Caminos de la autonomĂa Bajo la tormenta 5 de diciembre 2018
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Bastón de mando y neoindigenismo Luis Hernández Navarro
La toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador como Presidente fue, a un tiempo, ritual republicano y espectáculo en muchos actos. Las puestas en escena fueron múltiples y prolongadas. Enumero algunas: rendición de protesta en San Lázaro; recepción de un bastón de mando indígena; ocupación ciudadana de Los Pinos; comida con mandatarios; traslado en un modesto Jetta blanco; conversación con un ciclista, y espectáculo musical. Miles de personas participaron en las distintas ceremonias y galas. Con ánimo festivo se convirtieron en actores de una fecha histórica: el arranque de lo que se ha bautizado como Cuarta Transformación. Tomaron calles y plazas públicas de Ciudad de México no para protestar, sino para festejar. De entre la multitud de actos, destaca uno: la entrega al nuevo Presidente por parte de dirigentes indígenas de un bastón de mando, en una ceremonia sui generis (inventada para la ocasión), con invocaciones a los cuatro puntos cardinales, amuletos, rezos y copal. Andrés Manuel López Obrador no es el primer presidente al que se da un bastón de mando. Como lo recordó Harim B. Gutiérrez, el uso político de éste es una costumbre de las campañas electorales de la segunda mitad del siglo XX. El candidato del PRI a la presidencia Adolfo López Mateos lo recibió en 1957 en Guelatao, Oaxaca. También de los presidentes en funciones. A José López Portillo se le otorgó en Temoaya, en 1978. Se trata de un intercambio de favores políticos: los candidatos y mandatarios obtienen legitimidad y las comunidades la posibilidad de obtener obras y recursos. Desde entonces, el pacto se ha repetido con los candidatos y jefes del Ejecutivo en turno. Sin embargo, en esta ocasión, la entrega del bastón tuvo otro escenario y otra trama: el Zócalo capitalino, en nombre de “una representación de los 68 pueblos indígenas de México, coordinada por el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI)”. El virus está en el aire y es contagioso. Así como Claudio X. González y su red de ONG pretenden hablar en nombre de la sociedad civil, 1
algunos líderes indígenas ligados al nuevo gobierno se presentan como los representantes de todos los pueblos originarios. Obviamente, quienes dieron al nuevo Presidente el bastón de mando no representan al conjunto de los indígenas de México. Se representan a sí mismos y, en algunos casos, a sus comunidades y organizaciones. No hablan por el conjunto del movimiento, sino de una corriente de éste que busca un espacio en el seno del INPI. Sin ir más lejos, el Congreso Nacional Indígena, la articulación más importante del mundo indio, no participó en esta ceremonia. La misma idea de un solo bastón de mando que represente al conjunto de los pueblos indígenas del país ha sido cuestionada por múltiples intelectuales indios y autoridades comunitarias. Es una invención. Los bastones son símbolos de autoridad de cada comunidad, tribu o nación. Jaime Martínez Luna, uno de los más brillantes intelectuales zapotecos, creador junto a otros del concepto de comunalidad, escribió sobre la ceremonia (a la que calificó de performance) de investidura del Zócalo: “Quien se lo otorga al nuevo Presidente de la nación en esta ocasión no representa nadie. Él lo sabe, y lo sabe el Presidente. Lo sabemos quienes veremos un ritual inexistente en términos reales, para una nación inexistente”. Entre quienes participaron en el rito de ocasión hay destacados luchadores sociales. El trabajo de Carmen Santiago y su organización Flor y Canto en Oaxaca son ejemplares. Pero muchos otros de los participantes son parte de un estamento de profesionales de la representación indígena en las instituciones gubernamentales que, desde 2000, están a la caza de puestos y recursos. Y junto a luchas emergentes, como la de Oxchuc, en Chiapas, o Ayutla, en Guerrero, apuestan a convertirse en los interlocutores de los pueblos originarios en la Cuarta Transformación. La ceremonia de investidura en el Zócalo puso al mundo indio en el centro de la atención pública. Eso, que debió ser un gran acontecimiento, terminó desvirtúandose, porque se hizo de una manera folclórica. Se trivializó la cultura y espiritualidad de los pueblos originarios, unciéndola al poder. No la necesitaba el nuevo presidente, que tiene desde sus primeros pasos en la política indigenista en la Chontalpa, 2
un conocimiento profundo desde la dinámica estatal de la situación en que viven las comunidades. ¿Por qué entonces ponerla en escena? El acto sólo puede entenderse desde la lógica del neoindigenismo que acompaña y justifica el emprendimiento de grandes megaproyectos en territorios de los pueblos originarios. Aunque no se reconozca, para la nueva administración, los indígenas son objeto de políticas de combate a la pobreza, no sujetos de derechos, especialmente el de la libre determinación. Basta para constatarlo, ver la forma en que se constituyó y quedó instituido el INPI, la iniciativa de ley Monreal para el desarrollo agrario o el silencio sobre el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés. Twitter: @lhan55
Despeñadero Gustavo Esteva
El obvio juego de palabras se ha vuelto popular. No olvidemos que también significa precipicio y riesgo. La primera tarea será borrar el legado de Enrique Peña Nieto y sus cómplices. Ciertos patrones de corrupción se corregirán desde el primer día. Otros requieren mucho más que la escoba de arriba. Más difícil aún será liquidar estructuras y normas construidas para el saqueo. El 1º de julio está haciendo olvidar la lección que habíamos aprendido bien: no podemos confiar en el sistema electoral. Caer de nuevo en esa superstición no sólo implica pensar que es un procedimiento adecuado para expresar la voluntad colectiva. Supone creer que los elegidos respetarán esa voluntad… y que lo harán desde aparatos podridos y contraproductivos, construidos para la transa y el control. El nuevo Presidente reconoce que la esperanza de transformación no depende de lo que él pueda hacer con esos aparatos, incluso si logra limpiarlos desde arriba hasta abajo. Depende de la gente. Debe ahora saber que decisiones suyas que se materializarán en los próximos días le darán respaldo popular…pero no capacidad de cambio. Tampoco la podrá derivar de la consulta ciudadana si la sigue desvirtuando. La del aeropuerto, atrapada en restricciones técnicas y políticas, facilitó 3
políticamente su decisión de compromiso. Pero las consultas de la semana pasada sólo sirven para alimentar la ilusión de que tienen respaldo popular decisiones muy cuestionables. Están ocurriendo hechos ominosos. El 28 de noviembre ocho diputados de Morena tomaron la tribuna del Congreso de Oaxaca para denunciar que sus compañeros habían pactado en lo oscurito con el gobernador para entregar comisiones clave al PRI. ¿Entró en funciones el PRIMOR? ¿Es una excepción o será la nueva regla? ¿Se busca crear un sustituto del cadáver que se enterró el 1º de julio y reconstruir el régimen que se quiere dejar atrás? ¿Irnos por el despeñadero? La tenacidad de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) va acompañada de la impresión de que es hombre de palabra, que cumple lo que promete. Muchas críticas contra sus decisiones y declaraciones recientes traicionan ilusiones y manías de sus partidarios, no compromisos de AMLO. Algunas de sus decisiones más impopulares y criticables, incluso, sólo reconocen con realismo el muy reducido margen de maniobra dentro del que se mueve el poder público en las circunstancias actuales, en México o en cualquier país. Por eso es miope creer en él para lo que hace falta, no importa quién lo dirija. Quienes luchan por la defensa de su territorio ante concesiones mineras pueden entender el razonamiento de AMLO de que cancelarlas impondría un costo insoportable. Esperan ahora que cumpla la palabra que dio en Puebla, cuando advirtió que llenaría de piedritas el camino de las mineras para que se fueran solas. De hecho, bastaría que respetara las piedrotas que los pueblos ponen en ese camino. Varias mineras se han retirado por esa resistencia. Es hora de respaldarlos en vez de seguirlos agrediendo y que los funcionarios actúen como defensores de las c orporaciones. La prueba del ácido estará en el Istmo y en Yucatán. AMLO pierde compostura y sensatez ante críticas bien fundadas a proyectos con los que sigue comprometiéndose. Los “baños de pueblo” que recomienda a sus críticos sirven para hacer campaña, no para gobernar. Muchas y muchos confiarán en sus promesas, pero encontrará firme resistencia a proyectos en que su juicio parece contaminado. ¿Cómo explicarle que cancunizar la península es un atropello brutal a los pueblos? 4
