CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 8 de marzo de 2021
Las Que No Están. LAS QUE NO ESTÁN. SUS HISTORIAS. SUS ALEGRÍAS Y SUS TRISTEZAS. SUS DOLORES Y SUS RABIAS. SUS OLVIDOS Y SUS MEMORIAS. SUS RISAS Y SUS LÁGRIMAS. SUS PRESENCIAS Y SUS AUSENCIAS. SUS CORAZONES. SUS ESPERANZAS. SU DIGNIDAD. SUS CALENDARIOS. LOS QUE CUMPLIERON. LOS QUE LES QUEDARON Y LES QUEDAMOS A DEBER. SUS GRITOS. SUS SILENCIOS. ESO, SOBRE TODO SUS SILENCIOS. ¿QUIÉN QUE ES, NO LAS ESCUCHA? ¿QUIÉN NO SE RECONOCE EN ELLAS? MUJERES QUE LUCHAN. SÍ, NOSOTRAS. PERO SOBRE TODO, ELLAS. LAS QUE NO ESTÁN Y SIN EMBARGO ESTÁN CON NOSOTRAS. PORQUE NO OLVIDAMOS, PORQUE NO PERDONAMOS, POR ELLAS Y CON ELLAS, LUCHAMOS. Mujeres indígenas zapatistas. 8 de marzo del 2021.
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COMUNIC ADOS
Declaratoria Final del Tercer Encuentro Nacional de Mujeres del Congreso Nacional Indígena Construyendo Resistencias Antipatriarcales Toma INPI, Ciudad de México. 6 y 7 de marzo de 2021.
Reunidas 96 mujeres indígenas y mestizas del campo y de la ciudad, de los pueblos originarios, Binnizá’, Ñuu savi, Mazahua, Nahua, Nhönhö/Otomí y Totonaco, de los estados de Veracruz, Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Querétaro, Oaxaca, Jalisco, Puebla, Morelos y Chiapas, así como compañeras de Brasil y Kurdistan. Desde la TOMA DEL INPI, espacio de resistencia y de rebeldía donde los traidores de los pueblos indígenas han querido simular que nos quieren escuchar y apoyar, nos sumamos a la lucha de nuestras compañeras otomí, que cansadas de tocar las puertas de los gobiernos en turno, especialmente el actual tan engañoso y mentiroso, y de sufrir tanta discriminación y represión: Nos declaramos en contra de la guerra hacia nuestros hermanos y hermanas del EZLN, de los asesinatos contra l@s defensores de nuestra madre tierra como nuestro hermano Samir, de los megaproyectos y demás “trenes de la muerte”; en lugar de construir hospitales, escuelas, mercados y viviendas que tanto necesitamos como pueblos, y no estas plazas comerciales y turísticas como la que construyeron en Santiago Mexquititlán , en el estado de Querétaro pueblo natal de nuestras compañeras otomí que actualmente resisten en la toma del INPI. Compartimos que, en todas las regiones de nuestro país, la situación sigue siendo muy difícil e incluso cada vez peor para la 2
defensa de nuestros territorios, de nuestras aguas, de nuestros bosques, de nuestras vidas, de toda la humanidad y del planeta. Todos nuestros derechos que habían logrado nuestr@s abuel@s con Zapata, ahora los poderosos, mandones de este sistema capitalista patriarcal, los están pisoteando y destruyendo; las mujeres vivimos en cada vez peores condiciones de vida. Y vemos que, a nivel internacional, los pueblos del mundo estamos viviendo las mismas situaciones de mayor despojo, mayor destrucción, mayor explotación y mayor represión, a tal punto que con su locura de los poderosos con sus megaproyectos en su afán de riquezas y poder, están poniendo en riesgo la existencia de la humanidad en el planeta. Frente a esta guerra de exterminio mundial en contra de nosotros los pueblos, junto con nuestras compañeras y compañeros zapatistas, estamos viendo la importancia de enlazarnos entre todos los pueblos de abajo en lucha del mundo y particularmente las mujeres, para aprender, para hablar de los dueños de las empresas que nos vienen a destruir y que muchas veces están en otros países, para compartir lo que nos hace iguales, para fortalecer nuestras luchas y para abrir nuevos caminos, sembrar más semillas hacia la vida digna para los pueblos y nosotras las mujeres. Frente a su estrategia de los poderosos de individualizarnos desde el miedo porque nos discriminan, nos humillan, nos critican, nos amenazan, nos compran con sus dineros y sus programas, nos enferman, nos dividen, nos golpean, nos violan, nos secuestran, nos matan, sufrimos ataques armados en nuestras comunidades, nos convierten a las mujeres en botines de guerra, nuestra respuesta es la colectividad y la comunidad, desde el rincón más pequeño hasta el conjunto del planeta. Ahora se nos dificulta más con lo del COVID, y con la estrategia de miedo con la que nos han querido paralizar y hacernos pensar que nuestra lucha es menos importante, pero nosotras decidimos apostar por la vida, y ante el miedo, nosotras decidimos seguir, buscando tejer estas alianzas que refuerzan nuestra esperanza, y nos hacen más fuertes en la construcción de los otros mundos que soñamos. 3
Celebramos el saludo de las compañeras del Kurdistán que nos llena de ánimo, señalando que las mujeres, desde la autonomía zapatista a la autonomía de Rojava, encontramos alternativas para salir juntas de la violencia patriarcal en medio de la guerra y es importante compartir no solo lo que nos oprime sino nuestros sueños comunes y las alternativas antipatriarcales que vamos construyendo. Y sobre todo a través de la educación de las niñas y los niños y de la sanación por vivir tantas violencias, tenemos que impulsar nuevas estructuras de relaciones sociales sin ejercicio de poder dominante. Las mujeres zapatistas nos están dando el ejemplo de que podemos construir otros caminos, otras formas de vida, que nuestro destino no está escrito, sino que con nuestras manos, nuestras luchas llenemos de posibilidades la construcción de otros mundos posibles, respetando nuestras diferencias, creencias, colores, preferencias sexuales y desde nuestras geografías enlazarnos para hacerlo posible. Nos manifestamos por que la defensa del territorio no sea nuestra sentencia de muerte y exigimos el esclarecimiento del asesinato de nuestro compañero Samir Flores Soberanes Nos manifestamos por verdadero esclarecimiento de la desaparición forzada de nuestros 43 estudiantes de Ayotzinapa. POR QUE VIVOS SE LOS LLEVARON VIVOS LOS QUEREMOS ALTO A LOS MEGAPROYECTOS DE MUERTE BASTA QUE ESTE GOBIERNO SIGA ENCUBRIENDO LOS FEMINICIDIOS Y LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES. NI UNA ASESINADA MÁS. HASTA QUE LA DIGNIDAD SE HAGA COSTUMBRE POR UN MUNDO DONDE QUEPAN MUCHOS MUNDOS 4
Palacio Nacional amurallado y el 8M Gloria Muñoz Ramírez - La Jornada - Los de abajo Sábado 6 de marzo de 2021
“Nos sembraron miedo, nos crecieron alas”, dice la canción de Vivir Quintana que se ha vuelto emblemática de las movilizaciones de mujeres contra la violencia de género. La letra retrata la indignación por las miles de asesinadas, desaparecidas, acosadas y violentadas; y también la fuerza de quienes han perdido el miedo y han salido a las calles a exigir que “ni una más”. Hace un año, vivimos en México una histórica manifestación de mujeres –la última antes de que iniciaran las medidas sanitarias por el coronavirus–. Palacio Nacional fue pintado por decenas de jóvenes, con consignas denunciando no sólo que en este país se asesine a 11 mujeres cada día, sino la impunidad de la que gozan los feminicidas. El inmueble fue blanqueado esa misma noche y, a la mañana siguiente, parecía que nada había pasado. Siguió la consabida descalificación a “las violentas” que denuncian con pintas los asesinatos, después vino la pandemia y la violencia contra las mujeres se intensificó. Hoy, el gobierno federal decide amurallarse. Un muro metálico de más de tres metros de altura resguarda el recinto que decidió habitar el Presidente de México. No se había visto nunca tal cosa, y menos de quien se dice cuidado por el pueblo. Con las enormes láminas grises, el gobierno reconoce que no tiene interlocución con uno de los movimientos más importantes no sólo de México, sino del mundo entero. Se adelanta al posible “daño” a las paredes, pone por delante el cuidado de un edificio antes que dar respuesta a la ola de denuncias por las diversas violencias de género. Con el muro, reconoce que es incapaz de romper el pacto. Se alistan las descalificaciones antes de las movilizaciones, se escribe ya el discurso sobre “esas mujeres conservadoras que le 5
