CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 22 de abril de 2020 1
La amenaza real
Gustavo Esteva - La Jornada - Lunes 20 de abril de 2020 La amenaza es real. Pero es otra. Desde que el virus salió de China se sabía que no es mayor problema para la inmensa mayoría de las personas. No sentirán nada o, cuando más, padecerán una gripa más o menos severa. Tendrán probablemente dificultades respiratorias quienes ya sufrían de problemas pulmonares por la contaminación industrial, como en Wuhan y Palermo, o por otros factores. La mayoría se curará en unos días. Unas cuantas, las que tenían ya una condición de salud delicada, requerirán tratamiento especial y algunas personas de este grupo morirán. Nunca se sabrá la verdadera causa de su muerte… pero se contabilizará en la cuenta del coronavirus, para aumentar el pánico. Ciertas personas son especialmente vulnerables, por su edad o por condiciones de salud delicadas. El número no es muy grande, pero es mayor que quienes cada año corren riesgos por la gripa de invierno. Una reacción apropiada hubiera sido organizarse localmente para cuidar a esas personas de la mejor manera posible. El papel del gobierno habría sido respaldar ese empeño, garantizando apoyo económico y atención médica a quienes les hiciera falta. En vez de eso, los gobiernos imitaron a China…, pero sólo en el confinamiento. Allá dieron prioridad a la gente, no a la economía, y el gobierno garantizó condiciones materiales de supervivencia y atención médica gratuita a todas las personas. Implementó esas decisiones a través de una amplia estructura organizativa. Era imposible imitar a China, donde se combinaba una tradición milenaria de disciplina del pueblo chino con un gobierno muy autoritario, que ejerce amplio control tecnológico sobre cada persona. Ningún otro gobierno podía garantizar a toda la gente la supervivencia y la atención médica gratuita. En forma atropellada se creó así un dispositivo ineficiente, injusto e inmoral. No logra hacer más lento el contagio, atiende a los infectados de manera racista y clasista, y de trasmano condena a una clase de personas a la muerte, las desecha. 1
El virus hizo evidente la manera ins ensata y casi criminal de tratar a personas de edad avanzada. En Italia murió la mitad de los ancianos de un asilo… que ya estaban en completo abandono. En casi todos los países empezaron a desecharlas disimuladamente. El gobierno mexicano fue el primero que lo convirtió en política pública abierta. Según su Guía bioética, preferirán a los jóvenes sobre los viejos. La amenaza real es un ejercicio autoritario sin precedentes. “La actual emergencia sanitaria –sostiene Giorgio Agamben– puede considerarse como el laboratorio en el que se preparan los nuevos arreglos políticos y sociales que esperan a la humanidad” (“Distanciamiento social”, Una Voce, 6/4/20, artilleriainmanente.noblogs. com.). “Podríamos salir”, según ‘Bifo’, “bajo las condiciones de un estado tecnototalitario perfecto” (Franco ‘Bifo’ Berardi, “Crónica de la posdeflación”, Mundo Nuestro, 19/3/20, http://mundonuestro.mx/index.php/ autores/item/2303-franco-berardi-bifo- cronica-de-la-psicodeflacion). Para Raúl Zibechi, “el militarismo, el fascismo y las tecnologías de control poblacional son enemigos poderosos que, aunados, pueden hacernos un daño inmenso, al punto que pueden revertir los desarrollos que han tejido los movimientos desde la anterior crisis” (“A las puertas de un nuevo orden mundial”, elsaltodiario.com). Muchas personas están actuando con libertad, por estrictas razones de supervivencia –tienen que salir a buscarla– o porque no aceptan vivir sin interacción humana. En vez de asumir el aislamiento, la separación, la subordinación a la pantalla y la instrucción, intensifican sus relaciones con otras y otros. Resisten en pequeños grupos la ola autoritaria que nos acosa y empiezan a producir juntos su propia vida, en redes con otros y otras que hacen algo semejante. Hay quienes, tal como Giap usó la máquina estadunidense de guerra para derrotarla, entran al territorio enemigo para destruirlo. El “ hackeo cultural”, por ejemplo, produce “narrativas insurrectas de código abierto” y defiende vida y territorio desarticulando “los sistemas de opresión un meme a la vez” ( https://hackeocultural.org/ wp-content/uploads/2020/04/Hackear LaPandemia-1.1 -HackeoCultural.pdf ). 2
Mientras se multiplican la imaginación creativa y la capacidad autónoma, así como la solidaridad con quienes nada tienen, millones presionan por volver a alguna forma de “normalidad”. Aprenden a vivir bajo una sociedad de control, obedeciendo sin chistar hasta las instrucciones más disparatadas. Cuelgan su alimentación de Uber Eats, Walmart y Monsanto, y exigen medidas policiacas contra quienes siguen su propio camino. Mientras gobiernos y corporaciones extienden sus tentáculos electrónicos de control, se forma desde abajo el caldo de cultivo social del ejercicio autoritario. Muchas personas empiezan a atacar o reprimir a quienes sólo pueden entender la vida como un ejercicio de libertad entre personas y comunidades. gustavoesteva@gmail.com
La inmunidad del inmóvil
Hermann Bellinghausen - La Jornada - Lunes 20 de abril de 2020 En estos días de dejar atrás las cosas hemos vuelto a todo. La reclusión, que puede o no ser una forma de soledad, nos regala tiempo, todo el tiempo disponible. Y, sin embargo, no alcanza. El día gira y de pronto ya anocheció, un poquito, mucho. Al fin, completamente. Y no hicimos esto por hacer aquello, dejamos inacabado ese encarguito ya-que-andas-en- home office (gran tendencia, modalidad de trabajo con enorme futuro. Para quienes conserven el trabajo. Para quienes conserven el futuro). Regresamos a la covacha de los cachivaches para descubrir la cantidad de inútiles trebejos que acaparan polvo y espacio. Los ropavejeros se la ven menos dura que otros en esta temporada de escasez laboral, cierre de comercios y decaimiento productivo. Todos tenemos un taladro roto, un pie de lámpara o un colchón que botar, cajas de viejas compras, cosas anacrónicas como periódicos atrasados, pares de tenis petrificados en sudor y lodo seco, cuadernos de tarea de los niños que a la sazón dejaron de ser niños. Una lata repleta de tornillos de tuerca, pero no una lata de tuercas. Armagedón para los somnolientos nidos de araña y, ¡sorpresa!, una madriguera de 3
ratones entre la petaca de papá y la gabacha de casetes sin casetes. Ropa de algún difunto, o nuestra, pero ya carente de sentido. Cansados de la vajilla de toda la vida con grecas chatas, la mitad desportilladas de las orillas, nos animamos a intervenirla con las pinturas indelebles de los niños y las garrapateamos de colores, aunque luego nos arrepintamos. El tiempo-pantalla parece incrementarse, pero no tanto como previmos. Enchufados ya estábamos a cuando mínimo dos o tres pantallas. Se incrementó, sí, el tiempo-nalga, pero sólo entre los sectores de la población antes dados al esfuerzo deportivo o condenados a la tunda de una mina, la construcción de una torre, un túnel, una autopista a través de territorios salvajes de indios hostiles. Trabajos serios, que no dejaban espacio para dar a las nalgas (y con ellas a los pies, las piernas, la cintura, los brazos) un paréntesis de asentamiento blando. En cambio ahora la disponibilidad abunda. De hecho los cojines de la sala pierden volumen y brillo. El sillón frente a la tele, que si no lo ocupa el abuelo el día entero se lo turnan la chiquillada, las señoras, hasta que llega papá con su háganse a un lado y así, en camiseta de tirantes y pantuflas, ocupa su tiempo-nalga, y por ese lapso el sillón vencido, abollado, deshilachado, vuelve a ser el trono del rey de la casa. A todas horas visitamos o nos visitan los fantasmas que hemos dado en llamar “amigos”. Intercambiamos con ellos fotos del pasado lejano. Nuestras infancias están de moda, y son más tiernas que nunca. Resucitamos a nuestros padres y madres cuando eran jóvenes y guapos, a nuestros abuelos que en paz descansen y aquellos días felices en la playa o los bazares de algún pueblo mágico. Y un dato duro, verificado científicamente sin sesgos ideológicos ni discriminación de género: entre más horas dedicamos a las conexiones, más ganas nos dan de insultar al prójimo, sean figuras públicas o ese pequeño imbécil que merecería refinados tormentos chinos o brutales aplastamientos de sesos, vísceras y “los aquellos” por mofarse de mis prístinos juicios en aforismos perfectos. ¿Qué pasará el día que nos volvamos a ver la cara después de habernos dicho hasta de lo que nos íbamos a morir? En este segmento de la población también se ha detectado que el empobrecimiento verbal, ya contagioso desde 4
antes, se acelera drásticamente, pero se compensa con tal cantidad de monitos agitados y Travoltas envaselinados o desconcertados que no se puede hablar de vacío, antes bien de un horror vacui neobarroco de alcances incalculables y ya en poder del algoritmo, nuevo deus ex machina del destino humano. Rulfianamente escuchamos algo inédito: el silencio. Hemos vuelto al insomnio, o a los sueños prolongados y con final. Mascarillas para el exterior, donde acecha un extraño enemigo. También están los que se ríen de la muerte y retan las nuevas reglas de distanciamiento físico. Los que se resisten a cambiar sus modales, los que necesitan sacar varo de donde puedan, los creyentes de algo tipo: “ni modo que por andar en su procesión me vaya a perjudicar Jesús crucificado”. Los que confunden al gobierno con la realidad. Los que no soportan un minuto más en el departamento y salen a pasear el perro, aunque sea de peluche. Y por último, los que les vale madres. De todos modos, la vida no seguirá igual, ni siquiera para estos últimos que parecieran los más vacunados. Se volvió difícil seguir la indicación de Elías Canetti: “actúa como nunca volverías a hacerlo”. Pronto será necesario actuar como nunca lo hemos hecho.
