CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 24 de junio de 2020
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Guerra por la tierra, el territorio y el agua Raúl Zibechi - La Jornada - Viernes 19 de junio de 2020
Para nadie es un secreto que la violencia contra los pueblos está estrechamente ligada a la pretensión del capital por apropiarse de las tierras y el agua de los pueblos originarios y negros, campesinos y mestizos de América. Las grandes corporaciones, asistidas por el narcotráfico y los paramilitares y apoyadas por los estados, son las perpetradoras de este monumental despojo. Pero la magnitud de las tierras en disputa no suele ser valorada en su enorme dimensión. Podemos estimar que la mitad de la superficie latinoamericana está en disputa. Esa mitad está fuera del control de las oligarquías de la tierra y las multinacionales, por eso se empeñan en expulsar pueblos para reorganizarlas en su beneficio. Brasil es uno de los casos emblemáticos. Las tierras de los pueblos originarios suman 110 millones de hectáreas, a las que se deben agregar 100 millones de las unidades territoriales de conservación, la mitad bajo control de poblaciones tradicionales, como seringueiros (recolectores de látex), pescadores, ribereños, mujeres quebradoras de coco y comunidades de pastoreo, entre otros grupos. Además existen 88 millones de hectáreas de asentamientos de reforma agraria, 40 millones propiedad de quilombos/palenques reconocidos por el Estado y 71 millones de hectáreas de pequeños establecimientos campesinos (con menos de 100 hectáreas). Como destaca el informe de 2018 del Instituto para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS), 40 por ciento del territorio brasileño “es usado por grupos que escapan al control de las oligarquías latifundistas”. Se trata de áreas de uso común que están siendo atacadas por multinacionales de la soya, la palma y la minería, por grandes obras de infraestructura que son los modos como el capital acumula robando y despojando a los pueblos. La disputa involucra por tanto 400 millones de hectáreas, sólo en Brasil. En el informe de 2019 del IPDRS, recién publicado, se destaca que hay 223 focos permanentes de disputas por el agua en Brasil, con un crecimiento abrupto desde 2010 (https://bit.ly/2Y6VRQ2). En 3
el mismo trabajo, se informa que en diciembre de 2019 en Chile hubo 129 comunas (de 345 en el país) con decretos de escasez hídrica y de ellas 119 en estado de emergencia. Un informe de la Fundación Amulén establece que “las comunas carentes de agua potable son también las que presentan mayor inequidad social en Chile”, en “uno de los países con más agua por persona en el mundo” (https://bit.ly/2ULQ1RZ). Además del cambio climático, la escasez la agudizó la privatización del líquido con la desaparición de las empresas municipales bajo el gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006), siendo la única nación en el mundo donde el Estado no controla ese servicio. En Colombia los resguardos indígenas ocupan 28 por ciento del territorio nacional y los colectivos de las comunidades negras ocupan 5 por ciento, a los que debe sumarse los territorios campesinos (https://bit.ly/2Swsggb). En suma, las tierras fuera del control del capital superan 40 por ciento del total. Esos son los territorios que están siendo invadidos y atacados con ferocidad por grupos armados ilegales, con la complicidad del Estado. Más de 15 por ciento de la superficie agropecuaria (unas 6.6 millones de hectáreas) fueron despojadas con violencia en las pasadas dos décadas. La restitución de tierras incluida en el “proceso de paz”, fue un fracaso: sólo 15 mil fueron devueltas a los campesinos, 0.2 por ciento de lo robado. La voracidad del capital está arrasando incluso con las zonas que el propio Estado ha designado para ser protegidas. En Colombia, por lo menos en 31 de los 59 parques nacionales naturales viven conflictos por el uso, ocupación y tenencia de la tierra. Eso sucede en pleno proceso de paz, que se supone debe frenar el despojo. A la guerra por la tierra debe sumarse la del agua, que está siendo apropiada por las grandes empresas del mundo. Los 12 mil acueductos comunitarios de Colombia proveen 40 por ciento del agua en zonas rurales y 20 por ciento en urbanas, y son el objetivo de despojo del Banco Mundial. En México, el acuífero más importante quedó en manos privadas, Enerall, de Alfonso Romo, definido como un “cacique del agua” en Yucatán (https://bit.ly/2N3HtBQ). 4
Alrededor de la mitad de la superficie latinoamericana está siendo atacada por el capital y sus aliados narco y paramilitares. Bajo la pandemia en curso, la guerra se está intensificando, como bien lo demuestra la aceleración de las obras del Tren Maya. En contra de la mirada de arriba que nos considera dominados, Aura Cumes, maya kaqchikel de Guatemala, aborda el despojo desde la resistencia: “No somos sujetos desposeídos ni vulnerables, ni débiles ni marginales ni excluidos, sino somos sujetos políticos que creamos vida en todas sus posibilidades en medio de la depredación permanente de este sujeto colonizador” (https://bit.ly/2vF0u88).
Policías y democracia
Mario Patrón - La Jornada - Jueves 18 de junio de 2020 La policía es reconocida por el pensamiento republicano como un elemento clave para el funcionamiento del sistema democrático. Sin embargo, esta idea se ha visto fuertemente contrastada en semanas recientes por las manifestaciones ocurridas en Minneapolis tras la ejecución de George Floyd, víctima de brutalidad policial; así como las ocurridas en Jalisco y otras entidades de México por casos similares, la policía ha vuelto a evidenciarse como una de las instituciones más cuestionadas ante la opinión pública. Como efecto dominó, lo sucedido en el país vecino provocó una ola de exigencias ante los casos suscitados en nuestro país, en particular el de Giovanni López, que se convirtió en el más emblemático y detonó fuertes protestas en Guadalajara. La política de “cero tolerancia” decretada en Jalisco como medida preventiva ante la expansión del Covid-19 motivó la detención arbitraria de Giovanni y su posterior muerte, pero tanto el gobernador de dicha entidad, Enrique Alfaro, como el fiscal de Jalisco, se deslindaron de los hechos al aceptar públicamente que la policía obedeció otras órdenes que no correspondían con las que el Ejecutivo había mandado.Alfaro incluso terminó señalando que en Jalisco le “quisieron construir un Ayot-zinapa”. Curioso, pues también ahí las fuerzas policiales respondieron a “otras órdenes”, tal como el primer informe del Grupo 5
de Expertos (GIEI) lo expresa al enmarcar un contexto de macrocriminalidad en el que las instituciones de los distintos niveles de gobierno están corrompidas por vínculos con el crimen organizado. El largo historial de abusos policiales y militares marcado en los años pasados por los casos de Atenco, el 1DMX, Ayot-zinapa, Tlatlaya y San Fernando, entre otros, se ha visto agravado por los casos recientes. Al de Giovanni en Ixtlahuacán se le suma el de Oliver López, ejecutado en Tijuana por un policía, quien, recargándose sobre su cuello, lo asfixió. Al de Alexander Gómez, quien fue asesinado mientras caminaba por la calle por disparos ejecutados sin justificación alguna por un policía. Diego Luna Paz, en Oaxaca, fue detenido junto a su hermano Juan Jaciel de manera arbitraria y asesinado después de que los policías los dejaran con un grupo de personas que los golpeó y arrojó por una barranca ante la vista de la policía. Carlos Navarro fue detenido arbitrariamente en Veracruz y declarado muerto por infarto horas después, a pesar de que su cuerpo mostraba marcas de una severa violencia física. Melanie, en la Ciudad de México, fue golpeada por policías durante una de las manifestaciones de protesta contra la violencia policiaca. Todos estos casos han ocurrido entre mayo y junio del presente año. Pero los hechos, desafortunadamente, no acaban ahí. De acuerdo con el Inegi, en su Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, 67.9 por ciento de la población considera que las instituciones son corruptas. Entre 2001 y 2017 la CNDH acumuló 13 mil 262 quejas por detenciones arbitrarias; este 2020, tan sólo entre el primero y el 5 de junio recibió 21 quejas en el mismo rubro. En Jalisco, la Comisión Estatal de Derechos Humanos reveló que en 13 por ciento de los registros de sanciones por no cumplir con las medidas preventivas sanitarias, se produjeron actuaciones desmesuradas por parte de la policía. Por su parte, la Defensoría de Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca tiene documentadas dos muertes más en centros de detención municipal, y suma 120 quejas interpuestas por actuaciones de la policía en el transcurso del año. Más preocupante resulta la situación si insertamos la presente crisis de las fuerzas policiales en la coyuntura de la militarización del 6
combate a la criminalidad. A pesar de que el artículo 21 constitucional refiere que la seguridad pública descansará en instituciones civiles, la Ley de Seguridad Interior, la Guardia Nacional, y el reciente decreto que permite a las fuerzas armadas hacerse cargo de la seguridad, son muestra clara de que, por lo menos en los pasados tres sexenios, se ha apostado por el Ejército y la Marina y no por el fortalecimiento y democratización de las instituciones civiles de seguridad. En semanas recientes hemos sido testigos de distintas muestras de descomposición policial, que se retratan en dos extremos. Uno el de la macrocriminalidad, que se expresa por la infiltración de las corporaciones policiacas que acaban respondiendo al crimen organizado, y, otro, la inoperancia total, por la cual gobiernos como el de la Ciudad de México y Veracruz han decidido no movilizar a su policía frente a manifestaciones violentas, por aceptar que no tienen la capacidad de intervenir mediante protocolos y estrategias basadas en el uso legítimo y gradual de la fuerza, así como en tácticas de intervención para el control democrático de multitudes. Robert Varenik, experto en accountability policial refiere que la capacitación de las policías es una respuesta necesaria, pero insuficiente para garantizar su correcto ejercicio. Para el autor, la responsabilización policiaca tendrá que construirse a partir de una serie de modificaciones estructurales que doten de suficiente supervisión externa e interna al quehacer de la policía, así como un ejercicio constante de rendición de cuentas, de manera que la evaluación y publicitación de sus labores sea una práctica que mejore su servicio en el cuidado y preservación del orden. Los hechos recientes subrayan la evidencia de que la agenda del estado de derecho pasa insoslayablemente por la democratización de las policías. Como ya se ha dicho, el modelo de seguridad asumido por los gobiernos anteriores y el actual ha puesto el énfasis en fortalecer a las fuerzas armadas en detrimento de las policías. El saldo de dicha estrategia es patente: después de 13 años de esta apuesta, nuestro país no sólo sigue sumido en la violencia sino que, además, nos ha dejado cuerpos policiacos debilitados y corruptos en un alto grado. 7
¿El Covid-19 viaja en autobús?
