Recopilatorio 6 de mayo

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CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 6 de mayo de 2020

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De la emergencia a la insurgencia

Gustavo Esteva - La Jornada - Lunes 4 de mayo de 2020 No hay otra opción. Tan irresponsable resulta cultivar el miedo como alzarse de hombros. No es “la crisis de salud más grave de la historia”, ni una simple gripa o una nueva versión del chupacabras, como se dice en Juchitán. Se trata de crisis profundas y catástrofes muy reales que exigen respuestas apropiadas. Vivimos en la desinformación. Se propagan versiones y propuestas contradictorias, con débil fundamento en la realidad o el saber. Desconocemos la magnitud del fenómeno. Se ha hecho un número muy limitado de pruebas y se sabe que muchas personas infectadas no muestran síntomas, por lo que no se cuentan. Se habla de unos 3 millones de personas infectadas en el mundo. Podemos agregar uno o dos ceros a la cifra; estará más cerca de la realidad.Ni Corea del Sur, con la proporción de pruebas más alta en el mundo, puede saber cuántos infectados ha tenido. Las críticas a las pruebas mismas aumentan la desconfianza por cifras que siguen usándose para aumentar el miedo. El número de muertes atribuibles al virus es aún más incierto. Muchas no se cuentan y otras muchas se incluyen sin razón. Se habla de unos 200 mil casos. Podría ser la mitad… o el doble. Algunas cosas quedan claras. Fue un grave error, como advirtió Agamben, poner en manos de expertos cuestiones que pertenecen al ámbito de la ética y la política. La política de confinamiento fue una propuesta de expertos médicos derivada de su ignorancia e impotencia: no sabían qué hacer y no midieron las consecuencias de la medida, por ejemplo en la violencia doméstica.Fue claramente imposible mantener el asunto en su esfera. Las contradicciones que surgieron al llevarla a la social y a la económica propiciaron su traslado a las esferas policiaca y militar. Por el miedo que provocaron, gobiernos que carecían ya de poder político efectivo y de credibilidad fueron sumisamente obedecidos por la gran mayoría de la población, incluso por aquellas personas que poco antes los criticaban abiertamente. A medida que las re1


acciones de la gente debilitaron ese poder político, a los gobiernos sólo les quedaron sus acólitos y personas en pánico. Se avivaron así sus propensiones autoritarias. En el mundo entero, la ola de autoritarismo se convirtió ya en la principal amenaza. Apenas logra disimularse que queda poco de lo que se llamaba “estado-nación democrático”, cuando estaba vigente el estado de derecho y el juego libre de fuerzas políticas. La evidencia abrumadora de los horrores de la sociedad que teníamos propició un despertar que ahora resiste el regreso a la “normalidad” que los encubría. Quienes se beneficiaban con ella cometerán infinidad de atropellos para restablecerla. Como hasta ellos saben que será imposible, preparan la consolidación del despojo autoritario y cínico, en una sociedad de control. Esa es la amenaza actual. Un espíritu de insurgencia empieza a surgir entre quienes despertaron ante el horror y, sobre todo, entre los millones de personas para las cuales la “emergencia” será permanente. Ni el mercado ni el Estado podrán ocuparse de ellas, salvo en forma transitoria y limitada. Su lucha por la supervivencia debería involucrarnos a todas y todos y puede llegar a ser decisiva en la coyuntura. Da pena ajena la forma en que ha reaccionado el gobierno mexicano. En vez de asumir las consecuencias de sus apuestas equivocadas –el transporte aéreo, el turismo, el petróleo, los megaproyectos, los tratados comerciales– y aprovechar la coyuntura para un viraje acorde con su retórica respecto a los pobres, se ha afirmado en sus creencias fundamentalistas en un desarrollismo obsoleto que agudiza las contradicciones y lo aislará cada vez más. Otorgar en forma casi subrepticia abultados contratos del Tren Maya o el Corredor Transístmico a corporaciones con pésimo historial no lo reconcilia con los empresarios que quieren mucho más y lo enfrenta abiertamente con amplios grupos, predominantemente indígenas. Los tratados comerciales con Norteamérica y Europa recién suscritos profundizarán la subordinación a las corporaciones trasnacionales y la confrontación permanente con las comunidades rurales y los trabajadores. En la insurgencia que viene se dejarán sentir muy diversas concepciones de la enfermedad y la muerte. Algunas personas seguirán adop2


tando la mentalidad dominante, para la cual la enfermedad es un problema a resolver y la muerte un enemigo a vencer. Otras muchas mostrarán que en sus culturas son vistas como compañeras de todo ser vivo que pueden acogerse hospitalariamente. No buscan salvar “vidas” reducidas a la mera existencia física, sino que defienden un modo de vivir en que la interacción amorosa del nosotros, no el aislamiento y la separación de los individuos, da sentido a la existencia. En la insurgencia que circula a ras de tierra, dentro y fuera de México, se expresa ya la digna rabia que provoca lo hecho hasta ahora ante la plaga y se afirma la decisión de empeñar incluso la vida para defender la dignidad. gustavoesteva@gmail.com

La ética y la muerte

Javier Sicilia - Proceso - 5 Mayo, 2020 Para Javier Mendoza Escorza, médico admirable Después de ser duramente criticada, la Guía Bioética se redujo a un borrador que en estos días estará probablemente circulando en su nueva versión. La crítica no se dirigía a la guía en sí, sino a que ésta, de manera acrítica y por motivos de edad, indicaba quiénes o no deberían ser sacrificados en el momento en que el sector salud se viera rebasado por contagios del covid-19. La crítica, sin embargo, no debe reducirse a ello, sino a la existencia misma de una guía para normar actos éticos en circunstancias límites, bajo una óptica abstracta y administrativa. La ética no es una cuestión de gestión, por más que quienes dicten sus lineamientos sean expertos en ella. Es, por el contrario, un acto de responsabilidad personal. En el caso de la medicina, de un cara a cara entre el médico que, basándose en su juramento hipocrático, toma, junto con la autocepción del estado de salud de su paciente, una decisión. 3


En la tradición galénica, que hunde sus raíces en la medicina hipocrática y es la base de la medicina occidental, los médicos, recuerda Iván Illich, estaban formados no sólo para sanar, sino también para respetar el llamado del Leteo y acompañar a sus pacientes en ese duro trance hasta la barca de Caronte. Se les enseñaba, por lo mismo, “a reconocer la facies hipocrática, la expresión del rostro que indicaba que el paciente entró en el atrium de la muerte”. Al llegar allí, el médico dejaba de intervenir para acompañarlo en ese duro paso. Los pacientes también sabían cuándo llegaba su momento. Max Brod relata que cuando Kafka estaba al final de su vida y el médico, perdiendo de vista su responsabilidad, se encarnizaba en mantenerlo vivo, le gritó: “máteme, de lo contario es usted un asesino”. Todavía durante parte de la segunda mitad del siglo XX esta relación ética entre médico y paciente se practicaba, aunque en menor medida. Pero con el rápido desarrollo de la tecnología, el vínculo comenzó a romperse. Las enfermedades desplazaron al médico y al paciente para, dice Jean Robert, “volverse entidades conceptuales autónomas capaces de afectar a todos los cuerpos de la misma forma”. Los pacientes se convirtieron así en entidades patológicas hechas de mapas anatómicos, gráficas, pruebas clínicas y estadística, y los médicos en gestores de esas entidades que debían seguir protocolos establecidos, a partir de diagnósticos generales, supervisados por un comité de expertos que elaboran las políticas de la salud pública. Con ello, las relaciones éticas entre médico y paciente se socavaron en función de procedimientos técnicos que deben aplicarse sobre cuerpos reducidos a paquetes etiquetados con diagnósticos. Médicos y pacientes se han ido convirtiendo así en subsistemas de un sistema médico mediado por los resultados de los últimos exámenes aplicado al paciente y su posibilidad estadística de vida. 4


