CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 26 de febrero de 2020
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Declaratoria de la Asamblea Oaxaqueña en Defensa de la Tierra y el Territorio, realizada en el Corazon de la Ciudad de Oaxaca de Juárez, Oaxaca, a 22 de febrero del 2020. Los Pueblos, comunidades, organizaciones, sindicatos y colectivos oaxaqueños, nos reunimos en el corazón de Oaxaca Rebelde, en el marco de las Jornadas de lucha Samir Somos Todas y Todos, convocadas por el Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, para constituir la Asamblea Oaxaqueña en Defensa de la Tierra y el Territorio, como el espacio donde analizamos las múltiples amenazas que enfrentamos los Pueblos de Oaxaca, así como construir acuerdos y llegar a consensos de lucha en defensa de nuestras vidas, culturas, formas de organización propias y la Madre Tierra. El gobierno mexicano como fiel servidor de las empresas transnacionales ha promovido la privatización de las tierras ejidales y comunales de comunidades indígenas oaxaqueñas, utilizando distintos mecanismos como el Programa de Certificación de Ejidos (PROCEDE) o RRAJA (Programa de Regularización y Registro de Actos Jurídicos Agrarios), o la acción de los Notarios Públicos, a fin de dar seguridad jurídica a las empresas para que puedan establecer sus megaproyectos, tales como parques eólicos, minas, cultivos transgénicos, presas hidroeléctricas y el Corredor Interocéanico en el Istmo, entre otros. Una constante en las distintas regiones donde se están implementando megaproyectos es la violencia sistemática para la generación de terror en la población, garantizado a través de la impunidad y que se traduce en destrucción del tejido social, la inmovilización de la protesta, destrucción y contaminación de los bienes naturales. En la Asamblea hemos coincidido que la violencia no será nuestra forma de lucha para la defensa de nuestra tierra y el territorio. Hacemos un llamado a los Pueblos de Oaxaca a seguir fortaleciendo y reconstruyendo nuestra organización comunitaria, así como el uso responsable de nuestras tierras y el cultivo de la milpa como base de nuestras resistencias. 1
Declaramos que la visión de “desarrollo” del capitalismo neoliberal y de los gobiernos en turno, es totalmente opuesta a nuestra forma de vida. Nuestra lucha es por el derecho a la vida. El capitalismo neoliberal nos impone saqueo, despojo, miseria, destrucción y muerte. Los megaproyectos que amenaza en Oaxaca, abarcan grandes hectáreas concesionados que afectan a nuestras comunidades. El proyecto de proyectos que pretende reordenar el sureste mexicano es el Corredor Interoceánico para abrir el Istmo a los grandes capitales nacionales e internacionales. Se pretende convertir el Istmo en una gigantesca zona que no solo será de transporte de mercancía global, sino productora de materia prima, con grandes parques de maquiladoras para explotar la mano de obra de nuestros Pueblos y nuestros hermanos migrantes. La prueba de ello es que la Guardia Nacional se ha convertido en el muro móvil para impedir el libre tránsito y exterminar nuestras formas de vida. Consideramos de suma importancia para nuestras resistencias la información, difusión y concientización continua y por nuestros medios autónomos; asimismo seguir construyendo nuestra autonomía como comunidades, pueblos, organizaciones y alianzas; es además indispensable promover declaratorias municipales, agrarias y comunitarias en contra de los megaproyectos, y sobre todo impulsar asambleas locales y regionales. A partir del reconocimiento de la Asamblea Comunitaria como pilar fundamental de los Pueblos de Oaxaca y nuestros procesos ancestrales de vida y dignidad, es que hoy decidimos y tomamos los siguientes acuerdos: • • • • 2
Nos Constituimos en Asamblea Oaxaqueña en Defensa de la Tierra y el Territorio. Esta Asamblea Oaxaqueña se declara en sesión permanente. Impulsar Asambleas Regionales para informar e invitar a más comunidades, organizaciones y colectivos para la defensa del territorio. Encontrarnos en la segunda Asamblea Oaxaqueña en Defensa del Tierra y el Territorio el día 22 de julio 2020.
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Llevar a cabo una Movilización Estatal Masiva el día 12 de octubre del año 2020, Día de la Resistencia Indígena, Negra y Popular.
Por último, la Asamblea Oaxaqueña, nos sumamos a la exigencia: • Justicia para los integrantes de CODEDI y libertad para Fredy García Ramírez. • Justicia para la comunidad de San Juan Bosco Chuxnabán, Mixe, ante los asesinatos de sus comuneros y ciudadanos; demandamos la atención inmediata para la resolución del conflicto y la distribución justa y equitativa de los recursos municipales. • Nos solidarizamos con la lucha de la comunidad de Cuatro Venados, Zaachila, para la defensa de su territorio con la Minería. • Justicia para los integrantes de la Corriente de Sol Rojo, Ernesto Serna García -desaparecido- y Luis Armando Fuentes Aquino, asesinado. • Respaldo total al ejercicio de libre determinación de la comunidad zapoteca de San Baltazar Loxicha, Pochutla, en la toma de decisiones y respeto a su proceso de participación social.
La novedad radical
Gustavo Esteva - La Jornada - Lunes 24 de febrero de 2020 Necesitamos aprender a ver y experimentar la novedad. El 15 de febrero se realizó en Oaxaca un coloquio sobre maíces nativos ante los transgénicos. Campesinos, dirigentes indígenas, académicos y activistas, con la coordinación de Ana Ruiz, la principal organizadora del acto, discutieron desafíos actuales y lo que hace falta. Mostraron cómo promesas y discursos del actual gobierno no corresponden a la realidad. Denunciaron que persiste la política que hace décadas ataca al campo y a los campesinos bajo la bandera de la “modernización”, destruyendo nuestras capacidades productivas. 3
Se destacó el papel central de las mujeres en la defensa del maíz. Pequeños productores, principalmente mujeres, alimentan hoy a 70 por ciento de la población mundial. El agronegocio, que posee o controla más de la mitad de los recursos alimentarios del planeta, sólo alimenta a 30 por ciento. Se recordó que las mujeres han realizado la que probablemente sea la más importante transformación política de Oaxaca en los últimos años. Para ellas, la combinación del patriarcado tradicional con el sexismo moderno resultó una forma del infierno. Muchas no tuvieron más opción que padecerlo. Pero otras dieron un paso adelante y se atrevieron a decir: ¡Basta ya! Es preciso reconocer lo que ha significado, en el contexto ferozmente machista de Oaxaca, la valiente decisión de las mujeres de hacer lo que hasta hace poco parecía impensable: tomar la delantera del cambio. Con actos de inmenso valor realizaron una gesta asombrosa, por la cual están pagando un alto precio: ha aumentado sustantivamente la violencia doméstica y el número de feminicidios. Buena parte de los varones sólo sabe reaccionar con violencia. Lejos de ser una anomalía, esto se está volviendo típico. Cunde por el planeta una movilización de las mujeres que tiene un signo novedoso. No está centrada en la muy legítima reivindicación de equidad en salario, empleo, jerarquía y lo demás, para acomodarse más equitativamente dentro del sistema de dominación, patriarcal, estatista, capitalista, explotador, autoritario, violento. Se ocupa ahora de desmantelar desde su base ese sistema. Millones de mujeres dicen al fin en el mundo entero, con fuerza y claridad, que la dominación varonil no tiene fundamento. Por miles de años se consideró normal que las mujeres se subordinaran a los hombres. Era algo “natural”. Muchas madres educaron a sus hijas en esa tradición: las mujeres debían obedecer a los hombres y someterse a su voluntad. Se volvió “normal” que pudieran ser acosadas, violadas, golpeadas… Así llegamos adonde estamos hoy, a una situación tan atroz como inaceptable, cuando son cotidianamente asesinadas. Las mujeres dicen ¡Basta ya! a todo esto. No es sólo la exigencia indispensable de que ni una más: no más muertes, no más violaciones. 4