Abel Barrera Hernández* - La Jornada - 19 de junio de 2020 En enero, cuando Silvestre “rastrojeaba“ su terreno, su pariente Anastacio, lo encampanó para ir a Navolato, Sinaloa, al corte de chile morrón. Pensó en el ahorro de mil 800 pesos del viaje y la oportunidad de juntar 7 mil pesos para la compra del Furadan y los medicamentos para su diabetes. A sus 66 años, sintió que podía cumplir con la tarea de llenar 60 botes de 20 litros durante el día para ganar 120 pesos. A diferencia de otros años, ningún integrante de la familia lo acompañó. Con sus compadres cooperaría para la comida y se acomodaría en un rincón para dormir. Lo más importante era tener el trabajo seguro y viajar gratis en el autobús. Desde que se casó, se iba a trabajar con su esposa y sus seis hijos a La Paz, Baja California, en la industria de la construcción. Sólo su hijo Jorge heredó este oficio, y desde los 15 años que aprendió a pegar tabiques, optó por vivir en ese lugar. Su segundo hijo, José, se fue a Sonora donde se hizo experto en la poda, el amarre, deshoje, raleo, desbrote, selección, remoje, desrace y corte de la uva. Sólo su hijo mayor se quedó en Zoquiapa, sembrando maíz en la temporada de lluvias y cultivando hortalizas para venderlas en el tianguis de Chilapa. El encarecimiento de los productos básicos, a causa de la pandemia y eldesempleo de los familiares que trabajan en Nueva York, atenazaron la vida comunitaria. Sin la llegada de los 300 dólares que mensualmente envían los migrantes a sus madres y hermanas, se canceló la posibilidad de contar con el fondo familiar que garantiza la comida diaria, así como la compra de medicamentos y de insumos para el campo. El caso de Silvestre se repite en decenas de familias de La Montaña de Guerrero, que viven en condiciones de extrema vulnerabilidad. En esta región los municipios de “La Esperanza”, resultaron ser los de alta marginación, donde no hay médicos ni centros hospitalarios, por lo mismo, donde nadie puede saber si es portador del Covid-19. La apuesta de la población indígena fue la organización comunitaria con la instalación de filtros sanitarios para controlar la entrada y salida de los habitantes. Su estado crítico se manifiesta en la escasez de alimentos y en la imposibilidad de lavarse las ma8
nos donde juntan el agua de la lluvia y del manantial. Las pruebas PCR en los municipios de “La Esperanza”, no se aplican porque no hay personal médico que lo haga, ni laboratorios en la región. En Tlapa, nadie ve a los jornaleros cargando sus costales y sus pequeños hijos sobre los terregales y barrancas. En las banquetas esperan horas y días hasta que los contratistas y choferes de los autobuses deciden salir. No hay una dependencia encargada de atender la multiplicidad de problemas que enfrentan. Es el viacrucis de la discriminación y la permanente vejación a lo largo del trayecto. El sistema de enganche de las y los jornaleros, es oprobioso. Se abusa por el desconocimiento que tienen sobre sus derechos laborales. Con gran facilidad se les expolia y extorsiona. Ser jornalero o jornalera agrícola es cargar con el estigma de la gente sin razón o los indios de La Montaña de Guerrero. Es padecer el maltrato de los capataces en el campo, obedecer sus órdenes y trabajar intensamente, prácticamente sin descanso. Un gran número de empresas agrícolas trabajan de manera irregular en nuestra nación, por lo mismo, los trabajadores y trabajadoras quedan sometidos a un régimen semiesclavizante. Duermen en cobertizos que no cuentan con baños y sus camas son los costales de agroquímicos. Las familias recolectan leña los domingos para cocinar en los fogones al ras del suelo. El agua la obtienen de los canales contaminados. La prosperidad de los finqueros y empresarios es la contracara de la desnutrición infantil y las muertes maternas. Las dificultades para expresarse en español refuerzan el trato discriminatorio, el amedrentamiento y el atraco a su salario. No deben enfermarse. Si se atreven a hacerlo no tendrán dinero para los medicamentos ni para comer. La “tienda de raya” es para que reintegren buena parte de su sueldo al negocio del patrón. Si hay algún accidente de trabajo corren por su cuenta los gastos médicos. Sobre los atropellamientos a los niños o niñas, que han ocurrido en los surcos, los patrones endosan la responsabilidad a sus padres. Las autoridades se coluden con los empresarios para dejar impunes estos hechos. Sus muertos también se quedan en tierra ajena. El destino funesto del jornalero y jornalera agrícola en esta pandemia es migrar y morir. Silvestre regresó con sus paisanos el 31 de mayo. Dos días antes, el médico de la empresa manifestó que le realizó un examen minu9
cioso y certificó que el paciente era apto para viajar, sin poner en riesgo su estado de salud. Sin embargo, su compadre Delfino notó que Silvestre venía mal. Llegó un momento en que se desmayó. Cerca de Toluca, el chofer detuvo el vehículo para que le hicieran una revisión médica. Le dijeron que su azúcar estaba alta y que con unas pastillas se iba a normalizar. Continuaron el viaje. Nadie se dio cuenta en qué momento Silvestre murió. En el filtro sanitario de Tixtla, elementos de la guardia nacional y salubridad confirmaron la muerte de don Silvestre. A sus hijos les notificaron que hicieran de inmediato la fosa y que le compraran su ataúd. Esa misma tarde lo enterraron en el panteón de Zoquiapa. Sin prueba de por medio, dictaminaron que había muerto por el coronavirus. Por eso, les prohibieron velarlo. Lo que más le dolió a la familia, es no haber visto el cuerpo de su padre, ni poder realizar la costumbre del “Huentli”, donde los padrinos de la cruz lo visten con traje de manta, le colocan sus huaraches de palma, le ponen el bule de agua, su sombrero y una vara, para que llegue bien al mundo de los muertos. Sus familiares no supieron dónde quedó la ropa y los 7 mil pesos de Silvestre. Tampoco le tocarán los seis bultos de fertilizantes, porque los de Segalmex piden a sus hijos que su papá vaya a recogerlos o que presenten el acta de defunción. Jorge, en medio de su dolor y su impotencia, pregunta a las autoridades de salud: “entonces, ¿el Covid-19 viaja en el autobús?” * Director del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan
¿Comida digital? No, gracias
Silvia Ribeiro * - La Jornada - Sábado 20 de junio de 2020 Los grandes ganadores de la pandemia han sido las plataformas digitales, que además de hacer ganancias astronómicas han exacerbado desigualdades e injusticias –paradójicamente, bajo una imagen idílica de que “estamos todos conectados”. Ahora la agenda de estas empresas avanzó vertiginosamente, también en el mayor mercado del planeta: agricultura y alimentación. Desde el grupo ETC describimos el avance de la digitalización del sistema agroalimentario en el reporte Tecnofusiones comestibles. (https://tinyurl.com/y8bwd6k3). 10
