Recopilatorio 26 de mayo

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CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 26 de mayo de 2021



May - 23 - 2021

CONTRA LA REPRESIÓN DE LOS MALOS GOBIERNOS. APOYO A LA ESCUELA NORMAL RURAL MACTUMACTZÁ EN CHIAPAS Y A LOS PUEBLOS TEPEHUANO Y WIXÁRIKA EN JALISCO. CNI-CIG Y EZLN. Mayo del 2021. A la Escuela Normal Rural Mactumactzá, Chiapas. A los pueblos tepehuano y wixárika de San Lorenzo de Azqueltán, Jalisco. A las organizaciones y colectivos de derechos humanos. A la Sexta Nacional e Internacional. A los medios de comunicación. Como pueblos originarios que somos, organizados en el Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno y el EZLN, declaramos lo siguiente: PRIMERO.- Expresamos nuestro repudio a las acciones represivas del mal gobierno en contra de nuestros hermanos de la Escuela Normal Rural Mactumactzá. Una vez más con lujo de violencia se busca acallar las justas demandas de los normalistas. El 18 de mayo el mal gobierno detuvo a 91 normalistas, incluyendo a 74 mujeres estudiantes. Éstas han denunciado que los cuerpos policiacos represivos las vieron como botín de guerra y las hostigaron sexualmente desnudándolas y manoseándolas. L@s normalistas son acusad@s de querer que los exámenes, que les iban a practicar, sean de manera presencial y no por internet. Con esto las autoridades educativas y gubernamentales de Chiapas muestran, una vez más que no tienen la menor idea de la geografía y la situación política y social en el estado. Con esta acción, los malos gobiernos resumen su plan para la educación del México rural: represión, mentiras y simulación. A nuestr@s herman@s de la Escuela Normal Rural Mactumactzá les manifestamos nuestra


solidaridad completa y sin reservas; y llamamos a tod@s nuestr@s compañer@s de la Sexta Nacional e Internacional a solidarizarse con la lucha de los normalistas de Mactumactzá. Exigimos la liberación incondicional de tod@s l@s detenido@s SEGUNDO.- Como Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno y EZLN saludamos la Campaña Nacional e Internacional por la Justicia y el Territorio en Azquetltán, municipio de Villa Guerrero, en el estado de Jalisco, México. Ahí resisten por la vida las hermanas y hermanos de la comunidad indígena autónoma, wixárika y tepehuana. Nos sumamos a la exigencia de justicia que hace la comunidad indígena ante la protección que los malos gobiernos dan al violento cacique Fabio Flores Sánchez, alias la polla, que no solo ha robado los terrenos comunales sino cometido numeroso y graves actos de crueldad en contra de la digna y ejemplar organización comunitaria con la que han sorprendido al mundo. Hacemos nuestra la rabia ante la injusticia y la impunidad que buscan afianzar los que tienen por objetivo privatizar la tierra que como ustedes y como nuestros ancestros hemos soñamos en colectivo. Hacemos nuestro su dolor por el sufrimiento de los abuelos que vieron como los ricos y poderosos fueron metiéndose con violencia y engaños a los terrenos comunales, y por el dolor de los hijos y nietos que hoy ven la amenaza de acabar no solo con la propiedad colectiva en beneficio de unos pocos terratenientes y empresas, sino de ver amenazada la existencia misma de su pueblo tepecano. Exigimos que Fabio Flores Sánchez, alias La Polla, junto con el grupo de choque que lo acompaña sean juzgados y castigados por los crímenes que ha cometido contra la comunidad, como son las amenazas, ataques armados, intentos de homicidios y despojo de tierras. Rechazamos las campañas de difamación en contra de la lucha comunal en defensa de la tierra que han emprendido servidores del gobierno municipal de Villa Guerrero y de La Polla, pues 2


como en otras ocasiones tienen el objetivo de sembrar discordia que propicie la represión, por lo que estaremos atentos a lo que ocurra en su territorio y hacemos responsables de dichas campañas y de cualquier ataque a la comunidad al cacique Fabio Flores Sánchez y los funcionarios públicos que lo apoyan. Hacemos un llamado a los colectivos y organizaciones solidarias de derechos humanos, a las y los colectiv@s de la sexta nacional e internacional, a las redes de resistencia y rebeldía a estar atentos y responder con nuestra palabra, nuestra firma, nuestra conciencia y atención a la campaña que nuestr@s hermanos y hermanas de Azqueltán hacen al mundo, llevando al frente la bandera de la esperanza. ¡MACTUMACTZÁ Y AZQUELTÁN RESISTEN! Atentamente Mayo de 2021 Por la Reconstitución Integral de Nuestros Pueblos Nunca Mas un México sin Nosotros Congreso Nacional Indígena- Concejo Indígena de Gobierno. Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Mactumactzá en la mira

Tanalís Padilla* - La Jornada - 23 de mayo de 2021 La protesta de los estudiantes de Mactumactzá y su represión por el gobierno de Chiapas nos muestra una vez más la precariedad bajo la cual subsisten las normales rurales. El detonante de este conflicto fue la insistencia de las autoridades educativas de administrar el examen de admisión de forma virtual aun cuando la condición socioeconómica de los aspirantes les presenta inmensas dificultades para tener acceso a una computadora o a Internet. El 18 de mayo, ante la toma por los normalistas de las casetas en la autopista San Cristóbal-Tuxtla Gutiérrez para exigir un examen presencial, la policía detuvo a 74 mujeres y 19 hombres a 3


quienes se les han imputado los delitos de motín, pandillerismo, robo con violencia y ataques a las vías de comunicación. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos exhortó al gobierno a investigar el uso excesivo de fuerza en contra de los estudiantes quienes han sido consignados el penal de El Amate. Desde un principio, las alumnas detenidas denunciaron agresiones sexuales como tocamientos y desnudamientos. En varios lugares de la República, incluyendo la Ciudad de México, alumnos de las hermanas normales rurales se han movilizado para exigir su libertad. Integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación también han alzado su voz en protesta por las detenciones y manifestado su solidaridad con las normales rurales. El 21 de mayo, Olga Sánchez Cordero, titular de Gobernación, informó que la secretaría y la SEP estaban en diálogo con el gobierno de Chiapas para que los detenidos puedan llevar su proceso penal en libertad. Huelga decir que la protesta de los normalistas rurales y su represión por parte del Estado no es nada nuevo. Pero este último episodio se da en las apremiantes condiciones que el Covid-19 ha expuesto a escala mundial. Si de por sí el modelo neoliberal de las pasadas cuatro décadas había diezmado la infraestructura social, la crisis sanitaria ha vulnerado aún más a sectores enteros de la población. Para grupos acomodados la tecnología ha sido una herramienta para continuar su trabajo en tiempos que requieren el distanciamiento social. Para los demás ha acentuado la histórica desigualdad social. En vez de reconocer esta realidad, desde arriba se insiste en proponer –e imponer– respuestas tecnológicas a problemas sociales. Cuando, con sus protestas, los normalistas llaman la atención a esta inequidad, la respuesta es la tradicional maquinaria represiva. No tendría que ser así, sobre todo en momentos que, también desde arriba, se habla de la 4T. Las normales rurales fueron creadas a partir de un proyecto de transformación. La Revolución Mexicana, la Constitución de 1917 y las reformas que fueron implementadas en la década de 1920, pero sobre todo durante la de los 30, restructuraron el sistema político, económico y social 4


