CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 9 de septiembre de 2020 1
Mujeres convierten CNDH en refugio Texto: Daniela Rea y María Ruiz - Fotos de @sashenka 8 septiembre, 2020
Las oficinas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en el Centro Histórico son ocupadas por mujeres víctimas de violencia. El inmueble será un nuevo refugio, anunciaron Ante la creciente violencia contra las mujeres en México y la inoperancia de los órganos de justicia, las instalaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos fueron tomadas por familiares y víctimas de la violencia y mujeres feministas. Las oficinas ubicadas en la calle Cuba del centro de la ciudad ahora son habitadas por mujeres con capuchas negras, moradas, algunas con detalles y palabras bordadas, palabras como “lucha”; también, por familiares de víctimas de desaparición forzada. En la oficina principal, destinada a la titular Rosario Piedra Ibarra, mujeres anarquistas pintaron su propia versión de la frase que alguna vez gritó su madre Rosario Ibarra: “Ni perdón, ni olvido”. En medio de dos guirnaldas, con grandes negras letras, escribieron: “No perdonamos, ni ¡olvidamos!”. A lo largo de los días la toma se transformó en un refugio para mujeres víctimas de violencia. Dentro conviven las exigencias de dos grupos. De la colectiva Ni una menos y de los familiares de víctimas de desaparición forzada que se encuentran en plantón frente a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV ). Las familias provenientes de la CEAV no están de acuerdo con la toma de las instalaciones realizada por las mujeres anarquistas y solicitaron la intervención de la CNDH para que resuelva la situación y ellas puedan retirarse del lugar. Otra diferencia entre los dos grupos, que buscan lo mismo (que la CNHD sea refugio de mujeres) está en las demandas: las anarquistas demandan la renuncia de la titular de la Comisión, mientras que las familias de CEAV piden la invtervención de Rosario Piedra, Alejandro Encinas y Olga Sánchez Cordero. 1
La toma La historia de la toma comenzó el pasado miércoles cuando Silvia Castillo y Marcela Alemán, madres de familia originarias de San Luis Potosí, acudieron a una reunión a la CNDH; la primera de ellas para exigir respuesta por el asesinato de su hijo en ese estado; la segunda, por la violencia sexual cometida contra su hija menor de edad. La reunión no tuvo los resultados esperados. Marcela Alemán se ató a una silla y se plantó en la ventana principal de la Comisión Nacional. Este fue el principio de la actual toma, que lleva cinco días, y que busca convertir las oficinas en refugio para mujeres. “Estoy aquí, en la sala de juntas de Rosario Piedra, y me he amarrado porque ya me querían mandar otra vez a poner otra denuncia. Ya me cansé. Mi niña es una niña que merece ser atendida por los derechos humanos pero no. Todo un Estado le ha pisoteado sus derechos, ha hecho con ella lo que quiere. Marcela Alemán dijo en un video el 2 de septiembre que no se trata sólo de su hija, sino por todas las niñas y los niños que son víctimas. La lucha de Marcela comenzó en 2017, cuando su hija, que en ese entonces tenía cuatro años, fue abusada sexualmente por trabajadores de la escuela donde estudió en San Luis Potosí. Silvia Castillo es madre de Alan Ibarra, víctima de homicidio y desaparición en 2019. La Colectiva Independiente Revueltas compartió otro video donde se ven más de 30 documentos que la CNDH le ha pedido presentar a la señora Alemán. Los documentos son tantos, que en una hilera cubren una mesa larga de comedor antigua, a la que se pueden sentar alrededor de 20 personas. La noche del miércoles la colectiva feminista Ni una menos publicó que se encontraban acompañando a la señora Marcela en la calle de Cuba. Desde abajo, las jóvenes le gritaban “¡No estás sola! Arriba, desde el balcón de la Comisión, Marcela Alemán ondeaba la bandera de México mientras sonaba de fondo Canción sin miedo, de Vivir Quintana, y el coro El Palomar. 2
Silvia y Marcela solicitaron apoyo a un grupo de familiares de desaparecidos reunidos en el Colectivo 10 de marzo, que desde febrero mantienen tomado el lobby de la CEAV, en exigencia de apoyos y transparencia de recursos. María Icela Valdez Chaidez, que busca a su hijo Roberto, desaparecido en Reynosa el 10 de marzo del 2014, explica que ella y otra docena de familiares que se mantenían en plantón en la CEAV llegaron a las instalaciones de la CNDH ese miércoles en apoyo a las compañeras. “Llegamos y les hacen peticiones, Rosario les dice que unas cosas sí las puede resolver, otras no y entonces se da que se amarran a una silla Silvia y Marcela y su esposo Roberto”, relata María Icela. María Icela Valdez Cháidez es la misma mujer que el 25 de junio de 2019 se arrodilló en Palacio Nacional frente a Andrés Manuel López Obrador para suplicar que las autoridades le ayuden a buscar a su hijo. CNDH: “Territorio libre” El jueves 3 de septiembre Yesenia Zamudio, madre de María de Jesús Jaime Zamudio, víctima de feminicidio, convocó a madres y familias de víctimas a participar en la toma de la CNDH para exigir al gobierno federal y a la comisión atención a sus casos. Ese mismo día la colectiva Ni una menos, coordinada por la señora Zamudio, compartió un comunicado donde declararon a las instalaciones de la comisión como territorio libre. Y se establecieron en un plantón a la entrada del inmueble. En el comunicado expresaron que la toma responde a una actitud de indiferencia por parte de las instituciones en la atención a la violencia hacia las mujeres. Y exigieron: *Una recomendación general emitida por la CNDH para todas las instancias del gobierno federal , gobiernos estatales, fiscalías, donde se reconozca la gravedad de la violencia feminicida en México. *Que todas y todos los titulares de instancias gubernamentales se abstengan de discursos que minimicen la situación de violencia hacia las mujeres en el país. 3