Las más grandes empresas de ambos sectores están en movimiento, tanto en el Norte como en el Sur. Microsoft ha diseñado programas especiales para digitalizar todo el trabajo en campo; varias empresas digitales tienen contratos con empresas de maquinaria, como John Deere y CNH, para la recolección, a través de sus tractores, de datos de suelo, siembra y clima en sus nubes electrónicas. Las mayores empresas globales de comercio de materias primas agrícolas, Cargill, ADM, Cofco, Bunge, Louis Dreyfus y Glencore, sostienen una colaboración para el desarrollo de plataformas de tecnologías digitales (especialmente blockchain e inteligencia artificial) para automatizar el comercio global de granos. Walmart compró el año pasado la inmensa cadena de ventas electrónicas Flipkart, en India, mientras la cadena de supermercados Carrefour hizo un acuerdo con Google para impulsar ventas de comestibles en línea. A su vez, la cadena francesa de supermercados Monoprix suscribió un acuerdo de ventas en línea con Amazon. Alibaba y Tencent, de China, se están disputando el control del enorme mercado de ventas de alimentos de China. Mientras millones de migrantes, trabajadores informales y temporales rurales y urbanos, con la pandemia, quedaron sin sus fuentes mínimas de ingresos y fueron empujados al hambre junto con sus familias, las empresas digitales y de agronegocios reportaron en abril 2020 abultadas ganancias. Amazon, por ejemplo, reportó 24 mil millones de dólares. Nestlé, la mayor empresa global de alimentos y bebidas, productora de refrescos azucarados y otros alimentos ultraprocesados, productora serial de diabetes y obesidad, registró 8 mil millones de dólares. Una cifra, señaló Grain, mayor que todo el presupuesto anual del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. No obstante, las mayores empresas de agronegocios, como Tyson Foods, segunda productora global de carnes, se quejan de que la crisis los afecta y alegan que “el sistema alimentario está roto” y, por ello, necesitan apoyos y exenciones de impuestos por los estados. El sistema alimentario agroindustrial es una verdadera fábrica de pandemias y han sido además una alta fuente de contagios de sus trabajadores durante la crisis de Covid-19. Pero no se refieren a ello, sino a situaciones como las que vimos en Estados Unidos, donde grandes 11
productores de lácteos y huevos han tirado a la basura su producción y otros han sacrificado miles de pollos o puercos, porque no era económicamente viable mantenerlos si no pueden venderlos en el momento preciso en que llegan al peso y tamaño que calcularon. Como explica Michael Pollan, se trata de sistemas alimentarios paralelos dentro de la producción industrial en ese país. Por un lado, empresas que proveen a supermercados. Por otro, las que proveen insumos altamente especializados (por ejemplo, huevos licuidificados) a instituciones públicas, como escuelas, que cerraron durante la pandemia. En lugar de mantener los animales o ver cómo hacerlos llegar a quienes pasan necesidades, las empresas decidieron tirarlos a la basura, alegando que no era económico hacer otra cosa (https://tinyurl.com/y6wmdzar). En ese contexto, las compañías –tanto las digitales como las de agroalimentación– tomaron nuevo impulso para afirmar que la digitalización de toda la cadena agroindustrial es la clave para superar la crisis. Esa agenda ya la tenían desde antes, pero ahora el discurso se basa en el Covid-19 argumentando que gracias a ellas las personas han podido hacer sus compras online, que los robots no se enferman (ni hacen huelga o piden mejores condiciones), que el dinero electrónico no necesita contacto personal. Reclaman su “esencialidad” por ser proveedores de alimentos y convergen con las empresas de plataformas digitales en que los estados garanticen acceso Internet en todas partes, que se hagan cargo de la infraestructura, que instalen redes 5G, para permitir mucho mayor volumen de datos, sin interrupciones (para que los sistemas de entregas con drones o vehículos no tripulados no se interrumpan), que se den pasos determinantes para el Internet de las cosas en agroalimentación. Muchas evidencias y testimonios señalan que los sistemas alimentarios que realmente funcionaron y funcionan, que han llevado de forma segura la mayor cantidad y calidad de alimentos durante la crisis a los que los necesitamos y generan trabajo y salud, son los sistemas campesinos y las redes locales campo-ciudad. Que además previenen futuras pandemias. Esos son los sistemas que es vital apoyar, no este nuevo ataque a la agricultura y la alimentación. * Investigadora del Grupo ETC 12
Escribir con la izquierda
Al-Dabi Olvera* - La Jornada - Domingo 21 de junio de 2020 Hace una década, en junio, murieron con diferencia de días el gran cronista popular Carlos Monsiváis y el filósofo marxista crítico Bolívar Echeverría. En febrero había muerto el escritor de los movimientos armados, Carlos Montemayor. Con su partida, la so-ciedad mexicana, y en particular los movimientos sociales, queda-ron cimbrados. El estilo y forma de estos escritores fue irrupción irónica e intransigencia inteligente. En todos, la polémica sobre la política de la estética y la estética de la política partía del nombrar lo inefable y dar cuenta de las formas de vida que a contrapelo retaban al relato del Estado, que en aquel 2010 mutaba hacia el terrorismo mafioso que todavía persiste. Montemayor fue el escritor de la resonancia de las lenguas de abajo. En su poesía, ensayos y novelas, en especial las dedicadas a la guerra sucia y a la lucha guerrillera de Chihuahua, la palabra es tomada por asalto por quienes decidieron que el camino para transformar el del país era el de las armas, por las mujeres que buscan a sus familiares, por los pueblos indígenas. Así, en Situación y perspectivas de la literatura indígena (1993) anota: “el náhuatl es un sistema lingüístico tan completo como el alemán; el maya es un sistema tan completo como el francés”. El trabajo de edición y difusión de las lenguas no castellanas en México que hizo Montemayor fue parte también de esta política escritural. El lugar común dice que Monsiváis era una literatura en sí mismo. Pero hay un elemento que descuella en su escritura: lo masivo y lo popular. Sus misceláneas caminan en la vieja tradición de la crónica: un realismo no fincado en el retrato sino en lo que decía en uno de los ensayos de Aproximaciones y reintegros (2013), donde entreve toda la postura política de su ejercicio que parte de la lectura: “por la literatura y únicamente por ella, podré deshacerme tanto de la solemnidad como del relajo y podré contribuir en una tarea urgente: crear y fortalecer el sentido crítico y el sentido del humor en el país”. Es curioso que aunque Monsiváis se llamara a sí mismo “doctor honoris causas perdidas”, fue parte de luchas hoy fundamentales para la dignidad del país: la disidencia sexual y el feminismo. 13
Por su parte, Bolívar Echeverría fue uno de los pilares del marxismo crítico en México. Son fundamentales su recuperación de la parte emancipadora de la modernidad, la potencia de resistencia en lo barroco y su trabajo sobre el valor de uso. En un breve ensayo sobre Walter Benjamin titulado Arte y utopía, escribe: “en la dimensión discursiva, lo político se juega –y de manera a veces incluso más decisiva–, en torno a objetos aparentemente ajenos al de la política propiamente dicha”. Así, en su revisión de los resquicios a contracorriente en la modernidad, la escritura en Echeverría toma hoy un valor distinto, emancipador, frente a la viralización de las escrituras de la acumulación capitalistas de las redes de hoy. Y es que todos ellos persistieron con su posición durante las décadas en las que parecía avasallador el triunfo del capital. Así, acompañaron en mayor o menor medida el cambio de época que fue la insurrección maya en Chiapas, la cual trazó la transición de siglo y un nombrarse a sí mismo desde abajo. Y aquí habría que hacer un pequeño paréntesis para recordar al portugués José Saramago, quien murió un día antes de Monsiváis. El Nobel de Literatura abiertamente comunista recorrió junto con el cronista mexicano Los Altos de Chiapas justo después de la masacre de Acteal y participó en la Marcha del Color de la