del país. La reforma agraria, la expropiación petrolera, los derechos laborales, y la masiva construcción de escuelas, representó una redistribución de la riqueza que durante el porfiriato se había concentrado en unas cuantas manos o se desangraba hacia los capitalistas extranjeros. El proceso de transformación fue arduo y dependió de la movilización de masas cuya fuerza era el canal para contrarrestar el poder del capital. No olvidemos que el detonante para la expropiación petrolera, en 1938, fue una huelga de sus trabajadores. Cuando las compañías británicas y estadunidenses se negaron a reconocer los derechos de los trabajadores, el presidente Lázaro Cárdenas intervino a su favor declarando la expropiación. Se dio un proceso parecido con las reformas agraria y educativa. Muchas de las haciendas expropiadas lo fueron gracias a la iniciativa de los campesinos quienes invadían tierras y demandaban su redistribución y entrega como ejidos. Exigían no sólo tierra, sino escuela y maestro. A veces el profesor llegaba antes y dirigía el proceso organizativo. Las comunidades construían rústicas escuelitas y de allí exigían al Estado el reconocimiento y los necesarios recursos. El sistema de normales rurales que en 1936 llegó a contar con 35 escuelas, tenía la lógica de articular estas reformas a escala nacional y consolidar el proyecto de transformación. No sorprende que se haya concentrado allí una ética revolucionaria que se manifiesta en el reiterado reclamo de los alumnos por sus derechos de clase. ¿Cómo hacer valer estos derechos ante un Estado que durante el transcurso de los años se volvía no sólo indiferente, sino hostil a sus demandas? La forma que encontraron los normalistas rurales fue la organización y movilización colectiva. Es un proceso que comienza no con la toma de casetas, bloqueos de carreteras o secuestro de camiones; las acciones que tanto condenan los medios de comunicación y la gente bien, tan preocupados por la protección de la propiedad privada. 5


El proceso comienza a partir de la educación, no la formal que reciben en el aula, sino la de concientización que desde 1935 la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México se ha preocupado por impartir en cada generación de estudiantes normalistas. Éste tiene varios componentes: aclarar que su lugar en la normal es un derecho, no una dádiva del gobierno; dar a conocer el cúmulo de agresiones que históricamente han sufrido las normales rurales; y que sólo con la movilización del alumnado—incluso con acciones riesgosas—han logrado sobrevivir. Es una condición de asedio la que han vivido las normales rurales desde que se frenó el proceso revolucionario en 1940. Si en verdad hablamos de una Cuarta Transformación, es una normalidad que debería cambiar. * Profesora-Investigadora del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Autora del libro Después de Zapata: El movimiento jaramillista y los orígenes de la guerrilla en México , 1940-1962 (Akal/Inter Pares, 2015)

Teteles, Mactumactzá… Normales rurales en pie de lucha Zósimo Camacho - Contralínea - 22 May 2021

El normalismo rural está de luto de nueva cuenta. Las escuelas normales rurales arden como en la época de pleno neoliberalismo; ese que, se asegura cada mañana, ya se erradicó del país… Duele la muerte de las estudiantes Iris S y Mónica Paola R. Contaban 22 y 21 años de edad, respectivamente. Se formaban como maestras rurales en la Escuela Carmen Serdán, de Teteles, Puebla. Un accidente –salvo lo que arrojen las investigaciones– terminó con sus vidas el pasado jueves 20. No fue un accidente cualquiera. Realizaban una actividad política en la carretera Amozoc-Perote. Cayeron de un tráiler que no 6


detuvo su marcha y que, por el contrario, aceleró su paso para evadir la protesta que alrededor de 80 mujeres llevaban a cabo en las inmediaciones de la caseta de Cuapiaxtla, Tlaxcala. Hoy, como ayer, como hace décadas, alumnos y alumnas de las normales rurales deben movilizarse para que las autoridades educativas emitan las convocatorias de ingreso, garanticen las becas alimentarias y en mantenimiento a los planteles. Se movilizan, pues, para que sigan existiendo estas escuelas para pobres. Y hoy, como siempre, los medios buscaron criminalizar la protesta que realizaban las estudiantes normalistas rurales y, con ello, justificar las muertes. Madres y padres de Iris y Mónica Paola no sólo deben soportar la pena por la pérdida de sus hijas; sino lidiar con un discurso proveniente de los poderes formales y fácticos que estigmatiza a las estudiantes y lastima su memoria. Desde hace 2 años las alumnas piden la intervención del gobierno del estado, a cargo del morenista Miguel Barbosa Huerta, para que se resuelva un pliego petitorio a todas luces justo. Sólo han recibido silencio y, en los últimos días, la amable declaración de que sus demandas “no son fáciles cumplir”. ¿Cuáles son los puntos del pliego petitorio? Que no se suspenda la dotación de las raciones alimenticias, que no baje la matrícula de ingreso y que se reparen las instalaciones. Son 2 años de no recibir respuesta de los gobiernos estatal y federal, que se precian de ser de izquierda y de reconocer la importancia y el legado del normalismo rural. Hoy lamentamos las muertes de dos jóvenes mujeres estudiantes, campesinas, socialistas. Otro caso es el de Chiapas. Al cierre de esta edición el gobierno de Rutilio Escandón mantiene tras las rejas a 95 estudiantes de la Escuela Normal Rural Pantaelón Domínguez, de Mactumactzá, Chiapas. Habían sido reprimidos el pasado martes 18, luego de ser desalojados de la caseta de cobro de la carretera de cuota que comunica San Cristóbal de las Casas con Tuxtla Gutiérrez. 7


Los estudiantes demandan que el examen de ingreso para los aspirantes al próximo ciclo escolar sea presencial y en cuadernillos. Y no por medio de internet. Los estudiantes argumentan, con razón, que más del 95 por ciento de los aspirantes son originarios de comunidades rurales que no tienen acceso a internet. Al insistir en que el examen sea en línea, las autoridades están descartando a los más pobres del estado. Sólo son dos ejemplos; pero la situación se repite, en menor o mayor grado, en las 16 escuelas normales rurales del país, por fortuna, defendidas por la histórica organización estudiantil Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FESCM). En plena “cuarta transformación” los normalistas rurales deben seguir movilizándose para mantener abiertas y vigentes estas insustituibles casas de estudio. ¿En qué consiste la “4T” si alumnos y alumnas deben tomar carreteras, retener camiones y morir en accidentes para que el normalismo rural se mantenga con vida? ¿Qué gobierno se puede decir de izquierda si tiene a 95 estudiantes presos que exigen igualdad de oportunidades para ingresar a la carrera? Que las autoridades represoras o insensibles sean estatales, no exime de su responsabilidad al proyecto de la 4T. Finalmente, los gobiernos de –en estos casos– Puebla y Chiapas son orgullosos emanados del partido en el poder federal Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Una nueva forma de la dictadura