La pandemia del desempleo y el negocio del rescate
Carlos Fazio - La Jornada - Lunes 20 de abril de 2020 Mientras en medio de un confinamiento cuasi global de masas, las grandes corporaciones mediáticas y de la tecnología digital nos suministran a diario el macabro conteo de los muertos por y con el Covid-19, en las sombras, un puñado de oligopolios de las industrias financiera y bancaria se frota las manos con el “negocio del rescate”. Ante la emergencia del “año de la peste” con su caótica danza de las cifras (Mike Davis dixit), el papel de un reforzado Estado interventor ha vuelto a ocupar un lugar central y muchos economistas avizoran que a la salida de la pandemia ya nada será igual. 5
Que sucumbiría el “Estado nana” neoliberal −como lo llamó Noam Chomsky hace 20 años− que privatizó y concentró las ganancias en el llamado 1% y socializó los costos; que ante la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial, ese p od eroso Estado de bienestar al servicio de la plutonomía (Citicorp), que sujeta a la disciplina del mercado a los pobres y los trabajadores, mientras redistribuye la riqueza de abajo hacia arriba, tendrá ahora que cambiar. “La gran transformación” fue el lema del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, en 2012, que según su entonces presidente, Klaus Schwab, obligaba a buscar nuevos modelos de poder político, económico y social, un crecimiento sostenible y la creación de empleo, mientras continuaban los efectos de la crisis financiera de 2008-09. Viniendo de Schwab, y dado que Davos es el centro neurálgico de la ideología que sustenta al capitalismo neoliberal, no dejaba de ser un cínico guiño intelectual a Karl Polanyi, quien en 1944 escribió La gran transformación. En su obra, Polanyi predijo una “crisis de civilización” y refirió que tras la Gran Depresión (crac de 1929), todos los regímenes de la época –fuera la Alemania nazi, el estalinismo soviético o el New Deal de Roosevelt− coincidieron en descartar el laissez-faire (la doctrina de “dejar hacer, dejar pasar” caracterizada por una abstención de dirección o injerencia gubernamental en los asuntos económicos), y lo que siguió fue la Guerra Civil española, las invasiones a Etiopía y a China y la Segunda Guerra Mundial, con su deriva, la caída del patrón oro, el equilibrio de las potencias, el Estado liberal y el mercado autorregulado, que habían regido el mundo durante los anteriores 100 años. Tras la “crisis del Covid-19”, ¿qué caerá ahora? ¿El dólar? ¿El capitalismo financiero? ¿La hegemonía de Estados Unidos en el mundo? ¿O la reforzada intervención del Estado llevará a una reorganización hegemónica del capitalismo tutelada por EU, China y Rusia, con una criptomoneda global y una nueva élite financiera trasnacional? ¿A un reforzado Estado panóptico digital, de vigilancia y castigo masivo militarizado urbi et orbi y con el distanciamiento social como paradigma? ¿ De la mano de próximas pandemias surgirán nuevas tesis r eaccionarias neomalthusianas? 6
Según el Instituto de Finanzas Internacionales, el endeudamiento mundial alcanzará 265 mil millones de dólares en el primer trimestre de 2020. Y debido a que las medianas y pequeñas empresas nacionales son los últimos eslabones de grandes cadenas industriales y de suministro global, profundamente integradas e hiperespecializadas, la actual desconexión intracadenas de valor generará miles de quiebras. Así, de la gran depresión de 2020 −que venía incubándose desde 2018 y el Covid-19 sólo vino a agravar− emergerá un nuevo fenómeno que cobrará muchas vidas: la “pandemia del desempleo”. Para el gran capital, el desempleo masivo significa población “sobrante”, no funcional y que puede “desaparecer”. Sólo de febrero a abril se perdieron en Estados Unidos 15 millones de empleos formales y la Reserva Federal (Fed) estima que otros 47 millones de puestos de trabajo se perderán en el segundo trimestre del año; lo que de manera conservadora significaría una tasa de desempleo de 32 por ciento. A su vez, los estados, las instituciones y el ciudadano de a pie dependen en gran medida de la banca privada para desarrollar tareas básicas, como pagar (o cobrar) salarios, pensiones y prestaciones por desempleo o recaudar impuestos, establecer una empresa, ob tener una tarjeta de crédito o acceder a una vivienda mediante alquiler o hipoteca. Es previsible que en la inmediata pospandemia las bancarrotas estarán a la orden del día, y para que las grandes corporaciones financieras davosianas y los megabancos de la plutocracia puedan seguir acumulando vía la “economía de casino”, los estados “nana” utilizarán fondos públicos para salvarlos –socializando las pérdidas y privatizando las ganancias− y la industria del rescate, con sus malas prácticas y conflictos de interés, volverá a hacer su agosto. Es el caso de BlackRock, la mayor firma de gestión de activos del mundo −que además opera a dos bandas como consultora de bancos y gobiernos, el de México incluido−, que ha sido llamada por la Reserva Federal para gestionar de 6 a 10 billones de dólares de bonos y compras de activos respaldados por hipotecas. La división Financial Markets Advisory, que realiza labores de consultora, actuará como gestora de inversión de dos vehículos respaldados por la Fed que comprarán deuda corporativa y un programa que 7
comprará activos respaldados por hipotecas, emitidos por agencias gubernamentales. Con lo que BlackR ock y su director, Larry Fink –que controlan más de la mitad de las cuentas de pensiones en México− se beneficiarán (ya que podrían invertir en esos activos), cayendo en un virtual conflicto de interés, como sugirieron The Wall Street Journal y el Financial Times.