Sólo bajo esta reducción del ser humano a procesos técnicos y conceptos derivados de la gestión de los sistemas de empresas, se explica que el Consejo de Salubridad General, garante del sistema médico, haya creado en un momento crítico, como el que se vive con el covid-19, una Guía Bioética, y que esa guía –prescindiendo, curiosamente, de la ética, que siempre es desinteresada– haya decidido tasar a los pacientes con los criterios económicos de una empresa: “la mayor cantidad de vida por completarse”, es decir, “la mayor cantidad de productos utilizables”. Aun cuando en la nueva guía se haya quitado esa disposición escandalosa, la guía misma sigue siendo un escándalo: refuerza lo inhumano, la abdicación de las relaciones éticas y sus duras responsabilidades en aras de un autoritarismo sistémico que, disfrazado con el eufemismo de guía, determina, mediante normas, la conducta que seres reducidos a una cadena de producción de la salud deben seguir. Es imposible que en un mundo absolutamente­sistémico, donde todos somos tratados como recursos económicos, como instrumentalidades, como seres gestionables bajo la lógica del biopoder –técnicas que permiten controlar los cuerpos–, un grupo de expertos, elevado al rango de dioses por el sistema y sin más herramientas que un conjunto de ideas, no produzca una guía normativa en el momento en el que el sistema de producción de salud está a punto de colapsar. Pero es posible que, al margen de la guía, los vestigios de humanidad y de ética, que siempre perviven, permitan a algunos médicos y pacientes volver a la tradición galénica y juntos tomar responsabilidades personales y humanas frente a la vida y la muerte. Ha habido casos que abrigan la esperanza: el de las enfermeras que, ante la imposibilidad de que pacientes y familiares puedan entrar en contacto, han ideado un sistema de comunicación mediante breves comunicados, o el de Giuseppe Berardelli, que en Bérgamo cedió su respirador a un joven, o el de algunos médicos que, comprometidos con su juramento y el saber de la facies hipocrática, obran como un buen amigo que te dice la verdad y permanece contigo hasta el fin. 5


No son actos heroicos, sino profundamente éticos, actos del que un mundo sistémico nos ha amputado en nombre de una salud abstracta y gestionada, actos que sostienen lo humano en medio de un sistema que finge serlo. Además, opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, detener la guerra, liberar a todos los presos políticos, hacer justicia a las víctimas de la violencia, juzgar a gobernadores y funcionarios criminales, esclarecer el asesinato de Samir Flores, la masacre de los LeBarón, detener los megaproyectos y devolverle la gobernabilidad a Morelos.

La infodemia, Trump y Venezuela

Carlos Fazio - La Jornada - Lunes 4 de mayo de 2020 Cuando irrumpió el Covid-19, hacía ya un tiempo que el mundo estaba sumergido en la posverdad y las noticias falsas ( fake news). La desinformación (la contaminación de la información con contenidos falsos que aparecen como “verdaderos” y son fabricados para manipular las emociones e impactar en la “opinión pública” de manera intencional, deliberada y planificada) no es, tampoco, un invento de Donald Trump y la banda de gánsters sociópatas (Noam Chomsky dixit) que le rodea en la Casa Blanca. Lo que ocurrió, con Trump, en plena era digital, fue una proliferación de noticias tóxicas, xenófobas y supremacistas, con sus discursos de odio, bots e hipótesis conspiracionistas, desplegada por la maquinaria mediática de su administración con fines electorales. En la coyuntura del Covid-19, la epidemia de fake news y posverdades ha sido definida por la Organización Mundial de la Salud –responsable del virtual estado de sitio global− como infodemia. Es decir, una pandemia de info-falsedades. En el contexto de la mayor crisis de la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial, la administración Trump no ha cejado en sus intentos por derrocar al presidente constitucional y legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro. Sólo que en el caso de Venezuela, la pandemia de informaciones falsas ha tenido un desarrollo continuado desde la llegada de Hugo Chávez al gobierno en 1999, y ha sido impulsada por cuatro sucesivos inquilinos de la Oficina Oval: William Clinton, George W. 6


Bush, Barack Obama y Donald Trump. Con dos objetivos básicos: el petróleo y ahogar en la cuna cualquier intento de desarrollo alternativo en el tradicional “patio trasero” del imperio. Desde entonces, también, ha habido una instrumentalización de la situación de los derechos humanos en Venezuela, que, con base en el laboratorio de la ex Yugoslavia, EU y sus socios de la OTAN han buscado “solucionar” mediante “intervenciones humanitarias”. A ese juego se ha plegado, a últimas fechas, la alta comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet. Un informe descontextualizado de la organización mundial, de julio de 2019, dio una imagen distorsionada de la real situación humanitaria en Venezuela, y en lugar de esforzarse en evitar el uso instrumentalizado de esos derechos, terminó prácticamente justificando el uso de sanciones económicas, bloqueos y medidas coercitivas por parte de EU, y peor aún, una eventual intervención armada. Asimismo, la alta comisionada Bachelet, a partir de su propia experiencia en Chile en 1970-73, debió tomar en cuenta las nuevas situaciones generadas por las llamadas guerras no convencionales, en cuyo marco EU ha venido aplicando medidas coercitivas unilaterales que no sólo impiden el disfrute y ejercicio pleno de los derechos humanos en Venezuela, sino limitan de manera sustancial la capacidad del Estado para cumplir con la obligación de garantizarlos y protegerlos. La injerencia en asuntos internos no sólo viola el principio de no intervención, sino también el de la autodeterminación de los pueblos. Paradójicamente, se trata de los mismos derechos humanos que son invocados para justificar bloqueos económicos de corte imperialista –como el que padece Cuba desde 1962−, que imponen medidas que asfixian a la población y constituyen verdaderos crímenes de lesa humanidad. Es evidente que el único propósito de esas acciones es imponer un dominio político, ideológico y económico y/o la apropiación de recursos geoestratégicos (el petróleo en el caso venezolano), que han dejado verdaderas catástrofes humanitarias. Además, los estados víctimas de ese flagelo experimentan la ruptura del tejido social, la radicalización de las posiciones en los espacios políticos y la asunción de políticas defensivas de sus gobiernos, en detrimento de la calidad de vida de su pueblo. 7


¿Cómo será el orbe cuando termine la pandemia? La hiperglobalización neoliberal parece herida de gravedad y la pérdida de liderazgo de EU podría abrir un peligroso vacío de poder. No obstante, en la emergencia, cabe recordar que mientras el país que arrojó dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki; que lanzó napalm en Vietnam; que creó a los escuadrones de la muerte en Centro y Sudamérica; que creó a la contra nicaragüense y minó el puerto de Corinto durante el primer gobierno sandinista; que erigió a Bin Laden como “luchador de la libertad” en Afganistán en los años 80; que con la mentira de las armas de destrucción masiva provocó más de un millón de muertes en Irak; que alentó al terrorismo de ISIS para desestabilizar Siria y todo Medio Oriente; que fabricó a Juan Guaidó y quiere utilizar a la OEA y al TIAR para intervenir en Venezuela después de probar todas las formas de la guerra no convencional, incluido el terrorismo mediático, la guerra de cuarta generación y la guerra híbrida; que cuando los genocidas de Washington tratan de sacar partido de la tragedia del Covid-19 promoviendo un “gobierno de transición”, la diplomacia de paz venezolana, de diálogo, de no intervención, de solución pacífica de las controversias, ha venido librando en la ONU una dura batalla en favor del multilateralismo. En tan aciagas circunstancias, la diplomacia de Venezuela ha sido un ejemplo de la defensa irrestricta de los principios rectores de la organización mundial y de la dignidad de todo un pueblo en resistencia.

Bolsonaro, el genocida demente

Eric Nepomuceno - La Jornada - Domingo 3 de mayo de 2020 Al final de la tarde del viernes, en Brasil se supo que desde las 24 horas anteriores había otros 428 muertos por el coronavirus, y que el total de pérdidas fatales llegaba a 6 mil 329 desde mediados de marzo. Los infectados, a su vez, sumaban 91 mil 589. Entre la tarde del jueves y la del viernes murieron casi 20 enfermos de Codiv-19 cada hora. La curva del número de infectados y muertos empieza a alejarse de la trayectoria en ascenso para transformarse en un trazo vertical. 8