hacen el juego a la derecha”, se prepara ya el guion que justifique el desprecio a las madres, hijas, hermanas, nietas, amigas, compañeras que exigen justicia y fin de la impunidad. “Cantamos sin miedo, pedimos justicia”, dice Vivir Quintana desde el país que ocupa el segundo lugar en América Latina con más crímenes de mujeres por razones de género. desinformémonos.org - losylasdeabajo@yahoo.com.mx
8M: El feminismo es el principal movimiento opositor en México Laura Castellanos - Washington Post - 03 - 7 - 2021
En 2020 participé en las dos protestas de mujeres más multitudinarias y cimbreantes de la historia mexicana: la manifestación del 8 de marzo (8M) en la capital, que sumó más de 200,000 participantes según las convocantes, y el paro económico nacional “Un día sin nosotras” que se realizó un día después, que provocó pérdidas estimadas en 37,000 millones de pesos (1,850 millones de dólares) según la Asociación Mexicana de Dirección de Recursos Humanos. Como parte de las protestas globales, en México marchamos con rabia para exigir el fin de la más grave crisis de violencia de género en el país, que el COVID-19 solo ha ahondado. El saldo oficial hoy registra más de 20,000 mujeres desaparecidas y 10 asesinadas en promedio cada día. El confinamiento sofocó el ímpetu de las protestas públicas del feminismo, pero la legitimidad de sus causas y su combatividad e ingenio para defenderlas han irrumpido en la agenda política y de los medios de comunicación, al tiempo que ha expandido y diversificado su base social. Su fuerza lo ha convertido en el movimiento opositor más potente contra el orden patriarcal en México. 6
Asombran sus logros conseguidos en un año. Puso en vilo la candidatura de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero, con dos denuncias por violación y tres acusaciones de abuso y acoso sexual; obtuvo la despenalización del aborto en Oaxaca, antes solo vigente en la capital; y legisladoras de todos los partidos han impulsado la inclusión de la paridad de género en 86 leyes, entre ellas la que rige las candidaturas electorales, que deberá cumplirse en los comicios de junio este año. Salgado Macedonio fue postulado por Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien lo ha respaldado y redujo su caso a un golpeteo de sus adversarios. El presidente personifica al patriarcado mexicano: desoye a las mujeres; recorta el presupuesto de programas públicos; desdeña las causas de las feministas como la despenalización del aborto; dice que somos manipuladas por los conservadores, y para este 8M mandó blindar Palacio Nacional con una enorme valla metálica, algo nunca antes visto. Sin duda, él es el atizador más porfiado de la rabia en los feminismos que existen en el país. Es un movimiento amplio de activistas de distintas generaciones, clases sociales, identidades raciales y de género, militancias políticas y formas de pensamiento y acción, en el que también están quienes no se asumen feministas pero comparten sus causas prioritarias: erradicar la violencia y la opresión de género, y la despenalización del aborto. Si bien tal constelación de feminismos comparte una ideología antipatriarcal, no conforma un movimiento social tradicional con jerarquía, líderes encumbrados en riesgo de ser cooptados o perseguidos, agenda de trabajo unificada y un territorio de acción focalizado. Es un movimiento diverso, horizontal, transgresor y autogestivo. Particularmente la cuarta ola feminista. Y eso, precisamente, es lo que desquicia al orden patriarcal. La cuarta ola es la expresión más frondosa, beligerante y provocadora del movimiento feminista. La conforman decenas de co7
lectivos, autodenominados “colectivas”, que se han multiplicado en los últimos dos años. Les dan vida jóvenes que rondan los 20 y 30 años, el rango de edad más expuesto a la violencia de género. La omnipresencia del feminismo y la multiplicidad de sus acciones subversivas funcionan como una guerra de guerrillas. En ella, fuerzas irregulares, que pueden ser una sola persona o células, enfrentan a un enemigo de mayor volumen. Lo atacan al unísono o por separado, en un solo punto o de forma dispersa, para desquiciarlo y resquebrajar su superioridad. Estas acciones contra la violencia de género suelen ser expresión de la rabia y la desesperación ante la impunidad. Durante el confinamiento sanitario, por ejemplo, decenas de mujeres rurales de San Pedro Tlanixco, Estado de México, bloquearon una autopista en protesta por la desaparición y asesinato de una adolescente; madres de víctimas se apropiaron de oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para exigir la resolución de sus casos; jóvenes embozadas tomaron el plantel vacío de la escuela Vocacional 4 en la capital para exigir la atención sobre sus denuncias de acoso. La cuarta ola ganó atención por embozarse de negro y realizar acciones subversivas como el cierre de calles, performances, pintas, cristalazos y destrozos, que después incluyeron tomas de planteles escolares para denunciar a acosadores y la apropiación pacífica de las sedes de los congresos legislativos de Puebla y Quintana Roo para exigir la despenalización del aborto. Con ello colocaron, inesperadamente, la demanda histórica del feminismo por el derecho al aborto en las agendas legislativas de dos estados. El 2 de marzo el congreso de Quintana Roo la rechazó por 13 votos contra siete, lo cual fue posible porque seis legisladores de Morena votaron en contra o se ausentaron. En Puebla aún no se discute, pero el 25 de febrero fue aprobada otra de las exigencias de las feministas que tomaron el congreso estatal: la Ley Agnes, que reconoce la identidad de género autoapercibida de las personas. 8
Otras mujeres han elegido las redes sociales como campo de batalla y algunas han salido triunfantes. Ahí el movimiento #MeToo desató encauzamientos penales contra agresores sexuales como el escritor Andrés Roemer. Y saltó a la plataforma de YouTube cuando la youtuber Nath Campos, desde su canal, hizo pública su denuncia de violación sexual contra el youtuber conocido como Rix, lo que derivó en su arresto y vinculación a proceso. Pero las victorias son la minoría, porque el pacto patriarcal entre hombres les garantiza un ejercicio de poder supremacista e impune, sea social o desde el aparato de Estado. Así ignora o descalifica las denuncias, intimida o persigue o estigmatiza a las denunciantes, retuerce la procuración de justicia, o violenta sus protestas, como Amnistía Internacional advirtió que sucedió en los estados de Sinaloa, Estado de México, Guanajuato, Chihuahua, Ciudad de México y Quintana Roo. Entre un cúmulo de batallas ganadas y perdidas, el feminismo se ha consolidado como el principal movimiento contestatario en México no solo por su accionar coyuntural, también por su análisis histórico sobre la opresión de género y por formular propuestas para eliminarla desde lo institucional, comunitario y personal. El que en su interior exista un proceso de redefinición de posturas y conceptos habla de su viveza. Pero la amplitud de colectivas sin una agenda común regional o nacional, difumina su fuerza. Y como cualquier otro movimiento, también tiene contradicciones y pugnas internas, a veces virulentas, que lo desgastan. Su reto es abrir la reflexión y articulación común entre generaciones o posicionamientos distintos. Y espacios de diálogo entre vertientes enfrentadas, como la trans incluyente y excluyente. No olvidemos que el enemigo es el orden patriarcal. Este 8M no se replicará la marcha asombrosa de 2020, en parte por el confinamiento sanitario, pero también porque ha sido un año de desgaste y desánimo por el incremento de la violencia de género. Algunas saldrán a las calles con belicosidad, otras más 9
se expresarán en las redes sociales o en sus entornos cotidianos. Pero el 8M es en 2021 más que una parada conmemorativa en la lucha contra la violencia patriarcal en México. Hoy nutre nuestra combatividad y esperanza al constatar que no estamos solas. Que de nuevo somos parte de una protesta global de la revolución social del siglo XXI.
