CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 20 de noviembre de 2019
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Bolivia, Evo y desarmar la guerra
Daniela Rea - Pié de Página - Crisis y Resistencias - 12 Nov. 2019 Raquel Gutiérrez fue presa de conciencia en Bolivia. Ahora, como académica en México, analiza los sucesos en el país del sur, a partir de su experiencia como integrante de las luchas comunitarias en las décadas de 1980 y 1990. Convoca a salir del binarismo entre los gobiernos de izquierda y derecha, entre la postura del golpe y no golpe, para escuchar las voces feministas que están pensando y construyendo alternativas Las reflexiones de Raquel Gutiérrez Aguilar ocurren en tres tiempos: el viernes 8 de noviembre, enmedio de protestas contra Evo Morales en Bolivia; el segundo, el domingo 10 de noviembre, con la deposición; y el tercero, con Morales llegando a suelo mexicano. Momento 1. Viernes 8 de noviembre El pasado viernes 8 de noviembre Raquel Gutiérrez Aguilar escribió el artículo “Bolivia: la profunda convulsión que lleva al desastre” donde analizó la sucesión de hechos después del 20 de octubre cuando se llevaron a cabo las elecciones presidenciales y que tenían esa noche a Bolivia en vilo. No se sabía entonces, pero Evo Morales renunciaría dos noches después. Gutiérrez Aguilar actualmente es académica en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. En las décadas de 1980 y 1990 vivió en Bolivia y participó en la insurgencia de las comunidades aimaras y quechuas. En el año 2000, luego de salir de prisión, donde fue internada y torturada como represión por su lucha política, se unió a la lucha por el agua en Cochabamba. En su artículo y contexto, Raquel Gutiérrez trajo al presente lo que ella nombra “un fraude desde hace diez años. Desde que se pactó la constitución y la permanencia del latifundio” desde un gobierno que desconoció “cualquier otra forma en competencia de acuerpamiento político negando, desde entonces, la ampliación democrática”. Recordó también el referéndum de febrero de 2016 sobre la reelección de Evo Morales por cuarta vez. 1
“Y Bolivia dijo NO. No a la reelección indefinida de un régimen político de fomento al extractivismo aunque con retórica anti-imperialista y rígidamente autoritario aun vistiendo el disfraz plurinacional. Un régimen político extractivista pues, ferozmente anti-comunitario y misógino”. Raquel Gutiérrez Y entonces llegó el 20 de octubre. El día de las elecciones Evo Morales postulado a través del Movimiento al Socialismo (MAS) y Carlos Mesa por Comunidad Ciudadana, y la falla o el cese del conteo de votos en tiempo real. Los días siguientes, las disputas entre uno y otro lado, que la artista y activista María Galindo llamó “pelea de gallos” proponiendo desde entonces a pensar en una mediación desde las mujeres. Luego llegó la exigencia de la segunda vuelta electoral. “Resultó entonces que quedamos así: Evo cada vez más enojado, cercando con sus aliados la Plaza Murillo que es el corazón político de La Paz, diciendo que su voluntad es ley en medio de disturbios crecientes por todo el país; Carlos Mesa descolocado y anulada su capacidad de hablar; Camacho, yendo y viniendo de Santa Cruz a El Alto, afirmando que él es la salvación de la nación por designio de dios. Víctima-verdugo-redentor: en la confrontación política se instaló amplificado el triángulo simbólico patriarcal por excelencia. “Así, la mediación de la palabra feminista/femenina se hace cada vez más urgente y, a la vez, resulta más difícil. Se hace cada vez más complicado enunciar las palabras y diseñar las acciones que puedan hacer entrar aire en ese trágico triángulo que terminará por tragarnos a todas. Algunas voces se asustan y eligen plegarse a alguno de los redentores en oferta, otras nos empecinamos en no hacerlo”. El viernes 8 de noviembre Raquel terminaba el día pensando en cómo “reforzar una voz colectiva y pública que vuelva audibles las palabras, propuestas y deseos feministas, las voces de las mujeres atrapadas en la pugna patriarcal por el dominio y el control de nuestras vidas, las decisiones de las comunidades que rechazan el extractivismo acelerado y las ideas de los varones no violentos”. Momento 2. Domingo 10 de noviembre por la noche –¿Cuál es tu análisis del proceso que vimos en Bolivia, cómo se llegó a esta noche? 2
–Ahorita, lo que estamos viendo es una implosión, una implosión. Ellos se cayeron porque no estuvieron dispuestos a retroceder, a ceder, no estuvieron dispuestos. ¿Cómo llegamos hasta aquí hoy? Podemos hacer este recuento de datos, de hechos, pero yo siento que hay que esperar un ratito, dos días, a que se aquiete un poco de brincar el polvo. –¿Es un golpe? –¿Un golpe contra quién? Esa es la cosa… es un golpe contra la fuerza social que estaba en vías de recuperación, de organización. Eso es lo que yo creo. Las imágenes que circularon son muy fuertes. Camacho dirigiéndose a Palacio y los policías le abrieron la puerta, con su bandera y su biblia. Esa foto es pesadísima en el imaginario, en el constriur esta historia del golpe. Ves la foto, pero no ves toda la sabiduría popular ayer de: ‘espérense, vamos a calcular, a ver si Evo ya entiende’. La gente decía que Evo convoque a elecciones. Hoy se acabó de caer el machismo leninista, se fue llorando y nos dejó el país incendiado. Es un ciclo que se cierra con militares en las calles, pero bueno, así toca. Vamos pensando con calma. Esto es de mediano plazo. Se acabó un ciclo. -¿–Qué pasa, qué pasó con Evo y su gobierno en relación a la organización horizontal de las comunidades? –Lo que hizo fue una clientela. Es México, pero con 13 años adelante. Lo que estamos viendo aquí, lo que AMLO hace: desoír, clientilizar. Eso es lo que había allá. Y con un hombre que tenía muy buen discurso. Había 10 años de eso. Pero después de eso ha sido una barbaridad de extractivistmo, de indolencia, de irse sobre las comunidades. –¿Cuáles son las propuestas de los movimientos sociales y la respuesta de Evo Morales a esas propuestas de los movimientos? –Tienes movimientos sociales plenamente desarticulados porque se planteó la hegemonía. Porque contra quienes se vino el gobierno del MAS fue contra la pluralidad de los movimientos y sus voces. Las voces estaban un poco a la saga, viendo, calculando… La onda del fraude sí era una cosa de clases medias y el único sector popular 3
