, como no se detiene el proceso de militarización, hoy bien financiado sin austeridades republicanas y la participación del Ejército en “misiones“ que van desde construcción y administración de aeropuertos, sucursales bancarias, tramos del Tren Maya, hasta, ver para creer, la intervención de militares en excavaciones ar15
queológicas y paleontológicas, permitida por la dirección del INAH, a pesar de que, por ley, son atribuciones exclusivas de una institución gravemente amenazada por un recorte de 75 por ciento de su presupuesto, también sin objeción firme alguna de sus funcionarios, pues la salvaguarda del patrimonio cultural, sus labores de investigación y sus prestigiadas escuelas formadoras de connotados científicos sociales no son prioritarias ni esenciales para la 4T. Pero hay quehaceres incluso en esta respetable institución, ya octogenaria, que continúan aún en las inciertas condiciones actuales del país, y entre ellas figuran las asesorías antropológicas de disuasión social, esto es, de convencimiento de poblaciones y, si es preciso, de cooptación de voluntades comunitarias mediante programas clientelares individualizados, promesas de empleos y consultas a modo, y de justificación de esos megaproyectos en programas mediáticos oficiales, artículos periodísticos y lo que vaya saliendo, en el camino de lo que bien se conoce como “ingeniería de conflictos”. Como la cuña tiene que ser del mismo palo, dado que un número considerable de los y las investigadoras del INAH no están de acuerdo con los megaproyectos, como se constata en los innumerables documentos de los abajo firmantes, estudios, peritajes, conversatorios y demandas de amparo, pues qué mejor que un antropólogo o antropóloga haga el trabajo de cuestionar la legitimidad y representatividad de las organizaciones opositoras en las regiones afectadas. Esta situación remite de nuevo al debate sobre la antropología que, como toda ciencia social, puede convertirse o en un instrumento de dominación al servicio del Estado y las corporaciones, siguiendo la lógica del poder o, desde la perspectiva opuesta de l a lógica de la resistencia, como herramienta liberadora de sujetos que luchan contra el despojo y por la vida, ideologías aparte. Partimos de la idea de que el antropólogo, el científico social son antes que nada intelectuales, en su sentido esencial de “individuos, con capacidad crítica o de antagonismo en relación a cualquier tipo de poder, y lo que los distingue es su comportamiento radical anticonformista” (Baca Olamendi. Léxico de la política, FCE, 2000). Marx aducía: “duda de todo”. Norberto Bobbio también plantea que la crítica es uno de los atributos definitorios del intelectual; mientras 16
que Gramsci distingue entre el intelectual del poder, el intelectual tradicional y el intelectual orgánico que se desempeña en función de los intereses de las clases subalternas y el cambio social. Samir Amín lo expone así: “tenemos a las personas que sostienen que nuestra sociedad necesita imperiosamente un pensamiento crítico que proporcione la comprensión de los mecanismos de cambio, un pensamiento capaz a su vez de influir en ese cambio en una dirección que libere a la sociedad de la alienación capitalista y de sus trágicas consecuencias. En la medida en que tal cosa compete a la inmensa mayoría de la humanidad (los pueblos de Asia, África y América Latina), esta necesidad resulta vital, puesto que esos pueblos experimentan en el presente el capitalismo como una forma pura y simple de depredación. Por consiguiente, propongo distinguir entre aquellos que denomino operadores mentales, que sirven al aparato ideológico establecido, y los que pueden considerarse genuinamente parte de la intelectualidad” ( El capitalismo en la era de la globalización, Paidos, 1999). La disyuntiva sigue vigente: antropología para el poder o antropología para los pueblos.
Salvador Allende ¡Presente!
Marcos Roitman Rosenmann - La Jornada - Sábado 27 de junio Muchos dirigentes políticos se atribuyen su legado. Otros tantos dicen encontrar en sus principios un referente. Pocos son consecuentes con su pensamiento y su acción política. Nació un 26 de junio de 1908, se cumplen 112 años de su natalicio. Cuatro veces candidato a presidente de Chile, la última en 1970, lo llevó a la presidencia. El 4 de septiembre, la Unidad Popular vence sobre una derecha dividida. La campaña, como las anteriores, desde 1952, centraba su atención en la guerra sicológica y el anticomunismo. Allende estaba curtido y la izquierda chilena llevaba décadas sufriendo el embate de la plutocracia y el imperialismo estadunidense. Salvador Allende era el blanco de los ataques. Con un gran sentido del humor, había señalado cuál debía ser el epitafio en su 17