Hoy, domingo, debe superar los 100 mil infectados y los 7 mil muertos. Lo peor y más agobiante es saber que se trata de números irreales. Las notificaciones se dan a un nivel muy incierto por la falta de exámenes y retrasos en notificaciones: se calcula que el número verdadero, tanto de contami-nados como de muertos, sea de entre cinco y 10 veces lo admitido de forma oficial. El cuadro de recursos para enfrentar la pandemia es agobiante. En Manaos, la capital del estado de Amazonas, con una población de un millón 700 mil habitantes, el sistema de salud, tanto público como privado, está colapsado. En abril hubo 2 mil 400 entierros: 80 por día, más de tres a cada hora. Faltan ataúdes, y el gobernador pidió a Brasilia un avión militar para transportar cuerpos a la capital. La ayuda fue negada. En las dos mayores ciudades de Brasil, San Pablo y Rio, el sistema público de salud está al borde del colapso. Lo mismo en casi todo el país. Hay, a la par, otro dato aterrador: médicos e investigadores dicen que el auge de la pandemia recién empezará en la segunda quincena de mayo, y se alargará hasta fines de junio. En medio de semejante escenario, Bolsonaro cambió a su ministro de Salud y forzó la renuncia de la gran estrella de su gabinete, el ex juez y ahora ex ministro de Justicia Sergio Moro. La salida de Moro, quién condenó sin prueba alguna a Lula da Silva y con eso abrió camino para la elección del sicópata ultraderechista, significa una grave crisis política. El enfrentamiento entre los dos desgasta la escasísima gobernabilidad que le queda a Bolsonaro. En el ministerio de Salud, el cambio de Luiz Henrique Mandetta por Nelson Teich tuvo un impacto altamente negativo, pero de otro orden. Mal que bien, Mandetta cumplía las determinaciones tanto de la Organización Mundial de Salud como de la comunidad científica. 9


Mantenía diálogo permanente con gobernadores y conocía el sistema público de salud. Prestigió al cuerpo de funcionarios de la cartera, situando en puestos clave los considerados más capacitados. Al sucesor le impusieron, como segundo, a un general reformado. Luego de larguísimas dos semanas, el nuevo ministro por fin aceptó una conferencia virtual con los gobernadores. Y todos quedaron asombrados con la falta total de propuestas frente a un cuadro preocupante en que muy pronto el número diario de muertos superará el millar. Está más perdido que un ciego en medio de una balacera, alertó un gobernador en referencia al nuevo ministro. Nelson Teich es oncólogo y tiene experiencia en administrar hospitales privados y carísimos. Sabe del sistema público de salud lo que sé yo del idioma sánscrito: existe, pero no tengo idea de cómo es. Frente a tal pandemónium, ¿qué hace el ultraderechista y desequilibrado presidente brasileño? Incita al pueblo a que salga a la calle y vuelva a la “vida normal”. Pasa el tiempo detectando enemigos hasta cuando abre la nevera, hostiga de manera incesante a gobernadores y alcaldes, se pasea por las calles junto a hordas de seguidores fanáticos cuidadosamente arrebañados, estornuda, se limpia las narices y con la misma mano saluda a ancianos. Un ejemplo de lo que ocurre cuándo se sigue lo que preconiza Bolsonaro: Blumenau, en el sureño estado de Santa Catarina, reabrió su comercio y volvió a la “vida normal”. Las tienda se llenaron de gente, hubo fiesta por todos lados, y Bolsonaro elogió la medida. Resultado: en quince días, el número de contaminados y muertos subió 173 por ciento en la ciudad. La economía brasileña se hunde estrepitosamente, el número de desempleados escaló la marca de los 12 millones 300 mil en dos meses, y la ayuda federal tanto a estados y municipios como al sistema de salud y a los desamparados, anunciada con pompa y circunstancia por Bolsonaro, no es más que una falacia indecente. 10


En términos generales, no llega a 25 por ciento de lo prometido. O sea: no hay vestigio de programa de gobierno, o siquiera gobierno en el país. El viernes primero de mayo, Día Mundial del Trabajo, Bolsonaro recibió en la residencia oficial a un grupo de supuestos agricultores. Aprovechó para reiterar que, si dependiese de él, todos estarían en las calles, pero que la Corte Suprema determinó que esa decisión les toca a gobernadores y alcaldes. Así, la culpa no es suya. A las pocas horas, vinieron los nuevos números fatales. Y que seguirán subiendo y subiendo. Y es eso: Bolsonaro cree que son pocos. Quiere más.

Agresiones en la zona norte de Chiapas

Gloria Muñoz Ramírez La Jornada - Los de abajo - Sábado 2 de mayo Si las agresiones al personal de salud en el contexto de la pandemia deben ser condenables y debidamente sancionadas, qué tendría que proceder contra los policías que dispararon contra población indígena en cuya comunidad se han detectado casos positivos de Covid-19, como ocurrió esta semana en la zona norte de Chiapas. Cercados, sin alimentos y con contagios de coronovirus, indígenas de la comunidad Hidalgo Joshil, del municipio de Tumbalá, realizaron un plantón en el punto conocido como Pulpitillo, para protestar contra el cerco sanitario que se implementó en el municipio de Yajalón por un brote de Covid-19, que les impide “movilizar a personas que requieren, paradójicamente, atención médica”, denunció el Comité de Derechos Humanos de Base de Chiapas Digna Ochoa (Comité Digna Ochoa) el pasado 27 de abril. La respuesta de las autoridades a la movilización, señala el organismo de derechos humanos, fue enviar a la policía municipal y a civiles armados de Yajalón a dispararles con armas de alto calibre, “sin ningún intento por dialogar, ni aviso alguno”. El saldo 11


de la embestida fue de cuatro heridos, uno de gravedad de nombre Romario Guzmán Montejo, que fue trasladado a la cabecera municipal de Tumbalá. Muchas las comunidades choles de la zona norte de Chiapas se encuentran cerradas, y en algunas, como la cabecera de Yajalón, hay toque de queda decretado por las autoridades municipales. Esta zona es foco rojo por Covid-19, pues se han detectado brotes en los municipios de Tila, Tumbalá y Yajalón. Una cosa son las medidas sanitarias organizadas al interior de cada comunidad, y otras las que los condenan a permanecer encerrados sin posibilidad de buscar servicios médicos y alimentos, entre otras necesidades básicas. “No hay sustento legal para ello”, advierte el Comité Digna Ochoa. La versión de la policía de Yajalón es que los indígenas intentaron cruzar el “filtro sanitario por el Covid-19” y por eso fueron detenidos. El video tomado por los pobladores de Tumbalá muestra lo contrario, pero aunque hubiera sido cierto, no hay ninguna justificación para dispararle a una población que sólo quiere acceso a la salud. desinformémonos.org - losylasdeabajo@yahoo.com.mx

Atraversar las crisis, enseñanzas de la parteria

Hannah Borboleta - luchadoras.mx - Mujeres Guerreras - 5 Mayo, 2020 “The only way out is through”, la única forma de salir de una crisis, es atravesar por ella, la frase es parte del poema Servant to Servant, y aplica para todo tipo de crisis, incluso para la que estamos viviendo a nivel global. Como parteras sabemos que la única forma de vivir estos procesos de crisis es escuchando y respetando nuestros procesos individuales y acompañarlos desde las redes de mujeres. Cuando la gente nos pregunta cómo podemos atravesar todo esto que estamos viviendo, yo de forma inmediata pienso en los partos, y en cómo son sus procesos. Los partos son largos, duelen, hay momentos de mucha incertidumbre y de no saber lo que va a pasar 12


o cuándo va a pasar, aunque también están llenos de momentos de felicidad, atravesar un parto es complejo. Por más de 5 años he acompañado partos y los vivo, junto con las mujeres, como momentos de mucha transformación, momentos en donde las mujeres enfrentan sus miedos y sus ansiedades. Esa es la semejanza más clara de este pandemia global con los partos. Estamos frente a un momento de cambio y transformación, es ahora cuando estamos sacando el cobre de cuanta creatividad tenemos, tanto individual como colectivamente, es creatividad nos permite definir cómo trabajamos los miedos, la ansiedades. Enfrentar esta crisis es un tarea individual, pero también colectiva, cada una va a definir cómo decide enfrentar esta crisis pero también reflexiones sobre cómo nos sostenemos como sociedad y nos mirarnos como un tejido, porque así como decimos siempre, las redes de mujeres salvan vidas, también en estos tiempos. Las parteras seguimos con nuestro trabajo de acompañamiento, continuamos tejiendo redes para acompañar, y es que aunque muchas actividades y procesos se hayan pausados, las mujeres no dejamos de vivir nuestros procesos, ni nuestros ciclos. Hemos recibido solicitudes de mujeres que nos dicen que “de todos modos necesitan atención y cuidado en estos tiempos”. La atención a la salud de las mujeres se tiene que llevar a cabo y las redes de parteras sirven para eso, las acompañamos vía online, a quienes necesitan acceder a algún método anticonceptivo, o deben atender alguna infección. El acompañamiento a partos, por supuesto, no lo hemos detenido. Esta crisis está permitiendo quitar el velo sobre los hospitales, pues muchas mujeres han decidido acompañarse de parteras y no acudir a estos lugares que siempre han sido un foco de infección y de patologización de los procesos femeninos, y es que vale la pena volver a repetir: un embarazo y un parto no son enfermedades. Nosotras las parteras trabajamos mucho con hierbas, ellas tienen una capacidad maravillosas para atravesar esas crisis, en estos mo13