explícitamente denunciando el fraude eran los de coca, los cocaleros del lado de La Paz. Estoy esperando que hablen los aymaras, que vuelvan a aparecer las voces de las mujeres organizadas, las feministas. Hay que esperar que esto acabe de caer. –En América Latina hemos visto a personajes que se han dedicado a desarrollar sistemáticamente una capacidad para enajenar y apropiarse de esfuerzos colectivos y concentrarlos. –Es esto la crisis de lo que expropió nuestra fuerza. Ellos se fueron a jugar a la víctima ¿y quién se va a quedar a bancar lo que venga? Nosotros. Se quedan los pueblos, las mujeres. Si el Ejército se alía y se arma un gobierno de transición tutelado por el Ejército nos irá del carajo. Pero si mañana el Ejército no hace eso y más bien hay un gobierno constitucional que llama a elecciones y se discute quienes van a participar, lo que se estaba empezando a armar cuando renunciaron… Empujaron hasta allá, no respetan a la gente. –¿Cuándo percibiste que esto devendría en esta convulsión? –Cuando el día de las elecciones empezó a ocurrir algo que en México 2006, el conteo que se detiene. Pero Bolivia protesta de otro modo, en Bolivia se impone un caudillo pero siempre está tensa la relación con el caudillo y se movilizan otros bloques que no lograban expresar su palabra. Que quedaban bajo el discurso de Carlos Mesa. El día de ayer desde el 20 de octubre fue el primer día que se dignó Evo a decir que escucharía a alguien. –¿Qué significa esto para las luchas indígenas en Bolivia y en América Latina? –Es muy grave. Porque no hay cosa más horrible que hoy haya gente quemando las whipalas. Es horrible, es espantoso. Pero el problema es algo así como la gigantesca simulación que lograron montar los del MAS con la complacencia de un montón de sentido común de izquierda muy ramplón. Hoy vimos unos machos tristes contando que han hecho lo mejor que han podido, esa es la mentira. Yo nunca me había sentido tan agraviada, tan triste. Una polarización que te tapa la boca, entre un gobierno de izquierda y derecha y ahí no pueden hablar los pueblos, las voces críticas, la autonomía. 4
Hay una lucha de izquierda, pero los gobiernos de izquierda son los que traicionan. Entonces ¿cuál es el contenido de una lucha de izquierda? ¿Qué significa desarmar el neoliberalismo? Ese es el gran problema, desarmar el extractivismo neoliberal que no se acaba con la pura retórica. –¿Qué se mueve en América Latina? –Hay un movimiento de insoburdinación a lo que se nos había impuesto durante todos estos años como único destino posible y no hay una plena claridad de qué significa terminar de desarmar los sistemas neoliberales. Si el régimen chileno era la perla del neoliberalismo, el régimen boliviano era la perla del progresismo. Hay un fenómeno de implosión, implosión del extractivismo neoliberal pleno. Obviamente en Bolivia se van revolviendo capas y capas de problemas, de variantes. Se cayeron esos regímenes. Y obviamente en Bolivia la derecha empujó, empujó mucho. Sin embargo esto no nace de repente y sólo por fuerza de derechas. Las fuerzas en contra de Evo esperaron el momento más propicio, cuando saben que pueden activarse. ¿Por qué? ¿Por qué ahora? Evo perdió la base. Momento 3. Lunes 11 y martes 12 de noviembre. Raquel Gutiérrez trata de hilar algunas ideas en la vorágine de hechos, de datos, de información que fluye, de emociones. Escribe: La cúpula del MAS que hoy renunció, dejó un país incendiado e hirviendo la caldera del odio. Ellos no sufrirán las consecuencias de lo que venga. Cómodamente podrán continuar contando su historia del “golpe-cívico”, negando su responsabilidad y regodeándose en su papel de víctimas, soñando que algún día volverán otra vez como redentores. Las consecuencias de lo que venga, las peleará y las sufrirá la población trabajadora y comunitaria de Bolivia; las sentirán en sus cuerpos las mujeres y las disidencias. Implosionó un régimen político que se nutrió hace años de una heterogénea y plural fuerza colectiva; energía creativa que después, el propio MAS desconoció y disciplinó subordinándola como clientela. Eso colapsó hoy. Los gobiernos se van, los pueblos quedan. Conviene no olvidarlo. 5
–Hace un par de días preguntaba si se trataba de un golpe –Hay una coproducción de golpe. Nos tragó el triángulo (Víctima-verdugo-redentor). Lo que siento es que había una rebelión juvenil en expansión que estaba pensando a muchos sectores populares. Eso estaba pasando. Y cambian el escenario, ellos (gobierno) enfrentan una disyuntiva: no vamos a perder y preferimos ser mártires que perdedores. No hay capacidad de retroceder y entonces empezar esta gigante narrativa de la victimización. ¿Y quién está sufriendo? Es la población boliviana. Las tiendas están cerradas, esta empezando a dejar de haber comida, todo está alterado. Eso por un lado está súper bien porque saca del encierro doméstico la vida, pero por otro lado es lo que se siente inmediato como una amenaza. La importancia de nombrar lo que vemos ¿Es golpe o es fraude? ¿Es golpe o no es golpe? Así parece estar encuadrada la discusión hasta esta hora en Bolivia. Es una discusión que está instalada, sobre todo, hacia afuera de Bolivia, para que se organice el alineamiento regional en una u otra posición. Lo importante es que se instale la idea de que lo que vemos es un golpe y que no haya manera de salir de ahí. Morales y Camacho, en esto, son simétricos, ambos han producido eso que llaman “golpe”. Sin embargo, en Bolivia, cada vez con más angustia vemos que esa manera de nombrar no sirve para instalar aquello por lo que luchamos. Discutir desde ahí no sirve hoy, porque sólo incrementa la polarización binaria que cancela la posibilidad de autonomía política y simbólica. Quienes no estamos dispuestas a quedar situadas atrás de uno u otro de los bandos en conflicto creciente, tratamos de rastrear hechos elocuentes y de significarlos con cabeza propia. Raquel propone analizar la salida de Evo Morales y su gobierno desde una perspectiva feminista. Ensaya nombrar lo que sucedió como “abandono de funciones”, como una técnica. “La policía abandonó sus funciones cuando se amotinó y el gobierno abandonó sus funciones cuando renunció”. “Morales y sus colegas se autoelogiaron en cadena nacional, se despidieron y se fueron. Sin ninguna autocrítica, sin una sola palabra sobre su responsabilidad en la configuración de la tremenda situación política, sin tomar ninguna acción en el traspaso del mando 6
político en Bolivia, asunto que hasta hoy continúa indefinido”. El abandono, concordante con la “irresponsabilidad paterna”. Y mientras, las mujeres, las comunidades, “a sostener la vida”. –Vimos a la distancia el Parlamento de las mujeres. Que diversas y juntas celebraban “no hay transporte, la Cámara de Diputados no ha podido sesionar, pero nosotras estamos aquí, llenando un cine” para compartir la palabra. –La palabra entre diversos, plural, diversa, crítica y dolida, es lo único que puede salvarnos de la guerra civil y de la continuación del extractivismo, la impunidad y la violencia. Nota: este texto se elaboró a partir de los escritos que Raquel Gutiérrez publicados en Zur, de una entrevista realizada el domingo 11 a las 9 de la noche; además de apuntes personales que Raquel Gutiérrez compartió con Pie de Página.