Es también la exigencia de acabar con este régimen de dominación, con el principio patriarcal del dominio jerárquico. Al terminar con toda jerarquía, acabaremos también con el absurdo supuesto de que lo artificial es mejor que lo natural y que es apropiado, por ende, liquidar lo vivo, como hacen los hombres, desde las corporaciones y los gobiernos; como hacen con las semillas nativas, por ejemplo, sustituyéndolas por las producidas en los laboratorios de las corporaciones. Podemos esperar lo mejor, pero nos preparamos para lo peor. Está por venir. La agonía del régimen patriarcal desata reacciones aún más violentas y destructivas, con niveles apenas concebibles de degradación humana, social y política. Cuando un régimen muere o una época termina, recurre a las fuerzas que le quedan para pretender que está en su apogeo. Eso sufrimos hoy. Necesitamos apelar a todas nuestras reservas de dignidad y coraje para hacer frente a lo que tenemos encima. Transitaremos por el camino abierto por las mujeres, que desataron la más radical de las revoluciones de la historia, la revolución antipatriarcal. No estaremos solas, solos. Ante la convocatoria del Congreso Nacional Indígena y los zapatistas a las jornadas de lucha Samir somos todas y todos hubo acciones dislocadas en todo el país, a cual más impresionante y organizada. En Oaxaca, por ejemplo, se realizó un mural y una barricada cultural y el sábado 22 de febrero, en el zócalo de la ciudad de Oaxaca, docenas de comunidades y organizaciones muy diversas constituyeron la Asamblea Oaxaqueña en Defensa de la Tierra y el Territorio. Fue claramente la oportunidad de la palabra y del acuerdo. En un clima abierto y convivial se tomaron acuerdos que definen la agenda de lucha para lo que resta del año. Los acuerdos regresarán a las comunidades y regiones para que en las respectivas asambleas se preparen los siguientes pasos, tan lúcidos como combativos. Queda claro que oaxaqueñas y oaxaqueños están decididos a resistir la ola de despojo que los amenaza y a construir en forma autónoma otra posibilidad. Están en pie de lucha. gustavoesteva@gmail.com 5
Los violentos
Javier Sicilia - Proceso - 25 febrero, 2020 Desde que el 17 de noviembre de 2019 publiqué mi “Tercera carta abierta a López Obrador” (Proceso 2246) anunciando lo que sería la Caminata por la Verdad, la Justicia y la Paz, que concluyó en Palacio Nacional el 26 de enero, la violencia no dejó de acompañarnos. Tanto el presidente como sus corifeos en la prensa y las redes sociales no dejaron de ejercerla mediante la descalificación, la malversación del espíritu de la caminata y por último, mediante un grupo de choque que, auspiciado por Morena y las descalificaciones del presidente, nos aguardó en la plancha del Zócalo con discursos de odio. Lo pavoroso de esa violencia es que no provino de psicópatas, perversos y sádicos que tienen aterrorizado al país con crímenes atroces, sino de gente normal, de gente que, como nosotros, ama a sus hijos; que, como nosotros, quiere el bien y la paz, pero que anteponiendo su fanatismo político a la espantosa realidad del país, a nuestro sufrimiento y a nuestra propuesta de verdad y justicia, se volvieron –como Hannah Arendt describió a Adolph Eichmann durante su juicio en Jerusalén– aterradoramente normales. Lo pavoroso de esa violencia es que no provino de psicópatas, perversos y sádicos que tienen aterrorizado al país con crímenes atroces, sino de gente normal, de gente que, como nosotros, ama a sus hijos; que, como nosotros, quiere el bien y la paz, pero que anteponiendo su fanatismo político a la espantosa realidad del país, a nuestro sufrimiento y a nuestra propuesta de verdad y justicia, se volvieron –como Hannah Arendt describió a Adolph Eichmann durante su juicio en Jerusalén– aterradoramente normales. Esta normalidad que, cegada por lo ideológico, utiliza discursos de desprecio y odio, como lo hace el sadismo del crimen organizado con sus víctimas, es mucho más terrorífica que todas las atrocidades que diariamente se cometen en el país, porque en nombre de la supuesta bondad de un gobierno justifican lo atroz a la vez que lo ocultan e inoculan en la vida social y política el germen de la enemistad, del odio y del rencor que buscan combatir. 6
Al mirar y escuchar el 26 de enero en la plancha del Zócalo a esos seres normales que nos cerraban el paso coreando insultos –que el subsecretario de Gobernación Ricardo Peralta potenció con su abominable tuit, “A chillidos de marrano, oídos de chicharronero”, y que el presidente aprobó al día siguiente elevándolos al rango de “diferencias de opinión”– pensé en los gritos de odio que, mucho antes de la Solución Final –que hizo de Eichmann un asesino, gente normal, “aterradoramente normal” como él–, lanzaba contra los judíos en la Alemania nazi. Pensé también en ese tipo de delincuencia que las ideologías fabrican y que hacen decir a la gente normal no sólo cosas que promueven el crimen, sino que, “ya que del dicho al hecho hay sólo un trecho”, la impulsan a llevarlos a cabo sin saber ni intuir que en uno y otro caso cometen actos de maldad. Enfebrecidos por un odio inoculado por lo ideológico, muchos de aquellos que nos insultaban bajo el grito de “Es un honor estar con Obrador”, llegaron a patear y a golpear en las costillas a algunas de las víctimas, que en medio de la violencia dimos una lección de la dignidad y la paz que buscamos. En un país con cerca de 300 mil asesinados, de 66 mil desaparecidos, de actos de crueldad aterradores, esas formas de la agresión que se promueven desde la presidencia y Morena, están no sólo escalando la violencia a sitios aún intocados por ella, sino normalizándola como parte de la vida social y política, banalizando el mal y haciendo que las palabras y el pensamiento se vuelvan impotentes ante la barbarie. Al hacer de la malversación del sentido, del desprecio, del insulto y de la provocación, una forma normal de la vida social y política, el Estado está llevando la perversión (volver de revés, pero también erosionar, desordenar, cambiar el mal en bien) a sus formas más abyectas: la violencia no como expresión de la transgresión de la vida, en el sentido sádico del término, que puede rastrearse en las formas en que se asesina en México, sino en nombre de una racionalización ideológica que complica la realidad criminal que desde hace mucho tiempo padece el país. 7