Meets. Encuentros con el feminismo de las otras Yásnaya Elena A. Gil - 06 Mar 2021 - El Pais
Las violencias de género que sufrimos las mujeres indígenas responden a un patriarcado que no podemos desligar de la opresión colonial Es casi un lugar común, un lugar que existe apenas sin ser cuestionado, que las mujeres indígenas sufrimos un patriarcado exacerbado por las características propias de nuestras tradiciones, los usos y costumbres que nos aplastan y que impiden que luchemos del modo en el que el feminismo occidental lo ha hecho. Es como si en nuestra genealogía cultural como mujeres mixes o zapotecas el patriarcado fuera un valor tradicional y no un sistema de opresión. Oponernos a este sistema por fuerza implicaría cuestionar nuestros propios valores tradicionales y poco hay, dicen, en nuestra tradición que pueda funcionar como fuente y modelo emancipatorios para las mujeres que pertenecemos a esas tradiciones. Estas ideas que ligan el patriarcado que sufrimos a una condición esencial y tradicional de nuestras culturas pocas veces lo encuentro en los análisis que hacen del patriarcado occidental. No se considera que el muy común acoso callejero a mujeres en la Ciudad de México sea un uso y una costumbre tan arraigada y propia de la cultura chilanga que habría que superar, no se narra como una tradición intrínseca a la cultura occidental que habría que superar sino a la manifestación de un sistema de opresión. 10
En nuestro caso, las violencias de género que sufrimos responden sí al patriarcado pero a un patriarcado que no podemos desligar de la opresión colonial y de nuestra condición de mujeres indígenas. ¿Podemos abrevar de nuestras culturas y tradiciones y encontrar en ellas horizontes emancipatorios? Muchas mujeres indígenas creemos que es posible, ligar las luchas solo a los horizontes que el feminismo occidental ha validado implicaría obviar la opresión colonial que explica también las violencias que enfrentamos las mujeres indígenas. Como sucede casi en todos los aspectos de la vida en un mundo atravesado por el colonialismo, las mujeres indígenas, al igual que las mujeres musulmanas o las mujeres afrodescendientes hemos sido constituidas como las “otras” pero ahora quisiera narrar tres encuentros con las que, desde este lado, el feminismo se constituye como “la otra”. Aun con este ejercicio, consciente estoy de que eso que desde esta ventana se ve como feminismo, a pesar de abrevar sobre todo de la tradición occidental, es diverso, complejo e incluso contradictorio, que lo forman corrientes diversas y que debaten álgidamente sobre puntos precisos que desde acá pocas veces alcanzamos a comprender a cabalidad. Una buena parte de la tradición de la que abreva el feminismo ha pasado por el tamiz de la escritura, de un corpus escrito que desde aquí las mujeres no hemos leído para sustentar nuestras luchas. También, para enmarcar, quisiera enfatizar de que parto de la idea de que la categoría “indígena” es una categoría política que nos une a miles de mujeres en el mundo que apenas compartimos características culturales. Una mujer koori en Oceanía, una mujer yoruba en África, una mujer inuit en Canadá, una mujer mapuche en Chile o una mujer mayo en México comparten el hecho de ser indígenas aunque no compartan rasgos de una misma tradición cultural. Somos mujeres indígenas en tanto que pertenecemos a pueblos que sufrieron colonialismo y que siguen sufriéndolo ahora como naciones que no formaron estado y que son oprimidas por los estados nación en los que quedaron encapsulados. 11
De este modo, hablar de la lucha de las mujeres indígenas contra el patriarcado necesariamente implica hablar de la condición que nos coloca como indígenas, hablar de la lucha de las mujeres indígenas nos obliga a ver que el patriarcado no puede analizarse ni enfrentarse sin hablar del colonialismo. Para hablar de la situación de las mujeres indígenas y las violencias que vivimos se necesita dejar de reducir la explicación a simples rasgos de cultura, tradición o “usos y costumbres” porque “indígena” no es un rasgo cultural. Además, es necesario señalar que aunque muchas mujeres indígenas que luchan se han adscrito al feminismo, ya sea al occidental o al comunitario, otras muchas luchan desde otros múltiples lugares que mantienen distancia del término “feminismo”, no por anti-feministas, sino por mantener evidente que las luchas occidentales son solo una entre muchas que las mujeres han emprendido en el mundo. Desde esas consideraciones, he podido pensar ahora en dos encuentros que en diversos momentos he tenido con el feminismo de las otras. En los círculos universitarios, escuchaba sobre el tema siempre complejo de la dote en diferentes pueblos indígenas de Oaxaca, alguien entre indignada y bromeando me preguntó: “cuando te cases ¿por cuántas botellas de mezcal van a venderte?”. En ese momento no podía expresar claramente la fuente de mi indignación sobre esa pregunta pero respondí con otra pregunta: “cuando te cases ¿cuánto costará el anillo con diamante por el que van a venderte?”. Respondieron que no era lo mismo, que el anillo era un presente, “entonces es lo mismo” respondí. No podemos negar, y menos podemos hacerlo las mujeres indígenas, las violencias de género que suceden en nuestras comunidades y en contra de las cuáles también hemos articulado nuestras luchas; sin embargo, la condescendencia colonial nos mira automáticamente como víctimas de un patriarcado exacerbado por nuestra cultura y no por el colonialismo. ¿Sería posible analizar las marcas patriarcales en nuestras tradiciones analizándolos como huellas en todas las culturas incluyendo la occidental? 12
Hace unos años, en una charla del Instituto Nacional de las Mujeres dirigido a mujeres indígenas comunicadoras, una funcionaria nos insistía de la necesidad de trascender el pequeño mundo de las políticas comunitarias para comenzar a participar en la “política de verdad” haciendo referencia a la política que se hace desde los partidos políticos y desde las estructuras del estado. La política comunitaria de muchos pueblos indígenas de este país plantean una forma distinta de hacer política en la que las asambleas son el órgano máximo de decisión, participar de ellas ha implicado retos muy distintos para muchas mujeres indígenas que desafían las ideas de participación política individual que el sistema político del estado mexicano plantea. La mirada del Estado ha elegido casi siempre a los varones de nuestras comunidades como sujetos de interlocución ya sea por el propio machismo característico de las estructuras de poder estatal, porque han estado más expuestos a aprender español o a la alfabetización pero es verdad que, cuando los megaproyectos extractivos atentan contra nuestro territorio, son también las mujeres las que han encausado la lucha de los pueblos para resistir. El Estado lee a los varones indígenas como individuos, ciudadanos, desligados de sus comunidades, por lo que alerta cuando el feminismo nos lee a las mujeres indígenas dentro de la lógica de la ciudadanía individual desligadas de nuestras estructuras comunales. La política comunitaria es fundamental para aquellas mujeres indígenas que se narran comunales y que no dirigen su lucha a establecer pactos individuales con el estado. La lucha sufragista occidental implicaba el reconocimiento de un pacto individual como ciudadanas pero la lucha de muchas mujeres indígenas atraviesa por demandas y resistencias en las que nos reconocemos como partes de entidades comunales complejas. En estos encuentros reconozco una brecha que necesita recorrerse para entendernos mejor y desde el feminismo poder conversar sobre las luchas de las mujeres indígenas que son tan múltiples como culturas hay detrás de esta categoría que hoy llamamos “indígena”. Comencemos por escucharnos mejor. 13
A cinco años de la siembra de Berta Cáceres