No es Camacho o Evo, es necesario trascender esas dos posiciones: Rita Segato Desinformémonos - 20 noviembre 2019
Palabras de Rita Segato difundidas por Radio Deseo el 19 de noviembre: Amigas queridas, compañeras, hermanas bolivianas. No es fácil para mí contarles cómo estuve pensando la terrible situación de Bolivia. Nos duele mucho por acá, pero claro, al no estar allí, tengo miedo de que lo que les diga no tenga total legitimidad, porque estoy en Argentina. Decidí que lo mejor es explicar las dificultades que tengo por la visión extremadamente caricaturesca, estereotipada que los argentinos, el sector crítico de mi país, siempre ha tenido sobre Bolivia. No es fácil pensar lo que estoy pensando aquí, me estoy quedando en una soledad desagradable y también no es fácil hablar a Bolivia desde afuera. 7
Lo que tengo para decir es lo siguiente. Es una gran lección histórica lo que estamos recibiendo y es una gran oportunidad para entender un gran equívoco en la lectura que hay aquí sobre lo que les está pasando a ustedes. La visión desde acá es totalmente binaria. Si Camacho es una figura totalmente inaceptable, malvada, no por eso Evo es una figura perfecta. Eso es lo que me cuesta hacerles comprender en mi país. Hay un endiosamiento de la figura de Evo y soy contraria a eso y es difícil. La crítica al binarismo es una crítica que vale para pensar la política, porque hay un pensamiento binario que es un fardo de la guerra fría, el fardo que todavía cargamos de la bipolaridad del mundo característica de la guerra fría en la que se pensaba sólo en términos de bien o mal, un partido entre buenos y malos, y se pierde la capacidad de razonar con sofisticación y con acuerdo en la realidad. En mi comprensión de los sucesos, Evo cayó por su propio peso porque incurrió en acciones a lo largo del tiempo y sobre todo más hacia el presente que causaron un quiebre de la credibilidad y luego un quiebre de la gobernabilidad. Para mí, él no ha sido una víctima de un golpe, sino víctima de un descrédito general por varias de sus acciones. El TIPNIS, el incendio de la Chiquitanía, en la cual Evo se comporta de un modo muy similar a Bolsonaro, no declara una catástrofe nacional y no llama a las fuerzas de auxilio para superar rápidamente la catástrofe. Es lo mismo que hizo Bolsonaro en Brasil. El TIPNIS nos dejó perplejos por su negativa a negociar. Y luego se fragilizó con el plebiscito en el que perdió con el 51% y perdió credibilidad. En mi país me dicen, ¿será la hora de criticar a Evo cuando las fuerzas que están surgiendo y la violencia nos obligarían a olvidar las críticas a Evo para ocuparnos de lo más urgente? Yo soy de la opinión que no se puede dejar pasar esta oportunidad para hacer las críticas con un principio que hemos utilizado mucho en los derechos humanos que es el de la no repetición, que tenemos que utilizar también en la política. Si no hacemos las críticas que tenemos que hacer al gobierno de Evo, a su manera autocrática de intervenir, a la militarización del país que era visible antes de este golpe, a su manera machista de encarar la política. Y ahí emerge con 8
toda la fuerza que es un sindicalista y no un aymara y eso se manifiesta en su negativa a llamar a un candidato que, cuando escucho a Xavier Albó que indica que Choquehuanca era un candidato posible para una próxima elección, pero él insiste en la reelección. Ahí se fragiliza su credibilidad y fragiliza también la gobernabilidad. Por eso fue muy fácil para las fuerzas que siempre conspiran, que acechan, que están muy bien orquestadas, que tienen una asesoría internacional, que representan el fundamentalismo que amenaza a todas nuestras naciones, un secuestro del cristianismo que lleva al fascismo, todas esas fuerzas salen a la superficie. Es un momento de más verdad porque esas fuerzas estaban ahí y un gobernante debe tener noticia de los riesgos que corre y la necesidad de no equivocarnos. Porque cuando el proyecto histórico que tiene como meta un mayor bienestar para más gentes comete un error, se paga con sangre de los pueblos. Los errores nuestros, de la ética que tiende a mejorar las condiciones de existencia de la gente cuando se equivoca, la marcha atrás es abismal. Esto es lo que se puede decir en Argentina y aun así es muy difícil hacerse creer porque con el surgimiento de las fuerzas tenebrosas a la superficie y la violencia que apareció, Evo está aquí canonizado, lo cual es insoportable porque nosotras sabemos lo que es el machismo de Evo. Algo que cuando lo cuento aquí la gente no me cree, aquello de que cuando me retire me jubilaré con mi charango, con mi coca y con mi quinceañera, cuando lo digo la gente me mira con sospecha. Nosotras mujeres tenemos que trabajar para que el machismo de los gobernantes no sea visto como un tema menor, como son siempre vistos los crímenes contra nosotras, el maltrato, la violencia, porque esas frases de Evo como muchas otras son formas de maltrato y son perdonadas como parte de una costumbre que no hace mal a nadie. Eso es un error muy grande porque ahí se delata el autoritarismo de un gobernante y la pretensión de estar por encima del bien y del mal. Es un tema central, la agresión verbal, física, psicológica y moral a las mujeres es una agresión política, no una agresión basada en la libido, el deseo, la pulsión masculina. Son agresiones políticas que delatan la voluntad de poder, la voluntad opresiva de los líderes que así se manifiestan. Falta mucha lucha para poner en el centro este tipo de temas. 9
En segundo lugar, hacer circular esta imagen de Evo, para que la gente perciba que no es Camacho o Evo y que es necesario trascender esas dos posiciones y pensar libremente en términos de una posición más clara hacia el futuro, que no quede encarcelado en la mochila de la guerra fría, en la época en que las lealtades de un mundo bipartito nos impedían pensar la política de una manera más profunda y más imaginativa. Finalmente, mi lectura es que sí se da en el momento presente un golpe de Estado, pero de nuevo tipo, se da después de un vacío de poder, después de una falta de credibilidad y gobernabilidad originada en la pérdida de apoyo de la figura de Evo en sectores muy grandes de la población. Fue un golpe oportunista que se produce a posteriori del vacío de poder por los muchos errores y excesos del gobernante. Es una importante oportunidad para entender que la política está pasando a nuestras manos, que es la hora de pensar entre todas una politicidad en clave femenina, otra forma de gestión que tiene que ver con la gestión comunal, entendida mejor que lo que se ha entendido en Bolivia como micro-estados, que esa forma de entenderlas ha permitido que surgiera un caciquismo fundamentalista. Cómo hacemos política nosotras. Deberíamos comenzar a generar una retórica de valor a otra forma de gestión que se distingue mucho de la gestión de los caciques.
Pide Mujica a Jeanine Áñez parar la represión al pueblo boliviano
Periódico La Jornada - Domingo 17 de noviembre de 2019 República Oriental de Uruguay. Montevideo, 16 de noviembre de 2019. Estimada señora Jeanine Áñez. De mi mayor consideración: Quiero por este medio ocupar unos minutos de su tiempo y llegarle a su corazón con estas pocas letras que encierran el clamor 10
de muchos. No es mi intención juzgar lo que no me corresponde ni laudar lo que es deber de otros. Vengo a expresar ese clamor, respetuosamente, con la esperanza de que llegue a su oído. Hay un momento en la vida de hombres y mujeres en las que se decide no sólo su destino, sino cómo serán recordados. No todos pueden elegir esa situación. Este es el tiempo que usted, de algún modo, decidió que fuera el suyo. Usted está en el momento más definitorio de su vida política y, por supuesto, más importante aún, de su vida toda. Ha decidido, como un puñado apenas de hombres y mujeres en el mundo, el curso de su vida y con ella la de millones de personas. Este es el tiempo en que usted debe elegir cómo la recordarán su pueblo y la historia, no sólo de su país, sino la universal. Por eso, tenga usted la certeza de que con mucho respeto, el viejo que suscribe estas pocas líneas le pide, en función de la experiencia de vida por la cual mira América con una distancia despegada de luchas y pasiones propias de la coyuntura, que elija ser recordada como la persona que pudo parar la represión contra su pueblo en un momento tan difícil para todos y decidió hacerlo. Sabemos que está en sus manos, la voluntad política es suya. Gobernar es siempre y antes que nada pensar en el sufrimiento ajeno y ejercer la voluntad de aliviarlo. No puede haber más palabras para una petición tan simple y de ejecución tan clara como la que le estoy formulando. Desde el corazón de mi país le escribo a su corazón, esperando hallar eco en él, de su mejor sentimiento. La saluda atentamente, José Mujica Cordano Ex presidente de la República Oriental de Uruguay 11
Bolivia: el poder dual