Tierra al Zócalo capitalino. Un año después de la muerte de todos estos escritores, el terror de la guerra calderonista fue nombrado por el movimiento emergente mismo. Desde entonces, los cambios de la política y la escritura son radicales. Ya sin patriarcas, con el papel del intelectual orgánico cuestionado, nació una generación de cronistas que, como Daniela Rea, escriben a contracorriente del lenguaje de guerra al entrevistar al dolor y relatan historias de organización y dignidad. Si la figura del intelectual se desmoronó, ahora emerge la del influencer: aquel que desde cualquier rincón del espectro político recurre al uso mercenario de la palabra y la imagen. Ya sin intelecto, sin reflexión, sin oficio, conduce los afectos sociales hacia la ira y el vilipendio. Frente a ello, de quienes fallecieron hace 10 años, desvestidos ya de su pesada figura de patriarcas, es preciso retomar la ironía inteligente, la crítica profunda, el pensamiento y la proliferación resonante: que hablen “los abajos” largo y tendido en las escrituras; así como recuperar una postura que hoy parece irrisoria, tanto o más que en las décadas neoliberales: el ejercicio de la escritura desde la izquierda crítica. *Cronista 14
El botín de la pandemia
Hermann Bellinghausen - Desinformemonos Postales de la revuelta - 20 junio 2020 1. Es claro que el virus enrareció el ambiente, lo espesó y le metió presión. Una olla que de manera escalonada e impredecible fue estallando de distintas maneras, y en algunos lugares del mundo la reacción social enfrenta una mano dura que ningún gobierno resiste usar estos días. La brutalidad policiaca es un ingrediente central de la actualidad. También lo hemos visto en México, sin cesar los feminicidios, secuestros, asaltos casi inverosímiles, ejecuciones que terminan en los basureros. Ello, en un país militarizado al redoble y no al contrario como se nos hizo creer, si lo comparamos con los sexenios anteriores. En plena pandemia estalló la presión a lo largo y ancho de Estados Unidos, que no es exclusivamente “blanco” en ninguna parte, ni siquiera en los campos de golf. Siempre hay servidumbre trabajando. Sin embargo, la ilusión de que lo es, o lo debería ser “de nuevo” para “recuperar” una grandeza que nunca existió, no abandona a los fundamentalistas y supremacistas, inyectándoles el odio y la energía suficientes para sostener en el poder al adefesio teutón de la Casa Blanca. El racismo es una bomba de tiempo de la que pocas sociedades se salvan. Cuando menos se le espera, salta y derrite naciones y coaliciones. Como la Yugoeslavia del colapso y las grietas islámicas de absolutismo soviético, o la tragedia repentina en Ruanda. En Estados Unidos (esencialmente un país racista y segregado) las explosiones de protesta se han vuelto periódicas, espasmódicas, cada vez más enardecidas y hartas. Del pacifismo en Selma, hace más de medio siglo, a Black Lives Matter, apenas ayer. Tras el asesinato policiaco (ejecución pública) de George Floyd en Minneapolis en mayo, hubo una subida de tono que la cuarentena no pudo frenar. Los antecedentes de Watts y Detroit esta vez fueron nacionales. Protestas, disturbios, consecuencias. Cuando se destapa el racismo se descubre que no es uno sino muchos; selectivo, aparentemente lógico. Pocos países se salvan en los continentes y en las islas. Ser negro o aborigen del lugar de los hechos es tener las fuerzas de la irracionalidad totalmente en contra. Hoy que todo se desnuda con la desaceleración súbita del capitalismo global, cómo no iba a revelarse, en pleno el hartazgo de los despreciados, los semi humanos, sometidos en todo el mundo 15
a la hegemonía del hombre blanco y las doctrinas judeocristianas que se resumen en el capitalismo y el colonialismo. 2. Los mexicanos tenemos un país espantosamente dividido, por puerilidades y materialismos mezquinos, así como por diferencias graves, pero las fuerzas en pugna en torno al poder no consiguen estar a la altura de las circunstancias. Dicho en términos de redes sociales, y del consumo informativo, quién sabe qué es peor, si toparse con las hordas que odian a AMLO con intensidad visceral casi clínica, o con las que defienden al gobierno a capa y espada contra toda congruencia en relación a las posturas que dieron origen y se supone que dan sustento a actual régimen, sedicentemente progresista, o “liberal” bajo un concepto decimonónico que vuelve todavía más chirle la consistencia del cambio prometido. En política, así como en la novedosa vida-privada-en-público que hoy se estila, resulta contagiosa y viral la proclividad al insulto, al desprecio. No extraña entonces que la pandemia, su manejo sanitario y su manoseo ideológico por parte de uno u otro lado del espectro -esquemáticamente dividido ente liberales y conservadores, chairos y fifís, cacas y mierdas- sea tan prolijo en vergüenzas, pobre en el debate, cerrado a los acuerdos. Un blanco y negro intercambiable que ignora que esos “extremos” políticos no están solos, que existen otras zonas, quizás más sensatas, de desacuerdo. Pero nadie las oye o “todos” las descalifican. Minorías, no importaría si resultaran mayoritarias, conmueven a las sociedades en nuestros países: Estados Unidos, México y prácticamente toda América Latina, con dolorosa intensidad en Brasil, Bolivia, Chile, Venezuela, Ecuador, Haití, Nicaragua y Guatemala. 3. Los oscuros, los asiáticos y los corrientes no merecen entrar al Elíseo (como en aquella película Elysium, de3 Neil Blomkamp, 2013, no tan casualmente filmada en el Valle de México en sus partes apocalípticas y de miseria). La exclusión es la regla. Por ella abundan empresas de seguridad, los reglamentos a modo que desafían la legalidad, los arraigados hábitos clasistas y discriminatorios. De otro modo no se explicaría el cinismo ciego de los desfiles motorizados por “recuperar a México” 16
en carros de lujo, haciendo gala de desprecio y sí, racismo. Ese que vive soterrado, y a flor de piel como vienen documentando el ensayista Federico Navarrete o los actores Yalitza Aparicio y Tenoch Huerta. Los enemigos del gobierno anhelan el desastre epidemiológico y económico. Celebran cada punto que desciende el pobre México en las tablas y las cuentas del Covid 19 en millares de muertos, de contagiados, de asistidos. La cuarentena, la sana distancia y la nueva normalidad se convierten por desgracia en barricadas del abismo. Como en Estados Unidos contra la discriminación a los ciudadanos de color y los migrantes, en México hoy la única solidaridad posible es defensiva. Lo dicho enmarca la exclusión de conciudadanos ni siquiera considerados en el poder decisorio y redentor (por mencionar algunos: los mayas en el sureste, los pueblos originarios que habitan el Istmo hace siglos). La pugna que “importa” en medios y discursos, la del cashlán, el hombre blanco, se libra en otras esferas: partidos políticos, cámaras empresariales, liderazgos de iglesias carismáticas y, disminuidas de su aureola de modernidad, las estructuras del Estado. Es decir, en conjunto, el dichoso México imaginario. Pobreza de argumentos, exceso de bilis, mala leche y veneno, con las partes emaciadas de empatía y generosidad, sujetas a lo doctrinario y los intereses económicos de acumulación, poder político o presencia mediática. Lo peor no es que la pandemia y sus víctimas sean un botín, sino que en la rebatinga se desfonda el vientre de la patria para desparramar un virus todavía más contagioso y feo que el Covid 19: el virus del desprecio, el racismo y la intolerancia. No cabe esperar pronto una vacuna contra eso.
