CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 1 29 de julio de 2020
Confrontaciones
Gustavo Esteva - La Jornada - Lunes 27 de julio de 2020 Paso a paso se extienden rebeliones que definen la condición actual. Las hay silenciosas y pacíficas, casi invisibles, que siguen empeñosamente su ruta radical. Otras muchas entran a confrontaciones abiertas de difícil pronóstico. La más grave, a corto plazo, será por la emergencia alimentaria. El 9 de junio el secretario general de la Organización de Naciones Unidas alertó sobre el agravamiento de la “inseguridad alimentaria”, el eufemismo que disimula el hambre que afecta ya a mil millones de personas. Este mes la FAO propuso medidas urgentes para evitar la crisis alimentaria, porque aumentará el número de personas que no pueden pagar por su alimentación. No faltan alimentos: tiran buena parte de ellos productores y consumidores, mientras muchas personas mueren de hambre o desnutrición. En América Latina, llegarán pronto a 80 millones por lo menos. Ana de Ita examinó brillantemente en este espacio la política de “autosuficiencia alimentaria” del gobierno: concebida para las trasnacionales, engorda sus negocios a nuestra costa; no previene el hambre y contradice la búsqueda de autonomía alimentaria de los pueblos ( La Jornada, 19/7/20). No parece haber previsión alguna ante el nuevo estado de cosas, esa condición trágica de quienes no podrán adquirir sus alimentos por tiempo indefinido. Muchas personas organizan ya un nuevo modo de vivir, que por lo pronto apenas les permitirá sobrevivir; otras muchas sienten la amenaza en la puerta, pero no saben qué hacer o no pueden hacerlo. La cuestión todavía es invisible, porque grupos solidarios de toda índole se han estado ocupando de las personas con hambre. Pero el número pronto los rebasará y surgirán desafíos de toda índole. Las confrontaciones más agudas, en México, serán probablemente las relacionadas con programas que el gobierno sigue llamando “desarrollo” y los pueblos resienten como agresión racista y colonial. La Asamblea Oaxaqueña en Defensa de la Vida y el Territorio definió muy claramente los términos de esta confrontación el 22 de julio, en su Jornada por la Vida y por la Madre Tierra. En su primer pa3
nel abordaron los “Desafíos de los pueblos y comunidades ante el despojo territorial”. El segundo declaró: “Las entrañas de la Madre Tierra se respetan: sí a la vida, no a la minería”. El tercero analizó el “Proyecto interoceánico y etnodesarrollo”, que el Presidente consideró en Oaxaca, dos días después, como su proyecto insignia. Los dos primeros paneles acotaron bien los términos de la confrontación continua encerrada en el “extractivismo”. No satisface a los pueblos que el gobierno actual haya decidido no otorgar más concesiones mineras. Alegan que ya no hay mucho más que concesionar y que el problema son concesiones otorgadas con engaños y corruptelas, sin tomar en cuenta sus derechos y puntos de vista. Logran a veces expulsar a las mineras, pero a un enorme precio; luchan contra poderosas empresas y contra todos los niveles de gobierno. Se mencionaron luchas específicas en que funcionarios del actual gobierno o diputados y senadores de Morena son dueños o asociados de las empresas. La confrontación, que cunde por todo el país, es continua. Impone un inmenso desgaste a los pueblos y no tiene salida clara. Según el director del Corredor Interoceánico, el tren que es su eje principal entrará en operación en el primer semestre de 2021. Hay oposiciones puntuales al tren mismo, pero la resistencia se orienta cada vez más contra planes que buscan transformar el modo de vivir de los istmeños con 10 parques industriales y otras muchas acciones. Cuatro mujeres indígenas hablaron con gran lucidez de todo eso en el tercer panel, dedicado a la que es ya la principal confrontación en Oaxaca. Habrá discrepancias difíciles de procesar. Ciertos grupos se interesan en los empleos y mejoras en los servicios públicos que les prometen. Los pueblos respetan esas reivindicaciones, pero rechazan que eso quieran todos. Se oponen con vigor a que se siga profundizando el terricidio que se comete y que los proyectos destruyan el tejido social comunitario y sus formas de vida. Denuncian el carácter engañoso de las consultas y anuncian que no están dispuestos a ceder. Defenderán su vida y su territorio hasta el final. Así se lo hizo saber la asamblea al Presidente el pasado viernes en un comunicado “a quien tenga oídos para escuchar, a quien quiera oír y actuar” (https://bit.ly/39BRJM7). 4
Necesitamos apelar a una combinación especial de astucia y organización para lidiar con lo que tenemos encima. Tanto “fuerzas oscuras” como otras muy visibles, en el marco de la abierta militarización del país, conspiran para llenar de sangre estas confrontaciones y usarlas para sus propósitos. No debemos permitirlo. Pero tampoco cejar. Como dijeron el miércoles las compañeras que tomaron la palabra en nombre de todas y todos, es hora de poner el cuerpo y todo lo demás para defender la vida. Está realmente en peligro. gustavoesteva@gmail.com
Rechazo al corredor interoceánico
Gloria Muñoz Ramírez - La Jornada - Los de abajo - 25 de julio de 2020 En medio de una grave situación derivada del incremento de contagios y muertes por Covid-19 en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, indígenas de la región rechazaron la visita presidencial que se concentra en el impulso del polémico megaproyecto del Corredor Interoceánico y desestima las urgencias de la población. Con la debida distancia y con cubrebocas, pero no en silencio, integrantes de la Unión de Comunidades Indígenas de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni), se plantaron frente a las oficinas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para exigir al Presidente la cancelación del megaproyecto corredor interoceánico ya que, dijeron, “sólo beneficiará a las grandes empresas extranjeras y grupos de poder mexicanos”. Los inconformes advirtieron que “el gobierno federal ha violentado los derechos de los pueblos indígenas”, y demandaron que cese la represión y los operativos de corte de energía eléctrica en el Istmo y en Candelaria, Campeche, donde hay movimientos de resistencia contra las altas tarifas. La grave situación sanitaria que atraviesa la región ha sido denunciada en los pasados días, sobre todo en el municipio de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, donde Mario Quintero, de la Asamblea de Pueblos en Defensa de la Tierra, señaló que en el panteón están 5
excavando hoyos con retroexcavadoras para enterrar a quienes han fallecido, pues ya no hay cupo en el cementerio. Mientras en el hospital se contagiaron 140 trabajadores del sector salud. Aquí, dice el activista, están muriendo entre siete y ocho personas todos los días. La Ucizoni coincide en la gravedad de la emergencia, por lo que este viernes exigieron la instalación de un hospital Covid, ya que, aseguran, las muertos que ellos cuentan no coinciden con los números oficiales. Hace un año el Presidente prometió en el municipio de Matías Romero la construcción de un hospital de especialidades del que aún no se sabe nada, por lo que la gente está muriendo en sus casas. En el istmo, señala el organismo, “se vive una tragedia, pero el gobierno federal al parecer tiene prioridades que no toman en cuenta a nuestros pueblos”. desinformémonos.org - losylasdeabajo@yahoo.com.mx
Las pandemias que no se combaten en América Latina
Marcos Roitman Rosenmann - La Jornada - 25 de julio de 2020 ¿Hay vacuna para la pobreza? ¿Existe remedio para la evasión de capitales? ¿Se puede luchar contra el hambre? ¿Son viables una vivienda digna y una educación pública de calidad? Estas son algunas preguntas sobre las cuales reflexionar en medio de una hipersensibilización sobre las consecuencias humanas del Covid-19. Mientras los pobres mueren de enfermedades menos espectaculares, causas de la pobreza, y para las cuales hay cura como el sarampión o la difteria, la carrera por ver quién patenta primero la vacuna contra el Covid-19 concentra la atención mundial. No nos engañemos, a sus promotores les mueve la codicia. El beneficio económico. Detrás no hay causa humanitaria, interés por el bien común o preocupación social. Para saber de qué hablamos, baste señalar que mil 600 millones de personas, es decir, 22 por ciento de la población mundial, no reciben atención médica, sin olvidar los 115 millones, menores de cinco años, afectados por desnutrición crónica. A lo cual debemos sumar los 700 niños muertos diariamente por diarrea. Según Manos Unidas, organización nada proclive a la exageración, en 2020 se po6