Luis Hernández Navarro - La Jornada - 19 Nov 2019 No podemos andar libres en las calles. Nos golpean, nos pegan, nos humillan, nos discriminan, nos masacran, expresa una indígena humilde, de largas trenzas y sombrero, de Achacachi, que pertenece a la Federación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa, de Bolivia. “¿Acaso no somos personas como ellos?”, pregunta, y se responde: “¡Malditos! ¡Nunca nos vamos a dejar como originarios campesinos!” El dolor es grande. El agravio está a flor de piel. Lo explica otra indígena aymara: Estamos emputados. Pisotean nuestras polleras, queman nuestra whipala. La whipala no se puede quemar así nomás… Estamos humilladas las mujeres. No vamos a permitir. ¡Nunca más tenemos que sufrir esta discriminación! ¡Nunca más nos vamos a dejar! Esas mujeres forman parte de un impresionante e imparable torrente humano que arrancó en El Alto para desembocar en la capital de Bolivia. Su organización, la Bartolina Sisa, se llama así en honor a la aguerrida heroína aymara del siglo XVIII que luchó junto con su compañero Tupac Katari, levantando campamentos contra los colonizadores españoles, para cercar La Paz. Emulando esa epopeya, apenas el pasado 11 de noviembre, la Federación llamó a sus afiliadas a bloquear, desde sus provincias, los caminos y a no permitir el ingreso de alimentos de manera indefinida. Entre las ciudades de El Alto y La Paz hay una distancia de más de 21 kilómetros. Para trasladarse en automóvil de un punto a otro se necesitan, por lo menos, 45 minutos. A pie se requieren por lo menos cuatro horas. Durante todas estas de protestas, los alteños recorren esa ruta de ida y vuelta. El río humano que cada día invade esa carretera está integrado por campesinos, pequeños comerciantes, maestros y estudiantes. Están con ellos los ponchos rojos, la ancestral milicia aymara, que anuncia en las marchas: ¡Ahora sí, guerra civil! No son pocas las mujeres que cargan en la espalda a sus pequeños hijos. Demuestran que en La Paz no hay paz. 12
Pero lo que sucede en ese punto de la geografía boliviana no es exclusivo de allí. El tránsito de personas y mercancías están interrumpidos en puntos claves del territorio. Masivos retenes han estrangulado las vías de comunicación de Chapare a Cochamba, de Chapare a Santa Cruz y de Yapacaní a Santa Cruz. Los centros de abastecimiento de combustibles están clausurados, incluso para los militares. En diversas ciudades se han instaurado cabildos. Las ondas expansivas de la indignación popular no parecen detenerse con el paso de los días. El ejército, la policía y las bandas paramilitares pretenden frenarlas a sangre y fuego. Disparan contra multitudes pacíficas y desarmadas. Según la Defensoría del Pueblo, han asesinado a 24 personas. Para evitar deserciones, el gobierno de la autoproclamada presidenta interina, la rubia de bote Jeanine Áñez, que pretende gobernar con la Biblia en la mano, emitió el decreto 4078, que exime de responsabilidad penal a los soldados que formen parte de “los operativos para el restablecimiento del orden interno y la estabilidad pública”. El golpe de Estado no ha podido consolidarse. La insumisión popular no lo permite. Dos poderes se disputan palmo a palmo la conducción del país. De un lado, un Ejecutivo autonombrado en tres minutos, investido por el poder militar que le colocó la banda presidencial (quien pone la banda, pone la música), con el apoyo castrense, policial y de los grandes medios de comunicación. Y del otro, la insubordinación popular e indígena que se resiste a regresar a su antigua condición colonial, junto al Legislativo, controlado en sus tres cuartas partes por el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Evo Morales. El movimiento contra el golpe de Estado va mucho más allá del MAS. Participan multitud de ciudadanos sin partido, en una nueva convergencia que ha dejado atrás a liderazgos sindicales corporativos y clientelares forjados en los 14 años del gobierno de Evo Morales. Acostumbrados a negociar reivindicaciones sectoriales en condiciones de relativa estabilidad, han sido rebasados por la ira popular. La gente simple y llana se ha convocado y organizado, utilizando, en ocasiones, sus organizaciones gremiales y autoridades locales, o haciéndolas a un lado cuando no responden al desafío del momento. 13
Han desconocido a las directivas de las Federaciones de las Juntas Vecinales de la ciudad de El Alto (Fejuve) y nombrado a 14 personas de base de los distritos municipales para darse una nueva cabeza. Evo Morales ha sido a lo largo de los años factor de unidad en la diversidad étnica boliviana. Ha desempeñado un papel fundamental en la apuesta descolonizadora, igualitaria y de inclusión del mundo indígena. Ha amortiguado el encono generado por siglos de racismo y opresión de una élite criolla. Su liderazgo permitió dar cauce al memorial de agravios padecidos por los pueblos indios. Pero ahora, como si se abriera una moderna caja de Pandora, el golpe de Estado en su contra, la quema de whipalas y las ofensas contra las polleras han precipitado la emergencia de los peores demonios. Las profundas heridas perpetradas a los pueblos originarios en siglos de dominación colonial, que el gobierno de Morales había ayudado a cicatrizar, se han vuelto a abrir. Los diablos andan sueltos. Twitter: @lhan55
Bolivia y Chile: entre el golpismo y el acuerdo Gustavo Gordillo - La jornada - 16 Nov 2019
Bolivia y Chile, en sus más recientes expresiones, son un síndrome que recorre varias regiones del mundo. Narrativas. Se trata de las tensiones entre democracia y liberalismo. En algunos ámbitos esa tirantez se expresa mediante algunos rasgos: una marcada xenofobia y una predisposición a destruir reglas, instituciones y formas de convivencia que son consideradas obstáculos a los cambios que se pregonan. Estas narrativas arriban a su eclosión cuando convergen con dos rasgos adicionales: una profunda crisis social –expresada en anomias, polarización, profunda desigualdad– y un amplio descrédito de los mecanismos tradicionales de intermediación política. Democracia y populismo. En los últimos años se ha publicado un gran número de libros y ensayos sobre esas tensiones. Retengo dos textos 14
que comentaré en mis próximas entregas. Democracia desfigurada, de Nadia Urbinati (2014), y, de la misma autora, publicado en septiembre de este año, Yo el pueblo (2019). Hay una traducción al español del epílogo de este libro en Configuraciones 48-49, publicada recientemente. Democracia como diarquía. Urbinati parte de su idea de la democracia como una diarquía compuesta por voluntad (que significa, para la autora, el derecho a votar y los procedimientos e instituciones que hacen posible ese derecho) y opinión (que para ella significa el ámbito de las opiniones políticas). Señala que las sociedades son democráticas porque prometen que las elecciones y el foro de la opinión pública hagan a las instituciones asiento del poder legítimo y objeto de control y escrutinio. La insatisfacción con el desempeño de los procedimientos democráticos lleva a deformaciones de la democracia: el gobierno de la tecnocracia, la reacción del populismo y el plebiscito de la audiencia. Bolivia. Se ha subrayado, con razón, el enorme éxito de los cuatro periodos del gobierno de Evo. También se han criticado las vulnerabilidades de un gobierno unipersonal que no encuentra respuesta a una sucesión que sea institucional y continuista del programa progresista. Para las izquierdas latinoamericanas ésta debe ser la discusión principal del futuro inmediato. La obcecación por no llamar golpes de Estado a los golpes de Estado se debe a una tipología de golpes de Estado contra regímenes denominados populistas que han llegado al poder a través de las elecciones. Con todas sus especificidades, los golpes contra Zelaya, en Honduras; Lugo, en Paraguay; Dilma, en Brasil, y ahora contra Evo tienen tres características en común: el uso de un poder del Estado contra el Ejecutivo –en ocasiones el Legislativo, casi siempre el Poder Judicial y, a veces, organismos autónomos del Estado–; montarse en movilizaciones legítimas de protestas contra el gobierno, pero infiltrando con grupos de provocadores, y el apoyo explícito, por acción o inacción, de las fuerzas armadas. Esto lo podríamos llamar golpulismos de Estado. Chile. Sin duda el suceso más significativo que podría tener promisorias consecuencias para la democracia liberal en América La15
tina es el Acuerdo por la Paz y Nueva Constitución, porque logró unir desde el Frente Amplio hasta la UDI. Pero, sobre todo, porque marca el entierro definitivo de la Constitución de Pinochet, un anhelo de más de 30 años. A pesar de las provocaciones y de los tics autoritarios de la derecha chilena, han podido más las impresionantes movilizaciones ciudadanas. Finalmente, mando mis felicitaciones a mi gran amigo José Sarukhán por haber logrado con tesón preservar esa gran institución que a todos enorgullece, ahora como organismo descentralizado, la Conabio. Y a mi amiga de siempre, activista social, funcionaria ejemplar y prestigiada científica, Julia Carabias, mi apoyo decidido en su esfuerzo en Montes Azules, en la selva Lacandona. http://gustavogordillo.blogspot.com/ Twitter: gusto47
América del Sur: el viraje
Ilán Semo - La Jornada - 16 Nov 2019 Por doquier en América del Sur la escena se repite: economías replegadas o visiblemente estancadas, desplome del mercado de las commodities –el concepto tecno para describir los frutos del extractivismo de los recursos naturales–, inflación, incremento súbito de las tasas de pobreza, sociedades entrecruzadas cada vez más por el crimen organizado. ¿Qué fue lo nuevo entonces en 2019? La novedad fue un deja vu en Brasil, Chile y Ecuador, los gobiernos apenas elegidos pretendieron retornar a las fórmulas clásicas de la doxa monetarista de la década de los 80. Una suerte de macrismo reloaded, incluso cuatro años después de ajustes que llevaron a Argentina a una situación similar por la que atravesó en 2001 durante el corralito (para los argentinos, la variante más cercana de la crisis del 29 en el siglo XXI). Una vieja derecha, herederos de los golpes de Estado, dotados de un empolvado discurso, ahora en calidad de cadáveres vivientes de una historia de por sí ominosa: un fascista en Brasil, un militante directo del partido de Pinochet en Chile y un maromero en Ecuador. 16