¿Cómo hacerle saber que el Istmo no quiere la cruz del corredor y tiene opciones? Cancelar proyectos como esos no tiene el costo de hacerlo con las concesiones. Basta abrirse realmente a la gente. Hay otras señales ominosas. Cuando más de 100 mil campesinos llegaron el miércoles pasado al Zócalo de la Ciudad de México, para respaldar al nuevo gobierno, ni el nuevo secretario de Agricultura ni los dirigentes agrarios dijeron una sola palabra sobre la ley agraria atroz que Morena presentó en el Senado. El acto parece anticipo de dispositivos como el que en 1992 logró que todas las organizaciones campesinas apoyaran la contrarreforma agraria de Salinas. ¿Eso sería gobernar con el pueblo? ¿Consultas y movilizaciones amañadas? La obra de la Revolución, en que confía el nuevo Presidente, no consiste en el sector público, petróleo, luz y servicios, o mero crecimiento económico. Es sobre todo relaciones sociales. Quienes defienden territorios de sus ancestros, reconocidos por la Revolución, no están dispuestos a entregarlos ni a ponerlos al servicio de quienes hoy se sienten dueños del país. Son los pueblos, finalmente, quienes determinarán el rumbo de este país desgarrado y en ruinas. Si se logra convertir el entusiasmo popular de estos días, en muchas calles y plazas, en capacidad organizada para cambiar, no para aplaudir y apoyar, y esa capacidad se une a la de los pueblos, será posible abrigar esperanzas. gustavoesteva@gmail.com
¿Reformismo o barbarie? Carlos Fazio /II
En la actual coyuntura, con Donald Trump en la Casa Blanca y dada su adicción a los combustibles fósiles y su negacionismo climático −y a la deuda que tiene con los intereses de las megacorporaciones del sector, Exxon Mobil y Chevron, fundamentalmente−, en nombre de la seguridad nacional, la territorialidad de la dominación geopolítica está centrada en la militarización de la política energética de Washington y enfocada a la máxima extracción y explotación posible de petróleo y gas natural libres de restricciones y regulaciones, como vía para conseguir que Estados Unidos se asegure la dominación del mundo. 5
Junto con el sector de los hidrocarburos, la inserción de México en el modelo del imperialismo extractivista de comienzos de siglo, convirtió al sector minero en el cuarto más importante en ingresar divisas al país, después de la industria automotriz, el petróleo y las remesas. Tras la promulgación de la nueva ley minera por Carlos Salinas de Gortari en 1992 y el proceso de privatización del sector, que propició una mayor participación extranjera en la exploración y explotación de minerales, sucesivos gobiernos mexicanos repartieron cientos de concesiones dando inicio a un nuevo ciclo de pillaje. De las 288 compañías mineras extranjeras que operan en México, 208 son canadienses; a la cabeza figuran Goldcorp, New Gold, Alamos Gold, First Majestic Silver y Fortuna Silver Mines. Asimismo, a raíz de las privatizaciones y el remate de las compañías del sector público y de reservas minerales, surgirían tres grandes compañías mineras mexicanas: Minera Frisco, de Carlos Slim; Industrias Peñoles, de Alberto Baillères, y Grupo México, de Germán Larrea. Ni más ni menos que el primero, el tercero y el cuarto hombres más ricos de México. La llegada de la megaminería y otras formas de extracción de capital a las llamadas “regiones de refugio”(Gonzalo Aguirre Beltrán), habitadas por comunidades indígenas y familias rurales pobres que practican una agricultura de subsistencia, desató conflictos por “cómo deben ser gobernados esos territorios y por quién”; por el “significado” que deben tener esos espacios. Pero el telón de fondo estructural de tales conflictos surge de las políticas neoliberales que dieron al capital trasnacional acceso a los recursos minerales del país mediante regulaciones mínimas, permitiéndole utilizar tecnología de punta que envenena y/o destruye el ambiente (contaminando el agua y el aire), al tiempo que despoja a las comunidades de su patrimonio, poniéndolas en manos de compañías privadas. Desde que en 2003 David Harvey advirtió que la guerra y la acumulación por desposesión eran los mecanismos primordiales del capitalismo del siglo XXI, se recrudeció en México la privatización de la tierra y la expulsión forzada de poblaciones indígenas y campesinas. Se “legalizó” la conversión de los derechos de propiedad ejidal o comunal en derechos exclusivos de propiedad privada, lo que en el 6
marco de un proceso neocolonial e imperial de apropiación de recursos naturales, derivó en una creciente supresión de formas alternativas (indígenas) de producción y consumo. El neoextractivismo implicó un nuevo “cercamiento” de los bienes comunes de la tierra y el agua, separando a los productores directos de sus medios de producción con el propósito de extraer y explotar y beneficiarse de los recursos humanos y naturales movilizados en el proceso. A escala regional, desde comienzos de siglo existen dos modelos a discusión sobre el neoextractivismo. Uno es el adoptado por gobiernos de países como Colombia y México, con base en el Consenso de Wa shington (ahora de Davos), que requiere de la inversión extranjera directa a gran escala, la participación de la plutocracia y el apoyo activo por parte del Estado. Es el modelo que hizo megamillonarios a Slim, Baillères y Larrea, entre otros. El segundo modelo, construido por economistas de la Cepal, adoptó la forma de un “extractivismo progresista con desarrollo incluyente”(nacionalismo de los recursos o activismo estatal incluyente). Ese modelo, como lo han sintetizado James Petras y Henry Veltmeyer, se basa en un pos-Consenso de Washington sobre la necesidad de “traer de regreso al Estado”interventor, estableciendo un mejor equilibrio entre el Estado y el mercado para producir una forma más incluyente de desarrollo (neodesarrollismo), preocupado por y centrado en la reducción de la pobreza extrema. Dicho modelo, aplicado con matices por los gobiernos progresistas de Evo Morales, en Bolivia, y Rafael Correa, en Ecuador, se asienta en la creencia de que aunque necesite ser reformado, el capitalismo es el sistema operativo más eficiente, combinado con la preocupación por un mejor equilibrio entre el mercado de los grandes capitalistas (plutonomía) y el Estado. Como sostienen Petras y Veltmeyer, se cree que ese equilibrio se asegura con una “dosis juiciosa” de inversión extrajera directa y una mezcla de “desarrollo capitalista amigable con el mercado”, inserción de la economía local en circuitos de producción y cadenas de valor globalizados, “responsabilidad empresarial social y ambiental” y “una pizca de nacionalismo y activismo estatal incluyente”. En otras palabras, “capitalismo populista” o “una mezcla de capitalismo con socialismo”. Una suerte de nuevo Estado benefactor. 7
Los Juárez, Madero y Huerta de hoy Guillermo Almeyra
Los héroes preferidos de Andrés Manuel López Obrador son Benito Juárez y Francisco I. Madero. El primero es recordado por su lucha contra los conservadores, la Iglesia y el Imperio impuesto por Napoleón III. El segundo, por haber iniciado la insurrección contra el intento releccionista de Porfirio Díaz. De Juárez, sin embargo, pocos recuerdan que no sólo lanzó al mercado de tierras las usurpadas por la Iglesia católica, sino que también convirtió en mercancías las tierras de las comunidades indígenas, despojándolas –reconocidas hasta por la Corona española– para desarrollar el capitalismo y lanzar al mercado de mano de obra a millones de indígenas, beneficiando así a haciendas e ingenios azucareros. De Madero, en tanto, omiten que su asesinato por Victoriano Huerta se debió a su fe liberal y a la ignorancia de la realidad política que lo llevaron a conservar el aparato estatal porfirista, pues creía poder transformar el Estado y a lanzar los generales heredados contra los desilusionados por el incumplimiento de sus promesas. El presidente liberal ignoró que los asesinos no cambian y Huerta, que él lanzó a combatir a sangre y fuego contra los zapatistas, pudo conspirar tranquilamente con el embajador estadunidense y planear su golpe y sus crímenes. De este modo, Madero, lejos de abrir un camino democrático al desarrollo del país, lo obligó tomar la senda sangrienta de una revolución social confusa e incontrolada. López Obrador ahora llega al gobierno, porque un sector de los grandes capitalistas, recordando la Revolución mexicana, lo aceptó para que contuviera la movilización popular. En el entorno de esta nueva versión de Madero hay muchos nuevos huertas agazapados. Son los que insisten sobre la necesidad de destruir el Sureste para, con el pretexto del desarrollo, lanzar en el Istmo de Tehuantepec una gran operación que combina la creación de un ferrocarril, el desarrollo de los puertos sobre ambos océanos, la deforestación, el cultivo de palma aceitera, la creación de un cinturón de molinos eólicos y la especulación inmobiliaria desenfrenada. 8