lápida: “Aquí yace el Dr. Salvador Allende, futuro Presidente de Chile”. De militancia socialista, declarado marxista y masón, su coherencia lo llevó a renunciar a la Orden en 1965. Los motivos: “si la Orden no lucha contra quienes disfrutan de las ventajas de un status quo insostenible por antihumano y antisocial, será incapaz de librar las batallas contra la oligarquía, el feudalismo agrario, la concentración financiera monopólica; el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo, y el oscurantismo religioso y dogmático... Una Orden que no reacciona para procurar que no se vulneren la soberanía y la libre determinación de los pueblos, es algo sin vida. Una Orden que nada dice cuando se invaden y masacran a los pueblos porque un país se reserva el derecho de determinar, por sí y por su poderío armado, cuál es el sistema político y económico que considera aceptable, es una institución que no vela por la libertad, ni por la igualdad ni por la fraternidad”. Allende estuvo presente en todas las luchas que se libraron en Chile desde su temprana militancia. Participó en la fundación del Partido Socialista, en 1933. En 1938 fue nombrado ministro de Sanidad del Frente Popular, con Pedro Aguirre. Senador y presidente de la Cámara, protagonizo múltiples debates. La defensa contra la ilegalización del partido comunista, la ley de la sanidad pública universal, la reforma del código laboral, leyes sociales, educativas, de vivienda y culturales. Pero no fue lo único que caracterizó su vida política. Siendo senador y en medio de la campaña presidencial de 1952, un 6 de agosto, Allende retó a duelo con pistola al senador radical Raúl Rettig. Allende le llamó “gestor” siendo Rettig abogado y éste le replicó: “matasanos”. Padrinos y testigos acudieron, por suerte para ambos, su puntería los dejó con vida. Ironías de la vida, Raúl Rettig sería designado en 1990, para encabezar la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación contra los crímenes de lesa humanidad. Pero Allende era, sobre todo, un humanista comprometido. En 1967, el entonces ministro de Hacienda de Frei, el democristiano Andrés Zaldívar, el mismo que apoyó el proceso de desestabilización desde 1970, el golpe de Estado en 1973, y fue ministro del Interior con Michelle Bachelet en 2006, protagonizó uno de los actos más nobles que se conocen en el Senado, siendo Allende su impulsor. Mientras Zaldívar presentaba la ley de reajuste sala18
rial, le comunican que su mujer había ingresado de urgencia por un parto prematuro con su vida en riesgo. Allende, sabedor de la noticia, tomó la palabra y expresó al resto de senadores que el ministro tenía un grave problema familiar y pidió que se suspendiera la sesión. Zaldívar cuenta en 2008 que nunca pudo superar el gesto humano de Allende. Aunque no tuvo escrúpulos para avalar el golpe de Estado. No fue la única ocasión en la cual Allende mostraba sus convicciones, señorío y sentido del humor. El 11 de septiembre de 1973, el general del ejército y promotor del golpe, Ernesto Baeza Michelsen, llamó a La Moneda, pidiendo la rendición del presidente. Oswaldo Puccio, amigo y secretario personal relata la conversación telefónica: “le preguntó a Baeza cómo estaba su señora y el general le respondió que bien”. A continuación le inquirió sobre su estado de salud, ya que había sufrido un infarto hacia poco tiempo. Allende le aconsejó cuidarse mucho y evitar cualquier inquietud. De alguna manera, el general reunió ánimos para trasmitir el mensaje del jefe de los golpistas. Lo que no se sabe es si los tuvo para trasladarle la respuesta de Allende: “dígale que no sea maricón y que venga a buscarme personalmente”. Su vida está plagada de actos nobles. Nunca callaba ante la mentira. En su viaje a Naciones Unidas para pronunciar su discurso en diciembre de 1972, George Bush, embajador de Nixon en la ONU, pidió entrevistarse con Allende. Joan Garcés relata el dialogo: “Allende: quiero reiterar a su gobierno que el pueblo de Chile desea tener las mejores relaciones dentro del mutuo respeto. No identifico al pueblo de Estados Unidos (EU) con las acciones de la CIA en los asuntos internos de mi país”. Bush: “señor presidente, la CIA es también el pueblo de EU”. Allende, levantándose del sillón. “Señor embajador, le ruego que se retire”. Bush sonrojado y confuso balbucea: “señor presidente ¿he dicho algo improcedente?” Allende: “la entrevista ha terminado. Adiós”. Hoy, todos se reivindican de su legado, pero la mayoría no es capaz de asumir la coherencia ni la firmeza de convicciones que lo caracterizó. No le pudo el pragmatismo, la traición, ni tampoco la renuncia a sus principios. Por eso, su ejemplo es parte del legado universal del pensamiento y la lucha socialista, antiimperialista y anticapitalista en América Latina. Salvador Allende ¡Presente! 19
Una cascada de rabias. Mi fantasía Covid-19 John Holloway - La Jornada - domingo, 28 jun 2020 Original en inglés. Versión en castellano: Catrina Jaramillo.