Laura Carlsen - Desinformémonos - Fronteras Abiertas - 3 marzo 2021 Dicen en el COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras) –la organización que Berta Cáceres fundó, que ella no se murió: se multiplicó; que el 2 de marzo no fue la muerte de Berta, sino la siembra, su regreso a la tierra que tanto defendió cuando aún respiraba, antes de que los asesinos le quitaran la vida. Quizás nunca ha sido tan preciso hablar de “sembrar” una vida en muerte como en el caso de Berta. El COPINH ha sobrevivido y crecido, a pesar de los embates del gobierno corrupto y represivo de Juan Orlando Hernández, que cuenta con el apoyo de la embajada de Estados Unidos. El tejido de organizaciones, grupos, medios e individuos que a nivel global se solidarizan con el COPINH es más fuerte y denso. Desde su muerte, se han escrito muchos libros, artículos, canciones y poemas sobre Berta y su lucha, aunque ninguno tan elocuente y claro como sus propias palabras que también dejó sembradas. Para conmemorar el aniversario, hablé con dos de sus hijas, Laura y Bertha Zúñiga Cáceres, quienes se han convertido en dirigentes de COPINH y referencias en la resistencia indígena, feminista, política y social en Honduras. Laura Zúñiga explica: “La imagen de mi mami ha inspirado de diversas formas, yo creo que una de las formas en que nos ha inspirado es el liderazgo de las mujeres: cómo podemos asumir las luchas, cómo podemos liderar estos procesos que implican rebelarse contra estas empresas, pero también implican aprender a soñar en conjunto, aprender a romper con el patriarcado y el machismo que nos ha intentado sacar de la vida pública, de la vida política. Hemos logrado que el río Gualcarque siga fluyendo, hemos logrado señalar a los culpables del asesinato de mi mami, pero todavía quedan muchos retos.” 14
“Las mujeres a lo largo de la historia, sobre todo en la historia de nuestros pueblos indígenas, hemos sido las que hemos guardado las memorias de resistencia, hemos aprendido a tejer, conspirando incluso contra la violencia del patriarcado, contra los poderes que han intentado borrar nuestra identidad. Hemos sido las mujeres también que hemos desafiado las formas incluso de pensar tradicionales, porque seguimos cuestionando la opresión y el poder en lo más profundo —en las familias, en nuestro interior, en nuestros compañeros. Y creo que es repensar la vida, repensar la dignidad, desde lo que está más externo hasta lo que tenemos interiorizado es bien importante. Además, somos las mujeres que nos estamos fajando, digamos, en los momentos más adversos y esto lo hemos visto con el liderazgo de mi mami, pero también de un montón de liderazgos de mujeres dentro de las comunidades en Honduras.” Destaca que la concesión para el “proyecto de muerte” de la hidroeléctrica sigue en manos del Banco Centroamericano de Integración Económica, que la empresa DESA no ha sufrido repercusiones graves a pesar de su participación directa en el crimen, que no han sido juzgados los autores intelectuales del asesinato de Berta, que continúan los ataques contra defensores y defensoras de tierra y territorio, y la promoción del modelo extractivista sigue sin parar en el país. Bertha Zúñiga Cáceres es actualmente coordinadora general del COPINH. Habla sobre la muerte de su madre: “Para el pueblo Lenca, por supuesto fue un momento de quiebre bastante fuerte, pero por eso decimos que Berta se ha multiplicado, porque las comunidades continúan en este proceso —con sus obstáculos y sus problemas, enfrentando todos los desafíos a nivel cotidiano y en este sentido, todo este proyecto emancipatorio que construyó la compañera Berta Cáceres se continúa materializando.” Bertha habla del trabajo de su organización en los últimos 5 años: las radios comunitarias que informan y mantienen viva la cultura, la investigación para la lucha, la denuncia no solo de las empresas, sino también de las entidades financieras que hacen 15
posible los proyectos que violan los derechos humanos de los pueblos como Agua Zarca, y del estado que se encarga del despojo. COPINH sigue articulando la oposición a los proyectos extractivistas, defendiendo el territorio, y también la cultura, la identidad y la sabiduría ancestral. Tiene proyectos de salud, educación, comunicación y contra las violencias. ¿Y cómo va la búsqueda de justicia y verdad en el caso del asesinato de su madre? Sostiene Bertha: “Este proceso va bastante lento y es que nos enfrentamos con el muro principal que es la NO voluntad del estado de Honduras de enjuiciar y sancionar a los responsables, los tomadores de decisiones, los máximos responsables en este crimen. Hemos tenido la posibilidad de conocer sus nombres y de conocer información que normalmente en casos emblemáticos y en crímenes de alto impacto no se encuentra, sin embargo, el estado de Honduras ha hecho todo lo posible para no aclarar el crimen porque hay un pacto de impunidad, un pacto de corrupción, porque esta familia, Atala Zablah, forma parte del grupo de poder que tiene una impunidad especial y ha pactado con este gobierno.” Laura contesta qué es lo que la mantiene en la lucha: “Para mí lo más importante es rebelarse ante la muerte, es la rebeldía, es no aceptar que la violencia tiene que desmovilizar o el miedo nos va a sacar de la convicción de que es necesario la justicia para este país. La otra cosa es el amor hacia nuestra madre, es la tremenda indignación, el tremendo dolor que nos dio este caso, y la necesidad de la no-repetición que en este país es difícil. Eso es lo que nos mueve: desmontar este sistema de muerte que vivimos hoy en el país.” Siguen las actividades del COPINH esta semana, que es también el cumpleaños de Berta Cáceres, dos días después del aniversario de su muerte (se puede encontrar más información en la página: https://copinh.org/). Su organización, su pensamiento, sus palabras, sus hijas y sus convicciones son semillas que dan frutos en un clima hostil. 16
El feminismo no me representa
María Teresa Juárez - piedepagina.mx - 4 marzo, 2021 El feminismo se ha transformado en un movimiento de masas: en el arte, la música, el cine, la literatura: ¿se ha banalizado el feminismo o es la consecuencia lógica de un movimiento que ha permeado en todos los espacios? Una frase que he leído constantemente en redes sociales, en textos, memes y también he escuchado en una que otra reunión. Es probable que esta creencia tenga cierta lógica si tomamos en cuenta el sinnúmero de ideas erróneas acerca de lo que es el feminismo. Es un cliché la creencia de que el feminismo consiste en odiar a los hombres, cuando en realidad se trata de cuestionar al patriarcado y sus violentas prácticas, sus métodos de sometimiento, su estructural desigualdad. Ese patriarcado que produce muertes violentas, guerras, violencia sexual. Sí, señor presidente, ese pacto patriarcal que usted pretende seguir ignorando. La buena noticia es que no hay vuelta atrás, los movimientos globales por los derechos de las mujeres van más allá de los regímenes políticos en turno y de los tiempos electorales. Y es así como el feminismo se ha colado más por la fuerza de las acciones cotidianas que por las reflexiones filosóficas o las políticas públicas. El feminismo es por definición un pensamiento antisistémico, una filosofía que plantea profundas reflexiones sobre lo humano y las desigualdades estructurales. En su planteamiento, el feminismo es radical. La radical premisa de que las mujeres somos humanas, ciudadanas, sujetas de derechos y nuestro cuerpo nos pertenece. La radical idea de que lo “privado” –es decir, lo que sucede puertas adentro de nuestra casa- también es político, la revolucionaria idea de los cuidados como epicentro del debate filosófico -lo hemos constatado durante este año de pandemia- sin cuidados, sin afec17