Esa misma gente propone Zonas Económicas Especiales y promueve el Tren Maya que destruiría a su paso las reservas naturales, las comunidades indígenas, su idioma y sus costumbres y convertiría a toda la zona en un Cancún bis. Por eso, para prevenir las reacciones populares, perpetúan la ocupación militar del país y refuerzan sus lazos con Estados Unidos. Entre los millones de votantes de Morena muchos se oponen a esas políticas. Pero otros tantos, por el contrario, creen que podrán cambiar desde adentro un Estado capitalista que defiende la obtención de ganancias a cualquier precio. Ellos piensan que podrán convertir a los dueños de las televisoras privadas intoxicadoras de la opinión pública, a los bancos que lavan dinero sucio y a otros semejantes, en altruístas benefactores de los pobres. Esos ingenuos bienintencionados juegan con fuego cuando piensan utilizar el Estado capitalista opresor para hacer una revolución pacífica, sin darse cuenta de que es el Estado quien los utiliza como taparrabos transitorios y desechables. Entramos así en una fase muy peligrosa en la que el capital financiero, la oligarquía y sus instrumentos represivos siguen intactos, mientras la fuerza popular está desorganizada y confundida, Morena ni siquiera controla totalmente el gobierno, que comparte con los huertas en potencia, y AMLO cree poder decidir todo desde el Olimpo como Júpiter y presta oído a quienes lo quieren perder. Hemos llegado a un punto en que hay pocos escenarios, aunque la realidad es compleja y podría combinar los tres casos principales: 1. AMLO hace, como está haciendo, lo que le dictan el gran capital y el mando de las fuerzas armadas, olvidando todo lo dicho y prometido y oponiéndose a lo que hasta ahora llama “sus Huerta”. 2. Apoyado en una parte de los cuadros más combativos de Morena resiste tratando de hacer una política “ni de izquierda ni de derecha” a la Macron –o sea, una política de derecha, pero con algunas medidas populares que no cambian nada esencial– y carga así con el descontento tanto de la derecha como de la izquierda. 3. Responde a la voluntad de cambio de los votantes y comienza a aplicar los puntos sociales que en otros momentos agitó. 9
En los dos últimos casos desencadenará inmediatamente una campaña destituyente de la oligarquía y de las fuerzas antidemocráticas y antinacionales respaldadas por Donald Trump y envalentonadas por la debilidad de quienes los ven como despreciables intrusos. Más que nunca es necesario unir todas las protestas en una organización popular, consultar y elaborar en asambleas populares políticas alternativas y defender a las comunidades amenazadas. Ya hay en Oaxaca comunidades en las que hombres y mujeres armados realizan rondas nocturnas. A las policías comunitarias y grupos de autodefensa, vigilados por asambleas para controlar que no sean infiltrados, hay que agregar la exigencia de que las Guardias Nacionales se formen armando a los campesinos y comunidades, como hizo Lázaro Cárdenas. almeyraguillermo@gmail.com
La recolonización del Valle del Fuerte Francisco López Bárcenas
Topolobampo está en la bahía de Ohuira que se ubica en el estado de Sinaloa. Su nombre, de origen cahita, significa “en las aguas del gato montés”, tal vez recordando la existencia de este animal hace siglos. Ubicada en territorio mayo, la bahía ha tenido una larga historia de penetración colonial que se extiende hasta nuestros días. Comenzó a la llegada de los mineros y misioneros jesuitas, y se extendió hasta 1821; se volvió a presentar en el año de 1886, en pleno auge del porfirismo, cuando Albert Kimsey Owen intentó fundar una colonia con base en ideas socialistas utópicas, proyecto que fracasó porque algunos de sus compañeros de aventura no pensaban en la fraternidad sino en los negocios, y se dividieron; reapareció después de la Revolución Mexicana, de la mano del régimen que comenzaba, los agricultores convirtieron las territorios mayos en grandes plantaciones agrícolas. Los proyectos coloniales vuelven a hacerse presentes. De la mano de ex gobernadores y funcionarios públicos, políticos y empresarios han creado la empresa Gas y Petroquímica de Occidente SA de CV, que 10
aliada con la empresa alemana ProMan, de las mayores productoras de amoniaco en el mundo, pretende instalar el proyecto Planta de amoniaco de 2200 TMPD, en Topolobampo, Ahome, para fabricar amoniaco anhidro, insumo primario para elaborar fertilizantes. Según el gobierno de Sinaloa y los propios inversionistas, esta nave industrial será la más grande de América Latina y produciría anualmente 770 mil toneladas métricas, mucho mayor a la importación actual de ese producto, que es de alrededor de 200 mil toneladas métricas anuales, lo que permitiría cubrir el mercado regional y exportar el restante. Esos son sus planes, pero aún no está seguro de que los logren, pues aunque las autoridades les han otorgado las autorizaciones y permisos requeridos para instalar la fábrica, existen problemas que ponen en entredicho que pueda llevarse a cabo. Uno, difícil de solucionar sin violar la ley, es que la fábrica pretende construirse en una amplia superficie del humedal Santa María-Topolobampo-Ohuira, que fue declarado Sitio Ramsar el 2 de febrero del 2009 con el objetivo de proteger las aves migratorias que periódicamente lo visitan, las especies marinas que ahí se reproducen y la vegetación en que anidan, todas bajo la protección de la legislación nacional e internacional. Con estas restricciones que la ley establece, el proyecto sólo podría concretarse violando las disposiciones legales. Un segundo problema que los inversionistas deben sortear para echar andar su proyecto es la inconformidad de los habitantes, que tienen como actividad principal la pesca, de donde obtienen su sustento, lo mismo de quienes se dedican a la prestación de servicios turísticos y que saben que con la fábrica sus condiciones de vida se deteriorarían. Pero lo que más les preocupa es la inconformidad de los pueblos indígenas que habitan la región y miran cómo su territorio sigue siendo intervenido como hace siglos y ni siquiera se les avisa, ni porque el proyecto afectaría, Ohuira y Lázaro Cárdenas, dos de sus centros ceremoniales. Además, nada se ha dicho sobre los efectos económicos, culturales, sociales y ambientales que potencialmente podrían sufrir como efecto de la producción del amoniaco. Para evitar que esto suceda han comenzado a movilizarse. El 27 de septiembre el Consejo de Kobanaros y Pueblos Yoremes Mayos de Sinaloa, AC, que agrupa a 28 gobernadores mayos, inició un juicio amparo contra la Semarnat por haber autorizado la manifestación de impacto ambiental 11
sin consultarlos, el 15 de octubre el tribunal le otorgó una suspensión provisional y el 21 de noviembre la definitiva, por lo cual las obras de construcción se encuentran suspendidas y así estarán hasta que el amparo se resuelva de fondo. Los inversionistas y el gobierno estatal presionaron al representante de los kobanaros y lograron que éste se desistiera de la demanda, triunfo pírrico que duró lo que los demandantes tardaron en nombrar otro representante.El futuro de la Planta de amoniaco de 2200 TMPD, en Topolobampo, Ahome, no está definido. Su destino está ligado a que cumpla cabalmente con las disposiciones legales, que no afecte negativamente la vida en la región, donde sus promotores proyectan que funcione y sirva para el desarrollo. Dicho de otra manera, que no sea un instrumento para profundizar la colonización del Valle del Fuerte en beneficio de unas cuantas personas, empresarios y políticos. Veremos qué sucede en estos tiempos de reacomodos políticos y económicos. Puede ser que el nuevo gobierno decida que no es viable por las afectaciones que traerían consigo, pero también puede ser que la vea como una manera de surtir el fertilizante que ha prometido a los campesinos. Esa puede ser su primera prueba de fuego.