dría haber evitado la muerte de 5.4 millones menores de cinco años. Sin embargo, el hambre, la falta de condiciones higiénicas, la explotación infantil, el desempleo, la trata de mujeres no son considerados pandemia. Morir por esas causas es algo “natural”. La necropolítica hace su aparición como forma de organización social del capitalismo. Achille Mbembe, teórico que acuñó el concepto, señala que el poder de la muerte y la política de la muerte, refleja “los diversos medios por los cuales, en nuestro mundo contemporáneo, las armas se despliegan con el fin de una destrucción máxima de las personas y de la creación de mundos de muerte, formas únicas y nuevas de existencia social en las que numerosas poblaciones son sometidas a condiciones que le confieren el estatus de muertos vivientes”. La pandemia del Covid-19, y de todas las demás, evidencia la condición de muertes vivientes en las calles de Quito, Lima, Santiago, Bogotá, Río de Janeiro o Sao Paulo. Los cadáveres abandonados en las calles, producto de una desarticulación del sistema sanitario, convertido en negocio para las empresas de capital riesgo, atentan contra la dignidad humana. Los gobiernos que han privatizado la salud, quebrado el sistema sanitario, desprotegiendo a sus ciudadanos, son responsables. Aplican la necropolítica como arma de guerra. Y lo seguirán haciendo con o sin vacuna contra el Covid-19. Así ocurre con otras enfermedades donde el tratamiento es propiedad de una empresa. La pobreza, desnutrición o falta de higiene no son negocio. A las farmacéuticas les tiene sin cuidado su erradicación. No realizan investigación básica, sólo aplicada y con fines de rentabilidad. En este caso, hablamos de beneficios estratosféricos, que engrosarán la fortuna de empresarios, especuladores y consejos de administración. De esta pandemia unos pocos saldrán con los bolsillos llenos. La economía de mercado se encargará de ello. Con sólo pensar en la posibilidad de vender 2 mil millones de dosis para restablecer el equilibrio entre el virus y la inmunidad de rebaño, las ganancias serán obscenas. Siempre ha sido igual. Basta ver el tratamiento contra la hepatitis C. Su costo aproximado es de 1.5 euros y la dosis se vende por alrededor mil euros. Otro tanto ocurre con la vacuna contra la meningitis, del laboratorio británico GlaxoSmithKline, cuya inversión en I+D fue de 300 millones de euros. En tres años de comercialización (2015-2018) han obtenido beneficios por mil 200 millones. ¿Y para el tratamiento de Covid-19?, mien7
tras no existe una vacuna, el Remdesivir es un paliativo que reduce el tiempo de recuperación, en otros términos, libera antes una cama de hospital. Su costo de producción, según los especialistas, no supera los cinco euros, la empresa lo vende en2 mil euros. A la hora de promover una investigación de cualquier enfermedad, la medida se realiza en términos de costo-beneficio. Médicos Sin Fronteras, en un estudio de 2018, señaló que una vacuna o medicamento, en un país pobre cuesta 68 veces más que en uno desarrollado. No se discute la necesidad de encontrar una vacuna contra el Covid-19. Pero su distribución y venta no está pensada para toda la población. Los millones de ciudadanos que han soportado el confinamiento bajo el hambre, recurren a las ollas comunes, la solidaridad de clase y la resistencia para hacer frente a la pandemia. La crisis humanitaria no está en Venezuela, está en países donde el hambre, la evasión de impuestos, la pobreza, la desigualdad y la explotación se han cronificado, son pandemia y no interesa combatirlas.
Divisionismo oficial y resistencia indígena Magdalena Gómez - La Jornada - Martes 21 de julio de 2020
Entre el mar de problemáticas, es necesario insistir en que las que afectan a los pueblos indígenas y a sus comunidades están marcadas por el signo de continuidad, en especial en las políticas no escritas en ningún plan nacional, estatal o municipal de desarrollo. Me refiero a las prácticas consuetudinarias de promover el divisionismo en tiempos de resistencia y movilización. El ejemplo más reciente es el del pueblo guarijío frente a la construcción de la presa Bicentenario-Los Pilares, iniciada, para variar, sin consulta, en 2012, por lo cual se interpuso un amparo un año después y fue resuelto en marzo de 2019, ordenando la suspensión de la obra hasta que se realizara una consulta. No se cumplió tal decisión judicial y hoy comunidades guarijías enfrentan el peligro inminente de quedar inundadas y aisladas, pues el 8 de julio las compuertas de la presa se cerraron y dio inicio la inundación del embalse. Su exigencia al gobierno federal es que abran la compuerta para que baje el nivel de la nueva presa y puedan nuevamente transitar (Red Kabueruma). En este 8
caso, la operación de divisionismo tuvo su punto culminante en la gira presidencial Diálogo con los pueblos indígenas, evento de San Bernardo, Álamos, Sonora, el 25 de octubre de 2019. El representante Juan Rodríguez Azueta expresó las demandas de los guarijíos e inició con la petición de acompañamiento jurídico y social para el caso de la presa Pilares para que se respeten las decisiones que el pueblo guarijío ha tomado al respecto. Agregó: “Los gobernadores ya están en la mejor disposición para la conclusión del proyecto de la presa y las autoridades y los integrantes de la etnia guarijío, ya que es un proyecto muy interesante que nos traerá impulso a la economía para elevar la calidad de la alimentación, la calidad de vida para un futuro mejor”. De inmediato la gobernadora Claudia Pavlovich respaldó la postura y el Presidente se comprometió a aportar 600 millones de pesos para terminar la obra y señaló: “Va a depender de los guarijíos, porque no se va a imponer nada” y ofreció regresar para inaugurarla. Sin acceso al evento oficial, José Romero Enríquez, gobernador tradicional de la colonia Macurahui, en San Bernardo, entregó una carta donde informó al presidente López Obrador de la afectación a sus tierras con la presa. El previo “arreglo” para la aceptación de la presa contra un amparo vigente ya es evidente. El 15 de julio cinco de los seis gobernadores tradicionales del pueblo guarijío pidieron que se cumplan los compromisos contraídos por el gobierno, sus tres niveles, para la operación de la presa Bicentenario conocida como Los Pilares: “compromisos que aún no concluyen pese a que la presa ya está terminada, pero los compromisos aún no se cumplen en su totalidad” (Radio Álamos en línea). Reconocieron al alcalde de Álamos y pidieron respeto y que personas o dependencias “no queremos que nos revuelvan el agua”. Amagaron a los dos gobernadores tradicionales de ejido Burapaco y colonia Macurahui, los dos núcleos afectados en sus territorios. Hay otros casos donde se trabaja de parte oficial para romper la resistencia, justo en la península con el llamado Tren Maya. El amparo tramitado por Xpujil es objeto de una campaña donde contraponen a sus promotores con cartas y firmas de respaldo al tren; ello al margen de la vía judicial, pues el amparo se acreditó y otorgó bajo el principio de autoidentificación. También, nada casual, se está dando prioridad en la región a programas que propician y 9
cultivan la adhesión al tren. El pasado 6 de julio en la conferencia vespertina, la titular de la Secretaría de Bienestar expresó : “Voy a empezar con este ejemplo tan claro y tan bonito. Uno de nuestros programas Sembrando Vida está trabajando y complementando ya el trabajo que se hace del tren maya. Decirles que en 2019 empezamos a trabajar en territorio yucateco, justo donde pasan todas las vías donde pasa el Tren Maya con 12 mil 500 hectáreas. Lo que significa 5 mil sembradoras y sembradores, gente de los ejidos donde pasan estos municipios y también 12 mil 500 en Quintana Roo, igual de los ejidos que pasan las vías donde va a pasar el ferrocarril, recordar que son ya vías que ya están establecidas y que se está haciendo este recorrido; en Campeche fueron 25 mil hectáreas el año pasado, lo que significa 10 mil sembradores; hoy estamos haciendo una ampliación el caso 2020 y nos vamos entre Yucatán, Quintana Roo y Campeche; sólo estoy hablando del sureste; no me estoy metiendo a Tabasco, a Palenque, sólo esos tres estados nos vamos a 100 mil hectáreas, lo que significa 40 mil sembradores; eso se llama complementariedad”. También se llama contrainsurgencia. Los beneficiarios quedan afiliados al apoyo al llamado Tren Maya. Bien se dice que a confesión de parte, relevo de prueba.