La respuesta de las poblaciones –estudiantes, clases medias, trabajadores, habitantes de los cordones de pobreza– fue rebelarse no contra este u otro aspecto de la política oficial, sino contra el “esquema neoliberal” en su conjunto. Lo notorio es, por supuesto, el levantamiento chileno. Sebastián Piñera ha tenido que aceptar la celebración de un plebiscito para emprender la ruta de la formulación de una nueva Constitución. El camino será seguramente largo. La sociedad chilena decidió liberarse de un trauma doble: el pasado de la dictadura y la lógica que la convirtió en un orden estamental. Sin embargo, lo verdaderamente nuevo, inédito, es que esta transformación ya no tiene su sede en los pasillos de la clase política, ni en un pacto negociado entre la izquierda sistémica y las élites económicas. Y no sucede para estabilizar nada. Por el contrario, sucede desde las calles, los barrios, las escuelas, las asambleas sindicales y las redacciones de la prensa y doblega a la mayor parte de la clase política. Hace un par de décadas se hablaría de una revolución política; acaso cabría actualizar el término. De nuevo, en Chile se encuentra el corazón del presente. No casualmente, creo yo, en Bolivia se fraguó la dirección contraria. A la más antigua usanza boliviana, un golpe militar depuso a Evo Morales, el presidente electo –por cuarta vez– en los comicios recientes, así como a su gobierno en bloque. No es difícil entrever las razones –basta con leer los documentos críticos del propio MAS– por las que Evo se lanzó en cuarta ocasión a luchar por la presidencia. Nada más equívoco en América Latina que dedicarse a capitalizar la mentalidad caudillista de una parte sustancial de estas sociedades. Cambiar estas mentalidades requerirá de décadas. Pero si la izquierda no es uno de los centros de la transformación, quedará suscrita una vez más a una historia que pretende abandonar. Sin embargo, nada de esto justifica a los golpistas. Evo ganó la primera vuelta por un amplio margen, ofreció nuevas elecciones, llamó a un diálogo nacional. Nada de eso sirvió. Los golpistas nunca se propusieron hacer avanzar la democracia. De lo contrario, habrían actuado en concordancia: manifestaciones, apelaciones, recuentos, juicios. Su objetivo fue desde el principio claro: hundir a Bolivia en el viejo laberinto de las armas. 17
En México y en Argentina gobiernan fuerzas que se apelan a sí mismas como progresistas. Ninguna ha intentado –ni tampoco intentará– definirse en al ámbito de alguno de los múltiples espectros de la izquierda: en Argentina, el peronismo hace rato que se identifica oficialmente con la noción del populismo; en México, Morena representa una actualización del nacionalismo con rasgos distributivos. En este sentido, que nadie se llame a engaño. La izquierda debe tomar posición favorable o crítica frente a ciertas políticas, pero no confundirse con ellas. Sin embargo, cabe hacer una reflexión sobre los límites de las franjas del progresismo, que gobernaron durante década y media, y hoy son asediadas por el retorno de la derecha de la década de los 80. En primer lugar, el progresismo obtiene su consenso no porque represente una opción al monetarismo, sino como dispositivo para redistribuir una parte de lo que éste acaba concentrando en élites cuasi oligárquicas. Y así confunde –o hace como que confunde– la redistribución de la riqueza con la proliferación de consumidores. Es absolutamente vulnerable frente a crisis fiscales mayores. En segundo lugar, el problema central del progresismo es cómo ampliar la lógica de los mercados, no pugnar por nuevas formas de vida, producción y organización social. Basta con echar un vistazo al mecanismo que propicia para efectuar redistribuciones de ingreso: ampliar y respaldar la proliferación del ciudadano-endeudado. En tercer lugar, el progresismo –incluso en su versión populista– no es un enemigo del “esquema neoliberal”. Por el contrario, lo cohabita en calidad de antagonista. Se trata de adversarios en búsqueda todavía de un pacto más general.
Los ponchos rojos bolivianos
Enrique Dussel (1) - La Jornada - 15 Nov 2019 El 10 de noviembre de 2019 vi en mi celular, leyendo redes sociales, la presencia centenaria de Ponchos Rojos que corrían armados por las calles de El Alto (región del antiplano boliviano desde que se desciende a la capital, La Paz), que se desplazaban velozmente cantando en 18
formación de guerra. Recordé entonces hechos del pasado, de 1995, que me trasladaron a esa región montañosa del llamado Alto Perú. En 1995 dicté durante una semana un curso en el aula magna de la antigua, pública y centenaria Universidad de San Andrés, ante unos 700 entusiastas estudiantes sobre las Cuatro redacciones de El capital, de Karl Marx. Al tercer día de las conferencias, el rector y el Consejo Universitario me otorgaron el doctorado honoris causa de la Universidad. Además, los estudiantes me informaron que estaba encarcelado un joven revolucionario, pareja de una compañera mexicana, que fui a visitar por solidaridad. Años después el encarcelado me agradecía en un acto público mi acto de solidaridad, y el tal joven revolucionario, sin saberlo yo, era nada menos que el vicepresidente Álvaro García Linera, gran intelectual y político. Pero en tercer lugar, gracias al doctor Juan José Bautista, colega boliviano, me invitaron a dar unas exposiciones sobre Política de la Liberación a un grupo de indígenas aymaras en El Alto de La Paz. Recuerdo la acogida y el diálogo con aquellos aguerridos compañeros. Al final de los actos, y ante lo inesperado de la oferta, me indicaron que habían decidido invitarme, atendiendo al contenido de mis exposiciones, a ser parte de la comunidad de los Ponchos Rojos. En ese momento advertí que todos tenían puestos dichos “ponchos”, prenda propia de los Andes de milenaria costumbre con que los pueblos originarios y los gauchos se defienden del frío. Fui entonces investido de esa alta dignidad. Fue para mí un gran honor, y recuerdo que expresé: “Este poncho es más importante que un doctorado en Harvard” (y lo repito aun hoy pensando que en octubre de 2019 recibí en el aula máxima de Harvard el ser miembro de la American Academy of Arts and Sciences fundada en 1780). Lo cierto que estos Ponchos Rojos se han puesto en movimiento. Este es uno de los primeros signos de un levantamiento del pueblo boliviano ante la violencia minoritaria que intenta tapar el sol con un dedo, violentamente racista, y evangélicos fundamentalistas (como lo eran los católicos de derecha en Chile con A. Pinochet) que blanden crucifijos (como hemos visto en la primera plana 19
de La Jornada del 11 de noviembre) ante miembros de los pueblos originarios. Esa escena nos recuerda la obra de Franz Hinkelammert, Las armas ideológicas de la muerte, cuyo tema es el uso de una ideología, en este último católica de derecha en Chile, con la que se masacró al pueblo chileno. ¿Cómo puede enarbolarse la biblia o el crucifijo para derramar la sangre de los pueblos originarios, gritando: “Sacaremos de los lugares públicos a la Pacha Mama y la remplazaremos por la Biblia”? Ahora son fundamentalistas proestadunidenses, antes fueron fundamentalistas católicos eurocéntricos. Ambos han deformado e invertido el cristianismo de los primeros siglos, de un mesías que declaraba “bienaventurados los pobres”, y que fue juzgado por el imperio del momento (el romano) como opuesto a la ley levantando al pueblo contra el orden, por lo que valía como castigo el suplicio de la cruz (la “silla eléctrica” de aquel tiempo). La Cruz (que empuña el policía de la foto de La Jornada) es el signo de la muerte de aquel maestro (rabí) que se jugó por los pobres ante la opresión romana. En la cruz está crucificado el pueblo pobre boliviano que el liderazgo de gobiernos como el de Evo Morales ha mejorado sus condiciones de vida, es decir, no son ya tan pobres como antes. Pero la derecha (que invierte el sentido del cristianismo) toma a ese mesías (Cristós) que fue crucificado por el Imperio por movilizar a los pobres, como arma para matar a los pobres, la víctimas, los aymara, las “cholas” (mujeres) humillándolas machistamente. Empieza así a caminar el cristianismo con la cabeza, invirtiendo la sabiduría de los pueblos en nombre de una ideología fascista de derecha, y de un cristianismo fundamentalista en América Latina (como hay igualmente fundamentalismos islámicos o judíos). Una teoría de la liberación latinoamericana invierte la inversión y pone de pie al compromiso en primer lugar en favor de los pobres. Pero es considerada subversiva en Bolivia. No puedo sino alegrarme que mis compañeros Ponchos Rojos se han puesto en acción, como vanguardia del despertar del milenario pueblo aymara, quechua y amazónico boliviano; habrá que seguir los acontecimientos con cuidado, ya que a finales del siglo XX movieron desde sus raíces a la historia y pareciera que volverán a hacerlo ante minorías racistas, machistas, formados por escuelas nor20
teamericanas (tanto religiosas como militares) que dan la espalda al sufrimiento del pueblo y están decididas a volver a dominarlo. Y, mientras tanto, Evo Morales es acogido por la voluntad generosa y valiente del pueblo mexicano que está comenzado a ejercer un nuevo liderazgo entre las naciones latinoamericanas en vista de su Segunda Emancipación, a la que se encamina la Cuarta Transformación, ahora no ya de España o Portugal, sino de Estados Unidos, como nos sugirieron José Martí y José Carlos Mariátegui. (1) Fui investido de Poncho Rojo en La Paz, Bolivia, en 1995.