Recuperar el territorio y la vida Miguel Concha
Está a la puerta un cambio de gobierno. Uno de los principales retos consiste en el cuidado y respeto de los derechos de pueblos y comunidades indígenas y campesinas, y de nuestros bienes comunes. El gobierno que hoy asume funciones debiera tomar en consideración la experiencia acumulada de los pueblos para detener los procesos de despojo, los cuales, dentro de su vida colectiva, tienen presente el cuidado de la naturaleza y de toda forma de vida. Con el sexenio que termina descubrimos dos cosas en el proceso de defensa y cuidado de los bienes comunes. Primero, que las resistencias, desde los territorios, son fundamentales para entender los conflictos socioambientales y experimentar al mismo tiempo alternativas. Y enseguida el descubrimiento de los saberes profundos que los pueblos indígenas y campesinos poseen para configurar acciones concretas y hacer así frente a la crisis multidimensional que enfrentamos. Es 12
decir, la crisis civilizatoria que encaramos. Existen también diversos esfuerzos ciudadanos, acompañados de propuestas venidas desde las comunidades y pueblos que dan cuenta del panorama de despojo. Tal es el caso de Por México Hoy, un espacio político progresista, abierto, incluyente y plural, que promueve la participación y organización ciudadana para imaginar, proponer y construir una nación de todas y todos. En dicho espacio participamos también diversos movimientos y colectivos en defensa de la tierra y el territorio y de él surgió un documento valioso que contiene información fundamental para entender y atender las centenas de conflictos territoriales con los que ahora contamos por toda la República. El documento Recuperar el territorio y la vida (disponible en: https:// bit.ly/2r9FiBN) es en efecto una herramienta de análisis y propuestas, pues en él se condensan las experiencias de lucha de comunidades y pueblos que han enfrentado el sistema neoliberal imperante en México. Es importante señalar que éste surge de diversos recorridos que Por México Hoy, incluido el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, ha realizado por el país, proponiendo la discusión sobre un nuevo proyecto de nación que pueda plasmarse en una nueva constitución. Estos recorridos, encuentros y conversatorios abarcaron de febrero de 2016 a inicios de 2018 a más de 27 entidades. Fue en ellos constatable el despojo territorial y de bienes comunes naturales que sin el debido cuidado hacen imposible hacer valer la independencia y la soberanía del país. Recuperar el territorio y la vida significa acabar con la corrupción que facilita el despojo en condiciones humillantes para la nación y para las comunidades, pero también implica generar alternativas al desarrollo capitalista, buscando y haciendo reales propuestas que estén basadas en el aprovechamiento y conservación, no en la explotación, para hacer valer las capacidades del país hacia su autodeterminación. El documento parte de las resistencias. Para ellas todo nuestro reconocimiento y deseo de articulación de una visión integral y de largo plazo, con la finalidad de plantear un proceso de debate amplio, que oriente las definiciones sobre este tema con el gobierno que recién inicia. Como bien explica Carlos Lavore, coordinador del texto, la importancia de reconocer los esfuerzos y trabajos de resistencia en México nos hacen también pensar en un mosaico de propuestas que se extiende por todo el territorio nacional, confrontando el modelo 13
hegemónico, la estructura institucional vigente y el relato mediático de despojo y criminalización. Urge cambiar de rumbo, pues como bien se dice, hoy la humanidad consume una vez y media más de lo que el planeta puede dar. Sólo 23 por ciento de su superficie no ha sido intervenida por mano humana, mientras hace un siglo era 85 por ciento. Los recursos energéticos se están agotando; de cada siete barriles de petróleo consumidos se descubre uno y de él depende 95 por ciento del transporte mundial. Metales no renovables, bosques, fauna, hielo, tienen un horizonte de ruptura de sustentabilidad planteado hacia 2050. Y valga decir que esa crisis y dinámicas de despojo van siempre acompañadas de violencia, corrupción e impunidad. Qué hay detrás del despojo, nos preguntamos durante los encuentros y al momento de sistematizar el documento. Claramente respondimos que a escala global, de la región latinoamericana y de México, existe una hegemonía con alta concentración de poder económico, financiero, político, institucional y mediático. De ahí que insistamos en que no basta con un cambio de gobierno; urge y es necesario un verdadero cambio de régimen, pues de lo contrario la crisis se acrecentará, el despojo se perpetuará y las violaciones a los derechos humanos no cesarán. Hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para que se dé ese cambio de régimen, y de modelo económico y “desarrollo”. El inicio de un nuevo gobierno para los próximos seis años es una oportunidad. En ello la sociedad civil y el gobierno debemos jugarnos, desde la crítica libre y la propuesta responsable.