Covid-19, el espejo chiapaneco
Luis Hernández Navarro - La Jornada - Martes 21 de julio de 2020 El doctor José Manuel Cruz Castellanos es un personaje peculiar. Parecería sacado de una película de humor de Monty Python. Cuando le preguntaron si la llegada del polvo del Sahara podría afectar la salud de los chiapanecos, o hacerlos susceptibles a contagiarse de Covid-19, respondió: “La llegada de ningún extranjero, de ningún mexicano, de ninguno de los que viene a Chiapas, está vulnerado ni puede vulnerar a Chiapas porque tenemos el gran filtro del aeropuerto”. Ante el desvarío, los periodistas le precisaron que se referían a la nube de arena que entraría a México. “Sin ningún problema –contestó encarrerado el médico–, todo lo que llega es sujeto de vigilancia epidemiológica y de estudios de 10
laboratorio, de manera tal que tenemos un contexto para proteger a la población. Los filtros sanitarios se establecieron para eso.” El dislate no tendría importancia, salvo por una cuestión. Cruz Castellanos es el secretario de Salud de Chiapas. Sus desvaríos dan para escribir un libro. Cuando la periodista Lizbeth Jiménez lo cuestionó sobre las irregularidades en las cifras de pacientes con coronavirus registradas en la entidad, él le espetó: “Interpretar cuesta cuando no tiene uno su mente muy clarita en lo que está uno haciendo, como veo en tu caso que no te quedó claro. Grábalo para que no vengas con cuestionamientos absurdos. Nada más que anda con mucha precaución, no te vaya a agarrar por ahí y no queremos eso. Eres muy guapa, muy elegante para que te vaya a pasar algo”. El señalamiento de la reportera era correcto. El secretario de Salud de Chiapas es un mago de las cifras. Desde el pasado l8 de junio, hizo disminuir, literalmente de un día para otro, el número de contagios. Y como buen ilusionista, mantuvo la cifra por debajo de los 100 casos diarios. Un manejo conveniente para que el estado transitara a semáforo naranja. La danza de los números de Cruz Castellanos ha sido cuestionada por multitud de voces. Una es la del delegado estatal de la Cruz Roja, Francisco Alvarado Nazar –él mismo contagiado de coronavirus–. El delegado informó que el 23 de junio recibieron “una llamada de emergencia por hora de personas con problemas de Covid-19, que en 40 por ciento de los casos, la situación de los posibles infectados era crítica y que de urgencia se necesitaba cortar la cadena de contagios en Tuxtla Gutiérrez”. La respuesta del secretario fue flam ígera. Acusó al delegado de la Cruz Roja de no tener la información correcta y de que los pacientes que se recuperan (como Alvarado) “quedan medio chafiretes”. Añadió que las críticas a su gestión se le “resbalan”, porque “todas las mañanas me pongo aceitito y se me resbala todo”. Cruz Castellanos es una figura muy cercana políticamente a la tabasqueña Rosalinda López Hernández, administradora general 11
de la Auditoría Fiscal del SAT y esposa de Rutilio Escandón, gobernador de Chiapas. Saltó del PRI, al PRD y al PVEM hasta su incorporación a Morena. En 2015 compitió por el Verde, para ser diputado por el sexto distrito. Construyó allí una alianza con Rosalinda, quien fue candidata por ese mismo partido a la alcaldía de Villahermosa. Ambos fueron derrotados. El secretario de Salud chiapaneco hizo carrera política en el sector sanitario tabasqueño, durante la gubernatura de Manuel Andrade Díaz (2002-06). La diputada local Olvita Palomeque acusó al funcionario de cometer graves irregularidades en su gestión chiapaneca, beneficiando con obras y contratos por adjudicación directa a tres empresas de Tabasco. La gestión gubernamental de la pandemia en Chiapas ha sido una calamidad. Cientos de personas han denunciado contagios y muerte de sus familiares, sin atención médica y sin pruebas, cuyos decesos no se cuentan (https://bit.ly/2Wwccg2). Según el magisterio democrático de la seccion 7, “los datos que las entidades de salud proporcionan distan mucho de la información que se conoce. No todos los casos sospechosos, confirmados ni las defunciones han sido tomadas en cuenta para el registro estadístico. A diario conocemos historias de personas que resultaron positivas o que tuvieron un tortuoso peregrinar para recibir atención hasta encontrarse con la muerte”. Ignorando la enorme confusión propiciada desde las redes sociales (https://bit.ly/3fR3yjS), las autoridades locales informaron sobre la enfermedad en lenguas indígenas hasta junio, no obstante ser el tercer estado del país con mayor proporción de población hablante de ellas (https://bit.ly/2CQnwMT). El personal de la Secretaría de Salud estatal trabaja sin equipo de protección, con graves riesgos de contraer el mal: 42 han fallecido y 751 han contraído el virus. Los trabajadores de la sección 50 del Sntsa, han denunciado desde hace años la corrupción, el desmantelamiento y la falta de equipos en los hospitales en la entidad. Los desfiguros del doctor José Manuel Cruz no son accidentales. Son parte sustancial del estilo de hacer política de los cacicazgos que controlan el poder político en Chiapas, amparados desde hace años por una 12
política contrainsurgente. Hoy, esos cacicazgos visten los ropajes de la 4T. El pésimo manejo de la crisis sanitaria en Chiapas es un espejo en el que el resto del país debe verse. El daño sufrido por la población ha sido catastrófico. La decisión del gobierno federal de ocultar ese desastre las agravará aún más. Twitter: @lhan55
Minera Cuzcatlán contamina agua en Valles Centrales por segunda vez en dos años La Minuta - 27 julio 2020
– Empresa minera presenta por segunda ocasión permiso ambiental para continuar operaciones en Valles Centrales – Comunidades de Valles Centrales rechazamos contundentemente la explotación de minerales en nuestros territorios. El Frente No a la Minería por un Futuro de Todas y Todos, denunciamos que los impactos ambientales producidos por la explotación minera de FSM-Cuzcatlán se han profundizado en los Valles Centrales, poniendo en riesgo el agua y la vida de comunidades de Valles Centrales. Estos impactos se han focalizado principalmente en Magdalena Ocotlán, quienes por segunda ocasión atestiguan la contaminación de sus cuerpos de agua: el 14 de julio de 2020, las autoridades municipales de dicha comunidad constataron que un pozo de captación de agua pluvial, construido para recargar los mantos acuíferos presentó una coloración rojiza, este pozo se encuentra aproximadamente a 300 metros de la planta de beneficio del proyecto minero. Lo mismo sucedió en octubre de 2018, cuando se derramó la presa de jales contaminando el arroyo El Coyote, hecho que continua en la impunidad en la región. Las autoridades municipales de Magdalena Ocotlán han hecho una denuncia popular ante la Procuraduría Federal del Medio Ambiente y Recursos Naturales (PROFEPA) y exigen a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), intervengan para que realicen una investigación apegada a derecho, transparenten los resultados de 13
los estudios que se han realizado con la finalidad de garantizar el derecho de acceso a la información pública y reparación del daño de comunidades afectadas por la explotación minera. En este contexto de contaminación, la compañía minera Cuzcatlán, empresa filial de Fortuna Silver Mines presentó ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) un nuevo permiso ambiental para la continuidad de la extracción de minerales en los Valles Centrales de Oaxaca. El documento denominado Manifestación de Impacto Ambiental-Modalidad Regional “San José II” fue presentado el pasado 07 de julio de 2020. En este documento Cuzcatlán-FSM expresa que “…su operación no supone un riesgo para ninguno de los objetos de conservación de estas áreas”, no obstante, la realidad que vivimos en nuestras comunidades es diferente; hemos constatado que en los últimos años existen daños irreparables a nuestro medio ambiente, donde el agua, principal líquido para nuestra supervivencia ha sido contaminado en dos ocasiones. Por tal motivo, las comunidades organizadas en el Frente No a la Minería por un Futuro de Todas y Todos rechazamos tajantemente cualquier actividad que tenga por objeto la explotación de nuestros bienes comunes. La presentación de esta nueva MIA desacata las determinaciones comunitarias expresadas en nuestras asambleas y actas de Territorio Prohibido para la Minería, mismas que respetan y retoman la legislación vigente en los ámbitos municipal, estatal y federal. El Frente No a la Minería por un Futuro de Todas y todos demanda a la SEMARNAT respetar y proteger nuestro derecho a la libre determinación, autonomía, territorio, salud y medio ambiente sano, por lo que exigimos nuevamente no autorizar dicho permiso. FSM-Cuzcatlán, pretenden asegurar la explotación irracional de plata y oro por diez años más en los Valles Centrales, además de justificar obras ilegales dentro de San José del Progreso. Es importante mencionar que en mayo de 2019 presentó un permiso similar a este, el cual fue negado por la SEMARNAT en enero de 2020. En esta segunda ocasión, en su “extracto” del proyecto, la empresa argumenta dolosamente que “San José II no se trata de un 14
nuevo proyecto o ampliación del mismo, sino a obras previamente desarrolladas”. Advertimos que autorizar dicho permiso representa una violación sistemática a nuestros derechos territoriales. El Frente No a la Minería por un Futuro de Todas y Todos exige: 1. A la SEMARNAT, no autorizar la MIA Regional “San José II”, ya que el proyecto minero ha violentado nuestros derechos colectivos, consagrados en la constitución, diversos tratados y convenios internacionales ratificados por México.