tos, sin las dobles o triples jornadas realizadas mayoritariamente por mujeres dentro de casa, no hubiésemos logrado sobrevivir. La radical idea de que las mujeres podemos ser amigas, hermanas, aliadas, y es posible inventar nuevas formas de amar. Hace 164 años, cansadas de las arduas jornadas y las terribles condiciones que ponían en peligro su salud, miles de trabajadoras de la industria textil salieron a marchar por las calles de Nueva York con el lema: “Pan y Rosas”. Entre sus demandas estaba una jornada laboral justa y el fin del trabajo infantil; 54 años después, también en la ciudad de Nueva York y en el mes de marzo, ocurrió un incendio en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist. En este lamentable suceso, morirían mujeres jóvenes -en su mayoría inmigrantes-. Durante el siglo veinte las luchas obreras encabezadas por mujeres en varias ciudades del mundo darían origen al 8 de marzo como un día clave para el reconocimiento de sus derechos. Hace más de 150 años las mujeres del siglo dieciocho marchaban por primera vez, luchando por sus derechos laborales… Luego vinieron las Sufragistas, con su poderosa voz irrumpieron en el espacio público para exigir el reconocimiento de sus derechos políticos. En los sesenta las mujeres pugnaron por sus derechos sexuales y reproductivos: decidir cómo ser madres o no ser madres, cómo y a quién querían amar y/o desear. Derecho al divorcio, a un salario justo, a transitar libremente por las calles, a una vida libre de violencias al interior de sus hogares. En los años noventa, se aproximó esta ola de movimientos globales por los derechos para todas, el incremento de mujeres en las conferencias internacionales, la inclusión de estos logros en las políticas públicas. También se gestaban las colectivas que cuestionaban el feminismo blanco, tan necesario para el entendimiento de la diversidad; otras narrativas y saberes emergían. Hace 25 años en México, salíamos a las calles, éramos apenas unas 10 o 20, luego fuimos 100 o 200… el año pasado fuimos cientos de miles. Dos años atrás, con el #Metoo, se abriría una puerta para otro gran momento. 18
Luego de la persistente destrucción de cuerpos y el relato de torturas inenarrables hacia Ingrid y Fátima, tomamos las calles. El 8 de marzo de 2020 se tejió una polifonía esperanzadora. Transitar por los espacios posibles e inimaginables. Hemos dibujado geografías inesperadas, coloreando el mundo con poesía, hemos dejado huella en el mapa. Días antes, Vivir Quintana nos regalaría un himno esperanzador: Canción sin miedo. Hoy en la segunda década del siglo veintiuno… el feminismo se ha transformado en un movimiento de masas: en el arte, la música, el cine, la literatura. Incluso se ha colado en lo más alto de la moda y la cultura de masas. Tema que merece un espacio específico: ¿se ha banalizado el feminismo o es la consecuencia lógica de un movimiento que ha permeado en todos los espacios? El feminismo ha irrumpido como nunca antes. Éste también es el tiempo de los feminismos que reconocen las luchas diversas: el feminismo negro, indígena, trans, el activismo gordo, las colectivas por el reconocimiento de la discapacidad psicosocial, etcétera. Una mirada fractal donde podemos reconocernos en otros movimientos, en cuerpos diversos y también en uno de los ángulos menos conocidos de este pensamiento: la perspectiva del placer. Ese hilo se abrirá en otra columna. Tan necesario, vital y radical: la felicidad y la vida como una de las premisas del feminismo.
Todas las luchas de las mujeres
Daliri Oropeza - piedepagina.mx - 2 marzo, 2021 Las múltiples luchas de las mujeres florecen en el movimiento social de mayor potencia de inicio de siglo. Aunque no todas comparten la visión del feminismo, no cabe duda que la mujer es el motivo, inspiración y motor —¿Eres Feminista? —me preguntó la colega Andrea Arzaba en 2013. Yo veía una ausencia de voces de mujeres en los medios de comunicación en general. 19
—“No, pero siempre quiero escribir sobre mujeres en mis historias”. Tuve una sensación cuando me hizo la pregunta. Me cuestioné a mí misma si necesitaba ser feminista para impulsar la voz de las mujeres ante una disparidad monumental en la narración de los hechos históricos vistos desde el periodismo. Es ahí donde encontré la justicia. Seis años antes de esta entrevista, mi papá me regaló El segundo sexo, de Simone de Beauvoir. Estaba por entrar a la Universidad. Al recordar esa sensación durante la entrevista con Andrea, pienso que ahora se ha vuelto una moda relacionar el feminismo al mostrar los naturales vellos en las cuerpas femeninas. Pero en mis años de estudiante me veían como a un escarabajo tornasol, con extrañeza. Cuando hojeaba El segundo sexo, ya tenía discusiones candentes con tías conservadoras que me exigían depilarme las axilas. Claramente, yo me sentía cómoda con mis vellos y los exhibía en reuniones familiares. Una lucha por la cuerpa misma. ¿Necesito ser feminista para entender que si salen vellos es por algo y yo decido si los dejo o los quito? No lo sé, algunas llegaron por ese camino. Recuerdo estos pasajes porque leí este tuit: Valeria Angola - @ValuRulu El feminismo es blanquitud. No importa el apellido que le pongas. Tal vez fue hasta el #MeToo que entendí que mi diferencia principal con el feminismo es el enfoque individualista que lo caracteriza. Yo no percibo el cambio sin lo colectivo. Que la postura crítica sobre la blanquitud que Valeria Angola señala tiene que ver con su creación como ideología. Enfoca desde la afrodescendencia. Y es que en el comienzo del feminismo era más fácil identificar algo que unificara la lucha de la mujer, por el voto, por los derechos laborales, civiles y hasta humanos que nos han sido negados. 20
Hoy vivimos un movimiento de mujeres muy grande. Se desborda. Muchas lo llevan a cabo a través del feminismo. A muchas otras no las convoca. Y eso no quiere decir que no luchen por las mujeres. Vemos muy claramente con las mujeres zapatistas que han llevado a cabo un reordenamiento profundo del tejido social, cuyo ejemplo es el impulso para las mujeres indígenas en todo el país, y el mundo, desde el enfoque de la triple discriminación: por ser mujer, por ser indígena y por ser pobre. La lucha de las mujeres zapatistas siempre ha sido desde la colectividad, desde sus comunidades. Eso lo entendí seis años después de intercambiar aquel libro de El segundo sexo de Beauvoir con una mujer en Oventik, en los Altos de Chiapas. Las mujeres zapatistas, al realizar una actividad política activa en el Ejército o como promotoras, subvertían la principal opresión del tiempo Colonial. Lo que Aura Cumes señala como momento en que queda trunca la deliberación interna en las sociedades indígenas, pero previo a esto hay registros de mujeres en todos los niveles de la sociedad como gobernantas, sacerdotisas escribanas, comadronas, médicas, músicas. “Las mujeres fueron sometidas sistemáticamente”, dice Cumes en el ensayo Cosmovisión maya y patriarcado al enfatizar que la colonización construyó una división jerárquica entre mujeres y hombres. El que vivimos hoy es un movimiento de mujeres con muchísima potencia creativa por las distintas luchas que se acompañan, aunque también hay tensión. Al feminismo también lo quieren volver institucional, descafeinado y también con motivos del poder hay quienes se vuelven feministas, y también vemos que por motivos de género hay una disputa por el poder. Eso no le quita la relevancia al feminismo como pensamiento de nuestra época. Sin embargo, vale la pena abonar a su reflexión 21
crítica y ver en sus diferentes enfoques su fortaleza, desde el feminismo negro, decolonial, comunitario, interseccional, radical, socialista, disidente, marxista, de la igualdad, de la diferencia, anarquista. O también detectar feminismo libera, como ha sido nombrado, pero que excluyen en vez de tejer. En esta apertura de narrativas, de cohesión, es más difícil que entre la derecha o la blanquitud, que suelen ser verticales. Donde no solo se etiquete con el feminismo, sino que encuentre en las diferencias un modo de impulsar todas las luchas de las mujeres. ¿Desde dónde dan la lucha por las mujeres? Desde que estaba en medios tradicionales procuraba buscar la voz de las mujeres, y hasta la fecha sigue siendo parte característica mi trabajo, en donde intento que, por lo menos, haya voz de una mujer en la mayor parte de lo que hago. A veces no se puede y no lo voy forzar. Así es la realidad. Cuando sí, las impulsamos y se vuelven medulares para provocar cambios en el tejido social. Valeria Angola - @ValuRulu Oigan qué yo diga que no soy feminista no significa que ustedes también tengan que renunciar al feminismo. Cálmense un chingo.