Los significados históricos de la revolución kurda Gilberto López Y Rivas
La experiencia revolucionaria del pueblo kurdo, que ha puesto en práctica particularmente en Rojava (norte de Siria) el llamado Confederalismo Democrático, junto con los gobiernos autonómicos de los mayas zapatistas del EZLN en Chiapas, constituyen procesos emancipatorios alternativos sumamente avanzados mundialmente. El Confederalismo 14
Democrático se fundamenta en autonomías comunitarias de varios niveles, en democracias participativas de sectores, pueblos y grupos culturales de la sociedad, en la sustentabilidad ecológica y en la mujer como sujeto de transformación con capacidad de decisión en todos los ámbitos políticos, militares, sociales y económicos. El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que alienta esta causa y proviene de un marxismo ortodoxo y una lucha de más de 40 años, abandona la idea de un Estado nacional, hace una crítica tanto al socialismo real como a todos los gobiernos existentes. El PKK sostiene que el Estado encierra la semilla del capitalismo y que libertad y Estado nunca pueden coexistir, ya que éste desarrolla el poder de una minoría sobre el resto de la población. Al igual que en el proyecto multiétnico y de tolerancia religiosa del EZLN, en el Confederalismo Democrático del norte de Siria, los kurdos, conviven con árabes, asirios, turcomanos, chechenos, circasianos, musulmanes, cristianos, yezedis y otras doctrinas y sectas, a partir de la coexistencia mutua y la fraternidad entre los pueblos. En el Contrato Social de la Federación Democrática del Norte de Siria, se “garantiza la igualdad de todos los pueblos en materia de derechos y deberes, respeto a los estatutos de derechos humanos y preservación de la paz nacional e internacional”. Este documento fundante instituye que la Federación Democrática se basa en la colectivización de la tierra, el agua y los recursos energéticos; adopta la economía social y la industria ecológicas; la riqueza y los recursos naturales son de propiedad pública; no permite la explotación, el monopolio, ni la cosificación de las mujeres; aporta una cobertura social y sanitaria a todos los individuos. Se reitera que las mujeres disfrutarán de su libre albedrío en la familia democrática, construida sobre la base de una vida común igualitaria y que los jóvenes son la fuerza motriz de la sociedad y su participación debe estar garantizada en todos los ámbitos. La opresión y asimilación cultural, el exterminio y la ocupación se consideran un crimen contra la humanidad y la resistencia a estas prácticas es legítima. En la Federación la educación es gratuita en todos los niveles, siendo la primaria y la secundaria obligatorias; mientras los derechos al trabajo, la salud y la vivienda están asegurados. 15
El sistema político-social de la Federación se basa en la formación de comunas, instituciones sociales, sindicatos y asambleas, siendo la comuna la forma organizativa fundamental de la democracia directa, la instancia de gestión y toma de decisiones, mientras las asambleas son las unidades sociales que representan al pueblo, en las que se debate y decide en el nivel de pueblos, barrios, ciudades, distritos, regiones y cantones. En Turquía, el Confederalismo Democrático opera por medio del Partido Democrático de los Pueblos y el Partido de la Sociedad Democrática, los cuales participaron victoriosamente en las elecciones de más 100 ayuntamientos, hasta que el gobierno turco, con una ley de emergencia, los declaró terroristas y ocupó con sus delegados los aparatos gubernamentales. Este golpe de Estado produjo una gran represión que encarceló a más de 10 mil hombres y mujeres, que hoy son parte de los numerosos presos políticos de origen kurdo. Desde el año de 2016, la aviación y la artillería turcas bombardearon nueve ciudades kurdas, y su ejército ocupó a sangre y fuego la ciudad de Afrin, en el norte de Siria, hasta la fecha, preparándose para una ofensiva contra otros dos cantones de Rojava. En Irak, los kurdos mantienen una autonomía relativa, con autogobiernos y partidos que sustentan la idea de establecer un Estado nacional. Sin embargo, la influencia del Confederalismo Democrático en urbes iraquís se deja sentir en el Partido de la Solución Democrática, mientras en regiones montañosas liberadas que cubren territorios de Irak, Turquía e Irán, se establece el Confederalismo Democrático, custodiado por agrupamientos guerrilleros de autodefensa. En Irán, el pueblo se organiza mediante el Partido del Kurdistán Este Libre, el Partido de la Sociedad Democrática y el Partido Vida Libre, brutalmente reprimidos por el gobierno confesional de los ayatolas. Aquí operan igualmente fuerzas guerrilleras de autodefensa separadas de hombres y mujeres. La revolución kurda busca por encima de todo la transformación interior de los individuos. Se trata de erradicar la ideología patriarcal, clasista y racista para lograr la liberación de la sociedad y el fin del capitalismo y el imperialismo. 16
¿Quiénes son esos? Sergio Ramírez
La escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie pronunció en la Feria del Libro de Frankfurt de este año un espléndido discurso en el que se refiere a los temas clave del mundo contemporáneo: identidad, diversidad, y también a la emigración, que vemos repetirse por distintas geografías de manera masiva, un viaje desde los páramos oscuros de la miseria y el desencanto hacia la gran vitrina iluminada de la riqueza y la prosperidad, resguardada por muros de concreto y cercos de alambre de púas. Un sueño, un delirio, una ilusión persistente. El vuelo rasante de un dron sobre el puente que cruza el río Suchiate, y que une Tecún Umán en el territorio de Guatemala, con Ciudad Hidalgo en México, nos muestra miles de cabezas apiñadas, juntas, compactas, indefinibles. Una masa ansiosa de llegar hasta la frontera mexicana con Estados Unidos, una caravana que ha salido desde Honduras y que marcha a largos trechos a pie, dispuesta a recorrer miles de kilómetros para llegar a su ansiado destino sin importar ni las penurias ni los obstáculos. Otro dron vuela encima del puente sobre el río Táchira que conecta el poblado de San Antonio del Táchira, del lado de Venezuela, con Villa del Rosario, del lado de Colombia. Venezolanos expulsados de su propio país porque han perdido todas las oportunidades y todas las esperanzas, y se quedarán en Colombia, o seguirán hacia Ecuador, hacia Perú, hacia Chile. El éxodo se vuelve brutal, despiadado, como es la naturaleza del poder que los expulsa. Pero lo que reclama Chimamanda, la novelista, es no olvidar que no se trata de cifras, sino de personas. Hay que transformar en nuestras mentes los números en seres humanos. Verlos en su individualidad desamparada: “es el momento de preguntar si la cuestión es la inmigración o la inmigración de tipos concretos de personas: musulmanes, negros, morenos”, dice. “Es el momento de replantearnos cómo pensamos los relatos”. Los relatos de esas vidas, los relatos íntimos. La filósofa española Adela Cortina, escribe en su lúcido libro Aparofobia, que el rechazo al pobre, demuestra algo que por obvio solemos olvidar: los emigrantes que llegan a Europa desde Medio Oriente parecerían ser rechazados porque provienen de culturas extrañas, pero eso no es 17
lo fundamental: no se les admite porque son pobres. Eso quiere decir aparofobia: la fobia a los pobres. “Lo que nos molesta”, dice, “es la pobreza, no la inmigración”. Es una tendencia que se origina en el cerebro humano, rechazar lo que nos desagrada, molesta o incomoda. “Se habla mucho de xenofobia, de islamofobia, y es verdad que existen. Pero en todos esos casos si traen dinero o algo que parece beneficioso se les acoge sin remilgos”. No obstante, es una tendencia que es posible contrarrestar si logramos oponerle “la compasión, la capacidad de sufrir con otros en la alegría y en la tristeza y de comprometernos con ellos”. Son tendencias benéficas, que también están arraigadas en nosotros, y que podemos hacer despertar. Es allí donde los números, miles de refugiados, una oleada incesante, molesta, incómoda, se transforma en personas con rostros, y entonces surgen las historias individuales. Y la solidaridad no es abstracta. En los poblados por donde van pasando la gente organiza albergues, comedores. Son los pobres ayudando a los pobres, dándoles lo que pueden, cama, comida, ropa, medicinas. Cariño. Y también hay rechazo, como el que se ha dado en Tijuana, ya al final del viaje. Bastó un video colocado de manera artera en las redes sociales, donde una emigrante hondureña se queja del plato de frijoles recibido en un albergue para que la reacción hostil estalle: “aquí somos pobres, comemos frijoles”, repiten las voces indignadas. Hay que entrar en las historias individuales, como pide Chimamanda. El tramado del tejido es denso, y cada hilo hay que verlo a contraluz. La mujer se llama Miriam Zelaya y se sumó al éxodo en busca de que en Estados Unidos operaran a su hija de 11 años, que es sordomuda. Viaja, como los demás, en busca de un milagro. El suyo es que la niña llegue a hablar y oír. “Hemos caminado por todo México y hemos recibido mucha ayuda”, dice llorando. “Tengo todo que agradecerles. Yo he criado a mis hijos con muchos esfuerzos y dándoles frijoles y tortillas”. Ahora está sola. Se ha tenido que marchar del albergue ante el repudio de sus propios compatriotas. Pero Miriam está a punto de llegar. A lo mejor recibe asilo al otro lado de la frontera tan celosamente guardada. A lo mejor operan a su hija 18
sordomuda. A lo mejor valieron la pena para ella el desprecio de los suyos, el rechazo de que ha sido víctima en Tijuana por quejarse de unos frijoles. El desarraigo, las penurias del viaje, el miedo, el peligro, la zozobra, la angustia, la esperanza, hacen que deje de ser un simple número en una suma, una cabeza entre miles que fotografía un dron. Guadalajara, noviembre, 2018 sergioramirez.com