Abandono a migrantes en fronteras
Gloria Muñoz Ramírez - La Jornada - Los de abajo Sábado 18 de abril de 2020 La propagación del Covid-19 y la falta de apoyos y medidas institucionales está poniendo en riesgo la vida de miles de migrantes en las fronteras norte y sur del país. La situación es alarmante. El Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM) denunció que el pasado 11 de abril fueron literalmente abandonados por el Instituto Nacional de Migración (INM) en Villahermosa, Tabasco, cientos de migrantes centroamericanos que fueron deportados de Estados Unidos. La organización reportó desde el lugar, con imágenes y videos, la manera en que solos y sin recursos deambulaban por las calles a su suerte, desprotegidos y sin medidas sanitarias. Los y las migrantes de origen centroamericano ni siquiera pueden regresar a sus países, pues en la frontera de México con Guatemala se encuentran con los retenes militares del vecino país del sur que les impiden el paso a los hondureños, salvadoreños y nicaragüenses. Ni para atrás ni para adelante. El abandono sin cubrebocas, jabón, ni ningún tipo de medidas sanitarias, advirtió el activista Rubén Figueroa, del MMM, “es una negligencia porque los expone tanto a ellos como a la población”, por lo que llamó a la creación urgente de puentes humanitarios entre México y los países centroamericanos para que las personas puedan regresar a sus países de origen con las debidas condiciones de seguridad. La casa del migrante “La 72” ubicada en Tenosique, Tabasco, ha prestado auxilio a los migrantes que llegaron a sus instalaciones, pues el virus y la delincuencia organizada los acechan, además de 8
las altas temperaturas que han rebasado los 40 grados centígrados. Y en las estaciones migratorias la situación no es mejor, razón por la que más de 40 organizaciones presentaron un amparo ante juzgados de distrito en materia administrativa de la Ciudad de México contra las omisiones cometidas para salvaguardar la salud, física y emocional, e integridad de las personas migrantes y solicitantes de protección internacional detenidas en las estaciones y estancias provisionales migratorias del Instituto Nacional de Migración (INM) ante contingencia sanitaria por Covid-19. www.desinformemonos.org - losylasdeabajo@yahoo.com.mx
Ética del Comité de Bioética
Gabriel Vargas Lozano*- La Jornada - Sábado 18 de abril de 2020 El pasado 13 de abril, el Comité de Bioética de la Secretaría de Salud emitió una Guía bioética de asignación de recursos de medicina crítica. En ella se abordan una serie de temas de gran importancia que deciden sobre la vida o la muerte de los pacientes. Son criterios que se establecen para la asignación de los ventiladores mecánicos a pacientes de Covid-19 en estado grave. Se trata de un problema ético de suma importancia. Frente a ello, en la “Guía Bioética” se descartan algunos criterios como el orden de llegada al hospital, el sexo, afiliación política, riqueza o discapacidad, pero en cambio, la comisión propone lo siguiente: 1) ante dos pacientes en iguales circunstancias y la existencia de un solo un ventilador, se considera que decida “el azar”. En otras palabras, la vida o muerte de un paciente se decide por “un volado”. 2) “si los pacientes requieren de ventilación mecánica, pero uno de ellos, dada una comorbilidad, se tardará el doble de tiempo en recuperarse “dos semanas en lugar de una”, entonces el ventilador se debe asignar –según la guía– al que no tiene la comorbilidad, ya que se tardaría la mitad del tiempo en recuperarse. Así –dicen– “el ventilador podrá utilizarse para otras vidas”. Si la prognosis es similar, pero hay diferencia de edad: uno tiene 80 años y otro 20, se afirma que “el primero vivirá siete años y el segundo 65”, por tanto, se deberá preferir al segundo. 9
Así que si usted llega al hospital con los síntomas del contagio por coronavirus, es de la tercera edad y tiene alguna enfermedad crónica, puede ya irse despidiendo de este mundo. Pero además, los redactores de la guía agregan: “¿por qué debemos considerar la muerte como algo malo?”. Estoy estupefacto por la argumentación y por su pretendida justificación. Se trata de la aplicación de la ética utilitarista en su peor interpretación. En efecto, se cita al filósofo inglés Jeremy Bentham, quien sostenía que “debería darse en la sociedad la mayor felicidad (placer) posible para el mayor número de personas”. Curiosamente, John Stuart Mill sostiene atinadamente que no sólo hay que considerar la cantidad sino la calidad y, por tanto, hay placeres superiores como el intelecto, la imaginación, los sentimientos y otros. Me gustaría saber cuál es la posición de la comisión de bioética frente a la tesis de Mill. La aplicación pura y dura del utilitarismo es la más simple, pero también la más deshumanizada y cínica. Lo que me pregunto es, ¿cómo es posible que la Comisión de Bioética, después de recomendar dejar morir a determinados pacientes, se pregunte si la muerte es algo malo? Claro que es algo malo si lo que se está recomendando es un asesinato. Este es un problema que debería ser tratado por la Suprema Corte de Justicia. En todo esto hay un problema de fondo: la política neoliberal aplicada a la salud y a otros sectores, como la educación, priorizó a la iniciativa privada y abandonó la función social del Estado. Es por ello que desde hace mucho tiempo hay una profunda crisis en el sistema hospitalario. Por otro lado, la guía no la aprobó el Consejo General de Salud, y la UNAM se ha deslindado ya, afortunadamente, de su contenido, pero habría que decir que debido a la presión mediática, ahora el secretario ejecutivo del Consejo de Salubridad General, José Ignacio Sánchez Preciado, declara que el documento difundido “era un borrador”. Yo lo que creo es que si hubiera sido así se habría difundido y solicitado opiniones de los ciudadanos. Lo que yo creo es que “el borrador” refleja su verdadera posición. Se podría argumentar que esta situación es inevitable en condiciones de catástrofe, pero el Estado no puede legitimar tesis como ésta y menos un gobierno que ha proclamado que “primero, los pobres”. Ade10
más, el problema ético no se reduce a los ventiladores, sino a todas las necesidades vinculadas a la atención hospitalaria.Por tanto, la solución del crudo pragmatismo que se traduciría en: eres útil y joven, mereces que el Estado te salve. ¿Has perdido tus facultades por la vejez y eres pobre? mala suerte. ¿Eso es humanismo? ¿Es un reconocimiento a los seres humanos que dieron su vida y su trabajo a la sociedad? ¿Es el reconocimiento a las personas más débiles y desprotegidas? ¿Es justo que a los médicos se les otorgue el papel de emperadores en el coliseo romano levantando el dedo para decidir la vida o la muerte de una persona y no el de salvadores de vida como deberían ser? No ignoro que el dilema es difícil, pero debe ser resuelto de otra manera y esa guía debería ser radicalmente modificada desde otra perspectiva y con otros criterios. * Profesor investigador del Departamento de Filosofía. UAM-I
Con Covid-19: Tren Maya va
Violeta R. Núñez Rodríguez* - La Jornada - Sábado 18 de abril de 2020 Millones de personas queremos un cambio radical (de raíz), como lo expresó Andrés Manuel López Obrador (2018) al ganar la Presidencia, que modifique la situación indignante de pobreza y marginación que vive una inmensa mayoría de mujeres y hombres en este país, sobre todo los pueblos campesinos e indígenas. Pero no sabemos si dentro del gobierno actual, tan diverso y de múltiples orígenes, todos quieren esta transformación. Esto lo digo porque estamos a unos días de que inicie la fase de construcción del primer tramo del Tren Maya y las autoridades responsables nunca presentaron una manifestación de impacto ambiental (MIA), mucho menos una social, cultural y arqueológica. Su argumento es que ya están las vías y que, por tanto, el impacto ambiental ya está hecho. Sin embargo, este es un proyecto nuevo que implica la edificación de nuevas vías y 30 estaciones. No obstante, el tren comenzará sin una MIA del proyecto en su conjunto, que sin lugar a dudas tendrá múltiples impactos. ¿Esto es parte de la transformación? Sólo conocemos la versión pública del Análisis costo-beneficios ACB (2020), como si sólo se tratara de un nego11