Las puertas se abren. Puedes sentir la energía acumulada incluso antes de que aparezcan los rostros. El encierro ha terminado. Es una represa que estalla y vierte un torrente de enojos, ansiedades, frustraciones, sueños, esperanzas, miedos. Es como si no pudiéramos respirar. Todos hemos estado encerrados. Separados físicamente del mundo exterior. Hemos estado tratando de entender lo que está sucediendo. Un virus extraño ha cambiado nuestras vidas, pero ¿de dónde provino? Primero apareció en Wuhan, China, pero cuanto más leemos, más nos damos cuenta de que podría haber aparecido en cualquier lugar del mundo. Los expertos han estado advirtiendo durante años sobre la probabilidad de una pandemia, incluso si no comprendían qué tan rápido podría propagarse. No es que provenga de un lugar en particular, sino de la destrucción de nuestra relación con el ambiente natural. De la industrialización de la agricultura, la destrucción del campesinado en todo el mundo, el crecimiento de las ciudades, la destrucción de los hábitats de los animales salvajes, la comercialización de estos animales con fines de lucro. Y aprendemos de los expertos que si no hay un cambio radical en nuestra relación con otras formas de vida, es muy probable que sigan apareciendo más pandemias. Es una advertencia: deshacerse del capitalismo o avanzar en el camino de la extinción. Deshacerse del capitalismo: en efecto, una fantasía. Y crece en nosotros el miedo y el enojo y, tal vez, incluso, la esperanza de que podría existir alguna manera de hacerlo. Y a medida que avanza el encierro, nuestra atención cambia, va más allá de la enfermedad, a lo que nos dicen que son las consecuencias económicas. Estamos entrando en la peor crisis económica desde, al menos, la década de 1930. La peor crisis en trescientos años en Gran Bretaña, nos dicen. Más de cien millones de personas caerán en la pobreza extrema, nos alerta el Banco Mundial. Otra década perdida para América Latina. Millones y millones de personas desempleadas en todo el mundo. Gente hambrienta, mendigando, 20
más crimen, más violencia, esperanzas rotas, sueños destrozados. No habrá una recuperación rápida, es probable que cualquier recuperación sea frágil y débil. Y pensamos: ¿todo esto es porque tuvimos que quedarnos en casa durante un par de meses? Sabemos que no puede ser así. Por supuesto, seremos un poco más pobres si la gente deja de trabajar durante un par de meses, pero ¿millones y millones de desempleados, personas que morirán de hambre? Seguramente no. El descanso de un par de meses no puede tener semejante efecto. Por el contrario, deberíamos regresar renovados y llenos de energía para hacer todas las cosas que deben hacerse. Pensamos un poco más, y nos damos cuenta de que, por supuesto, la crisis económica no es la consecuencia del virus, aunque puede haber sido desencadenada por él. De la misma manera que se predijo la pandemia, la crisis económica también fue predicha, aún más claramente. Durante treinta años, o más, la economía capitalista ha sobrevivido literalmente con dinero prestado: su expansión se ha basado en el crédito. Un castillo de naipes, listo para colapsar. Casi se derrumbó, con los efectos más terribles, en 2008, pero una renovada y enorme expansión del crédito le dio impulso nuevamente. Los comentaristas económicos sabían que no podía durar. «Dios le dio a Noé el signo del arco iris, no más agua, el fuego la próxima vez»: la crisis financiera de 2008 fue la inundación, pero la próxima vez, que no se retrasaría mucho, sería un incendio (1). Eso es lo que estamos viviendo ahora: el fuego de la crisis capitalista. Tanta miseria, hambre, esperanzas destrozadas, no por un virus, sino sólo para restaurar la rentabilidad del capitalismo. ¿Y si acabáramos por deshacernos de un sistema basado en las ganancias? ¿Qué pasaría si saliéramos con nuestra energía renovada e hiciéramos lo que hay que hacer, sin preocuparnos por las ganancias: limpiar las calles, construir hospitales, fabricar bicicletas, escribir libros, plantar árboles y sembrar vegetales, tocar música… lo que sea? Sin desempleo, sin hambre, sin sueños destrozados. ¿Y los capitalistas? Colgarlos de la farola más cercana (siempre es una tentación) o, simplemente, olvidarse de ellos. Mejor solo olvidarse de ellos. Otra fantasía, pero más que una fantasía: una necesidad urgente. Y nuestros miedos y nuestras rabias y nuestras esperanzas crecen dentro de nosotros. Y hay más, mucho, mucho más, para alimentar nuestra ira en el 21
encierro. Todo el suceso del coronavirus ha sido un gran desenmascaramiento del capitalismo, que se encuentra expuesto como rara vez antes y de muchas maneras. Para empezar, la enorme diferencia en la experiencia del encierro, que depende de cuánto espacio se disponga, de si tiene un jardín, o una segunda casa a la que pueda retirarse. En relación con esto, el impacto enormemente diferente del virus sobre los ricos y los pobres, algo que se ha vuelto más y más claro con el avance de la enfermedad. Y la gran diferencia en las tasas de infección y muerte entre blancos y negros. También la insuficiencia de los servicios médicos, después de treinta años de abandono. La terrible incompetencia de muchos Estados. La expansión evidente de la vigilancia y de los poderes policiales y militares en casi todos los países. La discriminación en la provisión educativa entre aquellos que tienen acceso a internet y aquellos que no, por no mencionar el aislamiento completo de los sistemas educativos de los cambios que están ocurriendo en el mundo en el que viven los niños. La exposición de tantas mujeres a situaciones de violencia terrible. Todo esto, y mucho más, al mismo tiempo que los propietarios de Amazon y Zoom y muchas otras empresas tecnológicas obtienen beneficios increíbles, y el mercado de valores, impulsado por la acción de los bancos centrales, continúa con la transferencia descarada de riqueza de los pobres hacia los ricos. Y nuestro enojo crece, también nuestros miedos, nuestra desesperación y nuestra determinación de que no debe ser así, de que NO DEBEMOS DEJAR QUE ESTA PESADILLA SE CONVIERTA EN REALIDAD. Y entonces se abren las puertas y se rompe la represa. Nuestras rabias y esperanzas estallan en las calles. Escuchamos hablar de George Floyd, oímos sus últimas palabras: «No puedo respirar». Esas palabras dan vueltas y vueltas en nuestras cabezas. No tenemos la rodilla de un policía asesino en el cuello, pero tampoco podemos respirar. No podemos respirar porque el capitalismo nos está matando. Sentimos una violencia, una violencia que explota desde nuestras entrañas (2). Pero ese no es nuestro camino, es el de ellos. Sin embargo, nuestras rabias-esperanzas, esperanzas-furias tienen que respirar, tienen que respirar. Y lo hacen: en las manifestaciones masivas contra la brutalidad policial y el racismo en todo el mundo, en el lanzamiento de la estatua del traficante de escla22