Bolsonaro, entusiasta satélite de EU Ángel Guerra Cabrera
El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, está ofreciendo sus servicios a Estados Unidos para agredir a Cuba, a Venezuela y a todo lo que huela a progresista en nuestra América. Las calumniosas y sistemáticas declaraciones contra la presencia de los médicos cubanos en ese país, programa al que se opuso vehementemente desde que fue propuesto por la depuesta presidenta Dilma Rousseff, responden a esa condición servil y rabiosamente reaccionaria, decidida a convertir al gigante sudamericano en un belicoso peón de la política imperialista de Estados Unidos en la región. De ahí el intento bolsonarista de lograr un acuerdo bilateral con la potencia del norte para congelar bienes y fondos de Cuba y Venezuela, una jugada muy a tono con el interés del gobierno de Trump en redoblar la asfixia económica a ambos pueblos y de crear condiciones sicológicas para algún tipo de agresión militar contra la patria de Bolívar. Muy señaladamente del ultraderechista John Bolton, consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, con quien Bolsonaro se reúne hoy en Río. Tres días antes, para concretar esa agenda anticubana y antivenezolana con los departamentos de Estado, del Tesoro y el Consejo de Seguridad Nacional despachó a Washington como su enviado a su hijo y diputado Eduardo Bolsonaro, reportó el diario O Globo. Es sabido que el presidente electo es un gran admirador de Trump, a quien considera una “salvación para Occidente frente al marxismo cultural del globalismo”. El inquilino de la Casa Blanca felicitó al ex capitán por teléfono el mismo día de su elección y acordó trabajar “estrechamente” con él “en materia comercial, militar y todo lo demás”. 19
Pero existen señales anteriores del interés del carioca en una relación “carnal” con Estados Unidos. Bolsonaro se reunió dos veces durante su campaña electoral con el senador estadunidense Marco Rubio, activo enemigo de Cuba, Venezuela y Nicaragua, países cuya desestabilización Trump le ha encargado. Como él, Rubio es decidido partidario del sionismo y del premier Benjamín Netanyahu. La última de las reuniones tuvo lugar en la casa del senador en Miami, donde almorzaron y conversaron por cuatro horas. No fue reportada en aquel momento, pero se filtró a los medios brasileños y nadie la ha desmentido. Trascendió que hablaron de Venezuela, del apoyo a Israel y de armas de fuego. Rubio ha recibido millonarias donaciones de la Asociación Nacional del Rifle (ANR) y Bolsonaro es partidario de la venta libre de armas, por lo que es lógico sospechar que su campaña recibiera financiamiento de la ANR. Pero cómo imaginar ese extenso convivio sin tratar el tema de Cuba y de sus médicos en Brasil. Y es que si Rubio no quiere médicos cubanos en ningún país, tampoco la presencia de ellos en Brasil es compatible con la agenda ultraderechista de su invitado. Bolsonaro, con su pretensión de imponer condiciones inaceptables a la presencia de los médicos cubanos, ajenas a los términos del convenio firmado entre los gobiernos de Cuba, Brasil y la Organización Panamericana de la Salud que normaban sus servicios, no le dejó a La Habana otra opción que retirar a sus médicos. En ningún momento su equipo se dirigió a las autoridades de la isla. Cuba no acostumbra desalojar a sus colaboradores de ningún país por diferencias políticas. Ni siquiera de Honduras después del golpe al presidente Zelaya, pues los golpistas se mostraron respetuosos de los doctores y la concepción fidelista es que estos prestan su servicio a los pueblos, no a los gobiernos. Es el presidente entrante quien no quería en Brasil a los cubanos. Una actitud cruel, pues los isleños prestaban servicio casi exclusivamente en sitios adonde ningún brasileño ni extranjero había querido acudir cuando el gobierno de Dilma convocó al programa Más Médicos. Alcanzaron a brindar 90 por ciento de las consultas ofrecidas en territorios indígenas y se encontraban en muchos lugares inhóspitos a horas o días de la ciudad más cercana. La actitud de los cubanos era inobjetable, tanto por su competencia profesional –que Bolsonaro puso en duda– como por su disponibilidad a toda hora y su humanismo y solidaridad con los pacientes. Los colaboradores se sometieron a 20
examen antes de llegar a Brasil y eran evaluados periódicamente por el ministerio de salud. Encuestas arrojaban 95 por ciento de aceptación a su presencia. La Federación de Alcaldes y nueve gobernadores alertaron en cartas a Bolsonaro que no había con quién sustituirlos. Casi 20 mil profesionales isleños realizaron más de 100 millones de consultas en el país sudamericano. Los pobladores de cerca de 700 municipios vieron un médico por primera vez a su llegada. Modificaron favorablemente los indicadores de salud de ese país y demostraron que sí es posible impulsar la cooperación internacional sur-sur. En este caso con la guía de la Organización Panamericana de la Salud. Twitter: @aguerraguerra
La purificación de AMLO Carlos Martínez García
La purificación de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en el Zócalo fue una ceremonia religiosa. Además, los oficiantes del acto, ante quienes el nuevo Presidente se arrodilló, tienen antecedentes que hacen dudar de la representatividad que dicen tener de los pueblos indígenas. En varias ocasiones ha quedado escrito en este espacio que la laicidad del Estado es buena para el Estado, pero que es todavía mejor para las iglesias y grupos religiosos existentes en México. La tentación de gobiernos por extender las bases de legitimidad puede llevar a la búsqueda de endosos simbólicos, y para dar éstos no faltan liderazgos, en este caso religiosos, dispuestos a conceder lo solicitado por el poder en turno. El rito del sábado, que tuvo lugar después de la toma de posesión del cargo presidencial y el discurso que le sucedió, fue un agregado innecesario. Lo considero así porque entre los más de 30 millones de votantes que hicieron posible la victoria de López Obrador sufragaron personas de todo tipo. En este sentido, la votación en favor de AMLO ha sido la más ecuménica de todas las precedentes. Lo apoyó en las urnas población católica, evangélica, tradicionalista, judía, atea, de nuevos cultos y creencias. Igual se volcaron a las urnas en pro de él indígenas, mestizos y criollos (el diccionario de la RAE, en su primera acepción los define como personas descendientes de europeos). 21
El ceremonial purificatorio del Presidente lo encabezó un pretendido gobernador indígena, de nombre Hipólito Arriaga y bien conocido por dedicarse a venderle la idea, a quien quiera comprársela, de que habla por los pueblos indios de México. Hipólito es acomodaticio, antes puso su hueco puesto de gobernante indígena al servicio del priísmo. Así lo demuestra, y brinda otros datos interesantes, Marcos Matías Alonso, investigador titular del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. La espuria representatividad de Hipólito Arriaga, junto con quienes se sumaron a él y participaron en la purificación del nuevo presidente, prohijaron una ceremonia más cercana a la neomexicanidad proclamada por Antonio Velasco Piña, cuyo mayor instrumento divulgador ha sido su libro Regina: 2 de octubre no se olvida(relectura del movimiento estudiantil de 1968 en clave mística), que a la diversidad realmente existente de los pueblos originarios de México. En el templete abundaron mestizos que se han apropiado de creaciones culturales indígenas, o, más bien, de lo que ellos y ellas han recreado como esencia auténticamente india. Los pueblos indios de México son diversos, viven cotidianamente un proceso de intensa diversificación y están lejos de ser lo que la representación, tal vez no sea erróneo llamarle performance, del Zócalo mostró a los allí reunidos y a los millones que siguieron la transmisión por Tv o redes sociales. El rito, en el que abundaron “invocaciones a los cuatro puntos cardinales, amuletos, rezos y copal”, como escribió ayer en estas páginas Luis Hernández Navarro, conllevó entregar un símbolo sin valía real, porque “la misma idea de un solo bastón de mando que represente al conjunto de los pueblos indígenas del país ha sido cuestionada por múltiples intelectuales indios y autoridades comunitarias. Es una invención. Los bastones son símbolos de autoridad de cada comunidad, tribu o nación”. AMLO es un personaje de convicciones religiosas. Por lo mismo en sus discursos y proyecto transformador hace continua alusión a frases cuya fuente reconocen pocos de sus oyentes. En variadas ocasiones y ante distintos auditorios ha mencionado que “no sólo de pan vive el hombre”, alusión al Evangelio de Mateo 4:4 (que a su vez retoma Deuteronomio 8:3). También gusta repetir que nuevas circunstancias requieren novedosas soluciones, para lo cual con recurrencia cita que no debe ponerse el vino nuevo en botellas viejas, eco de Marcos 2:22. Otra 22
cita bíblica que desliza frecuentemente es Isaías 32:17, que dice que la paz es fruto de la justicia. Una cita más de la Biblia que gusta mencionar es el Salmo 85:10, donde se lee que la justicia y la paz se besaron. Lo simbólico es importante, pero no a costa de hacer descansar en ello las tareas cotidianas que deben implementarse. El presidente tiene tras de sí un gran capital político, y es la hora de ponerlo en activo para lograr la transformación prometida. Conforme avance su sexenio lo que más contará serán los resultados. Mientras tanto, es farisaico exigirle logros, pero también es exagerado creer que estamos ante cambios inminentes. Para ponernos a tono con máximas cuyo origen es bíblico y de las que podemos echar mano en estos primeros días del nuevo gobierno y los tiempos que vendrán, recordamos que la naturaleza del árbol se conoce por sus frutos (Mateo 7:16).