¿Es recuperable la soberanía energética?
Magdalena Gómez - La Jornada - Martes 2 de marzo de 2021 El mes de febrero fue escenario de diversos embates en el sector público. Uno de ellos es el que mostró que el neoliberalismo, con su socia intrínseca, la corrupción, no se termina con una declaración solemne. Desde el inicio del actual gobierno federal, llamó la atención que no se intentara derogar las reformas constitucionales en materia enérgetica de 2013. Lo cierto es que el peñanietismo se empeñó en su acelerada aplicación mediante rondas, subastas, contratos a 20 años favorables al sector privado con prioridad al capital 22
trasnacional. Para 2018 todo ese entramado estaba en su apogeo. En ese contexto, durante dos años se ha buscado operar una política energética que redefina la rectoría del Estado, sin tocar la Constitución, lo cual tuvo uno de sus momentos críticos con la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que invalidó recientemente elementos básicos de la política de confiabilidad, seguridad, continuidad y calidad en el Sistema Eléctrico Nacional ( DOF, 15/5/20). Al resolver, el pasado 3 de febrero, la controversia constitucional 89/2020, la SCJN señaló que dicha política invade las facultades constitucionales de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), viola el derecho de libre competencia y da una “ventaja indebida” a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en perjuicio de los productores privados de fuentes renovables. El proyecto de la Corte ya se conocía. Suponemos que por ello se buscó otra salida, dos días antes, el 1º de febrero, el Presidente de la República presentó como iniciativa preferente, una propuesta de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que refrenda y amplía el documento normativo invalidado en la SCJN. En ella denuncia y cuestiona el proceso de privatización para entregar empresas públicas a particulares. Claramente ubica las reformas de Peña Nieto y considera urgente proteger a la CFE para mantener el compromiso de no aumentar tarifas a consumidores domésticos. Asimismo, establece las prioridades de despacho eléctrico. Es decir, primero se pondrá en el sistema eléctrico la energía generada por las hidroeléctricas de CFE; segundo, toda la demás energía generada por CFE; tercero, las energías de fuentes renovables generadas por empresas privadas y, finalmente, en cuarto lugar, la generada por las centrales de ciclo combinado del sector privado. Por si esto fuera poco, la reforma plantea la posibilidad de que sean cancelados los contratos de autoabastecimiento eléctrico que sean considerados fraudulentos, no obstante su vigencia activa por 20 años. Hasta el 23 de febrero, cuando la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa sin modificaciones, se desplegó un amplio debate 23
público, anticipando litigios dentro y fuera del país (las empresas estadunidenses y el T-MEC) escalando la implicación de las reformas a una virtual expropiación, denunciaron que en el artículo 4 de la propuesta de ley ya sólo se menciona que el servicio eléctrico es de interés público. Despareció el párrafo completo en que se subraya que la generación y comercialización debe darse en un ámbito de libre competencia. Indicaron que el gobierno de López Obrador opta por energías contaminantes. En defensa de la propuesta, tanto el Ejecutivo como Morena rechazaron que fuera inconstitucional y reafirmaron el argumento de la soberanía energética que quedó advertida en el propio T-MEC. Insisten en que el objetivo es fortalecer a la CFE y evitar que se siga endeudando por tener que subsidiar a las empresas privadas que se dedican también a la generación de electricidad en condiciones de privilegio, ya que no pagan por la interconexión, porteo, respaldo y, en general, por el uso de la red eléctrica. Hoy la pelota está en la cancha del Senado. Ya anticipó Ricardo Monreal que tendrán que modificar el texto de la propuesta para evitar las inconsistencias jurídicas que den pie a impugnaciones. Sin duda puede haberlas, pues el basamento de la reforma energética de 2013 es constitucional y su lógica es de libre competencia, a su amparo las empresas han adquirido “derechos”. Desconocemos el desenlace en el Senado. Esta iniciativa presupone que se cuenta con la fuerza y consenso para retomar la rectoría del Estado. Habrá que volver los ojos al conjunto de proyectos prioritarios de la llamada 4T que antes que cuestionar al neoliberalismo lo promueven bajo un ideal de “progreso” que no se compadece del impacto para la vida de los pueblos. El 18 de marzo se conmemorará un aniversario más de una decisión sin parangón: el presidente Lázaro Cardenas decretó ese día la expropiación petrolera y esa decisión fue congruente con el conjunto de políticas sociales de su gobierno. No estaba afectando a campesinos o a indígenas, por ejemplo. Hoy nos preguntamos, fortalecer a la CFE, ¿hace indispensable iniciar la operación de la termoeléctrica de Huexca? ¿Se conformará la llamada 4T con desarmar sólo una de las aristas neoliberales? 24
El campo y el bosque en Sembrando Vida Ana de Ita* - La Jornada - Jueves 4 de marzo de 2021
La imagen de la que parte el programa Sembrando Vida es un campo derrotado y abandonado, sin organización comunitaria, ni tenencia colectiva de la tierra, donde los campesinos individuales no cuentan con los recursos ni con los conocimientos necesarios para producir alimentos, de ahí que a partir de la formación de Comunidades de Aprendizaje Campesino el programa propone reconstruir el tejido social. Pero la realidad rural mexicana, es muy otra, la existencia del ejido y de la comunidad ha mantenido el sentido de identidad de los pueblos con su territorio, que ha sido cuna de los más importantes movimientos sociales. En el campo existe un sinnúmero de procesos organizativos autogestionarios, planes de vida comunitarios y regionales, comités para atender necesidades, asociaciones, colectivos, empresas campesinas. Actualmente los pueblos originarios y los campesinos luchan contra el despojo de sus territorios y demandan autonomía. Las llamadas Comunidades de Aprendizaje Campesino (CAC), que según sus promotores son el corazón del programa, forman una organización paralela a la asamblea comunal o ejidal, que es la principal autoridad en el territorio. En sentido contrario a la estrategia de las comunidades mejor organizadas que fortalecen el poder de sus asambleas, las CAC no informan ni rinden cuentas a las asambleas agrarias. Las CAC son organizaciones clientelares pues dependen de los recursos del programa. Están integradas por dos técnicos y 25 campesinos entre quienes se establece una relación de subordinación. Los técnicos tienen un amplio poder de decisión sobre quiénes ingresan o son suspendidos del programa. Los campesinos ocupan la parte más baja de una cadena de mando vertical y sus propuestas pocas veces son escuchadas. Los integrantes de cada CAC deben proponer un plan de trabajo y definir un horario diario para laborar en sus parcelas y en los viveros o biofábricas que ellos establecen en cada comunidad. Los campesinos añoran el gran margen de libertad que tenían 25