*Que se aperturen de manera inmediata fiscalías, organismos de atención a víctimas. *Que pare la criminalización a quienes deciden luchar contra la violencia hacia las mujeres, recordando los recientes casos en Guanajuato y de una estudiante de la FES-Acatlán, actualmente privada de su libertad. Desde 2015 a julio de 2020, según cifras oficiales, en México 4 mil 131 mujeres han sido víctimas de feminicidio. Y en cada año de este lustro, el número de los asesinatos de mujeres es mayor que en el anterior. Marcela Alemán y su esposo Roberto se regresaron a San Luis Potosí el mismo jueves porque, relata María Icela, lograron acuerdos por la Secretaría de Gobernación; Silvia Castillo se queda en la CNDH con las compañeras de la CEAV que las respaldaban. “Ese jueves las anarquistas ya habían llegado, desde el miércoles en la noche porque también se les pidió apoyo desde adentro de la CNDH. Silvia se queda ahí y luego, por problemas de salud, se retira de la CNDH”, explica María Icela. Con consignas feministas y de manera pacífica el viernes 4 de septiembre la colectiva Ni una menos tomó las instalaciones de la CNDH. Previo a su entrada leyeron el comunicado publicado un día antes y anunciaron que no se moverían hasta ser atendidas. Durante la exploración del lugar hallaron un refrigerador lleno de cortes finos de carne y diversos quesos. Después de exponerlos en redes sociales los colgaron en el balcón. En la toma han intervenido diversas partes del espacio, incluyendo retratos de Francisco I. Madero, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y José María Morelos y Pavón que colgaban de las paredes. El primero fue el retrato de Madero. La imagen del revolucionario se viralizó y llegó a la conferencia matutina del presidente López Obrador, quien expresó su desagrado por la pinta. Más tarde, desde la toma de la CNDH, Yesenia Zamudio declaró “A él no lo vamos a borrar de la historia. Ese tipo ya está en la historia, ¿y nuestras hijas?”. 4
Junto a ella las mujeres de la colectiva continuaron compartiendo sus pensamientos sobre la historia: “una historia donde asesinan a 10 mujeres en México y nadie hace nada”; “una historia de presidente tras presidente que no le da soluciones al pueblo”; “de uno a uno que se olvida que lo más importante es la dignidad de las personas”. En la toma han intervenido diversas partes del espacio, incluyendo retratos de Francisco I. Madero, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y José María Morelos y Pavón que colgaban de las paredes. El primero fue el retrato de Madero. La imagen del revolucionario se viralizó y llegó a la conferencia matutina del presidente López Obrador, quien expresó su desagrado por la pinta. Más tarde, desde la toma de la CNDH, Yesenia Zamudio declaró: “A él no lo vamos a borrar de la historia. Ese tipo ya está en la historia, ¿y nuestras hijas?”. Junto a ella las mujeres de la colectiva continuaron compartiendo sus pensamientos sobre la historia: “una historia donde asesinan a 10 mujeres en México y nadie hace nada”; “una historia de presidente tras presidente que no le da soluciones al pueblo”; “de uno a uno que se olvida que lo más importante es la dignidad de las personas”. Junto a Yesenia Zamudio también habita el inmueble Erika Martínez, su hija fue víctima de abuso sexual en 2012. Ante amenazas y riesgo latente de ser violentadas Erika Martínez y su hija tuvieron que dejar su hogar: “Yo ya no pido nada porque ya lo tengo. Yo pedía un hogar. Que mi hija estuviera en un lugar libre de violencia. Aquí estoy segura. Está el apoyo de todas las compañeras y así como mi hija obtuvo justicia por su propia madre, vamos a luchar por la justicia de más niñas y que aquí ya les dije”, denunció. Erika ve en el inmueble un espacio para más mujeres que al igual que ella han vivido violencias. Y en las oficinas de la CNDH, un refugio. “Este edificio no nos va a alcanzar, les vamos a demostrar que este edificio no nos va a alcanzar. Yo convoco a todas esas mujeres que 5
han sido víctimas de la omisión del gobierno que vengan, que aquí van a encontrar una respuesta, porque como se los dije ayer, es una pena que una víctima busque apoyo en otra víctima” expresó. Las mujeres anunciaron que repartirán despensas a mamás de víctimas. Para acceder a estas donaciones tienen que llevar sus carpetas de investigación. El grupo de mamás que venían del plantón de la CEAV permanecen en la CNDH, aun cuando Marcela y Silvia, quienes las convocaron en petición de ayuda y solidaridad, ya se habían retirado de la toma. Y permanecen dentro de la sala de juntas que da al balcón, ajenas al otro grupo que tiene tomadas las instalaciones y han realizado pintas. Con ayuda de una cubeta que bajan y suben por el balcón, sus compañeros que tienen tomada la CEAV les llevan alimento. Este grupo de mamás reclaman que la CNDH dejó crecer el problema y no lo resolvió; además de que permite que se desvirtúe una demanda justa: atender el reclamo de las familias de víctimas. “Exigimos que la CNDH y Segob resuelvan las demandas. Es evidente que no saben qué hacer, ni cómo hacerlo, queremos que vengan y resuelvan el problema. Al gobierno les conviene echar la culpa de lo que ha pasado dentro de las instalaciones y nosotros lo que decimos es que vengan a resolver las demandas”, dijo María Icela a Pie de Página. Las familias convocadas en el Colectivo 10 de marzo tienen desde febrero tomado el lobby de la CEAV; son 3 familias provenientes de Tamaulipas, una de Chihuahua y 2 de la Ciudad de México, una veintena en total, repartida ahora mitad en la CEAV y mitad en la CNDH. “Yo pido que venga (Olga) Sánchez Cordero (titular de Segob), (Alejandro) Encinas (subsecretario de Derechos Humanos) y Rosario Piedra (titular de la CNDH) a resolver este problema”, reiteró María Icela. 6
Por su parte, el frente nacional Ni una menos anunció que ya no saldrá de las instalaciones y pidió la renuncia de la titular Rosario Piedra Ibarra. Tanto la CNDH como la CEAV son instituciones que se han formado para atender a víctimas. Ambas han sido señaladas en distintos momentos por revictimizar a las personas, contrario a su principio. Llama CNDH a dialogar Por la noche Rosario Piedra, durante la Inauguración de un posgrado en derechos humanos, dijo que desde antes de la pandemia ya había un clima de impunidad y violación a derechos humanos. “Desde aquí y en este momento aprovecho este foro para reiterar mi total disposición a dialogar con los colectivos feministas que enarbolan una serie de demandas, todas ellas atendibles, y que estamos listos a apoyar. Incluso en aquellas en las que la Comisión no tiene facultades estamos dispuestos a coadyuvar para encontrar soluciones. Nuestro compromiso con la defensa de los derechos humanos es genuino. Por eso apostamos al diálogo constructivo y eficaz, un diálogo que conlleve a soluciones y respuestas. Todo porque no tenemos más compromiso que con el pueblo de México”.