2. A la PROFEPA, realizar una investigación exhaustiva por la contaminación de los cuerpos de agua en Magdalena Ocotlán, transparentar los estudios realizados, establecer sanciones y reparar el daño a comunidades afectadas. 3. A la CONAGUA, proporcionar certeza a las comunidades y garantizar que el agua de la región se encuentra apta para el consumo humano y la producción agrícola, además de poner a disposición de las comunidades información culturalmente adecuada respecto al monitoreo ambiental y sus respectivos estudios.
4. A la Secretaría de Economía, respetar nuestra determinación: sí a la vida, no a la minería y cancelar las concesiones mineras otorgadas en nuestros territorios sin nuestro consentimiento. Agradecemos a la sociedad civil y comunidades que han sufrido los impactos de la minería su solidaridad y acompañamiento en estos años, asimismo les pedimos que se mantengan vigilantes en este nuevo intento de FSM-Cuzcatlán de expandir su proyecto minero. ¡La actividad minera representa un peligro para los Valles Centrales! Frente no a la Minería por un Futuro de Todas y Todos: Autoridades municipales, agrarias y comunitarias de Magdalena Ocotlán, Monte del Toro, San Matías Chilazoa, San Martín de los Cansecos, El Vergel, Los Ocotes, Santa Catarina Minas, San Dionisio Ocotepec, San Nicolás Yaxe, Coordinadora de los Pueblos Unidos del Valle de Ocotlán-San José del Progreso, Colectivo Oaxaqueño en Defensa de los Territorios: Servicios del Pueblo Mixe, SER A.C.; Servicios para una Educación Alternativa A.C. EDUCA; Unión de Organizaciones de la Sierra Juárez de Oaxaca, UNOSJO S.C. 15
Impedir que llueva: las multinacionales que juegan a ser Dios Zósimo Camacho - Contralinea.com.mx - 24, 2020
 Las regiones de la Mixteca y la Sierra Negra, un corredor biológico y cultural de Puebla a Oaxaca, padecen una sequía que cumple 20 años. Las comunidades indígenas y campesinas viven en la incertidumbre. Cada ciclo agrícola se preguntan si nacerá y crecerá el maíz sembrado, y si contarán con el agua suficiente para vivir. Desde hace 2 décadas, los mantos freáticos no se recargan lo suficiente. Los arroyos se han convertido en canales secos. Esporádicos hilos de agua les escurren unas cuantas semanas en todo el año. Simplemente la temporada de lluvias no llega. Si tienen suerte, las familias verán unas cuantas lloviznas que se espacian entre junio y agosto, meses que en otras épocas descargaban chubascos y aguaceros constantes. Organizadas en el Frente en Defensa de la Tierra Puebla-Oaxaca, las comunidades hoy demandan una investigación. Saben que no sólo se trata del cambio climático que padece el planeta entero. A los intereses de las grandes empresas que se han instalado en el territorio no les conviene que ahí llueva. Desde hace hace 20 años, los pobladores comenzaron a percatarse del vuelo constante de avionetas sin que establecieran relación alguna entre ellas y la ausencia de lluvias. En los últimos 3 años, la presencia de las aeronaves se intensificó. Hoy, luego de investigaciones apoyadas por organizaciones solidarias y registros de los avistamientos de las avionetas por cada comunidad, ya tienen la certeza de que hay quienes impiden que se concrenten las precipitaciones de agua. Por ello, el pasado martes 21 lanzaron un comunicado para exigir “a los gobiernos del estado de Puebla y Oaxaca, así como al gobierno federal, la apertura de una carpeta de investigación, el castigo inmediato a los responsables, así como la indemnización a los campesinos y ganaderos por daño a la agricultura, la ganadería y daño al medio ambiente”. 16
Han podido establecer que las rutas de estas avionetas van de Tehuacán, Puebla, a Tamazulapam, Oaxaca; de Tehuacán a Acatlán, y de Tehuacán a Teotitlán. Utilizan sustancias como el yoduro de plata y el yoduro de plomo, así como ondas ionizantes. Dichas sustancias y tecnología disuelven las nubes a punto de la precipitación en cuestión de 10 minutos. Las comunidades han captado imágenes de las avionetas y su actividad. Para los pueblos, los daños al medio ambiente causados por estas actividades ha terminado por poner en peligro la vida de todos los habitantes de la región. Anuncian próximas movilizaciones para que sean escuchados. Sospechan del Grupo SRS (Grupo Socorro Romero Sánchez o simplemente Grupo Romero), una de las productoras de huevo y carne de cerdo más importantes en el país, que ha instalado granjas en toda la región. Sin embargo, consultada por Contralínea, esta trasnacional de origen mexicano rechaza que tenga algo que ver con las avionetas. En entrevista con Zoila Buenabad, directora de Mercadotecnia, el Grupo SRS incluso demanda una investigación y solicita que se hagan públicos los datos y las bitácoras de tales avionetas. Es decir, la empresa se ha enterado de la existencia de esas aeronaves y los vuelos, y rechaza tener alguna relación con ellos. Niega que utilicen tal tecnología y asegura que ni siquiera es de su interés. Por el contrario, sí demandan saber cuál es el origen de las avionetas y qué actividad realizan. “Nosotros no somos la única empresa con granjas en la región”, advierte. Que las autoridades estatales y federales escuchen a las comunidades y le tomen la palabra al Grupo SRS. Será importante saber quiénes juegan con los ecosistemas y la vida de personas, animales y plantas sólo por favorecer intereses particulares. Y también será muy importante saber quiénes protegieron estas actividades por tantos años. 17
Covid-19 ¿escape de laboratorio?
Silvia Ribeiro - Desinformémonos - El sueño de la razón - 21 julio 2020 La pandemia de Covid19 parece interminable y sigue expandiéndose. A la fecha, hay más de 14 millones de contagios confirmados a nivel global y más de 600,000 muertes en el mundo, liderada en número y letalidad por Estados Unidos, Chile y Brasil, cuyos gobiernos han mostrado particular desprecio hacia medidas de prevención que interfiera en los negocios de las empresas. Es la pandemia con mayores impactos negativos en un siglo -en salud, economías, aumento de pobreza, hambre y desigualdad, implantación de regímenes de control ciudadano, etc. El sistema alimentario y agropecuario industrial tiene un rol clave en el surgimiento y difusión de nuevas enfermedades de origen zoonótico. Como menciono en un artículo anterior, es un contexto que permanece y que está gestando la próxima pandemia. Grandes instalaciones de cría industrial avícola, porcícola y bovina han dado origen a epidemias como la gripe aviar y porcina. Además, el sistema agrícola en totalidad es uno de los principales factores de deforestación y destrucción de hábitats naturales, lo cual empuja a animales silvestres a salir de ellos, rompiendo el equilibrio de los virus que antes estaban contenidos en poblaciones silvestres, como murciélagos. El origen del SARS-CoV2, el coronavirus que provocó la pandemia de Covid19, sigue en debate en todo el mundo. No obstante, hay acuerdo de que los ancestros más cercanos a este virus provienen de murciélagos. En pocos meses, se han publicado más de 23,000 artículos científicos diferentes aspectos de este virus –lo cual ha creado incluso un debate sobre la validez de los mecanismos de validación y los artículos en sí mismo. Un buen número de ellos se dedican a analizar los orígenes del virus y sus formas y cadenas de trasmisión. Algunos investigadores, como el premio Nobel de Medicina francés Luc Montagnier, coordinador delequipo que develó el virus VIH, han esbozado la teoría de que el SARS-CoV2 podría ser un virus que ha sido manipulado en un laboratorio. Montagnier lo afirmó por considerar que algunas secuencias de las proteínas S (spike proteins) o proteínas de punta del SARS-CoV2, son muy similares a 18
las de VIH y que no podrían estar allí naturalmente. Sugirió que quizá estaban haciendo investigaciones de laboratorio para vacunas y podría haber habido un escape accidental. Aclaró que no tuvo acceso al virus para su análisis, sino que se basó en las secuencias e información publicadas por un investigador chino en el sitio BioRkiv, donde se publican trabajos científicos que aún están pendientes de revisión por pares. Ese artículo fue posteriormente retirado por el autor, al parecer voluntariamente, por las críticas que recibió, entre ellas que las secuencias del VIH, aunque similares, no eran iguales. Ni esta ni ninguna de las hipótesis sobre el origen y diseminación del SARS-CoV2 antes de su anuncio público en noviembre 2019 está confirmada. No obstante, la posibilidad de la manipulación y/o escape, volvió a poner sobre la mesa una alerta sobre la existencia de laboratorios donde se investiga en manipulación genética de virus y su replicación, incluso en formas de modificarlos para que aumenten su potencial patogénico o puedan infectar más fácilmente a humanos. Esto claramente tiene potencial de arma biológica, pero los laboratorios que trabajan en este tipo de investigación, como los de la Defensa en Estados Unidos, argumentan que es para defenderse en caso de ataques. En cualquier caso, nadie sostiene que el SARS-CoV2 haya sido creado para su uso como arma biológica, pero hay investigadores que plantean seriamente la hipótesis de que puede haber sido un escape accidental, probablemente del laboratorio de Shi Zhengli, del Instituto de Virología de Wuhan (IVW ), China. La doctora Shi Zhengli demostró en 2005 que el SARS tenía su origen en murciélagos y se convirtió en una referencia mundial en el tema. Su equipo trabaja en investigación de virus zoonóticos, particularmente de murciélagos, desde hace más de una década. Ha tenido colaboración con investigadores de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos y de CSIRO en Australia, pero sobre todo, contaba confinanciación multianual de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos a través de la organización EcoHealth Alliance. Esta organización reúne a representantes de algunas agencias de ONU, de universidades, empresas y grandes ONGs conservacionistas, entre otras. Recibe fondos gubernamen19