Pueblos indígenas: de la cuarentena histórica al neogenocidio
Magdalena Gómez - La Jornada - Martes 23 de junio de 2020 La etapa pos-Covid nos depara enormes desafíos, como la situación de los indígenas en las Américas. Más vale que nos preparemos y anticipemos reflexiones y propuestas sobre problemas que, 17
siendo históricos y estructurales, no encuentran cabida en la mira de los estados nacionales reconvertidos, en contextos de neoliberalismos y globalización. El sacerdote jesuita Javier Ávila, con varias décadas de acompañamiento a los rarámuris, señaló: “Estos tiempos y estas emergencias no son de hoy ni de ayer; son de siempre. Lamentablemente nuestras respuestas tampoco son de hoy, ni de ayer, sino las de siempre. Seguimos buscando cómo atacar los efectos, dejando intocables las causas. ¿Cómo se le pide a una comunidad que se aísle, cuando todo lo importante para ellos es hacerlo en comunidad, celebrando juntos, planeando juntos, trabajando juntos, organizando las cosas entre todos? Así es la única forma de hacer justicia, de celebrar la fiesta, de arreglar y no se le puede pedir a alguien cuyo sustento lo tiene fuera de su casa que se quede en casa. Se va a morir antes, y no por la pandemia. Ellos manifiestan otros temores, no a morir, sino al hambre, al dolor, a la injusticia, a la pérdida de libertad y de autonomía”. Igual que reiteran numerosos pueblos en Sudamérica, aseveró que imponer un neoliberalismo violentando los derechos humanos de los indígenas y a la naturaleza, es genocidio. (Diálogos Encuentro Mundial de Valores, 12/6/20). Queda así planteado el nexo de la cuarentena histórica de los pueblos respecto al Estado y abierto un tema que será preciso reconceptualizar, el neogenocidio. El contexto de la pandemia donde el vínculo de la catástrofe sanitaria con la crisis climática es evidente, nos obliga a escuchar el grito de auxilio que desde la Amazonia se emite sobre el riesgo inminente de genocidio. La Coordinadora de las Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica alerta sobre la grave situación de los pueblos en un territorio vasto y selvático, con una población vulnerable, dispersa y mayoritariamente indígena, deficientes redes hospitalarias y bajo jurisdicción de los nueve países de la cuenca (Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela, Guayana, Guyana Francesa y Surinam). Por ejemplo, en Brasil las aldeas no pueden hacer el aislamiento social, pues son tierras deforestadas, invadidas por mineros, ma18
dereros y acaparadores. Además del capital trasnacional, los incendios han sido devastadores. El alcalde de Manaos, capital de Amazonas, ha reiterado el riesgo de genocidio en lógica opuesta a la del presidente Bolsonaro: “cada indio que muere lleva con él una parte de la historia, que no es escrita sino pasada de forma oral de generación en generación. Si los indios muriesen, estaríamos perdiendo más de 10 mil años de civilización indígena en nuestra región y sería imperdonable”. En México, dirán algunos, no estamos como en la Amazonia, desde las miradas del racismo encubierto y/o el interés puesto en un proyecto político del que los pueblos no son artífices en la llamada Cuarta Transformación, como no lo fueron en las anteriores. Con la pandemia no se conoce la afectación exacta a los pueblos, sólo en términos de contagios y fallecimientos, pues no son factor explícito de atención. La crisis se vive en términos de las casi nulas condiciones de acceso a la salud, la inseguridad, los desplazamientos. No existe respuesta oficial contundente. Sin embargo, si ubicamos la cuarentena histórica, la del pre-Covid observamos a los pueblos indígenas en México enfrentando a los megaproyectos esenciales, como el Tren Maya y el corredor transístmico, así como a los concesionados en minería. Encontramos que en general las decisiones oficiales se toman a nombre del supuesto progreso, al margen de los hipotéticos beneficiarios del mismo. Los pueblos y sus comunidades organizados les llaman proyectos de muerte, pues atentan contra la libre determinación y propician su desaparición. Mientras, de manera oficial se increpa a ellos y a sus seguidores como negacionistas. Más allá de las falacias que se endilgan a las resistencias indígenas, tenemos las oficiales: desde que es sólo un tren hasta que no cortaremos ningún árbol por el Tren Maya y estamos exentos de manifestación de impacto ambiental, para luego solicitarla y cuantificar los miles de árboles que se cortarán. Aún no se avanza en lógica de reconocer neogenocidio, pues, como sabemos, se definió al delito de lesa humanidad de genocidio en el contexto del exterminio masivo de los judíos europeos por los nazis alemanes. Ese origen ha generado rechazo a conceptualizar como tal a numerosos crímenes y políticas de exterminio de ayer y hoy. 19
Pedro Uc, lengua y territorio
Luis Hernández Navarro - La Jornada - Martes 23 de junio de 2020 Pedro Uc Be es, con mucho, uno de los más importantes intelectuales indígenas en México. Maya nacido en la comun idad de Buctzotz, Yuc atán, 90 kilómetros al noreste de Mérida, es, simultáneamente, poeta, educador, teólogo, traductor de la Biblia y organizador popular. Ha ganado tres premios de poesía y uno de narrativa. El pasado 16 de diciembre, él y su hijo fueron amenazados de muerte. “Ya nos tienes hasta la madre, vete a la v... en 48 horas o te matamos a ti y a tu vieja junto con los cerdos de tus honorarios hijos”, les dijeron en mensajes de WhatsApp. “Ya vas a dejar de mamar o tu gente se muere, estás afectando a mucha gente local con tus mamadas y tu defensa del territorio.” Pedro nació en 1963 en el seno de una familia campesina, maya monolingüe. Sus abuelos fueron esclavos de una hacienda ganadera en Buctzotz. Aprendió español en la escuela primaria pública de su comunidad. Siguió su instrucción en un seminario presbiteriano en Mérida, donde se formó en teología. Al terminar, viajó a San José, Costa Rica, donde cursó más teología y una licenciatura en educación en el área de ciencias sociales. Encarrerado, se siguió estudiando creación literaria en lengua maya en el Centro Estatal de Bellas Artes en Mérida. En Costa Rica se le cayeron “las escamas de los ojos”, al entrar en contacto con una iglesia diferente a la que conocía, y con la teología de la liberación. Más adelante, al colaborar con Samuel Ruiz y la diócesis de San Cristóbal, se acercó a la teología india y se volvió su promotor en la Península de Yucatán. En este camino, redescubrió su historia, su lengua y sus valores. Eso provocó que lo corrieran de la iglesia. A partir de 1985 visitó comunidades en la Península de Yucatán. Primero, para impartir talleres de teología india y de teología de la liberación. A raíz de su expulsión eclesial, lo hizo para dar talleres de derechos humanos con enfoque en derecho indígena en la identidad y el territorio. Han transcurrido más de 35 años desde esa 20
fecha, en los que Pedro ha recorrido la mayoría de las comunidades de región. Las conoce de primera mano, de arriba abajo. El maestro Uc Be se inició en la poesía y narrativa en maya por una necesidad y una impotencia. La lectura de libros de filosofía y de economía lo llevó a descubrir las razones de la marginación, la pobreza y el aplastamiento que sufren los pobres. El hallazgo le causó un dolor que lo obligó a nombrar las cosas con la palabra escrita en maya, narrando la experiencia vivida desde el trabajo con las comunidades. Pedro es mayahablante. Siempre lo ha sido, al igual que su familia. Al finalizar el seminario se sumó a un equipo de especialistas que trabajaba en la traducción del Antiguo Testamento al Maya. Durante dos años participó en el proyecto. La experiencia le permitió entender cosas muy importantes dentro de la lengua. Comenzó a hacer traducciones de otros textos y escribir los suyos. A partir de allí, descubrió el pensamiento filosófico que hay en la lengua maya. Cayó en cuenta de la enorme riqueza que posee. En 1992, la llamada celebración de los 500 años del descubrimiento lo sacudió. Respondió volcándose a las comunidades para denunciar el evento. Participó activamente en la gran marcha nacional del 12 de octubre de ese año en la Ciudad de México. La experiencia lo marcó. Dos años después, la insurrección zapatista lo volvió a impactar. Su cercanía con Samuel Ruiz le permitió estar informado del levantamiento y comprender su naturaleza. A partir de 1996, se involucró en el Congreso Nacional Indígena (CNI). Se volcó entonces a construir autonomía y autodeterminación en la región, y a levantar una organización peninsular capaz de convertirse en la columna vertebral de la resistencia y reconstitución de los pueblos como pueblos. Desde hace 13 años, con la llegada de los menonitas a la región y la tala de miles de hectáreas de selva y la siembra de soya transgénica, Pedro se comprometió en la defensa de la tierra y el territorio. La ofensiva “modernizadora” en la región, auspiciada por los gob iernos, caminó de la mano de la devastación y el despojo provocados por parques eólicos fotovoltaicos, granjas porcícolas y el turismo “verde”. 21
Para enfrentar la invasión empresarial, Pedro y sus compañeros fundaron en 2018 la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch Xíinbal. La organización, nacida de décadas de trabajo comunitario, tiene profundas raíces, posee una indiscutible autoridad y representatividad regional, y ha cosechado importantes triunfos contra diversos megaproyectos. La construcción del Tren Maya es, según el poeta, continuación del asalto contra las tierras y los territorios indígenas de los proyectos anteriores. Para él, es una imposición no consultada con las comunidades. Un gran arrebato, en el sentido de que despoja a los pueblos de miles de hectáreas y de su lengua y formas de vida. La amenaza de muerte contra Uc y su hijo está inscrita en su activa oposición a este proyecto colonizador (https://bit.ly/37RdNRZ). Al razonar su lucha contra el Tren Maya, Pedro Uc dice: “Sí, como dice Monsiváis, somos de las causas perdidas. Estamos acostumbrados a perder. Pero no se trata de ganar; se trata de luchar. No queremos colaborar en nuestro asesinato. Queremos luchar para evitarlo. Eso es lo que está en nuestro corazón”. Twitter: @lhan55
Soy sangre A, ¿estoy condenada?