Sexenio de EPN, “letal” para periodistas y defensores: Red TDT Redacción Desinformémonos
Entre diciembre de 2012 y noviembre de 2018, fueron asesinados 161 defensores de derechos humanos en México, lo que demuestra que “el sexenio que termina fue letal para las voces disidentes”, señaló la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los Derechos para Todas y Todos” (Red TDT). A través del informe “Desde la memoria… la esperanza”, la Red documentó que por lo menos 42 de 159 defensores asesinados pertenecían a un pueblo indígena, entre los que se encuentran yaqui, rarámuri, wixarika, purépecha, nahua, zapoteco, mixe, mixteco, tzotzil y triqui. De igual forma, el documento evidencia que sólo el 3 por ciento de los casos de asesinato de defensores se encuentra judicializados, y que por lo general las investigaciones “suelen ignorar” la actividad defensora de las víctimas. A continuación el comunicado completo: La defensa de derechos humanos no es un privilegio en sí misma como acusan furibundos sus detractores. Tampoco es algo dispensable, algo 23
que debamos desear que se extinga, como opinan otros. La defensa de derechos humanos es una opción por la vida y la libertad. En ese sentido podemos afirmar que las personas defensoras somos facilitadoras de la esperanza, porque desde nuestras trincheras diversas luchamos por la dignidad y la justicia. Eso es lo que nos une: la esperanza. Resulta pavorosamente contradictorio que teniendo esta noción de esperanza, hoy estemos aquí para hablar de las 161 personas defensoras y 40 periodistas asesinadas de manera impune entre diciembre de 2012 y noviembre de 2018. Esto demuestra de manera contundente que el sexenio que termina fue letal para las voces disidentes: datos dolorosos, que se vuelven vidas desgarradas para un país que se ostenta democrático y que, oficialmente, no se encuentra en guerra. El mensaje es claro: se busca inhibir la lucha por la justicia y por los derechos. Pero ¿Está cifra inaceptable significa que ya no hay lugar para la esperanza? ¿significa que debemos huir, escondernos y tratar de proteger nuestra vida a cambio de lo que nos une como pueblos, como colectividades: como personas? De ninguna manera Como Red respondemos a esta realidad con convicción de esperanza y de memoria. Eso nos han enseñado pueblos, comunidades y víctimas. Hoy estamos aquí para conmemorar la esperanza y retomar la estafeta de las tantas luchas que nuestra sociedad requiere. Hoy estamos aquí para decirles a nuestras compañeras y compañeros que su muerte no es ni será inútil. No lo permitiremos. Por eso queremos dejar constancia clara de la impunidad que el Estado ha ofrecido a estas víctimas. Según solicitudes de información hechas a Procuradurías/Fiscalías, solo el 3% de los casos de personas defensoras asesinadas se encuentran judicializados. Las investigaciones por asesinato de personas defensoras, activistas, líderes sociales suelen ignorar su actividad como causa del asesinato. Como Red TDT, a lo largo de este sexenio documentamos como el Estado mexicano no ha sido capaz de responder a la crisis de violencia contra las personas defensoras de derechos humanos. Su respuesta se 24
ha limitado a la acción del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras y Periodistas operado por la Secretaría de Gobernación, que tiene solo medidas reactivas y no obedece a las necesidades específicas de las personas beneficiarias. Este año, incluso, el Fideicomiso que dota de recursos al Mecanismo se quedó sin recursos, colocando en mayor situación de riesgo a 727 personas defensoras y periodistas. La situación tiene matices importantes: Por lo menos 42 de 159 personas defensoras asesinadas pertenecían a un pueblo indígena, entre los que se encuentran: yaqui, rarámuri, wixarika, purépecha, nahua, zapoteco, mixe, mixteco, tzotzil, triqui. Según la documentación los estados más peligrosos para defender los derechos humanos son: Guerrero (28% de los casos), Oaxaca (20%) y Chihuahua (11%). El 40% de las personas asesinadas eran defensores/as comunitarios/ as, es decir, ejercían su derecho a defender derechos humanos en su comunidad o entorno más cercano. Gran parte de estos se enfocaban en la defensa de DESCA y Tierra y territorio. El Saldo de este sexenio es de más de 37 mil personas desaparecidas y casi 120 mil asesinadas, 8 feminicidios diarios, una crisis migratoria sin precedentes, más de 500 conflictos socioambientales, así como casos emblemáticos de violaciones graves de derechos humanos (Tlatlaya, Ayotzinapa, Nochixtlán) y de corrupción en las altas esferas de gobierno (Casa Blanca, Odebrecht, Estafa Maestra). La lucha de todas estas personas fue interrumpida de forma violenta, pero no así sus ideales y sus convicciones, no sus sueños ni la memoria de su lucha justa por un mundo diferente. Ahí está la esperanza. En todas esas personas que durante y ahora tras estos 6 años persisten en la defensa de derechos humanos, en este servicio por la vida. La esperanza está en los aprendizajes, logros y siembras de aquellas personas que aunque ya no están, continúan presentes en su espíritu combativo y digno. Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los Derechos para Todas y Todos” 25
“Los que cambian el mundo son los movimientos sociales”: Raúl Zibechi
Verónica Ferrucci y Valeria Scardino - Desinformémonos Nos encontramos con Raúl Zibechi en San Cristóbal de las Casas, México, en el marco del Taller de Reflexión Crítica: “La revolución del 68 en América Latina y los movimientos actuales” y “Eurocentrismo y revolución: Fanón y Quijano” en la Cosecha Librería, y en la presentación de su nuevo libro “Los desbordes desde abajo. El 68 en América Latina” en el Cideci-Unitierra. Así comienza la presentación de su libro: “Cuando se hablaba del 68, lo primero en que se pensaba era en París y eso me molestó un poco, porque si bien en París pasaron cosas bien importantes, sobre todo a nivel del movimiento estudiantil y del movimiento obrero, el 68 sucedió en todo el mundo. Más aún, el 68 empieza en la periferia y lo que sucede en el centro es una caja de resonancia de lo que se hizo en la periferia. En los 60, hubo fuertes luchas, que empezaron con la Revolución Cubana, sin la cual no podríamos entender nada de lo que sucedió en la década del 1960 en América Latina. Tampoco podríamos entender lo que sucedió en el 68 mexicano sin remontarnos a Chihuahua y a todo el proceso campesino y el asalto al cuartel de Madera. Tampoco podemos de pensar en Argelia en su guerra de liberación que estuvo presente en toda Europa y en todo el mundo. O los procesos de descolonización en África, Asia y América Latina. No podemos entender el 68 sin Norteamérica, que fue importante con una masiva presencia de estudiantes por la guerra de Vietnam, país que produce la ofensiva donde, por primera vez en la historia, campesinos pobres armados en un ejército popular derrotan a la mayor potencia militar del mundo. La marcha a Washington que protagonizaron los negros y el famoso discurso de Martin Luther King ‘I have a dream’, o la lucha de los panteras negras que comienza a organizar a la población negra en los barrios pobres de ciudades del estado de California, o la invasión de la Unión Soviética a Checoslovaquia. 26