vos, Edward Colston, al río en Bristol, en la creación de la Zona Autónoma de Capitol Hill en Seattle, en la quema del recinto policial en Minneapolis, en tantos puños levantados hacia el cielo. Y el torrente de enojos-esperanzas-miedos-hambres-sueños-frustraciones, va en cascada, de un enojo a otro, viviendo cada enojo y desbordando hacia el siguiente. La ira que arde dentro de nosotros no es solo contra la brutalidad policial, contra el racismo, no solo contra la esclavitud que generó las bases para el capitalismo, sino también contra la violencia hacia las mujeres y todas las formas de sexismo, y por lo tanto, las enormes marchas del 8M resurgen nuevamente cantando. Los chilenos vuelven a salir a las calles y continúan su revolución. Y el pueblo de Kurdistán derrota a los Estados que no pueden tolerar la idea de una sociedad sin Estado. Y el pueblo de Hong Kong inspira a todos los chinos en su repudio a la burla del comunismo: no más comunismo, gritan, comunicémonos. Y los zapatistas crean un mundo en el que caben muchos mundos. Y los campesinos dejan sus barrios bajos y regresan a la tierra y comienzan a sanar la relación con las otras formas de vida. Y los murciélagos y los animales salvajes vuelven a sus hábitats. Y los capitalistas vuelven a sus hábitats naturales, debajo de las escaleras. Y el trabajo, el trabajo capitalista, esa horrible máquina que genera riqueza y pobreza y destruye nuestras vidas, llega a su fin. Y comenzamos a hacer lo que queremos hacer, comenzamos a crear un mundo diferente basado en el reconocimiento mutuo de las dignidades. Y entonces no habrá una década perdida, ni desempleados, ni cientos de millones de personas arrojadas a la pobreza extrema. Y nadie morirá de hambre. Y entonces, sí, entonces, podemos respirar. 14 de junio de 2020 Notas: (1) Ver el último capítulo de The Shifts and the Shocks, de Martin Wolf, Penguin Press, Nueva York, 2014: “Conclusión: El fuego la próxima vez” (Conclusion: Fire Next Time) (2) Ver: Linton Kwesi Johnson, “Time Come”: “now yu si fire burning in mi eye/ smell badness pan mi breat/ feel vialence, vialence, /burstin outta mi;/ look out!” Dread Beat and Blood, Bogle-L’Ouverture Publications, Londres, 1975. 23
Caminos de la ciencia digna
Silvia Ribeiro - La Jornada - El sueño de la razón -22 junio 2020 Este 16 de junio, la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza en América Latina (UCCSNAL) cumplió 5 años. Nació el 16 de junio de 2015, en el marco del Congreso Socio Ambiental en la ciudad de Rosario, Argentina, que reunió a científicos e investigadores independientes de varios países de América Latina. La fecha fue elegida intencionalmente, para recordar el natalicio de Andrés Carrasco, médico especializado en biología molecular, cuyas denuncias fueron fundamentales, entre otras cosas, para demostrar los efectos del glifosato sobre la salud. Este año, el aniversario de la UCCSNAL marcó también el lanzamiento de la revista científica Ciencia Digna. En la presentación de la revista, Elizabeth Bravo, biológa de Ecuador, recordó que fue justamente Andrés Carrasco que comenzó a discutir con otros científicos y científicas de América Latina, sobre la necesidad de crear un espacio de reflexión, unión y acción desde una ciencia independiente de los intereses corporativos, especialmente de las trasnacionales de los agronegocios, y que fuera capaz de ver y escuchar los dolores, perspectivas y saberes de las organizaciones y movimientos desde abajo, de los barrios y comunidades, de los pueblos indígenas y campesinos. Antes de morir, en 2014, le envió un borrador de una declaración, que sería la base de las discusiones que dieron nacimiento a la UCCSNAL. La UCCSNAL se creó con los desafíos de propiciar una reflexión crítica sobre la naturaleza de los procesos sociales de ciencia y tecnología, sus productos y sus impactos; promover la discusión sobre el rol de los estudiantes, científicos y académicos en el desarrollo de conocimiento y aplicaciones científicas; generar conocimientos a partir de una ciencia crítica e independiente de los intereses comerciales y que estos conocimientos estuvieran orientados a apoyar, acompañar y fortalecer los procesos sociales y luchas en defensa de las comunidades y la naturaleza. 24
La ciencia no tiene una sola voz, recordó Alicia Massarini, biológa, pero los intereses empresariales intentan todo el tiempo hacer creer esto a la mayoría de la gente, usando discursos seudo-científicos para justificar las acciones más atroces de las grandes empresas, como la siembra masiva de semillas transgénicas y el uso de agrotóxicos con efectos devastadores en la salud de la gente, los cursos de agua, los suelos, la naturaleza. Quienes se atreven a disputar esta seudo-ciencia públicamente, sufren persecusión y acoso, difamación de sus trabajos de investigación, y en muchos casos han sido despedidos, penalizados o forzados a renunciar de las instuciones donde realizan sus tareas, como sucedió por ejemplo, con Arpad Pusztai, por denunciar los efectos de una papa transgénica, con Ignacio Chapela, por publicar el hallazgo de contaminación transgénica del maíz en México, su centro de origen, con Gilles-Éric Séralini, por publicar los efectos carcinogénicos y otros, en ratas