Aprender guerra
Gustavo Esteva - La Jornada - Lunes 7 de septiembre de 2020 No lo quisimos creer. Nos lo advirtió el finado subcomandante Macos hace más de 20 años. Pero no lo quisimos creer. Nos pareció una metáfora útil para el análisis, no lo que era, una advertencia. Estamos ante una guerra. No podemos seguirnos comportando como si no lo fuera o no nos tocara directamente. Tiene aspectos abiertamente criminales. México es ya el país más violento del mundo, en particular para ciertas categorías de personas, como periodistas, dirigentes sociales y defensores de derechos humanos. En esta administración se producen ya cuatro 7
asesinatos por hora. Zonas cada vez más amplias del país están controladas por la fuerza. En algunas son los llamados cárteles, que distribuyen despensas o imponen toques de queda. En otras está la Guardia Nacional, que tiene ya efectivos tres veces superiores a los de la guerra de Calderón, junto a fuerzas paramilitares y grupos de choque. Algunos de éstos son una metamorfosis grotesca de organizaciones sociales, como quienes acaban de atacar a bases de apoyo zapatistas; otros son desprendimientos aguerridos de sindicatos cetemistas, que controlan lo mismo obras públicas que sistemas de transporte. Nada de eso, por cierto, se considera corrupción. Lo consiente o promueve el gobierno. La guerra modifica las relaciones sociales y los patrones de vida. Reduce las modalidades clásicas de la condición obrera y margina el sindicalismo, que en Estados Unidos regresó ya a los niveles de principios del siglo XX. En México desmanteló nuestras capacidades productivas, mediante el “libre comercio” que pactó Salinas y se profundizó el año pasado con gran entusiasmo de Trump. Los trabajadores del sector manufacturero se encuentran sobre todo en maquiladoras, en las cuales predominan las mujeres, muchas de ellas indígenas. Desde los años 90 la guerra creó una nueva clase social: los desechables, los que nunca querrá contratar o usar el capital. Los desechables empezaron a ser desechados. El Banco Mundial diseñó, para los que quedaran, programas que los mantuvieran bajo estrictos niveles de subsistencia y les permitieran cumplir funciones como consumidores. En esta administración se llaman programas sociales. En 2003, el finado parecía anticipar la forma pandemia de practicar la guerra, cuando describió la nueva forma del complejo industrial: “Algunas ovejas se trasquilan y otras se sacrifican para obtener alimento, las ‘enfermas’ son aisladas, eliminadas y ‘quemadas’ para que no contaminen al resto”. En esta guerra, “la dignidad, la resistencia, la solidaridad, estorban”. No se destruye físicamente al género humano, pero se le destruye “en cuanto ser humano”. No sólo pierden esa condición los sicarios o los funcionarios etnocidas. También la pierden quienes se enchufan a dispositivos electrónicos que los formatean y controlan. En 2011, 8
poco antes de morir, en una carta a don Luis Villoro, el finado hacía ver que se impone el miedo, la incertidumbre y la vulnerabilidad, una imposición que desde enero tomó la forma pandemia y provocó el ejercicio de obediencia pasiva más grande de la historia humana, para imponer conductas que disuelven lo humano. El confinamiento exacerba todos los individualismos. El cubrebocas impide ver sonreír. La guerra ha transformado en enemigos a personas del mismo sector social, en el cual compartían intereses y hasta podían ser amigas y compañeras. Son ante todo los desaparecidos que se ven obligados a actuar como sicarios, o quienes no encuentran más opción de vida que alguna forma de delincuencia. Son también quienes cuelgan sus ilusiones de algún mesías y convierten en enemigos a quienes no comparten su fe. Otros forman las olas antagónicas de lo que hoy se llama “polarización” y en países como Estados Unidos toma ya formas de guerra civil. Desde 1997 el finado abría la puerta a la esperanza. “El imperio de las bolsas financieras enfrenta la rebeldía de las bolsas de resistencia”, decía. Y agregaba: “Si la humanidad tiene todavía esperanzas de supervivencia, de ser mejor, esas esperanzas están en las bolsas que forman los excluidos, los sobrantes, los desechables”. (Para ésta y todas las citas anteriores: Siete piezas sueltas del rompecabezas mundial). En 2019 esas bolsas se multiplicaban ya por todas partes. Extensas movilizaciones sacudieron a muchos países. Se formaron colectivos cada vez más autónomos, que pronto se consolidaron como núcleos muy sólidos de resistencia. El 8 de marzo de este año la esperanza tomó un sentido nuevo, de peculiar radicalidad. Las mujeres dieron el paso al frente. Quebraron valientemente la pretendida “normalidad” patriarcal, la que por miles de años “naturalizó” la jerarquía varonil y su ejercicio violento y destructivo. Con ellas, desde abajo y a la izquierda, se teje todos los días el límite de la guerra y se crean islotes de vida, en que caben aún el goce y la esperanza, aunque alrededor sigan acechando la pandemia y la violencia, en esta guerra abrumadora que parece sin fin. gustavoesteva@gmail.com 9
Los justicieros de la 4T
Javier Sicilia - Proceso - 7 Septiembre, 2020 El fin justifica los medios. Esta frase, atribuida a Maquiavelo, forma parte de todos los justicieros. La injusticia, que saben mirar y denunciar en otros, se vuelve en ellos necesidad por la nobleza del fin. Donde hay un justiciero habrá siempre un transgresor que se exculpa y un perseguidor. El jesuita Baltasar Gracián (s. XVII) lo expresó con la claridad que siempre le fue propia: “todo lo dora un buen fin, aunque lo desmientan los desaciertos de los medios”. López Obrador y mucha gente allegada a él pertenecen a esa estirpe. Lo sabíamos, pero quedaron exhibidos en esa guerra de lodo mediático que el presidente y la oposición desataron con los videoescándalos. Lo que vimos en uno y otro fueron actos graves de corrupción que merecen ser investigados y castigados a fondo. Pero para los justicieros de la 4T eran de índole distinta. El primero –dinero entregado por el gobierno de Peña Nieto para corromper legisladores–, un acto criminal contra México; el segundo –dinero entregado a Pío López Obrador mediante un operador del gobierno de Chiapas para financiar la campaña política de AMLO–, un acto de patriotismo. Sin ningún sentido ni de la proporción ni del pudor llegaron a analogar ese hecho deleznable con el del apoyo de Leona Vicario al movimiento independentista. Ni David León es Leona ni Morena en ese momento era un movimiento legítimo como el zapatismo de Chiapas, sino un partido político ya constituido y sometido a las reglas de la democracia. Lo que aterroriza de los justicieros no es la injusticia que denuncian, sino la que justifican en nombre del bien. Bajo esa lógica, la justica que persiguen termina siempre en linchamiento, una forma de la venganza. En nombre de ella, Robespierre, El Incorruptible, no dejó de accionar la guillotina, y ese hombre de moral intachable, que fue el Che Guevara, justificó ante la ONU la ola de juicios sumarios y fusilamientos con la que el régimen revolucionario cubano cimentó su triunfo. 10