tales, pero también de corporaciones trasnacionales farmacéuticas, de agronegocios y de la Fundación Bill y Melinda Gates, entre otras. Supuestamente trabaja en la “preparación ante pandemias”. En 2014, el laboratorio de Shi recibió una renovación de apoyo de los INS de Estados Unidos para trabajar específicamente en los virus SARS -CoV colectados en el Sur de China y para investigar sobre las vías de infección a humanos. Este apoyo finalizaría en junio de 2020, pero el gobierno lo canceló en abril de este año, cuando la relación de Estados Unidos con el laboratorio de virología de Wuhan se hizo pública. El tipo de investigación que estaban realizando allí, en colaboración EU-China, es altamente riesgosa según la opinión de expertos, ya que se trata de experimentar la optimización de rutas de contagio a animales y humanos, con virus SARS -CoV potencialmente letales. Supuestamente para comprender como actúa el virus y cómo se podría controlar. El virólogo Jonathan Latham y la bióloga Alice Wilson, con una larga trayectoria de investigación, analizaron la secuencia de hechos y publicaron el 15 de julio 2020 un artículo en Independent Science News, un sitio de divulgación científica crítica. Discuten las principales teorías sobre los orígenes del virus, con una abundante lista de fuentes y referencias, y plantean una hipótesis basada en un escape accidental, que explicaría por qué el virus se adaptó tan rápidamente para contagiar a humanos, pero no ha seguido mutando. En forma resumida, la hipótesis de Latham-Wilson, es que el antecedente más cercano al virus del SARS-CoV2 proviene de murciélagos que estaban en una mina en la provinica de Yunnan, China, donde en 2012, varios trabajadores de la mina se contagiaron de una enfermedad pulmonar atípica que también afectó otros órganos. Si hubieran descripto los síntomas hoy en día, todos pensarían que es Covid. Luego de sufrir la enfermedad por un largo período, tres de ellos murieron. Ese período, en el contexto de una debilidad en pulmones y sistema inmunológico de los mineros, por sus actividades laborales, habría permitido al virus mutar para adaptar las formas de contagio a humanos. El caso fue extraño y por ello motivó su análisis detallado en una tesis de maestría del médico que los atendió, que no ha sido mayormente divulgada, perofue recuperada y traducida por Latham-Wilson. 20
En 2012/2013, investigadores del laboratorio de Shi Zhengli, del Instituto de Virología de Wuhan recogieron muestras de la mina donde trabajaban esos mineros y también muestras de sangre de los mineros enfermos. Esas muestras fueron enviadas a Wuhan, pero el laboratorio con nivel máximo de bioseguridad (BS4) solamente estuvo funcional en 2018. Desde 2014, el Instituto recibía el apoyo mencionado anteriormente, por parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, para procesar justamente estos virus. Anthony Fauci, coordinador de Trump en la pandemia, es director de uno de los INS: el Instituto de Alergias y enfermedades infecciosas, tema directamente relacionado a la investigación en Wuhan. Latham-Wilson plantean que la adaptación a los humanos habría ocurrido antes de que comenzara la epidemia, luego pandemia, la cual se detectó una vez que el virus ya había mutado para hacerse altamente infeccioso en humanos. Esta adaptación podría haber sucedido desde el hospital donde atendieron a los mineros y/o en el laboratorio donde se recibieron y explicaría por qué el virus, aunque ha mutado, no ha cambiado la estructura principal que le permite infectar a varias órganos humanos. En Wuhan hay dos laboratorios que trabajan en virología con murciélagos, y ambos podrían haber recibido muestras de virus SARSCoV de la mina Yunnan. El segundo está a solamente 300 metros del mercado de animales de Wuhan. Sin embargo, el Centro de Control de Enfermedades de China, recientemente descartó que el origen haya sido en el mercado, porque ya se ha comprobado que al menos 19 personas infectadas con SARS-CoV2 al principio, no habían tenido ningún contacto con tal mercado. Es posible, que la vía de contagio hubiera sido al revés, es decir, del laboratorio al mercado. Todo esto no es óbice que para la EcoHealth Alliance, además de negar que haya habido un escape de laboratorio (pero sin argumentos, solamente lo niegan cada vez que sale el tema), se haya enfocado, con gran despliegue mediático, en que el tema clave es la cancelación de los mercados tradicionales y la prohibición del comercio de animales silvestres. Si bien, en muchos casos, como el comercio y cría industrial, esto es razonable, la campaña de esta Alianza sobre todo ataca las formas tradicionales, que son importantes para la subsistencia de las comunidades. 21
Se cierra así otra cadena de falsedades sobre los hechos del Covid19: se culpabiliza a las comunidades, en lugar de a las verdaderas causas de las pandemias. Sea un escape de laboratorio, con o sin intervención directa de mutaciones en animales de criadero (esta vez), todas las causas para las nuevas pandemias, siguen intocadas y gestando nuevas amenazas.
Lenguaje y barbarie
Javier Sicilia - Proceso - 27 Julio, 2020 Las palabras son lo propio del ser humano. Todo el pensamiento, toda la cultura y sus objetos están hechos de ellas. No en vano el Evangelio de Juan dice que en el principio era la palabra. Ellas son la raíz y el fruto de nuestra experiencia. Son también el lugar del sentido y del diálogo. Cuando vacilan, es decir, cuando pierden su capacidad significante, las sociedades se extravían, y el caos y la violencia reinan. Yo tengo para mí que una buena parte de la profunda crisis civilizatoria que hoy vivimos tiene su origen en ello. La época de mayor comunicación coincide también con una era de barbarie. La razón es que el lenguaje ha ido perdiendo en la comunicación misma no sólo su riqueza y densidad, sino también el respeto que el hablar merece. La lengua española tiene, según el Diccionario de la Real Academia, 88 mil palabras. El vocabulario con el que trabajaba Cervantes era de 23 mil, un universo léxico que supera al de cualquier autor posterior. Con esa cuarta parte del idioma español, Cervantes creó un universo que aún nos trasciende. Hoy en día el universo lingüístico del mexicano promedio es de entre 500 y 240 palabras, léxico que la publicidad y el uso de las redes sociales estrecha aún más: los publicistas dicen que el anuncio perfecto no debe tener palabras de más de cuatro sílabas ni oraciones con frases subordinadas; las reglas del Twitter constriñen la comunicación a 280 caracteres, entre 30 y 35 palabras, descontando las palabras vacías que son los artículos, las preposiciones y la puntuación, cuando la hay. 22
Con eso no hay manera de dialogar, comprender o crear un mundo. Circunscritos a un universo lingüístico cada vez más pobre y estrecho, agobiados por la prisa del decir que impone la tecnología mediática e incapaces de comprender algo que escapa a ese universo léxico, una gran parte de sus usuarios no encuentra otra forma de expresión que la distorsión, el insulto y la violencia. Hace días, los medios de comunicación televisivos difundieron un video donde uno de los seres más sanguinarios de los muchos que pueblan el país, El Marro, lanzaba una amenaza. Reducido a un puñado de palabras cuyo universo es el del macho, donde “verga” y “putos” rematan sus frases, la pobreza de su léxico define su violencia. Atrapado en un universo de 40 palabras –es casi imposible pensar que pueda poseer más–, la oscuridad de su mente, como la de tantos criminales, es la de un prehomínido perdido en un mundo de poderosos artefactos que, semejante al primate que blande un hueso al inicio de Odisea del espacio, utiliza para someter y asesinar. Esa reducción del lenguaje, esa inanidad de su uso por parte de la publicidad y, ahora, de las redes sociales, esa falta de respeto por lo que la lengua es, ha contaminado también la vida política. Víctor Klemperer nos mostró en La lengua del Tercer Reich lo que la bestialidad y la mentira política pueden hacer con el lenguaje y la vida humana. Al separarla de sus raíces significantes y morales, al utilizarla para fines utilitarios y contaminarla de eslóganes efectistas y definiciones acríticas, la lengua destruyó la cultura y la civilidad que durante siglos hizo florecer a Alemania. Eso que aconteció en el país de Hölderlin está sucediendo en el mundo y en México. El lenguaje de los medios de comunicación y de la publicidad, lo que pasa por cultura en la televisión –telenovelas, reality shows, series de narcos–; la reducción de las vidas humanas a gráficas, curvas, porcentajes y cifras; la simplificación del debate público a la pobreza léxica de las redes, son pruebas evidentes del desprecio por lo que constituye lo más propio de lo humano. El español que AMLO utiliza en sus conferencias de la mañana 23
–pobre, anacrónico, lleno de contradicciones, mentiras, descalificaciones, redundancias y clichés moralinos–, como el que se emplea para vender un nuevo detergente que limpia la ropa y la casa como ningún otro, no está destinado –uso las palabras de George Steiner al referirse al lenguaje del presidente Eisenhower– ni a comunicar las verdades urgentes de la vida nacional ni a agilizar la inteligencia de sus oyentes, sino a malversar sus significados y banalizar la vida. Cuando ante el crecimiento brutal de la violencia en sus múltiples rostros, el presidente y su secretaria de Gobernación dicen que vamos bien y que el crimen disminuye; cuando ante el sufrimiento de las víctimas del coronavirus puede decir que la pandemia le cae “como anillo al dedo”; cuando la oposición, que promovió el crimen, se lo recrimina con la hipocresía de las buenas conciencias; cuando la ciencia puede calificarse de “neoliberal”, es que el lenguaje y la vida de una comunidad han llegado a un estado peligroso de descomposición. “En nuestro tiempo –cito una vez más a Steiner– el lenguaje de la política (y de la vida diaria) se ha contaminado de oscuridad y locura. Ninguna mentira es tan burda que no pueda expresarse tercamente, ninguna crueldad tan abyecta que no encuentre disculpa en la charlatanería del historicismo. Mientras no podamos devolver a las palabas (…) algún grado de claridad y seriedad en su significado, más irán nuestras vidas acercándose al caos. Vendrá entonces una nueva edad oscura.” Pero, ¿quién sabe? La poesía tiene aún sus caminos.