alimentadas con maíz transgénico y con glifosato. Darío Aranda, periodista de Argentina, recordó en la inauguración de la nueva revista, que Andrés Carrasco, como científico de alto nivel, llegó a ocupar los más altos cargos del sector, como la dirección del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), y director del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires, pero optó por trabajar junto a los pueblos. Por ellos y por haber dado a conocer públicamente sus estudios, que mostraron los efectos teratogénicos del glifosato en embriones, fue ferozmente perseguido, calumniado e incluso atacado físicamente. Porque una vez que Carrasco se convenció de los resultados de sus investigaciones, luego de muchos estudios y un gran volumen de datos que indicaban claramente los efectos seriamente dañinos del glifosato, no quiso esperar a que las revistas científicas le dieran su aprobación. Lo que hizo fue llevarle los datos a las comunidades que sufrían directamente los impactos, a las y los vecinos, madres y médicos de pueblos fumigados que ya los habían denunciado desde lo que vivían, para que contaran además con ese respaldo científico. También se contactó con Darío Aranda y le entregó la información, explicando que la soja transgénica y la fumigación con glifosato “un experimento a cielo abierto” de las empresas con toda la población argentina. Más tarde, los estudios 25
fueron publicados por una revista científica, pero para Carrasco, lo imperativo era trabajar junto con las y los afectados, y desde entonces no dejó de asistir a ninguna asamblea barrial y de pueblos fumigados donde lo invitaran. La UCCSNAL recoge y cuida este ejemplo y compromiso, a partir del cual, ha emitido varias declaraciones en temas que van desde transgénicos a nuevas tecnologías. Ahora, con la edición de la revista, (que se puede descargar aquí) la UCCSNAL cuenta con otra forma de canalizar información y estudios críticos y comprometidos con la sociedad y la naturaleza.
Cien días que sacuden a EU
David Brooks - La Jornada - American curios Lunes 29 de junio de 2020 El pasado y el futuro se enfrentan en las calles, dentro de lo que es en los hechos un “Estado fallido” (uno que no puede o no quiere solucionar las necesidades básicas de su pueblo), donde un régimen con tintes neofascistas cada día más desesperado y, por tanto, más dispuesto a hacer lo antes impensable para mantener su poder se enfrenta con una ola novedosa de rebeldes y disidentes que buscan transformar, por fin, un sistema de violencia social, económica y política. O sea, el sistema estadunidense está (¿cómo evitar ese palabra sobreusada y casi eterna, “crisis”?) en un momento de implosión –algo que podría ser muy peligroso para todos más allá de las fronteras si resulta ser explosión– o de transformación. Aun no se sabe cual. La defensa del pasado se coordina por un bully asustado en un búnker subterráneo en la Casa Blanca. El comandante de las fuerzas oscuras del pasado es responsable de más de 100 mil muertes evitables (mil de ellas de mexicanos en Estados Unidos) por su manejo criminal de la pandemia, de entre 20 y 40 millones de desempleados, de un aumento en los crímenes de odio racial, del aumento, según el FBI, de actos de terrorismo de agrupaciones de 26
ultraderecha; de colocar a familias con niños en jaulas, de calificar a todos sus opositores como “traidores” al país (incluyendo su antecesor), de amenazar con reprimir con fuerzas militares a ciudadanos estadunidenses que se manifiestan en las calles, de acusar a los inmigrantes de todo el crimen, las violaciones, y ahora del Covid-19, desmantelar normas y medidas para protección del medio ambiente y la salud pública, y ni hablar de la destrucción de acuerdos y normas multilaterales. Es seguramente el único presidente que ha logrado que coincidan desde ex generales, incluyendo jefes del Estado Mayor, a figuras como Noam Chomsky y Angela Davis de que Trump es una amenaza a la democracia de Estados Unidos y la sobrevivencia del planeta, una amplísima gama de voces han concluido que es “el presidente más peligroso de la historia de Estados Unidos”. Esa defensa del pasado de dominio blanco y lo más salvaje del capitalismo implica aplastar todas las fuerzas que rehúsen someterse, suprimiendo sus voces, amenazando represión o deportándolos del país. El presidente ha declarado a todos los que lo cuestionen o se atrevan a frenarlo como “enemigos del pueblo”. El rescate del futuro está ahora en las calles con un grito de basta ya (con 400 años de ecos) contra la violencia racista sistémica. Aunque las expresiones masivas en las calles que llevan más de un mes sin parar fueron detonadas por otro acto más de violencia racista oficial, el nuevo movimiento surge de años de organización por varios sectores que de repente se encuentran juntos en las calles. Y es que es una respuesta que evoluciona de un incidente más de violencia por la policía a uno contra la violencia de un sistema económico, político y social, construido desde sus orígenes sobre el sometimiento y explotación brutal violenta de esclavos africanos, de indígenas estadunidenses y después, hasta hoy día, de olas de inmigrantes de todo el mundo. Es esa historia de violencia la que se modifica en estos días, hasta de manera física. No sólo se derriban símbolos de la historia racista e imperial, sino se ha obligado a instituciones de cúpula y de la élite a reconocer su complicidad histórica. Por ejemplo, en días recientes la Universidad de Princeton anunció que quitaría el nombre del presidente Woodrow Wilson de sus instalaciones y programas por su historia imperial y racista. 27
A mediados de marzo, se declaró oficialmente una emergencia nacional y Estados Unidos se convirtió en el epicentro de la pandemia mundial; como resultado de la tardía y caótica puesta en marcha de medidas de mitigación, se provocó una magna crisis económica, y hace un mes, un hombre afroestadunidense con una rodilla de un policia sobre su cuello articuló sus últimas palabras, “no puedo respirar”. Son 100 días que han sacudido a Estados Unidos.