cio empresarial. En donde por cierto, se señalaron riesgos (de liberación de derecho de vía, geológicos, arqueológicos, de interfase y de demanda, entre otros) que hasta la fecha no conocemos cómo se van a solventar. Algunos de ellos, con la gran recesión que se avecina, producto del Covid-19, se podrían intensificar. Aunado a esto, especialistas que trabajan con el instrumento bursátil propuesto para financiar parte del Tren Maya, los fideicomisos de infraestructura y bienes raíces (Fibra), insisten que en este momento no le ven viabilidad (H. Calzada, Rankia LATAM –2020– y Jorge Castañares, Xpertha Capital –2020–), no sólo por la crisis económica que viviremos (ya empiezan a colapsar los Fibra), sino porque hay una gran incertidumbre sobre la propiedad social. Todavía existe la gran duda de si la Ley Agraria, permite que los ejidatarios aporten sus tierras a los Fibra, para ser socios. Desde la perspectiva del procurador agrario de la nación, Luis Hernández Palacios (2020), esto no es posible, porque la ley sólo prevé asociaciones agrícolas, ganaderas o forestales. Pero parece que esto no ha sido escuchado por la autoridad responsable del Tren Maya. Claro que, como me lo manifestó Castañares (2020), podrían cambiar la ley para que dicha asociación sea posible, una práctica que ya vivimos durante los diversos gobiernos neoliberales. Se argumenta que no hay dinero, y que por eso tiene que arribar la inversión privada, que no está demás decir que el fondo del problema no es si hay inversión privada o no, sino el tipo de instrumento financiero, que sostengo implica la financiarización de la tierra ejidal. La pregunta es si nada dice y significa la propiedad social. Recordemos que ésta fue producto de una revolución, que transformó la estructura agraria (1 por ciento de la población, poseía 97 por ciento del territorio –Stavenhagen, 1982–). Sé que dirán que el ejido está en crisis. Sí, porque deliberadamente los gobiernos neoliberales lo intentaron matar y desaparecer. No lo lograron, 50 por ciento de la propiedad de la nación sigue perteneciendo a ejidos y comunidades agrarias (RAN, 2019). En este sentido, la gran preocupación, que también se manifestó en el proceso de “consulta” (ver actas de asambleas), es qué pasará y cuál será el destino de las tierras ejidales, aunado a los impactos ambientales, arqueológicos, culturales que inevitablemente se vivirán por la llegada e incremento de millones de turistas como se proyecta (según el docu12
mento de ACB –2020–, se habla hasta de 50 millones de turistas). Qué hacer ante esto. Los pueblos del sur lo decidirán, pero es urgente apropiarse, no sólo del proyecto (porque se les prometió que sería su tren), sino más que nunca, de sus territorios a fin de quelos especuladores inmobiliarios no se apropien en un futuro de sus tierras, que insisto, los analistas financieros expresan que esto ocurrirá. Además, para los empresarios será extraordinario el Fibra, ya que tiene un beneficio fiscal, la exención de impuesto sobre la renta (Ley del ISR). ¿Este será el cambio? El sur tiene que transformarse. La pregunta es si es aceptable, con una visión colonial, que se les debe “llevar el desarrollo”. De esto ya se sabe mucho. Es al sur, a donde el Estado mexicano dirigió más recursos para el supuesto “combate” a la pobreza (Chiapas es emblemático – ver Presupuesto de Egresos de la Federación, desde 1990–). También en el sur, a lo largo de la historia, se desarrollaron grandes proyectos (madereros, chicleros, caucheros, henequeneros, turísticos), avalados o impulsados por el propio Estado y por las empresas, sobre todo vinculadas al mercado mundial. Así que el sur no es que sea “pobre” porque ha estado abandonado, sino más bien es el resultado de un proceso continuo de explotación de sus recursos naturales y de la mano de obra (desde la Colonia), que esperamos no continúe. *Profesora-Investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco. Autora del libro Minería mexicana en el capitalismo del siglo XXI
Indígenas en el corazón del Bronx
Abel Barrera Hernández* - - La Jornada - Viernes 17 de abril de 2020 En 1980 doña Amelia decidió salir de Ixcateopan para ir en busca de su hijo Jesús a Nueva York. Su esposo prefirió conseguir el dinero para pagarle al coyote y quedarse en casa con cuatro hijas y tres hijos. Fue de las primeras mujeres de La Montaña que cruzaron la frontera. La travesía por el desierto de Nogales puso a prueba su resistencia y el gran amor por su primogénito. Caminó toda la noche hasta el punto conocido como El Levantón para llegar a 13
Phoenix, Arizona. Tomó un vuelo a Nueva Jersey y buscó a la hermana de una amiga que vivía en Manhattan. Ahí permaneció dos semanas. Su esposo le llamó de la caseta telefónica del pueblo para informarle que Jesús ya se había comunicado. Para doña Amelia, su ida a Nueva York fue un viaje sin retorno. Ella misma se encargó de que sus demás hijos e hijas optaran por vivir en el Bronx. Fue una gran bendición que una familia de Nueva York, al mismo tiempo que le dio trabajo, le ofreció un lugar para vivir con ellos en Manhattan. Permaneció más de 35 años en esa casa. Demostró a sus patrones la valía de una mujer sencilla y muy responsable en su trabajo. Sólo los domingos convivía con sus hijos e hijas y sus nuevas familias. La primera oleada de jóvenes indígenas de La Montaña se dio con el final del reparto agrario y el proceso de privatización de la tierra, que transformó a los pequeños productores en trabajadores asalariados. Los arquetipos de la vida rural circunscrita a la parcela y a la milpa fueron remplazados por la galopante migración a las ciudades y el trabajo asalariado. Este proceso de asalarización de la comunidad rural se aceleró por el impacto de la globalización, que excluyó a las poblaciones rurales y urbanas de los meganegocios. Su precarización minó su economía basada en la producción de alimentos. El trabajo agrícola temporalero compensado con los ingresos provenientes del tejido del sombrero de palma, la elaboración de huipiles, las lacas, la alfarería, el pastoreo de chivos y el destilado del mezcal dejaron de ser actividades relevantes para las nuevas generaciones de La Montaña, que ya no tuvieron acceso a la tierra. Encontraron en los surcos de las agroindustrias una nueva forma de sobrevivir. Las comunidades de La Montaña se erigieron en proveedoras de mano de obra barata, tanto en las empresas agrícolas del norte del país como en la sierra de Guerrero, con el cultivo de enervantes. La mixteca guerrerense siguió los pasos de las comunidades de la mixteca poblana, que se instalaron en la avenida 96 de Manhattan. La segunda oleada migratoria fue hacia Tijuana, para enrolarse en los campos agrícolas de Madera, California. Fue un gran atractivo este cruce fronterizo por la cercanía con el valle de California, donde podían habitar. 14
Los jóvenes que habían trabajado en los campos agrícolas de Sinaloa se deslumbraron con las ofertas de trabajo de Nueva York. Dejaron de ir a los surcos fronterizos para contratarse en los restaurantes, hoteles y empresas de la construcción. La migración de las mujeres se intensificó en los 90, para enrolarse en las labores domésticas. Tlapayork fue el nombre que se popularizó en la región, por el éxito económico que lograron varios jóvenes indígenas y mestizos de los 19 municipios de La Montaña. Trescientos dólares que llegan como remesas a las familias indígenas que sobreviven del tlacolol son su tabla de salvación. Los jóvenes que han podido ahorrar compran algún terreno en Tlapa, construyen su casa, se hacen de un permiso de taxi o ponen una tiendita. Es el modus vivendi del migrante exitoso, quien orgullosamente anuncia en el parabrisas de su camioneta “gracias a la virgen de Juquila”, porque es la que les hizo el milagro de cruzar el río Bravo o el desierto de Arizona. Hoy las avenidas 116 este y 116 oeste de Manhattan, así como las avenidas Roosevelt de Queens y Grand Concourse del Bronx están pobladas de familias me’phaa, na’savi y nahuas de La Montaña. En medio de los rascacielos recrean su identidad con sus mayordomías y fortalecen sus lazos comunitarios. Es la diáspora de los pueblos de La Montaña, que se han trasplantado para revitalizar la cultura del maíz que añoran. Del 27 de marzo al 14 de abril se han registrado 13 defunciones a causa del coronavirus de migrantes indígenas que viven en Nueva York: 10 hombres y tres mujeres, la mayoría del pueblo na’savi y de los municipios mixtecos. No sólo enfrentan los estragos de la pandemia, que los ha invisibilizado ante las autoridades estadunidenses, sino el miedo de salir muertos de un hospital. No han podido pagar la renta de abril y se han quedado sin trabajo y sin dinero. El sufrimiento en Nueva York se resiente crudamente en La Montaña. Ya no llegan las remesas y sólo las noticias por Facebook, que reportan los casos de jóvenes que están muriendo. Doña Amelia forjó su vida con sus hijos y sus nietos en el Bronx; ya no le alcanzaron las fuerzas para vencer el coronavirus. El sábado 12 de abril murió en la calle Kelly de su barrio querido, La Montaña de asfalto. Nunca imaginó que sus hijos no encontrarían 15
funeraria ni un lugar dónde sepultarla, mucho menos que su cremación costaría mil 700 dólares. Dejó La Montaña para encontrar a su hijo Jesús, y demostró que los indígenas tienen la capacidad para vivir en el corazón del Bronx. *Director del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlacinollan
El hombre navajo que se transforma en lobo