Ni AMLO ni sus correligionarios tienen la altura moral de Robespierre o del Che –las historias de algunos de ellos forman parte de la corrupción del país, que acertadamente denuncian en otros-. Tampoco sus acciones criminales se parecen a las de ellos. Erigir patíbulos hoy es políticamente incorrecto. Pero en su accionar se parecen. Ni AMLO ni sus epígonos necesitan llevar a los criminales a cadalsos y paredones reales. Bastan los patíbulos virtuales que fabrican los medios. Ellos permiten, al mismo tiempo, disculpar la corrupción propia en nombre de la causa y asesinar moralmente al enemigo, descuartizarlo en la pantalla pública y cimentar el poder sobre el desprecio. Con ello, la verdad y la justicia se pierden, pero se satisface el rencor de los resentidos. “Nadie gobierna impunemente”, gritó ese otro gran puritano que fue Saint-Just ante la cabeza de Luis XVI. No es que me niegue a ver a los criminales de este país comparecer ante la verdad y la justicia. Desde hace 10 años nos hemos empeñado en eso. Por ello, pedimos a AMLO una política de Estado basada en la Justicia Transicional, con mecanismos extraordinarios de verdad y justicia. Una política que juzgara, a la luz de la verdad y la justicia, no sólo a un grupo de corruptos, sino los vínculos de esos y muchos otros más con el crimen organizado, y la muerte y desaparición de franjas inmensas de personas. No quiso. Aceptarlo, ahora lo entiendo, significaba llevar también ante el tribunal de la verdad y la justicia a una buena parte de la 4T. Es más simple el justicierismo. Permite mantenerse impoluto y castigar a los traidores de la patria exhibiéndolos públicamente sin que nada cambie. ¿Quiénes son? Los que gobernaron en el pasado, los conservadores, los fifís, aquellos que en una analogía y un anacronismo tan desacertado como el que comparó a David León con Leona Vicario, son, en la épica imaginaria de la 4T, los Maximiliano, los Tomás Mejía, los Miguel Miramón de hoy. Lo son también aquellos que, culpables o no, han sido decretados enemigos de la causa. 11
Protegidos con el manto de las grandes ideas y las grandes causas, los justicieros no buscan la justicia, sino la venganza, el regodeo en el sadismo, el gozo en la humillación del inmoral, del maldito. Más cerca de los reality shows estilo Laura Bozzo o de los ajustes de cuentas entre criminales, los justicieros se extasían con la humillación pública del traidor. Jamás dirán que ajustan cuentas con alguien que les desagrada, como con Rosario Robles. Lo hacen porque con ello salvan a la República de quienes la destruyeron o confabulan contra ella; jamás dirán que se les exhibe y humilla para exculparse a sí mismos y ganar en poder, sino porque se está haciendo realidad la justica del pueblo y gestando una gran transformación. El saldo, además de un gran lodazal que nunca llevará a la justicia, son 300 mil asesinados, más de 74 mil desaparecidos, una cifra creciente de muertos por covid-19 que avanza hacia los 100 mil muertos, una economía destrozada y una impunidad que no cesa. La gran equivocación de los justicieros, dijo Gandhi, “es creer que no hay ninguna relación entre el fin y los medios. […] Entre el fin y los medios hay una relación tan ineludible como entre el árbol y la semilla […] Se recoge exactamente lo que se siembra”. Además, opino que hay que respetar los Acuerdos de San Andrés, detener la guerra, liberar a todos los presos políticos, hacer justicia a las víctimas de la violencia, juzgar a gobernadores y funcionarios criminales, esclarecer el asesinato de Samir Flores, la masacre de los LeBarón, detener los megaproyectos y devolverle la gobernabilidad a Morelos.
Atropello y despojo contra rarámuris en Chihuahua
Gloria Muñoz Ramírez - La Jornada - Los de abajo - 5 · 09 · 2020 Un pequeño taller de costura en la comunidad rarámuri de Bosques de San Elías Repechike, en Bocoyna, Chihuahua, visibiliza 12
el despojo, los atropellos, el hostigamiento y las represalias contra un pueblo que defiende su territorio. A las 4 de la tarde del pasado 13 de agosto, 50 rarámuris fueron detenidos arbitrariamente por policías estatales, quienes al parecer sirven a los intereses de una familia de apellido Cuesta que acusa a la comunidad de robo y delitos contra el medio ambiente. Los Cuesta se dicen propietarios del territorio ancestral indígena en el que, entre otras cosas, hoy florece un emprendimiento comunitario de costura. En Bosques de San Elías Repechike se repite la historia que padecen cientos de comunidades del país, donde familias y empresarios ajenos a la comunidad, casi siempre respaldados por las autoridades locales en turno, se apropian de un territorio, despojan a sus habitantes originales y, si no se van, los acusan a ellos de invasión, despojo o robo. Una protesta colectiva que circula por la Red Todos los Derechos para Todas y Todos, explica que el pueblo rarámuri (también conocido como tarahumara) acreditó ante el Ministerio Público la pertenencia del territorio, señalando que se encuentra pendiente de resolución un amparo indirecto que promovió la propia comunidad “por la omisión de las autoridades del Estado mexicano en otorgarles los títulos”. El atropello del pasado 13 de agosto ocurrió justo en medio de una reunión que los y las rarámuris llevaban a cabo en su taller de costura Bowe Najativo, cuya construcción está completada en 90 por ciento. En la petición pública se narra que los agentes “se presentaron ordenando disolver la reunión y abandonar el lugar y, ante la negativa de los presentes, con uso de la fuerza los llevaron detenidos. Pero antes de llegar a la Fiscalía en Creel, las camionetas que custodiaban la fila de mujeres, niñas, niños y hombres de la comunidad que caminaron más de dos horas por la carretera, se apartaron de la fila y se fueron”. Detener el despojo, reconocer la propiedad rarámuri y frenar las amenazas contra ellos y sus acompañantes son las exigencias urgentes. desinformémonos.org losylasdeabajo@yahoo.com.mx 13
Alto a la guerra contra el EZLN
Gilberto López y Rivas - La Jornada - 4 de septiembre de 2020 Una de las características del actual gobierno de la 4T es no escuchar ni mucho menos atender las graves denuncias en torno a la reactivación de grupos paramilitares en Chiapas, como los que integran la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao), que el 22 de agosto saquearon e incendiaron las instalaciones del Centro de Comercio Nuevo Amanecer del Arcoíris, en el municipio autónomo Lucio Cabañas (Ocosingo). A esta provocación, se suman varios grupos, también identificados paramilitares desde la década de los 90, como Paz y Justicia y Chinchulines, que, de nueva cuenta, han ejecutado todo tipo de agresiones en varias regiones chiapanecas, y, en particular, en los municipios de Tila y Aldama. En las semanas recientes han circulado en redes y varios medios de difusión locales y nacionales comunicados de apoyo al EZLN, uno de los cuales, “Alto a la guerra contra los zapatistas”, ha sido suscrito por cientos de organizaciones, académicos, artistas y redes solidarias de 22 países (https://alto-a-laguerra-contra -lxs-zapatistas.webnode.mx/). La agresión del 22 de agosto contra las bases de apoyo zapatista forma parte de la continuidad de la estrategia de contrainsurgencia que anteriores gobiernos llevaron a cabo contra los mayas zapatistas, que el Grupo de Acción Comunitaria y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, hace dos décadas, calificó como “guerra de desgaste integral”, que se concibe en los manuales de contrainsurgencia estadunidenses como la sucesión de pequeños operativos que van asfixiando al “enemigo” en los terrenos político, económico y militar, evitando, en lo posible, acciones espectaculares que motiven la atención de la prensa y la opinión pública internacionales. ( Ahora apuestan al cansancio. Chiapas: fundamentos sicológicos de una guerra contemporánea, 2002). En este tipo de guerra, es fundamental el papel de los grupos paramilitares. De acuerdo con uno de los manuales de guerra irregular de Sedena, no sólo se trata de “quitar el agua al pez” (bases de apoyo de la insurgencia), sino meter en el agua “peces más bravos”, esto es, grupos paramilitares, que son aquellos que cuentan con organización, equipo y entrenamiento militar, a los que el Estado delega 14