Javier Sicilia - Revista Proceso - 20 de mayo de 2021 Bajo el sofisma, repetido incansablemente por AMLO, del pueblo “sabio” y “bueno” que “no se equivoca”, el déspota que lo habita quiere arrogarse, como en las dictaduras de las que bebe, el derecho de hacer lo que quiera y de transformar la arbitrariedad en bendición. En su estudio La sabiduría del amor, Alain Finkielkraut analiza, entre muchas otras cosas, uno de los componentes que están en 8


la base de los despotismos: la santificación del pueblo. Desde la época del Terror que siguió a la Revolución Francesa y que resume la frase de Robespierre: “El terror no es más que la justicia rápida, severa e inflexible”, la idea de que al pueblo todo le está permitido porque la legitimidad emana de él, ha acompañado a los regímenes dictatoriales. Contra lo que suele pensarse, las dictaduras no son, por lo mismo, un fortalecimiento del Estado, sino su debilitamiento. Así, los fascismos buscan plegar las instituciones jurídicas a la voluntad nacional representada por el caudillo que la encarna. Los de corte marxista, sustituir al Estado por el pueblo oprimido y fundar, como quería Zimoniev, “una civilización sin derechos” en nombre de los derechos de los más débiles. Hay algo de esas dos ideologías en el lenguaje trasnochado y populachero de López Obrador. Semejante a un fascista, AMLO mira en la masa y su ardor primitivo, que le gusta reproducir en las plazas, la adhesión de una fuerza instintiva que reconoce en su líder al siervo de su señorío: “Gracias –exclamó al asumir la Presidencia de la República– por el apoyo que recibo de ustedes. Yo sólo soy un dirigente. El pueblo es el gran señor, el pueblo es el que verdaderamente manda y gobierna”. Una diatriba que recuerda a la del escritor francés de derecha Barrès: “El pueblo me reveló la substancia humana, y aún mejor que eso, la energía creadora”. Semejante a los comunistas, no ha dejado de denunciar, como decía Marx, “el agravio absoluto” al pueblo por la rapiña de “los neoliberales” y “corruptos”. Esta alianza, aparentemente innatural, es en AMLO el anverso y el reverso de una misma medalla. Por un lado, la del pueblo como fuerza vital que nada ni nadie debe constreñir: una pura voluntad de poder por encima de los equilibrios del Estado. Por el otro, la del pueblo mártir, que se revela contra sus verdugos y que, en su fuerza redescubierta, lleva consigo la santa voluntad de la reparación. Sea a veces una, a veces otra, el pueblo –ese monstruo sin rostro que AMLO reproduce en el griterío de las plazas y que él, como caudi9


llo-presidente, encarna y dirige– debe ser servido por encima de la ley. De allí su afán por someterla, por ponerla al servicio de la vitalidad de un pueblo humillado. De allí la persecución, el juicio rápido, severo e inflexible, al estilo del Terror jacobino, que ejerce desde la tribuna de la “mañanera” contra los “corruptos”, los “neoliberales”, los “conservadores”, los “fifí”. De allí su erosión de lo poco que queda de las débiles y ya sometidas instituciones del Estado. Bajo el sofisma, repetido incansablemente por AMLO, del pueblo “sabio” y “bueno” que “no se equivoca”, el déspota que lo habita quiere arrogarse, como en las dictaduras de las que bebe, el derecho de hacer lo que quiera y de transformar la arbitrariedad en bendición. Heredero del Terror jacobino en sus rostros fascista y marxista, las pretensiones de AMLO sólo serían una calca rascuache de los despotismos del siglo XX, si contara todavía con la estructura del Estado, que las dictaduras parasitan y someten en nombre del pueblo. Su problema es que el Estado y las pocas instituciones que quedaban, y que se empeña en destruir, se desfondaron. Parasitadas por esa forma de la dictadura que fue el PRI y por la mal llamada “transición”, el Estado, desde que AMLO llegó a la Presidencia, está capturado por el crimen organizado. En esas condiciones, el déspota AMLO no usa al Estado, como las tiranías del siglo XX, para reinar en nombre del pueblo. Por el contrario, es el Estado, capturado por el crimen, quien usa al déspota para reinar y controlar, como pueblo, lo mismo territorios, como en Aguililla, Michoacán, que grandes franjas de los partidos y de los gobiernos. Detrás de las diatribas del presidente, de sus juicios sumarios, de su asalto a lo que queda de institucionalidad; detrás, incluso, de la democracia que la oposición dice defender, lo que en realidad reina es la violencia sin contornos de las bandas criminales. No dice otra cosa la cantidad de dinero sucio que hay en las campañas, la historia de corrupción que acompaña a varios candidatos y funcionarios de ayer y hoy, el desprecio por las víctimas, los mimos a los cárteles –la protección de Calderón a García Luna, la de Peña Nieto al Ejército y la policía en el caso Ayotzinapa, la visita de AMLO a la madre del Chapo, la liberación de Ovidio, la negativa a investigar a Cienfuegos y a Ricardo El Pollo Gallardo, 10


los asesinatos a periodistas y a candidatos, la defensa de AMLO y de la 4T a Salgado Macedonio, la del PAN a Cabeza de Vaca, el alarde de vulgaridad e ignorancia–, las fosas, las redes de extorsión, de trata, la corrución rampante, la impunidad. En esta nueva forma de la dictadura, palabras como democracia, pueblo, Estado, elecciones se han vuelto tan amorfas como la violencia generalizada que se extiende por todo el territorio social y político, dejando a las personas, al aspirante a déspota y a los partidos sometidos a su imperio. Además opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, detener la guerra, liberar a todos los presos políticos, hacer justicia a las víctimas de la violencia, juzgar a gobernadores y funcionarios criminales, esclarecer el asesinato de Samir Flores, la masacre de los LeBarón, detener los megaproyectos y devolverle la gobernabilidad a México.

Justicia no llega a los pueblos

Gloria Muñoz Ramírez - La Jornada - Los de abajo - 22 de mayo de 2021 Presidentes y gobernadores van y vienen y la justicia no llega para los pueblos indígenas, sobre cuyos territorios se imponen proyectos turísticos de empresarios y caciques. ¿Qué ha hecho el gobierno federal para proteger o devolver a estos pueblos lo que les pertenece? ¿Qué ha hecho el Poder Judicial con todos los recursos impuestos? ¿A quién sirve la justicia en este país? Mogótavo, comunidad rarámuri del municipio de Urique, Chihuahua, se encuentra en el Divisadero Barrancas del Cobre, donde se impone un ambicioso proyecto turístico a través de un Fideicomiso en el que participan los gobiernos estatal y federal, adquiriendo más de 150 hectáreas; mientras, varios particulares han comprado otras 155 hectáreas. Las vendedoras son Ivonne y Odille Sandoval, que figuran de manera irregular como propietarias y siguen vendiendo tierras que, aseguran los pobladores ancestrales, no les pertenecen. 11


¿Dónde están los recursos legales?, se pregunta el Presidente de la República. Los tarahumaras podrían responderle: hay una prolongación excesiva del juicio de controversia contra quienes enajenan su territorio, en tanto los criterios de los tribunales agrarios se ciñen a los preceptos legalistas del derecho civil y no al reconocimiento de los derechos humanos de las comunidades. Los rarámuris de Mogótavo han puesto el cuerpo y los recursos jurídicos para mantener la posesión de la mayor parte de su territorio pero, advierten, “recientemente la señora Odille Sandoval, acompañada de unos topógrafos, se introdujo a la posesión de familias miembros de la comunidad para realizar medidas al terreno sin solicitar su consentimiento”; en paralelo, el juzgado de lo penal de Ciudad Cuauhtémoc envió un citatorio a los actuales gobernadores de la comunidad para que se presenten a una diligencia el próximo 9 de junio, pues existe una denuncia en su contra por despojo agravado interpuesta por Ricardo Orviz Blake. Todo esto, por supuesto, con el fin de amedrentar a la población originaria. ¿Y qué está haciendo el Presidente? desinformemonos.org - losylasdeabajo@yahoo.com.mx

¿Seguirá el mundo indiferente?