Lydiette Carrión - piedepagina.mx - La Trama Previa - 20 junio, 2020 El coronavirus, al menos desde lo simbólico, sigue gravitando entre murciélagos y vampiros… y sangre. Y nos sigue recordando lo frágil que es la vida Las hipótesis comenzaron a girar casi desde el inicio de la pandemia: aparentemente las personas con grupo de sangre tipo A era más vulnerable al coronavirus; es decir, se contagiaba más fácilmente y lo pasaba peor. Esto lo señalaron científicos coreanos desde marzo, pero hasta ahí. Esta semana, la noticia fue más contundente. Un estudio publicado en la revista “The New England Journal of Medicine” concluyó que las personas con grupo sanguíneo O tienen menos riesgo de adquirir coronavirus que el resto de 22
los grupos. Del mismo modo, las que tienen grupo A tienen mayor riesgo de contagiarse y pasarlo peor. [En algunas notas hallé algo sobre los “piquitos” que los glóbulos rojos tipo A tienen, y que carecen los glóbulos O.] La sangre del cazador De por qué los humanos tenemos distintos tipos de sangre, hay algunas hipótesis que circulan entre las comunidades científicas. Una de las más populares entre la gente común es que esos tipos de sangre se originaron por cuestiones adaptativas, conforme el ser humano fue migrando y asentándose en distintas partes del mundo. Esta misma hipótesis asegura que el grupo A se originó en Europa, el grupo B en Asia, y el tipo O en sería la más vieja, en África y luego llegó a “Sudamérica”. Entrecomillo la palabra sudamérica porque esta aseveración en papers científicos “borra” los procesos de colonización. El grupo O sería en realidad prevaleciente en toda América, hasta que llegó la colonización. Un apunte que se sale del tema, pero que se debe siempre tener en cuenta: la ciencia –como toda actividad humana– tiene la mirada o la ceguera del grupo humano que la hace… Pero regresemos al asunto. A partir de esta hipótesis se desarrollaron incluso dietas acordes con los tipos de sangre. La sangre O estaría vinculada a los cazadores recolectores, entonces debería comer mucha carne y pocos cereales. La A sería de los primeros grupos agrícolas, así que sería semivegetariana; y la B sería una mutación vinculada a los nómadas asiáticos, cuyo organismo se adaptó para poder tolerar la lactosa. Pero es, de nuevo, sólo una hipótesis. No está comprobada. Y ha sido criticada por sus pares científicos. El primer “pero” es que se han encontrado grupos y comunidades aisladas en diversas partes del mundo con grupos de sangre que no corresponden con el fenotipo u origen étnico que plantea la idea de A-Europa, B-Asia O-África. Por ejemplo, en Siberia y Suiza hay comunidades aisladas, con milenios en el mismo lugar, y en cuya población prevalece el tipo O. Una segunda hipótesis plantea que todo el entramado es por mu23
tación. Que originalmente la sangre O era universal, y la A y la B son producto de mutaciones a lo largo de millones de años, hasta llegar finalmente a la AB. Pero una tercera hipótesis, voltea el orden: propone que sería la sangre AB la original, y las mutaciones ocurrieron “al revés”: decantándose primero las tipo A, B y finalmente, la O. Sin embargo, la hipótesis más aceptada es la segunda: que el tipo sanguíneo más antiguo sería el O; sobre todo porque se ven los mismos patrones en otros primates. Enfermedades y sangre Los tipos de sangre se complejizan, está el factor RH negativo o positivo, y no todos los A son iguales, como tampoco los O. Sin embargo, sólo para efectos de simpleza, nos concentramos en esos primeros cuatro grupos A, B, O y AB. Muchos estudios sugieren que algunos grupos resisten más ciertas enfermedades o son más proclives a otras. Por ejemplo, el grupo O es más resistente frente a la malaria; el grupo A evolucionó para resistir mejor la peste bubónica que arrasó en Europa. Hay otros estudios que lanzan hipótesis sobre otras enfermedades crónico degenerativas y su relación con la sangre; y otros más se aventuran a planear menús dirigidos a cada tipo de sangre e, incluso, ir estrechando aún más: diseñar alimentación desde al análisis de ADN. Pero todas estas investigaciones están en proceso. Seguimos en el trayecto de entender esta nueva enfermedad; y entender nuestros cuerpos. Es, sin embargo, un buen recordatorio que frente a la enfermedad, la muerte, no tenemos todo el control. El cuerpo de un joven saludable puede reaccionar de forma no prevista frente al coronavirus, o cualquier otro padecimiento. Nuestros cuerpos son diversos, distintos, con fortalezas y debilidades propias e individuales, la mayor parte de las veces desconocidas para nosotros. La ciencia y el conocimiento avanzan a pasos agigantados; pero no podemos perder la humildad de saber que sólo somos eso: un cuerpo, con fortalezas y debilidades, frente a la vida, la muerte y lo desconocido. 24
Resiliencia+sororidad, el acompañamiento feminista a las víctimas Celia Guerrero - piedepagina.mx - Igualada - 17 junio, 2020
En medio de una crisis sanitaria que se suma a la crisis humanitaria, parece ser buen momento para multiplicar la formula resiliencia+sororidad y fortalecer el acompañamiento feminista a estas mujeres Es poco reconocido, pero no es noticia que existe una historia de acompañamiento entre grupos feministas y familiares de víctimas de delitos y violaciones a derechos humanos, que en su mayoría son otras mujeres, que no necesariamente se asumen feministas. Están, por nombrar algunas, las feministas en el noreste del país que participan en las actividades de exigencia de justicia —incluidas búsquedas en campo— de organizaciones como Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León; también, las colectivas feministas de la periferia del Estado de México, quienes han construido redes de apoyo para madres, hermanas, tías, primas, abuelas, amigas de mujeres y niñas víctimas de feminicidio y desaparición, principalmente. Sería absurdo, por decir lo menos, que los feminismos mexicanos pretendieran desarrollarse como si estuvieran en Marte, reclamando tantas cosas que pueden reclamar como feministas, sin mirar las condiciones particulares de este país. Sería, además, ignorar las luchas sociopolíticas históricas de sus mujeres. Sin embargo, sucede. Cuando hablo del acompañamiento de grupos feministas a grupos de familiares de víctimas me refiero en específico a la suma de luchas en medio de la crisis de derechos humanos provocada por la militarización del país que inició en la administración federal de Felipe Calderón, pero que los gobiernos siguientes continuaron, sostienen y alimentan hasta hoy. Ha sido un periodo en donde ambas luchas parecen haber avanzado por su cuenta, sin tocarse, quizás porque hace falta que haya más y más casos de colaboración. Una mayor sororidad de las feministas con las integrantes de los colectivos de víctimas vendría bien ahora, en este preciso momento 25
en el que mucho de lo avanzado por el movimiento de víctimas en el país se ve profundamente amenazado. No hay razón para seguir obviando el protagonismo de las mujeres en la búsqueda de justicia para las víctimas en este país. Es primordial que se diga, por ejemplo, que los grupos de búsqueda de personas desaparecidas o localizadas sin vida en México los integran en su gran mayoría mujeres. Hace un mes, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez publicó Nos llaman las locas de las palas. El papel de las mujeres en la búsqueda de sus familiares desaparecidos. En el reporte mencionan las razones por las que son ellas las que buscan: mayormente, “por razones que tienen que ver con los roles tradicionales de la mujer como cuidadora y del hombre como proveedor económico”, seguido porque son “el único miembro de la familia que materialmente puede hacerlo”, luego que “los hombres se desesperan o resignan rápido”, y finalmente porque “no quieren exponer al peligro a otros miembros de la familia” o “los hombres están demasiado afectados por la desaparición”. Además, el documento del Centro detalla cómo el asumir ellas el papel de buscadoras tiene, por supuesto, impactos físicos, económicos, psicológicos y en sus proyectos de vida. Por si fuera poco, el escenario para las buscadoras se complicó aún más con la crisis sanitaria por el coronavirus. A principios de junio, la asociación IDHEAS publicó un informe —enviado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos— con los resultados de una encuesta aplicada a casi 700 familiares de desaparecidos (87 por ciento, mujeres). Los datos son devastadores: incluso antes de la crisis sanitaria por el Covid-19, el 40 por ciento de las encuestadas dijeron tener un ingreso familiar total mensual menor a $2,700; el 72 por ciento tienen a niños, niñas y adolescentes a su cargo; y el 34 por ciento de las mujeres perdieron su empleo a raíz de esta crisis. Ante ello, el informe también señala el esfuerzo nulo por parte de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV ) para atender esta emergencia. 26
Desde hace semanas, las buscadoras han instalado plantones frente a oficinas públicas que permanecen cerradas por la contingencia para exigir lo que por ley les corresponde. Mientras, las medidas de austeridad del gobierno de AMLO amenazan con colapsar la CEAV, que en realidad nunca cuajó y viene agonizando gravemente desde hace un año. En medio de una crisis sanitaria que se suma a la crisis humanitaria, parece ser buen momento para multiplicar la formula resiliencia+sororidad y fortalecer el acompañamiento feminista a estas mujeres.