La violencia que se promueve desde el poder no es heredera del sadismo con el que el crimen organizado tiene ensangrentadas nuestras vidas, a pesar de que, en una y otra, la violencia es el resultado de la malversación de la moral y de la ley. La violencia sádica obedece a un desorden estructural del alma, la que promueve el Estado a un desorden que coloca la ideología por encima de la realidad y termina también por desordenar el alma. Una y otra se retroalimentan, se vuelven cómplices y hacen imposible la paz. Estamos asistiendo en México a una época en que desde todos los ámbitos, diría el recientemente fallecido Georges Steiner, se desprecia la vida humana, el delicado proceso por el que llegamos a ser lo que somos y a través del cual escuchamos el eco de nuestra humanidad. Este desprecio está promovido por intereses políticos, ideológicos y económicos que, al separar la vida moral de la vida emocional, convierten a las víctimas y su sed de verdad y justicia en seres inmundos, como Gregorio Samsa, que dan carta de naturalización al sadismo del crimen organizado y suscitan el odio de quienes deben protegernos y acompañarnos. Épocas así, donde la mentira se expresa tercamente, donde la crueldad se promueve y se disculpa en nombre de las abstracciones ideológicas, donde en el mundo de la polis las palabras se malversan en sus significados más humanos y profundos, y el lenguaje del diálogo y de la poesía fracasan, anuncian un periodo de oscuridad cuyos infiernos podemos leer en la historia de otros pueblos más civilizados que el nuestro. Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, detener la guerra, liberar a todos los presos políticos, hacer justicia a las víctimas de la violencia, juzgar a gobernadores y funcionarios criminales, esclarecer el asesinato de Samir Flores, la masacre de los LeBarón, detener los megaproyectos y devolverle la gobernabilidad a Morelos. Este análisis se publicó el 23 de febrero de 2020 en la edición 2260 de la revista Proceso
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Emilio Lozoya y la plutocracia gansteril Carlos Fazio - Lunes 24 de febrero de 2020
En los albores del neoliberalismo a inicios de los años 70 −y con mayor profundidad en México desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari a finales de los 80−, las organizaciones de lo que se dio en llamar entonces crimen organizado comenzaron a abandonar la marginalidad y se instalaron en el corazón de nuestros sistemas políticos y económicos, ya no como una anomalía sino como un indicador de la evolución criminal del mundo moderno. Dada su naturaleza profundamente depredadora, y debido a su esencia parasitaria y encubierta, las nuevas organizaciones criminales se vieron obligadas a actuar con discreción; es decir, en las sombras, ya que su actividad es punible conforme al Estado de derecho formal. La así llamada “liberalización” que convierte todo en mercancía, resumida en el trinomio privatizaciones-unificaciones territoriales-desregulación de los mercados (“insurgencia plutocrática” la llamó Robert J. Bunker), benefició aún más a los grupos de la economía criminal, que encontraron nuevas oportunidades de expansión e ingresos. Y debido a que entre sus objetivos principales figura la acumulación de poder y de lucro, la “globalización” comercial y financiera les permitió invertir de forma masiva en la economía legal y multiplicar “sociedades de fachada” (tapaderas legales con métodos empresariales clásicos), con el fin de encubrir fraudes, cohechos, tráfico de influencias, vaciamientos de empresas, quiebras fraudulentas, malversaciones, peculados y diversas operaciones con recursos de procedencia ilícita (como el lavado de dinero procedente de la corrupción y la defraudación fiscal) o derivadas de asociaciones delictuosas, a través de sofisticados esquemas financieros. El salinismo fue el cuerno de la abundancia de funcionarios gubernamentales y empresarios criminales que tomaron el país como botín. En su seno surgieron nuevos funcionarios políticos, empresarios y banqueros schumpeterianos de tipo mafioso: innovadores, oportunistas, pragmáticos, agresivos, con una nueva racionalidad económica; regidos por una “destrucción creadora” al servicio de la máxima rentabilidad y la eficacia de la gestión capitalista, por lo que desde las alturas del poder sexenal se relacionaron con múltiples socios especia9
lizados del ámbito de la economía legal: financieros, juristas, fiscales y publicistas, indispensables para realizar el proceso de blanqueo, consistente en acumulación, colocación e integración de capitales. Ese contacto prolongado produjo cierta “contaminación” y dio lugar a un nuevo tipo de actor económico: el funcionario y/o empresario legal y criminal, un modelo intermedio entre el mafioso y el hombre de negocios tradicional, al que el experto Jean-Francois Gayraud define como “empresario gris” o socio “silencioso” pero activo de los grupos de la economía criminal. El número de esos híbridos político-económico-financieros −que en Italia definen como en “olor de mafia”− y que operan como intermediarios, puentes y tapaderas de recursos de la economía legal (blanca) y la economía criminal (negra), creció durante los sexenios siguientes y se multiplicó durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, incluyendo la captación de recursos y contratos públicos; la creación de valor vía la corrupción, el soborno o la extorsión, y la inversión masiva de los beneficios del crimen en actividades tanto legales como ilegales. Es en ese contexto que hay que ubicar la detención en España de Emilio Lozoya Austin, ex director de Pemex, a quien el fiscal general, Alejandro Gertz Manero, acusó de ser parte de una presunta estructura criminal que tenía como objetivo central el saqueo sistemático de bienes públicos. Con un agravante: según Javier Coello Trejo, abogado del acusado, “él no se mandaba solo”; lo que induce a pensar que Lozoya era parte de un sistema de corrupción estructural en cuya cúspide no podía estar sino el presidente de la República Peña Nieto. Señalado en documentos de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, de ser el eslabón principal de una compleja fórmula para maquillar, triangular y desviar transacciones financieras millonarias realizadas por la constructora brasileña Odebrecht, Altos Hornos de México (cuyo dueño Alonso Ancira también está preso en España) y la firma hispana OHL, Lozoya, en proceso de extradición, ha sido acusado por Gertz Manero de operaciones con recursos de procedencia ilícita y asociación delictuosa. Nieto de un ex gobernador de Chihuahua e hijo de Emilio Lozoya Thalmann, ex director del Issste y secretario de Energía de Carlos 10
Salinas, los hilos de la telaraña de la que forma parte Lozoya Austin, ex director del Foro Económico Mundial de Davos para América Latina, podría involucrar a otros ex integrantes del círculo peñanietista, como Luis Videgaray, Gerardo Ruiz Esparza y Pedro Joaquín Coldwell; empresarios gasolineros, como los hermanos Karam, dueños del grupo Hidrosina; al poderoso ex dirigente del sindicato petrolero Carlos Romero Deschamps, y hasta políticos y empresarios españoles, como el magnate Juan Miguel Villar Mir, máximo accionista de la constructora y gasera OHL, privilegiada durante el sexenio anterior; Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Junta de Galicia, y Mar Sánchez Sierra, sus protectores en la Costa del Sol andaluza, sin descartar a ex directivos de la segunda petrolera rusa, Lukoil.