Yasser Abu Jamei * - La Jornada - Miércoles 19 de mayo de 2021 Escribo esto mirando cómo mi aterrado hijo de seis años se tapa los oídos con las manos, tratando de bloquear el ruido del bombardeo israelí. Estoy también con mis dos hijas, de 13 y 10 años, y mi esposa. Sus rostros muestran la ansiedad de no saber si estamos seguros, y dónde. Mis dos hijos mayores, de 16 y 15 años, permanecen atónitos y callados, y sé que evocan los recuerdos de las tres ofensivas anteriores en la franja de Gaza y de los miembros de la familia que perdimos en ellas. Esos son los sentimientos que experimentan todas las familias de Gaza. 12


Los palestinos hemos pasado décadas de humillación, injusticias y maltrato. En 1948 fuimos expulsados de nuestra tierra: más de 600 aldeas fueron destruidas por completo, cientos de miles de nosotros fuimos asesinados o desterrados. Casi 800 mil terminamos viviendo como refugiados en diferentes lugares del planeta. Esto ocurrió a la vista de la comunidad internacional, que nos ha prometido un Estado soberano en la quinta parte de nuestro territorio original. Esa decisión fue aceptada apenas en la década de 1990 por palestinos que creían en una solución de dos estados. Unos 26 años después, miramos las condiciones del prometido Estado de Palestina y observamos una Cisjordania dividida y ocupada por cientos de miles de colonos que viven en asentamientos construidos sobre los escombros de hogares palestinos. Vemos que la existencia del pueblo palestino es un infierno en vida. Vemos que la franja de Gaza lleva más de 14 años en un bloqueo que nos priva de condiciones básicas de vida. También hemos padecido tres grandes ofensivas contra este pequeño territorio, que dieron muerte, destruyeron o traumatizaron a miles de nuestros compatriotas. Y vemos que Jerusalén Oriental, con sus sitios más sagrados –para musulmanes y cristianos por igual–, está bajo amenaza constante, y que los colonos se adueñan de hogares y barrios palestinos. En fechas recientes comenzaron a atacar Sheikh Jarrah, tratando de arrebatar más hogares de familias palestinas. Todo el mundo lo vio. Nadie intervino. En una de las noches más sagradas del ramadán, Israel decidió expulsar a decenas de miles de fieles que oraban en Al Aqsa. En su mayoría eran palestinos. Todo el mundo vio el uso brutal del poder militar israelí. Una vez más, nadie intervino. Las violentas escenas en Sheikh Jarrah y en el complejo de Al Aqsa han encendido un fuego en los corazones palestinos; no sólo en la Palestina histórica, sino también en todas partes del planeta. Mientras nos manifestábamos en Akka, Jaffa, Nazaret y Cisjordania, se lanzaron cohetes desde Gaza para exigir que se 13


pusiera fin a las atrocidades en Jerusalén. La respuesta del ejército israelí fue atacar Gaza aún con mayor violencia que en ofensivas previas. Los bombardeos alcanzaron manzanas de torres, departamentos, edificios del gobierno y de la policía… incluso calles enteras. A la fecha, por lo menos 200 palestinos han perecido, entre ellos 58 niños, y 10 personas en Israel, incluidos dos niños. Todo el mundo lo ve. Nadie interviene. ¿Cuánto tiempo más el mundo permanecerá sin hacer nada mientras Gaza sufre de este modo? El pueblo de Gaza necesita más que declaraciones y resoluciones, mientras Israel recibe armas que nos matan y aterrorizan. En primer lugar, soy padre, y siquiatra en segundo. Mi sueño es que los niños vivan, crezcan y aprendan en un lugar seguro. Es el mismo sueño de cada uno de los pacientes que atiendo. Habrá más de ellos hoy… y mañana. Mi trabajo es dar esperanza. Así pues, les digo lo mismo que a mis hijos y mi esposa: “que esta injusticia contra los palestinos dure ya siete décadas no la vuelve normal. El mundo se llena cada vez más de personas que no la aceptan como algo normal. Habrá un cambio”. Se requiere acción política concreta ahora para poner fin, no sólo a los letales bombardeos actuales, sino también a esta ocupación ilegal y al estado de sitio al que Israel somete a Gaza. La comunidad internacional debe cumplir su promesa de un Estado palestino. Todo país civilizado debe reconocernos. Nuestras condiciones de vida bajo el sitio son una afrenta a la dignidad humana. Yo digo a mis hijos y a mis pacientes que los palestinos tenemos derecho a vivir como cualquier otro pueblo en el mundo: en paz, con dignidad y con pleno disfrute de nuestros derechos. “Llegará el día”, les digo. Y tengo que creerlo: después de todo, soy padre, y no puedo soportar que mis hijos sigan viviendo así. *Director general del Programa Comunitario de Salud Mental de Gaza. © The Independent - Traducción: Jorge Anaya 14


Chile: transformar la convención constituyente en la tumba del neoliberalismo Marcos Roitman Rosenmann - La Jornada - 19 de mayo de 2021

El futuro no está diseñado. Como sucedió con el triunfo de la Unidad Popular y Salvador Allende, ni los más optimistas pensaban en una derrota tan aplastante de la derecha. El desconcierto en sus filas equivale al sufrido la noche del 4 de septiembre de 1970. Nada que celebrar, miedo y mucho que conspirar. Sus convencionistas no alcanzan el tercio necesario para imponer su ruta. La debacle se proyecta en las elecciones a gobernadores, alcaldes y concejales. Pero hay que estar alertas, la derecha no duerme, ni se desanima, sólo cambia su hoja de ruta. La abstención supera 60 por ciento en todas las elecciones. En ese contexto, la emergencia de pactos espurios, presiones y ruidos de sables pueden convertirse en noticias permanentes, buscando un cortocircuito en los trabajos de la convención. La derecha se juega mucho y, ya sabemos, cuando pierden elecciones se dan a la tarea de conspirar para recuperar su poder. Sedición golpista y renuncia al discurso democrático. Debemos recordar que la convocatoria a la convención fue arrancada por la fuerza, producto de la rebelión popular que tiene movilizado a Chile desde el 18 de octubre de 2019 y se proyecta hasta nuestros días. Igualmente, es un aviso para los acólitos del proyecto de gobernabilidad neoliberal. Sus defensores no tardaron en reaccionar. El 15 de noviembre de 2019 firmaron el pacto por la paz y una nueva constitución, y en diciembre avalaron una reforma constitucional para garantizar la continuidad del modelo. En este amaño, participaron todos los partidos políticos, salvo el PCCH y el partido Humanista. Por consiguiente, hay que ser prudentes, los mismos que hoy ganan y pueden formar una mayoría de cambio, Apruebo Dignidad, la segunda lista más votada, con 28 constituyentes, tiene en sus filas a nueve representantes de Revolución Democrática y seis de Convergencia social, ambos parti-