Lydiette Carrión - piedepagina.mx - La Trama Previa - 17 abril, 2020 Como humanos, los hombres navajos tienen prohibido relatar matanzas o cantar determinadas melodías. Ahora, al ser lobos pueden hablar de muerte y sangre. Para ser maestros de la guerra y la cacería deben transmutar. Noviembre en el país Navajo, altos desiertos al norte de Arizona. La luna se ha vuelto más grande, las noches más frías y los cielos más transparentes. Caen las primeras nieves. Se acerca el invierno, cuando los lobos parecen disfrutar más de aullar por las noches. Inicia la cacería ritual de venado, el camino del lobo le llaman.Entonces, un puñado de hombres –pueden ser cuatro y hasta 10– deben cambiar de piel y convertirse en lobos. Para ello entran a un baño de vapor ritual, algo que más al sur llamamos temazcal: Vapor piedras ardiendo que sisean al contacto con el agua. Los hombres cantan y rezan y se sumergen en un mundo anterior al nacimiento, un mundo de dioses animales, y piden al lobo que les preste sus cualidades para matar. Como humanos, tienen prohibido relatar matanzas o cantar determinadas melodías. Ahora, al ser lobos pueden hablar de muerte y sangre. Aúllan cuatro veces al norte para prevenir el mal clima; aúllan para comunicarse entre ellos, para celebrar la matanza de una presa, comen como lobos, duermen como lobos, en descubierto; cazan en manada, persiguen su presa hasta cansarla. Los hombres serán el “Gran Trotador”, como lo llaman. Así lo describe el académico Steve Pavlik en su ensayo “Will big trotter reclaim his place? The role of the Wolf in Navajo Tradition”. Pasada la luna llena de diciembre, termina la cacería. Los 16
lobos realizan un temazcal, se limpian de la muerte, cambian de piel y regresan a la tribu convertidos otra vez en humanos. Pueblo Navajo, norte de Arizona. Pero puede ser Nuevo México, Texas, Durango. El lobo mexicano vaga ahí donde encuentra bosques, agua y manadas de venados o bisontes. Las historias en torno al Gran Trotador varían pero no demasiado, los pueblos originarios del norte de México y el sur de Estados Unidos saben que es un maestro, un dios. Incluso hacia el sur, en Teotihuacán, hay ofrendas con cráneos de lobo o cuetlachtli “animal que ataca”; dicen que éste es maestro de la guerra. Pero el hombre blanco tiró un hechizo: convirtió al maestro de la guerra colectiva en demonio. Demonio cristiano. Este miércoles 22 de abril, vía Facebook, se realizará el estreno mundial del documental al estreno del documental “#LoboMexicano. El regreso de una especie de la extinción”. La cita es a las 5:30 p.m., en el Facebook de Especies en Riesgo. #ConservarParaVivir
Dos vidas: una balanza
María Teresa Juárez - piedepagina.mx - 16 abril, 2020 Justo antes de arribar a la Fase 3, nos cae como un balde de agua helada uno de los temas que más escapa a nuestra posibilidad de decidir e incidir: la ponderación de una vida sobre otra. La edad no puede ser el único factor. Necesitamos enfoque feminista e interseccional ante el covid-19 Ante la previsible escasez de atención hospitalaria y ventiladores: ¿Qué vida prevalecerá? En el documento: Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica -en su versión del 10 de abril-, ahora llamado: Pro17
yecto Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica, emitido por el Consejo de Salubridad General (CSG), menciona en el apartado dedicado a la Bioética y la Respuesta al covid-19: “La escasez de bienes que pueden beneficiar a pacientes es algo común dentro de la práctica médica. Por ejemplo, tanto en países desarrollados como en países en vías desarrollo existe una escasez de órganos para trasplante. En países en vías de desarrollo existe una escasez de camas de cuidados críticos en zonas rurales. Y no es raro escuchar que aún en las grandes ciudades de dichos países existe escasez de equipo de medicina crítica, por ejemplo ventiladores mecánicos”. Y continúa: “La escasez de estos recursos nos obliga a preguntarnos cómo se deben de asignar cuando dos o más pacientes los necesitan. Por ejemplo, a quién se le debe de asignar una maquina de oxigenación por membrana extracorpórea, cuando tenemos dos pacientes que se pueden beneficiar de ella. La respuesta a esta pregunta no es obvia, y existe una amplia literatura bioética al respecto. Dado que los recursos escasos a asignar generalmente se requieren para salvar vidas, a su asignación a veces se le considera como elegir quién morirá. Sin embargo, esta evaluación del acto de asignación de recursos escasos es errónea en la mayoría de los casos. Es errónea porque la intención detrás del acto de asignar recursos escasos es elegir quién sobrevirará. La muerte, o daño que sufre, el otro paciente(s) se prevé pero no se busca intencionalmente”. Antes de continuar, habrá que tomar en cuenta que este documento aún no se considera como versión final. En un comunicado emitido el jueves 16 de abril de 2020 se lee textualmente: “Toda vez que el Consejo de Salubridad General se encuentra en sesión permanente el PROYECTO DE GUÍA PARA ASIGNACIÓN DE RECURSOS EN SITUACIÓN DE CONTINGENCIA se presentará a la consideración de las señoras y señores vocales y, en su caso, de ser aprobado, se publicará en el Diario Oficial de la Federación”. Habrá que observar modificaciones y consideraciones éticas particulares para su ejecución. Sin embargo, al hacerlo público -con alcances reales en este momento de crisis-, habrá que di18
lucidar su repercusión y abrir el diálogo, simplemente… porque nos afectará irremediablemente. Aunque ya había algunos documentos relativos a la ética en la práctica médica y científica desde la posguerra y en el periodo más notable del descubrimiento del Genoma Humano, la bioética es una vertiente relativamente nueva. En el Diccionario Latinoamericano de Bioética de la UNESCO, sitúa su trascendencia teórico-práctica hacia finales del siglo XX. Es hasta el año 2005 que se redacta la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos. En este documento se define la bioética como aquella rama del conocimiento que: “Se ocupa de las cuestiones éticas relacionadas con la medicina, las ciencias de la vida y las tecnologías conexas aplicadas a los seres humanos, teniendo en cuenta sus dimensiones sociales, jurídicas y ambientales. Busca reflexionar sobre problemas éticos y establecer juicios que puedan orientar la acción en sentido normativo-prescriptivo. Pero la reflexión y el juicio ético no pueden realizarse sin el adecuado conocimiento de la realidad y teniendo en cuenta las verdades que la medicina y las ciencias de la vida puedan haber alcanzado”. Es así que además del impacto económico, social, político y las repercusiones en el ámbito privado y el tema de los cuidados… justo antes de arribar a la Fase 3, nos cae como un balde de agua helada, uno de los temas que más escapa a nuestra posibilidad de decidir e incidir: la ponderación de una vida sobre otra. Hay una palabra clave en este escenario: Triaje La definición del Triage es un término de origen francés (del verbo trier, cribar u ordenar), se trata originalmente de un término militar que significa: seleccionar, escoger o priorizar. En medicina se refiere a un método de emergencias y desastres para seleccionar los pacientes que deben ser atendidos con prioridad, considerando las posibilidades de supervivencia. 19
Explicado de otra forma: ante la escasez de recursos y emergencia, este concepto sirve para seleccionar a la persona que tiene más posibilidades de sobrevivir. Estas posibilidades son la suma de varios factores como: *La edad, *El estado de salud previo *La gravedad del padecimiento en este momento A esto le agregaría: *La circunstancia de la persona: no es lo mismo una mujer de 60 años, cabeza de familia con 3, o, más dependientes económicos y de cuidados, versus un hombre de 30 años, violento, sin factores de co-morbilidad. El criterio etario no puede ser el único En este escenario: ¿se decidirá salvar al hombre de 30 años debido a que en el expediente no es posible indagar antecedentes como violencia de género?, ¿debería existir este criterio? Otra variante de esta misma línea reflexiva será la decisión del propio paciente: ¿cabrá la posibilidad de que un paciente menor de 30 ceda su lugar a una persona de mayor edad, y esta determinación sea respetada? ¿Si hay una mayor incidencia de muertes en hombres, se ponderará la vida de las mujeres, ya que ellas tienen mayores posibilidades de sobrevivir? Reiteramos: necesitamos enfoque feminista e interseccional ante el covid-19 Nuevamente refiero el enfoque de género e interseccionalidad: hoy más que nunca será de vital importancia reconocer factores como el género además de la relevancia social, comunitaria o familiar del paciente a evaluar. Y por supuesto, convocar a un grupo plural donde el feminismo tiene mucho que aportar. Por otro lado, la Convención Interamericana Sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores ha sido clara al señalar la relevancia de las y los adultos mayores en la sociedad contemporánea. Este documento fue publicado el 15 de junio de 20