el cumplimiento de misiones que las fuerzas armadas regulares no pueden llevar a cabo abiertamente, sin que esto implique que reconozcan su existencia como parte del monopolio de la violencia estatal. Los grupos paramilitares son ilegales e impunes porque así conviene a los intereses del Estado. Lo paramilitar consiste, entonces, en el ejercicio ilegal e impune de la violencia del Estado y en el ocultamiento del origen de esa violencia. Como en los anteriores gobiernos, abiertamente neoliberales y contrainsurgentes, el gobierno de la 4T continúa saturando el llamado “teatro de la guerra”. Zósimo Camacho sostiene que hoy el mayor número de efectivos militares se encuentra en Chiapas, siendo, utilizando una metáfora, el yunque que mantiene un cerco de penetración sobre la región de conflicto, con sus cuarteles, guarniciones, convoyes, agentes de inteligencia, vigilancia aérea y terrestre, etcétera, mientras los grupos paramilitares, siguiendo la metáfora, son “el martillo” que golpea a los pueblos con acciones como las del 22 de agosto, tratando de introducir el terror, creando condiciones de expulsión y desplazamiento de comunidades indígenas, coaligándose con autoridades civiles, militares y policiacas, ubicando al “enemigo interno” que se niega a seguir la lógica del capital, con sus espejitos de “progreso, desarrollo” y empleo precarizado. Conjuntamente con las acciones de los grupos paramilitares, se ha intensificado en redes sociales y en medios de comunicación una campaña mediática contra los mayas zapatistas, con grotescos infundios, como que el territorio del EZLN está controlado por un cártel del narcotráfico, que proporciona armas de alto poder al grupo insurrecto, mismos que son analizados con rigor e información y refutados a profundidad por Luis Hernández Navarro en una entrevista que Ernesto Ledezma Arronte llevó acabo en su programa Rompe Viento Tv (https://wwwyoutube. com/ watch?v=gdDNI9m_8). Lamentablemente, y al unísono de esta campaña, tiene lugar un desafortunado, y muy preocupante pronunciamiento del titular del Ejecutivo federal, en su conferencia matutina del 28 de agosto, en el que pretendió estigmatizar y criminalizar la labor de personas defensoras de derechos humanos, periodistas, académicos y representantes de pueblos indígenas en oposición al llamado Tren Maya, 15
uno de los megaproyectos insignias del reordenamiento territorial desarrollista, al que también se enfrentan los mayas zapatistas. Con esta declaración, el gobierno de la Cuarta Transformación se subió al vetusto ferrocarril de la contrainsurgencia de sus predecesores.
Acteal: disculpa e impunidad
Carlos Fazio - La Jornada - Lunes 7 de septiembre de 2020 El 3 de septiembre, el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, pidió perdón a nombre del Estado mexicano por la matanza de Acteal, cometida el 22 de diciembre de 1997. Ese día, 45 indígenas tzotziles fueron asesinados mientras oraban en la ermita de la comunidad de Acteal, en el municipio de Chenalhó, Chiapas. De las víctimas, 34 eran mujeres, 16 de ellas niñas, y 11 varones, entre ellos cuatro infantes; 26 personas más resultaron heridas, en su mayoría niños que quedaron con lesiones permanentes. Las víctimas pertenecían a la sociedad civil Las Abejas, y fueron masacradas de manera salvaje por unos 80 hombres fuertemente armados, entre los que había personal de la Brigada de Policía Militar y de servicios logísticos de la Secretaría de la Defensa Nacional procedentes de diversas zonas militares del país, vestidos de civil y con antecedentes de mala conducta castrense. En una operación que se extendió durante siete horas, las víctimas fueron asesinadas con disparos de fusiles FAL y G3, usados por la Policía Militar y el Ejército. Oficialmente, el responsable directo de la matanza fue el grupo paramilitar Máscara Roja, de filiación priísta, preparado y entrenado por el Ejército Mexicano para operar en la región de Los Altos de Chiapas. Según testigos oculares, el grupo de civiles armados actuó respaldado por una brigada de operaciones mixtas (BOM), integrada por militares, policías judiciales y de seguridad pública del estado, que se encontraba a menos de 200 metros de distancia de la comunidad. Ante el desconocimiento de los Acuerdos de San Andrés por el presidente Ernesto Zedillo, ayuntamientos autónomos de bases civiles del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, con eje en 16
el ejercicio de los usos y costumbres indígenas, habían derivado en un poder paralelo que ejercía el gobierno de hecho, y los caciques tradicionales del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se asimilaron a la violencia paramilitar para frustrar ese proceso. El múltiple homicidio de Acteal fue un castigo ejemplar dirigido a diluir por la vía del terror la resistencia civil. La matanza respondió a una lógica contrainsurgente de guerra difusa contra el EZLN, sus bases de apoyo y las organizaciones civiles y eclesiales solidarias, pero fue también una reacción racista, autoritaria y patológica del gobierno zedillista y los militares contra el ejercicio de las autonomías indígenas. Testimonios de víctimas sobrevivientes dieron cuenta de prácticas de violencia inéditas en Chenalhó; en la región de Los Altos no existían antecedentes de técnicas de exterminio como las allí practicadas por los verdugos. En los conflictos intercomunitarios no se había involucrado a mujeres y niños; tampoco se había mutilado a las víctimas con machetes después de ser asesinadas con armas de fuego, como ocurrió con cuatro embarazadas a quienes profanaron sus vientres, extrayendo sus fetos, como modo de represión para acabar con el enemigo, típico de la contrainsurgencia, la guerra sucia y el terrorismo de Estado. La revelación del Plan de Campaña Chiapas 94 de la Sedena 12 días después de la matanza, vino a demostrar que la acción paramilitar fue una operación de guerra irregular. Y como tal, un crimen de Estado. Redactado por quien se ostentaba bajo el nombre clave de S-3 –presumiblemente el general Mario Renán Castillo−, dicho plan tenía como objetivo estratégico-operacional “destruir la voluntad de combatir del EZLN, aislándolo de la población civil y lograr el apoyo de ésta, en beneficio de las operaciones” del Ejército. Como objetivos tácticos figuraban “destruir y/o desorganizar la estructura política y militar del EZLN”, para lo cual, junto con operaciones de inteligencia, sicológicas, de control de población civil y logísticas, se instruía la organización, adiestramiento, asesoramiento y apoyo de “las fuerzas de autodefensa u otras organizaciones paramilitares” (sic). Agregaba: “En caso de no existir fuerzas de autodefensa, es necesario crearlas”. De manera textual se ordenaba “organizar secretamente a ciertos sectores de 17
la población civil –entre otros, a ganaderos, pequeños propietarios e individuos caracterizados con un alto sentido patriótico–, quienes serán empleados a órdenes en apoyo de nuestras operaciones”. En Acteal también se aplicaron los lineamientos del Manual de guerra irregular, operaciones de contraguerrilla y restauración del orden, de la Sedena, donde se afirma, citando a Mao, que “el pueblo es a la guerrilla como el agua al pez”. Pero al pez, agrega, “se le puede hacer imposible la vida en el agua, agitándola, introduciendo elementos perjudiciales a su subsistencia, o peces más bravos que lo ataquen, lo persigan y lo obliguen a desaparecer”. Esa estrategia paramilitar estuvo dirigida a tender un cerco sanitario en torno al EZLN, para fijarlo en un terreno previamente cuadriculado y, una vez aislado de su base social, intentar destruirlo y/o aniquilarlo. El Acuerdo de Solución Amistosa entre el Estado y un grupo de familias escindidas de Las Abejas, y la disculpa pública del subsecretario de Gobernación Encinas no extingue las demandas de verdad, juicio a los culpables y no repetición de quienes siguen perteneciendo a esa organización indígena. Zedillo y la cadena de mando de la Sedena siguen impunes, igual que el ex gobernador Julio César Ruiz Ferro. Y la violencia paramilitar también sigue vigente en Aldama, Tila y Chenalhó contra comunidades bases de apoyo del EZLN.