sin el programa y algunos se consideran peones en su propia tierra. Esto ha propiciado que, a pesar de la necesidad de los recursos, algunos decidan abandonarlo. Sembrando Vida, según el gobierno, es también el mayor programa de reforestación de América Latina, puesto que se propone plantar más de un millón de hectáreas de árboles frutales y maderables. Así el gobierno intenta contrarrestar las críticas a los impactos ambientales que ocasionarán sus megaproyectos y su impulso a las energías fósiles. Pero para lograrlo se requieren cerca de mil millones de plantas. Su inexistencia ha sido uno de lo mayores cuellos de botella del programa. Los especialistas forestales alertaron desde el inicio sobre la falta de capacidad de producción. Durante 2019 se plantaron y sobrevivieron sólo alrededor de 14 por ciento de la meta, de 575 millones de árboles. Además, el gobierno no ha hecho público un mapa de deforestación, ni mucho menos la localización de las parcelas a reforestar para comprobar que se trata de terrenos degradados, potreros o previamente sembrados. Conseguir las plantas de frutales y maderables y lograr que prendan es también uno de los problemas para los campesinos. En el programa se orienta a que una hectárea se destine para sembrar milpa intercalada con árboles frutales, y una hectárea y media se dedique a sistemas agroforestales. Los primeros lineamientos de operación establecían que el programa dotaría a los campesinos de los apoyos en especie necesarios: semillas, plantas, herramientas. Pero las reglas de operación de 2021 reducen la obligación del Estado para proporcionarlos y la colocan como una posibilidad. Así, varios campesinos de diferentes regiones han informado que ellos deben comprar las plantas en los viveros definidos por el programa. Un cedro o un limonar cuesta 60 pesos y 10 pesos su transporte. Además la plantación necesita riego, y el trabajo campesino y los costos de acceso al agua dependen de la localización de la parcela y del tipo de terreno. Si está cerca del camino pueden llevar tambos de agua en camioneta, pero si es terreno arenoso deben comprar mangueras. Sufraga esos implementos cada campesino que invierte buena parte de los recursos del programa. 26
En regiones en que la superficie parcelada es muy pequeña, la siembra de árboles compite con la producción de alimentos, Algunos campesinos preferirían destinar sus 2.5 hectáreas a la milpa para garantizar la alimentación de la familia, pero no es permitido. Varias comunidades buscan cómo dar la vuelta al programa para evitar los conflictos que provoca su manejo individual, en tanto otras comunidades fuertes y bien organizadas han prohibido en sus estatutos participar en él. Establecer una organización con base territorial afín a los intereses del gobierno resulta en la realidad más complicado que en un campo derrotado. * Directora del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano
La insurrección en curso
Gustavo Esteva - La Jornada - 8 de marzo 2021 Confrontaciones interminables de la guerra en que estamos, a menudo violentas, hacen imposible seguirla disimulando. Pero ha cambiado su forma y su sentido. La sociedad de control, más allá del estado-nación y el capitalismo, como forma superior y última del patriarcado, se ha estado construyendo por muchos años. El covid-19 apareció pronto como oportunidad para consolidarla. Se hicieron así aún más evidentes las condiciones insoportables que impone, desatando una inmensa ola de resistencias que modifican ya los términos de la guerra. Hasta el FMI anticipa que 2022 será año de insurrección y promueve ya campañas para contenerla. El modelo chino de sociedad de control está muy adelantado y se usó ampliamente en tiempos de covid. Procedimientos electrónicos, por ejemplo, permiten en China registrar conversaciones en casa con el celular apagado. Algoritmos cada vez más complejos usan esas y otras informaciones para asignar puntuaciones individuales que regulan comportamientos lo mismo que ideas y percepciones. 27
Procedimientos muy semejantes se han empleado hace tiempo fuera de China, particularmente en el llamado Norte Global, con fines comerciales. Existe ya un mercado, por ejemplo, para una mercancía peculiar: el pronóstico de lo que hará cada persona, según lo que han procesado los algoritmos a partir de la información capturada por sus usos de medios electrónicos. Los dispositivos en tiempos de covid parecen tener aún propósitos mercantiles y ganancias privadas. Lograron resultados espectaculares, como revelan estos botones de muestra. En un solo día, el 28 de julio de 2020, quienes dirigen Amazon, Google, Apple y Facebook ganaron 16 000 millones de euros de ‘plusvalías latentes’. Un puñado de multimillonarios estadounidenses ganó en 2020 un millón de millones de dólares. Se conocen bien las ganancias inmensas de la industria farmacéutica, con productos que no han logrado prevenir o tratar adecuadamente el virus y con una vacuna que no es vacuna, no garantiza inmunidad y está llena de riesgos. Este análisis es enteramente válido y legítimo, pero también engañoso. Lo que está en curso va mucho más allá de la acumulación sin precedentes de ganancias que ya no se convierten en capital, porque no se canalizan a la compra de fuerza de trabajo. El proceso no consiste solamente en el actual despojo agresivo. La vieja noción de “seguridad”, que se empleó contra el terrorismo, adquirió ahora peligrosos apellidos. La “seguridad alimentaria” es un dispositivo de despojo y control, una gesta anticampesina, que produce hambre y sobreproducción; la “seguridad sanitaria” cumple una función semejante en otro campo más amplio. En nombre de la salud pública, una noción de contenidos extravagantes y peligrosos, se tomaron medidas y se impusieron normas de efectos devastadores, que han sido dócilmente obedecidas por buena parte de la gente. Se han criticado esas políticas desde todos los puntos del espectro ideológico, lo cual ha debilitado el análisis sensato de lo que significan. La noción tradicional y sólida de que el remedio 28
no debe ser peor que la enfermedad, muy útil para analizar lo que está ocurriendo, se descartó rápidamente porque la recordó Trump. Se descalifica como dogmáticos y hasta criminales a quienes exigen aplicar procedimientos consagrados y legítimos de validación de vacunas; por eso mismo encuentra resistencia el debate público sobre los muy discutibles pasaportes de vacunación, cuya introducción ya empezó y abarcará mucho más que los viajes internacionales. A pesar de la confusión y desinformación reinantes y del bombardeo continuo para generar miedo y justificar lo que se impone, un número creciente de personas ha estado reaccionando, con aperturas de pensamiento y acción que van mucho más allá de la “pandemia” y enfrentan con sensatez los horrores en curso. Es ejemplar la reacción en el campo de la educación. Implantar el dispositivo educativo, que nació con el capitalismo y a su servicio, produjo grandes resistencias en todas partes. Fue siempre objeto de críticas, pero nunca antes resultaron tan extensas y profundas como las de ahora. Hasta quienes exigen que se reabran las escuelas no lo hacen para que sus hijos estudien, sino porque necesitan deshacerse de ellos por unas horas; saben bien que los maestros funcionan como nanas y las escuelas como guarderías. Ha surgido una intensa búsqueda de formas de aprender fuera del sistema educativo y de su currículo cada vez más insensato. Quizá el aspecto más notable de la insurrección en curso se manifiesta en la comida, con prácticas alternativas a la alimentación tóxica, costosa y ambientalmente destructiva impuesta por el agronegocio. También se observan para sanar. Todas las esferas de la vida cotidiana aparecen en las iniciativas en curso. Las toman sobre todo las mujeres, que hoy conmemoran el aniversario de la movilización que hace un año rompió la columna vertebral de la normalidad patriarcal y que no se han detenido, como se demostró bien este fin de semana. gustavoesteva@gmail.com 29
Una caja de herramientas para el cambio Ashish Kothari - 18/02/2021 - Indian Express