Los movimientos negros que hoy conocemos en Colombia y Brasil, el conjunto de los movimientos indígenas, que no nacen en este periodo, pero sí tienen una reconfiguración a partir de ese momento. En este punto geopolítico, acepto las ideas de Imannuel Wallerstein quien dice que el 68 fue una revolución exitosa porque no tomó el poder, porque fracasó. El 68 es un ciclo de lucha de unos 3 años más o menos, que abre nuevos períodos a nivel macro; como la decadencia de los Estados Unidos y a nivel micro comienza un deterioro importante de la autoridad; del varón en la familia, con un protagonismo cada vez mayor de las mujeres y los jóvenes y las jóvenas; la lucha contra el patriarcado aunque comenzó mucho antes es de alguna manera hija del 68 o la lucha en las aulas contra la autoridad del profesor/a”. —En tu nuevo libro, nos convidas esta lectura sobre los movimientos anti sistemas, tales como el feminista, el indigenista, el ambientalista, el campesino desde mirada de la periferia y desde abajo: ¿Qué implicaron para vos esos desbordes, por qué fueron posibles y qué transformaciones instalaron? —Ya que estamos con un medio de Córdoba, el caso más claro de desborde fue el Cordobazo. Hay un trabajo muy lindo de Mónica Gordillo y James Brennan: “Las guerras obreras en Córdoba” que, justamente, cuenta cómo los obreros fabriles, no el sindicato, sino los obreros en las secciones más duras: pintura y mecánica, empezaron un proceso de insurgencia y desobediencia que termina en el Cordobazo y en el Viborazo. Yo creo que es un caso típico de desborde de sus propios sindicatos, los obreros desbordan a sus dirigentes, al propio Tosco que era un tipo impresionante, pero Tosco no tenía previsto el Cordobazo, nadie lo tenía previsto. Los desbordes son eso, ir más allá de lo establecido y de lo previsible, desbordar los cauces organizativos, establecidos y, en el caso obrero, fue muy claro y, por eso, la respuesta tan dura, porque no sólo hubo represión, sino que con el tiempo empezaron a desmontar las viejas fábricas, el trabajo en cadena y empezaron con la robotización, la desestructuración de las fábricas y la precarización laboral. 27
Pero, en general, el 68 fue un período muy rico y muy potente de luchas, no sólo de luchas visibles, sino de luchas invisibles, como, por ejemplo, lo que pasaba en la familia, en el aula, espacios concretos que empezaron a ser ocupados y desbordados por las mujeres y jóvenes: los dos actores principales del 68. Las consecuencias fueron muchas, la más positiva fue que, en este período, cuajan, nacen y se desarrollan los movimientos sociales más importantes. El feminista es el que hoy estamos viendo con más fuerza, pero, en períodos anteriores, se vieron jóvenes con su propia cultura, con sus propios espacios de socialización que ocuparon, inicialmente, las luchas armadas y que, después, fueron apareciendo en otros espacios. Hubo cambios a nivel macro y micro; por ejemplo, a nivel macro, las dictaduras fueron la gran respuesta a todo ese período de insurgencia y desobediencia. Por otro lado, los cambios macros son el declive del imperialismo, de la Unión soviética, de la bipolaridad, el ascenso de los países no alineados, el tercermundismo, el crecimiento de la importancia de países que, hasta ese momento, no habían tenido ningún papel en América Latina. —A partir de esta matriz de análisis que vos hacés desde el análisis de los movimientos del 68, ¿qué potencia creés que tienen los actuales movimientos sociales en la complejidad de la realidad que estamos viviendo en la Región? —Yo creo que los que cambian el mundo son los movimientos sociales, no los gobiernos, los gobiernos pueden reprimir o pueden tolerar, o, en algunos casos, pueden apoyar. Chávez, durante años, apoyó los movimientos, los progresistas, a diferencia de Chávez, no los apoyaron, trataron de cooptarlos, socavarlos. Yo creo que los que cambian el mundo son los movimientos, porque lo cambian en todos los espacios, en la micro cotidianidad y en el espacio intermedio. En lo macro, entonces, la potencialidad es esa, la de los movimientos que estamos viendo hoy en América Latina, básicamente, el movimiento de mujeres, el movimiento negro en Brasil y Colombia, los movimientos indígenas, los movimientos contra la minería, los monocultivos que han tenido triunfos importantes, han logrado 28
frenar grandes mineras, se ha logrado frenar a Monsanto en Córdoba. Son triunfos que no son fáciles, pero ahí está la potencialidad de los movimientos sociales que están cambiando el mundo. Cuando me cuentan que, en Argentina, irrumpen las chicas de once y doce años con sus demandas feministas (y que los varones no sabemos donde colocarnos, porque ese es el otro gran lío) es un potencial de lo que sucede en la vida cotidiana. Después, puede sancionarse legalmente el aborto, ese año o diez años después, pero ya hay una legitimidad, hoy el aborto en Argentina es algo legítimo o, por ejemplo, ocupar tierras en Brasil es legítimo, después puede venir un gobierno que las reprima, pero eso es otra historia. Quienes no miramos tanto para arriba, sino más bien en horizontal, para abajo, vemos que hay una tendencia muy fuerte de la gente a hacer por sí misma, a organizarse por sí misma, a no depender de caudillos, de líderes, de dirigentes y hacer. Esa es la parte destituyente de los movimientos o la parte que destituyen la autoridad y el autoritarismo, después está la creatividad, ¿no? He visto, en algunas ciudades de Argentina y Uruguay, que empiezan a haber espacios que son femeninos u otros donde también hay algunos varones, y lo que se hace es, básicamente, la reproducción de la vida, donde el cuidado de la vida es fundamental; radios, centros culturales, bibliotecas, espacios que están creando algo nuevo ya, no sólo destituir, sino también crear. Algunos de estos espacios son visibles, pero otros que no se definen como “estamos creando el mundo nuevo”, pero realmente están haciendo cosas nuevas. No tienen el cartel de mundo nuevo o de creación de un proyecto emancipatorio, pero, cuando hay alguna movida, se suman y es un síntoma claro de que los movimientos ya no sólo resisten y tratan de avanzar en esa resistencia, sino que también crean y son importantes porque son necesarios esos lugares, como acá en el Cideci donde sentirse tranquilo, seguro, cómodo y poder hablar.
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Caminos de la autonomĂa Bajo la tormenta 5 de diciembre de 2018