mentos de resguardo puedes prepararte una infusión de toronjil, manzanilla o tila, estas plantitas te ayudarán a atravesar por esta crisis. También puedes bañarte con romero, mirto o toronjil. Uno de los hongos que con mayor frecuencia desarrollan infecciones en nosotras es la candida, la puedes identificar con estos síntomas: comezón, irritación, inflamación, ardor y flujo espeso, no dudes en explorar y conocer tus flujos vaginales. Si tienes este tipo de infección sirve mucho ponerse un ajo vía vaginal durante el día, quitárselo en la noche y ponerse probióticos, para la comezón puedes darte baños de asiento con caléndula, orégano y tomillo, una vez al día por 5 días. Si quieres protegerte de las infecciones es importante hablar de los equilibrios en todos los niveles, para mayor equilibrio del PH vaginal es importante usar probióticos, y aunque no lo creas el colón o los problemas intestinales también se relacionan con los problemas vaginales, el equilibrio también debe estar en la alimentación, procura tener una dieta baja en carbohidratos, en situaciones de ansiedad es posible que lo que más se te antoje esté lleno de carbohidratos, pero lo que el cuerpo necesita son más proteínas, escucha al cuerpo las ganas que tiene de comer, pero mejor come nueces o semillas, estos alimentos ayudan al equilibrio. Las parteras también hablamos de placer y del gozo del cuerpo, así que no te olvides de la masturbación en tiempos de pandemia, aprovecha este tiempo para mirar qué es lo que más gozas o disfrutas en ella, pero ve más allá de los genitales, identifica qué otras cosas te dan placer, el baile, bañarse en hierbas, o hacer rutinas de ejercicio. Sabemos que no todas tenemos las mismas condiciones de tiempo, de cargas de trabajo, o de responsabilidades y muchas veces el tener tiempos propios, es complejo, pero en la medida de lo posible es importante darse cinco minutos al día, para integrar lo que está pasando, darle un respiro al cuerpo, no engancharse y dejar fluir. Si necesitas acompañamiento en estos momentos búscanos como Partera en bici en Twitter , Facebook e Instagram y Red de Parteras Autónomas también en Facebook y Twitter 14


De brujas, parteras y pandemia

Celia Guerrero - Piedepagina.mx - Igualada - 5 Mayo, 2020 Con la emergencia sanitaria, las parteras pueden significar una verdadera diferencia para garantizar la atención a las mujeres, pero la autoridad sanitaria ignora su participación y sus peticiones De Angelina, la partera, recuerdo —más que cualquier otra cosa— su ternura, que iba ligada a su confianza plena en los procesos de las mujeres. La recuerdo hincada, con el oído pegado al estómago hinchado de una embarazada, con los ojos cerrados y una sonrisa amorosa, dejándose mecer por el movimiento respiratorio, de arriba hacia abajo, como si su cabeza fuera una barca en medio del mar, explicando con voz tenue tanto a la mamá como al bebé que todo iban muy bien, durante una consulta prenatal. Esa ternura de Angelina era categórica y yo no sabía por qué. Intuía que derivaba de la experiencia en el trato de la fragilidad tanto de quien pare como de quien nace. O tal vez, pensaba, se trataba de una actitud fundamental en alguien que recibe a los nuevos vivos, como si una partera fuera una especie de portera entre mundos que da el saludo e invita a pasar. Lo cierto es que ella comprendía la dinámica contradictoria entre la vulnerabilidad y la fuerza de la vida, y yo aún no. Para cuando pude hacerlo entendí que, cuando de ayudar a parir se trata, cualquier actitud alejada de la ternura es, sin duda, inútil. Angelina jamás se autonombró feminista, nunca se lo pregunté. Ella es una partera tradicional de Guerrero que heredó sus conocimientos de las mujeres de su familia. Sin embargo, lo que Angelina defendía como su verdadera labor era permitir a las mujeres tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y reproductiva, ponerlas en el centro de la atención, cuidarlas. Tratarlas con ternura era todo eso. Cuando era niña le pregunté a mi mamá, médica anestesióloga, cómo nacían los bebés. Ella, genia estratega, planeó un acto de terror, al tiempo método anticonceptivo bastante provechoso: me metió a un quirófano para contemplar una cesárea en vivo. El impacto de aquello fue tal que, décadas después, cuando Angelina me 15


permitió estar en un parto natural, en una casa, rodeada de mujeres que acompañaban y desbordaban ternura y cuidados, nació una niña y con ella toda una nueva visión del mundo para mí. ¿Cómo podían diferir tanto mis recuerdos de la cesárea con los de ese parto si ambos se trataban de nacimientos? ¿Por qué di por hecho durante veintitantos años que sólo existía una forma de nacer —y de parir— que implica aparatos, camillas, posiciones horizontales, uniformes quirúrgicos, bisturíes y el cuerpo inerte de una mujer del que sacan o sale con rudaza un nuevo ser humano? No me malinterpreten, no voy a romanizar la carencia de atención médica cuando es necesaria y para que no me acusen de irresponsable o sesgada voy a agregar: hay nacimientos que no pueden ser de otra forma más que una cesárea y, por supuesto, habrá mujeres que elijan tener una porque así se les da la gana. Todo bien con las excepciones. Mi desconfianza iba en el sentido de, ¿por qué en mi imaginario —y puedo afirmar que en el imaginario colectivo citadino casi absoluto— parecía existir solo una forma de nacer? En un hospital, con médicos, asepsia, blablabla. No es una duda surgida de mi condición de mujer ni desde la posibilidad de parir algún día —no iba por ahí—, sino de mi yo humana que se cuestiona cómo llegamos a este mundo, bajo qué condiciones, quién las decide/impone y por qué. En Brujas, parteras y enfermeras, Barbara Ehrenreich y Deirdre English recuperan parte de la historia de las mujeres sanadoras, comienzan hablando de la persecución de las brujas en la Europa medieval y su importancia en lo que llaman “el proceso de toma del poder médico por parte de los hombres” porque la mayor parte de esas mujeres condenadas eran curanderas, mujeres sabias, parteras. Aunque esta investigación se centra en la historia occidental, aborda el avance de la medicina institucional como una lucha política, entre sexos y clases, y puede ser de utilidad a la hora de analizar miedos, fobias y el rechazo de la partería hasta la actualidad [basta decir, también, que este ensayo lo recomienda mi gurú de la partería y el feminismo como uno fundamental]. Ahora que estamos transitando una pandemia, los nacimientos continúan y el trabajo de las parteras, también. En algunos países euro16


peos donde ya aplicaban un modelo de partería y existen casas y otro tipo de unidades no hospitalarias para atención de embarazos y partos de bajo riesgo, su participación ha sido fundamental para proteger a las mujeres en lo que respecta a sus derechos sexuales y reproductivos. Mientras tanto, en México las parteras llevan décadas peleando por condiciones que les permitan mejorar su labor. Ahora, con la emergencia sanitaria, cuando ellas pueden significar una verdadera diferencia para garantizar la atención a las mujeres, la autoridad sanitaria ignora su participación y peticiones, incluso cuando legisladoras han impulsado un punto de acuerdo para crear espacios fuera de ambientes hospitalarios y facilitar el trabajo de partería. El gobierno pasa por alto, también, que las parteras deben recibir el equipo de protección como cualquier otro profesional de la salud. En la Igualada de hace un mes —que abordó el tema de mujeres embarazadas durante la pandemia— ya decía que el movimiento feminista que marcha por el aborto legal, seguro y gratuito tiene pendiente exigir mejores opciones, no violentas, para las mujeres que deciden parir y en su gran mayoría llevan embarazos sanos. Bueno, pues la partería, el parto humanizado, los partos en casa son opciones. Así que, un día después del 5 de mayo, día internacional de la partera; en el 2020, año de la enfermería y partería; en medio de una emergencia sanitaria global que limita el acceso a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, es buen momento para comenzar.