Gente Nueva, La Línea y la importancia de apellidarse LeBarón
Zósimo Camacho - Revista Contralínea - Columna Zona Cero 8 Nov - 2019 Fue un crimen atroz. La masacre cometida contra la familia LeBarón el pasado 4 de noviembre, en la que resultaron asesinadas tres mujeres y seis niños inocentes, es una tragedia que marcará el presente sexenio. Los criminales se cebaron en seis personas inermes, totalmente vulnerables. Lo peor es que no se trata de la única masacre cometida contra personas inocentes en la región. Y no nos referimos solamente a la violencia desatada por la ineptitud de Felipe Calderón desde 2006, que envolvió de luto a millones de personas. Ni a la “guerra” continuada de Enrique Peña Nieto. Nos referimos a matanzas ya ocurridas en este año en la misma zona y en las que estuvieron involucrados los mismos grupos delincuenciales que apenas hoy se han vuelto famosos, aunque desde hace años gobiernen y decidan el destino de miles en la sierra que comparten Sonora, Chihuahua y Sinaloa. Sólo como muestra citamos lo documentado en este espacio el 3 de julio pasado: “Tesopaco, Sonora: la masacre que nadie vio”. Dimos cuenta de una matanza de decenas de personas. Un grupo de la delincuencia fue a cebarse con el pueblo de Tesopaco luego de haber sostenido enfrentamientos, el 19 de junio, con sus rivales igualmente despiadados. 21
Entonces señalamos que no se trataba de un hecho aislado; que tanto enfrentamientos entre delincuentes como ataques a la población civil sucedían con una desesperante frecuencia ante la inacción de las autoridades. “No hay registro de la mayoría de estas matanzas. Los deudos, cuando pueden, recogen los cuerpos y los despiden casi en secreto”. Resulta que los implicados en esos enfrentamientos y masacres son desde hace tiempo los mismos actores: el brazo armado del Cártel de Sinaloa, conocido como Gente Nueva, y el brazo armado del Cártel de Juárez, llamado La Línea. Se trata de verdaderos ejércitos privados incluso con divisiones (ver “Los ejércitos del Cártel de Sinaloa”. Como hemos señalado, cada organización cuenta con cientos de hombres bien pertrechados y capacitados para utilizar fusiles de asalto AK47 y R15, fusiles Barret calibre 50, morteros y lanzagranadas. Los fundadores de Gente Nueva y de la Línea fueron militares de elite cooptados por los cárteles. Tales militares (algunos con entrenamiento kaibil) fueron los encargados de reclutar y entrenar para la delincuencia organizada a cientos de jóvenes, muchos de ellos menores de edad. Fuentes de la comunidad de inteligencia consultadas identifican, en específico, a las facciones enfrentadas por el control territorial en la región. Por parte de Gente Nueva, se trata de Los Salazar (conocidos como los Salazares, así en plural, en las localidades serranas) y Los Jaguares. Por parte de La Línea, la facción Los Sixtos. Con respecto de Los Salazar, el actual líder es Crispín Salazar Zamorano. Aunque opera en toda la parte serrana de Sonora y parte de Sinaloa, esta familia es originaria de Chihuahua. El líder fundador, preso desde 2011, es Adán Salazar Zamorano, hermano de Crispín. Esta facción fue la encargada de asediar el norte de Sinaloa y apoyar a los de la Sierra de Badiraguato para obtener la liberación de Ovidio Guzmán el pasado 17 de octubre. Su líder, según las fuentes vinculadas a inteligencia, tiene comunicación directa con el máximo capo actual del Cártel de Sinaloa: Ismael Zambada Niebla, el Mayo. 22
Los Jaguares operan más al norte y reciben su nombre del apodo de su líder, Francisco Arvizu Márquez, el Jaguar. Este personaje originalmente combatía para La Línea. Fue reclutado por Gente Nueva luego de que fuera traicionado por sus antiguos compañeros. Y es que al Cártel de Juárez le ocurrió algo similar a lo que le pasó al Cártel del Golfo con Los Zetas. A finales de 2017 y principios de 2018 el brazo armado del Cártel de Juárez, La Línea, se insubordinó a sus jefes y ahora se hacen llamar Nuevo Cártel de Juárez. No han podido hasta el momento arreglar sus problemas y hoy mantienen una guerra entre ellos. Por su parte, los Sixtos también derivan del apodo de un líder. Se trata de Julio César Oliva Torres, el Sixto, detenido el 15 de agosto de 2018. Es uno de los principales líderes de toda La Línea. Lo que queda claro es que no se trata de “células” del crimen organizado, como han dicho en las conferencias mañaneras tanto Alfonso Durazo (titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana) como el general Luis Crescencio Sandoval (al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional), el almirante José Rafael Ojeda Durán (cabeza de la Secretaría de Marina) y el general Luis Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional. Se trata de grupos armados con integrantes que se cuentan por cientos. Para la redacción del texto sobre la masacre de Tesopaco, tuvimos acceso a videos donde se puede ver a alrededor de 110 integrantes de Gente Nueva lanzando arengas y vivas antes de un enfrentamiento con La Línea. Y tuvimos acceso a un video monstruoso donde, luego de la refriega, los ganadores torturan a los perdedores que habían quedado vivos. Los castran y les obligan a tragar sus propios testículos antes de degollarlos. Entre los que llevan a cabo estos actos deshumanizados, se encuentran adolescentes y jóvenes de entre 16 y 20 años de edad. Todo ocurrió en la misma región donde fueron atacados los LeBarón. La saña mostrada por los delincuentes, totalmente drogados, es irracional, estéril, estúpida. Crímenes de una crueldad difícil de imaginar. 23
En la sierra se habla de masacres, incluso, de decenas de personas que nunca llegan a los titulares de los medios de comunicación. También aquí aplica el racismo y el clasismo. Los muertos de Tesopaco y de otras comunidades de la sierra sonorense, chihuahuense y sinaloense son indígenas mayos, yaquis, rarámuris, tepehuanos o campesinos pobres. Padecen en silencio desplazamiento forzado, esclavitud, violaciones, despojo. Y padecen por igual tanto a Gente Nueva (Los Salazar y Los Jaguares) como a La Línea (Los Sixtos). Ahora que una horrenda masacre alcanzó a la familia LeBarón hasta una controversia internacional se ha generado. Es importante que esta luz que se ha arrojado sobre la región alcance para ver a las demás víctimas de una violencia que se ensaña con los más vulnerables. Solidaridad y justicia para todos, sean blancos, mestizos e indígenas, y lleven el apellido que lleven.