¡Preguntando resistimos! La 4T de AMLO avanza, ¿a pesar de la vida, de la gente, de la Madre Tierra? Pueblos en Camino México - Martes 2 de junio de 2020
Víctor Toledo, el Ministro del Medio Ambiente, publica un editorial en La Jornada de México. Es un texto repugnante. Retórica propagandística al servicio del despojo. Basta con hacerle unas preguntas y leerlo desde éstas, para que quede desnudo. Acá hacemos las preguntas y luego compartimos la editorial del ministro. También compartimos las palabras del CCR del EZLN y un artículo de La Grieta en Avispa Midia con información precisa sobre la militarización y guerra contra México del actual gobierno Mexicano. Víctor Toledo pretende borrar, eliminar como estorbo con este discurso, a los pueblos que desde hace más de 500 años y hoy resisten desde México la invasión y la masacre para la codicia. Víctor Toledo tiene las credenciales, el historial y la retórica que lo hacen merecedor del cargo de Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Gobierno Mexicano. Toledo ha disfrutado del privilegio, los beneficios y las ganancias que se le ofrecen en México a académicos e investigadores arrodillados a proyectos extractivistas con un discurso ambientalista y de izquierda, sobre la base de una arrogancia, intolerancia y autoritarismo incuestio27
nables. A Toledo le gusta que lo vean, que lo aplaudan y, sobre todo, que lo obedezcan. Pero no es porque acá lo aseveremos, sino porque este agente de ladrones pretende borrar toda resistencia al capitalismo propagandístico y sangriento que promueve (a cambio de cargos y ganancias) a nombre de una promesa mentirosa de bienestar que reclute el apoyo de los más empobrecidos y necesitados -con respaldo de cifras como siempre-. A quienes critican y resisten, empezando por el EZLN. Les-nos encasilla y descalifica como «opiniones extremas y trasnochadas de la izquierda (como el conjunto de loperadas del EZLN)«. Claro, si la gente piensa, si la gente sabe y recuerda, si los pueblos preguntan, se organizan y se defienden de una amenaza real, para que no tengan derecho a responder, mientras se les despoja e invade, se les acusa de ser cómplices de la derecha golpista y fascista. «Nos toca el turno a nosotros«, es lo que en realidad representa este otro gobierno «progre»; ésta otra élite que se sirve de lo que sea (auto-nombrarse de izquierda y suplantar a los pueblos) para entrar de lleno al capitalismo mafioso transnacional y acabar con las resistencias dignas. Lo más triste es la manera en que muchxs aceptan y siguen esta retórica convertida en política de muerte y destrucción para enriquecer la codicia de gobernantes y sus cómplices. «El capataz que ahora manda«, como lo señaló el EZLN, le pidió a la Madre Tierra permiso para destruirla. La Cuarta Transformación, 4T, es el programa de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México. La máscara se ha caído y el proyecto está desnudo y a la vista. El corazón de la iniciativa integral de 1. ocupación, 2. despojo, 3. destrucción y 4. entrega al capital transnacional (4T) es el eufemísticamente denominado Tren Maya. Es mucho más y mucho peor que un tren ya que consiste en la militarización, la privatización a sangre y fuego, el despojo extractivista y la invasión arrasadora de territorios de México con énfasis, pero no limitado al Sur-Este Mexicano que han defendido los pueblos Mayas y, especialmente los pueblos Zapatistas. ¡La 4T avanza a pesar de todo!, incluso a pesar de la gente, a pesar de la dignidad, a pesar de la Madre Tierra, a pesar de la muerte. Tenemos unas preguntas para Víctor Toledo, para AMLO y para quienes lo defienden y son cómplices enardecidos de este proyecto de muerte. En México como en el mundo entero les reiteramos con 28
las y los Zapatistas: ¡NOS DEFENDEREMOS! ¡NO AL TREN MAYA! ¡NO AL 4T! ¡SÍ A LA VIDA!¡RESISTENCIA! ¡Así No! Dominación y Despojo. Pueblos en Camino Frente al artículo de Víctor Toledo…Preguntamos Columna de «opinión» autoritaria, propagandística y racista del Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales SEMARNAT publicada en La Jornada de México. www.jornada.com.mx/2020/06/02/opinion/018a2pol#texto 1. ¿La 4T avanza a pesar de todo? ¿incluso de la gente? 2. ¿Escribe como Secretario de Semarnat o como columnista de opinión de La Jornada? La forma es fondo. 3. ¿Se puede hacer una evaluación objetiva de la administración gubernamental desde la administración misma? ¿Existe la objetividad? 4. ¿Asume el gobierno de la 4T como “proyecto renovador de salvamento”? ¿En qué consiste la salvación? 5. ¿Terminó la expoliación, explotación extrema, devastación de la nación, corrupción, desigualdad, deterioro ambiental en este país? ¿Y qué es sino ello el Tren Maya que la 4T arrancó el día de ayer sin acuerdo de la gente que ahí vive, y otros megaproyectos? 6. ¿Es posible un balance sin la voz del proyecto más consolidado en construcción de otra forma de hacer política en este país y quizá a nivel mundial: el EZLN? 7. ¿Es equiparable el EZLN a las caravanas derechistas? ¿en qué aspectos? 8. ¿Esta eliminación del sujeto autonómico no es acaso una expresión de racismo? 9. ¿Qué entiende Sr. Toledo por Ilustración? ¿Se asume de ese sector? ¿Y los añejos debates de la teoría crítica sobre el asunto que equiparan la Modernidad capitalista con la Ilustración? 10. Entonces ¿No estamos invitados a debatir sobre nuestro país los sectores anti-ilustración, anti-modernidad, anti-capitalistas y anti patriarcales? 11. ¿A poco si cayó tan bajo en ocultar el lugar de enunciación de sus palabras? El Estado. ¿Y a partir de dicho silencio construye lo que “debe ser”, “lo correcto”? 29
12. Vaya! por fin una pregunta sensata “¿Este gobierno reconstruye o no los pilares del neoliberalismo?”. 13. Los criterios que elija para responder: Gobierno para todos, Lucha contra la pobreza y marginación, Fortalecimiento del Estado, Lucha contra el neoliberalismo, Combate a la corrupción y Función pública eficiente. ¿no son los mismos de PRI, y del PAN? con la excepción del discurso anti-neoliberal. ¿No es la agenda del Desarrollo, tan analizada y debatida desde finales de la IIGM y cuya crítica se puede sintetizar en la frase “no hay desarrollo sin subdesarrollo” de la teoría de la dependencia? 14. Sobre los “apoyos sociales” Sr. Toledo, cualquiera acá abajo sabrá que para lo único que sirven es para no morir de hambre. Un irrespeto comparado con sus sueldos de funcionarios y académicos. Una mentada de madre es esa brecha salarial. Para nosotrxs las migajas, para ustedes también las migajas pero del gran capital. 15. Finalizar su spot con dramatismo progresista no creo que haya sido un buen remate. 16. ¿Y la relación Estado-crimen organizado? ¿Y las leyes del despojo en biodiversidad? ¿Hay alguna razón por la que se guarda silencio?