El capitalismo de la vigilancia
Carlos Fazio /III - La Jornada - Lunes 29 de junio de 2020 Difuminada en la coyuntura por el apocalipsis mediático desatado por las élites plutocráticas y los poderes fácticos de Estados Unidos a raíz de la irrupción del Covid-19, la guerra comercial y financiera entre los gobiernos de Donald Trump y Xi Jinping profundizará en la pospandemia la carrera por la hegemonía, en momentos en que, parafraseando a Clausewitz, la tecnología es la continuación de la política por otros medios. En 2016, un informe de Barack Obama sobre el futuro de la inteligencia artificial (IA) reconocía que su sucesor gobernaría un país “que está siendo transformado por la IA”. Aunque Trump abandonó parcialmente esa visión, Estados Unidos sigue siendo líder en IA gracias a las compañías líderes de la digitalización conocidas mediante el acrónimo Gafa (Google, Apple, Facebook, Amazon), pero el punto de quiebre se está volviendo el control de acceso a datos, ya que las principales plataformas someten a sus usuarios a procesos de supervisión no estandarizados y desfasados con la velocidad de la IA. Los ingenieros de la IA necesitan datos (materia prima) para crear sus algoritmos y/o perfeccionarlos. Y si bien EU es el país que ha recolectado más datos, a partir del 13 Plan Quinquenal de Informatización Nacional (2016-20) de Xi Jinping, China ha aumentado de manera exponencial sus capacidades a través del Internet de las cosas, el aprendizaje automático y del número de usuarios de sus empresas innovadoras apoyadas por las nuevas tecnologías ( startups). 28
El gobierno chino ha hecho fuertes inversiones en investigación y desarrollo, subsidia la industria de los chips de procesamiento y tiene una regulación más laxa en tecnologías de automatización y recolección masiva de datos. Así surgieron conglomerados privados de Internet comercial como Baidu, Alibaba y Tencent (conocidos bajo el acrónimo Bat), que de cara a la carrera por la IA han alcanzado tecnológicamente a las corporaciones estadunidenses del sector. Y al igual que ocurrió en sus orígenes con las Gafa del Silicon Valley, pioneras del capitalismo digital gracias a los programas de inversión militar keynesianos, que después del 11 de septiembre de 2001 −en conexión con el Estado de seguridad nacional de la administración Bush hijo− desarrollaron el enorme aparato de vigilancia y control estatal revelado en 2013 por el ex contratista de la CIA y la NSA Edward Snowden, el apoyo del gobierno chino ha sido clave en el desarrollo de Baidu como la plataforma base de IA para vehículos autónomos, Alibaba para ciudades inteligentes y Tencent para cuidados de la salud. Alibaba, considerada “el Amazon chino”, desarrolló un sistema de puntajes de crédito social privado, que se propone recopilar y almacenar todos los rastros que los usuarios dejan en Internet y regular el comportamiento de cada persona sobre acceso al crédito, a la educación formal y al mercado de trabajo, incluido el uso de líneas aéreas comerciales y trenes de alta velocidad. La empresa implementó el proyecto City Brain (cerebro de la ciudad) para conectar a través de un software mapas, cámaras de vigilancia, sensores, datos del gobierno e información compartida en redes sociales, que procesan algoritmos de IA en superordenadores que sirven de alimento para la planeación urbana y la gestión de tráfico en ciudades como Hangzhou y Macau. La cooperación de Baidu con las autoridades chinas también gira en torno del control de datos y la ciberseguridad. La corporación ha equipado puntos neurálgicos del espacio público con cámaras que cuentan con un sofisticado software de reconocimiento facial que también puede identificar personas encapuchadas por su forma de caminar. Tencent, la tercera integrante del Bat también explota patentes de reconocimiento facial y videovigilancia. Ergo, el capitalismo de la vigilancia. En la pospandemia del Covid-19, la guerra fría política, comercial y tecnológica entre EU y China se “calentará”. Después de 29
que Trump lanzó su estrategia de decoupling (desconexión) para contener el crecimiento económico de China, Xi llamó a poner énfasis en el desarrollo del mercado interno, y no en las exportaciones. Aunque en el plano exterior, a través de Alibaba, el soft power chino aumentará su infraestructura ferrocarrilera, portuaria y digital (fibra óptica, antenas de telecomunicaciones, 5G) en su área de influencia: Vietnam, Tailandia y Singapur, y eventualmente Bangladesh y Pakistán. Aun en África. Es en ese contexto que hay que ubicar los discursos de Xi del pasado 26 de mayo ante la Comisión Militar Central (la versión china del Pentágono) y de Trump en la academia militar de West Point, el 13 de junio. Xi ordenó a las fuerzas armadas “pensar en el peor de los escenarios” para salvaguardar “la soberanía nacional, la seguridad y los intereses de desarrollo”. Trump insinuó cambios doctrinarios para un conflicto con China en pos de mantener la hegemonía global. La hegemonía de EU se basa en el dominio de las rutas marítimas y su superioridad tecnológica. Según fuentes del Pentágono citadas por el periódico inglés The Times, con base en unos juegos de guerra simulados, en 2030 EU perdería una guerra naval con China en el Pacífico. El análisis concluye que todas las bases de EU en la región del Comando Indo-Pacífico serían “abrumadas” por los misiles balísticos de alcance medio chinos, incluida la isla de Guam, principal base de los bombarderos estratégicos B-2. La disputa geopolítica está en pleno desarrollo.