Megaproyectos, militarización y adelgazamiento del Estado

Gilberto López y Rivas - La Jornada - Jueves 30 de abril de 2020 Ha sido significativo, en plena pandemia, que 174 investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia, entre ellos 10 profesores eméritos, hicieran público su enérgico rechazo a la pretensión de suspender contrataciones de personal de investigación por Capítulo 3000 (honorarios), reducir drásticamente fondos para la misma e impedir concursos de oposición de plazas vacantes en su 17


institución, que cumple ya 81 años. Luego de afirmar que la investigación en ciencias antropológicas e históricas no es una ocurrencia, y reconocer la contingencia por el Covid-19, sus consecuencias económicas, y la necesidad de orientar el gasto público, consideran, no obstante, que los problemas no se resuelven creando otros igualmente graves, ni vulnerando tareas sustantivas del Estado. Exigen que la secretaria de Cultura y el director general del INAH apliquen criterios consecuentes con su obligación legal de defender la institución, proteger sus áreas sustantivas y racionalizar el gasto, y no plegarse incondicionalmente a criterios que parten del desconocimiento del instituto y sus prioridades. Demandan trasparentar el manejo discrecional de la austeridad por parte de la alta burocracia del INAH, hecho a costa de sus funciones sustantivas y señalan que el futuro de la institución está en juego: “es momento de sumar esfuerzos para que salga fortalecido y continúe con la tarea de investigar, conservar, defender y promover la riqueza histórica y cultural de nuestro país” (El Correo Ilustrado, 20/4/20). Esta protesta fundada coincide con denuncias en diversos sectores de la cultura y el arte situados en la indefensión, en momentos tan críticos como los que hoy se viven en el ámbito planetario. También, las alarmas han sonado en diversas dependencias del gobierno federal identificadas como prescindibles, y muchas de las cuales desaparecerán por el decreto publicado el 23 de abril en el Diario Oficial de la Federación, para ajustarse a los criterios, discrecionalmente aplicados, de “eficiencia, honestidad, austeridad y justicia”, que fundamentan estas políticas. El decreto pospone las acciones y el gasto del gobierno, con excepción de 38 programas que la persona del Ejecutivo federal estima “prioritarios”, entre los cuales, además de los conocidos programas asistenciales, individualizados y clientelares, se encuentran los controvertidos megaproyectos, declarados por el Congreso Nacional Indígena, Concejo Indígena de Gobierno, EZLN, y numerosas organizaciones comunitarias, regionales, sociales, gremiales, académicas y de investigación social, como una virtual declaración de guerra contra los pueblos indígenas y las comunidades campesinas y poblaciones urbanas que van a ser, y están siendo afectadas por los megaproyectos Sembrando Vida, 18


Tren Maya, Desarrollo del Istmo de Tehuantepec, Proyecto Integral Morelos (por la vía de la modernización de plantas e hidroeléctricas), además de las “zonas libres” en la frontera norte y la reiterada apuesta por el petróleo, con el plan de rehabilitación de seis refinerías y la construcción de otra en Dos Bocas, pese a las moralejas sobre el cambio climático que está dejando la pandemia en el ámbito mundial, y no obstante la crisis multifactorial, cercana al colapso, que aqueja al capitalismo en su totalidad. El decreto no deja lugar a dudas en cuanto a la jerarquización de recursos a distribuir por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, cuyo artículo VII especifica: “tendrán trato excepcional la Secretaría de Salud, la Guardia Nacional, y las secretarías de Marina y Defensa Nacional”. Priorizar en esta emergencia sanitaria ante el Covid-19 a la Secretaría de Salud es una medida de evidente y urgente necesidad para salvar el mayor número de vidas humanas, pero equiparar la salud con lo destinado a las fuerzas armadas resulta no sólo ofensivo, sino injustificable, sobre todo en un contexto en el que, pese a la emergencia, los problemas de seguridad pública se hacen aún más evidentes, con un promedio constante de homicidios dolosos diarios que ronda la centena, siendo ya el 20 de abril, en plena fase tres, el día más violento de lo que va del año en muertes del crimen organizado. Aparte de vigilar las fronteras sur y norte, para evitar la migración, acorde con las necesidades de nuestro buen vecino, construir aeropuertos, sucursales bancarias y otras funciones inconstitucionales, ¿qué están haciendo las fuerzas armadas para librar a la ciudadanía del “conflicto armado interno no reconocido” que el Instituto de Estudios Estratégicos de Gran Bretaña identificó en nuestro país, calificado como el más letal en el mundo, después de Siria? Así, el decreto es la expresión de políticas propias de la acumulación militarizada, del adelgazamiento del Estado y la imposición de megaproyectos desarrollistas que se topan ya con la firme resistencia de pueblos y trabajadores, que ansían un mundo distinto del que ofrece el capitalismo. 19


El Toro Meco: resistir en las montañas de concreto Abel Barrera Hernández - Montaña adentro desinformemonos.org - 2 mayo 2020

Como migrante indígena he tenido la fuerza para cruzar el desierto y la capacidad para conseguir un trabajo en Nueva York. Mi vida cambió totalmente: dejé Yuvinani para vivir en Brooklyn. Pensé que me olvidaría de la Montaña y que me iría mejor con los gabachos. Con los 7 años que llevo viviendo en esta ciudad, me pesa mucho la soledad. Los fines de semana nos reunimos para convivir y la verdad, toda la plática es sobre nuestro pueblo. Allá está nuestro corazón, porque aquí nuestro cuerpo solo está para ganar dólares. En la semana no existimos para la gente con la que trabajamos. Ponemos todo nuestro empeño en lo que hacemos y nos abstraemos de la realidad. Cuando llego al departamento me tiro a dormir. Todo es monotonía y mutismo. Vivo como un extraño en un mundo que no es el mío. Me he tenido que adaptar al maltrato de muchas personas que por su color se sienten superiores. No hay forma de escapar a las miradas que me desprecian y me discriminan. Vivo atormentado porque tengo que pagar muy cara mi estancia en Nueva York, no solo por los gastos que realizo, sino por lo que cuesta vivir como extranjero, experimentando en todo momento que no tengo derechos y que soy parte de la multitud de migrantes que supuestamente somos los causantes de todos los males. Es el estigma que tenemos que cargar como la escoria de la sociedad. Su perversidad es pisotear nuestra dignidad, doblegar nuestra resistencia y domesticarnos como seres sin razón. Las horas que paso sin hablar me han nutrido de ideas que me remiten a la cultura de mi pueblo. Ese vacío que hay en mi mente y en mi corazón, lo lleno con los recuerdos gratos de mi familia que vive en el campo. Camino ensimismado por las avenidas de Nueva York, como un autómata que sube y baja del metro, sin cruzar palabras en medio de la multitud. Mis pies ya se acostumbraron a 20


caminar sobre el asfalto y a usar el transporte público para llegar a tiempo a mi trabajo. Cuando escucho el inglés y se me dificulta entenderlo, entro en crisis, por no dominar el idioma que me abriría otras puertas. Se repite la misma historia que viví en Tlapa, cuando mis compañeros de la escuela se reían cuando hablaba español. Me sobrepuse a las burlas y sobre todo a los remedos que me hacían por no pronunciar bien algunas palabras. En la mirada me dicen todo, cuando trato de comunicarme en inglés. Ya no es la misma burla, enfrentas más bien la actitud de personas que nos quieren hacer sentir como ignorantes, como seres que no estamos a su altura para establecer una comunicación. Eso carcome mi dignidad, porque nos tratan con el látigo de su desprecio. Ya me acostumbré a no ver el cielo ni las flores. Ahora mi Montaña son estos rascacielos de concreto; la expresión del poderío de una nación, la arrogancia de quienes tienen dinero y la supremacía de una raza que se siente superior a las demás. He podido navegar a contracorriente, mantenerme en medio de este maremágnum y salir a flote, reafirmando mi identidad como hijo de la lluvia. Lo más valioso de mi estancia en esta mega urbe es haberme reencontrado con mis paisanos, sobre todo de compartir nuestros proyectos y de reconstituir nuestra pequeña comunidad. Hemos formado una organización que le llamamos “El Toro Meco”, es una canción popular que habla orgullosamente de Yuvinani, de la gente que tiene valor y que sabe capotear la vida. El ritmo y la letra se ha hecho famosa en toda la Montaña, porque en los bailes la gente se zarandea de gusto. En Brooklyn nos hemos organizado como jóvenes de la Montaña, coordinados con algunos de Puebla, Michoacán y Tlaxcala. La promoción de la cultura de nuestros pueblos es lo que nos une. Estamos recuperando el uso de nuestros idiomas y varios nos estamos capacitando para ser peritos interpretes en las Cortes de Nueva York. Muchos compañeros y compañeras enfrentan procesos legales en condiciones sumamente desiguales. Hay varios paisanos que están en la cárcel acusados injustamente. No tuvieron la oportunidad de ser escuchados en su propio idioma. Por eso, nos estamos preparando para que en las Cortes los jueces conozcan nuestra forma de pensar, de creer y de actuar y que no estigmaticen nuestras culturas. 21