2015 y entró en vigor el 11 de enero de 2017. Cabe destacar que este instrumento internacional aún no ha sido firmado por México. ¿Qué mecanismos existen para convocar a otras/os expertos que puedan aportar en la definición de mejores criterios en este momento tan complejo? Decidir quién tiene derecho a sobrevivir una vez que se le han asignado los recursos con los que se cuenta. La misma Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos reconoce que las decisiones relativas a la medicina, las ciencias de la vida y las tecnologías conexas pueden tener repercusiones en los individuos, familias, grupos o comunidades y en la especie humana en su conjunto. En su Artículo 19, establece las bases para la creación de Comités de Ética, los cuales deben promover y apoyar, a diversos niveles, Comités de Ética Independientes, multidisciplinarios y plurales, con miras a, como lo señala en su inciso C: “Prestar asesoramiento sobre problemas éticos en contextos clínicos.” Nuevamente, una decisión así, va en detrimento de “la otra vida”. Esto, siempre, representará un problema ético. No obstante, lo importante será que quien lo haga tome en cuenta varios elementos. Sería equivocado mirar sólo el criterio etário. Y también, sería una decisión catastrófica con repercusiones sociales, psicológicas y por supuesto, éticas. Al día de hoy, especialistas en medicina, bioética y derechos humanos han pedido que este proyecto sea sometido a consulta y revisión por un comité más amplio para tomar las mejores decisiones. En entrevista con W Radio el destacado médico y experto en bioética Arnoldo Kraus mencionó que ha habido diversos escenarios en los que profesionales de la salud han tomado decisiones basados en el triaje. Quizá, la diferencia es que hoy se abrió el debate público. Y bueno… me encantaría seguir escribiendo, por ejemplo… de cuidados paliativos. Si la ayuda no llega y tenemos que morir en casa… ¿qué recursos nos harán falta?, ¿cómo se garantizará nuestro derecho a bien morir?, ¿qué tipo de decisiones tomaremos? Ése será otro gran tema: hablar abiertamente de la muerte digna, así como sus alcances y recursos. Hasta la próxima. 21
La inspiración del Sindicato Revolucionario de Inquilinos
Daliri Oropeza - Pié de Página - Microfilme Postal - 15 abril, 2020 El primer movimiento urbano en México fue la Huelga Inquilinaria, que derivó en un sindicato nacional. Inició en Veracruz en 1922, fue brasa del Partido Comunista y del fuertemente enraizado Movimiento Urbano Popular de los años 70. El debate sobre pagar la renta renace con la pandemia del covid 19 Toda la vida he pagado renta. Desde que nací he vivido en departamentos ubicados en barrios populares céntricos. Con lo que he pagado de renta (o hemos, pues he vivido con familia y amistades) en mis años de vida, seguro ya tuviera un departamento modesto. Más de millón y medio de pesos en un tanteo. El covid-19 y su virus pandémico puso en el centro la casa como refugio. La cuarentena colocó el cuidado en el centro. La contradicción dentro del paradigma de producción, sobre el cual está basado el capitalismo neoliberal, sufrió un choque entre dos de sus elementos sustanciales: la oferta y la demanda, ambos parados. La economía se detuvo. ¿Con qué vamos a pagar la renta? El primer movimiento urbano en México en la Huelga Inquilinaria de 1922 que derivó en un Sindicato Nacional, que después sería brasa del Partido Comunista. Este movimiento social tiene resonancia hasta el Movimiento Urbano Popular de los 70 y ahora recobra sentido. El malestar viene desde el periodo de la Revolución. En 1910, el 50% de las habitaciones registradas caían en la categoría de chozas, generalmente de una pieza. De 1910 a 1920 poco se invirtió en vivienda y muchos fueron los que emigraron a las ciudades en busca de mayor seguridad, de acuerdo con el registro del investigador Jorge Durand. El movimiento también tiene tres antecedentes importantes: el primero es la “inmigración libertaria” o la llegada de anarquistas de diferentes partes del mundo a México (y a Latinoamérica) desde finales 22
de siglo XIX. El segundo es el Primer Congreso Nacional Socialista de 1919 en donde fue planteado con urgencia el problema inquilinario por parte de las clases trabajadoras. El tercero es el primer congreso de la Central General de Trabajadores (CGT) de 1921. Ahí consensuaron intervenir políticamente mediante la organización de sindicatos el problema inquilinario, pues no dejaban de subir las rentas. Pedían que no se cobrara más del 10% del valor total de la propiedad. En ese congreso participó un personaje anarquista importante: Herón Proal, precursor del anarcosindicalismo mexicano. La gota que derramó el vaso fue a finales de diciembre de 1921, en su Primer Congreso Ordinario el Partido Comunista, cuando decidieron retomar la propuesta anarquista de organizar a los inquilinos, describen los investigadores. El factor que reforzó el movimiento y lo transformó en un sindicato con forma fueron las protestas inquilinarias de las trabajadoras sexuales del puerto de Veracruz, su queja: el alto precio a los alquileres por cuarto. En su libro Bolcheviques, Paco Ignacio Taibo II rescata ese pasaje: “La noche del 6 de marzo de 1922, las prostitutas del puerto de Veracruz, popularmente conocidas como ‘las horizontales de Guerrero’, amenazaron con quemar en la vía pública las sillas, las camas y los colchones sobre los que trabajaban, en señal de protesta por las elevadísimas rentas que debían pagar a los propietarios de los patios de vecindad que les alquilaban las pocilgas donde vivían. Alarmada la Policía corrió hasta la zona de fuego para impedir la quemazón”. Así nació el Sindicato Revolucionario de Inquilinos, el cual describen en libros como contagioso. Este Movimiento Revolucionario de Inquilinos tuvo forma de sindicato, y se alimentaba de lo que publicaban, desde Veracruz un periódico llamado El Frente Único, y desde la capital una publicación del Comité Central del Partido Comunista: La Plebe, dirigido por el pintor Diego Rivera; de acuerdo con lo que describe Arnoldo Martínez Verdugo en su libro Historia del Comunismo en México. 23
Este movimiento, además de ser el primer movimiento urbano, es el primero en el que participan artistas e intelectuales que recién llegaban de Europa así como Diego Rivera. Formaron un grupo solidario del Movimiento Obrero entre ellos los pintores Rivera, José Clemente Orozco, Xavier Guerrero, Adolfo Pest; los escultores Asúnsolo y Germán Cueto; los escritores Pedro Henriquez Ureña, Julio Torri; el poeta Carlos Pelleicer; el crítico de arte Jorge Juan Crespo de la Serna; la actriz Lupe Rivas Cacho; el arquitecto Alberto Vázquez del Mercado y el antropólogo Alfonso Caso. El sindicato editaba volantes con el eslogan: “Estoy en huelga, no pago renta”, que colgaban en las puertas de las vecindades, y cuelga una enorme bandera roja, símbolo del Sindicato, en la puerta de su casa, de acuerdo con lo que describe Taibo. Esto lo avivó y provocó que se fortaleciera y creciera el Partido Comunista. Su resonancia perdura. De acuerdo con el politólogo Juan Manuel Ramírez Saiz, este movimiento estuvo activo desde los años 20 a los 40, y su espacio de lucha fueron las vecindades de las zonas centrales de las ciudades. En el Distrito Federal despertó en 10 delegaciones, diversas organizaciones destacaron en colonias como Guerrero, Morelos, Doctores, el Barrio de Tepito. Despertó 4 municipios colindantes del Estado de México. Abarcó por lo menos 13 estados. Inició en Veracruz y pronto despertó en todo el estado, llegó a Tamaulipas, Tabasco, Yucatán, Jalisco, Puebla, Distrito Federal, San Luis Potosí, Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato, Nuevo León, y Zacatecas. Hay huellas de este movimiento que llegan hasta los 40 con la creación de colonias populares y proletarias, y con el presidente Miguel Alemán surgió la Ley de rentas congeladas. Del 68 al 75 con surgimiento del movimiento urbano popular (MUP) independiente, aunque generalmente lo relacionen con la creación de asentamientos humanos mediante la invasión de terrenos: “El MUP reivindica derechos fundamentales relacionados con la reproducción de la fuerza de trabajo en las ciudades a través de 24
mejores condiciones materiales de vida en sus lugares de residencia; asimismo, lucha por el reconocimiento autónomo a sus organizaciones por parte del Estado”. Con el MUP resurgen algunos movimientos independientes de inquilinos como el de Martín Carrera, del cual habla León Chavez Texeiro en sus canciones. Esto es un “nuevo fenómeno social y urbano es alimentado por la presencia de estudiantes del movimiento de 1968, activistas de corrientes políticas no partidarias y de comunidades eclesiales de base, y resulta favorecido por la tolerancia de las autoridades”. Este impulso abrazó desde el 79 y hasta el sismo del 1985 la recomposicion en sectores urbanos y liderazgos sociales, con organizaciones de damnificados y le dan un nuevo sentido al espacio urbano en un objeto directo de lucha social y política. Ahora, en medio de la pandemia vale la pena tomar esta impronta y cuestionarnos sobre lo que Henri Lefrevre propone como derecho a la ciudad y el lugar que dentro de ello ocupa el derecho a la vivienda. Lefebvre exige dejar de concebir el espacio como pasivo, vacío, o carente de sentido. ¿Cuál podría ser el sentido de una Huelga Inquilinaria ahora desde el núcleo más individual? En plena emergencia, el espacio sociodigital que permitió el #11M, la Primavera Árabe, #YoSoy132, etcétera, retoma importancia por su modo de organización espontánea, ahora visibiliza esas grietas que puede provocar la emergencia. ¿Puede el movimiento de inquilinos encender o provocar la organización para un cambio social global que perdure después de la pandemia? En las ciudades, el espacio urbano está en disputa por la producción de elementos de la estructura urbana que intervienen, como terratenientes, constructores, promotores inmobiliarios, financieros. No dejan de construir edificios gigantes en la Ciudad de México. Ahora puede estar también en disputa desde la exigencia de la sociedad de tener un refugio ante la pandemia, con la certeza de que no loo van a desalojar por no pagar, porque no puede. 25