Tercera carta abierta a Andrés Manuel López Obrador
Javier Sicilia - Revista Proceso - 18 Noviembre, 2019 Antes de que las mañaneras, la velocidad de la realidad y la inmediatez de los medios oculten lo que el atroz crimen de la familia LeBarón puso de nuevo ante la conciencia nacional: nuestra casa ensangrentada; antes de que tengamos otra tragedia que vuelva a sacudirnos, te escribo. Durante tu campaña, Presidente, prometiste hacer de la verdad, la justicia y la paz la agenda de la nación. Por desgracia dejaste a un lado esas promesas para poner en su lugar otras que carecen de sentido cuando el país está en llamas. A fuerza de reducir la erradicación de la violencia a abrazos y no balazos, y a un puñado de programas sociales destejidos de una verdadera y profunda política de Estado en materia de justicia transicional, la consecuencia de los abrazos es la misma que la de las balas: sufrimiento, indefensión y muerte. No se trata, como dijo Jacobo Dayán, de cuántos balazos o cuántos abrazos hay que dar para detener el horror. Las dos estrategias están equivocadas. Se trata de saber cuánto Estado se necesita para cons24
truir la justicia y la paz, y eso implica políticas de Estado profundas que tú, Presidente, prometiste hacer y no has hecho. Contra ello, te aferras a tu estrategia y pides paciencia. Pero los ciudadanos que padecemos todos los días, desde hace años, las consecuencias de la violencia, que vemos cómo sus llamas consumen nuestra casa y destrozan a nuestras familias, te decimos que ya no hay tiempo. Hace un año dijiste que gobernarías para todos y que juntos haríamos historia. Hace un año dijiste que la agenda fundamental de la nación serían la paz, la justicia y la seguridad. Hace un año, por lo mismo, nos firmaste un pagaré para que eso, que nos han robado los criminales y el Estado, nos fuera devuelto. Después de un año –con 30 mil asesinados que se suman a las centenas de miles de asesinados y desaparecidos de las otras administraciones, y con la masacre de los LeBarón– nos han devuelto el cheque con un sello que dice “fondos insuficientes”. Pero muchos mexicanos nos negamos a creer que el banco de este gobierno está quebrado, que las bóvedas del Palacio Nacional y de los palacios de gobierno no tienen fondos y están vacíos, saqueados por el crimen organizado y sometidos como nuestros caminos, nuestras calles, nuestras instituciones. Por ello voy a caminar de nuevo con lo único que tengo, mi dignidad, mi rabia y mi palabra, para decirte a ti y a los que quieran escuchar que la casa de todos sigue en llamas, que debemos abandonar el hábito –que nos inoculó la violencia– de insultarnos, descalificarnos, difamarnos, polarizarnos; que debemos sacudirnos la indiferencia bovina a la que, a fuerza de horror y miedo nos está reduciendo la violencia, hasta normalizar el crimen, y que sólo unidos podemos hacer posible lo único que importa: la verdad, la justicia y la paz. Voy a caminar para recordarnos y recordarte, Presidente, la imperiosa urgencia del ahora. Este no es momento para tomar el tranquilizante del gradualismo que nos pides. Nos están matando, desapareciendo, violentando de maneras cada vez peores. Es momento de cambiar la estrategia por una a la altura de la emergencia nacional y la tragedia humanitaria que padecemos. Sabes de sobra, 25
Presidente, que hay los elementos para hacerlo. Se pusieron sobre la mesa. Lo que falta es la humildad del que escucha y la voluntad política de quien gobierna. Sin el suelo de la verdad, la justicia y la paz –que pasa también por el respeto a las autonomías, a los pueblos indígenas y el fortalecimiento de las localidades– no habrá historia ni democracia, sino odio, sangre, fosas, fuego y cenizas. Voy a caminar para pagar una deuda con Julián LeBarón que, con su dolor a cuestas, caminó por la justicia, la paz y el sufrimiento de todas las víctimas de la nación, una deuda que crece en el país. Voy a caminar (pronto te diré el día) hasta el Palacio Nacional, hasta tu casa, la casa de todos, para cobrar el cheque que nos debes y el beso que me adeudas. Cada caminata, decía Thoreau, es una especie de cruzada que alguien predica en nuestro interior para que nos pongamos en marcha a rescatar la tierra de quienes la destruyen; es purificarse y purificar el camino; es negarse a aceptar que la patria se convierta en el rastro o el campo concentracionario al que el crimen, el miedo, la división, la sordera, las balas, el odio y la mentira quieren reducirla. Puedes recibirme o hacerme el vacío; puedes escucharme o descalificarme; puedes volver otra vez el rostro o darme el beso que nos hermana, puedo llegar solo o acompañado. No importa. Voy porque aprendí de Albert Camus que el poeta sólo se justifica a condición de que acepte, tanto como pueda, las tareas que constituyen la grandeza de su vocación: el servicio a la verdad, a la justicia, a la dignidad y a la libertad, y puesto que su tarea es mantener vivo el sentido no puede acostumbrarse a la mentira ni al sufrimiento. A pesar de mis flaquezas, la nobleza de mi oficio me obliga a caminar de nuevo para resistir y buscar otra vez, con quienes quieran, la verdad, la justicia y la paz que un día yo, tú y las víctimas acordamos, que olvidaste y que nos debes, nos debemos y te debes, Presidente. Vivimos tiempos de terror y signos de esperanza. Nosotros, pocos o muchos, no importa, hemos decidido darle la espalda al terror y caminar hacia ella. Tú qué decides, Presidente. ¿Caminarás rumbo al horror que tus primeros pasos han transitado o rumbo a la esperanza a la que un día nos llamaste y a la que hoy esta nación ensangrentada nos convoca? 26
La maldición minera amenaza de nueva cuenta a Morelos
Gilberto López Y Rivas La Jornada - 15 Nov 2019 El capitalismo extractivista, depredador, delincuencial y necropolítico no descansa en su afán de invadir territorios para el saqueo de recursos naturales de los pueblos, ahora con la piel de la oveja de la “sustentabilidad” (sic) e incluso, del “compromiso social” (sic), como los propagandistas de la empresa Esperanza Silver de México (subsidiaria de la canadiense Alamos Gold), de vuelta en el estado de Morelos, ofertan en el mercado de conciencias comunitarias y apoyos institucionales, con el viejo proyecto minero en el municipio de Temixco, en el que afirman querer invertir 10 mil millones de pesos. Paradójicamente, el lobo “sustentable” y “comprometido socialmente” viene acompañado de la mano del delegado federal de los programas de bienestar social, Hugo Eric Flores, quien lejos de preocuparse precisamente por el bienestar de pueblos y ciudadanos morelenses, declara que no ve “ningún riesgo en que entre en operaciones la minera porque se tiene que desarrollar la economía del país”, y que “la Secretaría de Economía está revisando los permisos de impacto ambiental y del cuidado de los recursos naturales”. Con toda pertinencia, el Movimiento Morelense contras las Concesiones de Minería por Metales y la Red Mexicana de Afectados por la Minería (REMA) hacen algunas precisiones al delegado de la Cuarta Transformación en Morelos, recordándole que la dependencia donde cobra “es en la Secretaría de Estado encargada del bienestar social” y no, al menos formalmente, como delegado-vocero y operador de conflictos de la corporación minera. Ya desde 2013, dimos cuenta del amplio movimiento ciudadano y de los pueblos en contra de este proyecto de minería tóxica, con comités de lucha que se formaron en Alpuyeca, Miacatlán, El Rodeo, Mazatepec, Cuentepec, Xochicalco, Coatetelco, diversas colonias en torno a la Unidad Morelos y Cuernavaca, cuyo objetivo fue impedir que se estableciera una mina a cielo abierto en las 27
proximidades de la zona arqueológica de Xochicalco, considerada patrimonio de la humanidad por la Unesco, y a escasos 12 kilómetros en línea recta de la capital del estado. Vuelvo a destacar sintéticamente las razones vigentes para oponerse a esa actividad minera: 1. La severa contaminación del manto freático, ríos y cuerpos de agua resultante de los procesos asociados a la minería con químicos altamente tóxicos. 2. El consumo desmesurado de agua y energía en una zona donde comunidades originarias y mestizas no tienen acceso suficiente a estos recursos limitados. 3. El vertido al aire de polvos con particulado tóxico que se dispersará más allá de donde se pretende establecer la mina. 4. La destrucción radical del hábitat con el daño a la biodiversidad de la zona, intensificando la deforestación ya considerable en Morelos. Sin embargo, la empresa ahora se anuncia como paladín de la “sustentabilidad ambiental” en inserciones pagadas en la prensa, pero irresponsablemente disfrazadas de “noticias”. Esa empresa y esaprensa necesitan un diccionario y de paso un poco de vergüenza. 5. El arrasamiento de suelo fértil que ha tenido hasta ahora una vocación agrícola. 6. La acumulación de material tóxico de desecho para futuros años, lo cual impacta las condiciones requeridas para la existencia de seres vivos a corto, mediano y largo plazos. 7. Los tajos abiertos cambiarán el paisaje en forma negativa, lo cual dañará al rubro del turismo y a quienes dependen de esa actividad.8. El perjuicio irreversible a la salud de las poblaciones originarias y mestizas afectables, en un radio que abarca y rebasa a las comunidades ubicadas en las concesiones o colindantes. 9. Las estrategias ya aplicadas por la compañía minera para comprar la adhesión de la comunidad de Tetlama han generado discordias y conflictos antes inexistentes, intra e intercomunitarios, incluyendo el soborno de autoridades locales para favorecer sus intereses. 10. La Esperanza Silver aplica desde hace años una estrategia deliberada de ocultamiento y falseamiento de información sobre los múltiples efectos nocivos de la minería intensiva. Esta desinformación sistemática tiene su apoyo en la ausencia de información objetiva hacia las comunidades por parte de las instancias gubernamentales, tanto a nivel federal como estatal y municipal. 11. La empresa, y quienes la apoyan abierta o solapadamente, han producido un cli28
ma de confrontación y descalificación en contra de ciudadanos y movimientos sociales que se oponen a la iniciativa minera. 12. La poligonal de la zona arqueológica de Xochicalco es afectable. Las estructuras y vestigios prehispánicos se encuentran en un sustrato geológico vulnerable. Por si ello fuera poco, siendo el área concesionada una extensión mayor de 15 mil hectáreas, el paisaje natural que le da sentido visual y geográfico al asentamiento prehispánico va a desaparecer. Hoy, como ayer y mañana, sí a la vida, no a la mina.