Hay un cambio y la “élite” no se da cuenta o el caso de Castañeda y Aguilar Camín
Mario Santiago - Contralínea - Junio 27, 2020 En el programa Es la hora de opinar de Foro TV (de la empresa Televisa) que conduce Leo Zuckerman, el 15 de junio tuvo lugar un diálogo muy desagradable entre el propio Zuckerman; Javier Tello, el otro anfitrión; Jorge Castañeda Gutman, quien fuera secretario de Relaciones Exteriores en el gobierno de Vicente Fox, y Héctor Aguilar Camín, director de la muy influyente revista Nexos. 30
Este grupo suele analizar los más variopintos temas de actualidad, desde las políticas energéticas del gobierno mexicano o la sucesión presidencial en Estados Unidos, hasta sobre el sistema patriarcal, la homofobia o la discriminación en México. En la ocasión que comentamos, se discutió sobre las acciones que los médicos cubanos realizan en México, colaborando con las autoridades sanitarias en su lucha en contra de la pandemia de Covid-19. Cuando Jorge Castañeda intervino, el profesor de la Universidad de Nueva York señaló lo siguiente: “Los locales [doctores mexicanos] no quieren irse… No puedo usar la palabra correcta, científica, pero a un… pueblo, con adjetivo previo [pinche] pueblo arrabalero, adjetivo –posterior– donde, por cierto, digo, Héctor se acuerda muy bien, mi hija Javiera cuando terminó la Facultad de Medicina aquí en la UNAM, se fue a un pueblo horroroso en Oaxaca: Putla, si no me equivoco; y luego, gracias a Héctor y a su amistad con Diódoro [Carrasco] creo que la pudimos mandar a otro pueblo un poquitito menos horroroso. Pero así que se haya ido con gran entusiasmo, no, y un cubano sí iría a Putla feliz de la vida.” Estos pocos segundos que dura la intervención del hijo mayor de Jorge Castañeda y Álvarez de la Rosa –quien fuera también canciller en el sexenio de José López Portillo– pintan muy bien su pensamiento y sus valores o antivalores. La andanada de críticas en la red social Twitter no esperó mucho. El propio gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, escribió: “Excanciller, dejando el clasismo de lado, estoy seguro que ha conocido lugares maravillosos en el mundo, pero ninguno como #Oaxaca. Conozca Putla, cada pueblo es único, le aseguro que se maravillará con su cultura milenaria y riqueza en tradiciones.” Cientos de mensajes pueden leerse en sentido similar en dicha red. Es evidente que quien representó a México como secretario de Relaciones Exteriores no aprecia la riqueza cultural de Putla, pueblo mixteco de la sierra de Oaxaca. El desprecio por la pobreza y lo indígena, parte fundamental de nuestra identidad individual y colectiva, es palmario. Sin embargo, lo que me llama la atención no es su falta de toda sensibilidad y de criterio sobre lo que es bello o no. Lo realmente interesante es que ese discurso siga teniendo voz en la empresa más grande de comunicación de nuestro país. 31
Castañeda representa a lo más rancio de la sociedad mexicana: una “élite” ansiosa por conservar sus privilegios y separarse incluso físicamente del resto. Esta necesidad, a veces colmada como en el “caso exitoso” de cambio de residencia de la doctora Javiera, se expresa también a la hora de distanciarse de gobiernos populares y menos proclives a sostener sus prebendas. El tráfico de influencias, del que presume sin pudor alguno el maestro por la Universidad de Princeton, permitió que Aguilar Camín gestionara con el exgobernador de Oaxaca, Diódoro Carrasco, se transfiriera a la niña inconforme con su mala estrella. Casos como éste ya no deberían tener cabida en nuestra sociedad: personajes orgullosos de “ser diferentes” del resto por el simple deseo de ver hacia abajo a los demás. Miles de mexicanos estarían felices de tener la oportunidad de estudiar gratuitamente medicina en la UNAM para, posteriormente, retribuir con sus servicios en cualquier rincón del país. Porque, en Putla, con seguridad, serían mucho más útiles sus servicios que en el Pedregal de San Ángel, por ejemplo. Algo está cambiando en la sociedad mexicana: son las generaciones más jóvenes las que se encargan de censurar, en el mejor de los sentidos, estas ideas lastimeras. La mayoría de los usuarios de Twitter ya no crecieron viendo las telenovelas racistas del Canal de las Estrellas. Es la hora de opinar, es cierto, pero primero hay que reflexionar y desterrar mentalidades de conquistadores y conquistados. También es la hora de tratar a todos por igual y de no hacer favores de este tipo a los Aguilar, a los Castañeda o a cualquier persona medianamente influyente. Desterrar el sistema de castas más o menos velado es parte del cambio que necesita México para volverse un país más igualitario, donde todos puedan disfrutar de los mismos derechos. El cambio, a la que todos debemos sumarnos, implica un sistema de valores compartido por todos. *Doctor en derecho. Profesor investigador de la Universidad Autónoma de Tlaxcala 32
¿Polarización o caos?