Patrañas conspirativas contra el EZLN
Gilberto López Y Rivas - La Jornada - Viernes 21 de febrero de 2020 Recientemente, por las redes sociales, circuló un video del controvertido periodista ruso Daniel Estulin, radicado en España, en el que sin pruebas que sustenten sus elucubraciones conspirativas, “revela” los supuestos vínculos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), y, claro, del s ubcomandante Marcos con la corona británica (sic) para nada menos que “desmembrar México, destruir su Constitución y hacerse con sus recursos naturales en nombre de los saqueadores extranjeros mundiales, usando a las comunidades indígenas como un recurso de bandera falsa (…) Respaldados por intereses angloamericanos, sus objetivos inmediatos son la modificación de las constituciones para establecer el concepto de autonomía indígena a través de los acuerdos de San Andrés, negociados con los zapatistas.” Estas calumnias lo único que sí “revelan” es la ignorancia profunda de Estulin sobre la realidad mexicana. Para empezar, hace ya algunas décadas que México ha sido recolonizado por la transnacionalización neoliberal; su Constitución devastada por las reformas estructurales y leyes secundarias que han facilitado, precisamente, el saqueo de sus recursos naturales por las corporaciones mundiales; los acuerdos de San Andrés han sido incumplidos y traicionados 11
por el Estado mexicano, que impuso una contrarreforma constitucional que niega el derecho a la autonomía; y, es claro, el analista incurre en el racismo de todos los denostadores del movimiento zapatista de 1994 a la fecha: negar protagonismo a los pueblos mayas, que como las “cobayas” de Mario Vargas Llosa, confeso antizapatista, son eternamente utilizados como meras comparsas para conspiraciones de diversa naturaleza y origen. Que el periodista se informe sobre las concesiones mineras, en su mayoría canadienses, en más de un tercio del territorio nacional, que siguen saqueando más oro y plata que en la Colonia, o sobre la red de gasoductos de empresas estadunidenses, que, por cierto, se verán muy beneficiadas con el megaproyecto del Istmo de Tehuantepec, que el gobierno de la Cuarta Transformación quiere imponer, sin importar que las consultas sean ilegales pero “legítimas” (sic), acorde con el Secretario del Medio Ambiente, o sobre los 3 mil 638 kilómetros de vías férreas concesionadas a la Kansas City Southern de México (sic), que traslada contenedores al centro del país y a los puertos de Lázaro Cárdenas y Tampico, que, como lo he reiterado, hace realidad en pleno siglo XXI, y si llegara a concretarse el megaproyecto del istmo, el Tratado McLane–Ocampo, para beneficio de las corporaciones capitalistas estadunidenses. No es la corona británica la que está detrás del Tren Maya, sino, en todo caso, la española que se apresta a licitar ferrocarriles y concesiones hoteleras de lujo a lo largo de las vías. Una visita a las páginas de Enlace Zapatista y del Congreso Nacional Indígena podría proporcionar los datos necesarios sobre la invasión de los territorios indígenas por parte de proyectos eólicos, termo e hidroeléctricas, privatizadores de agua, agroindustria, enclaves industriales, armadoras de automóviles, etcétera, así como las corporaciones mundiales favorecidas con otro mega proyecto paradigmático de Andrés Manuel López Obrador, el integral Morelos-Puebla-Tlaxcala. En correspondencia con los infundios de los intelectuales de la Cuarta Transformación y las redes sociales, Estulin afirma sin bases: “Los zapatistas se han desenmascarado. El subcomandante Marcos, hoy autonombrado subcomandante insurgente Galeano, mueve el EZLN en unidad con el PRI-PAN, Antorcha Campesina, los LeBaron y los gobernantes enemigos del pacto federal (sic) para juntos sabotear al Gobierno de México”. 12
Estulin plantea que el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales, “decreta la idea bestial (sic) de que los indígenas deben ser considerados una especie aparte del resto de la humanidad, y establece que los pueblos indígenas son dueños de sus tierras incluyendo los recursos naturales en el medio ambiente, así como el derecho a mantener el control de su desarrollo económico, social y cultural”, lo cual constituye una interpretación tergiversada del referido convenio, pues, precisamente los estados que lo han firmado, han impuesto los candados necesarios para que el derecho a la “libre determinación”, que se formula en las autonomías, no sea equivalente al derecho de autodeterminación, que se expresa, en última instancia, en el derecho a fundar un Estado propio. Así, tampoco tienen sentido las especulaciones de Estulin sobre que las autonomías indígenas representan un riesgo para la “existencia misma de México como Estado-nación” o que el EZLN es un movimiento: “separatista pro-angloamericano (sic).” Tampoco, tiene base alguna afirmar que “detrás de cualquier apariencia de militancia antiglobalista hay jugadores más poderosos que están orquestando la fusión de estos nuevos movimientos jacobinos para sus propios fines.” Al comandante del EZLN, Pablo Contreras.
¿Y la investigación apá?.. A un año del asesinato de Samir
Daliri Oropeza - Piedepagina.mx - Microfilme Postal - 18 Febrero, 2020 Quedan grandes pendientes en la investigación sobre el asesinato del defensor del territorio Samir Flores. Dos de ellos son profundizar la indagatoria sobre su activismo contra el Proyecto Integral Morelos y su activismo político que buscaba la libre determinación para Amilcingo La exigencia por justicia y por una investigación digna están desde el primer momento. Lo exigen la comunidad, su familia, sus amistades. A un año del asesinato de Samir Flores Soberanes, 13
ninguna línea de investigación es conclusiva ni se ha cerrado. Al parecer ninguna avanza. Solamente el abogado, con apoyo de la comunidad, logró cerrar dos. El caso inició con con siete líneas de investigación. “Hemos estado colaborando con las autoridades”, afirma el abogado David Peña, responsable desde principios de marzo del 2019 de llevar el caso. Las dos líneas de investigación que cerró la defensa legal fueron sobre el entorno familiar y el entorno personal, entiéndase alguna bronca o riña o, incluso alguna deuda. La línea de la radio se cerró por falta de información, pues no hay registros grabados de lo que Samir decía en sus dos programas. “Quedó cerrada pero no porque no pensemos que va por ahí, pudo haber incomodado a alguien que lo escuchara”, insiste Peña. Ninguna de las líneas de investigación está relacionada con el crimen organizado, aunque el primer rumor que circuló recién fue su asesinato es que un supuesto grupo llamado “Comando Tlahuica” era el responsable; incluso sembraron una cartulina con un supuesto mensaje, aunque tal versión fue desechada. “Era una distracción, incluso la cartulina estaba mal escrita, decía tlaíca, si tú vas a adjudicarte un ataque, pues por lo menos firmas bien, de entrada. Por esos elementos se descartó esa línea porque no tenía solidez”. Así que quedan cuatro líneas abiertas: por su activismo contra la termoeléctrica, el gasoducto y el acueducto. Por el activismo político que busca regirse por usos y costumbres en Amilcingo: “él no hacia solo este activismo, es la comunidad”. Por la disputa de la escuela primaria en tensión con la que hizo el ala a favor del gasoducto. Por una deuda del municipio tras una demanda laboral que ganó Samir. Los grandes pendientes tienen que ver con que urge profundizar en una linea de investigación: en el activismo de Samir. En los intereses que estaba afectando, abrirlo a empresas, inversio14
nistas. El abogado asegura que hay actores en la zona que están a favor de la termoeléctrica y el gasoducto, además son identificados claramente. “Nosotros hemos insistido en que se tiene que citar a los actores de diferentes órdenes de gobierno, local, federal… estatal, para saber cuál era su papel, si sabían de amenazas a Samir, si conocían las condiciones de riesgo en las que él hacía su trabajo, incluso alguna relación con él en los días previos al asesinato. No hay autoridades estatales citadas a declarar, ni autoridades federales. Ese es un gran pendiente, abrirlo a posibles actores del gobierno o políticos que tuvieran algún interés que no están siendo investigados por la fiscalía”. La disposición del la Fiscalía de Morelos, región Cuautla, al principio fue aceptable, de acuerdo con el abogado, “no que tuviera resultados pero sí disposición”. El abogado y la comunidad llevaron a personas, les pidieron declarar. La Fiscalía realizó hizo una inspección en la casa de la familia. Pero todo cambió el mes de agosto de 2019, donde hubo ausencia y falta de comunicación por parte de la Fiscalía. “Se hicieron perdidizos, no nos citaban a reuniones, no nos tomaban el teléfono. No tuvimos comunicación. A partir de ahí la comunicación fue nula. Nos dejó de buscar, dejamos de tener reuniones de seguimiento. No sabemos en qué estado está el proceso. Se mantuvo así, la fiscalía no avanzó en el fondo, en la parte sustantiva de la investigación desde entonces”, declara el abogado David Peña. Hasta diciembre de 2019 volvieron a tomar la llamada de la Fiscalía y aceptaron reunirse en enero de este 2020. En la última reunión recuperaron los temas pendientes con algunas de las líneas de investigación, acordaron trazar nuevos ejes para la realización de las investigaciones y reactivaron las reuniones. El fiscal de Cuautla citó al abogado hoy asegurando que tienen información. Claro, un día antes del cabo de año de Samir. ¡Qué casualidad! 15
El legado de Samir Flores