La llegada del coronavirus nos agarró desprevenidos, porque nunca pensamos que de la noche a la mañana nos íbamos a quedar sin trabajo. La enfermedad está agarrando parejo y ya no hay lugar en los hospitales para que atiendan a los enfermos. Muchos compañeros prefieren quedarse encerrados en su casa, tomando algunas yerbas para bajar la calentura. Me atrevo a decir, que si tuviéramos temazcal en Nueva York, todo mundo lo usaría y nos curaríamos de muchas enfermedades. Hay mucho miedo de ir al hospital, no solo porque no hay camas, sino porque ya no te dejan ver a tu familiar. Con la pandemia, las personas que fallecen tienen que incinerarse. Está prohibido trasladar cuerpos a nuestro país. Estamos preocupados porque varios amigos y amigas han fallecido y no tenemos forma de ayudarlos. Las funerarias están cobrando más de dos mil dólares por la incineración. No hay una fórmula efectiva para conseguir dinero, porque nos quedamos sin trabajo. Como organización nos dedicamos a elaborar bolsas ecológicas, pero ahora con el COVID – 19, estamos haciendo cubrebocas, como una forma de recaudar dinero y obtener algún ingreso. Tenemos que enfrentar los embates de esta pandemia. Nos sentimos solos, porque no vemos el apoyo de las autoridades mexicanas. Hemos utilizado la plataforma GoFundMe para obtener fondos en beneficio de las familias que no han logrado cubrir el pago de la incineración. A través de varias iglesias y escuelas estamos encontrando el apoyo alimentario. Nuestras familias en la Montaña, están viendo la forma de ayudarnos. Nos recomiendan los remedios caseros para no dejarnos derrotar por el coronavirus. Aún no sabemos cuántos de nuestros paisanos han fallecido, porque seguimos encerrados. Solo por las redes sociales sabemos que hay más de 30 personas de la Montaña que han perdido la vida. Como la canción del Toro Meco, tenemos que hacerle frente a esta pesadilla. No nos vamos a dejar vencer, tenemos que organizarnos mejor. Si logramos llegar a esta megalópolis y pudimos encontrar un rincón dónde vivir, recuperaremos nuevamente las fuerzas que nos han heredado nuestros abuelos, quienes siempre tuvieron bríos para llegar a la cima de la Montaña. A imagen del Toro Meco, capotearemos al coronavirus y resistiremos en estas Montañas de concreto. 22


Desabasto

Lydiette Carrión - Piedepagina.mx - La Trama Previa - 1 Mayo, 2020 El miedo toma caminos extraños. A veces nos genera más reacción no poder comprar jitomates que vivir el pico de contagio de una pandemia global Esta semana, por primera vez percibí una pizca de pánico entre algunos conocidos. Y no se debía a que los días más difíciles de la pandemia estén en puerta. No era eso, o al menos no directamente. El pánico fue por jitomates. En varios mercados de la Ciudad de México, el precio del jitomate se disparó. Los locatarios alegaban desabasto debido, entre otras cosas, a que la Central de Abastos cerró al menos el 60 por ciento de su capacidad. La central de abastos, esa mini ciudad hecha enteramente de locales y estacionamientos, que parece tan ajena a la clase media chilanga, abastece de alimentos perecederos no sólo a la Ciudad de México, sino a todo el oriente del Valle de México. Y no fue sólo el cierre de locales; también, narra la prensa, los productores decidieron ya ni acercarse a la Central. Y es que ésta se convirtió en el principal foco de infección del oriente de la ciudad. Y los productores no quieren llevarse el contagio a sus casas, lejos de hospitales, poniendo en riesgo a su familia. *** Más que la enfermedad, la escasez de comida fue algo que sí sembró pánico en algunos amigos que, hasta entonces, llevaban con cierta estoicidad la cuarentena. En alguno de los chats incluso alguien dijo: tengan en casa, arroz, frijoles, lentejas, sardinas, café en polvo, leche en polvo, sopa de fideo. Y alguien más agregó: tengan listo su maletín de emergencia por si deben llevar a alguien a un hospital: cubrebocas y muda, carilla de plástico y muda, gel antibacterial, paracetamol, termómetro y oxímetro (el oxímetro yo lo agregué tras leer notas y notas sobre los síntomas), muda de ropa y documentos oficiales. 23


El pánico es algo que se contagia fácil. Incluso más fácil que el coronavirus. Sentí miedo. Revisé la despensa: el número de jitomates. Ocho jitomates, una lechuga, una sandía, latas de atún… unas manzanas de no muy buena calidad. ¿Debería salir corriendo a comprar? ¿Debería salir corriendo con mi cubrebocas obligatorio y gel sanitizante al supermercado, para comprar, comprar y comprar, y de este modo sentir que habrá suficiente comida para el “pico de la pandemia”? Y la palabra clave fue “sentir”. Yo necesitaba sentir que estaba segura. Sentir que de mí depende si en casa comíamos, y que no depende de la central de abastos. O sentir que yo puedo controlar que nadie de las personas que amo se contagie. Que en mis manos está –no en las manos de nadie más– su seguridad, su bienestar. Mas no es así. Mandado En eso llegó un whatssap (sí. Todas las conversaciones ocurren ahora por medio de artefactos electrónicos, lo cual no deja de generar cierta sensación de distopía). Era una vecina, para decirme que unos productores agroecológicos de Xochimilco harían entregas en CDMX el miércoles. Que si quería hacer un pedido. Enviaron la lista. Lechugas, romero, quelite, verdolagas, cebollitas, hierbas de olor, apio, queso, tortilla blanca, tlacoyos. Una despensa decente. No demasiado cara. El jitomate casi llegaba a los 40 pesos. El miércoles llegó el marchante. Un hombre de unos cuarentaytantos, con su cubrebocas. Le pregunté cómo les iba con la cuarentena. –Están saliendo cosas–, me dijo. Estamos aprovechando esto, para hacer las cosas de manera diferente. –¿Cómo diferente? –Sin tanta globalización. Sin intermediarios, pensé. Sí. Están saliendo cosas. Debemos aprovechar. 24


Trueque, vital para sostener la economía de los zapotecas durante pandemia Diana Manzo - Desinformémonos - Istmopress - 5 mayo 2020

En el mercado público 5 de septiembre de Juchitán Oaxaca donde diariamente unos 400 comerciantes ofertan sus alimentos, la practica del tequio se ha hecho vital para sostener el comercio local, debido a que por la cuarentena las ventas han caído en las ultimas semanas. Carne por fruta, flores por totopo de maíz, camarones por chorizo y chicharrón, chorizo por queso, limones por empanadas, maíz por pollo, son algunos intercambios de alimentos que los comerciantes zapotecas efectúan diariamente para poder sobrevivir económicamente. El trueque es una practica milenaria que de por sí se usa en los mercados locales como el de Juchitán y otros pueblos originarios de Oaxaca , sin embargo ahora su practica es mayor debido a que los comerciantes han tenido bajas ventas y prefieren intercambiar sus productos y evitar a que se descompongan. Además de los puestos fijos, vendedores ambulantes arriban a este espacio publico trayendo consigo frutas de temporada y alimentos recién preparados como limones, jitomates, mangos, totopos, maíz, tamales, tortillas de horno de comixcal, y son estos productos que cambian por carne, pollo y pescado. Martha Gallegos Vásquez es artesana de totopos, todos los días elabora 400 tortillas de maíz en su comixcal de barro y alrededor del medio día arriba con una enorme bolsa al mercado y comienza a ofertar sus productos, sus ventas han caído en las ultimas dos semanas, de las 8 bolsas con 50 piezas de totopo, 6 las coloca a través del intercambio de productos. “A veces cambio mi totopo por carne o pollo, por que no hay venta, la gente llega y viene a comprar lo necesario, y eso nos ha pegado mucho a nuestra economía, por eso hacemos estos cambios, en mi caso, me traslado de puesto en puesto preguntando 25