Comida, bebida y productos ingeribles Yásnaya Elena A. Gil - Elpais.com - 26 Jul 2020
Una vez que el sistema capitalista occidental se entusiasma con productos de culturas no hegemónicas, su producción masiva genera la explotación de las personas y de la tierra Desnaturalizar lo obvio ofrece muy buenas recompensas, nos permite ejercitar el placer de las sorpresas insospechadas. Con los ojos nuevos de un observador que acaba de arribar a este planeta, nos parecería sorprendente que determinados productos de una sola de las miles de 24
culturas que existen en el mundo se encuentren disponibles en todos los rincones del planeta. Es posible hallar, por ejemplo, una lata o una botella de coca-cola en casi cualquier lugar habitado por la humanidad. La omnipresencia de este objeto nos revela la historia reciente del mundo y nos permite explicar mucho del funcionamiento actual de la economía, la política y las relaciones sociales en los que nos encontramos inmersos. Por contraste, una bebida desarrollada dentro de la cultura mixe o zapoteca con el objetivo básico de saciar la sed de una manera agradable es imposible de hallar, por ejemplo, en China o incluso en la Ciudad de México. La libre circulación de objetos y elementos desarrollados por múltiples culturas es en realidad una ilusión. La interconexión global tan celebrada por el capitalismo no ha hecho posible que toda la humanidad abreve de la inagotable fuente de la diversidad, sino que más bien ha logrado colocar intensivamente unos cuantos productos en todo el planeta convirtiendo a cada vez más personas en sus consumidores reales o, al menos, potenciales. Me pregunto sobre los sabores y las características de las miles y miles de bebidas para saciar la sed desarrolladas dentro de múltiples tradiciones culturales y gastronómicas distintas que mi paladar nunca conocerá. La globalización capitalista en realidad nos ha reducido las opciones, de la increíble variedad de plátanos en existencia, por poner un ejemplo, ha seleccionado un tipo de ejemplar para colocarlo masivamente en los supermercados del mundo. Sin embargo, podríamos pensar en contra-ejemplos, podríamos pensar en productos, bebidas y alimentos de culturas no hegemónicas que pueden encontrarse ahora en los lugares más insospechados. El cacao, ese producto profundamente identificado con la tradición mesoamericana, ha llegado a casi todos los rincones del mundo convertido en delicioso chocolate y esa palabra se ha instaurado alegremente en múltiples idiomas que necesitan nombrar con gozo este sustantivo. Pero no podemos engañarnos, su distribución masiva en la actualidad nos revela lo que sucede cuando elementos de una cultura no hegemónica son capturados por el capitalismo y, despojados del contexto cultural en el que se desarrollaron, se convierten en mercancías masivas: Unicef calcula que, durante las últimas décadas, aproximadamente 200.000 niños han sido esclavizados en la industria del cacao en diferentes países de África occidental, región en la que se produce cerca del 70% del cacao mundial que es utilizado por las principales marcas de 25
chocolate en el mundo. Los testimonios registrados son desgarradores. Otros estudios reportan que desde 2015 hasta ahora aproximadamente 19.000 niños pueden haber sido víctimas de trata o esclavitud en Costa de Marfil, el país que más produce cacao a nivel mundial. Por otra parte, lejos de esa industria, las múltiples y variadas bebidas hechas con cacao siguen siendo elaboradas por distintos pueblos indígenas y comunidades en este lugar del mundo llamado Mesoamérica, una variedad que poco se conoce y que ha sido documentado por la Biblioteca de Investigación Juan de Córdova, en Oaxaca. Una vez que el sistema capitalista occidental se entusiasma con alimentos o productos de culturas no hegemónicas, su producción masiva genera la explotación de las personas y de la tierra. Esto también se puede decir del aguacate Hass y los efectos sociales y biológicos que el cultivo de este fruto, convertido en producto masivo, tiene ahora como monocultivo intensivo. La comida y las tradiciones alimentarias se convierten entonces en asuntos profundamente imbricados con sistemas económicos y sistemas de opresión. Más allá de la entusiasta celebración de la diversidad gastronómica, el capitalismo ha convertido los alimentos en mercancías globales y ha creado productos ingeribles que, por su bajo aporte nutricional, difícilmente podemos calificar siquiera como alimentos. Para poder colocar estos ingeribles como mercancías disponibles en todo el mundo ha sido necesario modificarlos para que no ocurra un proceso esperable: la descomposición. La conservación de estos ingeribles se ha vuelto una necesidad estratégica para su consumo y la consecuencia de ello afecta gravemente la salud. Hemos normalizado, por ejemplo, que el pan y la bollería industrial puedan pasar semanas dentro de bolsas de plástico sin que comiencen con el proceso natural de descomposición que se esperaría de un pan. La colocación masiva de estos productos va acompañada de una publicidad también omnipresente que los hace apetecibles hasta irlos convirtiendo en marcadores de clase, poder comprar un refresco embotellado adquiere una nueva carga semántica: la capacidad adquisitiva. De esta manera, beber pulque se convierte en un marcador de pobreza frente a la posibilidad de adquirir una botella de alguna bebida alcohólica industrializada que exhibe el logo de 26
una marca que la publicidad haya hecho deseable. Esta operación hace que nos olvidemos del hecho objetivo de la calidad de una bebida, a un tiempo que nos enferman nos hacen pensar que aquella elección es la mejor, que un producto industrializado al que se le han añadido químicos dañinos es obviamente mejor que una bebida propia de nuestra tradición realizada con los mejores insumos y en una producción pequeña. Un poco de sentido común que nos cure de los efectos de la publicidad nos puede indicar que, en realidad, lógicamente, se trata de lo contrario. En este contexto, elegir las bebidas y los alimentos que compramos o que consumimos no concierne solo a una elección individual. Sabemos que ya nuestro propio contexto cultural nos provee de tradiciones culinarias que privilegian algunas opciones, el llamado “gusto adquirido” evidencia la complejidad del desarrollo de las preferencias de nuestro paladar, entiendo así que mi entusiasmo por la yerba mora cocida me entrega un abanico de sabores sutiles, este gusto adquirido desde mi contexto cultural no se corresponde con el de otras personas para quienes la yerba mora resulta desagradablemente amarga. Además de esta predisposición cultural, por llamarlo de algún modo, la elección de lo que elegimos para alimentarnos también está determinado por otros sistemas. Los dados vienen cargados de antemano. Ante las recientes declaraciones del Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de México, Hugo López-Gatell que calificó a los refrescos como “veneno embotellado”, las reacciones en contra se centraron en el derecho a la libertad de elección sin tomar en cuenta que para elegir es necesario tener distintas alternativas. En un contexto en el que el consumo de productos ingeribles creados dentro del capitalismo se ha convertido en un marcador de clase por la publicidad que orienta la capacidad adquisitiva, resta poco espacio para la elección individual; toda decisión personal, para serlo verdaderamente, necesita y presupone información previa de nuestras opciones; la información necesaria sobre los productos ingeribles del capitalismo difícilmente las encontraremos en los etiquetados de los productos y mucho menos en las campañas publicitarias. De este modo, la supuesta capacidad de elección se halla siempre, de antemano, constreñida. 27