Luis Hernández Navarro - La Jornada - Martes 25 de febrero de 2020 Desafiante, el busto de Samir Flores mira a Palacio Nacional. Esculpido en grafito y resina, montado en una base de concreto, fue colocado sorpresivamente en el Zócalo capitalino, en una jardinera cerca de la calle Madero, al lado de la escultura de Cuauhtémoc. La escultura de Samir fue puesta allí el pasado 21 de febrero, al terminar una manifestación de más de 7 mil indígenas, grandes contigentes del Movimiento Urbano Popular, campesinos y jóvenes, convocada para recordar el primer aniversario de su asesinato a manos de pistoleros. Le señala “a las autoridades del Estado mexicano su obligación de proteger y garantizar las condiciones de defensa y seguridad de las personas que ejercen la defensa de los derechos humanos”. La imagen del indígena nahua morelense en el Zócalo contrasta con la escultura de un caballo rampante, de 3.20 metros de altura, elaborada con microesfera, que el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, le obsequió al general Juan Antonio Bernal, comandante de la séptima región militar, el pasado 19 de febrero. Símbolo de la austeridad republicana que ejerce, el regalo que fue acompañado de una escultura de jade, es copia de un corcel que perteneció al militar. Con la instalación del busto del campesino, herrero y comunicador popular de Amilcingo, defensor del territorio, opositor a la instalación de la Termoeléctrica de Huexca y al Proyecto Integral Morelos (Daliri Oropeza, https://bit.ly/3c1ObUi), suman ya siete los antimonumentos erigidos en la Ciudad de México, sin permiso de autoridad alguna, en su mayoría a lo largo del emblemático Paseo de la Reforma. En ellos se cuenta la otra historia del país: la de las grandes tragedias favorecidas por los abusos del poder y la resistencia popular. Son una llamada de atención que no pretende “perpetuar el momento sino impulsar la percepción de que no es un hecho inamovible”. El +43 es una escultura roja de tres metros y 800 kilos, colocada en el cruce de Reforma y Bucareli, que rinde homenaje a los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Un enorme lego tridimensional 16
con pintura acrílica color pastel con el número 49 y las letras ABC, de una tonelada de peso, levantado frente a las oficinas centrales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), rememora a los 49 niñas y niños fallecidos en el incendio de la guardería ABC, en Hermosillo, Sonora. De cara a la Bolsa Mexicana de Valores, se yerguen tres módulos de cuatro metros y medio de alto, con un 6, un 5 y un signo de más, con los nombres de los 65 mineros que quedaron enterrados en el derrumbe de la mina de Pasta de Conchos. También en el Zócalo, como el busto de Samir Flores, pero en la jardinera ubicada entre la Plaza de la Constitución y Madero, se levantó una figura rojinegra de tres metros de altura con la insignia del Comité 68. No muy lejos, en avenida Juárez, frente a Bellas Artes, se colocó el símbolo del espejo de Afrodita con el puño en alto, para denunciar la violencia feminicida que azota al país (Gloria Muñoz, https://bit.ly/2HLDCqy). Frente a la explanada de la alcaldía Gustavo A. Madero se puso un enorme número 12 acompañado de coronas de flores, para honrar a las víctimas de la tragedia de la discoteca News Divine. El actual alcalde, Francisco Chíguil, al frente de la delegación cuando se produjo la desgracia, ordenó retirarlo. Samir es otro de una larga lista de integrantes del CNI asesinados en lo que va del sexenio. Son parte de ella: Julián Cortés Flores, mephaa de la Casa de Justicia de San Luis Acatlán, Guerrero; Ignacio Pérez Girón, tzotzil del municipio de Aldama, Chiapas; José Lucio Bartolo Faustino, Modesto Verales Sebastián, Bartolo Hilario Morales e Isaías Xanteco Ahuejote nahuas organizados CIPOG-EZ; Juan Monroy y José Luis Rosales, nahuas de Ayotitlán, Jalisco; Feliciano Corona Cirino, nahua de Santa María Ostula, Michoacán, y el músico de rap y jaranero Josué Bernardo Marcial Campo, conocido como TíoBad, popoluca de Veracruz. El antimonumento de Samir fue parte de la jornada de lucha de tres días, convocada por el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en defensa del territorio y la madre tierra Samir somos Todas y Todos. En esas fechas, hubo protestas en varios puntos del país y estados (entre las que desatacan 17
las movilizaciones del EZLN), foros de análisis y debate y una Asamblea Nacional del CNI (fundado en 1996), en Amilcingo. Más allá de la resistencia a los megaproyectos, uno de los hechos que resaltaron de la campaña es que, en un momento en que las mujeres salen a las calles en todo el país contra la violencia que sufren, en territorio zapatista no hay un solo feminicidio. La asamblea mostró un notable crecimiento y vitalidad de la convergencia indígena en marcha. Participaron en ella 600 delegados, pertenecientes a 17 pueblos originarios, provenientes de 21 estados y 11 países. La incorporación de sectores urbanos y de nuevas comunidades es –a decir del dirigente del CNI, Carlos González– muestra de un mayor descontento social. Como señala el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala, el busto de Samir Flores mirando a Palacio Nacional es un recordatorio de “la situación de riesgo y represión que viven las personas defensoras de derechos humanos en el país” y un atento llamado a que se haga justicia. Twitter: @lhan55
Samir Flores
Gloria Muñoz Ramírez - La Jornada - Los de abajo Sábado 22 de febrero de 2020 Samir Flores Soberanes, el defensor del territorio y comunicador comunitario asesinado hace un año en su natal Amilcingo, Morelos, se ha convertido en el referente nacional de la lucha contra los megaproyectos que se imponen en territorios indígenas. El primer aniversario de su asesinato sirvió de contexto para la celebración de unas jornadas de tres días en las que se denunció la represión a los defensores del medio ambiente y a la autonomía de los pueblos originarios. Con el hashtag #SamirSomosTodasyTodos se registraron 77 actividades en 21 estados de la República y en diversas ciudades de Alemania, Bélgica, Brasil, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Guatemala y Grecia. 18
El eco internacional que demanda justicia para el defensor nahua llegó hasta la oficina de Derechos Humanos de la ONU, que reconoció “su invaluable labor en la defensa y promoción de los derechos de las comunidades indígenas”, y llamó a las autoridades mexicanas a continuar con las investigaciones y dar con los responsables. “Es necesario que el Estado mexicano adopte las medidas necesarias para garantizar condiciones de seguridad a otras personas defensoras de la región que han recibido amenazas y hostigamiento por su labor, así como intentos de criminalización”, advirtió el organismo internacional. Terminar con la impunidad es otra de las demandas del movimiento indígena, pues hasta el momento no hay un solo detenido por el asesinato de Flores Soberanes. “Este gobierno tiene la oportunidad de resolver el primer asesinato político del sexenio, pero ni la Secretaría de Gobernación ni ninguna instancia federal se han acercado al problema, parece que no les importa”, señala el abogado David Peña, quien representa a la familia de Samir. El proceso se complica, advierte Peña, por el entramado de las relaciones locales y los grupos políticos que existen alrededor del PIM. “La fiscalía no sabe cómo entrarle al caso por todos los grupos inmiscuidos”, dice, y aunque el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua (FPDTA) y la familia de Samir insisten en que el caso sea atraído por la Fiscalía General de la República, el abogado indica que “es la misma ineficacia en las dos fiscalías, pero el mapa de los actores locales lo tiene la fiscalía de Morelos, pero no ha demostrado capacidad y disposición”. www.desinformemonos.org - losylasdeabajo@yahoo.com.mx
Samir Flores y las resistencias
Raúl Romero* - La Jornada - Sábado 22 de febrero de 2020 El 11 de febrero de 2019, Samir Flores y un grupo de opositores al Proyecto Integral Morelos acudieron a protestar a una actividad en la que estaría el presidente Andrés Manuel López Obrador. Con mantas, consignas y un modesto equipo de sonido, los y las manifes19
tantes permanecieron durante todo el acto hasta que lograron llamar la atención del presidente. AMLO, quien estaba acompañado, entre otros, por Cuauhtémoc Blanco y Hugo Erick Flores, volteó hacia el grupo en el que se encontraba Samir y, visiblemente molesto, con la mano derecha alzada y el dedo índice también levantado, se refirió a ellos y ellas en tono retador: “Escuchen, radicales de izquierda, que para mí no son más que conservadores”. Nueve días después, el 20 de febrero, Samir Flores sería asesinado a las afueras de su casa. No ha sido la única vez que AMLO ha descalificado a personas, pueblos y organizaciones sociales que expresan el dolor y el descontento de un país que se sigue desangrando día a día. Lo ha hecho contra los movimientos de víctimas, de migrantes, de mujeres, de pueblos originarios, de periodistas. Para descalificar sus protestas y demandas, se refiere a algunos de estos sectores como “provocadores”, “abajo firmantes”, “ridículos”, o cualquier calificativo que ayude a ubicarlos en el plano de “los conservadores”. En ese discurso que se centra en el antagonismo pueblo/oligarquía, con sus adaptaciones según la moral e ideología del titular del ejecutivo (liberales/conservadores, buenos/malos), no hay cabida para observar otras contradicciones u opresiones. En este discurso la ex-plotación no aparece, por lo que explotadores y dueños del capital que anteriormente eran ubicados como parte de la “mafia en el poder”, ahora llegan a ser protegidos con la popularidad del Presidente. Lo mismo sucede con los proyectos y megaproyectos extractivos, algunos de ellos antes impulsados o implementados por gobiernos neoliberales. El Corredor Transístmico, el Proyecto Integral Morelos o la Constellation Brands hoy son retomados por la actual administración y presentados como necesarios. En otros casos, sólo basta con cambiarles el nombre o la ubicación, como el Tren mal llamado Maya o el aeropuerto en Santa Lucía. No importa que en el pasado las resistencias y luchas de los pueblos los hayan detenido, hoy son moneda de cambio de promesas de un futuro mejor, las mismas promesas que otros ya hicieron. Pero este discurso no es exclusivo del Presidente. En cualquier espacio que les sea posible, funcionarios de gobierno y seguidores de AMLO lo reproducen. “Los zapatistas son un invento de 20