si hacen cambio conmigo, a veces aceptan y otras veces me tengo que regresar con el mismo totopo a casa”, explica Martha Gallegos, vendedora de totopos. Guadalupe López Sánchez es la dueña de la carnicería “Guadalupe” y a su puesto llegan las vendedoras de flores, limones, maíz o pan, y hace el intercambio de productos. “Todos los días llegan y me ofrecen productos y así le hemos hecho la mayoría de los comerciantes, aquí damos carne y a cambio nos dan maíz o flores, inclusive hasta plátanos y limones”. Margarita Matus Vásquez, comerciante desde hace 30 años y también privilegia el trueque con la venta de chorizo que asegura ha disminuido y para no regresarse a casa con todo el producto, lo cambia por frutas y otro alimentos. “Antes de la pandemia vendía 8 kilos de chorizo, ahora apenas y tres y eso que con clientes que llegan rápido y se van, ojalá pronto pase esto y podamos regresar a nuestras ventas, por que nuestra cartera es la que ha resentido todo”. El administrador del mercado publico de Juchitán, José Alfredo Martínez reconoció que ahora más que nunca la practica del trueque o intercambio es lo que está sosteniendo la economía de los comerciantes juchitecos, por que de lo contrario ya se hubiera cerrado este espacio. “Aunque la gente llega poco, nos visita todos los días, y eso nos anima a seguir viniendo, las ventas reconozco que han bajado pero siguen, y mientras haya seguiremos aquí de pie porque solo así obtenemos el dinero para nuestras familias”. En el mercado publico hay medidas de prevención, en la entrada hay una cubeta con agua y jabón, algunos puestos ofrecen gel antibacterial y los locatarios en su mayoría usan cubrebocas y manejan la sana distancia. Publicado originalmente en IstmoPress 26


Neoliberalismo, pandemia, vidas precarias: desafíos para el feminismo Nalu Faria - Traducción: Radio Mundo Real - 4 mayo 2020

Si acompañamos las noticias del mundo u observamos la realidad de las personas a nuestro alrededor, percibimos cómo la precarización del trabajo, la escasez de los bienes naturales, la violencia y la criminalización acompañan, cada vez más, la dureza de lo cotidiano. La pandemia del nuevo virus covid-19 expone, de forma todavía más drástica, el enfrentamiento del capital contra la vida, que viene siendo rifada por el gobierno de Bolsonaro, sin cuidado, sin prevención, sin solidaridad, en nombre del lucro y la producción capitalista. Este año 2020, como parte de la Marcha Mundial de las Mujeres, organizamos nuestra acción en torno a la consigna ¡Resistimos para vivir, marchamos para transformar! Queremos desmantelar el actual modelo, que es capitalista, patriarcal, racista, LGBT fóbico, colonialista y se organiza en una lógica de acumulación irreconciliable con la sostenibilidad de la vida. Las dinámicas impuestas por este modelo pasan hoy una crisis aguda, a través de una ofensiva conservadora y neoliberal sobre la vida, los territorios y el trabajo de las mujeres y de la población empobrecida en general. Esa ofensiva precariza la vida, fortalece autoritarismos, banaliza y deteriora democracias. El conservadurismo se presenta estrechamente conectado a proyectos de poder y control de los pueblos y de las mujeres. El autoritarismo y la violencia de extrema derecha revelan una agenda antifeminista, articulada con el racismo, la xenofobia y demás dinámicas de la dominación y explotación basadas en clase y raza –no sólo en Brasil sino también por ejemplo en Turquía, Filipinas y los Estados Unidos. La burguesía ha impuesto ataques sistemáticos a la organización de la clase trabajadora, en particular a los sindicatos. Sus luchas continúan marcadas por la resistencia, pero en un cuadro de fragilidad, precarización y fragmentación de la clase trabajadora, resul27


tante de la alteración en las formas de trabajo, más informales, con sobrecarga y énfasis en discursos sobre meritocracia y competencia. En las Américas, observamos procesos de articulación y alianzas entre las formas tradicionales de organización y nuevas movilizaciones, masivas y amplias, de los pueblos originarios, campesinos, negros y negras, LGBTTQI, de las periferias, jóvenes, mujeres. Es en esa misma línea que hubo, en los últimos años, un crecimiento expresivo de las movilizaciones de las mujeres y ampliación del feminismo en el mundo entero, una de las principales fuerzas políticas en la actualidad. Esto evidentemente no se da de forma homogénea: tiene diferencias, por ejemplo, entre visiones liberales y anti-sistémicas. Mirando el conjunto, se ve que la dificultad está en la construcción de procesos organizativos amplios, democráticos y continuados. Son las limitaciones de una dinámica que funcionó mucho por la adhesión puntual a movilizaciones, muchas veces a partir de las acciones de impacto mediático. (Desarrollé más esta idea en el artículo “Desafíos feministas ante la ofensiva neoliberal”, que está en el libro de SOF “Resistir y transformar: claves feministas para la lucha anticapitalista”, de 2019). Es en el campo popular y clasista del movimiento feminista que se coloca con fuerza la defensa de la vida y de otro modelo, que va más allá de la lucha por derechos y por la igualdad con hombres dentro del actual sistema. El ruido generado por las grandes empresas, que usan algunos temas del feminismo (el llamado maquillaje lila) resulta una banalización, una especie de trampa que las feministas necesitan siempre identificar y denunciar. Por eso, es necesario incorporar al debate global la perspectiva feminista sobre lo que debe ser el desmantelamiento del capitalismo racista y patriarcal. Y, junto a eso, reforzar la construcción permanente, la cohesión, la acción colectiva, la definición democrática de las agendas teniendo las alianzas como principio de lucha. A partir de las resistencias, resiliencias y propuestas de las mujeres, esa visión de feminismo como parte de un proyecto anti-sistémico concretiza una acción que pone la vida en el centro, a través de la comprensión de nuestra interdependencia como seres humanos y de nuestra dependencia de la naturaleza. 28


La pandemia que los pueblos de todo el mundo enfrentan hoy es un ejemplo drástico de esas interdependencias y de la urgencia de una nueva organización social. La pandemia desenmascara los males de austeridad, de predominio de la lógica del mercado y de la precarización de la vida, y exige respuestas que son emblemáticas. La necesidad del aislamiento evidencia que ni todos ni todas tienen ese derecho, que es delimitado por la clase, por la raza y también por el género. Revela con agudeza la postura de las elites de garantizar el lucro y la comodidad en detrimento de la salud de quien trabaja para ellas. Revela también cuáles trabajos son realmente necesarios para la sustentación de la vida, dentro y fuera de la casa. Expone lagunas, que debemos llenar colectivamente, a través de la urgencia de la solidaridad y de la construcción de acciones comunes, autogestionadas, así como de la protección social, garantía de la salud, saneamiento, abastecimiento. Esa necesidad se coloca, hoy, como una emergencia, sin embargo, es nuestro horizonte, como feministas: una reorganización social profunda, radical, que coloque la vida en primer lugar. *Nalu Faria es psicóloga brasilera e integrante del Comité Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres. - Edición: Leandro Melito

Los días más difíciles

Tlachinollan - La Jornada - 6 mayo 2020 En medio de la pesadumbre que nos embarga esta pandemia, tenemos que celebrar los acontecimientos que como sociedad nos fortalecen. Los 27 años que venturosamente cumple El Sur han oxigenado nuestra vida democrática, al ejercer un periodismo libre e independiente, comprometido con los derechos de las víctimas y sin concesiones para el poder. Basado en predicciones matemáticas, el subsecretario de prevención y promoción de salud, el doctor Hugo López- Gatell, calculó que el momento cumbre de contagio del COVID – 19, será el 6 de mayo. Aclaró que “nos falta una semana para llegar a ese momento cumbre y después empezará a descender, pero si, y solo, nos mantenemos en casa. Esto es importantísimo, porque si empeza29