En un giro perverso, el propio cuestionamiento sobre la calidad alimenticia de estos productos ingeribles ha sido también capturado y se está convirtiendo también en un marcador de clase. El acceso, en ciertos lugares y contextos, a productos de buena calidad nutricional en tiendas orgánicas a precios elevadísimos contrasta con el consumo de productos ingeribles, pero dañinos, en poblaciones empobrecidas. La diferencia entre el costo de una sopa instantánea cargada de conservadores peligrosos para la salud y el de una pasta en una tienda orgánica se ha vuelto abismal. Por otra parte, resulta engañoso apelar a la elección individual de lo que comemos y bebemos cuando los productos ingeribles del capitalismo dependen de recursos comunes. ¿Cómo hablar de decisiones individuales cuando se utilizan recursos colectivos? En el caso de la producción de refrescos, el agua resulta un insumo fundamental y hasta donde tenemos conocimiento el agua que se utiliza para este proceso no ha sido creada de la nada en un laboratorio, el agua para consumo humano disponible en el planeta no es propiedad de nadie, no es un producto de una empresa o persona, se trata de un bien colectivo fundamental. En cálculos mínimos aproximados, es necesario utilizar tres litros de agua para la producción de un litro de refresco; esto, sin contar la huella hídrica de toda la cadena completa de producción y distribución que dispara el número de litros de agua necesario por cada litro de refresco. Esta situación ha llevado a terribles injusticias en las que diferentes comunidades han tenido que pelear por el agua potable disponible para sus habitantes en contextos en los que el Estado ha concesionado sus fuentes de agua a empresas refresqueras a cambio de pagos ridículamente mínimos. Por otra parte, los efectos de las botellas PET en la que los refrescos son distribuidos sobre la contaminación del medio ambiente trascienden el ámbito de lo personal. El consumo y la disponibilidad de los productos ingeribles creados en el sistema capitalista no pueden reducirse a un asunto de elección personal pues su producción está ligada a bienes comunes que atañen temas tan fundamentales para la vida como el agua o la esclavitud infantil. La presencia de estos productos ingeribles de las grandes marcas en casi todos los rincones del planeta debería ser un recuerdo constante de esa pulsión por la muerte del sistema capitalista que ha convertido incluso algo tan placentero y gozoso como la comida en veneno empaquetado. 28
Ancestras
Celia Guerrero - Piedepagina.mx - Igualada - 15 Julio, 2020 En la posibilidad de plasmar quién soy, qué hago, cómo pienso está la oportunidad de recuperar el pasado y escribir sobre la historia de nuestras ancestras: «para construir con ella una primera genealogía de mujeres con las cuales identificarse” A veces damos las cosas por sentado. Por ejemplo, a veces pienso que no quiero escribir esta columna porque no tengo nada que aportar, que —entre mi síndrome de impostora y la presunción de que quienes me leen son mujeres brillantes— no hay nada que yo pueda añadir que no hayan reflexionado ya, que eso de teclear desde la primera persona, con la opinión por delante, es un proceso muy cansado y pretencioso. Entonces pienso en que apenas dos generaciones atrás en mi familia a las mujeres no se les permitió aprender a escribir más allá de su nombre, pienso en las niñas y mujeres en cualquier lugar del planeta que no tuvieron ni tendrán la oportunidad de plasmar y comunicar sus ideas, y me avergüenzo de dar por sentado que yo siempre voy a tener la posibilidad de hacerlo a través de la escritura, y se me pasa. En la introducción de Cómo acabar con la escritura de las mujeres Joanna Russ apunta: “En una sociedad que se define como igualitaria, la situación ideal (socialmente hablando) es aquella en la que los miembros de los grupos «inadecuados» tengan la libertad de dedicarse a la literatura (o actividades igualmente significativas) y aún así no lo hagan, probando por tanto que son incapaces de ello.” Luego, a lo largo del libro Russ desarrolla que esa libertad es tan solo nominal, un truco, y para realmente acabar con la escritura de las mujeres se aplican y repiten otras múltiples técnicas, como la negación de la autoría, la falsa categorización, la argumentación de la anomalía, entre otras. Esa libertad, no hay que perderla de vista. Durante el último fin de semana, algunas feministas en México, Latinoamérica y España se enredaron en una discusión de redes sociales —que no voy a abordar acá— sobre abuelas, brujas y racismo. De lo que se dijo, rescato la reflexión de la periodista feminista Montserrat Pérez: “Yo creo que cada una sabe lo que fueron o son sus ancestras y no lo tiene que justificar. También puede que no sepamos porque el patriarcado nos cortó los lazos con las mujeres 29
del pasado. En fin, siempre es buen momento para recuperarlas”. Divagué durante días alrededor de la invitación a recuperar a nuestras ancestras: ¿es que las feministas actuales no estamos lo suficientemente comprometidas con esa labor? Y si es así, ¿por qué? ¿Qué mecanismos han actuado para eliminar la posibilidad de conectarnos de forma intergeneracional como mujeres? ¿Cómo le hacemos para recuperar LA Historia de esas mujeres del pasado si ésta se les/nos fue negada? Creo que cada una de estas preguntas podemos hacérnoslas como colectivo, pero también de manera personal. Por mi parte, puedo reconocer que hace apenas unos años comencé a interesarme por la historia y el pensamiento de mis ancestras. Me da pena admitirlo pero es verdad: antes del feminismo no hubo nada que despertara en mí el interés por conocer alguna —la que fuera— genealogía femenina, ni siquiera la propia. Los detalles de mi ascendencia en general son casi inexistentes, los pocos datos que sí llegaron hasta mi generación a través de la oralidad hablan solo del recorrido de vida del conjunto familiar y cuando intenté indagar quiénes fueron, qué hicieron, cómo pensaban mis ancestras, descubrí poquísima información o nada. Porque sé de amigas feministas que han intentado el mismo procedimiento con resultados similares, aun cuando los orígenes de nuestras familias son diversos, puedo decir que esa invisibilidad o ese borrado de la genealogía femenina no es casual. Por eso este texto comienza hablando de la vergüenza que me provoca a veces dar por sentado eso que a mí me fue “dado” (entre comillas): la posibilidad de plasmar quién soy, qué hago, cómo pienso. Ahora creo que en esa oportunidad presente y futura está también la de recuperar el pasado: escribir sobre nuestras ancestras. Francesca Gargallo, feminista autónoma, dedica un capítulo de Ideas feministas latinoamericanas a la historicidad y genealogías femeninas en la región. Allí desarrolla cómo desde el siglo XVII es posible rastrear reflexiones de escritoras latinoamericanas al rededor de la alteridad, “una visión desde otra realidad que la dominante”. Pero, la historicidad de esas ideas no se da hasta que el movimiento feminista organizado las reivindica. 30
“Lo que hicieron las feministas de la segunda mitad del siglo XX fue recuperar su historia para construir con ella una primera genealogía de mujeres con las cuales identificarse”, apunta Gargallo. Ese ejercicio de recuperación es una necesidad continua que el feminismo de hoy aún debe sostener.