Salinas”, “¿Y tú dónde estabas cuando se imponía el neoliberalismo?”, “Las caravanas de migrantes son un invento de Trump”, “Hay ‘mano negra’ detrás de los movimientos de mujeres”. El objetivo es el mismo: anular las resistencias, desprestigiarlas, ubicarlas en el mismo campo que las verdaderas fuerzas dominantes, aunque muchas de estas últimas, en realidad, estén con el Presidente. Esta estrategia parte de una premisa: “el país va bien”, “el pueblo está feliz”, si alguien difiere, es conservador o aliado de la derecha. En el peor de los casos, el Presidente y sus seguidores siempre pueden tener “otros datos” para confrontar la realidad. La estrategia los lleva a presentarse como la única “izquierda” y pretender el monopolio de la verdad. Lo problemático es que López Obrador es el Presidente de México, el jefe del Estado y, como tal, su voz tiene eco y consecuencias. En un contexto de violencia política y criminal como el que se vive en México desde hace más de una década, donde mujeres, periodistas y defensores del territorio son asesinados constantemente, el que el Presidente descalifique o minimice a las resistencias y los problemas que plantean, haciendo uso del privilegiado espacio mediático con el que cuenta, abre la puerta para el acoso, las amenazas y para los peores demonios. Ejemplo de lo anterior es la situación que en días recientes vivieron pobladores de Calakmul, en Campeche, que frente a la obtención de un amparo contra el Tren Maya, fueron acosados en redes sociales y amenazados por seguidores del Presidente. El caso de la periodista Frida Guerrera también salta a luz, pues después de cuestionar al Presidente en una conferencia matutina sobre qué hace el gobierno federal frente a la grave situación de feminicidios y violencias de género, fue atacada severamente en redes sociales. Ante esta situación, las resistencias enfrentan el reto de elaborar estrategias comunicativas más pedagógicas y reforzar las medidas de seguridad de todo tipo. Las violencias del Estado y del capital van encontrando nuevas formas en nuestro país, no hay que dejar de denunciarlas, pero sobre todo imaginar salidas a ellas. *Sociólogo - Twitter: @cancerbero_mx 21
¿Cómo frenar la violencia contra las mujeres en México?
Mónica Meltis - Data Cívica - www.nytimes.com 24 de febrero de 2020
Más datos y menos discursos. Es imposible diseñar una estrategia exitosa que combata los feminicidios sin información concreta. Este gobierno debe comprometerse a llenar esos vacíos de datos. Las muertes de Fátima, Ingrid Escamilla y Abril Pérez Sagaón en cuatro meses (y muchas otras que no han sido viralizadas) dejaron un claro y doloroso mensaje: la violencia feminicida es una tragedia cotidiana en México. Hay una violencia estructural y sistémica que no se ha discutido con seriedad ni atendido con la urgencia necesaria. La violencia a las mujeres no está solo en el asesinato sino en las fiscalías que no responden a tiempo o en absoluto a las denuncias de desaparición, en los policías que no intervienen a los llamados de ayuda, en la comunidad que no se involucra en problemas de pareja porque “los trapos sucios se lavan en casa” y, en buena medida, en la carencia de datos unificados y minuciosamente catalogados a nivel nacional. Sin datos precisos y completos, ¿cómo vamos a poner un alto a tantas muertes? ¿Cómo podemos diseñar políticas públicas a ciegas? Es imposible diseñar una estrategia exitosa que combata la violencia contra las mujeres sin información concreta. En Data Cívica, la organización que dirijo y que se dedica a analizar la violencia desde las estadísticas, llevamos más de cuatro años pensando constantemente en los homicidios de mujeres. Queremos entenderlos desde los datos y dar con patrones que permitan prevenirlos. Los decálogos —como el que hizo el presidente de México—, aumentar de 60 a 65 años de cárcel a los feminicidas, como se discute en el Senado, no van a resolver esta crisis. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha respondido de manera inadecuada a la indignación social por la violencia contra las mujeres: ha pedido a las feministas no pintar las 22
paredes en protesta, ha dicho que las cifras se han manipulado, pidió en una de sus conferencias matutinas no hablar más de los feminicidios y hasta ha transferido la responsabilidad al “proceso de degradación progresivo que tuvo que ver con el modelo neoliberal”. Es cierto que la violencia en el país lleva unos años desbordada y no es responsabilidad entera de su gobierno, que lleva un año en el poder. Sin embargo, sí fue responsabilidad de su gestión que en 2019 se redujera un 20 por ciento el dinero destinado para atender temas de salud materna, sexual y reproductiva a nivel nacional; de los recortes presupuestales para refugios de mujeres que han sido víctimas de violencia; la decisión de dejar de apoyar las estancias infantiles y la reducción del presupuesto de dos organismos destinados a combatir la violencia hacia las mujeres: la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres y el Instituto Nacional de las Mujeres. En lugar de hacer recortes, el gobierno de López Obrador debe evaluar qué políticas están funcionado y cuáles no. Sin juzgar ese funcionamiento, su eficacia se termina convirtiendo en buenos deseos. Así que ahora que es el jefe de Estado, López Obrador tiene la absoluta responsabilidad de mandar un mensaje a todas las instancias del gobierno para tomar medidas que realmente funcionen. El gobierno debe aprovechar el esfuerzo de un puñado de organizaciones que han tratado de llenar los vacíos de información y análisis oficiales. Y tenemos un largo camino por recorrer, porque no queremos solo entender los feminicidios y homicidios de las mujeres sino queremos que se prevengan. ¿Cómo hacemos eso? El primer paso es tener datos confiables. La información disponible ha fallado brutalmente en revelar la enorme diversidad de contextos en los que ocurre la violencia contra las mujeres. No sabemos nada sobre cómo son asesinadas las mujeres con discapacidades, muy poco sobre homicidios a mujeres trans, menos aún sobre mujeres indígenas o mujeres afromexicanas. No sabemos mucho sobre los perpetradores tampoco. 23
Los datos que sí se incluyen no han sido efectivos para arrojar luz sobre lo que sucede antes y después de un homicidio. No sabemos si la mujer asesinada acudió en el pasado a un hospital por golpes o violencia física o si buscó ayuda en un refugio o institución. Esa información podría ayudar a prevenir más muertes. Por lo general, las legislaciones consideran que el homicidio de una mujer es un feminicidio si la víctima presenta signos de violencia sexual. Sin embargo, los registros de mortalidad del INEGI, por ejemplo, no siempre documentan esta variable. Hay escasa información de qué sucede con el cuerpo de una mujer después de que fue asesinada. En algunos casos llegamos a conocer datos por los testimonios de familiares —como en el caso de Fátima, la niña de 7 años cuyo cuerpo apareció en Ciudad de México el 15 de febrero: se ha dado a conocer información desgarradora sobre signos de violación sexual y tortura—, pero en la mayoría de los asesinatos no tenemos esta información que nos permita hacer un análisis a profundidad y detectar patrones. Además de la urgente necesidad de contar con más y mejores datos, el gobierno debe diseñar mecanismos para evaluar sus políticas públicas: un mandato que, cada cierto tiempo, permita determinar si esa decisión está funcionando o no y rectificar en caso de que sea necesario. Tenemos muchas instituciones creadas para atender, prevenir y erradicar la violencia de género, pero casi ninguna cuenta con mecanismos de evaluación y monitoreo. Entes como la Unidad de Igualdad de Género y Derechos Humanos del Poder Judicial de Guerrero gastan parte de sus recursos en actividades como el “concurso del tamal dietético y nutritivo”. Un último paso consiste en no caer en soluciones fáciles y poco efectivas. Es el caso del punitivismo penal: no hay evidencia de que aumentar cinco años más de cárcel al delito disminuya la tasa de feminicidios, especialmente en un sistema de justicia con tanta impunidad como el mexicano. Hay iniciativas importantes como la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares —aunque no es re24
presentativa más que para mujeres mayores de 15 años a nivel estatal—, pero tendríamos que ser más ambiciosas: debe haber una perspectiva de género en toda la información que se genera desde el Estado para tener un mapa de información firme de las dimensiones de esta crisis. Estamos desesperanzadas y furiosas, pero la rabia colectiva no puede quedarse en aceptar gestos simbólicos de los políticos. Esta frustración social debe conducir a algo tangible y detener esta violencia feminicida.