Javier Sicilia - Revista Proceso - 30 Junio, 2020 La idea de que Andrés Manuel López Obrador está polarizando el país –es decir, dividiéndolo en dos bloques antagónicos que el lenguaje estrecho y anacrónico de “liberales” y “conservadores”; “chairos” y “fifís”, resume bien– me parece imprecisa. Lo que AMLO está generando es algo peor, algo que, a falta de una palabra para definir la profunda crisis civilizatoria a la que nos enfrentamos, hay que llamar confusión, caos, anomia. Lo que vivimos es un estado de múltiples violencias que la imagen de los mal llamados “anarquistas” retrata y que el presidente alimenta cada día. Bajo su monótono y cansado lenguaje polarizador, sus insultos, sus contradicciones, sus burlas, sus traiciones, sus mentiras, su anacrónico concordismo histórico, su ausencia de políticas públicas y el desmantelamiento de las instituciones, hay más que un intento por polarizar al país, una estrategia de poder. Más cerca de Vladislav Surkov –el oscuro genio detrás de Putin– y de Donald Trump que de Maduro, López Obrador y sus más virulentos seguidores interactúan, como en un videojuego, con la realidad cambiándola y distorsionándola constantemente. Ocultos bajo un lenguaje que simula evocar pasados revolucionarios –en AMLO la Independencia, la Guerra de Reforma y la Revolución; en sus epígonos estalinistas, la toma del Palacio de Invierno– y códigos morales de estilo evangélico, en realidad promueven el caos que se mide por el número de víctimas que en casi dos años de su gobierno ya rebasó las 60 mil, en impunidad, en el abandono de la población a la suerte del covid-19, en la multiplicidad de cárteles y grupos delictivos que asesinan, secuestran y desaparecen personas a lo largo y ancho de todo el territorio, en la destrucción de mediaciones, en la fracturación del país, en vandalismo, impunidad y miseria. Su frase en referencia a la pandemia, “nos cae como anillo al dedo”, es un buen resumen de su estrategia. 33
A AMLO desde siempre –desde que estaba en la oposición– todo lo que, como la enfermedad, genera desorden en el organismo social le sienta bien. En ese caos, que sume al país en la confusión y el desconcierto, AMLO, al igual que Putin y Trump, no gobierna, pero mantiene y expande su poder. Su entendimiento de la política es el de la tragedia donde los dioses reinan en la confusión y el desastre. Con cada una de sus acciones, de sus mentiras, de sus traiciones, de sus insultos y actos arbitrarios, AMLO y sus epígonos han llevado el antiguo principio de Maquiavelo –“divide y vencerás”– a un nivel acorde con la crisis civilizatoria y la caótica distorsión del universo cibernético: “confunde y reinarás” o mejor “siembra el caos y dominarás”. En un mundo así, amedrentado, desconcertado, abandonado a múltiples violencias, la figura de AMLO ocupa todo el espacio público y hace lo que le viene en gana. Nadie puede limitarlo porque todos, fuera de él y de sus huestes, forman parte del caos que promueven. La misma oposición, que no hace otra cosa que representar el papel que él le asignó, lo fortalece al combatirlo. Su objetivo es, a lo que parece, crear lo que Surkov ha llamado una “democracia soberana” o “controlada”, cuya mecánica, según Max Seitz, periodista de la BBC, es semejante a una comedia de enredos, detrás de cuyo desequilibrio y confusión hay una subtrama: mantener desconcertada a la gente para introducir medidas cada vez más polémicas y autoritarias. En esa extraña democracia hay, además del caos, tres elementos clave: 1. Controlar la información y los medios, lo que AMLO y sus huestes llevan a cabo mediante las largas peroratas de las mañaneras y sus elaboradas redes sociales, “las benditas redes”. En esa estrategia, la crítica juega su papel de refuerzo. 2. Crear sustitutos de la sociedad civil, financiando grupos que ocupen el espacio público para conseguir consensos –como en las ya proverbiales consultas populares–, acotar a las organizaciones civiles o provocar confrontaciones, como sucedió 34
durante el arribo al Zócalo de la Caminata por la Verdad, la Justicia y la Paz, el 26 de enero de este año, y en otras manifestaciones sociales. 3. Reducir la competencia política, exaltando la corrupción de los partidos de oposición y sumando otros. En esta lógica no importa la gente, no importa el país, no importa la seguridad ni la salud, importa el caos que, disfrazado de libertad y democracia, permite reinar y debilitar cualquier otra forma de gobierno. La frase de uno de los personajes de Almost Zero –novela atribuida a Surkov– viene como anillo al dedo para definir la política de AMLO: “el conocimiento –dice ese personaje siniestro– trae sólo conocimiento, pero la incertidumbre, esperanza”. Estamos ante una profunda crisis civilizatoria y una forma inédita del poder autoritario, acorde con la oscuridad de estos tiempos. Ese poder nada tiene que ver con los paradigmas con los que AMLO y sus epígonos juegan a confrontar, ni con los que sus opositores, atrapados en él, quieren combatirlo. Unos y otros forman parte de los mil rostros de la anomia que su estrategia promueve. Para salir de ello la oposición tiene que dejar de reaccionar al juego de AMLO, y con lucidez construir una política nueva que pueda abrir un horizonte de sentido donde no lo hay. Si no lo hace, el caos del que participa terminará por devorarlo todo. Además, opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, detener la guerra, liberar a todos los presos políticos, hacer justicia a las víctimas de la violencia, juzgar a gobernadores y funcionarios criminales, esclarecer el asesinato de Samir Flores, la masacre de los LeBarón, detener los megaproyectos y devolverle la gobernabilidad a Morelos.
RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMร A BAJO LA TORMENTA 1ยบ de julio 2020