La Montaña va a la Ciudad de México Zósimo Camacho - Revista Contralínea - Septiembre 5
Vienen de la Montaña y la Costa Chica de Guerrero. Dejaron sus laderas de neblina. Traspusieron sus cerros húmedos, atravesaron ríos. Y en caravana, por carretera, llegan a hacerse escuchar al corazón del país, la Ciudad de México. Son familias na’saavi, me’phaa, nahuas, afromexicanas y mestizas. Están rompiendo un cerco paramilitar impuesto por el narcotráfico desde hace años. Se trata de comunidades que resisten los embates armados de cárteles como Los Ardillos y Los Rojos. Se defienden desde trincheras apostadas en los linderos de los territorios comunales. Contralínea documentó el año pasado el estado de sitio que padecen 18
Estas comunidades resisten organizadas, con la escopeta en la mano cuando es necesario; pero principalmente con la coa y el azadón en las milpas, el nombramiento de sus autoridades tradicionales, la celebración de asambleas y el respeto a su cultura. Expulsaron a los cárteles de sus territorios y, por ello, ahora están bajo asedio, sobre todo aquellas asentadas en una de las zonas más peligrosas de todo el país: la Montaña baja. Tienen todo en contra. A pesar de las masacres que han padecido, su situación alcanza apenas unas notas perdidas en un muy pocos medios de comunicación. En un país profundamente racista, si no fueran indígenas tal vez tendrían el favor de políticos y periodistas encumbrados. Padecen también la falta de maestros y doctores en las escuelas y casas de salud que ellos mismos han construido. Tampoco llegan los programas sociales y, cuando llegan, están condicionados. Cuentan con proyectos productivos propios, que nacen de las necesidades y sentir comunitarios; pero como no son los que se dictan desde las ciudades, no tienen apoyos. Estarán pisando el Zócalo el próximo jueves. Antes de venir, y por años, han gritado su situación, han ingresado oficios a dependencias de los tres niveles de gobierno, han denunciado ante los medios de comunicación, han enviado comunicados dirigidos a la sociedad en general. Si no fuera por la solidaridad que encuentran en los pueblos, tribus y naciones que integran el Congreso Nacional Indígena, estas comunidades organizadas en el Concejo Indígena y Popular-Emiliano Zapata (Cipog-EZ) sólo recibirían silencio. “Por eso vamos a bajar de nuestras montañas –dicen en su comunicado –, vamos a bajar de nuestros bosques, vamos a cruzar los ríos y las lomas de nuestras sierras y vamos a ir en caravana al corazón de México, llegaremos al Zócalo de la Ciudad de México el próximo 10 de septiembre de 2020. Llegaremos los hombres, las mujeres, los niños, las niñas, los abuelos y las abuelas, para que vean que no mentimos: las enfermedades curables nos matan, el hambre nos mata, el abandono nos mata, el Covid-19 nos mata y los narcoparamilitares nos siguen matando. 19
“Invitamos a todos los hombres y mujeres de este país, a quienes realmente les duele cuando se comete una injusticia en cualquier parte; a quienes su pensamiento es anticapitalista independientemente si votaron o no votaron; invitamos a quienes su corazón quiere una verdadera y profunda transformación; invitamos a los pueblos indígenas de México que están sufriendo lo mismo que nosotros, a sumarse a la Caravana Nacional por una Vida Digna para los Pueblos Indígenas. ¡Alto a la guerra narco-paramilitar contra los pueblos de México! “No venimos a pedir que regrese o se vaya ningún partido político. Venimos al corazón de México a encontrarnos con otros pueblos, a encontrarnos con ciudadanos y ciudadanas de buen corazón, dispuestas a escuchar nuestros problemas y nosotros escuchar los suyos. Venimos a buscar una solución a la muerte que nos sembraron, venimos a sembrar semillas de vida, a través del dialogo, a través de los acuerdos, a través de la organización.” Las comunidades del Cipog-EZ vienen acompañadas de las comunidades de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) y de la del Frente Nacional por la Liberación de los Pueblos (FNLP). ¿Escucharemos?
Et. La tierra como propiedad privada Yásnaya Elena A. Gil - El País - 06 Sep 2020
El contraste que la tradición occidental ha hecho entre humanidad y naturaleza se antoja una división caprichosa Cuando viajo, lucho por conocer la tierra como si fuera una persona. Reunirme con ella como si fuera tan profunda en su significado como la personalidad humana. Espero que hable. Y espero. — Barry López En el comienzo de su autobiografía, titulada Habla, memoria, el escritor nacido en Rusia, Vladímir Nabokov habla de la existencia humana como una “breve rendija de luz entre dos eternidades de 20
tinieblas”; aunque ambas eternidades son idénticas, la eternidad que precede a nuestro nacimiento nos inquieta menos, dice Nabokov, que la eternidad a la que nos acercamos todos los días de nuestra vida. Siguiendo esta idea, si consideramos también la eternidad que nos precede, la existencia humana queda constreñida entre estas dos eternidades: la imagino como un brevísimo hachazo de luz en donde la luz es la conciencia. Si la materia no se destruye y sólo se transforma, nuestra muerte no termina con la existencia de nuestro cuerpo, estrictamente hablando, pero sí con la de nuestra conciencia. No es la pérdida irreparable de la materia que nos constituye lo que nos angustia sino la particular disposición temporal de esta misma materia que funciona como un sistema vivo consciente de su existencia, de la existencia de seres semejantes y de su entorno. Sobre esa angustia se han construido andamiajes culturales que la hacen más soportable, entre ellas, la cultura mixe explica la existencia de otro et, un mundo idéntico a éste, pero más bello, en el que nuestra conciencia individuada, aunque despojada del cuerpo por la muerte, continúa su vida ya sin sufrimientos y lleno de alegrías con la ayuda de un perro que, a modo de psicopompo, le ayuda a cruzar el río de aguas impuras que separa este mundo del otro, como ya el lingüista mixe Juan Carlos Reyes Gómez ha descrito poéticamente y con más detalle. Cada cultura enfrenta la amenaza de la eternidad que sigue a nuestra existencia con una coraza de narraciones que hacen soportable lidiar con el hecho de que, con la muerte del cuerpo, el hachazo de luz que es nuestra conciencia, también cesa para siempre. Sobre la definición de qué es la conciencia se ha escrito mucho desde distintas disciplinas, pero, para ciertos efectos que quiero poner de relieve, las famosas palabras de Carl Sagan me son muy útiles: “Somos la forma que tiene el universo de pensarse a sí mismo” o, tal vez, una de las formas, al menos. Impresionada por las implicaciones de estas palabras pensaba hace algunos años que, de tomarnos en serio esta frase, sólo tendría sentido dedicar la vida a estudiar y a pensar en dos cosas: el universo (dado que somos universo pensándose a sí mismo) y el cerebro junto con todo el sistema nervioso (dado que es el órgano y el sistema que nos permite pensar al universo). Desde el Big Bang, pasando por la creación de las galaxias (más numerosas que las personas en el 21