“Peleamos contra un monstruo”: masacre de 15 personas en Oaxaca
Pedro Matías / Página 3 y Daniela Rea / Pié de página 23 junio, 2020 Un total de 15 personas Ikoots fueron asesinadas con piedras, machetes y fuego en el municipio itsmeño de San Mateo del Mar. Desde hacía 50 días habitantes solicitaron apoyo e intervención de los gobiernos federal y estatal para prevenir la escalada de violencia, pero tardaron en llegar. Incluso, durante el ataque, la Guardia Nacional abandonó a la comunidad y, una vez consumada la masacre, las autoridades periciales tardaron 24 horas en trasladarse a recuperar los cuerpos. Habitantes acusan al presidente municipal de estar detrás de las agresiones 30
Al menos 15 personas fueron asesinadas, unas lapidadas, otros macheteadas y algunas calcinadas, en el municipio de San Mateo del Mar, en la región del Itsmo, la noche del domingo 21 de junio y madrugada del lunes 22. En un comunicado emitido la tarde de este lunes, la Alcaldía Único Constitucional San Mateo del Mar -una autoridad que surge de las comunidades y no de los órganos electorales- informó que hombres y mujeres originarios de este municipio istmeño fueron sorprendias en una asamblea en Huazantlán del Río, cuando “personas que tenían tomada las instalaciones de la Agencia comenzaron a ejecutar disparos y generar violencia por lo que en el momento y con la presencia de la Guardia Nacional y la Policía Municipal se genera un enfrentamiento con el grupo armado” y que posteriormente las fuerzas de seguridad abandonaron a los habitantes. “Responsabilizamos de los hechos de violencia al grupo armado que direcciona el señor Bernardino Ponce Hinojosa, exigimos que sea anulada su representación municipal debido a que no fue un proceso electoral respaldado por la asamblea del pueblo”, dice el comunicado de la Alcaldía. Por su parte el presidente municipal de San Mateo del Mar, Bernardino Ponce Hinojosa -autoridad elegida electoralmente-, emitió un comunicado en el que acusa a habitantes del municipio del ataque junto con un grupo armado. El presidente municipal ha sido señalado como autor intelectual de otros ataques. En entrevista con Pie de Página, una habitante (A) de San Mateo del Mar, dijo que no se trata de un enfrentamiento entre dos grupos, sino de un ataque contra los habitantes del municipio: “Es un grupo armado que ataca al pueblo. Los muertos son del pueblo de San Mateo del Mar, si (murió) gente que estuvo al servicio del presidente municipal o no, son nuestros hermanos, son nuestras hermanas. Hay gente infiltrada, sicarios que son de fuera y que de alguna manera ellos logran comprar a la gente, se aprovechan de la gente, de las carencias”, agregó la habitante A. “Atrás de estos ataques hay un contexto muy amplio que involucra recursos, un tren interoceánico, las eólicas. Estamos peleando contra un monstruo”. 31
Los antecedentes de la masacre El pasado 3 de mayo a partir de la instalación de un filtro sanitario y del impedimento de acceso a la congregación de la Santa Cruz, se perpetraron dos ataques armados que dejaron un muerto, Filemón Villalobos, así como dos viviendas, cuatro vehículos de motor, una camioneta y dos mototaxis incendiados. A partir de estos hechos la Unión de Agencias solicitó apoyo de los gobiernos federal y estatal para evitar que el conflicto escalara, pero ninguna autoridad respondió. “Como comunidad, como asamblea, solicitamos apoyo a la Guardia Nacional, a la CNDH, a la Defensoría de los Pueblos de Oaxaca, medidas cautelares, al gobierno estatal, pero no intervinieron. El 26 de mayo el gobierno estatal nos dijo que no tenía personal para tener seguridad en la comunidad. Llevamos 50 días de que esta violencia no cesa, no se acaba”, dijo una habitante de San Mateo del Mar, en llamada telefónica, que pidió su anonimato. A partir de esa negativa, las comunidades pusieron barricadas en las noches para cuidarse. La masacre Según el testimonio de una habitante (A) del municipio y de información publicada por la Alcaldía Único Constitucional -la autoridad que surge de la comunidad- el domingo se tenía programada una asamblea, convocada por autoridades de todas las comunidades de San Mateo del Mar, para hacer un homenaje póstumo al señor Filemón Villalobos, asesinado “en manos de la policía municipal”. Alrededor de las 14 horas, dice la habitante de San Mateo del Mar, salieron 20 camionetas de todas las comunidades para llegar a Huazantlán, donde sería la asamblea, y al pasar por la localidad de La Reforma, encontraron llantas incendiadas en el camino. La habitante A dijo: “fuimos detenidos a la altura de la Agencia de Reforma, lugar en donde supuestamente había un filtro sanitario, encontramos sobre carretera llantas incendiadas por doquier que nos impedían el paso, atrincherados entre las llamas, hombres con el rostro cubierto empezaron a accionar sus armas de fuego, hirien32
do de inmediato a varias personas que estaban en las camionetas”. Otra persona de la zona, la habitante B, relató: “No pudimos cruzar, empezaron las detonaciones de armas. Hirieron a seis hombres y lo que decidió el pueblo fue regresarnos y llevar a los heridos a atención médica. Los llevamos a la cabecera municipal, a San Mateo del Mar, aunque otras personas sí alcanzaron a llegar a Huazantlán a la asamblea”. La Alcaldía informó que por estos hechos solicitaron atención médica y seguridad, por lo que a las 16:30 horas del domingo llegó la Guardia Nacional y una ambulancia para trasladar a los heridos. En Huazantlán seguían los preparativos para la Asamblea y allá se dirigió la Guardia Nacional, a la que se le pidió que permaneciera ahí para darles seguridad a los habitantes, ya que desde mayo el gobierno estatal había hecho caso omiso de atender la demanda de seguridad. “Como a las 8, 9 de la noche”, relata la habitante A de San Mateo del Mar, “nos dicen los compañeros que estaban en Huazantlán, empezaron a detonar armas dentro de la agencia de Huazantlán, que ha estado tomada desde el 3 de mayo por gente armada y la Guardia Nacional y la Policía Municipal, en lugar de quedarse a garantizar la seguridad de las personas, quiso salir a la fuerza y salió a la fuerza con golpes, disparos al aire, gas lacrimógeno”. “Por lo que, en el momento y con la presencia de la Guardia Nacional y la Policía Municipal se genera un enfrentamiento con el grupo armado donde hubo decenas de heridos y personas que perdieron la vida”, dice el comunicado de la Alcaldía. La habitante B de San Mateo relató: “no sabemos si son 13 o 15 los muertos. Sabemos que hay 15 tirados en el piso y hay unos que si están muertos, a todas luces se ve que los quemaron, otros los lapidaron con tabiques y otros con machetazos en la cabeza”. “El gobierno está consciente de que pedimos ayuda y no entendemos por qué no nos han ayudado. No sabemos qué hacer. Hay dos regidoras heridas de bala y el síndico está desaparecido”, añadió la habitante B. 33
Lo que más le indigna a la habitante B es que las autoridades “dudan que haya muertos, les decimos vengan porque hay varios muertos y nos dicen es que no hay muertos y ahí están las fotos, no son fotos inventadas. Ahí están esas imágenes donde hay mujeres, entre ellas una que contaba con medidas cautelares que está quemada”. “Ante este cobarde atentado ponemos de manifiesto nuestra más enérgica protesta al gobierno estatal y federal debido que hemos alertado en tiempo y forma del peligro que se cierne sobre nuestra comunidad Ikoots. La complicidad del supuesto presidente municipal Bernardino Ponce Hinojosa y el empresario e influyente Jorge Leoncio Arroyo Rodríguez sigue cobrando víctimas entre los Ikoots y las autoridades federales se cruzan las manos ante estas injusticias”, puntualizó la habitante B. “Señalamos como únicos responsables de esta ola de violencia, actos criminales y asesinatos a Bernardino Ponche Hinojosa y a Jorge Leoncio Arroyo Rodríguez, quienes arropados por instituciones estatales se permiten dañar nuestras comunidades”, dice el comunicado de la Alcaldía. Ayuntamiento acusa a habitantes de la comunidad Según la autoridad municipal en un comunicado publicado el lunes por la tarde “gente que se ostenta como agente municipal de Huazantlán torturaron, quemaron vivos y asesinaron a 15 de nuestros ciudadanos, incluídas dos mujeres”. El presidente municipal en ese comunicado dice que “los hechos fueron respaldados por quien se dice ser jefe de plaza de un grupo de la delincuencia organizada llamado Gualterio Escandón”. Y acusó que el grupo de la Unión de Asambleas y Comunidades Indígenas Ikoots agredió a mujeres que se encontraban a cargo de un puesto de control sanitario a la altura de la localidad de La Reforma al negarse a que se les sanitizaran las llantas de sus vehículos, lo que provocó la molestia de las personas que viajaban en las unidades de motor y con palos, machetes, piedras y armas de fuego agredieron a las responsables del módulo. 34
De estos hechos violentos, destacó, resultaron heridas de gravedad dos mujeres y dos hombres, entre ellas regidoras del Ayuntamiento. Indolente, autoridad estatal acude 24 horas después Las autoridades estatales forenses y periciales se trasladaron al lugar 24 horas después de los hechos. Apenas a las 16 horas de este lunes 22 de junio los cuerpos de las víctimas comenzaron a ser levantados. El desinterés de las autoridades, sin embargo, no se demostró sólo con la llegada tardía para levantar los cuerpos y pruebas periciales del ataque, sino que desde al menos 50 días atrás habitantes solicitaron apoyo al gobierno federal y al estatal para que enviaran seguridad y se previniera el conflicto. Cabe recordar que desde mayo se había advertido que la violencia podría escalar si los gobiernos federal y estatal no atendían. Por la tarde del lunes la Fiscalía emitió un comunicado en el que señaló que investiga los hechos a partir de la carpeta 19265/FIST/ SALINA/2020. “De manera preliminar, se confirma el fallecimiento de 2 mujeres y 13 hombres, que presentan contusiones y quemaduras parciales. Peritos médicos de la Fiscalía General en las próximas horas realizarán las necropsias correspondientes que diluciden las causas de las muertes. “Cabe señalar que tras las primeras investigaciones realizadas por la Fiscalía General, se ha logrado establecer hasta el momento la identidad de 4 cuerpos masculinos identificados como A. R. O., M. A. R. G., O. M. R. V., y R. A. M., así como de una mujer identificada como A. H. V. En tanto, se trabaja para determinar la identificación de los cuerpos restantes”. La Alcaldía en el comunicado exige al gobierno federal que se garantice la seguridad del pueblo ikoots; y exige al gobierno estatal y órganos electorales que se garantice la imparcialidad de la justicia y de la elección de las comunidades. Este trabajo fue publicado originalmente en PAGINA 3 que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie.
RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 24 de junio 2020