Luis Sepúlveda, profundamente rojo
Luis Hernández Navarro - La Jornada - Martes 21 de abril de 2020 En la Amazonia ecuatoriana, los indios shuar se reúnen al final del día a contarse cómo ha sido su jornada. El escritor chileno Luis Sepúlveda convivió con ellos siete meses y se dejó cautivar por la gestualidad de sus palabras, por el uso de sus silencios y por los rostros felices de los escuchas en esas ceremonias nocturnas. Quedó marcado por la experiencia. Diez años después, a partir de ella, escribió Un viejo que leía novelas de amor. La novela narra las aventuras de Antonio José Bolívar Proaño, hombre que se adentra, gracias a los shuar, en los misterios del mundo selvático. Fue publicada originalmente en 1988 y obtuvo el Premio Tigre Juan. Su consagración como miembro de honor de la República de las Letras caminó de la mano de la aparición de la traducción francesa del libro cuatro años más tarde. Según la crítica literaria, el chileno se convirtió en el autor latinoamericano más leído en Europa. La obra vendió 18 millones de ejemplares y fue traducida a más de 60 idiomas. En su cuenta de Twitter (@sinmascara), Luis Sepúlveda se identificó a sí mismo como “escritor, periodista y bastante cabreado”. En su avatar, puso su imagen con el Kremlin de Moscú de fondo, vistiendo un saco negro y un ushanka también negra, con la hoz y el martillo en rojo montados sobre una estrella de cinco picos en el centro. Sepúlveda comenzó a trabajar como periodista muy joven, en su natal Chile, reporteando para el diario El Clarín. Allí, un experimentado colega le recomendó ser menos literario y quitar la paja de sus notas. En Nicaragua, adonde fue a combatir contra la dictadura de Anastasio Somoza con la Brigada Internacional Simón Bolívar, se hizo cargo, al triunfo del sandinismo, en medio de mil y un carencias (“tinta, papel, ortografía...”), de la sección internacional del periódico Barricada. Años después fue corresponsal en una revista alemana en Angola, Mozambique y Cabo Verde. El autor de La sombra de lo que fuimos fue hijo de un militante comunista y una enfermera mapuche. En su casa había algunos libros 26
de aventuras, pero no una biblioteca desde la que pudiera acercarse a la literatura. Personaje de sí mismo, se hizo escritor –según narró en ocasiones diferentes– por razones familiares y por el futbol. Familiarmente, porque su acercamiento a la palabra, primero a través de la oralidad y luego de la escritura, provino de tres parientes. Su abuela vasca y su abuelo andaluz eran estupendos contadores de historias, que lo deleitaban y entretenían con sus relatos. Y de su tío abuelo mapuche, dedicado a educar a los niños de su caserío con narraciones que él no entendía del todo, pero “cuyo significado sentía gracias a la magia de la oralidad”. Apasionado futbolista, el escritor de Patagonia express soñaba con destacar en ese deporte y llegar a ser profesional. La fantasía no le duró mucho. Un domingo caminaba rumbo a la cancha de juego cuando conoció a la chica más hermosa que había visto en la vida. Tenía entonces 13 años. Obsesionado con ella, jugó uno de los peores partidos en su corta carrera. La pasión siguió pero la joven no correspondió a su fervor y él conoció el veneno de los amores imposibles. Hasta que cayó en sus manos el libro de Pablo Neruda Veinte poemas de amor y una canción desesperada y sintió que una de las composiciones estaba escrita pensando en él y en su desdichado enamoramiento. Encontró entonces en la poesía un amor fiel, que jamás lo traicionaría, y comenzó a escribir versos. “Por culpa de la literatura –escribió– el futbol chileno perdió a un gran delantero.” Su vocación por el periodismo y las letras no lo alejó de su compromiso político con las causas de los de abajo. “Yo siempre escribía –dijo–, pero cuando fue necesario coger el arma la cogí.” Integrante de una generación que se atrevió a cambiar el mundo y se lanzó de lleno a la lucha social, no era todavía adulto cuando se afilió a la Juventud Comunista, de donde fue expulsado en 1968. Se unió entonces al Partido Socialista y al Ejército de Liberación Nacional en Bolivia, donde era conocido como Iván. Allí fue arrestado. Formó parte del GAP (Grupo de Amigos del Presidente), encargado de la seguridad del presidente Salvador Allende. Pasó casi tres años preso después del golpe de Estado. Combatió en Nicaragua contra la dictadura somocista, “porque es lo que dictaba la conciencia”. Tiempo después se volvió un activo defensor del ambiente. 27
“Soy –explicó en una entrevista– un hombre y un escritor de izquierda, y como tal conozco las razones políticas de la injusticia y de la devastación del ambiente. Ciertamente no escribo panfletos, escribo literatura, pero en todos mis libros está mi punto de vista. Además, como ciudadano, soy militante de la causa ecologista.” En otra, añadió: “Mis sueños están intactos, sigo creyendo que es posible vivir en un mundo justo, fraterno, armónico. Y si hay que jugarse de nuevo por esos sueños lo hago con el mismo amor y la misma pasión de cuando tenía 20 años”. Rojo profundo –como se definió a sí mismo–, Luis Sepúlveda sobrevivió a la tuberculosis ósea que adquirió en las mazmorras de la dictadura pinochetista, al ataque de un francotirador en Nicaragua que le metió dos balazos en una pierna, a los dos años en la cárcel de Tenuco y al arresto en Bolivia, pero no pudo vencer al coronavirus. Twitter: @lhan55
Presidente AMLO: transformación o vidas Caronte por Jacobo Dayán - Aristegui Noticias - abril 15, 2020
Es evidente que ante una crisis sanitaria inesperada de las dimensiones que enfrentamos se tengan que hacer ajustes presupuestales. La cantidad de recursos que deben ser puestos al servicio de un sistema de salud abandonado por décadas son inmensos y la complejidad es mayor cuando no se cuenta con mucho margen de maniobra. Las preguntas son: ¿de dónde recortar? ¿Qué es menos urgente y se puede aplazar? ¿Cuáles son las prioridades del gobierno? AMLO ha dejado en claro sus respuestas. Prefiere su autodenominada transformación que salvar vidas. Los recortes han venido de distintos rubros como la desaparición de fideicomisos para la ciencia, la investigación, la cultura, las artes y otras que no son parte del proyecto de este gobierno. Prefiere una refinería, un tren y un aeropuerto, allí no hay recortes. Incluso entre sus prioridades no se encuentran las víctimas de la violencia. Esto ya era claro al profundizar un modelo militarizado 28
de seguridad y no tener entre sus prioridades la verdad y la justicia que redundaría en la no repetición, así como el abandono presupuestal en que tiene a las comisiones de víctimas y de búsqueda. En días recientes decidió destinar a la contención de la pandemia recursos que se encontraban etiquetados para prevenir el delito. Unas vidas por otras, esa es la lógica detrás de esto. Las víctimas directas e indirectas de la violencia, que alcanzan los millones, no son prioridad. Como la atención está centrada en la crisis sanitaria este gobierno sacrifica unas vidas mientras se aferra a un proyecto ideológico. Prefiere destinar recursos millonarios a energías del pasado mientras critica los proyectos de energías limpias. Prefiere el Tren Maya que la protección ecológica. De nuevo antepone sus filias y fobias antes que las vidas que corren riesgo por el cambio climático. Como lo ha reiterado Javier Sicilia en varios de sus textos, no hay nada más peligroso que el amor abstracto. Este gobierno antepone conceptos abstractos como pueblo, transformación y patria antes que la vida concreta de personas. Se aferra a una idea autodenominada transformadora antes que a personas concretas que están siendo asesinadas, torturadas y desaparecidas. La asignación de recursos hace evidente esto. Otras víctimas olvidadas por este gobierno son las que generará la enorme crisis económica que ya asoma la cabeza. Aquí el presidente también ha antepuesto su proyecto a las millones de personas que serán afectadas en la vida real. Solo para aquellas personas que se apegan a los intereses y visión de su gobierno reciben su atención. Las víctimas que generará la pandemia son importantes y también lo son las víctimas de la violencia que siguen acumulándose a pesar de los discursos triunfalistas de este gobierno que no se respaldan en cifra alguna. También lo son las comunidades indígenas que verán devastados sus entornos por los proyectos de este y pasados gobiernos. Estamos atravesando una crisis sanitaria que en palabras del presidente llegó “como anillo al dedo”, ¿será que está dispuesto a sacrificar vidas en aras de su amor abstracto? La asignación de recursos y prioridades así lo muestran. 29