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dos, junto con Sebastián Piñera, firmaron el pacto de la traición. En esta coalición, el Partido Comunista aporta siete y el resto se distribuye entre independientes, comunes y el frente regionalista verde. Algo similar ocurre con la candidatura de la ex Concertación: Apruebo. De sus 25 representantes, el Partido Demócrata Cristiano es el gran derrotado, sólo obtuvo dos representantes; tampoco salió mejor parado el Partido Por la Democracia, de Ricardo Lagos, que se deberá conformar con tres constituyentes, el Partido Radical obtuvo uno y el gran vencedor de la coalición ha sido el Partido Socialista con 15 asambleístas, tres obtuvo el Partido Liberal y uno fue a parar a los independientes de la candidatura. Todos han sido cómplices y ejecutores de las políticas neoliberales, la militarización del Wallmapu y criminalización del pueblo mapuche. Sus nombres están asociados a las políticas de corrupción, hambre y exclusión social. El resto de constituyentes, 65, hasta completar los 155, si descontamos los 17 que corresponden a los pueblos originarios, se reparten en candidaturas de independientes, ellos son la gran incógnita del proceso. Todo abierto, más cuando las elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina. Han sido convocadas para el 21 de noviembre en primera vuelta. Así, Chile entra en una espiral electoral de las primarias. La guerra entre los presidenciables se ha declarado. El 18 de julio tendremos la respuesta. Sus resultados reordenarán los posibles pactos y las estrategias de medio y largo plazo. Su importancia, si consideramos que los convencionistas estarán en pleno debate y sea quien fuere el ganador en las presidenciales, es relevante. La división de poderes se difumina cuando está en juego el orden neoliberal, pudiéndose crear un bloqueo que paralice la convención. El nuevo mapa político que se dibuja en Chile puede ser el punto de inflexión que tanto han soñado los herederos del pensamiento político de Allende. Si se juegan bien las cartas, puede conducir a una refundación democrática del Estado. Para que así sea, será necesario ejercer un control sobre los constituyentes, mantener la sociedad movilizada, exigiendo claridad y un debate constante que no hurte al pueblo la participación desde los cabildos, las 16


asambleas populares y los foros constituyentes. Si los partidos con el miedo en el cuerpo se coaligan trasversalmente, pueden optar por hacer fracasar la convención. Mucho en juego, por un lado, mantener vivo el mito de un Chile exitoso inaugurado bajo la dictadura, que abrió el país a la inversión trasnacional, la economía de mercado y los tratados de libre comercio. La defensa de la revolución neoliberal se antoja sin cuartel. En estas condiciones, la redacción de la nueva Constitución es un campo donde se dirime el futuro y la dignidad del pueblo chileno. Se avecinan tiempos de luchas democráticas sin cuartel. Así concluía el Foro por la Asamblea Constituyente su comunicado, a dos días de las elecciones: “La ambición desmedida y depredadora de los capitalistas nacionales y trasnacionales […] Sólo están dispuestos a ganar, a saquear todo, sin ningún proyecto u horizonte estratégico que no sea el de la ganancia inmediata y abusiva. Están sembrando y sembrando vientos. Cosecharán tempestades”. Es la hora de abrir las alamedas.

Chile: la convención constitucional puede ser la tumba de la revuelta Raúl Zibechi - La Jornada - 21 de mayo de 2021

La derecha pinochetista fue derrotada, ya que no consiguió el tercio de la convención constitucional necesario para bloquear cambios. Una derrota que comenzó a fraguarse hacia 2000, con la resistencia empecinada del pueblo mapuche y luego las luchas de los estudiantes secundarios. A partir de octubre de 2019, el pueblo chileno decidió enterrar la herencia de Pinochet con una multitudinaria revuelta. Los partidos de la antigua Concertación que gobernó Chile desde el fin de la dictadura, también salieron mal parados, al obtener sólo 25 escaños bajo el lema Unidad Constituyente, frente a los 37 de la 17


derechista Vamos por Chile. La izquierda consiguió 28 escaños en un muy buen desempeño. Los pueblos originarios tenían asignados 17 puestos, los independientes consiguieron nada menos que 48 escaños y se alcanzó a la paridad entre varones y mujeres. Sabemos quiénes perdieron, pero no es sencillo saber quiénes resultaron vencedores. En primer lugar, debe constatarse una elevada abstención, ya que votaron sólo 42.5 por ciento de los inscritos, cifra que cae hasta 21 por ciento entre los mapuches. Puede argumentarse que la pandemia no favoreció el voto, pero lo cierto es que la deserción de las urnas viene creciendo en la última década y media. La segunda cuestión es que si bien la derecha pinochetista no tiene poder de veto, sí lo tiene la suma de ésta con la ex Concertación, integrada básicamente por socialistas y democristianos que han apoyado el modelo neoliberal extractivo. Juntos superan el tercio de los votos para impedir cambios. En tercer lugar, la revuelta en Chile no fue para conseguir una nueva Constitución, sino para poner fin al modelo neoliberal. Desde que las negociaciones cupulares abrieron esa posibilidad, argumentando que con la nueva Constitución caerá el modelo, la movilización comenzó a desgranarse. Si bien entre los 155 miembros de la convención constitucional hay una fuerte presencia de la izquierda y de los movimientos sociales, que aportaron una parte considerable de los constituyentes independientes, la garantía de cambios no está en los representantes, sino en organizaciones y movilizaciones colectivas. La cuarta cuestión es mirar hacia los lados. En América Latina hubo tres nuevas constituciones en pocos años: en Colombia, en 1991; en Ecuador, en 2008, y en Bolivia, en 2009. Algunas contienen capítulos bien interesantes: la naturaleza como sujeto de derechos, en la ecuatoriana, y la refundación del Estado, en la boliviana. 18


En ninguno de los casos se cumplieron esas aspiraciones, pese a que en Bolivia y en Ecuador la derecha fue derrotada en las calles y cayeron cinco presidentes mediante grandes insurrecciones. Sin embargo, el neoliberalismo extractivista continuó despojando a los pueblos de los bienes comunes, y la situación concreta de los pueblos originarios y de los sectores populares no hizo más que empeorar. No por las constituciones, sino por algo más profundo: la desmovilización de las sociedades y los pueblos. Pensar que se puede derrotar al neoliberalismo, que es la forma que asume el capitalismo en este periodo, mediante nuevas cartas magnas y con leyes que declaman derechos para las más diversas opresiones, es una ilusión que conduce a callejones sin salida. No es una cuestión de ideologías, sino de la lectura del pasado reciente y de la situación que atravesamos en todo el mundo. En Chile no estamos ante una constituyente legítima, sino ante “un juego político”, como sostiene Gabriel Salazar (https://bit.ly/3f1W6Eo). Ese juego lo parieron dirigentes del Frente Amplio, la proclamada “nueva izquierda”, que pactaron con la derecha cuando había millones en las calles y lo volverán a hacer en un recinto donde caben malabares discursivos con total impunidad. La única garantía que tenemos los pueblos, para que al menos nos respeten, es la organización y la movilización. En Chile hubo durante meses enormes manifestaciones y se crearon más de 200 asambleas territoriales. Los constituyentes de izquierda están diciendo que no es necesario volver a las calles y la mayoría de las asambleas se debilitaron al apostar a las urnas, aunque ahora retornan a sus territorios. ¿Cómo se harán realidad los mejores artículos de la nueva Constitución, que sin duda los habrá? Resuenan las palabras de la comandanta Amada en la inauguración del segundo Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan: “Dicen que ahora hay más leyes que protegen a las mujeres. Pero nos siguen asesinando”. 19


Ninguna ley impedirá a los hombres armados (Carabineros y militares), núcleo duro del patriarcado, seguir golpeando, lacerando y asesinando. El mapuche Fernando Pairicán reconoció que 80 por ciento de los mapuches que no votaron, lo hicieron, en parte, por la fuerza del movimiento autonomista que llamó a no votar (https://bit.ly/3ot3Gv0). La esperanza de un nuevo Chile sigue estando en la resistencia mapuche y en las redes de vida que sobreviven en unas cuantas asambleas territoriales.