Sueño con serpientes
Lydiette Carrion - Pié de Página - La Trama Previa 15, Noviembre, 2019 A las serpientes se les suele relacionar con la maldad, pero también hay serpientes buenas. Aparecen en forma de culebritas o de rayos, a veces en los relatos infantiles y en ocasiones en las historias fundacionales de nuestras culturas prehispánicas El pequeño niño entrega a su mamá un dibujo hecho en la escuela. Tiene 3 años, así que se trata principalmente de manchones de crayola rojos, negros y una línea café que atraviesa ondulante toda la hoja. Un manchón más color verde, y unas bolas dibujadas con pluma. Como la mayoría de las madres, piensa que los manchones del hijo son la cosa más encantadora y llena de talento que existe. Pero debe reconocer que no tiene idea de qué se trata. –¡Oh, qué lindo está! ¿Qué es? –Eh, lo azul es una tormenta, como la lluvia de ayer. –¡Qué bien te quedó! ¿Y lo negro? –Son los truenos, los rayos, los que bajan del cielo. En efecto, el crayón azul se intercala con el negro. –¿Y la línea café? –Es una serpiente. Se va a meter a su casa. 29
A la mamá le extraña. Su hijo ha estado más interesado en peces, tiburones y autos. Coches de carreras. Incluso perros. Pero no en serpientes. El niño aclara: –Pero es una serpiente buena. No es de las malas. Es buena. [Esta anécdota es completamente verdad.] ** Elisa Ramírez Castañeda es una escritora que ha recopilado mitos y leyendas por los pueblos originarios de todo el país. En su libro “Héroes fundadores, reyes subterráneos y seres extraordinarios” habla de varios mitos, entre ellos, el de los rayos. Ella escribe: “El rayo está íntimamente asociado al maíz–como dueño que es de la lluvia”. Luego narra sobre los animales vinculados al rayo y la lluvia: sapos, culebras. Muchas veces pelean contra serpientes destructoras. Y muchas otras veces, los rayos cobran la forma de una enorme culebra. Rayos, culebras. Vinculados al agua, la fertilidad. Bajo esta forma, suelen casarse con mujeres. Había una vez un hombre que tenía una hija. Ya había muerto la mamá y él se volvió a casar. Pero esta mujer no quería a su entenada. En una ocasión la madrastra destapó un jicalpestle que la muchacha tenía bien escondido. Y de ahí escaparon muchas culebritas. Cuando la muchacha regresó se dio cuenta y salió a buscarlas. Recogió todas las que pudo encontrar, pero no fueron todas. Después de eso se fue muy enojada, con su jicalpestre bajo el brazo y no regresó. Cuando regresó el papá, y no vio a la hija salió buscarla. Después de tres días la halló en la Cueva del mar. –Hija, ¿por qué me dejaste? –Tú no tienes la culpa, papá. Es mi madrastra, quien así lo quiso. No quiere a mis hijos. Pero de aquí a ocho días iré a visitarte con tu yerno. –Hija, ¿te casaste ya? –Mira, papá, mi marido es Rayo… Cuando lo fue a visitar, la muchacha llegó del brazo de “una culebrota”. 30
Dice la gente que en la tierra tenemos culebras, por la mujer que destapó el jicalpestre. Si no lo hubiera hecho, no tendríamos culebras. [* Cuento mixe.] ** La madre observa por último las bolitas de pluma en un extremo de la hoja. –¿Y estas bolitas que son? –Es la popó de la víbora. Hizo popó. De excrementos y desechos, hablaremos otro día.
36 años de vida clandestina
Gloria Muñoz Ramírez - Los de abajo - La Jornada - 16 Nov 2019 Valorar los 36 años de existencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) no es un asunto ideológico, sino un acto de honestidad. Este 17 de noviembre cumple 10 años de vida clandestina y 26 de haberse dado a conocer con un levantamiento que movió el tablero de un país que se rego-cijaba, como hoy, en las mieles del neoliberalismo. No son más pobres en las demarcaciones zapatistas que antes de la insurrección, como lo difunden los conservadores. Son, en muchos sentidos, más grandes. La organización de las comunidades en rebeldía las ha dotado de un gobierno propio y de una estructura de justicia, educación, salud, medios de comunicación y cooperativas de comercio, además de un entramado que ha permitido, entre otros logros, que las mujeres mayas se desarrollen en múltiples disciplinas, se encuentren, se rebelen y luchen por sus espacios. Los y las indígenas de los pueblos fundadores del EZLN que en 1983 tenían entre 15 y 20 años, deben rebasar ahora los 50 o 60 años de edad, mínimo. Los niños de 1994 son jóvenes de entre 25 y 35 años, la mayoría casados y con hijos. Pero los que ahora se ven en las imágenes de los eventos públicos deben haber nacido 31
después de 2000. Son ellos y ellas los que ahora conforman sus estructuras de salud y educación, las promotoras que se ven con batas blancas y tapabocas; las que protagonizan bailes, obras de teatro y núme-ros musicales. Nuevos caracoles o centros de resistencia anunciaron los zapatistas hace tres meses. Hablaron entonces de su trabajo político organizativo, y remarcaron el trabajo de los jóvenes y de las mujeres que “asumen cargos y los empapan de su creatividad, ingenio e inteligencia”. Para más allá de su discurso, la realidad zapatista se impone. Su territorio sigue siendo el más seguro para transitar en todo el país, pues a pesar de la ominosa presencia castrense y de la ofensiva de proyectos que han impulsado absolutamente todos los gobiernos federales y estatales, su organización les ha permitido protegerse. Y crecer. Larga vida a la organización que dio vida hace 36 años. Y que no se escatime el reconocimiento. Es un asunto moral. losylasdeabajo@yahoo.com.mx
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CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 20 de noviembre de 2019