mundo), el desarrollo de la vida en el planeta, la evolución de las especies y en particular la aparición de especies con distintos tipos de conciencia, entre ellas, el homo sapiens sapiens (o solamente homo sapiens según una muy interesante discusión), el universo ha llegado a convertirse a sí mismo en materia consciente durante un breve hachazo de luz. Si lo vemos desde este punto de vista, el contraste que la tradición occidental ha hecho entre humanidad y naturaleza se antoja una división caprichosa. La cultura sería, en algún sentido, la manera colectiva en la que la humanidad como materia consiente se explica a sí misma y al mundo. Cultura puede verse también como producto de la naturaleza, del mundo, del universo. Hay sociedades humanas que privilegian una mirada sobre el medio ambiente como un sistema continuo del que forma parte la humanidad y otras que separan sociedad humana y naturaleza de manera tajante. Estos tipos de relación generan distintas nociones de territorio. En lenguas como el español se distingue entre tierra y territorio mientras que en lenguas como el mixe la palabra “et ” engloba ambas categorías, además de funcionar también como el verbo que puede traducirse como “ser”, “estar” y “existir”. La insistencia de personas defensoras del medio ambiente en decir que para nuestras culturas la humanidad se concibe como parte de la naturaleza no es meramente una romantización o una idea folclorizable, en muchos casos deriva de experiencias concretas y de la clasificación anclada a nuestras lenguas. En la lengua en la que ahora escribo es importante distinguir entre la noción concreta de tierra y la noción abstracta de territorio. El territorio sería el complejo cultural que explica la relación que las sociedades humanas establecen con la tierra, la noción de territorio implicaría prácticas, nociones, rituales, acercamientos históricos y pensamiento sobre un referente concreto: la tierra. La tierra como un ente físico puede generar múltiples nociones de territorio según las culturas y sociedades que se relacionen con ella. El territorio sería la tierra bajo el hachazo de luz que la conciencia de la humanidad arroja sobre ella. Si la tierra es una categoría física, el territorio es una noción cultural. A través de la historia y de las culturas estas nociones cambian, a veces la tierra se piensa como un ente endeble y en riesgo que necesita de los cuidados 22
de la humanidad y en otras ocasiones como una fuerza potente que puede destruir a la humanidad en un instante. El territorio es la lectura cultural que hacemos sobre la geografía de la tierra. Así como alguien lee la mano para leer el futuro de una persona, leemos la tierra para generar nociones de territorio que nos permiten explicarnos el mundo y la humanidad. Gran parte de la vida espiritual mixe se deriva, más que de la creencia en dioses, de la lectura sobre la rugosidad viva y visible del planeta: ese promontorio natural es un lugar sagrado, aquella cavidad húmeda de la superficie es una puerta a mundos distintos. Podríamos aventurar una clasificación sobre las innumerables maneras en las que las sociedades y culturas se relacionan con la geografía de la tierra (que es una estructura dinámica y compleja de ecosistemas interactuando), pero en este caso solo podré describir los dos extremos de una clasificación hipotética. En esta clasificación pienso que un extremo estaría ocupado por sociedades nómadas (muchas aún existen en la actualidad) en las que la noción de territorio se construye con el movimiento, una noción de territorio generado por la interacción de las comunidades con el paso de las estaciones y las dinámicas de un recorrido constante , este tipo de relación con la tierra genera una noción de territorio particular puesto que la existencia humana no se ancla a una delimitación geográfica; por el contrario, en el extremo opuesto de esta clasificación hipotética, situaría a las sociedades que delimitan la tierra en pedazos y que la convierten en una mercancía, propiedad privada descrita como bienes raíces, tierra recortada que puede venderse y que se cotiza en el mercado del sistema capitalista, una noción territorial en el que la tierra, cachos de ella, se convierte en un artículo. Los estados nacionales actuales están articulados sobre una visión férrea en donde la noción de territorio necesita del control delimitado de fronteras, fronteras trazadas por grupos de poder sobre una determinada superficie terrestre. Si necesitamos dibujar un país en la mente imaginamos la silueta que forman sus fronteras. En contraposición, existen naciones sin estado que no necesitan de la idea de fronteras delimitadas como imagino que existe la nación gitana, por citar un ejemplo. Los estados actuales han parcelado el mundo entero, con todo y sus océanos, imponiendo fronteras sobre las que ejercen 23
control físico e ideológico, fronteras que le dan sentido a categorías que, de otro modo, quedarían vacías: “extranjero”, “migrante”, “illegal” por mencionar algunas. En la misma lógica de las fronteras nacionales, la noción de tierra como propiedad privada me parece una noción muy peculiar, extraña incluso, si nos detenemos a pensarlo un poco. La tierra como propiedad privada se convierte en la negación extrema de la idea de que la humanidad es también tierra, naturaleza, universo, materia consciente; lo pienso como la expresión más clara de la oposición absoluta entre naturaleza y humanidad. Cuando ponemos a la venta un terreno poseído como propiedad privada vendemos en realidad una superficie acotada de la faz de la tierra, ese proceso de acotación que ostentamos con un documento legal llamado “escritura”, oculta el hecho de que esa superficie convertida en mercancía nunca fue manufacturada por nadie que pueda reclamarla como suya y que además forma parte de un complejo ecosistema que no se ciñe al croquis y a las medidas que ostenta el documento legal que te lo reconoce como propiedad privada. Tratar la tierra como propiedad privada es un fenómeno extraño, ilógico incluso, un fenómeno que solo puede explicarse dentro del capitalismo. Este tratamiento de la naturaleza y la tierra como propiedad privada que necesita el sistema capitalista nos está llevando a una crisis climática alarmante. En la lucha por la defensa ambiental, muchos pueblos y comunidades indígenas que han generado nociones de territorio distintas a las que ha generado la sociedad capitalista insisten en que es necesario cuestionar la idea misma de ostentar la tierra como propiedad privada y como mercancía. La defensa medioambiental implica el choque entre nociones de territorio muy distintas que parecen imposibles de traducir en muchas ocasiones. La insistencia de las personas defensoras del medio ambiente en reconsiderar nuestra concepción y relación con la tierra no es sólo un asunto filosófico, es un asunto estratégico si queremos comenzar a darnos cuenta que la destrucción de los ecosistemas es la destrucción nuestra, es el hachazo de luz que se vuelve un hachazo que cercena la posibilidad de la vida humana, de una vida que se narró a sí misma como el mecanismo que desarrolló el universo para pensarse a sí mismo. 24