Colombia lleva la estafeta de la protesta social en la región

Yadira Borrero-Ramírez y Mauricio Torres-Tovar* - La Jornada Sábado 22 de mayo de 2021 Desde hace tres semanas, Colombia figura en la actualidad pública internacional. Una intensa movilización y protesta social cunde a lo largo de su territorio, con una muy alta participación de jóvenes que aportan con creatividad, innovación y alegría, nuevos repertorios de protesta, decididos a sostenerse en ella hasta que efectivamente consigan cambios demandados hace mucho tiempo. Sin embargo, una intensa represión policial y parapolicial ha producido ya múltiples violaciones de derechos humanos, perpetradas especialmente en los propios barrios populares y ahí donde se han bloqueado vías. Así, Colombia asume hoy el ritmo de las más recientes movilizaciones y protestas emprendidas en Chile, Ecuador, Bolivia y Perú, tomando la estafeta de este momento en que la región se caracteriza por su alta resistencia social y la exigencia de cambios de fondo, ante el agotamiento de un modelo excluyente de sociedad y de un sistema político que opera en favor de los intereses de las élites, imperantes por décadas. 20


Esta movilización social surgió a finales de 2019 con el denominado Paro Nacional, en un proceso desacelerado por la pandemia de coronavirus y hoy retomado con ímpetu, a pesar de que el país atraviesa el peor momento de su crisis sanitaria, producto del Covid-19 y de su manejo gubernamental inadecuado. Como gota que derramó el vaso, el estallido social fue desencadenado por la pretensión del gobierno de Duque de imponer una reforma tributaria que gravaría una vez más a los sectores más pobres y a la clase media, en un contexto social y económico muy precario, de décadas atrás y que la pandemia profundizó. Sin embargo, las demandas no estaban circunscritas al retiro del proyecto de reforma tributaria, que se logró tumbar gracias a la gran movilización social, sino que han ido mucho más allá, en torno a tres demandas centrales: la primera, por una democracia política sustantiva y directa, manifiesta en lemas como “A MÍ NO ME REPRESENTA NADIE”, “QUEREMOS TENER NUESTRA PROPIA VOZ”, “DAR LA VOZ A QUIENES NUNCA LA HAN TENIDO”, que reflejan la pérdida de legitimidad de los partidos políticos y las instituciones del Estado, incluyendo sus fuerzas armadas. Una segunda demanda es el cese total a la violencia estatal y paraestatal, utilizada en la historia de Colombia para “resolver” conflictos sociales y diferencias políticas. Esta generación de jóvenes se resiste a ser silenciada por las fuerzas estatales. Y una tercera exigencia es cambiar el modelo de desarrollo extractivista que desde finales de la década de los 80 desarrolló las orientaciones de la banca multilateral, vendiendo activos del Estado, privatizando los pocos desarrollos del Estado social y favoreciendo un crecimiento económico caracterizado como “pro-rico”. En síntesis, se está demandando un modelo que ponga en el centro el cuidado y florecimiento de la vida toda: de ahí la defensa del ambiente, del agro, de la soberanía alimentaria, de la paz, de 21


los derechos a la salud, la educación, el agua, la pensión, el trabajo digno, y el cierre de brechas territoriales, generacionales, étnicas, de género y de orientación sexual, todo ello configura el horizonte ético de este enorme proceso social. Hoy el movimiento en las calles exige un país donde todos y todas tengamos el mismo derecho a desarrollar nuestros proyectos de vida. Los jóvenes, principales protagonistas de la movilización, no aceptan la perpetuación de las profundas inequidades sociales, étnicas, territoriales y de género. Los gritos multicolores se alzan para exigir que pare ya la injusticia, la violación de los derechos humanos, el futuro sin esperanza. Las viejas élites se resisten a aceptar el cambio, la redistribución y el reconocimiento a los invisibilizados de siempre. La represión a la movilización y protesta social ha sido brutal. Según la ONG Temblores, se han denunciado 2 mil 387 hechos de violencia policial, de los cuales hay 43 víctimas de homicidio, 33 con agresiones oculares, 18 por violencia sexual, 384 lesionados por violencia física, 146 por armas de fuego y mil 139 detenciones arbitrarias. Hasta hoy no se avizora una solución de este conflicto, en tanto la movilización social ha entendido que, si cesa ahora, sin una negociación clara que realmente lleve a cambios y no a simples declaraciones gubernamentales como estrategia de desmovilización, se va a perder lo andado. La dinámica impone fortalecer el reconocimiento y la unidad del campo subalterno, incrementar la presión internacional para defender y proteger los derechos humanos, y presionar para que el gobierno de Duque opte por una salida democrática al conflicto social, lo que aún no parece darse, pues la respuesta ha sido criminalizar la protesta social. * Asociación Latinoamericana de Medicina Social Sección Colombia 22


En Cherán una costumbre es ayudarse Jurhamuti José Velázquez Morales* - Pie de Página 22 mayo, 2021

Cherán, que ha construido en la última década una forma de gobierno y de cuidado comunitaria autónoma que parte de un fundamento: ayudar unes a otres. Jurhamuti José Velázquez Morales, habitante de Cherán, explica aquí en qué se funda la lucha de la comunidad El nombre de Cherán proviene del topónimo en idioma p’urhépecha: Ch’eráni “lugar de susto o lugar de sustos”. A la llegada de los españoles se le dio el nombre de San Francisco Cherán y el Rey Carlos V de España le otorgó el titulo primordial. Cherán se localiza en el mero corazón del Estado de Michoacán, México. Entre inmensos bosques de pino, oyamel y encinos. Cuenta con una población de 15734 personas, de cuales 7521 son hombres y 8213 mujeres. Después del 15 de abril de 2011 se formó un movimiento social por la defensa del bosque y la seguridad, esté trajo consigo al menos, 3 cosas muy importantes: lo primero fue el nacimiento de las fogatas. En segundo lugar, la solidaridad de todos los hijos e hijas de Cherán, y sobre todo de quienes residen en los Estados Unidos. En tercer y último lugar, la comunidad decidió enarbolar una lucha jurídica donde casi todos los sectores del pueblo participaron, el objetivo fue demandar el derecho a la autonomía política al gobierno de México. Las fogatas En el lapso tiempo y espacio de esta famosa lucha. Las fogatas fueron los espacios de unidad, entre los vecinos, familiares, jóvenes y niños. Las personas se reunían casi todas las noches en su fogata para vigilar el poblado. Más de 120 fogatas registradas en casi todas las calles y entrecruces de Cherán.

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Así pasaron más de 9 meses las fogatas encendidas y humeantes, cuidándose unos a otros. La palabra fogata podría tener su origen en la parángua se trata del fogón ancestral y tradicional en donde los hijos de Cherán fueron formados y educados. La parángua es todavía un escenario para hablar, para compartir alimentos, contar anécdotas, crear historias y reír de chistes. Cuentan que antes los más abuelos, fueron educados ahí, en la fogata recibieron la educación en idioma p’urhépecha porque no existían las escuelas modernas, los mayores explicaron a los más jóvenes los valores morales al estilo p’urhépecha. La Jaróajperakwa La solidaridad en idioma p’urhépecha se llama Jaróajperakwa es una forma de ayudar a alguien, la mano vuelta o el tequio, donde se ayuda, pero sin esperar nada a cambio. En Cherán es una buena costumbre ayudarse, en tiempos difíciles y eso pasó también durante la severa crisis económica que enfrentamos los habitantes durante los primeros meses del movimiento, una crisis que afecto a todos los sectores de nuestra comunidad. Por ejemplo: las escuelas cerraron por temor, los comerciantes dejaron de laborar fuera de la comunidad. Aquí los hijos e hijas norteños enviaron ayuda humanitaria para su gente. Los de Cherán de casi todos los Estados de la Unión Americana, realizaron envíos de dinero para la compra de víveres y despensas además utilizaron las redes sociales para enviar mensajes emotivos en apoyo a sus hermanos en lucha. La jurámukwa La autonomía política en Cherán se refiere a la lucha jurídica que nació en las fogatas. Se trata de hacer valer las formas ancestrales de autogobierno. Antiguamente el señorío p’urhépecha mucho antes de la llegada de los españoles había formado un complejo sistema de gobierno político, teocrático y administrativo, según fuentes históricas como el libro: La Relación de Michoacán. En ese sentido, los primeros habitantes de Mechoacán los chichimecas estaban bien organizados y basaron la civilización antigua en 5 aspectos principales: la clase gober24