Nota Roja
Lydiette Carrión - LA TRAMA PREVIA - 21 febrero, 2020 piedepagina.mx/nota-roja/ La historia de Cosecha roja llegó a mi memoria al ver la narrativa de los medios de comunicación en dos terribles feminicidios: el caso de Ingrid y el de Fátima. Tan cercana a la idea del individuo monstruoso La novela negra quizá más lograda de todos los tiempos es Cosecha roja, de Dashiell Hammett. Éste era un escritor muy exitoso; la mayoría de sus novelas se tradujeron al cine por Hollywood: el halcón maltés, el hombre delgado, muchos otros escenarios y espacios que quedaron en el imaginario del cine de gángsters viene de Hammett. Casi todos sus libros fueron películas, excepto, paradójicamente, Cosecha roja, la obra más lograda. Cada que se hablaba de llevarla al cine, surgían las dudas respecto al nivel de violencia. La realidad no era así. El argumento de Cosecha roja es simple: un detective privado es contratado para investigar un homicidio efectuado en una ciudad minera, cuyos habitantes llaman “Poisonville”: un lugar horrendo de unos 40 mil habitantes. El detective resuelve el crimen casi al inicio. Pero al ver el estado de la ciudad, decide quedarse y ayudar un poco, desarticulando el 25
crimen organizado del lugar. Este crimen organizado es como es el crimen organizado en todos lados: un aglomerado de políticos criminales, policías corruptos, líderes sindicales comprados, poderes de facto que operan en la ilegalidad y la legalidad. De este aglomerado proviene todo el comercio ilegal, la prostitución (trata) e incluso feminicidios que se desdoblan a lo largo de las páginas. Ésa es la genialidad de la novela. Bosqueja y esquematiza, desde la ficción, la realidad del crimen organizado y su relación irrompible con el poder político y económico. Algo que todos ven y miran, pero nadie menciona, nadie prueba. Nunca se llevó al cine. Fátima, Ingrid, periódicos La historia de Cosecha roja llegó a mi memoria al ver la narrativa de los medios de comunicación en dos terribles feminicidios: el caso de Ingrid y el de Fátima. En el primero, las fotografías del cuerpo de una joven violentamente mutilado, como un mensaje de terror a las mujeres. Durante una semana, las mujeres organizadas protestaron por un realidad cotidiana: del feminicidio se hace un espectáculo rentable y cuyas consecuencias en la salud psicosocial no conocemos hasta ahora. Pocos días después, la desaparición el posterior hallazgo de una niñita: Fátima. Miré con horror otro fenómeno: al inicio, cuando la nena estaba desaparecida, su carita llenaba las redes sociales. La atención estaba puesta en ella. De ahí que la indignación fue total cuando señalaron a quienes se la llevaron. Pero una vez que estos fueron detenidos, los detalles de este feminicidio infantil empezaron a llenar la prensa. Percibí con claridad en qué momento el switch cambió, y la atención, la narrativa, estaba centrada en el victimario. Esta misma narrativa tan alejada de Hammett y tan cercana a Hannibal: la idea del individuo monstruoso. En ese momento, perdimos la posibilidad de cuestionar, y por ende, de transformar. 26
Niñas y niños primero
Hermann Bellinghausen - La Jornada - Lunes 24 de febrero de 2020 Los pederastas, los violadores, los traficantes de personas y órganos, los sicarios y los padrotes también fueron niños. Si la sociedad mexicana ha generado la pestilencia y el horror que se nos han hecho cotidianos, es porque mira (con buenas o malas intenciones) hacia otro lado, no a los niños y las niñas. Si acaso existe una conspiración contra México (hay quienes gustan pensar en esos términos) es la que nos llevó a abandonar a la infancia, que de un tiempo para acá crece ayuna de amor e importancia. Los adultos, por lo demás, estamos muy ocupados en resolver diferencias partidarias, ideológicas, religiosas; en romper estigmas en clave de género; en dejar obra perdurable; en ganar dinero. A los menores ya no se les educa, se les entretiene. Y como se han inventado fantásticos dispositivos de uso ultrafácil, la adicción al entretenimiento es más incontrolable aún que al azúcar. Millares de chiquillos nacen y crecen en algo peor que la pobreza: el vacío ético, el desplazamiento físico, la desestructuración en orfandad absoluta, o relativa por abandono irresponsable, o bien por la migración económica de padres, madres y hermanos mayores. Un documental poco visto en México, Caminantes (2001), del estupendo cineasta español Fernando León de Aranoa, exhibe, sin proponérselo, la raíz del problema. El asunto de la película es otro, la Marcha del Color de la Tierra del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Sin embargo, el cineasta optó por un método inusual. En vez de acompañar la movilización indígena, la esperó en la comunidad purépecha de Nurío, donde se celebraría una gran asamblea nacional del Congreso Nacional Indígena a la llegada de la caravana que venía de Chiapas y de todo México. Allí se puso a platicar con la población y a documentar su vida cotidiana. Destaca el testimonio de una maestra de primaria, quien cuenta del gran problema de los niños solos (una epidemia en Michoacán desde entonces), cuyos padres y madres se marcharon al norte y mandaban dólares. El dinero no era el problema, o lo era en otro sentido: facilitaba el tonto consumismo. Si acaso crecieron con alguna hermana adolescente o abuelos de limitada disposición para educar y ejercer autoridad parental. 27
La profesora se expresaba alarmada, sobre todo porque pocos compartían su preocupación. He ahí el caldo de cultivo de lo que vivimos hoy, que no se puede simplificar como mero saldo del neoliberalismo. Somos nosotros. Esas condiciones no han cambiado. Caminantes muestra uno de los escenarios previos a la “guerra contra el crimen” del presidente Felipe Calderón un sexenio después. ¿Cuántos de aquellos o parecidos niños serían reclutas de los Templarios y otros grupos delictivos y kitsch? ¿Cuántas de esas niñas fueron casadas a la fuerza y abandonadas por la pareja, prostituidas, muertas en Ciudad Juárez, Ecatepec, Tijuana, o lo serían pronto? Es apenas un botón de muestra. Ampliemos el panorama a la descomposición epidémica que, con gran fluidez, hace 20 años recorre estados, ciudades, regiones, municipios, sumado al tradicional dúo padre ausente-madre trabajadora. Décadas en que los adultos no ven a los niños ni como carne de cañón, dejándolos entre el odio y el miedo, como botín del mercado canalla. Fáciles de predar, permanecen expuestos a familiares, sacerdotes, pastores, entrenadores, vecinos