Llevar a los hijos a la escuela… de contrabando
Lydiette Carrión - Pié De Página - La Trama Previa - 25 Julio, 2020 Sí. Hay escuelas y guarderías que abren “discretamente”, con la connivencia de los padres de familia. Y sí. Hay niños que no regresarán a estudiar. Las escuelas primarias, secundarias, las guarderías, fueron las primeras en cerrar. Serán las últimas en abrir. No sólo ocurre así en México; en Italia pasó de manera similar. Y se ha denunciado en todos los tonos posibles la carga de trabajo de cuidados no remunerado que ello implica, sobre todo, para las mujeres de una familia. Pero todo lo demás abre: abre el homeoffice, en la violenta obsesión por seguir produciendo; abren restaurantes, para sobrevivir; incluso librerías. Mujeres que deben salir a trabajar para ganarse la vida. ¿Pero y los hijos? La escuela no es sólo educación; no es solo para que una niña o niño socialice. También cumple la función de aligerar la carga de las familias en el cuidado a menores de edad, sobre todo en una sociedad que ha perdido muchos de los lazos de ayuda mutua; y sobre todo en una pandemia, donde una familia debe mantener lejanía. Y de nuevo, con estas escuelas que deciden abrir de contrabando, se genera una brecha económica, social… Son sobre todo guarderías y preescolares de paga las que pueden, tienen la infraestructura, de hacer esto. Escuelas que cuentan con la complicidad de madres y padres agotados, y que de alguna manera han tenido el privilegio de poder pagar una colegiatura cara; y de tener la infraestructura necesaria para guardar cierta sana distan31
cia: desde el automóvil para el traslado, hasta instalaciones alejadas. Por supuesto la crisis educativa no ha parado ahí. Amigas, conocidas, que llevan años cuestionando y criticando la escuela hegemónica, han dado un paso: sacar definitivamente a sus hijos de la escuela estructurada e implementar (otro anglicismo más) el homeschooling. Total, advierten, es algo que se practica en Estados Unidos. En Estados Unidos, un resabio de la época de los pioneros y aventureros que ocupaban terrenos agrestes y lejanos, es la posibilidad de pedir por correo postal una serie de libros y material para que los niños de estas comunidades pudieran acceder a la educación y obtener un certificado. En México no existe cosas similar, excepto algunas clases en línea. Entre ambas posturas –sacarlos definitivamente o llevarlos de contrabando a un plantel– está atravesada la mayor crisis mundial en décadas: la pandemia. Es urgente replantear no sólo la educación, sino el papel de las escuelas, educadores, y subrayar la carga de los trabajos de cuidados no remunerados. Pero la última frontera de esta crisis es perder la escuela, y con ella toda posibilidad de aprendizaje. Como narró Ángeles Mariscal desde Chiapas, el 97 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que trabajan en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, les preocupa quedarse sin dinero, y sin comida. Esto debido a la contingencia por covid-19. Y aunque tratan de continuar en la escuela, no pueden: la televisión educativa no ofrece realmente un aprendizaje, y no tienen acceso a internet. Aunque, ¿quién puede concentrarse en ello, cuando el miedo es no juntar lo suficiente para comer? Si regresamos la llamada “normalidad” sin hacer cambios estructurales, genuinamente creo que no merecemos la supervivencia como especie.
Nuestro derecho a enfermar
María Teresa Juárez - Pie de Página - 23 julio, 2020 Nos urge darnos la oportunidad de bajar la presión. Al menos un momento, sin afectar ni lastimar a nadie, pero con la convicción de que también tenemos derecho a caer, enfermar, dudar, llorar, cerrar los ojos y decir: hoy no puedo, denme chancita, necesito un relevo, aunque sea momentáneo 32
«A todos, al nacer, nos otorgan una doble ciudadanía, la del reino de los sanos y la del reino de los enfermos. Y aunque preferimos usar el pasaporte bueno, tarde o temprano cada uno de nosotros se ve obligado a identif icarse, al menos por un tiempo, como ciudadano de aquel otro lugar». Susan Sontag, La enfermedad y sus metáforas Si antes temíamos enfermar para no caer en el hospital -si tenemos la suerte de contar con seguridad social-, hoy resulta casi impensable. Si era complicado pasar horas esperando la cita médica mensual, o aguardar en urgencias, hoy tenemos miedo a sentirnos mal: una caída repentina, una punzada de estómago, ¿qué tal un dolor de muelas? O un embarazo no planeado, ¿cuáles son los alcances y posibilidades que tenemos en este contexto de confinamiento? Desde hace varios meses, al menos en el IMSS, no dan citas médicas de seguimiento, y si de plano la dolencia es mayor, directo a Urgencias. Para recoger los medicamentos de pacientes con enfermedades crónicas, la política es dar recetas para tres meses. As así que, al llegar el centro de salud, directo a la farmacia, acompañados de Susana Distancia, alcohol gel, cubrebocas y vámonos rapidito. De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, en México hay 2.4 médicos y 2.8 enfermeros/as por cada mil habitantes, el promedio de la OCDE de 9. Sabemos que esta precariedad tiene su origen en el desmantelamiento del sistema de salud desde hace décadas. Sin embargo, esto no es ningún consuelo. Dolor de garganta, de huesos, fiebre intermitente, dolor de estómago, insomnio, ansiedad… Prácticamente no hay persona que no haya pasado por periodos de afectación física y emocional durante este confinamiento. Cierto es que, en fechas recientes, el sector salud ha lanzado varias campañas para activarnos físicamente, hacer ejercicios de respiración -muy útiles por cierto- y algunas herramientas para cuidar de nuestras emociones. Sin embargo, apenas es un paliativo para el tamaño de lo que hemos experimentado en estos meses. De acuerdo con la OMS: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». La cita procede del Preámbulo de la Cons33
titución de la Organización Mundial de la Salud. A esta amplia definición se suman factores específicos por región, género, clase social, etcétera. Especialistas de todo el mundo lo han advertido, además de las múltiples secuelas que ha dejado la covid-19: hay una escalada de padecimientos mentales. También es cierto que la noción de salud mental es relativamente nueva, sin embargo, si el acceso a los servicios médicos está seriamente afectado, la cobertura de los servicios de salud mental, es aún más precaria. Datos del Consejo Mexicano de Psiquiatría indican que hay 3.7 psiquiatras por cada 100 mil habitantes. También está la opción de la psicoterapia, si embargo, es costosa, y no siempre podemos saber, si la o el profesional, está debidamente certificado, o es apto para ejercer la profesión. Es en este escenario que la noción de salud -no en abstracto, sino en nuestra vida diaria- se han expandido a confines que no habíamos imaginado. A esto hay que agregar que la dimensión preventiva se ha centrado en comer frutas y verduras, ejercitarnos al menos 30 minutos diariamente, decir adiós a la comida chatarra, vencer el sedentarismo, hacer nuestros deberes, cuidar y si la vida nos alcanza, ser felices. Nuestro derecho a caer Sabemos, sin embargo, que hay días y días. Sabemos que la salud es un concepto amplísimo, no sólo alude a lo meramente físico: peso, capacidad de oxigenación, presión arterial y la glucosa en sangre. Tampoco basta con no experimentar síntomas de ansiedad y/o depresión. Si la salud es un concepto dinámico, complejo y multifactorial, ¿por qué se espera que recaiga esta enorme responsabilidad en nuestros cuerpos y psiques mermados? Ésta es una crítica que también he mencionado respecto a la dimensión de los cuidados, ¿cómo se espera que seamos las mujeres las responsables de sostener y contener el mundo de los cuidados? Come frutas y verduras, lávate las manos al menos 20 veces al día, ejercítate, convive en familia, haz la tarea con l@s niñ@s, limpia 34
todas las superficies lisas, lava la ropa, haz la comida, tira la basura, haz home office, y por favor, ¡no te enfermes! ¡Ni del cuerpo, ni de las emociones! No te excedas en carbohidratos, grasas, azúcares, sodio, por supuesto, cero alcohol y nada de sustancias psicoactivas, ¡¿es en serio?! Aclaro: con esto, no quiero decir ¡Vámonos al fondo del pozo! Lo que quiero decir, es que necesitamos, nos urge, darnos la oportunidad de bajar la presión. Decir: ¡no puedo más! Hoy no me quiero levantar. Al menos un día, una hora, un momento, sin afectar a nadie, ni lastimar, pero con la convicción de que también tenemos derecho a caer, enfermar, dudar, llorar, cerrar los ojos y decir: hoy no puedo, denme chancita, necesito un relevo, aunque sea momentáneo. Si de algo tenemos certeza en estos tiempos, es que no hay certezas prácticamente de nada, y eso es un buen comienzo para transitar por este momento de otra forma. La fragilidad, un lugar por descubrir Encontrar respuesta en las dudas, dejar de temer a sentirnos agobiados por un futuro que nadie tiene claro. Flotar en la incertidumbre, dejarnos caer, abrazar el temor, la duda, la fragilidad, ¿por qué nos da tanto miedo sentirnos frágiles?, ¿serán la fragilidad y la enfermedad nuevas aproximaciones al conocimiento de esta época? Una en la que el oxígeno y la capacidad de respirar se han convertido en la vida entera. Reconocernos en medio de una tempestad que a millones nos tomó por sorpresa -aunque había claros indicios de que llegaría-. Si persisten las molestias… Quizá así, solo así, nuestro derecho a enfermar, caer y dudar sea una forma de encontrar algunas pistas para seguir resistiendo en esta espiral hacia lo desconocido. Y transformarnos en esos habitantes que menciona Susan Sontag en libro: “La enfermedad y sus metáforas”.
RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 29 de julio 2020