nante, el pueblo, las personas para la guerra, los pueblos que pagaban tributo y los pueblos aliados. Cabe destacar que aquí tanto mujeres como los hombres podrían desempeñar tales cargos dependiendo del linaje social. En ese tenor, Cherán y sus fogatas deciden volver a sus raíces culturales, y cambiar la forma de gobierno. Recordemos que los pueblos indígenas tienen el derecho colectivo en tratados nacionales e internacionales. También en la constitución mexicana se reconoce que los 68 pueblos originarios tienen el derecho a ejercer su libre auto determinación, que en pocas palabras es el derecho a elegir su gobierno, bajo los usos y costumbres. La mayoría en Cherán dijo; No más partidos políticos, y eso obligo al Instituto Nacional Electoral (INE) a trabajar para darle solución a la voluntad del pueblo. Desde el año de 2012 Cherán no ha tenido gobiernos municipales elegidos por partidos políticos. Hoy en base a su raíz cultural p’urhépecha elige a sus gobernantes y autoridades en base a la forma como se hacía antes. Es decir, por medio de asambleas y de manera directa levantando la mano en favor a su candidato o haciendo una fila detrás de la persona propuesta para ser jurámuti o autoridad. Las fogatas son las que proponen a los candidatos, hombres y mujeres que pueden llegar a ocupar un cargo como servidores públicos al frente del gobierno comunal. Esta forma peculiar de gobierno o jurámukwa ha causado el asombro de muchos pueblos indígenas en México y a nivel internacional, sobre todo por ser una forma propia para elegir gobiernos y autoridades de manera directa, más trasparente y sin gastos millonarios en pre campañas políticas. El Concejo Mayor de Cherán Esta forma de gobierno ha tenido duros retos y también aportes positivos y asuntos negativos en la vida de comunidad. El Concejo Mayor de Gobierno denominado en p’urhépecha K’eri Janhaskatiicha, está integrado por 12 personas, llamadas k’eris “mayo25


res o grandes” 4 personas, por cada uno de los barrios de Cherán. Ellos son quienes estarían en teoría, al servicio del pueblo. Hasta abril del año de 2021 se han tenido 3 administraciones o 3 concejos de gobiernos y autoridades. En general, una parte de la comunidad hace un balance de tales gestiones como “buenos y no tan buenos gobiernos”, así también existen opiniones a favor y en contra, ambas giran en torno a las acciones tomadas por las estructuras de gobierno. Un aspecto vital en la democracia local es que las asambleas son quienes evalúan a los gobiernos y autoridades de manera periódicamente y semanalmente la gente acude a las reuniones para manifestar su conformidad o en muchas veces su inconformidad. La ronda y los guardabosques son elementos retomados de la cosmovisión p’urhépecha, se trata de un grupo numeroso de hombres y mujeres que brindan la seguridad al interior del poblado y en el caso particular de los cerros y bosques. Antiguamente la gente de Cherán no contaba con policía, la seguridad era responsabilidad de todos y todas, ellos eran quienes a su manera organiza realizaban recorridos, multas y sanciones. Durante el día y la noche recorrían el pueblo en busca de prevenir delitos. Otro antecedente son los llamados k’uaris, ellos o ellas eran algo similar, eran cuidadores y vigilantes de la milpa y el bosque para evitar ladrones furtivos de las cosechas de maíz. Cherán K’eri Como hemos visto a lo largo de esta breve semblanza, los aportes de los hijos e hijas de Cherán en Estados Unidos al movimiento social por la defensa de la vida misma ha sido una muestra de ayuda mutua, de jaróajperawa. Este 15 de abril de 2021 Cherán K’eri (Cherán el grande) celebró 10 años de lucha. En esta ocasión debido a la pandemia las actividades presenciales estarán restringidas en Cherán. Pero es buen momento para recordar y transmitir la historia de nuestra comunidad, puede ser quizá preparando un delicioso caldo de Churipo y corundas al calor de la fogata o degustando una atapákwa o también ondeando la bandera p’urhépecha, un símbolo y estandarte de la lucha p’ur26


hépecha adoptado por la comunidad de Cherán para motivar la preservación de la identidad indígena p’urhépecha, precisamente en la bandera se encuentra en el centro la frase guerrera: Juchari uinapikua, que en palabras sencillas es “nuestra fuerza” evidentemente una energía colectiva que se vive en paríkustia “en el otro lado”. Kánekwa diosї meyamu: Tatá Jurhamuti Ch’eráni anápueska.

La diversidad cultural en crisis Kau Sirenio - Pie de Página - 20 mayo, 2021

Las danzas, los centros ceremoniales, las lenguas son manifestaciones indígenas que expresan la diversidad cultural tangente de México; sin embargo, no cuentan con el mismo apoyo como otras actividades culturales. En el contexto del Día de la Diversidad Cultural es necesario reflexionar los avances y retrocesos que esto ha tenido en los últimos años. Los resultados de la pandemia de la covid-19 son desastrosos, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, por sus siglas en inglés (Unesco): “Eventos culturales cancelados, instituciones culturales cerradas, prácticas culturales comunitarias suspendidas, mayor riesgo de saqueo de sitios culturales y de caza furtiva en sitios naturales, artistas que no pueden llegar a fin de mes y el sector del turismo cultural muy afectado”. Agrega la agencia internacional: “Este impacto es social, económico y político, ya que afecta al derecho fundamental de acceso a la cultura, los derechos sociales de los artistas y los profesionales de la creación y la protección de las diferentes expresiones culturales. Mientras tanto en las comunidades indígenas las ferias tradicionales y las ceremonias fueron suspendidas porque no con27


taron con apoyo institucional para la realización de las actividades culturales. Otros hechos lamentables de esta pandemia son los fallecimientos de creadores, hablantes de las lenguas indígenas e investigadores. La caída de las empresas culturales por el impacto de la covid-19 de acuerdo con el balance de la Unesco es preocupante: “Las industrias creativas y culturales (CCI) contribuyen con 2 mil 250 millones de dólares americanos a la economía global (3% del PIB) y representan 29.5 millones de empleos en todo el mundo. Las consecuencias económicas de no abordar el sector cultural, y todos los servicios auxiliares, particularmente en el sector turístico, también podrían ser desastrosos”. La crisis que se desarrolla corre el riesgo de profundizar las desigualdades y hacer que las comunidades sean vulnerables, porque el acceso a expresiones culturales es cada más complejo e inaccesible para las poblaciones indígenas, que de por sí enfrentan las problemáticas por la lejanía de los espacios culturales, como museos, teatro, cine y bibliotecas. Proteger la diversidad de las expresiones culturales debe ser responsabilidad del Estado, a la vez tiene que generar las condiciones para que las poblaciones en situaciones de marginalidad puedan construir una identidad sin ser discriminados, como ocurre con las lenguas indígenas. Las comunidades indígenas tienen que empezar a valorar la música, la danza, la literatura y su cosmovisión, porque es la única forma de hacerse presente en el mundo globalizado y mercantilista que deshumaniza a los grupos minoritarios. La Declaración Universal de la Unesco sobre la Diversidad Cultural fue aprobada en 2001. Y un año después la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 21 de mayo como el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo, a través de su resolución 57/249 de diciembre de 2002. 28


A partir de ese año, colectivos culturales e instituciones del gobierno federal realizan actividades para mostrar las distintas formas de expresiones artísticas y culturales de las comunidades indígenas.Todos tenemos que repensar la nueva ruta que deben tomar de los distintos grupos sociales para expresar sus creaciones culturales. Porque de no hacerlo corremos el riesgo de quedarnos en un mundo más desértico en cuanto al pensamiento filosófico y cultural tangible e intangible. La tarea es enorme, porque tenemos que recuperarnos del congelamiento cultural causado por la pandemia de covid-19, y ser capaces de reconstruir la ruptura que la diversidad cultural enfrentó en esta contingencia sanitaria y estos días aciagos que vive la humanidad.