Del Neza para el mundo: ¡Radio Prietas! María Teresa Juárez - piedepagina.mx - 3 septiembre, 2020
La colectiva Nos Queremos Vivas Neza, que apuesta por el trabajo comunitario y barrial, y acompaña casos de desaparición y feminicidio, estrena este sábado 5 de septiembre un espacio radiofónico de encuentro para escuchar voces de diversas mujeres que resisten y construyen desde la periferia Oriente Esta radio suena a reguetón feminista, a cumbia, a digna rabia, a poesía para las hermanas que ya no están. Esta radio traza geografías inesperadas, mapas nuevos y rutas de escape. Se llama ¡Radio Prietas! y comenzará a sonar este sábado a las 14 horas por Radio Faro. Vivimos un momento histórico, uno donde el legado feminista ha permeado prácticamente en todos los espacios, ha saltado de la academia al relato cotidiano, la música, el cine, la literatura y por supuesto: ¡la vida barrial! Este legado también habla desde nuestro cuerpo, este cuerpo individual, social, sexual, territorial, habla… desde el cuerpo de las mujeres. Nuestro cuerpo históricamente expropiado, ajeno, violentado, sumergido en la milenaria cultura de la violación. Un cuerpo alineado en la ortopedia aleccionadora del corsé, un cuerpo dominado por la dictadura de las dietas y el modelo blanco de belleza. El aporte de las corrientes decoloniales ha inyectado vida a las narrativas de la agenda anti racista, y con ella, un sinnúmero de posibilidades. Esta mirada decolonial nos ha dado la posibilidad de reinterpretar la vida desde nuestras ancestras: sus sueños, sus temores, sus pesadillas y también, su potencial liberador. Una de estas narrativas es la que se borda día a día desde lugares como Ecatepec, Iztapalapa o Ciudad Neza: cuna de tradición artística, movimientos populares y colectivas feministas. Desde 1993, año en el que comenzaron a documentase los primeros feminicidios en Ciudad Juárez, Chihuahua, la violencia contra las mujeres se ha incrementado en todo el país. 25
Particularmente en entidades como el Estado de México, donde las muertes violentas de mujeres tuvieron un incremento en el primer cuatrimestre de 2020 en comparación con el de 2019. En este recorrido por la diversidad cultural y la mirada anti racista, hay un concepto clave para entender la desigualdad: la periferia, un concepto geopolítico, narrado desde la mirada centralista. Mirar a las grandes ciudades como medida de todas las cosas. Por ejemplo, se invisibiliza que Neza es un lugar con más de 50 años de historia, poblado principalmente por una amplia y diversa comunidad oaxaqueña. Esta ciudad se construyó gracias al esfuerzo de las mujeres quienes hacían guardias para cuidar sus predios, los hombres tenían que salir de madrugada a trabajar. Cuando se narra desde el estigma hacia lo que se considera “periferia”, se pierde de vista la historia de las personas y de los lugares. Colectivas del Estado de México han resignificado este concepto otorgándole un sentido de lucha, resistencia y valor cultural. Es en este contexto que en junio de 2017 nace la colectiva: “Nos Queremos Vivas Neza”, desde su nacimiento cuestiona la narrativa de los feminicidios, en la que se responsabiliza a las mujeres de las múltiples violencias sufridas. Estos discursos, propagados desde los medios, fortalecen el racismo, la misoginia, los discursos de odio y la discriminación. Son narrativas que convierten la muerte de las mujeres en un espectáculo. El sueño de esta colectiva es recuperar calles, plazas públicas, parques y escuelas para la vida digna de mujeres de todas las edades. A esta iniciativa se han sumado colectivas de Chalco e Iztapalapa. Y organizadas, comenzaron a formar comunidad. Desde entonces, Nos Queremos Vivas Neza apuesta por el trabajo comunitario y barrial. Durante estos años han acompañado casos de desaparición y feminicidio, organizando movilizaciones y jornadas culturales en calles y escuelas del municipio… 26
Este sábado 5 de septiembre estrenan: ¡Radio Prietas! El programa de radio de la Asamblea Vecinal Nos Queremos Vivas Neza se trata de un espacio radiofónico de encuentro para escuchar voces de diversas mujeres que resisten y construyen desde la periferia Oriente. Además de buena música, arte y entretenimiento, Radio Prietas tomará el micrófono para hablar de lo que les mueve e indigna, pero también, de la alegría y el poder transformador de hacer comunidad. Nos Queremos Vivas Neza también organiza jornadas que han bautizado con el nombre: Ollas Comunitarias, una iniciativa barrial para compartir alimento en tiempos difíciles. Se organiza de manera rotativa y forma parte del proyecto cultural de la colectiva, para tomar el espacio público, dar sentido de vida y hacer comunidad de veras. ¡Radio Prietas! se transmitirá todos los sábados de 14:00 a 15:00 horas, con retransmisión los jueves de 17:00 a 18:00 horas por Radio FARO.
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Cándida
Irma Pineda
Jñaa bichiá neza lua’ ni rini’ ca beleguí ca Gudaa ndaani’ diaga riuunda binnizá Biluí’ naa ca lana ni ricá lu la’ya’ bisiidi naa guiquiiñe’ aju lu guendaró cuaa bia’ya’ ni nanaxhi ne canela qui gahua ni naí’ pa ca cayete ndaane’ qui guidxibe’ pa xidxilaa ique yoo dexa ra gaca xu Laabe rului’be naa ni qui ganna’ Xisi qui ñuu dxi ninabadiidxa’ jñaa xi naca guendanabani ora dxuguiiba’ chiné xheelalu’ Xi naca gudxiilulu’ ca dxi ca ne xizaa nandaca ñeelu’ ra canazou’ Xi ne diidxa’ gabilu’ ca xhiiñilu’ xiinga “binni que guidxela” Xi ne xigaba’ riuu bia’ ni que guinni ca dxi nacahui ca Xi ganda guzeeteneu’ guirá la ca guidxi ni guzalu’ cuyubilu’ ti lu guirá ca binniguenda guni’neu’ ti gului’ca lii paraa guidxela ti binni zinecabe laa
Mi madre descifró para mis ojos el lenguaje de las estrellas Depositó en mis oídos los cantos de la gente nube Me enseñó los signos de mi nombre A usar el ajo en la comida a medir el dulce y la canela a evitar el limón cuando viene la regla a no temer el crujido del techo de madera y teja cuando la tierra tiembla Ella resolvía las dudas Pero nunca le pregunté a mi madre cómo trascurre la vida cuando los soldados se llevan al marido Cómo se enfrenta lo cotidiano con la incertidumbre tras los pies a cada paso Con qué palabras se explica a los hijos qué es “un desaparecido” Con qué unidad se mide la ausencia los días oscuros Cómo nombrar de un solo golpe las ciudades recorridas buscando un rostro los espíritus consultados para tener indicios de dónde encontrar a un desparecido
RECOPILATORIO CAMINOS DE LA AUTONOMÍA BAJO LA TORMENTA 9 de septiembre 2020