mos a salir, esta proyección no se va a cumplir y vamos a tener un aumento de contagios”. Informó que la pandemia se concentra en cinco regiones urbanas, Ciudad de México con zona metropolitana; Cancún, Quintana Roo; Villa Hermosa, Tabasco; Tijuana, Baja California, y Sinaloa”. Resaltó que “esto no quiere decir, que no va haber epidemias en el resto del país. Prácticamente en todos los municipios tienen un caso, pero en distintas etapas de la epidemia”. Por otra parte, remarcó que “en este momento, el ISSSTE y algunos institutos de salud ya no tienen camas disponibles para atender a los afectados por coronavirus”. En la misma conferencia de prensa, del primero de mayo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, señaló que “si bien el pico en la Ciudad de México, será hacia el 6 de mayo, eso no quiere decir que el resto de las ciudades deban confiarse o relajar la disciplina”. Indicó que “la información acerca de las camas es para la tranquilidad de los mexicanos y aseguró que hay previsiones incluso en el supuesto de un desbordamiento, pero ello no ocurrirá”. El panorama nacional de la pandemia, de acuerdo con la información que dio el doctor López – Gatell este 3 de mayo, hay 23 mil 471 casos confirmados acumulados; 6 mil 933 casos confirmados activos en los últimos 14 días, 2 mil 154 personas fallecidas y 95 mil 839 total de personas estudiadas. Especificó que la Ciudad de México, Baja California y el Estado de México, son las entidades con más decesos. Estimó una media de mil 800 personas que estarán en terapia intensiva en la cima de casos máximos. En el plano estatal el gobernador Héctor Astudillo informó que “hasta este domingo 3 de mayo del 2020, Guerrero presenta 344 contagios y 52 fallecimientos a causa del COVID -19”. Reitera que “su mayor preocupación del virus se continúe incrementando tan rápido como lo ha hecho hasta ahora”. El panorama de la fase 3 en Guerrero de este domingo reporta 29 municipios con casos sospechosos, 40 municipios vecinos sin contagio, y solo 12 municipios sin contagio y sin vecindad. Es interesante resaltar que los municipios sin contagio se ubican fundamentalmente en la región de la Montaña y la Costa Chica. Acapulco, Chilpancingo y varios municipios de la Zona Centro, así como de la región Norte, Tierra Caliente y Costa Grande cuentan con municipios con casos sospechosos. 30


En esta misma conferencia el gobernador Héctor Astudillo, comentó “que estamos en la semana más compleja en el mes de mayo. Hay que recordar que se ha planteado que entre el 8 y 10 de mayo, será el punto de quiebre de la pandemia que hemos venido enfrentando. Esto será posible que se pueda disminuir si todos nos quedamos en casa”. Mientras tanto el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, después de una misa a puerta cerrada pidió a la población “ser disciplinada en las medidas sanitarias y evitar fiestas para evitar contagios del coronavirus”. Puntualizó que “se deben evitar las aglomeraciones porque el pico de la pandemia será entre hoy y el 10 de mayo”. Dijo que, “en poblaciones como Acatlán, Chilapa, ya se cerraron las iglesias, pero la gente sigue realizando fandango afuera por el día de la Cruz, y que en los mercados de Chilpancingo siguen funcionando sin medidas”. Por último, se congratuló de que se haya abierto el hospital de Chilapa para pacientes con COVID-19. Remarcó que espera “que tenga respiradores y no haya muchos ‘clientes’ en el nosocomio”. Es importante resaltar el llamado que ha hecho el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador y el subsecretario de salud el doctor Hugo López – Gatell, de permanecer en casa y de no confiarnos, para evitar que los contagios sigan en aumento. Esta misma postura ha asumido el gobernador Héctor Astudillo, acompañado siempre del secretario de salud, el doctor Carlos de la Peña, enfatizando que la población se quede en casa, utilizando el hashtag #TómaloEnSerio. Ambos coinciden que en esta semana se vivirán los días más difíciles de la pandemia, por lo mismo, todo el aparato gubernamental debe concentrar sus esfuerzos en invitar y persuadir a la población para que tome las medidas preventivas centradas en la sana distancia y en la permanencia domiciliaria. La apuesta es evitar la propagación del virus, cuya única fórmula es mantenernos aislados. Para que la ola de la pandemia no nos arrastre, nuestro único salvavidas es el confinamiento en casa, observando todas las recomendaciones sanitarias. La trágica realidad es que la capacidad de atención del sistema de salud pública y privada, se verá rebasada en estos días, como sucedió en varios países que enfrentaron la pandemia, con altos costos de vidas humanas. Quedó demostrado en el mundo que ningún país esta preparado para enfrentar los estragos que está causando el COVID – 19. Se puso 31


al descubierto un modelo de salud que no es capaz de responder con suficiente infraestructura hospitalaria, equipamiento apropiado y personal médico especializado, a una pandemia que ha contagiado a más de 3 millones de personas en el mundo. Como sucedió en países desarrollados, lamentablemente podrá ocurrir en México, de que una gran cantidad de pacientes con COVID – 19, requerirán hospitalización en camas con respiradores mecánicos y monitores especializados para su atención, y que serán insuficientes. Las autoridades de salud han informado que se cuenta con mil 283 camas de terapia intensiva y, que, ante la emergencia, ha tomado varias medidas para aumentar la capacidad de atención para los pacientes con COVID – 19. Para ello, se han realizado varias compras de ventiladores mecánicos con el gobierno de China, para contar con más de 5 mil ventiladores adicionales, y de este modo ampliar la capacidad de camas disponibles para la atención de los pacientes. Se ha operado a nivel nacional una propuesta orientada a incrementar el número de camas a través de la reconversión de centros hospitalarios, para estar preparados cuando la curva de la pandemia cobre mayor altura. El escenario nacional no es tan halagador. Se prevé que las mil 283 camas disponibles se verán rebasadas, a pesar de que las autoridades de salud siguen manejando que a la fecha hay 672 hospitales notificantes de COVID – 19, y un 66% de ocupación de camas en la ciudad de México; 53% de ocupación de camas en Baja California; 49% de ocupación de camas en el Estado de México. En cuanto a ocupación de camas con ventilador, se reporta un 59% de ocupación en la ciudad de México; 55% de ocupación en Sinaloa; 44% de ocupación en el Estado de México. Por su parte, el subsecretario López – Gatell, señaló que es imposible detectar todos los casos, sin embargo, manifestó que si se puede realizar una estimación de la propagación. Aseguró que el Modelo Centinela puede realizar un mejor control de la detección de casos en los laboratorios privados. Además, el sistema registra el 100 por ciento de los pacientes hospitalizados, el 100 por ciento de las defunciones, pero sólo el 10 por ciento de los casos ambulatorios. Afirma que los laboratorios de la Red de Salud, informan en tiempo real los casos positivos de COVID – 19. Lo preocupante es que 32


la vigilancia Centinela seguirá operando, pero no será el instrumento principal en la Fase 3. Ahí está el problema, máxime cuando el mismo subsecretario estima que una media de mil 800 personas estarán en terapia intensiva, en la cima de casos máximos. A pesar de ello, no se deja vencer por el pesimismo porque, pese a las defunciones, manifiesta que “el control de la pandemia va bien”. La angustia que parece no salir a flote en las conferencias de prensa, por parte de las autoridades federales y estatales, es ir corroborando que la elevación de la curva de la pandemia implica necesariamente un mayor número de camas con ventiladores, que posiblemente no alcancen. Ninguno quisiera llegar a plantear un escenario catastrófico, pero resulta ser imperioso ¿Qué va a pasar con los pacientes que requieran hospitalización, si ya no hay camas disponibles? Ante esta situación extrema ¿cómo se tomarán las decisiones en un contexto de presión y riesgo legal, en el que todas las personas que requieran hospitalización, exigirán la atención para sus familiares? ¿Qué tienen que hacer las autoridades para salvar el mayor número de vidas? Ojalá y no lleguemos a estos extremos, como sucedió en los momentos más críticos con China, Italia, España, Francia y Estados Unidos. Lamentablemente nuestro sistema de salud no está en condiciones de responder exitosamente a un desafío mayúsculo. Es una prueba de fuego para todos y todas; para el gobierno que tiene la responsabilidad de atender a los pacientes de COVID – 19, y de implementar medidas para contener la avalancha del coronavirus. Como sociedad estamos llamados a actuar con mayor responsabilidad, sobre todo, con la población más vulnerable, que son las mayorías empobrecidas que viven hacinadas en las periferias de las ciudades y en las zonas rurales, careciendo de lo más básico. Estos sectores marginales difícilmente tendrán la posibilidad de acceder a los hospitales especializados para atender pacientes de COVID – 19. Es urgente atender el llamado de las autoridades para guardar la sana distancia y mantenerse en casa. Pero es más urgente que las autoridades atiendan también a una población sumida en la pobreza que lucha diariamente por su sobrevivencia. Cada sector de la sociedad enfrenta de diferente manera los días más difíciles que vivimos en nuestro país. El reto es poner a salvo la vida de todos y todas. Publicado originalmente en Tlachinollan 33


RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 6 de mayo 2020


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