Economía feminista para la supervivencia Celia Guerrero - Pie de Página - 19 mayo, 2021

La Cepal sugiere un nuevo pacto fiscal para evitar la profundización de la pobreza de las mujeres. Más nos vale exigir, pero ya sabemos que las vidas de las mujeres no son tema prioritario para los Estados. Por suerte tenemos de ejemplo las experiencias de las ancestras y la creatividad y sororidad de muchas “Siento que cuando le das a las mujeres herramientas para poder manejar finanzas estás salvando vidas”, dijo Ailyn González para explicar por qué decidió organizar una charla de autonomía económica para mujeres como parte de las actividades posteriores a la protesta del 8 de marzo en la alcaldía de Tláhuac. Ni para mí ni para muchas mujeres —estoy casi segura— la afirmación de Ailyn es una que requiera mayor explicación. Pero por si acaso voy a agregar lo siguiente, parafraseando a la propia Ailyn: las herramientas financieras son también de supervivencia en contextos donde, para una mujer, salir de los círculos de 29


violencia es prácticamente imposible sin autonomía económica. Pero estas herramientas no te las enseñan en la escuela o te las da mamá, añadió la joven originaria de Tlaltenco. De ahí la necesidad de crear espacios en donde se reflexione sobre la importancia del trabajo no remunerado en México, la violencia económica y patrimonial, y los conocimientos sobre finanzas básicas se compartan entre mujeres. Ese 8 de marzo me pareció interesante que, posterior a la manifestación, 2 de las actividades de las mujeres organizadas de Tláhuac fueran: esa charla de autonomía económica para mujeres y una mercadita en la que vendieron productos como comida, ropa, libros, que ellas mismas preparan, confeccionan, revenden. Interesante pero, por supuesto, no precisamente casual que esto haya sucedido cerca de cumplir un año en pandemia. Ahora, este mismo grupo de mujeres está convocando a una mercadita para recolectar despensas para las familias víctimas del desastre en la Línea 12 del Metro de la CDMX [click aquí]. Hay que recordar que los primeros ejercicios de sororidad en activarse entre grupos feministas del Estado de México, por ejemplo, fueron para sobrellevar la violencia económica que no se hizo esperar en la vida de las familias que se quedaron sin sustento a raíz de las medidas estrictas de confinamiento social de hace un año. Desde febrero de 2021, el informe especial Covid19 Autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) pronosticaba que la contracción económica provocada por la pandemia de la covid19 provocaría un retroceso de más de 10 años en las condiciones laborales de las mujeres en la región. La caída del PIB pronosticada para México en 2020 era del 9%, por arriba incluso del 7.7% en América Latina. Y de la población ocupada con riesgo alto de perder su trabajo, reducción de cantidad y calidad de empleo, el 65. 2% eran mujeres. 30


Ahora, con las recién publicadas cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo sabemos que al primer trimestre del año 2021, la población económicamente activa disminuyó 1.6 millones respecto al mismo periodo de 2020. De esta cifra el 87.5% son mujeres, 1.4 millones. Ajá, leyó bien: 1.4 millones de mujeres, de marzo a marzo, en un año de pandemia. En su informe la Cepal sugiere a los gobiernos de la región — entre otras medidas de recuperación ante esta crisis para las mujeres en el ámbito laboral— la creación de “un nuevo pacto fiscal que promueva la igualdad de género como elemento central”, es decir, sustentado en un análisis diferenciado entre hombres y mujeres “para evitar la profundización de los niveles de pobreza de las mujeres”. Una vida más vivible —menos invivible— como se plantea desde la economía feminista. Más nos vale exigir, pero que no esperar paradas a que algo así o cercano suceda. Ya sabemos que las vidas de las mujeres —vivibles o invivibles— no son tema prioritario para los Estados, incluyendo el mexicano. Por suerte tenemos de ejemplo las experiencias de las ancestras y la creatividad y sororidad de muchas. Escribe la economista feminista Natalia Flores-Garrido en COVID-19, precariedad y sostenibilidad de la vida. Algunas experiencias de México que, cuando se trata de sostener la vida, las mujeres no solo la reproducen a través del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, sino que construyen relaciones y prácticas económicas, en contextos comunitarios, como formas de supervivencia. ‘Comunidades de supervivencia’ o ‘herramientas económicas de supervivencia’, les llama. Flores-Garrido analiza dos de estas prácticas desde las vivencias del sur global: las tandas y la práctica de fiarnos entre conocidas como “relaciones horizontales de apoyo mutuo” y no precisamente caridad de “más privilegiadas a menos privilegiadas”. Conocimientos y prácticas de la economía feminista y “fuente de pensamiento radical para la transformación social”. “La supervivencia entendida como resistencia”, añade la autora. 31


AUTONOMÍA Y PODER POPULAR Gustavo Esteva

Poder es la facultad o capacidad de hacer algo. En términos políticos significa dominio, mando, jurisdicción. Es una palabra que expresa apropiadamente lo que ocurre en una estructura de dominación, en que unos tienen mando sobre otros. Diversas iniciativas políticas consideran que la conquista del “poder popular” significaría que el pueblo, la gente, ocuparía las posiciones de poder. Esto plantea dos dificultades. La primera es que no toda la gente ocuparía esas posiciones, por lo que se caería de nuevo en el sistema de representación, en el cual, según la experiencia, los “representantes” se corrompen inevitablemente y dejan de estar al ser vicio de sus representados. La segunda es que esas posiciones de poder corresponden a las concepciones de dominio propia de la estructura política actual: están diseñadas para sojuzgar al pueblo, no para ser virlo. Ocuparlas por el pueblo carece de sentido. El esfuerzo autonómico, en contraste, es un empeño por reorganizar la sociedad desde abajo, desde la propia gente, para que en libertad y con procedimientos democráticos los ciudadanos puedan tomar las decisiones que afectan su vida y organizar sus comportamientos. El esfuerzo autonómico exige construir cuerpos políticos en que se pueda ejercer realmente la democracia, que no puede estar en otro lugar que en donde la gente está. La democracia no puede consistir en llevar la voluntad y capacidad de la gente a una estructura de mando y control alejada de los ciudadanos y subordinada a intereses que les son ajenos, a los intereses de las corporaciones capitalistas y los políticos corruptos. A medida que avanza en la construcción desde debajo de sus propios cuerpos políticos, el esfuerzo autonómico despoja de poder político a las estructuras existentes, las convierte en cascarones vacíos. 32


En los cuerpos políticos propios de la autonomía, la capacidad política se mantiene en manos de los ciudadanos, que no la delegan en nadie. Con esa capacidad, crean mecanismos de coordinación de los empeños colectivos, siempre subordinados a la voluntad popular, y dispositivos de ser vicio, en los cuales auténticos ser vidores públicos cumplen el mandato que les dan los ciudadanos.


RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 26 de mayo 2021


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