La acción de los jóvenes a lo largo de la historia ha sacudido el status quo. En tiempos recientes, la gente joven ha estado en el centro de movilizaciones en todo el mundo: contra regímenes autoritarios en el mundo árabe y Chile, las finanzas globales y la impunidad corporativa en el movimiento Occupy, el racismo en los EEUU y otros lugares, proyectos de minería y oleoductos en América del Norte y del Sur, y la crisis climática con redes como Viernes por el Futuro. En India, se han movilizado contra el comunalismo [en India se usa el término ‘comunalismo’ para referirse a las diferencias y enfrentamientos entre comunidades, fundamentalmente religiosas, como hindúes y musulmanes; nota del tr.] y el odio religioso, la abolición de derechos democráticos por parte del estado y violaciones medioambientales. En todos estos casos, ha habido una reacción violenta por parte del estado, a menudo apoyando a poderosos intereses empresariales. Y en esto han tenido un amplio apoyo de unos medios de comunicación dóciles y de unas fuerzas reaccionarias alineadas con él o formando parte de su base. Jóvenes ecologistas de toda India han apoyado legítimamente el actual movimiento campesino, reconociendo las compeljas conexiones entre los problemas medioambientales, sociales y económicos. Hoy, el gobierno ha usado la violencia que en su momento usó el movimiento campesino (que la coalición campesina, aunque no fuese directamente responsable, ha denunciado y ha pedido disculpas por ello) como una excusa para difamar este movimiento multifacético. Esta en el centro de la controversia una «caja de herramientas» y un llamamiento a la «acción» en un tuit de la activista climática Greta Thunberg. ¿Qué contiene este llamamiento a la acción? Pide a los defensores del movimiento campesino que hagan campañas en Twitter [Twitterstorms], acciones físicas donde sea relevante, mensajes de solidaridad, etc. 30
El Comisionado Especial de la Policía de Delhi cree al parecer que «si seguimos el desarrollo de los acontecimientos, incluida la violencia del 26 de enero [ese día los campesinos que se encontraban acampados en las fronteras del «estado» de Delhi entraron en la ciudad, donde hubo algunos incidentes violentos condenados por el movimiento campesino, nota del tr.], se revela la ejecución de una copia del plan de acción». Si en realidad dice esto, retorcer las cosas de tal manera que harían sonrojarse a una goma elástica. Cualquier llamamiento a protestas, digitales y físicas, y una caja de herramientas que haga un listado de tales acciones, no se puede suponer automáticamente que suponga un llamamiento a la violencia. Las acciones recomendadas han formado parte de una larga tradición de la disidencia no violenta durante siglos, incluidos Gandhi durante la lucha por la independencia de India y Martin Luther King en el movimiento por los derechos civiles en los EEUU. Todos los partidos políticos han estado en algún momento protestando en las calles, bloqueando carreteras, haciendo gheraos [«cercados», acción típica en las protestas indias rodeando un edificio para conseguir sus demandas, nota del tr.] y dharnas [«sentadas», nota del tr.] para expresar su disentimiento. Muchos en el actual gobierno estuvieron en las calles en el movimiento India Contra la Corrupción. El derecho a disentir de manera no violenta, incluso físicamente, es un elemento fundamental de la democracia. La Corte Suprema y muchos tribunales superiores lo han confirmado en muchos juicios. ¡Las cajas de herramientas, para sonrojo de funcionarios y medios de comunicación, no son armas de destrucción masiva! Las acciones de mano dura del estado son un intento de asustar a quienes protestan, crear un «efecto desalentador». Durante los últimos años, el estado ha usado leyes como la UAPA [legislación antiterrorista, nota del tr.] de manera arbitraria y malevolente, o ha intentado desprestigiar movimientos vinculándolos con elementos «antinacionales» o «terroristas» como «maoístas» o «khalistanis» [movimiento terrorista sij para la independencia de Punjab, nota del tr.], y ahora, tal como ha acuñado el Primer Ministro, «andolanjeevis» [‘andolan’ significa movimiento, ‘andolanjeevis’ sería un término despectivo, algo así como los que viven del movimiento, los que se aprovechan de él, nota del tr.]. Es una forma fácil pero ilegítima de 31
desprestigiar completamente movimientos legítimos de ciudadanos que actúan dentro de los límites de la Constitución India. Son también distracciones deliberadas de temas de importancia. Recientemente, los jóvenes han hablado de temas medioambientales, señalando el sinsentido de las decisiones del gobierno al permitir minería, industrialización y vías rápidas en medio de áreas ecológicamente frágiles, y su atención inadecuada a la contaminación del aire y del agua, que mata o discapacita a millones. Todos los partidos políticos reconocen en su programa u otros documentos la seriedad de la crisis medioambiental (incluida la climática). Y sin embargo, esto es lo que dice una página de noticias cercana a la actual administración, atacando a los jóvenes ecologistas: «India no se puede permitir prestar atención a los problemas medioambientales… no se puede permitir la falta de sostenibilidad y los altos costes de producción de las fuentes de energías sostenibles actualmente disponibles, y a la vez esperar sacar de la pobreza extrema a 50 millones de personas. India también tiene las quintas mayores reservas de carbón del mundo, que deberían ser utilizadas para el desarrollo de India, no descartadas en favor de la energía renovable.» Dejando de lado la distorsión de los hechos (la energía renovable a nivel mundial es hoy más barata que el coste de los combustibles fósiles si se incluyen todos los costes), ¿contradice esto la preocupación medioambiental mostrada por el BJP como partido en el poder? Sobre el papel, sí. En la realidad, no. Las acciones de este gobierno durante los últimos 6-7 años han mostrado como a este no le preocupa lo más mínimo la pérdida masiva de medios de vida, el hambre y la malnutrición, los desplazamientos forzados y otros impactos causados por el daño medioambiental. El sumamente acientífico borrador de notificación de la EIA de mediados de 2020 y el Presupuesto de 2021 lo ejemplifican. En las decisiones relativas a proyectos de varias grandes corporaciones, las leyes medioambientales han sido descaradamente ignoradas. Habiendo heredado un legado de «desarrollo» insostenible del Partido del Congreso, el BJP lo está llevando a nuevas cotas. El capitalismo de amiguetes sigue asomando su fea, antidemocrática y corrupta cabeza. 32
En un escenario de business as usual, en el que «todo siga igual», los jóvenes de hoy heredarán un mundo con todos los ríos y lagos contaminados o secos, un aire en las ciudades no apto para ser respirado, ninguna perspectiva de medios de vida satisfactorios y dignos (dado el «crecimiento del desempleo» que ha sufrido India durante más de dos décadas), los llamados desastres «naturales» al acecho y la completa sumisión a los dictados de poderosas corporaciones y del estado. ¿Por qué no iban a protestar? Tienen todo el derecho a hacerlo, y si activistas del extranjero los apoyan, esto no es prueba de que haya una conspiración internacional, o de que algo esté amenazando a la seguridad de India. De hecho, el auténtico antinacional aquí es el gobierno que socava el presente y el futuro ecológico del país, y los derechos democráticos de sus ciudadanos.
Alternativas Feministas contra la “Nueva Normalidad” Día: Sábado 13 Marzo Hora: 14:30 Duración: 120 minutos Inspirado en el trabajo de las redes de apoyo comunitario de grupos marginados situados en las periferias del poder institucional, el objetivo de este seminario web es explorar alternativas feministas a la nueva normalidad que vayan más allá del Estado y de las recomendaciones sobre políticas públicas. Esta actividad reunirá a miembros de diferentes movimientos, organizaciones y colectivos feministas del “Sur Global” para seguir amplificando las alternativas feministas de base que surgieron durante la pandemia y explorar colectivamente cómo construir y consolidar economías y sociedades feministas centradas en el cuidado y la sostenibilidad de la vida.
Puedes participar sin registrarte, usando este enlace directo a la sesión 33
RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 8 de marzo 2021