Los pueblos en movimiento son la luz al final del túnel
Raúl Zibechi - Desinformémonos - 21 abril 2020 “Estamos en resistencia”, sentencia el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), en Colombia. La organización que agrupa a diez pueblos indígenas, 127 autoridades tradicionales y a la Guardia Indígena que protege los resguardos (territorios indígenas reconocidos), denuncia que las fuerzas armadas han intensificado la guerra con las disidencias de la guerrilla, como una estrategia para “vulnerar nuestros espacios para contagiar a nuestra población” (https://bit.ly/2yq7Z4i). La Guardia Indígena efectúa el control territorial, cerrando el paso a las personas y vehículos no autorizados por los cabildos (autoridad territorial indígena), pero el ejército se despliega para “generar el caos con el recrudecimiento de la guerra”, como forma de debilitar al movimiento, infiltrar el virus en las comunidad y debilitar las autodefensas indígenas. El CRIC llamó a los pueblos a iniciar una “Minga Hacia Adentro”, invirtiendo las tradicionales mingas que han sido movilizaciones para visibilizar una situación determinada, “caminar la palabra” como indica la tradición del movimiento. Una minga hacia adentro coloca en primer plano la medicina tradicional y la armonización de las personas en el territorio. El comunicador y periodista misak, Didier Chirimuscay, que reside en Silvia, resguardo de Guambia, a 60 kilómetros de kilómetros de Popayán, explica por teléfono cómo viven la “Minga Hacia Adentro” en su pueblo: “Las emisoras indígenas se han vuelto estratégicas y claves de este proceso, ya que siguen las instrucciones de las autoridades territoriales”. “Los misak de Silvia somos hijos de las dos lagunas, la Piendamó que es macho y la Ñimbe que es hembra, y junto a los páramos nos hemos congregado para revitalizar los sahumerios, recoger las plantas ceremoniales y hacer los fogones en las comunidades”. La ritualidad misak permite enfrentar la pandemia al combinar los cuidados con sus plantas medicinales y armonizar a las personas con la tierra y el territorio. 30
Didier relata que muchos jóvenes acuden a los sitios sagrados durante las noches, se acompañan con médicos tradicionales y conversan en torno de fogones. “Hicimos una visita de agradecimiento a la laguna hembra para contrarrestar las desarmonías en base a nuestra cosmovisión”, concluye Didier. Las noticias más conmovedoras son las que muestran la solidaridad entre los pueblos, de pobre a pobre. Leonardo Tello dirige la Radio Ucamara, en Nauta (Amazonia del Perú), allí donde los ríos Marañón y Ucayali se confluyen formando el Amazonas. Las comunidades kukama, que hablan lengua tupí-guaraní y han sido declaradas por a UNESCO en peligro de extinción, hicieron llegar a Nauta, capital de la provincia Loreto, 160 racimos de plátano, 150 kilos de pescado, además de frutas y verduras producidas en sus chacras. “Son comunidades declaradas por el Estado peruano como comunidades en extrema pobreza”, asegura Tello. Se pregunta si los centros comerciales de la ciudad, las grandes empresas de la región y los municipios y gobiernos “abrirán sus arcas” como lo hicieron los más pobres, practicando una generosa solidaridad. En Chile la revuelta iniciada en octubre pasado está lejos de haber finalizado. Ni el estado de sitio, ni la masiva militarización del país, ni los temores al virus, han llevado a la población a arriar las banderas de libertad y dignidad. Radio Villa Olímpica nos muestra cómo el estallido de octubre continúa por otros canales, ya no en las masivas movilizaciones sino en la el fortalecimiento de una amplia red de distribución de alimentos por fuera del mercado. El nombre completo es “Red de Abastecimiento Cooperativo y Comunitario La Kanasta”. Se definen como “organizaciones autónomas, asamblearias y comunitarias que tienen por objetivo gestionar en común el abastecimiento básico del hogar”. Dicen que van mucho más allá de “parar la olla”, combinando el apoyo mutuo con la resistencia popular. Además existe desde hace cuatro años la “Red de Abastecimiento Feminista La Uslera”, que si entendí bien la explicación por wasap, es el nombre del clásico palote de amasar con el que las mujeres también se defienden de los violentos. 31
Ambas redes son “organizaciones madre, semilleras que han servido de alero e inspiración a otras iniciativas”. En general, se trata de redes nacidas antes de la revuelta de octubre de 2019, pero que se multiplicaron al calor de movimiento. La Kanasta está integrada por diez organizaciones territoriales, sociales y cooperativas de trabajo. Hacen una compra mensual que fraccionan y “embolsan” para las familias que han hecho pedidos. Todo funciona en base al trabajo solidario, la confianza y cooperación para manejar finanzas, almacenar productos y realizar los repartos. La red feminista La Uslera se propone además “politizar lo doméstico, la economía de la chaucha y hacer magia con lo que tenemos”, como explica Jessica en el programa de Radio Villa Olímpica. Ellas combinan el acceso a la comida “a través de circuitos que permitan generar también redes de afecto”, que el modo de potenciar y sostener el movimiento social. En el sur, la Coordinadora de Tomas y Campamentos de Temuco enseña la resistencia de unas dos mil familias que, cansadas de esperar respuestas a la demanda de viviendas, ocuparon terrenos en la periferia de la ciudad. Son 49 tomas convertidas en campamentos, donde ya se están levantando viviendas. De ellas, 32 están agrupadas en la Coordinadora que ahora lucha por agua, ya que con la pandemia es la principal preocupación. Malva Antúnez es una de las coordinadoras de los campamentos. Del otro lado del teléfono su voz suena serena y enérgica: “Hace dos meses decidimos las tomas porque no había diálogo con las autoridades. Con la cuarentena empezamos a priorizar el acceso al agua. Cero respuesta oficial. Gracias a la solidaridad conseguimos instalar tanques comunitarios de 500 litros”. En Temuco el principal problema de los acampados es el frío, el hambre y la falta de agua. Si el campamento es tradición entre los pobres de Chile, las ollas comunes son parte de la identidad popular, cuando el Estado no les da nada, salvo represión. “Hay muchos hermanos mapuche en el campamento y la organización es muy sólida, por eso no pudieron desalojarnos. Los políticos no contaban con nuestra fuerza organizada, nos creen ignorantes, pero aquí la gente sabe y tiene poder”, explica Malva. 32
En los campamentos conviven haitianos, peruanos, chilenos, colombianos y mapuche, abundan los artesanos y los artistas, profesionales y micro empresarios. La pobreza en Chile, como en toda América Latina, es diversa y multifacética, lo que explica en parte su potencia y el rechazo a lo que Malva denomina “las ayudas paliativas que sólo nos desgastan”. Finalmente, en la Villa 21 de Buenos Aires, en el barrio Barracas, el padre Carlos Oliveira del Hogar de Cristo analiza las relaciones con el Estado. Las parroquias trabajan junto a los movimientos territoriales: Barrios de Pie, Darío Santillán, La Dignidad, CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular) y el Movimiento Evita, entre otros. “El gobierno no entiende la situación de los barrios populares”. No se queja ni está molesto, sencillamente constata una realidad. Los llamados “curas villeros” arman protocolos para los barrios populares, porque las autoridades “tienen plan para la población en general, no para los pobres”. El “quedate en casa” no funciona en estos barrios, donde se amontonan diez personas en viviendas precarias. Por eso triunfó el lema “quedate en el barrio”, que responde a la lógica comunitaria de los pobres, que no tienen calefacción o aire acondicionado, ni internet ni una computadora por persona. Por eso apelan a los movimientos y a los curas villeros. “Los del gobierno no entienden los barrios, pero saben que nosotros sí. Por eso nos escuchan y conseguimos recursos”. Respecto a la policía, reconoce que las relaciones son ambivalentes: en algunos barrios son brutales pero en otros aceptan lo que dicen las organizaciones populares porque ellos ni siquiera saben ubicar el barrio en un mapa. Mucho más allá de los gobiernos y del egoísmo de las clases medias y altas, los sectores populares profundizan su organización, estrechan lazos porque intuyen, y saben por experiencia de vida, que sólo el pobre puede ayudar al pobre, sin humillarlo, sin poner en cuestión su dignidad.
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RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 22 de abril 2020