y criminales de verdad en medio de una crisis escolar tremenda (siendo los 43 de Ayotzinapa el máximo símbolo de este desprecio). La corrupción, la avaricia electoral, las disputas gremiales y el cinismo del gran capital han jugado su parte. Y sí, tenemos algunas universidades y colegios de excelencia (hay burbujas, hay burbujas), pero el sistema educativo, formal e informal, está podrido. Infanticidios, feminicidios y, sí, homicidios, las esclavitudes, los abusos, los acosos, son perpetrados por niños que devinieron pésimos adultos. ¿Será que el remedio reside en campañas de moralización autoritaria, viejas cartillas reaccionarias, decálogos caprichosos, constituciones morales? ¿Hipócritas golpes de pecho de la derecha católica? ¿Movilizaciones juveniles tipo La Luz del Mundo, que igual respaldan a su patriarca pedófilo? ¿Campañas publicitarias de empresarios que ven la educación como negocio? Vivimos un mundo peligroso y en peligro. México se ha vuelto un lugar letal para los humanos y la naturaleza. Resulta difícil resolver esto en el corto plazo, pero el futuro se construye hoy, lo veni28
mos construyendo y mutilando desde anteayer. Los obvios antídotos para el patriarcado venenoso –educación, atención, bienestar emocional, libertad de imaginación, buena alimentación y todo el cariño posible para los niños y las niñas– deberían ser prioridad nacional. Y no lo son.
Quisiera decirle, presidente La Diletante - Feb 21
Este texto es un grito hecho letras, grafemas que buscan ser melodía en medio de la estridencia. Es un bálsamo que me confeccioné por la urgencia de paliar esta realidad. Es una carta que quiere bogar sobre el océano digital tan contaminado con noticias petróleo, noticias pestilentes que hunden nuestras embarcaciones y que ya inundaron todas nuestras costas. Encima de todo, es un abrazo, un abrazo enorme para quienes no perdemos la esperanza. Andrés Manuel López Obrador, Quisiera encontrar un espacio tiempo en el que nos sentáramos. Lejos de cámaras y micrófonos. Probablemente olería a café. Quisiera encontrar un espacio tiempo en el que nos miráramos. Lejos de colores partidarios y eventos masivos. Probablemente sonaría música en un local cercano… Quisiera decirle, presidente, ¡Tienes todo para hacerlo bien! ¡Todo, todo! Nos tienes aquí. Escúchalas, escúchalos, escúchate. Aprendamos cómo, aprendamos juntas. Quisiera decirle, presidente, yo no quiero que renuncies. Quiero que luches incansablemente para llevar a cabo lo que prometiste: procurar justicia y reparación para las víctimas. 29
Quisiera decirle, presidente, hay tantas y tantos que llevan pensándonos por larguísimo tiempo, que ya han encontrado vías para empezar a cerrar el paso a este ciclo de violencia, para sembrar los granos que queremos y dejar de cosechar tragedias. Tienen las propuestas, necesitan el aparato que lideras para ponerlas en práctica, necesitamos sumar. Quisiera decirle, presidente, no somos nosotras contra ustedes, somos todas por todas, por ti, por mí, por ella, por nosotras. Quisiera decirle, presidente, que hay cientos, miles que sanan a sus comunidades desde la consciencia de que no existimos las unas sin las otras; que ya construyen oasis de futuro en este presente lóbrego. Adoptemos su sabiduría, los caminos previamente recorridos son más fáciles de andar. Quisiera decirle, a la persona que cuenta con más posibilidades para impedir que el averno nos engulla del todo, que solo juntando esfuerzos es posible, solo desde el amor hay renacimiento. Llevo días que no quiero pararme de la cama. No quiero abrir los ojos porque los sueños más macabros son nuestras calles y vecinos. Y no, no son monstruos. Son hijos de nuestra sociedad. Son nuestros. Y nos roban a nuestras hijas, abuelas, novias, hermanas, madres, amigas, nietas, esposas, sobrinas. Son nuestras. Son suyas también, de quien las mató y de quien permitió que las matara. Son sus hijas, abuelas, novias, hermanas, madres, amigas, nietas, esposas, sobrinas. Somos una y nos estamos destazando. El peligro inherente a las palabras es que al enunciarlas cobran cuerpo. Así que lo dicho: los feminicidas no son monstruos, son 30
hijos del país que compartimos. Son hijos del machismo, de la desigualdad, de la impunidad, de la desesperanza. Son hijos de todo lo que prometiste combatir, presidente. ¿Viva México? Yo no quiero que esto viva. Quiero que viva Fátima Cecilia. Quiero que viva Ingrid. Quiero que viva Lesvy. Quiero que viva Abril. Quiero que viva Mara. Quiero que viva Mariana. Quiero que vivan todas las mujeres que han sido asesinadas. Quiero que viva la que mataron ayer, la que están matando ahora y la que matarán mañana. Quiero que vivan. Que vivan. Vivan. El dolor me bulle en el pecho. No me deja estar en mi casa. No me deja pensar. No me deja sonreír. No me deja estar con nadie porque solo tengo ganas de llorar. Es un llanto que marea y no permite conversar sobre cotidianidades. Eso es lo peor de la desolación, se arrastra acompañada por unos vapores verdes que aturden y se nos meten, carcomiéndonos tal como han hecho con el exterior sobre el que solo dejan rastrojo quemado. Llevo días que no quiero que ninguna mujer se pare de la cama. No quiero que abramos los ojos porque no quiero que leamos cuál es el siguiente nombre que nos arrebataron. Porque una más es una menos. Es un pedazo del que nos despojan y lo peor es saber que no, para los que arrancan vidas no hay consecuencias. Para las despojadas, todas. ¿Viva México? Yo no quiero que esto viva. Quiero que vivan mis ganas de habitar el país donde más he caminado, sentido, saboreado, cantado, jugado, pensado, llorado, vivido. 31
Quiero que viva la niña que soy, que no se me muera de miedo. Quiero que viva ella, ellas, nosotras, todas nosotras. Quiero vivir. Vivir en esperanza. Vivir en libertad. Vivir en dignidad. Vivir en justicia. Que se nos muera todo lo demás. El poder inherente a las palabras es que al enunciarlas cobran cuerpo. Así que lo dicho: la mayor esperanza que tenemos es hija del país que compartimos. Ojalá nos ayudes a construirla, Andrés Manuel.
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Fotografía de María/f/Ruiz @maria__rz
Imágenes de la movilización zapatista iniciada la madrugada de este 20 de febrero en Defensa del Territorio y la Madre Tierra, por justicia para nuestr@s muert@s, nuestr@s desaparecid@s, nuestr@s pres@s y en contra de los megaproyectos de muerte. “SAMIR SOMOS TODAS Y TODOS @enlacezaptista
CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 26 DE FEBRERO